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Valentín Fuster responsable de la lucha contra la obesidad infantil en España

La ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, ha acordado que el cardiólogo Valentín Fuster se convierta en el responsable de la lucha contra la obesidad infantil en España. Así lo ha concretado tras mantener una reunión con el doctor Fuster en el Ministerio. El cardiólogo ha aceptado la presidencia del Observatorio de la Nutrición y de Estudio de la Obesidad, cuya creación anunció la ministra el pasado mes de mayo.

Entre las funciones de este organismo estará recabar información sobre los hábitos alimentarios de la población y analizar los datos e información sobre la publicidad de alimentos, con especial atención a la dirigida a los menores. Pero, además, Fuster será el encargado de proponer al Ministerio las iniciativas que se llevarán a cabo para luchar contra el exceso de peso en la infancia y adolescencia. Mato considera que, en asuntos como éste, que en los últimos años se ha convertido en un problema de salud pública, es necesario dejar las políticas en manos de científicos y especialistas como Fuster, uno de los cardiólogos más reconocidos internacionalmente.

De acuerdo con los últimos datos de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), casi un 45 por ciento de los niños y niñas de entre seis y nueve años en nuestro país sufren exceso de peso. En concreto, el estudio ALADINO, elaborado sobre una muestra de 7.500 menores de esta franja de edad, revela que el 26,2 por ciento presenta sobrepeso y hasta un 18,3 por ciento padece obesidad. El mismo estudio revela que este problema afecta más a los chicos que a las chicas. Sin embargo, constata que los comportamientos que conducen a esta situación, como el sedentarismo o malos hábitos alimentarios como el de no desayunar, se dan en menores de ambos sexos.

Un científico de prestigio universal

El doctor Fuster es el director general de la Fundación Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC). En la actualidad, compagina estas funciones con la dirección del Instituto Cardiovascular del hospital Mount Sinai de Nueva York. Como científico, el Dr. Fuster ha sido nombrado Doctor Honoris Causa de 27 universidades de prestigio. Sus investigaciones sobre el origen de los accidentes cardiovasculares, que han contribuido a mejorar la prevención y el tratamiento de los infartos le valieron en 1996 el Premio Príncipe de Asturias de Investigación.

Entre los reconocimientos a su labor cabe destacar que es el único cardiólogo que ha recibido los máximos galardones de investigación de las cuatro principales organizaciones internacionales de Cardiología: la Asociación Americana del Corazón, el Colegio Americano de Cardiología, la Sociedad Europea de Cardiología y la Sociedad Interamericana de Cardiología.

Además de su dedicación a la ciencia, se ha involucrado profundamente con su responsabilidad social como divulgador, especialmente dirigido a los jóvenes. En sus últimas intervenciones destaca la necesidad de actuar en el ámbito preventivo y, por ello, mejorar la formación en los niños y jóvenes de estilos y hábitos de conducta que eviten los factores de riesgo cardiovasculares.

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Hallan un receptor cerebral relacionado con la diabetes y el control del peso corporal

Este hallazgo, publicado en el Journal of Neuroendocrinology, podría ser una nueva diana terapéutica a tener en cuenta para el desarrollo de fármacos contra la diabetes, según sus descubridores.

En concreto, el trabajo experimental se ha realizado en modelos animales modificados mediante ingeniería genética, a los que se estimulaba el receptor CB2. Los resultados mostraban que aquellos modelos animales que expresaban una mayor cantidad del receptor en cuestión a nivel cerebral eran más delgados y además tenían una mayor facilidad para desarrollar diabetes.

Estos hallazgos abren así una nueva vía de investigación al sugerir que este receptor podría ser una diana a tener en cuenta para el desarrollo futuro de fármacos contra la diabetes.

La existencia de este receptor de lípidos era conocida en tejidos inmunes como bazo o médula ósea, pero hasta ahora no se conocía su presencia en la zona cerebral relacionada, entre otras cosas, con el control de la ingesta de comida.

El investigador principal de este estudio, que se está llevando a cabo en el Laboratorio de Medicina Regenerativa del Hospital Regional Carlos Haya de Málaga, es Javier Bermúdez Silva, que cuenta con la colaboración de investigadores de la Universidad de Alicante, dirigidos por Jorge Manzanares, según ha informado la Junta de Andalucía. El trabajo se ha desarrollado durante tres años y ha contado con distintos fondos de financiación del Instituto de Salud Carlos III y de la UE.

El grupo de investigadores continúa en esta línea de estudio para profundizar en el conocimiento del papel que juega este receptor en la diabetes y en cómo su activación o bloqueo pudiera ser utilizado para tratar la obesidad y la diabetes asociada.

Las líneas de investigación dirigidas por el doctor Bermúdez Silva incluyen el estudio de este receptor y otros relacionados (como el receptor GPR55) en el funcionamiento de los islotes pancreáticos (las unidades funcionales responsables de la secreción de insulina) en la diabetes, con vistas a buscar nuevas vías terapéuticas que complementen a las actuales.

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Las bacterias intestinales podrían jugar un papel clave en la enfermedad de Crohn

Tal y como explica Karina Pokusaeva, coautora del estudio: “Hemos identificado la primera cepa bifidobacteriana, Bifidobacterium dentium, que es capaz de secretar grandes cantidades de ácido gamma-aminobutírico (GABA). Esta molécula es un principal neurotransmisor inhibidor del sistema nervioso central y entérico”.

GABA desempeña un papel importante en la regulación del dolor, y algunos medicamentos para aliviar el dolor -en la actualidad en el mercado- actúan atacando los receptores de GABA en las células neuronales.

Pokusaeva y sus colaboradores estaban interesados en comprender el papel que juega el microbioma humano en el dolor y, para ello, analizaron los genomas de microorganismos intestinales potencialmente beneficiosos, identificados por el Proyecto del Microbioma Humano, en busca de un gen que les permitiera crear GABA.

“Los análisis de laboratorio de secuenciación metagenómica de ADN nos han permitido demostrar que el gen microbiano codificador de la descarboxilasa de glutamato es muy abundante en la microflora intestinal, en comparación con otras partes del cuerpo”, explica Pokusaeva. Uno de los productores más prolíficos de GABA fue B. dentium, que parece secretar el compuesto para sobrevivir en un ambiente ácido.

Además de sus propiedades moduladoras del dolor, GABA también puede ser capaz de inhibir la inflamación. Estudios recientes han demostrado que las células inmunes, llamadas macrófagos, también poseen receptores de GABA: cuando estos receptores se activaron en los macrófagos, disminuyó la producción de compuestos responsables de la inflamación.

Pokusaeva y sus colaboradores, los doctores Yamada y Lacorazza, observaron que cuando las células eran expuestas a las secreciones de las bacterias, exhibían una mayor expresión del receptor de GABA en las células del sistema inmune.

Si bien los resultados son preliminares, sugieren que B. dentium, y los compuestos que ésta secreta, podrían desempeñar un papel en la reducción de la inflamación asociada con enfermedades inflamatorias del intestino.

El siguiente paso, según Pokusaeva, será llevar a cabo experimentos “in vitro” para determinar si el aumento de la expresión GABA se correlaciona con una disminución en la producción de citoquinas, asociadas con la inflamación.

Los científicos han expuesto sus hallazgos en la reunión anual de la American Society for Microbiology.

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Nuevos abordajes terapéuticos permitirán descensos adicionales de LDL de hasta un 70%

El experto de la Sociedad Española de Arteriosclerosis, Luis Masana, aseguró durante su participación en el 80 Congreso de la Sociedad Europea de Arteriosclerosis (EAS) que “existen nuevos abordajes terapéuticos que permitirán descensos adicionales de LDL de hasta un 70%”. “Unos resultados que ya muestran diversos estudios preliminares y que supondrán un gran avance en las terapias hipolipemiantes”, añadió el doctor.

Durante su participación en el 80º Aniversario de la EAS, celebrado en Milán entre el 25 y el 28 de mayo, el especialista impartió la conferencia Perspectivas sobre nuevos tratamientos hipolipemiantes en el contexto de un simposium satélite sobre Aferesis y nuevas terapias hipolipemiantes en la que comentó las principales novedades terapéuticas en este sentido.

Además de la novedosa terapia génica, resaltó la aparición de los inhibidores PCSK9 y MTP, que permitirán conseguir excelentes resultados en los tratamientos hipolipemiantes en pacientes con alto riesgo vascular. Así lo muestran los primeros estudios en este sentido “que hacen que nos mostremos optimistas” añadió.

Masana se mostró cauto en cuanto a la valoración de los inhibidores de CETP para elevar el HDL, aunque refrendó el documento de varias sociedades científicas en las que se desvincula la falta de eficacia de Dalcetrapib con los posibles efectos de otros inhibidores de CETP en desarrollo.

Durante su ponencia, el especialista de la SEA explicó la importancia de la edad en la aparición de arteriosclerosis, y se refirió al nuevo concepto de riesgo cardiovascular que ya no habla de “10 años vista” sino de riesgo a lo largo de toda la vida.” Por lo que es de gran relevancia un manejo precoz de los factores de riesgo cardiovascular”, señaló.

Fomento de la dieta mediterránea

También explicó que las últimas guías clínicas indican el manejo de los pacientes con bajo riesgo mediante cambios en el estilo de vida, reforzando la práctica de actividad física, el abandono del tabaco y una dieta adecuada. Señaló que existen importantes evidencias científicas que demuestran que la dieta mediterránea tiene el mejor perfil cardiosaludable.

Además añadió que ciertos suplementos dietéticos, como nutracéuticos y los alimentos funcionales puede ser útiles en estas situaciones, para adecuar el estilo de vida y el inicio de la terapia farmacológica de por vida.

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Hacer que los niños participen en la elaboración de las comidas para lograr que coman de todo

Mariscal, que acaba de publicar el libro El Estirón, ha recordado la importancia que tiene que la elaboración de los platos sea original para que los más pequeños vean “apetitosas” determinadas comidas que normalmente no les suelen gustar como, por ejemplo, las verduras y el pescado.

“Si no les gustan las verduras hay que darles una guarnición que ellos mismos hayan cortado con el fin de que la ensalada tenga más color y variedad. Además, es importante que no le den pescado con espinas y que, en el caso en el que no les guste, se preparen purés, hamburguesas o croquetas que contengan ese alimento”, ha asegurado este experto.

En este sentido, Mariscal ha sugerido que, una de las mejores formas de preparar el pescado para los más pequeños es cocerlo en papel de aluminio ya que, de esta forma, se consigue que esté más limpio y no huela.

Asimismo, ha destacado la importancia que tiene que no se le prohíba ningún alimento, como por ejemplo las gominolas, sino que sean los padres los que lo administren de una manera normal. “No les tienen que hacer ver que es un premio sino que es algo normal”, ha recalcado.

Sin postre si no comen

Dicho esto, Mariscal ha subrayado la necesidad de dejar entre 20 y 30 minutos a los hijos para que tomen la comida y que, una vez pasado el tiempo, recojan los platos y cambien de actividad. Además, ha recomendado que no se les dé postre en el caso en el que no se hayan comido lo que les han servido.

“Los más pequeños esperan al postre y si se les dice que lo van a tener sí se comen la comida. En el momento en el que empiezan a ver que no hay palanca emocional que utilizar con sus padres, sólo les queda el camino de comerse lo que les pongan”, ha recalcado este experto.

No obstante, Mariscal ha asegurado que “estas pautas no serán efectivas si los padres no son los primeros que las llevan a cabo ya que si los mayores no comen verduras los más pequeños tampoco lo harán”. “Los niños no obedecen sino que imitan y si ven que no comes algo, ellos no lo comerán”, ha recalcado.

Del mismo modo, el experto ha recordado la importancia que tiene que los padres se involucren con sus hijos en las actividades al aire libre. Por ello, ha recomendado evitar que se sienten en casa a jugar a la videoconsola y propicien que salgan a la calle a montar en bicicleta o a hacer cualquier actividad deportiva que les consiga motivar. Este hecho, ha añadido, evitará que el pequeño tenga sobrepeso u obesidad.

“A los niños de entre 5 y 12 años salir a hacer ejercicio con los padres es lo máximo y por eso es necesario que los mayores se involucren con ellos ya que la falta de ejercicio es la mitad del problema que hay respecto a los elevados índices de obesidad que hay en España”, ha concluido.

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Nutricionistas no descartan tener que volver a las campañas de leche en colegios si los niños hacen una única comida

La Asociación de Dietistas-Nutricionistas de Castilla y León ha barajado la posibilidad de retomar las campañas de leche en los colegios si la actual situación de crisis lleva a los niños a poder hacer una sola comida.

Así lo ha trasladado su presidenta, Laura Carreño, quien en declaraciones recogidas por Europa Press ha recalcado que en casos de extrema pobreza los menores tienen la del comedor del colegio como su única comida, lo que haría necesario poner en marcha nuevas medidas.

En este caso, ha advertido, habría que volver a las campañas de leche llevadas a cabo en centros escolares españoles a lo largo del siglo pasado con el fin de posibilitar que los menores crezcan. “El crecimiento es un lujo para el cuerpo”, ha recalcado antes de explicar que el calcio es imprescindible en el proceso de crecimiento de los niños.

Carreño, quien ha apuntado a las verduras, el pescado y las frutas como los grupos de alimentos que los niños menos comen y más deberían ingerir, sí ha reconocido que a lo largo de los últimos años se han registrado avances en lo que al desayuno se refiere y cada vez hay menos menores que salen de casa sin realizar la primera comida.

El hábito de no desayunar, además de falta de concentración, hace “imposible” el poder evitar que los menores acudan al kiosco, según Carreño, quien ha calificado de “alarmantes” las cifras de sobrepeso y obesidad infantil en España, del 40 por ciento, y en Castilla y León, comunidad que se sitúa a la cabeza.

Campaña en el Colegio Lourdes

Carreño se desplazó hasta el colegio Lourdes de Valladolid, donde junto a Huercasa coincidiendo con la celebración del Día Nacional de la Nutrición, impartió una clase a alumnos de 5º de Primaria a quienes explicó la pirámide de la alimentación saludable así como los distintos tipos de alimentos y su aportación.

La presidenta de la Asociación, quien ha hecho “bastante hincapié” en la necesidad de consumir a diario los de la base de la pirámide -cereales, frutas, verduras y aceite de oliva- y de tener también en cuenta los semanales -carne, pescado, huevos, frutos secos y legumbres- y los ocasionales -dulces, chucherías y carnes grasas, entre otros-, ha reconocido que no obstante y pese a lo que “saben”, la mayoría consume más los productos ocasionales que los diarios.

“Hay que comer lo que hay que comer y si es un plato es un plato, sea de lo que sea”, ha advertido la nutricionista, quien ha detallado que los menores deberían de comer la misma cantidad de lo que les gusta que de lo que no les gusta antes de referirse a la “tiranía” de algunos de los niños en la actualidad y de apelar al papel de los padres para darles de comer lo que les corresponde “y a sus horas”.

La charla impartida en este centro, que a Carreño le gustaría poder realizar en otros tantos colegios y que se ha acompañado con una cata ciega de distintos productos, llega avalada por una encuesta realizada por Huercasa con más de 75 alumnos de 5º de Primaria del colegio Lourdes que refleja que el cien por cien llega desayunado al cole pero que el 40 por ciento de ellos nunca ha probado las acelgas.

El director comercial de Huercasa, Carlos Olmos, quien ha trasladado también su deseo de poder continuar con estas acciones en otros centros, se ha referido a algunos de los aspectos del estudio, que muestra que el cien por cien de los niños desayuna antes de salir de casa, de los cuales el 88 por ciento toma leche, el 64 por ciento cacao en polvo o chocolate y el 41 por ciento galletas y, frente a ellos, se sitúan la fruta y yogur, consumidos sólo por el once y el cinco por ciento de los encuestados, respectivamente.

El 83 por ciento de ellos afirma comer y beber algo en el recreo frente al 17 por ciento que no lo hace y un bocadillo o fruta son los alimentos que más consumen en este tramo de comida.

Palmeras y donuts triunfan en el almuerzo

Sobre preferencias de alimentos, la palmera de chocolate y los donuts serían los alimentos elegidos para un desayuno o almuerzo seguidos por las galletas (14%), manzanas (12%), y plátanos (11%). Respecto a las frutas, las favoritas para estos escolares son las cerezas (79%), seguidas por las fresas (77%), manzanas (75%), melón (74%) y sandía (72%) mientras que las que menos éxito tienen son el kiwi, las uvas y la piña.

Para Huercasa “llama la atención” el hecho de que un 16 por ciento de los alumnos encuestados no haya probado nunca las ciruelas mientras que, en lo que se refiere a verduras y hortalizas, la lechuga y los guisantes verdes son los favoritos de los escolares, con un 63 y un 54 por ciento, respectivamente.

Un 37 por ciento reconoce que “no les gusta nada” las coles o la berza y les siguen la cebolla, el brécol y el puerro; además, un 40 por ciento manifiesta que nunca ha probado las acelgas. Pero, por el contrario, la pasta es, con un 96 por ciento, el plato favorito de los escolares seguida por la carne (95%) y el arroz y el pan, ambos con un 93 por ciento.

La legumbres, patatas cocidas y el pescado son alimentos que, según muestran los resultados, les gustan “un poco”.

Las células de grasa contienen un gen que podría proteger de la aparición de la diabetes

Estudios anteriores ya habían demostrado que las células de grasa jugaban un papel importante a la hora de controlar el azúcar en sangre y los niveles de insulina. De esta manera, una de las autoras del estudio, Barbara Kahn, ha manifestado su sorpresa de cómo “un gen único puede cambiar el metabolismo de las células de grasa de manera tan dramática y de cómo la activación del interruptor principal de esta forma selectiva en el tejido adiposo es beneficiosa para todo el cuerpo”.

“La obesidad se asocia con la disfunción metabólica que hace que las personas tengan mayor riesgo de diabetes, derrames cerebrales y enfermedades del corazón, pero hay un gran porcentaje de personas obesas que están metabólicamente sanas”, ha precisado, por su parte, otro de los autores Mark Herman.

Así, en las células grasas, el gen ChREBP actúa como un sensor de glucosa que convierte los azúcares en ácidos grasos, lo que puede jugar un papel en el efecto sistémico. En general, el número de transportadores de glucosa (GLUT4) disminuye en las células de grasa, un hecho que sucede al principio de la diabetes.

“Cuando se despiertan y no han comido en toda la noche, los transportadores GLUT4 se encuentran dentro de la célula. A los pocos minutos de la alimentación, la glucosa llega a la sangre y estimula la secreción de insulina, por lo que los transportadores GLUT4 se desplazan a la superficie celular”, ha explicado Kahn.

“Es un hallazgo muy emocionante”, ha señalado, por su parte, el presidente de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes, Ulf Smith. “Hemos estado buscando el mecanismo para tratar de entender por qué el metabolismo de la glucosa en el tejido adiposo es tan importante para la sensibilidad de todo el cuerpo a la insulina”, ha concluido.

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El entrenamiento excéntrico permite disminuir la inflamación

El Instituto de Biomedicina de la Universidad de León (Ibiomed) ha identificado los mecanismos celulares que hacen que el entrenamiento excéntrico, en el que el músculo produce tensión y se alarga a la vez, pueda convertirse en una herramienta útil para disminuir la inflamación provocada por un ejercicio, según el estudio que publica el Journal of Applied Physiology.

El objetivo de la línea de investigación, dirigida por José Antonio de Paz y Javier González Gallego, era contribuir a un mejor conocimiento de los efectos beneficiosos del ejercicio, explicando por qué determinados tipos de actividad física actúan como mecanismos antiinflamatorios.

De este modo, en este trabajo han descrito cómo la vía de señalización celular del receptor tipo toll 4 (TLR4) desempeña un papel fundamental en la inflamación producida tras un ejercicio agudo.

“Lo más importante de nuestro trabajo es que hemos demostrado que un entrenamiento excéntrico de seis semanas reduce la inflamación asociada a un ejercicio agudo mediante la disminución de la expresión de la vía de señalización celular del TLR4”, ha señalado Rodrigo Fernández-Gonzalo, co-autor de este trabajo.

La primera parte del estudio incluyó una fase piloto con cinco estudiantes de la licenciatura de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la Universidad de León, y posteriormente se llevo a cabo la parte experimental principal con 20 estudiantes, que duró 11 semanas.

A continuación, se desarrolló el trabajo en el laboratorio con las muestras de sangre que se les extrajo en determinados momentos a los participantes, una fase que duró varios meses hasta que todos los análisis se completaron.

“Se han medido variables funcionales, como fuerza máxima y potencia muscular, así como marcadores moleculares, tales como niveles de ARN mensajero y cuantificación de proteínas de diversos genes y factores de transcripción relacionados con el proceso inflamatorio”, ha indicado Rodrigo Fernández-Gonzalo.

Los resultados de esta investigación son tan relevantes que los científicos confían en que puedan trasladarse a futuros tratamientos. “A partir de este trabajo se pueden llevar a cabo determinadas intervenciones que ayuden a personas con enfermedades autoinflamatorias”, ha avanzado.

Además, ha añadido, la identificación de la vía del TLR4 como uno de los responsables de la respuesta inflamatoria hace que se puedan desarrollar futuros medicamentos para “disminuir la inflamación”.

Posibles beneficios en enfermedad de Crohn o aterosclerosis

De hecho, el trabajo puede tener muchas más implicaciones en el ámbito biomédico ya que, por ejemplo, se ha demostrado que la vía de señalización del TLR4 está sobreexpresada en enfermedades autoinflamatorias como la enfermedad de Crohn, patología inflamatoria del intestino, o la aterosclerosis.

De esta forma, “es posible que determinados tipos de ejercicios, como el excéntrico, ayuden a disminuir la expresión del TLR4 y, de esta manera, el nivel de inflamación en estas enfermedades”, comenta Rodrigo Fernández-Gonzalo.

La investigación ha descrito uno de los mecanismos por los que determinados tipos de ejercicio físico, en concreto, el ejercicio excéntrico, disminuyen la respuesta inflamatoria del organismo, pero esto no sólo tiene relevancia para el ejercicio y el deporte, sino que puede ser útil de cara al estudio de otras situaciones, particularmente, las patológicas.

El consumo moderado del vino tinto podría mejorar la flora intestinal

El consumo moderado de vino tinto ejerce un efecto positivo sobre la flora intestinal gracias a sus polifenoles, según estudio de científicos del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn), en colaboración con investigadores del programa Ingenio-Consolider (FunCFood).

Este fenómeno responde a que los polifenoles -compuestos naturales presentes en la fruta, verdura, vino, café, té o chocolate- logran inhibir las bacterias no beneficiosas de la microbiota humana y propiciar la reproducción de las que sí lo son, asegurando así una flora intestinal equilibrada que puede proteger contra afecciones como los trastornos intestinales, las enfermedades inflamatorias, el cáncer y la obesidad.

Para llegar a estos resultados, que han sido publicados en el American Journal Clinical Nutrition, se estudió el potencial efecto prebiótico de los polifenoles del vino y se comprobó la influencia que éstos ejercen sobre la microbiota intestinal.

Así, durante 20 días, 10 hombres, divididos en grupos de tres, bebieron vino tinto con o sin alcohol -ambos con el mismo contenido en polifenoles- y ginebra. De esta manera, se observó que el vino tinto mejoró la flora intestinal, incrementando el número de bacterias relacionadas con la protección de determinadas enfermedades.

En concreto, aumentó la proporción en heces de bacteroidetes y bifidobacterias, “algo que no sucedió con la ginebra”, ha apuntado el investigador principal del CIBERobn y el jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Virgen de la Victoria de Málaga, el doctor Francisco J. Tinahones.

“Además, comprobamos que el vino tinto era el que provocó la mayor parte de los beneficios detectados, no limitándose solamente a mejorar la microbiota intestinal, sino también a reducir los niveles de triglicéridos, de colesterol “malo”, los marcadores de inflamación y la presión arterial”, ha argumentado.

Este experto ha explicado además que el vino posee compuestos no digeribles como las proantocianidinas, “que llegan intactas al colon, donde serían metabolizadas gracias a la microbiota, en ácidos fenólicos, ejerciendo su efecto protector”.

La microbiota tiene una función digestiva contribuyendo a la síntesis de micronutrientes, a la absorción de electrolitos y minerales y a la digestión y absorción de determinadas sustancias indigeribles. Por otro lado, también contribuye a la destrucción de toxinas y carcinógenos, evita la colonización por bacterias patógenas, contribuye al desarrollo del sistema inmune y modula el estado inflamatorio.

No obstante, “la diversidad de bacterias existentes en el intestino humano es enorme y varía con los individuos, de manera que los efectos de los componentes ingeridos podrían ser diferentes según la flora microbiana de la persona. Por ello, resulta importante llegar a conocer el perfil de microorganismos o microbiota intestinal de los individuos”, ha señalado Cristina Andrés-Lacueva, investigadora principal dentro del programa Consolider FunCFood de Alimentos Funcionales.

Diferencia por pesos

Un estudio realizado en roedores por la Universidad de Washington (Estados Unidos) demostró que la flora intestinal de los ratones con obesidad tiene un número mayor de bacterias firmicutes y un número menor de bacteroidetes. Sin embargo, en los ratones delgados la distribución de ambos tipos de bacterias era la opuesta.

Investigaciones posteriores corroboraron estas mismas diferencias en la flora intestinal humana, comprobando que la microbiota intestinal de los sujetos con sobrepeso tiene mayor capacidad para extraer energía de los alimentos, es decir consigue más calorías con la misma dieta.

“Algo que revierte tras la pérdida de peso, lo que nos lleva a pensar que incluir cambios en la composición de la flora intestinal podría convertirse en una nueva herramienta para el control del peso”, ha asegurado Tinahones.

Asimismo, el tipo de nutrientes que componen la dieta diaria de una persona también influye en su flora intestinal. Si es alta en grasas, puede incrementar la proporción de bacterias productoras de endotoxinas y generar endotoxemia metabólica, una situación que promueve la aparición de diabetes tipo 2.

Sin embargo, consumir alimentos funcionales que contienen elementos no digeribles, como la fibra, estimula el crecimiento de bacterias intestinales beneficiosas que podrían ser eficaces para tratar el sobrepeso por su efecto saciante y regulador del peso.

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Las emociones dirigen nuestra atención

Tipos de atención

Hay dos tipos principales:

-Atención endógena: también se llama arriba-abajo, guiada por metas o controlada.

-Atención exógena: también se llama abajo-arriba, guiada por estímulo, refleja, automática o pasiva.

Cuando leemos un libro nuestros recursos de procesamiento son limitados. Nuestro cerebro no puede procesar todo lo que ocurre en el entorno, en realidad sólo puede procesar una cosa, y salvo que eso no sea muy demandante no somos capaces de atender a más de un estímulo. Así, al libro le estamos dirigiendo la atención de forma controlada, consciente, es la atención endógena.

Detector de relevancia y umbral crítico

A nuestro cerebro llegan más estímulos con información burda, esto es la pre-atención y ésta es valorada por un detector de relevancia donde empieza el mecanismo de atención exógena. Este detector va a evaluar esta información pre-atencional y cuenta con un umbral crítico. Si no se supera este umbral por el detector de relevancia se considera que todo está ok, los estímulos desaparecen literalmente y dejamos de percibirlos, es una ceguera inatencional (llegamos a no ver lo que no se atiende).

Sin embargo, si aparece un estímulo biológicamente relevante (por ejemplo una araña) llega información pre-atencional pero el detector de relevancia supera el umbral y se produce una reorientación de los recursos atencionales. Esto es la respuesta orientación o la atención exógena, es decir, es una atención que de forma inconsciente redirigimos a eventos importantes, novedosos o significativos desde el punto de vista biológico (que son emocionales siempre).

Circuito de atención exógena

En los estudios que existen hasta el momento sobre atención exógena los distractores son neutros (anodinos), y aunque nos han proporcionado mucha información les falta la validez ecológica, es decir situaciones reales.

En un estudio muy conocido se pide a un sujeto que atienda a un círculo y que nos diga que orientación tiene la línea que está dentro del círculo -horizontal o vertical-. Se presentan como distractores rombos con líneas y se manipulan algunos parámetros para favorecer una captura de atención. Hay ciertas zonas del cerebro que se activan, algunas de ellas se ocupan de reorientar la mirada (por ejemplo hacia los distractores). Cuando un estímulo captura nuestra atención exógena redirigimos los recursos hacia él y el campo ocular frontal, que se encarga de los movimientos oculares. Otras zonas se ocupan de hacer una especie de mapa de relevancia del entorno (tenemos situados distintos elementos del entorno). La unión temporo-parietal nos desengancha del foco actual de atención: para pasar a atender a la araña tenemos que desengancharnos del libro. Y la corteza cingular anterior siempre que hay conflictos se activa. Todo el circuito se activa cuando el detector de relevancia detecta que el distractor es relevante, pero si no se supera ese umbral hay ceguera a los distractores.

Umbral de relevancia, ¿de qué factores depende?

El umbral depende de varios factores: las características del propio estímulo distractor, las características del individuo y de cuánto estemos de implicados en la tarea actual (por ejemplo la lectura del libro).

Características del estímulo distractor

En el propio distractor se pueden destacar varios factores, entre ellos: la saliencia emocional o biológica y el movimiento, las dos pueden modificar el umbral. Lo emocional hace que disminuya el umbral de forma que el estímulo captura más fácilmente la atención y lo que se mueve también.

La saliencia biológica

En varios experimentos de nuestro laboratorio hacíamos que distintos estímulos capturaran la atención. En el primero usábamos una tarea muy conocida en neurociencia y psicología experimental, que es el paradigma de rareza. Es una tarea en la que se presenta un mismo estímulo en la mayor parte de los ensayos y de forma esporádica aparece un estímulo que se llama desviado o raro, que tiende a capturar la atención por la novedad. Les pedíamos a los sujetos que contaran cuántas veces cambiaba el color del marco. La atención endógena estaba dirigida al marco y los estímulos desviados podían ser emocionalmente negativos, positivos o neutros y capturan la atención de forma exógena porque la tarea principal era complicada.

Se obtuvieron una serie de potenciales de respuestas cerebrales que reflejaban atención exógena y se vio que muy pronto, a los 100 milisegundos, ya hay una huella cerebral de atención exógena, por tanto es un proceso rapidísimo. Y los estímulos emocionales (sobre todo el negativo) producen una amplitud máxima sobre todo al principio, es decir a los 100 milisegundos ya el cerebro es capaz de dirigir la atención al distractor. Es una latencia corta, es lo que tarda en llegar la información a la corteza visual, es decir no habría procesamiento cognitivo, en teoría, según los datos clásicos. Pero lo que estamos viendo es que sí, que hay un procesamiento cognitivo atencional que discrimina distractores negativos de los demás.

Este efecto se observa incluso cuando los distractores son inconscientes. En otro experimento se pide al sujeto que dijera si número central era mayor o menor de 5 y presentábamos -sin que se diera cuenta- un marco formado por estímulos negativos (arañas) o no negativos. Estos estímulos aparecían 50 milisegundos y la atención va al centro. Toda la muestra de sujetos nos dijo que no habían visto estos elementos, a alguno le había parecido ver un marco pero no estaba seguro. Y a pesar de ello, también hubo una huella muy temprana cerebral, a los 150 milisegundos, que indicaba una diferencia entre los ensayos que tenían arañas y lo que no las tenían. Por tanto, los estímulos emocionales capturan más fácilmente la atención, bajan el umbral de relevancia y se llega antes a la condición de reorientación.

En otros estudios se ha visto que los distractores que se mueven capturan la atención más fácilmente que los que no. En un estudio combinamos la ventaja de lo que se mueve con lo emocional y presentamos 4 condiciones, había 4 distractores: negativos y no negativos, y cada uno de ellos podía moverse o no. Volvimos a encontrar una respuesta, a los 100 milisegundos, máxima a lo negativo que además se movía. Y los tiempos de reacción a la tarea de los números se incrementaron con la condición negativa en movimiento, es decir el sujeto se distraía más porque las arañas se movían.

¿Dónde se producían estos efectos? Si extraemos factores comunes de todos los estudios, las zonas más recurrentes eran la corteza visual y la corteza orbitofrontal. La primera se activaba más cada vez que un distractor capturaba la atención, y más los negativos. Y los que se movían más que los estáticos. La otra zona que se activó fue la corteza prefrontal ventral o corteza orbitofrontal. Ésta se activaba más cada vez que un distractor capturaba eficazmente la atención que cuando no lo hacía. Por lo tanto, emoción y movimiento son características que favorecen la atención exógena.

Características que dependen del individuo

Algunas características individuales favorecen cierto sesgo de procesamiento. Hay un estudio pionero en este aspecto en el que presentaban una matriz de estímulos negativos (arañas y serpientes) mezclados con estímulos no negativos (flores y setas) y les pedían a sujetos fóbicos y no fóbicos que localizaran cuanto antes esos estímulos.

Se comparan las respuestas de localización de los estímulos no negativos y de los negativos. Y en todos los sujetos cuando se les pide localizar los estímulos negativos los sujetos son más rápidos. Además, dentro de esa localización de los negativos, los pacientes fóbicos eran más rápidos, luego el umbral de detección de relevancia en un sujeto fóbico está más bajo para ciertos estímulos que en un sujeto no fóbico. En general esto pasa con la ansiedad, que puede ser un estado o un rasgo de nuestra personalidad. Se sabe que hay un sesgo exagerado a toda la información negativa.

Esto provocaría una mayor susceptibilidad a que lo negativo capturara la atención durante la ansiedad. Esto lo quisieron comprobar unos investigadores en una tarea en la que en uno de los bloques experimentales se le pide al sujeto que diga si las casas son iguales o no y unas caras actúan como distractores, o bien en otro bloque se les pide que nos digan si las caras son iguales o no (aquí la atención es endógena hacia las caras). Es una tarea para comparar la atención exógena y endógena. En la amígdala los sujetos ansiosos muestran una mayor activación ante las caras negativas frente a las neutras. Se comprueba que es más fácil que un estímulo negativo capture la atención en un ansioso que un no ansioso.

La amígdala, además de la corteza prefrontal, es importante en la atención exógena y esto se ve cuando los distractores son emocionales. El hecho de que los ansiosos tengan el umbral más bajo de relevancia se ve muy bien en el stroop emocional.

Stroop emocional

En el stroop clásico hay una tarea en la que se le presentan al sujeto palabras escritas con tintas de distintos colores y la propia palabra expresa un color, entonces el sujeto tiene que decirnos de qué color es la tinta con que está escrita la palabra. Cuando coinciden el sujeto es rápido pero cuando no, hay una interferencia entre color y significado de la palabra que retrasa la respuesta.

El stroop emocional pide lo mismo al sujeto -que nos diga con que tinta está escrita la palabra- pero en este caso quien distrae es el significado emocional, retraso que sólo se produce en los ansiosos y en otros trastornos como el estrés postraumático pero no en población normal.

En el trastorno por déficit de atención se produce una circunstancia parecida y lo mismo en la fibromialgia. Hay una atención permanente más a lo negativo que a otros estímulos.

Grado de implicación en la tarea en curso

Y el último factor es cuánto estamos de concentrados en la tarea principal. Si todos nuestros recursos están implicados en una tarea es más difícil detectar cambios. Es lo que se llama ceguera al cambio. El grado de implicación en la tarea en curso se suele manipular incrementando la dificultad de la tarea.

En este sentido hay un debate importante en neurociencia afectiva entre dos grupos. Uno de ellos vio que la amígdala se activaba siempre más ante las caras negativas que ante las neutras, y encontró que la amígdala se activa más ante las caras negativas incluso cuando no se atienden. Es decir la amígdala mantiene la respuesta constante con independencia de si se atienden conscientemente o no las caras. En cambio, otro científico, Pessoa hizo una tarea parecida pero un poco más difícil y pedía en un bloque atender a las caras y en otro a unas líneas. Y encontró que la amígdala sí que discriminaba la respuesta a las caras cuando se atendía a las caras conscientemente (la de ira o miedo era la que más activaba a la amígdala, después la positiva, la alegría, y la que menos la neutra) pero cuando el sujeto no atendía a las caras no se activaba en absoluto y no discriminaba entre las emociones. Esto fue una contradicción radical.

En otro estudio había un distractor de fondo, con caras neutras o negativas, pero la tarea se dirigía a las letras del primer plano. Había una condición fácil en la que sólo aparecían 6 X o 6 N y una condición difícil en la que aparecían o una X o una N mezcladas con otras letras. El sujeto tenía que pulsar una tecla si había una X u otra si había una N. Lo que vieron los investigadores es que la amígdala se activaba más ante las caras negativas sólo cuando la tarea era muy fácil. Cuando la tarea demandaba más, la amígdala ya no se activaba ante las caras negativas. Siempre que se manipula la dificultad de la tarea se observa algo parecido. Esto lo que nos dice es que: primero, la amígdala está implicada en la atención exógena aunque los circuitos tradicionales no la contemplaban; y segundo, que efectivamente el grado de implicación en la tarea en curso es fundamental para detectar un distractor.

Conclusiones

Hay un detector de relevancia y cuando aparece un distractor importante biológicamente da una especie de alarma y hay también mecanismos que reorientan los recursos de procesamiento.

En el circuito clásico hay un responsable sobre todo de reorientar la mirada hacia los distractores, hay responsables de ubicarlos en el espacio y nos falta el responsable de detectar qué es importante y qué no lo es. Y aquí es donde intervienen, en nuestra opinión, la amígdala y el polo frontal o corteza prefrontal ventral. Estas dos estructuras son los detectores de relevancia, son estructuras que reciben información preatencional.

La atención exógena está especialmente sesgada hacia la estimulación emocional. Hay factores que pueden ampliar este efecto: el movimiento, que el sujeto tenga ansiedad y que esté poco implicado en la tarea principal.

La amígdala y el polo frontal son elementos no contemplados tradicionalmente pero que parecen importantes en la atención exógena.

Una cuestión sorprendente es la velocidad con la que el circuito de atención exógena puede responder, ya a los 100 milisegundos el cerebro discrimina y responde a ciertos estímulos distractores. ¿Cómo lo hace? Tiene que ver con la frecuencia espacial de la estimulación.

En una fotografía en blanco y negro -que tiene todas las frecuencias-los distractores muy probablemente van a aparecer por la periferia de nuestro campo visual y en la periferia del campo visual sobre todo tenemos bastones (no tienen una buena definición) y esta información borrosa va a una zona de tálamo que se llama las capas magnocelulares. Podemos hablar de un procesamiento magnocelular que es pobre en detalles y en colores pero que tienen una ventaja, es muy económico. A la amígdala y a la corteza prefrontal no llega información detallada, pero si de lo que se trata es de detectar una amenaza importa más la rapidez que la precisión. Esto es lo que recibe la corteza orbitofrontal y la amígdala.

Y por último decir que hicimos un estudio para comprobar si el circuito clásico de atención exógena respondía más a las frecuencias bajas y presentamos estímulos en tres formatos: sólo frecuencias altas, sólo bajas y todas, y vimos que muchas de las aéreas de los circuitos clásicos respondían más a las frecuencias bajas y el polo frontal también responde más a las baja frecuencias que a las altas. Por lo tanto añadiríamos la siguiente conclusión: en la atención exógena las frecuencias espaciales bajas son fundamentales, son la clave para detectar y reorientar los recursos hacia esos estímulos.

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La periodontitis ya es un factor de riesgo cardiovascular

La presencia de periodontitis (o infección en las encías) debe ser considerada como un factor de riesgo para desarrollar una enfermedad cardiovascular y, por lo tanto, se aconseja su prevención y tratamiento. Así se contempla en la versión 2012, recientemente publicada en el European Heart Jounal, de las guías promovidas por la Sociedad Europea de Cardiología (European Society of Cardiology, ESC) para la prevención de la enfermedad cardiovascular en la práctica clínica. Estas directrices proceden de los trabajos efectuados por la 5ª Joint Task Force de la Sociedad Europea de Cardiología y otras sociedades científicas afines relacionadas con la prevención de la enfermedad cardiovascular.

Aunque ya se tenían numerosas evidencias científicas y clínicas sobre el impacto negativo que tiene la periodontitis en el ámbito cardiovascular y sobre el aumento de aparición de eventos cardiovasculares en personas con periodontitis, esta recomendación de la ESC supone un espaldarazo definitivo para la estrategia de prevención y manejo de las infecciones de las encías, con el objetivo de evitar consecuencias nefastas a nivel cardiovascular.

“Para nuestra especialidad, y en general para la promoción de la salud periodontal, esta recomendación es un hito, puesto que sitúa a la periodontitis en la misma línea que otras enfermedades que han demostrado tener una clara repercusión sobre la salud cardiovascular (como la diabetes o la hipertensión arterial)”, destaca el Dr. Mariano Sanz, Decano de la Facultad de Odontología de la Universidad Complutense de Madrid. Según este Catedrático de Periodoncia y Patrono de la Fundación SEPA, “lo cierto es que en los últimos años hemos ido teniendo cada vez un mayor conocimiento sobre la interrelación que existe entre las enfermedades de las encías y la salud general”.

En concreto, en las guías se advierte expresamente que la periodontitis se asocia con la aparición de disfunción endotelial, aterosclerosis y con un incremento del riesgo de infarto de miocardio e ictus. De la misma forma, se reconoce que otros factores, como el bajo nivel socioeconómico y el hábito tabáquico, también pueden tener una importante influencia (y actuar como factores de confusión) en esta relación entre periodontitis y enfermedades cardiovasculares.

Por todo ello, en las Guías de la ESC se subraya que “la periodontitis puede ser considerada como un indicador de riesgo para alcanzar un bajo estatus de salud cardiovascular” y, por eso, se afirma que “su tratamiento está indicado de la misma forma que lo está el manejo de los otros factores de riesgo cardiovascular subyacentes”.

En estas guías, la periodontitis se sitúa en un apartado junto a otros trastornos de reconocido impacto negativo en la esfera cardiovascular, como la enfermedad renal crónica, la apnea del sueño, las enfermedades autoinmunes, la gripe o la disfunción eréctil.

Evidencias sólidas

Cardiólogos y odontólogos coinciden en asegurar ya que las enfermedades que afectan a las encías (especialmente las infecciones periodontales) son un factor de riesgo para sufrir episodios coronarios, algunos tan graves que pueden llegar a poner en peligro la supervivencia del paciente (como el infarto de miocardio).

De hecho, recientemente la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA) y la Sociedad Española de Cardiología (SEC) se han unido para tratar de arrojar luz sobre la vinculación que existe entre las enfermedades periodontales y las cardiovasculares, dando lugar a un manual sobre “Patología Periodontal y Cardiovascular: su interrelación e implicaciones para la salud”, que pretende erigirse en referencia para especialistas y médicos de Atención Primaria españoles.

En las enfermedades periodontales se libera en la sangre una gran cantidad de mediadores inflamatorios que pueden depositarse en diferentes órganos, siendo una de las fuentes más importantes de liberación de estos mediadores al torrente sanguíneo. En este sentido, se ha demostrado que la presencia de ciertos mediadores inflamatorios en las arterias coronarias es capaz de desencadenar la movilización de la placa de ateroma, que obstruyendo la luz de la arteria coronaria desencadena el infarto.

Además, nuevos trabajos apoyan la hipótesis de que los patógenos bacterianos procedentes del biofilm subgingival, así como la resultante respuesta que inducen en el hospedador, están directamente implicados en el desarrollo de la lesión aterosclerótica y, con ello, con un aumento del riesgo de acontecimientos cardiovasculares.

Por otro lado, en los últimos años se ha constatado que la asociación entre enfermedades periodontales y diabetes es bidireccional, es decir, que no sólo la diabetes mellitus aumenta el riesgo de sufrir enfermedad periodontal, sino que ésta puede afectar a la diabetes (alterando el control de la glucemia).

No es un problema banal

Esta vinculación entre enfermedad periodontal y cardiovascular resulta especialmente significativa por distintos motivos, aunque especialmente por la elevada prevalencia de los trastornos de las encías en nuestro medio.

La enfermedad periodontal es la causa principal de pérdida de dientes, afectando mundialmente a una gran parte de la población. En España, se estima que solo el 14,8% de los adultos, entre 35 y 44 años tiene las encías sanas, el 59,8% presenta gingivitis y el 25,4% periodontitis; en personas de 65 a 74 años, la situación aún es peor: el 10,3% tendría las encías sanas y el resto padecería algún tipo de enfermedad periodontal (51,6% gingivitis y el 38% periodontitis).

De hecho, los datos preliminares del primer estudio epidemiológico de salud bucodental específico de la población laboral en España (en el que participa SEPA) revelan que la enfermedad periodontal sigue siendo una asignatura pendiente en nuestro país. Partiendo de reconocimientos médicos laborales realizados por la Sociedad de Prevención de Ibermutuamur, se ha evidenciado que las enfermedades que afectan a las encías son más frecuentes en hombres que en mujeres, en trabajadores con estudios primarios, en personas con menos ingresos y su incidencia se eleva a medida que aumenta la edad. Tan sólo en la zona centro de España algo más del 30% de la población laboral presenta algún tipo de patología periodontal destructiva.

Y es que, como explica el Dr. Mariano Sanz, “aunque en nuestro país se ha documentado una importante reducción de enfermedades dentales paradigmáticas, como las caries, no ha sucedido lo mismo con las enfermedades de las encías”.

Sobre las enfermedades periodontales

La enfermedad periodontal es una patología que afecta al periodonto, es decir, a los tejidos que sostienen los dientes. Se trata de una enfermedad infecciosa causada por bacterias, aunque la etiología es multifactorial y, también, influyen factores genéticos, ambientales, locales, etc. Puede afectar a la encía, causando un proceso inflamatorio reversible, denominado gingivitis; si se mantiene mucho tiempo y se dan otros factores se inicia la periodontitis (común, aunque incorrectamente, llamada «piorrea»), en la que, además de la inflamación de la encía, se produce una destrucción más profunda que afecta a los otros tejidos del periodonto: el hueso alveolar, el cemento del diente y el ligamento periodontal.

Esta destrucción es irreversible y favorece la progresión adicional de la enfermedad al crear un espacio debajo de la encía (bolsa periodontal), donde cada vez se acumula mayor cantidad de bacterias que pueden poner en peligro la supervivencia de los dientes y elevar el riesgo de aparición de otras enfermedades (como las cardiovasculares).

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Expertos ultiman una nueva calculadora para medir el riesgo cardiovascular en la población española con diabetes tipo 2

La diabetes tipo 2 es uno de los principales factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular. Actualmente, se necesitan herramientas fiables para ayudar a los médicos a informar a sus pacientes sobre el nivel de riesgo de eventos cardiovasculares graves, así como del estilo de vida y las medidas terapéuticas necesarias para reducirlo.

Por este motivo, la Red de Grupos de Estudio de la Diabetes en Atención Primaria de la Salud (redGDPS) está trabajando en la validación en la población española de la calculadora de riesgo ADVANCE. Se trata de una nueva herramienta, realizada a partir de la base de datos del Estudio ADVANCE, para medir la probabilidad que tiene un paciente con diabetes tipo 2 de sufrir eventos cardiovasculares en los próximos cuatro años.

Tal y como explica el Dr. José Manuel Millaruelo, miembro de la RedGDPS y médico del Centro de Salud Torrero La Paz en Zaragoza, “hasta ahora, las tablas más utilizadas por los médicos españoles para la estratificación del riesgo cardiovascular en diabéticos tipo 2 son la SCORE -que valora la mortalidad total- y la conocida Framingham -que sobreestima en gran proporción el riesgo cardiovascular en la población general española-“.

A diferencia de estas tablas, las ventajas que supondrá la utilización de la calculadora de riesgo ADVANCE son significativas. “Aunque todavía son utópicas, hasta que se demuestren con el uso diario del instrumento, hay unas perspectivas muy halagüeñas, dado que la ecuación se obtiene del estudio con pacientes diabéticos más numeroso realizado -más de 10.000 pacientes de todo el mundo-, de una edad media de 65 años y con un tiempo de evolución de la diabetes de 8 años. Eso hace intuir que la validez externa será alcanzable, dada la similitud con nuestros pacientes”.

La ecuación de riesgo de ADVANCE se basa en 10 factores comúnmente evaluados en la práctica clínica diaria: la edad al diagnóstico, el sexo del paciente, la duración en años de la diabetes, la presión de pulso, la presencia de retinopatía, la presencia de fibrilación auricular, la hemoglobina glicosilada, el índice albumina creatinina, el colesterol no HDL y la presencia o no de hipertensión tratada.

“La consideración de factores como el índice albumina creatinina o del colesterol no HDL resultan muy interesantes. El primero, por su estrecha relación con el riesgo cardiovascular y el segundo, por las características específicas de la dislipemia diabética, en la que la cifra de colesterol total no es siempre representativa del riesgo cardiovascular. Tal vez en España no estamos acostumbrados a relacionar la presión de pulso y eso pueda ser un pequeño inconveniente inicial”, sostiene el Dr. Millaruelo.

Actualmente, el profesional sanitario tiene disponible la calculadora de riesgo ADVANCE, tanto en la página web www.advanceriskengine.com, como en una aplicación para iPhone y Smartphone. La redGDPS estima que la validación en la población española de esta calculadora podrá estar disponible a finales de 2012.

Sobre el estudio ADVANCE

ADVANCE (Action in Diabetes and Vascular Disease Preterax and Unidiamicron Controlled Evaluation) es el estudio internacional más amplio realizado hasta la fecha en diabetes tipo 2. Se trata de un estudio multicéntrico, randomizado y controlado frente a placebo, que contó con la participación de 11.140 diabéticos tipo 2, mayores de 55 años, procedentes de 215 centros sanitarios de Australia, Asia, Europa y Norteamérica, que han sido seguidos durante un periodo de ocho años.

Los resultados demostraron que combinar el control intensivo de la glucemia con Gliclazida (Diamicron) junto a la reducción de la presión arterial con la combinación fija de Perindopril e Indapamida (Preterax/Bipreterax), reduce el riesgo de muerte por enfermedad cardiaca en prácticamente una cuarta parte (24%) y el riesgo de complicaciones renales en un tercio (33%) en pacientes con diabetes tipo 2.

ADVANCE proporcionó evidencia adicional para una nueva estrategia terapéutica con la posibilidad de salvar vidas y de proteger a millones de pacientes en todo el mundo frente a complicaciones graves.

El estudio ADVANCE fue diseñado, conducido, monitorizado, analizado y publicado por un grupo de investigadores independientes del Australia”s George Institute for International Health y co-patrocinado por el Australian government”s National Health and Medical Research Council y Laboratorios Servier.