El sueño afecta al apetito de manera diferente en hombres y mujeres

La restricción del sueño en sujetos sanos, con peso normal, “tiene un efecto limitado sobre el riesgo metabólico, y puede afectar la ingesta de alimentos de manera diferente en hombres y mujeres”, afirma Marie-Pierre St-Onge, investigadora principal del estudio.

El estudio analizó la duración del sueño, la desregulación de la glucosa, y la regulación hormonal del apetito en 27 hombres y mujeres de peso normal, entre los 30 y los 45 años de edad. Los participantes fueron estudiados bajo dos condiciones: sueño corto (4 horas) o habitual (9 horas).

El sueño corto aumentó los niveles totales de grelina en los hombres, pero no en las mujeres, y redujo los niveles de GLP-1 en las mujeres, pero no en hombres. Los resultados sugieren que la susceptibilidad común a comer en exceso durante el sueño corto está relacionada con el aumento del apetito en los hombres, y con una disminución de la sensación de plenitud en las mujeres.

St-Onge señala que “el estado de equilibrio de la energía, si alguien está en un período de pérdida o aumento de peso, puede ser crítico en las respuestas metabólicas y hormonales”.

Según los autores, ésta es la mayor investigación clínica controlada de los efectos de la reducción del sueño en la regulación hormonal. Los resultados apoyan el papel causal de la duración del sueño en la ingesta de energía y el control de peso.

reportaje_generica

Un libro analiza las últimas tendencias en trastornos de alimentación y la evolución de los tratamientos médicos

Esta mañana se ha presentado en Madrid el manual Controversias sobre los trastornos alimentarios: Jornada de actualización y debate, que aborda los trastornos de la alimentación y las medidas para detectarlos y prevenirlos. El libro ha sido editado por el Instituto Tomás Pascual Sanz en colaboración la Fundación Instituto de Trastornos Alimentarios (FITA), y recoge el seminario del mismo nombre celebrado el pasado año en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Su objetivo es dotar a la sociedad en general y a los educadores en particular, de los conocimientos necesarios para la detección temprana de estos trastornos para reconocerlos y derivarlos al especialista oportuno.

Los trastornos de la conducta alimentaria, conocidos por las siglas TCA, constituyen un grave problema de salud pública que en los últimos años ha crecido principalmente entre las mujeres adolescentes y los jóvenes de ambos sexos así como, y cada vez más, en niños. De este modo, uno de cada cinco jóvenes está en riesgo de padecer un trastorno alimentario, convertido ya en la tercera enfermedad crónica más frecuente en este sector de población. Se trata no sólo de las muy comentadas bulimia y anorexia, sino de un abanico más amplia de enfermedades muy complejas con riesgo de cronificación que afectan a la calidad de vida de quienes las sufren y a las personas de su entorno, como son vigorexia, ortorexia y los atracones.

La prevención de los trastornos alimentarios

En este contexto de cambio en las tendencias en trastornos de alimentación se enmarcaron las jornadas científicas que FITA y el Instituto Tomás Pascual Sanz para la Nutrición y la Salud organizaron el pasado año en Madrid con el objetivo de crear un espacio de debate entre especialistas del sector y cuyas conclusiones se recogen ahora en “Controversias sobre los trastornos alimentarios”. Organizado en 18 capítulos firmados cada uno por diferentes especialistas en TCA, el libro analiza desde un punto de vista médico pero con sentido divulgativo la situación que viven actualmente estas enfermedades y sus pacientes, fuertemente influenciados por los cánones estéticos de la sociedad y por los medios de comunicación, a quienes se dedica un capítulo por su poder de prevención.

Asimismo, el libro profundiza en la influencia del entorno del paciente, familia y escuela, en su evolución así como la eficacia de los programas médicos y la función de los agentes sanitarios en la detección, el tratamiento y la curación del enfermo. Precisamente la evolución de los TCA hacia la rehabilitación y la curación ocupa uno de los capítulos en el que se plantea si es posible la recuperación total del enfermo haciendo frente al deterioro cognitivo que se produce en aquellos pacientes de larga evolución.

Los trastornos de la conducta alimentaria en el siglo XXI

Los trastornos de la conducta alimentaria empezaron a tener relieve clínico fundamentalmente a partir de los años 60. Desde entonces la investigación sobre este tipo de enfermedades ha avanzado muchísimo debido a su complejidad y a la conjunción de diversos factores como las experiencias previas del paciente, los factores culturales en la expresión clínica de los trastornos alimentarios o el propio comportamiento.

Vigorexia y otros trastornos de la imagen

Son cada vez más y más variadas las propuestas de nuevos síndromes que aparecen vinculados a los TCA. Uno de ellos es la vigorexia, de la que se empezó a escribir en 1993 como un trastorno relacionado con la imagen corporal y que se empezó a observar en culturistas que usaban anabolizantes. A pesar de poseer cuerpo de musculatura muy desarrollada, la conducta de estos individuos parecía estar fuertemente motivada por un intenso miedo a tener un cuerpo pequeño y débil. De este modo, los pacientes que sufren vigorexia poseen una percepción del propio cuerpo distorsionada que les hace verse con un tamaño muy inferior al real.

Trastornos de la conducta alimentaria. No todo es anorexia y bulimia

Hace ya tiempo que se están detectando una serie de trastornos de la alimentación que se pueden diferenciar de los “clásicos” como la obesidad y la anorexia. Suelen ser desórdenes subdiagnosticados, que para el individuo pasan inadvertidos, que no todos ellos tienen episodios diarios y que, como no son identificados socialmente, cuando se llega a la consulta del especialista la situación ha podido llegar a niveles complicados. Éstos son: ortorexia, drunkorexia-ebriorexia, diabulimia, flexitarianismo, sadorexia, síndrome del comedor nocturno, vigorexia y permarexia, entre otros.

El espectro del atracón como síntoma

El estudio de los trastornos de la conducta alimentaria que comparten la presencia de atracones en su psicopatología han puesto de manifiesto la existencia de varios factores neurobiológicos, cognitivo-emocionales y sociales que influyen en las personas provocando un incremento de la vulnerabilidad a padecer el trastorno, a su inicio y posterior mantenimiento.

Perspectiva de género y trastornos de la conducta alimentaria

La perspectiva de las diferencias de género en los trastornos de alimentación nos ayuda a comprender de forma más completa la enfermedad y los síntomas clínicos, y permite diseñar estrategias específicas de tratamiento y prevención de estos trastornos según el género.

La prevención de los trastornos del comportamiento alimentario en los medios de comunicación

Los trastornos del comportamiento alimentario se infiltraron en la opinión pública española a mediados de los años 80 con titulares sensacionalistas. Se pasó de la absoluta ausencia a su inevitable presencia al hablar de actrices, modelos y otras profesionales populares, por lo que muchas voces se alzaron señalando la relación entre el discurso de los medios de comunicación y los TCA. Por otro lado, las investigaciones al respecto demuestran que la alfabetización mediática es una potentísima herramienta de prevención de los desórdenes alimentarios, especialmente en el colectivo infanto-juvenil.

El papel del asociacionismo en la prevención en España

Las asociaciones son importantes y necesarias porque permiten llegar a instituciones, a los medios de comunicación y a la sociedad como un colectivo asociado a un individuo y así conseguir el fin por el que nace la asociación.

Prevención de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) desde la familia y la escuela

El hecho de ser consideradas enfermedades o trastornos propios de nuestra cultura plantea el interrogante de si es posible cambiar esos patrones culturales de igual manera que ha ocurrido con otros factores de riesgo, como el tabaco o el cáncer.

La intervención de los agentes sanitarios en la prevención de los trastornos alimentarios

El conocimiento, valoración, prevención, detección, evaluación de riesgos y orientación a los lugares específicos de tratamiento son tareas que pueden abordarse desde los distintos agentes sanitarios con un indudable beneficio para los pacientes y sus familias.

Evolución de los TCA. ¿Es posible la curación?

En las últimas décadas los TCA se han convertido en un importante problema social y sanitario por las altas tasas de cronicidad con graves secuelas físicas, psicológicas y sociales que provocan en los pacientes, siendo la tercera enfermedad “crónica” más frecuente en la adolescencia y entre las enfermedades psiquiátricas.

Rehabilitación psicosocial e inclusión en TCA

Los trastornos de conducta alimentaria son una patología de difícil manejo y de severas consecuencias físicas y psicológicas. Se trata de trastornos complejos donde una serie de problemas relacionados no sólo con la propia enfermedad sino también con la falta de formación de especialistas y la mala orientación de tratamientos y recursos hace que se imponga el fracaso terapéutico, que se repitan tratamientos infructuosos y que haya pacientes que no evolucionen y sigan cronificándose.

Deterioro cognitivo en trastornos de la conducta alimentaria de larga evolución

En las últimas décadas se ha producido un interés creciente por los efectos que las patologías psiquiátricas pueden tener sobre funciones cognitivas, de manera que se han multiplicado los estudios sobre este tema en enfermedades psiquiátricas, principalmente en esquizofrenia y trastorno bipolar.

Indicadores de buen y mal pronóstico

Los TCA llevan asociadas importantes tasas de morbilidad y mortalidad, por lo que cada vez son más numerosos los trabajos orientados a analizar el curso de estos trastornos y a aislar factores asociados al pronóstico, factores que estando presentes en el momento de la evaluación inicial del paciente podrían correlacionarse con la respuesta al tratamiento tras un periodo de tiempo determinado, es decir, los factores del buen (o mal) pronóstico.

Situación actual de los TCA en la infancia y en la adolescencia

Los TCA llegaron a España en la década de los 80 casi 20 años después de su origen en el norte de Europa. Sin embargo, la incidencia ha aumentado progresivamente en los últimos 20 años, pasando de un caso nuevo a la semana en los 90 a seis en 2010.

Tratamientos médicos/farmacológicos

En el tratamiento normalmente participa un grupo multidisciplinar formado por psiquiatra, psicólogo, nutricionista y, además, debería incluir un pediatra o médico internista. A pesar de ser una patología muy frecuente, no existen muchos trabajos que apoyen y sirvan de guía para tener clara evidencia de los protocolos de tratamiento actuales.

Intervención familiar en los trastornos del comportamiento alimentario

El papel de la familia en el tratamiento de los TCA lleva muchos años investigándose desde diferentes enfoques teóricos psicológicos debido a su controversia, incluso se ha entendido como un factor casual o como un factor mantenedor de la enfermedad. De este modo es necesario analizar la perspectiva histórica de la familia y los TCA así como el cambio de paradigma hacia la opinión actual, que considera a la familia como un recurso potencial en el proceso de recuperación terapéutica.

Nuevos tratamientos de intervención psicológica: coaching, empowerment, psicología positiva, resiliencia

Los TCA están considerados graves problemas de salud pública por la Organización Mundial de la Salud (OMS) debido a su gran impacto en la población general, ya que cada vez afectan a un sector más amplio de la población, a su vinculación con trastornos mentales y a la dificultad de tratamiento por parte de los profesionales. Por ello, los nuevos enfoques de intervención deben ir dirigidos a trabajar desde un punto de vista tridimensional e integral del paciente (bio-psico-social).

Eficacia de un programa de tratamiento ambulatorio multimodal para los trastornos de la conducta alimentaria

Se hace necesario profundizar en el estudio sobre eficacia, efectividad y eficiencia puesto que los tratamientos actuales son costosos, duran años y la remisión completa no se produce en casi la mitad de los casos. Aunque los estudios de eficacia presentan el mayor nivel de evidencia científica, actualmente no se discute la importancia de los estudios sobre efectividad, que son aquellos realizados en condiciones de práctica clínica real, sobre todo en los casos en que efectuar ensayos clínicos aleatorizados sea poco ético pero dichos estudios presentan la ventaja de que son generalizables a toda la población.

Fundación Instituto de Trastornos Alimentarios (FITA)

FITA es una entidad sin ánimo de lucro fundada en 2002 para la prevención, la formación, la investigación y la creación de nuevos recursos sociales para personas con Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA). FITA está vinculada a ITA (Instituto de Trastornos Alimentarios), red asistencial creada en 1998 para dar una respuesta global a las necesidades de estos enfermos, no únicamente en el ámbito médico, sino también psicosocial, con programas pioneros en España.

www.itacat.com

Instituto Tomás Pascual Sanz para la Nutrición y la Salud

Dependiente de la Fundación Tomás Pascual y Pilar Gómez-Cuétara, el Instituto Tomás Pascual Sanz es una entidad sin ánimo de lucro que tiene el mandato de generar y difundir actividades de divulgación, estudio y análisis en los campos de la alimentación, la nutrición, la salud y los hábitos correctos de vida.

El Instituto transmite a la sociedad los valores de una vida saludable, difunde los adelantos tecnológicos relacionados con las ciencias de la salud y promueve el intercambio de información, generando nuevas posibilidades entre los colectivos relevantes y comprometiéndose al máximo con la sociedad científica moderna. El Instituto Tomás Pascual Sanz edita el contenido de estudios y ponencias en una numerosa biblioteca que responde a la creciente demanda sobre temas tan importantes como la nutrición, la seguridad alimentaria o la actividad física.

www.institutotomaspascual.es

Acceda a la Biblioteca del Instituto

reportaje_generica

Presentación del libro Controversias sobre los trastornos alimentarios: actualización y debate

El Instituto Tomás Pascual Sanz presenta el próximo martes, 13 de noviembre, el libro Controversias sobre los trastornos alimentarios: actualización y debate, a las 12:30h, en la Asociación de la Prensa. Editado en colaboración con la Fundación Instituto de Trastornos Alimentarios (FITA), recoge el seminario del mismo nombre celebrado el pasado año en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Seminario que se convirtió en foro de debate entre profesionales, pacientes y familiares, con información clara, rigurosa y actualizada de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) en nuestro país.

Los trastornos de la conducta alimentaria constituyen un grave problema de salud pública, que en los últimos años ha crecido principalmente entre las mujeres adolescentes, los jóvenes de ambos sexos y, cada vez más, en niños. Hasta el punto de que, convertido ya en la tercera enfermedad crónica más frecuente en este sector de población, uno de cada cinco jóvenes está en riesgo de padecer un trastorno alimentario. Se trata no sólo de las muy conocidas bulimia y anorexia, sino de todo un abanico de enfermedades muy complejas con riesgo de cronificación que afectan a la calidad de vida de quienes las sufren y a las personas de su entorno.

El libro Controversias sobre los trastornos alimentarios: actualización y debate, editado por el Instituto Tomás Pascual Sanz en colaboración con la Fundación Instituto de Trastornos Alimentarios (FITA), pretende dotar a la sociedad en general y a los educadores en particular, de los conocimientos necesarios para la detección temprana de aquellos trastornos, a los que hoy se añaden otros como vigorexia, ortorexia o los atracones y el llamado síndrome del comedor nocturno, para reconocerlos y derivarlos al especialista oportuno.

Fundación Instituto de Trastornos Alimentarios (FITA)

FITA es una entidad sin ánimo de lucro fundada en 2002 para la prevención, la formación, la investigación y la creación de nuevos recursos sociales para personas con Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA). FITA está vinculada a ITA (Instituto de Trastornos Alimentarios), red asistencial creada en 1998 para dar una respuesta global a las necesidades de estos enfermos, no únicamente en el ámbito médico, sino también psicosocial, con programas pioneros en España.

www.itacat.com

Instituto Tomás Pascual Sanz para la Nutrición y la Salud

Dependiente de la Fundación Tomás Pascual y Pilar Gómez-Cuétara, el Instituto Tomás Pascual Sanz es una entidad sin ánimo de lucro que tiene el mandato de generar y difundir actividades de divulgación, estudio y análisis en los campos de la alimentación, la nutrición, la salud y los hábitos correctos de vida.

El Instituto transmite a la sociedad los valores de una vida saludable, difunde los adelantos tecnológicos relacionados con las ciencias de la salud y promueve el intercambio de información, generando nuevas posibilidades entre los colectivos relevantes y comprometiéndose al máximo con la sociedad científica moderna. El Instituto Tomás Pascual Sanz edita el contenido de estudios y ponencias en una numerosa biblioteca que responde a la creciente demanda sobre temas tan importantes como la nutrición, la seguridad alimentaria o la actividad física.

www.institutotomaspascual.es

Acceda a la Biblioteca del Instituto

reportaje_generica

De la tristeza a la depresión

La tristeza es una emoción normal, que experimentamos ante una pérdida, un duelo, y en muchas ocasiones tiene un papel importante en el crecimiento de la persona. Sin embargo, la depresión es un cuadro clínico bien definido, en el que además de una tristeza severa cuantitativa y cualitativamente intensa se acompaña de otros síntomas como pérdida de energía y de la capacidad de disfrutar con las cosas.

La depresión responde al modelo biopsicosocial que tiene que ver con las interacciones de lo biológico, lo psicológico y lo social.

La tristeza es una emoción normal, es la manera normal de reaccionar ante una amenaza o pérdida. Pero cuando esa tristeza deja de ser normal y nos inhibe en exceso, nos incapacita, nos inhabilita para nuestro funcionamiento normal y aparecen síntomas cualitativamente diferentes empezaríamos a hablar de depresión.

La depresión es un trastorno frecuente, incapacitante y, en algunos pacientes, se trasforma en una enfermedad crónica y recurrente.

Además, la carga de la depresión no sólo afecta al paciente, también se extiende a su entrono.

Epidemiología

Los datos de prevalencia de los estudios varían mucho, entre 5 y 85 % (si los criterios son muy laxos), lo cual refleja una gran disparidad en los estudios de depresión.

Un estudio epidemiológico en EEUU nos habla de un índice de prevalencia durante la vida de un 17 %. Los británicos ofrecen cifras entre 5- 10%. En cualquier caso se trata de cifras muy altas.

¿A quién afecta?

Nos puede afectar a todos: niños, adultos y ancianos. De hecho en las edades extremas de la vida por diferencias en la expresión de los síntomas (irritabilidad en el niño o cansancio en el anciano) los casos se hacen más invisibles.

¿Por qué aparecen?

Lo que mejor lo explica es el modelo biopsicosocial, es decir, es una conjunción de síntomas biológicos (fundamentalmente genéticos), psicológicos (rasgos de personalidad), y sociales (de ciertas interacciones con el ambiente).

Pero además, debemos encontrar en la secuencia temporal otros factores que nos van a ayudar mucho a entender qué es la depresión:

-Factores predisponentes, aquellos que sitúan al sujeto en un mayor riesgo de padecer una depresión.

-Factores desencadenantes, aquellos que hacen que se active el riesgo inicial.

-Factores mantenedores, que actúan en la cronificación del cuadro.

Y en cada uno de ellos vamos a encontrar los factores biológicos (genéticos), factores psicológicos (rasgos disfuncionales de personalidad) y factores sociales (acontecimientos vitales precoces o estresantes).

Factores de riesgo predisponentes

Entre ellos:

-La educación: los escenarios de menor nivel educativo y de mayor nivel educativo aumentan el riesgo.

-Estrés crónico.

-Enfermedad crónica.

-Pérdida sensorial, declive cognitivo (en las personas mayores).

Factores desencadenantes

Entre los acontecimientos vitales que pueden actuar como desencadenantes están:

-El duelo (la pérdida de un ser querido).

-La separación.

-Una dolencia física aguda.

-Una enfermedad física o amenaza vital en un ser querido.

-Pérdida súbita de vivienda.

-Crisis financiera.

-Pérdida de un objeto valioso o significativo.

Factores protectores

También hay factores protectores:

-La clave está en el apoyo adecuado a través de una detección y tratamiento precoces.

-Evitar polifarmacia: muchos tratamientos tienen como efecto adverso generar síntomas depresivos.

-Hábitos de vida saludable: buen ritmo sueño-vigilia, comer equilibradamente. Todo ello nos va ayudar a tener mejor capacidad para afrontar las situaciones.

-Tenemos que trabajar los estilos de afrontamiento. Hay estilos más facilitadores de la depresión, el evitativo por ejemplo (entender las cosas de una manera pesimista). Por otro lado los escenarios positivos, ser capaz de afrontar los problemas con técnicas de solución de conflictos más adecuados va a reducir el riesgo.

-También es importante la red social de apoyo. La soledad es un elemento de riesgo, es necesario tener una buena red social, un apoyo tangible (un amigo al que llamar cuando surge un problema).

Manifestaciones de los trastornos depresivos

En primer término debemos hablar del estado de ánimo. Lo más característico de la depresión es este estado de ánimo triste persistente en el tiempo. Por otro lado hay alteraciones en el funcionamiento cognitivo (dificultades para concentrarnos y para memorizar), en la actividad psicomotora (agitación a veces confundida con ansiedad) y los síntomas somáticos, que para muchos pacientes representan el síntoma principal (un dolor físico inexplicable sin causa orgánica que justifique el cuadro).

Clínica

Según la Asociación Americana de Psiquiatría el síntoma fundamental es el estado de ánimo depresivo la mayor parte del día por más de tres semanas consecutivas. También hay una disminución del interés o de la capacidad para disfrutar de las cosas.

Otros síntomas son los cambios de peso, tanto para perder como para ganar; puede haber insomnio o hipersomnia casi cada día; agitación o enlentecimiento psicomotores (el paciente está o muy inquieto o por el contrario con una sensación de aletargamiento y cansancio); y apatía o pérdida de energía.

También suele haber sentimientos de culpa y disminución de la capacidad para concentrarse. Y el dato más preocupante son las ideas recurrentes de muerte (como una manera de escapar de ese sentimiento), con el riesgo de que el paciente cometa alguna acción de autoagresividad.

Depresión e incapacidad

Estos síntomas además pueden interferir en la calidad de vida del paciente. Sabemos que la depresión es una de las principales causas de incapacidad en el mundo occidental. Además, las previsiones sugieren que los trastornos psiquiátricos y neurológicos en el año 2020 representarán el 15 % de las bajas.

Los pacientes deprimidos tienen una peor percepción de su estado de salud actual y también tienden a hacer un mayor uso de servicios sanitarios.

No debemos de olvidarnos de los familiares, porque el tener un familiar enfermo es un riesgo para que el cuidador padezca una enfermedad. Cuando la depresión se cronifica condiciona un riesgo adicional para el cuidador.

Pero sólo la mitad de los pacientes con depresión están diagnosticados, podríamos verlo como un iceberg donde sólo una pequeña parte de los pacientes están en tratamiento. La mayoría de estos pacientes están en Primaria con sintomatología digestiva, cefaleas, etc.

Tratamiento: opciones

Los pilares claves del tratamiento son los antidepresivos y la psicoterapia formal. En cuadros graves se puede realizar terapia electroconvulsiva e, incluso, estimulación magnética transcraneal.

Antidepresivos

Para muchos cuadros depresivos la serotonina, la dopamina y la noradrenalina son los tres neurotransmisores principales que explican los síntomas de la depresión. En estos tres es donde los fármacos antidepresivos van a actuar de manera prioritaria.

Es muy importante el periodo de latencia, de transición desde que utilizar el antidepresivo y el paciente comienza a sentir mejoría, que va de una a dos semanas hasta un mes. Y en ese tiempo no sabemos la eficacia del fármaco y esto hay que explicárselo al paciente.

Clasificación de antidepresivos

-Los inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAOs) se han quedado para un uso muy marginal.

-Los antidepresivos tricíclicos, como imipramina, clorimipramina o amitriptilina, son fármacos muy eficaces en depresión pero con un perfil receptorial complejo y una parte importante de sus efectos adversos se deben a un perfil anticolinérgico. Generan en muchas ocasiones sensación de sedación, retención urinaria, estreñimiento o dificultades de acomodación. Son muy eficaces pero no son tan bien tolerados cono los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS).

-Los ISRS, como su nombre indica, son selectivos y sólo actúan sobre la recaptación de la serotonina.

-Otro gran grupo es el de fármacos duales, como duloxetina, venlafaxina y mirtazapina, que actúan sobre los receptores noradrenérgico y serotoninérgico, lo que plantea ventajas cualitativas y los convierte en buenos fármacos antidepresivos aunque también tienen efectos colaterales.

-El bupropion tiene un efecto específico sobre la recaptación de dopamina, que genera una activación inicial del paciente que para depresiones notablemente inhibidas puede ser una opción interesante.

-La reboxetina actúa específicamente sobre la recaptación de la noradrenalina y se ha quedado para uso sinérgico con un ISRS.

-Y la agomelatina tiene un mecanismo de acción novedoso, actúa sobre los circuitos de la melatonina, lo cual plantea una hipótesis atractiva y muy buen perfil en cuanto a la regulación del sueño.

A la hora de pautar un fármaco para la depresión tenemos que tener muy claros los efectos secundarios esperados. Los efectos adversos más frecuentes son los digestivos, la sedación, la hipotensión ortoestática y, muy importante, la toxicidad en sobredosificación. Los antidepresivos tricíclicos y los IMAOs una de las razones por las cuales han quedado relegados es porque son fármacos que por su perfil tienen cierta interferencia con la conducción cardiaca y en dosis altas o sobredosificación podrían dar algún “susto” desde el punto de vista cardiovascular.

El resto de fármacos, los más modernos, son razonablemente seguros en sobredosificación, son fármacos muy potentes, buenos antidepresivos y seguros. Y esto enlaza con el riesgo de que un paciente deprimido tenga ideas autolíticas y las lleve a cabo, de manera que con fármacos más seguros estamos más tranquilos.

Los ISRS son buenos antidepresivos pero tienen un impacto negativo sobre la libido reduciendo el deseo sexual y esto también hay que tenerlo en cuenta según la edad del paciente.

También hay que explicar al paciente que el tratamiento tiene que mantenerlo el tiempo suficiente para consolidar la mejoría y esto depende mucho de los factores de riesgo que vayan asociados al cuadro depresivo pero, en todo caso, un mínimo de seis meses.

El antidepresivo ideal

Se trataría de buscar un fármaco:

– Sencillo en su manejo, de dosis única (incluso algunos en dosis semanal).

– Bien tolerado y seguro.

– De inicio de acción rápido. Acortar el tiempo de latencia es uno de los retos.

– Amplio espectro terapéutico. Cuanto más amplio más eficaz, porque hay una alta comorbilidad entre la depresión y otros cuadros como la ansiedad.

– Económico.

Conclusiones

Y para terminar repasamos los puntos claves:

– La tristeza es una emoción normal, que experimenta el hombre y en muchas ocasiones tiene un papel importante en el crecimiento de la persona.

– La depresión es un cuadro clínico, bien definido y conocido.

– La depresión responde a un modelo biopsicosocial.

– Existen tratamientos eficaces y seguros para el tratamiento de la depresión.

reportaje_generica

¿Cómo influye el estrés en nuestra alimentación?

Los trabajadores que padecen estrés “consumen mayor cantidad de comida rápida y menos porciones de frutas y verduras”, según un estudio publicado en el número de octubre de la revista Preventing Chronic Disease. La investigación, realizada por la Universidad de Washington, asocia también niveles altos de estrés laboral con menos actividad física y mayor frecuencia de comer mientras se realiza otra tarea.

El estrés sufrido en el puesto de trabajo “va unido a una serie de malos hábitos alimenticios ya que se reduce la ingesta de agua y las comidas se hacen a deshoras y de forma poco equilibrada, pues se comen menos alimentos ricos en fibra y se aumenta el consumo de comida rápida, rica en grasas saturadas”, explica Jesús Román, presidente del Comité Científico de SEDCA.

Estos malos hábitos alimenticios así como las situaciones agobiantes que pueden vivirse en el puesto de trabajo “provocan una alteración de los movimientos peristálticos del intestino producido por una reducción del aporte sanguíneo al tracto intestinal. Cuando esos movimientos se ralentizan, se produce estreñimiento”, explica el profesor Román. Además, el estrés también provoca que “al tener menos tiempo, se retrase el momento de la defecación”, añade.

El Foro de Regulación aconseja que “es muy importante aumentar la ingesta de líquidos, sobre todo agua, realizar una alimentación equilibrada rica en fibra y practicar ejercicio físico. Pero también es fundamental tener una disciplina de horarios, comer cuando se debe y no tomarlo como un esfuerzo”, aconseja Román. En el caso de que esto no funcione, se puede recurrir de forma transitoria a preparados farmacéuticos de origen vegetal, basados en plantas como el fucus, la cáscara sagrada o la frángula.

Aumento del estrés laboral por la crisis

El 58% de los trabajadores españoles afirman haber sufrido un incremento del nivel de estrés laboral durante la crisis financiera, según la encuesta Regus Business Tracker. Los principales motivos son la exigencia del aumento de la rentabilidad y la presión por mantener la excelencia en el servicio al cliente. La amenaza de poder ser despedido o el aumento de responsabilidades en iguales condiciones económicas y laborales influyen también en el nivel de estrés.

reportaje_generica

La obesidad, un factor de riesgo entre la población desempleada

Aprovechar una situación a priori desfavorable como puede ser el desempleo para mejorar problemas de salud y también el aspecto físico, empieza a ser una opción cada vez más frecuente en personas que padecen sobrepeso.

El parón involuntario que supone la falta de empleo, está siendo aprovechado por personas con sobrepeso para poder someterse a diferentes tratamientos médicos que permitan combatir el problema, asimilar un cambio de hábitos alimenticios y por lo tanto conseguir perder peso.

Según los doctores Jorge C. Espinós y Jesús Turró, especialistas en endoscopia digestiva del Centro Médico Teknon y expertos en el tratamiento de la obesidad mediante técnicas endoscópicas, “en este sentido el periodo de inactividad – siempre y cuando se controlen aspectos como la ansiedad- les permite dedicarse más tiempo a si mismos, centrar sus esfuerzos en conseguir algo que a menudo en el “día a día” no han podido conseguir ya sea por falta de tiempo o porque el tipo de trabajo que tenían no ayudaba a interiorizar el cambio de hábitos alimenticios necesario para la pérdida de peso”.

De esta forma algunas personas con sobrepeso, ayudadas por diferentes opciones médicas para combatir la obesidad y por un equipo médico multidisciplinar (psicólogo, nutricionistas, etc…), pueden dedicar más atención a los cambios que deben hacer en su estilo de vida para conseguir la pérdida de peso y mantenerla a largo plazo.

Asimismo un gran mayoría de las personas que presentan sobrepeso, creen que su exceso de peso puede repercutir desfavorablemente en la búsqueda de empleo para determinados tipos de trabajo. Conscientes de ello, además de aprovechar la situación de inactividad para solucionar algunos de los problemas de salud asociados a la obesidad, muchos dedican ese periodo a mejorar también su aspecto físico.

Es este sentido y según palabras de los expertos “a pesar del esfuerzo de muchas asociaciones de pacientes con sobrepeso para cambiar esta situación, lamentablemente sigue existiendo cierta discriminación laboral con respecto a personas que padecen obesidad, en especial en mujeres y en empleos de cara al público; pero también en perfiles ejecutivos y directivos. La mayoría de los pacientes que acuden a nuestra consulta deciden perder peso por indicación médica y por problemas relacionados con la salud, pero muchos otros también lo hacen por mejorar su aspecto físico, su autoestima e intentar así facilitar su acceso al mundo laboral”.

El desempleo aumenta el riesgo de sufrir obesidad

La relación entre sobrepeso y desempleo no sólo se da desde el punto de vista de la discriminación laboral sino también desde el punto de vista de los efectos que tiene el desempleo sobre la salud, ya que según el estudio Health risk factors and self-rated health among job-sekers (BMC Public Health 2011; 11:659-68) realizado en Alemania, la obesidad está entre uno de los principales factores de riesgo que padecen las personas desempleadas sobretodo de larga duración. Las posibilidades de padecer obesidad estando desempleado aumentan considerablemente cuanto mayor es la edad de la persona y cuanto mayor es el periodo que se está desempleado. En relación al sexo, los hombres parecen tener un riesgo ligeramente superior de acumular peso estando desempleados que las mujeres, un 50,1% frente a un 40,4%.

“Empieza a ser cada vez más frecuente encontrarnos con casos en los que personas que partían de una situación de sobrepeso, han aumentado su exceso de peso como consecuencia de la inactividad y vida más sedentaria a la que se han visto obligados durante una etapa de desempleo de larga duración”, alertan los doctores.

Tras un tratamiento se produce una mejoría notable del estado físico y anímico

Por otro lado, Sonia Oliva psicóloga del Centro Médico Teknon, añade que “además de perder peso, los pacientes que han realizado programas médicos supervisados para la pérdida de peso como el tratamiento de balón intragástrico o la reducción de estómago mediante cirugía endoluminal, combinado en ambos casos con apoyo psicológico y nutricional, han mejorado notablemente su estado de salud en general tanto desde el punto de vista físico como desde el punto de vista anímico y psicológico. De esta forma mejoran su autoestima y por lo tanto suelen tener mayor motivación en la búsqueda de nuevas oportunidades laborales”.

Adiós al mito del gordo feliz

El doctor Francisco Javier Quintero, jefe de servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Infanta Leonor de Madrid ha presentado en el marco del XVI Congreso Nacional de Psiquiatría los datos preliminares de un estudio clínico que disecciona la psicopatología subyacente en un amplio número de pacientes obesos atendidos en este centro hospitalario.

“El programa funciona como un modelo de enlace entre el servicio de Endocrinología del hospital, con la Dra. Silveira y el Dr. Cañizo, los nutricionistas, y el Servicio de Psiquiatría, con la Dra. Pérez-Templado y Dr. Quintero, de manera que los pacientes con obesidad son estudiados desde una visión amplia, que incluyen los factores psicopatológicos”, ha explicado el psiquiatra.

Fruto de este trabajo conjunto “hemos encontrado que el 31% de los pacientes con obesidad había presentado un trastorno de ansiedad asociado a la obesidad y que el 35% presentaba antecedentes de un trastorno depresivo”. Para el experto ha resultado también “llamativo” que el 17% de las personas con obesidad “presentó antecedentes de haber padecido un trastorno “clásico” de la alimentación, como son la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa; y algo más de un 10% evidenció haber padecido un trastorno en el control de los impulsos”.

“Desde el punto de vista clínico, resulta muy relevante la presencia de un 20,4% de pacientes con un TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad), cifra 5 veces superior a la esperada en la población general”, ha indicado el Dr. Quintero.

Estos antecedentes “han llevado a uno de cada dos paciente a haber estado en tratamiento con psicofármacos (principalmente antidepresivos y benzodiacepinas), habitualmente prescritos desde atención primaria”.

El 62% de los pacientes “refirieron que estaban constantemente haciendo dietas” y un 15% adicional “habían intentado hacer dieta organizadas más de 5 veces a lo largo de su vida, todos ello, para lograr su objetivo fallido de bajar peso”.

El jefe de servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Infanta Leonor de Madrid ha destacado la aplicación inmediata de los resultados del análisis clínico, ya que “se ha dado, aproximadamente, al 40% de los pacientes con obesidad que han participado en la evaluación se les ha aplicado algún tipo de intervención desde el departamento de Psiquiatría, bien sea a través de psicoterapias individuales o grupales y/o terapia psicofarmacológica”.

En el estudio, cuyos orígenes se remontan a hace más de cinco años y cuyo análisis comenzó hace tres, han participado 100 pacientes para el primer corte poblacional. No obstante, la evaluación clínica de este programa innovador sigue en la actualidad con una cifra que ronda las 200 personas.

Tal y como ha recordado el Dr. Quintero, “se trata de un problema de salud de primera magnitud, y en muchos casos terriblemente resistente a las intervenciones convencionales, como pueden ser las dietas. Son muchos los factores que actúan sobre un paciente que sobrepasa su peso saludable”. En este sentido en el Hospital Universitario Infanta Leonor se ha organizado un programa entre los servicios de Endocrinología y Psiquiatría “para que, juntos, podamos entender mejor la complejidad de estos pacientes y, con ello, buscar las soluciones más eficaces”.

Se parte de la idea de que no todas las obesidades son iguales y por ello no a todos los pacientes le sirven las mismas soluciones. Para un tipo de obesidades se utiliza el paradigma conceptual de los desórdenes alimenticios y se incluye a la obesidad como un Trastorno de la Conducta Alimentaria más, con la identificación de los factores nutricionales, sociales pero también psicopatológicos que explican el funcionamiento de estos pacientes.

La anorexia nerviosa y la obesidad comparten características comunes

Este es “el primer estudio que compara el perfil de las funciones ejecutivas de los grupos con condiciones extremas de peso empleando medidas validadas de toma de decisiones, inhibición de respuesta e impulsividad”, ha señalado el investigador principal del análisis, el doctor Fernando Fernández-Aranda.

Así, los grupos con condiciones extremas de peso pueden compartir factores de riesgo biológicos y fenotipos neurocognitivos, como la disfunción ejecutiva, caracterizada por alteraciones en la capacidad de tomar decisiones, inhibir respuestas no adecuadas y mostrar flexibilidad cognitiva, señala el estudio, publicado en la revista PLoS ONE.

En concreto, los estudios de neuroimagen indican que las alteraciones en los circuitos de la dopamina están implicadas en algunos comportamientos alimentarios y en el abuso de drogas. Según los autores, comer en exceso es una señal de una disparidad entre los circuitos relacionados con la motivación y la recompensa, y aquellos implicados en la respuesta de inhibición.

De esta forma, la ingestión de cantidades elevadas de alimentos en personas vulnerables puede perturbar el equilibrio entre circuitos, aumentando el valor de refuerzo de la alimentación y disminuyendo la actividad de los circuitos relacionados con el control y la inhibición, lo que podría resultar en un comportamiento impulsivo y una ingestión alimentaria compulsiva.

Por un lado, la anorexia nerviosa se asocia con alteraciones atencionales y en el funcionamiento ejecutivo, principalmente en la toma de decisiones. Además, se ha observado una elevada impulsividad en sujetos obesos que corrobora un perfil ejecutivo disfuncional en la obesidad.

En este sentido, los sujetos impulsivos muestran limitaciones en el aprendizaje de las asociaciones adecuadas entre recompensa y castigo. Como consecuencia, tienen una capacidad reducida para retrasar la gratificación, mostrando una impulsividad caracterizada por comer en exceso y aumentar de peso.

“Nuestros resultados no sólo confirman la hipótesis de que las personas obesas tienen dificultades para inhibir una conducta automática o dominante, sino que también apuntan a la impulsividad y las dificultades en la inhibición de respuestas como un rasgo distintivo en el perfil ejecutivo de la obesidad en el marco de las condiciones extremas de peso”, ha explicado el investigador principal.

Por otra parte, el comportamiento de los pacientes con anorexia nerviosa es rígido y obsesivo, con una elevada resistencia a los cambios, en contraste con los sujetos obesos.

De acuerdo con este estudio, en el que han participado mujeres con edades comprendidas entre los 18 y los 60 años, el tratamiento, tanto para pacientes con anorexia nerviosa como con obesidad, debe centrarse en los problemas de autocontrol, conductas impulsivas o el déficit de toma de decisiones característicos de estos trastornos.

deporte, placer y salud

Salud y placer, principales motivaciones para hacer deporte

deporte, placer y saludPara los jóvenes, estas razones también son importantes (un 28 por ciento y 10 por ciento respectivamente), aunque también incluyen el físico (un 20 por ciento frente al 9 por ciento en los mayores). Un 42 por ciento de los jóvenes participantes en las encuestas considera que hacer deporte es bueno “por todo en general y que no es necesario tener una razón específica”, por lo que ha respondido en la encuesta que es bueno hacer deporte por las razones anteriormente cuestionadas.

El estudio está basado en una encuesta dividida en dos tramos de edad -de entre 6 y 25 años el primer tramo y de 26 en adelante el segundo- realizada a un total de 1.003 mujeres y hombres residentes en la Comunidad de Madrid, y con preguntas diferentes en función del tramo de edad entrevistado.

A raíz de los resultados obtenidos en el cuestionario realizado por la organización de consumidores, CECU Madrid ha considerado que “muchos casos” de los hábitos alimentarios de los madrileños “son claramente perjudiciales para la salud y el bienestar de los ciudadanos”, mientras que en lo referido a la práctica deportiva sí que detecta “conclusiones positivas”.

El 97% de los mayores practica deporte

Según ha detectado el estudio, la práctica deportiva entre los mayores es generalizada, ya que entre las personas que hacen ejercicio de manera habitual y esporádica alcanzan el 97 por ciento del total de encuestados. Además, la proporción es mayor entre los que practican deporte de forma habitual (un 55 por ciento frente al 42 por ciento de los que hacen ejercicio esporádicamente).

Los jóvenes reparten de forma igualitaria en sus respuestas la práctica deportiva entre el centro escolar y fuera del centro (ambos un 44 por ciento), mientras que un 12 por ciento contestó otro sitio sin especificar.

Fuera del centro, los polideportivos municipales concentran el 58 por ciento, mientras que el 25 por ciento correspondió al 25 por ciento de respuestas. Los gimnasios particulares suman el 17 por ciento de las respuestas. Por el contrario, la calle es el lugar elegido por la mayoría (un 36 por ciento), seguidos por los gimnasios privados (28 por ciento) y las instalaciones públicas (25 por ciento).

Deporte familiar, “un elemento a potenciar”

Respecto al día de la semana en la que los jóvenes practican deporte, un 70 por ciento afirma hacerlo entre semana, mientras que el fin de semana concentra la actividad física del 25 por ciento de los encuestados. El 5 por ciento restante declara combinar ambos períodos de tiempo para hacer deporte.

Por último, la organización de consumidores también se ha interesado por la relación entre la práctica deportiva y la familia entre los jóvenes, con el resultado de que únicamente un 2 por ciento de los encuestados practica ejercicio físico con sus padres.

Un 27 por ciento señala que de forma esporádica, mientras que un 71 por ciento contestó que nunca, por lo que CECU Madrid ha apuntado que “el deporte familiar es un elemento a potenciar”.

reportaje_generica

Las emociones dirigen nuestra atención

Tipos de atención

Hay dos tipos principales:

-Atención endógena: también se llama arriba-abajo, guiada por metas o controlada.

-Atención exógena: también se llama abajo-arriba, guiada por estímulo, refleja, automática o pasiva.

Cuando leemos un libro nuestros recursos de procesamiento son limitados. Nuestro cerebro no puede procesar todo lo que ocurre en el entorno, en realidad sólo puede procesar una cosa, y salvo que eso no sea muy demandante no somos capaces de atender a más de un estímulo. Así, al libro le estamos dirigiendo la atención de forma controlada, consciente, es la atención endógena.

Detector de relevancia y umbral crítico

A nuestro cerebro llegan más estímulos con información burda, esto es la pre-atención y ésta es valorada por un detector de relevancia donde empieza el mecanismo de atención exógena. Este detector va a evaluar esta información pre-atencional y cuenta con un umbral crítico. Si no se supera este umbral por el detector de relevancia se considera que todo está ok, los estímulos desaparecen literalmente y dejamos de percibirlos, es una ceguera inatencional (llegamos a no ver lo que no se atiende).

Sin embargo, si aparece un estímulo biológicamente relevante (por ejemplo una araña) llega información pre-atencional pero el detector de relevancia supera el umbral y se produce una reorientación de los recursos atencionales. Esto es la respuesta orientación o la atención exógena, es decir, es una atención que de forma inconsciente redirigimos a eventos importantes, novedosos o significativos desde el punto de vista biológico (que son emocionales siempre).

Circuito de atención exógena

En los estudios que existen hasta el momento sobre atención exógena los distractores son neutros (anodinos), y aunque nos han proporcionado mucha información les falta la validez ecológica, es decir situaciones reales.

En un estudio muy conocido se pide a un sujeto que atienda a un círculo y que nos diga que orientación tiene la línea que está dentro del círculo -horizontal o vertical-. Se presentan como distractores rombos con líneas y se manipulan algunos parámetros para favorecer una captura de atención. Hay ciertas zonas del cerebro que se activan, algunas de ellas se ocupan de reorientar la mirada (por ejemplo hacia los distractores). Cuando un estímulo captura nuestra atención exógena redirigimos los recursos hacia él y el campo ocular frontal, que se encarga de los movimientos oculares. Otras zonas se ocupan de hacer una especie de mapa de relevancia del entorno (tenemos situados distintos elementos del entorno). La unión temporo-parietal nos desengancha del foco actual de atención: para pasar a atender a la araña tenemos que desengancharnos del libro. Y la corteza cingular anterior siempre que hay conflictos se activa. Todo el circuito se activa cuando el detector de relevancia detecta que el distractor es relevante, pero si no se supera ese umbral hay ceguera a los distractores.

Umbral de relevancia, ¿de qué factores depende?

El umbral depende de varios factores: las características del propio estímulo distractor, las características del individuo y de cuánto estemos de implicados en la tarea actual (por ejemplo la lectura del libro).

Características del estímulo distractor

En el propio distractor se pueden destacar varios factores, entre ellos: la saliencia emocional o biológica y el movimiento, las dos pueden modificar el umbral. Lo emocional hace que disminuya el umbral de forma que el estímulo captura más fácilmente la atención y lo que se mueve también.

La saliencia biológica

En varios experimentos de nuestro laboratorio hacíamos que distintos estímulos capturaran la atención. En el primero usábamos una tarea muy conocida en neurociencia y psicología experimental, que es el paradigma de rareza. Es una tarea en la que se presenta un mismo estímulo en la mayor parte de los ensayos y de forma esporádica aparece un estímulo que se llama desviado o raro, que tiende a capturar la atención por la novedad. Les pedíamos a los sujetos que contaran cuántas veces cambiaba el color del marco. La atención endógena estaba dirigida al marco y los estímulos desviados podían ser emocionalmente negativos, positivos o neutros y capturan la atención de forma exógena porque la tarea principal era complicada.

Se obtuvieron una serie de potenciales de respuestas cerebrales que reflejaban atención exógena y se vio que muy pronto, a los 100 milisegundos, ya hay una huella cerebral de atención exógena, por tanto es un proceso rapidísimo. Y los estímulos emocionales (sobre todo el negativo) producen una amplitud máxima sobre todo al principio, es decir a los 100 milisegundos ya el cerebro es capaz de dirigir la atención al distractor. Es una latencia corta, es lo que tarda en llegar la información a la corteza visual, es decir no habría procesamiento cognitivo, en teoría, según los datos clásicos. Pero lo que estamos viendo es que sí, que hay un procesamiento cognitivo atencional que discrimina distractores negativos de los demás.

Este efecto se observa incluso cuando los distractores son inconscientes. En otro experimento se pide al sujeto que dijera si número central era mayor o menor de 5 y presentábamos -sin que se diera cuenta- un marco formado por estímulos negativos (arañas) o no negativos. Estos estímulos aparecían 50 milisegundos y la atención va al centro. Toda la muestra de sujetos nos dijo que no habían visto estos elementos, a alguno le había parecido ver un marco pero no estaba seguro. Y a pesar de ello, también hubo una huella muy temprana cerebral, a los 150 milisegundos, que indicaba una diferencia entre los ensayos que tenían arañas y lo que no las tenían. Por tanto, los estímulos emocionales capturan más fácilmente la atención, bajan el umbral de relevancia y se llega antes a la condición de reorientación.

En otros estudios se ha visto que los distractores que se mueven capturan la atención más fácilmente que los que no. En un estudio combinamos la ventaja de lo que se mueve con lo emocional y presentamos 4 condiciones, había 4 distractores: negativos y no negativos, y cada uno de ellos podía moverse o no. Volvimos a encontrar una respuesta, a los 100 milisegundos, máxima a lo negativo que además se movía. Y los tiempos de reacción a la tarea de los números se incrementaron con la condición negativa en movimiento, es decir el sujeto se distraía más porque las arañas se movían.

¿Dónde se producían estos efectos? Si extraemos factores comunes de todos los estudios, las zonas más recurrentes eran la corteza visual y la corteza orbitofrontal. La primera se activaba más cada vez que un distractor capturaba la atención, y más los negativos. Y los que se movían más que los estáticos. La otra zona que se activó fue la corteza prefrontal ventral o corteza orbitofrontal. Ésta se activaba más cada vez que un distractor capturaba eficazmente la atención que cuando no lo hacía. Por lo tanto, emoción y movimiento son características que favorecen la atención exógena.

Características que dependen del individuo

Algunas características individuales favorecen cierto sesgo de procesamiento. Hay un estudio pionero en este aspecto en el que presentaban una matriz de estímulos negativos (arañas y serpientes) mezclados con estímulos no negativos (flores y setas) y les pedían a sujetos fóbicos y no fóbicos que localizaran cuanto antes esos estímulos.

Se comparan las respuestas de localización de los estímulos no negativos y de los negativos. Y en todos los sujetos cuando se les pide localizar los estímulos negativos los sujetos son más rápidos. Además, dentro de esa localización de los negativos, los pacientes fóbicos eran más rápidos, luego el umbral de detección de relevancia en un sujeto fóbico está más bajo para ciertos estímulos que en un sujeto no fóbico. En general esto pasa con la ansiedad, que puede ser un estado o un rasgo de nuestra personalidad. Se sabe que hay un sesgo exagerado a toda la información negativa.

Esto provocaría una mayor susceptibilidad a que lo negativo capturara la atención durante la ansiedad. Esto lo quisieron comprobar unos investigadores en una tarea en la que en uno de los bloques experimentales se le pide al sujeto que diga si las casas son iguales o no y unas caras actúan como distractores, o bien en otro bloque se les pide que nos digan si las caras son iguales o no (aquí la atención es endógena hacia las caras). Es una tarea para comparar la atención exógena y endógena. En la amígdala los sujetos ansiosos muestran una mayor activación ante las caras negativas frente a las neutras. Se comprueba que es más fácil que un estímulo negativo capture la atención en un ansioso que un no ansioso.

La amígdala, además de la corteza prefrontal, es importante en la atención exógena y esto se ve cuando los distractores son emocionales. El hecho de que los ansiosos tengan el umbral más bajo de relevancia se ve muy bien en el stroop emocional.

Stroop emocional

En el stroop clásico hay una tarea en la que se le presentan al sujeto palabras escritas con tintas de distintos colores y la propia palabra expresa un color, entonces el sujeto tiene que decirnos de qué color es la tinta con que está escrita la palabra. Cuando coinciden el sujeto es rápido pero cuando no, hay una interferencia entre color y significado de la palabra que retrasa la respuesta.

El stroop emocional pide lo mismo al sujeto -que nos diga con que tinta está escrita la palabra- pero en este caso quien distrae es el significado emocional, retraso que sólo se produce en los ansiosos y en otros trastornos como el estrés postraumático pero no en población normal.

En el trastorno por déficit de atención se produce una circunstancia parecida y lo mismo en la fibromialgia. Hay una atención permanente más a lo negativo que a otros estímulos.

Grado de implicación en la tarea en curso

Y el último factor es cuánto estamos de concentrados en la tarea principal. Si todos nuestros recursos están implicados en una tarea es más difícil detectar cambios. Es lo que se llama ceguera al cambio. El grado de implicación en la tarea en curso se suele manipular incrementando la dificultad de la tarea.

En este sentido hay un debate importante en neurociencia afectiva entre dos grupos. Uno de ellos vio que la amígdala se activaba siempre más ante las caras negativas que ante las neutras, y encontró que la amígdala se activa más ante las caras negativas incluso cuando no se atienden. Es decir la amígdala mantiene la respuesta constante con independencia de si se atienden conscientemente o no las caras. En cambio, otro científico, Pessoa hizo una tarea parecida pero un poco más difícil y pedía en un bloque atender a las caras y en otro a unas líneas. Y encontró que la amígdala sí que discriminaba la respuesta a las caras cuando se atendía a las caras conscientemente (la de ira o miedo era la que más activaba a la amígdala, después la positiva, la alegría, y la que menos la neutra) pero cuando el sujeto no atendía a las caras no se activaba en absoluto y no discriminaba entre las emociones. Esto fue una contradicción radical.

En otro estudio había un distractor de fondo, con caras neutras o negativas, pero la tarea se dirigía a las letras del primer plano. Había una condición fácil en la que sólo aparecían 6 X o 6 N y una condición difícil en la que aparecían o una X o una N mezcladas con otras letras. El sujeto tenía que pulsar una tecla si había una X u otra si había una N. Lo que vieron los investigadores es que la amígdala se activaba más ante las caras negativas sólo cuando la tarea era muy fácil. Cuando la tarea demandaba más, la amígdala ya no se activaba ante las caras negativas. Siempre que se manipula la dificultad de la tarea se observa algo parecido. Esto lo que nos dice es que: primero, la amígdala está implicada en la atención exógena aunque los circuitos tradicionales no la contemplaban; y segundo, que efectivamente el grado de implicación en la tarea en curso es fundamental para detectar un distractor.

Conclusiones

Hay un detector de relevancia y cuando aparece un distractor importante biológicamente da una especie de alarma y hay también mecanismos que reorientan los recursos de procesamiento.

En el circuito clásico hay un responsable sobre todo de reorientar la mirada hacia los distractores, hay responsables de ubicarlos en el espacio y nos falta el responsable de detectar qué es importante y qué no lo es. Y aquí es donde intervienen, en nuestra opinión, la amígdala y el polo frontal o corteza prefrontal ventral. Estas dos estructuras son los detectores de relevancia, son estructuras que reciben información preatencional.

La atención exógena está especialmente sesgada hacia la estimulación emocional. Hay factores que pueden ampliar este efecto: el movimiento, que el sujeto tenga ansiedad y que esté poco implicado en la tarea principal.

La amígdala y el polo frontal son elementos no contemplados tradicionalmente pero que parecen importantes en la atención exógena.

Una cuestión sorprendente es la velocidad con la que el circuito de atención exógena puede responder, ya a los 100 milisegundos el cerebro discrimina y responde a ciertos estímulos distractores. ¿Cómo lo hace? Tiene que ver con la frecuencia espacial de la estimulación.

En una fotografía en blanco y negro -que tiene todas las frecuencias-los distractores muy probablemente van a aparecer por la periferia de nuestro campo visual y en la periferia del campo visual sobre todo tenemos bastones (no tienen una buena definición) y esta información borrosa va a una zona de tálamo que se llama las capas magnocelulares. Podemos hablar de un procesamiento magnocelular que es pobre en detalles y en colores pero que tienen una ventaja, es muy económico. A la amígdala y a la corteza prefrontal no llega información detallada, pero si de lo que se trata es de detectar una amenaza importa más la rapidez que la precisión. Esto es lo que recibe la corteza orbitofrontal y la amígdala.

Y por último decir que hicimos un estudio para comprobar si el circuito clásico de atención exógena respondía más a las frecuencias bajas y presentamos estímulos en tres formatos: sólo frecuencias altas, sólo bajas y todas, y vimos que muchas de las aéreas de los circuitos clásicos respondían más a las frecuencias bajas y el polo frontal también responde más a las baja frecuencias que a las altas. Por lo tanto añadiríamos la siguiente conclusión: en la atención exógena las frecuencias espaciales bajas son fundamentales, son la clave para detectar y reorientar los recursos hacia esos estímulos.

video_generica_listado

¿Somos realmente libres?

Recogemos la ponencia del Prof. Francisco J. Rubia en el marco del Ciclo de Conferencias sobre Neurociencia Cognitiva 2012 organizado por Instituto Tomás Pascual Sanz y la Sección de Neurociencia Cognitiva del Centro Mixto UCM-ISCIII para la Evolución y el Comportamiento Humano.

reportaje_generica

Ganar calidad de vida es el principal motivo para perder peso

La motivación principal para perder peso es “ganar calidad de vida”, según una consulta realizada entre los pacientes de uno de los equipos médicos pioneros en el tratamiento del sobrepeso en España.

El equipo médico de Terapias de la Obesidad fue el primer equipo de profesionales médicos en introducir el tratamiento con balón intragástrico en España hace más de 17 años. Desde entonces vienen realizado esta técnica con más de 1.600 pacientes que han pasado por su consulta.

Según el Dr. Jesús Turró Homedes, Jefe del Servicio de Endoscopia Digestiva del Centro Médico Teknon de Barcelona, “antes de someterse a un tratamiento para la pérdida de peso, es fundamental que el paciente tenga una motivación principal que le ayude durante el proceso”. “Cuando un paciente acude a nuestra consulta siempre hay algún motivo por el cual ha decidido informarse y que suele ir mucho más allá del concepto “estético” de adelgazar o verse mejor físicamente. En la mayoría de casos se trata de conseguir una mejora en la calidad de vida. Muchos pacientes son conscientes de cómo les afecta el sobrepeso en su día a día, se sienten con menos energía para hacer cosas, más cansados, por no hablar de problemas asociados al sobrepeso que la mayoría de pacientes intuyen o conocen como la diabetes tipo 2, problemas de infertilidad, problemas de articulaciones, etc”.

“Por otro lado- añade el Dr. Turró- muchos de los pacientes que acuden a nuestra consulta deciden perder peso por indicación médica y por problemas relacionados con la salud pero con el tiempo esa motivación principal desaparece y son necesarias otras motivaciones más relacionadas con el día a día y el estilo de vida que no con la salud, para que el paciente lleve a cabo un cambio de sus hábitos alimenticios y prosiga con los esfuerzos necesarios para cambiar su estilo de vida. Esta motivación se da sobre todo a partir del momento en que los pacientes empiezan a perder peso. Es en esa primera fase cuando notan que empiezan a sentirse mejor, menos cansados, más atractivos, etc. En ese momento es importante ver y enumerar esa lista de motivaciones mucho más concretas- como hacer actividades que antes no hacían, poder vestir ropa que antes no usaban, poder controlar la ansiedad a la hora de comer…- que les ayudarán a continuar en el proceso para conseguir la pérdida de peso y, lo más importante, su mantenimiento a largo plazo”.

Mejoría notable del estado físico y anímico

Además de perder peso, los pacientes que han realizado el tratamiento de balón intragástrico o bien se han sometido a una reducción de estómago mediante cirugía endoluminal, combinado en ambos casos con apoyo psicológico y nutricional, han mejorado notablemente su estado de salud en general tanto desde el punto de vista físico y enfermedades asociadas como desde el punto de vista anímico y psicológico.

El equipo médico de Terapias de la Obesidad fue el primer equipo de profesionales médicos en introducir el balón intragástrico en España y desde hace más de 17 años vienen realizado esta técnica con numerosos pacientes que han alcanzado un promedio de pérdida de peso de alrededor de 20 a 22 kg.

El mismo equipo también es pionero en España en el tratamiento de la obesidad mediante cirugía endoluminal habiendo realizado desde mediados de 2011 40 intervenciones en las que, en el cuarto mes después de la intervención, los pacientes han perdido una media de 49,77% el exceso de peso que tenían.

El objetivo de esta unidad es la lucha contra una enfermedad crónica que se ha convertido en uno de los mayores problemas de la actualidad y que en la mayoría de los casos es desencadenante de otras enfermedades.