Las personas que leen las etiquetas nutricionales se mantienen más delgadas

La Universidad de Santiago de Compostela ha participado, junto con las universidades de Tennessee, Arkansas (EE UU) y el Instituto de Investigación de Economía Agrícola de Noruega, en un estudio sobre la relación entre la lectura del etiquetado nutricional y la obesidad.

Los resultados indican que el índice de masa corporal de aquellas consumidoras que leen las etiquetas es 1,49 puntos menor que el de las que nunca consideran dicha información a la hora de hacer la compra. Esto supone una reducción de 3,91 kg para una mujer estadounidense tipo de 1,62 cm de altura y 74 kg de peso.

Los datos se tomaron de la encuesta anual National Health Interview Survey (NHIS), recogida por los Centro Americano para el Control y Prevención de las Enfermedades (CDC) (U.S. Centers for Disease Control and Prevention en inglés). Se recogieron 25.640 observaciones con indicadores de salud, hábitos de consumo y de compra, entre los que se encontraban varias preguntas sobre la lectura de la información nutricional en los supermercados, y la frecuencia de lectura.

“Primero analizamos cuál es el perfil de las personas que leen el etiquetado nutricional en el momento de la compra de alimentos y, posteriormente, su relación con el peso de los individuos”, explica a SINC, María Loureiro, autora principal del estudio que publica la revista Agricultural Economics.

“La obesidad es uno de los problemas de salud más importantes en la actualidad en los EE.UU.”, destaca la investigadora. “El número de adultos con sobrepeso u obesidad ha aumento a lo largo de los años. En 2009-2010, más de un tercio (casi el 37%) de la población adulta en este país era obesa y en niños y adolescentes dicho porcentaje alcanzaba un 17%.

Con respecto a su distribución, se registra una mayor prevalencia de obesidad entre las personas negras no hispanas (49,5%), americanos mexicanos (40,4%), hispanos (39,1%), y blancos no hispanos (34,3%), según datos de 2010 del CDC.

Mayor efecto en mujeres urbanas blancas

El equipo encontró diferencias muy significativas entre los consumidores que leen las etiquetas y aquellos que no lo hacen. Por un lado, el estudio recoge que la población fumadora examina mucho menos esta información. Según la investigadora, “su estilo de vida contiene ciertos hábitos poco saludables y, como consecuencia, nuestros resultados indican que puede ser que no se preocupen tanto del contenido nutricional de lo que comen”.

Además, la población que vive en la ciudad -el 49% de la muestra-, es la que más tiene en cuenta el etiquetado nutricional, así como las personas que tienen estudios de enseñanza media -40% de los encuestados- y los que tienen educación universitaria -17% de la muestra total-.

Por sexos, el 58% de los hombres lee habitualmente o siempre la información presentada en las etiquetas nutricionales, mientras que este porcentaje se incrementa hasta el 74% en las mujeres.

“El impacto asociado, en general, es mayor en las mujeres que en los hombres”, añade. En término medio, las mujeres que leen la información nutricional tienen un índice de masa corporal 1,48 puntos menor, mientras que esta diferencia es solo de 0,12 puntos en hombres.

La investigación también recoge diferencias étnicas significativas. En este sentido, son las consumidoras blancas las que más reducen su índice de masa corporal (en torno a 1,76 puntos).

“Sabemos que esta información puede ser utilizada como un mecanismo de prevención hacia la obesidad. Hemos observado que leen más las etiquetas nutricionales las personas que viven en un ámbito urbano, con educación media o alta, como cabría esperar y, por tanto, se podrían diseñar campañas o políticas públicas que promuevan el uso del etiquetado nutricional también en menús de restaurantes y otros establecimientos públicos, para que se beneficie la población que come habitualmente fuera de casa”, concluye Loureiro.

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Recupera la dieta mediterránea tras la vuelta al trabajo

Los expertos del Colegio Oficial de Dietistas y Nutricionistas de la Comunidad Valenciana (CODiNuCo) nos recuerdan que la alimentación ha de ser variada, suficiente, planificada y equilibrada, facilitando el mantenimiento de una composición corporal adecuada y saludable, y con ello un buen estado de salud tanto físico como mental.

La incorporación al mundo laboral supone una limitación de horarios, donde debemos introducir el hábito de llevar a cabo las 5 comidas al día, lo que permitirá “un reparto equilibrado de la energía a lo largo del día, retrasará la aparición de la ansiedad y la sensación de hambre, evitando el erróneo picoteo entre horas”.

Al respecto, advierten que la ausencia de un desayuno completo al iniciar el día favorece “el decaimiento, el mal humor y la falta de concentración en las primeras horas laborales, reduciendo por tanto nuestro rendimiento en el trabajo”.

Por contra, la Dieta Mediterránea es “el perfecto ejemplo que debemos seguir para llevar a cabo una correcta alimentación” ya que a diario debemos consumir frutas, verduras, hortalizas, cereales, pasta, arroz, patata; incluyendo de tipo integral o con fibra. Semanalmente podemos consumir carnes magras, pescados blancos o azules, legumbres y huevos; priorizando siempre un consumo superior de pescado al de carnes, y no superando en ambos grupos más de 5 raciones a la semana. Por su parte, los productos precocinados, las carnes grasas, los embutidos, las salsas, los refrescos, los “snacks” y el “fast-food” deben limitarse a un consumo ocasional.

La preparación culinaria debe ser sencilla: plancha, horno, microondas o vapor. Además hay que favorecer el uso de especias, para moderar el consumo de sal. También es necesario hidratarse correctamente y no debemos de olvidar que el agua debe ser la principal bebida.

Y también ejercicio físico

Asimismo, hay que introducir actividad física a diario ya que el ejercicio físico moderado y constante de al menos 45 minutos al día aportará mejoras para la salud como el mantenimiento del peso corporal, regulación de los niveles de glucosa y colesterol en sangre, así como la mejora de situaciones de estrés propias del trabajo.

Al respecto, el Colegio Oficial de Dietistas y Nutricionistas de la Comunidad Valenciana señala que el ejercicio físico “nos motivará aún más, si lo realizamos en grupo o mediante actividades programadas”.

Por lo tanto, CODiNuCoVa aconseja “un retorno al mundo laboral con la incorporación de buenos hábitos alimentarios junto a la inclusión de la actividad física, mejorando así el estado de salud, pero además retrasando la aparición de las enfermedades degenerativas que se asocian a la edad y a los malos hábitos”.

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Restauración colectiva

El cambio en los hábitos sociales, el cambio en la frecuencia de los viajes, tanto por placer como trabajo, y la incorporación de la mujer al mercado laboral han hecho que el comer fuera de casa sea una necesidad.

Tipos de restauración colectiva

La restauración colectiva se define como toda aquella comida que se hace fuera del hogar. Se distinguen dos tipos:

– Restauración comercial, pública o moderna. Son los restaurantes, en los que la característica es que el usuario “elije” un sitio u otro.

– Restauración colectiva social donde el usuario no elije. Se da en colegios, hospitales, residencias, prisiones, etc. Es una restauración que tiene una gran responsabilidad social porque el consumidor no tiene opción, con lo cual la responsabilidad por parte de la empresa que produce los alimentos es doble. Por un lado tiene que hacer los alimentos seguros y además tiene que cubrir las necesidades de cada uno de los estamentos y educar en hábitos saludables. Hoy en día se ha globalizado el servicio, es decir, se ha pasado de transportar únicamente la comida desde la cocina central al destino a proporcionar otros servicios como los monitores de comedor que enseñan a los niños hábitos saludables. Todo esto hace que la sociedad exija unos altos estándares en calidad e higiene, y seguridad alimentaria.

Mercado: desarrollo y evolución

El mercado de la restauración colectiva crece anualmente una media de un 5% en número de establecimientos. Mueve unos 2.000 millones de euros anuales y da trabajo, estable, a más de 70.000 personas en hostelería.

En Navarra ha crecido en más de un 18% en el sector escolar y en más de un 51% de comensales.

Es un sector en transformación y evolución. Se ha pasado de “dar de comer” a “centrarse cada vez más en el cliente” y hacer, casi, una restauración individualizada. En los centros escolares además del menú habitual están las dietas especiales para niños alérgicos, intolerantes, o por razones de religión; en los hospitales cada vez se da más la opción de poder elegir entre varios menús la comida del día siguiente.

El desarrollo y evolución se ha basado en las nuevas tecnologías, sistemas de calidad y en la profesionalización y especialización de los trabajadores.

Nuevas tecnologías

Dentro de las nuevas tecnologías se han desarrollado técnicas como: el vacío, la liofilización, el vapor, la utilización de productos de 4 y 5 gama y la utilización de productos ecológicos y de proximidad en lo que se llama el desarrollo de una economía sostenible.

También se han desarrollado diferentes líneas de producción y distribución. Una vez elaborado el plato se pueden elegir dos vías de distribución: mantenimiento en caliente, en el que hay que mantener la temperatura de seguridad de más de 65ºC en el centro del producto hasta el momento del servicio, o la línea fría que es la que se va desarrollando más porque garantiza más la seguridad. Consiste en bajar, en menos de 2 horas, el plato cocinado a entre 2-4ºC y mantenerlo en frío.

Dentro de la línea fría se puede optar por la línea refrigerada (mantener en frío), hacer vacío, pasteurizar o congelar. Todas estas líneas aumentan la vida útil del producto: 5 días la refrigerada, 9 al vacío, 21 pasteurizada y congelada varios meses.

Estas técnicas facilitan el trabajo en la cocina y si la refrigeración y posterior regeneración del producto se hace bien la calidad del producto, gastronómicamente, es exactamente igual, incluso en algunos casos puede mejorar. Para conseguir todo esto es necesaria una evolución en la maquinaria.

Desarrollo de los sistemas de calidad

Los sistemas de calidad utilizados en cocina son: el sistema ISO (sistema de gestión integral del servicio) y el APPCC (análisis de peligros y puntos de control críticos).

El sistema ISO es un sistema de aplicación voluntario y la empresa se adhiere a él porque le proporciona unos estándares de calidad más elevados. Las normas son fruto del consenso de todas las partes implicadas en la actividad y garantizan una forma de hacer continua para que el resultado final sea siempre el mismo.

El APPCC es de obligado cumplimiento y hay que aplicarlo tanto en la cocina como en los comedores. Consiste en analizar los peligros que pueden afectar a los alimentos a lo largo de todo el proceso de producción, manipulación y distribución o servicio.

Todo está dentro de un marco normativo muy exigente. En Navarra hay más de 25 leyes que afectan a las empresas de restauración colectiva. La última ley es la ley de seguridad alimentaria y nutrición de 2011.

Es una ley que habla de nutrición, da un enfoque desde el principio de precaución, se crean los observatorios para centralizar la información, incorpora el concepto de hábitos alimentarios saludables, respalda la estrategia NAOS que se revisará cada 5 años y establece como obligatorio que los menús escolares sean realizados por profesionales acreditados en áreas de nutrición y dietética.

Entre otras cosas establece que hay que tener menús adaptados a intolerantes y alérgicos. La venta de alimentos en el ámbito escolar está condicionada a la composición de grasas saturadas, grasas trans, sal y azúcares y las empresas tendrán que facilitar la información para que se puedan hacer las comprobaciones necesarias. Y el espacio escolar es un espacio protegido de la publicidad.

Funciones del dietista en empresas de restauración

El dietista comenzó, en las empresas de restauración de colectividades, sin destacar mucho. Actualmente se encargan de la supervisión de centros, de cocinas, de la gestión económica de las cocinas; en calidad controla el APPCC; en producción hace los menús y las derivaciones; trabaja con los jefes de cocina y cocineros para modificar los platos y hacerlos cada vez más saludables; y también se ocupa de la labor comercial.

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Dieta mediterránea y enfermedades cardiovasculares: El ensayo PREDIMED

La relación entre la dieta mediterránea (DM) y las enfermedades cardiovasculares se inició en los años 50 con el Estudio de los Siete Países llevado a cabo por el profesor Ancel Keys. En este estudio ya se vio que las personas que vivían en la cuenta del mediterráneo tenían menos incidencia de enfermedades cardiovasculares y menor mortalidad, en comparación con sus vecinos del centro y norte de Europa y de EEUU.

Posteriormente otros investigadores han sacado a la luz beneficios de la DM en muchos estudios, pero ninguno de ellos con la suficiente evidencia científica como para poder dar recomendaciones a la población general sobre este tipo de alimentación. Por ello un grupo de investigadores españoles, apoyado por investigadores de ámbito internacional, diseñó el Estudio Predimed.

PREDIMED = PREvención con DIeta MEDiterránea

PREDIMED significa PREvención con DIeta MEDiterránea y se trata de un ensayo de campo multicéntrico en el que participan varios centros españoles. Es un estudio aleatorizado, es decir que la intervención se hace al azar, y sólo el azar designa la intervención de los participantes. Es un estudio de intervención controlado y de prevención primaria. Todo ello hace que este estudio nos aporte la máxima evidencia científica.

El reclutamiento de los participantes comenzó en junio de 2003 y finalizó en marzo del 2011, de forma que los que han estado más tiempo en el estudio van a tener un seguimiento de unos 8 años y los que entraron más tarde van a tener un seguimiento de 3 años.

Las variables finales primarias que se quieren estudiar son la muerte por causa cardiovascular, el infarto de miocardio y el accidente vascular cerebral. También se van a estudiar otras variables como la mortalidad total, la aparición de cáncer, diabetes, cataratas, demencia, así como otras variables intermedias que pueden favorecer la aparición de enfermedades cardiovasculares como la tensión arterial, la glucosa plasmática, el perfil lipídico, marcadores de inflamación y otros marcadores de enfermedad cardiovascular.

En el estudio participan 19 centros situados en diferentes comunidades de la geografía española: 11 son grupos reclutadores y 8 han tenido tareas de laboratorio.

Participantes

Han participado varones entre 55-80 años y mujeres entre 60-80 años que cumplían los siguientes requisitos: o bien que fueran diabéticos o que tuvieran tres o más factores de riesgo: tabaquismo, hipertensión arterial, LDL-colesterol > 160 mg/dl, HDL-colesterol < 40 mg/dl, sobrepeso u obesidad o historia familiar de cardiopatía isquémica precoz. Todo ello sin haber tenido antes una enfermedad cardiovascular porque el estudio es de prevención primaria.

Dentro de todos los participantes reclutados un 50% tenían diabetes al inicio, más de un 80% presentaban hipertensión y más de un 70% tenían el colesterol elevado. Por lo tanto son características que los hacen candidatos a tener una enfermedad cardiovascular con mucha probabilidad.

Se han reclutado en total 7.447 participantes de los cuales en Pamplona y Valencia hay más de 1.000.

Tres grupos de intervención dietética

Estas personas se han asignado al azar a tres grupos de intervención dietética: por un lado un grupo de dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva virgen extra, otro con dieta mediterránea suplementada con frutos secos y un grupo control al que se le han dado pautas de una dieta baja en grasas.

La asignación a la intervención se hacía mediante unas tablas elaboradas por un programa informático que están estratificada por sexo y edad.

Valoración inicial

En la valoración inicial de los pacientes, en el examen basal, se hacían diferentes cuestionarios para conocer posibles enfermedades, toma de medicamentos, práctica de actividad física, se les preguntaba por los alimentos que tomaban, se les realizaba un ECG, se tomaban medidas antropométricas, se realizaba una analítica de sangre y de orina, y se recogían muestras de las uñas de los pies para valorar posteriormente la presencia de metales pesados.

Los cuestionarios se realizaban cada año, sólo que el de inclusión y exclusión y el general se sustituían por el cuestionario de seguimiento en el que se preguntaba si en el año anterior habían padecido alguna enfermedad de las que queríamos recoger.

A los tres meses de empezar el estudio se hizo un trabajo piloto con 772 participantes.

Pruebas de grado de cumplimiento

A una muestra aleatoria de 1.200 sujetos se le realizaron pruebas objetivas de grado de cumplimiento de la dieta, para ello se ha medido en plasma el ácido oleico y el ácido alfa-linolénico que nos da la pista de si toman el aceite de oliva y las nueces. También se han medido polifenoles totales en plasma para valorar la ingesta de aceite de oliva; el resveratrol y la alcoholuria para comprobar si toman vino tinto; y tirosol e hidroxitirosol en orina ya que son componentes del aceite de oliva virgen extra.

Para valorar la ingesta dietética se ha hecho un cuestionario de frecuencia de consumo de alimentos semicuantitativo validado para la población española que consta de 137 ítems. En cada alimento se preguntaba la frecuencia de consumo -va desde nunca a más de 6 veces al día-, se procesan mediante un programa informático y de ello se deriva la ingesta de calorías y de todos los nutrientes a estudiar.

Para valorar la adherencia a la dieta mediterránea se diseñó un cuestionario breve de 14 puntos validado para esta población en el que una puntuación de 9 o por encima de 9 significaba una buena adherencia, y por debajo de 8 mala adherencia. Es muy útil en la práctica porque da una información rápida de lo que está consumiendo el participante y se puede ofrecer un feedback para mejorar en los puntos que falla.

Intervención dietética en los grupos de DM

De la intervención dietética se ha encargado un grupo de 17 dietistas nutricionistas de las comunidades que participan. En la visita inicial se les proporcionaba información detallada sobre la DM, menús orientativos de una semana con comidas y cenas, y la lista de la compra para confeccionarlos, instrucciones sobre elección y conservación de los alimentos, información sobre el aceite de oliva y los frutos secos y se les entregaba el aceite de oliva y los frutos secos de forma gratuita para que tuvieran la cantidad suficiente durante tres meses.

Tras ese tiempo se les convocaba a una sesión grupal en la que se pesaban, se volvía a pasar el cuestionario de 14 puntos, se impartía una sesión de educación nutricional abordando temas de DM y alimentación saludable, se volvía a entregar toda la información de menús y lista de la compra, y se recordaba los alimentos que debían consumir dentro del estudio.

Después de cada sesión se recordaba las recomendaciones dentro del estudio: que utilizaran aceite de oliva virgen extra para cocinar y aliñar los alimentos en cantidad abundante (más de 4 cucharadas al día), tomar dos raciones de verduras u hortalizas al día, tres piezas de fruta al día, tres raciones de legumbre a la semana y tres veces a la semana pescados o mariscos -una de ellas en forma de pescado azul-. Los participante que no estaban en el grupo de frutos secos tenían que tomarlos por lo menos tres días a la semana y los del grupo de frutos secos los tenían que tomar todos los días de la semana. También se recomendaba que tomaran con mayor frecuencia carnes blancas en lugar de las roja y que aderezaran los platos con un sofrito de tomate, cebolla, ajo y pimiento por lo menos dos veces a la semana; y se limitaba a menos de una vez a la semana el consumo de mantequilla, margarina y nata, refrescos y bollería industrial, snacks y alimentos precocinados.

Intervención dietética en el grupo de dieta baja en grasa

En este grupo la intervención llevada a cabo era similar. En la visita inicial se les entregaba un folleto pero con recomendaciones totalmente contrarias a la DM, son las recomendaciones de la dieta pobre en grasa de la Asociación Americana del corazón.

Posteriormente cada tres meses se les convocaba a una reunión grupal donde se les pesaba, se les pasaba el cuestionario breve de 14 puntos, se impartía la sesión grupal de educación nutricional pero con mensajes encaminados a tomar alimentación baja en grasa, se les entregaban los menús y la lista de la compra, y se les recordaba especialmente aquellos alimentos que no debían consumir.

Resultados

En el estudio piloto que se hizo a los tres meses de comenzar con 772 participantes ya se vio que en los grupos de intervención mejoraban de forma favorable y significativa la tensión arterial sistólica, tensión arterial diastólica, colesterol HDL, y también mejoraba aunque no de forma significativa el colesterol LDL. El grupo control presentaba ligeros cambios pero en ningún caso significativos.

Asimismo en los dos grupos de intervención mejoraban los triglicéridos, de forma significativa especialmente en el grupo DM con frutos secos, y en ambos grupos mejoraban los niveles de glucosa y de insulina.

En otro trabajo se valoraron diferentes marcadores inflamatorios en función de los distintos alimentos que formaban parte del patrón alimentario mediterráneo, concretamente la proteína C reactiva PCR, la interleucina 6 y moléculas de adhesión celular como VCAM1 y la ICAM 1. Se vio, por ejemplo, que los cereales y las frutas disminuían de forma significativa las interleucina 6, los frutos secos disminuían la ICAM 1 y el aceite de oliva virgen extra mejoraba la VCAM1, y como el patrón mediterráneo en general mejoraba todos estos marcadores aunque no llegaba a ser significativos. A medida que va aumentando la puntuación dentro del cuestionario de 14 puntos los marcadores de inflamación van disminuyendo.

En otro trabajo se estudiaron las características basales en cuanto a hipertensión, diabetes, dislipidemia y obesidad de 3204 participantes, y la adherencia al cuestionario de 14 puntos. Y se vio como aquellas personas que tenían mejor puntuación en el cuestionario presentaban un menor riesgo de tener estos cuatro factores de riesgo a la vez. Por lo tanto, podríamos pensar que la DM ayudaba a prevenir la presencia de hipertensión, diabetes, hipercolesterolemia y obesidad.

En uno de los últimos estudios publicados se ha hecho una ecografía de la arteria carótida al inicio y tras un año de seguimiento, y se ha valorado el grosor de la capa íntima-media de la arteria (que varía en función de la arteriosclerosis que tenga la persona). Se vio como las personas que tenían un mayor engrosamiento al principio de ese estudio mejoraban significativamente y había una regresión de las lesiones en los dos grupos de intervención respecto al grupo control. En aquellos que presentaban un menor engrosamiento de la capa no hay prácticamente cambios, sin embargo en los que tenían un mayor grosor al inicio del estudio a lo largo de ese año mejoraban de forma importante sus lesiones en el grupo de DM respecto al grupo control.

Estamos a la espera de las publicaciones con mayor importancia pero por el momento podemos decir que el patrón alimentario mediterráneo se puede recomendar a las personas que tienen factores de riesgo cardiovascular porque se ve que puede ayudar a mejorar estos factores de riesgo.

Todos los resultados y el material, recetas, etc. se pueden encontrar en las páginas web www.predimed.org y www.predimed.es.

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Dietas sostenibles

Tal y como explica Barbara Burlingame, asesora principal de la Dirección de Nutrición y Protección del Consumidor de la FAO “a pesar de los muchos éxitos de la agricultura en las últimas tres décadas, es evidente que los sistemas alimentarios y las dietas no son sostenibles”. Por estas razones se acaba de publicar el libro Dietas sostenibles y biodiversidad,

Para más muestras, la experta indica que mientras que más de 900 millones de personas en el mundo sufren de hambre, “alrededor de 1.500 millones tienen sobrepeso o son obesos”. De hecho, estima que “2.000 millones sufren deficiencia de micronutrientes como la vitamina A o el hierro, y tienen carencia de yodo”.

A raíz de ello, Burlingame señala que es “urgente” plantearse la calidad de los sistemas agrícolas y alimentarios, ya que los deficientes “están vinculadas a un notable incremento de las enfermedades no transmisibles como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares”.

Hay que aumentar la ingesta de otras especies animales y vegetales

Como explicación a la coyuntura actual, la especialista pone sobre la mesa el hecho de que los hidratos de carbono refinados y las grasas sean asequibles y estén disponibles debido “al uso intensivo de insumos en la agricultura industrial y al transporte de larga distancia”. Esto acarrea para la experta “una simplificación general de las dietas”.

En este sentido, el director general de Bioversity International, Emile Frison, manifiesta que “hay que ir más allá de los alimentos básicos y fijarnos en los cientos y miles de especies vegetales y animales olvidadas e infrautilizadas”. Según su criterio, éstos “pueden significar la diferencia entre una dieta sostenible y otra insostenible”.

Como ejemplo de ello, el experto señala que la organización que representa ha ayudado con éxito a reintroducir una serie de hortalizas de hoja verde en las dietas y los mercados locales de Kenya. Además, significa que “los pequeños agricultores también se benefician” de esta acción.

Por último, Frison incide en que se debe hacer un gran esfuerzo para garantizar que todas las personas en el mundo tengan no sólo una alimentación correcta, sino “también una nutrición adecuada para satisfacer sus necesidades. Nuestros sistemas alimentarios deben ser objeto de transformaciones radicales”, concluye el especialista.

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El verano favorece el consumo de alimentos ricos en calorías

Existen algunas publicaciones llevadas a cabo sobre población en edad escolar que sugieren que en el período estival se pueden producir mayores aumentos de peso y masa grasa respecto al período académico. En el verano, coincidiendo con las vacaciones, algunos niños y adolescentes ingieren mayor cantidad de calorías a expensas de alimentos de alta densidad energética como la “comida basura”, dulces o bebidas gaseosas calóricas.

“Esta actitud provoca que se adquiera un esquema de alimentación desordenado basado en la ingesta de múltiples tomas y a horas muy distintas, incluyendo horas nocturnas que pueden llegar a alterar los patrones del sueño, lo que no siempre va acompañado de un incremento en la actividad física”, alerta el doctor Salvador. Sin embargo, hay excepciones y muchos niños y adolescentes consiguen mejorar su composición y su peso corporal en el periodo vacacional ya que “se les permite realizar más actividad física y realizar una alimentación más ligera, rica en verduras y frutas y no tanto en alimentos con alto contenido en grasas”.

“En como se alimenten sus hijos tienen un papel fundamental los padres”, afirma el doctor Salvador. “En el período estival la convivencia familiar puede hacerse más frecuente y, por tanto, el impacto de la educación nutricional en ese ámbito sigue siendo extremadamente importante- y añade- muchos niños imitan lo que han visto y vivido en su familia, por lo que su salud nutricional se ve influida de forma prioritaria por el ambiente doméstico”.

Eliminar esos kilos de más pasado el verano

Los alimentos ricos en carbohidratos de absorción rápida y aquellos ricos en grasas, especialmente de origen animal, son los que más promueven el aumento de peso y grasa corporal, por lo que es necesario prescindir de este tipo de alimentos en su justa medida, lo que no quiere decir eliminarnos por completo de la dieta. “Plantearse llevar a cabo una dieta drástica es poco inteligente porque atenta contra la salud y no necesariamente mejora la situación de sobrepeso y obesidad. Hay que huir de la realización de dietas excesivamente hipocalóricas y carentes en uno o varios grupos de alimentos que puede hacer que uno pierda peso precisamente del compartimento que ha de mantenerse como la masa muscular, ósea o del agua del organismo”, asegura el doctor.

Especialmente sensibles a este tipo de dietas son aquellas personas con patologías asociadas como diabetes, hipertensión, trastornos hepáticos, renales o hiperuricemia, entre otros, ya que una alimentación inadecuada “puede tener repercusiones muy serias”. Es por este motivo, explica el doctor Salvador, por el cual “si existen dudas sobre el tipo de alimentación que uno debe hacer, y especialmente si existe algún tipo de enfermedad asociada, es conveniente consultar a los profesionales sanitarios especialistas en este terreno para obtener una información rigurosa y un consejo eficaz y seguro para su salud”.

En este sentido, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se prevé que para el 2015 un total de 41 millones de personas fallecerán en el mundo de enfermedades crónicas a consecuencia de una alimentación inadecuada, consumo de tabaco y falta de actividad física. Se prevé, asimismo, que la obesidad será la primera causa de mortalidad y morbilidad en este siglo.

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Las enfermedades más comunes en verano

En concreto, la gastroenteritis puede producirse por una intoxicación alimentaria, por una diarrea producida durante una breve estancia en el extranjero o por una viriasis. En los tres casos, los síntomas suelen ser deposiciones blandas, con o sin vómitos, acompañadas de un regular estado general y, en algunos casos, de fiebre.

Para evitar que se produzca esta patología que puede perjudicar las vacaciones, la experta recomienda evitar ingerir alimentos de procedencia desconocida, conservarlos como recomienda el fabricante, fijarse en las fechas de caducidad, tener especial cuidado con la comida que se toma en el extranjero y llevar la medicación necesaria.

Asimismo, otra de las patologías frecuentes durante la época estival es la deshidratación y los golpes de calor que, especialmente, afectan a los niños y ancianos. Sus síntomas son mal estado general, náuseas, vómitos y fiebre.

En este caso, la especialista ha recomendado situar al paciente, antes de que llegue la asistencia médica, en una habitación oscura, darle baños de agua fría, poner paños húmedos en nuca y muñecas. No obstante, para evitar que se produzcan estos episodios ha aconsejado beber dos litros de agua al día y no hacer deportes en las horas de calor.

El estreñimiento es otra de las patologías más frecuentes en verano, cuyo pronóstico es leve, excepto en niños y ancianos. Sin embargo, esta enfermedad puede evitarse con abundante ingesta de agua, fruta rica en fibra y utilizando alguna medicación pautada por su médico, incluso de manera puntual, si el proceso supera las 72 horas, utilizando supositorios o micro-enemas.

Asimismo, las quemaduras solares son otras de las patologías que más afectan a los ciudadanos durante los meses de verano. Además, últimamente ha aumentado la incidencia de alergias solares, sobre todo en pacientes con pieles atópicas, fototipo I y aquellos que las presentaron otros años.

Para evitar este hecho, la experta ha recomendado evitar la exposición solar en las horas centrales del día, usar el factor de protección adecuado al fototipo de piel, realizar una dieta rica en antioxidantes, y tirar las cremas de un verano a otro.

Picaduras, mordeduras y heridas al aire libre

Respecto a las picaduras de insectos y las mordeduras, la especialista ha recordado que la mayoría son de pronóstico leve, y ha recomendado utilizar repelentes tópicos o de ambiente, utilizar ropa y calzado apropiado y evitar salir en “horario de atardecer y amanecer” momento en que los mosquitos salen a alimentarse.

En este sentido, ha recordado la necesidad de estar alerta de las medusas en las playas, revisar la habitación y la ropa de cama en los hoteles y albergues, viajar con el antihistamínico si se es alérgico, no entrar en zonas boscosas, ni levantar piedras o madrigueras para evitar mordeduras de serpientes o escorpiones.

Del mismo modo, es importante utilizar un calzado adecuado, no lanzarse al agua sin conocer la profundidad de la zona o vigilar a los niños y hacerles que memoricen la dirección o el teléfono. Con todo ello, se puede conseguir evitar las heridas y los accidentes al aire libre y, además, la aparición de hongos en los pies.

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Assessing nutritional status

Recogemos la intervención de Dña. Penny Nestel en el marco del Curso Europeo de Verano Global Health and Individualized Nutrition organizado por la Universidad del País Vasco en colaboración con el Instituto Tomás Pascual – Cátedra Universidad de Navarra y el International Union of Nutritional Sciences (IUNS).

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Planning nutritional health improvement: deconstructing the problem

Recogemos la intervención de Dña. Penny Nestel en el marco del Curso Europeo de Verano Global Health and Individualized Nutrition organizado por la Universidad del País Vasco en colaboración con el Instituto Tomás Pascual – Cátedra Universidad de Navarra y el International Union of Nutritional Sciences (IUNS).

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Human metabolism of phenolic compounds in wholegrain foods

Recogemos la intervención de Dña. Kaisa Poutanen en el marco del Curso Europeo de Verano Global Health and Individualized Nutrition organizado por la Universidad del País Vasco en colaboración con el Instituto Tomás Pascual – Cátedra Universidad de Navarra y el International Union of Nutritional Sciences (IUNS).

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Dietary fiber type reflects physiologcal functionality

Recogemos la intervención de Dña. Kaisa Poutanen en el marco del Curso Europeo de Verano Global Health and Individualized Nutrition organizado por la Universidad del País Vasco en colaboración con el Instituto Tomás Pascual – Cátedra Universidad de Navarra y el International Union of Nutritional Sciences (IUNS).

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Ethnic differences in energy metabolism: a comparison between South Asians and Caucasians

Recogemos la intervención de D. Guy Plasqui en el marco del Curso Europeo de Verano Global Health and Individualized Nutrition organizado por la Universidad del País Vasco en colaboración con el Instituto Tomás Pascual – Cátedra Universidad de Navarra y el International Union of Nutritional Sciences (IUNS).