Decálogo de una Alimentación Saludable

La obesidad y el sobrepeso han alcanzado proporciones de epidemia a nivel mundial, según la Organización Mundial de la Salud. Más de mil millones de personas adultas tienen sobrepeso y, de ellas, al menos 300 millones son obesas.

Por ello, la doctora Avelina Acebal, nutricionista y Médico de Familia del Hospital USP San Camilo de Madrid, propone un Decálogo de la Alimentación Saludable:

1. Cuanta mayor variedad de alimentos exista en la dieta, mayor garantía de que la alimentación es equilibrada y de que contiene todos los nutrientes necesarios.

2. Los cereales (pan, arroz, pasta, etc.), las patatas y legumbres deben constituir la base de la alimentación de manera que los hidratos de carbono representen entre el 50 y el 60% de las calorías de la dieta. Son más saludables los integrales por su mayor aporte en fibra, vitaminas y minerales.

3. Se recomienda que las grasas no superen el 30% de la ingesta diaria, debiendo reducirse el consumo de grasas saturadas para que representen menos de un 10% sobre el total de calorías.

4. Las proteínas deben aportar entre el 10 y el 15% de las calorías totales y han de combinar proteínas de origen animal y vegetal.

5. Se tiene que incrementar la ingesta diaria de frutas, verduras y hortalizas hasta alcanzar, al menos, 400 g/día. Esto es consumir, como mínimo, 5 raciones al día de estos alimentos.

6. Limitar el consumo de productos ricos en azúcares simples, como golosinas, dulces, refrescos.

7. Reducir el consumo de sal, de toda procedencia, a menos de 3 a 5 g/día, y promover el uso de sal yodada.

8. Beber entre 1 y 2 litros de agua al día.

9. Nunca prescindir de un desayuno completo compuesto por lácteos, cereales y frutas, al que debería dedicarse entre 15 y 20 minutos de tiempo. De esta manera se evita o reduce la necesidad de consumir alimentos menos nutritivos a media mañana y se mejora el rendimiento físico e intelectual.

10. Es imprescindible la realización de ejercicio físico habitual: 3-4 veces por semana, con duración de 40-45 minutos por sesión, adaptado a la condición física de cada individuo.

Investigan el uso de la nesfatina para controlar el peso, tras demostrar su efecto saciante

Científicos del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) están estudiando las acciones biológicas de una molécula, la nesfatina-1, que ejerce un efecto saciante, ya que podría contribuir al control fisiológico del peso corporal en humanos.

La investigación, que dirige desde Córdoba el Dr. Manuel Tena-Sempere, busca una nueva vía con potencial terapéutico para combatir la obesidad y sus comorbilidades asociadas. Un aspecto que viene reforzado por observaciones en roedores que sugieren que la nesfatina está directamente relacionada con el control de la secreción de insulina y de los niveles de glucosa en sangre, además de tener un papel clave en la maduración y funciones del sistema reproductivo.

“Nuestro grupo ha publicado datos en modelos animales que evidencian la participación de la nesfatina-1 en el control de la pubertad y que sugieren su acción directa en las gónadas”, señala el Dr. Tena-Sempere.

Los estudios experimentales en ratas a las cuales se les suministró nesfatina-1 han demostrado que éstas comieron menos, utilizaron la grasa acumulada y se volvieron más activas.

Además, la nesfatina-1 estimuló la secreción de insulina de las células beta-pancreáticas tanto en ratas como en ratones, produciendo un efecto saciante que podría contribuir al control fisiológico del peso corporal. Esta hipótesis se refuerza con el hecho de que en condiciones de ayuno, la expresión de nesfatina-1 en el hipotálamo disminuye.

La nesfatina es secretada en el hipotálamo y tiene efecto saciante incluso cuando la leptina, la más conocida hormona anorexígena, no ejerce su función por el desarrollo de resistencia a la misma, como ocurre comúnmente en la obesidad.

Si bien la leptina es considerada como la principal señal saciante a nivel periférico, la identificación de las acciones de moléculas como la nesfatina-1 abre nuevas vías en nuestra comprensión de los mecanismos fisiológicos, y eventualmente terapéuticos, de control del peso corporal.

Hoy sabemos que hormonas como la leptina, producida en el tejido adiposo; la grelina, en el tubo digestivo; y la insulina, en el páncreas, juegan un papel crucial en el control de las sensaciones de hambre y saciedad y participan en la regulación del gasto energético del organismo.

Para el Dr. Tena-Sempere esto “tiene interés fisiológico, pero sobre todo farmacológico”, porque estudios en modelos animales han demostrado que los efectos de la nesfatina-1 se producen tanto tras su administración central (intracerebral) como sistémica (oral, parches, etc), lo que permitiría, añade, “emplear la nesfatina-1 en el control del peso en obesidad”.

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El 80% de las personas sometidas a cirugía de diabetes consigue controlar la enfermedad

El 80,5 por ciento de las personas que se han sometido a cirugía de diabetes ha conseguido controlar la enfermedad y mejorar su calidad de vida, según se ha puesto de manifiesto en los resultados del informe con mayor número de casos disponible en España, un total de 82 operaciones en dos años -de febrero de 2010 a febrero de 2012-, realizadas en la Hospital Quirón de Zaragoza.

La directora gerente del Hospital Quirón Zaragoza, Cristina Guarga, y el jefe de la Unidad de Cirugía Laparoscópica Avanzada del Hospital Quirón Zaragoza, el Dr. Jorge Solano, han presentado el informe sobre un tipo de intervención que comenzó a realizarse en el mundo hace cuatro años y de la que sólo hay mayor número de casos en un hospital de Estados Unidos y otro de Brasil, aunque no con tan buenos resultados como en nuestro país.

El Dr. Solano ha aclarado que sólo los diabéticos tipo 2, es decir, a los que les aparece la enfermedad en edad adulta por mal funcionamiento de la insulina, pueden someterse a este tipo de cirugía. Además, han de reunir otra serie de características, como tener entre 18 y 65 años y un Índice de Masa Corporal (IMC) de entre 30 y 35, es decir, “cierto sobrepeso” puesto que con la operación pierden entre siete y diez kilos.

Asimismo, deben ser casos de diabetes mal controlada, con una hemoglobina glicosilada de más del 6,5 y con existencia de reserva pancreática. En concreto, de los 82 pacientes operados en Quirón Zaragoza, 31 son mujeres y 51 varones, con una media de edad de 50 años y una diabetes de 7,9 años de antigüedad media.

De ellos, 27 se trataban sólo con pastillas y 52 precisaban, además, inyectarse insulina. Tras la intervención, tan sólo uno de los pacientes precisa una pequeña dosis de insulina al día y 15 siguen tratándose con pastillas en una dosis inferior a la original y los 66 restantes han conseguido controlar la diabetes y no precisan ningún tipo de tratamiento.

El jefe de la Unidad de Cirugía Laparoscópica Avanzada del Hospital Quirón Zaragoza ha apelado a la “prudencia” y ha señalado que hasta que no hayan pasado diez años con el mantenimiento de estos datos no se podrá hablar de curación de la enfermedad.

Mejora de la calidad de vida

El Dr. Jorge Solano ha expuesto las complicaciones asociadas a la diabetes que padecían los pacientes operados. “Así, 71 de ellos presentaban exceso de triglicéridos en la sangre, 64 tenían el colesterol alto, 56 hipertensión, 18 habían tenido cardiopatías, cinco problemas con la vista (retinopatía) y dos, hemorragia cerebral”.

“Tras la intervención, al 53,5 por ciento de los pacientes se les ha eliminado la hipertensión arterial, al 71,8 por ciento la hipertrigliceridemia y al 98,4 por ciento la hipercolesterolemia, lo que contribuye a disminuir las complicaciones vasculares derivadas de la diabetes, como el infarto de miocardio y la retinopatía con ceguera (patología que se estabiliza e incluso en algunos casos “da marcha atrás”)”, ha comentado.

Otras complicaciones que pueden disminuir son los accidentes cerebro-vasculares y la nefropatía que puede acabar en diálisis o riñón artificial. Además, se resuelve la disfunción eréctil. “La mejora de la calidad de vida supone un gran cambio para los pacientes a los dos meses de la intervención”, ha apuntado el facultativo.

El Dr. Solano ha resaltado la importancia de estas cifras y mejoras teniendo en cuenta que las complicaciones asociadas a la diabetes suponen que la esperanza de vida de estos pacientes se acorta diez años en relación con una persona no diabética.

Igualmente, ha subrayado la incidencia de la diabetes, que ha pasado de afectar al cinco por ciento de la población al 15 por ciento, y que, además de empeorar la calidad de vida de quien la sufre, son pacientes que requieren una “alta demanda hospitalaria” y, por tanto, conllevan “un coste económico”.

La directora gerente del Hospital Quirón Zaragoza, Cristina Guarga, ha mostrado su satisfacción por los buenos resultados obtenidos: “Un orgullo y satisfacción” para el centro, incluyéndose este informe entre los primeros del ranking mundial y logrando mejorar la diabetes y las enfermedades colaterales.

¿Quiénes pueden beneficiarse de esta cirugía?

El Dr. Solano ha estimado que en España hay unos tres millones de personas susceptibles de ser operadas de cirugía de diabetes, es decir, que hasta el 60 ó 70 por ciento de diabéticos tipo 2 -hay unos cinco millones en España- son susceptibles de ser operados.

El Hospital Quirón de Zaragoza es el centro que más personas ha operado de esta patología en España y es el primero que hizo públicos sus resultados oficialmente en el país, aunque también hay otras clínicas privadas que ya realizan esta intervención.

Además, hay dos hospitales públicos que han obtenido la acreditación para realizarla, el Hospital de Bellvitge, en Barcelona; y el Royo Villanova de Zaragoza, aunque todavía no han realizado ninguna operación, según ha comentado el Dr. Solano, que forma parte del equipo autorizado en el hospital público aragonés.

Tipo de intervención

El jefe de la Unidad de Cirugía Laparoscópica Avanzada del Hospital Quirón Zaragoza ha expuesto que “la operación consiste en realizar un by-pass en el intestino para que la comida no pase por la parte de este órgano que estimula unas hormonas que hacen que suba el nivel de azúcar en sangre al llegar allí la comida”.

“También se reduce el tamaño del estómago, aunque en unas semanas se expansiona y recupera un tamaño prácticamente igual al que había antes de la operación. En caso de ser necesario, la intervención es reversible de forma sencilla”, ha apuntado el Dr. Solano.

La operación dura habitualmente menos de una hora, se hace por cirugía laparoscópica (mínimamente invasiva) y el paciente pasa directamente a planta y recibe el alta en 48 horas si vive a menos de una hora del hospital y a las 72 si vive a más de una hora.

El postoperativo requiere de dieta líquida cinco días, triturada otros cinco, blanda 15 días y ya puede comer normal entre el día 21 y 23 de la operación, mientras que el alta laboral se recibe entre la semana y las tres semanas. Después se hacen controles periódicos.

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La cirugía de la obesidad

En el marco del V Congreso Europeo de Cirugía de la Obesidad y Metabólica, el Dr. Joan Pujol Ràfols nos explica en qué consiste la cirugía de la obesidad, las diferentes técnicas que existen y cómo se elige la cirugía más adecuada para cada paciente. Y es que hoy día, la obesidad y la diabetes se pueden solucionar mediante técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas.

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Los geriatras alertan del preocupante incremento de mayores con obesidad

El 80% por ciento de las personas mayores padece obesidad. Un dato que, según la doctora Cristina Alonso, del Servicio de Geriatría del Hospital Universitario de Getafe (Madrid), deja al descubierto la no tan buena calidad del envejecimiento en nuestro país y alerta sobre el grave problema sanitario que puede representar a corto y medio plazo estas elevadas cifras. “Cada vez hay más personas mayores, de hecho somos uno de los países europeos más envejecidos con un 16% de la población total. De mantenerse los índices actuales de obesidad podemos estar hablando de un grave problema de salud”, explica esta geriatra, en el marco de la 5 Reunión Nacional de la Sociedad Española de Medicina Geriátrica (SEMEG) y la 4 Reunión de la Red Temática de Investigación Cooperativa en Envejecimiento y Fragilidad (RETICEF).

La obesidad es uno de los principales determinantes de la salud y sus consecuencias son claras: disminución de la esperanza de vida, pérdida de la capacidad funcional y mayor riesgo de padecer eventos cardiovasculares, cáncer, diabetes y demencia, entre otras patologías.

Las causas de este problema se encuentran en el desequilibrio entre la alimentación y la actividad física. “Los hábitos de vida actuales con dietas hipercalóricas de alto contenido en grasa combinado con una vida sedentaria han hecho aumentar los casos de sobrepeso y obesidad”, comenta la doctora Alonso, quién subraya que “tan importante como mantener una buena alimentación es alcanzar un nivel adecuado de actividad física y ejercicio. Funciona como una balanza y para mantener la composición corporal adecuada hay que realizar una ingesta adecuada con un equilibrio entre los nutrientes que se toman y los que se gastan en la actividad diaria y física. El problema es que esta balanza no suele estar equilibrada y se tiende al aumento de la grasa y el peso”.

La educación parece que juega un papel en el tipo de alimentación y, en este sentido, diversos estudios han mostrado una relación inversa entre la prevalencia de obesidad y el nivel de estudios. Así, en los sujetos con menor nivel cultural se triplican los casos de sobrepeso. “De igual forma, se ha observado que los mayores que viven con sus familias”, precisa la doctora Alonso, “llevan una alimentación más adecuada. De hecho, estar institucionalizado o vivir solo constituyen factores de riesgo para una mala nutrición”.

Dieta adecuada en el momento adecuado

Los geriatras consideran que la dieta del mayor tiene que asemejarse lo máximo posible a la tan recomendada dieta mediterránea incluyendo todo tipo de alimentos. “Debe incorporar carnes, pescados, legumbres, frutos secos, frutas y verduras. Estos últimos suelen estar ausentes en las comidas de los mayores mientras que son más frecuentes las grasas y los hidratos de carbono”, apunta.

Pero tan importante como los alimentos, la doctora Alonso señala el momento en que se come y la distribución a lo largo del día de los alimentos en función de la actividad que se realiza. “Por ejemplo, estudios recientes han demostrado que la ingesta recomendada de proteínas diaria debe ser fragmentada, no en una sola dosis, y deben ser tomadas tras la realización del ejercicio”. Por otro lado, según insiste, no existe un número de calorías estándar para todos los mayores “depende del sexo, altura, composición corporal y de la actividad que desarrolle de forma habitual. Un paciente de 80 kg que es independiente para la movilización precisará mucha más energía que una mujer de 42 kg que realiza vida más reposada”.

“Realizar una nutrición equilibrada y completa en el anciano, combinada con ejercicio, ayuda a mantener una composición corporal adecuada. Esto es la base para un buen nivel de actividad e independencia evitando el posible desarrollo de discapacidad. Por ello, debemos hacer hincapié en la necesidad de unos hábitos saludables en estas edades”, concluye.

Expertos recomiendan la prescripción médica de los gimnasios para tratar la obesidad

La SEEDO, que ha participado en el Programa de Nutrición y Actividad Física para el tratamiento de la obesidad (PRONAF), advierte de que esta medida podría suponer un ahorro para el Sistema Nacional de Salud, si se tiene en cuenta que el sobrepeso consume el ocho por ciento del gasto sanitario total en España.

El proyecto PRONAF, que fue avalado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, radica en el diseño de ejercicios a medida de cada paciente, combinando la actividad física con la nutrición, la psicología, las valoraciones clínicas y la genética para lograr no sólo perder peso sino también aprender a no recuperarlo.

El planteamiento del proyecto se asienta sobre el principio más importante de la termodinámica: la energía ni se crea ni se destruye, se transforma. De ahí que profundice en el concepto de balance energético que no es más que la diferencia entre la energía que se ha ingerido y asimilado y la que se ha consumido, valorando las peculiaridades de cada persona.

En el marco de este proyecto se pudo comprobar que el 80 por ciento de las mujeres adultas de 40 años prefieren perder salud a ganar peso. Una cifra alarmante teniendo en cuenta que el estudio se llevó a cabo en una muestra de población de edad no influenciable que aseguró optar por dietas milagro o extremas para estar delgadas en poco tiempo aunque ello fuese en detrimento de su salud.

Dentro de esta iniciativa se investigó si existen edades más propicias para adelgazar y concluyó que cuesta lo mismo perder peso durante toda la vida adulta, independientemente de la edad (exceptuando el período de la menopausia), mediante la combinación de ejercicios y dieta hipocalórica.

“Esta investigación también nos permitió corroborar cómo aparece la obesidad silenciosa, una patología resultado de dejar de practicar actividad física diariamente estando en balance energético. El cuerpo va sumando diariamente gramos que con el paso del tiempo se convierten en kilos de más, sin que la persona se de cuenta”, declara el doctor Pedro J. Benito Peinado de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y Del Deporte-INEF, y miembro de la sociedad.

Además pudieron comprobar que no hay alimentos que engorden más a unas personas que a otras y que las dietas puntuales son un error, siendo más efectivo perder kilos más lentamente, apostando por un 10 por ciento de peso en seis meses.

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Investigan cómo estimular farmacológicamente la grasa parda

A diferencia de la grasa blanca, cuya acumulación resulta perjudicial para la salud, la grasa parda tiene el efecto contrario y recibe su nombre de la alta concentración de mitocondrias. Su función principal, la termogénesis, o capacidad para generar calor en el organismo debido las reacciones metabólicas, permite quemar calorías para mantener la temperatura corporal.

Así, tras haber constatado que la grasa parda se encuentra metabólicamente activa en el organismo, investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) centran ahora sus avances en la posibilidad de estimular farmacológicamente o mediante nutrientes su actividad.

Estimulando la “grasa buena o adelgazante”, pretenden conseguir que los pacientes obesos puedan eliminar su exceso de tejido adiposo blanco, “pudiendo adelgazar con mayor facilidad y con menos carga de ejercicio físico”, expone el profesor Francesc Villarroya, que dirige desde Barcelona este equipo que aporta nuevas pistas sobre el papel de la grasa parda en la lucha contra la obesidad.

Actualmente, señalan, se sabe que la grasa parda tiene un papel importante en la regulación del peso corporal, de manera que contar con altos niveles de este tejido en el cuerpo ayudará a las personas a protegerse contra el sobrepeso y la obesidad.

Estudios realizados por el equipo de investigación de Villarroya, apoyados por otras investigaciones europeas apuntan a que la grasa parda puede detectarse exponiendo a las personas al frío, reduciendo su temperatura corporal y permitiendo activarla y quemar calorías mucho más rápidamente que la grasa regular.

El equipo, que acaba de publicar en la Cell Metabolism un editorial sobre la obesidad y el descubrimiento de la irisina -hormona descubierta recientemente que se activa con la práctica de ejercicio físico-, destaca que “el descubrimiento de cómo el ejercicio físico se comunica con los tejidos humanos afecta al sistema endocrino, lo que abre una nueva vía en el tratamiento contra el sobrepeso y sus trastornos asociados como la diabetes”.

En el editorial comentan el descubrimiento de científicos estadounidenses que identificaron que la molécula PGC1-alfa, renombrada como irisina es capaz de transformar la grasa blanca (mala) en parda (buena).

Asimismo, observaron que “las personas físicamente activas tienen niveles más altos de irisina que las sedentarias. Y que la irisina de ratón y la humana son idénticas al 100%”, según se recoge en Nature.

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Investigan cómo estimular farmacológicamente la grasa parda

A diferencia de la grasa blanca, cuya acumulación resulta perjudicial para la salud, la grasa parda tiene el efecto contrario y recibe su nombre de la alta concentración de mitocondrias. Su función principal, la termogénesis, o capacidad para generar calor en el organismo debido las reacciones metabólicas, permite quemar calorías para mantener la temperatura corporal.

Así, tras haber constatado que la grasa parda se encuentra metabólicamente activa en el organismo, investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) centran ahora sus avances en la posibilidad de estimular farmacológicamente o mediante nutrientes su actividad.

Estimulando la “grasa buena o adelgazante”, pretenden conseguir que los pacientes obesos puedan eliminar su exceso de tejido adiposo blanco, “pudiendo adelgazar con mayor facilidad y con menos carga de ejercicio físico”, expone el profesor Francesc Villarroya, que dirige desde Barcelona este equipo que aporta nuevas pistas sobre el papel de la grasa parda en la lucha contra la obesidad.

Actualmente, señalan, se sabe que la grasa parda tiene un papel importante en la regulación del peso corporal, de manera que contar con altos niveles de este tejido en el cuerpo ayudará a las personas a protegerse contra el sobrepeso y la obesidad.

Estudios realizados por el equipo de investigación de Villarroya, apoyados por otras investigaciones europeas apuntan a que la grasa parda puede detectarse exponiendo a las personas al frío, reduciendo su temperatura corporal y permitiendo activarla y quemar calorías mucho más rápidamente que la grasa regular.

El equipo, que acaba de publicar en la Cell Metabolism un editorial sobre la obesidad y el descubrimiento de la irisina -hormona descubierta recientemente que se activa con la práctica de ejercicio físico-, destaca que “el descubrimiento de cómo el ejercicio físico se comunica con los tejidos humanos afecta al sistema endocrino, lo que abre una nueva vía en el tratamiento contra el sobrepeso y sus trastornos asociados como la diabetes”.

En el editorial comentan el descubrimiento de científicos estadounidenses que identificaron que la molécula PGC1-alfa, renombrada como irisina es capaz de transformar la grasa blanca (mala) en parda (buena).

Asimismo, observaron que “las personas físicamente activas tienen niveles más altos de irisina que las sedentarias. Y que la irisina de ratón y la humana son idénticas al 100%”, según se recoge en Nature.

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Investigan cómo estimular farmacológicamente la grasa parda

A diferencia de la grasa blanca, cuya acumulación resulta perjudicial para la salud, la grasa parda tiene el efecto contrario y recibe su nombre de la alta concentración de mitocondrias. Su función principal, la termogénesis, o capacidad para generar calor en el organismo debido las reacciones metabólicas, permite quemar calorías para mantener la temperatura corporal.

Así, tras haber constatado que la grasa parda se encuentra metabólicamente activa en el organismo, investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) centran ahora sus avances en la posibilidad de estimular farmacológicamente o mediante nutrientes su actividad.

Estimulando la “grasa buena o adelgazante”, pretenden conseguir que los pacientes obesos puedan eliminar su exceso de tejido adiposo blanco, “pudiendo adelgazar con mayor facilidad y con menos carga de ejercicio físico”, expone el profesor Francesc Villarroya, que dirige desde Barcelona este equipo que aporta nuevas pistas sobre el papel de la grasa parda en la lucha contra la obesidad.

Actualmente, señalan, se sabe que la grasa parda tiene un papel importante en la regulación del peso corporal, de manera que contar con altos niveles de este tejido en el cuerpo ayudará a las personas a protegerse contra el sobrepeso y la obesidad.

Estudios realizados por el equipo de investigación de Villarroya, apoyados por otras investigaciones europeas apuntan a que la grasa parda puede detectarse exponiendo a las personas al frío, reduciendo su temperatura corporal y permitiendo activarla y quemar calorías mucho más rápidamente que la grasa regular.

El equipo, que acaba de publicar en la Cell Metabolism un editorial sobre la obesidad y el descubrimiento de la irisina -hormona descubierta recientemente que se activa con la práctica de ejercicio físico-, destaca que “el descubrimiento de cómo el ejercicio físico se comunica con los tejidos humanos afecta al sistema endocrino, lo que abre una nueva vía en el tratamiento contra el sobrepeso y sus trastornos asociados como la diabetes”.

En el editorial comentan el descubrimiento de científicos estadounidenses que identificaron que la molécula PGC1-alfa, renombrada como irisina es capaz de transformar la grasa blanca (mala) en parda (buena).

Asimismo, observaron que “las personas físicamente activas tienen niveles más altos de irisina que las sedentarias. Y que la irisina de ratón y la humana son idénticas al 100%”, según se recoge en Nature.

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Avance: V Congreso Europeo de Cirugía de la Obesidad y Metabólica

Expertos nacionales e internacionales en el campo de la cirugía bariátrica de más de 40 países diferentes, asistirán entre el 26 y 28 de Abril en Barcelona, al V Congreso Europeo de Cirugía de la Obesidad y Metabólica, presidido por el Dr. Joan Pujol Ràfols miembro del comité organizador de la IFSO-EC (International Federation for the Surgery of Obesity- European Chapter) entidad organizadora del congreso.

El congreso europeo coincide en fechas con el 1er Congreso Ibérico de Cirugía Bariátrica, organizado conjuntamente por las Sociedades Española y Portuguesa de Cirugía de la Obesidad (SECO y SPCO respectivamente), con el 14º Congreso de la Sociedad Española de Cirugía de la Obesidad (SECO) y con la Reunión de la Sección de Obesidad Mórbida de la AEC (Asociación Española de Cirujanos), que tendrán lugar los días 25 y 26 de Abril.

Según el Dr. Joan Pujol Ràfols, médico especializado en Cirugía General y Digestiva y Jefe de Servicio de Cirugía en Clínica Tres Torres de Barcelona y Presidente del V Congreso IFSO-EC, “se trata de la reunión más importante a nivel europeo sobre el tratamiento de una enfermedad que, se estima, afecta ya a 150 millones de adultos europeos y a un 19 % de la población española.”

De este modo, Barcelona se convertirá durante unos días en la Capital Europea Contra la Obesidad en la V edición de este evento que contará con una nutrida representación española.

Según palabras del Dr. Joan Pujol, “por primera vez, se unen en un solo congreso la Sociedad Portuguesa y la Sociedad Española compartiendo objetivos y coincidiendo además con la celebración del V Congreso del Capítulo Europeo de la Federación Internacional de Cirugía de la Obesidad y Metabólica (IFSO-EC). Por todo ello, estamos seguros de que este congreso, será un punto de encuentro único para compartir e intercambiar experiencias entre todos los profesionales y expertos en el tratamiento de la obesidad a nivel nacional y europeo.”

Programa Científico del V Congreso Europeo de Cirugía de la Obesidad y Metabólica

La formación médica es fundamental para actualizar las técnicas existentes en el campo de la cirugía bariátrica. Por tal motivo, el V Congreso Europeo de Cirugía de la Obesidad contará con diferentes tipos de sesiones científicas dirigidas a todos los profesionales en el campo del tratamiento de la obesidad.

De este modo, en el Congreso, se tratarán con carácter de “Mesa Redonda” temas como la importancia del equipo multidisciplinar en el tratamiento del paciente obeso o nuevas técnicas experimentales como la plicatura gástrica.

Destaca el importante papel que tendrán las nuevas tecnologías entre los temas a debatir. Las últimas novedades en tecnologías aplicadas en cirugía bariátrica, los avances en cirugía 3D, simulación telementoring y robótica, así como el uso de técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas como NOTES (un innovador abordaje quirúrgico que permite operar a partir de orificios naturales del cuerpo) o SILS (cirugía efectuada a través de un único acceso) serán algunas de las principales materias que se tratarán en profundidad en las diferentes sesiones dedicadas a nuevas tecnologías.

Según el presidente del Comité Organizador del Congreso, el Dr. Joan Pujol Rafols, “este congreso se desarrolla en base a un programa que conjuga la presentación de los últimos avances en cirugía de la obesidad con sesiones muy prácticas, interactivas y dinámicas”.

De especial interés son las sesiones de controversias en las que se tratarán temas de máxima actualidad como la cirugía de la obesidad en adolescentes o los requisitos mínimos para someterse a una operación de cirugía de la obesidad.

La cirugía metabólica- que se refiere al tratamiento quirúrgico de la diabetes mellitus tipo 2- es el tema que se debatirá durante el simposio.

Adicionalmente y bajo el formato de “panel de expertos” se tratarán las indicaciones para determinar qué tipo de intervención es la más adecuada en función de las peculiaridades de cada paciente.

El programa científico del V Congreso Europeo de Cirugía de la Obesidad, incluye también comunicaciones orales, discusión de pósters y sesiones de formación con cirugías en directo.

“Como en ediciones anteriores, participan reconocidos especialistas a nivel internacional que presentarán los últimos datos y estudios relacionados con los avances en cirugía de la obesidad”, añade el Dr. Pujol.

La obesidad y cirugía bariátrica en Europa

En los 27 estados miembros de la Unión Europea, aproximadamente el 60% de los adultos y el 20% de los niños en edad escolar tienen sobrepeso o son obesos, por tal motivo, la obesidad amenaza en convertirse en la epidemia de este siglo XXI.

Cuando el ejercicio físico y las dietas ya no son suficientes, la solución de la enfermedad pasa por someterse a una intervención quirúrgica (cirugía bariátrica). Cada año se realizan cerca de 70.000 intervenciones quirúrgicas de cirugía de la obesidad en Europa, siendo España uno de los países europeos en el que más procedimientos de este tipo se realizan.

Según palabras del Presidente del Capítulo Europeo de la IFSO, el Profesor Rudolf Weiner, “a excepción de Grecia, el número de intervenciones crece de forma continuada en todos los países europeos”.

Existen diferentes tipos de intervenciones posibles para el tratamiento de la obesidad y que se clasifican en restrictivas, como la banda gástrica y la gastroplastia; malabsortivas, como el by-pass gástrico y cruce duodenal; y técnicas mixtas como la derivación biliopancreática.

“En la última década la cirugía bariátrica ha avanzado a pasos agigantados y las técnicas que se utilizan resultan cada vez más eficaces, seguras y menos invasivas para el paciente. Por otro lado, la amplia variedad de opciones existentes en el tratamiento quirúrgico de la obesidad, nos obliga a los especialistas en esta materia a investigar continuamente sobre cuáles son los criterios que permiten seleccionar la técnica más adecuada en función de las características de cada paciente” añade el Dr. Carles Masdevall, vicepresidente del V Congreso Europeo de Cirugía de la Obesidad y presidente de la Sociedad Española de Cirugía de la Obesidad.

La IFSO (International Federation for the Surgery of Obesity) es la entidad que se encarga de promover a nivel internacional diferentes encuentros entre especialistas en el campo de la cirugía bariátrica con el fin de potenciar el desarrollo y la investigación en las técnicas existentes en este tipo de cirugía.

El objetivo de esta entidad es la lucha contra una enfermedad crónica que se ha convertido en uno de los mayores problemas de la actualidad y que en la mayoría de los casos es desencadenante de otras enfermedades.

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El sobrepeso no aumenta la mortalidad en personas mayores

.”El sobrepeso, pese a lo que suele pensarse, no aumenta la mortalidad de las personas mayores”, aseguró el profesor Mario Foz, de la Universidad Autónoma de Barcelona, durante su conferencia ¿El sobrepeso es siempre nocivo para la salud?, celebrada en la Real Academia Nacional de Medicina (RANM).

“A partir del año 1997 y en base a diferentes estudios en población mayor se empezaron a plantear serias dudas respecto a que reducir el peso en este grupo -personas mayores- fuera realmente positivo”, ha aclarado este experto.

En general, se considera sobrepeso cuando una persona tiene un Índice de Masa Corporal (IMC) entre 25 y 30. Las investigaciones realizadas en Estados Unidos, en personas mayores de 70 años, y con un seguimiento de varios años, demostraron que no se cumplía esta relación entre IMC y mortalidad.

De hecho, se observó que la menor tasa de mortalidad se daba en las personas con un IMC de alrededor de 30, límite entre el sobrepeso y la obesidad. “A partir de aquí, se comenzó a investigar en esta línea, ya que se ha visto que el sobrepeso en las personas mayores no es nocivo para la salud y que, incluso, puede tener un efecto protector. Por lo que, salvo situaciones especiales, no es un problema que requiera intervención terapéutica”, ha argumentado Foz.

Además, a estas edades “si la disminución del IMC se produce por una reducción de la cantidad de masa magra puede ser muy perjudicial, ya que produce fragilidad”, ha asegurado.

No obstante, y a diferencia de las personas mayores, en adolescentes y niños el sobrepeso siempre es nocivo para la salud. “El exceso de peso en la edad infanto-juvenil constituye un importante factor de riesgo para la salud en la edad adulta, por lo que están plenamente justificados los esfuerzos dedicados a su prevención y tratamiento”, ha explicado este experto.

Por otra parte, en el grupo de población de entre 25 y 45 años, los riesgos de este incremento de peso siempre deben ser valorados individualmente. “Cada caso es distinto, ya que un IMC de 26 ó 27 que se considera sobrepeso, en personas con una acumulación de grasa en la parte inferior y sin ninguna morbilidad importante, no requiere un tratamiento médico. Por el contrario, si la grasa está situada en la parte superior y tiene alguna otra morbilidad, es importante intervenir inmediatamente”, ha concretado el profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona.

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Entornos saludables para prevenir la obesidad y las enfermedades crónicas

Recogemos la intervención de la Dra. María Neira en el marco del IX Congreso Internacional de Barcelona sobre la Dieta Mediterránea, celebrado recientemente en la ciudad condal. La directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS habló sobre la importancia de los entornos saludables para prevenir la obesidad y las enfermedades crónicas.