Beneficios emocionales de los niños que conviven con mascotas
El estar al cuidado de una mascota mejora la calidad de vida de todo ser humano, aumenta el tiempo de supervivencia, ayuda a la mejora de la salud mental, facilita el disfrute, regula la ansiedad y disminuye los síntomas de la depresión.
Los beneficios emocionales que puede aportar el cuidado de una mascota a los pequeños de la casa son muy significativos. Además, en los menores resulta ser más importante si cabe, ya que también contribuye a un sano desarrollo emocional, educativo y social.
A los niños el tener a su cuidado una mascota les genera responsabilidades que deben de asumir, por ello puede incrementar su autoestima. Así científicos de las Universidades de Miami y Saint Louis en un estudio concluyeron que los dueños de mascotas tienen más probabilidad de tener una mayor autoestima. De este modo se ha comprobado que los menores con alguna dificultad lectora que leen en voz alta delante de su mascota hacen que refuerce su seguridad y confianza en sí mismos, ya que sus mascotas no se van a reír de cómo lo hacen o si se equivocan.
Según Nienke Endenburg y Ben Baarda especialistas en desarrollo infantil en su libro “The Waltham Book of Human-Animal Interaction“, dicen que “Las mascotas pueden hacer que las personas se sientan aceptados incondicionalmente, mientras que otros seres humanos nos pueden juzgar y/o criticar”. Los animales acompañan incondicionalmente sin juzgar, por ejemplo, si a un niño le va mal en un examen o se enfada con sus amigos, su mascota seguirá prestando apoyo incondicional.
En caso en que nos decidamos a que nuestros hijos tengan una mascota es importante dejarles bien claro que es un animal al que cuidar, y respetar, no es un juguete. Podrán jugar y disfrutar con el animal. Pero tener una mascota supone una importante responsabilidad, ya que las mascotas necesitan una serie de cuidados y tenerlos suponen toda una serie de obligaciones.
Cuando nuestros hijos tienen una mascota podemos aprovecharlo para inculcar valores tan importantes como la responsabilidad y el respeto a los demás. Enseñaremos a nuestro hijo a no molestar a la mascota si está comiendo o duerme, a limpiar el sitio del animal o el tazón de la comida y a tratarlo con delicadeza. Esto ayuda a que tu hijo desarrolle el sentido de la responsabilidad y a comprender las necesidades de los demás. Dichos valores van a producir en su vida un mayor equilibrio emocional.
La interrelación con otro ser vivo ayudará a nuestros hijos a interpretar y usar la comunicación no verbal, que resulta tan importante a la hora de reconocer la emociones de los demás. Este reconocimiento sabemos que resulta un elemento básico para desarrollar inteligencia emocional.
Se ha demostrado que cuando una persona en su infancia ha cuidado de una mascota, en la adultez presenta menos dificultades para mantener relaciones de convivencia sanas con otras personas. Podemos decir que el vínculo que se establece con las mascotas ejerce de experiencia que contribuye a fomentar la empatía y el respeto por los demás seres vivos sean estos humanos o no. En la convivencia con los animales experimentamos muchas cosas de manera natural sin forzar el aprendizaje.
Según un estudio de la Fundación Affinity de 2014 para casi uno de cada dos niños (46%) la mascota es percibida como la principal fuente de apoyo emocional después de los padres. Según los autores de dicho estudio “Los lazos afectivos con el animal de compañía ayudan a superar la sensación de miedo o tristeza, pues el niño recurre de forma habitual a su perro o gato para abrazarle y encontrar alivio en estas situaciones. Este comportamiento se repite cuando al niño se le presenta un problema, ya que busca a su mascota como fuente de consuelo en la misma medida que a sus padres”.
La psiquiatra Sandra Baker y su equipo de la Universidad Commonwealth de Virginia (EEUU) midió las ondas cerebrales de distintos dueños de perros antes y después de pasar un rato con ellos. Dichos estudios demostraron que acariciar una mascota frecuentemente, ayuda a reducir el estrés, la ansiedad y la depresión. Por ello que se aconseja acariciar, jugar, pasear e incluso hablar con las mascotas para despejar la mente y sentir bienestar emocional.
La mascota puede mejorar tu estado ánimo. El acariciar tu perro durante 20 minutos es suficiente para aumentar en un 10% tus niveles de serotonina, conocida como la hormona de la felicidad (Beetz et al. 2012).