Conclusiones del Estudio DRECE

La población española consume 250 calorías al día menos que hace 20 años y, sin embargo, su tasa de obesidad ha crecido entre un 17 y un 21 por ciento debido, en parte, al estilo sedentario que se sigue en la actualidad, según se desprende del estudio de Dieta y Riesgo de Enfermedades Cardiovasculares en España (DRECE).

Y es que “los jóvenes dedican cada vez menos tiempo a la actividad física y más a ver la televisión o a permanecer delante del ordenador”, ha reconocido el coordinador de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, el Dr. Miguel Ángel Rubio. Asimismo, ha precisado que este hecho puede, a su vez, incitar al “sobreconsumo inadvertido de picoteo”.

Sin embargo, los resultados del estudio subrayan que la población española presenta una mortalidad cardiovascular inferior a la de otros países europeos. Los expertos alegan que puede ser debido a la existencia de una tasa superior de colesterol HLD, conocido como “bueno”, ya que tiene un efecto protector.

“El estudio DRECE pone de manifiesto que los españoles, sobre todo las mujeres, presentan una de las cifras de colesterol “bueno” más elevadas respecto a otros países con mayor mortalidad cardiovascular”, ha afirmado el doctor Agustín Gómez de la Cámara, de la Unidad de Investigación Clínica e Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Universitario 12 de Octubre.

Así, uno de los fines de este estudio ha aclarado el presidente de DRECE, el doctor José Antonio Gutiérrez, es “tratar de averiguar por qué la muerte por enfermedades cardiovasculares no es un problema tan importante como en otros países”.

En este sentido, el 40 por ciento de las defunciones en menores de 74 años son a consecuencia del cáncer, mientras que la mortalidad por enfermedades cardiovasculares ronda el 16 por ciento. El Dr. Gómez de la Cámara ha aclarado que detrás de estos fallecimientos precoces por enfermedades cardiovasculares está la diabetes y ha instado a los responsables políticos a que hagan un esfuerzo especial para detectar y tratar “adecuadamente” esta enfermedad.

Menos legumbres y más refrescos

El Dr. Gutiérrez ha reconocido que los hábitos alimentarios de la población española no son malos. “Nos aproximamos a las recomendaciones dietéticas saludables, sin detectar cambios que puedan ser motivos de alarma”, ha precisado.

Algunos de estos cambios que el estudio ha puesto de manifiesto es que los españoles comen ahora menos cereales y legumbres pero, en cambio, ingieren más refrescos y zumos. “Este hecho puede pasar desapercibido, pero su asociación con la obesidad y el síndrome metabólico es claro”, ha aclarado el presidente de DRECE.

Los investigadores han dado cuenta también de que la dieta mediterránea sigue prevaleciendo entre la población española y que se sigue consumiendo aceite, especialmente el de oliva.

En el estudio, que comenzó en 1990, han participado cerca de 5.000 personas de ambos sexos, que tenían, en su origen, entre cinco y 59 años. Además de 52 centros de salud y más de un centenar de investigadores. Durante estas dos décadas se ha realizado en total cuatro estudios.

Las enfermedades cardiovasculares son las responsables de más de 125.000 muertes cada año en España y cerca de cinco millones de ingresos hospitalarios.

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Ortorexia, dietas y TCA

Recogemos la ponencia de D. Antonio Villarino, en el marco del Seminario Controversias sobre los trastornos alimentarios. Jornadas de actualización y debate, organizadas por la Fundación Tomás Pascual y Pilar Gómez-Cuétara/Instituto Tomás Pascual y la Fundación Instituto de Trastornos Alimentarios.

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Vigorexia y otros trastornos de la imagen

Recogemos la ponencia de D. Antoni Grau, en el marco del Seminario Controversias sobre los trastornos alimentarios. Jornadas de actualización y debate, organizadas por la Fundación Tomás Pascual y Pilar Gómez-Cuétara/Instituto Tomás Pascual y la Fundación Instituto de Trastornos Alimentarios.

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Los TCA en el siglo XXI

Recogemos la ponencia del Dr. Luis Rojo, en el marco del Seminario Controversias sobre los trastornos alimentarios. Jornadas de actualización y debate, organizadas por la Fundación Tomás Pascual y Pilar Gómez-Cuétara/Instituto Tomás Pascual y la Fundación Instituto de Trastornos Alimentarios.

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La alergia a alimentos triplica el gasto sanitario en pacientes pediátricos

La alergia a alimentos se ha duplicado en los últimos diez años. En opinión de los expertos reunidos en el Simposio Internacional de Alergia Alimentaria de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) que se ha celebrado recientemente en Barcelona, este tipo de reacciones tienen una alta prevalencia, afectan al cinco por ciento de los niños en edad escolar y al ocho por ciento de la población adulta, y ocasionan un fuerte impacto en el sistema sanitario, ya que son el motivo de consulta en el 14 por ciento de los menores de 14 años y de aproximadamente el seis por ciento en el resto de pacientes. Pero además estas reacciones alérgicas alteran la calidad de vida de los pacientes y son un factor de riesgo para el desarrollo de otro tipo de enfermedades alérgicas como la dermatitis atópica, el asma y la rinoconjuntivitis.

La complejidad de la alergia y la falta de métodos de diagnóstico estandarizados para la detección de esta patología motivó la puesta en marcha hace seis años del estudio EuroPrevall, el primer estudio multicéntrico sobre alergia a alimentos realizado en 19 países europeos y 6 de otros continentes con casi 100.000 individuos estudiados.

En opinión de la doctora Montserrat Fernández-Rivas, coordinadora científica del Simposio y una de las investigadoras principales del estudio, “con este estudio pretendemos conocer la situación real de la alergia a alimentos, evaluar su prevalencia, desarrollar nuevos métodos diagnósticos y, sobre todo, determinar el coste socioeconómico de esta patología y el impacto sobre la calidad de vida en la población europea”.

En este sentido, a través de cuestionarios validados y específicos en diversos países europeos, se demuestra un gran impacto de la alergia a alimentos sobre la calidad de vida de los pacientes. “Este tipo de reacciones alérgicas causan tanto o mayor impacto en el paciente que el asma y la rinitis, e incluso se sitúa ligeramente por debajo de la diabetes”, destaca la doctora Fernández-Rivas.

Los datos del estudio señalan un cambio en el perfil de los pacientes alérgicos a alimentos, ya que se ha registrado un aumento de los casos de reacciones en la población adulta, que incluso llegan a superar a los ya habituales casos de alergia a leche y huevo en niños.

Según los expertos, la alergia a alimentos en la población evoluciona con la edad. Así, mientras que en los niños menores de cuatro años la leche, el huevo y el pescado son los alimentos más reactivos, a partir de esa edad y hasta los 14 años, estos alimentos son sustituidos por la alergia a vegetales, a frutos secos como la avellana y el cacahuete, y a frutas como la manzana, pero ya no desaparece esta sensibilidad y las reacciones alérgicas perduran en la edad adulta. Tal y como aclara la doctora Fernández-Rivas “la alergia a alimentos como las frutas y los frutos secos en adultos entre 20 y 55 años es ya más frecuente que la alergia a leche y huevo en los niños en edad escolar”.

Coste sanitario triplicado

El incremento de las enfermedades alérgicas en la población en las últimas décadas exige afinar las técnicas diagnósticas y los tratamientos por el impacto sociosanitario que conllevan. De hecho, según se desprende de los últimos resultados del estudio EuroPrevall, presentado en el Simposio, el coste sanitario de la alergia a alimentos puede duplicar e incluso triplicar el coste asociado al tratamiento de la población no alérgica.

En España el coste sanitario de un paciente adulto alérgico a alimentos asciende a 1.281 dólares internacionales anuales, un 47 por ciento más que el gasto generado por la población no alérgica. En el caso de la población infantil, el impacto sanitario de la alergia a alimentos se triplica, dado que el tratamiento y seguimiento de un paciente alérgico asciende a 1.379 dólares, y el resto de la población pediátrica impacta en el sistema con un coste que apenas supera los 390 euros.

En Europa, el estudio EuroPrevall mostró que el impacto sanitario de la reacción alérgica a alimentos supone una media de 2.016 dólares en los pacientes adultos, frente a los 1.089 de la población no alérgica, y de 2.197 dólares en la población infantil, frente a los 863 dólares que originan los niños no alérgicos. Ante estos datos, la doctora Fernández-Rivas alerta de la importantes repercusiones a medio y largo plazo, ya que “la población infanto-juvenil es la más propensa a presentar reacciones alérgicas y el coste sanitario asociado al tratamiento de estas patologías está muy condicionado con la gravedad de la reacción alérgica a alimentos que presente”.

El coste sanitario se asocia principalmente al abordaje de las consecuencias de la reacción alérgica, que en ocho de cada diez casos es oral, en el 32 por ciento de las ocasiones produce reacciones cutáneas, en el 26 por ciento de las veces afecta al tracto digestivo, en el 19 por ciento a las vías respiratorias altas y en un siete por ciento de casos pueden producir broncoespasmos.

Mapas europeos de la alergia

Los resultados del estudio EuroPrevall en España indican que los alimentos más frecuentemente implicados en reacciones adversas de los pacientes que acuden a las consultas del alergólogo son, en orden decreciente: melocotón, leche, huevo, melón, gamba, pescado, kiwi, plátano, nuez, sandía, cacahuete, manzana, tomate, pescado y avellana. Atendiendo a los grupos de edad, la doctora Fernández-Rivas indica que el citado estudio ha confirmado que “en la población infantil los principales alimentos son: huevo, leche y pescado, mientras que en los adultos son las frutas y los frutos secos”.

De hecho, analizando los casos más frecuentes de reacciones alérgicas con alimentos, el estudio EuroPrevall señala que el 35 por ciento de los casos está provocado por las frutas frescas, el 22 por ciento por los frutos secos, el 14 por ciento por las verduras y el ocho por ciento por el cacahuete.

Aunque, según los resultados de este estudio europeo, en líneas generales la alergia a vegetales es más frecuente que a los productos de origen animal, puede hablarse de un pequeño mapa europeo de las reacciones alérgicas a alimentos en Europa, condicionadas por los hábitos y estilos de vida. Así, mientras que en España el melocotón y el melón se sitúan a la cabeza de las reacciones presentadas en consulta, en otros países del centro y norte de Europa, las reacciones son más frecuentemente atribuibles a frutas y verduras como la manzana, la avellana y el apio.

Como casos excepcionales los expertos participantes en el Europrevall han detectado especificidades alérgicas en lo referente a la alergia al pescado y marisco, altamente frecuente en España, Grecia e Islandia, y graves reacciones alérgicas, con casos de anafilaxia, producidas por el cacahuete en el Reino Unido. En el conjunto de los países europeos participantes en el estudio los casos registrados de anafilaxia más frecuentes se atribuyen al cacahuete, la gamba y la nuez.

Además, los alergólogos advierten de la importancia de contar con el fenómeno de la reactividad alérgica cruzada. En este sentido, la doctora Fernández-Rivas señala que “algunos pacientes alérgicos al polen experimentan una reacción alérgica si ingieren alimentos que interaccionan con el polen, como algunos frutos secos”.

Etiquetado y umbral de seguridad alimentaria

Una de las conclusiones que arrojan los resultados del estudio es que la alergia a cereales y a soja es algo excepcional en España y cuenta con una escasa importancia relativa. Estas sustancias son algunas de las más comúnmente utilizadas por la industria alimentaria y legalmente son de declaración obligatoria en el etiquetado de los productos.

Ante la complejidad de la alergia alimentaria y las graves consecuencias que se derivan de ella, en la actualidad los investigadores del Europrevall están analizando el millar de resultados de pruebas a pacientes participantes en el estudio para determinar con exactitud la “dosis umbral” de seguridad de los siete alimentos que mayores reacciones alérgicas desencadenan en la población como la leche, el huevo, el pescado, el marisco, los cacahuetes, la avellana y el apio. Esta determinación es clave ya que sólo el 72 por ciento de los alimentos que producen anafilaxias está correctamente identificado en el etiquetado y los expertos aseguran que es preciso “destapar” el 30 por ciento restante.

“Habitualmente el listado de ingredientes no está claro o es insuficiente, lo que produce en los pacientes inseguridad a la hora de preparar los alimentos cada día. Gracias a la determinación del umbral de respuesta de la población a la alergia y a la utilización de herramientas adecuadas para detectar la cantidad de alérgenos presente en los alimentos, se podrán introducir cambios en el etiquetado para garantizar la máxima seguridad de los alimentos disponibles en el mercado”, explica la doctora.

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Más de la mitad de los españoles toman un desayuno insuficiente

En este contexto, los médicos de familia hacen una llamada de atención y aconsejan a la población no descuidar este primer aporte energético que recibe nuestro cuerpo después de horas de descanso. “Es importante no sólo ingerir los nutrientes necesarios, sino dedicarle el tiempo suficiente a esta comida que está entre 10 y 15 minutos como mínimo”, afirma la doctora Joima Panisello, coordinadora de un taller sobre Cognición y Alimentación: de la teoría a la práctica dedicado a revisar el impacto que los hábitos alimentarios tienen en la salud en el marco de las Jornadas de Actualización en Medicina de Familia, que acaban de celebrarse en Santiago de Compostela.

En el caso concreto de la alimentación, para el doctor José Zarco, director de las Jornadas, es fundamental crear en la población unos hábitos dietéticos saludables. “En este sentido -añade-,el papel del médico de familia es clave, tanto por su cercanía como por el contacto continuo con el paciente y su entorno. Frente a los hábitos insanos de la población es imprescindible integrar una educación dietética y nutricional que forme parte de los hábitos de vida de los pacientes que pasan por nuestra consulta”.

Empezar el día con energía

El desayuno debe cubrir un 25 por ciento de nuestras necesidades nutricionales a lo largo del día, convirtiéndose en una de las comidas más importantes. Es por tanto muy importante que las familias españolas tomen consciencia de este problema porque se estima que entre un 20-30 por ciento de los niños desayuna de forma insuficiente, mientras que un 10-15 por ciento no toma nada, “un hábito que aumenta proporcionalmente con la edad y que es un importante problema”, señala la doctora Panisello.

Lo que sucede muchas veces, como explica esta experta, es que “la somnolencia de los primeras horas de la mañana, el apurar la hora de levantarnos, las prisas por llegar a la escuela o al trabajo, condicionan el que no se haga o no se realice correctamente el desayuno”. Circunstancia que conlleva una disminución de la atención y del rendimiento escolar o laboral, mientras que por el contrario un desayuno equilibrado mejora el rendimiento físico e intelectual.

Un desayuno equilibrado, aunque admite una oferta variada de alimentos, debería incluir: una ración de lácteos, una de cereales (preferentemente integrales: pan, copos de cereales crudos y sin azúcar, bizcochos o magdalenas hechas con aceite de oliva, etc.) y fruta (mejor en forma de pieza entera que de zumo) con la finalidad de favorecer el aporte adecuado tanto de macro como de micronutrientes y contribuir a mejorar el rendimiento energético. También es recomendable incluir una pequeña cantidad de grasa cardiosaludable (unas gotitas de aceite de oliva virgen, sería lo ideal) y, en ocasiones, jamón, pescado azul, queso o fiambre (bajo en grasa y sal).

“Pero no sólo es importante qué comemos sino cómo lo hacemos”, puntualiza la doctora Panisello. Así pues, es muy importante desayunar sentado, con tranquilidad y tiempo, de forma que se empiece el día de una forma relajada.

Prevenir el deterioro cognitivo

La población mundial envejece muy rápido, de forma que un 21 por ciento de la población (264 millones de personas) tenían ya en 2009 una edad de 60 o más años, cifra que se estima que en el año 2050 alcance los 416 millones, es decir, un 33 por ciento de la población. Por este motivo, el deterioro cognitivo leve sumado a los cuadros de demencia causados por el envejecimiento han llevado a investigar los efectos de la dieta sobre ambos y son varios los estudios que se han puesto en marcha para intentar determinar hasta que punto la dieta puede influir en un menor o mayor deterioro cognitivo con el paso del tiempo. Pero hasta la fecha, lo que está claro, como indica la doctora Panisello, es que “los nutrientes son esenciales para la función cerebral y todos estamos expuestos a los nutrientes que nuestra alimentación nos proporciona”. Así por ejemplo, los componentes con mayor fuerza hasta la fecha para la prevención de la demencia incluyen fundamentalmente la composición de las grasas, los micronutrientes con acción antioxidante y las vitaminas del grupo B y D.

10 consejos básicos del médico de familia para una alimentación saludable

– Mantener un horario para las comidas principales.

– Masticar despacio los alimentos.

– Consumir una gran variedad de frutas y verduras, hasta 600 gramos diarios.

– A partir de los 2-4 años de edad la ingesta de lácteos debe ser a través de productos desnatados o bajos en grasa.

– Escoger “grasas saludables” como el aceite de oliva, mejor si es “virgen”, por su mayor riqueza en antioxidantes.

– Consumir pescado, especialmente azul, 3 ó más veces por semana.

– Las carnes con un menor aporte graso y, por tanto, más recomendables son las de pollo, pavo, conejo y avestruz.

– No olvidar que los refrescos y bebidas azucaradas tienen muchas calorías y si abusa de ellos le harán ganar peso.

– Realizar al menos 4 veces a la semana, durante cuarenta minutos al día, algún ejercicio físico, adaptado a su condición física.

– Deben evitarse los remedios milagro, y las dietas no recomendadas por los médicos o profesionales sanitarios.

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Medidas higiénico sanitarias para el cuidado de la piel

La quinta jornada del Curso On line Educación Sanitaria e Interrogantes en patologías para la Oficina de Farmacia, organizada por el Instituto Tomás Pascual Sanz en colaboración con el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid y la Real Academia Nacional de Farmacia, abordó el tema de las medidas higiénico sanitarias para el cuidado de la piel de la mano del Dr. Francisco José Esteban.

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Las principales dermatosis en la práctica clínica

La quinta jornada del Curso On line Educación Sanitaria e Interrogantes en patologías para la Oficina de Farmacia, organizada por el Instituto Tomás Pascual Sanz en colaboración con el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid y la Real Academia Nacional de Farmacia, abordó el tema de las principales dermatosis en la práctica clínica de la mano de la Dra. Ana Belén Piteiro.

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Nutrición hospitalaria. Trabajo en equipo

En el marco de las 5ª Jornadas de Actualización Nutrición e Índices de Salud, organizadas por la Cátedra Tomás Pascual Sanz – Universidad de Navarra, el Dr. Juan José Beunza pronunció la ponencia Nutrición hospitalaria. Trabajo en equipo, que recogemos a continuación.

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Más pescado, menos diabetes

En los países mediterráneos, “el consumo de alimentos característicos de su dieta ha disminuido en las últimas décadas para aumentar el de grasas saturadas, procedentes sobre todo de carnes rojas y bollería industrial. Esto es realmente preocupante”, explica Mercedes Sotos Prieto, autora principal de un trabajo incluido dentro del estudio Predimed (Prevención con Dieta Mediterránea) e investigadora de la Universidad de Valencia.

El objetivo de este análisis, realizado en la Comunidad Valenciana a 945 personas (340 hombres y 605 mujeres) entre 55 y 80 años y con alto riesgo cardiovascular, fue conocer el patrón de consumo de carne y pescado, sus correlaciones con la adherencia a la dieta mediterránea y su asociación con factores de riesgo cardiovascular.

Los resultados, publicados en la revista Nutrición Hospitalaria, muestran que esta población mediterránea presenta una ingesta elevada de carne roja y de pescado, pero mientras que el consumo de pescado se asocia con una menor prevalencia de diabetes y menor concentración de glucosa, el de carne roja, en particular de embutidos, se relaciona con mayor peso y prevalencia de obesidad.

“El consumo de carne roja en esta población alcanza una media de una vez al día y resulta elevado en comparación con las recomendaciones alimentarias”, apunta la investigadora. “Esto podría estar influenciado por las recomendaciones sobre consumir ternera a la plancha en muchas dietas para perder peso”.

Comer carne roja en exceso se relaciona con mayor riesgo cardiovascular, elevación de la presión arterial, diabetes y un moderado incremento de mortalidad total, en particular por cáncer y enfermedad cardiovascular. Por el contrario, el pescado está incluido en la dieta mediterránea y tiene efectos cardiosaludables.

Los autores afirman que, a pesar de tratarse de un estudio transversal, que no determina una relación causal, son varios los trabajos que coinciden en que el consumo de pescado, tanto el blanco como, en mayor grado, el azul, se asocia con un menor riesgo de diabetes tipo 2.

“Se han sugerido varias hipótesis que explican por qué el consumo de pescado podría estar relacionado con el riesgo de diabetes”, indica. “El aumento de los omega 3 en las células del músculo esquelético mejora la sensibilidad a la insulina”.

“Resulta importante conocer el patrón dietético de la población española para saber si los hábitos están cambiando y por tanto, debemos reforzar la educación alimentaria”, subraya Mercedes Sotos Prieto. “Habría que instaurar programas de intervención dietética para evitar alejarse del patrón tradicional mediterráneo, es decir, disminuir el consumo de carne roja y mantener el de pescado”.

Diferencias de género

El consumo elevado de grasas saturadas procedentes de la ingesta de carne roja y embutidos (7,4 +/- 4,7 veces por semana) fue mayor en el caso de los hombres. Las mujeres demostraron comer más carne blanca, en particular pavo y pollo.

En relación al consumo de pescado (4,5 +/- 2,6 veces por semana), no se encuentran diferencias significativas de género. En general, las mujeres presentaron una mayor puntuación para “patrones dietéticos sanos” o “dietas prudentes” en relación con los hombres.

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Evaluación y tratamiento de los trastornos del sueño

La cuarta jornada del Curso On line Educación Sanitaria e Interrogantes en patologías para la Oficina de Farmacia, organizada por el Instituto Tomás Pascual Sanz en colaboración con el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid y la Real Academia Nacional de Farmacia, abordó el tema de la evaluación y el tratamiento de los trastornos del sueño de la mano del Dr. Fernando Gonçalves Estella.

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Los trastornos del sueño

La cuarta jornada del Curso On line Educación Sanitaria e Interrogantes en patologías para la Oficina de Farmacia, organizada por el Instituto Tomás Pascual Sanz en colaboración con el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid y la Real Academia Nacional de Farmacia, abordó el tema de los trastornos del sueño de la mano del Dr. Fernando Gonçalves Estella.