Las mujeres no toman suficiente vitamina D durante la menopausia

En las mujeres, “los cambios biológicos y fisiológicos que se producen a partir de la menopausia conllevan un mayor riesgo de problemas de salud en los que también intervienen factores dietéticos como la diabetes, la osteoporosis, la patología cardiovascular o ciertos tipos de cáncer”, explica Marina Pollán, investigadora del Instituto de Salud Carlos III y una de las autoras del estudio Cumplimiento de las recomendaciones dietéticas vigentes y variabilidad geográfica de la dieta en mujeres participantes en 7 programas de cribado de cáncer de mama en España.

Por ello, el análisis del patrón dietético durante y tras la menopausia es de interés por sus implicaciones sobre la salud. Sin embargo, en España son todavía escasos los estudios que han valorado la dieta de las mujeres peri o postmenopáusicas.

Para estudiar los hábitos alimenticios, los autores analizaron a 3.574 mujeres de 45 a 68 años entre octubre 2007 y julio de 2008, con un mínimo de 500 mujeres por programa, en siete ciudades españolas (A Coruña, Barcelona, Burgos, Palma de Mallorca, Pamplona, Valencia y Zaragoza) a partir de un cuestionario de frecuencia de alimentos validado para la población española.

Los resultados, publicados en la revista Nutrición Hospitalaria, muestran que el porcentaje de obesidad es del 29 por ciento y el de sobrepeso del 42 por ciento. El aporte calórico medio fue de 2.053 kilocalorías (con un 43 por ciento de la energía aportada por los carbohidratos, un 36 por ciento por las grasas y un 20 por ciento por las proteínas). Los autores resaltan que prácticamente todas las mujeres alcanzaron la ingesta recomendada de vitaminas, excepto para las D y E.

El caso de la vitamina D es llamativo, ya que en ninguno de los grupos se alcanza el 50 por ciento de la cantidad diaria recomendada (IDR), con una ingesta media total de 2,14 microgramos/día, un 39 por ciento de la IDR para mujeres en esos rangos de edad.

“Una dieta con menos grasas y proteínas y más rica en vegetales, frutos secos y alimentos ricos en hidratos de carbono equilibraría el balance energético y corregiría los niveles de vitaminas D y E”, concluyen los autores. “Estas recomendaciones son especialmente importantes en las ciudades más alejadas de la costa mediterránea donde se han detectado mayores incumplimientos de las recomendaciones vigentes”.

Mayor riesgo de obesidad

Otra investigación liderada por Faustino R. Pérez-López, coordinador del Grupo de Estudio de la Obesidad de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia, relaciona el peso corporal con parámetros metabólicos y hormonales en 574 mujeres postmenopáusicas.

Los resultados, publicados en la revista Gynecological Endocrinology, confirman que el índice de masa corporal (IMC) en la menopausia aumenta con la edad, el tiempo transcurrido desde que comenzó, el número de hijos, la glucemia, los triglicéridos y la tensión arterial sistólica.

“Esto permite proponer programas de cambios en el estilo de vida que iniciados precozmente pueden mejorar la calidad de vida y reducir la morbilidad que se asocia a la obesidad”, apunta Pérez-López.

La distribución de la masa grasa corporal, la regulación del peso y la secreción hormonal de la grasa posee diferencias en función del sexo. La obesidad abdominal es más frecuente en las mujeres postmenopáusicas, y aumenta el riesgo de cardiopatía, hipertensión, diabetes, apnea del sueño, cáncer, artrosis, problemas mentales y mortalidad.

Además, la obesidad peri y postmenopáusica produce síntomas menopáusicos más intensos y se asocia con una peor calidad de vida que en las mujeres de peso corporal normal. “Estudios experimentales en animales y en mujeres demuestran que el tratamiento con hormonas ováricas puede impedir el aumento de peso corporal y la pérdida de masa muscular”, subraya el investigador.

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Descubren por qué los hombres son más propensos a sufrir diabetes tipo 2

Investigadores de la Glasgow University, en Reino Unido, han descubierto por qué los hombres son más propensos que las mujeres a desarrollar diabetes tipo 2. Según el estudio, publicado en Diabetología, los varones desarrollan esta enfermedad en un índice de masa corporal (IMC) mucho menor que en las mujeres.

A su juicio, la distribución de la grasa corporal es importante, pues los hombres tienden a almacenarla en el hígado y alrededor de la cintura. Mientras, las mujeres tienen mayor cantidad de grasa subcutánea “segura” almacenada en los muslos y las caderas, por ejemplo. Esto significa que las mujeres necesitan acumular más grasa en general que los hombres para desarrollar los depósitos de gasas dañinas que se vinculan con la diabetes.

Para realizar este estudio, los investigadores analizaron datos de 51.920 hombres y de 43.137 mujeres de Escocia que tenían diabetes, observando el peso y la obesidad midiendo el IMC. Los resultados demostraron que las mujeres desarrollaban diabetes al llegar a un IMC mayor que los hombres. En concreto, el IMC en el momento del diagnóstico en hombres fue de 31,83 y en las mujeres del 33,69.

Los investigadores dicen que esto ayudaría a explicar por qué los hombres tienen mayores tasas de diabetes en muchas partes del mundo. Según ha señalado la doctora Victoria King, líder de investigación en diabetes de Reino Unido, “es una circunstancia preocupante que los hombres desarrollen diabetes tipo 2 en una tasa mayor que las mujeres”. “Investigaciones como ésta nos ayudarán a entender por qué y nos darán más pistas sobre lo que debemos mejorar en prevención”, concluye.

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La prohibición de vender refrescos en los colegios no disminuye la obesidad infantil

Este trabajo es pionero porque hasta ahora no se había realizado ningún estudio científico que evaluara las repercusiones de la prohibición de vender refrescos en los colegios, una polémica medida impuesta en numerosas regiones de Estados Unidos con el fin de reducir los preocupantes índices de obesidad y sobrepeso infantil registrados en el país.

Así, un 19,6 por ciento de los niños estadounidenses de entre 6 y 11 años son obesos y otro 15,9 por ciento tiene sobrepeso. En España los datos también son desalentadores y según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), un 45,2 por ciento de los niños españoles tiene exceso de peso. El sobrepeso afecta a un 26 por ciento de los menores, mientras que un 19 por ciento son obesos.

Las causas del rápido aumento de la obesidad infantil

Numerosas hipótesis han sido barajadas para explicar el rápido incremento de la obesidad infantil y existe un consenso en responsabilizar de este hecho al sedentarismo y a la mala alimentación.

El estudio, realizado entre chicos cursando de quinto a octavo grado, se dividió en tres partes. Primero, se quiso establecer si el acceso a refrescos en la escuela se relacionaba con el consumo total de bebidas. Luego se estableció si la compra de refrescos se relacionaba con su consumo total. Y, finalmente, se estudió cómo el acceso de los escolares a las máquinas expendedoras de refrescos se relacionaba con el aumento o bajada de peso.

“A pesar de incrementarse la adquisición de bebidas en escuelas con máquinas expendedoras, el consumo total por semana de estos escolares no aumentó”, señaló el estudio. Es decir, que los niños que consumían refrescos en el colegio luego en su casa no lo hacían. Paralelamente, no hubo variaciones significativas en la ganancia o pérdida de peso de los escolares estudiados.

Así, los autores del estudio concluyen: “No encontramos evidencia de que la disponibilidad de refrescos a la venta en las escuelas afecte al consumo de esas bebidas (…). Tampoco hay evidencia de un vínculo entre la compra de refrescos en escuelas y su peso”.

Europa suele mirar hacia Estados Unidos con el objeto de anticiparse a “plagas” como la obesidad infantil y España no es una excepción. Aquí, la llamada “Dieta Mediterránea” ha quedado relegada a un lugar invisible en la alimentación de los niños y adolescentes. “Esta es la razón por la que se han acostumbrado a tener una dieta mucho más americanizada, sin ingerir aquellos productos mucho más saludables de nuestra dieta como lo son las verduras, la fruta, los cereales y las legumbres en particular”, explica la Dra. Ascensión Marcos.

La comida rápida parece mucho más cómoda para todos. No sólo para los niños, sino también para sus padres. “Creo que no nos hemos dado cuenta el gran problema que se está generando. Una cosa es la comodidad, y otra las consecuencias que estamos teniendo. Hoy en día no se trata de que los chavales coman lo que sea para no estar desnutridos. Precisamente se está consiguiendo que tengan estados de malnutrición a pesar del sobrepeso y la obesidad, ya que este tipo de alimentación al que se están adhiriendo contiene demasiada grasa saturada y pocos minerales y vitaminas”, añade.

Medidas sin resultados

Los niños españoles de entre 5 y 16 años llevan una vida cada vez más sedentaria, achacable al desarrollo tecnológico. Así, el 28 por ciento de ellos pasan más de dos horas al día viendo la televisión, jugando a la consola o frente al ordenador. Además, un 36 por ciento no hacen deporte como actividad extraescolar.

La Dra. Ascensión Marcos no cree que medidas como la prohibición de vender refrescos en escuelas sean efectivas para bajar los índices de obesidad. “Se ha prohibido la compra de refrescos en colegios, lo que no quita para que los chavales lleven dinero y adquieran estos productos fuera del colegio. Además, en un reciente estudio que está a punto de publicarse, se ha detectado que hay factores mucho más importantes como saltarse el desayuno o la falta de actividad física que inciden mucho más en la génesis de un peso no saludable durante la adolescencia”, destaca.

Para esta especialista, no se pueden poner en marcha programas serios para prevenir y tratar el sobrepeso y la obesidad si no hay un presupuesto para ello, como está ocurriendo. “Además, esto es un problema multidisciplinar, por lo que deberíamos juntarnos diversos profesionales expertos en el tema con distintos puntos de vista para consensuar programas de prevención que fueran efectivos”, insiste.

Una buena educación alimentaria

El niño/adolescente debería ser educado para tener una buena alimentación, sabiendo los alimentos que debe ingerir a diario o los que no puede eliminar de su dieta, como el desayuno. De hecho, no deben olvidar las otras cuatro comidas diarias que debe hacer. Además de su comportamiento alimentario saludable, hay que cuidar su actividad y condición física, lo que le ayudará no sólo a prevenir el sobrepeso/obesidad, sino también a tener un mayor rendimiento intelectual.

¿Hay que eliminar el consumo de refrescos para prevenir la obesidad? “En absoluto, lo importante es que el niño/adolescente esté bien hidratado”, responde la Dra. Marcos. “No consiste en que se hidrate a partir de la ingesta de una sola bebida, por eso es importante educarle para que sepa las cantidades que debe ingerir durante el día y durante la semana. Como en la comida, es importante variar la ingesta de alimentos, a la hora de beber, sucede lo mismo, la variedad es esencial, sobre todo a estas edades”.

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La alergia a la leche puede desaparecer con su introducción pautada en niños

El estudio, publicado en la revista Journal of Clinical and Experimental Allergy fue realizado en los Servicios y Unidades de Alergología de 11 hospitales españoles con niños y niñas alérgicos de entre 24 y 36 meses de edad. En nueve de cada 10 niños su tolerancia a la leche de vaca se incrementó después de que la ingirieran de manera progresiva. La evitación del alimento, la terapia habitual, sólo obtuvo resultados en uno de cada 10 niños.

Se estima que el 3,5 por ciento de los niños españoles son alérgicos a alimentos como la leche y el huevo, cifra que puede llegar al seis por ciento en los menores de tres años. La principal novedad de esta investigación, según sus autores, es no sólo la alta eficacia de esta terapia de inducción específica sino que cuanto antes se realice, más eficaz resulta. “Hemos comprobado que el éxito de esta pauta es mayor si se administra antes de los tres años de vida. En estudios con niños más mayores el porcentaje de éxito es menor”, apunta el doctor Antonio Martorell, del Hospital General de Valencia, principal autor del estudio.

La reacción alérgica ante la proteína de la leche de vaca suele ser la primera en aparecer en la vida. Ante los síntomas de alergia alimentaria se suele recomendar la evitación de los alimentos, con el objetivo de que al cabo de los años el paciente acabe tolerándolo. Sin embargo, los especialistas han comprobado que la constante evitación de los alimentos que producen la alergia no produce, muchas veces, la desaparición de la patología. “La reactividad puede persistir y existe el riesgo de reacción grave anafiláctica por pequeñas dosis inadvertidas en los alimentos”, apunta la doctora Ana Mª Plaza, coordinadora del grupo de trabajo de alergia a alimentos de la SEICAP.

Desde hace unos años, los alergólogos pediátricos han empezado a tratar con terapias poco utilizadas en la práctica clínica habitual, como el tratamiento de inducción de tolerancia específica. Este método “trata de aumentar el umbral de tolerancia y hace necesario el mantenimiento de la ingesta de leche para evitar posibles recaídas”, añade la doctora Plaza. Sin embargo, hasta ahora no se había demostrado su eficacia en edades tempranas.

La posibilidad de probar esta terapia en niños aún menores, de apenas un año, está siendo investigada en el Servicio de Alergología Infantil del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, mientras que otro grupo de alergólogos infantiles, liderados por la doctora Flora Martín Muñoz, del Servicio de Alergología del Hospital Infantil La Paz, en Madrid, está Liderando un estudio nacional sobre las posibilidades de la inducción pautada en alergia al huevo.

Comedores escolares

Más de dos millones de niños realizan una de las comidas más importantes del día en comedores escolares y éste es el primer curso en que están obligados a adaptar sus menús para niños que requieren dietas especiales, como los alérgicos, e informar mensualmente de los mismos a los padres, según la Ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición que se publicó el pasado mes de julio en el BOE.

Sin embargo, no obliga a detallar la composición de todos los alimentos ni a seguir procedimientos que eviten la aparición de trazas alimenticias.

Los niños hipersensibilizados a algún alimento pueden desarrollar reacciones alérgicas que van desde el prurito al shock anafiláctico con la mera ingesta de una traza.

La cerveza sin alcohol durante la lactancia ¿es aconsejable?

La Dra. Hernández Aguilar ha explicado que la cerveza sin alcohol tiene una “gran cantidad de antioxidantes” y ha confirmado que “un estudio preliminar demuestra que su consumo moderado -dos latas de cerveza sin alcohol al día- contribuye a reducir menos las propiedades antioxidantes en la propia leche materna y, con ello, a la disminución de riesgo frente a determinadas enfermedades no solamente durante la lactancia sino muchos años después” como la arterioesclerosis, la obesidad y el cáncer”.

“Los resultados nos han sorprendido incluso a nosotros mismos porque se observó cómo las propiedades antioxidantes de la leche materna decaían menos en el grupo que tomaba cerveza sin alcohol. Estos efectos se veían en la leche materna, en el plasma de la madre y se veían también en la orina del niño, con lo cual se veía cómo estas propiedades antioxidantes eran capaces de pasar de la cerveza que tomaba la madre al niño”, ha precisado la investigadora.

Efectos antioxidantes y antiinflamatorios

Otro de los investigadores españoles que han participado en el seminario, el doctor Ramón Estruch, del Hospital Clínic de Barcelona, ha expuesto por su parte los beneficios de incluir el consumo “moderado” de cerveza o vino en la Dieta Mediterránea para reducir el riesgo de “tener un infarto o un accidente vascular cerebral por sus efectos antioxidante y antiinflamatorio para las arterias”.

Debido a su contenido en polifenoles la cerveza “aparte de tener efectos sobre los factores de riesgo cardiovascular como es la protección frente a la diabetes, la mejora de la presión arterial o un mejor perfil lipídico; también tiene un efecto sobre los parámetros de inflamación, que pensamos que es la causa última de tener la arterioesclerosis”, que a su vez es la principal enfermedad detrás de los infartos y accidentes vasculares cerebrales, ha explicado.

El Dr. Estruch ha advertido, sin embargo, que la clave está en el consumo moderado de este tipo de bebidas alcohólicas y que se combinen con “una dieta saludable”. “El varón no tendría que pasar de tres bebidas al día o tres cañas o, en el caso del vino, tres copas, y la mujer no pasar de una y media”.

Dos cervezas hidratan igual que el agua

El catedrático de la Universidad de Medicina de Granada, Manuel Castillo Garzón, presentó los resultados de un estudio que pone de manifiesto que tomarse “dos tercios o dos botellines” de cerveza con alcohol después de hacer ejercicio físico tiene las mismas propiedades rehidratantes que el agua.

“No es ni mejor ni peor que el agua. Es una bebida que rehidrata con la misma calidad que pueda rehidratar el agua”, ha precisado.

Castillo Garzón también ha explicado que “no hay relación entre la ingesta de cerveza y la barriga cervecera como se suele decir”, según los resultados de otro estudio “con mucho rigor” presentado por el director del departamento de Nutrición de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Copenhague, el doctor Arne Vernon Astrup.

Según su estudio, los factores de riesgo responsables de la barriga cervecera son el sexo masculino, la edad, el tabaquismo, la falta de actividad física, el estrés mental, la alteración del sueño, la elevada ingesta de grasas trans y el consumo de determinados medicamentos.

Consumir nueces podría reducir el riesgo de cáncer de mama

El riesgo de padecer cáncer de mama se reduce cuando se incluye en la dieta regular una pequeña cantidad de nueces. Así lo ha demostrado un estudio realizado en ratones por la doctora Elaine Hardman, de la Escuela de Medicina Marshall”s Joan C. Edwards, en Estados Unidos. La investigación se publica en la última edición de Nutrition and Cancer.

La investigación llevada a cabo con ratones de laboratorio compara los efectos de una dieta típica con una dieta suplementada con nueces durante todo el periodo de vida de los roedores: a través de la madre desde la concepción hasta el destete, y luego a través de comer el alimento directamente. La cantidad de nueces incluida en la dieta equivale a alrededor de dos puñados al día para los seres humanos.

La Dra. Hardman afirma que durante el periodo estudiado, el grupo cuya dieta incluyó nueces desarrolló cáncer de mama en menos de la mitad de la tasa del grupo con la dieta típica. Además, el número de tumores y sus tamaños fueron significativamente más pequeños.

“Esta reducción es muy importante porque los ratones estaban genéticamente programados para desarrollar cáncer en altas tasas”, asegura Hardman. “Fuimos capaces de reducir el riesgo de cáncer incluso en aquellos ratones con mutaciones genéticas ya existentes”.

Mediante el análisis genético, el estudio de la Dra. Marshall demuestra que la dieta con nueces cambia la actividad de múltiples genes que son relevantes para el cáncer de mama en ratones y seres humanos.

Otras pruebas muestran que el aumento de ácidos grasos Omega 3 no es la única causa del efecto anti-cáncer, y atestiguan que el crecimiento del tumor disminuye cuando se incrementa la presencia de vitamina E en la dieta.

“Los resultados de este estudio indican que un mayor consumo de nueces formaría parte de una dieta saludable y que contribuye a reducir el riesgo de padecer cáncer en futuras generaciones”, opina la Dra. Hardman.

“Necesitamos este tipo de estudios que analizan el impacto de los alimentos enteros y no sólo los nutrientes aislados. Es la manera en que comemos y la investigación sugiere que es la forma en la que los alimentos saludables nos protegen. Por ejemplo, las nueces cuentan con un denso y nutritivo paquete de compuestos protectores como antioxidantes, fitoesteroles y ácidos grasos de origen vegetal Omega 3 que trabajan en completa harmonía”, afirma Karen Collins, asesora en nutrición en el American Institute for Cancer Research.

En España, se diagnostican entorno a 16.000 nuevos casos de cáncer de mama cada año según la Asociación Española contra el Cáncer. Se estima que 1 de cada 8 mujeres españolas podría sufrir de esta enfermedad a lo largo de su vida.

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Un estilo de vida más saludable puede evitar 2,8 millones de casos de cáncer

La cantidad global del número de cánceres ha aumentado un 20 por ciento en menos de una década hasta el punto de que cada año se detectan cerca de 12 millones de nuevos casos por año que junto con otras enfermedades crónicas como las cardiopatías, la enfermedad pulmonar y la diabetes conforman los mayores desafíos sanitarios, indicó el fondo.

En un informe publicado sobre enfermedades no transmisibles (ENT), la WRCF ha manifestado que los líderes políticos tienen la oportunidad única de combatir una ola de cáncer y otras dolencias relacionadas con el estilo de vida. Este conjunto de enfermedades causan anualmente más de 36 millones de muertes según la Organización Mundial de la Salud (OMS), y aumentará hasta los 52 millones en 2030.

Como apuntan expertos en salud global muchas muertes por ENT, incluidos cerca de un tercio de todos los cáncer comunes, podrían prevenirse reduciendo el consumo excesivo de alcohol, mejorando la dieta, desaconsejando el tabaquismo y promoviendo la actividad física.

Para lograr estos objetivos es necesario la puesta en marcha de medidas gubernamentales, como impuestos o límites en la publicidad para paliar estos malos hábitos. Estas medidas pueden suponer un conflicto con las industrias del alcohol, el tabaco y los alimentos. Como apunta el asesor médico y científico de WRCF, Martin Wiseman, “con millones de vidas en riesgo en todo el mundo, los desafíos son increíblemente grandes”.

“Las personas aún no toman conciencia de que factores como el alcohol y la obesidad afectan el riesgo de cáncer, mientras que, al mismo tiempo, desde la publicidad televisiva sobre los alimentos, nuestra sociedad funciona de una manera que desalienta a las personas a adoptar hábitos saludables”, añadió.

La reunión de la ONU, prevista para el 19 y 20 de septiembre en Nueva York (EE.UU), tiene el objetivo de prevenir esta amenaza de salud global. Aun así, existen temores de que los principales actores (Estados Unidos, Europa y Japón) se muestren reticentes a comprometerse a fijar objetivos, impuestos y leyes para reducir la carga de estas enfermedades.

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Dieta mediterránea para contrarrestar los excesos del verano

En verano “se tiende a consumir más carbohidratos y grasas por lo que, además del estrés que supone la vuelta al trabajo, las personas se suelen encontrar con unos kilos de más tras las vacaciones”, ha explicado el presidente de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), Javier Salvador.

Según el experto, para volver a la rutina alimentaria tras los excesos del verano “es imprescindible llevar un orden en las comidas, no comer entre horas y buscar el equilibrio de los alimentos que se ingieren, por lo que es aconsejable seguir la dieta mediterránea” y considera que “pesarse a si mismo es una medida de higiene sanitaria útil para todas las personas, incluso para aquellas que no tienen problemas con el peso”.

Consejos para recuperar hábitos alimentarios saludables

Algunos de los consejos a seguir para recuperar los hábitos alimentarios saludables son: ingerir alimentos que no tengan un alto poder calórico, incluir pocas grasas animales, consumir más pescado que carne y cocinar mejor a la plancha que con condimentos grasos. Además, Salvador recuerda que “hay que comer de todo” y afirma que “no hay alimentos malos, sino hábitos alimenticios inadecuados”.

El doctor considera la dieta mediterránea como una de las mejores herramientas para reducir el peso que se ha ganado durante el verano ya que “se ha demostrado científicamente la eficacia de esta dieta para prevenir no sólo el exceso de peso sino también los factores de riesgo cardiovasculares, diabetes, hipertensión e incluso se ha visto un efecto anticáncer”.

Salvador, endocrino en la Clínica Universidad de Navarra, añade que “todo esto ha de combinarse con actividad física cotidiana para que el balance calórico no sea positivo y no conlleve el acumulo de tejido adiposo excesivo y pueda derivar, por tanto, en obesidad”.

De igual manera, “el estrés favorece la ansiedad y la ingesta excesiva de alimentos, por lo general, de alto contenido calórico, por lo que es importante descansar bien por la noche porque así se favorece que el perfil hormonal no propenda a tener más apetito y a ahorrar gasto energético durante el día”, aconseja.

El desayuno de los niños

Salvador hace especial hincapié en la dieta que deben seguir los niños durante el curso escolar y asegura que “el desayuno es lo más importante”. Según el experto, “desayunar poco se asocia epidemiológicamente con una mayor tasa de obesidad” y asegura que “una de las amenazas para los niños es comer a deshoras”.

El médico también ha recordado que “la actividad física es igual de importante o más en los niños, por lo que tienen que tener tiempo para realizar ejercicio, si es al aire libre mucho mejor, a pesar de que se vive en una sociedad en la que los niños están presionados porque además del colegio tienen que hacer tareas de muy distintos tipos”.

Dieta y rendimiento intelectual

Según ha explicado el endocrino, “la obesidad es un problema que no sólo tiene connotaciones biológicas, favorece la diabetes, el riesgo cardiovascular, la apnea del sueño, el cáncer, la hipertensión, etcétera, sino que también provoca alteraciones en el estado de ánimo”.

Existe una relación bilateral entre la obesidad y las patologías clínicas como los cuadros depresivos o la ansiedad, es decir, “las personas obesas tienden a desarrollar estas patologías que les pueden generar problemas en su entorno de trabajo, pero al tratarse de una enfermedad bilateral, las personas con patologías psiquiátricas propenden más a desarrollar obesidad”, detalla el doctor.

Asimismo, “la propia estigmatización que se hace en la sociedad de las personas con obesidad puede tener un impacto notable en el rendimiento intelectual y en el rendimiento escolar de los niños”, concluye el experto.

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Dietas adelgazantes

Recogemos las intervenciones de Itziar Abete, Diana Ansorena y Santiago Navas durante la Conferencia Dietas adelgazantes que se celebró en el marco del Curso de Verano Personalized Nutrition in Health and Obesity / Nutrición a la carta en la Salud y en la Obesidad organizado por la Universidad del País Vasco en colaboración con el Instituto Tomás Pascual – Cátedra Universidad de Navarra y el International Union of Nutritional Sciences (IUNS).

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Las redes sociales podrían aumentar el consumo de drogas, tabaco y alcohol entre los jóvenes

En un día típico, el 70 por ciento de los jóvenes estadounidenses de entre 12 y 17 años -unos 17 millones de adolescentes- pasaron desde un minuto hasta varias horas en Facebook, MySpace y otras redes sociales, según el Centro Nacional sobre Adicciones y Abuso de Sustancias (CASA, por sus siglas en inglés) de la Columbia University.

Y dentro de ese mismo grupo de edad, los adolescentes más inmersos en las redes sociales presentan cinco veces más posibilidades de fumar; son tres veces más propensos a beber alcohol; y dos veces más susceptibles a consumir marihuana que los que no destinan nada de su tiempo a las redes sociales.

“Los resultados son profundamente preocupantes… El mundo de la libertad de expresión y del “todo vale” en Internet, la programación de televisión sugerente y las actitudes de “qué diablos” ponen a los adolescentes en un riesgo drásticamente mayor de abuso de sustancias”, indica en un comunicado el fundador y presidente de CASA, Joseph Califano Jr.

La compañía Knowledge Networks encuestó a 1.037 adolescentes de 12 a 17 años y a 528 padres de esos jóvenes a través de Internet. QEV Analytics realizó la encuesta telefónica anual a 1.006 jóvenes de entre 12 y 17 años, haciendo preguntas empleadas por CASA para seguir tendencias.

Los resultados relevaron que la mitad de los adolescentes que habían utilizado una red social el día de la encuesta habían visto fotos de jóvenes “borrachos, inconscientes o consumiendo drogas en esas páginas”.

Pero incluso más allá de los que las visitan a diario, el 14 por ciento de los jóvenes que no habían utilizado una red social ese día dijo haber visto esa clase de imágenes en las páginas.

Según el estudio, los jóvenes que habían visto esas imágenes tenían cuatro veces más probabilidades de poder conseguir marihuana, tres veces más posibilidades de conseguir medicamentos de venta bajo receta sin ella y el doble de posibilidades de conseguir alcohol.

Además, aquellos adolescentes que habían visto las imágenes eran dos veces más propensos a pensar que probarían drogas en el futuro, y tendían mucho más a tener amigos consumidores de sustancias ilegales.

“Especialmente preocupante -y alarmante- es que casi la mitad de los jóvenes que han visto esas imágenes las vieron por primera vez cuando tenían 13 años o menos”, indica el estudio.

Pero los sondeos, que también interrogaron a adultos, hallaron que nueve de cada 10 padres no cree que los adolescentes que pasan tiempo conectados a las redes sociales sean más propensos a beber alcohol o consumir drogas.

Los autores del informe instan a los padres a presentar un frente unido y consistente ante el consumo de sustancias. También piden a los administradores de las redes sociales que retiren esas imágenes y les corten el acceso a los adolescentes que las cuelgan.

En un comunicado, Facebook ha afirmado: “Nada es más importante para nosotros que la salud y la seguridad de la gente que utiliza nuestro servicio, especialmente los muchos adolescentes que utilizan Facebook”. “Nuestros estándares de comunicados prohíben la promoción de drogas, y retiramos esta clase de contenido cuando se nos denuncia”, agrega.

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Los nuevos pacientes con trastorno alimentario

La presidenta de la Asociación en Defensa de la Atención a la Anorexia Nerviosa y Bulimia (ADANER) de Málaga, Rosa Sanz, ha señalado que “cualquier persona” puede padecer trastornos alimentarios. Es más, ha asegurado que ha cambiado “mucho” el perfil de “la típica niña de colegio, ya que, ahora puede venir una abogada, una doctora y eso no entra en el prototipo que antiguamente teníamos”.

En este sentido, ha explicado que este perfil inicial que se hizo sobre los enfermos de anorexia o bulimia “se basó en lo poco que se sabía o lo que se había identificado”, ha explicado Sanz.

En relación con la edad de las personas que padecen trastornos alimentarios, ha explicado que no existe ninguna concreta, ya que “hay desde los nueve años hasta los 52 años”. No obstante, ha señalado que el comienzo de la anorexia es “desde muy pequeños”, mientras que la bulimia “empiezan a venir desde los 25 o 28 años”.

“Las pequeñas se las puede fomentar -a no comer- a través de la televisión o los cánones de belleza, pero ahora mismo el perfil de los que acuden es de personas que no se guían por estos cánones”, ha afirmado, precisando, al respecto, que lo que les llevan a padecerlas “es más bien el no quererse a sí mismos o no percibir lo bueno de uno, sino más bien todo lo negativo de su persona o aspecto”.

También ha añadido que los hombres se ven afectados por estas enfermedades. La vigorexia, un trastorno emocional que afecta principalmente a hombres, se caracteriza por la obsesión por un cuerpo musculoso. Sanz ha indicado que “este tipo de enfermedad afecta los niños desde los 12 años, que comienzan a ir a los gimnasios y empiezan a desarrollar musculatura”.

La llegada del verano no supone un aumento de casos en estas enfermedades, aunque Sanz ha explicado que sí pueden verse pequeñas “avalanchas” después del periodo estival, así como en periodos posteriores a la época de exámenes, lo que no quiere decir que “exista un aumento de casos en estas épocas, porque no tiene nada que ver”.

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Cuantos más años vive una persona como obesa, más riesgo de muerte tiene

Una cuarta parte de los adultos del Reino Unido tienen sobrepeso y uno de cada 10 niños menores de 11 años en ese país son obesos. El gobierno dice que si continúa la tasa actual de crecimiento, las tres cuartas partes de la población podrían sufrir los efectos nocivos del exceso de peso de 10 a 15 años.

Sin embargo, el doctor de la Monash University (Australia), Abdullah Asnawi, y sus compañeros de investigación creen que la cifra es aún más preocupante si se tiene en cuenta la duración de esa obesidad.

El trabajo de Asnawi muestra que la duración de la obesidad o “los años como obeso” tienen un efecto directo sobre el riesgo de muerte, independientemente de otros factores como la edad o cómo de severo sea el exceso de peso es una persona.

El estudio examinó a 5.036 personas de Estados Unidos que estaban inscritas en el Estudio de la Cohorte de Framingham a las cuales se siguió su salud cada dos años en las últimas décadas. Entre los participantes el riesgo de muerte aumentó un 7 por ciento por cada periodo de dos años que la persona era obesa (lo que supone un índice de masa corporal de 30 o más).

Así, ser obeso de entre 15 y 25 años, duplica el riesgo de muerte en comparación con aquellos que no lo son y se triplica para aquellos que son obesos durante más tiempo, por lo que los investigadores consideran que este factor ha de tenerse en cuenta al evaluar a pacientes con sobrepeso.

“El estudio demuestra que, cada 10 años vividos con obesidad, los riesgos de mortalidad por cualquier causa se duplican, ya sea por enfermedades cardiovasculares así como por cáncer, lo que implica que el riesgo de mortalidad asociado a la obesidad actual en los adultos puede ser significativamente mayor que en las décadas anteriores”.

Los investigadores advierten que la obesidad está surgiendo a edades cada vez más tempranas. “Hoy en día la edad promedio de aparición de la obesidad se sitúa unos 10 años antes que en décadas anteriores, lo que significa que los niños de hoy en día aspiran a una vida más corta en comparación con las generaciones pasadas”, explica el experto.

Desde el Foro Nacional de Obesidad, Tam Fry asegura que “la obesidad está empezando a convertirse en un problema entre los sumamente jóvenes ya que se podría morir la gente por obesidad antes que sus padres”.

Los expertos consideran que estos resultados podrían ser una llamada de atención para las personas que padecen este problema ya que “el médico de cabecera podría alertarle sobre el riesgo de morir relativamente temprano, lo que podría ser una táctica útil para frenar ese crecimiento de la obesidad”.

Sin embargo, existen dudas sobre la posible eficacia global de esa medida ya que “muchas personas luchan para perder peso y no importa cuántas veces se les diga o cuántas veces lo intenten”.

Un portavoz del departamento de Salud asegura que “la lucha contra la obesidad es una prioridad para el Gobierno” y añade que “los médicos siguen las directrices actuales que se basan en que el índice de masa corporal (peso en relación con la altura) y la medida de la cintura es la mejor manera para evaluar la obesidad y sus riesgos para la salud”.