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La Fundación Dieta Mediterránea, Lazy Town y La Vaguada colaboran para enseñar a los niños a llevar una vida saludable

Además, se aprovechó la ocasión para inaugurar los tres recorridos lúdicos sobre vida saludable en los niños que La Vaguada instalará de manera gratuita hasta el 4 de marzo.

El objetivo del decálogo es ofrecer soluciones a modo de sugerencias y consejos para evitar que siga aumentando el porcentaje de niños españoles que tienen exceso de peso u obesidad. Una epidemia del siglo XXI que, según los expertos, ha aumentado el número de niños con enfermedades de adultos – como la hipertensión o la diabetes- y ha reducido su esperanza de vida por primera vez en muchos años.

Según el vicepresidente de la FDM, Francisco Sensat, este decálogo responde a la necesidad de fomentar un estilo de vida saludable, que ha sido reconocido por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

“Los niños son el futuro, si criamos niños sanos, cuando sean adultos tendrán menos problemas y eso reportará un menor gasto en sanidad”, afirma Sensat.

Asimismo, Sensat destacó la importancia que esta dieta tiene para la salud, la agricultura y el medio ambiente. “Desde La Fundación, cuando conocimos Lazy Town y a Magnus vimos que había una coincidencia entre los objetivos y los criterios de cómo transmitir al público y sobre todo a los niños la idea, por eso surge este proyecto común”.

Magnus Scheving en España

Magnus Scheving -el creador y protagonista de la serie Lazy Town- ha venido a España para hablar sobre su lucha para combatir la obesidad infantil en todo el mundo y para presentar una campaña de acciones que va a llevar a cabo en varias ciudades de nuestro país.

Además de escribir, producir, dirigir y protagonizar una de las series de televisión para niños con más éxito en el mundo, Magnus Scheving es campeón europeo de gimnasia, y asesora a Gobiernos sobre temas de obesidad infantil.

“La filosofía Lazy Town consiste en mostrar a los niños cómo adquirir buenos hábitos en lo que alimentación y actividad física se refiere, y qué mejor forma de hacerlo que predicar con el ejemplo”, afirma Scheving. Por este motivo, del 23 de febrero al 20 de octubre, numerosos centros comerciales ubicados en diferentes ciudades de España instalarán talleres infantiles y ofrecerán la oportunidad de disfrutar del Live Show de Lazy Town de forma totalmente gratuita.

En la presentación, que ha tenido lugar esta mañana en el centro comercial La Vaguada, Sheving afirmó haber venido muchas veces a España: “Es un país que me encanta, comencé a estudiar la Dieta Mediterránea y cuando supe que el 30% de los niños españoles nunca habían abierto una naranja y que sólo la consumían en zumo no podía entenderlo”.

La Vaguada: Talleres gratuitos hasta el 4 de marzo

Coincidiendo con la presentación del Decálogo contra el sedentarismo y la obesidad infantil, promovido por La Vaguada, el programa infantil Lazy Town, y la Fundación Dieta Mediterránea, el centro comercial madrileño instalará del 23 de febrero hasta el 4 de marzo tres recorridos lúdicos para enseñar vida sana a los niños.

La directora del centro comercial La Vaguada, Eva Marín, explica que los recorridos se desarrollarán a su vez en tres espacios: “los niños podrán jugar y hacer deporte en “La nave de Sportacus”, aprender a tener una alimentación variada y saludable en “La cocina de Stephanie”, y por último, bailar mientras se divierten en el área “Plaza Mayor de Villa Pereza””.

Podrán participar todos los niños entre 4 y 10 años en horario de lunes a viernes de 17:30 a 20:30; y los sábados y domingos de apertura de 12:00 a 14:00 y de 17:30 a 20:30 horas. Se realizarán talleres de manualidades, caracterización, y juegos de cooperación, entre otros, y sólo por participar, los niños recibirán además premios y regalos.

El objetivo de La Vaguada es ofrecer a los padres planes alternativos de ocio para que los niños se entretengan y se diviertan mientras aprenden la importancia de tener una alimentación saludable, hacer ejercicio o fomentar el trabajo en equipo.

Decálogo contra la obesidad infantil y el sedentarismo

1. No hay nada mejor que usar el aceite de oliva en todo tipo de platos. Es uno de los tesoros más nutritivos y saludables de la Dieta Mediterránea que da un toque único de sabor a nuestros platos.

2.Cuantos más alimentos vegetales, mejor! La fruta, las verduras, las legumbres y los frutos secos están llenos de vitaminas, minerales y fibra, que son muy importantes para nuestra salud.

3.Cada día hay que comer pan y otros cereales como el arroz y pasta. Gracias a ellos, tenemos una gran parte de la energía que necesitamos para todo el día. Prueba los integrales, tienen más fibra, vitaminas y minerales.

4.Hay que comer los alimentos frescos, típicos de tu región siempre que puedas. Así disfrutaremos de las frutas y verduras en su mejor momento, con más sabor, vitaminas y minerales.

5.Es importante tomar productos lácteos cada día, sobre todo el queso y la leche, por sus proteínas, minerales (calcio) y vitaminas para tener unos huesos fuertes y crecer sanos.

6.Come carne como parte de platos de verduras y cereales, como los guisos y estofados. La carne tiene proteínas y hierro, pero tiene grasas menos saludables y por eso es mejor comer pequeñas cantidades y parte de platos. Los embutidos en cantidades pequeñas y de vez en cuando, como en bocadillos.

7.Al menos dos veces a la semana come pescado. Nos aporta grasas muy saludables que nos ayudan a tener el corazón sano. Una buena opción a la carne y el pescado son los huevos, un alimento riquísimo en proteínas, grasas y muchas vitaminas y minerales. Come entre 3 y 4 a la semana.

8.Tu postre más frecuente debería ser la fruta, para acabar las comidas con color y lleno de vitaminas y minerales. Es mejor dejar los dulces y pasteles para sólo de vez en cuando y para ocasiones especiales.

9.La bebida más sana y refrescante es el agua, importantísimo para nuestro cuerpo. Cada día debemos beber de 6 a 8 vasos.

10.Hacer ejercicio todos los días es tan importante como comer bien, además de ser divertido! Tenemos que estar activos para estar sanos!

El peso de los médicos podría influenciar el diagnóstico y tratamiento de la obesidad de sus pacientes

Los investigadores examinaron el impacto del IMC de los médicos sobre la atención a la obesidad y vieron que los facultativos con un IMC normal, en comparación con los médicos obesos o con sobrepeso, eran más propensos a entablar con sus pacientes obesos un diálogo sobre el peso (el 30 frente al 18 por ciento) y más propensos a diagnosticar a un paciente como obeso si perciben que el IMC del paciente llega o excede al suyo (93 frente al siete por ciento).

Según la líder de este estudio, Sara Bleich, profesora adjunta del Bloomberg School´s Department of Health Policy and Management, estos resultados indican “que los médicos con un IMC normal registran con más frecuencia discusiones sobre perder peso con sus pacientes que aquellos facultativos con sobrepeso u obesidad”.

“Los médicos con IMC normal también tienen una mayor confianza en su capacidad para proporcionar consejos sobre dietas y ejercicio y en percibir sus consejos para perder peso como de confianza, en comparación con los médicos obesos o con sobrepeso”, ha señalado Bleich.

“Además -añade- los médicos obesos tienen una mayor confianza a la hora de prescribir fármacos para perder peso y son más propensos a conseguir éxitos en ayudar a sus pacientes a perder peso”.

El equipo de Bleich utilizó una encuesta realizada a 500 médicos de Atención Primaria para valorar el impacto del IMC de los médicos en la atención a la obesidad, la eficacia de los médicos, la percepción de su función y la percepción de la confianza de los pacientes en los consejos para perder peso.

Los médicos que dijeron tener un IMC por debajo de los 25 kg/m2 fueron considerados como de peso normal, mientras que los facultativos que reconocieron tener un IMC en o por encima de 25 kg/m2 fueron clasificados como personas con sobrepeso u obesidad.

Según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, la obesidad afecta a más de uno de cada tres adultos estadounidenses y se estima que puede costar cerca de 147.000 millones de dólares anuales en costes sanitarios.

La obesidad aumenta el riesgo de padecer diversos problemas de salud, entre ellos la diabetes tipo 2, la enfermedad coronaria, el ictus y la hipertensión. A pesar de las guías para que los médicos aconsejen y traten la obesidad, anteriores estudios han visto que sólo un tercio de estos pacientes con diagnóstico de sobrepeso u obesidad reciben recomendaciones de sus médicos.

“Aunque nuestros resultados sugieren que las prácticas y creencias sobre la obesidad difieren según el IMC de los médicos, se necesitarán más investigaciones para entender el impacto global del IMC del médico en el tratamiento de la obesidad”, sugieren los autores.

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Implantan en Sevilla los primeros marcapasos gástricos para corregir la obesidad mórbida sin apenas cirugía

El Dr. Salvador Morales Conde, coordinador de la Unidad de Innovación en Cirugía Mínimamente Invasiva del Hospital Virgen del Rocío ha explicado que este marcapasos gástrico se implanta de forma “muy parecida” a como se instala un marcapasos común, si bien con la ventaja añadida es que se emplea el uso de la laparoscopia, por lo que la cirugía es menos agresiva.

En concreto, ha detallado que el marcapasos gástrico dispone de dos electrodos que se fijan a la pared del estómago mediante punciones de laparoscopia. Éstos, a su vez, están interconectados con un traductor externo, “que se lo colocamos (al paciente) en la piel, y con el podemos analizar los resultados que está teniendo el paciente”.

Así, son tres las incisiones que se hacen en la pared abdominal para colocar un electrodo de estimulación y un sensor de distensión gástrica, ambos en el estómago, junto al marcapasos en región subcutánea. El sensor de distensión gástrica es el que detecta la entrada de alimentos, que manda la información al marcapasos, el cual la analiza y si no es el momento correcto de ingesta de alimentos manda un estímulo para que el paciente no coma.

“Básicamente, este marcapasos gástrico funciona mandando señales al paciente para que se sienta saciado”, ha aclarado este especialista. Y según sea la evolución que vaya teniendo el paciente, “el marcapasos va modulando los hábitos alimenticios de la persona”.

Así, y a modo de ejemplo, ha explicado que este marcapasos deja de emitir señales cuando el paciente se dispone a comer a las horas reglamentarias establecidas, si bien se activa de forma automática en los períodos intermedios -en los que el paciente no debe de comer para corregir su peso- si la persona toma alimentos.

“Si come en ese intervalo de tiempo, el marcapasos manda señales o estímulos eléctricos al paciente que le llegan a producir sensación de saciedad e, incluso, hasta cierto malestar, dando a entender así que come cuando no debe”, ha proseguido Morales Conde, quien ha precisado que este dispositivo es “fundamentalmente un modulador del comportamiento alimenticio del paciente”. “Esos estímulos eléctricos, -ha continuado-, van conectados a las fibras nerviosas del paciente”.

Perfil del paciente

En cuanto a los posibles candidatos a esta técnica, “lo último a nivel mundial en cirugía bariátrica”, ha señalado que los pacientes han de pasar primero una encuesta de comportamiento alimenticio, “porque no todos los comportamientos alimenticios sirven”.

Del mismo modo, ha admitido que, previo a la posible intervención, “se comprueba a través de endoscopia que el estómago del enfermo no tenga una paresia intestinal como consecuencia, por ejemplo, de una diabetes. Antes de entrar en esta investigación a los pacientes tenemos que hacerles una endoscopia y, vía endoscópica, les colocamos los electrodos para ver si el estómago responde”.

Sea como fuere, ha estimado que “al menos la mitad de pacientes” que se operan a día de hoy con técnicas más agresivas podrían ser candidatos a esta técnica”.

Morales Conde ha adelantado que ya son seis los pacientes a los que se les ha implantado, en el Hospital Virgen del Rocío, este marcapasos gástrico, “con dos meses de seguimiento y mostrándose muy contentos” con la intervención, y con un porcentaje de pérdida de peso “similar a los empleados en otras cirugía bariátricas, aunque con una cirugía menos agresiva y un grado de morbimortalidad mucho menor”.

“Pese a que lleva una anestesia general, la técnica básicamente consiste en colocarle los electrodos en el estómago al paciente y, al día siguiente, éste se marcha a su casa”, ha aclarado.

Posible extensión de la técnica

En cuanto a la posible generalización de esta técnica, ha puntualizado que, de momento, forma parte de un ensayo clínico, “lo que significa que a día de hoy los pacientes con este tipo de problemas no pueden llegar al centro pidiendo este tipo de técnica”. “Estamos dentro de un estudio clínico internacional”, ha insistido.

Precisamente esta técnica se va a analizar en profundidad en un Curso de Cirugía Laparoscópica de Aparato Digestivo que reunirá en Sevilla a 400 especialistas internacionales en la materia los próximos días. De hecho, será el profesor alemán T. Horbach quien dará más detalles de la técnica y sus resultados en el tiempo, “ya que cuenta con la experiencia de 80 casos ya operados, con bastante tiempo de evolución”.

Bypass gástrico por puerto único

Morales Conde ha anunciado también que en este Curso Internacional van a realizar otra cirugía en directo, consistente en un bypass gástrico, “que es la cirugía más compleja que se hace en la cirugía de la obesidad, pero que como novedad se hará por puerto único vía transumbilical, lo que supone que el paciente sale prácticamente sin cicatriz”.

“Llevamos ya 19 casos operados por esta técnica a lo largo de año y medio y podemos decir que somos pioneros a nivel mundial”, ha resaltado. Otra novedad será la realización de una cirugía intragástrica por puerto único asistida por endoscopia. “Sacamos lesiones gástricas por la boca. De eso, no hay nada publicado aún a nivel mundial”, ha concluido.

Estudian los hábitos de más de 10.000 escolares para luchar contra la obesidad infantil

Para llevar a cabo esta iniciativa, cuyos primeros resultados se conocerán entre febrero y marzo, ya se están estudiando los hábitos diarios de 10.000 alumnos de diez colegios (públicos y privados) de Madrid y Barcelona. Los padres de estos escolares son una parte importante del estudio, ya que junto a ARAMARK han definido desde el mes de noviembre los alimentos que ingieren sus hijos tanto para desayunar, como para merendar, comer o cenar, así como las actividades físicas que realizan. Bautizado con el nombre Vida Saludable, este estudio forma parte del programa pedagógico que la empresa de restauración colectiva viene desarrollando desde el año 2000 en 300 colegios españoles, El Gusto de Crecer.

Los integrantes del Comité Médico son: el Dr. Vicente Varea Calderón, jefe de la Sección de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición del Hospital San Juan de Dios de Barcelona; el Dr. Jaime Dalmau Serra, jefe de la Unidad de Nutrición Pediátrica del Hospital de la Fe de Valencia; la Dra. Rosaura Leis Trabazo, jefa de la Unidad de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela; la Dra. Elena Tort del Molino, médica especialista en Medicina de Educación Física y Deporte y docente en formación de técnicos deportivos; la Dra. Silvia Meavilla Olivas, especialista en Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátricas del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona; la Lda. Alejandra Gutiérrez Sánchez, dietista nutricionista de la Sección de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátricas del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona.

Más del 45 por ciento de niños españoles con exceso de peso

Según datos del último estudio ALADINO, realizado por la Agencia de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), el 45,2 por ciento de los niños españoles de seis a nueve años padecen exceso de peso.

El estudio revela que esta enfermedad afecta a los niños en un mayor porcentaje que a las niñas. Entre las causas, se apunta a una vida sedentaria y a una alimentación poco saludable. En relación con esto, ALADINO detalla que el 50,2 por ciento de los niños que disponen de herramientas audiovisuales en su habitación (televisión, ordenador, videoconsola, etc.) tiene exceso de peso, y que el porcentaje de niños y niñas que tienen un peso saludable es ligeramente mayor entre los que comen diariamente en los comedores escolares.

La pérdida de peso reduce la presión arterial en obesos y la diabetes en pacientes pluripatológicos

Este trabajo, parte precisamente de la premisa de que ya existen “evidencias suficientes que documentan y avalan” la relación entre el aumento de la presión arterial, la hipertensión arterial y el exceso de grasa corporal.

Igualmente, los autores de este trabajo sostienen -en la introducción del mismo- que también existe “evidencia concluyente” de que la disminución de peso reduce no sólo la presión arterial en individuos obesos, “sino que además tiene efectos beneficiosos en la resistencia a la insulina, la diabetes, la hipertrofia ventricular izquierda y la apnea obstructiva”.

Al tiempo, resaltan el hecho de que muchos de los factores que influyen en dichas patologías son “modificables”, tanto los que tienen que ver a los factores conductuales, “como régimen alimentario, inactividad física y consumo de tabaco y alcohol”; como los factores de tipo biológico, “como las dislipemias, la hipertensión arterial, el sobrepeso o la hiperinsulemia”.

“Es aquí, en la capacidad de modificar dichos factores, donde podemos y debemos actuar”, subrayan los investigadores de este trabajo. Del mismo modo, apuntan a la reducción de peso a largo plazo “como una parte importante de la atención prestada a las personas obesas con diabetes”.

Por todo ello, se marcaron como objetivo de su presente investigación el comprobar en un caso clínico concreto los factores directos que provoca la adhesión y seguimiento de las indicaciones sanitarias con respecto a la pérdida de peso y su relación con el mejor control metabólico, tanto de la diabetes, como de la presión arterial, la cifras de colesterol total y los triglicéridos.

Así, presentaron el caso clínico de seguimiento y evolución durante 18 meses en la consulta de enfermería de una mujer de 50 años, de origen anglosajón, residente en la Costa del Sol desde hace 25 años, casada, sin hijos, fumadora de 15 cigarrillos al día, obesa y sedentaria.

Aclararon en su estudio que dicha paciente diana es una persona obesa que comienza con hiperglucemia sugerente de diabetes y que, al mismo tiempo, debuta con hipertensión arterial y dislipemia mixta. Además, reseñan que tiene hábitos alimentarios “al estilo inglés”, con tratamiento farmacológico para la diabetes, la hipertensión arterial y la dislipemia.

Tras valorar los resultados clínicos previos y su posterior control de la enfermedad y test de adherencia al plan terapéutico de esta paciente, los autores del trabajo han concluido que la disminución de peso reduce no sólo la presión arterial, sino que tiene además efectos beneficiosos en la diabetes y la hiperlipemia. Además, subrayan que “muchos de los factores” que influyen en dichas patologías son modificables, “tanto los factores conductuales como los biológicos”.

El consumo de alcohol provoca obesidad abdominal

Resultados recientes del estudio prospectivo europeo sobre cáncer y nutrición (EPIC) revelan que el consumo de alcohol a lo largo de la vida en hombres y mujeres produce adiposidad abdominal con aumento del perímetro de la cintura. Además, en los hombres provoca obesidad general con aumento del Índice de Masa Corporal (IMC).

El trabajo, realizado durante nueve años y publicado en el European Journal of Clinical Nutrition, contempla una muestra de 258.177 individuos de edades comprendidas entre 25 y 70 años procedentes de 10 países europeos (entre ellos España).

“Es el único estudio realizado hasta la fecha que analiza el consumo de alcohol en una amplia muestra de personas adultas de diferentes regiones europeas y examina el papel de la exposición durante mucho tiempo al alcohol en la obesidad abdominal y general”, explica María Dolores Chirlaque, investigadora de la Consejería de Sanidad de la Región de Murcia y una de las autoras del trabajo.

La mayoría de estudios se basan en el consumo reciente de alcohol durante un periodo corto de tiempo. Además, en este trabajo el método de medición está validado y las mediciones antropométricas no son autoinformadas, sino recogidas por entrevistadores entrenados.

“Queda ahora por analizar si el abandono del uso del alcohol, o un consumo bajo de éste, revierte la obesidad abdominal y en cuánto tiempo. Estas cuestiones aún sin contestar suponen nuevas hipótesis para el futuro”, subraya Chirlaque, del Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP).

Debido a que los mayores incrementos del perímetro de la cintura se observan en consumos altos de alcohol a lo largo de la vida adulta, los resultados no desaconsejan un consumo moderado, aunque sí alertan sobre el consumo excesivo por su asociación con la obesidad abdominal.

Beber vino es más “light”

Los investigadores analizaron también el efecto específico de determinados tipos de bebidas alcohólicas, entre ellas la cerveza y el vino. Si bien el efecto del alcohol sobre la obesidad abdominal se explica en gran medida por el consumo a lo largo de la vida, la cerveza tiene más influencia que el vino, aunque ambos tienen un marcado efecto sobre la aparición y acumulación de esta grasa.

Los hombres que consumen más cerveza presentan un exceso de riesgo del 75 por ciento de obesidad abdominal, mientras que los elevados consumidores de vino exceden del riesgo un 25 por ciento. En mujeres con altas tasas de consumo, el exceso de riesgo para la cerveza es casi el doble que para el vino.

Así, los hombres que consumen tres o más vasos diarios de cerveza incrementan un 50 por ciento su riesgo de padecer obesidad abdominal mientras que los que consumen uno o dos lo incrementan un 15 por ciento. Por su parte, las mujeres que beben uno o dos vasos diarios a lo largo de la vida tienen un riesgo ligeramente mayor de desarrollar obesidad abdominal que las que no llegan a consumir medio vaso. Las que consumen tres o más vasos diarios duplican su riesgo.

Con respecto al vino, las mujeres que toman tres o más vasos tienen un riesgo incrementado en un 60 por ciento de tener sobrepeso abdominal que las que no llegan a beber medio vaso. En varones, el aumento de riesgo en las categorías de alto consumo de vino es el 28 por ciento.

Un estudio demuestra por qué disminuyen las hormonas sexuales en personas diabéticas y obesas

Siempre se ha relacionado la diabetes y la obesidad con niveles bajos de hormonas sexuales, sobre todo la testosterona en los hombres, y esto se había atribuido a la hiperinsulinemia o concentraciones elevadas de insulina en la sangre.

Aparte de disfunción eréctil, los niveles bajos de SHBG y de testosterona se asocian a un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.

El estudio dirigido por el equipo del VHIR determina que no son los propios niveles de insulina los que producen este descenso de la SHBG sino que la reducción de la producción hepática de SHBG dependerá del grado de inflamación y es el TNF alfa el responsable de la caída de esta proteína y, por tanto, de las hormonas sexuales en las personas que presentan obesidad o diabetes mellitus tipo II. Este descubrimiento permitirá diseñar estrategias terapéuticas más dirigidas y abre un nuevo campo que conecta la inflamación con los niveles de hormonas sexuales y puede explicar el porqué en muchas enfermedades crónicas se encuentran niveles disminuidos de hormonas sexuales.

Este trabajo, que se acaba de publicar en la revista Diabetes, referente de la especialidad, contradice la hipótesis existente hasta el momento, pues describe como la SHBG aumentó de manera significativa en lugar de disminuir después de un tratamiento con insulina en pacientes diabéticos. “Nuestros resultados sugieren que TNF alfa juega un papel clave en disminuir la producción hepática de SHBG que se observa en las enfermedades inflamatorias crónicas de bajo grado como la obesidad y la diabetes tipo II”, explica el Dr. Rafael Simó, responsable del grupo de diabetes y metabolismo del VHIR. “La reducción de la expresión de SHBG está inducida por el TNF alfa y existe una correlación negativa e independiente entre los niveles plasmáticos de TNF-R1 y los de SHBG en pacientes obesos, es decir, cuanto más presencia inflamatoria (TNF alfa) menos expresión de la SHBG que es la que se encarga del transporte de las hormonas sexuales”, continúa el Dr. Simó.

La SHBG es producida y secretada por el hígado humano y se une a los andrógenos y los estrógenos con gran afinidad, transporta estas hormonas a través de la sangre y regula su biodisponibilidad. Los niveles bajos de SHBG en plasma han sido relacionados con la obesidad, grasa abdominal, síndrome metabólico y se han utilizado como predictores del desarrollo de diabetes tipo II. También era conocido que, a menos niveles de esta proteína, y por tanto de hormonas sexuales, mayor era el riesgo de enfermedad cardiovascular. El índice de masa corporal se considera un determinante importante de las concentraciones plasmáticas de SHBG y es un hecho que los individuos obesos de todas las edades tienen niveles bajos de SHBG en plasma. La idea era que la obesidad producía una disminución de los niveles circulantes SHBG a través de la hiperinsulinemia.

Detalles del estudio: de los ratones transgénicos a las muestras de plasma humano

Descubrimientos recientes hechos por David M. Selva, investigador adscrito al programa Miguel Servet, investigador principal del estudio y miembro del grupo de investigación del Dr. Simó, sugerían que los niveles de insulina no eran los responsables de los bajos niveles plasmáticos de SHBG observados en la obesidad. A estos se le añaden los últimos hallazgos sobre la inflamación como uno de los procesos críticos asociados al desarrollo de la obesidad, resistencia a la insulina y la diabetes y el conocimiento que tiene este equipo de investigación sobre el papel pro-inflamatorio del TNF alfa y sus elevados niveles en los pacientes obesos.

Todo ello llevó al grupo de diabetes y metabolismo del VHIR a formular su hipótesis: “Para aclarar esta incógnita”, explica el Dr. Simó, “hemos abordado la cuestión de si la expresión humana de SHBG en el hígado es regulada por el TNF alfa y/o por la insulina y cuáles son las vías de señalización implicadas. Por ello, hemos realizado estudios in vitro utilizando células hepáticas humanas, así como estudios con ratones transgénicos que permiten estudiar la expresión de SHBG en vivo”, detalla el responsable del estudio. “Finalmente, se han realizado dos estudios en humanos, uno dirigido a investigar el efecto directo de la administración de insulina en los niveles sanguíneos de SHBG, en pacientes diabéticos tipo II y, el otro, para evaluar la relación entre los valores plasmáticos de TNF alfa y SHBG en pacientes obesos”, asegura.

El estudio concluye que la insulina no es lo que suprime la producción de SHBG, sino que el TNFalfa juega un papel esencial en la baja expresión de esta proteína que se encuentra en la obesidad y diabetes tipo II. Dicho de otro modo, la reducción de la producción hepática de SHBG dependerá del grado de inflamación. Por lo tanto, este estudio abre un nuevo campo que conecta la inflamación con los niveles de hormonas sexuales y puede explicar el porqué, en muchas enfermedades crónicas, se encuentran niveles disminuidos de hormonas sexuales.

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La cirugía endoluminal de la obesidad

La obesidad constituye un grave problema de salud y afecta sobremanera la calidad de quienes la padecen. Para algunas personas es demasiado tarde y deben recurrir a la cirugía. En este campo, la aparición de nuevas técnicas menos invasivas que la cirugía tradicional como la cirugía endoluminal abre un nuevo horizonte para las personas que la padecen. La cirugía endoluminal es una técnica quirúrgica que permite reducir el estómago vía endoscópica sin incisiones ni cicatrices aportando ventajas sustanciales a los pacientes. El procedimiento endoscópico consiste en realizar pliegues en el estómago y suturarlos para reducir su tamaño. Así, la capacidad del estómago queda limitada y el paciente presenta una gran saciedad ingiriendo una pequeña cantidad de alimentos.

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Ejercicio dirigido y dieta personalizada son eficaces contra el sobrepeso y la obesidad

Así lo ha demostrado un estudio pionero en España, presentado en el marco del Congreso Internacional de Programas de Nutrición y Actividad Física para el Tratamiento de la Obesidad (PRONAF), en el que han trabajado durante cinco años más de 30 investigadores y que está avalado por el Ministerio de Ciencia e Innovación.

El objetivo de la investigación era descubrir qué tipo de ejercicio, combinado con dieta, era el más adecuado para luchar contra la obesidad y el sobrepeso. Además, querían determinar la importancia de la composición corporal de cada individuo -su masa grasa y su masa muscular- en el gasto energético diario.

Para averiguarlo, los autores observaron a un total de 3.000 adultos, individuos con normopeso, en las tres primeras fases y a personas con sobrepeso u obesidad en las etapas cuarta y quinta del estudio.

Después se seleccionaron a 120 pacientes con sobrepeso y a otros 120 con obesidad, dividiéndoles en cuatro grupos que siguieron, durante seis meses, distintos programas para bajar peso: uno con dieta y recomendaciones de actividad física; el segundo, dieta más actividad aeróbica; el tercero, dieta más ejercicio de fuerza; y un cuarto grupo al que se le asignaron ejercicio mixto de fuerza y actividad aeróbica.

La perseverancia es clave

Según ha señalado el investigador principal del Proyecto PRONAF, Pedro J. Benito Peinado, doctor en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (UPM), “los pacientes con obesidad consiguieron perder una media de unos 12 kilos en seis meses y los que tenían sobrepeso, de entre 8 y 9 kilos, con grandes diferencias en función de su estado inicial y de su adherencia al programa”.

“No hemos visto grandes diferencias entre los distintos tipos de ejercicio a la hora de perder peso, pero sí en el grado de adherencia que se conseguía en cada individuo: el tratamiento resultó más eficaz cuanto más duradero en el tiempo”, destaca. En este sentido, el ejercicio regulado es mejor que el libre, pues “fideliza” al paciente, tanto con la actividad como con la alimentación saludable.

Este estudio también ha demostrado la eficacia de las dietas diseñadas en función del gasto energético que requiere cada persona en su actividad diaria. Para ello, a los participantes se les midió -usando un acelerómetro- su nivel de actividad física y su tiempo de descanso durante 15 días.

Con estos datos se calculó la energía que necesitaban y la dieta adecuada para cubrir este gasto, situándola algo por debajo de lo que requería el individuo, para provocar la pérdida de peso. “Se trata -dice- de una forma de diseñar dietas basada en metodología científica que ha dado buenos resultados”.

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Estudian el uso de las isoflavonas de la soja para controlar el aumento de peso

Estos hechos son los resultados de un estudio probado en animales que publica este mes el British Journal of Pharmacology. Si se aprueba su extrapolabilidad a humanos supondría “una nueva vía terapéutica frente a la obesidad utilizando, en lugar de fármacos, este ingrediente activo de la soja”, explican desde IMABIS.

Ya desde hace años los elementos naturales se consideran beneficiosos para la salud, y este hallazgo “refuerza esta teoría”. Además, las isoflavonas tienen poder antioxidante, propiedades anticancerígenas y protectoras del sistema óseo o coronario. Las isoflavonas actúan como análogos de determinadas hormonas que segrega el organismo humano, como los estrógenos.

El estudio realizado en ratones ha estado dirigido por el doctor Fernando Rodríguez de Fonseca, del Hospital Universitario Carlos Haya de Málaga y jefe de grupo de CIBERobn. Durante el proceso se indujo sobrepeso dietéticamente a las ratas con dietas ricas en hidratos de carbono y grasas. A causa de esto, los animales comenzaron a padecer obesidad, diabetes e hígado graso.

Tras ello, los científicos les dispensaron la isoflavona daiceína durante dos semanas. Pasado este tiempo se sacrificó a los animales y se comprobó que “a mayor dosis de daiceína en dieta, menor fue la ganancia de peso y menor presencia de grasa hepática. Además de evidenciar el rol beneficioso que juegan en la obesidad y la diabetes, al mejorar el control de la glucosa y la resistencia a la insulina”, señala Rodríguez de Fonseca.

Pero no sólo se obtuvo esta conclusión, ya que también aparecieron niveles altos de leptina, conocida como la hormona de la delgadez ya que inhibe el apetito, y bajos de adiponectina. Por estos resultados los científicos recomiendan las isoflavonas en la dieta, “sobre todo cuando la esteatosis hepática está presente”, explican.

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Presentan nuevo análisis genético de la obesidad

Las causas del sobrepeso y la obesidad están determinadas por las interacciones entre factores genéticos y ambientales (dieta, sedentarismo, etc.) que hacen que cada persona sea única. En este sentido, los factores genéticos contribuyen, aproximadamente, en un 30 por ciento al desarrollo de la obesidad, condicionando la respuesta a las dietas en idéntica proporción.

Genotest, líder en genética aplicada, ha desarrollado NutriCheck, un análisis que determina la predisposición genética hacia el sobrepeso en base a cómo asimila el organismo los diversos alimentos. Mediante este test se podrán conocer las variantes genéticas que ayudan a controlar el sobrepeso de una forma científica y a encontrar la dieta definitiva.

Los genes pueden influir en el equilibrio energético del organismo, los patrones del apetito y el modo en que el organismo aprovecha las sustancias nutritivas incluidas en la dieta.

Este análisis analiza los principales genes responsables de cada uno de estos tres aspectos. Para ello ha elegido 42 variantes genéticas respaldadas por estudios de prestigiosos centros de investigación nacionales e internacionales, que determinan la predisposición genética hacia el sobrepeso de dos formas diferentes: modificando los patrones del apetito y modificando el modo en que el organismo aprovecha las sustancias nutritivas incluidas en la dieta.

“La identificación de los factores genéticos que concurren en cada individuo puede ayudar a tratar la obesidad. El análisis genético de la obesidad nos ayuda a conocer mejor la enfermedad. Mediante este análisis se puede realizar una dieta efectiva a medida de las necesidades individuales de cada paciente”, señala el Prof. Basilio Moreno Esteban, Jefe del Servicio de Endocrinología, Metabolismo y Nutrición del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid.

“En nuestro país, el 22,9 por ciento de la población tiene obesidad y el 38 por ciento sobrepeso. El sobrepeso y la obesidad presentan graves consecuencias sobre la salud, incremento de la diabetes tipo 2, aumento de la presión arterial, dislipemias (hipercolesterolemia e hipertrigliceridemia), apnea del sueño, hígado graso, etc.” subraya el Prof. Basilio Moreno.

NutriCheck: genética aplicada a la nutrición

El objetivo de NutriCheck es identificar la carga hereditaria responsable de nuestra morfología corporal y sus cambios, constituyendo una herramienta clave para la promoción de una alimentación personalizada y saludable.

Según el Dr. Pablo Castán, Director Científico de Genotest, “NutriCheck presenta la posibilidad de adaptar nuestra alimentación a los factores heredados que condicionan nuestra actitud y respuesta hacia ella. Este análisis permite conocer entre otros aspectos, qué principios inmediatos van a ser asimilados con más eficiencia en base a las capacidades de metabolización que nos han sido transmitidas a través de nuestros padres, abuelos, etc. y establecer normas para llevar una pauta dietética ajustada para evitar posibles alteraciones que puedan estar influidas genéticamente”.

Este análisis está especialmente indicado para cualquier persona que quiera tener unos hábitos alimenticios adecuados y mantenerse saludable a través de una dieta personalizada, 100% ajustada a su genética. “La toma de muestra, se trata de un procedimiento no invasivo, es mediante un frotis bucal, no siendo necesario extracción de sangre”, añade el Dr. Castán.

Según explica este experto, NutriCheck se diferencia de otros análisis en dos aspectos, “utiliza una tecnología propia y patentada que permite analizar en tiempo real los factores heredados en relación al objetivo que queramos determinar (capacidad de metabolización de los principios inmediatos y posibilidad de sufrir un trastorno metabólico). Por otra parte, se centra en aquellos marcadores que sabemos a ciencia cierta son los responsables de las diferentes respuestas y comportamiento de nuestro organismo, fr

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Hasta un 10 por ciento de los obesos son saludables

La obesidad es una de la patologías más prevalentes actualmente, hasta el punto de haber sido clasificada por los organismo internacionales de epidemia, por tanto su estudio se encuentra en este momento en auge y son varias las estrategias de investigación. “Entre ellas -comenta el doctor Antonio Vidal-Puig- está tomando cada vez más fama la que observa por qué existe gente obesa con complicaciones metabólicas y otros que no”.

Este experto, que participa en el XX Simposio Científico de la Fundación Lilly, señala que “el problema de la gente obesa no es que tenga mucha grasa, sino que su tejido adiposo es incapaz de almacenar más grasa y, cuando eso ocurre, la grasa se acumula en otros órganos como son el corazón, el páncreas, los vasos, etc, produciendo lo que se conoce como lipotoxicidad”.

Como investigador, explica que se está planteando lo que se conoce como la Teoría de la Expandabilidad del tejido adiposo, que consiste en que “los obesos llegan a un máximo de capacidad de tejido adiposo y cuando llegan a ese nivel adiposo comienzan a tener riesgos y complicaciones metabólicas”.

Este límite, advierte, es diferente en cada persona ya que, en principio, se estima que depende de factores genéticos. Y, precisamente, “por ello es posible encontrar gente muy delgada que no tiene gran capacidad para acumular casi grasa, y, por tanto, tiene una enfermedad metabólica muy severa; y se pueden encontrar individuos obesos que pueden almacenar bastante grasa y paradójicamente son bastante saludables”.

No obstante, indica que estos parámetros han ido cambiando con el paso de los años y hay que considerar que, “en una situación de epidemia de obesidad, el tejido adiposo está bajo la máxima presión que ha estado en la historia”. Esto significa que “hace 50 años eran capaces de regular el tejido adiposo y ser funcionalmente capaces de ello; y hoy en día como se necesita almacenar más, la misma dotación genética no es suficiente como para poder acumularlo todo”.

No obstante, ha explicado que obeso “saludable” no se puede ser toda la vida, ya que “si se sigue engordando llegará un momento a su máxima capacidad y se volverá obeso no saludable”.

Activar la grasa parda

Para su estudio hay que tener en cuenta la “capacidad” que se tiene de almacenar y la “necesidad” que se tiene de almacenar, que viene dada por lo que se come y lo que se gasta. Así, comenta que los investigadores pueden trabajar en tres parámetros: por un lado sobre el tejido adiposo, para hacer que sea más saludable y se pueda almacenar mejor; sobre la falta de almacenaje, ya que “si no se tiene suficiente sitio, en estos casos lo mejor es quemarlo”; y, finalmente, sobre el tejido adiposo marrón capaz de eliminar el exceso de grasa.

“La gente perdería grasa y al mismo tiempo mejoraría sus problemas metabólicos, incluida la diabetes. Buscar estrategias que lleven a gastar o quemar energía en estos individuos sería beneficioso; en esta situación tener grasa parda y activarla haría que la grasa se quemara y no se acumulara en el hígado, corazón o células beta”, advierte.

Es decir, si se puede activar la grasa parda sus efectos beneficios irán, por un lado, en la reducción de peso, y, también, en mejorar aspectos cardiovasculares. “Lo positivo es que si esos pacientes se conocen, se puede identificar y tratar de ver cómo consiguen ser metabólicamente normales a pesar de ser obesos; si se entiende eso, se puede utilizar esa información para tratar los problemas metabólicos”, explica.

Aunque aún se podría estar hablando de datos intuitivos para el tratamiento de la obesidad, en su opinión el problema actual en la búsqueda de un tratamiento es que “la mayoría de la gente que trabaja en obesidad focaliza sus esfuerzos en los obesos con complicaciones cardiometabólicas”. Pero, según explica el Dr. Vidal-Puig, para encontrar una solución igual es necesario focalizar la investigación en los obsesos saludables o