Presentación del VII Aniversario del Instituto Tomás Pascual Sanz
Recogemos las palabras de bienvenida en la presentación del acto de celebración del VII Aniversario del Instituto Tomás Pascual Sanz, pronunciadas por D. Francisco Hevia.
Recogemos las palabras de bienvenida en la presentación del acto de celebración del VII Aniversario del Instituto Tomás Pascual Sanz, pronunciadas por D. Francisco Hevia.
Recogemos la conferencia del Dr. Rafael Matesanz pronunciada en el marco del acto de celebración del VII Aniversario del Instituto Tomás Pascual Sanz. Acceda a la transcripción de la ponencia
La prediabetes es un estadio precoz en el continuo hiperglucemia/diabetes que define un incremento del riesgo de desarrollar diabetes mellitus tipo 2. Se estima que entre un 20% y un 25% de la población adulta podría padecer prediabetes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que, a nivel mundial, habrá más de 300 millones de diabéticos en 2025. Según señala este organismo, 30 minutos de actividad física de intensidad moderada casi todos los días y una dieta saludable pueden reducir drásticamente el riesgo de desarrollar diabetes.
Según explica Juan Girbés, Especialista en Endocrinología y Nutrición del Hospital Arnau de Vilanova (Valencia), el peso y la edad son factores clave para detectar una situación de prediabetes. Pero ¿cómo saber si tenemos prediabetes? Si se superan los 45 años y existe un sobrepeso con predominio de grasa abdominal, es aconsejable comprobar los niveles de glucosa en sangre.
¿Estoy en riesgo?
Aunque no existen síntomas, sí existen una serie de factores de riesgo cuya presencia individual o en grupo pueden conducir a sospechar que existe prediabetes:
– Edad: por encima de los 45 años aumenta el riesgo de desarrollar diabetes.
– Obesidad: en concreto la presencia de grasa abdominal.
– Dieta pobre: consumo de alimentos ricos en grasa en detrimento de frutas y verduras.
– Poca actividad física.
– Diabetes gestacional durante el embarazo.
– Antecedentes familiares.
¿Qué pruebas necesito realizarme?
Las dos pruebas que se realizan en la actualidad para detectar la prediabetes son el examen de glucosa en sangre en ayunas y la prueba de tolerancia a la glucosa.
– Glucosa en ayunas: es la prueba más común y se realiza en ayunas, al menos 8 horas después de haber comido. Consiste en un análisis de sangre a través del que se miden los niveles de glucosa, si estos se encuentran entre los 100 y los 125 miligramos por decilitro (mg/dl) se considera que existe prediabetes.
– Tolerancia a la glucosa: consiste en tomar una bebida con alto contenido en glucosa y dos horas más tarde realizar otro análisis de sangre que muestra la capacidad del organismo para procesarla. La prediabetes está presente en el individuo si los niveles de glucosa se encuentran entre 140 mg/dl y 200 mg/dl.
¿Cómo evito desarrollar diabetes?
La prediabetes es un trastorno que puede ‘curarse’, es decir, los niveles de glucosa en sangre pueden modificarse hasta situarse en los niveles normales por debajo de los 100 mg/dl. La clave está en seguir controles periódicos y realizar cambios en el estilo de vida. A continuación señalamos los más importantes:
– Dieta mediterránea, aceite de oliva y nueces: el Dr. Girbés destaca los beneficios confirmados de la dieta mediterránea, y aconseja el consumo aceites de origen vegetal, legumbres y nueces para restablecer el equilibrio de la glucosa en sangre. Además, en la medida de lo posible hay que eliminar la grasa de los productos cárnicos y dar prioridad a carnes blancas y pescado. Los azúcares deben reducirse al mínimo y priorizar productos integrales frente a los procedentes de harinas refinadas.
– Reducir el peso: en el caso de que exista sobrepeso se aconseja seguir una dieta hipocalórica y mantener un peso equilibrado a través de dietas como la mediterránea.
– Realizar ejercicio moderado: caminar es una de las alternativas más populares entre quienes no practican deporte. Eso sí, el especialista advierte que para que sea eficaz debe realizarse a un paso que impida mantener una conversación si se camina en compañía. Para quienes tengan problemas de movilidad derivados de trastornos como la artritis o la artrosis, el especialista aconseja los ejercicios en la piscina o la bicicleta estática.
– Controlar las reservas de vitamina D: algunos estudios señalan que la insuficiencia de esta vitamina disminuye la síntesis y secreción de insulina, una hormona clave para el funcionamiento de la glucosa en el organismo. El Dr. Girbés apunta que cada día 30 minutos de exposición solar en los brazos ayudan a mantener los niveles óptimos de vitamina D.
España es el país de Europa con mayor tasa de obesidad, ya que afecta a uno de cada cuatro adultos y a uno de cada tres niños. La obesidad es una enfermedad compleja, habiendo pasado de ser considerada únicamente un problema de peso a tener asociada la existencia de trastornos de la conducta alimentaria y trastornos mentales comórbidos. “Entre un 50 y un 70% de las personas con obesidad pueden presentar algún tipo de trastorno psíquico asociado. Los pacientes obesos tienen una probabilidad más alta de padecer trastornos psíquicos, al igual que los pacientes con enfermedades mentales tienen una probabilidad elevada de padecer obesidad”, asegura el doctor Josep Ramon Domenech, coordinador del VII Congreso Nacional de Ansiedad y trastornos Comórbidos junto al doctor Salvador Ros, presidente de la Asociación Española de Psiquiatría Privada (ASEPP) y el doctor Antonio Arumí, secretario de la Asociación.
Según el Dr. Salvador Ros, “más de un 20% de la población mundial sufre ansiedad sin saberlo. En España afecta a afecta a más de seis millones de españoles, causa un absentismo laboral de un 10%, un 7% más que la media de los países europeos estimada en un 3%”. “Interfiere en todos los aspectos de la vida de una persona incitándola, en un porcentaje altísimo de los casos, al consumo de drogas, de alcohol, de todo tipo de sustancias adictivas o incluso al suicidio”, asegura este experto.
Estudios recientes aseguran que debe darse un abordaje multidisciplinar a la hora de tratar un paciente con un trastorno de salud mental asociado a la obesidad. “Dichos estudios sugieren que el fallo de muchos pacientes a la hora de seguir una dieta para perder peso puede deberse a la existencia de un trastorno mental, fundamentalmente de ansiedad, no tenido en cuenta o no tratado”, explica el doctor Domenech. “Si se logra controlar el trastorno de ansiedad asociado, las posibilidades de que una dieta para perder peso sea exitosa se incrementan notablemente”, concluye.
Sin embargo, asegura el doctor Ros, “el 50% de los pacientes no responde a los tratamientos para la ansiedad”. Datos que reflejan “la dificultad que en algunos casos surge a la hora de poner freno a esta patología, asociada también a cuadros complejos de trastornos de la personalidad, o factores ambientales adversos”. “Estamos haciendo un gran esfuerzo en este campo para reducir esta importante cifra de pacientes con resistencia a las terapias y, en este sentido, se han conseguido avances gracias a la asociación de distintos tratamientos y la potenciación de algunos de ellos”, indica el doctor Ros.
Ansiedad, prevención y tratamiento
La persona que sufre problemas de ansiedad, síntomas físicos no asociados a ninguna enfermedad médica, insomnio, angustia, cansancio injustificado, incremento de consumo de tóxicos o alteraciones de la alimentación, “debe acudir al especialista para solicitar ayuda”, sugiere el Dr. Ros. “Los tratamientos farmacológicos, antidepresivos y/o ansiolíticos de forma controlada, los cambios en hábitos de vida, deporte, alimentación, no consumo de tóxicos, vida familiar y social, hobbys y las terapias psicológicas pueden ayudar a reconducir el problema y evitar su cronificación o la aparición de otros trastornos añadidos”, añade.
En este sentido, “la situación actual de incertidumbre y estrés afecta de forma evidente e importante”, comenta el doctor Antonio Arumí, secretario de la ASEPP. Según indica este experto, los últimos estudios reflejan que “la franja de la población con más ansiedad es la de 50 a 65 años seguida de la de 40 a 50 años”. Parados, amas de casa y autónomos son los sectores más afectados por esta patología, es decir “la franja de edad de las personas con más carga y responsabilidad económica-familiar”, matiza el Dr. Arumí. También se ha observado un aumento del consumo de tóxicos como tabaco y alcohol y un mayor desorden en la alimentación, “todo ello- concluye este experto- parece consecuencia de la situación actual”.
Depresión, cambios en el perfil del paciente
Al igual que en los casos de ansiedad, “los pacientes con trastornos del estado de ánimo tienen una probabilidad más elevada de padecer algún otro tipo de trastorno mental, como trastorno de ansiedad, trastorno por consumo de tóxicos, trastornos de la conducta alimentaria, patologías orgánicas asociadas, como enfermedades neurológicas, endocrinas, metabólicas, digestivas y reumatológicas”, asegura el doctor Domenech. Se estima que un 20% de la población padecerá algún trastorno del estado de ánimo a lo largo de su vida. Sin embargo, asegura este experto, “más de la mitad de las personas que sufren una depresión no solicitan ayuda, ignoran que padecen una depresión o son incapaces de solicitar ayuda especializada y eficaz. Otra gran parte no son diagnosticados de trastorno depresivo al enmascararse como algún tipo de patología orgánica o psicosomática y también ha de tenerse en cuenta que muchos abandonan el tratamiento prematuramente, incrementándose las tasas de recaída y fracaso terapéutico”.
Según afirma el doctor Domenech, “en un tercio de pacientes se trata de un trastorno crónico que conlleva una discapacidad y una carga socioeconómica asociada muy importante”. En los últimos años, se está observando un importante cambio en el perfil del paciente con depresión: “Históricamente, los casos de depresión se han dado en el doble de mujeres con respecto a los hombres. Sin embargo, se ha constatado una tendencia a equilibrarse este porcentaje de pacientes depresivos por sexos”. Este incremento, explica este experto, “puede venir motivado por una mayor capacidad de poder asumir que un hombre pueda padecer un episodio depresivo y probablemente también como resultado de la precariedad laboral actual”.
La depresión, como cualquier otro trastorno mental, debe seguir un tratamiento multidisciplinar. En primer lugar, es importante establecer un correcto diagnóstico que ha de ser explicado de forma clarificadora al paciente y a su familia. “Las depresiones requieren tratamiento tanto para quien las padece como para su entorno familiar”, asegura el doctor Domenech. “Se ha de seguir un tratamiento farmacológico y psicológico durante un período de tiempo suficiente y se ha de dar al paciente y su entorno estrategias adecuadas de modificación cognitiva y conductual. No sirve tan sólo aplicar el tratamiento farmacológico, si no que hay que enseñar estrategias para superar con mayor rapidez y eficacia la enfermedad”, concluye el Dr. Domenech.
Un consumo moderado de cerveza podría ser beneficioso a nivel cardiovascular y aportar beneficios a la mujer en diferentes etapas de su vida. Así lo recogen las últimas investigaciones científicas nacionales e internacionales, que también apuntan a que el consumo moderado de esta bebida ayuda a la rehidratación tras la práctica deportiva.
En el Colegio Oficial de Farmacéuticos de A Coruña, el médico Consultor Senior de Medicina Interna del Hospital Clínic de Barcelona, Ramón Estruch, y el profesor de Ginecología y Obstetricia de la Universidad Autónoma de Madrid, Tirso Pérez, han abordado algunos de los efectos beneficios de la cerveza durante la presentación de la Monografía Científica del IV Simposio Internacional de la Cerveza.
El documento recoge las conclusiones de la jornada, donde se presentaron los últimos estudios e investigaciones científicas, nacionales e internacionales, sobre el consumo moderado de cerveza.
En rueda de prensa, Estruch ha abordado la relación entre el consumo de cerveza y la salud cardiovascular. En este contexto, ha realizado un estudio que concluye que los compuestos fenólicos de la cerveza podrían regular el metabolismo del azúcar y reducir la inflamación relacionada con la arterioesclerosis en sujetos con alto riesgo cardiovascular.
“Estos hallazgos explican, en parte, los posibles efectos protectores de la cerveza sobre el sistema cardiovascular”, ha afirmado Ramón Estruch.
En la salud de la mujer
Por otra parte, Tirso Pérez ha abordado los beneficios de la cerveza en la salud de las mujeres. Según ha asegurado, esta bebida “posee acción antioxidante, antiinflamatoria, actividad estrogénica y acción antiviral, lo que hace que pueda ser beneficiosa para la salud de las mujeres en todas las etapas de su vida”.
En concreto, durante el embarazo, el consumo de cerveza sin alcohol puede ser una fuente aprovechable de ácido fólico, necesario para el buen desarrollo del tubo neural del feto. También, durante el periodo de lactancia puede mejorar la capacidad antioxidante de la leche materna y, por tanto, puede defender al bebé de la agresión oxidativa.
Igualmente, en el resto de la vida de la mujer, la cerveza puede aportar otros beneficios, pudiendo reducir los riesgos de desarrollar ciertas enfermedades por los antioxidantes naturales que contiene.
Rehidrata en el deporte
Asimismo, la Monografía Científica del IV Simposio Internacional de la Cerveza también recoge otros artículos, entre los que destaca la investigación realizada por la Universidad de Granada y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) sobre la idoneidad de la cerveza en la recuperación del metabolismo hormonal e inmunológico de los deportistas tras el ejercicio físico.
Según recoge esta investigación, el consumo moderado de cerveza permite una adecuada rehidratación tras la práctica deportiva. Mientras, otras investigaciones apuntan a que esta bebida parece tener efectos beneficiosos en los huesos.
La jefa de la Unidad Clínica y Dietética del Hospital Universitario La Paz de Madrid, Carmen Gómez-Candela, defiende la necesidad de mantener una buena hidratación mediante la ingesta de líquidos y avisa de que a partir de nueve horas sin hacerlo las personas pueden padecer un descenso del rendimiento a niveles “estadísticamente significativos”.
Así lo ha asegurado con motivo del XIV Congreso de Salud y Medicina de la Mujer (SAMEM) que se celebra estos días en Madrid, destacando que si esta ausencia de líquidos se prolonga durante 24 horas puede condicionar un descenso en las habilidades mentales y psicomotoras.
Según esta experta, diversos estudios han constatado un incremento en la fatiga, una dificultad de discriminación y pérdida de memoria cuando se sufre una deshidratación moderada (2,8 por ciento de pérdida de peso).
Y de hecho, las alteraciones del sistema nervioso central aparecen en asociación con un volumen celular cerebral disminuido e incluyen alteración del estado mental, debilidad, excitabilidad neuromuscular y déficits neurológicos.
La deshidratación puede aparecer debido a un aumento de necesidades (calor excesivo) o de pérdidas (diarrea, por ejemplo), y existen diferentes tipos en función de la cantidad de líquido perdido, la rapidez de la pérdida, y la pérdida paralela de solutos/electrolitos.
El tipo de deshidratación dependerá del porcentaje de la pérdida de peso, de modo que se considera leve cuando se trata de un descenso del peso corporal del 1 al 3 por ciento, y severa, cuando la pérdida es mayor del 5 por ciento.
Asimismo, las necesidades de agua y líquidos son también muy diversas y varían en función de la edad, sexo, tipo de alimentación, clima, ejercicio, vestimenta, etc.
La European Food Safety Authority (EFSA) ha publicado recientemente los valores de referencia de ingesta adecuada de líquidos por grupos de edad, estableciendo 1.600 mililitros al día para niños de entre 4 y 8 años, frente a los 1.900 mililitros al día recomendados para niños y 2.100 mililitros al día para niñas, de entre 9 y 13 años.
En el caso de adolescentes y adultos, establece una ingesta de 2 litros para las mujeres y 2,5 litros para los hombres, siendo esta recomendación similar para los ancianos, ya que en ellos se deteriora la capacidad para conservar el agua en el organismo, y se pierde la sensación de sed.
La EFSA recomienda, asimismo, que las mujeres embarazadas aumenten su ingesta de líquidos en función al aumento en el consumo de energía que realicen, y para las mujeres en periodo de lactancia, que este incremento de líquidos sea de 700 mililitros al día, en relación a las mujeres no lactantes de la misma edad.
El doctor especialista del Servicio de Oncología del Hospital Comarcal de Inca, Onofre Pons, ha dirigido una sesión clínica en la que ha abordado las necesidades nutricionales de los pacientes oncológicos.
Esta acción formativa, que ha tenido lugar en el salón de actos del Hospital, ha sido seguida por un numeroso grupo de profesionales, entre facultativos y personal de enfermería, según ha informado el Govern en un comunicado.
El doctor Pons ha explicado que en los pacientes afectados por patologías oncológicas es importante distinguir los requerimientos que necesitan según la fase de la enfermedad. Concretamente se ha referido a los pacientes que reciben un tratamiento activo, a los que presentan un estado avanzado de la enfermedad y a los que ya están en la etapa terminal.
Por lo que respecta al estado de malnutrición de los pacientes oncológicos, el doctor Pons ha señalado que tanto los efectos causados por la enfermedad como los tratamientos a los que se someten son factores que propician las deficiencias alimentarias que a menudo presentan.
En consecuencia, ha observado la necesidad de optimizar la situación de los pacientes para lograr que estén en condición de afrontar el tratamiento en las mejores condiciones nutricionales posibles.
En este sentido, ha recordado que la albúmina es la proteína que transporta la mayoría de los fármacos y que el control de la glucemia es un factor de pronóstico demostrado, por lo que ha aseverado que son indicadores de control nutricional muy importantes, especialmente cuando estos pacientes sean muy susceptibles a los ingresos hospitalarios o a tener que someterse a intervenciones quirúrgicas o recibir sesiones de radioterapia, entre otras circunstancias que pueden agravar su estado.
En consecuencia, el doctor Pons ha indicado la necesidad de hacer una valoración del paciente considerando sus hábitos alimentarios y los resultados obtenidos de una exploración a fin de determinar su situación nutricional, basándose en los estándares establecidos: MNA (mini nutritional assessment, “minivaloración nutricional”) y MUST (malnutrition universal screening tool, “herramienta de detección universal de la desnutrición”).
Los resultados obtenidos aportan la información necesaria para abordar las estrategias que contrarresten los posibles efectos adversos _vómitos, diarreas, etc._ que puedan provocar los tratamientos a los que el paciente tendrá que someterse.
Estrategias
Por otro lado, el doctor Pons ha defendido que uno de los elementos fundamentales para que los pacientes oncológicos puedan afrontar estas dificultades son los hábitos alimentarios que adopten para que su estado nutricional no se deteriore.
Entre otras propuestas, ha recomendado intensificar el número de ingestas en pequeñas cantidades, usar platos pequeños para que las raciones se perciban de una manera más asequible, elegir los alimentos que resulten más apetecibles e incorporar a la dieta una merienda más completa. Ha añadido que hay otras opciones complementarias, como los soportes calóricos, de proteínas, de glutamina y los fármacos que puedan reducir los efectos adversos del tratamiento.
“No me come nada”
En los casos en que los familiares del paciente manifiestan a menudo que “no me come nada” debido a que ya está en una fase avanzada de la enfermedad, este especialista en oncología del Hospital Comarcal de Inca considera que los objetivos deben cambiar para adecuarlos a las nuevas condiciones que el enfermo presenta, pues en esta fase no es la malnutrición lo que acelerará y deteriorará su salud, sino el tipo de cáncer que padece.
En esta circunstancia, el doctor Pons considera que las estrategias que eran efectivas en los estadios anteriores de la enfermedad dejan de ser válidas y que por ello es más importante preservar el bienestar del paciente, ya que su estado nutricional se convierte en una prioridad secundaria.
Así pues, considera que es primordial transmitir a la familia que el problema fundamental es la propia patología, no sus carencias nutricionales, por lo que deben aceptar las demandas y los deseos del enfermo y no obligarle a hacer las ingestas que rechace.
Para terminar, el doctor Pons ha aprovechado su intervención para prevenir sobre los mitos y las modas acerca de las cualidades curativas de ciertos alimentos. En este sentido, ha insistido en la necesidad de restringir las recomendaciones alimentarias tan sólo a las fundamentadas en investigaciones sobre nutrición hechas con rigor científico.
Asimismo, ha indicado que las conclusiones, los conocimientos y las experiencias que ha expuesto son el resultado del ejercicio de su profesión a lo largo de las casi tres últimas décadas, en que ha trabajado con pacientes oncológicos.
Por eso ha señalado que una supuesta nutrición idónea _e incluso con efectos curativos para este tipo de enfermedad_ suscita a menudo tesis especulativas, que sólo sirven para condicionar el comportamiento del paciente y de sus familiares, y que se trata de teorías que no están acreditadas por el colectivo médico, que provocan efectos adversos _como una presión contraproducente_ y que, además, sólo contribuyen a perjudicar el bienestar del paciente.
Un estudio pionero impulsado por la Federación de Discapacidad Intelectual de Catalunya (Dincat) analiza la obesidad en 200 personas con discapacidad intelectual para ver cómo esta minusvalía afecta al estado nutricional.
Según ha informado en un comunicado la Fundació Mercè Pla, que también ha participado en la investigación, la discapacidad intelectual ha sido tratada a nivel clínico y social pero “las investigaciones sobre su repercusión en el estado nutricional son escasas”, especialmente en adultos.
El estudio, en el que también ha trabajado un equipo de dietistas-nutricionistas de la Universitat de Barcelona (UB), persigue establecer un programa de intervención nutricional para mejorar el estado de salud y la calidad de vida de estas personas y sus familias.
El consumo de alimentos que contienen vitamina C puede reducir el riesgo de tener el tipo más común de accidente cerebrovascular hemorrágico, según un estudio que se presentará en la 66 Reunión Anual de Neurología, que se celebra del 26 de abril al 3 de mayo en Filadelfia, Estados Unidos.
En el estudio participaron 65 personas que habían sufrido un accidente cerebrovascular hemorrágico intracerebral -una ruptura de los vasos sanguíneos dentro del cerebro- y se les comparó con 65 individuos sanos. Se analizaron los niveles de vitamina C en la sangre de los participantes y, en general, el 41 por ciento de ellos tenían niveles normales de la vitamina C, el 45 por ciento mostró niveles de agotamiento de la vitamina C y el 14 por ciento fueron considerados deficientes de la vitamina.
En promedio, las personas que tuvieron un accidente cerebrovascular tenían agotados los niveles de vitamina C mientras que los que no habían sufrido un accidente cerebrovascular presentaban niveles normales de la vitamina. “Nuestros resultados muestran que la deficiencia de vitamina C debe ser considerado un factor de riesgo para este tipo de accidente cerebrovascular grave, al igual que la hipertensión arterial, el consumo de alcohol y el sobrepeso”, señala el autor del estudio, Stéphane Vannier, del Hospital de la Universidad Pontchaillou en Rennes, Francia.
“Se necesita más investigación para explorar específicamente cómo la vitamina C puede ayudar a reducir el riesgo de apoplejía. Por ejemplo, puede regular la presión arterial”, argumenta este experto. Según Vannier, la vitamina C parece tener otros beneficios como la creación de colágeno, una proteína que se encuentra en los huesos, la piel y los tejidos, además de que la deficiencia de esta vitamina también se ha relacionado con enfermedades del corazón.
Los niños y adolescentes que duermen poco, menos de 10 horas en edad escolar, pueden activar los genes responsables de la obesidad, según ha concluido el estudio elaborado por un grupo de pediatras del Hospital Josep Trueta de Girona y que forma parte del Instituto de Investigación Biomédica de Girona (IDIBGI).
El artículo científico, liderado por el doctor Abel López Bermejo y publicado en la revista International Journal of Obesity, constata que la falta de sueño se asocia a la obesidad de los niños antes de que empiecen la pubertad, sobre todo si presentan un riesgo genético.
Así, el estudio ha considerado que los niños tendrían que dormir un mínimo de 10 horas y los adolescentes 8 horas, puesto que descansar menos tiempo de lo que se valora como óptimo es uno de los mecanismos que explica un crecimiento del riesgo de ser obeso.
Los responsables del artículo han recordado que la obesidad continúa aumentando en países desarrollados como EE.UU. –donde el 60% de la población tiene sobrepeso u obesidad– porque, aparte de dormir poco, se relaciona con un estilo de vida menos saludable, tanto en dieta como en actividad física.
La investigación del IDIBGI es el resultado de un estudio clínico realizado entre 2009 y 2011 –a 300 niños de entre 5 y 10 años– y ahora se tendrá que confirmar a través de un estudio experimental, puesto que todavía se desconoce por qué la causa de dormir poco incrementa el riesgo de ser obeso.
La compañía farmacéutica AstraZeneca ha puesto en marcha el proyecto OPTIMACS (Optimización del Proceso de Síndrome Coronario Agudo), que se llevará a cabo este año en varios hospitales españoles con el fin de optimizar el proceso asistencial de los pacientes con Síndrome Coronario Agudo (SCA), que afecta cada año a más de 115.000 personas en España y es una de las principales causas de mortalidad en nuestro país.
Este proyecto se desarrolla en colaboración con los centros hospitalarios y con las personas que dirigen y participan en el proceso del hospital (gerencia, cardiología, hemodinamia, urgencias, enfermería, farmacia, emergencias y rehabilitación cardíaca), con el objetivo de analizar detalladamente la eficiencia del proceso asistencial del SCA a partir de la identificación de posibles áreas de mejora y proponiendo estrategias para ello.
Datos recientes muestran que 1 de cada 6 pacientes con SCA muere durante el primer año después de sufrir un evento inicial. En España, el SCA, además de la mortalidad, también es una de las principales causas de morbilidad y conlleva un elevado coste. El pronóstico de estos acontecimientos ha mejorado notablemente gracias a las medidas de actuación, pero se requiere seguir avanzando en la prevención y el manejo de estos pacientes.
Los beneficios del proyecto OPTIMACS, explica la farmacéutica, van desde la disposición de un análisis global del proceso asistencial del paciente hasta la posibilidad de optimización de costes derivados del análisis de posibles procesos, pasando por la disposición de un equipo médico con un menor variabilidad en su práctica clínica del manejo de la patología y de la propia implicación del centro en el proceso de mejora.
“Mejorar el proceso asistencial en el SCA es un importante reto al que se enfrentan nuestros hospitales para poder continuar avanzando en el manejo de estos pacientes, ya que la ruta del paciente con enfermedad cardiovascular es compleja y requiere de una gran eficiencia hospitalaria –explica Alfonso Rodríguez, director de Relaciones Institucionales de AstraZeneca España–. Este proyecto va a permitir analizar las necesidades específicas de cada centro y ofrecer las estrategias y recomendaciones de mejora más adecuadas para cada uno de ellos”.
A lo largo del proceso de atención de un paciente con SCA, el tiempo juega un papel clave en la recuperación del músculo del corazón, de ahí que la rapidez desde el momento en que el paciente manifiesta el dolor hasta que se le aplica el tratamiento en el hospital adecuado es vital. Por ello la integración y coordinación entre los Servicios de Atención Urgente y los centros hospitalarios es clave.
La ruta del paciente con SCA
Al llegar al hospital, el paciente es sometido a una serie de pruebas (electrocardiograma, radiografía de tórax, diversas analíticas) y se le administran los fármacos de urgencia. Si el paciente requiere de cateterismo, el cardiólogo de cuidados intensivos coronarios se coordina con el servicio de hemodinámica para su realización lo más rápidamente posible.
Una vez que se le aplica al paciente el tratamiento adecuado es dirigido a cuidados intensivos, donde el tiempo sigue siendo importante, ya que de la rápida aplicación de los protocolos de cuidado dependerá tanto la calidad del tratamiento como la eficiencia en el uso de los recursos del hospital. Posteriormente, el paciente es trasladado a planta de hospital.
Cuando el paciente se encuentra estable y recibe el alta hospitalaria, requiere de un seguimiento en consultas externas/atención primaria. En esta etapa de la ruta del paciente, los protocolos de seguimiento son fundamentales, ya que en la actualidad, a pesar de la disponibilidad de fármacos antiagregantes plaquetarios, más de la mitad de los pacientes con SCA van a sufrir un acontecimiento cardiovascular en el primer año tras sufrir el evento inicial.
En esta fase de alta hospitalaria, así como desde la atención en urgencias y durante el periodo de hospitalización, juegan un papel fundamental fármacos como ‘Brilique’ (ticagrelor) de AstraZeneca, el primer antiagregante plaquetario oral que disminuye un 21% el riesgo de muerte cardiovascular en pacientes con SCA en comparación con clopidogrel.
Siete de cada diez adultos en España sufre bruxismo -rechinamiento involuntario de los dientes que se produce durante el sueño-, un 30% más desde el inicio de la crisis, según ha informado en un comunicado la Clínica Curull de Tarragona, a la luz de un estudio.
El aumento del bruxismo se debe a la coyuntura económica y a las elevadas tasas de desempleo, que provocan mucho estrés y ansiedad, ha asegurado la responsable de la Clínica, Conchita Curull, que ha asegurado que la única solución para esta patología es una férula de descarga personalizada.
La presión que realizan los dientes puede alcanzar los 150 kilos en algunos casos, un nivel muy superior a la ejercida al masticar, que se sitúa entre los 10 y 40 kilos.
La férula de descarga, que debe amoldarse a la dentadura de cada paciente, permite que los músculos de la mandíbula se relajen, lo que evita que golpeen las articulaciones.
La consecuencia principal del bruxismo es la cefalea, ha asegurado Curull, que ha destacado que este hecho dificulta el diagnóstico y su posterior tratamiento.
El bruxismo también provoca dolores en la mandíbula y en los oídos, muy similares a los de la otitis, y una sobrecarga en la musculatura trapezoidal, lo que provoca contracturas en la zona cervical.
Si no se soluciona a tiempo, el rechinamiento también provoca destrucción y desgaste de las piezas dentales, así como caries, gingivitis y traumatismos de las encías.
Recomendaciones preventivas
Para prevenir el bruxismo, Curull ha recomendado no dormir nunca boca abajo, mantener una dieta blanda para que los músculos se recuperen antes y evitar consumir alimentos y bebidas excitantes, como el té, el café y las bebidas energéticas.
Además, ha apostado por relajar los músculos faciales, vigilar la postura en la que se trabaja o estudia para mantener siempre la espalda pegada al respaldo de la silla, caminar erguido, evitar masticar chicles y realizar deporte al menos tres veces a la semana.
El bruxismo también puede evitarse si no se sujeta el teléfono con el mentón y si los pacientes no se muerden las uñas, porque la mandíbula sufre con este tipo de movimientos.