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Una manzana al día reduce las muertes vasculares en mayores de 50 años

Una nueva investigación revela que tomar una manzana diaria a la edad de 50 años o más podría prevenir o retrasar alrededor de 8.500 muertes vasculares provocadas por infartos y accidentes cerebrovasculares cada año en Reino Unido, lo que supondría una protección similar a administrar estatinas a todos los mayores de 50 años que no las están tomando ya.

Los autores del trabajo, publicado en la edición navideña de British Medical Journal, concluyen que la recomendación de la ingesta de esa fruta es capaz de igualar el uso más extendido de la medicina moderna y, probablemente, con menos efectos secundarios. La investigación tiene en cuenta a las personas que ya están tomando de forma apropiada las estatinas para reducir su riesgo de enfermedad vascular y, por tanto, los científicos subrayan que ninguna persona que esté tomando actualmente estatinas debe dejarlas, aunque sí comer más manzanas.

Mediante el uso de modelos matemáticos de un equipo de investigadores de la Universidad de Oxford, en Reino Unido, estos expertos probaron cómo ese proverbio de 150 años podría compararse con el uso generalizado de las estatinas en la población británica. Los investigadores analizaron el efecto sobre las causas más comunes de mortalidad vascular que tenía la prescripción de una estatina en aquellos que no la estaban ya tomando o una manzana al día en todos los adultos mayores de 50 años en Reino Unido.

Los investigadores asumieron una tasa de cumplimiento del 70 por ciento y que la ingesta total de calorías se mantuvo constante y estimaron que 5,2 millones de personas son actualmente elegibles para el tratamiento con estatinas en Reino Unido y que a 17,6 millones de personas que actualmente no están tomando estatinas se las ofrecerían si llegaran a ser recomendadas como una medida de prevención primaria para todos los mayores de 50 años.

Estos científicos calcularon que la oferta de una estatina diaria a 17,6 millones de adultos más reduciría el número anual de muertes vasculares en 9.400, al tiempo que ofrecer una manzana al día al 70 por ciento de la población total de Reino Unido mayor de 50 años (22 millones de personas) evitarían 8.500 muertes vasculares. Sin embargo, los efectos secundarios de las estatinas significan que la prescripción de estatinas para todas las personas mayores de 50 años puedan conducir a más de mil casos extra de enfermedad muscular (miopatía) y más de 10.000 diagnósticos adicionales de diabetes.

Un modelado adicional mostró una reducción adicional del 3 por ciento en el número anual de muertes vasculares cuando se prescribieron la ingesta de manzanas o estatinas a todos los mayores de 30 años, aunque también se prevé que se duplique la cifra de eventos adversos. “Este estudio muestra que pequeños cambios en la dieta, así como un mayor uso de las estatinas en la población pueden reducir significativamente la mortalidad vascular en Reino Unido”, dicen los autores.

“Esta investigación da más peso a las llamadas para un mayor uso de medicamentos para la prevención primaria de la enfermedad cardiovascular, así como para perseverar en las políticas destinadas a mejorar la calidad nutricional de las dietas de Reino Unido”, concluyen los autores de este trabajo.

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Los niños obesos tienen niveles de hormonas del estrés más altos

Los niños obesos producen, naturalmente, niveles más altos de una hormona clave del estrés que los de peso normal, según un nuevo estudio aceptado para su publicación en Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism.

El cuerpo produce la hormona cortisol cuando una persona experimenta estrés, de forma que cuando alguien se enfrenta frecuentemente a situaciones estresantes, el cortisol y otras hormonas del estrés se acumulan en la sangre y, con el tiempo, pueden causar serios problemas de salud.

Este estudio, el primero en mostrar que los niños obesos tienen niveles de cortisol crónicamente elevados, midió la presencia de esa hormona en el pelo del cuero cabelludo, que refleja la exposición a largo plazo y puede ser un biomarcador del estrés.

“Nos sorprendimos al encontrar a niños obesos, de tan sólo 8 años de edad, con niveles elevados de cortisol”, dijo una de las autores del estudio, Erica van den Akker, del Hospital Erasmus MC-Sophia Children en Rotterdam, Países Bajos. “Mediante el análisis de cabello del cuero cabelludo de los niños, hemos sido capaces de confirmar los niveles elevados de cortisol que han persistido en el tiempo”, agrega.

El estudio observacional caso-control analizó muestras de cabello de 20 niños obesos y 20 menores con peso normal para medir los niveles de cortisol a largo plazo. Cada grupo incluyó a 15 niñas y cinco niños entre las edades de 8 y 12 años.

Los sujetos obesos tenían una concentración media de cortisol de 25 pg/mg en el pelo del cuero cabelludo, en comparación con una concentración media de 17 pg/mg en el grupo de peso normal. Las concentraciones de esa hormona que se encuentran en el cabello reflejan la exposición de cortisol en el transcurso de aproximadamente un mes.

“Debido a que este estudio se llevó a un enfoque observacional, más investigación determinará la causa de este fenómeno -matiza Van den Akker-. “No sabemos si los niños obesos, en realidad, experimentan más estrés psicológico o si sus cuerpos manejan las hormonas del estrés de manera diferente. Responder a estas preguntas clave mejorará nuestra comprensión de la obesidad infantil y puede cambiar la forma en que la tratamos”.

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Se presenta el libro Dislipemias: 100 preguntas más frecuentes

La compañía biofarmacéutica AstraZeneca, con el aval científico de la Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA) ha elaborado el libro Dislipemias: 100 preguntas más frecuentes, destinado a responder a las cuestiones con las que los profesionales sanitarios se encuentran en la práctica clínica diaria y, con ello, contribuir a mejorar el manejo de los pacientes que padecen dislipemias.

La obra ha sido elaborado por cuatro especialistas en trastornos del metabolismo lipídico: el Dr. Juan de Dios García, del Hospital Universitario Príncipe de Asturias de Madrid; el Dr. Carlos Lahoz, del Hospital Carlos III de Madrid; el Dr. Ignacio Morón, del Centro de Salud Goya del Servicio Madrileño de Salud; y el Dr. Antonio Ruíz, del Centro de Salud Pinto de Madrid; con la coordinación y supervisión de la Dra. Teresa Mantilla, del Centro de Salud Universitario Prosperidad de Madrid, y el Dr. Jesús Millán, del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid.

En palabras de la Dra. Teresa Mantilla, “es bien conocido que la primera causa de morbi- mortalidad en nuestro medio, considerando la población general, son las enfermedades cardiovasculares, lo que obliga a que el abordaje de los factores de riesgo cardiovascular sea el gran reto que tiene la medicina clínica. A pesar de que aquellos factores modificables como las dislipemias son los que aportan más riesgo para las enfermedades cardiovasculares, la situación de la población española es preocupante, ya que las dislipemias constituyen actualmente un proceso infradiagnosticado, infratatado e infracontrolado. De ahí la necesidad de un libro de consulta que ayude a todos los profesionales a solventar las dudas sobre las dislipemias que se plantean cada día en la consulta”.

En España, la situación de los factores de riesgo todavía es preocupante. Un porcentaje considerable de los pacientes con algún factor de riesgo cardiovascular no tiene detectado el riesgo, y de aquellos que están diagnosticados, sólo un porcentaje limitado se encuentra tratado. Por lo que el grado de control del factor de riesgo es una cuestión que requiere una mejoría importante.

El estudio ENRICA, recientemente publicado, ha puesto de manifiesto que del aproximadamente 50% de la población española que tiene cifras elevadas de colesterol, sólo la mitad son tratados y, de éstos, sólo un 53% se encuentran controlados. Como consecuencia, sólo en el 11% de la población se encuentra correctamente manejada la hipercolesterolemia como factor de riesgo. De otros factores de riesgo, como es el caso de la hipertrigliceridemia o la dislipemia aterogénica, ni siquiera se conocen con detalle los porcentajes.

Un libro práctico y completo para el profesional sanitario

La obra Dislipemias: 100 preguntas más frecuentes, consta de 8 capítulos que recogen información epidemiológica, del manejo de la enfermedad y sus tratamientos, así como recomendaciones y consejos para el paciente:

1. Aspectos generales y epidemiológicos: recoge una explicación detallada de la situación de enfermedades cardiovasculares en España, los factores de riesgo y las dislipemias más frecuentes.

2. Manejo diagnóstico para el tratamiento de la dislipemia en pacientes con o sin enfermedad cardiovascular previa: incluye los criterios de diagnóstico, los factores de riesgo que deben ser estudiados y los pacientes con un alto riesgo cardiovascular.

3. Manejo de la dislipemia en situaciones especiales: responde a preguntas sobre el manejo de la dislipemia en pacientes menopáusicas, embarazadas, con insuficiencia renal crónica, mayores de 80 años, entre otros.

4. Objetivos para el tratamiento de las dislipemias: análisis de los elementos del perfil lipídico más importantes para fijar los objetivos de control terapéutico.

5. Modificaciones sobre el estilo de vida para el control de la dislipemia: recomendaciones para alcanzar un nivel óptimo de salud y un estilo de vida cardio-saludable. La reducción del riesgo cardiovascular mediante modificaciones medioambientales y hábitos de vida son las estrategias poblacionales de prevención más rentables, al tratarse de factores de riesgo modificables.

6. Fármacos hipolipemiantes: descripción de los principales mecanismos de acción de estos fármacos, cómo funcionan y qué efectos tienen en el paciente.

7. Tratamientos combinados con fármacos hipolipemiantes: respuestas a cuándo plantear un tratamiento combinado con hipolipemiantes y estudio del paciente candidato.

8. Efectos adversos farmacológicos: información detallada de todos los efectos adversos que puedan generar los diferentes tipos de fármacos disponibles.

Debido a la gran aceptación que ha recibido el libro entre los profesionales médicos, los expertos ya se encuentran trabajando en una nueva obra. El libro será una continuación de este primero, estará enfocado al Tratamiento de las Dislipemias en situaciones especiales y será publicado en 2014.

NAVIDAD2

Muchos alérgicos debutan en Navidad

Frutos secos, marisco, pescado o algunas frutas son los que con mayor frecuencia se relacionan con reacciones alérgicas en estas fiestas. Además, al consumirse en mayor cantidad,se produce un aumento en el número de casos que llegan a los Servicios de Urgencias Hospitalarias.

Por este motivo, la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) recuerda que no es lo mismo intolerancia que alergia a los alimentos. La persona intolerante no puede metabolizar adecuadamente el alimento y presenta síntomas digestivos ante su ingestión, sin participación del sistema inmunológico. Por ejemplo, en el caso de la intolerancia a la lactosa la persona experimenta dolor abdominal y diarrea tras la toma de leche, pero tolera la ingestión de yogures o quesos curados, mientras que el alérgico a la leche no tolera la toma de ningún producto lácteo y los síntomas no se limitan al aparato digestivo.

Diferentes síntomas, diferente gravedad

Los alergólogos recuerdan que los síntomas de una reacción alérgica aparecen en las dos horas siguientes a la ingestión del alimento y que la gravedad varía en función de la cantidad de alérgeno ingerido, sensibilidad de la persona, y factores externos como el asma, el ejercicio físico o el consumo de analgésicos o alcohol. Aunque suelen ser leves, las reacciones a alimentos causan entre el 10% y el 50% de las anafilaxias tratadas en Urgencias, y los más frecuentemente implicados son el huevo, la leche, las frutas y los frutos secos.

Por el contrario, en las intolerancias los síntomas pueden aparecer más lentamente y suelen ser náuseas, diarrea, dolor abdominal, cólico, cefalea o sensación de mareo y calor. A diferencia de las alergias, se pueden consumir pequeñas cantidades del alimento o componente sin que den síntomas o haya peligro.

En nuestro país el diagnóstico de alergia a alimentos se ha duplicado en poco más de una década, pasando de una prevalencia del 3,6% en 1992 al 7,4% en 2005, de acuerdo a los estudios epidemiológicos Alergológica realizados por la SEAIC. La enfermedad celiaca, afecta al 1% de la población general, y la intolerancia a la lactosa (única que puede diagnosticarse mediante un test hospitalario) al 10%.

Si se sufre una reacción alérgica o se sospecha que se padece una intolerancia, se debe solicitar una visita al alergólogo para que realice un diagnóstico y pueda llevar a cabo el tratamiento. En el caso de sufrir una reacción anafiláctica, se debe acudir a un Servicio de Urgencias porque la atención es urgente y vital.

Cuidado con la compra

Estas fechas festivas son también la ocasión en la que muchas personas degustan por primera vez algunos alimentos potencialmente generadores de alergias, por ejemplo, al consumir dulces navideños, como los turrones o el mazapán, que poseen ingredientes encubiertos entre sus componentes.

La doctora Belén de la Hoz, experta de la Sección de Alergología del Hospital Universitario Ramón y Cajal y coordinadora del Comité de Alergia a Alimentos de la SEAIC explica que, “en el caso de contar con un alérgico a alimentos o un celíaco en casa debemos tener cuidado al hacer la compra y leer atentamente los etiquetados. En ocasiones, los alérgenos y el gluten pueden ocultarse en preparaciones típicas de la Navidad. El problema es que en esta época del año debutan muchos alérgicos: niños que prueban por primera vez los frutos secos del turrón o el marisco, por ejemplo”.

Recomendaciones para alérgicos

– Extremar la precaución. Los alérgicos viven situaciones fuera de su entorno habitual: en muchos casos se mezclan alimentos o en determinados platos se desconocen los ingredientes exactos.

– Debe mirarse con más atención el etiquetado de dulces, carnes, embutidos, salsas y otros alimentos precocinados. Es importante alertar a las personas que estos días supervisan a los niños alérgicos, de forma general poco instruidos en la evitación.

– Las asociaciones de pacientes ofrecen en sus páginas web recetas alternativas a los dulces navideños.

– Los cambios de hábitos y horarios en estos días disminuyen la correcta realización de los tratamientos, favoreciendo las crisis de alergias respiratorias (rinitis y asma bronquial).

– Exposición a humos o irritantes como el frío pueden aumentar los síntomas en las alergias respiratorias y producir casos de urticaria frigore (alergia al frío).

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La diabetes es una de las enfermedades crónicas más desconocida

El 60% de los españoles se consideran suficientemente informados sobre la diabetes, según los últimos datos extraídos del estudio Percepción social de la diabetes en España, realizado por el Observatorio de la Diabetes de la Federación de Diabéticos Españoles (FEDE) en colaboración con la Universidad Complutense de Madrid (UCM), la empresa de estudios de opinión GAD 3 y el apoyo de www.DiaBalance.com. Pero, ¿es realmente cierto?

Sobre este particular, los españoles creen estar bien informados sobre esta enfermedad crónica que, en España, afecta a más de 5 millones de personas, pero la realidad demuestra que todavía son necesarias acciones y campañas de información para tener un mayor grado de conocimiento sobre lo que implica realmente esta patología. Tanto es así, que algunas de las cifras del citado estudio ponen de manifiesto todo lo contrario. Es decir, que lo que impera es un alto grado de desconocimiento. Por ejemplo, casi un 40% de los españoles identifica la diabetes como una enfermedad aguda y no como un problema crónico. Igualmente, un porcentaje similar la asocia a un problema inmunológico, cuando en realidad es del sistema metabólico.

Otra conclusión que también se extrae del informe es que sólo el 43% de los encuestados acierta al identificar el páncreas como el órgano que deja de funcionar adecuadamente cuando se tiene diabetes. Quizás porque las mujeres son quienes cuidan más de los familiares enfermos, la encuesta revela que quienes más aciertan esta cuestión son las mujeres y en mayor medida, las amas de casa. Sin embargo no hay diferencias por nivel de estudios. Si existiese en España la necesaria ‘cultura de la diabetes’, es decir, información, divulgación y debate en torno a la enfermedad, sería de esperar que hubiese una importante diferencia en el grado de conocimiento entre las personas con menores niveles de estudios y los titulados universitarios. Sin embargo, ese no es el caso. Un 44% de los españoles con estudios primarios acierta la pregunta, y dicho porcentaje es sólo 10 puntos más alto entre los españoles con más estudios.

Así las cosas, la primera conclusión que se debe extraer es que se debe invertir más en acciones de concienciación a la sociedad en general, para que la población española, y no sólo los pacientes diabéticos, cuenten con ella; y segundo, que debe ser la Administración Pública, en colaboración con el colectivo afectado, la que debe tomar medidas efectivas para cambiar esta situación.

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Un estudio prueba que tomar vitamina D en el embarazo mejora el desarrollo óseo del feto

Una investigación realizada por el Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Universitario Doctor Peset de Valencia ha concluido que dar vitamina D como suplemento a las mujeres embarazadas favorece el desarrollo óseo en el feto, lo que se sumaría a otros efectos beneficiosos atribuidos a esta vitamina, tanto en la madre como en el bebé.

El estudio, liderado por la doctora Lorena Sabonet junto con el equipo de Obstetricia y Ginecología del centro, ha recibido el Premio a la Mejor Comunicación Oral Clínica en el XVIII Congreso de la Sociedad Española de Investigación Ósea y del Metabolismo Mineral, según ha informado la Generalitat en un comunicado.

La investigación se llevó a cabo en 98 mujeres gestantes que fueron divididas en dos grupos, uno de los cuales recibió un suplemento de vitamina D a partir de la semana 20 de gestación.

En la semana 28 de embarazo se pudo observar que los niveles de vitamina D en sangre en el grupo que había recibido el suplemento eran de 4 nanogramos por mililitro superiores a los de las mujeres que no lo habían recibido, con lo que sus niveles se acercaban significativamente al nivel óptimo de vitamina D durante el embarazo (30 nanogramos por mililitro).

Además, a través de ecografías 3D se pudo observar que el índice óseo femoral de los fetos que habían recibido la vitamina D era superior al de los fetos del grupo que no fue tratado con el suplemento.

Según ha explicado la doctora Sabonet, “el metabolismo óseo experimenta diferentes modificaciones durante la gestación con el fin de garantizar la transmisión de calcio de la madre al feto” y en este proceso la vitamina D “cumple un papel fundamental”. “Hemos observado que a pesar de vivir en una zona con mucho sol, la mayoría de las embarazadas llegan con falta de vitamina D”, ha agregado.

Las conclusiones de esta investigación podrían resultar esenciales en la prevención de numerosas enfermedades relacionadas con la carencia de vitamina D durante el embarazo, tales como la preeclamsia, la diabetes gestacional o la vaginosis bacteriana en la madre. Además, estudios recientes apuntan a que las mujeres embarazadas con déficit de vitamina D tienen un mayor riesgo de tener un parto por cesárea. El bebé también se puede ver afectado por la insuficiencia de vitamina D en la madre y puede llegar a sufrir retraso del crecimiento intrauterino (RCIU), así como otro tipo de complicaciones entre las que destacan las infecciones respiratorias.

Great friends

España pedirá a Europa que se eduque en alimentación, nutrición y ejercicio en los colegios

Esta petición se ha plasmado en el Proyecto de Informe sobre el patrimonio gastronómico Europeo: aspectos culturales y educativos, realizado por la Real Academia de Gastronomía y la Fundación Española de Nutrición y que ha contado con el apoyo del vicepresidente del Grupo Popular Europeo, Jaime Mayor Oreja.

La iniciativa parte del hecho de que la gastronomía es una de las manifestaciones culturales “más importantes” del ser humano y un elemento “esencial” de la identidad y patrimonio cultural europeo; de que es un factor de riqueza y un “importante reclamo” para el turismo; y de que el estado de salud y el bienestar de la población están muy condicionados por el tipo de alimentación y la adquisición, desde la infancia, de hábitos alimenticios saludables.

Por este motivo, según ha informado el eurodiputado y miembro de la Comisión de Educación y Cultura del Parlamento Europeo, Santiago Fisas, el texto solicita a los Estados miembros de la Unión Europea la inclusión en los planes de estudios de conocimientos sobre alimentación y salud nutricional, a la vez de formación en cultura y experiencia gastronómica; y la formulación de políticas encaminadas a mejorar la industria gastronómica y garantizar el mantenimiento de la diversidad y singularidad de los productos artesanales, locales, regionales y nacionales.

“Hay que promover también entre los más pequeños la realización de actividad física y mostrarles que el placer que produce la comida es bueno para la salud siempre y cuando se haga a través de alimentos saludables. En esta formación son necesarios los padres pero, más aún, las escuelas”, ha apostillado Fisas.

Enseñar a comer menos y a hacer ejercicio físico diariamente

Estas declaraciones han sido corroboradas por el director general del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III y director de la unidad de Cardiología del Hospital Monte Sinaí de Nueva York, Valentín Fuster, quien ha recordado que, más allá de los conocimientos sobre nutrición, es necesario concienciar a la sociedad de que lo “importante” es comer menos y realizar ejercicio físico a diario.

Y es que, tal y como ha recordado el cardiólogo, el mundo se está enfrentando actualmente a la “epidemia” de las enfermedades cardiovasculares las cuales principalmente se producen por “seis factores de riesgo”: la elevada hipertensión arterial, la obesidad, la diabetes, el tabaquismo, el elevado colesterol y el sedentarismo. Unos factores que, según ha aseverado, están presenten (al menos uno de ellos) en 95 por ciento de la población mundial y en el 80 por ciento, dos factores de riesgo.

Por este motivo, el experto ha destacado la necesidad de que se eduque a los más pequeños en estos hábitos saludables ya que ha reconocido que cambiar las costumbres alimenticias de las personas mayores es una tarea “más complicada”. “El problema de esta epidemia es que la gente no se cree que sea vulnerable y, debido a ello, es necesario que se formen a los niños de entre 3 y 6 años en estilos de vida saludables para que sean adultos sanos en el futuro”, ha apostillado.

“No hay sistema sanitario que soporte más obesidad”

De este modo se ha pronunciado también el presidente de la Real Academia de Gastronomía, Rafael Ansón, quien ha avisado de que “no hay sistema sanitario que soporte más obesidad y más enfermedades derivadas de una mala alimentación” y ha lamentado que, actualmente, “se esté perdiendo la cultura de la mesa y los niños coman mirando la televisión o delante del ordenador”.

“Hay que recurrir a todo el entorno familiar y educativo para que se conciencien sobre la importancia que tiene saber comer y sobre el hecho de que una de las cosas que más influyen en la calidad de vida es la alimentación”, ha recalcado Ansón.

Por su parte, el dos veces campeón del Mundo de Rallyes y campeón del Rallye Dakar 2010, Carlos Sáinz, ha comentado que los logros que ha obtenido en el deporte han sido posible gracias a que desde pequeño ha evitado el sedentarismo y ha intentado llevar a cabo una alimentación saludable. “Hay que comer sano, lo justo, y moverse”, ha apostillado.

Finalmente, el presidente de la Fundación Española de la Nutrición, Gregorio Varela, junto a Mayor Oreja han destacado la importancia que tiene el proyecto y han pronosticado que serán bien recibido por los Estados miembros.

enfermedad crónica

Consejos para unas Navidades con la tensión a raya

Estamos inmersos en las fiestas navideñas y con ellas llegan los atracones en las comidas, los dulces o el exceso de alcohol, lo que supone un aumento de peso y, por tanto, un incremento de la presión arterial y de los niveles de colesterol. La doctora Nieves Martell, presidenta de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA), señala que “los españoles suelen ganar algunos kilos en estas fechas, pero hay que tener especial cuidado cuando esto ocurre en personas que padecen hipertensión, diabetes, obesidad o colesterol elevado”. Por ese motivo, los expertos sugieren moderación con las comidas y ejercicio físico para evitar subidas inesperadas de presión arterial que pueden conducir a enfermedad cardiovascular.

En este sentido, las comidas pesadas y ricas en sal, el consumo de bebidas alcohólicas, las sobremesas con café o el exceso de azúcar de los dulces pueden aumentar todos estos riesgos en las personas con hipertensión, que en España son 14 millones. Por ello, es aconsejable limitar consumir estos alimentos y practicar ejercicio. “La cuestión no es erradicar completamente estos alimentos de la dieta, sino moderar su consumo y continuar comiendo también pescado o verduras. Además, con la época festiva no debemos abandonar nuestros hábitos saludables rutinarios, como el ejercicio físico, que es fundamental, ya que contribuye al bienestar general y a la salud de diversas formas: además de contribuir a reducir la presión arterial, disminuye la frecuencia cardiaca y reduce el riesgo de cardiopatía isquémica”, explica la doctora Martell.

Por otra parte, uno de los descuidos más típicos es olvidar la medicación, lo que puede provocar subidas repentinas de las cifras de presión arterial. La hipertensión arterial es una enfermedad crónica en la mayoría de los casos y su tratamiento debe ser continuado y nunca debe dejar de tomarse o reducirse las dosis sin indicación médica. Centrándose en esta última, y advirtiendo de su peligro, la presidenta de la SEH-LELHA puntualiza que “es importante resaltar que aunque la tensión esté controlada no debe dejarse de tomar la medicación”.

Consejos saludables en Navidad

Es posible disfrutar las celebraciones navideñas si evitamos lo excesos y sabemos compensar una comida copiosa con otra más ligera. Además, es más fácil de lo que pensamos. Únicamente conviene tener en cuenta una serie de medidas para estar saludable y evitar que la báscula o el tensiómetro nos pase factura:

1. Son fechas de ocio y distensión pero se debe seguir evitando el tabaco. Asimismo, se debe moderar el consumo de bebidas alcohólicas, ya que tienen muchas calorías y pueden disminuir la eficacia de algunos fármacos antihipertensivos.

2. Caminar puede ser beneficioso para contrarrestar los excesos de las comilonas.

3. Se debe comer despacio y en pequeñas cantidades. Por lo tanto, es desaconsejable comer de platos comunes, debido a que no tenemos un control sobre las proporciones que consumimos.

4. Anímese a cantar villancicos y bailar tras las comidas y cenas, le ayudará a hacer la digestión y sentirse más ligero.

No obstante, lejos de grandes sacrificios, la página web del Club del Hipertenso ofrece apetitosas recetas y consejos saludables para que los pacientes puedan mejorar su estilo de vida durante las fiestas y después de ellas.

nefropatía diabética

La dieta y la actividad física disminuyen el riesgo de cálculos renales

Incluso pequeñas cantidades de actividad física pueden disminuir el riesgo de desarrollar cálculos renales, mientras que consumir demasiadas calorías puede elevar las posibilidades de padecerlos, según concluye un estudio que aparece publicado en el Journal of American Society of Nephrology.

En los últimos 10 a 15 años, la investigación ha revelado que los cálculos renales son más de lo que se pensaba un problema sistémico. Sus vínculos con la obesidad, la diabetes, el síndrome metabólico y la enfermedad cardiovascular demuestran que el proceso de formación de cálculos implica algo más que a los riñones.

El profesor Mathew Sorensen, de la Escuela de Medicina y el Departamento Puget Sound de Asuntos Veteranos de la Universidad de Washington, en Estados Unidos, y sus colegas realizaron un estudio para evaluar si la ingesta de energía y el consumo de energía se relacionan con la formación de cálculos renales.

Los expertos estudiaron a 84.225 mujeres posmenopáusicas que participaron en la Women Health Initiative, en la que se recopiló información, por ejemplo sobre la dieta y la actividad física en las mujeres desde la década de 1990. Después de ajustar múltiples factores, como el índice de masa corporal (IMC), los científicos vieron que la práctica de actividad física se asocia con un 31 por ciento menos de riesgo de cálculos renales.

“Incluso pequeñas cantidades de ejercicio pueden disminuir el riesgo de cálculos renales, que no se necesita que sean maratones puesto que la intensidad del ejercicio no parece importar”, destaca Sorensen. Las mujeres pueden obtener el máximo beneficio mediante la realización de diez equivalentes metabólicos por semana, es decir, unas tres horas semanales de caminar (entre 3,2 y 4,8 kilómetros por hora), cuatro horas de jardinería suave o una hora de carrera moderada (9,6 kilómetros por hora).

El equipo también descubrió que el consumo de más de 2.200 calorías por día aumenta el riesgo de desarrollar cálculos renales hasta en un 42 por ciento, de forma que la obesidad también es un factor de riesgo. “Ser consciente de la ingesta de calorías, vigilar el peso y esforzarse por practicar el ejercicio físico son factores importantes para mejorar la salud en general de nuestros pacientes en general y prevenir los cálculos renales, en particular”, resume Sorensen.

obestres

XVIII Día Nacional de la persona obesa: Dile NO al OBESTRÉS

“La respuesta frente al estrés no es homogénea en todas las personas, mientras que el 20% de la población no variará su patrón alimentario, el 40% lo incrementará, con una clara preferencia por los alimentos con alto contenido calórico, es decir, alto contenido en grasas y dulces”, asegura el doctor Albert Lecube, coordinador del Grupo de Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). “Esta es otra de las causas que sumaría efectos para explicar la actual epidemia de obesidad”, asegura el experto.

Con motivo del XVIII Día Nacional de la Persona Obesa, que se celebra el viernes 13 de diciembre, la SEEN y la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) llevan a cabo la campaña Dile NO al OBESTRÉS. En este sentido, explica el doctor Javier Salvador, presidente de la SEEN, “tres de cada 10 personas con obesidad tiene problemas relacionados con el estrés”. Cabe destacar, además, que el “estrés constituye, por sí mismo, un factor de riesgo adicional para el desarrollo de ciertas enfermedades, como las enfermedades cardiovasculares”, asegura el presidente de la SEEN.

El 24% de los hombres y el 21% de las mujeres españolas sufre obesidad. De igual manera cabe destacar que el 14% de los niños y adolescentes en España presenta obesidad y el 25% sobrepeso. Para la doctora Susana Monereo, secretaria general de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), “teniendo en cuenta que en nuestro país hay un incremento constante y alarmante año tras año de las cifras de sobrepeso y obesidad, creemos que la población no está suficientemente concienciada y que, por lo tanto, seguimos comiendo mal. En este contexto, desde las sociedades científicas abogan por insistir en educar y animar a la gente a cambiar sus hábitos de vida de forma progresiva. En este sentido, asegura la doctora, “aunque las circunstancias no nos acompañen, debemos hacer un esfuerzo por comer mejor”. Comer deprisa fuera de casa, no hacerlo alrededor de la mesa con toda la familia, comer mientras se ve la televisión o lo que es peor aún delante del ordenador, etcétera, “son factores que está demostrado científicamente que determinan que haya más obesidad”, indica la secretaria general de SEEDO. “Para mejorar esta situación, deberíamos volver a los patrones más clásicos de alimentación, ya que actualmente se ha roto el equilibrio entre las calorías que consumimos diariamente y las que gastamos, lo que conlleva un incremento de grasa corporal y el consiguiente aumento de peso”, concluye.

Dile NO al OBESTRÉS

“En la sociedad actual estamos sometidos a continuas fuentes de incertidumbre y estrés, personales, económicas y laborales- asegura doctor Lecube- y esta percepción aumentada del estrés modifica nuestro comportamiento alimentario y, no solo eso, el estrés tiene influencia en la elección de los alimentos y en el tamaño de las raciones, las aumenta”. En este sentido, el estrés se asocia con un aumento de la adiposidad central, siendo este efecto mayor en los hombres que en las mujeres.

El doctor Lecube explica que “independientemente del aumento o descenso de la ingesta, la mayoría de las personas estresadas asegura consumir un incremento en el consumo de los alimentos más ‘palatables’”. Es decir, el estrés favorece la ingesta de alimentos que podrían denominarse de “recompensa”. “Son aquellos alimentos más placenteros para nuestro paladar, generalmente más ricos en grasas o más dulces, cuya ingesta favorece la aparición temporal de un estado de felicidad”, indica doctor Lecube. “Los alimentos que suelen escogerse cuando estamos estresados son aquellos que en condiciones normales desaconsejamos cuando queremos hacer una vida saludable o perder peso”, concluye.

La exposición acumulada al estrés laboral a lo largo de los años aumenta, además, el riesgo de desarrollar síndrome metabólico. De igual manera, asegura este experto, “se dispone de suficiente información que indica que la exposición al estrés a lo largo de distintos periodos de la vida, como por ejemplo en la infancia o la adolescencia, momento en que gran parte de las estructuras neurológicas, como la amígdala, el hipocampo y el sistema mesolímbico, aún no están totalmente desarrolladas, influye sobre el peso en la edad adulta, siendo cruciales para el desarrollo futuro de obesidad”.

Propensos al “obestrés”

“Estudios prospectivos nos ayudan a poder identificar aquellas personas que van a responder al estrés en uno u otro sentido,” indica doctor Lecube. Aquellos sujetos que, inicialmente, antes de sufrir el estímulo estresante, tienen sobrepeso u obesidad leve están más inclinados a responder incrementando la ingesta y su peso. Por el contrario, aquellas personas con un peso inicial de normalidad o con bajo peso, responderían no modificando su ingesta o disminuyéndola. “Estas observaciones permiten sugerir que la diferencia entre unos y otros que justificara esta distinta respuesta podrían ser las concentraciones de insulina, mayores en aquellos con mayor índice de masa corporal”, asegura doctor Lecube.

El estrés normalmente funciona como un sistema/ritmo circadiano e interactúa con otros sistemas para regular una gran variedad de funciones endocrinas, inmunológicas, metabólicas y cardiovasculares. Según el doctor Lecube, “más allá de la influencia que puedan tener los niveles de insulina, el estrés produce la activación del eje hipotálamo-hipofisario-glándula adrenal, favoreciendo la producción de corticoides por las glándulas adrenales”. En el cerebro hay receptores para esta hormona (corticoides) que al ser estimulados actúan como factores de transcripción y/o regulando la expresión de algunos genes.

El 83% de los encuestados considera el sobrepeso un problema de salud

Según los resultados de una encuesta llevada a cabo por SEEDO y realizada telefónicamente a más de 1.170 personas, el “44% de los entrevistados manifestó tener conciencia de tener exceso de peso, al tiempo que el 43% reconocía haber hecho algo para adelgazar en el último año”, indica la doctora Monereo. Tan solo el 19% acudió al médico para guiarle de manera saludable en esta pérdida de peso, mientras que el 92% prefirió recurrir a las “dietas milagro” pese a reconocer que no cree en sus beneficios para la salud, ni en sus rápidos resultados. “Es cierto que comer peor está asociado al tipo de vida que llevamos, pero esto no es excusa para seguir haciéndolo mal, ya que hay opciones para hacer que nuestra dieta sea variada y adaptarla a nuestro estilo de vida”. Se trata, asegura el doctor Salvador, de una cuestión de hábitos adquiridos, “que obviamente no son los más adecuados para nuestra salud y hay que aprender a cambiarlos para prevenir posibles futuras enfermedades como la obesidad, o la diabetes”.

Según datos de la misma encuesta, el 75% de las personas consultadas percibe cierta discriminación con motivo de su peso y el 74 asegura tener dificultad para relacionarse socialmente. A este respecto, el 75% aseguró tener dificultad para encontrar un puesto de trabajo y el 72% dificultad para encontrar pareja.

La música y la comida son todo un placer para los sentidos, ¿qué tal si las aprovechamos para mejorar la salud? No te pierdas nuestra noticia de hoy #FelizJueves (enlace a noticia 2)

El consumo de café mejora el rendimiento de nuestro cerebro

café rendimiento cerebro

También hay dudas muy extendidas a nivel popular sobre si su consumo es seguro o puede entrañar riesgos para la salud. Una revisión científica realizada por la profesora Ana Adan, Profesora Titular del departamento de Psiquiatría y Psicobiología Clínica de la Universidad de Barcelona concluye que el uso responsable y moderado de cafeína es una estrategia segura y eficaz para mejorar el rendimiento cognitivo, mejorando nuestra capacidad de alerta, atención y concentración.

Tras revisar los estudios científicos más relevantes en materia de cafeína y rendimiento cognitivo de los últimos 20 años, la profesora Adan ha concluido que el consumo de hasta 400 mg de cafeína al día aumenta de forma segura nuestra capacidad cognitiva, ya que sus efectos en el organismo producen incrementos en la alerta, la atención y la concentración. Además, la cafeína mejora nuestro estado de ánimo subjetivo. Tras su ingesta nos sentimos más eficientes, vigorosos y motivados por el trabajo. Por el contrario, la cafeína reduce nuestra percepción subjetiva de somnolencia, fatiga, cansancio y afecto negativo.

Estos beneficios de la cafeína en el rendimiento cognitivo son mayores en personas que se hallan en condiciones deficitarias de sueño o en situaciones estresantes. “Para mantener un buen estado de alerta es imprescindible haber dormido las horas necesarias, pero cuando este descanso no se produce, ciertas sustancias, como la cafeína, pueden ayudarnos a mejorar nuestro estado de vigilia siempre y cuando se utilicen de forma responsable”, señala el Dr. Eduard Estivill, coordinador de la Unidad de Sueño del Hospital General de Cataluña.

Por su contenido en cafeína, el café puede ser un buen aliado para aquellas personas obligadas a mantenerse despiertas por demandas socio-ambientales, como los trabajadores “corre-turnos”, o que se encuentren fatigados por diversos motivos, como preparar una oposición. Esta tesis la respalda un estudio de opinión realizado por el Centro de Información Café y Salud con trabajadores del turno de noche de los colectivos de enfermeras y transportistas. El 68% de las enfermeras y el 73% de los transportistas toman 1 ó 2 tazas de café antes de iniciar su turno o durante el mismo. Entre las principales razones esgrimidas para su consumo se encuentran sus propiedades estimulantes, además de su aroma y su sabor. La mayoría de los encuestados cree que el café les ayuda a vencer la somnolencia y el cansancio, pero sólo el 16% considera que, además, puede mejorar su nivel de alerta y atención, tal y como demuestra la ciencia. La encuesta también revela que el 65% de los consumidores habituales de café notan diferencias si alguna noche no lo toman. El 58% de los transportistas y el 39% de las enfermeras notan más sueño y cansancio.

Cafeína y conducción

Los estudios realizados demuestran que la cafeína mejora la atención favoreciendo la concentración para la ejecución de tareas de vigilancia y atención sostenida. Tras su ingesta se observa una reducción del tiempo de reacción aumentando la velocidad de respuesta y la precisión (menor riesgo de cometer errores). Ello parece deberse fundamentalmente al incremento de la atención visual y puede suponer una ayuda en la ejecución de tareas cotidianas como la conducción. Un estudio realizado en 2006 en condiciones reales de conducción nocturna en una autopista durante 200 km demuestra una conducción más estable, precisa y segura tras el consumo de un café con 200 mg de cafeína en comparación con una siesta de 30 minutos y un café descafeinado.

Beneficios del consumo de café

La acción sinérgica de la cafeína con otras sustancias que también tienen efectos positivos en la cognición, como la glucosa, puede optimizar la capacidad de atención, aprendizaje y memoria. Este factor es importante ya que habitualmente la mayor parte de la población consume cafeína a través de bebidas azucaradas. La encuesta Hábitos y aptitudes de los españoles frente al consumo de café, realizada por el CICAS en 2011, revela que el 90% de los consumidores toma el café edulcorado y que el 66% opta por el azúcar. A falta de más trabajos que determinen la dosis más efectiva para beneficiarse de esta combinación, la recomendación más sensata es combinar la cafeína con dosis bajas de glucosa (< 25 gr), especialmente en adultos jóvenes, ya que una ingesta excesiva de azúcar supone un factor de riesgo que predispone a desarrollar obesidad y síndrome metabólico. Un preparado de café suele incluir entre 8 y 20 gr de azúcar, frente a los 42 gr que aportan los refrescos de cola.

Mantener un nivel adecuado de hidratación es fundamental para nuestro rendimiento cognitivo y el consumo de café puede contribuir a incrementar la ingesta total de líquidos. Una buena hidratación reduce el riesgo de sufrir accidentes e incrementa nuestro rendimiento laboral, ya que promueve un mejor desarrollo de las tareas físicas y mentales y mejora la percepción de bienestar. “En estados de fatiga, tomar un café, que además de agua contiene cafeína -y habitualmente también la glucosa del azúcar-, puede ser una buena alternativa y una estrategia eficaz para aumentar el rendimiento”, concluye Ana Adan.

A los efectos de la cafeína hay que sumar la capacidad antioxidante del café, que se relaciona con la prevención de la aparición de déficits cognitivos asociados al envejecimiento exitoso de las células, especialmente al deterioro patológico como el producido en la enfermedad de Alzheimer. El consumo de antioxidantes también resulta beneficioso en situaciones cotidianas que pueden activar el estrés oxidativo, como cuando existe una elevada demanda de rendimiento cognitivo – en época de exámenes- o físico –tras una práctica deportiva intensa-.

El consumo responsable de cafeína es un hábito saludable

Hay dudas muy extendidas entre la población sobre si el consumo de cafeína es seguro para la salud o puede entrañar riesgos. En realidad los efectos adversos asociados a la cafeína, como la tendencia a incrementar la ansiedad, la tensión o el nerviosismo, sólo se observan con la administración de dosis altas (más de 400 mg/día) o en individuos vulnerables a la aparición de estos efectos. Además, existen importantes diferencias en el ritmo de metabolización de la cafeína entre individuos y también pueden influir factores como la edad o el hábito de consumo. Cada persona debe tener en cuenta la duración de los efectos de la cafeína en su organismo y restringir su consumo a partir de la última hora de la tarde si lo precisa para evitar el insomnio.
A nivel coloquial a veces se habla de “adicción” a la cafeína. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud no considera a la cafeína dentro de la categoría de las adicciones y hoy en día hay evidencias científicas suficientes como para determinar que el consumo moderado de cafeína (400 mg) es un hábito –no una adicción- con beneficios reales en nuestra salud y nuestro rendimiento cognitivo.

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Obesidad e inflamación

La obesidad se define como un exceso de grasa corporal. Es una enfermedad compleja en la que están implicados múltiples factores, no solamente unos malos hábitos dietéticos y un estilo de vida sedentario, sino que también es bien conocido que hay causas genéticas y epigenéticas que contribuyen en la susceptibilidad que una persona puede tener al desarrollo de obesidad.

Es importante que se conozca la etiopatología de la obesidad y que se pueda controlar el desarrollo de la misma porque tiene asociada el desarrollo de múltiples patologías. La obesidad predispone a la diabetes tipo II, hipertensión, resistencia a la insulina, apnea del sueño, aterosclerosis e incluso a ciertos tipos de cáncer.

Dianas para el tratamiento

La obesidad se produce cuando hay un desequilibrio entre la ingesta y el gasto energético con lo cual todo lo que promueva la inhibición de la ingesta y la reducción del apetito y estimule el gasto energético va a favorecer que disminuya la prevalencia de obesidad.

Para el control de las señales de saciedad se puede actuar en el control de la absorción intestinal, de la digestión y absorción de grasas, en el procesamiento de los nutrientes por el hígado -que es un órgano de almacenamiento de grasas a corto plazo-, en la oxidación de la misma por el músculo, y también el tejido adiposo tiene un papel fundamental en la obesidad porque es donde se almacena el exceso de grasa en forma de triglicéridos y desde donde se moviliza la grasa cuando estamos en balance energético negativo. Por lo tanto hay múltiples dianas en las que se puede actuar.

El tejido adiposo ha adquirido mucha importancia porque aparte de ser un órgano de almacenamiento es un órgano secretor importante que envía señales de saciedad, por ejemplo, al cerebro o envía señales que pueden regular la función intestinal, muscular y la hepática a través de una serie de moléculas secretadas por el tejido adiposo que se llaman adipoquinas. Parte de nuestra investigación se ha centrado en estudiar la regulación de estas adipocitoquinas por los nutrientes.

Obesidad e inflamación

Sabemos que la obesidad se considera un estado inflamatorio crónico de bajo grado porque existe un aumento de marcadores sistémicos de inflamación asociados a la obesidad y se piensa que este incremento en la inflamación es uno de los mecanismos por los cuales se facilita el desarrollo de estas patologías asociadas a la obesidad. Por tanto si frenamos el desarrollo de la inflamación en obesidad podremos prevenir el desarrollo de muchas de las patologías asociadas.

Se piensa que el origen de este estado inflamatorio asociado a la obesidad tiene lugar inicialmente en el tejido adiposo. Los adipocitos hipertrofiados de una persona obesa cambian su patrón secretor hacia un patrón en el que están incrementadas las citoquinas proinflamatorias y disminuidas las antiinflamatorias. Además el hecho de que aumenten las citoquinas proinflamatorias o las quimiocinas proinflamatorias hace que se atraigan hacia el tejido adiposo macrófagos de tipo 1 –proinflamatorios- y disminuyan los de tipo 2-antiinflamatorios-. Es decir, hay un incremento inicial de la inflamación en el tejido adiposo que finalmente afecta a nivel sistémico a otros órganos metabólicos clave como el hígado, el músculo, etc. Por tanto si controlamos la inflamación en el tejido adiposo podremos reducir el estado inflamatorio asociado a la obesidad.

En este contexto es importante estudiar como los distintos nutrientes o los componentes bioactivos de los alimentos nos pueden ayudar a regular los genes que controlan el metabolismo, el balance energético y también el estado inflamatorio. Así en los últimos años se ha realizado mucha investigación para tratar de comprender cómo los compuestos bioactivos de los alimentos son capaces de enviar señales de salud o enfermedad a nuestro genoma, proteoma, etc.

Diferentes proyectos

Si lo que interesa es controlar la inflamación y el estrés oxidativo que va a asociado a la inflamación probablemente suplementar las dietas con compuestos con actividad antioxidante o antiinflamatoria puede ayudar a mejorar la obesidad o las complicaciones asociadas. Así uno de los proyectos consiste en estudiar los efectos de un antioxidantes, el ácido lipoico y de los ácidos grasos omega-3, en concreto con el ácido eicosapentaenoico (omega-3 de origen marino) y analizar sus potenciales aplicaciones en obesidad. Hemos utilizado modelos animales, celulares y también hemos hecho alguna intervención nutricional en humanos. Además queremos saber, no sólo si mejora o no, sino el porqué, es decir, estamos buscando las bases moleculares de la nutrición, saber cuáles con los mecanismos por los que estas moléculas ejercen sus acciones.

Otro proyecto analiza el papel de algunas citoquinas de la familia de las interleucinas 6, como cardiotrofina 1, en obesidad y resistencia a la insulina. El papel de estas citoquinas es controvertido, parece que son proinflamatorias pero también parece que tienen efectos beneficiosos en el metabolismo glucídico y lipídico.

Y finalmente también hablaré del proyecto en el que estamos trabajando actualmente.

Ácido lipoico y obesidad

Hemos centrado nuestros estudios en conocer los efectos celulares y moleculares del ácido lipoico en obesidad porque se había descrito que es un antioxidante muy importante presente en algunos alimentos (tanto de origen animal como vegetal), es un cofactor muy importante para enzimas mitocondriales, y en algunos estudios previos se había descrito su acción anti-obesidad en roedores y recientemente algunos sugieren que podría ser efectivo en humanos. Y también son muy conocidas sus acciones beneficiosas en el metabolismo lipídico y glucídico.

Estudiamos si era capaz de prevenir el desarrollo de obesidad en un modelo animal en el que inducíamos obesidad con dieta alta en grasa saturada. Y hemos visto que es capaz de prevenir el desarrollo de obesidad cuando a los animales se les pone unas condiciones obesogénicas. Hoy sabemos que tiene capacidad dosis dependiente de disminuir la ingesta, también se han descrito los mecanismos a través de APM quinasa, y reduce la absorción intestinal de azúcares. Asimismo hemos encontrado que tiene efectos sobre el hígado, es capaz de prevenir la esteatosis no alcohólica favoreciendo la oxidación de grasas disminuyendo su acumulación.

Hemos realizado muchos estudios en tejido adiposo porque hemos visto que en modelo animal es capaz de reducir el tamaño del tejido adiposo. Cuando suplementamos la dieta con ácido lipoico disminuye el tamaño del tejido adiposo. Hoy sabemos que es porque es un agente lipolítico importante, que además estimula la oxidación de las grasas, reduce la lipogénesis y estimula la función mitocondrial.

En relación a unas adipoquinas que secreta el tejido adiposo, y que son señales importantes para otros tejidos, sabemos que el ácido lipoico estimula la producción de adiponectina en vivo, reduce la de leptina y la quemerina (que es una citoquina proinflamatoria), con lo cual estaría favoreciendo el aumento de adipoquinas antiinflamatorias y disminuyendo las proinflamatorias. Por lo tanto sabemos algo más de los mecanismos por los cuales esta molécula puede tener potenciales acciones beneficiosas en obesidad.

Cardiotrofina 1

La familia de IL-6 está compuesta por varias citoquinas que señalizan a través del receptor gp-130. Nuestro estudio se ha centrado en la cardiotrofina, que es una de estas citoquinas.

Encontramos que los ratones que carecen de cardiotrofina se van haciendo obesos con la edad y además hiperglucémicos e hiperinsulinémicos, desarrollando un cuadro similar al de síndrome metabólico humano. Y lo curioso es que se hacen obesos a pesar de que comen menos que los ratones normales y su obesidad se debe a una disminución en el gasto energético. El porqué todavía no lo sabemos.

Si la falta de cardiotrofina favorece el desarrollo de obesidad en la edad adulta, ¿qué pasa si tratamos a los ratones con cardiotrofina? Hemos visto que si los tratamos con cardiotrofina disminuye mucho su ingesta, pierden peso y mucha cantidad de grasa y tienen un gasto energético más elevado. Y por supuesto mejoran también todos los componentes relacionados con las complicaciones asociadas a obesidad.

Papel de los ácidos grasos omega-3

Es bien conocido que la ingesta de grasa saturada promueve el desarrollo de obesidad, inflamación e insulinorresistencia, mientras que hay estudios que apuntan que la ingesta de grasa poliinsaturada, en este caso ácidos grasos omega-3, podría prevenir la inflamación asociada a la obesidad y la resistencia insulínica.

Hemos hecho estudios en modelos animales de obesidad y en cultivos celulares para tratar de entender porque mecanismos los omega-3, en concreto el EPA, son capaces de reducir la inflamación o de prevenir la alteración de la función secretora del tejido adiposo, del músculo y del hígado.

El EPA a nivel del hígado reduce la expresión de genes lipogénicos, ocurre lo mismo en músculo, y en el tejido adiposo modula la producción de adipoquinas incrementando las antiinflamatorias y disminuyendo las proinflamatorias.

También hemos investigado si es capaz de antagonizar los efectos inducidos por citoquinas proinflamatorias, como el TNF alfa, que es una citoquina típica implicada en inflamación. Hemos sometido a los adipocitos a un desafío con TNF alfa, y hemos visto que las citoquinas proinflamatorias son lipolíticas, causan insulinorresistencia, y sin embargo cuando ponemos EPA en el medio de cultivo es capaz de inhibir estas acciones de las citoquinas proinflamatorias. Es decir tiene acciones antiinflamatorias porque es capaz de bloquear las rutas de señalización y las metabólicas activadas por las citoquinas proinflamatorias.

En los últimos años se ha descubierto que los ácidos grasos, tanto los omega-3 como los omega-6, sirven como precursores de mediadores lipídicos que juegan un papel importante en la regulación de la inflamación. En general se puede afirmar que la mayor parte de los mediadores lipídicos derivados de los omega -6, por ejemplo el ácido araquidónico, son mediadores lipídicos proinflamatorios; mientras que los mediadores lipídicos que se originan en nuestro organismo a partir de los omega-3, tanto EPA como DHA, son mediadores lipídicos con potentes propiedades antiinflamatorias y pro resolutivas de la inflamación.

Por tanto conocemos algo más de los posibles mecanismos por los cuales los omega-3 pueden ejercer sus acciones antiinflamatorias en obesidad, que es a través de la producción de estos mediadores lipídicos, como son las resolvinas, protectinas, maresinas, etc. Hay algunos estudios que sugieren que pueden ser importantes en el control de la inflamación asociada a la obesidad.

Uno de los proyecto actuales en los que estamos trabajando es el estudio las potenciales aplicaciones en obesidad, inflamación e insulinorresistencia de estos mediadores lipídicos bioactivos derivados de los omega-3. Queremos estudiar sus efectos en modelos animales de obesidad y cultivos celulares y ver si son eficaces en contrarrestar la inflamación y las complicaciones asociadas a la obesidad.

Conclusiones

-La obesidad está asociada con un riesgo incrementado de patología inflamatoria.
-Es una patología compleja de origen multifactorial.
-La nutrición está considerada como un factor medioambiental a largo plazo modificable, es decir a través de la nutrición se puede prevenir o favorecer el desarrollo de obesidad o de sus complicaciones asociadas.
-Por ello la genómica nutricional es muy importante porque nos va a ayudar a comprender cómo los nutrientes envían señales de salud o enfermedad a nuestros genes, a nuestro metabolismo.