dieta mediterránea

Dieta Mediterránea: Un modelo de felicidad y salud

 

dieta mediterránea

Como en otras facetas de la vida, en Nutrición hay dos mundos opuestos. Para un número creciente de personas la felicidad viene reflejada por la disminución de consumo de varios componentes de nuestra dieta, porque el gran problema de la Nutrición en España es el sobrepeso y la obesidad. La felicidad cuando hemos alcanzado la mayor disponibilidad de alimentos en la historia viene dada por disminuir la ingesta de algunos nutrientes que nos llevan a este problema.

Por el contrario, lo que todavía es mayoritario, es que la felicitad y la salud va a venir dada por alcanzar unos mínimos que permitan tener un estado de nutrición y salud, y de calidad de vida y felicidad.

¿Cuántas comidas haremos a lo largo de nuestras vidas? Las mujeres más de 90.000, considerando tres comidas al día, y los hombres unas 82.000 (porque ellos viven una media de 7 años menos). Y la pregunta es ¿cuántas comidas son de felicidad? Cuantas más veces hayan sido compartidas más felices seremos y nutricionalmente más saludables.

La Dieta Mediterránea (DM) está de moda. Si buscamos en google DM en inglés (septiembre 2012) hay seis millones de entradas y en el término en español hay un millón y medio de entradas.

Modelo de DM

El modelo de DM es una confluencia de culturas, hábitos alimentarios y estilos de vida, que tradicionalmente ha abarcado los países ribereños de la cuenca mediterránea.

Es una dieta simple y éste es uno de los principales problemas, ya que cuando la población de un país mejora en calidad de vida y condiciones económicas se toman más alimentos ricos en proteínas de origen animal que van acompañados de grasa saturada, azúcares, etc.

Se trata de una dieta sencilla y variada. Desde el punto de vista de evidencia científica de los beneficios de la DM el recorrido es largo, estamos hablando de los años 50 cuando los anglosajones nos describieron los beneficios (el grupo del profesor Keys y colaboradores a partir del “Estudio de los siete países”). Ya en 1959 el profesor Keys daba estas recomendaciones:

-Mantener el peso adecuado.

-Reducir el consumo de grasa saturada.

-Usar preferentemente aceites vegetales y mantener el aporte calórico de las grasas por debajo del 30%.

-Consumir verduras, frutas, y lácteos.

-No abusar de la sal ni del azúcar refinado.

-Realizar regularmente ejercicio físico.

-Evitar el tabaco, alcohol y excitantes.

-Visitar al médico con regularidad y evitar preocuparse en exceso.

El mensaje hoy sigue siendo el mismo. La única diferencia es que lo que se escribía en los años 60 estaba muy cercano a la calle, es decir, podían ser seguidas por la mayor parte de la población. Sin embargo, ahora nos encontramos un distanciamiento entre las recomendaciones y la realidad.

Hábitos alimentarios característicos de la DM

Son los siguientes:

-Aceite de oliva como principal grasa culinaria.

-Abundancia de alimentos vegetales.

-Consumo frecuente de pescado.

– Ingesta regular y moderada de vino en las comidas.

– Consumo moderado de carnes rojas y productos elaborados que los contienen.

– Uso frecuente de especias y condimentos.

-Y, un estilo de vida: socialización durante las comidas, la siesta y la práctica regular de actividad física.

No sólo es importante lo que se come, sino cómo se come, cómo se comparte. Éste es el gran principio de la DM en cuanto a estilo de vida. Actualmente no socializamos, no compartimos, los datos son alarmantes. En una ciudad como Madrid se realizan menos de 1,5 comidas compartidas en familia a la semana por la gente joven. Pero además hemos cambiado la mesa del comedor o la cocina por el sofá o la habitación, y no es infrecuente comer en la oficina, el parque o la calle.

Dieta antidieta

A la DM yo la denominaría la dieta antidieta, soluciona lo que muchas veces buscamos en otro tipo de dietas, soluciona los sacrificios porque permite comer de todo (no excluye nada) con mayor o menor frecuencia. También evita la monotonía porque el gran binomio de la DM ha sido salud y placer. Comemos por salud y por placer (o felicidad).

Otra clave de la DM es la frugalidad, hay que ser restrictivo, y algo fundamental hay que conocer los alimentos y saber cómo deben cocinarse, es decir, tener habilidades culinarias. Los jóvenes cada vez cocinan menos, paradójicamente nunca antes se ha hablado tanto de cocina.

La DM, nuestro gran mensaje nutricional

El último modelo de pirámide mediterránea (una vez que se declaró patrimonio de la humanidad por la Unesco) incluye en la base la socialización, comer juntos alrededor de la mesa.

También se puede ser feliz con otros patrones de alimentación pero no son tan saludables. En cambio con la DM se puede ser feliz y seguro que se adquiere salud.

No es importante sólo lo que se come, sino cómo se come. Y también supone un modelo de libertad, la DM supone el poder elegir, como “el tapeo”.

Por último también en sostenibilidad la DM gana. Si comparamos el coste en cuanto a consumo de energía o de agua de la DM respecto a otros patrones de dieta más occidentalizados, en éstos el consumo de energía y agua es mayor. Por tanto, la DM al ser más sostenible va a producir más felicidad en las generaciones futuras.

La distinta suerte de los alimentos

Los alimentos que han tenido más suerte son el aceite de oliva, las nueces, el vino… que incluso les declaramos el carácter de alimentos funcionales. En cambio otros, que son igual de importantes, como legumbres, pan o cereales son los grandes olvidados.

DM y depresión

Hay estudios muy bien diseñados que están probando las propiedades de la DM. Desde el punto de vista que nos ocupa, cuando hablamos de depresión, se ha demostrado recientemente en un estudio en Navarra con más de 10.000 voluntarios que en los individuos que tenían una adherencia mayor al modelo de DM el riesgo de padecer depresión era un 40% menor que aquellos que están más alejados de este modelo.

Lamentablemente nos alejamos del patrón de dieta mediterránea, contrariamente a los países nórdicos que copian nuestros hábitos.

Distribución del consumo de los distintos grupos de alimentos

Los datos elaborados con el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (y que han sido presentados recientemente), citan que el consumo de pescado es un valor en alza; también consumimos una buena proporción de verduras, hortalizas y frutas; en cambio el consumo de legumbres es demasiado bajo; el de azúcares y dulces es moderado comparado con otros países (todo esto es en población adulta); el consumo de carnes y productos cárnicos debería moderarse; y va disminuyendo el consumo de bebidas alcohólicas (que ha cambiado, más cerveza y menos vino).

Respecto a uno de los índices de calidad de la dieta, como es el perfil calórico (de dónde obtenemos las calorías), en los años 60 las recomendaciones eran cumplidas por nuestro padres o abuelos, pero ahora nos hemos ido alejando, de forma que los lípidos y los hidratos de carbono prácticamente están en el mismo nivel cuando deberían ser mucho mayores los porcentajes de hidratos de carbono y menos de lípidos.

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