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Los orígenes de la alimentación hospitalaria en el siglo XX

Hospital de beneficencia. Medicina para pobres

A finales del siglo XIX comienza a debatirse en distintos foros en EEUU y Canadá la necesidad de redefinir el modelo asistencial y económico del hospital de beneficencia tradicional.

Hasta la creación de los seguros obligatorios de enfermedad (los Sistemas Nacionales de Salud), después de la Segunda Guerra Mundial, la práctica de la medicina era una práctica comercial donde se atendía a los pacientes no según sus necesidades sino según su capacidad adquisitiva. Es decir había una medicina para ricos y una para pobres. Históricamente el hospital se identificaba con la medicina para pobres.

Las malas condiciones de estos hospitales y su inviabilidad económica eran continuamente denunciadas. Son los administradores de hospital los que de manera más eficaz van a promover un cambio agrupados en la American Hospital Association fundada en 1899, que fue la primera asociación donde se analizó no sólo la medicina que se practicaba en el hospital y su oferta asistencial, sino el hospital en sí como organización humana y material.

Llama la atención el interés demostrado por la asociación en debatir con detalle todas las cuestiones dedicadas al alojamiento; preocupación que podemos entender mejor si tenemos en cuenta que un motor fundamental en el desarrollo de este movimiento hospitalario, que pretendía perfilar el hospital moderno, es lo que un historiador llamó la revolución del paciente privado, es decir la auténtica revolución que supondría para el hospital de beneficencia incorporar a las clases medias.

Había una convicción entre los miembros de la asociación de que el hospital de pobres, público o mantenido por caridad privada, sólo podría sobrevivir si era capaz de crear una oferta atractiva para las clases medias que pagando por acto de servicio médico y alojamiento contribuyeran a su mantenimiento.

Primer Congreso Internacional de Hospitales

Se plantearon dos reuniones internacionales preparatorias del que sería en 1929 el Primer Congreso Internacional de Hospitales. España, que había permanecido al margen de estas reuniones preparatorias, participó en el congreso y significó la presentación del nuevo modelo hospitalario americano a Europa. Los representantes oficiales españoles fueron los que estaban organizando en ese momento la Casa de Salud Valdecillas en Santander.

Aparición de los Departamentos de Dietética

En este contexto general debemos entender la aparición de los departamentos de dietética y la alimentación científica en los hospitales de la primera mitad del siglo XX.

En Canadá y EEUU en los años 30 el departamento de dietética, bajo el control de una dietista, se convirtió en un rasgo distintivo del hospital moderno. ¿Y cómo se justificó la presencia de este nuevo departamento en el hospital? Por razones científicas relacionadas con el desarrollo de la ciencia de la nutrición, pero también por razones económicas. El interés mostrado por los médicos y por la dirección del hospital en los logros científicos de las dietistas fue generalmente de carácter retórico, sin embargo las ventajas económicas de un buen servicio de catering, la satisfacción de los clientes de clase media y un control más eficaz sobre el presupuesto, fueron tenidos en una mayor consideración.

La alimentación hospitalaria también jugó un papel importante en la política sexual de la nueva institución. La comida era un “asunto de mujeres” y la principal mercancía con la que negociar en las estrategias que las mujeres desarrollaron para redefinir espacios de poder en la estructura material y conceptual del hospital moderno.

En 1914 The Modern Hospital, la revista oficial del American Hospital Association, ofrecía una serie de artículos sobre eficacia hospitalaria y en uno de ellos un influyente médico de la asociación, y editor de la revista, abordó los problemas de la alimentación en el hospital. En su artículo se quejaba duramente de la falta de dietistas competentes en EEUU y esbozaba cuál debía de ser el papel de la dietista de hospital. La dietista ideal, desde su punto de vista, sería una mujer a cuyo cargo estarían tres tareas distintas y relacionadas. En primer lugar la de ser capaz de entender las instrucciones dadas por el médico, en segundo lugar ponerlas en práctica en la cocina, y en tercer lugar dar de comer al paciente.

Funciones de la dietista

Sin embargo, en esos mismos años podemos encontrar un relato bien distinto de cuáles eran esas funciones de la dietista ideal si seguimos el ofrecido por las propias dietistas agrupadas desde 1917 en la American Dietetic Association. Según la asociación de dietistas, la dietista era una mujer que idealmente desarrollaría una triple actividad: una labor administrativa sobre el servicio general de comidas, una labor terapéutica con dietas científicamente diseñadas según las necesidades de cada paciente, y una labor educativa dirigida a las estudiantes de Enfermería, Dietética y Medicina.

La estandarización de la formación científica de los dietitas ayudó a asegurar una mayor evaluación de sus servicios en el mundo hospitalario. De hecho, la creciente complejidad del mundo de la nutrición y sus usos terapéuticos fueron una parte importante de la retórica usada por las dietistas para justificar su presencia en el hospital. Sin embargo, el control sobre la provisión de alimentos, su preparación y su distribución fueron los elementos que jugaron una baza más importante en este reconocimiento.

De modo general en los años entre guerras, se pueden reconocer tres localizaciones hospitalarias distintas desde donde las dietistas desarrollaron distintas estrategias para definir su profesión en el mundo del hospital: la cocina dietética, la cocina general y la oficina administrativa.

En los años 30 cuando las dietistas trazan un recuento de su propia historia ven estos tres espacios como una secuencia temporal indicativa de una línea de progreso en sus aspiraciones profesionales.

En los hospitales más grandes con mayor especialización de funciones, las dietistas realizaban su actividad en la cocina dietética, pero este servicio era criticado por las propias profesionales por entender que hablar de cocina dietética en ese momento era un eufemismo de la cocina de los pacientes ricos.

Sobre la labor científica real que las dietistas realizaban es muy ilustrativo el estudio que publicó en 1923 Effie Raitt, dietista y directora del departamento de Home Economics de la Universidad de Washington. Este estudio reflejaba que los médicos trabajaban con las dietistas de cuatro maneras distintas: unos daban sus órdenes sobre dietas especiales en forma de alimentos (por ejemplo especificando si el paciente debía de tomar leche, cereales, carne, etc.); otros lo hacían especificando sus componentes (cantidad de proteínas, carbohidratos, etc.); otros recomendaban dietas ya establecidas (dieta líquida, dieta sin sal, etc.); y por último, otros indicaban a la dietista el diagnóstico del paciente y le pedían que diseñase la dieta más adecuada. Esta última era la opción menos utilizada y la recomendación de dietas ya establecidas era el procedimiento normal.

Ante las dificultades para poner en práctica su formación científica en la cocina dietética las dietistas buscaron nuevos caminos que justificasen su posición en el hospital. Y así las puertas de la cocina dietética se abrieron a las de la cocina general.

Se habla del hospital como una empresa y se perfila la dietista como la mujer que con una planificación científica de las comidas va a ser capaz de garantizar la satisfacción del cliente y conseguir un beneficio para la economía del hospital, cocinando más barato y reduciendo el despilfarro de las sobras. Para la dietista su presencia en la cocina general significaba asegurarse una posición más relevante en la organización hospitalaria. Desde la cocina general insistieron en que su tarea sólo podría ser realizada adecuadamente si una dietista como directora del departamento de nutrición tuviera poder para controlar todos los aspectos de intendencia, desde la compra de provisiones hasta la eliminación de basuras.

El modelo hospitalario americano, concebido cada vez más como un negocio con el objetivo de atraer a pacientes privados de clases medias, contrastaba con el hospital europeo basado en financiación pública o filantrópica, lo que hace que los temas de alojamiento y atención al pacientes tuvieran planteamientos completamente diferentes.

Una imagen general de estas diferencias puede obtenerse en las páginas de Nosokomeion, la revista de la Asociación Internacional de Hospitales. En su reunión de Viena de 1931 reconoció la necesidad de que el hospital general contase con un departamento de Dietética y estableció un comité permanente de estudios sobre dietética hospitalaria en el seno de la asociación. No todos los miembros de la asociación estaban de acuerdo en que existiera un departamento de dietética con una dietista a la cabeza y que además cumpliera una triple función administrativa, terapéutica y docente. El objetivo fundamental que perseguía el comité de alimentación de la Asociación Internacional de Hospitales era lograr el reconocimiento de la ciencia de la nutrición y de su valor terapéutico en la práctica hospitalaria, es decir equiparar la terapia a través de la alimentación a la farmacoterapia y otras terapias. Y lo que se buscaba es que el control estuviese en manos de los médicos lo que aseguraría una mayor presencia de los médicos en la organización administrativa del hospital que estaban siendo desplazados por los administradores hospitalarios.

Casa de Salud Valdecilla

España no fue una excepción en el panorama europeo y la dietista estaba también ausente de la escena hospitalaria. En los años de entre guerras el hospital público español era de beneficencia y se mantenía con financiación estatal o de donaciones. La idea de conseguir una financiación mixta permanecía alejada con una excepción significativa la Casa de Salud Valdecilla de Santander.

Las especiales circunstancias que llevaron a la creación de ese hospital también promovieron un acercamiento novedoso al tema de la alimentación. El análisis de los alimentos consumidos en el hospital formó parte de una nueva visión de la institución y del intento de crear una nueva cultura hospitalaria en España. El proyecto que comenzó en 1926 como la creación de un nuevo hospital de beneficencia que sustituyera al antiguo fue transformado en algo diferente por su principal benefactor Ramón Pelayo, primer marqués de Valdecilla. Bajo la dirección del neuropsiquiatra Wenceslao López Albo el nuevo hospital abrió sus puertas en 1929 prometiendo cumplir cuatro funciones ajenas al hospital de beneficencia tradicional: atención a todas las clases sociales, docencia a médicos internos y enfermeras, investigación clínica y experimental, y labor preventiva. Así nacía con vocación de centro de asistencia sanitaria radicalmente nuevo y exótico en el panorama nacional. Sólo en este contexto puede entenderse por qué y cómo la Casa de Salud Valdecilla adoptó un programa de análisis de alimentos en un país donde la queja habitual era la falta de comida en los hospitales públicos.

En la Casa de Salud la alimentación tuvo un significado doble y complementario. Por un lado un buen servicio de comidas era necesario para promover una nueva imagen de hospital que siendo mixto, público y privado, pretendía financiarse con las apariciones privadas. Por otro lado el análisis de alimentos apoyaba la imagen de una organización hospitalaria diseñada científicamente hasta en los últimos detalles. El diseño científico de la cocina del hospital destacaba como un poderoso agente publicitario. Caracterizada como higiénica y racional por el arquitecto responsable de su diseño, la cocina fue descrita en el mismo tono y las mismas páginas donde cada jefe de departamento describía su servicio médico. La comida desaparecida como un problema administrativo, objeto de escasez y racionamiento, para convertirse en objeto de estudio científico en el laboratorio.

Uno de los rasgos característicos de la Casa de Salud que mayor repercusión tuvo fue la oferta de un programa de especialización de postgrado para jóvenes licenciados, algo inédito en España.

Isabel Torres fue la encargada de llevar a cabo la investigación sobre los alimentos consumidos en la Casa de Salud. Torres solicitó su incorporación al programa de especialización como alumna interna en el servicio de Química. Su CV fue suficiente para conseguir su aceptación, sin embargo su sexo condicionó su adscripción a la Casa y la naturaleza de su proyecto de investigación.

Bajo la dirección del jefe de servicio comenzó a analizar el valor nutricional de la comida consumida como tema de investigación para su tesis doctoral. El objetivo era proveer al médico de una herramienta que pudiera ser usada para establecer una dieta apropiada para los pacientes dentro y fuera del hospital. La investigación de Torres fue de gran interés para el hospital, la nueva alimentación de los pacientes apoyada en sus datos científicos supuso un punto de ruptura con el manejo habitual de la alimentación en los hospitales de beneficencia.

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Comer en la salud y en la enfermedad

Cuando hablamos de salud pensamos sólo en la ausencia de enfermedad pero el concepto de salud es más complicado (estado de bienestar físico, mental y social).

La meta no sólo es aumentar la esperanza de vida sino mejorar sustancialmente la calidad de vida.

Entre la salud y la enfermedad hay un continuo, entre medio hay una zona difícil de delimitar. Lo que está claro es que, sea cual sea nuestra situación, tenemos que alimentarnos correctamente y que no es una tarea fácil porque hay muchos determinantes de salud.

Algunos determinantes de salud como los factores genéticos no los podemos modificar, pero sí podemos actuar sobre el medio ambiente (procurando un entorno más saludable), en el sistema sanitario y, sobre todo, en los estilos de vida.

En este momento el grueso del coste del sistema sanitario se destina a tratar las enfermedades, pero esta situación se debe cambiar e invertir más en modificar los estilos de vida.

Se ha producido un significativo incremento de las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT). La principal causa de muerte es la enfermedad cardiovascular, la segunda es el cáncer, y la obesidad y diabetes como nexo común.

Hay tres factores de riesgo que tienen mayor influencia negativa en las patologías crónicas: el tabaquismo, el sedentarismo y la alimentación inadecuada. Y sabemos que mejores estilos de vida van a asociarse con un óptimo nivel de salud física y mental.

En cuanto a la alimentación tenemos un patrón de referencia, la dieta mediterránea: que sea suficiente (en energía y nutrientes), equilibrada, variada y que se adapte a los requerimientos y condiciones de cada persona. La variedad de alimentos, texturas, colores y sabores nos permite una mejor aceptación de las comidas.

Preocupación por la alimentación

La salud es una de las principales preocupaciones de las sociedades desarrolladas. Más del 70% de los consumidores se preocupa más hoy por su alimentación que hace cinco años.

Para el consumidor, la alimentación ha evolucionado desde la supervivencia, el placer, la seguridad, hasta una demanda de salud. Paralelamente, la industria ha pasado por una necesidad de productividad, calidad, seguridad y salud.

Para el consumidor cuenta todo lo que tiene que ver con el placer, el precio, el tiempo que lleva conseguirlo y cocinarlo, pero al final lo que más cuenta es el sabor.

Sin embargo la situación puede cambiar, hay estrategias de salud pública y podemos lo conseguir, si somos capaces de informar de forma rigurosa y convincente, si el nivel de educación es alto, si usamos siempre resultados constatables, si hacemos estrategias de difusión y educación continuadas.

Malnutrición relacionada con la enfermedad

En presencia de una enfermedad la situación cambia mucho. Conseguir un equilibrio entre lo que se necesita y lo que se aporta es más complicado que en situación de salud.

Hay unos grupos de riesgo: las personas solas, que consumen drogas, población marginal e inmigrantes, niños y mujeres gestantes, pero sobre todo los enfermos hospitalizados o en instituciones, y los ancianos.

La desnutrición se define como una pérdida de peso involuntaria (superior al 10%, con albúmina sérica inferior a 3,2 g/dl). Y se producen alteraciones anatómicas y funcionales.

Una pérdida de peso rápida del 5 al 10% produce alteraciones funcionales en muchos órganos. Una pérdida de peso entre el 35-40% se asocia con una mortalidad del 50%. Cualquier pérdida de peso en un paciente anciano tiene importancia clínica (incluso un 5 %).

Cuando se hace un ayuno completo la supervivencia está en torno a los 60 días, pero cuando se junta el ayuno -o semiayuno- y la enfermedad los cambios metabólicos hacen que la situación se compense muy mal y aceleramos el proceso hacia la muerte.

Consecuencias de la desnutrición. Pérdida de masa magra y complicaciones

En los niños lo primero que se para es el crecimiento y el desarrollo. Y en general hay alteraciones del sistema de defensa, todo tipo de infecciones y finalmente la muerte.

En primer lugar hay un deterioro del estado mental (apatía y depresión). El paciente pierde el interés por su enfermedad y su vida. Esta debilidad induce una disminución del autocuidado y esto genera una dificultad para comer. Después va afectando a todos los órganos: respiratorio, cardiaco y tracto digestivo; disminuye la movilidad y aumenta el riesgo de complicaciones tromboembólicas y úlceras por presión. Hay un deterioro del sistema inmune, con mayor predisposición a las infecciones. Así como un retardo en la curación de heridas.

Esto sucede en todos los grupos de enfermos: cirugía, cardiópatas, pacientes pulmonares, gastrointestinales, con sida, cáncer, enfermos neurológicos, críticos, renales…

Y en todos ellos aumenta la incidencia de complicaciones, aumenta la mortalidad, hay un retraso en la recuperación de la enfermedad, disminuye la calidad de vida, y efecto inhibitorio sobre el crecimiento y desarrollo.Todo ello genera una serie de costes asociados que suponen mucho dinero.

Además se crea un círculo vicioso desnutrición-enfermedad que sin intervención es irreversible.

Causas de desnutrición

La causa es todo aquello que dificulta la ingesta. La anorexia es fundamentalmente la causa más importante (cuando uno deja de estar en su medio habitual, no está en su casa, en su mesa), también la dificultad para tragar, la incapacidad para una alimentación independiente, la dentadura en mal estado, las causas médicas, el metabolismo modificado y las pérdidas anormales de todo tipo (diarrea, vómitos, fistulas, quemados, úlceras, osteomías, interacciones farmacológicas).

Hay que recordar el aumento de necesidades nutricionales asociadas a esta situación metabólica, necesitamos comer mejor.

Hay causas relacionadas con la enfermedad y el paciente que no podemos evitar, pero en cambio si podemos hacer mucho respecto a los factores institucionales: mejorar los servicios de alimentación y los profesionales que intervienen en el tratamiento nutricional que no son sólo los que llevan el servicio de nutrición.

Resolución ResAP(2003) del Consejo Europeo

En el año 2003 un documento del Consejo Europeo nos recuerda que el acceso seguro y garantizado a los alimentos es un derecho humano fundamental, por lo tanto también tiene que serlo para el paciente hospitalizado; que hay que tener en cuenta los efectos beneficiosos que un servicio de alimentación y una atención nutricional hospitalarios adecuados tienen en la recuperación de los pacientes; el número inaceptable de pacientes hospitalizados desnutridos en Europa; y que la desnutrición de los pacientes hospitalizados se asocia con estancias hospitalarias más largas, una rehabilitación prolongada, una menor calidad de vida y costes sanitarios innecesarios.

Por todo ello debemos tomar medidas que van dirigidas a cinco aspectos fundamentales: valoración y tratamiento nutricional en los hospitales, personal de atención nutricional, prácticas del servicio de alimentación, comida de hospital y economía sanitaria.

Métodos de Cribado y de Valoración Nutricional

Cada centro usa su método de cribado. El tratamiento nutricional tiene que estar bien organizado en cada centro.

La alimentación por vía oral deberá ser siempre la primera opción. Los suplementos no se deberán utilizar para sustituir a una adecuada ingesta de alimentos ordinarios, y sólo se empleará cuando existan indicaciones médicas evidentes.

Respecto al soporte nutricional artificial se debe estar preparado para hacer los tratamientos en el hospital y en domicilio del paciente con protocolos bien organizados.

Personal de atención nutricional

Distribuir responsabilidades de la atención nutricional en los hospitales es importante, hacen falta equipos de nutrición donde todos los profesionales puedan trabajar en equipo. Y también es necesario acreditar estas actividades con calidad.

El hospital La Paz tiene una unidad de Nutrición Clínica y Dietética desde el año 1988 con diferentes profesionales y colaboramos con el servicio de hostelería con reuniones mensuales a través de una comisión de alimentación. También hay una comisión de nutrición, de calidad del hospital, donde están representadas todas las aéreas.

Hay un Real Decreto del año 2003 y en anexo II se definen las unidades asistenciales y se reconoce expresamente la existencia de unidades de nutrición y dietética, y dice que bajo la responsabilidad de un facultativo está la adecuada nutrición de los pacientes ingresados, y los que precisan continuar el tratamiento tras el ingreso. También hay que decidir quién debe recibir tratamiento nutricional, qué tipo, durante cuánto tiempo, y cómo se evalúa el tratamiento, etc.

Los contenidos de la cartera de servicios son: Dietética en primer lugar, valoración y diagnóstico nutricional, nutrición artificial, áreas de consultas externas, pacientes que ingresan a cargo y cribado de malnutrición.

Conclusiones

-Todos los pacientes tienen el derecho a que sus necesidades nutricionales se cubran satisfactoriamente durante su hospitalización.

-Una nutrición óptima es un requisito previo para el efecto óptimo del tratamiento que se ofrece al paciente, por lo tanto el número de pacientes con buen estado nutricional es un indicador básico de la calidad del cuidado ofertado en el hospital.

-Desde una perspectiva sanitaria y económica, el hospital que trata a los pacientes mejor nutridos es el más rentable.

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Uno de cada 50 niños sufre alergia a los alimentos vegetales

Uno de cada 50 niños sufre alergia a los alimentos vegetales, según han explicado los expertos participantes en el XXXVI Congreso de la Sociedad Española de Inmunología Clínica y Alergia Pediátrica (SEICAP), que se ha celebrado en Cádiz. Pese a ello, los comedores escolares “no están obligados a detallar la composición de los alimentos de los menús”, confirman los especialistas.

Entre otras cosas, los médicos consideran que muchos de los menores están expuestos a sufrir reacciones alérgicas “debido a una indebida falta de control de la dieta”. Por ello, los alergólogos pediátricos advierten de la “necesidad de contar con un diagnóstico preciso” y de especificar la ficha de los alimentos que son servidos en los colegios.

El principal alimento que produce esta afección en los niños de entre 5 y 15 años son los frutos secos y la fruta, siendo “las pertenecientes a las rosáceas como el melocotón, la manzana y la pera” las más perjudiciales, explica el doctor Javier Boné, alergólogo pediátrico del Hospital Miguel Servet de Zaragoza y componente del grupo de trabajo de Alergia Alimentaria de SEICAP.

Las reacciones que se producen por la ingesta de estos alimentos, aunque sean pequeñas trazas de los mismos, pueden ser “urticaria, angioedema, asma, rinitis, conjuntivitis, síntomas digestivos o reacciones de anafilaxia”, asegura. En este último caso, “si no se actúa a tiempo con medidas de rescate se puede poner en peligro la vida del niño”, añade el Presidente del Congreso, el doctor Juan Enrique Sancha.

Se produce una visita a urgencias cada 3 minutos

Además, los datos no son nada positivos en cuanto a prevención de estas complicaciones, ya que en países occidentales “se produce una visita a urgencias cada tres minutos por alergia alimentaria”, manifiestan los expertos. Esto se recrudece si, además, el niño padece alergia al polen, por lo que se produce una “reactividad cruzada”, mantienen.

La mejor forma de detectar este problema es haciendo un diagnóstico molecular del paciente “que determina el antígeno exacto del mismo”, explican. Con ello, “se evitan falsos diagnósticos”, sostienen los especialistas, que señalan que “la detección ha mejorado gracias a los servicios de alergología pediátrica”.

Por último, el doctor Sancha indica que no es positivo eliminar un alimento que produce alergia de la dieta del niño. “Las dietas de evitación cuando son muy extensas pueden deteriorar la calidad de vida del paciente y su familia”, concluye.

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El 80% de las personas sometidas a cirugía de diabetes consigue controlar la enfermedad

El 80,5 por ciento de las personas que se han sometido a cirugía de diabetes ha conseguido controlar la enfermedad y mejorar su calidad de vida, según se ha puesto de manifiesto en los resultados del informe con mayor número de casos disponible en España, un total de 82 operaciones en dos años -de febrero de 2010 a febrero de 2012-, realizadas en la Hospital Quirón de Zaragoza.

La directora gerente del Hospital Quirón Zaragoza, Cristina Guarga, y el jefe de la Unidad de Cirugía Laparoscópica Avanzada del Hospital Quirón Zaragoza, el Dr. Jorge Solano, han presentado el informe sobre un tipo de intervención que comenzó a realizarse en el mundo hace cuatro años y de la que sólo hay mayor número de casos en un hospital de Estados Unidos y otro de Brasil, aunque no con tan buenos resultados como en nuestro país.

El Dr. Solano ha aclarado que sólo los diabéticos tipo 2, es decir, a los que les aparece la enfermedad en edad adulta por mal funcionamiento de la insulina, pueden someterse a este tipo de cirugía. Además, han de reunir otra serie de características, como tener entre 18 y 65 años y un Índice de Masa Corporal (IMC) de entre 30 y 35, es decir, “cierto sobrepeso” puesto que con la operación pierden entre siete y diez kilos.

Asimismo, deben ser casos de diabetes mal controlada, con una hemoglobina glicosilada de más del 6,5 y con existencia de reserva pancreática. En concreto, de los 82 pacientes operados en Quirón Zaragoza, 31 son mujeres y 51 varones, con una media de edad de 50 años y una diabetes de 7,9 años de antigüedad media.

De ellos, 27 se trataban sólo con pastillas y 52 precisaban, además, inyectarse insulina. Tras la intervención, tan sólo uno de los pacientes precisa una pequeña dosis de insulina al día y 15 siguen tratándose con pastillas en una dosis inferior a la original y los 66 restantes han conseguido controlar la diabetes y no precisan ningún tipo de tratamiento.

El jefe de la Unidad de Cirugía Laparoscópica Avanzada del Hospital Quirón Zaragoza ha apelado a la “prudencia” y ha señalado que hasta que no hayan pasado diez años con el mantenimiento de estos datos no se podrá hablar de curación de la enfermedad.

Mejora de la calidad de vida

El Dr. Jorge Solano ha expuesto las complicaciones asociadas a la diabetes que padecían los pacientes operados. “Así, 71 de ellos presentaban exceso de triglicéridos en la sangre, 64 tenían el colesterol alto, 56 hipertensión, 18 habían tenido cardiopatías, cinco problemas con la vista (retinopatía) y dos, hemorragia cerebral”.

“Tras la intervención, al 53,5 por ciento de los pacientes se les ha eliminado la hipertensión arterial, al 71,8 por ciento la hipertrigliceridemia y al 98,4 por ciento la hipercolesterolemia, lo que contribuye a disminuir las complicaciones vasculares derivadas de la diabetes, como el infarto de miocardio y la retinopatía con ceguera (patología que se estabiliza e incluso en algunos casos “da marcha atrás”)”, ha comentado.

Otras complicaciones que pueden disminuir son los accidentes cerebro-vasculares y la nefropatía que puede acabar en diálisis o riñón artificial. Además, se resuelve la disfunción eréctil. “La mejora de la calidad de vida supone un gran cambio para los pacientes a los dos meses de la intervención”, ha apuntado el facultativo.

El Dr. Solano ha resaltado la importancia de estas cifras y mejoras teniendo en cuenta que las complicaciones asociadas a la diabetes suponen que la esperanza de vida de estos pacientes se acorta diez años en relación con una persona no diabética.

Igualmente, ha subrayado la incidencia de la diabetes, que ha pasado de afectar al cinco por ciento de la población al 15 por ciento, y que, además de empeorar la calidad de vida de quien la sufre, son pacientes que requieren una “alta demanda hospitalaria” y, por tanto, conllevan “un coste económico”.

La directora gerente del Hospital Quirón Zaragoza, Cristina Guarga, ha mostrado su satisfacción por los buenos resultados obtenidos: “Un orgullo y satisfacción” para el centro, incluyéndose este informe entre los primeros del ranking mundial y logrando mejorar la diabetes y las enfermedades colaterales.

¿Quiénes pueden beneficiarse de esta cirugía?

El Dr. Solano ha estimado que en España hay unos tres millones de personas susceptibles de ser operadas de cirugía de diabetes, es decir, que hasta el 60 ó 70 por ciento de diabéticos tipo 2 -hay unos cinco millones en España- son susceptibles de ser operados.

El Hospital Quirón de Zaragoza es el centro que más personas ha operado de esta patología en España y es el primero que hizo públicos sus resultados oficialmente en el país, aunque también hay otras clínicas privadas que ya realizan esta intervención.

Además, hay dos hospitales públicos que han obtenido la acreditación para realizarla, el Hospital de Bellvitge, en Barcelona; y el Royo Villanova de Zaragoza, aunque todavía no han realizado ninguna operación, según ha comentado el Dr. Solano, que forma parte del equipo autorizado en el hospital público aragonés.

Tipo de intervención

El jefe de la Unidad de Cirugía Laparoscópica Avanzada del Hospital Quirón Zaragoza ha expuesto que “la operación consiste en realizar un by-pass en el intestino para que la comida no pase por la parte de este órgano que estimula unas hormonas que hacen que suba el nivel de azúcar en sangre al llegar allí la comida”.

“También se reduce el tamaño del estómago, aunque en unas semanas se expansiona y recupera un tamaño prácticamente igual al que había antes de la operación. En caso de ser necesario, la intervención es reversible de forma sencilla”, ha apuntado el Dr. Solano.

La operación dura habitualmente menos de una hora, se hace por cirugía laparoscópica (mínimamente invasiva) y el paciente pasa directamente a planta y recibe el alta en 48 horas si vive a menos de una hora del hospital y a las 72 si vive a más de una hora.

El postoperativo requiere de dieta líquida cinco días, triturada otros cinco, blanda 15 días y ya puede comer normal entre el día 21 y 23 de la operación, mientras que el alta laboral se recibe entre la semana y las tres semanas. Después se hacen controles periódicos.

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El Programa MOVI

La obesidad es el exceso de grasa hasta el límite que perjudique la salud. Medir la grasa es complicado y se utiliza el IMC como medida estandarizable y con validez.

Los datos del estudio Cuenca muestran como el normopeso, tanto en chicos como en chicas, ha ido disminuyendo; el bajo peso se ha multiplicado por 4 y el sobrepeso y obesidad ha pasado del 21 al 32%, es decir, el sobrepeso se ha multiplicado por un 400% y la obesidad por un 50%.

Intervención más adecuada en los escolares españoles

Para intervenir en obesidad infantil hay que planificar programas con un seguimiento a largo plazo ya que a corto plazo es muy fácil tener resultados positivos. Hay que medir los programas en términos de sostenibilidad, ¿cuánto cuestan los programas? Y hay que buscar la implicación de las familias, pero sin agobiarlas.

Antes de comenzar el programa nos planteamos si:

– ¿Estaría justificada una intervención para todos que redujera la ingesta? Nosotros creemos que no, porque podría perjudicar a aquellos niños con bajo peso y porque hemos visto que los niños más gorditos son los que menos calorías ingieren. Los niños con bajo peso consumen unas 300kcal más que los niños obesos (estudio Cuenca 2010).

– ¿Estaría justificada una intervención basada en la reducción de horas de televisión? Nosotros en nuestro programa nos planteamos “no prohibir” pero sí dar alternativas. Nuestra opción fue dar actividades físico-recreativas-no competitivas que no excluyeran a ningún niño y que tuviera efectos colaterales sobre otros aspectos de la salud (socialización, ganar amigos, etc).

Objetivos de MOVI 2

Los objetivos fueron aumentar la actividad física y la forma física; aumentar la calidad de vida y del sueño; mejorar el rendimiento académico; que los niños fueran felices jugando y que las madres no les tuvieran que recordar que fueran a Movi (dato que servía para evaluar el programa).

Diseño del programa MOVI 2

Se eligieron niños de 4º y 5º de primaria de 20 colegios de la provincia de Cuenca y se dividieron en 2 grupos: 10 colegios control y 10 de intervención.

Se midieron variables antropométricas: peso, talla, IMC, presión arterial, perímetro de cintura, porcentaje de grasa corporal, desarrollo madurativo y pliegue cutáneo tricipital. En una muestra más reducida se midieron la masa magra y masa ósea por densitometría y con un ecógrafo el grosor de la íntima-media de la arteria carótida (mide arterosclerosis).

Se obtienen también datos de laboratorio: perfil lipídico, glucosa, insulina, proteína C reactiva. Y se pasó un cuestionario sobre “patrón de consumo de alimentos” para utilizarlo como variable de control; sobre hábitos de sueño y rendimiento académico.

Asimismo se midió la forma física por ser la variable que más directamente se asocia con la composición corporal. Las variables medidas eran: capacidad aeróbica, fuerza y flexibilidad, y diferentes cuestionarios de actividad física.

Intervención MOVI 2

Se trata de 2 sesiones de 90 minutos en días lectivos y una sesión de 150 minutos en fin de semana. Hay más trabajo de fuerza en MOVI 2 respecto a MOVI 1 para mejorar el riesgo cardiometabólico.

Es un programa sencillo y abierto que tiene una web y un libro publicado. Es estandarizable, dispone de un programa de fichas donde está estandarizado el tiempo, niños para desarrollar la actividad, etc.

El equipo es multidisciplinar. A través de entrevistas en profundidad a grupos focales se ha intentado conocer cómo perciben los niños el entorno. Es decir, qué cosas consideran que facilitan la actividad física y qué cosas se lo impiden.

Resultados preliminares MOVI 2

De un total de 1492 niños de 20 colegios terminaron el programa 929 (428 del grupo de intervención y 501 del grupo control).

El objetivo principal era disminuir la grasa y MOVI 2 ha sido más efectivo en este sentido. Los resultados, tanto en niños como niñas, han sido estadísticamente significativos en grasa corporal y perímetro de cintura, sin embargo no se ha modificado IMC. Esto quiere decir que el programa, al ser de actividad física, si funciona bien lo que debe hacer es cambiar grasa por músculo y el peso puede, incluso, aumentar. Los lípidos han mejorado pero no de forma tan contundente.

Lo fundamental era desarrollar masa muscular para disminuir insulina que es lo que se asocia al grosor de la íntima y al riesgo cardiometabólico. La insulina disminuyó significativamente. Y como resultado negativo aumentó moderadamente la presión arterial.

La condición física no mejoró mucho (viene muchas veces genéticamente determinada). Sólo mejoró la capacidad aeróbica en las niñas, probablemente porque al inicio la tenían peor.

Productos MOVI

Con el objeto de transmitir a la sociedad todo lo bueno del programa se han preparado diferentes elementos de transferencia e innovación:

– Una página web.

– Un catálogo de juegos con evaluación del tiempo e intensidad de la actividad física. Es decir, permite saber cuantas calorías o METS gasta cada juego (equivalentes de metabolismo basal que tiene cada juego para saber si es actividad física moderada o intensa).

– Calculadora de riesgo de síndrome metabólico.

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Se presenta el libro Hot Topics en nutrición y salud pública en el siglo XXI

Hot Topics en Nutrición y Salud Pública en el siglo XXI es realmente un foro de debate para atraer el interés de los responsables de alimentación y salud pública de colectivos y administraciones, así como de los medios de comunicación para abordar las diferentes políticas posibles de nutrición pública.

El libro recoge las conferencias del seminario celebrado en Madrid por especialistas como José María Ordovás, director del laboratorio del Human Nutrition Research Center on Aging (HNRCA) de la Universidad de Boston; Ibrahim Elmadfa, presidente del Institute of Nutritional Sciences de la Universidad de Viena; o Lluis Serra y Anna Bach, de la universidad de Las Palmas de Gran Canaria y la Fundación Dieta Mediterránea, respectivamente.

En el libro Hot Topics en Nutrición y Salud Pública en el siglo XXI, a lo largo de nueve capítulos, los autores analizan los temas más candentes de la nutrición y la salud pública, desde enfoques novedosos, como la educación, las alegaciones nutricionales, la obesidad, la alimentación fuera del hogar, la actividad física y la dieta mediterránea. Destacan, además, la cercanía de las primeras “dietas personalizadas”, creadas en base a la estructura genómica; la necesidad de ejercicio físico; y la posibilidad de un pronóstico de salud con décadas de anticipación.

Los autores de Hot Topics en Nutrición y Salud Pública en el siglo XXI vislumbran, en este nuevo libro, soluciones que permiten cierto grado de optimismo para mejorar la salud y la calidad de vida colectiva.

Universidad CEU San Pablo

La Universidad CEU San Pablo es una de las tres universidades de iniciativa social y gestión privada de la Fundación Universitaria San Pablo CEU, promovida por la Asociación Católica de Propagandistas. El pasado curso académico estudiaron en ellas más de 8.600 alumnos e impartieron docencia más de 970 profesores. La tasa conjunta de inserción laboral de la Universidad CEU San Pablo es del 98,4%.

www.uspceu.com

Instituto Tomás Pascual Sanz para la Nutrición y la Salud

Dependiente de la Fundación Tomás Pascual y Pilar Gómez-Cuétara, el Instituto Tomás Pascual Sanz es una entidad sin ánimo de lucro que tiene el mandato de generar y difundir actividades de divulgación, estudio y análisis en los campos de la alimentación, la nutrición, la salud y los hábitos correctos de vida.

El Instituto Tomás Pascual Sanz transmite a la sociedad los valores de una vida saludable, difunde los adelantos tecnológicos relacionados con las ciencias de la salud y promueve el intercambio de información, generando nuevas posibilidades entre los colectivos relevantes y comprometiéndose al máximo con la sociedad científica moderna. El Instituto Tomás Pascual Sanz edita el contenido de estudios y ponencias en una numerosa biblioteca que responde a la creciente demanda sobre temas tan importantes como la nutrición, la seguridad alimentaria o la actividad física.

www.institutotomaspascual.es

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La cirugía de la obesidad

En el marco del V Congreso Europeo de Cirugía de la Obesidad y Metabólica, el Dr. Joan Pujol Ràfols nos explica en qué consiste la cirugía de la obesidad, las diferentes técnicas que existen y cómo se elige la cirugía más adecuada para cada paciente. Y es que hoy día, la obesidad y la diabetes se pueden solucionar mediante técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas.

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Los geriatras alertan del preocupante incremento de mayores con obesidad

El 80% por ciento de las personas mayores padece obesidad. Un dato que, según la doctora Cristina Alonso, del Servicio de Geriatría del Hospital Universitario de Getafe (Madrid), deja al descubierto la no tan buena calidad del envejecimiento en nuestro país y alerta sobre el grave problema sanitario que puede representar a corto y medio plazo estas elevadas cifras. “Cada vez hay más personas mayores, de hecho somos uno de los países europeos más envejecidos con un 16% de la población total. De mantenerse los índices actuales de obesidad podemos estar hablando de un grave problema de salud”, explica esta geriatra, en el marco de la 5 Reunión Nacional de la Sociedad Española de Medicina Geriátrica (SEMEG) y la 4 Reunión de la Red Temática de Investigación Cooperativa en Envejecimiento y Fragilidad (RETICEF).

La obesidad es uno de los principales determinantes de la salud y sus consecuencias son claras: disminución de la esperanza de vida, pérdida de la capacidad funcional y mayor riesgo de padecer eventos cardiovasculares, cáncer, diabetes y demencia, entre otras patologías.

Las causas de este problema se encuentran en el desequilibrio entre la alimentación y la actividad física. “Los hábitos de vida actuales con dietas hipercalóricas de alto contenido en grasa combinado con una vida sedentaria han hecho aumentar los casos de sobrepeso y obesidad”, comenta la doctora Alonso, quién subraya que “tan importante como mantener una buena alimentación es alcanzar un nivel adecuado de actividad física y ejercicio. Funciona como una balanza y para mantener la composición corporal adecuada hay que realizar una ingesta adecuada con un equilibrio entre los nutrientes que se toman y los que se gastan en la actividad diaria y física. El problema es que esta balanza no suele estar equilibrada y se tiende al aumento de la grasa y el peso”.

La educación parece que juega un papel en el tipo de alimentación y, en este sentido, diversos estudios han mostrado una relación inversa entre la prevalencia de obesidad y el nivel de estudios. Así, en los sujetos con menor nivel cultural se triplican los casos de sobrepeso. “De igual forma, se ha observado que los mayores que viven con sus familias”, precisa la doctora Alonso, “llevan una alimentación más adecuada. De hecho, estar institucionalizado o vivir solo constituyen factores de riesgo para una mala nutrición”.

Dieta adecuada en el momento adecuado

Los geriatras consideran que la dieta del mayor tiene que asemejarse lo máximo posible a la tan recomendada dieta mediterránea incluyendo todo tipo de alimentos. “Debe incorporar carnes, pescados, legumbres, frutos secos, frutas y verduras. Estos últimos suelen estar ausentes en las comidas de los mayores mientras que son más frecuentes las grasas y los hidratos de carbono”, apunta.

Pero tan importante como los alimentos, la doctora Alonso señala el momento en que se come y la distribución a lo largo del día de los alimentos en función de la actividad que se realiza. “Por ejemplo, estudios recientes han demostrado que la ingesta recomendada de proteínas diaria debe ser fragmentada, no en una sola dosis, y deben ser tomadas tras la realización del ejercicio”. Por otro lado, según insiste, no existe un número de calorías estándar para todos los mayores “depende del sexo, altura, composición corporal y de la actividad que desarrolle de forma habitual. Un paciente de 80 kg que es independiente para la movilización precisará mucha más energía que una mujer de 42 kg que realiza vida más reposada”.

“Realizar una nutrición equilibrada y completa en el anciano, combinada con ejercicio, ayuda a mantener una composición corporal adecuada. Esto es la base para un buen nivel de actividad e independencia evitando el posible desarrollo de discapacidad. Por ello, debemos hacer hincapié en la necesidad de unos hábitos saludables en estas edades”, concluye.

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Sólo la mitad de los profesionales de la salud en España comprueban el estado de hidratación de sus pacientes

Apenas el 50 por ciento de los profesionales de la salud en España evalúa el estado de hidratación de sus pacientes cuando estos acuden a la consulta. El 45 por ciento de los expertos reconoce que solamente lo hace a veces y el cinco por ciento confiesa que nunca lo hace.

Estos son los principales resultados de un estudio realizado por el European Hydration Institute (EHI) entre cerca de 2.000 médicos de Atención Primaria, enfermeras, farmacéuticos, nutricionistas y dietistas de seis países diferentes (Francia, Alemania, Grecia, Italia, Reino Unido y España), y que ha sido publicado en el Nutrition Bulletin Journal, la revista científica de la Fundación Británica de Nutrición.

“Aunque los progresos son satisfactorios, es necesario seguir concienciando a los profesionales de la importancia que tiene una correcta hidratación y de los peligros que supone para el estado de la salud de los ciudadanos que tengan un desequilibrio hídrico”, manifiesta el Prof. Lluís Serra-Majem, Catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Las Palmas y miembro del Comité Científico Asesor del EHI, quien recuerda que “una hidratación inadecuada está asociada a problemas de visión, desequilibrios en la termorregulación, y tiene efectos en el correcto funcionamiento de los riñones y en el sistema cardiovascular”.

Otros países mediterráneos como Grecia o Italia se encuentran en una situación similar a España. El 52 por ciento de los expertos griegos y el 59 por ciento de los italianos afirma que siempre comprueba el estado de hidratación de sus pacientes cuando acuden a consulta, y hasta un 39 y un 35 por ciento, respectivamente, manifiesta que sólo lo hace de vez en cuando.

Sin embargo, los profesionales de la salud de países como Francia, Reino Unido o Alemania, se encuentran a la cola a la hora de asesorar con frecuencia el estado de hidratación de sus pacientes. Sólo el 28 por ciento de los expertos franceses, el 33 por ciento de los ingleses y el 36 por ciento de los alemanes asegura que siempre se acuerda de vigilar este indicador de la salud.

Una buena hidratación, factor clave para mejorar la salud mental y el rendimiento

Entender la importancia que los profesionales de la salud atribuyen a la hidratación y saber por qué ofrecen estas recomendaciones fueron algunos de los objetivos principales que se persiguieron con este estudio. En este sentido, mientras que la mayoría de los profesionales de la salud españoles (73 por ciento) reconoce la importancia que tiene la hidratación para la salud física, sólo el 38 por ciento aconseja a sus pacientes mantener una hidratación adecuada en base a los beneficios que ésta tiene para la salud mental.

“Estar hidratado de forma adecuada es clave para la salud mental, ya que la falta de hidratación está asociada a problemas de concentración y memoria, dolores de cabeza, irritabilidad, somnolencia y fatiga”, subraya el Prof. Serra-Majem. Por su parte, el 73 por ciento de los profesionales aconseja mantener una adecuada hidratación porque considera que ésta es una herramienta positiva para la salud física y el funcionamiento y rendimiento muscular.

Los profesionales de la salud españoles no son los únicos que suspenden a la hora de proporcionar consejos de hidratación por sus beneficios para la salud mental. Italia se encuentra en el último puesto del ránking de los seis países estudiados, ya que sólo una cuarta parte de los especialistas italianos recomienda a sus pacientes mantener una adecuada hidratación para mejorar la salud mental. Y aunque en Alemania los expertos proporcionan consejos sobre hidratación de forma menos frecuente que en otros países, llama la atención que la mitad de ellos lo hace porque reconoce que la hidratación es un factor clave para la salud mental.

El Prof. Serra-Majem hace hincapié en que “los hombres deben ingerir una media de 2,5 litros de agua al día mientras que las mujeres 2, pero esta cantidad dependerá de las condiciones fisiológicas, ambientales y estilos de vida, incluida la dieta, y de cómo sea físicamente activa la persona”. También señala que “es importante recordar que el 20-30 por ciento del agua que se ingiere proviene de los alimentos, mientras que el 70-80 por ciento procede de las bebidas”. “Beber diferentes tipos de líquidos es importante para ayudar a conseguir esa ingesta necesaria para una hidratación óptima y cubrir las necesidades nutricionales”, concluye.

Expertos recomiendan la prescripción médica de los gimnasios para tratar la obesidad

La SEEDO, que ha participado en el Programa de Nutrición y Actividad Física para el tratamiento de la obesidad (PRONAF), advierte de que esta medida podría suponer un ahorro para el Sistema Nacional de Salud, si se tiene en cuenta que el sobrepeso consume el ocho por ciento del gasto sanitario total en España.

El proyecto PRONAF, que fue avalado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, radica en el diseño de ejercicios a medida de cada paciente, combinando la actividad física con la nutrición, la psicología, las valoraciones clínicas y la genética para lograr no sólo perder peso sino también aprender a no recuperarlo.

El planteamiento del proyecto se asienta sobre el principio más importante de la termodinámica: la energía ni se crea ni se destruye, se transforma. De ahí que profundice en el concepto de balance energético que no es más que la diferencia entre la energía que se ha ingerido y asimilado y la que se ha consumido, valorando las peculiaridades de cada persona.

En el marco de este proyecto se pudo comprobar que el 80 por ciento de las mujeres adultas de 40 años prefieren perder salud a ganar peso. Una cifra alarmante teniendo en cuenta que el estudio se llevó a cabo en una muestra de población de edad no influenciable que aseguró optar por dietas milagro o extremas para estar delgadas en poco tiempo aunque ello fuese en detrimento de su salud.

Dentro de esta iniciativa se investigó si existen edades más propicias para adelgazar y concluyó que cuesta lo mismo perder peso durante toda la vida adulta, independientemente de la edad (exceptuando el período de la menopausia), mediante la combinación de ejercicios y dieta hipocalórica.

“Esta investigación también nos permitió corroborar cómo aparece la obesidad silenciosa, una patología resultado de dejar de practicar actividad física diariamente estando en balance energético. El cuerpo va sumando diariamente gramos que con el paso del tiempo se convierten en kilos de más, sin que la persona se de cuenta”, declara el doctor Pedro J. Benito Peinado de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y Del Deporte-INEF, y miembro de la sociedad.

Además pudieron comprobar que no hay alimentos que engorden más a unas personas que a otras y que las dietas puntuales son un error, siendo más efectivo perder kilos más lentamente, apostando por un 10 por ciento de peso en seis meses.

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La diabetes copa el 15 por ciento de las consultas en AP

La diabetes tipo 2 se ha convertido en uno de los problemas sanitarios más importantes de nuestro tiempo. La epidemia de obesidad y sedentarismo ha llevado a un gran incremento de su prevalencia en nuestro país y con ello a un aumento del gasto sanitario. Según los resultados del estudio Di@bet.es, recientemente publicado, la prevalencia entre las personas mayores de 18 años en España es del 13,8%, de los que un 6% desconoce que la padece. Además, se prevé que la tendencia para los próximos años también vaya en aumento.

Además de hiperglucemia, las personas con diabetes suelen presentar otros factores de riesgo como hipertensión, obesidad y dislipemia, lo que hace que presenten un elevado riesgo cardiovascular y acudan con asiduidad al sistema sanitario.

Por ello, el médico de atención primaria (AP) es clave en el diagnóstico precoz, tratamiento y seguimiento de las personas con diabetes, así como en la prevención de la enfermedad. Según el doctor José Javier Mediavilla, coordinador del Grupo de Trabajo de Diabetes Mellitus de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) y de las VI Jornadas de Diabetes en Atención Primaria organizadas recientemente junto a la Sociedad Española de Diabetes, “al ser la diabetes tipo 2 una enfermedad crónica, el médico de AP es el profesional sobre el que debe pivotar la atención de estos pacientes, tanto por su accesibilidad y cercanía como por la continuidad e integración de cuidados que caracterizan al primer nivel asistencial”. De hecho, las consultas relacionadas con la enfermedad ocupan hasta un 15% de todas las que se realizan en AP.

El doctor Mediavilla señala que “la buena colaboración entre los médicos de AP y los profesionales del segundo nivel asistencial que en algún momento atienden a las personas con diabetes (endocrinólogos, cardiólogos, oftalmólogos, nefrólogos, etc.) es crucial en el manejo de esta enfermedad, que produce complicaciones tanto macro como microvasculares, y que necesita los cuidados compartidos de diversos profesionales sanitarios”. Lo ideal es que la atención se centre en el paciente y que exista continuidad en la misma.

Diabetes y mortalidad por enfermedad cardiovascular

Las enfermedades cardiovasculares constituyen la principal causa de muerte asociada a la diabetes, siendo responsables del 65-75% de los casos. Las personas con diabetes tipo 2 presentan hasta cuatro veces más probabilidades de sufrir un infarto de miocardio o un ictus que las personas que no tienen esta patología. De hecho, las personas con diabetes tipo 2 tienen más probabilidades de sufrir un infarto de miocardio que las personas sin diabetes que ya hayan sufrido uno antes, mientras que el 45% de los hospitalizados por un infarto de miocardio presenta diabetes confirmada o diagnosticada anteriormente.

Sin embargo, el Dr. Pérez, Director de Unidad del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, asegura que “los pacientes no suelen establecer una relación directa entre diabetes y enfermedad cardiovascular como sí lo hacen cuando se habla, por ejemplo, de afectaciones en la vista o en los riñones, que son complicaciones que asocian más fácilmente a su patología”.

La prevención primaria de la DM2 es eficaz si se actúa sobre los factores de riesgo modificables, como lo son el colesterol, la hipertensión arterial, el tabaquismo o la obesidad. Existe evidencia científica demostrada para afirmar que las medidas nutricionales y la actividad física son eficaces en la prevención y el manejo de la diabetes tipo 2, pudiendo reducir el riesgo de padecerla hasta en un 60%.

“El papel del médico de Atención Primaria es de vital importancia en la prevención y control de la diabetes tipo 2, ya que puede transmitir al paciente la gravedad de esta patología y explicarle cómo puede actuar para controlar sus factores de riesgo cardiovascular. El objetivo último es la reducción de la morbilidad y de la mortalidad causada por enfermedades del corazón y de los vasos sanguíneos”, subraya el Dr. Antonio Hormigo, médico de AP y miembro del Grupo de Diabetes de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).

La salud bucodental, fundamental en el tratamiento de la diabetes

Los diabéticos presentan un mayor riesgo de presentar infecciones de la boca tales como gingivitis o enfermedad periodontal, lo que puede dañar las encías y los huesos de la mandíbula. La enfermedad de las encías puede dificultar el control de la glucosa en la sangre por la presencia de focos infecciosos persistentes.

El doctor Mediavilla recuerda que “la revisión de la boca debe ser una actividad rutinaria para las personas con diabetes, que han de conocer las medidas higiénicas pertinentes y acudir al especialista ante cualquier problema bucal”.

Los niveles elevados de glucemia pueden llevar asimismo a la aparición de aftas, caries, infecciones por hongos (candidiasis bucales) y retraso en la cicatrización y curación de estas patologías.

Otro problema bucal causado por la diabetes es la afección llamada “boca seca” (xerostomía). La sequedad constante que afecta a las personas con diabetes irrita los tejidos blandos de la boca, causando a menudo inflamación y dolor.

Controversias en el tratamiento dietético del síndrome metabólico

Existe una gran controversia en la comunidad científica sobre la existencia real del síndrome metabólico, que se caracteriza por la presencia de obesidad y otros factores de riesgo como son hiperglucemia, hipertensión y dislipemia.

Según el coordinador del Grupo de Trabajo de Diabetes Mellitus de SEMERGEN, “el tratamiento higiénico-dietético de este síndrome enfrenta a los defensores de distintos tipos de dietas existentes para disminuir el peso y mejorar el metabolismo: dieta baja en hidratos de carbono, baja en grasas, alta en grasas y baja en hidratos de carbono, dieta equilibrada, simplemente hipocalórica o combinaciones de las mismas”.