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Los riesgos de seguir determinadas dietas para adelgazar

La Consejería de Salud de la Junta de Andalucía ha incorporado en su web “www.juntadeandalucia.es/salud” información sobre las dietas potencialmente peligrosas para la salud que prometen resultados milagrosos y que suelen proliferar en los meses de verano. Se trata de dietas que inicialmente consiguen pérdida de peso pero que conllevan riesgos para la salud.

La Consejería difunde así el análisis realizado por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición y la Sociedad Andaluza de Nutrición Clínica y Dietética sobre siete dietas no recomendables para la salud, “la de la alcachofa, la de sirope de arce, la de la sopa “quema grasas”, el método Dukan, la dieta de Montignac, dieta de los potitos o la del grupo sanguíneo”.

En las siete dietas, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición detecta riesgos potenciales para la salud por sus deficiencias en nutrientes fundamentales y efectos secundarios para la salud.

De forma que junto a este análisis, se añaden los criterios a tener en cuenta para considerar si una dieta es peligrosa para la salud. La Consejería de Salud insiste en la necesidad de comprobar el rigor científico de la misma, así como la exactitud y contradicciones en su planteamiento.

Así ha recordado que la mayoría de las dietas milagro no están referenciadas en ninguna base de datos científica española o internacional -Elsevier, Excelenciaclinica.net, Guías de práctica clínica en el Sistema Nacional de Salud, Scielo, ScienceDirect, Scirus, clinicaltrials.gov, PubMed-, lo que supone que no hay evidencia desde el punto de vista científico de su eficacia o seguridad.

Además, se advierte de que las dietas fraudulentas para perder peso se caracterizan por:

– prometer resultados rápidos y mágicos,

– prohibir el consumo de un alimento o grupo de alimentos,

– reducir el consumo de frutas,

– contener listas de alimentos buenos y de alimentos malos,

– exagerar la realidad científica de un nutriente,

– aconsejar productos dietéticos con propiedades extraordinarias,

– obligar a alimentarse de productos dietéticos o suplementos farmacológicos,

– incluir relatos o historias para aportar credibilidad,

– contener afirmaciones que contradicen a sociedades científicas de prestigio o a las autoridades sanitarias.

De manera que los riesgos más importantes de estas dietas son desequilibrio nutricional por déficit de nutrientes, cetosis, enfermedades cardiovasculares o renales, deshidratación o estreñimiento.

Test para verificar dietas

En esta batería de información sobre dietas potencialmente peligrosas, la Consejería de Salud de Andalucía incluye además varios tests, con el objetivo de que los ciudadanos puedan identificar si su dieta es o no correcta e incluso si puede poner en riesgo su salud. Además, se incorpora una herramienta para conocer una dieta equilibrada y saludable.

Así, frente a estas dietas potencialmente peligrosas, la Consejería ha elaborado menús saludables para ocho semanas con el objetivo de contrarrestar el efecto de estas dietas adelgazantes milagrosas monótonas, rígidas y poco apetecibles, y con las que no se aprende a comer saludablemente.

Los menús han sido elaborados por los dietistas-nutricionistas de la Sociedad Andaluza de Nutrición Clínica y Dietética y presentan los elementos fundamentales de la dieta mediterránea adaptándose a los productos de temporada.

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La celulitis se puede reducir con la dieta

La celulitis se puede reducir “con una dieta adecuada, rica en proteínas y baja en hidratos de carbono, que aumente el consumo de grasas y así la lipólisis (proceso metabólico que convierte los lípidos en ácidos grasos y glicerol) reduciendo la piel de naranja”, ha explicado este especialista.

Según el doctor San Martín, existen tres clases de celulitis. Una de ellas es la celulitis dura que aparece con más frecuencia en mujeres jóvenes sobre todo en muslos y glúteos. “Este tipo es el más fácil de tratar”, asevera el experto.

Otra clase de celulitis es la blanda, más frecuente en mujeres mayores de 35 años o con obesidad. Se trata de un problema más difícil de combatir y suele aparecer -además de en glúteos y piernas- por el abdomen, los brazos y la espalda.

El tercer tipo es la celulitis edematosa, menos frecuente pero más grave que el resto ya que puede causar dolor. Además de la piel de naranja, las zonas afectadas presentan también hinchazón sobre todo por problemas de retención de líquidos.

“En este caso además de una dieta adecuada la paciente debe ingerir más agua para que su riñón funcione más rápido y elimine el exceso de líquido”, explica.

Según este experto, los casos más difíciles de resolver son aquellos de celulitis edematosa y los que van acompañados de flacidez, un efecto que suele aparecer en mujeres que realizan dietas para perder peso rápido o que tienen una alimentación vegetariana estricta sin huevo, leche y pescado.

“La celulitis viene muchas veces acompañada de flacidez porque se consumen muchos hidratos de carbono. Este problema se resuelve con una buena dieta con el aporte adecuado de proteínas que eleve los niveles de colágeno y reduzca la flacidez”, comenta.

Acompañar una buena dieta con un tratamiento corporal contra la flacidez y la celulitis agiliza y afianza los resultados. De hecho, según el Dr. San Martín, más del 70 por ciento de las consultas estéticas que se realizan durante el verano en su clínica tienen como objetivo adelgazar y eliminar la celulitis. “Para un problema de flacidez podemos recomendar mesoterapia y radiofrecuencia junto con dieta; para un sobrepeso leve, cavitación y mesoterapia. Para una persona con peso normal y celulitis dura, lo adecuado es una dieta y mesoterapia”, concluye.

Exceso de peso, tabaco y sedentarismo amenazan nuestra salud

Según sus datos, los “muy frecuentes” problemas de peso de los españoles, que afectan sobre todo a hombres mayores, tienen que ver con su alto sedentarismo. El 86 por ciento de los adultos de este país lleva una vida sedentaria. De hecho, pasan unas 14 horas semanales viendo la televisión y unas siete horas frente al ordenador.

“A uno de cada dos ciudadanos se les aconseja realizar actividad física en su tiempo libre (al menos 150 minutos semanales de actividad de intensidad moderada ó 60 minutos semanales de actividad vigorosa), pero sólo el 30 por ciento sigue el consejo”, señala el Dr. José Ramón Banegas, de la Universidad Autónoma de Madrid y uno de los responsables del estudio.

Otro de los factores que influye en el aumento de peso es la dieta. Los españoles sólo consiguen un 3,7 en la escala de adecuación a la Dieta Mediterránea tradicional, que se ha sustituido por una “dieta mediterránea evolucionada”, más rica en consumo de grasa animal.

Una dieta mediterránea con demasiada carne

Así, las grasas saturadas suponen el 12 por ciento de la ingesta total de energía de los adultos españoles, a pesar de que el consumo recomendado está entre el siete y el ocho por ciento. También se toman demasiadas proteínas. En concreto, los hombres ingieren 400 miligramos al día de colesterol, aunque la ingesta recomendada es menos de 300.

Sin embargo, se ha reducido la toma de hidratos de carbono (42 por ciento), cuando la ingesta recomendada está entre el 50 y el 55 por ciento y la de fibra, que se sitúa en 23 gramos por día cuando lo recomendado es que se superen los 25 gramos diarios. También es insuficiente el consumo de frutas, verduras, hortalizas y leche.

“El 80 por ciento de los españoles con problemas de obesidad recibe consejo sanitario sobre perder peso, pero sólo el 40 por ciento lo sigue”, añade este investigador.

Según este estudio, promovido por la farmacéutica Sanofi, el tabaquismo “sigue siendo muy elevado” en España. De hecho, el 28 por ciento de los adultos españoles fuma -el 15 por ciento a diario- y el 25 por ciento, es decir, uno de cada cuatro españoles, es fumador pasivo.

Además, el 33 por ciento de la población española sufre hipertensión. Casi dos tercios de estos pacientes saben que tienen este problema y de ellos, el 79 por ciento recibe tratamiento. Sin embargo, el 54 por ciento de los que están en tratamiento no tienen un buen control. “Por tanto, poco más del 20 por ciento de los hipertensos españoles está bien controlado”, destaca el Dr. Banegas.

Uno de cada dos adultos con colesterol

Asimismo, uno de cada dos adultos tiene alto el colesterol y la mitad de ellos no lo sabe. De quienes lo saben, sólo el 42 por ciento están tratados. Sin embargo, de los pacientes que reciben tratamiento, casi la mitad (47 por ciento) están sin controlar.

Casi el siete por ciento de los adultos españoles son diabéticos y el 20 por ciento no sabe que lo es. De quienes sí lo saben, el 86 por ciento está tratado, pero el 31 por ciento está sin controlar. “Es decir, menos de la mitad de los diabéticos están controlados”, asevera.

Para el Dr. Fernando Rodríguez-Artalejo, también responsable del estudio, estos datos, que no difieren demasiado de los de la última Encuesta Nacional de Salud realizada por el Ministerio, muestran que los factores de riesgo cardiovascular de los españoles son ahora “algo más altos” de lo que eran en el pasado.

Sin embargo, estos resultados se sitúan “en la línea de lo que está ocurriendo en otros países mediterráneos”, por culpa del sedentarismo, el tabaco y de que “se come demasiado” en España, donde la dieta mediterránea tradicional ha incorporado un excesivo consumo de carne.

Según José Martínez Olmos, secretario general de Sanidad, para el Gobierno “el factor de riesgo más preocupante es el tabaquismo”. Considera que la situación cardiovascular de los españoles “puede mejorarse”, tanto con información al ciudadano para mejorar su autocuidado como trabajando con los profesionales para optimizar el seguimiento de los pacientes.

Este trabajo, desarrollado por los doctores José Ramón Banegas y Fernando Rodríguez-Artalejo, de la Universidad Autónoma de Madrid, ha sido presentado por el secretario general de Sanidad, José Martínez Olmos, y el presidente de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, Roberto Sabrido, y el consejero catalán de Salud, Boi Ruiz, cuyo departamento ha colaborado en este proyecto.

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Hidratación y dolores de cabeza

Recibir directamente los rayos del sol en la cabeza puede ser un desencadenante de las cefaleas y en casos extremos puede llegar a causar insolación. La propia claridad del verano o la intensidad de la luz puede ser otro motivo por el cual aumenten las cefaleas en verano. A esto se le puede añadir los cambios bruscos de temperatura que se sufren en esta época del año.

Una apropiada forma de prevenir la aparición de cefaleas en verano es mantenerse bien hidratado, ya que uno de los síntomas de la deshidratación es sentir dolores de cabeza.

En épocas del año con altas temperaturas, una persona puede llegar a perder al día entre 2 y 3 litros de líquido en el organismo a través del sudor, de la orina, la respiración y la transpiración de la piel, lo que puede provocar dolor de cabeza, cansancio, falta de concentración e incluso un golpe de calor.

Para evitar esta deshidratación los expertos recomiendan incrementar el consumo de líquidos hasta una media de 2,5 litros diarios.

Los viajes en avión, los cambios de presión, el estrés, los cambios de hábitos, el no respetar el horario de comidas, dormir poco y mal o el exceso de sol en la playa, son otros de los motivos que hacen que las cefaleas aumenten en verano.

Según un estudio de 2010 realizado por departamento de Neurología de la Universidad de Viena, “el consumo de alcohol, el abandono de la cafeína, saltarse comidas y la deshidratación pueden provocar la aparición de migrañas o cefaleas”.

Un coste de 155.000 millones de euros

La OMS presentó un estudio sobre el “enorme” coste económico que causan los trastornos relacionados con el dolor de cabeza, como la cefalea tensional o la migraña, que sólo en la Unión Europea provocan que se pierdan 190 millones de días de trabajo al año.

Así lo aseguró el Dr. Shekhar Saxena, director de Salud Mental y Trastornos por Abuso de Sustancias de la OMS, quien alerta además de que el coste estimado de estas bajas es de unos 155.000 millones de euros.

Según los datos del informe, hasta un 47 por ciento de la población adulta de todo el mundo presenta dolor de cabeza de forma recurrente, pese a lo que “siguen siendo trastornos que reciben poca atención aunque los costes en términos de productividad son enormes”.

De hecho, según asegura este experto, los dolores de cabeza pueden debilitar a quienes los padecen “hasta el punto de incapacitarles para trabajar”.

En el caso de la migraña, que afecta a alrededor de una de cada seis mujeres y uno de cada 12 hombres, se estima que es el trastorno cerebral más caro, tanto en la UE como en Estados Unidos, ya que es la causante del 1,3 por ciento de todas las discapacidades por enfermedad.

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¿Conocemos nuestros alimentos?

Hay una transformación del patrón alimentario en los últimos años gracias a los medios de comunicación, al transporte y los hábitos de vida como los roles sociales del hombre y mujer, los horarios laborales y escolares, la estructura familiar y las relaciones sociales y el ocio. Estos cambios nos han llevado a modificar nuestros hábitos alimentarios y nuestra selección de alimentos.

En la encuesta que hace el Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino se le preguntó al consumidor qué buscaba cuando iba a comprar un alimento: calidad, conveniencia, placer, salud o tiempo. Se observó que prima en la compra de alimentos la calidad y la proximidad (por el sistema de vida y las prisas) con el mismo porcentaje. También tienen importancia los buenos precios.

Hechos destacables

-La obesidad ha alcanzado características de pandemia según la OMS.

-La incidencia de enfermedades crónicas está en aumento. Para los años 2015-2020 se prevé doblar el número de diabéticos en el mundo.

-Nos enfrentamos a más de 10.000 alimentos en una gran superficie, con respecto a unos 500-600 que podía haber en una tienda de barrio.

-Se ha incrementado el consumo de alimentos fuera del hogar (sobre todo a mediodía por el horario laboral).

-La información nutricional sobre los alimentos se ha incrementado por el etiquetado y la legislación sobre alegaciones nutricionales.

Y entramos en una contradicción: cuanta mayor información tenemos sobre los alimentos somos más obesos y tenemos más enfermedades relacionadas con la dieta.

Evolución del sobrepeso y la obesidad

La obesidad y el sobrepeso en España entre el año 1987 y el años 2006 se ha incrementado y también ha habido un incremento de las enfermedades crónicas. En el 2004 se estimó que el 81 por ciento de la morbilidad y mortalidad de la población en Europa se debía a enfermedades crónicas, muchas dependientes de la alimentación como las enfermedades cardiovasculares, algún tipo de cáncer o la diabetes. Y en el caso de las mujeres podemos llegar hasta el 90 por ciento.

Hace 40-50 años íbamos a comprar a una tienda de barrio, después algunas evolucionaron a pequeños supermercados. Antes teníamos una botella de leche y ahora un lineal entero de leches en las grandes superficies. Y lo mismo sucede en la panadería y la carnicería. Es decir, en las grandes superficies nos encontramos con que hay mucho para elegir.

Según una encuesta vemos que cada día hay un mayor incremento de la gente que come fuera del hogar: un 20 por ciento come entre 9-22 días fuera de casa y un 47 por ciento come entre 2-8 días fuera de casa.

Información nutricional en el etiquetado

Cada día disponemos de más información sobre los alimentos en el etiquetado nutricional que nos informa sobre el origen, la cantidad, el contenido de los macronutrientes, los aditivos, etc. Sin embargo esa información ¿nos sirve para comer mejor? Los resultados epidemiológicos nos dicen que no, que comemos peor, porque tenemos más sobrepeso y más enfermedades relacionadas con la dieta.

¿Para qué nos sirve conocer los alimentos que consumimos? Por si tenemos intolerancias, alergias, hipertensión, colesterol sanguíneo elevado, diabetes, estreñimiento, gota, o para seguir una dieta vegetariana sin sufrir carencias.

Actualmente se están desarrollando sistemas para que con un teléfono móvil se pueda hacer una fotografía del código de barras de un alimento y nos aporten información sobre la composición de ese alimento.

Identificación de los alimentos

Para que un alimento sea identificado inequívocamente se usa un sistema internacional de clasificación de alimentos que se llama LanguaL, que lo utilizan todas las bases de datos del mundo.

En este sistema se puede describir una manzana como una fruta con piel y semilla, entera, con su forma natural, con método de conservación desconocido, sin medio de empaquetado, alimento sin especificación de edad, producido en España, y doméstico o cultivado. Todas esas características definen a una manzana. Este alimento es simple de describir. ¿Pero cómo definimos unos cereales de desayuno? Pues hay que poner un código diciendo que se ha añadido azúcar, otro código si se ha añadido vitaminas, otro para el hierro, otro para el empaquetado en un material determinado, si está sometido a un proceso de deshidratación, etc. Además cada año se incorporan nuevos aditivos a la lista existente. Y también tenemos los coadyuvantes tecnológicos que usan los cocineros, etc.

Factor de rendimiento y de retención

Por otro lado, cuando cocinamos los alimentos podemos calcular la pérdida de peso o la ganancia de grasa o de agua con el factor de rendimiento en peso. También existen los factores de retención de nutrientes, por ejemplo cuando aplicamos calor se pierden minerales y vitaminas y con este factor podemos saber qué cantidad de vitaminas y minerales queda en el alimento que vamos a comer.

Cuando comemos fuera de casa existen ligeras variaciones en el valor nutricional de los platos en función de la receta y del modo de cocción.

Tamaño de las raciones

Una de las cosas que están muy relacionadas con la obesidad es el tamaño de las raciones. Existen unas raciones recomendadas para una alimentación saludable, por ejemplo la ración de carne recomendada es de 5,5 onzas pero la mayoría de los restaurantes ponen 12 onzas. En el caso de la pasta la ración recomendada es de una onza y, en cambio, se ponen raciones de 4 a 8 onzas en los restaurantes. Y lo más curioso es que el tamaño de los platos también es importante: los cocineros de más edad (más de 51 años) utilizan platos más pequeños y los de menor edad usan platos más grandes con raciones más grandes.

Podemos comparar los tamaños de las raciones de varios alimentos en el año que empezaron a comercializarse respecto el año 2002. Por ejemplo el tamaño de las patatas fritas de los establecimientos de comida rápida en el año 1954-55 era de 2,4-2,6 onzas cada ración. Sin embargo hoy día el tamaño pequeño tiene esa ración, el medio tiene 4-5 y el grande pasa de las 6-7 onzas. Lo mismo sucede con las hamburguesas.

Consumo de alimentos con o sin información nutricional

En una reciente publicación del año 2010 se hicieron unas encuestas a personas que comían en distintos restaurantes donde había un punto de información nutricional sobre los alimentos que comían. Y se veía si se preocupaban de comer más o menos los distintos alimentos. Se hicieron tres gráficas según la intención de comprar el alimento, la relación con la obesidad y las enfermedades cardiovasculares.

En el caso de las hamburguesas con patatas se consumían en la misma cantidad aunque se le informase de su relación con obesidad y con las enfermedades cardiovasculares.

Y sí vemos que hay un incremento de la elección de un plato llamado “ensalada del chef” cuando se le informa de todos los nutrientes. Sin embargo, esta ensalada tiene gran cantidad de sodio y de grasas saturadas porque no sólo lleva verduras, sino que también lleva beicon y queso. Es el único plato que aumenta su consumo cuando se da información nutricional, por el simple hecho de llamarle ensalada.

En conclusión, conocemos nuestros alimentos pero no hacemos caso de este conocimiento y no nos alimentamos mejor por conocerlos mejor.

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Casi la mitad de los niños españoles tienen exceso de peso

El estudio recoge datos actualizados de la prevalencia de la obesidad infantil en España y ha sido realizado en casi 8.000 niños y niñas de toda España. El objetivo de este análisis era disponer de datos precisos, mediante una metodología avalada por la OMS y comparable entre países, sobre la magnitud del problema que supone el exceso de peso (sobrepeso u obesidad) en la población infantil.

Hasta la fecha los únicos datos que se tenían eran los de estudio enKid, realizado hace más de diez años con una metodología distinta y con una participación menor (423 niños y niñas). También existía información de la Encuesta Nacional de Salud del año 2006, pero los datos obtenidos eran poco precisos al ser autoreferidos (sin medición ni pesaje comprobatorio por terceros).

Aunque los resultados de ALADINO arrojan que el exceso de peso infantil es superior al 45%, si se utiliza la metodología aplicada en enKid el resultado sería de una prevalencia de exceso de peso del 31,4%, lo que supone tan sólo un punto por encima de la obtenida hace diez años con ese estudio (30,4%). Por lo tanto, se constata que el exceso de peso en la población infantil española está estabilizado en los últimos diez años, si bien ahora se dispone de una información mucho más ajustada a la realidad.

Más en los niños que en las niñas

El 45,2% del exceso de peso detectado se reparte de la siguiente manera: el 26,1% corresponde a sobrepeso y el 19,1% a obesidad. Por género, los niños tienen más exceso de peso que las niñas (26,3% de sobrepeso frente a 25,9 y 22% de obesidad frente a 16,2).

El estudio también revela que tanto el sobrepeso como la obesidad afectan más a los niños y niñas que se desarrollan en entornos más desfavorecidos desde el punto de vista educativo y económico. De este modo, los niveles de sobrepeso y obesidad infantil en las familias con menos recursos están alrededor del 48%, lo que supone casi ocho puntos más que el exceso de peso detectado en las familias con más recursos.

Ocio audiovisual y lugar de comidas

Otro aspecto analizado por el estudio es el impacto del ocio audiovisual (presencia de ordenador, dvd, consola en la habitación de los menores) con el exceso de peso. Los datos recogidos indican que el porcentaje de niños y niñas con un peso normal es mayor cuando no disponen de este tipo de ocio en su habitación.

De esta forma, el 56,2% de los menores que no dispone de este tipo de ocio estaría en un peso saludable frente al 43,2% que tendría sobrepeso u obesidad. En cambio, el porcentaje de niños y niñas con exceso de peso es del 50,2% cuando sí disponen de ordenador, consola, etc. en su habitación y sólo el 48,9% estarían en su peso normal.

El estudio también ha analizado la relación entre el exceso de peso y el lugar donde se realiza la comida, bien en casa bien en el colegio. En este sentido, el porcentaje de niños y niñas que tienen un peso saludable es mayor entre los que habitualmente comen en los comedores escolares.

Entre los que comen en casa, el 51,7% tiene un peso normal y el 47,6% tiene exceso de peso. Entre los que comen en el colegio, el 56,3% tiene un peso normal y el 43% tiene sobrepeso u obesidad.

Conclusiones preliminares

Ante estos resultados, las conclusiones preliminares del estudio indican que aunque el exceso de peso en la población infantil española se ha estabilizado es necesario realizar intervenciones educativas dirigidas principalmente a las clases sociales con menores niveles de renta y de estudios para reducir las desigualdades en salud.

Además, deberán potenciarse las medidas encaminadas a modificar el entorno alimentario de los niños y niñas para hacerlo más saludable y, asimismo, facilitar la práctica de actividad física.

En este sentido, el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad confía en que la nueva Ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición, recientemente aprobada, sea un instrumento de gran valor para favorecer hábitos de alimentación saludables, a tal efecto la Ley establece que la Estrategia NAOS (Estrategia de la nutrición, actividad física y prevención de la obesidad) será revisada con periodicidad quinquenal.

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España se sitúa a la cabeza de Europa en obesidad infantil

Las razones principales de este incremento, según el doctor Jaime Dalmau, coordinador del Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría (AEP), se encuentran en el “cada vez más elevado nivel de sedentarismo, la alta ingesta de calorías procedentes de grasas y proteínas y el bajo consumo de frutas y verduras”. Pero más allá de los factores ambientales, se está investigando si la predisposición genética puede influir en el desarrollo de la obesidad, “puesto que los países del norte de Europa presentan una rutina de ejercicio y dieta semejante a la española, así como unos programas preventivos similares, pero sus porcentajes de niños obesos son ligeramente inferiores”, apunta en el marco del 60 Congreso Nacional de la Asociación Española de Pediatría que se celebra en Valladolid.

A juicio del doctor Dalmau, la obesidad constituye una enfermedad crónica, que una vez instaurada, resulta difícil de controlar sin la adopción de medidas concretas. Por ello, desde el Comité de Nutrición de la AEP se insiste en la detección precoz y en la importancia del seguimiento del niño-adolescente. No obstante, esta tarea no siempre es factible. Según el Dr. Dalmau, el principal escollo está “en el limitado tiempo de consulta por paciente. El control adecuado del niño con sobrepeso u obesidad requiere aumentar el número de visitas, algo que ni es viable actualmente ni está contemplado en los programas de salud más allá de los dos años. La mayoría de las comunidades autónomas disminuye el número de visitas a partir de los tres años para el control del niño sano, por lo que es más difícil detectar precozmente el sobrepeso”.

Por este motivo, el entorno escolar y familiar debe asumir un papel prioritario aunque, según los pediatras, son precisamente estos dos núcleos los que más han influido en las actuales conductas alimentarias de los menores. “La mayor parte de los problemas de sobrepeso en los niños procede de unos malos hábitos alimentarios que inculcan los padres”, asegura el doctor Antonio Jurado, presidente del Comité Organizador del Congreso. Y es que a veces el estrés y las prisas llevan a los padres a recurrir a la comida rápida y a la bollería industrial como parte de la dieta diaria de sus hijos, lo que poco a poco tiende a convertirse en una rutina alimenticia de la que es complicado salir. Para el doctor Jurado, “los padres deben ser los primeros en instaurar unos hábitos saludables, cambiando el tradicional bocadillo, en ocasiones hiperproteico e hipercalórico, por una pieza de fruta o un producto lácteo”.

En ocasiones, tan sólo con un pequeño cambio se pueden lograr resultados óptimos. “Eliminar el picoteo no nutricional (bollería, chucherías, frutos secos, etcétera) y aumentar el ejercicio físico son los primeros pasos para prevenir la obesidad”, subraya el doctor Dalmau.

La moda de las dietas

En el otro extremo de las conductas nutricionales actuales se encuentra la adherencia a dietas no controladas, una moda muy extendida sobre todo entre las niñas. “Los estudios indican que cada vez hay un mayor porcentaje de adolescentes que no están de acuerdo con su peso y que recurren a dietas que encuentran en las revistas o que les recomienda alguna amiga. Dietas sin rigor científico que provocan un desequilibrio dietético: se saltan comidas para después saciar el hambre abusando de alimentos calóricos como la comida rápida y la bollería industrial”, destaca el coordinador del Comité de Nutrición.

Por ello, los pediatras advierten de los riesgos de las dieta a niños que aún deben seguir creciendo. “La principal diferencia entre el tratamiento de la obesidad en un adulto y un niño es que este último se encuentra en pleno crecimiento y no debe limitar la ingesta de alimentos, sino aumentar el gasto calórico”, señala el Dr. Dalmau.

Las bondades del ejercicio

Una buena dieta debe ir acompañada por el ejercicio físico, fundamental en todas las etapas de la vida pero clave en la etapa del crecimiento del niño. El profesor Julio Ardura, presidente del Congreso, considera que existen muchos mitos relativos al ejercicio físico: “No hace falta ir al gimnasio, sino que con pequeños gestos como ir andando al colegio o subir las escaleras se está ejercitando el cuerpo”. El Congreso ha reservado un espacio para un evento deportivo que tendrá lugar el sábado por la mañana (10:00 a 12:00). Dirigido a niños, se organizarán competiciones de balonmano y baloncesto.

Los siete pecados de la nutrición

1. Abusar del picoteo no nutricional como frutos secos, chucherías, etc.

2. Déficit de ingesta diaria de verduras y hortalizas.

3. Consumo insuficiente de fruta.

4. Abuso del consumo de alimentos de alta densidad calórica por grasas.

5. Ingesta de hidratos de carbono de absorción rápida como la bollería industrial.

6. Elevado consumo de alimentos hiperproteicos.

7. Falta de ejercicio físico diario.

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Una dieta personalizada y equilibrada puede reducir la ingesta de medicamentos en las residencias

Uno de cada cinco vascos es mayor de 65 años. Un dato que ha supuesto un importante cambio en las políticas sociales territoriales otorgando una mayor preocupación entre las instituciones y organismos sanitarios para una mejora de la calidad de vida de estas personas. El objetivo es lograr un envejecimiento activo que afecte no sólo al 80 por ciento de los vascos mayores que viven de forma autónoma, sino también a los ancianos que se encuentran en una residencia. Un grupo, este último en el que cobra vital importancia la alimentación, al verse en muchos casos limitados para la práctica habitual de actividad física.

La comida es parte de la terapia. “Debemos ser conscientes de que la dieta que se establece a los residentes no sólo debe cumplir un aspecto nutricional, sino que además debe convertirse en un apoyo del tratamiento que estas personas están siguiendo”, explica Isabel Gallardo, enfermera de la Residencia Barrika Barri del Grupo Euskoges-Olimpia.

No hay que subestimar la importancia de la alimentación. “Una dieta equilibrada y adaptada puede evitar que se incrementen las dosis de determinados medicamentos en enfermos de diabetes o hipertensión por ejemplo, consiguiendo incluso reducirlos en determinados casos”.

Más que una dieta personalizada

Según datos del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO), el 92 por ciento de las persona mayores de 65 años sufre problemas en los huesos o articulaciones, el 34 por ciento hipertensión, un 33 por ciento problemas de corazón y un 24 por ciento diabetes. “En una residencia las personas con problemas de salud obtienen una dieta ajustada a sus necesidades. Es fundamental personalizarlas para cada residente, un control que en muchas ocasiones no se puede realizar cuando viven solos -un 80 por ciento de los ancianos en España-“.

Una persona de este rango de edad debe ingerir alrededor de 2.300 kilocalorías al día. En el caso de los diabéticos, no sólo hay que vigilar el tipo de alimento, sino también su valor energético. “En estos casos la ingesta de calorías se reduce hasta 1.500 y se realiza una “recena” a media noche, es decir un aporte energético extra para que no pase demasiadas horas sin ingerir alimentos, ya que esto podría provocar una caída en los niveles de glucosa en sangre”, afirma la enfermera.

Una dieta personalizada, equilibrada, pero flexible. “Es necesario que a los mayores se les involucre de cierta forma en la toma de decisiones que están relacionadas con su salud y por ende a su alimentación”. Para ello, en las residencias del Grupo Euskoges-Olimpia se determinó la elaboración de un menú en el que siempre hubiese dos opciones tanto para el plato principal, como para el segundo y el postre, siempre teniendo en cuenta la estación del año y la disponibilidad de productos en el mercado, así como con el apoyo de especialistas en nutrición. “Les impulsamos a que sigan una dieta acorde con sus gustos, pero también con sus necesidades. Por ello, si un día uno de nuestros residentes quiere pasta, pero el día anterior comió arroz, le convencemos para que no opte por más hidratos de carbono”. Ello contribuirá a una mayor satisfacción, y por lo tanto, mejor estado nutricional y calidad de vida.

Una lección que se debe trasladar también a los familiares, que en las visitas a los residentes en ocasiones les llevan alimentos no recomendables. “No será la primera vez que encontramos un salero en la habitación de un hipertenso o dulces en la de un diabético”. Para evitar este tipo de situaciones es aconsejable hablar con los responsables del centro para saber qué tipo de alimentos pueden llevarles.

Problemas con solución

Los sentidos del gusto y el olfato interactúan estrechamente para ayudar a la degustación de los alimentos, percepción que se pierde con el paso de los años. “Por ello es muy importante que a las personas mayores se les ofrezcan menús con comida casera, muy olorosa y con muy buen aspecto con el fin de incentivarles el apetito, porque además en algunos casos sufren anorexia debido a una depresión, una EPOC o como efecto de la medicación”.

Lo mismo sucede con la ingesta de agua, tan necesaria en las personas mayores de 65 años. “En la residencia tenemos establecidos horarios para introducir aportes líquidos a la dieta de nuestros residentes para evitar deshidrataciones, sobre todo en verano. Debido a las reticencias que suelen mostrar para ingerir agua, es aconsejable sustituirlas por zumos, café o té para motivarles”.

Una dieta en la que también son importantes los suplementos proteicos, siempre que estén recetados por el médico, sobre todo para aquellas personas que utilizan sondas para alimentarse o sufren una disfagia que les impide comer con facilidad alimentos como la carne. Además, una dieta hiperproteica es primordial para ayudar a regenerar úlceras por presión que pueden surgir en personas que requieren estar encamadas.

Beneficios, los de una dieta hipercalórica, que se dan también en situaciones en que los residentes tienen un gasto energético aumentado, como en el caso de sufrir una infección o en enfermos crónicos de cáncer. Este tipo de alimentos se completan con una dieta rica en fibra que puede ayudar a disminuir o incluso evitar la ingesta de laxantes de los que tantas veces se abusa.

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La hidratación y la glucosa influyen en el rendimiento mental de los estudiantes

Estos días miles de estudiantes se someten a las pruebas de la selectividad. Es un momento de gran esfuerzo intelectual que exige estar en un estado óptimo, tanto físico como mental. Sin embargo el estrés, la ansiedad y las pocas horas de sueño hacen que la mayoría de los estudiantes descuiden su alimentación y, principalmente, su hidratación.

Lo que la mayoría de los alumnos desconoce es que la hidratación influye en el rendimiento mental. Esto supone que si no beben lo necesario disminuye su capacidad de memoria a corto plazo, las habilidades aritméticas, la concentración, la capacidad visual, etc.

Además, la deshidratación provoca cansancio, dolor de cabeza, dificultad de concentración y malestar general, síntomas que también perjudican las funciones mentales. “En los estudios de investigación que se han realizado se ve que si la hidratación es insuficiente, al igual que ocurre en cualquier otra célula del organismo, también afecta al funcionamiento del cerebro y empeora el rendimiento intelectual en funciones de atención, repetición, matemáticas, etc.” explica la doctora Carmen Gómez Candela, Jefa de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética del Hospital La Paz, de Madrid.

Los expertos recomiendan a los estudiantes ingerir entre 2 y 2,5 litros diarios a través de las diferentes bebidas. En época de gran esfuerzo intelectual, como es el caso de los exámenes, además de mantener una buena hidratación que permita desarrollar las habilidades mentales es necesario mantener un nivel óptimo de glucosa, la energía del cerebro.

Las bebidas que contienen azúcares cumplen un importante papel a la hora de aportar glucosa a la mente, ya que mantienen los niveles de atención y mejoran diversos aspectos como la capacidad de reacción, la memoria o el rendimiento intelectual. “No es conveniente que al cerebro le falte glucosa porque es imprescindible para el normal funcionamiento neuronal”, indica la doctora Carmen Gómez Candela.

También los alimentos contribuyen a aportar carbohidratos al organismo, como el pan, los cereales, azúcar o la fruta, por lo que es importante incluirlos en la dieta, especialmente en temporadas de gran esfuerzo mental.

Para maximizar el rendimiento los expertos aconsejan seguir ciertas pautas saludables a la hora de estudiar. Es importante descansar cada cierto tiempo para despejarse y tomar un café o un refresco. “Hay que hacer descansos cada dos horas porque está demostrado que después de ese tiempo el rendimiento intelectual disminuye. Es recomendable también aprovechar esos paréntesis para levantarse, estirar las piernas y beber algo que hidrate y dé energía”, aconseja la Jefa de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética del Hospital La Paz. También es importante dormir un mínimo de ocho horas diarias y mantener una alimentación equilibrada que aporte todos los nutrientes que el organismo y el cerebro necesitan para funcionar perfectamente.

Consejos para los estudiantes:

1. Ingerir entre 2 y 2,5 litros diarios entre las diferentes bebidas: agua, zumos, refrescos, infusiones, etc.

2. Mantener una dieta equilibrada, variada y moderada que aporte todos los nutrientes que el cuerpo necesita.

3. Durante las jornadas de estudio, hacer descansos cada dos horas para despejarse.

4. Aprovechar las pausas para estirar las piernas y tomar una bebida con azúcares como un café o un refresco que hidratan y aportan glucosa al cerebro.

5. Los alimentos como el pan, los cereales y la fruta también aportan carbohidratos y, por lo tanto, energía.

6. Dormir cada día un mínimo de ocho horas.

7. Llevar a las pruebas una botella de alguna bebida con azúcar que permita mantener un óptimo nivel de hidratación y glucosa durante la realización de los ejercicios.

8. En los momentos de estudio, buscar un lugar con buena luz y ventilación que no obliguen a forzar la vista.

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Genética, sedentarismo e irregularidad en las comidas son los principales motivos del alto índice de obesidad infantil en España

Un 23 por ciento de los menores en España tiene problemas de sobrepeso y tres factores contribuyen decisivamente a ello: la predisposición genética, el alto nivel de sedentarismo de los niños y el incumplimiento con los horarios de las comidas.

Estas son algunas de las conclusiones más importantes extraídas del Estudio OBICE (Obesidad Infantil en Redes Centinela), realizado con datos obtenidos de 106 consultas de pediatría de las Comunidades Autónomas de Valencia, Castilla-León, Asturias, Extremadura y La Rioja, y con niños situados entre los dos y los 14 años de edad.

“Los principales resultados del Estudio OBICE mostraron la importancia del entorno familiar en numerosas partes de España como un factor de riesgo para la obesidad”, explicaron los autores. Con “entorno familiar” se referían tanto a los antecedentes genéticos de los niños como a las malas costumbres adquiridas en casa.

Sedentarismo y malas costumbres

Asimismo, los autores del trabajo quisieron reflejar el “alto nivel de sedentarismo” que tienen los niños españoles. En este sentido, y según un reciente estudio de la Asociación Española de Pediatría, los adolescentes españoles están a la cabeza europea en sedentarismo, ya que uno de cada cuatro chicos no realiza ninguna actividad física, y apenas el 10 por ciento cumple las recomendaciones de practicar al menos una hora de ejercicio al día.

“A esto, hay que añadirle la costumbre que tienen muchos de ellos de ver la televisión consumiendo “snacks” y otros alimentos poco recomendables para una dieta sana. Este picoteo, según el Dr. Quiles, Jefe de la Unidad de Educación para la Salud del Servicio de Promoción de Salud de la Dirección General de Salud Pública de la Conselleria de Sanitat Valenciana, puede llegar a suponer entre un 20-25 por ciento de la energía diaria”.

“Contrariamente a lo que muchas personas creen, parece existir una asociación entre el número de horas de sueño a los 7 años y la obesidad, aquellos que duermen más de 10 horas son menos obesos en comparación a los que suelen dormir menos horas”, añadió este experto.

Hábitos alimenticios

Igualmente, el Estudio OBICE refleja los malos hábitos de los adolescentes referentes a los horarios de las comidas. Así, los autores reflejan la importancia que tiene el desayuno y la realización de cinco comidas al día, algo infrecuente entre los niños españoles. “Para luchar contra la obesidad infantil es preciso promover el desayuno como una de las principales comidas del día”, refleja.

Los hábitos alimenticios, que influyen en las preferencias de alimentos, el consumo de energía y la ingesta de nutrientes, se desarrollan normalmente durante la infancia, y en particular durante la adolescencia. Según el Dr. Quiles, “el entorno familiar y escolar tiene una gran importancia a la hora de determinar la actitud del niño hacia determinados alimentos y el consumo de los mismos”.

En este sentido, un estudio de este año, publicado en el International Journal of Obesity, expuso que el consumo de grasas saturadas “trans” (presente en bollería, principalmente) está relacionado con el aumento de peso “a corto plazo”.

“La dieta debe contener un gran variedad de alimentos para conseguir satisfacer los requerimientos nutricionales. Es importante distribuir la cantidad total de energía necesaria entre cuatro o cinco comidas. El desayuno es una comida importante que debe reforzarse en nuestra cultura hasta que sea capaz de aportar el 25 por ciento de la energía total necesaria, debiendo contener lácteos, cereales y fruta. Los adolescentes suelen saltarse comidas y desarrollar hábitos alimenticios irregulares. Una de las comidas que se saltan más frecuentemente es el desayuno. El desayuno tiene una importancia vital para proporcionar la energía y los nutrientes necesarios después del ayuno nocturno, y que contribuye a una mayor concentración y rendimiento en el colegio”, explica el Dr. Joan Quiles.

“Además -añade- si deseamos enriquecer en la merienda la dieta de los niños, las frutas nos aportarán una buena cantidad de vitaminas y agua sin incrementar excesivamente la carga energética”.

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Taller: Índices de dieta saludable

En el marco de las 5ª Jornadas de Actualización Nutrición e Índices de Salud, organizadas por la Cátedra Tomás Pascual Sanz – Universidad de Navarra, Dña. Carmen de la Fuente, Dña. María Marqués y la Dra. Itziar Zazpe impartieron el taller Índices de dieta saludable, que recogemos a continuación.

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Cribado nutricional en personas mayores

En el marco de las 5ª Jornadas de Actualización Nutrición e Índices de Salud, organizadas por la Cátedra Tomás Pascual Sanz – Universidad de Navarra, la Dra. Marta Cuervo pronunció la ponencia Cribado nutricional en personas mayores, que recogemos a continuación.