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A vueltas con las calorías: balance energético y composición corporal

Recogemos la ponencia de Dña. Ángela García González en el marco de la Jornada Verdades y mentiras sobre las dietas de adelgazamiento, organizada por la Cátedra Tomás Pascual Sanz – Universidad San Pablo CEU.

Acceda a la transcripción de la ponencia

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La estimulación cerebral profunda reduce la conducta de comer compulsivamente

Estimular una región del cerebro conocida que está involucrada en la recompensa disminuye la conducta de comer compulsivamente en ratones, según un estudio publicado en la revista Journal of Neuroscience.

Estudios recientes sugieren que el consumo de alimentos altos en calorías activa regiones del cerebro asociadas con la recompensa. Por ello, los científicos están cada vez más interesados en entender cómo los cambios que suceden en el cerebro pueden ser responsables de llevar a las personas a consumir más calorías de las necesarias.

En el estudio actual, Tracy Bale, y sus colegas de la Universidad de Pennsylvania, en Estados Unidos, se propusieron ver si la activación del núcleo accumbens, una región del cerebro involucrada en la promoción de conductas motivacionales, podría alterar comportamientos de atracones en ratones.

Los investigadores utilizaron una técnica llamada estimulación cerebral profunda (DBS) para entregar impulsos eléctricos directamente al núcleo accumbens de ratones que comían excesivamente (el 25 por ciento de su ingesta diaria de calorías en una hora). Mientras que los roedores que no recibieron DBS mostraron pocos cambios en sus hábitos alimenticios, la técnica disminuyó significativamente el interés de los otros en pegarse atracones de comida alta en grasas.

“Poco se sabe actualmente sobre los mecanismos neurobiológicos de comer en exceso y hay pocos tratamientos efectivos”, explicó Paul Kenny, que estudia la adicción en el Instituto de Investigación Scripps (Estados Unidos) y no participó en esta investigación en concreto. “Este estudio ofrece una visión de los mecanismos que intervienen en atracones”, agregó.

El grupo de Bale también probó los efectos a largo plazo de la estimulación cerebral profunda en ratones obesos con acceso ilimitado a la comida rica en grasas. Después de cuatro días de continua terapia con DBS, estos roedores consumieron menos calorías y su peso corporal se redujo.

“En general, estos estudios indican que la actividad en los centros de recompensa del cerebro puede ser un componente crítico a la hora de llevar a las personas a comer en exceso a pesar de consecuencias negativas conocidas para la salud. Estos resultados son muy interesantes, ya que proporcionan nuestra mejor evidencia hasta ahora de que podríamos ser capaces de modificar los comportamientos específicos relacionados con cambios en el peso corporal y la obesidad”, resaltó Bale.

Los ensayos clínicos futuros deberán explorar la eficacia de la estimulación cerebral profunda en la reducción de la obesidad en las personas antes de saber si DBS presenta una opción de tratamiento viable para los millones de personas que hay en el mundo con obesidad.

No obstante, como señala el autor del estudio Casey Halpern, neurocirujano de la Universidad de Pennsylvania, actualmente se utiliza DBS en otras áreas del cerebro para tratar la enfermedad de Parkinson y se está probando en ensayos clínicos para la depresión, el trastorno obsesivo-compulsivo y la adicción. “Una vez replicado en ensayos clínicos en humanos, DBS podría convertirse rápidamente en un tratamiento para las personas con obesidad debido a la amplia base ya establecida en otras áreas de la enfermedad”, concluyó.

Delicious lips

Beber un refresco azucarado al día aumenta hasta un 22% el riesgo de diabetes

El consumo diario de 336 mililitros de refresco azucarado, lo que equivale a aproximadamente una lata, aumenta hasta un 22 por ciento el riesgo de padecer diabetes tipo 2, según los resultados de un estudio europeo en el que ha participado el Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn).

El trabajo, publicado en la revista Diabetology, ha permitido constatar la relación directamente proporcional entre el consumo de refrescos azucarados y el riesgo de desarrollar esta enfermedad.

Para ello, se analizó el consumo de zumos, refrescos azucarados y refrescos edulcorados artificialmente en 350.000 personas de ocho países europeos, atendiendo a diferentes variables como consumo de alcohol, nivel educativo, nivel de actividad física y consumo de tabaco.

“Si alguien consideraba que un vaso o una lata al día era poco, estaba equivocado, el consumo ha de ser prácticamente excepcional”, ha indicado la doctora Dora Romaguera, participante en el estudio.

No obstante, aunque se observó un incremento del riesgo de diabetes en quienes consumían al menos una lata de refrescos al día, el estudio muestra como el porcentaje de riesgo podría descender ligeramente, hasta un 18 por ciento, en función del resto de calorías ingeridas y del índice de masa corporal (IMC).

En cuanto al zumo o néctar de frutas, no se registraron casos de una mayor incidencia de diabetes entre sus consumidores. No obstante, advierten los expertos, no se ha hecho distinción entre naturales y procesados, por lo que “sería necesario un estudio más específico en el que se diferenciara el consumo de ambos tipos y obtener resultados más exhaustivos”.

Aunque éste es el primer gran estudio europeo que analiza este riesgo, en Estados Unidos ya se habían realizado otros similares en los que se detectó un aumento del 25 por ciento en el riesgo de padecer diabetes tipo 2 por cada bebida azucarada ingerida diariamente.

“El aumento del riesgo es similar al encontrado ahora”, ha reconocido Romaguera, que precisa que “dado que las personas consumen cada vez más bebidas azucaradas en Europa, es necesario lanzar mensajes claros sobre sus efectos perjudiciales”.

Las beben más los hombres, fumadores y amantes de carnes rojas

El estudio muestra, además, que el consumo de bebidas azucaradas es mayor en los países del norte de Europa que en el sur; mientras que el perfil mayoritario es el de hombres físicamente activos, de bajo nivel educativo, fumadores y con una mayor circunferencia de cintura, con una alimentación relativamente pobre en fruta y verduras y rica en carnes rojas y procesadas.

En cambio, el perfil de consumidor de zumo o néctar tiende a ser una mujer joven, físicamente activa, exfumadora y con un mayor nivel educativo. En general -apuntan los autores del estudio- las personas asiduas a estas bebidas tienen un IMC y una circunferencia de cintura menor.

Por último, los usuarios que optaron por bebidas edulcoradas cuentan con probabilidades más altas de padecer enfermedades crónicas o poseen antecedentes familiares de diabetes, y tanto su IMC como su circunferencia de cintura son mayores que en otros casos.

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Las mujeres españolas pasan una media de 8 años a dieta

No obstante, a juicio del experto, la preocupación por el estado físico es “natural” en las mujeres dado que su peso está destinado a fluctuar debido a los momentos de cambio físico y/u hormonal importantes que experimentan, como tener un hijo, factores emocionales derivados de las relaciones personales, la menopausia o el entorno laboral.

Sin embargo, los datos estadísticos a nivel nacional indican que el 44,6 por ciento de las españolas tiene sobrepeso. Esto demuestra que gran parte de estas mujeres no consigue deshacerse de los kilos de más y el hecho de que se embarquen al menos en dos dietas cada año -en la época posterior a las navidades y en la “Operación Bikini” de verano- sugiere que recuperan cualquier peso que logran perder, debido a una “consecución inevitable” de efectos rebote.

“Si nos proponemos un objetivo real en la dieta, como perder 2 ó 3 kilos en un mes en vez de 10, al cabo del año habremos conseguido un avance importante hacia nuestra meta que no nos costaría tanto mantener. Es lógico que, si después de pasar por una dieta baja en calorías, volvemos a los hábitos anteriores, el cuerpo aumente de peso, pudiendo alcanzar hasta un peso mayor al que teníamos antes de empezar la dieta, ya que quiere asegurarse de sobrevivir gracias a las reservas suficientes, cuando vuelva aquella dieta que se le impone”, ha explicado Bravo.

Además, algunos estudios alertan que cada vez son menos los españoles que siguen la dieta mediterránea, declarada en 2010 Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Más que de un régimen, se trata de un estilo de vida saludable con una alimentación equilibrada y variada, baja en grasas saturadas y rica en fibra y antioxidantes.

Pero en una sociedad azotada por los altos índices de obesidad y sobrepeso, las prioridades han cambiado y lo que busca la gran mayoría, sin duda, es una dieta que permite perder peso rápidamente. De hecho, actualmente hay registradas más de 130 dietas para adelgazar y su número va en aumento.

En este sentido, el experto en Nutrición ha recordado a las mujeres que escoger una diera al azar es “tan malo” como estar constantemente a dieta, al igual que fijarse unos objetivos muy altos a corto plazo, saltarse las comidas, retirar algún grupo de alimento o los que “dan placer”, ingerir el mismo menú todos los días, no beber agua durante las comidas, consumir sólo productos “light”, cenar sólo fruta, no realizar ejercicio y consultar la báscula de forma compulsiva.

Por ello, ha recomendado acudir a un especialista en el momento en el que se tenga cualquier duda con la dieta y, especialmente, para seguir un programa profesional basado en las características propias de la persona, tanto emocionales, metabólicas como de hábitos y vida social. Además, ha recordado que lo saludable es perder un kilo por semana, realizar cinco comidas al día, reducir la ingesta de algunos alimentos y realizar ejercicio físico.

El magnesio puede ser tan importante para los niños como el calcio

Se recomienda a los padres que se aseguren que sus hijos beben leche y comen otros alimentos ricos en calcio para fortalecer los huesos y, pronto, también se les puede recomendar que se preocupen por que coman salmón, almendras y otros alimentos ricos en magnesio, un nutriente que puede desempeñar un papel importante en la salud ósea, según un estudio que será presentado en la reunión anual de la Academia de Sociedades de Pediatría que se celebra en Washington (Estados Unidos).

“Un montón de nutrientes son fundamentales para que los niños tengan huesos saludables. Uno de ellos parece ser el magnesio”, afirmó el autor principal, Steven A. Abrams, profesor de Pediatría en el Baylor College of Medicine en Houston (Estados Unidos). “El calcio es importante, pero, a excepción de aquellos niños y adolescentes con consumos muy bajos, no puede ser más importante que el magnesio”, agrega.

Aunque se sabe que el magnesio es importante para la salud ósea en los adultos, pocos estudios habían examinado si la ingesta de magnesio y la absorción están relacionadas con el contenido mineral de los huesos en los niños pequeños. En esta investigación se reclutó a 63 niños sanos de 4 a 8 años que no tomaban ningún suplemento multivitamínico o mineral para participar en el estudio, en el que fueron hospitalizados durante la noche dos veces para medir su nivel de calcio y magnesio.

Los resultados mostraron que las cantidades de magnesio consumidos y absorbidos fueron predictoras importantes en el desarrollo de hueso, pero la ingesta de calcio de la dieta, sin embargo, no se asoció significativamente con el contenido mineral óseo total o la densidad. “Creemos que es importante que los niños tengan una dieta equilibrada y saludable con una buena fuente de minerales, como el calcio y el magnesio”, concluyó Abrams.

Las claves para vivir 100 años

La FESNAD (Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética), y la AESAN (Agencia de Seguridad Alimentaria y Nutrición) bajo el lema Comer bien para envejecer mejor han inaugurado hoy la XII edición del Día Nacional de la Nutrición y en la que se han presentado los resultados de la 1ª Encuesta Nacional sobre Estilos de Vida y Longevidad.

Actualmente en España existen 2.375.987 personas entre los 80 y 100 años y 10.449 de más de cien años. Según la OMS para el 2050 casi un 40% de la población mundial será “mayor”, lo que situará a España como el segundo país más envejecido del mundo por detrás de Japón. Para la FESNAD y AESAN no sólo es prioritario “poner años a la vida” sino también “vida a los años” y por esta razón han querido investigar cuáles han sido y son las pautas alimenticias de nuestros abuelos, las personas que fueron niños en la Guerra y hoy en día conservan su salud.

De este modo las principales conclusiones que se desprenden de la Encuesta sobre Estilos de Vida y Longevidad realizada a 242 personas entre 80 y 104 años es que la combinación de mantener una dieta frugal y actividad diaria alarga la vida.

Resultados de la encuesta

El 31,5% de los encuestados han vivido un periodo de restricción alimenticia durante al menos 2 años derivado de épocas de guerra y postguerra. Si bien este hecho es perjudicial para la salud ya que el cuerpo no ingiere todas las sustancias necesarias, lo que sí es saludable y recomendado para alargar la vida es comer pocas cantidades.

Tan sólo el 9,6% de los encuestados consideran que su salud actual es mala, ya que el resto de personas preguntadas aseguran mantener una buena alimentación que influye en su buena salud. Las personas que en la Encuesta sobre Estilos de Vida y Longevidad manifestaron un estado de salud bueno habían vivido la mayor parte de su vida en una población rural, además de consumir habitualmente 3 o más piezas de fruta.

Un 63,4% consideran que a lo largo de su vida su alimentación ha sido normal y siempre han mantenido un peso adecuado. Este hecho viene determinado también por la fidelidad de los abuelos a la dieta mediterránea, según demostraba el 1er Estudio sobre la Influencia de los Abuelos en la Alimentación de los Niños, el 64% de los encuestados mantenían una dieta de temporada rica en frutas, verduras y pescado.

Claves para envejecer con salud

Los tres elementos clave para disfrutar de la vida con salud son: unos buenos hábitos alimenticios, una actividad física diaria y una vida social activa.

Hábitos alimenticios

Estos buenos hábitos deben de adquirirse de pequeños para mantenerse a lo largo de la vida e ir adaptándose a las necesidades de cada edad. Así al llegar a edades adultas, se deben mantener hábitos más saludables: comer más frutas, vegetales, pescado y menos carnes rojas, bollería y refrescos.

Actividad física

En los últimos años la comodidad y las facilidades adquiridas que mejoran nuestra calidad de vida, traen de la mano cuestiones negativas para la salud. Nos movemos menos y comemos más, como refleja el aumento de la ingesta diaria en más de 700 kcal que se ha producido en los últimos 40 años. Así la actividad diaria es un factor determinante para asegurar una buena calidad de vida.

Vida social

Del mismo modo que hay que cuidar el cuerpo mediante la alimentación y la actividad física, la mente tiene que nutrirse a través de una vida social activa.

En resumen, debemos mantener una dieta frugal basada en fruta y verdura, pescado, frutos secos, legumbres, cereales integrales y aceite de oliva, es decir, la esencia de nuestra dieta mediterránea, productos de temporada y locales, que junto a actividad diaria nos permitirá envejecer mejor.

El 30% de la población infantil padece sobrepeso u obesidad

El exceso de peso entre la población infantil sigue siendo una problemática de primer orden y afecta a un 28,3% del alumnado evaluado en los municipios participantes en el Programa Thao durante el curso académico 2011-2012. Así lo demuestran los datos presentados por la Fundación Thao que analizan una muestra de 20.588 niños y niñas de entre 3 y 12 años. Según Rafael Casas, director científico de la Fundación Thao, “la situación actual nos hace ver que la suma de esfuerzos es muy importante y que tenemos que seguir trabajando para conseguir nuestro objetivo. Nos estamos dando cuenta, con los datos en la mano, que las prevalencias de obesidad son muy altas y que queda mucho trabajo por hacer”.

Los datos del estudio transversal realizado durante el curso 2011-2012 siguen mostrando una situación alarmante en cuanto a la obesidad y el sobrepeso en las edades más tempranas. Más de uno de cada cinco niños y niñas de entre 3 y 5 años sufre exceso de peso, lo que se concreta en una prevalencia de la obesidad del 5,7% y del sobrepeso del 16,2%. Además, si analizamos los datos en conjunto, con niños y niñas de 3 a 12 años, los porcentajes se elevan hasta el 21,2% en sobrepeso y hasta 7,1% en obesidad.

En palabras del presidente de la Fundación Thao, Henri García: “Nos preocupa enormemente la elevada prevalencia entre los niños de menor edad. Para poder generar un cambio real en esta gran problemática, necesitamos una estrategia efectiva dirigida no sólo al fomento de la alimentación saludable y la actividad física, sino también actuando sobre factores psicológicos y sociales. Todos estos elementos son indispensables para resolver lo que ya se ha convertido en uno de los mayores retos para la salud pública de nuestro tiempo”.

Es por esto que la Fundación Thao ha creado un modelo innovador de intervención. Se trata de los Talleres Thao-Pequeña Infancia dirigidos a los padres/madres de niños de 0-3 años y a profesionales de la pequeña infancia. Estos talleres están pensados para abordar la neofobia alimentaria, los procesos innatos de autorregulación energética y el vínculo afectivo. De forma complementaria, la Fundación Thao ha estado trabajando en la franja de 0-3 años mediante las temporadas temáticas con diversos materiales educativos.

El actual contexto de crisis puede deteriorar los hábitos saludables entre los colectivos más desfavorecidos y hacer más difícil el seguimiento de una dieta variada y equilibrada. En vistas de esta realidad social, la Fundación Thao ha decidido trabajar en red con entidades con la cuales crear sinergias y colaboraciones para llegar a todas aquellas familias que requieran su apoyo. Una de las alianzas más recientes es su colaboración con Cruz Roja de Cataluña, con la cual está trabajando en proyectos dirigidos especialmente a estos sectores en mayor riesgo de vulnerabilidad y exclusión social, y teniendo un especial cuidado hacia el colectivo de la infancia, ampliando así las acciones del programa Thao que van dirigidas a toda la población.

El Programa Thao contribuye a mantener la obesidad a raya

Si bien el estudio transversal permite hacer una fotografía fija de la situación en cuanto al exceso de peso de los niños españoles cada año, la Fundación Thao también ha elaborado un estudio longitudinal con un colectivo de 6.697 niños y niñas de 10 municipios españoles que implementan el Programa Thao (Aranjuez, San Juan de Aznalfarache, Villanueva de la Cañada, Sant Carles de la Ràpita, Castelldefels, Alcázar de San Juan, Balaguer, Montgat, Monzón y Utrillas). Esta es la muestra más relevante en España hecha en un estudio de este tipo.

Este estudio longitudinal refleja que, después de cuatro años en los cuales se ha hecho un seguimiento de los mismos niños y niñas que participan en el Programa Thao, el incremento en sobrepeso y obesidad ha sido de tan solo algunas décimas porcentuales. La obesidad ha aumentado 0,1%, el sobrepeso un 0,9%, y el total de exceso de peso (sobrepeso+obesidad) tan solo un 1% de manera que podemos considerado que se ha frenado la tendencia al alza.

Según los últimos datos de la OMS, la prevalencia de la obesidad en el mundo se ha doblado en los últimos 30 años y se estima que el crecimiento siga siendo progresivo en el porcentaje de afectados por el exceso de peso. Aunque no se puede afirmar que el estancamiento mostrado por el estudio de la Fundación Thao se pueda atribuir directamente a la implementación del Programa Thao -ya que no hay datos comparativos con municipios de control que no estén implementando el Programa-, se trabaja sobre la hipótesis que el Programa actúa como freno de la tendencia al alza.

Según Rafael Casas, director científico de la Fundación Thao, “consideramos positivo el hecho que en los municipios analizados se haya notado un estancamiento en los datos de prevalencia, ya que este era el objetivo que nos marca la Organización Mundial de la Salud: frenar la progresión de esta epidemia”.

Desde la Fundación no tienen ninguna duda de la incidencia del Programa Thao en la estabilización de los datos de exceso de peso infantil aunque, como afirma el responsable del área de evaluación e investigación de la Fundación Thao, Santi Gómez, “todavía no disponemos de un estudio que nos permita cuantificar nuestro grado de influencia en este cambio de tendencia. Para solucionarlo, y gracias a una Beca FIS del Ministerio de Economía y Competitividad y al IMIM-Instituto del Hospital del Mar de Investigaciones Médicas, estamos realizando un nuevo estudio de tres años de duración que nos permitirá comparar las diferencias en la evolución del exceso de peso infantil, y otras variables entre dos municipios (Terrassa y Sant Boi de Llobregat) donde Thao implementa su Programa y dos municipios de control (Molins de Rei y Gavà)”.

Este nuevo estudio permitirá tener, a partir del año que viene, datos científicos que medirán el impacto del Programa Thao. Para conseguirlo, la Fundación Thao ha creado una nueva herramienta online de evaluación que facilita el proceso de registro y recogida de datos de los cuestionarios sobre hábitos de alimentación y sedentarismo, así como otras variables psicológicas y sociales.

Gómez asegura que “mediante la nueva herramienta online facilitamos enormemente la tarea de recogida y procesamiento de datos. Además, la incorporación de nuevas variables y preguntas nos permitirá conocer con mucho más detalle las pautas y el nivel de actividad física de los niños y la cantidad de su dieta, pero también podremos profundizar más sobre su vínculo psicológico con la comida o el nivel socioeconómico de su familia. Sin olvidar que en un futuro esta herramienta online podrá ser utilizada por la comunidad científica”.

Por primera vez, también se incluyen cuestionarios para los padres y madres con preguntas que permiten valorar la cualidad de la dieta de las familias o el nivel de actividad física, así como el nivel socioeconómico.

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Nutrición y osteoporosis

La osteoporosis es una enfermedad caracterizada por una resistencia ósea disminuida, una mezcla de factores, masa ósea y calidad de hueso. La resistencia ósea disminuida favorece la fractura, que es la punta del iceberg de la enfermedad.

Factores de riesgo

Se pueden clasificar como no modificables: la historia familiar (en el proceso genético hay varios polimorfismos involucrados), hay muchas osteoporóticas que tienen antecedentes familiares; las fracturas previas (indican predisposición a padecer la enfermedad); raza blanca; edad avanzada; sexo femenino; y otros factores como la demencia y la mala salud.

Y dentro de los factores modificables: el hábito de fumar, bajo peso de la mujer, déficit estrogénico, baja ingesta de calcio, exceso de alcohol, actividad física inadecuada, alteraciones de la visión que facilitan las caídas, caídas frecuentes y la mala salud. Sobre éstos recae el esfuerzo en prevención, al corregir los factores de riesgo para evitar la baja resistencia ósea que favorece la fractura.

La masa ósea evoluciona en el tiempo. Se adquiere el pico de masa ósea alrededor de los 20-30 años, siempre mayor en el hombre que en la mujer, por ello tiene más tendencia la mujer a padecer la enfermedad. Hay factores genéticos y ambientales que regulan el pico de masa ósea, como la nutrición, el ejercicio, el tabaco, los fármacos… Se consigue un estado basal y a partir de una edad comienza el declinar (en la mujer muy importante tras la menopausia).

La ingesta adecuada de calcio y de vitamina D, y el ejercicio son factores que van a regular (junto la genética) el adecuado nivel de pico de masa ósea para que después con el tiempo la pérdida de masa ósea no llegue a la zona de fracturas. Las personas que tienen una ingesta adecuada de calcio van a tener un pico de masa ósea mayor y por tanto van a tener un reservorio, respecto a los que tienen una inadecuada ingesta de calcio.

Para unos huesos fuertes

Se necesita:

-La ingesta adecuada de calcio se considera 1500 mg/d en adolescentes y 1000mg/d en los adultos, 4 raciones de lácteos fundamentalmente.

-Vitamina D.

-Ejercicio físico.

-Abstención del tabaco, y del exceso de alcohol y café.

-Evitar exceso de proteínas y sodio.

-Fitoestrógenos.

Papel de la nutrición en la prevención

La alimentación debe ser variada, distribuida con ciertos nutrientes en cantidad suficiente, fundamentalmente el calcio y la vitamina D.

El National Dairy Council dice que se pueden encontrar 300 mg de calcio (una ración) en los siguientes alimentos: un vaso de leche, 2 yogures, 30 gr de queso manchego o 7 sardinas con espinas. Los alimentos más ricos en calcio son los lácteos: leche, yogur y queso. Y esto es lo que recomendamos a nuestros pacientes para la prevención en general, el consumo diario de productos lácteos.

La resistencia ósea está relacionada con la densidad mineral ósea (DMO) y con el contenido de calcio. El cuerpo contiene 1-1,5 kg de calcio en el hueso, y va subiendo con la edad pero a partir de un umbral el exceso se elimina por la orina o heces.

Tasas de fracturas

El estudio de Matkovik en el año 79 observó que, en función de las regiones de su país (Yugoslavia), si la zona tenía un alto consumo de calcio la tasa de fractura de cadera era de 15 por 100.000 pero si el consumo era bajo era de 54 por 100.000.

En un estudio intervencionista de Holbrook publicado en Lancet tras 14 años de seguimiento en las personas que tenían fractura de cadera se observó una menor ingesta habitual de calcio al comienzo del estudio. Y en el estudio de Cooper en 1988 se vio que un aumento de fractura de cadera de seis veces cuando tenían una ingesta inferior al adecuado.

Hoy día sabemos que gracias a la supresión de la PTH el calcio mejora la masa ósea y tiene un efecto positivo. Esto contribuye a mejorar la resistencia y a disminuir la tasa de fracturas (ojo con los suplementos naturales de calcio porque pueden contener otros elementos como plomo o aluminio).

Embarazo y lactancia

Son dos periodos importantes para la mujer. Sabemos que el feto nace con una cantidad de calcio y que durante la lactancia se pierden 250 mg /d. El efecto deletéreo en parte está detenido porque hay muchos estrógenos en la mujer, ganan más peso, mayor absorción de calcio, y la lactancia favorece la remodelación de hueso. El problema puede ser un embarazo en la adolescencia.

Menopausia

A partir de una edad el hueso empieza a perder masa y hay que hacer énfasis en los factores de corrección, fundamentalmente de calcio.

Un estudio de Rico publicado en Calcif Tissue Inc. en mujeres premenopáusicas con masa ósea baja vio que había correlación entre la ganancia de DMO y la cantidad de calcio ingerido, indicando que en esa fase ya se podía intervenir de manera activa con la aportación de calcio.

Sin embargo a pesar de las evidencias, la ingesta de calcio es inferior a las recomendaciones. El estudio NHANES mostró que la media en varones era de 925 mg/d (recomendaciones entre 1000-1200 mg/d) y en mujeres mucho más baja: 657 mg/d.

En nuestro país hicimos un estudio telefónico en el que concluimos que la ingesta de calcio no era adecuada, fundamentalmente en personas mayores de 50 años, donde había una ingesta muy por debajo de lo recomendado.

Fósforo

Se recomienda una relación calcio/fósforo igual o superior a 1. Carne, aves y pescados tienen fósforo en proporción superior al calcio y esto por varios motivos puede producir una disminución del efecto positivo del calcio. También las bebidas carbonatadas y los alimentos procesados pueden producir mucho fósforo y efecto negativo en la absorción de calcio.

La ingesta excesiva cuando se da por bebidas de cola eleva la PTH y disminuye el consumo de calcio porque quela el calcio en el intestino, aumenta la resorción de hueso. Las dietas hiperproteicas (la dieta de los esquimales), las sales de fosfato como aditivo acidulante de algunas bebidas, la bebida de cola -que además tiene carga ácida- van a producir una alteración secundaria en la masa ósea y más tasa de fractura. Y por lo tanto hay que recomendar que la ingesta proteica esté equilibrada.

Sodio

El sodio en exceso produce hipercalciuria, la natruria arrastra el calcio y la hipercalciuria produce un balance negativo de calcio que va a acelerar la pérdida de masa ósea. Así podemos concluir que el exceso de sal es negativo para mantener la masa ósea.

Proteínas

Las dietas hiperproteicas por un lado producen hipercalciuria y por otro elevan el fósforo y el calcio queda en el intestino y va a producir un aumento de la resorción de hueso. Además las dietas hiperproteicas interfieren con la absorción intestinal de calcio y los niveles de IGF-1 y producen un balance total negativo para la salud del hueso. También producen una inhibición de la PTH, que es uno de los moduladores que favorecen el remodelado del hueso, así que no conviene frenar demasiado la PTH porque puede producir un efecto negativo sobre el hueso.

Fibra alimentaria

La fibra disminuye la absorción de calcio porque quela el calcio en el intestino. Sin embargo el consumo de cereales integrales en nuestro país es bajo.

Oxalatos

Los oxalatos de las coles, espinacas y alcachofas producen una quelación del calcio en el intestino y van alterar su absorción intestinal, por tanto recomendamos no tomar el calcio con estos alimentos.

Un trabajo del NEJM del 94 decía que la ingesta de calcio podía ser protectora porque el principal componente de la litiasis renal es la hiperoxaluria, por lo que si se da mucho calcio en la ingesta se puede quelar en parte la absorción de oxálico y disminuirlo en orina.

Magnesio

Cuando hay déficit de magnesio, fundamentalmente en alcohólicos por problemas de absorción intestinal o por hipermagnesuria (pérdida renal de magnesio) se puede dar una alteración secundaria a nivel de molecular, de la PTH, y producir hipocalcemia y alteración de la masa ósea.

La fuente fundamental de magnesio son los vegetales, cereales, brócoli, nueces… producir una hipomagnesemia por dieta es excepcional, pero hay situaciones clínicas como en la malabsorción intestinal o en los alcohólicos que pueden producir magnesio bajo y un trastorno secundario del calcio.

Vitamina C

Hay algún trabajo que dice que el uso de suplementos de vitamina C puede tener efectos beneficiosos y otro trabajo hablaba de que las mujeres postmenopáusicas que toman suplementos durante 12,4 años tenían un 3% más de masa ósea y por tanto quizás también en la prevención de osteoporosis.

La ingesta de frutas y vegetales ricos en magnesio también, según algunos trabajos, podía tener efectos positivos. Cuando se divide en cuartiles con respecto a la ingesta de potasio y magnesio los que tienen más ingesta de potasio y magnesio tienen más masa ósea medida en cuello femoral, en trocánter y triángulo de Ward, así como en radio. Hablamos de la posibilidad de que una dieta suplementada con potasio puede tener un valor positivo en la masa ósea y por tanto en la resistencia del hueso.

pH de la dieta

Las dietas hiperproteicas pueden tener una mayor acidosis metabólica y se ha demostrado que en estos casos se aumenta la resorción de hueso. A mayor ingesta de frutas y vegetales en el estudio de Framingham había mayor masa ósea.

Vitamina K

La vitamina K tiene un papel protector frente a la pérdida ósea relacionada con la edad, porque media la carboxilación de ciertas proteínas del hueso, como la osteocalcina. El aporte dietético de vitamina K a través de la filoquinona en los vegetales de hoja verde y en aceites vegetales puede tener un efecto positivo sobre la salud del hueso.

En el Nurses Health Study se mostró que la baja ingesta de vitamina K tenía mayor riesgo de fractura y en el Framingham Heart Study que la baja ingesta de vitamina K tenía mayor riesgo de fractura de caderas también en ancianos, aunque no había asociación con la DMO, quizás por la edad avanzada y los problemas de artrosis, etc. Y la cohorte de pacientes de Framingham con mayor ingesta de vitamina K se asociaba con mayor DMO y la baja ingesta con fractura.

Frutas y vegetales

En un estudio que midió la DMO y la evolución en 4 años de la cohorte de Framingham se demostró que el potasio y magnesio, a través de las frutas y vegetales, se asocia con una mayor DMO en las persona mayores siendo positivo en la prevención de la pérdida de masa ósea en estas persona.

La ingesta elevada de comidas alcalinas, frutas, vegetales y los minerales asociados, calcio y magnesio, se asocia a una DMO más alta, debido a que en parte tamponan la carga ácida de la dieta y por el aporte de elementos con factor positivo.

En general podemos decir que la ingesta de frutas y vegetales, fundamentalmente con ingestión de potasio, en estudios poblacionales ha demostrado que tienen mayor masa ósea en columna lumbar y en cuello femoral.

Energía

El bajo IMC es un factor negativo porque las personas delgadas, sobre todo las mujeres producen menos estrógenos en la grasa subcutánea. También sabemos que las mujeres que tienen trastornos de alimentación tienen amenorrea (en la mujer deportista ocurre), y tienen mayor osteoporosis por la mala ingesta proteica, en general.

Flúor

El flúor, aunque en estudios iniciales aumentaba la actividad de los osteoblastos y la masa ósea, se demostró en un ensayo clínico del año 1997 que el flúor sódico versus placebo aumentaba mucho la masa ósea pero era masa ósea de mala calidad que aumentaba las fracturas.

Fitoestrógenos

La soja contiene fitoestrógenos con efectos positivos a partir de una cantidad, previene en parte la pérdida de masa ósea, aunque no tanto como los estrógenos, y puede aumentar la DMO y disminuir la reabsorción.

Pero no sabemos el efecto a largo plazo ni que pasa con las fracturas hasta que no haya un estudio prospectivo o doble ciego en que se demuestre que disminuya la tasa de fractura. Aunque aumente la masa ósea no podemos darlo como una alternativa terapéutica pero sí sabemos que algunos efectos subrogados como la disminución de la resorción ósea, o el aumento de la DMO pueden ser datos positivos para la utilización de los mismos en la mujer menopáusica.

Cafeína

La cafeína aumenta la calciuria, altera la absorción de calcio y por tanto va a producir un balance negativo. También favorece la baja masa ósea y la disminución de la resistencia ósea.

Alcohol

En el alcoholismo crónico por diversos mecanismos: malnutrición, hepatopatías, acción directa del alcohol en los huesos, propensión a las caídas, hay más incidencia de fracturas y más osteoporosis. Pero en el estudio Framingham se demostró que los bebedores moderados (por algunos de los polifenoles del alcohol) tienen efecto positivo en masa ósea e incluso en fracturas.

Por su parte, la ingesta moderada de cerveza debido al alcohol, a la existencia de fitoestrógenos y sobre todo al sílice que contiene ha demostrado en estudios experimentales en animales, con osteoblastos en cultivo y masa ósea en humano e incluso en fracturas, que tiene un efecto positivo para mejorar la masa ósea y reducir las fracturas.

Y por último un estudio de nuestro grupo con animales de experimentación con un producto alimenticio que fundamentalmente tiene selenio demostró que mejoraba la masa ósea y los marcadores de formación.

Conclusiones

Además de los cambios en el estilo de vida (realizar ejercicio, evitar las caídas, etc.) hay que establecer una dieta equilibrada con una ingesta adecuada de calcio.

Y el mensaje final: No te rompas, cuida tus huesos.

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Ordovás asegura que el horario de las comidas puede influir en cómo interactúan los alimentos con los genes

El director del laboratorio de Nutrición y Genómica del USDA-Human Nutrition Research Center on Aging de la Universidad de Tufts (Estados Unidos), José María Ordovás, ha asegurado que el horario de las comidas puede influir en la manera en la que los alimentos interactúan con los genes.

No obstante, según ha apostillado, esta hipótesis está todavía en fase de estudio aunque todo indica que puede ser cierta. “Algunas personas son mañaneras y otras vespertinas y eso, en gran parte, está determinado por los genes y está asociado a un riesgo de padecer determinadas enfermedades relacionadas con la alimentación. Por ello, no sólo es importante el qué y el cuánto se come sino, también, el cuándo se come”, ha recalcado el experto.

Ordovás se ha pronunciado así, antes de asistir a las XVII Jornadas de Nutrición Práctica y al VIII Congreso Internacional de Nutrición, Alimentación y Dietética, organizados por la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación. Allí, el experto recordó que los genes funcionan “en gran medida” por los alimentos que se consumen y que mediante el estudio del genoma se puede conocer la predisposición que tiene una persona a padecer una determinada enfermedad.

Y es que, según ha comentado, el diagnóstico “muy precoz” -en un feto- basado en su genética ayuda a conocer si en un futuro va a padecer una enfermedad cardiovascular, obesidad, diabetes, osteoporosis e, incluso, cáncer. “Así -ha proseguido- gracias a este conocimiento se puede conocer cuáles son los hábitos de vida y la alimentación que debe realizar dicha persona para gozar de una buena salud”.

“Hay sujetos que pueden tener un riesgo genético mayor a padecer obesidad pero que si consumen determinados alimentos pueden contrarrestar este peligro. De hecho, la parte genética de la obesidad contribuye en un 50 por ciento mientras que, en el porcentaje restante influye la actividad física que se realice o la alimentación que se ingiera”, ha apostillado.

En este sentido, Ordovás ha recordado que la alimentación de las embarazadas, así como su estado anímico y el entorno que la rodea, contribuye a que el bebé tenga un mayor o menor riesgo de padecer obesidad o diabetes.

“Los niños ya salen del vientre de su madre con unas apetencias y con un mayor o menor riesgo a padecer unas determinadas patologías, al cual, además, se añade al riesgo que pueda tener por el genoma”, ha recalcado, para insistir en la importancia que tiene la alimentación durante la gestación.

España, pionera en la investigación nutrigenómica

Por otra parte, el también director científico del Instituto Madrileño de Estudios Avanzados en Alimentación (IMDEA) e investigador colaborador senior en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares ha asegurado que la investigación española en nutrigenómica es pionera en el mundo y ha recordado que ya hay estudios genéticos disponibles aunque, ha avisado, “estos siempre se tienen que realizar bajo supervisión médica”.

Así, Ordovás ha informado de que se está avanzando “muy rápidamente” en estas pruebas genómicas y ha pronosticado que dentro de unos dos años ya sean accesibles para una mayor parte de la población. “Ahora son pruebas muy sofisticadas, caras y que probablemente no están al acceso de todas las economías pero esperamos que estas pruebas, tal y como se está abaratando el coste de estos estudios y el aumento del conocimiento que hay, estén ya muy mejoradas dentro de unos dos años”.

Ahora bien, el experto ha señalado que las personas que más se pueden beneficiar de estos tratamientos son aquellas que tienen un riesgo familiar a padecer obesidad, diabetes, cáncer o enfermedades cardiovasculares. “Aquellas a las que ya se conoce que hay un gen moviéndose son las personas a las que más les convendría realizarse estas pruebas porque ya tienen un riesgo esperado”, ha zanjado.

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Vitaminas antioxidantes y del grupo B, omega 3, colina y uridina, demuestran su papel protector en enfermedades neurodegenerativas

La dieta tiene un papel importante en la prevención y evolución de algunas enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer, el Parkinson o la esclerosis lateral amiotrófica, según han demostrado diversas investigaciones que se han discutido dentro de la mesa redonda Nutrición en las enfermedades neurodegenerativas, de la serie Camino al Congreso Internacional de Nutrición 2013, organizado por la Fundación Iberoamericana de Nutrición (FINUT), con la colaboración de Vegenat, y que se ha celebrado dentro de las XVII Jornadas de Nutrición Práctica y el VIII Congreso Internacional de Nutrición, Dietética e Innovación.

Vitaminas antioxidantes (C y E), ácidos grasos omega 3, vitaminas del grupo B (1, 6 y 12), la colina o la uridina, son algunos de los nutrientes que parecen tener influencia sobre la evolución de las patologías neurodegenerativas, según ha explicado uno de los participantes en la mesa redonda, el profesor Ángel Gil, Catedrático de Bioquímica y Biología Molecular II de la Universidad de Granada. Si bien ninguno de estos nutrientes, por sí solo y utilizado como suplemento dietético, ha logrado demostrar categóricamente su influencia en un ensayo clínico, tal y como explica el doctor Adrián Ares, neurólogo del Hospital Universitario de León, “esta aparente discrepancia refleja que lo verdaderamente importante es el estilo de vida, entendido como un todo”.

Con el fin de promover hábitos saludables, la Fundación Iberoamericana de Nutrición organiza otras actividades como la exposición Nutrición, impulso vital, que abrirá sus puertas en mayo del 2013 en el Parque de las Ciencias de Granada, para, posteriormente, convertirse en itinerante por distintas ciudades del resto de Iberoamérica. Esta exposición se realizará en el contexto del importante XX Congreso Internacional de Nutrición, promovido por la International Union of Nutritional Sciences (IUNS) y organizado por la Sociedad Española de Nutrición, y que se celebrará en Granada del 15 al 20 septiembre de 2013 y al que se espera que acudan alrededor de cuatro mil profesionales relacionados con las Ciencias de la Nutrición y Alimentación.

Evidencia científica con algunos nutrientes

Entre los nutrientes que han demostrado un efecto protector en la prevención o evolución de enfermedades neurodegenerativas destaca el ácido docosahexaenoico (DHA), un graso poliinsaturado omega 3, “presente sobre todo en el pescado azul y que forma parte de las membranas de las neuronas, en donde llega a alcanzar hasta el 60% del total de los ácidos grasos que las componen. El DHA protege de la muerte neuronal y a partir de él se forman compuestos de naturaleza antiinflamatoria, como la neuroprotectina D”, ha explicado el profesor Ángel Gil.

Asimismo, las vitaminas B1, B6 y B12, el ácido fólico y la colina son otros de los nutrientes que han demostrado científicamente un papel neuroprotector, junto con la uridina, presente en cantidad elevada en carnes, pescados, mariscos y legumbres, “participa en la formación de fosfolípidos de las membranas neuronales y, por consiguiente, en el mantenimiento de su estructura y función”, ha concluido el profesor Gil.

No obstante, los expertos advierten que el consumo de estos nutrientes como suplementos alimenticios puede tener un efecto contrario al deseado “un exceso de antioxidantes, puede llegar a provocar una acción pro-oxidante, por lo que hay que ser cauto a la hora de hacer recomendaciones”, ha señalado el doctor Antonio Pérez de la Cruz, jefe del Servicio de Nutrición del Hospital Universitario Virgen de las Nieves.

Las enfermedades neurodegenerativas son procesos en los que intervienen múltiples factores -genéticos y ambientales-, por lo que no se puede atribuir su evolución a uno solo y menos a un determinado nutriente, al menos con la evidencia existente actualmente. No obstante, entre los tipos de dieta, los expertos coinciden en que la mediterránea “en cantidades moderadas” es la que más se aproxima al modelo de alimentación protectora de neurodegeneración “y hay muchas esperanzas puestas en ella a raíz de los resultados de algunos estudios epidemiológicos”, ha comentado el doctor Pérez de la Cruz.

Por otro lado, en las personas ya diagnosticadas con alguna enfermedad neurodegenerativa “lo esencial es garantizar un aporte nutricional adecuado”, mediante suplementos nutricionales si fuese necesario, que, en algunos casos, puede condicionar “una evolución más favorable del proceso”, ha concluido el doctor Ares.

Desayunar cereales ayuda a reducir el índice de masa corporal de los niños

Investigaciones previas ya habían relacionado la importancia del desayuno con el mantenimiento en el tiempo de un buen índice de masa corporal (IMC) pero este nuevo estudio, elaborado por la publicación regional Dairy MAX, de Texas, se centró en el papel concreto de los cereales en el peso y la alimentación de los niños, sobre todo en quienes tienen bajos ingresos.

Para ello, se hizo un seguimiento a 625 niños de San Antonio desde el cuarto al sexto curso, a quienes cada año se les pidió que recordaran lo que habían comido los tres días anteriores y se les calculó su IMC.

Mientras que el 64 por ciento de los estudiantes de cuarto grado dijo que había desayunado todos los días, cuando llegaron a sexto curso lo hacían el 42 por ciento.

Con datos de tres días al año durante tres años consecutivos, los investigadores contaban con nueve días para analizar el desayuno de cada niño. De este modo, se observó que los niños que comían cereales 4 de los 9 días tendían a estar en el percentil 95 del IMC, que se considera sobrepeso, en comparación con los niños que comían cereales los nueve días, cuyas medidas estaban en el percentil 65, en el rango de peso saludable.

Además, el 32 por ciento de los estudiantes de cuarto grado no se comían todo su desayuno y el 25 por ciento comían otros alimentos además de los cereales. En estos casos, huevos revueltos, pan de molde, salchichas o tortillas eran los alimentos más frecuentes.

El estudio también sirvió para constatar que los niños que comían más cereales tenían más vitamina D, B-3, B-12, riboflavina, calcio, hierro, zinc y potasio en su dieta. Asimismo, también tenían más calorías, grasa, fibra y azúcar.

Una de las autoras del estudio, Lana Frantzen, ha reconocido que el cereal “es una opción excelente para el desayuno, muy sencilla de hacer, y que aporta los nutrientes esenciales que necesitan los niños”.

Sólo dos de cada 1.000 personas en España tiene una salud cardiovascular ideal

Los niveles ideales de salud cardiovascular de los españoles son tan bajos como los de los estadounidenses, según un estudio, realizado por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), junto con el Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Universitario La Paz (IdiPAZ) y el CIBER de Epidemiología y Salud Pública, que revela que sólo dos de cada 1.000 personas cumplen los requisitos para tener un corazón sano.

Este estudio, que es el primero a escala nacional sobre salud cardiovascular que se realiza en un país europeo, ha sido publicado en Circulation Cardiovascular Quality and Outcomes.

“En contra de lo esperado en un país mediterráneo como España, con una de las menores tasas de mortalidad coronaria en Occidente, encontramos que sólo dos de cada 1.000 sujetos cumplen los requisitos que definen un estado de salud cardiovascular ideal”, afirma una de las responsables del estudio, la profesora de Medicina Preventiva y Salud Pública de la UAM, la doctora Auxiliadora Graciani.

Para los autores es especialmente preocupante la situación encontrada en las personas más jóvenes, aquellas que se encuentran entre los 18 y 45 años, ya que más de un tercio de éstos continúan siendo fumadores y mantienen una dieta escasamente saludable, y sólo la mitad presentan un peso normal o desarrollan actividad física regular.

Aunque la mortalidad por enfermedades cardiovasculares ha disminuido en los países occidentales, incluido España, éstas siguen siendo la primera causa de muerte y una de las principales causas de enfermedad, así como del incremento del gasto sanitario en estos países. Entre los grupos que el estudio identifica en particular situación de riesgo, destacan los varones, y entre éstos, aquéllos con menor nivel de estudios.

“La todavía menor mortalidad coronaria existente en nuestro país no debería conducir a la autocomplacencia, puesto que las enfermedades coronarias son una de las principales causas de enfermedad en España, y nuestros datos sugieren que la salud cardiovascular puede ser sensiblemente mejorada. Sobre todo en lo que se refiere a los estilos de vida”, añade Graciani.

Se deben cumplir siete requisitos

Todo el que quiera presumir de tener una salud cardiovascular “ideal” debe cumplir siete requisitos, que ha establecido la American Heart Asociation (AHA). Así, cuatro de ellos están relacionados con el estilo de vida y los tres restantes, conciernen a factores biológicos.

La primera obligación es no haber sido fumador, le sigue tener un peso acorde a la estatura (normopeso), ser físicamente activo y seguir una dieta saludable; las otras tres condiciones son mantener un nivel de colesterol sérico menor de 200 mg/dl; niveles de presión arterial sistólica y diastólica por debajo de 120 y 80 mmHg (respectivamente), y, por último, nivel de glucosa basal sérica menor de 100 mg/dl.

Según indica el estudio, las causas principales de que los españoles reprueben en materia de salud cardiovascular son la inactividad física, el consumo de tabaco y la obesidad, estilos de vida poco saludables que afectan a un cuarto de la población. La dieta poco saludable, presente en uno de cada tres ciudadanos, también es influyente.

En cifras generales, el estudio refleja que menos del 1% de los españoles mayores de 18 años siguen las cuatro recomendaciones sobre estilos de vida ideales para obtener salud cardiovascular. Y que apenas uno de cada 12 ciudadanos presenta niveles ideales de presión arterial, colesterol y glucosa.

El estudio se basó en datos procedentes de Estudio sobre Nutrición y Riesgo Cardiovascular en España (ENRICA), un trabajo de base poblacional realizado entre junio de 2008 y octubre de 2010 sobre una muestra representativa de la población española mayor de 18 años (11.991 personas).

El trabajo fue financiado por Sanofi-Aventis y patrocinado por el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, a través de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). La información obtenida mediante encuestas para este estudio fue complementa con exámenes físicos y recogida de muestras biológicas.