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colesterol bueno

El colesterol bueno, clave para controlar el riesgo cardiovascular y la diabetes

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Los niveles de colesterol HDL o colesterol bueno, como marcador objetivo adicional de estilo de vida y de salud cardiovascular, es clave para reducir procesos cardiovasculares, según un artículo publicado en el último número de ‘Revista Española de Cardiología’ (REC), tras analizar los datos del estudio ‘Di@abet.es’.

“Los cambios en los hábitos de vida de la población, en particular, una alimentación poco saludable y falta de actividad física han hecho que el cálculo de riesgo cardiovascular basado solamente en los factores de riesgo tradicionales (edad, género, colesterol elevado, hipertensión, tabaquismo, o diabetes) haya perdido progresivamente eficacia y fiabilidad”, afirma el doctor Emilio Ortega, especialista del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínic i Universitari de Barcelona, e investigador del IDIBAPS y el CIBERobn.

Por ello, añade, “hay que tener más en cuenta nuevas variables como la cantidad de colesterol HDL, los triglicéridos, la obesidad total y visceral, la práctica regular de actividad física, la cantidad y calidad de nuestra dieta, e incluso las desigualdades sociales y económicas, que van estrechamente relacionadas con estos factores de riesgo llamados ‘emergentes’, y en consecuencia con cualquier patología cardiovascular”.

El estudio Di@abet.es, el primero transversal y de base poblacional que ha tomado como ámbito de análisis todo el territorio español, pretende determinar la prevalencia de diabetes y otros factores de riesgo cardiovascular en España, y, por tanto, se trata de un estudio muy útil para estimar el riesgo cardiovascular en España.

La investigación analizó un total de 2.310 pacientes con edades comprendidas entre los 40 y los 65 años y concluyó que, en España, un 56 por ciento de los hombres presenta un riesgo moderado y un 12 por ciento un riesgo bajo; mientras que entre las mujeres esta proporción es del 31 por ciento y del 55 por ciento respectivamente.

Además, el estudio refleja que solo un 26 por ciento de los pacientes con alto riesgo y un 15 por ciento de los de riesgo muy alto alcanza los objetivos terapéuticos marcados (tomando como referencia niveles de colesterol LDL <100 mg/dl y <70 mg/dl, respectivamente), por lo que es necesario mejorar los programas de prevención, tanto primaria como secundaria.

Ante estos resultados, Ortega encuentra curioso el hecho de que, “el hombre tiene durante toda su vida un riesgo de enfermedad cardiovascular más elevado que la mujer, pero sin embargo esta acaba muriendo con mayor frecuencia que el hombre por esta causa y es el grupo que acaba padeciendo un mayor número de eventos cardiovasculares”.

Mientras, la mujer tiene peor pronóstico que el hombre tras haber sufrido varios eventos cardiovasculares porque se le aplican las mismas estrategias que las de su homólogo masculino, cuando en realidad es probable que se necesite abordar la enfermedad de una manera distinta al hombre, tal y como proponen algunas sociedades científicas.

Además, añade, “con frecuencia, los objetivos de control no se consiguen tan eficazmente en mujeres con riesgo moderado o alto, quizá, en parte, por la creencia de su estado de protección “hormonal”, y por tanto, esto puede empeorar su pronóstico”.

Desde la Sociedad Española de Cardiología recuerdan que la prevención es el primer paso a la hora de tratar cualquier posible patología y ,por ello, destacan la importancia de realizarse chequeos de manera periódica para que la población controle y conozca su estado de salud cardiovascular, y en consecuencia, poder detectar a tiempo cualquier anomalía que pueda aparecer en los resultados de los análisis.

Más allá de realizar controles periódicos y vigilar los niveles de colesterol, triglicéridos o hipertensión, también es necesario seguir una dieta mediterránea y realizar un mínimo de 30 minutos de actividad física diaria para evitar el sedentarismo, la aparición de diabetes u obesidad.

comida saludable para prevenir el colesterol

Diez consejos cardiosaludables

comida saludable para prevenir el colesterol

El 14 de marzo se celebra el Día Europeo para la Prevención del Riesgo Cardiovascular. Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte y discapacidad en los países desarrollados. Saber qué hacer para prevenir estas enfermedades es clave. Por eso, con ayuda de la Fundación Española del Corazón, hemos elaborado este decálogo de consejos cardiosaludables.

1. Cuida tu peso. Es importante mantener un peso adecuado, evitando el sobrepeso y, por supuesto, la obesidad. Mide tu Índice de Masa Corporal para saber si estás por encima de los niveles recomendados. Para hacerlo, divide tu peso en kilos entre tu altura en metros elevada al cuadrado. Si el resultado es mayor de 25 kg/m² se considera sobrepeso. Por encima de 30 kg/m² es obesidad.

2. Una alimentación cardiosaludable. Una dieta buena para el corazón ha de ser equilibrada y variada. Tiene que incluir frutas, verduras, hortalizas, pescado, aceite de oliva, carnes magras, cereales y lácteos desnatados. Y en el lado contrario: la sal, los azúcares y el alcohol: Tómalos sólo en pocas cantidades.

3. Prohibido fumar: El tabaco multiplica el riesgo de sufrir ataques cardiacos o cerebrales.

4. Media hora de ejercicio. 30 minutos de ejercicio diario son básicos para una buena salud cardiovascular. Es importante adaptarlos a las distintas condiciones físicas, y elegir así el tipo de ejercicio que más se adapta a cada uno: caminar, correr, practicar algún deporte de equipo, bailar… todo cuenta.

5. Fuera barriguitas. Es importante vigilar la grasa acumulada en el abdomen, ya que es peligrosa para el corazón. Mídete alrededor del ombligo: En la mujer, el perímetro abdominal debe estar por debajo de 88 centímetroa y en los hombres por debajo de 102 centímetros.

6. Colesterol y glucosa. Para llevar una buena salud cardiovascular hay que controlar los niveles de colesterol y glucosa. Con ejercicio y una dieta sana, seguro que las cifras son las correctas. Si no lo son, (por encima de 190 mg/dl de colesterol total y 110 mg/dl de glucosa), es recomendable visitar a un especialista.

7. Controla tu tensión. Las personas sanas han de tener la tensión por debajo de 140/90 mmHg. Los hipertensos también deben mantenerse por debajo de estas cifras. Para aquellas personas que ya han tenido problemas cardiovasculares, cerebrovasculares, renales o son diabéticos, la tensión ha de estar por debajo de 130/80 mmHg.

8. Al médico. Para evitar las enfermedades cardiovasculares es importante conocer cuál es tu estado de salud y adecuar a él tu estilo de vida. Acude al médico con un examen físico y tus antecedentes personales y familiares y pregúntale todas tus dudas. Actuar a tiempo es la clave para reducir los peligros.

9. No al estrés y la ansiedad. El aumento de tensión emocional es peligroso para el corazón. El estrés en casa y en el trabajo hace más difícil seguir un estilo de vida cardiosaludable.

10. Habla. Comparte tus dudas y problemas. Intercambiar experiencias te permite aprender y dar ejemplo para que otras personas se interesen por cuidar su corazón.

 

tomar helados con moderación

Helados, en su justa medida; una forma divertida de completar una alimentación equilibrada

tomar helados con moderación
Los helados son uno de los postres preferidos para combatir las altas temperaturas durante los meses de verano y, según la nutricionista de Unilever España Diana Roig, también tienen cabida dentro de una dieta equilibrada y pueden servir para completar una buena alimentación “de una forma divertida”.

Aunque de entrada pueden llegar a parecer alimentos calóricos, esta experta reconoce que los helados se pueden incorporar ocasionalmente a la alimentación como postre o merienda.

Entre los que se elaboran a partir de una base láctea, la mayoría están formados por leche desnatada, azúcares y grasas, mientras que los que se hacen a base de agua –conocidos popularmente como polos o sorbetes– están formados principalmente por agua, azúcares y zumos de frutas.

Entre estos últimos, ha destacado que en los helados especialmente diseñados para niños como los ‘Calippo’ y ‘Twister’ se han reducido los azúcares y más del 10% de su contenido es zumo de frutas.

Además, ha apuntado Roig, los hay que contienen leche fresca y son ricos en calcio, tanto que aportan el 30% de la cantidad diaria recomendada de este mineral y es “una buena opción para completar la ingesta de calcio de aquellas personas que, por gustos o hábitos, no consumen lácteos, o bien para aquellas personas que requieran un aporte adicional del mismo”.

Junto a estas propiedades, los helados también tienen otras ventajas ya que su textura los convierte en alimentos de fácil masticación, mientras que su sabor dulce y refrescante influye en el estado de ánimo generando una sensación de placer única y propia de estos alimentos, ha defendido.

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Efectos sobre la salud de los flavonoides contenidos en cerveza, vino y sidra

El análisis de los polifenoles contenidos en las bebidas fermentadas, entre los que destaca el xanthohumol de la cerveza o el resveratrol del vino, el consumo de este tipo de bebidas y su relación con la salud y el control de peso, el papel del consumo moderado de cerveza, vino o sidra en la salud cardiovascular y arterial o la nueva aproximación al estudio de alimentos y bebidas fermentadas son los principales temas que se han tratado en la VI Jornada Científica – Taller sobre Bebidas Fermentadas y Salud de la Cátedra de Bebidas Fermentadas de la Universidad Complutense de Madrid.

Según el Catedrático de Microbiología de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid y director de la Cátedra Extraordinaria, el Prof. Dr. César Nombela, “las bebidas fermentadas constituyen mezclas complejas derivadas de las materias primas con una notable riqueza de componentes que pueden tener relevancia para la salud humana. Diversas investigaciones científicas han demostrado que el consumo moderado de estas bebidas por adultos sanos y de otros alimentos fermentados podría tener efectos en la prevención de algunas enfermedades como las cardiovasculares o las relacionadas con la obesidad. De ahí la importancia de investigar sobre los efectos de cada componente, así como sobre el impacto del consumo moderado de bebidas fermentadas como parte de una dieta saludable en la salud de la población”.

El Prof. Julián Rivas Gonzalo, del Área de Nutrición y Bromatología de la Faculta de Farmacia de la Universidad de Salamanca, durante su ponencia Polifenoles en bebidas fermentadas: más allá de las cualidades sensoriales ha comentado que los polifenoles incluidos en la cerveza, el vino o la sidra son potentes antioxidantes que pueden complementar la función de vitaminas y otras enzimas que actúan como defensa natural ante el estrés oxidativo, desencadenante de distintos procesos degenerativos.

Por su parte, el Prof. Dr. Claus Hellerbrand, Catedrático de Hepatología Experimental en el Hospital Universitario de Regensburg, Alemania, ha destacado durante su conferencia que el xanthohumol es uno de los principales flavonoides que se encuentran en los extractos del lúpulo, ingrediente fundamental de la cerveza. Se ha demostrado que este antioxidante tiene diferentes actividades biológicas entre las que destacan su efecto antiinflamatorio y antitumorigénico en distintos tipos de cáncer, si bien, tal y como ha asegurado el Prof. Hellerbrand, es necesario continuar investigando en esta área.

La cerveza y el sistema inmunitario

Continuando con el xanthohumol, el Prof. Subhash C. Gautam, director e investigador del Departamento de Cirugía del Henry Ford Health System de Detroit ha presentado las conclusiones de diversos estudios que relacionan los fitoquímicos presentes en los alimentos derivados de plantas, como es el caso del xanthohumol de la cerveza y del resveratrol del vino, con la inhibición de las respuestas inmunitarias por mediación de células T. Así, ha explicado que “el consumo moderado de bebidas fermentadas, siempre que este consumo sea realizado por adultos sanos, podría tener efectos positivos en el sistema inmunitario”.

Las bebidas fermentadas, sus antioxidantes y la salud cardiovascular

Durante la ponencia Las bebidas fermentadas como moduladoras de la protección antioxidante, control de peso y salud, la Prof. Dra. Rosa M. Ortega Anta, Catedrática del Departamento de Nutrición de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid, ha comentado que “diversos estudios científicos concluyen que los consumidores moderados de cerveza tienen hábitos alimentarios más saludables que los no consumidores y llegan a tener mejores niveles de vitamina E, B2 y otros antioxidantes en suero, así como cifras más altas de HDL-colesterol. Asimismo, ha explicado que se ha asociado un descenso en la incidencia de enfermedades cardiovasculares, hipertensión o diabetes.

Por otra parte, el Dr. Ramón Estruch, del Departamento de Medicina Interna del Hospital Clínic de Barcelona ha dado a conocer los resultados de su última investigación en la que se ha estudiado si los efectos cardioprotectores de las bebidas fermentadas se deben a su bajo contenido en alcohol o a los componentes no alcohólicos derivados de los ingredientes naturales con los que están elaboradas.

En su trabajo, el Dr. Estruch concluye que los compuestos fenólicos de la cerveza regulan el metabolismo de la glucosa y otras moléculas relacionadas con la arteriosclerosis. Además, tanto el bajo contenido alcohólico de esta bebida como los polifenoles que contiene podrían regular los medidores inflamatorios en sujetos con alto riesgo vascular. Según el Dr. Ramón Estruch, “estas conclusiones se obtienen siempre que el consumo de bebidas fermentadas sea moderado, es decir, en el caso de la cerveza, una o dos cañas diarias para las mujeres y dos o tres para los hombres”.

Finalmente, el Prof. Francisco Pérez-Vizcaíno, del Departamento de Farmacología de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, ha manifestado que “además de su conocido efecto antioxidante, los flavonoides interfieren con un gran número de vías de señalización bioquímicas y, por tanto, procesos fisiológicos y patológicos. Existe evidencia sólida de que, in vitro, los flavonoides ejercen efectos vasodilatadores endotelioindependientes, efecto protector sobre el óxido nítrico y la función endotelial bajo condiciones de estrés oxidativo, efectos antiagregantes plaquetarios, inhibición de la oxidación de LDL, reducción de moléculas de adhesión y otros marcadores inflamatorios y prevención del daño oxidativo”.