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Mujer joven y preocupada por su salud, perfil del paciente de las intervenciones endoscópicas contra la obesidad

El 60 por ciento de los pacientes que acuden a la Unidad Endoscópica de la Obesidad del Hospital Universitario Madrid Sanchinarro del doctor López-Nava para someterse a una intervención endoscopia, a través de un orificio natural como la boca, contra la obesidad o el sobrepeso son mujeres con una edad media de 38 años, un nivel socioeconómico medio y más preocupadas por su salud que por la estética.

El 60 por ciento de los pacientes que acuden a la Unidad Endoscópica de la Obesidad del Hospital Universitario Madrid Sanchinarro del doctor López-Nava para someterse a una intervención endoscopia, a través de un orificio natural como la boca, contra la obesidad o el sobrepeso son mujeres con una edad media de 38 años, un nivel socioeconómico medio y más preocupadas por su salud que por la estética.

En concreto, Gontrand López-Nava ha informado de que la mayoría de sus pacientes son mujeres con obesidad tipo I y II que, después de haber intentado seguir todo tipo de dietas, deciden someterse a alguna de las técnicas endoscópicas de la obesidad porque quieren prevenir o tratar las enfermedades asociadas como diabetes, hipertensión o dolores articulares.

“Es significativo también que muchas de ellas acuden a la unidad porque desean ser madres y necesitan aumentar su fertilidad, y partir de un peso normal para no poner en riesgo su vida o la del feto. En cualquier caso, se ha experimentado una significativa evolución cultural entre las pacientes, que se alejan del estereotipo de querer adelgazar para estar guapas y delgadas. Ahora lo que más les preocupa es la salud, saben que tienen que hacer dieta y encuentran en estas técnicas endoscópicas un apoyo para que la dieta resulte más fácil y más eficaz”, ha comentado.

En este sentido, el experto ha recordado que los pacientes están cada vez mejor informados sobre los riesgos de las intervenciones convencionales y se interesan por las técnicas endoscópicas porque son “más seguras, nada dolorosas y les permiten incorporarse a su rutina de forma inmediata”.

Cada vez más jóvenes

Asimismo, ha señalado que, en los últimos años en su unidad del Hospital Universitario Madrid Sanchinarro, cada vez hay más adolescentes interesados en solicitar información sobre las técnicas endoscópicas para adelgazar, un 70 por ciento de ellos chicas.

“Los padres son cada vez más conscientes de que la obesidad puede repercutir de forma negativa en el desarrollo de sus hijos”, ha analizado, para subrayar que, en el caso de estos pacientes más jóvenes “es todavía más importante el seguimiento psicológico y deportivo, así como averiguar las causas de su sobrepeso”.

Por todo ello, López-Nava ha insistido en la importancia de elegir profesionales que además de intervenir con las técnicas contra la obesidad más seguras del mercado, les incluyan en sus tratamientos: una reeducación alimentaria, un seguimiento personalizado psicológico y la introducción de la actividad física para conseguir no solo bajar de peso, sino mantenerlo y evitar efectos yoyó y una dependencia crónica de dietas y restricciones.

“Pese a los avances educativos, las mujeres siguen sometidas a una presión social mayor que los varones. Las pacientes suelen experimentar, además, cuadros de ansiedad, tienen un largo historial de dietas fracasadas y una autoestima muy baja. Por eso es importante ayudarlas a ganar sensación de control sobre la comida y su cuerpo y conseguir que se sientan más seguras y no recaigan”, ha zanjado la psicóloga de Obesidad López-Nava, Marta Trell.

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El sedentarismo, el culpable de la obesidad infantil

La ingesta de alimentos tiene menos importancia como origen de la obesidad infantil en niños españoles que el exceso de sedentarismo. Es una una de las aportaciones más recientes del denominado Estudio de Cuenca, llevado a cabo por el Centro de Estudios Sociosanitarios de la Universidad de Castilla-La Mancha, y dirigido por el Dr. Vicente Martínez Vizcaíno, que ha monitorizado la evolución de los factores de riesgo cardiovascular en escolares desde el año 1992, siendo sus resultados extrapolables a la población infantil española ya que Cuenca representa a la media nacional en términos de obesidad.

Este estudio demuestra, mediante mediciones corporales y seguimiento de la alimentación de los niños, que los que más comen, son precisamente los niños más delgados, hasta 200 calorías más diarias de media que los niños con sobrepeso. Además, si se miden las calorías ingeridas por cada kilo de peso corporal, las diferencias son aún mayores.

La explicación para este fenómeno, según el doctor Martínez Vizcaíno, podría encontrarse en que  “la expresión de los genes relacionados con la obesidad se puede modificar a través de la actividad física. Además la actividad física en edades precoces puede diferenciar células madre pluripotenciales a masa magra y así aumentar el metabolismo basal, es decir el consumo de energía del organismo, de por vida”.

El estudio aporta, además, otros datos de gran interés, como que en los últimos años y coincidiendo con la crisis, la frecuencia de niños con bajo peso se ha duplicado hasta alcanzar al 20,5% de la población infantil, mientras que la de sobrepeso u obesidad ha descendido hasta el 20,4%, cuando estaba en torno al 35% en las mediciones anteriores a 2008. Pero la situación económica de las familias parece haber afectado también a la estatura de los niños, de tal manera que mientras que en los niños nacidos en 1999-2000 no hay diferencias significativas en su estatura según el nivel socioeconómico de sus padres, entre los niños de 4 a 6 años en el año 2013, y que por tanto habían nacido en 2007-2008, hay hasta casi 5 cm de diferencia en su estatura dependiendo de que el estatus socioeconómico de sus familias sea alto o bajo..

El Estudio de Cuenca ha medido también cuán activos son los escolares y la conclusión es que no se mueven lo suficiente, ya que practican una hora de actividad física de intensidad moderada al día (deportes o juegos) pero el resto del tiempo permanecen inactivos y eso los convierte en niños “sedentariamente activos”. El problema es que el sedentarismo deja su impronta negativa independientemente de la actividad física.

Para combatir ese “sedentarismo activo”, el Estudio de Cuenca ha puesto en marcha un programa de intervención en escolares para aumentar el tiempo de actividad física semanal mediante actividades lúdicas no competitivas extraescolares denominado programa de juegos MOVI. Este programa ha conseguido disminuir la obesidad entre los escolares, reducir el sedentarismo y mejorar la salud y la condición física de los niños que han participado. Para Mairena Sánchez López, coordinadora del programa, el éxito está en que “se proponen actividades  de juego no competitivas, que permiten participar a todos los niños y niñas, independientemente de su condición física, sexo o habilidad”.

Por lo tanto la recomendación sería, según la profesora Mairena Sánchez, “practicar algo de actividad física en cada hora del día y olvidar la idea de que el juego roba horas de estudio, pues el ejercicio físico produce también un beneficio en el rendimiento escolar de los niños”.

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La obesidad abdominal puede duplicar el riesgo de muerte súbita

Las personas que padecen obesidad abdominal, que se manifiesta cuando el índice cintura/cadera (ICC) es superior a 0,8 en mujeres y a 0,95 en hombres, tienen el doble de riesgo de sufrir un episodio de muerte súbita, según han afirmado miembros de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) en relación a los resultados de un estudio reciente publicado en ‘Heart’.

“La obesidad abdominal es un índice de grasa visceral, y esta grasa está asociada a mayores alteraciones metabólicas en forma de intolerancia a la glucosa, disminución de la sensibilidad a la insulina, alteración del perfil lipídico así como una mayor influencia en los procesos inflamatorios que la grasa acumulada el otras áreas, lo que lleva a un aumento del riesgo cardiovascular”, explica el presidente de la Sección de Electrofisiología y Arritmias de la SEC, Ángel Moya.

Además, la obesidad conlleva una mayor sobrecarga hemodinámica, que puede llevar a hipertrofia de ventrículo izquierdo y además se asocia a alteraciones eléctricas como mayor número de extrasístoles, alargamiento del QT, y disminución de la variabilidad de la frecuencia cardiaca, factores todos ellos que pueden aumentar el riesgo de arritmias.

Asimismo, la investigación concluye que la obesidad abdominal tiene mayor influencia en la enfermedad cardiovascular, y en otras muchas enfermedades, que la obesidad general, por lo que recomiendan el cálculo del ICC frente al índice de masa corporal (IMC) y al perímetro de la cintura. “En concreto, el estudio muestra que con un índice de masa corporal elevado, el sujeto aumenta en un 34 por ciento el riesgo de muerte súbita, frente al 49 por ciento del perímetro de la cintura o al 100 por ciento del índice cintura/cadera”, destacan.

En este sentido, Moya manifiesta que la presencia de grasa en la zona central del cuerpo es mucho más relevante que en otras partes del organismo, “por lo que es recomendable utilizar este índice en el cálculo del riesgo de los pacientes”.

Por último, el experto quiere incidir en la “necesidad de tomar medidas, como mayores campañas de prevención o una estricta regulación de los alimentos, para frenar esta pandemia de obesidad que provoca por sí sola 28.000 muertes anuales”.

Dieta mediterránea, comida sana

Dieta mediterránea para luchar contra la diabetes

Diabetes y obesidad son dos de las enfermedades más importantes del mundo occidental que, en los últimos años, están sufriendo un constante incremento. De hecho, la prevalencia de obesidad en España es de un 26% y la de diabetes se cifra en torno al 12%, siendo en la mitad de los casos desconocida para los pacientes. Con el objetivo de dar visibilidad a este problema, la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) celebra en Sevilla la IX Reunión de Diabetes y Obesidad los días 30 y 31 de enero, en la que participan alrededor de 800 facultativos.

“La epidemia de diabetes y obesidad que estamos sufriendo actualmente se debe, en gran medida, a los cambios en los hábitos de vida y en la alimentación. Ambos factores, unidos a la falta de ejercicio físico, contribuyen de forma directa a esta epidemia del siglo XXI”, señala el coordinador del Grupo Diabetes y Obesidad de la SEMI, el doctor Francisco Javier Ena.

Por ello, se recomienda la dieta mediterránea como factor de prevención de ambas enfermedades, ya que puede reducir hasta en un 40% la posibilidad de desarrollar diabetes. “La práctica de ejercicio físico y una alimentación que incluya alto consumo de pescado, frutas y verduras, junto a grasas y antioxidantes provenientes de frutos secos y de aceite de oliva virgen extra disminuyen el riesgo de padecer diabetes relacionada con la obesidad”, apunta el especialista.

El estudio PREDIMED, del cual se han extraído estos datos, es un ensayo clínico llevado a cabo en España en el que se demuestran los beneficios de la dieta mediterránea no sólo relacionada con la diabetes sino también con otras patologías. De hecho, la diabetes asociada a obesidad se relaciona también a otras enfermedades de gran repercusión en la calidad de vida de los pacientes como dolores articulares, síndrome de apnea del sueño, hipertensión arterial, infertilidad en mujeres por trastornos menstruales o depresión. Además, puede favorecer la aparición de determinados tumores como cáncer de mama, de colon, riñón y páncreas.

Con el objetivo de reducir estos posibles riesgos, se recomienda que los pacientes con diabetes de corta duración sean tratados utilizando fármacos con bajo riesgo de hipoglucemias. Además, tal y como explica el doctor Ena, “el tratamiento óptimo de la diabetes retrasa complicaciones tales como las lesiones oculares, alteraciones en función renal o trastornos en la percepción de sensibilidad en extremidades inferiores, tales como dolor, frío o calor”.

IX Reunión de Diabetes y Obesidad

La Reunión de Diabetes y Obesidad organizada por la SEMI se ha convertido en un referente para la actualización y el intercambio de ideas entre los médicos que dedican su atención a pacientes con estas enfermedades. En la presente edición, un año más, participan ponentes extranjeros y nacionales de elevado prestigio científico.

“Para nosotros es una gran satisfacción poder aglutinar en esta reunión, año tras año, a médicos de diversas especialidades como medicina interna, medicina de familia, endocrinología, cardiología, cirugía vascular, cirugía bariátrica y nefrología para debatir sobre temas que nos preocupan e influyen a todos”, concluye el doctor Ena.

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Una reducción de la actividad física en la población se asocia un aumento de prevalencia de la obesidad

La disminución de la actividad física está asociada con el incremento de la prevalencia de la obesidad en la población, según un estudio llevado a cabo por investigadores estadounidenses que ha analizado su relación durante dos décadas.

La disminución de la actividad física está asociada con el incremento de la prevalencia de la obesidad en la población, según un estudio llevado a cabo por investigadores estadounidenses que ha analizado su relación durante dos décadas.

El estudio, que además ha observado que en el periodo estudiado la ingesta calórica no había cambiado significativamente, fue desarrollado en personas adultas desde 1988 hasta 2010 en EE.UU. y en el que se examinaban las tendencias en obesidad, actividad física e ingesta calórica en personas adultas.

Los investigadores utilizaron datos derivados de la reconocida Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (NHANES) de EE.UU, con el objetivo de examinar el papel que la inactividad física crónica ha jugado en las actuales cifras de obesidad de la población.

En concreto, los resultados de este estudio científico, publicado en ‘The American Journal of Medicine’, muestran que durante el periodo estudiado (22 años), el promedio del índice de masa corporal (IMC) aumentó un 0,37 por ciento al año tanto en hombres como en mujeres, al igual que el perímetro de la cintura, incrementado en una media anual del 0,37 por ciento en mujeres y un 0,27 por ciento en hombres. Igualmente y durante este tiempo, aumentó significativamente la prevalencia de obesidad, siendo las mujeres jóvenes (de 18 a 39 años) las que experimentaron incrementos más acusados.

Según esta revisión científica, el porcentaje de personas adultas que declaran no realizar actividad física en su tiempo libre se ha incrementado de forma notable durante las últimas dos décadas, pasando del 19,1 al 51,7 por ciento en el caso de las mujeres, y del 11,4 al 43,5 por ciento de hombres.

Agrupados atendiendo a su nivel de actividad física (los que no realizaban actividad física, los que realizaban actividad física intermedia, y los que practicaban una actividad física “ideal” acorde con los estándares de salud) se observó también una disminución del número de personas que manifestaron realizar actividad física moderada.

Para establecer los grupos de personas según su nivel de actividad física se utilizaron estándares similares a las recomendaciones gubernamentales de EE.UU., lo que implica la realización de treinta minutos o más de actividad moderada durante al menos cinco días a la semana, o setenta y cinco minutos o más de actividad vigorosa por semana o ciento cincuenta minutos de combinación de actividad moderada y vigorosa a la semana.

Según los datos aportados, la ingesta calórica media diaria no varió de forma significativa ni en hombres ni mujeres a lo largo del periodo analizado (si bien aumentó sustancialmente en las mujeres que reconocían no realizar actividad física en su tiempo libre y descendió significativamente entre los hombres que afirmaban mantener los niveles de actividad física considerados como ideales).

Se estudia el papel de la alimentación

A pesar de que los investigadores no examinaron el tipo de comida y bebida consumida durante las dos décadas, observaron que el total de calorías diarias, grasas, hidratos de carbono y proteínas ingeridas no había cambiado significativamente en ese periodo, mientras que la tasa de obesidad entre la población había aumentado.

Los resultados de este estudio, cuyo principal investigador fue el doctor Uri Ladabaum, de la Universidad de Standford, no apoyan la creencia popular de que el aumento de la obesidad en Estados Unidos se puede atribuir principalmente al aumento sostenido en el tiempo de la ingesta calórica media diaria de los estadounidenses.

No obstante, las conclusiones no sugieren que la ingesta calórica no sea un determinante importante de la obesidad a nivel individual. Un análisis previo de NHANES 1971-1975 a 1999-2002 informaba de que el aumento de la densidad de energía de los alimentos era más o menos paralelo a las tasas de prevalencia de obesidad en Estados Unidos.

peso

¿Qué percepción tienen los españoles sobre su peso?

Los españoles nos vemos muy gordos o muy delgados, no tenemos término medio. Un 52% se encuentra que está lejos de su peso ideal por exceso o por defecto, lo que nos convierte en un caso único por llamativo en Europa, según el informe “Salud y Bienestar” elaborado por la consultora Nielsen. Es cuanto menos curioso comprobar cómo los españoles se sitúan en los extremos de la báscula, ese temido elemento que aguarda en el cuarto de baño o en el dormitorio y con el que el resto de europeos mantiene una relación de más equilibrio.

De esta forma, el 25% de los españoles considera que tiene mucho sobrepeso, multiplicando por cinco la media de europeos que se perciben muy por encima del que sería su peso ideal. Ninguno de nuestros compatriotas europeos tiene peor valoración de su peso y, de hecho, la media en el continente es de apenas el 5%. En particular, resulta muy llamativo que nuestros vecinos europeos más próximos apenas se vean con kilos de más. Sólo entre el 1 y el 3% de los franceses, italianos y portugueses piensan que tienen un problema serio con la báscula.

No obstante, los españoles mostramos predisposición a cuidarnos más a través de nuestra alimentación y, a la hora de comprar alimentación y bebidas en el establecimiento habitual, atributos como la escasez o ausencia de grasas, colesterol, calorías o sal influyen a la hora de decidirnos a comprar un producto en vez de otro. Siete de cada diez españoles dan una gran importancia a estos beneficios saludables en el momento de la compra.

A pesar de esta predisposición manifestada por siete de cada diez españoles, no son tantos los partidarios de hacer un esfuerzo económico para adquirir productos con propiedades saludables. En concreto, en torno a la mitad de los consumidores está dispuesto a pagar más, por lo que para alrededor de dos de cada diez personas la compra de estas referencias no debe implicar un incremento del ticket en el momento de pasar por caja.

Poner en práctica lo que se predica

A pesar de que una cuarta parte de los españoles considera que tiene muchos kilos de más, hay también una parte importante de la población, hasta el 27%, que considera que su peso está por debajo del ideal, algo que sólo el 8% de europeos se atreve a afirmar. Los españoles son los que se ven más delgados de todo el continente y, por tanto, los que más ponen en práctica frente al lineal esa predisposición a elegir un producto con atributos saludables frente a otro sin ellos.

La percepción de peso que tienen los españoles y los europeos en su conjunto puede ser aún más diferente. Tal como constata el informe “Salud y Bienestar” de Nielsen, la media de personas en nuestro país que considera que está en su peso ideal se sitúa en el 28%, once puntos por debajo de la media europea. Somos los europeos que más alejados nos vemos de nuestro peso ideal. Por citar algunos ejemplos de vecinos del viejo continente, el 46% de los franceses piensa que no tiene un gramo de más o de menos, la misma consideración que tiene el 33% de británicos.

leche contra la obesidad

Leche contra la obesidad

leche contra la obesidadEl calcio que contienen la leche y los productos lácteos dificulta la acumulación de grasas de reserva en el organismo, algo que ayuda a conseguir un peso corporal saludable a individuos de todas las edades y puede ser un importante aliado contra los problemas de sobrepeso y obesidad, según la profesora de investigación del CSIC Manuela Juárez.

En este sentido, concreta la experta, la disminución de calcio dentro de las células puede estimular la lipólisis (proceso de quema grasas) e inhibir la lipogénesis (generación de reservas de grasa), “dificultando así la acumulación de grasas”.

Además, está comprobado que una elevada ingesta de calcio “disminuye las concentraciones de la hormona paratiroidea en el organismo”. Esta hormona es responsable, junto con la vitamina D activa, de la tarea de reducir la entrada de calcio al interior de las células, explica la especialista.

Por otro lado, indica que un alto consumo de proteínas lácteas “reduce la ingesta de alimentos por generar, en el organismo, un aumento de la saciedad”. Las dietas con alto contenido en calcio “han evidenciado una mayor excreción de grasa”, señala esta experta.

Finalmente, la doctora ha resaltado que los niños que consumen un mayor cantidad de calcio presentan un menor índice de masa corporal (IMC), lo que “podría disminuir su riesgo de obesidad en la adolescencia y en la etapa adulta”. “Tres porciones de productos lácteos al día, como parte de una dieta equilibrada, pueden ayudar a conseguir un peso corporal saludable en la infancia y en la adolescencia”, recalca.

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La Navidad puede engordar hasta 4 kilos

Los excesos en las comidas navideñas pueden llevar a engordar hasta 4 kilos por lo que los expertos recomiendan evitar los atracones e ingerir solo la cantidad de alimentos que necesita el cuerpo para mantener las funciones vitales, la actividad física y el nivel de deporte que se realice.

Los atracones de comida tienen varias consecuencias negativas para la salud, ya que suponen un consumo de muchas calorías en un periodo corto de tiempo, aumentan la sensación de hinchazón y malestar generalizado, las digestiones se hacen muy pesadas y se prolongan a lo largo de todo el día y de la noche, e incluso se pueden producir vómitos si la cantidad de alimentos es excesivamente elevada.

Por ello, la nutricionista de los Hospitales Universitarios HM Montepríncipe y HM Torrelodones, Aránzazu Perales, aconseja realizar comidas moderadas. “Ningún alimento en exceso es bueno y tenemos varios días de celebraciones, por lo que podemos seleccionar un día para cada uno de nuestros alimentos navideños preferidos. De este modo, al final de las vacaciones habremos probado todo sin haber cometido excesos”.

Además es frecuente que algunas personas se pongan a dieta unos días antes de estas fechas para poder comer más a gusto después, pero esta no es la mejor opción, incluso puede tener efecto contrario, pues este hábito no es saludable y sin estar asesorados por un experto es posible que se gane peso en vez de perderlo por no realizar un equilibrio correcto de los alimentos que se consumen y del gasto de energía que se realiza.

¿Qué se debe comer?

En estos días hay que disfrutar de las reuniones familiares y las comidas especiales, pero siempre buscando un equilibrio. Por eso hay que consumir un volumen adecuado de alimentos que aporten saciedad con un aporte adecuado de nutrientes. Por ejemplo, de primer plato, Perales, propone tomar platos ricos en verduras, ya sean en forma de cremas, asadas o al vapor. Y de segundo, una carne o pescado pero en raciones más pequeñas.

En estas vacaciones también se abusa de turrones y otros dulces y establecer un límite, sobre todo a los niños, es complicado. Hay que intentar buscar un punto medio y procurar controlar su ingesta entre horas, ya que un consumo excesivo puede hacer que luego no tengan hambre en las principales comidas del día.

 

bocadillos

¿Los bocadillos engordan?

Los bocadillos pueden formar parte de una dieta sana y equilibrada, ya que el pan es una de las principales fuentes de energía presentes en la dieta mediterránea y un ingrediente “inamovible” de la pirámide nutricional. Así lo señala Beatriz Navia, profesora titular de la facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid, en el marco de la campaña ‘Pan Cada Día’.

Sin embargo, existe en una parte de la población la idea de que el consumo de bocadillos engorda y que consumir alimentos en este formato, entre dos rebanadas de pan, “es perjudicial para su dieta e incluso para su estado físico”, ha comentado.

A este respecto, ha asegurado que “es erróneo clasificar los alimentos como buenos o malos, o alimentos que engordan o adelgazan, ya que lo que hay que tener en cuenta es la dieta total y no los alimentos de forma aislada”.

El pan, en una cantidad moderada de energía, aporta diferentes nutrientes, entre los que “destacan los hidratos de carbono complejos”. También aporta fibra, cierta cantidad de proteínas, muy pocos lípidos, e importantes minerales y vitaminas, “esenciales en el correcto funcionamiento de nuestro organismo”.

Con el objetivo de informar a los consumidores y a los profesionales de la comunicación, la campaña ‘Pan Cada Día’ está elaborando esta serie denominada ‘Mitos y realidades sobre el pan’, una recopilación de informaciones científicas sobre las controvertidas creencias acerca del pan y sus efectos positivos para la salud.

El desayuno tiene que aportar un cuarto de la energía diaria

El desayuno: un cuarto de nuestra energía diaria

desayuno un cuarto de nuestra energía diaria

El desayuno debe aportar el 25 por ciento de la energía necesaria para el desarrollo de la actividad diaria durante toda la jornada, ya que suministra al cerebro y al organismo los nutrientes necesarios para comenzar el día con vitalidad. Así lo manifiestan los expertos de distintas asociaciones como AEFC, Aeofruse-Almendrave, Asemac, Asozumos, Fenil y la Interprofesional del Aceite de Oliva Español.

El perfil de un desayuno saludable debería estar formado por un apartado predominante de hidratos de carbono, un aporte de proteínas y grasas saludables, acompañado de una buena dosis de alimentos con fibra, indican. Por ello, debe contener aceites de oliva, cereales de desayuno, frutas, frutos secos, lácteos, zumos de frutas y pan. Cada grupo proporciona los nutrientes necesarios para afrontar la actividad diaria, aportando niveles adecuados  de energía y contribuyendo al mantenimiento de una dieta equilibrada.

Expertos en nutrición afirman que un buen desayuno es fundamental para poder disfrutar de una buena salud, ya que “mejora el estado nutricional, siendo necesario en todas las etapas de la vida, desde los más pequeños hasta los mayores”.

Un desayuno saludable incrementa la calidad de la alimentación, mejora el rendimiento físico e intelectual, así como la capacidad de concentración, especialmente en niños y adolescentes. Además, añaden, ayuda al mantenimiento de un peso adecuado, el control del apetito y previene la ansiedad que puede llevar a comer en exceso a la hora de la comida.

 

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Asocian el incremento de la prevalencia de la diabetes con el avance de la obesidad

El incremento de la prevalencia de la diabetes en todo el mundo está estrechamente asociado con la pandemia de obesidad que afecta tanto a países desarrollados como a muchos de los países en desarrollo, ha asegurado la coordinadora de la Red de Grupos de Estudio para la Diabetes en Atención Primaria de Salud (RedGDPS), Sara Artola, durante el I Curso Regional de Diabetes Tipo 2 para R3-R4 de Familia que organiza la entidad y está dirigido a médicos residentes de tercer y cuarto año.

Recientemente se han comercializado nuevos grupos terapéuticos que “consiguen buen control glucémico con menos efectos secundarios, especialmente menor riesgo de hipoglucemias sin ganancia de peso o incluso con reducciones significativas”, explica Artola. Este tipo de terapias cumplen una función destacada si se tiene en cuenta la relación entre diabetes y obesidad.

Los expertos insisten en la importancia de la labor de los médicos de familia como puerta de entrada al sistema de este tipo de pacientes. “El mal control de la diabetes tipo 2 acelera las complicaciones y la mortalidad prematura; un tratamiento precoz retrasa la aparición de complicaciones y mejora la calidad y esperanza de vida de los pacientes”, explica la doctora. “El médico de Atención Primaria debe velar por el mejor control del conjunto de los factores de riesgo cardiovascular para evitar el desarrollo de complicaciones”, afirma.

Respecto al curso, patrocinado por Astrazeneca, la coordinadora de la Red señala que “la mejor formación, el dominio de la técnica y las habilidades de comunicación son elementos clave para la mejora continua de la calidad asistencial que debe estar presente en la práctica diaria”.

Especialmente los R4, pero también los R3, “deben empezar a asumir las decisiones clinicoterapéuticas de la consulta diaria y es fundamental que adquieran destreza en el manejo de las patologías crónicas que habitualmente se controlan desde el ámbito de la Atención Primaria, como es el caso de la diabetes”, asegura.

El contenido de este curso ha girado en torno a la aplicación práctica de la formación impartida. Se ha elegido el formato de grupos reducidos, repetidos tres veces, para favorecer la participación y discusión de casos clínicos. De forma original se han incluido los talleres de ejercicio físico, que incorporan la práctica del mismo, y el diseño de dietas individualizadas”, explica Artola, que recuerda “la importancia de la coordinación entre los especialistas”. “La comunicación y el contacto a través de nuevas plataformas entre los profesionales de los distintos ámbitos asistenciales permiten la optimización de la atención clínica y de los recursos asistenciales”, concluye.

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La obesidad infantil, ¿una epidemia?

El 14,9 por ciento de los niños de entre 3 y 5 años tiene sobrepeso y el 5,8 por ciento padece obesidad infantil, según los últimos datos de la Fundación Thao, presentados con motivo de la publicación de la ‘Guía Pedagógica THAO de actividad física para profesorado de educación física’.

Se trata, tal y como ha comentado el responsable de evaluación e investigación de la Fundación Thao, Santiago Gómez, de una “epidemia” que, si bien no aumenta, se mantiene en el tiempo debido a que los responsables de su lucha no han tenido en cuenta “todos los condicionantes” que derivan en sobrepeso y obesidad entre la población infantil.

En este sentido, Gómez ha reconocido que los programas de prevención no han prestado la importancia que tiene el fomento del ejercicio físico y de la vida activa entre esta población, así como a los factores psicológicos y sociales que lo rodean.

Además, ha lamentado que las campañas hayan estado dirigidas a los centros escolares y no tanto a las familias que, “al final”, son las responsables de los hábitos de vida de los menores. Del mismo modo, ha abundado en la importancia de que los programas de prevención de la obesidad infantil se realicen también desde los 0 a los 3 años.

“Es clave avanzar en estas estrategias cuanto antes para cambiar la epidemiología del sobrepeso y la obesidad en la población infantil”, ha apostillado el experto, para informar de que la Fundación Thao ha puesto en marcha un programa para favorecer el estilo de vida saludable entre los niños y sus familias.

Guía pedagógica

De hecho, la guía se enmarca dentro de este programa que lleva por lema ‘¡A crecer con buen ritmo!. ¡Aprende a darle ritmo a tu salud, mejor si es en compañía!’, realizada con el apoyo del Instituto DKV de la Vida Saludable, para promover la mejora de la salud y la vida de la población mediante la divulgación de información y formación orientada a inculcar hábitos saludables.

En concreto, el manual presentado este jueves tiene como objetivo facilitar a los educadores herramientas para enseñar y mostrar a los niños conceptos básicos sobre actividad física, con el fin de que tomen conciencia de su importancia, así como de los beneficios que les aportan.

“Queremos que la clase incorpore el valor de la salud y que los profesores de educación física sean referente de la salud en los colegios”, ha recalcado el especialista de la Fundación Thao. La guía se va a distribuir en 70 municipios de España.

Dicho esto, Gómez ha informado de que el trabajo ha sido confeccionado en torno al concepto del juego por su valor educativo. “Si los niños se divierten interiorizan mejor este hábito. Por ello, en la guía proponemos juegos que vinculan la alimentación mediante el desarrollo motriz”, ha apostillado.

Finalmente, el especialista ha asegurado que la guía puede ser utilizada también por las asociaciones de padres con el objetivo de promover este tipo de actividades fuera de la franja escolar.