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¿Está relacionado el consumo de bebidas azucaradas con la obesidad?

El consumo de bebidas azucaradas y el riesgo de obesidad es inconsistente cuando se realiza el ajuste correspondiente al balance energético entre las calorías ingeridas y las gastadas por el organismo, según ha mostrado el estudio ‘Systematic review of the evidence for an association between sugar-sweetened beverage consumption and risk of obesity’, publicado en ‘Nutrition Reviews’.

Por tanto, los investigadores han avisado de que no se pueden extraer conclusiones científicas sobre los estudios anteriores que relacionaban las bebidas azucaradas y la obesidad porque, tal y como han recordado, no tenían en cuenta el gasto energético de cada grupo de edad.

“La obesidad tiene una casuística compleja y multifactorial, por lo que reducir la ingesta de azúcares, por sí solo no reducirá la incidencia de obesidad, si no se acompaña de programas adecuados para ajustar el consumo y, particularmente, el gasto de energía. Al fin y al cabo, la obesidad es el resultado de un balance energético positivo continuado, en el que la ingesta total de energía supera el gasto energético total”, ha comentado el presidente de la Academia Española de Nutrición, Lluìs Serra-Majem.

De hecho, estudios anteriores ya habían cuestionado la relación entre bebidas azucaradas y obesidad. Por ejemplo, la revista ‘Obesity Reviews’ señaló que la reducción del consumo de bebidas azucaradas no estaba asociado de forma directa a una disminución de la obesidad ni a los niveles del índice de masa corporal.

Igualmente, en el estudio científico La paradoja australiana: descenso notable de la ingesta de azúcares en el mismo periodo en que aumentan el sobrepeso y la obesidad, sus autores concluyeron que los esfuerzos para reducir la ingesta de azúcar pueden disminuir su consumo, pero no necesariamente la prevalencia de obesidad.

Por último, según los resultados de un estudio transversal, realizado por investigadores de Portugal y Reino Unido, no hay evidencias entre la ingesta de bebidas azucaradas y el sobrepeso en niños del área mediterránea.

prevenir la obesidad infantil

Camisetas inteligentes contra la obesidad infantil

Científicos del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición están probando la efectividad de camisetas ‘inteligentes’ como herramienta de control del peso para luchar contra la obesidad infantil, que vendría a asemejarle a los clásicos calorímetros, utilizados en la instauración y el seguimiento terapéutico, ya que ayudan a adaptar el ejercicio a las características del niño.

Estas nuevas prendas, “cómodas y ligeras”, incorporan sensores en su tejido que recogen continuamente parámetros cardíacos y respiratorios tanto en situación basal como durante la práctica de ejercicio físico. Estos parámetros son registrados por telemonitorización sin cables.

“La sencillez de su funcionamiento convierte esta herramienta en candidata idónea para un gran número de aplicaciones fisiopatológicas y clínicas, no sólo en el campo de la obesidad sino en otros muchos ámbitos donde el ejercicio físico es un elemento esencial”, destacan del centro investigador.

Por el momento, el programa de Ejercicio Físico del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición ha obtenido nuevos y satisfactorios resultados gracias a estas camisetas biomédicas que permiten medir la actividad cardiaca y pulmonar en tiempo real.

La clave de este programa está en su diseño individualizado para dar respuesta a las necesidades y características de cada paciente, evitando que una pauta genérica sea ineficaz e incluso llegue a ser contraproducente para la salud de los niños.

“No se trata sólo de desarrollar actividad física sino de hacerlo de acuerdo con lo que nuestro cuerpo, por constitución, capacidad y resistencia física, puede soportar y necesita para mantener un equilibrio”, sostiene la doctora Empar Lurbe, del Hospital General Universitario de Valencia, coordinadora del estudio.

Esta pauta se elabora teniendo en cuenta parámetros antropométricos y bioquímicos y, de manera especial, la medición de la función cardio-respiratoria de los más pequeños. Este control se hace con los calorímetros que los pacientes deben portar durante un tiempo determinado y cuyo incómodo manejo y falta de disciplina en su uso deriva, en muchos casos, en la ineficacia informativa en primer término, y terapéutica, en última instancia.

“Los niños se lo quitan porque les molesta”, opina Empar Lurbe, “no facilita los datos necesarios y perdemos información esencial para poder prescribir la actividad física que contribuya realmente a una mayor adherencia al tratamiento y en definitiva a evitar la ganancia ponderal excesiva”.

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Una técnica endoscópica para la obesidad puede bajar el peso hasta un 40% en un año

La técnica endoscópica del endobarrier se utiliza para controlar el nivel de glucosa en sangre de los pacientes con diabetes tipo 2 y, en caso de que presenten obesidad, se ha demostrado que “puede ayudar a bajar el peso hasta un 40 por ciento en un año”.

Así lo han destacado los asistentes al I Curso Internacional de Endoscopia Bariátrica celebrasdo en Madrid, que apuntan a que el uso de este tipo técnicas podría cambiar las cifras actuales de obesidad o sobrepeso, que en España afecta al 62 por ciento de la población adulta.

La ventaja de este procedimiento es que permite evitar ingresos hospitalarios, complicaciones y procuran una rápida recuperación del paciente. En concreto, consiste en introducir por vía endoscópica un revestimiento delgado, flexible y en forma de tubo, que se coloca en la pared del intestino y crea una barrera entre ésta y la comida consumida.

Tras su colocación, desciende el nivel de glucosa en sangre, existe una menor sensación de hambre y sensación de saciedad por mucho más tiempo, lo que hace que “se ingieran menos alimentos y, por tanto, se adelgace”, ha explicado Gontrand López-Nava, organizador del Curso y director de la Unidad de Tratamiento Endoscópico de la Obesidad del hospital Universitario HM Sanchinarro de Madrid.

A diferencia de los procedimientos quirúrgicos, el endobarrier no altera la anatomía del paciente de forma permanente, ya que está diseñado para ser retirado al final del periodo de tratamiento, que es aproximadamente un año.

Al retirarse, los pacientes vuelven a la rutina en 24 horas

De hecho, la técnica se retira realizando otro procedimiento endoscópico breve, sin incisiones, vía oral y en el que los pacientes podrán regresar a su rutina normal después de 24 horas.

“Cuando está implantado controla la diabetes, pero sin la invasión de la cirugía y haciéndolo reversible. Además, durante el tiempo que tienen el Endobarrier, los pacientes pueden reducir el número de medicamentos que ingieren para la diabetes”, ha explicado este experto.

Otro de los objetivos de la técnica es el de normalizar los niveles de glucemia a corto plazo y a la larga prevenir otras complicaciones. A modo de ejemplo, el doctor Manoel Galvao, co-organizador de este curso y experto mundial en Endoscopia de la Obesidad del Gastro-Obeso Center, Sao Paulo, Brasil, explicó en su ponencia sobre tratamiento endoscópico de la diabetes que “los endocrinólogos señalan que un año de control de glucemia ayudará a evitar complicaciones de diabetes como las amputaciones o ceguera en el futuro”.

Por último, los expertos recomiendan que los pacientes sometidos a esta intervención continúen con buenos hábitos de nutrición, un buen estado físico y un estilo de vida saludable, ya que esto puede suponer beneficios positivos a largo plazo.

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Alimentación, motivación y ejercicio: la fórmula para perder peso

Especialistas en Endocrinología, Nutrición, Psicología y Ejercicio Físico han creado la Asociación Método por Intercambios, con la que se pretende investigar y difundir un sistema de pérdida de peso saludable basado en el intercambio de alimentos, unido a la motivación psicológica y el ejercicio físico.

Entre los principios que defiende la asociación, destaca que las dietas se basen en la cocina autóctona (como la mediterránea), permitir adelgazar sin pasar hambre, mantener una alimentación equilibrada de por vida (con alimentos al alcance de todos los bolsillos) y no necesitar acudir al nutricionista de manera continuada una vez aprendidos los conceptos.

A través de la página web de la organización (www.metodoporintercambios.com), los especialistas ofrecen consejos sobre cómo adquirir buenos hábitos alimentarios y practicar ejercicio de manera saludable, y se incluyen tablas de alimentos y su equivalencia, aunque la dieta “debe ser prescrita por un profesional de la salud de acuerdo con las necesidades de cada persona”.

Este sistema determina que alimentos de un mismo grupo, en cantidades proporcionales, tienen el mismo valor nutricional y a estas equivalencias se les denomina “intercambios”.

“El nutricionista asigna al paciente un número de intercambios de cada grupo, en función de sus necesidades, lo que permite perder peso sin menús cerrados, sin excluir grupos de alimentos y sin poner en riesgo la salud, es decir con mucho menos sacrificio”, señala Vázquez. “Esta dieta es flexible porque permite elegir qué comer en cada momento, algo muy importante ya que las restricciones propias de otros planes de adelgazamiento a menudo provocan su abandono”, añade.

Todos los alimentos de la pirámide nutricional

El método por intercambios incluye todos los grupos de alimentos de la pirámide nutricional, entre los que distingue los hidratos de carbono, proteínas, grasas, lácteos, verduras y frutas. “No se prohíbe ningún alimento, sino que se establecen las pautas para que cada persona sea capaz de tomar sus propias decisiones y, en base a ellas, mantener una dieta equilibrada de por vida, sin sacrificios”, explica.

La psicóloga Miriam Magallón hace especial hincapié en la motivación personal, ya que “es esencial porque las personas tienden a oponer resistencia ante lo nuevo”. La libre elección de los alimentos y el deporte que propone este método “elimina las connotaciones negativas que implican otras dietas basadas en imposiciones y prohibiciones”, destaca añadiendo que “el apoyo emocional debe incluirse en los programas de pérdida de peso porque la desmotivación es una de las causas del abandono de la dieta”.

En cuanto a la actividad física, también se mide por intercambios, entendido cada uno como “el ejercicio aeróbico realizado durante una hora con un gasto energético correspondiente a 1 MET, una medida metabólica”, comenta el doctor Vicente Martínez Vizcaíno.

Existen unas tablas de ejercicios que determinan el gasto energético de cada uno de ellos en función del tiempo y la resistencia. “Al igual que ocurre con la dieta, el paciente puede practicar el ejercicio que prefiera dentro de sus posibilidades”, advierte.

Según este especialista, tener un peso saludable con una adecuada alimentación y ejercicio de forma regular ayuda a prevenir enfermedades. “La obesidad y el sobrepeso aumentan el riesgo de sufrir problemas cardiovasculares y agrava patologías como la diabetes”, recuerda.

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Al cole, siempre con un buen desayuno

Resulta fundamental para nuestros niños que acudan al colegio tras haberse tomado un buen desayuno. Y es que, entre el 20 y el 40 por ciento de los niños va al colegio sin desayunar a pesar de que debe ser una de las comidas principales del día, según la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), que avisa de que este comportamiento afecta al rendimiento escolar y favorece la obesidad infantil.

Cada día son más los estudios epidemiológicos que reconocen el papel protector de algunos alimentos en el desarrollo cerebral, según recuerda la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) ante el inminente inicio del curso escolar.

De hecho, se ha visto que una dieta rica en frutas, verduras, legumbres, frutos secos, aceite de oliva y pescado azul puede relacionarse con efectos positivos sobre la concentración, la memoria y el rendimiento intelectual.

Además, la SEEN recuerda que los escolares precisan de alimentos energéticos para su desarrollo, pero no más de los que consumen en su actividad metabólica y su actividad física (voluntaria e involuntaria). “En caso de tomar más energía de la necesaria, ésta se almacenará en forma de grasa y el niño comenzará a tener sobrepeso o desarrollará obesidad”, ha explicado.

En este sentido, el Grupo de Trabajo de Obesidad de la SEEN, ha defendido que los patrones alimentarios de los niños tienden a reflejar los patrones alimentarios de sus familias, y ha criticado que en “numerosas ocasiones” la falta de tiempo, el deseo de evitar discusiones, la comodidad o la pereza, hacen que se ofrezca a los niños solo aquello que comen rápido y sin protestar.

La infancia, el momento de adquirir hábitos saludables

“Como norma general, son alimentos ricos en grasa o productos procesados: patatas fritas, sancks, bollería industrial, galletas, embutidos, chuches y refrescos, etcétera, en lugar de verdura, ensalada, pescado o fruta”, según lamentan los expertos, que insisten en la importancia de cuidar su alimentación ya que “es el momento ideal para adquirir hábitos saludables”.

La preocupación de los expertos por la alimentación de los niños se fundamenta en que la mayoría de los estudios epidemiológicos demuestran que la alimentación de los escolares españoles no es buena y, mientras el consumo de legumbres, verduras, frutas y pescados es insuficiente, el de productos procesados o elaborados es muy elevado, siendo desaconsejada su ingesta rutinaria o frecuente.

Para evitar estas situaciones, abogan por un patrón alimentario equilibrado que, además, debe compartirse por todos los miembros de la familia.

“Los padres deben comer lo mismo que los niños. Cambiarán las raciones o en ocasiones la elaboración de un alimento en un determinado menú cuando los niños son muy pequeños, pero en líneas generales deberán comer lo mismo”, explica la SEEN.

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La concentración baja de oxígeno en sangre puede servir para tratar la obesidad

Investigadores del Centro de Investigación en Nutrición de la Universidad de Navarra aseguran que la concentración baja de oxígeno en sangre, lo que se conoce como hipoxia, podría servir para tratar la obesidad.

En concreto, han visto que la hipoxia influye en la pérdida de grasa corporal asociada al adelgazamiento y en la regulación de genes diversos relacionados con la inflamación, la angiogénesis o el metabolismo de la glucosa. Y a su vez, aporta beneficios metabólicos específicos como la mejora de la capacidad física y el mantenimiento de la masa muscular.

Por tanto, la prescripción conjunta de un tratamiento dietético hipocalórico con ejercicio en hipoxia intermitente, como levantar pesos, step, bicicleta o correr en tapiz rodante, es una estrategia prometedora frente a la obesidad aportando beneficios adicionales y resultados más rápidos, según ha informado la UN en un comunicado.

El trabajo ha sido dirigido por el catedrático de Nutrición Alfredo Martínez y se enmarca dentro del proyecto EXPLORA, un plan nacional financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad dedicado a la búsqueda de tratamientos novedosos frente a la obesidad y sus enfermedades asociadas.

Según este experto, “una dieta de adelgazamiento acompañada por un ejercicio físico en hipoxia tiene beneficios adicionales, ya que, junto a perder grasa, contribuye a evitar la pérdida de músculo característica de las dietas de adelgazamiento y mejora la capacidad física del enfermo. También tiene beneficios sobre marcadores inflamatorios propios de las personas obesas”.

Pedro González-Muniesa, otro investigador del proyecto, amplía los posibles beneficios de este tratamiento a personas no obesas: “De una forma gradual y siguiendo las instrucciones de un experto, lo podría hacer cualquier persona, ya que parece que aquellos que realizan actividad física en hipoxia necesitan hacer menos horas de ejercicio para alcanzar resultados similares a los que no se ejercitan de esta manera”.

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Contra la diabetes y la obesidad: Pomelo y helicriso

El pomelo y el helicriso actúan contra la diabetes y la obesidad. Esta es una de las conclusiones de la tesis de Ana Laura de la Garza (Monterrey, 1983), doctora del departamento de Ciencias de la Alimentación y Fisiología de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Navarra.

Su trabajo ‘Anti-obesity and anti-diabetic properties of two natural extracts rich in flavonoids (Helichrysum and Grapefruit): physiological and molecular mechanisms’, ha estado dirigido por el catedrático Alfredo Martínez y codirigido por el profesor titular Fermín Milagro, ambos de Nutrición de la Universidad de Navarra.

El estudio, realizado en ensayos in vitro, ex vivo y en modelos animales, aporta tres conclusiones principales: los extractos naturales del pomelo y del helicriso, ricos en flavonoides, tienen propiedades hipoglucemiantes en el intestino, mejoran la hiperglucemia regulando el metabolismo de la glucosa en el hígado y presentan propiedades antinflamatorias y antioxidantes beneficiosas contra la diabetes y la obesidad.

Beneficios de las frutas y plantas mediterráneas

Según la nueva doctora, “el estudio de los mecanismos fisiológicos y moleculares de la fruta del pomelo y la planta del helicriso, ambas mediterráneas, ha aportado claves esperanzadoras para combatir la diabetes y la obesidad en su posible aplicación en humanos”. Afirmación que responde a los resultados de la investigación publicados en Journal of Agricultural and Food Chemistry y Food & Function, dos de las revistas científicas de mayor impacto en su sector.

Para conocer las propiedades hipoglucemiantes de estos extractos naturales, De la Garza observó que al suplementarlas a ratas y ratones se inhibe la actividad de dos enzimas específicas de la digestión decarbohidratos (α-amilasa y α-glucosidasa) y disminuye la absorción de glucosa en el intestino. En la mejora de la hiperglucemia de ratones diabéticos, la investigadora percibió que regulan el metabolismo de la glucosa en el hígado (glucoquinasa) y reducen la inflamación asociada a obesidad en hígado y tejido adiposo. A su vez, estos extractos naturales destacan por sus cualidades antiinflamatorias y antioxidantes ya que, en ratas con sobrepeso y resistencia a la insulina, la experta comprobó que aumentaban los efectos metabólicos beneficiosos asociados a una restricción calórica.

Para llevar a cabo este estudio, dentro del Centro de Investigación en Nutrición de la Universidad de Navarra y en colaboración con la compañía biotecnológica Biosearch Life, la doctora realizó primero el Máster Europeo en Alimentación, Nutrición y Metabolismo de la Facultad de Farmacia y, posteriormente, una estancia de investigación en el departamento de Ciencias de la Nutrición de la Universidad de Viena. Para ello ha contado con la beca de la Asociación de Amigos y de la Fundación Empresa, ambas de la Universidad de Navarra.

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El aumento de peso también puede estar provocado por microorganismos

La Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) asegura que muchos microorganismos presentes en el cuerpo humano pueden hacer que aumente el porcentaje de grasa corporal y, con ello, un aumento de peso, después de que un reciente estudio internacional haya identificado esta relación con la bacteria ‘Helicobacter pylori’.

Según ha explicado el presidente de esta entidad, José Manuel Fernández-Real, cuando se analiza la relación entre infección y obesidad se suele destacar “cómo la exposición a microorganismos se asocia en paralelo a un aumento de inflamación y adiposidad”.

Además del caso del ‘Helicobacter pylori’, causante además de la mayoría de úlceras de estómago, también está el caso del adenovirus AD-36, un virus común que causa resfriados y que también provoca una mayor división de adipocitos que favorece la acumulación de grasa.

Esto ha llevado a que recientemente se haya acuñado el término de infectobesidad, que alude a la teoría de que las personas obesas tiene una flora bacteriana distinta que hace que procesen los alimentos de manera diferente, lo que influiría en su ganancia de peso y almacenamiento de grasa.

Una relación que explicaría el hecho de que algunas personas aumenten de peso significativamente, no por comer en exceso o por su genética, sino por tener una composición diferente de microbios en el intestino.

De hecho, científicos de la Universidad Estatal de San Diego (EE.UU) han descubierto que un virus bacteriófago, el crAss-fago, que estaría presente en la microbiota intestinal de más de la mitad de la población mundial y que afecta a las bacterias intestinales más comunes.

No obstante, según ha apuntado el presidente de SEEDO, aún es pronto para saber si su acción influye o no en el desarrollo de la obesidad.

Desde un punto de vista científico, estos estudios están aún en su fase más incipiente y “es probable que la infectobesidad sea sólo una respuesta parcial”. No obstante, sí parece claro que existe una relación “compleja” entre genes, dieta y gérmenes que abre nuevas dianas terapéuticas para atajar la proliferación del exceso de peso a nivel mundial.

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¿Puede la crisis aumentar la incidencia de la obesidad y la diabetes?

¿Puede la crisis incidir de forma negativa en la salud? ¿El nivel económico influye en el número de pacientes que padecen obesidad o diabetes? A juzgar por lo que dicen algunos expertos, la respuesta es que sí. El doctor de Salud Pública de la Unidad Docente del Servicio Cántabro de Salud (SCS) Pedro Muñoz Cacho, es uno de ellos. Según señaló en el Curso de Verano de la Universidad de Cantabria  ‘Práctica clínica en enfermería a personas con alteraciones cardiovasculares’,  “si el nivel económico ha disminuido, probablemente la obesidad y la diabetes vayan a aumentar”, ya que la segunda se manifiesta muchas veces asociada a la primera.

“Alimentarse mal es más barato que alimentarse bien”, explicó, por lo que en una situación de escasez económica, los alimentos recomendables como la fruta, la verdura o el pescado se restringen debido a que “son más caros”, y se sustituyen por otros más económicos pero que “contribuyen más a la obesidad”, como los embutidos.

El experto destacó que las complicaciones derivadas más frecuentes de los enfermos de diabetes son, por un lado las macrovasculares, entre las que se encuentran aquellas personas “que tienen más disposición a infartos de miocardio”, y por otro las microvasculares, que pueden suponer problemas en el riñón y afectar a la retina, lo que “hace años podía llegar a causar ceguera”.

En este sentido, Muñoz Cacho afirmó que es importante sensibilizar a la población sobre cómo prevenir la diabetes, para lo que es necesario “modificar los estilos de vida”, combatir “los hábitos sedentarios y disminuir la frecuencia de la obesidad”.

El técnico del SCS subrayó que los enfermos de ‘diabetes tipo 1’ tienen más probabilidades de desembocar en enfermedades cardiovasculares, ya que es una patología “que se da en edades jóvenes, incluso en niños con 5, 10 o 15 años” y que puede tener más años de desarrollo, mientras que ‘la diabetes tipo 2’ se concentra entre adultos generalmente mayores de 40 años, por lo que “el tiempo de evolución suele ser menor”.

Los tres pilares básicos que deben llevar a cabo las personas con diabetes, según el ponente, son alimentarse saludablemente, aumentar el ejercicio físico y seguir un tratamiento con medicamentos, ya que se trata de “una enfermedad crónica aproximadamente en el 95% de los casos” que no tiene cura, aunque para algunos enfermos de obesidad mórbida “la diabetes desaparece” tras someterse a una cirugía bariátrica que les permite adelgazar hasta más de 20 kilos.

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Mucho cuidado con la obesidad abdominal

Según un estudio liderado por investigadores de la Universidad de Navarra y publicado en la revista científica ‘PLOS ONE’, unos valores altos en los índices de obesidad abdominal se asocian a largo plazo con un mayor riesgo de mortalidad. El trabajo está encabezado por el grupo de Medicina Preventiva del centro académico, perteneciente al CIBER de obesidad y nutrición.

El estudio ‘Obesity indexes and total mortality among elderly subjects at high cardiovascular risk: the PREDIMED study’, encabezado por el profesor Miguel Á. Martínez-González, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública del centro académico, valoró distintos índices de obesidad abdominal al comienzo del seguimiento del gran estudio multicéntrico español ‘Prevención con Dieta Mediterránea (PREDIMED)’, en el que colaboran 18 grupos de investigación de todo el país.

Los investigadores estudiaron una muestra de 7.447 participantes de alto riesgo cardiovascular durante 4,8 años. Ninguno padecía enfermedad cardiovascular al inicio y 348 de ellos fallecieron durante el periodo de seguimiento. Los índices que se asociaron más significativamente con mayor mortalidad fueron el perímetro de la cintura y el índice cintura-altura que surge de dividir el perímetro abdominal entre la altura.

Así, por ejemplo, si una persona mide 1,60 metros (160 centímetros) y tiene un perímetro de la cintura de 80 centímetros, su índice cintura-altura sería 0,5, según ha informado la Universidad en una nota.

Menor asociación con el índice de masa corporal

Los participantes fueron divididos en cuatro categorías de este índice: menos de 0,60; de 0,60 a 0,65; de 0,65 a 0,70; y más de 0,70. Se observó que, a igualdad de otras variables relacionadas con la mortalidad, los participantes en las dos categorías con mayor índice cintura-altura presentaban mayor riesgo de fallecer durante el periodo de seguimiento.

Los incrementos relativos en la mortalidad fueron del 30 por ciento para índices cintura-altura entre 0,65 y 0,70, y del 55 por ciento para índices superiores a 0,70. Además, se observó un incremento relativo de mortalidad del 57 por ciento para quienes tenían un perímetro de la cintura superior a 110 centímetros.

En cambio, las asociaciones con el índice de masa corporal (el peso en kg. dividido entre la talla en metros elevada al cuadrado) fueron más débiles y no resultaron significativas.

Estos resultados apoyan que la obesidad verdaderamente peligrosa es la abdominal, que constituye un fuerte factor de riesgo de mortalidad. Por tanto, los autores recomiendan prestar más atención al perímetro de la cintura que al peso o al índice de masa corporal.

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Un tratamiento de diabetes permite controlar la glucemia y perder peso

Dos investigadores especialistas en endocrinología y nutrición de los complejos hospitalarios de Vigo y Pontevedra, han avalado la eficacia de un nuevo fármaco para el tratamiento de diabetes tipo 2, al observar en los pacientes estudiados una mejora en el control de la glucemia, del riesgo cardiovascular y una notable pérdida de peso.

Este estudio ha sido desarrollado por los endocrinólogos del Chuvi Alexis Fernández Mariño, y del Chop Isabel Alonso Troncoso, en colaboración con la Fundación Biomédica de Vigo y el departamento de bioestadística de la Universidade de Santiago de Compostela.

Este fármaco, que está dirigido a pacientes adultos y se administra a diario por inyección subcutánea, incrementa la cantidad de insulina liberada por el páncreas, con lo que “ayuda a controlar los niveles de glucosa en sangre”.

En la investigación participaron 112 pacientes que fueron tratados con un nuevo grupo terapéutico para el tratamiento de la diabetes tipo 2, el ‘Liraglutide’, con el que registraron “una mejora significativa” del control de la glucemia, del colesterol, de la presión arterial y una reducción del riesgo cardiovascular.

Además, este estudio ha constatado que este tratamiento permite reducir el peso del paciente en unos 7,7 kilos de media por paciente, resultado que “hasta la fecha no había sido conseguido por ninguna otra opción terapéutica” y que es “uno de los principales objetivos”, dado que “el 80 por ciento de los pacientes con esta patología presentan sobrepeso y obesidad”.

Estos resultados fueron presentados por los dos investigadores en el congreso internacional organizado por la Sociedad Americana de Diabetes (ADA), que tuvo lugar el pasado mes de junio en San Francisco, en Estados Unidos.

Desayuno, no engordar

Para no engordar: desayunar todos los días, comer cada cuatro horas y ser optimista

No saltarse el desayuno, comer cada 3 o 4 horas, beber té verde, hacer ejercicio y pensar de forma optimista ayuda a no engordar durante las vacaciones de verano, según muestra un decálogo diseñado por la coordinadora del Centro Integral de Obesidad y Sobrepeso (CIOS) de la Clínica La Luz, Susana Cantón.

“Si ya es duro volver al trabajo tras las vacaciones, todavía puede serlo más si venimos con unos kilos adicionales, algo que se puede evitar siguiendo unas sencillas pautas. Además, esas pautas pueden mantenerse a la vuelta, una vez interiorizadas por la persona. Desde el estudio de la conducta humana sabemos que se necesitan al menos 21 días para adquirir nuevos hábitos de comportamiento, por eso es muy conveniente empezar en esta época del año en la que podemos dedicar más tiempo al cuidado de nosotros mismos”, ha señalado.

Por ello, ha destacado la importancia de que tras el descanso nocturno, se tome un desayuno con un aporte equilibrado de pan o cereales, así como proteínas bajas en grasa como queso fresco, jamón de york, pavo o jamón serrano y una pieza de fruta. Asimismo, recomienda hacer a lo largo del día pequeñas comidas equilibradas en carbohidratos, proteínas y grasas saludables acordes al nivel de gasto de cada uno.

En este sentido, aconseja incluir una proteína baja en grasa en cada comida; beber té verde porque ayuda a acelerar el metabolismo, estimulando al organismo para quemar calorías y favoreciendo el control de los niveles de colesterol; combinar las bebidas como la cerveza o el vino con alimentos ricos en proteínas; tomar dos vasos de agua al levantarse, dos o tres media mañana y a media tarde y otro vaso después de la cena.

Caminar unos 30 minutos al día de manera vigorosa; seguir técnicas de relajación; mantener la ingesta de comida en el mismo horario que en invierno y procurando que los desayunos no sean nunca más tarde de las diez de la mañana y las cenas de las diez de la noche; y pensar en lo bueno de la actividad laboral antes de que finalicen las vacaciones, son otras de las claves para no ganar peso.

“El resultado de todos estos consejos será un mejor estado psicofísico, un mayor optimismo y una gran sensación de control que ayudará a mantener los hábitos al regreso y, a su vez, disminuirá el impacto generalmente negativo de la vuelta a la rutina laboral”, ha zanjado Cantón.