Parasimpático

Enfermos de Crohn y colitis ulcerosa se reúnen para compartir experiencias y soluciones

Enfermos de Crohn y colitis ulcerosa de la provincia se reúnen este martes para poner en común experiencias y soluciones sobre estas dolencias intestinales, en una merienda que tendrá lugar en la sede de la Asociación de Enfermos de Crohn y Colitis Ulcerosa (ACCU) de Málaga.

Así lo ha informado a Europa Press la presidenta de este colectivo, Laura Camacho, quien ha valorado este encuentro, ya que “en este tipo de enfermedades, hablar y crear un ambiente de confianza para el paciente es fundamental”, por lo que “todos aquellos que se hayan visto afectados alguna vez por este tipo de problemas pueden acudir a esta reunión para recibir ayuda y ver cómo se puede vivir con Crohn o con Colitis Ulcerosa”.

En este sentido, Camacho ha aclarado que los afectados por estas dos enfermedades “pueden tener una vida completamente normal”. “La mayoría de estas personas tienen una vida normal, son jóvenes, en su mayoría, que puede hacer deporte, estudiar y no ven limitada su calidad de vida”, ha incidido.

Esta reunión permitirá a quienes acudan a “compartir sus problemas y dar soluciones a quienes se muestren preocupados”. “Creemos que en este tipo de dolencias tiene mucho que ver la psicología y es por ello por lo que es realmente importante hablar de forma distendida y comentar las diferentes experiencias de cada paciente”, ha añadido.

No obstante, ACCU Málaga no cesa su actividad en este punto de encuentro de pacientes, ya que en marzo comenzarán las excursiones del club de senderismo de la asociación. “Con el senderismo unimos deporte, la naturaleza con la convivencia, ya que nos juntamos y comemos en torno a una actividad diferente”, ha explicado Camacho a Europa Press.

Enfermedades intestinales

Tanto la Colitis Ulcerosa como la Enfermedad de Crohn son dos tipos de enfermedades inflamatorias intestinales, crónicas y autoinmunes, cuyos pacientes las padecen en brotes, lo que supone que durante la mayor parte del tiempo parezca que la enfermedad ha remitido, aunque ésta se mantiene.

La diferencia entre ambas dolencias está en la localización de la afectación. Si en la Colitis Ulcerosa sólo se ve afectado el colon, en parte o en su totalidad, en la Enfermedad de Crohn pueden aparecer problemas en todo el tubo digestivo.

Estas Enfermedades de Inflamación Intestinal, tras muchas investigaciones de expertos, no tienen una causa exacta, aunque sí intervienen múltiples factores que pueden influir en la aparición de brotes. Los cambios estacionales, el estrés u otros factores medioambientales pueden ayudar a que florezcan dichos brotes. Al ser enfermedades autoinmunes, no se ha descubierto una medicación para una cura total; tan sólo hay tratamientos para retrasar los diferentes brotes.

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Investigan la metodología de microarrays para el análisis de alérgenos en alimentos

El Grupo de Reconocimiento y Encapsulación Molecular (REM) de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM) está trabajando en un proyecto de investigación con el objetivo de desarrollar una nueva técnica (metodología de microarrays en disco compacto) para el análisis de sustancias alérgenas en alimentos.

La investigación, de la que forma parte la empresa CARINSA, está financiada por el Ministerio de Economía y Competitividad (MINECO), dentro de la acción estratégica de telecomunicaciones y sociedad de la información, según informaron fuentes de la institución docente.

El doctor José Antonio Gabaldón, investigador involucrado en el proyecto, señala que este trabajo surge ante la necesidad de la industria alimentaria de disponer de herramientas analíticas adecuadas para el correcto control del etiquetado de alimentos, en consonancia con la legislación vigente.

“Se propone el desarrollo de una plataforma analítica versátil que permita la detección multianalito (in situ) de varios alérgenos alimentarios recogidos en los reglamentos de la UE”, destaca Gabaldón.

Según indican desde el Grupo REM, la preocupación por las alergias alimentarias en Europa es una realidad, ya que la prevalencia en adultos se sitúa entre el 1,4 y 2,4 por ciento, en niños entre el 0,3 y el 7,5 por ciento, y alrededor del 10 por ciento en individuos atópicos; sobre todo si se tiene en cuenta que en la actualidad la única posibilidad para las personas afectadas, es evitar el alimento que contiene el alérgeno, “lo que constituye un riesgo en el caso de aquellos que pasan inadvertidos por encontrarse en concentraciones muy bajas”, señalan.

Hasta ahora, los métodos habituales de detección de alérgenos son los de confirmación y/o cribado, lo que supone un proceso laborioso, cuya presentación de resultados es lenta, y en el que se hace preciso personal cualificado.

En relación a lo expuesto, destaca la importancia de la propuesta en la que está trabajando la UCAM, ya que permite detectar varios alérgenos en un solo análisis, reduciendo tiempo y costes, y minimizando la probabilidad de una contaminación cruzada, según las mismas fuentes.

La investigación comenzó a desarrollarse el pasado año, y ya se han finalizado las tareas relacionadas con el diseño de moléculas de reconocimiento universales (cebadores y sondas) para distinguir productos de origen vegetal y animal, y específicas para el caso de la soja. En la siguiente fase, que ya está en curso, se está trabajando en el desarrollo de receptores para lactosa, proteínas lácteas y gluten.

Las aplicaciones de este estudio son innumerables. Además del uso que se ha señalado anteriormente, y que corresponde a esta primera etapa del estudio, también tiene aplicación, en general, en seguridad alimentaria (OMGs, alérgenos, patógenos y virus; identificación de especies, micotoxinas, etc), medioambiente (residuos fitosanitarios, fármacos), diagnóstico clínico, desarrollo de nuevos fármacos, secuenciación o patologías genéticas.

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Las alergias a la leche son las más prevalentes en menores de tres años, según expertos

Los profesionales de la Unidad de Gastroenterología Pediátrica del Hospital Universitari i Politècnic La Fe de Valencia han explicado que en los últimos años se han incrementado las alergias a la leche, especialmente en menores de 3 años, siendo ésta la principal causa de alergia alimentaria.

“El consumo de fórmulas extensamente hidrolizadas, que son las que se usan para el tratamiento de las alergias a la leche, ha aumentado tanto en la Comunidad Valenciana como en España”, ha afirmado la doctora Carmen Ribes, responsable de la Unidad de Gastroenterología del Hospital La Fe. Además, ha señalado que se han incrementado especialmente los casos de alergia a la leche más graves.

En esta línea, ha comentado que la intolerancia de los niños a la leche es la causa mayoritaria, por la que se deriva desde Atención Primaria a las unidades de Gastroenterología Pediátrica de los hospitales. Sin embargo, el 75 por ciento de los niños que desarrollan este tipo de alergias, tras los tres años la superan. Pasados los seis años, sólo un 10 por ciento mantiene la intolerancia a la leche.

El tratamiento en estos casos consiste en la eliminación de la proteína de la leche de vaca de la dieta. Estas alergias implican la obligatoriedad de seguir unas restricciones dietéticas, que tienen un importante impacto en la calidad de vida tanto del paciente como de las familias.

La Unidad de Gastroenterología del Hospital La Fe ha colaborado en la realización de la jornada ‘Adquisición de una rápida tolerancia oral a la proteína de leche de vaca: implicaciones y beneficios’, celebrada en el mismo centro sanitario, que ha reunido a más de 100 pediatras, gastroenterólogos y alergólogos.

Durante el encuentro, organizado por Mead Johnson Nutrition, se han expuesto las principales novedades en el campo de las alergias alimentarias y concretamente en la alergia a las proteínas de la leche de vaca. La jornada ha tenido como finalidad debatir, profundizar y compartir los nuevos conocimientos sobre nutrición infantil y contribuir al mejor manejo y abordaje de las alteraciones alimentarias en la infancia.

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El 80% de los alérgicos a la proteína de leche de vaca puede adquirir la tolerancia oral con fórmulas hidrolizadas

El 80 por ciento de los niños con alergia a la proteína de la leche de vaca (PLV) tratados con una fórmula extensamente hidrolizada de caseína que incluye lactobacillus rhamnosus (LGG) pueden adquirir la tolerancia oral en el plazo de un año en comparación con otros tipos de fórmulas, según ha mostrado un estudio publicado en la revista The Journal of Pediatrics.

“La adquisición de la tolerancia a la PLV a edad tan temprana permite a los lactantes y niños a volver a una dieta normal más rápidamente minimizando el impacto en su desarrollo”, ha comentado el autor del estudio y profesor de Pediatría de la Universidad de Nápoles, Roberto Berni Canani, durante la jornada ‘Adquisición de una rápida tolerancia oral a la proteína de leche de vaca: implicaciones y beneficios’ organizada por Mead Johnson Nutrition.

Se trata de una alergia que afecta aproximadamente al 3 por ciento de los niños en todo el mundo y es el tipo de alergia más frecuente en edades inferiores a los 12 años.

Esta proteína puede encontrarse en productos aparentemente no lácteos pero que contienen proteínas lácteas en su composición como salsas, embutidos, carnes congeladas, aperitivos salados o gominolas. Además, la adquisición de la tolerancia a la PLV permite a los lactantes y bebés incluir en su dieta alimentos lácteos, algunos tipos de queso, yogures y postres lácteos.

Hasta ahora, el protocolo de tratamiento consistía en la eliminación de la PLV de la dieta pero, a diferencia de lo que ocurre con otras alergias alimentarias, la mayoría de los pacientes con esta alergia desarrollan la tolerancia oral por sí mismos. No obstante, cuanto antes se desarrolle esta tolerancia, antes se podrá abandonar la dieta exenta de proteínas de leche de vaca.

En este sentido, el coordinador del Grupo de trabajo de Alergia alimentaria de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergia y Asma Pediátrica (SEICAP), Luis Echeverría Zudaire, ha asegurado que la eliminación de la PLV de la dieta limita de forma “importante” la vida del niño y de su familia, sobre todo si la alergia persiste por encima de los 4 años de vida. Por tanto, prosigue, que el paciente sea capaz de tolerar la leche cuanto antes supone un “gran beneficio” para el propio paciente y para su familia.

Por su parte, la presidenta de la Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica, Carmen Ribes, ha destacado la importancia de conseguir “cuanto antes” la tolerancia oral a esta proteína con el fin de evitar complicaciones digestivas, como repercusiones nutricionales relacionadas con las propias dietas restrictivas, pero también con incumplimientos o transgresiones de la dieta.

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La lactasa ha evolucionado en los últimos 10.000 años bajo una fuerte selección natural

leche, calcioLa absorción de calcio no es la causa de que la secreción de la enzima lactasa evolucionara para que los europeos pudieran digerir y tolerar la leche, según un estudio realizado con ADN antiguo de los primeros agricultores ibéricos por Oddny Sverrisdóttir, del Centro de Biología Evolutiva de la Universidad de Uppsala, en Suecia, y sus colegas, y publicado en Molecular Biology and Evolution.

La mayoría de las personas crecen bebiendo leche porque se considera que es una de las bebidas más saludables, al estar llena de nutrientes como el calcio y otros minerales y vitaminas, incluyendo la vitamina D, proteínas, grasas y azúcar en forma de lactosa.

En Occidente, se da por sentado el consumo de leche porque la mayoría de las personas de ascendencia europea son capaces de producir la enzima lactasa en la edad adulta y así digerir la lactosa, el azúcar de la leche. Sin embargo, no es lo habitual en muchas partes del mundo ni lo era para nuestros antepasados la Edad de Piedra.

De hecho, los datos genéticos han demostrado que la capacidad de los adultos para producir la enzima lactasa sólo ha evolucionado en los últimos 10.000 años bajo una fuerte selección natural. Sin esta enzima, el consumo de leche puede provocar algunos efectos secundarios desagradables, como distensión abdominal, cólicos, flatulencia y diarrea, una condición conocida como intolerancia a la lactosa.

El motivo por el que este rasgo, conocido como persistencia de la lactasa, ha evolucionado tan rápidamente ha sido un misterio. Los arqueólogos y antropólogos han demostrado que la persistencia de la lactasa ha evolucionado en poblaciones de pastores.

Durante mucho tiempo, los científicos y los médicos pensaban que la principal ventaja en Europa fue posibilitar que los primeros agricultores evitaran las consecuencias de la deficiencia de calcio. La leche es una increíble fuente de calcio y también tiene algo de vitamina D, que es necesaria para la absorción de calcio.

Esos agricultores europeos tempranos, especialmente en las regiones del norte con poca luz del sol, habrían tenido problemas para generar suficiente vitamina D en la piel a lo largo de la mayor parte del año y se cree ampliamente que no había una gran cantidad de vitamina D en su dieta, principalmente basada en cereales. “Para ellos, la leche podría haber sido el nuevo súper alimento”, señala Sverrisdóttir.

Pero, los autores de esta nueva investigación se preguntaron qué pasó entonces con los habitantes de la soleada España, que contaban con suficiente luz solar durante casi todo el año para producir vitamina D y aún así muchos son persistentes a la lactasa. Sverrisdóttir y sus colegas obtuvieron ADN de los huesos de los primeros agricultores españoles y no pudieron encontrar la mutación que causa la persistencia de la lactasa en los europeos (LCT -13,910*T).

Obtener ADN de huesos antiguos puede ser difícil porque el ADN se descompone con el tiempo y las muestras antiguas se contaminan muy fácilmente con el ADN de las personas vivas que trabajan con ellas, como arqueólogos o investigadores de laboratorio. Sin embargo, se ha demostrado que las muestras utilizadas en este estudio son de muy buena calidad.

Selección natural

“Hemos trabajado con este material para varios estudios y la preservación del ADN en estas muestras es excelente”, asegura Anders Götherström, de la Universidad de Estocolmo y coautor del estudio. Para ver cuánta selección natural se necesitó para conducir a la persistencia de la lactasa hasta las frecuencias de hoy en la Península Ibérica, Sverrisdóttir contactó con su colega, el profesor Mark Thomas en Londres, y encontraron que se necesitó mucha selección natural.

“Si la selección natural está impulsando la evolución de la persistencia de la lactasa en un lugar donde las personas no tienen problemas para generar la vitamina D en la piel, entonces está claro que la vitamina D y la explicación del calcio, conocida como la hipótesis de la asimilación del calcio, no son el eje. Así, mientras que la hipótesis de la asimilación de calcio puede tener cierta relevancia en el norte de Europa no está clara en toda la historia”, argumenta Sverrisdóttir.

“La evolución de la persistencia de la lactasa es uno de los ejemplos más conocidos y más dramáticos de la evolución humana reciente. Una de las ironías de trabajo en este área es que sabemos que ha pasado, pero todavía no sabemos bien por qué”, agrega el principal investigador. La persistencia de la lactasa se encuentra en las frecuencias más altas en el sur de Suecia y en Irlanda.

Teniendo en cuenta que la absorción de calcio no es la única razón por la que este rasgo ha evolucionado tan rápidamente, Sverrisdóttir y sus colegas proponen otra causa: aunque la mayoría de los agricultores europeos tempranos no serían persistentes a la lactasa, habrían sido capaces de consumir productos lácteos fermentados como el yogur y el queso, ya que la fermentación convierte gran parte de la lactosa en grasas.

Sin embargo, en condiciones de hambruna, como cuando las cosechas son malas, pudieron haber comido todos los alimentos lácteos fermentados, dejando solamente de lado los productos de más alta lactosa, lo que habría causado los síntomas de intolerancia a la lactosa habituales, como la diarrea. La diarrea en las personas sanas no suele ser peligrosa para la vida, pero en las que tienen desnutrición severa, puede serlo. Así que la hambruna podría haber dado lugar a episodios de fuerte selección natural que favoreció la persistencia de la lactasa.

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Muchos alérgicos debutan en Navidad

Frutos secos, marisco, pescado o algunas frutas son los que con mayor frecuencia se relacionan con reacciones alérgicas en estas fiestas. Además, al consumirse en mayor cantidad,se produce un aumento en el número de casos que llegan a los Servicios de Urgencias Hospitalarias.

Por este motivo, la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) recuerda que no es lo mismo intolerancia que alergia a los alimentos. La persona intolerante no puede metabolizar adecuadamente el alimento y presenta síntomas digestivos ante su ingestión, sin participación del sistema inmunológico. Por ejemplo, en el caso de la intolerancia a la lactosa la persona experimenta dolor abdominal y diarrea tras la toma de leche, pero tolera la ingestión de yogures o quesos curados, mientras que el alérgico a la leche no tolera la toma de ningún producto lácteo y los síntomas no se limitan al aparato digestivo.

Diferentes síntomas, diferente gravedad

Los alergólogos recuerdan que los síntomas de una reacción alérgica aparecen en las dos horas siguientes a la ingestión del alimento y que la gravedad varía en función de la cantidad de alérgeno ingerido, sensibilidad de la persona, y factores externos como el asma, el ejercicio físico o el consumo de analgésicos o alcohol. Aunque suelen ser leves, las reacciones a alimentos causan entre el 10% y el 50% de las anafilaxias tratadas en Urgencias, y los más frecuentemente implicados son el huevo, la leche, las frutas y los frutos secos.

Por el contrario, en las intolerancias los síntomas pueden aparecer más lentamente y suelen ser náuseas, diarrea, dolor abdominal, cólico, cefalea o sensación de mareo y calor. A diferencia de las alergias, se pueden consumir pequeñas cantidades del alimento o componente sin que den síntomas o haya peligro.

En nuestro país el diagnóstico de alergia a alimentos se ha duplicado en poco más de una década, pasando de una prevalencia del 3,6% en 1992 al 7,4% en 2005, de acuerdo a los estudios epidemiológicos Alergológica realizados por la SEAIC. La enfermedad celiaca, afecta al 1% de la población general, y la intolerancia a la lactosa (única que puede diagnosticarse mediante un test hospitalario) al 10%.

Si se sufre una reacción alérgica o se sospecha que se padece una intolerancia, se debe solicitar una visita al alergólogo para que realice un diagnóstico y pueda llevar a cabo el tratamiento. En el caso de sufrir una reacción anafiláctica, se debe acudir a un Servicio de Urgencias porque la atención es urgente y vital.

Cuidado con la compra

Estas fechas festivas son también la ocasión en la que muchas personas degustan por primera vez algunos alimentos potencialmente generadores de alergias, por ejemplo, al consumir dulces navideños, como los turrones o el mazapán, que poseen ingredientes encubiertos entre sus componentes.

La doctora Belén de la Hoz, experta de la Sección de Alergología del Hospital Universitario Ramón y Cajal y coordinadora del Comité de Alergia a Alimentos de la SEAIC explica que, “en el caso de contar con un alérgico a alimentos o un celíaco en casa debemos tener cuidado al hacer la compra y leer atentamente los etiquetados. En ocasiones, los alérgenos y el gluten pueden ocultarse en preparaciones típicas de la Navidad. El problema es que en esta época del año debutan muchos alérgicos: niños que prueban por primera vez los frutos secos del turrón o el marisco, por ejemplo”.

Recomendaciones para alérgicos

– Extremar la precaución. Los alérgicos viven situaciones fuera de su entorno habitual: en muchos casos se mezclan alimentos o en determinados platos se desconocen los ingredientes exactos.

– Debe mirarse con más atención el etiquetado de dulces, carnes, embutidos, salsas y otros alimentos precocinados. Es importante alertar a las personas que estos días supervisan a los niños alérgicos, de forma general poco instruidos en la evitación.

– Las asociaciones de pacientes ofrecen en sus páginas web recetas alternativas a los dulces navideños.

– Los cambios de hábitos y horarios en estos días disminuyen la correcta realización de los tratamientos, favoreciendo las crisis de alergias respiratorias (rinitis y asma bronquial).

– Exposición a humos o irritantes como el frío pueden aumentar los síntomas en las alergias respiratorias y producir casos de urticaria frigore (alergia al frío).

alergias alimentarias

Se presenta la Guía de Gestión de Alérgenos en la Industria Alimentaria

En España, las alergias alimentarias afectan entre un 4 y un 5 por ciento de la población. En la Unión Europea se estima que de 10 a 20 millones de personas sufren de una alergia alimentaria, aunque se cree que hay más gente -en torno a un 40 por ciento de la población- puede sufrir alguna alergia de este tipo.

El objetivo de la Guía de Gestión de Alérgenos en la Industria Alimentaria es permitir a las empresas abordar de manera práctica la gestión del riesgo de alérgenos y garantizar el objetivo común de máximos en materia de seguridad alimentaria y de protección del consumidor. De este modo y para gestionar el riesgo de presencia de alérgenos en un entorno de producción de alimentos, esta tarea ha sido universalmente aceptada por todos los eslabones de la cadena.

La Guía, elaborada por la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB) en colaboración con Food and Drink Europe, es “fundamental” para que en todas las industrias europeas sean conscientes de la importancia de gestionar los alérgenos “con rigor”, ha comentado Horacio González, director general de la FIAB.

“La gestión de alérgenos es una cuestión esencial en la industria alimentaria por la repercusión que tiene en el ámbito de la seguridad alimentaria y del consumidor. Se ha trabajado mucho desde la industria para aplicar prácticas adecuadas en la gestión de alérgenos, pero es indudable que hay que seguir trabajando en este ámbito”, ha afirmado González. Y es que “es fundamental abordar este tema desde un enfoque global y coherente de toda la industria europea, ya que dependemos unas de otras y esta guía busca que en todas se aplique la gestión de los alérgenos con todo rigor”, ha insistido.

Además, el director general de la FIAB ha destacado que esta guía es importante “para ofrecer herramientas sencillas en dicha gestión de manera adecuada y adaptada a las diferentes necesidades de cada empresa”.

Por su parte, la directora ejecutiva de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), Angela López de Sá, ha afirmado que la realización de esta guía es “un excelente ejemplo de colaboración entre industria, administración, consumidores y comunidad científica”. Y ha resaltado que su objetivo es aumentar la seguridad alimentaria, especialmente para aquellos consumidores para los cuales determinados alimentos o componentes de los mismos pueden llegar a poner en riesgo su salud o incluso su vida.

En este sentido, González ha añadido que esta guía es “el fruto del esfuerzo de la industria alimentaria por ofrecer alimentos a la sociedad cada vez más seguros y de calidad adaptándose, y en muchos casos adelantándose, a los problemas del consumidor”.

Reglamento sobre información alimentaria y alérgenos

Pese a que las obligaciones sobre la declaración de alérgenos en el etiquetado de los alimentos envasados se remontan al año 2004, el Reglamento (UE) nº 1169/2011, sobre la información alimentaria facilitada al consumidor establece, con la finalidad de mejorar la información de las personas aquejadas de alergias alimentarias, nuevas exigencias en relación con la declaración de la presencia de estas sustancias en los alimentos, como por ejemplo la obligatoriedad de destacar tipográficamente estas sustancias en la lista de ingredientes.

Estos nuevos requisitos pretenden dar cumplimiento a uno de los principales objetivos de este Reglamento, que es garantizar el derecho de todos los consumidores, por supuesto también de aquellos que padecen algún tipo de alergia alimentaria, a una información completa y veraz en relación con los alimentos que compran y consumen, asegurando la protección de su salud y permitiéndoles tomar decisiones informadas y utilizar los alimentos de forma segura.

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La FACE presenta la nueva edición de la Lista de alimentos aptos para celíacos y la Chiquilista

La Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE) ha presentado la nueva edición de la Lista de alimentos aptos para celíacos y la Chiquilista, la versión para los pequeños de la casa. En esta edición FACE ha contado con la información de más de 13.000 productos, de 1.040 marcas distintas.

La Lista de alimentos aptos para celíacos se convierte para gran parte del colectivo celíaco, en un libro de cabecera que les facilita en su día a día el proceso de compra. Gracias a esta publicación pueden conocer de forma rápida y sencilla qué productos pueden consumir, ya que disponen o de la Marca de Garantía “Controlado por FACE” por tener menos de 10mg/kg (ppm) o cumplen el Reglamento (CE) Nº 41/2009 porque tienen menos de 20mg/kg (ppm).

Para la elaboración de la Lista de alimentos aptos para celíacos y la Chiquilista, la Federación hace hincapié en la información referida al Análisis de peligros y puntos críticos de control (APPCC) en el que se especifican detalles como qué ingredientes se utilizan en la fábrica donde se elabora el producto, si se comparte fabricación con otros productos con gluten, si utilizan maquinaria exclusiva para los alimentos sin gluten o cómo evitan la contaminación cruzada, entre otras cuestiones. Esta información es clave para que el producto pueda aparecer dentro de la Lista de alimentos aptos para celíacos.

Este año más de 415 firmas comerciales han aportado de forma desinteresada la información de sus productos, lo que se ha traducido en la publicación de 13.751 productos aptos para celíacos, que se han agrupado en 1.040 marcas distintas. De todos estos productos, 3.033 disponen de la Marca de Garantía “Controlado por FACE”.

Tanto Lista de alimentos aptos para celíacos como la Chiquilista, también ofrecen a los lectores diferentes apartados en los que pueden conocer las normas para seguir una dieta sin gluten de forma correcta, el significado de la simbología de etiquetado de alimentos y reglamentación o descubrir cómo seguir una dieta sin gluten de forma segura.
La Chiquilista, que incluye la información de los productos dirigidos al sector infantil, también dispone de unos apartados en los que se les explica de forma fácil y divertida, en qué consiste la celiaquía y cómo pueden saber los productos que pueden consumir.

Ambas publicaciones se editan de forma anual, y este año se ha realizado una tirada de 26.000 ejemplares. Además la información publicada se actualiza de forma periódica y cualquier modificación se puede conocer a través de la página web de FACE www.celiacos.org.

Mejorar el etiquetado

La gerente de la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE), María Teruel, ha pedido que las empresas de alimentación que etiqueten correctamente los alimentos sin gluten ya que en ocasiones estos productos cambian su composición y en el envase sigue figurando que es apto para celíacos.

“Aunque cada vez sucede menos, pedimos a las empresas que etiqueten productos que señalen bien los alimentos sin gluten, sobre todo en algunos que el proveedor del producto cambia, añaden gluten, y siguen indicando que no lo tiene”, ha asegurado Teruel.
Teruel ha admitido que no es fácil corregir estos fallos por las grandes cantidades que se producen en las fábricas. “Corregir un etiquetado en un envase es difícil. Cuando se va a elaborar un producto se hace una tirada tremenda. Suelen ser toneladas y para gastarlo cuesta mucho trabajo”, ha añadido.

Además, el tiempo estimado para que un producto mal etiquetado ya tenga su indicación correcta o se haya corregido su composición depende muchas veces de la fecha de caducidad del mismo. “Las conservas pueden estar hasta cinco años en el mercado”, ha recordado.

Las familias con celíacos gastan 1.500 euros más en comida al año

“Cada familia con celíacos en su casa gasta aproximadamente unos 1.500 más en comida al año que una familia normal. El pan rallado es un 600 por ciento más caro y la pasta un 200 por ciento. No hay ayudas económicas para estas familias y las que había se están eliminando”, ha señalado Teruel.

En este sentido, el vocal de la junta directiva de FACE, Emilio Naranjo, ha asegurado que “si sigue la crisis se acabarán las ayudas” y que las autoridades dicen que estas personas “pueden seguir viviendo sin problemas”.

Aún así, la FACE ha trabajado para intentar que los celíacos puedan seguir accediendo a sus alimentos sin pagar más de la cuenta. Por ello, consiguieron a través de una propuesta a la Agencia Tributaria en 2012 que productos como el pan y la harina sin gluten bajasen su tributación del IVA del 10 al 4 por ciento.

“Aquí también hacemos un informe de precios cuando acaba el año. Recogemos la información en enero y en febrero vemos si hay variaciones respecto al año anterior”, ha admitido Teruel.

Hay que dejar trabajar a los restaurantes

Uno de los problemas que suelen tener los celíacos es cuando van a comer fuera de sus casas. Para que no sea un impedimento, es necesario dejar que los restaurantes sepan trabajar y que diferencien bien al celíaco para aplicar el procedimiento necesario. “El restaurante decide. Si la manera de hacerlo no es la adecuada, estudiamos la mejor manera para que el celíaco esté a gusto y pueda consumir un menú como una persona normal”, ha señalado Teruel sobre el método de trabajo que usan los restaurantes para realizar sus comidas aptas para celíacos.

“Tiene que haber un separación de materias primas de alimentos con y sin gluten en cocinas para celíacos, al igual que haya hornos y microondas diferentes”, ha afirmado Teruel.

En este sentido, Teruel ha admitido que “empieza a haber sensibilización” en el ámbito de la hostelería porque “quieren ganar clientes y acercarse a celíacos y alérgicos”.

En cuanto a los colegios, María Teruel ha dicho que hay de todo ya que “pueden cumplir la legislación o dejar que el niño se traiga una tartera o comer en casa”.

Aumenta el número de diagnosticados

En cuanto al número de celíacos existentes en España, Teruel ha dicho que pueden saber “las personas registradas pero no el total de diagnosticados”. En este sentido, Teruel ha admitido que está aumentando el número de diagnosticados “porque hay más conciencia”.

“La mayoría de preguntas que nos hacen es de gente nueva y los problemas más grandes en un celíaco suelen aparecer en la adolescencia”, ha afirmado Teruel.

Sobre el trabajo que hacen las asociaciones para los celíacos, Teruel ha apuntado que, por ejemplo, hacen talleres de cocina “para ayudar a manejar productos sin gluten”.

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En marcha una plataforma para mejorar el diagnóstico y manejo de la alergia infantil a la proteína de leche de vaca

La Plataforma Alerni (www.alerni.es) es un programa educativo y acreditado dirigido a profesionales sanitarios implicados en el diagnóstico y abordaje de los niños con alergia a las proteínas de la leche de vaca (APLV). Este proyecto ha sido desarrollado por la compañía Mead Johnson Nutrition en España con la colaboración de un panel internacional de expertos en alergias alimentarias procedentes de Dinamarca, Polonia, Alemania, Bélgica y España.

La alergia a las proteínas de la leche de vaca es la principal causa de alergia alimentaria en niños en periodo de lactancia y menores de 3 años. De hecho, se estima que este tipo de alergia afecta en torno al 3% de los bebés. El protocolo de tratamiento consiste en la eliminación de la proteína de la leche de vaca (PLV) de la dieta, pero a diferencia de lo que ocurre con otras alergias alimentarias, los pacientes con alergia a la PLV desarrollan la tolerancia oral de forma natural. No obstante, cuanto antes se desarrolle esta tolerancia, antes se podrá abandonar la dieta exenta de proteínas de leche de vaca.

Con el objetivo de fomentar la formación de los especialistas acerca del conocimiento sobre la nutrición infantil, como medio para conseguir un mejor manejo y abordaje de las alteraciones alimentarias en la infancia, Alerni ofrece recursos de calidad y una formación acreditada con 9,5 créditos por la Comisión de Formación Continuada de las profesiones sanitarias de la Comunidad de Madrid.

En este sentido el Dr. Juan J. Díaz Martín de la Sección de Gastroenterología y Nutrición Pediátrica del Hospital Universitario Central de Asturias (Oviedo) señala que “la eliminación de la PLV de la dieta limita de forma importante la vida del niño y de su familia, sobre todo si la alergia persiste por encima de los 4 años de vida. Se han descrito casos de reacciones graves, incluso mortales tras la exposición inadvertida a la PLV, por tanto, que el paciente sea capaz de tolerar la leche cuanto antes supone un gran beneficio para el propio paciente y para su familia”.

En este sentido la Dra. Ana María Plaza, Jefe del Servicio de Alergia e Inmunología Clínica del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona y Presidenta de la Sociedad Española de Inmunología clínica, Alergología y Asma pediátrica (SEICAP) comenta que “si la alergia a la leche de vaca persiste, la dieta de alimentos sólidos del bebé se limita porque no pueden consumir productos lácteos elaborados a base de leche de vaca ni productos derivados que contengan esta proteína. La exención incluye productos aparentemente no lácteos que, en muchas ocasiones, contienen proteínas lácteas en su composición, como embutidos o salsas”.

Actualmente, el diagnóstico y manejo de la enfermedad todavía supone un reto que impacta en la calidad de vida de los bebés alérgicos y de sus familiares y en la utilización de recursos del sistema sanitario. De hecho, se estima que los bebés con alergia a la PLV visitan a su pediatra 18 veces al año tras ser diagnosticados, una carga importante para las familias y los servicios de salud.

Los recursos disponibles en Alerni son datos clínicos actualizados, directrices y recursos de aprendizaje útiles escritos por los principales especialistas en alergias. Uno de los mayores avances en este sentido ha sido la publicación de nuevos datos en la prestigiosa revista The Journal of Pediatrics que reflejan que es posible acelerar el proceso de adquisición de tolerancia a la leche de vaca dentro del primer año de tratamiento, mejorando tanto la calidad de vida de los niños con alergia como la de sus familiares.

Por lo tanto, en opinión del Dr. Díaz “la adquisición temprana de tolerancia oral a través del tratamiento con fórmulas extensamente hidrolizadas de caseína con el probiótico LGG, permite a los lactantes y niños volver a una dieta normal más rápidamente, minimizando así el impacto sobre su vida”.

Respecto a la puesta en marcha de Alerni como plataforma de formación, el Dr. Díaz señala que “la ciencia médica está en constante renovación, por lo que las iniciativas de formación continuada son fundamentales, sobre todo en un campo como la alergia alimentaria que en los últimos años ha presentado novedades importantes”.

Como conclusión la Dra. Plaza, considera que “a través de la formación en este tipo de alergia, el programa Alerni persigue establecer estándares eficaces para el cuidado de niños con alergia a la PLV, reduciendo el tiempo que transcurre hasta el diagnóstico y los costes sanitarios asociados a través del intercambio de conocimiento y experiencias entre profesionales de atención primaria, especialistas y reconocidos investigadores”.

Sobre la alergia a la PLV

La alergia a la proteína de la leche de vaca puede causar problemas digestivos, dificultades respiratorias, erupciones cutáneas o inflamación de la cara y se produce cuando el sistema inmunológico de un niño identifica las proteínas contenidas en la leche de vaca como peligrosas. Si la alergia a la leche de vaca persiste, la dieta de alimentos sólidos del bebé estará limitada ya que no pueden consumir productos lácteos elaborados a base de leche de vaca.

Hasta ahora, un porcentaje importante de niños con APLV no adquirían la tolerancia hasta los 3-5 años. En este sentido, el Dr. Díaz apunta que “es importante conseguir cuanto antes la tolerancia oral a la PLV y normalizar la dieta su dieta, lo que supone un importante beneficio para el niño y su familia”.

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Uno de cada cinco niños alérgicos al huevo mantendrá su alergia en el futuro

Uno de cada cinco niños con alergia al huevo mantendrá su alergia en el futuro y sus reacciones serán más severas, según un documento de consenso publicado por la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergia y Asma Pediátrica (SEICAP). La cifra de niños que no la superan ha aumentado en los últimos años y la única opción para conseguirlo es la Inducción Oral a la Tolerancia (ITO), una terapia que consiste en la ingesta de cantidades crecientes de manera progresiva de proteínas de este alimento.

“Los pediatras alergólogos de SEICAP son pioneros en el uso de esta técnica con la que se han alcanzado cifras de éxito de más del 80% de los casos”, explica el doctor Luis Echeverría, coordinador del grupo de trabajo de alergia alimentaria de esta sociedad científica. En los próximos meses se harán públicos los resultados de un estudio multicéntrico realizado en España sobre la aplicación de esta terapia. La ITO “debe realizarse siempre por personal con experiencia en la técnica y con un entrenamiento de los padres y niños para que sean capaces de reconocer y tratar las reacciones adversas si se producen fuera del ámbito sanitario”, indica el doctor Echeverría. Según este pediatra alergólogo con esta terapia se puede conseguir una tolerancia total o parcial con disminución de síntomas en caso de trasgresiones. “Los niños que no superan la alergia, ven afectada su calidad de vida y la de los que le rodean, ya que sus proteínas están presentes en muchos productos que forman parte de la dieta y siempre habrá riesgo de que se desarrolle una reacción alérgica, de hecho es una de las causas más comunes de la anafilaxia severa”, asegura.

El huevo es el alimento que más a menudo causa la alergia en los niños españoles, con un incidencia de 2,5 % en los primeros 2 años de vida. En el 76% de los casos aparece antes de los 5 años, en el 12% entre los 5 y los 10 y en otro 12% entre los 10 y los 15. Además, el 16% tiene asociada otra alergia alimentaria y la prevalencia es mayor en aquellos que tienen sensibilización a la leche de vaca y en los que sufren dermatitis atópica, siendo también un factor de riesgo para el desarrollo de asma en años posteriores, según datos del informe.

La manifestación clínica de alergia al huevo está relacionada con la edad que tiene el niño y puede variar según la forma en la que se prepara: ya sea cocido, crudo, en yema o en clara, comenta el doctor Echeverría. Los síntomas generalmente son causados por la ingesta oral o por su presencia en otros alimentos como alérgeno oculto, aunque pueden también ser producidos por contacto con la piel de forma directa o indirecta (besos, caricias, juegos, y la exposición a las partículas volátiles de huevo batido). “La mayoría de las reacciones afectan a la piel (en el 90% de los casos), después al sistema gastrointestinal (hasta el 60%) y por último al respiratorio (hasta un 40%)”, enumera. Entre los síntomas que suelen aparecer están el eritema, prurito, urticaria, náuseas, vómitos, dolor abdominal, sibilancias o disnea y la anafilaxia.

Los principales alérgenos en la clara de huevo son el ovomucoide y la ovoalbúmina, “la primera es la proteína de la clara que causa más reacciones alérgicas y su sensibilización es un claro marcador de alergia y de la intolerancia al huevo duro cocinado”, comenta el doctor Echeverría. La ovoalbúmina es la proteína más abundante en la clara, pero es más sensible al calor, con lo que pierde su capacidad alergénica después de la exposición a altas temperaturas durante el cocinado.

Máxima atención a las comidas

El entorno del paciente, la familia y la escuela deben recibir formación sobre la prevención y la gestión de las posibles reacciones adversas en los niños con alergia al huevo. “Se debe maximizar la vigilancia sobre ellos y comprobar cuidadosamente el etiquetado de los alimentos procesados”, aconseja este pediatra alergólogo. “Muchos de los productos y platos procesados que contienen este alimento se venden en los establecimientos de comida rápida, panaderías y restaurantes, donde los ingredientes no son fáciles de identificar a veces”, advierte.

Los pediatras alergólogos también recomiendan precaución a la hora de administrar la vacuna contra la gripe, que puede contener trazas de este alimento, y que está indicada para niños a partir de 6 meses que estén dentro de grupos de riesgo como son los asmáticos. “Un tercio de los niños con alergia al huevo tienen asma bronquial con lo que es fundamental conocer las cantidades exactas de huevo que contiene la vacuna”, recomienda el doctor Echeverría. Entre las recomendaciones que la SEICAP incluye en su web están la contraindicación para niños con reacciones anafilácticas graves tras la administración de una dosis previa de vacuna antigripal o tras la ingesta de huevo. En el caso de que sea necesario aplicarla, “deberá hacerse previa valoración del pediatra alergólogo y en un centro hospitalario dotado de medios adecuados para atender una posible reacción”, concluye.

Pieczywo

Los celiacos que tienen dañados los intestinos tienen más riesgo de sufrir un linfoma

Las personas celiacas que tienen dañados los intestinos tienen cuatro veces más riesgo de sufrir un linfoma que la población general, según han mostrado un equipo de investigadores del Centro de Enfermedad Celiaca de la Universidad de Columbia en Nueva York, liderados por Peter Green, cuya investigación ha sido publicada en la revista Annals of Internal Medicine.

Los expertos han estudiado durante nueve años a 7.625 personas de Suecia que habían sido diagnosticadas con la enfermedad celiaca y a los que se les había realizado una biopsia hacía un año. De ellas, el 43 por ciento todavía tenía daños en los intestinos en el examen de seguimiento y 53 fueron diagnosticadas con linfoma.

Así, y en base a los resultados de la biopsia, los expertos encontraron que las personas cuyos intestinos estaban sanos no tenían un mayor riesgo de sufrir esta enfermedad, mientras que aquellas que lo tenían dañado de manera permanente tenían 3,8 veces más probabilidades de desarrollar un linfoma.

“Es imposible saber si todos los que han participado en el estudio y tenían dañado el intestino no estaban tomando una dieta libre de gluten. En realidad, no sabemos si el único problema de que estos pacientes no cicatricen es la ingesta de esta proteína dado que algunas personas pueden tardar más tiempo en cicatrizar”, ha comentado Leffler.

Finalmente, el experto ha señalado que a pesar de que gracias al seguimiento de la biopsia se ha podido descubrir este riesgo, todavía es necesario investigar más y ha asegurado que los pacientes no deben estar “demasiado preocupados” por saber si padecerán o no un linfoma.

Tasty breakfast

La intolerancia a la lactosa podría afectar a entre el 20 y el 40% de la población española

Aunque se considera que “los pacientes pueden tolerar una cierta cantidad (unos 12 gramos) de lactosa al día, la casuística es tan variada y personal que, ante la sospecha de intolerancia, es necesario confirmar el diagnóstico a través de un especialista.

“Las pruebas son sencillas y no invasivas y nos permiten adecuar las medidas preventivas al paciente”, recomienda el Dr. Federico Argüelles Arias, experto de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), una institución promovida por la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD).

La ingesta de lactosa no afecta a todas las personas del mismo modo. Algunas notan sus efectos de forma inmediata tras consumir pequeñas cantidades de lácteos, mientras otras tienen un umbral de sensibilidad más alto y es más difícil de observar su relación causa-efecto.

También hay personas que pueden permanecer asintomáticas toda su vida porque no sobrepasan su umbral de sensibilidad con la cantidad de lactosa que consumen al día.

Evitar el autodiagnóstico

Los síntomas que producen la intolerancia a la lactosa son muy inespecíficos: hinchazón abdominal, diarrea, gases abdominales, flatulencia o meteorismo, dolor abdominal, retortijones, náuseas o vómitos, y pueden confundirse fácilmente con otras enfermedades digestivas como por ejemplo el síndrome de intestino irritable.

Muchas personas auto establecen una conexión entre sus trastornos gastrointestinales y la ingesta de productos lácteos o derivados por lo que optan por dejar de tomarlos. Para los especialistas, el autodiagnóstico debería evitarse ya que, por un lado, la variedad e inespecificidad de los síntomas puede llevar a confundir la intolerancia a la lactosa con otras patologías y, por otro, dejar de consumir lácteos podría entrañar riesgo para la salud por déficit de calcio, vitaminas A y D, ácidos grasos y proteínas, que pueden derivar en falta de masa ósea, pérdida de peso y malnutrición. De modo que es esencial consumir otros productos ricos en estas sustancias.

Prevalencia de la intolerancia de la lactosa en España

La tasa y el ritmo de pérdida de lactasa varían según el origen étnico, por lo que la prevalencia de la intolerancia a lactosa difiere según las zonas geográficas. “Sabemos que los asiáticos pierden entre el 80-90% de actividad de la lactasa. En cambio, en los europeos del norte la actividad de la lactasa se mantiene de forma más estable que en los europeos del sur y por tanto, no desarrollan intolerancia a lactosa con tanta frecuencia como en los países del sur de Europa”, explica el Dr. Argüelles.

En España, hay pocos estudios que analicen la prevalencia de la intolerancia a la lactosa. Sin embargo, sí se ha estudiado en Europa, detectando que su prevalencia es más baja en el noroeste de Europa y más alta en el sur de Europa. En Grecia se ha determinado una prevalencia del 38-45 % de la población y en Francia del 37-47%. “Los estudios realizados hasta la fecha confirman esta tendencia de nuestros países vecinos y nos permiten situar la prevalencia en España entre un 20% y un 40%. Hay que diferenciar entre personas hipolactásicas, es decir, malabsorbedores de lactosa, e intolerantes a la lactosa, que son aquellos sujetos malabsorbedores de lactosa que presentan síntomas con el consumo de este azúcar”, explica el Dr. Argüelles.

¿Qué es la lactosa?

La lactosa es un azúcar que está presente en todas las leches de los mamíferos: vaca, cabra, oveja y humana, y que también puede encontrarse en muchos alimentos preparados. Conocida como el “azúcar de la leche” está compuesta de glucosa y galactosa.

Por su parte, la lactasa es un enzima producido en el intestino delgado, que juega un papel relevante en el desdoblamiento de la lactosa en sus dos componentes básicos: glucosa y galactosa, un proceso necesario para su correcta absorción por el organismo.

Tras el destete y a medida que crecemos, disminuyen los niveles de lactosa en el organismo. “Es importante comentar que no es necesario conservar el total de la actividad de la lactasa para consumir productos lácteos, únicamente se necesita el 50% de actividad para digerir la lactosa”, explica el Dr. Federico Argüelles. Si los niveles de lactasa son bajos, aparecen dificultades para digerir la lactosa y síntomas tras su consumo, lo que conocemos como intolerancia a la lactosa.