lactancia materna, dar el pecho.

Prolongar el periodo de lactancia favorece la maduración de áreas relacionadas con la inteligencia

Diferentes estudios realizados con técnicas de neuroimagen han demostrado que la lactancia materna prolongada favorece la maduración de áreas relacionadas con la inteligencia. De esta manera, se ha demostrado que la oxitocina juega un papel fundamental en el periodo de lactancia entre madre e hijo. “La liberación pulsátil de esta hormona produce en la madre sentimientos de amor hacia su hijo, así como de bienestar, confianza o autoestima y en el lactante produce relajación, serenidad y un mayor interés por las relaciones sociales”, explicó la Dra. Ibone Olza, Psiquiatra Infantil del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda, Madrid en el marco del 11º Curso de Actualización en Pediatría, organizado por la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap).

Del mismo modo, favorece el contacto íntimo entre madre e hijo tras el nacimiento, se produce una elevación de los niveles de oxitocina en el cerebro del bebé que, a su vez, implica una serie de cambios neuroanatómicos que perduran con el tiempo y permiten que, llegada la edad adulta, ejerza una actitud de apego mayor para con sus descendientes. “Las secuelas de la separación materno-filial temprana son duraderas”, cuenta la Dra. Olza.

La lactancia prolongada facilita una mejor comprensión del lenguaje y visión espacial. En este sentido, los niños alimentados con leche materna durante más tiempo presentan mayor facilidad en funciones ejecutivas, planificación, inteligencia social y emocional y con el lenguaje e incrementa su interés por las relaciones sociales.

Además, prolongar la lactancia materna aumenta los sentimientos de confianza y bienestar maternos. “La lactancia tiene un importante poder ansiolítico y tanto la oxitocina como la vasopresina cumplen un papel central en la regulación de las conductas sociales, incluidas la conducta sexual, el apego materno infantil y la memoria social”, afirma la Dra. Olza.

Por otro lado, la hormona prolactina además de intervenir directamente en la producción de la leche materna, juega un papel central en la adaptación del cerebro de la madre. Produce los cambios que dan lugar a la conducta maternal. La prolactina tiene además un efecto ansiolítico, interviniendo en la regulación del eje hipotálamo-pituitario-adrenal. “Las madres que amamantan puntúan más bajo en las escalas de estrés, ansiedad y depresión que las que no lo hacen. Este efecto ansiolítico de la lactancia se ha descrito como especialmente importante en madres con trastornos afectivos”, matiza la especialista.

Los pediatras de AP aconsejan que los bebés alimentados con leche artificial en biberón, reciban la estimulación e interacción que proporciona la lactancia para facilitar un desarrollo saludable. Los expertos señalan que hay que tratar de que sea sólo la madre la que dé el biberón y si esto no es posible, intentar que sean sólo dos o tres personas, siempre las mismas, las que se ocupen de su alimentación. “Los masajes, porteo, cosquillas y caricias sirven para potenciar en el bebé la liberación de las mismas sustancias beneficiosas que produce la lactancia materna”, aseguran.

La OMS recomienda que la leche materna sea el alimento exclusivo desde el nacimiento hasta los seis meses de vida y que, si la madre y el niño así lo desean, se mantenga hasta los dos años de edad o más, complementada por otros alimentos.

Parasimpático

Descubren el mecanismo cerebral que conecta el olfato con el apetito

Este estudio está codirigido por un investigador de la UPV/EHU Pedro Grandes y ha sido publicado en la revista Nature Neuroscience. El trabajo también muestra que estos receptores podrían ser objetivo farmacológico para el tratamiento de trastornos alimenticios, como los que propician la obesidad o la anorexia.

Los investigadores destacan que es común que el estado interno del organismo afecte a la percepción sensorial, y, por tanto, provoque un determinado comportamiento. Uno de los ejemplos más conocidos de estos procesos es la capacidad del hambre de aumentar el olfato, para aumentar la búsqueda e ingesta de comida.

Sin embargo, hasta ahora se desconocía el mecanismo cerebral que gobierna la conexión entre el hambre, el olfato y la ingesta de comida.

En este estudio llevado a cabo por un grupo internacional de investigadores, entre ellos, del departamento de Neurociencias de la UPV/EHU, ha desentrañado las claves de esta conexión.

Antes de la realización de este estudio, se sabía que el sistema cannabinoide estaba relacionado con estos fenómenos. “Es sabido que la abstinencia de comida, o el ayuno, aumenta el nivel de los cannabinoides endógenos en el cerebro de los mamíferos, y que el sistema cannabinode es un componente importante en la regulación del equilibrio energético”, explica Pedro Grandes, investigador del Departamento de Neurociencias de la UPV/EHU, y codirector del estudio junto con Giovanni Marsicano, investigador de la Universidad de Burdeos.

Según ha explicado, los cannabinoides endógenos son lípidos que se producen a demanda como consecuencia de la actividad neuronal, es decir, en situaciones en las que el sistema en concreto se activa.

Los investigadores que han realizado el presente estudio en ratones han descubierto el tipo de cannabinoide endógeno que participa en estos procesos, el lugar en el que actúa, y el efecto que desencadenan.

“Situaciones de hambre”

Grandes ha explicado que en situaciones de hambre, se sintetiza un tipo de cannabinoide endógeno específico, la anandamida, que actúa sobre un receptor concreto, el CB1. Estos receptores están localizados en unas determinadas terminales nerviosas en el bulbo olfatorio, cuya función es regular la transmisión sináptica excitadora.

“Cuando los cannabinoides actúan sobre estos receptores CB1 del bulbo, se da una reducción de la comunicación excitadora procedente de zonas olfatorias de la corteza cerebral, y que termina en la capa más interna del bulbo olfatorio. Como consecuencia de ello, todas las funciones intrínsecas que están a nivel del bulbo olfatorio se ven favorecidas. Así, por ejemplo, las células que captan el olor transmiten mejor, y, por tanto, la percepción del olfato es mayor”, ha precisado.

El presente estudio ha sido realizado a lo largo de cuatro años, por lo que han ido avanzando paulatinamente en los descubrimientos. Inicialmente lo que hicieron fue determinar la distribución del receptor CB1 en el cerebro. En ese paso pudieron relacionar la localización de los receptores CB1 en las terminales excitadoras.

Posteriormente, realizaron la caracterización de la función del receptor CB1 en los mecanismos descritos, es decir, en condiciones de hambre, en la percepción del olfato, y en la ingesta de comida.

“Vimos que el receptor CB1 es necesario en estos mecanismos, ya que si era bloqueado farmacológicamente, o se eliminaba genéticamente, los ratones comían menos en situaciones de hambre”, ha detallado Grandes.

Más adelante, corroboraron esta función del receptor CB1 en ratones que no tenían este receptor, pero a los que habían hecho expresar el mismo “mediante diferentes manipulaciones genéticas”, aclara el investigador.

“En esos experimentos se vio que estos ratones volvían a comer más al tener receptores CB1 en la vía neuronal descrita, que proyecta de la corteza cerebral al bulbo olfatorio”, ha explicado.

Asimismo, mediante estudios realizados in vivo, se confirmó el papel del receptor CB1 en el mecanismo que lleva al ratón a una mayor ingesta.

Por último, los investigadores pudieron observar que estos fenómenos no son desencadenados sólo por los cannabinoides endógenos, es decir, los producidos por el propio organismo.

La traslación del presente estudio al ámbito clínico podría dar lugar a la generación de nuevos fármacos que fueran útiles para el tratamiento de determinados trastornos de la alimentación.

“En personas que presentan una anorexia podríamos estimular la ingesta, favoreciendo estos mecanismos. Y por el contrario, en casos de obesidad, el objetivo sería intentar reducir la función de estos receptores CB1, para reducir la percepción del olor y así conseguir que estos individuos comieran menos en situaciones de hambre”, ha agregado.

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Los suplementos de vitamina D, ¿son realmente necesarios?

La vitamina D se denomina coloquialmente la vitamina de la luz solar, ya que el organismo humano la produce tras su exposición al Sol. Sin embargo, esta vitamina ‘luminosa’ presenta en la actualidad para la comunidad científica más dudas que certezas.

Un reciente estudio publicado en la revista médica británica The Lancet concluye -tras revisar la literatura científica sobre los suplementos de vitamina D, con o sin calcio, en adultos sanos- que estos suplementos no cambian el riesgo relativo de enfermedad cardiaca, ictus o enfermedad cardiovascular, cáncer y fracturas. Sin embargo, se sigue recomendando que los grupos de riesgo que incluyen a los bebés, las mujeres embarazadas y los mayores, tomen suplementos.

Los autores del estudio, investigadores de la Universidad de Auckland en Nueva Zelanda, concluyen que a la vista de sus descubrimientos existe poca justificación para prescribir los suplementos de vitamina D para evitar el infarto de miocardio o la enfermedad cardiaca isquémica, el ictus o la enfermedad cardiovascular, cáncer o las fracturas o para reducir el riesgo de muerte en grupos ciudadanos no específicos.

El estudio ESTHER, un trabajo sobre prevención, detección temprana y tratamiento óptimo de enfermedades crónicas en la población a escala nacional en Sarre, un estado de Alemania, se detiene en las deficiencias de vitamina D en la población general. En el trabajo participaron 10.000 mujeres y hombres de entre 50 y 74 años, en los que se midió el estado de 25(OH)D, la forma activa de la vitamina D en el organismo. Sus conclusiones, publicadas en American Journal of Clinical Nutrition, indicaban que una deficiencia en vitamina D aumentaba de forma significativa la mortalidad general y cardiovascular a lo largo de un periodo de seguimiento medio de 9,5 años.

Los resultados de este trabajo alemán aparecen dentro de una revisión de la literatura científica sobre la vitamina D publicada en 2013 que realizan investigadores de instituciones alemanas y estadounidenses y que se publica en la revista especializada Dermato-Endocrinology.

Tras repasar los estudios publicados el pasado año, los autores concluyen que los datos disponibles confirman el papel clave de la vitamina D en una variedad de funciones fisiológicas y preventivas, incluyendo los trastornos neuropsiquiátricos. Además, según los expertos los resultados justifican la recomendación de mejorar el estado general de vitamina D en niños y adultos mediante métodos saludables como la exposición a la luz solar, el consumo de alimentos que contengan vitamina D y el consumo de suplementos.

Sin embargo, los investigadores señalan que habrá que esperar qué resultados arrojan los estudios, aún pendientes de publicar, en los que se incluye el uso de la vitamina D en dosis lo suficientemente altas. Así, la revisión de estudios publicada ahora en The Lancet parece inclinar la balanza hacia las posiciones científicas que sostienen que los suplementos de vitamina D no tienen repercusiones sobre la salud de las personas sanas.

Deficiencias de Vitamina D

La falta de vitamina D presente en el organismo puede deberse al lugar de residencia, la dieta, la edad o las costumbres sociales. A continuación se detallan algunos de estos aspectos:

Consumo por debajo de los niveles recomendados: seguir una dieta vegetariana estricta puede conducir a una deficiencia de esta vitamina, ya que la mayoría de sus fuentes naturales proceden de animales y sus productos derivados como: pescado y aceites de pescado, yema de huevo, queso, leche vitaminada e hígado de ternera.

Exposición limitada a la luz solar: el organismo produce vitamina D cuando la piel se expone a la luz del sol, así que aquellas personas que por alguna enfermedad o actividad laboral no salen al exterior, quienes viven en latitudes geográficas en las que las horas solares son reducidas o por motivos religiosos utilizan prendas que cubren todo su cuerpo tienen mayor riesgo de carencias en vitamina D.

Mal funcionamiento renal: a medida que se cumplen años los riñones fallan cada vez más en su capacidad de transformar la vitamina D a su forma activa, por lo que la insuficiencia de esta vitamina es más común en los mayores.

Una inadecuada absorción de la vitamina D por el sistema digestivo: ciertos trastornos físicos como la enfermedad de Crohn, la fibrosis quística y la enfermedad celiaca pueden afectar a la capacidad de los intestinos de absorber la vitamina D presente en los alimentos de la dieta.

alimentación de la madre lactante

La IX edición Simposio Internacional de Lactancia Materna se celebrará por primera vez en España en el mes de abril

La novena edición del Simposio Internacional de Lactancia Materna, promovida por la compañía suiza Medela, se celebrará por primera vez en España –en concreto en Madrid– los próximos días 4 y 5 de abril, en el que intercambiarán opiniones y tendrán acceso a los últimos avances realizados en este campo.

Este simposio servirá como punto de encuentro para numerosos profesionales de este área, tales como pediatras, matronas, neonatólogos o responsables y personal de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) de los hospitales, ha indicado Medela.

Durante los dos días que durarán estas jornadas, cuya inscripción finaliza el próximo 17 de marzo, los asistentes repasarán todos los temas que conciernen a su área de trabajo en base a tres ejes. Uno de ellos será las “últimas recomendaciones prácticas basadas en la investigación”, otro tratará sobre los “componentes específicos de la leche materna” y el tercero tratará de la “importancia de la leche materna en las UCIN”, ha señalado esta empresa.

En total, serán nueve los ponentes que abordarán distintos temas de interés, tales como la “prevención de la obesidad con la lactancia materna, las consecuencias sanitarias y el coste de la alimentación con leche materna en recién nacidos con muy bajo peso al nacer”.

También tratarán la “aportación de los lípidos de la leche materna para el desarrollo cerebral del bebé y otros resultados en salud o el papel que desempeñan actualmente los bancos de leche materna en la UCIN”, han destacado.

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¿Son seguras para la salud las bebidas energéticas?

El consumo abusivo de bebidas energéticas unido a otras sustancias como alcohol o drogas puede tener efectos muy negativos para el organismo. El Dr. Santiago Nogué nos explica los riesgos para la salud del consumo “sin control” de bebidas energéticas.

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La dieta es la puerta de entrada a los trastornos de la conducta alimentaria

El factor que más favorece la aparición de un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) es el comienzo y perpetuación de una dieta con unas pautas alimentarias inadecuadas. “En sujetos vulnerables a desarrollar patologías mentales, una dieta restrictiva produce una serie de cambios biológicos y psicológicos que interfieren en su buen funcionamiento mental y corporal”, explica el profesor Luis Rojo, catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Valencia y jefe de la Sección de Psiquiatría Infanto-Juvenil y de Trastornos de Conducta Alimentaria del Hospital Universitario y Politécnico La Fe de Valencia. “Antes del verano, después de la Navidad y en época de exámenes este tipo de comportamiento es muy frecuente: aumenta significativamente el número de personas que decide ponerse a dieta sin consultar con un especialista”, apunta el psiquiatra.

Los trastornos de la conducta alimentaria son enfermedades mentales que comportan anomalías graves durante la ingesta y convierten la comida en un enemigo. Son cada vez más frecuentes y actualmente se encuentran entre las patologías más graves de la población española.

El origen de estos trastornos se explica a partir de una alteración mental cuya expresión psicológica es un elevado nivel de insatisfacción personal, miedo a madurar, elevados índices de autoexigencia o ideas distorsionadas sobre el peso y la comida. Los trastornos alimentarios más conocidos que se enmarcan dentro de este conjunto son la anorexia, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón. Respecto a la prevalencia, es muy superior en mujeres que en hombres, con una proporción de diez a uno.

Nuevos desórdenes

En este sentido, el profesor Rojo comenta que el perfil clínico de las pacientes con TCA recuerda a aquellas que padecen una adicción comportamental. “La conducta del atracón es la que más se aproxima a los comportamientos adictivos, con un momento de necesidad y búsqueda y un segundo momento de satisfacción”.

Además de la anorexia y la bulimia han aparecido otros desórdenes: ortorexia, potomanía, pregorexia, vigorexia, etcétera. Los especialistas se muestran bastante críticos con la tendencia de hacer de cada fenómeno una enfermedad. “La potomanía, por ejemplo, que se corresponde con un consumo excesivo de líquidos, es frecuente en la diabetes; la vigorexia es un deseo extraordinario de musculación y para considerarla enfermedad debe asociarse a otras limitaciones funcionales, interferencias sociales, laborales, personales, automedicación con anabolizantes y otras sustancias, baja autoestima, etc.”, señala el psiquiatra valenciano.

Según el doctor Ignacio Basurte, psiquiatra del Hospital Universitario Gregorio Marañón y secretario de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD), “en la mayoría de los TCA suele haber una tendencia a la autoevaluación negativa y a la sobrevaloración -física y general- de las personas que rodean al afectado. Otra característica muy frecuente es la codependencia emocional: una obsesión continua por agradar y complacer a cualquier precio, similar a una adicción comportamental”.

Patología Dual y TCA

“Merece la pena destacar que aquellas personas que manifiestan tener problemas de alimentación, presentan también problemas relacionados con el consumo de sustancias con bastante frecuencia”, revela el doctor Basurte.

Estudios realizados en algunos hospitales españoles con Unidades de Trastornos de la Conducta Alimentaria en adultos han demostrado que los pacientes con estos trastornos en la vida adulta consumen una media de tres sustancias adictivas, siendo las más frecuentes cafeína (86%), alcohol (72%), tabaco (51%). Inmediatamente después encontramos el abuso de benzodiacepinas e hipnóticos, cannabis y otras sustancias (alucinógenos, cocaína, anfetaminas y opiáceos).

“Sólo un 2,3% de los pacientes con TCA no realiza ningún consumo de sustancias. Esto sube a un 11,4%, sin tener en cuenta el consumo de tabaco o cafeína, siendo en este caso el consumo más prevalente el alcohol, comenta el doctor Basurte. Se puede afirmar que por lo menos el 88,6% de los pacientes con TCA en la vida adulta, realizan algún consumo de sustancias con potencial adictivo, excluyendo el tabaco y la cafeína. Además, el riesgo de consumo perjudicial de alcohol y adicción se multiplica por cinco en pacientes con bulimia nerviosa. Estas pacientes se asocian también con una mayor impulsividad”.

Estos desórdenes, como la propia Patología Dual, están infradiagnosticados. Para el propio individuo pasan inadvertidos y potencian el desequilibrio psicológico. Como no son identificados, cuando llegan a la consulta del especialista pueden encontrarse en una fase complicada.

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La publicidad de alimentos y bebidas en televisión incluirá mensajes saludables durante todo el año 2014

La campaña, cuyo objetivo es dar a conocer y sensibilizar a la población española sobre la necesidad de una alimentación equilibrada, variada y moderada y la necesidad de complementarla con la práctica regular de actividad física, fue presentada dentro de las medidas del Gobierno para combatir la obesidad y el sedentarismo en la población española.

Desde enero de 2013 se están incluyendo una serie de mensajes de fomento de estilos de vida saludables en la publicidad emitida en televisión por algunas de las principales empresas de alimentación y bebidas, las integrantes de la Fundación Alimentum: Bimbo, Calvo, Campofrío, Coca-Cola, Corporación Alimentaria Peñasanta, Danone, Deoleo, ElPozo Alimentación, Ferrero, Gallina Blanca, Grefusa, Grupo Lactalis, Calidad Pascual, Hero, Kellogg´s, Mondelèz, Nestle, Nutrexpa, Orangina Schweppes, Panrico, Pepsico, Pescanova, Unilever y Wrigley. En el mes de mayo se adhirió la empresa Bolton Cile España. Estos mensajes van a continuar durante todo el año 2014.

La campaña alcanzó durante el pasado año un nivel de recuerdo del 55% de la población con más de un 27% de personas que declara haber leído las leyendas colocadas en los anuncios de televisión de sus marcas y productos. Las encuestas mensuales de seguimiento revelan que la campaña tiene una buena valoración por ser fácil de entender, sensibilizadora y útil. La campaña está garantizando un mínimo de seis impactos de media por persona y por día.

Se percibe una cierta concienciación a medida que la campaña ha ido avanzando, alcanzando los mejores resultados en el último trimestre, lo que refuerza la importancia de la sostenibilidad de las acciones en el ámbito de la promoción de la salud.

Las leyendas colocadas en los anuncios aparecen siempre acompañadas de la dirección de la página web de la campaña www.habitosdevidasaludables.com donde se pueden encontrar consejos para llevar una vida saludable. Cabe destacar para una página de estas características el record alcanzado en más de 165.000 visitas, muchas de ellas efectuadas en multitud de países de habla hispana en América del Sur y otras en Estados Unidos o Reino Unido. Además, cuenta con un usuario en Twitter con más de 1.000 seguidores a través del cual se dan consejos diarios sobre estilos de vida saludables.

La segunda parte de la campaña, que se extenderá hasta el 31 de diciembre de 2014, es fruto de la reciente renovación del convenio de colaboración entre AECOSAN y la Fundación Alimentum.

Como novedad en este segundo año de vida, se ha incluido una nueva sección en la página web www.habitosdevidasaludables.com realizada en colaboración con el Consejo Superior de Deportes y la Fundación Deporte Joven, en la que deportistas de élite verbalizarán mensajes de fomento de estilos de vida saludables a través de una serie de videos que se irán presentando progresivamente.

La campaña refleja el compromiso del Gobierno en la lucha contra el exceso de peso y el sedentarismo y pone en valor el compromiso social de las grandes empresas alimentarias de nuestro país y su contribución en la mejora de la salud y la calidad de vida de todos los españoles.

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El consumo moderado de lácteos reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, cáncer colorrectal, obesidad y diabetes

La leche y sus derivados, “consumidos de forma regular y moderada (2-3 raciones diarias) suponen un aporte muy importante de calcio absorbible y de proteína de alta calidad en aminoácidos. Asimismo, el consumo regular y moderado de leche y sus derivados reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, cáncer colorrectal, obesidad y diabetes”, afirmó el Dr. Sergio Calsamiglia, catedrático de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona durante su conferencia Mitos y falsedades acerca del consumo de leche, que pronunció en la Jornada de Homenaje Póstumo al Dr. Jesús Llona Larrauri, celebrada en el Colegio de Médicos de Bizkaia en Bilbao.

Los elementos presentes en la leche que juegan un papel fundamental en la prevención de estas enfermedades “son el calcio (que está presente en concentraciones elevadas y en una forma muy absorbible) y la presencia de grasas y péptidos bioactivos (que regulan la presión arterial, previenen el desarrollo de algunos cánceres y desarrollan la sensación de saciedad)”.

El catedrático ha recordado que “entre las propiedades más destacadas de la leche están su equilibrio nutricional (que la hacen suficiente para el desarrollo temprano del recién nacido), su contenido en caseína (una proteína que aporta el 15% de nuestras necesidades diarias y que tiene una excelente calidad en aminoácidos), y su contenido en calcio (que es altamente absorbible y aporta alrededor del 60% de nuestras necesidades diarias)”.

Según ha manifestado, “contrariamente a la percepción general, la leche y sus derivados sólo aportan el 10% de nuestras necesidades energéticas y, consumida con moderación, contribuye poco a la ingestión de calorías”.

Asimismo, ha sacado a colación que, debido a sus cualidades nutritivas, “las entidades gubernamentales (Ministerio de Sanidad y Consumo) y organizaciones supranacionales (como la Unión Europea, la Organización Mundial para la Agricultura y la Alimentación o la Organización Mundial de la Salud, entre otras) recomiendan el consumo diario de 2-3 raciones de leche o derivados. Una ración equivale a: un vaso de leche (250 ml), 2 yogures (de 125 ml), o una porción de queso (30 g).

Consumo de leche y enfermedades cardiovasculares

El experto ha señalado en la conferencia que el consumo de las cantidades recomendadas de leche y sus derivados “ha demostrado no afectar negativamente al colesterol sanguíneo a medio y largo plazo. La evidencia indica que cuando la leche y sus derivados se consumen de forma moderada se reduce un 18% el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. La razón principal que justifica estos efectos es el consumo de calcio de la leche, que es muy absorbible, y la presencia de péptidos bioactivos (principalmente el factor inhibidor de la angiotensina). Hay que tener en cuenta, que la leche es el alimento que mayor cantidad de calcio absorbible o útil aporta. Además, la leche contiene vitamina D, que favorece su absorción”.

El calcio tiene un efecto “muy potente como reductor de la presión arterial y de la digestión de la grasa, como se ha comprobado en diversos estudios, siendo el efecto mayor y más consistente cuando el calcio se consume es en forma de leche comparado con la suplementación de calcio no-alimentario”. De igual modo, la leche también contiene péptidos bioactivos que se forman durante la digestión de las proteínas lácteas. “El más importante es el inhibidor de la enzima conversora de la angiotensina I, que tiene la capacidad de reducir la presión sanguínea de forma muy eficiente”.

Consumo de leche e incidencia de cáncer

El profesor Calsamiglia ha señalado que los resultados de 13 estudios epidemiológicos prospectivos “indican que el riesgo de incidencia de cáncer colorrectal de los individuos que consumen leche y productos derivados es casi un 40% inferior a los individuos que no consumen o consumen poca leche”.

El factor de la leche que parece tener un efecto más importante en la protección frente al cáncer es el calcio, particularmente en la prevención del cáncer colorrectal. “Hoy tenemos evidencias claras que el calcio tiene una actividad chemoprotectora y ha demostrado su capacidad de reducir la proliferación celular epitelial del colon y la recurrencia de adenomas colorrectales. Los efectos son beneficiosos con un consumo diario de 750 a 1.250 mg de calcio al día (equivalente a 3-4 raciones diarias).

Consumo de leche, obesidad y diabetes

Los estudios epidemiológicos indican que el consumo de leche reduce el riesgo de padecer la incidencia del síndrome metabólico (obesidad y diabetes).

El profesor ha incidido en que el efecto del consumo de leche sobre el cambio de peso “ha sido frecuentemente mal interpretado”. Según dijo, “en primer lugar, la percepción general de que el consumo moderado de leche incrementa el peso (o su no consumo adelgaza) es erróneo. Merece la pena recordar que el consumo de las cantidades recomendadas de lácteos sólo contribuye al 10% de la ingestión de calorías diarias. Además, los estudios epidemiológicos prospectivos confirman que el consumo de leche en dietas isocalóricas reduce el peso corporal en individuos obesos, y no afecta al peso en individuos con peso normal. Por otra parte, la leche es uno de los alimentos con un índice glicémico más bajo, por lo que no contribuye a incrementar el riesgo de diabetes”.

Los elementos presentes en la leche qué más contribuyen a explicar los efectos de la leche frente al riesgo de obesidad o de padecer diabetes son, “fundamentalmente, el calcio y la presencia de péptidos bioactivos con actividad saciante. El calcio reduce la digestibilidad de las grasas ingeridas, reduciendo el valor calórico de los alimentos grasos. Por otra parte, una serie de péptidos bioactivos presentes en las proteínas del suero de la leche, afectan al centro neuronal de la saciedad, de tal manera que el consumo de leche y productos lácteos reducen el apetito y contribuyen a reducir la ingestión de calorías”.

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El estrés provoca que los pacientes con trastornos psicóticos incipientes coman más

El estrés se asocia con una mayor ingesta de alimentos calóricos y un consumo de azúcar excesivo en pacientes que tienen trastornos psicóticos incipientes, según se desprende de un estudio en el que han participado investigadores de la Universitat Rovira i Virgili (URV) y del Hospital Psiquiátrico Pere Mata (Tarragona).

En el estudio, financiado con fondos de La Marató de TV3, han participado 106 usuarios –principalmente jóvenes con primeros episodios psicóticos–, de cuyo seguimiento se ha podido concluir un aumento de peso y síndromes metabólicos como obesidad, hipertensión y aumento de triglicéridos, ha informado la URV en un comunicado.

Este fenómeno provoca que las personas con trastornos psicóticos vivan 20 años menos de media, teniendo en cuenta el aumento de la mortalidad por enfermedades cardiovasculares.

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El consumo de productos lácteos puede reducir en un 24% el riesgo de diabetes tipo 2

Una nueva investigación publicada en Diabetologia muestra que un elevado consumo de yogur, en comparación con ninguna ingesta, puede reducir el riesgo de diabetes tipo 2 de reciente comienzo en un 28 por ciento.

En concreto, científicos de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) descubrieron que, de hecho, un mayor consumo de productos lácteos fermentados de bajo contenido en grasa, que incluyen todas las variedades de yogur y algunos quesos bajos en grasa, también disminuyen el riesgo relativo de diabetes en un 24 por ciento en general.

“Esta investigación pone de manifiesto que determinados alimentos pueden tener un papel importante en la prevención de la diabetes tipo 2 y son relevantes para los mensajes de salud pública”, explica la investigadora principal de este estudio, la doctora Nita Forouhi, del Consejo de Investigación Médica de la Unidad de Epidemiología de la Universidad de Cambridge.

Los productos lácteos son una fuente importante de proteínas de alta calidad, vitaminas y minerales. Sin embargo, también son una fuente de grasa saturada, por lo que las directrices dietéticas actualmente aconsejan a la gente no consumir en grandes cantidades, en lugar de recomendar que consuman estos productos en las opciones bajas en grasa.

Estudios previos sobre los vínculos entre el consumo de productos lácteos (de alto contenido en grasa o bajo en grasa ) y la diabetes tuvieron resultados no concluyentes. Por lo tanto, la naturaleza de la asociación entre la ingesta de productos lácteos y la diabetes tipo 2 aún no está clara, lo que llevó a los autores a realizar esta nueva investigación, utilizando evaluación mucho más detallada del consumo de productos lácteos que la que se hizo en los análisis anteriores.

La investigación se basó en el estudio EPIC-Norfolk, que incluyó a más de 25.000 hombres y mujeres que viven en Norfolk, Reino Unido, y en ella se analizó un registro diario detallado de toda la comida y bebida consumida durante más de una semana en el momento del ingreso en el estudio entre 753 personas que desarrollaron diabetes tipo 2 durante más de 11 años de seguimiento con 3.502 participantes en el estudio seleccionados al azar. Esto permitió a los autores examinar el riesgo de diabetes en relación con el consumo de productos lácteos en total y los tipos de productos lácteos individuales.

El consumo de productos lácteos no se asocia con riesgo de diabetes

El consumo de productos lácteos total (el total de productos lácteos de alto contenido graso o total de productos lácteos bajos en grasa) no se asoció con la diabetes de nueva aparición después de tener en cuenta factores importantes como estilos de vida saludables, educación, niveles de obesidad, otros hábitos alimenticios e ingesta total de calorías. La ingesta total de leche y queso tampoco se asoció con riesgo de diabetes.

Por el contrario, los participantes en el estudio que consumían más productos lácteos fermentados con bajo contenido en grasa (como yogur, queso fresco y requesón bajo en grasa) fueron un 24 por ciento menos propensos a desarrollar diabetes tipo 2 durante los 11 años, en comparación con los no consumidores.

Cuando se examinaron por separado los productos lácteos fermentados bajos en grasa, el yogur, que representa más del 85 por ciento de estos productos, se vinculó con un 28 por ciento menos de riesgo de desarrollar diabetes. En concreto, se observó esta reducción del riesgo entre las personas que consumían un promedio de cuatro recipientes y medio estándar de 125g de yogur a la semana.

Lo mismo se aplica a otros productos lácteos fermentados bajos en grasa como quesos no madurados, incluyendo el queso fresco y el queso cottage o requesón. Otro hallazgo fue que el consumo de yogur en lugar de una porción de otros aperitivos como las patatas fritas también redujo el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

Los autores reconocen las limitaciones de la investigación sobre la dieta que se basa en pedir a la gente que informe de lo que comen y no tener en cuenta el cambio en la dieta a lo largo del tiempo, pero señalan que su estudio era grande, con un seguimiento a largo plazo y había una evaluación detallada de las dietas de las personas que se recogió en tiempo real, en el momento en que la gente consume los alimentos, en lugar de depender de la memoria pasada.

Los autores concluyen que su estudio, por tanto, ayuda a proporcionar pruebas sólidas de que el consumo de productos lácteos fermentados con bajo contenido en grasa, en gran parte la ingesta de yogur, se relaciona con un menor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en el futuro.

Alcohol, consumo de alcohol.

El 5% de los jóvenes consume alcohol adulterado y de contrabando

El 5 por ciento de los jóvenes de entre 14 y 34 años consume alcohol irregular, es decir que está adulterado o que ha sido adquirido a través de puntos de venta ilegales, según ha mostrado un estudio realizado por el Instituto de Estudios Estratégicos (ThinkCom), adscrito a la Universidad Complutense de Madrid y dirigido por el director de la Cátedra Comunicación y Salud, Ubaldo Cuesta.

Se trata de un porcentaje “llamativo” si se tiene en cuenta que, entre otros aspectos, está influido por la crisis económica y la falta de poder adquisitivo que hace que la población, y especialmente los jóvenes, recurran al alcohol más barato, a pesar de que tenga altas probabilidades de estar adulterado o de que no haya sido vendido en el comercio legal.

El principal problema es, según ha comentado el experto, que esta práctica está produciendo un elevado fraude fiscal, una competencia desleal y un alto coste sanitario al Estado como consecuencia de las intoxicaciones que se producen con el consumo abusivo de estas bebidas.

Todo ello, advierte Cuesta, se agrava aún más si se tiene en cuenta que en España actualmente se consume 163 millones de litros de alcohol al año, lo que representa 1.600 millones son cubalibres, 50 millones copas de licores fuertes y 155 millones de licores de fruta.

Además, el estudio también ha mostrado que el 50 por ciento de la población reconoce haber consumido alcohol de alta graduación en el último año, y que más del 60 por ciento admite haber ingerido bebidas alcohólicas en el último mes, especialmente los fines de semana y en forma de atracón.

“La crisis está generando un ‘carpe diem’, es decir, la idea de que no hay nada peligroso y esto deriva a que haya una cierta permisibilidad en estas prácticas. De hecho, el 40 por ciento de los jóvenes no percibe problemas éticos al comprar en sitios ilegales”, ha comentado el experto.

Por este motivo, Cuesta ha destacado la necesidad de que las autoridades incrementen las medidas de inspección y de control y de que, al mismo tiempo, se fomente la corresponsabilidad social que, según ha explicado, consiste en educar “entreteniendo” a la sociedad sobre estos peligros.

Dicho esto, ha informado sobre algunas prácticas ilegales como, por ejemplo, la manipulación de los precintos de las botellas o el borrado de los códigos de control. En este sentido, ha denunciado que la estampilla fiscal “no es segura” y ha subrayado la importancia de luchar contra la falsificación y manipulación de etiquetas y precintos.

“Hay que mejorar las medidas de control y enseñar a la gente que hay que fijarse en el etiquetado. Además, hay que recordar que el fraude fiscal puede ser también un delito de salud pública”, ha recalcado el experto para zanjar avisando de que, también, están aumentando los policonsumos de sustancias ilegales como consecuencia de la “falta de percepción de riesgo” y del ‘carpe diem’.

young woman in a conversation with the psychologist

Los trastornos depresivos aumentan en otoño y primavera y la bulimia y anorexia en primavera y verano

Las enfermedades mentales están directamente relacionadas con la época del año y, de hecho, las consultas de psiquiatría y psicología atienden con más frecuencia a pacientes con depresión en otoño y en primavera que el resto del año, mientras que la bulimia y anorexia son más frecuentes en la primavera y el verano.

“La presentación irregular de este tipo de trastornos mentales a lo largo del año tiene una relación con factores ambientales cíclicos, tanto físicos como culturales. Así como el clima y la luz inciden en el desencadenamiento de los trastornos emocionales y del comportamiento, en la misma medida lo hacen las circunstancias que caracterizan cada período. Hay períodos anuales de alta exigencia familiar, o de intenso impacto afectivo, o los que se afrontan situaciones desconocidas, o de grandes expectativas puestas en la persona”, ha comentado el catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense, José Luis Carrasco.

Por ejemplo, prosigue, los trastornos por inestabilidad emocional, las autoagresiones y los intentos de suicidio aumentan en otoño y en primavera, pero presentan además un incremento considerable en los períodos anuales de reunión familiar obligatoria, debido a los conflictos que se desatan y se reavivan.

En concreto, según ha informado la directora Médica de la Clínica SOMMOS y Profesora de Psiquiatría de la Universidad Complutense, Marina Díaz Marsá, el factor externo más influyente es la presión de los demás sobre nuestra propia imagen. De hecho, en el caso de la bulimia y de la anorexia, la presión de la mirada de los otros sobre los cuerpos aumenta en la primavera y en el verano, incrementando con ello la obsesión por la delgadez y, consecuentemente, la angustia.

Asimismo, otros factores, además de los biológicos, que influyen en la presentación estacional de los trastornos psíquicos son el exceso de expectativas puestas en la persona o la propia autoexigencia, como ocurre por ejemplo en muchas amas de casa al llegar las fiestas navideñas o en muchos estudiantes al comenzar el curso escolar.

En estas épocas aumentan considerablemente los trastornos de ansiedad y, al mismo tiempo, también influye la presión social o familiar que empuja a sentirse obligatoriamente bien en determinadas épocas (vacaciones, navidades), lo que lleva a reprimir los sentimientos de malestar, dando lugar a síntomas emocionales y comportamentales.