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Ejercicio físico para prevenir y tratar patologías

Según la OMS, hasta en 14 patologías se debería prescribir ejercicio físico en combinación con la terapia farmacológica. Entre ellas están las enfermedades metabólicas, las cardiovasculares, la bronquitis crónica, la claudicación intermitente, la artrosis o la depresión. Además del efecto sobre la salud física, el ejercicio mejora la función cognitiva por lo que también es altamente recomendable en la población mayor.

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Preocupación y percepción por el peso y la imagen corporal: ¿realidad o fantasía?

Recogemos la ponencia de Dña. Rosa María Ortega Anta en el marco de la Jornada Verdades y mentiras sobre las dietas de adelgazamiento, organizada por la Cátedra Tomás Pascual Sanz – Universidad San Pablo CEU.

Acceda a la transcripción de la ponencia

El estrés laboral se relaciona con un aumento de grasas en la sangre

Desde hace años, los expertos sostienen que el estrés emocional se asocia con el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares debido, entre otros factores, a hábitos poco saludables, como fumar, comer de forma inadecuada o llevar una vida sedentaria.

Ahora, un estudio realizado por la Sociedad de Prevención de Ibermutuamur, en colaboración con expertos del Hospital Virgen de la Victoria de Málaga y la Universidad de Santiago de Compostela, analiza la asociación entre el estrés laboral y diferentes parámetros relacionados con el metabolismo de los ácidos grasos en el organismo.

El trabajo, recientemente publicado en el Scandinavian Journal of Public Health, se llevó a cabo en una muestra de más de 90.000 empleados que acudieron a realizarse un reconocimiento médico.

“Los trabajadores que declararon haber experimentado dificultades para hacer frente a su trabajo durante los últimos doce meses (un 8,7 % de la muestra) contaron con un mayor riesgo de padecer dislipidemia”, señala a SINC Carlos Catalina, psicólogo clínico experto en estrés laboral.

Las dislipemias son trastornos del metabolismo de las lipoproteínas, que pueden manifestarse por una elevación del colesterol total, de las lipoproteínas de baja densidad (LDL) y de las concentraciones de triglicéridos, así como por una disminución de las lipoproteínas de alta densidad (HDL).

Cambios en el perfil lipídico

Concretamente, en el estudio realizado los trabajadores con estrés laboral presentaron mayor probabilidad de sufrir niveles anormalmente altos de colesterol LDL (el llamado colesterol “malo”), niveles excesivamente bajos de colesterol HDL (colesterol “bueno”) e índices de aterogenicidad positivos, es decir, un potencial de obstrucción de las arterias.

“Uno de los mecanismos que podrían explicar la relación entre el estrés y el riesgo cardiovascular podrían ser los cambios en nuestro perfil lipídico, lo que supondría una mayor acumulación de placa ateroma (depósito de lípidos) en nuestras arterias”, concluye Catalina.

Confirmada en ratas la relación entre el estrés prenatal y la obesidad

El entorno intrauterino desempeña un importante papel en la salud de la descendencia. Ahora, expertos de la Universidad de Navarra afirman que el estrés de la madre -debido a causas socioeconómicas o psicosociales- se asocia con el desarrollo de patologías relacionadas con la obesidad.

“La creciente prevalencia de la obesidad no puede ser atribuible únicamente a factores genéticos o a una mala nutrición, sino también al estilo de vida y a factores ambientales adversos”, explica a SINC Javier Campión, investigador principal del nuevo estudio. “Dichos factores ambientales podrían impactar sobre los mecanismos epigenéticos, responsables del control de los genes más allá del código genético”.

Para los autores, el ritmo acelerado que caracteriza a la sociedad produce una elevación de la tasa de estrés en la población y este aumento, paralelo a las tasas de obesidad, hace necesario el análisis de la interacción entre estos dos factores, que no sólo afectan a la edad adulta.

El objetivo del trabajo, publicado en la revista Stress, fue determinar en ratas adultas el efecto de un estrés crónico moderado durante la última semana del desarrollo embrionario en los cambios fenotípicos, bioquímicos y hormonales.

Así, los investigadores estudiaron dos grupos de ratas, con y sin estrés, y examinaron en su descendencia las alteraciones de la expresión de genes relacionados con la obesidad y el metabolismo de los glucocorticoides en el tejido adiposo blanco.

“La conclusión general que obtuvimos fue que una situación adversa durante el desarrollo intrauterino podría llevar a que los animales debido a la ingesta de una dieta hipercalórica tuviesen un mayor aumento de grasa corporal y alteraciones bioquímicas, hormonales y genéticas”, subraya Campión.

Además, los autores insisten en que estos cambios en la edad adulta inducidos por la ingesta de una dieta rica en grasa y azúcares provocan obesidad y otros trastornos asociados, como resistencia insulínica -cuyo resultado es el desarrollo de diabetes tipo 2-.

Embarazos en el siglo XXI

“Hoy en día muchas mujeres siguen con su vida frenética durante el embarazo hasta casi dar a luz, sin percatarse del estrés que puede estar sufriendo”, apunta el investigador.

Los expertos alegan que el estrés -que durante la vida normal de una mujer puede que no le afecte a la salud- podría estar alterando el desarrollo del bebé y predisponiendo al desarrollo de patologías en la edad adulta, debido posiblemente a modificaciones epigenéticas. Los problemas relacionados con la obesidad son responsables cada año de más de 2,8 millones de muertes en todo el mundo.

“Una vida saludable durante el embarazo no consiste únicamente en una buena alimentación, en un buen aporte de vitaminas y minerales, sino también en tener una vida tranquila, sin estrés”, concluye Campión.

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Alimentar emociones favoreciendo la chispa interior

El rendimiento de los niños depende mucho de que hayan desayunado bien o no, y también si han dormido bien o no. De la misma forma hemos visto en la clínica muchos casos, sobre todo de crisis depresivas, en las que nos damos cuenta que la alimentación suele ser muy determinante. Cuando preguntábamos si en los últimos meses el paciente había hecho algún tipo de dieta en un porcentaje altísimo nos encontrábamos que así era. Empezamos a ver esa correlación y nos dimos cuenta que los alimentos influyen mucho, para bien y para mal. No podemos pensar que tomando café y unos bollos podemos estar bien.

Me gustaría empezar diciendo que sin felicidad no hay motivación, sin felicidad hay pocos recursos para superar las dificultades que tenemos hoy en día. Sin motivación no comeremos bien, no estaremos bien con las personas que están a nuestro alrededor, no nos querremos lo suficiente.

La satisfacción vital es una especie de equilibro entre la emociones positivas y negativas. En muchas empresas hay una gerencia de la motivación porque se han dado cuenta que cuanto más feliz es la gente, mejor ambiente laboral, mejor trabajan y mejor se encuentran. Y los psicólogos hemos visto como efectivamente la motivación influye a nivel de organización en que la productividad es más alta cuando los trabajadores están motivados, que la tasa de absentismo es más baja y que la retención del talento es mayor. Asimismo en la persona vemos que los ingresos suben a mayor motivación, el éxito y el desarrollo son más altos y es mayor la proyección de su carrera.

Desarrollo de la inteligencia emocional

¿Cómo desarrollamos la inteligencia emocional sabiendo que es una forma fundamental para desarrollar nuestras emociones? La inteligencia emocional es conocernos en profundidad, conocer cómo son las personas que nos rodean, cómo podemos relacionarnos con ellas, cómo saber, por ejemplo, cuándo hay que desactivar tensiones, cuándo hay que llegar a acuerdos, desarrollar al máximo nuestra creatividad, nuestro buen ánimo y esa capacidad de liderazgo que todos tenemos y no sentirnos mal en situaciones de mucha presión, ir por delante de los acontecimientos, tener claro que el objetivo final de nuestra vida, y el que debe mover siempre nuestros impulsos y acciones, es la felicidad.

Pero esa inteligencia emocional obedece a unos principios básicos. Lo más importante es que sepamos conocernos y autocontrolar las emociones negativas, que sepamos comunicar, que seamos proactivos y que alcancemos los objetivos que realmente queremos, pero siempre bajo unos principios éticos. Sino no estaríamos practicando la inteligencia emocional, sino la manipulación (que muchos lo confunden).

En la inteligencia emocional sana sabemos que nuestras emociones y nuestro rendimiento están muy condicionados por nuestros alimentos.

La importancia de un buen desayuno

Un buen desayuno está compuesto por lácteos (leche y queso); cereales, de bajo índice glucémico (pan integral, avena); la fruta natural; y también jamón cocido. Son básicamente alimentos con proteína animal que producían una mejora (según Mahoney y colaboradores) de la creatividad, resistencia física, capacidad matemática, en la memoria a corto plazo y en el estado de ánimo. Y por el contrario cuando no se cumple, los niños se encuentran peor, más débiles, y sobre todo con peor ánimo. Y la resistencia es infinitamente menor.

En un estudio alemán se compararon los niños con este tipo de alimentación y niños con un desayuno más flojo y se dieron cuenta que los primeros tenían mejor actitud, rendimiento y mejor ánimo. Y muy recientemente se ha demostrado que esa buena alimentación en el desayuno aumenta el cociente intelectual, que es muy poco entrenable. Los que desayunan adecuadamente como media tienen 114,9 y en cambio las personas que tienen el mismo potencial intelectual pero que desayunan peor tienen cuatro puntos menos de CI: 110,6 .

En otros estudios hemos visto cómo influye en los síntomas depresivos. En las personas que están bien alimentados (la alimentación mediterránea es la mejor) el porcentaje de personas con depresión es bajo, un 8,8 frente 16,5 en las personas que están deficientemente alimentadas. Si miramos los síntomas relacionados con el suicidio, en las personas que están suficientemente alimentadas los pensamientos relacionados con la muerte, deseos de morir, ideación suicida o intentos de suicidio, baja a un 37,3% mientras que es el doble en las personas insuficientemente alimentadas.

Alimentación y estados depresivos

En España la prevalencia de la depresión es de un 4% y la media del consumo de pescado es de 28 Kilos. El consumo de pescado y todos sus ácidos buenos (que se pueden tomar como suplementos) nos indica que países como Japón, donde el consumo de pescado es altísimo, el índice de depresiones mayores es muy bajo.

Las personas que quieren hacer dietas (y la mayoría de los adultos han hecho dieta alguna vez en su vida) tienen que ingerir menos calorías de las que gastamos. Las dietas que son bajas en hidratos de carbono, al principio producen un mejor estado de ánimo pero inmediatamente el estado de ánimo empieza a bajar y llega un momento en que es igual al principio. Es decir las dietas bajas en hidratos de carbono tienen un efecto que con el tiempo se va difuminando. Sin embargo las dietas bajas en grasa al principio ocurre lo mismo, hay un pequeño repunte y después vuelven a bajar, es decir, volvemos a tener mejor estado de ánimo. Por lo tanto hay que hacer dieta baja en grasas pero no baja en hidratos de carbono.

La alimentación equilibrada de todos los componentes básicos produce mejoras en pacientes deprimidos y en bipolares. También facilita el afrontamiento de situaciones de estrés en personas especialmente vulnerables, reduce la hostilidad y la agresividad. Y la alimentación equilibrada también mejora el estado de ánimo de las personas sanas.

¿Qué ocurre cuando tenemos un estado de ánimo bajo, cuando estamos débiles emocionalmente? Tendemos a seleccionar una serie de alimentos que son muy negativos, son altos en grasas, y altos en azúcares, que en ese momento liberan una serie de endorfinas, incrementan un poco la serotonina, y tenemos la sensación de que nos sentimos mejor porque hay una reducción inicial del malestar. Pero inmediatamente después volvemos a sentirnos peor, la serotonina baja, hay una sensación de baja energía y volvemos al estado de ánimo bajo, y de nuevo volvemos a alimentarnos mal. Debemos dejar esa rueda.

Cuando estemos mal lo primero que tenemos que pensar es que hay muchas cosas en la vida por las que tenemos que estar bien; segundo, podemos comer bien; tercero, que hay personas que nos van a ayudar; cuarto, que cuando estemos fatal tenemos a los psicólogos que nos pueden ayudar; y por último debemos dormir y hacer ejercicio.

Hay que dividir las comidas del día en cinco o seis, disfrutar del proceso, de la compañía, beber suficiente líquido, tomar hidratos de carbono especialmente de bajo índice glucémico como la pasta y el arroz integral, y asegurarse de que se toman suficientes minerales (hierro, magnesio, selenio) y vitaminas (especialmente la vitamina B) y ácidos grasos omega 3. Si además comemos en compañía y buen humor nos vamos a sentir mucho mejor.

Desde el punto de vista psicológico podemos tener una buena o mala actitud ante la vida. Hemos de ser conscientes de que eso depende de nosotros (y además no cuesta dinero). La ilusión va a ser siempre nuestro principal baluarte, el mejor recurso, y nuestro mejor aliado ante las adversidades. La felicidad existe, no hay que comprarla, pero sí que hay que saber conquistarla. Somos los autores de nuestra felicidad (los niños lo entienden muy bien, en cambio a los adultos les cuesta asimilarlo). La actitud con la que vivamos nuestras vidas va a determinar nuestro éxito o nuestro fracaso.

Quién controla sus pensamientos controla su vida

Hay gente que piensa que es imposible sentirse bien cuando las circunstancias que nos rodean son difíciles. En realidad las circunstancias condicionan mucho a algunas personas, menos a otras, e incluso a algunas les sirve de estímulo. Ésta es la gran diferencia.

No es verdad que el hombre es él y sus circunstancias. Que nos encontremos bien nos puede ayudar pero básicamente depende de nosotros, porque lo importante es como interpretamos la vida. Y os pediría que cuando os encontréis mal intentéis cazar como al vuelo lo que estáis pensando. La mayoría de las veces estamos teniendo pensamientos muy negativos que en muchas ocasiones además no son realistas pero que saltan automáticamente. Y esos pensamientos son los que realmente nos hacen sentirnos tan mal. Sentimos en función de lo que pensamos, no de lo que está pasando.

Hay países que están mucho peor que nosotros, en condiciones infrahumanas y sin embargo son más felices. La felicidad depende de nosotros y de que empecemos a interpretar bien lo que ocurre en nuestra vida. Siempre podemos ver las cosas de una manera o de otra. Y al final cuando alguien tenga duda puede probar con el diálogo socrático. Por ejemplo, en la afirmación “para sentirme bien tengo que matar a mi jefe”, lo que dice Sócrates es: ¿qué pruebas tienes de que esa es la mejor solución?; ¿qué ley lo dice?; ¿no hay otras posibilidades?; ¿qué gano pensando de esa manera? (la respuesta es sentirnos fatal); ¿qué ganaría pensando de otra forma?; y en cualquier caso ¿qué es lo peor que podría suceder?

Autocontrol

Primero es importante que nos conozcamos y luego que sepamos qué queremos controlar para ser las personas que queremos ser. Al final la diferencia entre una persona que triunfa en la vida y otra que fracasa no es tanto su potencial intelectual sino la capacidad que tiene para controlar sus emociones y para influir en las emociones de las personas que nos rodean. Y eso es algo que también podemos conseguir.

El cerebro obedece nuestras órdenes, alimenta los pensamientos positivos y racionales, y destierra aquellos que nos producen desesperanza.

Pero las personas que no saben controlar sus pensamientos lo que hacen es que conviven siempre con sufrimiento. El 95% de las veces que sufrimos lo hacemos innecesariamente. Cuando la persona ya está bien y los psicólogos le preguntamos si estaba justificado su sufrimiento sólo en casos de pérdida de ser querido o de tragedias importantes nos dicen que estaba justificado. Sin embargo la mayoría de las veces sufrimos por cosas que no merecen tal sufrimiento. Y esto podemos evitarlo aunque la mayoría de las veces no sabemos cómo hacerlo.

La queja sólo nos va a llevar a la desolación, no debemos alimentar la queja y los rumores porque nos contaminan. Ser dueños de nuestra vida al final significa ser dueños de nuestras emociones, y esto no lo debemos dejar en manos de los demás, por mucho que los demás nos quieran. A veces lo importante no es tanto lo que pasa, la mayoría de las veces las emociones que alimentamos son negativas porque interpretamos mal, y aquí es donde podemos tener mucha dificultades. Lo importante no es lo que está pasando sino lo que cada uno ve. Ante la misma situación unos se lo toman con humor, otros con miedo, y otros con autocontrol emocional. Funcionamos mucho por estereotipos y éste es uno de los problemas fundamentales.

Sentido del humor

En las situaciones complicadas el humor siempre va a ser nuestro principal aliado. Pero siempre con empática, poniéndonos en el lugar del otro. El humor enamora, impacta, entusiasma, ilusiona y siempre nos reporta alegría y felicidad.

La espontaneidad y la creatividad también son claves y la mayoría de veces el humor derriba las principales barreras.

Asertividad

Contra la adversidad se necesita inteligencia emocional y asertividad (capacidad para autoafirmarnos). La inteligencia emocional nos ayuda a saber lo que necesitamos cambiar y nos proporciona los medios para que lo podamos hacer. La asertividad es, básicamente, decir las cosas que queremos decir de la forma adecuada, en el momento oportuno y con la habilidad de que el otro, lejos de molestarse, se sienta cercano pero sin ningún tipo de manipulación. Lo peor es la gente que no se atreve a explicar lo que siente y que no sabe decir que no. Y éstas son personas manipulables y de adulto al darse cuenta de que les manipulan se sienten muy mal. Debemos sugerir y argumentar pero sin imponer. No debemos pensar que sólo nosotros tenemos razón. Para que la comunicación vaya bien lo primero es sentirse escuchado porque así la persona se siente comprendida.

Trabajemos nuestra inteligencia emocional para que no se haga más pequeña que la que tienen nuestros hijos. Cualquier obstáculo en la vida hay que intentarlo tomar como una oportunidad, una de las peores cosas es el miedo. El miedo no alimenta nuestras emociones positivas sino que nos debilita, nos llenan de inseguridad y nos paraliza. Hay que sobreponerse ante la adversidad, luchar por superar nuestras dificultades y el miedo sólo se combate haciendo las cosas que mantienen ese miedo.

Mantenernos activos

Nos tenemos que mantener activos y asegurarnos de incorporar actividades saludables a nuestra vida con ejercicios como ser positivos, objetivos, aprender a querernos a nosotros mismos, asumir los problemas, no exigirse al máximo, ponerse metas alcanzables, no tener miedo al fracaso, aceptarse físicamente, no dejar las cosas para mañana y dar importancia a las pequeñas cosas de la vida.

Se hizo un estudio para ver las diferencias entre tres grupos de personas, unas que se fijaban en aspectos positivos, otras que les daba lo mismo, y otras en lo negativo ¿y quién se sintió mas feliz? Hay que buscar apoyos, aprovechar las oportunidades, vivir el presente, no compararnos con los demás, desarrollar el sentido del humor, controlar los sentimientos malos (los buenos disfrutarlos), planear actividades (se ha visto que la felicidad no es comprar cosas, pero si a veces comprar situaciones, por ejemplo un viaje), hacer ejercicio físico y tener esperanza.

El valor del autorrefuerzo

El hecho de premiarnos influye directamente en nuestro estado emocional. Y a los niños hay que apoyarles cuando algo les ha salido mal porque es cuando más lo necesitan. El mejor elemento de motivación es la motivación interna.

Alimentemos nuestras emociones, actuemos con sensibilidad e inteligencia emocional. Lo importante, en realidad, no es lo que piensen los demás sino lo que pensamos nosotros de nosotros mismos. Por lo tanto, el verdadero hombre inteligente es el que aparenta ser tonto delante de un tonto que aparenta ser inteligente.

Conclusiones

Sólo el que sabe observar como un niño responderá con la generosidad de un adulto.

Ya nos decía Pitágoras: “Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres”.

Y la reflexión final sería: no ganas cuando impones, avanzas cuando convences, y conquistas cuando eres capaz de motivar.

La principal motivación es interna pero para eso necesitamos un buen equilibrio entre lo que hacemos y lo que decimos.

Si queremos que nuestro cerebro responda bien alimentémosle bien, despertémonos por las mañana con buen ánimo, estemos siempre dispuestos a generar buen humor, cuidémonos a nosotros mismos, hagamos mucho ejercicio, intentemos ponernos mentalmente pequeñas metas que podamos alcanzar y no le demos órdenes cruzadas, porque entonces se vuelve loco.

alimentación y felicidad

Cómo influye la alimentación en la felicidad

 

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Tenemos una capacidad no explotada completamente de regular nuestras emociones. Podemos elegir -hasta cierto punto- qué emociones tener, gestionarlas para que se parezcan a lo que queremos estar experimentando, y así lograr la felicidad.

Los componentes de la felicidad

La felicidad entendida como un todo es difícil de conseguir, pero si la separamos en distintos componentes más pequeños nos va a costar menos conseguirla. Y los competentes podrían ser: energía, las ganas de hacer cosas, que tiene que ve con el optimismo y es una experiencia muy física, nos sentimos con fuerzas; en segundo lugar el estado de ánimo (quizás esto es lo que más tenemos identificado con la felicidad), es la vivencia emocional de encontrarnos bien; y en tercer lugar la satisfacción, que sería la valoración que hacemos en un periodo largo de nuestra vida en la que nos paramos a pensar si nos gusta lo que hemos vivido hasta ahora.

La relación entre estos tres aspectos va a amplificar mucho o va a permitir entender cómo actuar sobre nuestra felicidad. Sobre la satisfacción el efecto de la alimentación lo ejercemos a través de nuestra capacidad para conseguir cosas. Sentirnos satisfechos es valorar que hemos sido capaces de hacer lo que nos propusimos, de que hemos alcanzado metas o retos con nuestro esfuerzo, y para eso tenemos que tener nuestra cabeza ágil y con la capacidad de resolver problemas de una manera rápida y eficaz.

¿Cuáles serían las claves de esta forma de alimentarnos para potenciar cada uno de estos componentes?

Energía

¿Qué es lo que nos suele subir la energía? El azúcar, las cosas dulces. Su efecto es inmediato pero probablemente al cabo de 30-45 minutos desciende. Por lo tanto para sentirnos bien en un momento puntual es una buena idea ingerir hidratos de carbono. Pero si queremos estabilidad y que la emoción no varíe necesitamos otro tipo de alimentos: los cereales, como pasta y arroces integrales. La relación que hay entre el estado de ánimo y el consumo de hidratos de carbono está mediada por la serotonina.

Asimismo, la mejor fuente para aportar energía de manera duradera son las proteínas, de hecho cuando nos pasamos de proteínas pasamos de estar enérgicos a estar tensos, e incluso hostiles. En los estudios realizados se ha visto que con una proporción elevada de proteínas en el desayuno la sensación de energía es mayor, más duradera y más controlada.

Satisfacción

La satisfacción también tiene que ver con la ingesta de proteínas. A nivel intelectual uno de los resultados más llamativos es que la ratio de proteínas cuando está un poco más alta permite que los efectos de aprendizaje duren más. Estar cargados de azúcar nos hace estar más alerta y podemos procesar la información más rápido pero el aprendizaje es más eficaz cuando balanceamos bien el consumo de proteínas.

Estado de ánimo

Y por último la gran clave de la alimentación y las emociones, y el rendimiento son los ácidos grasos. Por un lado mejoran el estado de ánimo, hacen que haya más serotonina disponible y que hagamos mejor uso de ella. Y por otra parte también afecta al rendimiento sobre dos procesos críticos, que tienen que ver con la capacidad de nuestro sistema nervioso para ser plástico, para adaptarse y aprender más; y para oxidarse menos, para envejecer intelectualmente un poco más despacio.

Eso es sin duda la clave de la alimentación. Y no siempre lo respetamos. Muchas veces nos saltamos el desayuno. No es sano hacer pocas comidas de grandes ingestas, no es sano a nivel emocional ni a nivel de rendimiento intelectual. Después de un periodo largo sin comer darnos una dosis alta de comida nos induce rápidamente en un periodo de bajón, de hecho en la literatura científica se llama “bajón post-almuerzo” y va de media hora hasta 3 horas donde podemos estar en una especie de aletargamiento intelectual que puede tener un coste alto en el mundo laboral, por ejemplo.

Por lo tanto hay que distribuir más y mejor la cantidad de comida que ingerimos en diferentes tomas, dejando que no pasen más de tres horas o tres y media entre una comida y otra.

El desayuno es clave

El desayuno es clave y debería de contener el 20% o más de las calorías que necesitamos para el resto del día. Y esto deberíamos hacerlo con todas las comidas, trocearlas en unidades entorno al 20%, de forma que estaremos mucho más activos y mejor a nivel emocional durante todo el día.

También es importante enseñarle esto a los niños. La capacidad de contagiar las emociones es muy alta y la capacidad de servir de modelos a gente que nos observa también.

 

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Los jóvenes ante los riesgos y las oportunidades de internet, a debate en el Instituto Tomás Pascual

Adolescencia y nuevas tecnologías forman hoy un binomio indisoluble. Si interrelación es un tema candente que preocupa desde las autoridades en general, hasta a los padres de familia de manera particular. Aquella pregunta de inquietud melodramática de los años 50 y 60 de “¿Con quién andan nuestros hijos?” podría hoy sustituirse por “¿Con quién navegan nuestros hijos?”

Internet, donde todas las nuevas tecnologías convergen, es la palabra clave. Detrás de ella se esconden riesgos y oportunidades. El balance correcto entre el peligro y los aciertos, el auténtico equilibro, sólo parece derivar de un uso razonable. Definirlo es objetivo principal de esta jornada del Instituto Tomás Pascual.

Tras una conferencia inaugural titulada La adolescencia; etapa de cambios, etapa de riesgos y de oportunidades, dos mesas redondas cuentan con personalidades del mundo de la psiquiatría, para abordar los siguientes epígrafes: Menores y situaciones de riesgo en el empleo de las tecnologías de la comunicación e información (TIC); Brecha digital: hábitos y peligros de las nuevas tecnologías y las redes sociales; Drogas e internet: situación actual; La sensatez frente a las pantallas; Coaching para adolescentes, fortalecer el desarrollo; y Navegación ¿segura?.

Con los mejores especialistas nacionales de la psicología y las TIC, el objetivo de la jornada Adolescencia, conducta y nuevas tecnologías: riesgos y oportunidades es crear las bases de un debate que dote de información rigurosa, veraz y actualizada a todas las personas interesadas.

Para descargar el programa de la jornada pinche aquí

Instituto Tomás Pascual Sanz para la Nutrición y la Salud

Dependiente de la Fundación Tomás Pascual y Pilar Gómez-Cuétara, el Instituto Tomás Pascual Sanz es una entidad sin ánimo de lucro que tiene el mandato de generar y difundir actividades de divulgación, estudio y análisis en los campos de la alimentación, la nutrición, la salud y los hábitos correctos de vida.

El Instituto transmite a la sociedad los valores de una vida saludable, difunde los adelantos tecnológicos relacionados con las ciencias de la salud y promueve el intercambio de información, generando nuevas posibilidades entre los colectivos relevantes y comprometiéndose al máximo con la sociedad científica moderna. El Instituto Tomás Pascual Sanz edita el contenido de estudios y ponencias en una numerosa biblioteca que responde a la creciente demanda sobre temas tan importantes como la nutrición, la seguridad alimentaria o la actividad física.

www.institutotomaspascual.es

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Dieta Mediterránea: Un modelo de felicidad y salud

 

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Como en otras facetas de la vida, en Nutrición hay dos mundos opuestos. Para un número creciente de personas la felicidad viene reflejada por la disminución de consumo de varios componentes de nuestra dieta, porque el gran problema de la Nutrición en España es el sobrepeso y la obesidad. La felicidad cuando hemos alcanzado la mayor disponibilidad de alimentos en la historia viene dada por disminuir la ingesta de algunos nutrientes que nos llevan a este problema.

Por el contrario, lo que todavía es mayoritario, es que la felicitad y la salud va a venir dada por alcanzar unos mínimos que permitan tener un estado de nutrición y salud, y de calidad de vida y felicidad.

¿Cuántas comidas haremos a lo largo de nuestras vidas? Las mujeres más de 90.000, considerando tres comidas al día, y los hombres unas 82.000 (porque ellos viven una media de 7 años menos). Y la pregunta es ¿cuántas comidas son de felicidad? Cuantas más veces hayan sido compartidas más felices seremos y nutricionalmente más saludables.

La Dieta Mediterránea (DM) está de moda. Si buscamos en google DM en inglés (septiembre 2012) hay seis millones de entradas y en el término en español hay un millón y medio de entradas.

Modelo de DM

El modelo de DM es una confluencia de culturas, hábitos alimentarios y estilos de vida, que tradicionalmente ha abarcado los países ribereños de la cuenca mediterránea.

Es una dieta simple y éste es uno de los principales problemas, ya que cuando la población de un país mejora en calidad de vida y condiciones económicas se toman más alimentos ricos en proteínas de origen animal que van acompañados de grasa saturada, azúcares, etc.

Se trata de una dieta sencilla y variada. Desde el punto de vista de evidencia científica de los beneficios de la DM el recorrido es largo, estamos hablando de los años 50 cuando los anglosajones nos describieron los beneficios (el grupo del profesor Keys y colaboradores a partir del “Estudio de los siete países”). Ya en 1959 el profesor Keys daba estas recomendaciones:

-Mantener el peso adecuado.

-Reducir el consumo de grasa saturada.

-Usar preferentemente aceites vegetales y mantener el aporte calórico de las grasas por debajo del 30%.

-Consumir verduras, frutas, y lácteos.

-No abusar de la sal ni del azúcar refinado.

-Realizar regularmente ejercicio físico.

-Evitar el tabaco, alcohol y excitantes.

-Visitar al médico con regularidad y evitar preocuparse en exceso.

El mensaje hoy sigue siendo el mismo. La única diferencia es que lo que se escribía en los años 60 estaba muy cercano a la calle, es decir, podían ser seguidas por la mayor parte de la población. Sin embargo, ahora nos encontramos un distanciamiento entre las recomendaciones y la realidad.

Hábitos alimentarios característicos de la DM

Son los siguientes:

-Aceite de oliva como principal grasa culinaria.

-Abundancia de alimentos vegetales.

-Consumo frecuente de pescado.

– Ingesta regular y moderada de vino en las comidas.

– Consumo moderado de carnes rojas y productos elaborados que los contienen.

– Uso frecuente de especias y condimentos.

-Y, un estilo de vida: socialización durante las comidas, la siesta y la práctica regular de actividad física.

No sólo es importante lo que se come, sino cómo se come, cómo se comparte. Éste es el gran principio de la DM en cuanto a estilo de vida. Actualmente no socializamos, no compartimos, los datos son alarmantes. En una ciudad como Madrid se realizan menos de 1,5 comidas compartidas en familia a la semana por la gente joven. Pero además hemos cambiado la mesa del comedor o la cocina por el sofá o la habitación, y no es infrecuente comer en la oficina, el parque o la calle.

Dieta antidieta

A la DM yo la denominaría la dieta antidieta, soluciona lo que muchas veces buscamos en otro tipo de dietas, soluciona los sacrificios porque permite comer de todo (no excluye nada) con mayor o menor frecuencia. También evita la monotonía porque el gran binomio de la DM ha sido salud y placer. Comemos por salud y por placer (o felicidad).

Otra clave de la DM es la frugalidad, hay que ser restrictivo, y algo fundamental hay que conocer los alimentos y saber cómo deben cocinarse, es decir, tener habilidades culinarias. Los jóvenes cada vez cocinan menos, paradójicamente nunca antes se ha hablado tanto de cocina.

La DM, nuestro gran mensaje nutricional

El último modelo de pirámide mediterránea (una vez que se declaró patrimonio de la humanidad por la Unesco) incluye en la base la socialización, comer juntos alrededor de la mesa.

También se puede ser feliz con otros patrones de alimentación pero no son tan saludables. En cambio con la DM se puede ser feliz y seguro que se adquiere salud.

No es importante sólo lo que se come, sino cómo se come. Y también supone un modelo de libertad, la DM supone el poder elegir, como “el tapeo”.

Por último también en sostenibilidad la DM gana. Si comparamos el coste en cuanto a consumo de energía o de agua de la DM respecto a otros patrones de dieta más occidentalizados, en éstos el consumo de energía y agua es mayor. Por tanto, la DM al ser más sostenible va a producir más felicidad en las generaciones futuras.

La distinta suerte de los alimentos

Los alimentos que han tenido más suerte son el aceite de oliva, las nueces, el vino… que incluso les declaramos el carácter de alimentos funcionales. En cambio otros, que son igual de importantes, como legumbres, pan o cereales son los grandes olvidados.

DM y depresión

Hay estudios muy bien diseñados que están probando las propiedades de la DM. Desde el punto de vista que nos ocupa, cuando hablamos de depresión, se ha demostrado recientemente en un estudio en Navarra con más de 10.000 voluntarios que en los individuos que tenían una adherencia mayor al modelo de DM el riesgo de padecer depresión era un 40% menor que aquellos que están más alejados de este modelo.

Lamentablemente nos alejamos del patrón de dieta mediterránea, contrariamente a los países nórdicos que copian nuestros hábitos.

Distribución del consumo de los distintos grupos de alimentos

Los datos elaborados con el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (y que han sido presentados recientemente), citan que el consumo de pescado es un valor en alza; también consumimos una buena proporción de verduras, hortalizas y frutas; en cambio el consumo de legumbres es demasiado bajo; el de azúcares y dulces es moderado comparado con otros países (todo esto es en población adulta); el consumo de carnes y productos cárnicos debería moderarse; y va disminuyendo el consumo de bebidas alcohólicas (que ha cambiado, más cerveza y menos vino).

Respecto a uno de los índices de calidad de la dieta, como es el perfil calórico (de dónde obtenemos las calorías), en los años 60 las recomendaciones eran cumplidas por nuestro padres o abuelos, pero ahora nos hemos ido alejando, de forma que los lípidos y los hidratos de carbono prácticamente están en el mismo nivel cuando deberían ser mucho mayores los porcentajes de hidratos de carbono y menos de lípidos.

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La microbiota intestinal modula el desarrollo cerebral y el comportamiento

El efecto de la microbiota o micromedioambiente intestinal, integrado por comunidades microbianas que colonizan el intestino humano, sobre el desarrollo cerebral y el comportamiento es una de las líneas de investigación más recientes en este campo y abre una nueva vía en la posible utilización de probióticos con efectos beneficiosos para la salud, a través de su acción sobre los circuitos neuronales.

Así se desprende de los datos presentados en el IV Workshop sobre Probióticos, Prebióticos y Salud por la investigadora Viorica Braniste, del Departamento de Microbiología, Cáncer y Biología Celular Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia). Según esta experta, miembro del grupo de Sven Pettersson, las investigaciones básicas que han llevado a cabo revelan que la colonización por parte de la microbiota intestinal afecta al desarrollo cerebral de los mamíferos y su comportamiento durante la etapa adulta.

A través de mediciones de la actividad motora y del comportamiento relacionado con la ansiedad, este grupo sueco ha demostrado en ratones que el proceso de colonización microbiana desencadena unos mecanismos de señalización que afectan a los circuitos neuronales implicados en el control motor y de la ansiedad.

El trabajo presentado en Madrid refuerza la hipótesis de que la microbiota intestinal normal puede afectar al desarrollo cerebral normal y las funciones conductuales. Además, respalda la teoría de que en las primeras etapas de la vida existe un período en el que la microbiota intestinal puede afectar al cerebro y al comportamiento en la vida adulta.

Entre los mecanismos que podrían mediar en la comunicación entre intestino y cerebro, Braniste, ha destacado los circuitos neuronales establecidos. En este sentido, ha dicho que la microbiota intestinal puede provocar señales a través del nervio vago hacia el cerebro y viceversa. La modulación de transmisores, como la serotonina, melatonina, ácido gamma-aminobutírico, histaminas y acetilcolina, en el intestino es otro posible mecanismo de acción que podría mediar los efectos de la microbiota intestinal.

Asimismo, la investigadora ha avanzado que es posible que la microbiota intestinal sea capaz de modificar la expresión de algunos genes de riesgo o que forme parte de mecanismos que alteran las funciones cognitivas observadas en pacientes con enfermedades gastrointestinales. Los cambios conductuales observados e impuestos por la presencia de la flora intestinal observados en esta investigación pueden tener mayores implicaciones si tienen en consideración las alteraciones psiquiátricas en seres humanos, ha destacado Braniste.

Grupo de trabajo en prebióticos

Durante la cuarta edición del Workshop de SEPyP se creó un grupo de trabajo multidisciplinar formado por expertos con el objetivo de trabajar en un documento consenso acerca de los prebióticos. En la primera reunión de trabajo del grupo, el profesor Glenn Gibson (University of Reading), uno de los pioneros europeos en la investigación en probióticos, prebióticos y microbiota, destacó la multitudinaria asistencia de especialistas al Workshop, alabando el poder de convocatoria de SEPyP. Una vez establecidas las pautas de trabajo entre los asistentes, la Profesora Nieves Corzo (CSIC-UAM) liderará el grupo.

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Patología dual y trastornos de la conducta alimentaria

Los trastornos de la conducta alimentaria son enfermedades mentales (psiquiátricas) que comportan anomalías graves durante la ingesta y convierten la comida en un enemigo. Son cada vez más frecuentes y actualmente se encuentran entre las patologías más graves de la población española. Aunque la edad de inicio suele ser la adolescencia, una gran parte de los casos se prolongan durante la vida adulta.

“El prototipo de paciente que lo sufre es una mujer, con estudios universitarios de unos 26 años, -revela el doctor Ignacio Basurte, psiquiatra del Hospital Universitario Gregorio Marañón y secretario de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD). Además, en el 17% de los casos, encontramos casos de patología dual. Es decir, estas pacientes suman a su trastorno mental algún tipo de adicción”.

El síntoma externo podría ser una alteración de la conducta alimenticia (dietas prolongadas, pérdida de peso…) pero el origen de estos trastornos se explica a partir de una alteración mental cuya expresión psicológica es un elevado nivel de insatisfacción personal, miedo a madurar, elevados índices de autoexigencia, ideas distorsionadas sobre el peso o la comida, etc. Los trastornos alimentarios más conocidos que se enmarcan dentro de este conjunto son la anorexia, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón. En España, como en el resto de los países desarrollados, los casos de bulimia superan los de anorexia.

Patología Dual y TCA

“Tanto la bulimia, el trastorno por atracón, como la anorexia purgativa, implican un marcado patrón impulsivo y de carencia de control inhibitorio, que a su vez se ve relacionado con la adicción y trastornos similares (juego patológico, cleptomanía y otros trastornos del control de impulsos). De hecho, aquellas personas que manifiestan tener problemas de alimentación, presentan también problemas relacionados con el consumo de sustancias con bastante frecuencia”, aclara el doctor Basurte.

Los expertos han observado un mayor número de pacientes con patología dual y TCA entre los casos bulímicos, es decir, aquellos que presentan dentro de su problemática patrones compulsivos como el vómito, ejercicio excesivo y uso de laxantes. “Estos pacientes abusan de cocaína, anfetaminas y cannabis. Además se conoce que existe una mayor tasa de consumo de alcohol en las personas diagnosticadas de anorexia subtipo purgativo o con bulimia nerviosa”, añade el experto.

Por otro lado, estudios realizados en algunos hospitales españoles con Unidades de Trastornos de la Conducta Alimentaria en adultos han demostrado que los pacientes con estos trastornos en la vida adulta consumen una media de tres sustancias adictivas, siendo las más frecuentes cafeína (86%), alcohol (72%), tabaco (51%). Inmediatamente después encontramos el abuso de benzodiacepinas e hipnóticos, cannabis y otras sustancias (alucinógenos, cocaína, anfetaminas y opiáceos).

“Sólo un 2,3% de los pacientes con TCA no realiza ningún consumo de sustancias. Esto sube a un 11,4%, sin tener en cuenta el consumo de tabaco o cafeína, siendo en este caso el consumo más prevalente el alcohol”, – revela el doctor Basurte. Se puede afirmar que por lo menos el 88,6% de los pacientes con TCA en la vida adulta, realizan algún consumo de sustancias con potencial adictivo, excluyendo el tabaco y la cafeína. Además, el riesgo de consumo perjudicial de alcohol y adicción se multiplica por cinco en pacientes con bulimia nerviosa. Estas pacientes se asocian también con una mayor impulsividad”.

Problemas asociados

Más de la mitad de los pacientes con TCA presentan una marcada impulsividad. Tal y como comenta el experto en patología dual, “la impulsividad aumenta el riesgo de consumo de sustancias, tentativas de suicidio, autolesiones o conductas purgativas que repercuten en una mayor complejidad asistencial y peor evolución, además de una elevada comorbilidad con rasgos de personalidad específicos. En este sentido, esta comorbilidad multiplica por 5 el riesgo de padecer depresiones severas/graves en casos como es el rasgo límite de personalidad, hasta por 4 en el caso del dependiente y casi de manera constante en el trastorno por evitación”.

Otros síntomas destacables, son los referentes a la presencia de síntomas de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) que aparece en más de la mitad de los pacientes. En palabras del doctor Basurte, “dichos síntomas afectan seriamente a la impresión subjetiva de los pacientes con TCA respecto a su calidad de vida. De esta manera, ven mermada de una manera significativa su estado de salud, estado de ánimo, trabajo, su nivel de actividad, relaciones sociales y en definitiva las actividades generales y el grado de satisfacción global. Presentan de igual manera un mayor grado de discapacidad total, que afecta de manera importante a todos los aspectos de su vida, social, laboral y familiar, además de un marcado nivel de estrés personal”.

“Como es evidente, los pacientes con TCA presentan una elevada comorbilidad. En su evolución influye de manera determinante la presencia de patología dual, determinados rasgos de personalidad, rasgos impulsivos, y síntomas de TDAH que da lugar a distintos subtipos del trastorno que se asocian a un peor pronóstico, a una mayor morbilidad por sí mismos, mayor discapacidad y peor calidad de vida”, concluye el secretario de la SEPD.

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La obesidad infantil también causa problemas de salud a corto plazo

Un estudio de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), en Estados Unidos, ha revelado que, más allá de los efectos a largo plazo, la obesidad infantil también puede tener consecuencias inmediatas para la salud de los niños, tales como el doble de riesgo de sufrir más problemas médicos, mentales y de desarrollo.

Además, y según publicará próximamente la revista Academic Pediatrics, los niños con sobrepeso tienen un riesgo 1,3 veces mayor de padecer estos problemas, tras haber comparado un grupo de niños con sobrepeso y obesidad con otro que no tenían ningún problema de peso.

“Los resultados deberían servir como una llamada de atención para los médicos, los padres y los profesores, que deben estar mejor informados sobre el riesgo de otros problemas de salud asociados con la obesidad infantil”, ha defendido Neal Halfon, director del Center for Healthier Children, Families and Communities de UCLA y autor del estudio.

El progresivo incremento de la obesidad infantil en las dos últimas décadas ya ha propiciado un aumento paralelo de otras patologías, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), el asma y los problemas de aprendizaje.

La nueva investigación de UCLA, basada en la población infantil de Estados Unidos, ofrece el primer perfil nacional completo de las asociaciones entre el peso y una amplia gama de afecciones de salud asociadas o comorbilidades que los niños sufren durante la infancia.

En general, el equipo halló que los niños obesos eran más propensos que los que padecen sobrepeso a tener peor salud, más discapacidad, una mayor tendencia a sufrir problemas emocionales y de conducta, mayores tasas de fracaso escolar, TDAH, trastorno de conducta, depresión, problemas de aprendizaje, retraso en el desarrollo, problemas óseos, articulares y musculares, asma, alergias, dolores de cabeza, e infecciones del oído.

Para constatarlo utilizaron la Encuesta Nacional de Salud Infantil de 2007, analizando los datos de casi 43.300 niños de entre 10 y 17 años. Se evaluó la asociación entre el peso y 21 indicadores de la salud general, el funcionamiento psicosocial y los trastornos específicos de salud. De los niños que participaron en el estudio, el 15 por ciento tenía sobrepeso (índice de masa corporal, IMC, entre los percentiles 85 y 95), y el 16 por ciento eran obesos (con un IMC en el percentil 95 o superior).

Los investigadores de UCLA apuntan que el continuo cambio de las condiciones de la infancia puede acabar modificando algunas condiciones crónicas de la infancia, probablemente relacionado con décadas de cambios apreciados en el entorno social y físico en el que los niños viven, aprenden y juegan. Por ello, proponen que los esfuerzos de prevención de la obesidad vayan dirigidos a estas influencias sociales y ambientales, y que los niños sean evaluados y gestionados por las condiciones comórbidas.

“La obesidad podría ser la causa de la comorbilidad, o tal vez la co-morbilidad está causando la obesidad, o ambos podrían ser causados por algún otro tercer factor no medido”, afirmó Halfon.

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Neurobiología de la conducta amoral

En un artículo titulado La buena iluminación es la mejor policía se explicaba que la oscuridad incrementa la tendencia a la conducta deshonesta. Para demostrarlo lo primero que hicieron los experimentadores fue descender la iluminación en la clase donde se realizaban los cuestionarios a los individuos y éstos decían más mentiras. Posteriormente se les hizo jugar a un juego económico, el juego del dictador, donde tenían seis dólares a repartir y es el dictador quien decide que parte del dinero va a ofrecer. En condiciones ordinarias, es decir sin gafas de sol, dan 2-3-4 dólares pero si les ponen unas gafas de sol se ahorran un dólar. Además hay una relación negativa potentísima entre la sensación de anonimato (que te proporcionan las gafas de sol) y la oferta: cuanto más anónimo menos se da. Es decir, todos tenemos potencialidad para ser buena gente y mala gente con pequeños cambios.

Conducta deshonesta en gente ordinaria

En la Universidad de Groningen se ideó un experimento para detectar conducta deshonesta en gente ordinaria. Se trataba de una observación naturalística. Los experimentadores pidieron permiso a la municipalidad de la ciudad y a la Universidad y se eligió un parking de bicicletas de un supermercado. Colocaron cámaras para grabar la conducta de los individuos al salir del supermercado. En el parking había una norma por la que no se pueden pintar grafitis. Los experimentadores colocaron un anuncio en los manillares de las bicicletas de una pizzería cercana y lo que se medía es la cantidad de gente que ensuciaba el suelo, que es una conducta incívica.

Los resultados muestran que de 77 ciclistas observados el 33% ensuciaba el suelo (cuando las normas son respetadas). Pero si la misma norma, que no se pueden pintar grafitis, no se ha respetado (los experimentadores habían pintado grafitis a propósito) de 77 ciclistas observados, el 70% ensuciaba. Es decir, en condiciones naturales el 30% de la gente es cívica, pero cuando las normas no se observan hay un 30% que no respeta las normas y un 40% se apunta a lo que prevalece. La mayoría silenciosa se apunta a lo que prevalece. Es decir, no hay buenos y malos, sino que hay una proporción de gente que se apunta a un lado u otro en función de lo que predomina.

Los experimentadores buscaron otras situaciones, en segundo lugar en el parking de coches del supermercado. En este caso la norma a seguir era que los carritos se dejan en el lugar adecuado para ello. Los experimentadores colocaban la publicidad en el parabrisas de los coches y los resultados eran idénticos: cuando los sujetos veían los carritos sin colocar (lo habían hecho los experimentadores) el 70% ensuciaba el suelo. En cambio cuando los carritos estaban en su lugar sólo el 30% ensuciaba.

El experimento se repitió también en un parking de superficie y en este caso la norma era que no se dejaran bicicletas atrapadas en la valla y no se podía pasar por esa valla, sino que se tenía que ir por la puerta principal. Pues bien, si alguien ponía bicicletas el 70% abría la valla y pasaba.

Y, finalmente, colocaron dinero real en la plaza mayor de Groningen (como olvidado en un sobre) y en este caso el número de gente que se apunta a quedarse el dinero (se trata de un robo) si el buzón y el parterre estaban sucios (era la norma que no se observaba) era el doble.

Hay una determinada proporción de gente que para cada conducta y cada situación tendería, ocurra lo que ocurra (tanto si se respetan las normas como si no), a portarse bien en general. Hay una minoría, entre el 10-30 %, que tiende a portarse mal. Y en medio hay una mayoría que se apunta a lo que prevalece: si prevalece la conducta corrupta se apunta a ello y al contrario.

Esto recuerda los experimentos de Milgram cuando se pidió a la gente que torturara en un determinado protocolo un 30% se resiste, incluso a intensidades moderadas cesa su participación en el experimento y hay un 15-20% que lo deja a las intensidades altas.

En otro experimento se daba la oportunidad de decir mentiras, a los sujetos se les tomaban imágenes cerebrales y tenían que predecir si iba a salir cara o cruz en una moneda que aparecía en una pantalla. Si la predicción era correcta ganaban tres dólares y si era incorrecta no ganaban. En la mayor parte de los ensayos no había oportunidad de engañar pero en otros ensayos se les decía que el programa fallaba de vez en cuando, y daba una ventana de oportunidad donde se podía no hacer una previsión y después se le preguntaba que salía y si decía cara aunque hubiera pensado cruz ganaba los tres dólares. Había una oportunidad de mentir. La probabilidad de acertar en muchas tiradas se mueve entre 45-65 %. Pero si en los ensayos tienes la posibilidad de mentir y dices que lo has acertado siempre estás mintiendo. Los resultados en este otro paradigma son los mismos.

Base neurobiológica

¿Por qué existe esa tendencia a perjudicar, a no portarse bien, cuando en realidad hay poco en juego? Los neurólogos sospechan desde hace 100 años que tienen que haber territorios en la corteza frontal anterior (preferentemente en la base) que regulen estas tendencias y por lo tanto la gente que tiene tendencia a comportarse mal, quizás es que no les funcionan bien estos territorios.

Hay evidencias de que las lesiones precoces de territorios frontales mediales y basales anteriores llevan desde la conducta cívica responsable a la conducta amoral. Además hay indicios de que hay gente con temperamentos peculiares, sin lesiones (como los psicópatas, los narcisistas, los mesiánicos, los que tienen delirios de gloria.) que son peligrosos y quizás es porque en los territorios en los que las lesiones producen déficits severos hay disfuncionalidades sutiles.

Caso clínico. Lesiones precoces en la corteza prefrontal

El caso más espectacular es el de un niño y una niña que presentó Damasio en un artículo titulado Empeoramiento de la conducta social cooperadora y moral relacionada con las lesiones precoces en la corteza humana prefrontal. La conclusión era que el daño precoz en territorios prefrontales resultó en un síndrome que se parece a la psicopatía (individuos malos, reiterativos, morbosos, crueles y fríos, “los malos peores”).

Se estudió el cerebro de la chica y el chico cuando tenían 21 años. En la chica se trataba de una lesión que ocurrió a los 5 meses por un accidente de tráfico y el chico había tenido un tumor benigno pero de rápido crecimiento que obligó a los neurocirujanos a intervenir a los 8 meses. En los dos casos, que eran de clase media-alta y en los que las familias dedicaron años a la reeducación, de mayores tenían un amplio currículo policial. Y desde pequeños, aunque no tenían problemas académicos, habían presentado multitud de problemas de conducta y, sobre todo, ausencia total de remordimientos, culpa y compasión.

Hay un experimentos llamado Iowa gambling task en el que se juega con 2000 dólares. Se trata de jugar al solitario con 4 pliegos de cartas A,B,C y D. Cada carta lleva asociado un premio o un castigo, de manera que hay pliegos que se van descubriendo que dan gratificaciones pequeñas y castigos soportables, y en cambio cartas que dan gratificaciones potentes pero también castigos mayores (que al final llevan a los números rojos), pero se tiene que ir descubriendo jugando. Por ejemplo, jugamos y en él A obtenemos 50 dólares. Para generar apetito en los primeros ensayos siempre hay reforzamiento, de manera que tendremos 2050 dólares. Se va jugando de manera que entre el ensayo 8-11 aparece el primer castigo y si eres perseverante y continuas con el mismo se repite y entonces te apuntas a otro que te da más y ganas rápido pero después pierde más. Y entre el ensayo 20 y 30 todo el mundo ya sabe de qué va. Al suspender el experimento se pregunta a los individuos si saben de qué va el juego, y se graban sus respuestas.

Este experimento se aplicó a la chica y al chico en cuestión y se vio que no había diferencias entre ellos (el estudio se hizo cuando tenían 21 años) y sus controles de comparación. No había diferencias para resolver el juego a nivel cognitivo entre ellos y sus controles sin lesiones (igual edad, sexo, nivel educativo, nivel familiar, etc.).

Los resultados muestran que al final los individuos normales de 100 ensayos hacen 28 ensayos de los pliegos peligrosos y 72 de los buenos. Es decir, que se apuntan de vez en cuando a la tentación de jugar a los más peligrosos. Pero la chica, que sabe igual cuales son los pliegos buenos y los malos, sigue jugando al riesgo y da 68 opciones a los peligrosos y 32 a los seguros y el chico 54 y 46 y (y ambos acabaron en números rojos) . Cuando se les preguntó al final porque continuaban la respuesta fue: “¿Y si cambia la racha al final?”.

La actividad electrodermal es una medida independiente, fisiológica, de hasta qué punto el sistema interno, tus vísceras, te avisan de los riesgos. En los sujetos normales se alteran mucho más que estos dos chicos, ante los pliegos peligrosos y ante los seguros (tres veces más). Pero además la reactividad electrodermal es mayor ante los pliegos aburridos que ante los peligroso en estos dos sujetos. Es decir que no sólo reaccionan menos al riesgo sino que reaccionan erróneamente. Y esto no depende de que los sistemas de captación periférica de estímulos inadvertidos no los capten. Por lo tanto tiene que haber un problema de evaluación de la señal de riesgo respecto de la señal de seguridad y no del reflejo de sobresalto (porque éste era idéntico) .

Los individuos cercanos a la maldad tienen algún tipo de disfuncionalidad, sin lesiones, que se acerca a lo que les ocurre a estos dos chicos que han perdido un territorio que se ocupa de evaluar estas circunstancia.

A estos dos sujetos se les plantearon otros dilemas. Por ejemplo: vais en bote salvavidas porque ha zozobrado el crucero donde navegabais, va muy cargado y hay que echar a gente por la borda, y se les da a elegir entre su madre o el perro. Pues bien, los controles normales echan al perro, los que han tenido lesiones en esos territorios de adultos (lesiones Gage de adultos) también echan al perro porque se acuerdan de que la norma moral recibida es ésta, pero los dos individuos del estudio dijeron que echaban a la madre. Y además lo razonaron porque su madre les molestaba y el perro les defendía.

Comportamientos psicopáticos

De manera que la cuestión es: un individuo que ha hecho algo tremendo ¿tiene o no un trastorno? Por ejemplo en el caso de Anders Behring Breivik, el asesino noruego, el fiscal pidió que lo consideraran trastornado aunque él mismo dijo que no lo estaba, que lo que hizo fue por unos objetivos claros. Al final ha sido condenado por asocial perverso a una condena perdurable sin considerarlo trastornado, y por lo tanto sin enviarlo a un hospital psiquiátrico (que era lo que pedía el fiscal). Y en España tenemos el caso de Bretón. La pregunta es: ¿cuáles son los mecanismos que hay detrás de los comportamientos psicopáticos?

Los dilemas soportan la crítica que es un juego, que está desconectado de la realidad, pero cuando la gente tiene que cavilar decisiones sobre dilemas que están más cercanos (si conoces a la persona que tienes que sacrificar), resulta que los territorios que se activan preferentemente son los que se lesionan en los niños que después se vuelven psicópatas irremediables.

Los territorios que se ocupan de las decisiones morales potentes, aquellas que pueden llevar a si vulneras a la maldad, son: cíngulo anterior, posterior, ínsula, circunvolución temporal superior y polo temporal. Son territorios que intervienen en multitud de tareas donde hay que tomar decisiones morales fuertes y son aquéllos donde los psicópatas tienen a presentar funcionamiento inadecuado de este circuito: los territorios lesionados en los casos Gage adultos o precoces de los niños, las amígdalas, los territorios insulares e interconexiones entre ellos, además de otros.

Los individuos psicópatas son habladores, simpáticos, grandiosos, fríos, manipuladores, mentirosos, insensibles, tienen desarreglos de la empatía pero no ausencia, entienden muy bien las apetencias y deseos de los demás para manipularlos pero no les resuena en ellos el mecanismo adecuado.

Cuando se han hecho medidas en ellos se han observado disminuciones de la sustancia gris en esos territorios (polo temporal anterior, córtex orbitofrontal medial y lateral, circunvolución temporal superior y en las ínsulas). Hay además disminuciones en cíngulo anterior y posterior y esto se relaciona con la intensidad de la escala de psicopatía: cuando más fríos e insensibles, morbosos y crueles menos complejidad neural en el segmento de sustancia gris en los territorios indicados. Además cuando se les coloca en tareas con resonancia magnética funcional también muestran actividades peculiares.

En otro estudio se midió la tendencia a la psicopatía en adolescentes (es decir, a hacer sufrir a los demás y a mostrarse fríos ante el perjuicio de los demás) respecto a controles y a adolescentes hiperactivos. Se vio que los territorios ante tareas donde hay que el diagnosticar el sufrimiento, a partir de caras de sufrimiento, en estos chicos se activa menos el circuito que pone en correspondencia las señales de alarma ante el sufrimiento ajeno y el procesamiento de cómo uno tiene que actuar ante eso.

Estos sujetos también son particularmente vengativos. En un trabajo se estudiaron los deseos de venganza ante la aplicación de dolor a una persona ajena. Se colocaba a dos sujetos desconocidos a jugar en un juego de bienes públicos, donde el contrincante se porta bien o se portaba mal con el sujeto. Les daban 10 libras para cada tirada y les decían que si invertían en el segundo el mercado se iba a portar bien e iban a triplicar las ganancias y se las podrían repartir. Pero en realidad el segundo era un aliado de los investigadores y al principio se portaba un poco bien pero después se portaba mal o fatal (y no le devolvía nada). Por lo tanto el primero empezaba a pensar que el contrincante era un sinvergüenza. Posteriormente al sujeto lo colocaban en el equipo de neuroimagen y al que se había portado mal lo ponían en una camilla y le aplicaban corrientes eléctricas con más o menos intensidad. Y les volvían a hacer jugar otra vez para medir cómo respondía el sujeto ante las señales de dolor del que recibía las corrientes, para ver cómo lo procesaba su cerebro.

Los resultados en mujeres muestran la activación de territorios insulares y frontales anteriores que participan en los mecanismos que hemos visto ante el momento de infligir dolor a una persona que tienes al lado. Respecto al que se ha portado bien las mujeres sufren (el cerebro de sufrir dolor físico por el dolor ajeno), pero ante una persona que se ha portado mal tu cerebro sufre menos el dolor ajeno. Y en el caso de los hombres nada, ante el sufrimiento aplicado a alguien que se ha portado bien su cerebro lo pasa mal, pero si se ha portado mal no importa y además se activa el cerebro de pasarlo bien: cuanto más sufre más bien lo pasa. En las mujeres no ocurre así con el dolor físico pero si es pérdida moral de reputación sí.

Dolor real versus ganancia personal

En Cambridge unos investigadores se han inventado un procedimiento experimental para hacer experimentos en términos reales y le han llamado la condición experimental del dolor real versus la ganancia personal. Pero en este caso los individuos se conoces, llegan juntos al laboratorio, rellenan cuestionarios, se explican cosa de sus vidas, es decir tienen cierta relación, pero a uno le toca ser el que va a recibir y otro es el que toma la decisión (pero en realidad es un confederado). Se aseguran a fondo de que se ha establecido una relación, incluso de cierta amistad, entre los dos. Se le pasa un video en el cual el sujeto está sufriendo porque le están aplicando choques eléctricos, que el que va a decidir si los manda o no los manda los ha recibido previamente porque el experimento está montado de tal manera para que lo prueben primero. Pero hay dinero de por medio, les dan 20 libras y cada vez que llega un estímulo es el aviso de que le van a dar una corriente eléctrica al otro individuo y el sujeto puede decir si da una libra de las 20 que tiene para ahorrarle esta corriente a esta persona que acaba de conocer.

Los resultados muestran que cuando esto se pregunta en una situación imaginaria la mayoría de los chicos dicen que darían el dinero. Pero cuando es dinero real en una situación real tienen a retener 12 libras de las 20. Es decir que permiten que la persona que acaban de conocer reciba un choque eléctrico.

Conclusión

Todo lo explicado puede ser útil para ayudar al sistema judicial añadiendo sabiduría a la decisión de los jurados, a la identificación de testimonios, a la recuperación de memorias difusas, a los reconocimientos en situaciones policiales, a determinar si una confesión es falsa o no, a perfeccionar los detectores de mentiras, a establecer perfiles temperamentales de los ofendedores sistemáticos y para entrar, de verdad, en la mente de los criminales.