El estrés laboral se relaciona con un aumento de grasas en la sangre

Desde hace años, los expertos sostienen que el estrés emocional se asocia con el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares debido, entre otros factores, a hábitos poco saludables, como fumar, comer de forma inadecuada o llevar una vida sedentaria.

Ahora, un estudio realizado por la Sociedad de Prevención de Ibermutuamur, en colaboración con expertos del Hospital Virgen de la Victoria de Málaga y la Universidad de Santiago de Compostela, analiza la asociación entre el estrés laboral y diferentes parámetros relacionados con el metabolismo de los ácidos grasos en el organismo.

El trabajo, recientemente publicado en el Scandinavian Journal of Public Health, se llevó a cabo en una muestra de más de 90.000 empleados que acudieron a realizarse un reconocimiento médico.

“Los trabajadores que declararon haber experimentado dificultades para hacer frente a su trabajo durante los últimos doce meses (un 8,7 % de la muestra) contaron con un mayor riesgo de padecer dislipidemia”, señala a SINC Carlos Catalina, psicólogo clínico experto en estrés laboral.

Las dislipemias son trastornos del metabolismo de las lipoproteínas, que pueden manifestarse por una elevación del colesterol total, de las lipoproteínas de baja densidad (LDL) y de las concentraciones de triglicéridos, así como por una disminución de las lipoproteínas de alta densidad (HDL).

Cambios en el perfil lipídico

Concretamente, en el estudio realizado los trabajadores con estrés laboral presentaron mayor probabilidad de sufrir niveles anormalmente altos de colesterol LDL (el llamado colesterol “malo”), niveles excesivamente bajos de colesterol HDL (colesterol “bueno”) e índices de aterogenicidad positivos, es decir, un potencial de obstrucción de las arterias.

“Uno de los mecanismos que podrían explicar la relación entre el estrés y el riesgo cardiovascular podrían ser los cambios en nuestro perfil lipídico, lo que supondría una mayor acumulación de placa ateroma (depósito de lípidos) en nuestras arterias”, concluye Catalina.

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Las mujeres españolas pasan una media de 8 años a dieta

No obstante, a juicio del experto, la preocupación por el estado físico es “natural” en las mujeres dado que su peso está destinado a fluctuar debido a los momentos de cambio físico y/u hormonal importantes que experimentan, como tener un hijo, factores emocionales derivados de las relaciones personales, la menopausia o el entorno laboral.

Sin embargo, los datos estadísticos a nivel nacional indican que el 44,6 por ciento de las españolas tiene sobrepeso. Esto demuestra que gran parte de estas mujeres no consigue deshacerse de los kilos de más y el hecho de que se embarquen al menos en dos dietas cada año -en la época posterior a las navidades y en la “Operación Bikini” de verano- sugiere que recuperan cualquier peso que logran perder, debido a una “consecución inevitable” de efectos rebote.

“Si nos proponemos un objetivo real en la dieta, como perder 2 ó 3 kilos en un mes en vez de 10, al cabo del año habremos conseguido un avance importante hacia nuestra meta que no nos costaría tanto mantener. Es lógico que, si después de pasar por una dieta baja en calorías, volvemos a los hábitos anteriores, el cuerpo aumente de peso, pudiendo alcanzar hasta un peso mayor al que teníamos antes de empezar la dieta, ya que quiere asegurarse de sobrevivir gracias a las reservas suficientes, cuando vuelva aquella dieta que se le impone”, ha explicado Bravo.

Además, algunos estudios alertan que cada vez son menos los españoles que siguen la dieta mediterránea, declarada en 2010 Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Más que de un régimen, se trata de un estilo de vida saludable con una alimentación equilibrada y variada, baja en grasas saturadas y rica en fibra y antioxidantes.

Pero en una sociedad azotada por los altos índices de obesidad y sobrepeso, las prioridades han cambiado y lo que busca la gran mayoría, sin duda, es una dieta que permite perder peso rápidamente. De hecho, actualmente hay registradas más de 130 dietas para adelgazar y su número va en aumento.

En este sentido, el experto en Nutrición ha recordado a las mujeres que escoger una diera al azar es “tan malo” como estar constantemente a dieta, al igual que fijarse unos objetivos muy altos a corto plazo, saltarse las comidas, retirar algún grupo de alimento o los que “dan placer”, ingerir el mismo menú todos los días, no beber agua durante las comidas, consumir sólo productos “light”, cenar sólo fruta, no realizar ejercicio y consultar la báscula de forma compulsiva.

Por ello, ha recomendado acudir a un especialista en el momento en el que se tenga cualquier duda con la dieta y, especialmente, para seguir un programa profesional basado en las características propias de la persona, tanto emocionales, metabólicas como de hábitos y vida social. Además, ha recordado que lo saludable es perder un kilo por semana, realizar cinco comidas al día, reducir la ingesta de algunos alimentos y realizar ejercicio físico.

Las claves para vivir 100 años

La FESNAD (Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética), y la AESAN (Agencia de Seguridad Alimentaria y Nutrición) bajo el lema Comer bien para envejecer mejor han inaugurado hoy la XII edición del Día Nacional de la Nutrición y en la que se han presentado los resultados de la 1ª Encuesta Nacional sobre Estilos de Vida y Longevidad.

Actualmente en España existen 2.375.987 personas entre los 80 y 100 años y 10.449 de más de cien años. Según la OMS para el 2050 casi un 40% de la población mundial será “mayor”, lo que situará a España como el segundo país más envejecido del mundo por detrás de Japón. Para la FESNAD y AESAN no sólo es prioritario “poner años a la vida” sino también “vida a los años” y por esta razón han querido investigar cuáles han sido y son las pautas alimenticias de nuestros abuelos, las personas que fueron niños en la Guerra y hoy en día conservan su salud.

De este modo las principales conclusiones que se desprenden de la Encuesta sobre Estilos de Vida y Longevidad realizada a 242 personas entre 80 y 104 años es que la combinación de mantener una dieta frugal y actividad diaria alarga la vida.

Resultados de la encuesta

El 31,5% de los encuestados han vivido un periodo de restricción alimenticia durante al menos 2 años derivado de épocas de guerra y postguerra. Si bien este hecho es perjudicial para la salud ya que el cuerpo no ingiere todas las sustancias necesarias, lo que sí es saludable y recomendado para alargar la vida es comer pocas cantidades.

Tan sólo el 9,6% de los encuestados consideran que su salud actual es mala, ya que el resto de personas preguntadas aseguran mantener una buena alimentación que influye en su buena salud. Las personas que en la Encuesta sobre Estilos de Vida y Longevidad manifestaron un estado de salud bueno habían vivido la mayor parte de su vida en una población rural, además de consumir habitualmente 3 o más piezas de fruta.

Un 63,4% consideran que a lo largo de su vida su alimentación ha sido normal y siempre han mantenido un peso adecuado. Este hecho viene determinado también por la fidelidad de los abuelos a la dieta mediterránea, según demostraba el 1er Estudio sobre la Influencia de los Abuelos en la Alimentación de los Niños, el 64% de los encuestados mantenían una dieta de temporada rica en frutas, verduras y pescado.

Claves para envejecer con salud

Los tres elementos clave para disfrutar de la vida con salud son: unos buenos hábitos alimenticios, una actividad física diaria y una vida social activa.

Hábitos alimenticios

Estos buenos hábitos deben de adquirirse de pequeños para mantenerse a lo largo de la vida e ir adaptándose a las necesidades de cada edad. Así al llegar a edades adultas, se deben mantener hábitos más saludables: comer más frutas, vegetales, pescado y menos carnes rojas, bollería y refrescos.

Actividad física

En los últimos años la comodidad y las facilidades adquiridas que mejoran nuestra calidad de vida, traen de la mano cuestiones negativas para la salud. Nos movemos menos y comemos más, como refleja el aumento de la ingesta diaria en más de 700 kcal que se ha producido en los últimos 40 años. Así la actividad diaria es un factor determinante para asegurar una buena calidad de vida.

Vida social

Del mismo modo que hay que cuidar el cuerpo mediante la alimentación y la actividad física, la mente tiene que nutrirse a través de una vida social activa.

En resumen, debemos mantener una dieta frugal basada en fruta y verdura, pescado, frutos secos, legumbres, cereales integrales y aceite de oliva, es decir, la esencia de nuestra dieta mediterránea, productos de temporada y locales, que junto a actividad diaria nos permitirá envejecer mejor.

El 30% de la población infantil padece sobrepeso u obesidad

El exceso de peso entre la población infantil sigue siendo una problemática de primer orden y afecta a un 28,3% del alumnado evaluado en los municipios participantes en el Programa Thao durante el curso académico 2011-2012. Así lo demuestran los datos presentados por la Fundación Thao que analizan una muestra de 20.588 niños y niñas de entre 3 y 12 años. Según Rafael Casas, director científico de la Fundación Thao, “la situación actual nos hace ver que la suma de esfuerzos es muy importante y que tenemos que seguir trabajando para conseguir nuestro objetivo. Nos estamos dando cuenta, con los datos en la mano, que las prevalencias de obesidad son muy altas y que queda mucho trabajo por hacer”.

Los datos del estudio transversal realizado durante el curso 2011-2012 siguen mostrando una situación alarmante en cuanto a la obesidad y el sobrepeso en las edades más tempranas. Más de uno de cada cinco niños y niñas de entre 3 y 5 años sufre exceso de peso, lo que se concreta en una prevalencia de la obesidad del 5,7% y del sobrepeso del 16,2%. Además, si analizamos los datos en conjunto, con niños y niñas de 3 a 12 años, los porcentajes se elevan hasta el 21,2% en sobrepeso y hasta 7,1% en obesidad.

En palabras del presidente de la Fundación Thao, Henri García: “Nos preocupa enormemente la elevada prevalencia entre los niños de menor edad. Para poder generar un cambio real en esta gran problemática, necesitamos una estrategia efectiva dirigida no sólo al fomento de la alimentación saludable y la actividad física, sino también actuando sobre factores psicológicos y sociales. Todos estos elementos son indispensables para resolver lo que ya se ha convertido en uno de los mayores retos para la salud pública de nuestro tiempo”.

Es por esto que la Fundación Thao ha creado un modelo innovador de intervención. Se trata de los Talleres Thao-Pequeña Infancia dirigidos a los padres/madres de niños de 0-3 años y a profesionales de la pequeña infancia. Estos talleres están pensados para abordar la neofobia alimentaria, los procesos innatos de autorregulación energética y el vínculo afectivo. De forma complementaria, la Fundación Thao ha estado trabajando en la franja de 0-3 años mediante las temporadas temáticas con diversos materiales educativos.

El actual contexto de crisis puede deteriorar los hábitos saludables entre los colectivos más desfavorecidos y hacer más difícil el seguimiento de una dieta variada y equilibrada. En vistas de esta realidad social, la Fundación Thao ha decidido trabajar en red con entidades con la cuales crear sinergias y colaboraciones para llegar a todas aquellas familias que requieran su apoyo. Una de las alianzas más recientes es su colaboración con Cruz Roja de Cataluña, con la cual está trabajando en proyectos dirigidos especialmente a estos sectores en mayor riesgo de vulnerabilidad y exclusión social, y teniendo un especial cuidado hacia el colectivo de la infancia, ampliando así las acciones del programa Thao que van dirigidas a toda la población.

El Programa Thao contribuye a mantener la obesidad a raya

Si bien el estudio transversal permite hacer una fotografía fija de la situación en cuanto al exceso de peso de los niños españoles cada año, la Fundación Thao también ha elaborado un estudio longitudinal con un colectivo de 6.697 niños y niñas de 10 municipios españoles que implementan el Programa Thao (Aranjuez, San Juan de Aznalfarache, Villanueva de la Cañada, Sant Carles de la Ràpita, Castelldefels, Alcázar de San Juan, Balaguer, Montgat, Monzón y Utrillas). Esta es la muestra más relevante en España hecha en un estudio de este tipo.

Este estudio longitudinal refleja que, después de cuatro años en los cuales se ha hecho un seguimiento de los mismos niños y niñas que participan en el Programa Thao, el incremento en sobrepeso y obesidad ha sido de tan solo algunas décimas porcentuales. La obesidad ha aumentado 0,1%, el sobrepeso un 0,9%, y el total de exceso de peso (sobrepeso+obesidad) tan solo un 1% de manera que podemos considerado que se ha frenado la tendencia al alza.

Según los últimos datos de la OMS, la prevalencia de la obesidad en el mundo se ha doblado en los últimos 30 años y se estima que el crecimiento siga siendo progresivo en el porcentaje de afectados por el exceso de peso. Aunque no se puede afirmar que el estancamiento mostrado por el estudio de la Fundación Thao se pueda atribuir directamente a la implementación del Programa Thao -ya que no hay datos comparativos con municipios de control que no estén implementando el Programa-, se trabaja sobre la hipótesis que el Programa actúa como freno de la tendencia al alza.

Según Rafael Casas, director científico de la Fundación Thao, “consideramos positivo el hecho que en los municipios analizados se haya notado un estancamiento en los datos de prevalencia, ya que este era el objetivo que nos marca la Organización Mundial de la Salud: frenar la progresión de esta epidemia”.

Desde la Fundación no tienen ninguna duda de la incidencia del Programa Thao en la estabilización de los datos de exceso de peso infantil aunque, como afirma el responsable del área de evaluación e investigación de la Fundación Thao, Santi Gómez, “todavía no disponemos de un estudio que nos permita cuantificar nuestro grado de influencia en este cambio de tendencia. Para solucionarlo, y gracias a una Beca FIS del Ministerio de Economía y Competitividad y al IMIM-Instituto del Hospital del Mar de Investigaciones Médicas, estamos realizando un nuevo estudio de tres años de duración que nos permitirá comparar las diferencias en la evolución del exceso de peso infantil, y otras variables entre dos municipios (Terrassa y Sant Boi de Llobregat) donde Thao implementa su Programa y dos municipios de control (Molins de Rei y Gavà)”.

Este nuevo estudio permitirá tener, a partir del año que viene, datos científicos que medirán el impacto del Programa Thao. Para conseguirlo, la Fundación Thao ha creado una nueva herramienta online de evaluación que facilita el proceso de registro y recogida de datos de los cuestionarios sobre hábitos de alimentación y sedentarismo, así como otras variables psicológicas y sociales.

Gómez asegura que “mediante la nueva herramienta online facilitamos enormemente la tarea de recogida y procesamiento de datos. Además, la incorporación de nuevas variables y preguntas nos permitirá conocer con mucho más detalle las pautas y el nivel de actividad física de los niños y la cantidad de su dieta, pero también podremos profundizar más sobre su vínculo psicológico con la comida o el nivel socioeconómico de su familia. Sin olvidar que en un futuro esta herramienta online podrá ser utilizada por la comunidad científica”.

Por primera vez, también se incluyen cuestionarios para los padres y madres con preguntas que permiten valorar la cualidad de la dieta de las familias o el nivel de actividad física, así como el nivel socioeconómico.

Sólo dos de cada 1.000 personas en España tiene una salud cardiovascular ideal

Los niveles ideales de salud cardiovascular de los españoles son tan bajos como los de los estadounidenses, según un estudio, realizado por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), junto con el Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Universitario La Paz (IdiPAZ) y el CIBER de Epidemiología y Salud Pública, que revela que sólo dos de cada 1.000 personas cumplen los requisitos para tener un corazón sano.

Este estudio, que es el primero a escala nacional sobre salud cardiovascular que se realiza en un país europeo, ha sido publicado en Circulation Cardiovascular Quality and Outcomes.

“En contra de lo esperado en un país mediterráneo como España, con una de las menores tasas de mortalidad coronaria en Occidente, encontramos que sólo dos de cada 1.000 sujetos cumplen los requisitos que definen un estado de salud cardiovascular ideal”, afirma una de las responsables del estudio, la profesora de Medicina Preventiva y Salud Pública de la UAM, la doctora Auxiliadora Graciani.

Para los autores es especialmente preocupante la situación encontrada en las personas más jóvenes, aquellas que se encuentran entre los 18 y 45 años, ya que más de un tercio de éstos continúan siendo fumadores y mantienen una dieta escasamente saludable, y sólo la mitad presentan un peso normal o desarrollan actividad física regular.

Aunque la mortalidad por enfermedades cardiovasculares ha disminuido en los países occidentales, incluido España, éstas siguen siendo la primera causa de muerte y una de las principales causas de enfermedad, así como del incremento del gasto sanitario en estos países. Entre los grupos que el estudio identifica en particular situación de riesgo, destacan los varones, y entre éstos, aquéllos con menor nivel de estudios.

“La todavía menor mortalidad coronaria existente en nuestro país no debería conducir a la autocomplacencia, puesto que las enfermedades coronarias son una de las principales causas de enfermedad en España, y nuestros datos sugieren que la salud cardiovascular puede ser sensiblemente mejorada. Sobre todo en lo que se refiere a los estilos de vida”, añade Graciani.

Se deben cumplir siete requisitos

Todo el que quiera presumir de tener una salud cardiovascular “ideal” debe cumplir siete requisitos, que ha establecido la American Heart Asociation (AHA). Así, cuatro de ellos están relacionados con el estilo de vida y los tres restantes, conciernen a factores biológicos.

La primera obligación es no haber sido fumador, le sigue tener un peso acorde a la estatura (normopeso), ser físicamente activo y seguir una dieta saludable; las otras tres condiciones son mantener un nivel de colesterol sérico menor de 200 mg/dl; niveles de presión arterial sistólica y diastólica por debajo de 120 y 80 mmHg (respectivamente), y, por último, nivel de glucosa basal sérica menor de 100 mg/dl.

Según indica el estudio, las causas principales de que los españoles reprueben en materia de salud cardiovascular son la inactividad física, el consumo de tabaco y la obesidad, estilos de vida poco saludables que afectan a un cuarto de la población. La dieta poco saludable, presente en uno de cada tres ciudadanos, también es influyente.

En cifras generales, el estudio refleja que menos del 1% de los españoles mayores de 18 años siguen las cuatro recomendaciones sobre estilos de vida ideales para obtener salud cardiovascular. Y que apenas uno de cada 12 ciudadanos presenta niveles ideales de presión arterial, colesterol y glucosa.

El estudio se basó en datos procedentes de Estudio sobre Nutrición y Riesgo Cardiovascular en España (ENRICA), un trabajo de base poblacional realizado entre junio de 2008 y octubre de 2010 sobre una muestra representativa de la población española mayor de 18 años (11.991 personas).

El trabajo fue financiado por Sanofi-Aventis y patrocinado por el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, a través de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). La información obtenida mediante encuestas para este estudio fue complementa con exámenes físicos y recogida de muestras biológicas.

Confirmada en ratas la relación entre el estrés prenatal y la obesidad

El entorno intrauterino desempeña un importante papel en la salud de la descendencia. Ahora, expertos de la Universidad de Navarra afirman que el estrés de la madre -debido a causas socioeconómicas o psicosociales- se asocia con el desarrollo de patologías relacionadas con la obesidad.

“La creciente prevalencia de la obesidad no puede ser atribuible únicamente a factores genéticos o a una mala nutrición, sino también al estilo de vida y a factores ambientales adversos”, explica a SINC Javier Campión, investigador principal del nuevo estudio. “Dichos factores ambientales podrían impactar sobre los mecanismos epigenéticos, responsables del control de los genes más allá del código genético”.

Para los autores, el ritmo acelerado que caracteriza a la sociedad produce una elevación de la tasa de estrés en la población y este aumento, paralelo a las tasas de obesidad, hace necesario el análisis de la interacción entre estos dos factores, que no sólo afectan a la edad adulta.

El objetivo del trabajo, publicado en la revista Stress, fue determinar en ratas adultas el efecto de un estrés crónico moderado durante la última semana del desarrollo embrionario en los cambios fenotípicos, bioquímicos y hormonales.

Así, los investigadores estudiaron dos grupos de ratas, con y sin estrés, y examinaron en su descendencia las alteraciones de la expresión de genes relacionados con la obesidad y el metabolismo de los glucocorticoides en el tejido adiposo blanco.

“La conclusión general que obtuvimos fue que una situación adversa durante el desarrollo intrauterino podría llevar a que los animales debido a la ingesta de una dieta hipercalórica tuviesen un mayor aumento de grasa corporal y alteraciones bioquímicas, hormonales y genéticas”, subraya Campión.

Además, los autores insisten en que estos cambios en la edad adulta inducidos por la ingesta de una dieta rica en grasa y azúcares provocan obesidad y otros trastornos asociados, como resistencia insulínica -cuyo resultado es el desarrollo de diabetes tipo 2-.

Embarazos en el siglo XXI

“Hoy en día muchas mujeres siguen con su vida frenética durante el embarazo hasta casi dar a luz, sin percatarse del estrés que puede estar sufriendo”, apunta el investigador.

Los expertos alegan que el estrés -que durante la vida normal de una mujer puede que no le afecte a la salud- podría estar alterando el desarrollo del bebé y predisponiendo al desarrollo de patologías en la edad adulta, debido posiblemente a modificaciones epigenéticas. Los problemas relacionados con la obesidad son responsables cada año de más de 2,8 millones de muertes en todo el mundo.

“Una vida saludable durante el embarazo no consiste únicamente en una buena alimentación, en un buen aporte de vitaminas y minerales, sino también en tener una vida tranquila, sin estrés”, concluye Campión.

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Dieta equilibrada, ejercicio y dejar de fumar, las mejores armas contra los infartos

La dieta equilibrada, el ejercicio físico y dejar de fumar reducen en hasta un 80 por ciento el riesgo de infarto, según aseguran los expertos de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y la Fundación Española del Corazón (FEC).

En concreto, y debido a que “la inmensa mayoría de enfermedades cardiovasculares son prevenibles”, los expertos de ambas organizaciones apuestan por una alimentación rica en frutas y verduras, además de por la práctica deportiva y la cesación del hábito tabáquico.

Si se lleva a cabo este estilo, pueden verse mejorados datos como los que expone el Instituto Nacional de Estadística (INE), que señala que las enfermedades cardiovasculares “continúan siendo la primera causa de muerte en España, por encima del cáncer y de las enfermedades respiratorias”. Así, éstas “son las causantes del 30,5 por ciento de los fallecimientos”, lo que se traduce en “unas 118.313 muertes anuales en España y más de 17 millones en todo el mundo”, explican.

Por su parte, las patologías cerebrovasculares causaron un total de 28.855 muertes en 2011, cifra que “representa un 24,38 por ciento de los fallecimientos por causas cardiovasculares”, aseguran. Una de ellas es el ictus, que significó el deceso durante ese año de 16.703 mujeres y 12.152 hombres.

Acudiendo a los datos de fallecimientos por infarto de miocardio, se observa que 18.101 personas perdieron la vida por este evento. De todos ellos, el 90 por ciento se asocia a factores de riesgo clásicos conocidos y fácilmente modificables y prevenibles, como son “la hipertensión, el colesterol elevado, el tabaquismo, la diabetes y la obesidad”, indican.

Los factores de riesgo más preocupante son la diabetes y la obesidad

A juicio del presidente de la sección de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la SEC, el doctor Enrique Galve, los factores más preocupantes son la diabetes y la obesidad, “estrechamente relacionados con la mala nutrición”. Para él, la sociedad “ha pasado de un modelo de alimentación basado en los productos naturales a la comida rápida y los productos precocinados”.

Otro causante de estas enfermedades es el tabaco, del cual la mujer ha incrementado su consumo en los últimos 30 años. Esta coyuntura “provocará a la larga un incremento de enfermedades coronarias en el caso del género femenino”, sostiene.

Por otro lado, el sedentarismo juega un papel importante “en la alteración de las cifras de la presión arterial, el colesterol, los lípidos en sangre, la obesidad y la diabetes”. Su eliminación, junto al resto de recomendaciones, mejoraría estos aspectos.

Además, mantener una vida activa erradicaría la obesidad, siendo “la obesidad abdominal la más peligrosa”. Por ello, Galve indica que “la medida de la cintura de los hombres no debe exceder de los 102 centímetros, mientras que las mujeres no deben tener más de 88 centímetros”.

Por último, el especialista advierte de los factores de riesgo no clásicos, entre los que señala a la apnea del sueño, el estrés o el consumo de drogas. Para él, es necesario acudir al médico cada cierto tiempo “para conocer los factores de riesgo de cada uno”.

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Alimentar emociones favoreciendo la chispa interior

El rendimiento de los niños depende mucho de que hayan desayunado bien o no, y también si han dormido bien o no. De la misma forma hemos visto en la clínica muchos casos, sobre todo de crisis depresivas, en las que nos damos cuenta que la alimentación suele ser muy determinante. Cuando preguntábamos si en los últimos meses el paciente había hecho algún tipo de dieta en un porcentaje altísimo nos encontrábamos que así era. Empezamos a ver esa correlación y nos dimos cuenta que los alimentos influyen mucho, para bien y para mal. No podemos pensar que tomando café y unos bollos podemos estar bien.

Me gustaría empezar diciendo que sin felicidad no hay motivación, sin felicidad hay pocos recursos para superar las dificultades que tenemos hoy en día. Sin motivación no comeremos bien, no estaremos bien con las personas que están a nuestro alrededor, no nos querremos lo suficiente.

La satisfacción vital es una especie de equilibro entre la emociones positivas y negativas. En muchas empresas hay una gerencia de la motivación porque se han dado cuenta que cuanto más feliz es la gente, mejor ambiente laboral, mejor trabajan y mejor se encuentran. Y los psicólogos hemos visto como efectivamente la motivación influye a nivel de organización en que la productividad es más alta cuando los trabajadores están motivados, que la tasa de absentismo es más baja y que la retención del talento es mayor. Asimismo en la persona vemos que los ingresos suben a mayor motivación, el éxito y el desarrollo son más altos y es mayor la proyección de su carrera.

Desarrollo de la inteligencia emocional

¿Cómo desarrollamos la inteligencia emocional sabiendo que es una forma fundamental para desarrollar nuestras emociones? La inteligencia emocional es conocernos en profundidad, conocer cómo son las personas que nos rodean, cómo podemos relacionarnos con ellas, cómo saber, por ejemplo, cuándo hay que desactivar tensiones, cuándo hay que llegar a acuerdos, desarrollar al máximo nuestra creatividad, nuestro buen ánimo y esa capacidad de liderazgo que todos tenemos y no sentirnos mal en situaciones de mucha presión, ir por delante de los acontecimientos, tener claro que el objetivo final de nuestra vida, y el que debe mover siempre nuestros impulsos y acciones, es la felicidad.

Pero esa inteligencia emocional obedece a unos principios básicos. Lo más importante es que sepamos conocernos y autocontrolar las emociones negativas, que sepamos comunicar, que seamos proactivos y que alcancemos los objetivos que realmente queremos, pero siempre bajo unos principios éticos. Sino no estaríamos practicando la inteligencia emocional, sino la manipulación (que muchos lo confunden).

En la inteligencia emocional sana sabemos que nuestras emociones y nuestro rendimiento están muy condicionados por nuestros alimentos.

La importancia de un buen desayuno

Un buen desayuno está compuesto por lácteos (leche y queso); cereales, de bajo índice glucémico (pan integral, avena); la fruta natural; y también jamón cocido. Son básicamente alimentos con proteína animal que producían una mejora (según Mahoney y colaboradores) de la creatividad, resistencia física, capacidad matemática, en la memoria a corto plazo y en el estado de ánimo. Y por el contrario cuando no se cumple, los niños se encuentran peor, más débiles, y sobre todo con peor ánimo. Y la resistencia es infinitamente menor.

En un estudio alemán se compararon los niños con este tipo de alimentación y niños con un desayuno más flojo y se dieron cuenta que los primeros tenían mejor actitud, rendimiento y mejor ánimo. Y muy recientemente se ha demostrado que esa buena alimentación en el desayuno aumenta el cociente intelectual, que es muy poco entrenable. Los que desayunan adecuadamente como media tienen 114,9 y en cambio las personas que tienen el mismo potencial intelectual pero que desayunan peor tienen cuatro puntos menos de CI: 110,6 .

En otros estudios hemos visto cómo influye en los síntomas depresivos. En las personas que están bien alimentados (la alimentación mediterránea es la mejor) el porcentaje de personas con depresión es bajo, un 8,8 frente 16,5 en las personas que están deficientemente alimentadas. Si miramos los síntomas relacionados con el suicidio, en las personas que están suficientemente alimentadas los pensamientos relacionados con la muerte, deseos de morir, ideación suicida o intentos de suicidio, baja a un 37,3% mientras que es el doble en las personas insuficientemente alimentadas.

Alimentación y estados depresivos

En España la prevalencia de la depresión es de un 4% y la media del consumo de pescado es de 28 Kilos. El consumo de pescado y todos sus ácidos buenos (que se pueden tomar como suplementos) nos indica que países como Japón, donde el consumo de pescado es altísimo, el índice de depresiones mayores es muy bajo.

Las personas que quieren hacer dietas (y la mayoría de los adultos han hecho dieta alguna vez en su vida) tienen que ingerir menos calorías de las que gastamos. Las dietas que son bajas en hidratos de carbono, al principio producen un mejor estado de ánimo pero inmediatamente el estado de ánimo empieza a bajar y llega un momento en que es igual al principio. Es decir las dietas bajas en hidratos de carbono tienen un efecto que con el tiempo se va difuminando. Sin embargo las dietas bajas en grasa al principio ocurre lo mismo, hay un pequeño repunte y después vuelven a bajar, es decir, volvemos a tener mejor estado de ánimo. Por lo tanto hay que hacer dieta baja en grasas pero no baja en hidratos de carbono.

La alimentación equilibrada de todos los componentes básicos produce mejoras en pacientes deprimidos y en bipolares. También facilita el afrontamiento de situaciones de estrés en personas especialmente vulnerables, reduce la hostilidad y la agresividad. Y la alimentación equilibrada también mejora el estado de ánimo de las personas sanas.

¿Qué ocurre cuando tenemos un estado de ánimo bajo, cuando estamos débiles emocionalmente? Tendemos a seleccionar una serie de alimentos que son muy negativos, son altos en grasas, y altos en azúcares, que en ese momento liberan una serie de endorfinas, incrementan un poco la serotonina, y tenemos la sensación de que nos sentimos mejor porque hay una reducción inicial del malestar. Pero inmediatamente después volvemos a sentirnos peor, la serotonina baja, hay una sensación de baja energía y volvemos al estado de ánimo bajo, y de nuevo volvemos a alimentarnos mal. Debemos dejar esa rueda.

Cuando estemos mal lo primero que tenemos que pensar es que hay muchas cosas en la vida por las que tenemos que estar bien; segundo, podemos comer bien; tercero, que hay personas que nos van a ayudar; cuarto, que cuando estemos fatal tenemos a los psicólogos que nos pueden ayudar; y por último debemos dormir y hacer ejercicio.

Hay que dividir las comidas del día en cinco o seis, disfrutar del proceso, de la compañía, beber suficiente líquido, tomar hidratos de carbono especialmente de bajo índice glucémico como la pasta y el arroz integral, y asegurarse de que se toman suficientes minerales (hierro, magnesio, selenio) y vitaminas (especialmente la vitamina B) y ácidos grasos omega 3. Si además comemos en compañía y buen humor nos vamos a sentir mucho mejor.

Desde el punto de vista psicológico podemos tener una buena o mala actitud ante la vida. Hemos de ser conscientes de que eso depende de nosotros (y además no cuesta dinero). La ilusión va a ser siempre nuestro principal baluarte, el mejor recurso, y nuestro mejor aliado ante las adversidades. La felicidad existe, no hay que comprarla, pero sí que hay que saber conquistarla. Somos los autores de nuestra felicidad (los niños lo entienden muy bien, en cambio a los adultos les cuesta asimilarlo). La actitud con la que vivamos nuestras vidas va a determinar nuestro éxito o nuestro fracaso.

Quién controla sus pensamientos controla su vida

Hay gente que piensa que es imposible sentirse bien cuando las circunstancias que nos rodean son difíciles. En realidad las circunstancias condicionan mucho a algunas personas, menos a otras, e incluso a algunas les sirve de estímulo. Ésta es la gran diferencia.

No es verdad que el hombre es él y sus circunstancias. Que nos encontremos bien nos puede ayudar pero básicamente depende de nosotros, porque lo importante es como interpretamos la vida. Y os pediría que cuando os encontréis mal intentéis cazar como al vuelo lo que estáis pensando. La mayoría de las veces estamos teniendo pensamientos muy negativos que en muchas ocasiones además no son realistas pero que saltan automáticamente. Y esos pensamientos son los que realmente nos hacen sentirnos tan mal. Sentimos en función de lo que pensamos, no de lo que está pasando.

Hay países que están mucho peor que nosotros, en condiciones infrahumanas y sin embargo son más felices. La felicidad depende de nosotros y de que empecemos a interpretar bien lo que ocurre en nuestra vida. Siempre podemos ver las cosas de una manera o de otra. Y al final cuando alguien tenga duda puede probar con el diálogo socrático. Por ejemplo, en la afirmación “para sentirme bien tengo que matar a mi jefe”, lo que dice Sócrates es: ¿qué pruebas tienes de que esa es la mejor solución?; ¿qué ley lo dice?; ¿no hay otras posibilidades?; ¿qué gano pensando de esa manera? (la respuesta es sentirnos fatal); ¿qué ganaría pensando de otra forma?; y en cualquier caso ¿qué es lo peor que podría suceder?

Autocontrol

Primero es importante que nos conozcamos y luego que sepamos qué queremos controlar para ser las personas que queremos ser. Al final la diferencia entre una persona que triunfa en la vida y otra que fracasa no es tanto su potencial intelectual sino la capacidad que tiene para controlar sus emociones y para influir en las emociones de las personas que nos rodean. Y eso es algo que también podemos conseguir.

El cerebro obedece nuestras órdenes, alimenta los pensamientos positivos y racionales, y destierra aquellos que nos producen desesperanza.

Pero las personas que no saben controlar sus pensamientos lo que hacen es que conviven siempre con sufrimiento. El 95% de las veces que sufrimos lo hacemos innecesariamente. Cuando la persona ya está bien y los psicólogos le preguntamos si estaba justificado su sufrimiento sólo en casos de pérdida de ser querido o de tragedias importantes nos dicen que estaba justificado. Sin embargo la mayoría de las veces sufrimos por cosas que no merecen tal sufrimiento. Y esto podemos evitarlo aunque la mayoría de las veces no sabemos cómo hacerlo.

La queja sólo nos va a llevar a la desolación, no debemos alimentar la queja y los rumores porque nos contaminan. Ser dueños de nuestra vida al final significa ser dueños de nuestras emociones, y esto no lo debemos dejar en manos de los demás, por mucho que los demás nos quieran. A veces lo importante no es tanto lo que pasa, la mayoría de las veces las emociones que alimentamos son negativas porque interpretamos mal, y aquí es donde podemos tener mucha dificultades. Lo importante no es lo que está pasando sino lo que cada uno ve. Ante la misma situación unos se lo toman con humor, otros con miedo, y otros con autocontrol emocional. Funcionamos mucho por estereotipos y éste es uno de los problemas fundamentales.

Sentido del humor

En las situaciones complicadas el humor siempre va a ser nuestro principal aliado. Pero siempre con empática, poniéndonos en el lugar del otro. El humor enamora, impacta, entusiasma, ilusiona y siempre nos reporta alegría y felicidad.

La espontaneidad y la creatividad también son claves y la mayoría de veces el humor derriba las principales barreras.

Asertividad

Contra la adversidad se necesita inteligencia emocional y asertividad (capacidad para autoafirmarnos). La inteligencia emocional nos ayuda a saber lo que necesitamos cambiar y nos proporciona los medios para que lo podamos hacer. La asertividad es, básicamente, decir las cosas que queremos decir de la forma adecuada, en el momento oportuno y con la habilidad de que el otro, lejos de molestarse, se sienta cercano pero sin ningún tipo de manipulación. Lo peor es la gente que no se atreve a explicar lo que siente y que no sabe decir que no. Y éstas son personas manipulables y de adulto al darse cuenta de que les manipulan se sienten muy mal. Debemos sugerir y argumentar pero sin imponer. No debemos pensar que sólo nosotros tenemos razón. Para que la comunicación vaya bien lo primero es sentirse escuchado porque así la persona se siente comprendida.

Trabajemos nuestra inteligencia emocional para que no se haga más pequeña que la que tienen nuestros hijos. Cualquier obstáculo en la vida hay que intentarlo tomar como una oportunidad, una de las peores cosas es el miedo. El miedo no alimenta nuestras emociones positivas sino que nos debilita, nos llenan de inseguridad y nos paraliza. Hay que sobreponerse ante la adversidad, luchar por superar nuestras dificultades y el miedo sólo se combate haciendo las cosas que mantienen ese miedo.

Mantenernos activos

Nos tenemos que mantener activos y asegurarnos de incorporar actividades saludables a nuestra vida con ejercicios como ser positivos, objetivos, aprender a querernos a nosotros mismos, asumir los problemas, no exigirse al máximo, ponerse metas alcanzables, no tener miedo al fracaso, aceptarse físicamente, no dejar las cosas para mañana y dar importancia a las pequeñas cosas de la vida.

Se hizo un estudio para ver las diferencias entre tres grupos de personas, unas que se fijaban en aspectos positivos, otras que les daba lo mismo, y otras en lo negativo ¿y quién se sintió mas feliz? Hay que buscar apoyos, aprovechar las oportunidades, vivir el presente, no compararnos con los demás, desarrollar el sentido del humor, controlar los sentimientos malos (los buenos disfrutarlos), planear actividades (se ha visto que la felicidad no es comprar cosas, pero si a veces comprar situaciones, por ejemplo un viaje), hacer ejercicio físico y tener esperanza.

El valor del autorrefuerzo

El hecho de premiarnos influye directamente en nuestro estado emocional. Y a los niños hay que apoyarles cuando algo les ha salido mal porque es cuando más lo necesitan. El mejor elemento de motivación es la motivación interna.

Alimentemos nuestras emociones, actuemos con sensibilidad e inteligencia emocional. Lo importante, en realidad, no es lo que piensen los demás sino lo que pensamos nosotros de nosotros mismos. Por lo tanto, el verdadero hombre inteligente es el que aparenta ser tonto delante de un tonto que aparenta ser inteligente.

Conclusiones

Sólo el que sabe observar como un niño responderá con la generosidad de un adulto.

Ya nos decía Pitágoras: “Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres”.

Y la reflexión final sería: no ganas cuando impones, avanzas cuando convences, y conquistas cuando eres capaz de motivar.

La principal motivación es interna pero para eso necesitamos un buen equilibrio entre lo que hacemos y lo que decimos.

Si queremos que nuestro cerebro responda bien alimentémosle bien, despertémonos por las mañana con buen ánimo, estemos siempre dispuestos a generar buen humor, cuidémonos a nosotros mismos, hagamos mucho ejercicio, intentemos ponernos mentalmente pequeñas metas que podamos alcanzar y no le demos órdenes cruzadas, porque entonces se vuelve loco.

alimentación y felicidad

Cómo influye la alimentación en la felicidad

 

alimentación y felicidad

Tenemos una capacidad no explotada completamente de regular nuestras emociones. Podemos elegir -hasta cierto punto- qué emociones tener, gestionarlas para que se parezcan a lo que queremos estar experimentando, y así lograr la felicidad.

Los componentes de la felicidad

La felicidad entendida como un todo es difícil de conseguir, pero si la separamos en distintos componentes más pequeños nos va a costar menos conseguirla. Y los competentes podrían ser: energía, las ganas de hacer cosas, que tiene que ve con el optimismo y es una experiencia muy física, nos sentimos con fuerzas; en segundo lugar el estado de ánimo (quizás esto es lo que más tenemos identificado con la felicidad), es la vivencia emocional de encontrarnos bien; y en tercer lugar la satisfacción, que sería la valoración que hacemos en un periodo largo de nuestra vida en la que nos paramos a pensar si nos gusta lo que hemos vivido hasta ahora.

La relación entre estos tres aspectos va a amplificar mucho o va a permitir entender cómo actuar sobre nuestra felicidad. Sobre la satisfacción el efecto de la alimentación lo ejercemos a través de nuestra capacidad para conseguir cosas. Sentirnos satisfechos es valorar que hemos sido capaces de hacer lo que nos propusimos, de que hemos alcanzado metas o retos con nuestro esfuerzo, y para eso tenemos que tener nuestra cabeza ágil y con la capacidad de resolver problemas de una manera rápida y eficaz.

¿Cuáles serían las claves de esta forma de alimentarnos para potenciar cada uno de estos componentes?

Energía

¿Qué es lo que nos suele subir la energía? El azúcar, las cosas dulces. Su efecto es inmediato pero probablemente al cabo de 30-45 minutos desciende. Por lo tanto para sentirnos bien en un momento puntual es una buena idea ingerir hidratos de carbono. Pero si queremos estabilidad y que la emoción no varíe necesitamos otro tipo de alimentos: los cereales, como pasta y arroces integrales. La relación que hay entre el estado de ánimo y el consumo de hidratos de carbono está mediada por la serotonina.

Asimismo, la mejor fuente para aportar energía de manera duradera son las proteínas, de hecho cuando nos pasamos de proteínas pasamos de estar enérgicos a estar tensos, e incluso hostiles. En los estudios realizados se ha visto que con una proporción elevada de proteínas en el desayuno la sensación de energía es mayor, más duradera y más controlada.

Satisfacción

La satisfacción también tiene que ver con la ingesta de proteínas. A nivel intelectual uno de los resultados más llamativos es que la ratio de proteínas cuando está un poco más alta permite que los efectos de aprendizaje duren más. Estar cargados de azúcar nos hace estar más alerta y podemos procesar la información más rápido pero el aprendizaje es más eficaz cuando balanceamos bien el consumo de proteínas.

Estado de ánimo

Y por último la gran clave de la alimentación y las emociones, y el rendimiento son los ácidos grasos. Por un lado mejoran el estado de ánimo, hacen que haya más serotonina disponible y que hagamos mejor uso de ella. Y por otra parte también afecta al rendimiento sobre dos procesos críticos, que tienen que ver con la capacidad de nuestro sistema nervioso para ser plástico, para adaptarse y aprender más; y para oxidarse menos, para envejecer intelectualmente un poco más despacio.

Eso es sin duda la clave de la alimentación. Y no siempre lo respetamos. Muchas veces nos saltamos el desayuno. No es sano hacer pocas comidas de grandes ingestas, no es sano a nivel emocional ni a nivel de rendimiento intelectual. Después de un periodo largo sin comer darnos una dosis alta de comida nos induce rápidamente en un periodo de bajón, de hecho en la literatura científica se llama “bajón post-almuerzo” y va de media hora hasta 3 horas donde podemos estar en una especie de aletargamiento intelectual que puede tener un coste alto en el mundo laboral, por ejemplo.

Por lo tanto hay que distribuir más y mejor la cantidad de comida que ingerimos en diferentes tomas, dejando que no pasen más de tres horas o tres y media entre una comida y otra.

El desayuno es clave

El desayuno es clave y debería de contener el 20% o más de las calorías que necesitamos para el resto del día. Y esto deberíamos hacerlo con todas las comidas, trocearlas en unidades entorno al 20%, de forma que estaremos mucho más activos y mejor a nivel emocional durante todo el día.

También es importante enseñarle esto a los niños. La capacidad de contagiar las emociones es muy alta y la capacidad de servir de modelos a gente que nos observa también.

 

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Reducir 100 calorías diarias en el 90% de los adultos puede prevenir los índices de obesidad de la población

Reducir 100 calorías diarias en el 90 por ciento de los adultos puede prevenir los índices de obesidad de la población, según ha mostrado el estudio Energy balance and obesity, realizado por la Universidad de Colorado (Estados Unidos), en el que se destaca la necesidad de fomentar la práctica de ejercicio físico por ser un requisito “indispensable” para combatir esta enfermedad.

Asimismo, la investigación, que ha sido publicada en la revista Circulation, ha señalado la importancia de comprender cómo funciona el equilibrio energético del organismo, por lo que ha abogado por formar a la población a través de estrategias “más efectivas a las actuales”, para reducir la prevalencia del sobrepeso y obesidad.

De hecho, según han mostrado los expertos, el gasto energético ha disminuido de forma “importante” en el último siglo debido a una menor actividad física diaria. En este sentido, han recordado que existen numerosos estudios que indican cómo niveles superiores de actividad física están asociados a un menor aumento de peso, mientras que niveles más bajos de ejercicio físico se vinculan a un peso mayor.

Y es que, el entorno social influye de manera significativa en el comportamiento de las personas. Por ello, los investigadores han abogado por dotar a la población de infraestructuras que ayuden a desarrollar un estilo de vida más activo y, por tanto, den una mayor accesibilidad a las opciones saludables.

Del mismo modo, consideran “prioritario” realizar esfuerzos en la educación, de forma que se pueda ayudar a la sociedad a comprender el significado y el alcance del concepto “equilibrio energético”, y la importancia que tiene para la salud prevenir la aparición del sobrepeso o la obesidad.

Por otra parte, el estudio ha mostrado también que la restricción alimentaria, por sí sola, no resulta eficaz a la hora de reducir la obesidad, debido a que la fisiología humana está preparada para un elevado nivel de ingesta y de gasto energético al mismo tiempo. De este modo, dicha restricción alimentaria unilateral produce la defensa natural del organismo de mantener su peso actual, alterando la forma en que el cuerpo quema calorías.

“La restricción constante de alimentos es difícil de mantener a largo plazo e igualar la ingesta de energía (calórica) con un alto gasto energético sería más factible para la mayoría de las personas que restringir la ingesta alimentaria para compensar un nivel bajo de consumo de energía”, han comentado los autores del estudio.

Por último, el profesor de Pediatría y Medicina del Campus de Medicina de la Universidad de Colorado y coautor de la investigación, James O. Hill, ha alertado de que si no se aumenta la actividad física de la población, se fomentarán unos niveles “insostenibles” de restricción alimentaria. “Hay que cambiar el mensaje, de “comer menos y moverse más”, por “moverse más y comer mejor””, ha zanjado.

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Los jóvenes ante los riesgos y las oportunidades de internet, a debate en el Instituto Tomás Pascual

Adolescencia y nuevas tecnologías forman hoy un binomio indisoluble. Si interrelación es un tema candente que preocupa desde las autoridades en general, hasta a los padres de familia de manera particular. Aquella pregunta de inquietud melodramática de los años 50 y 60 de “¿Con quién andan nuestros hijos?” podría hoy sustituirse por “¿Con quién navegan nuestros hijos?”

Internet, donde todas las nuevas tecnologías convergen, es la palabra clave. Detrás de ella se esconden riesgos y oportunidades. El balance correcto entre el peligro y los aciertos, el auténtico equilibro, sólo parece derivar de un uso razonable. Definirlo es objetivo principal de esta jornada del Instituto Tomás Pascual.

Tras una conferencia inaugural titulada La adolescencia; etapa de cambios, etapa de riesgos y de oportunidades, dos mesas redondas cuentan con personalidades del mundo de la psiquiatría, para abordar los siguientes epígrafes: Menores y situaciones de riesgo en el empleo de las tecnologías de la comunicación e información (TIC); Brecha digital: hábitos y peligros de las nuevas tecnologías y las redes sociales; Drogas e internet: situación actual; La sensatez frente a las pantallas; Coaching para adolescentes, fortalecer el desarrollo; y Navegación ¿segura?.

Con los mejores especialistas nacionales de la psicología y las TIC, el objetivo de la jornada Adolescencia, conducta y nuevas tecnologías: riesgos y oportunidades es crear las bases de un debate que dote de información rigurosa, veraz y actualizada a todas las personas interesadas.

Para descargar el programa de la jornada pinche aquí

Instituto Tomás Pascual Sanz para la Nutrición y la Salud

Dependiente de la Fundación Tomás Pascual y Pilar Gómez-Cuétara, el Instituto Tomás Pascual Sanz es una entidad sin ánimo de lucro que tiene el mandato de generar y difundir actividades de divulgación, estudio y análisis en los campos de la alimentación, la nutrición, la salud y los hábitos correctos de vida.

El Instituto transmite a la sociedad los valores de una vida saludable, difunde los adelantos tecnológicos relacionados con las ciencias de la salud y promueve el intercambio de información, generando nuevas posibilidades entre los colectivos relevantes y comprometiéndose al máximo con la sociedad científica moderna. El Instituto Tomás Pascual Sanz edita el contenido de estudios y ponencias en una numerosa biblioteca que responde a la creciente demanda sobre temas tan importantes como la nutrición, la seguridad alimentaria o la actividad física.

www.institutotomaspascual.es

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El binomio dieta mediterránea y ejercicio físico anula la predisposición genética a la obesidad

El binomio dieta y ejercicio físico anula la predisposición genética a la obesidad, según el Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn), que ha realizado un estudio que se ha publicados en Plos One.

“Finalizada la investigación, la conclusión es muy clara: la práctica de ejercicio físico y la alimentación es clave para compensar la mutación de los genes FTO y MC4R, de manera que las personas que la padezcan no tienen por qué ser obesas siempre y cuando practiquen deporte y tengan un alto grado de adherencia a la dieta mediterránea. Un hallazgo que abre una puerta de esperanza frente a la creencia de que contra la genética no se podía luchar”, ha señalado la coordinadora de la investigación, la doctora Dolores Corella.

El estudio se centró en el análisis de los dos principales genes relacionados con la obesidad: el FTO y el MC4R. Mientras el FTO, también conocido como “gen de la masa grasa”, es el principal gen asociado con obesidad común en todas las poblaciones y uno de los principales responsables de la acumulación de grasa en humanos; el gen MC4R es el segundo gen en relevancia en los estudios de genoma completo asociados a la obesidad.

Para determinar si su vinculación con el peso corporal (tanto de manera individual como mediante el estudio de su efecto combinado) se podía modular a través de la dieta y el ejercicio físico, los investigadores trabajaron con una muestra de 7.052 participantes del estudio PREDIMED, midiendo la adherencia de estos sujetos a la dieta mediterránea y a la actividad física mediante cuestionarios y analizando la presencia de las variantes en ambos genes.

“Tras analizar los resultados observamos que, además de verificar los efectos del gen FTO que confiere predisposición a la obesidad asociándose significativamente con un mayor índice de masa corporal (IMC), circunferencia de cintura y prevalencia de exceso de peso, el gen MC4R tenía efectos aditivos, de manera que las personas con presencia simultánea de ambas variantes genéticas presentaban mayor peso que si solo tenían una de las variantes”, ha señalado Corella.

No obstante, esta experta ha matizado que estos efectos genéticos no son uniformes para todas las personas, “sino que están modulados por el ejercicio físico y la dieta mediterránea”.

“En lo relativo a la interacción de estos polimorfismos con el estilo de vida, pudimos comprobar que en sujetos sedentarios la asociación de esta variante con un mayor IMC o riesgo de obesidad era mayor que en sujetos activos, en los que prácticamente se contrarrestaba esta mayor predisposición genética”, ha asegurado.