Regálate Salud
Llega el nuevo año y con él, los nuevos propósitos. Entre nuestros proyectos, debemos incluir hábitos saludables que se consiguen por medio de una buena planificación, una alimentación equilibrada, la práctica de ejercicio físico regular y el mantenimiento del bienestar emocional.
Existen una serie de consejos que nos pueden ayudar a volver a una rutina ordenada con la que comenzar este nuevo año lleno de buenas intenciones.
Evita remordimientos
Durante las fiestas navideñas, resulta muy complicado no caer en los excesos, pero lo que sí podemos evitar es contrarrestar de manera exagerada estos descuidos hasta el punto de adoptar prácticas alimentarias desequilibradas y poco recomendables. La dieta se debe ir adaptando de manera progresiva, gradual y planificada, realizando 5 comidas al día junto con almuerzos y meriendas en forma de fruta, bocadillos, zumos naturales y lácteos.
Planifica tu compra
Es recomendable programar las comidas de la semana con antelación, teniendo en cuenta que se pueden aprovechar alimentos que hayan sobrado tras las fiestas navideñas e incluirlos en multitud de preparaciones. Esto nos ayudará a obviar alimentos innecesarios que, a menudo, se añaden a la cesta de la compra y lo único que aportan es un exceso de calorías y grasas poco saludables. Realiza una compra responsable y sostenible incluyendo verduras y frutas de temporada.
Equilibra la balanza
Probablemente, las comidas copiosas características de la Navidad no hayan sido del todo equilibradas, ya que en estas suelen predominar los platos principales contundentes acompañados de una amplia oferta de entrantes de todo tipo, a los cuales es complicado resistirse. Por ello, es necesario recuperar este equilibrio e incorporar de nuevo a tu dieta todos los grupos de alimentos, es decir: legumbres, vegetales, cereales preferentemente integrales y proteínas magras de origen tanto animal como vegetal, en las cantidades recomendadas para cada uno de ellos. Sin olvidarnos del agua mineral como la mejor opción con la que acompañar las comidas.
Alterna entre las distintas fuentes de proteínas
Ante la gran variedad de proteínas de las que disponemos, las recomendaciones aconsejan el consumo diario de 1 a 3 raciones de proteínas magras alternando entre las distintas fuentes de origen animal y vegetal. Entre las de origen animal se encuentran la carne de aves sin piel, el conejo o el lomo y solomillo de cerdo, el pescado, los huevos (sobre todo la clara) y los productos lácteos menos grasos, mientras que algunos ejemplos de fuentes de proteína vegetal son las legumbres o los frutos secos.
En el caso de las fuentes de proteína más grasas, como algunos derivados cárnicos y lácteos como los quesos grasos, su consumo recomendado es ocasional o moderado, es decir, de 1 a 2 veces por semana.
Desayuna como un rey
Esta comida va a contribuir a nuestro rendimiento tanto físico y mental a lo largo de todo el día. Por ello, un desayuno ha de ser completo y equilibrado, es decir, que incluya un lácteo en forma de leche o yogur, una pieza de fruta, algún cereal, como por ejemplo avena o tostadas de pan integral, a las que se le puede añadir derivado cárnico como pavo, jamón cocido y también un toque vegetal con unas rodajas de tomate natural o unos brotes verdes acompañados de unas gotas de aceite de oliva virgen extra.
De esta forma, se proporciona la energía y nutrientes necesarios para empezar el día y, junto con el almuerzo de media mañana, regular el hambre hasta la comida principal.
Vuelta al ejercicio
Es conveniente retomar la rutina de ejercicio de forma gradual para favorecer la pérdida del exceso de peso ganado en navidades y recuperar la forma física. Además, con el ejercicio se liberan endorfinas que, a nivel mental, favorecen la sensación de bienestar. Dedicar tiempo a uno mismo a través de la actividad física repercute de manera muy positiva en el bienestar personal, tanto física como mentalmente.
¡Incorpora estos pequeños consejos a tu día a día para conseguir un comienzo de año activo y positivo!