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TRUCOS E IDEAS PARA AHORRAR AGUA EN EL DÍA A DÍA
TRUCOS E IDEAS PARA AHORRAR
AGUA EN EL DÍA A DÍA
El agua es un recurso escaso y entre todos tenemos el deber de optimizar al máximo su uso.
Con estos consejos podremos reducir el consumo diario de agua.
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Hábitos cotidianos para prevenir el deterioro medioambiental y cuidar nuestra salud
El ser humano es y forma parte de la naturaleza. Así lo explica el Dr. Rizaldos en su artículo sobre “Los beneficios emocionales de cuidar el medioambiente”, contenido que resalta la importancia del ser humano como parte integrante e inseparable del medioambiente.
Por consiguiente, el contacto con la naturaleza puede ayudar a llenarnos de energía saludable y equilibrada; y si además el contacto es con un medioambiente limpio y cuidado, tanto nuestra salud emocional como física se verán beneficiados.
Cuidar el medioambiente a partir de sencillos hábitos y pautas está al alcance de todos. Con el paso del tiempo, la sociedad es más consciente del impacto que genera la actividad humana e industrial sobre el medioambiente, ocasionando un deterioro sobre la salud de nuestro Planeta, y por tanto, su capacidad de abastecernos, repercutiendo sobre nuestra salud.
Sencillos pasos cotidianos para ayudar a prevenir el deterioro medioambiental:
- El cargador de móvil u ordenador debería estar desconectado cuando no esté utilizándose para que no siga consumiendo electricidad.
- Los aparatos de aire acondicionado consumen mucha energía y emiten mucha cantidad de CO2 a la atmósfera. Por este motivo, se recomienda reducir su uso.
- Usar el lavavajillas y lavadora cuando estén llenos.
- Descongelar periódicamente los frigoríficos y congeladores, ya que así se puede conseguir que sean 2 veces más eficientes.
- La utilización de la ducha en vez de la bañera puede ahorrar más del 50 % del agua consumida.
- Asegurarse que los grifos no goteen ni dejarlos correr por mucho tiempo.
- Reciclar la basura que se produce en casa contribuye a disminuir la cantidad de CO2 emitida al aire.
- Las bolsas reutilizables son la mejor opción para llevar a la compra.
- Una disminucion de la presión de neumáticos puede producir un aumento de combustible, y por tanto, un incremento de la emisión de CO2. Por ello, es aconsejable revisar los neumáticos periódicamente.
El incremento de la población, la extrema dependencia al combustible, las emisiones de gas liberadas a la atmósfera etc., entre otros, aceleran un proceso de agotamiento del recurso natural del que se nutre nuestro bienestar. Es aquí cuando el ser humano tiene que buscar alternativas eficientes y sostenibles para que las instalaciones industriales, servicios y actividades que se lleven a cabo, respeten el entorno natural y la sociedad en general.
Con motivo del X Aniversario de Instituto Tomás Pascual Sanz, Miguel Arias Cañete hizo una ponencia sobre la Economía Circular y Cambio Climático en la que detalló la situación actual en la que nos encontramos en relación al medioambiente, hacia donde nos dirigimos y las consecuencias del ritmo al que estamos sometiendo a nuestro Planeta. En este sentido, cabe resaltar la importancia y necesidad de que cada uno aporte su granito de arena hacia un ecosistema más sostenible.
Colaborar con unos sencillos pasos cotidianos para lograr un planeta mejor, de más calidad, más sostenible y eficaz está al alcance de todos. ¡El cambio empieza en uno mismo!
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Los beneficios emocionales de cuidar el medioambiente
El ser humano, aunque a menudo se nos olvide, es y forma parte de la naturaleza. Estar en contacto y en sintonía con el medioambiente nos genera toda una serie de beneficios, tanto físicos como emocionales. Por ello de algún modo al cuidar el entorno natural también lo estamos haciendo a nosotros mismos. Prestar atención al paisaje hace que tengamos un mayor contacto con la naturaleza, y la falta de este pacto con nuestra esencia vital puede facilitar que desarrollemos carencias a nivel emocional. Aunque suene raro, podríamos estar hablando del llamado “trastorno por déficit de Naturaleza”.
Se ha venido demostrando que los niños que se crían en zonas rurales, con una mayor presencia de lo natural y, por tanto, más conscientes del cuidado de lo que les rodea, presentan una mayor concentración y autodisciplina, son más imaginativos, tienen más facilidad para divertirse y colaborar en grupo, son más observadores, muestran más capacidad de razonamiento y son más serenos, independientes y desarrollan menos miedos e inseguridades.
Las personas que pasan más tiempo en contacto con la naturaleza tienden a experimentar emociones más positivas, albergan más vitalidad, felicidad y manifiestan una armónica satisfacción con la vida (Capaldi, Dopko y Zelenski, 2014).
Los investigadores José Antonio Corraliza y Silvia Collado, de la Universidad Autónoma de Madrid, concluyeron que “aquellos niños que disfrutan de un mayor contacto con el medio natural son capaces de afrontar mejor algunas situaciones adversas a las que son expuestos habitualmente, y además sufren menos estrés del que cabría esperar si no contasen con este factor protector que es la naturaleza”.
Obviamente, no todo es así de fácil. El mero contacto con la naturaleza no evita que suframos ansiedad, pero si nos sumergimos conscientemente en un paraje natural y atendemos sin prisas a lo que nos rodea, esa percepción nos brindará la capacidad para regular mejor el estrés y no nos veremos desbordados por ello.
Detrás de estas conclusiones puede haber lógicamente razones biológicas, pues aunque el ser humano se haya adaptado al modo de vida urbano, el cerebro sabe que no es su medio natural, y todavía añora estímulos primitivos más conectados con la madre Tierra. No olvidemos que durante milenios la especie humana desarrolló en la misma naturaleza las estrategias de adaptación más exitosas para su supervivencia, y allí es donde debería regresar para restaurar los valores perdidos o simplemente desubicados por los tiempos actuales.
La naturaleza ofrece una cantidad tan elevada de incentivos, que la relación con ella provoca un estímulo directo en las neuronas, en las emociones y supone una experiencia que genera un inmediato bienestar. El sencillo pero maravilloso hecho de oler intensamente una flor, contemplar la amplitud del campo, un atardecer en el mar o escuchar el canto de un pájaro provoca en el ser humano sentimientos positivos, y estos se almacenan fácilmente en la memoria, a la cual podremos recurrir cuando necesitemos sentirnos bien. Y no se equivoquen: desde la ciencia sabemos que es más rentable invertir en experiencias que en objetos materiales. El valor de lo vivido perdura en nuestro recuerdo, en el tiempo; por el contrario, las adquisiciones físicas y palpables pierden valor desde el momento que las recibimos.
También, el contacto con la naturaleza mejora la tolerancia a la frustración, algo que los psicólogos consideramos esencial para nuestro bienestar emocional. Los campesinos saben bien que no se puede luchar contra los elementos: si llueve, te mojas; si hay que subir por un sendero pedregoso, no puedes evitarlo; es mejor no coger atajos, porque quizá te pierdas… El hecho de aceptar las incomodidades del clima y del terreno son situaciones extrapolables a los retos de la vida diaria, en toda clase de situaciones. Uno tropieza, se moja, se cae, se mantiene erguido frente al viento. No podemos controlar ciertas circunstancias, pero sí manejar nuestra actitud frente a ellas.
Otro beneficio de la naturaleza es que desarrolla la empatía, esa maravillosa capacidad de ponernos en el lugar del otro, ver la realidad desde otro punto de vista, fuera de nosotros. Según una investigación de Sevillano Triguero (2007), las personas menos empáticas se muestran poco interesadas por los problemas ambientales, como si no les afectaran.
Hoy sabemos, desde la psicología, que el mindfulness es significativamente beneficioso para la salud emocional. Y si además lo combinamos con un paisaje natural, mucho mejor. Por tanto, presenciar un entorno natural genera mayor serenidad, al potenciar la capacidad de observación y atención plena.
Sentirnos más agradecidos es otro de los beneficios que encontramos al entrar en contacto con el medioambiente, y los estudios demuestran que el corazón de las personas agradecidas late mejor, pues ese estado libera endorfinas que regulan la presión sanguínea. Está más que comprobado que valorar y reconocer lo positivo hace que tu cerebro se oriente hacia las cosas buenas y los detalles agradables, convirtiéndote así en un detector y potenciador de momentos de bienestar.
Pero no todo es psicología. La ciencia constata que en los espacios naturales se generan iones negativos que mejoran el estado de ánimo; por ello dar un paseo por el campo ayuda a descargar el malestar y llenarnos de energía saludable y equilibrada. Numerosos estudios han relacionado la exposición a la naturaleza con el incremento de la vitalidad y una mayor sensación de felicidad. Por ejemplo, las personas que participan en excursiones al campo declaran sentirse más vivas, y que el solo recuerdo de esas experiencias al aire libre las hace sentirse más alegres. Así que, de paso, regulamos las emociones negativas. Nada como un paseo entre árboles para calmar la agresividad o reducir el enfado.
Y si nos resulta inaccesible salir de la ciudad, investigadores de la Universidad de Texas han constatado que las personas que cuidan de sus plantas, con o sin jardín, manifiestan significativamente una mayor satisfacción con sus vidas. Todo esto no debería resultarnos sorprendente. El ser humano ha evolucionado durante milenios estando en pleno contacto con la naturaleza. De modo que nuestras funciones fisiológicas y psicológicas están adaptadas a ello, y eso es lo que el cuerpo reconoce como sano y equilibrado. Por ello no debemos desterrar nuestra propia esencia, que es estar en contacto directo con lo natural.
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X Aniversario de Instituto Tomás Pascual Sanz – Economía Circular
El pasado 23 de febrero Instituto Tomás Pascual Sanz cumplió 10 años; 10 años apoyando hábitos de vida saludable para toda la familia. Este año, quisimos incluir el tema de la Economía Circular y del Cambio Climático porque es un aspecto que nos importa o que al menos, debería de hacerlo.
En la Conferencia contamos con la presencia de Miguel Arias Cañete, la presidenta de la Fundación Cotec, Cristina Garmendia y la clausura protagonizada por Isabel García Tejerina.
Vivimos en un mundo rápido, dinámico, de consumo, superpoblado etc, que requiere una concienciación por parte de toda la sociedad acerca del ritmo de vida que estamos llevando, sobre todo en lo que se refiere al consumo, desgaste y explotación de materias primas y deterioro del medio ambiente.
En la celebración de los 10 años de Instituto Tomás Pascual Sanz, quisimos invitar a personalidades que entendieran sobre este tema y pudieran ofrecernos una perspectiva cercana de la situación en la que nos encontramos en este aspecto, la sostenibilidad de los recursos naturales y las posibles amenazas que podríamos llegar a encontrarnos de no respetar una serie de pautas básicas.
Otro de los aspectos que Miguel Arias Cañete quiso resaltar durante la conferencia fue que, al contrario de lo que muchos piensan, la disminución de las emisiones contaminantes si que trae consigo un crecimiento económico.
En resumen y tras esta maravillosa tarde, estamos encantados de seguir ofreciendo información, noticias, contenidos y estudios útiles sobre hábitos de vida saludable para toda la familia y teniendo presente que el cambio climático va a ser una de las constantes de los próximos años.
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Celebra el Día Mundial del Medio Ambiente
El Día Mundial del Medio Ambiente (DMMA) es el principal vehículo de las Naciones Unidas para impulsar a la acción y sensibilización por el medio ambiente. A lo largo de los años ha crecido hasta convertirse en una plataforma mundial que se celebra en más de 100 países. También sirve como “día de las personas” para hacer algo positivo por el medio ambiente, uniendo las acciones individuales en una gran fuerza colectiva que genere un impacto exponencial positivo para el planeta.
El eslogan del DMMA de este año es “Siete mil millones de sueños. Un solo planeta. Consume con moderación”. El bienestar de la humanidad, el medio ambiente y el funcionamiento de la economía depende en última instancia de la gestión responsable de los recursos naturales del planeta. Sin embargo, las personas siguen consumiendo muchos más recursos naturales de los que el planeta puede proporcionar de forma sostenible.
Muchos de los ecosistemas de la Tierra están llegando a su punto límite de agotamiento y cambio irreversible, empujado por el crecimiento de la población y desarrollo económico. Para 2050, si continúan las actuales pautas de consumo, y con una población mundial que crece y que se espera que alcance los 9,6 mil millones, necesitaríamos tres planetas para mantener nuestros actuales modos de vida y consumo.
Consumir con moderación supone vivir teniendo en cuenta el límite del planeta para asegurar un futuro saludable donde todos nuestros sueños se pueden hacer realidad. La prosperidad no tiene que suponer un coste para la Tierra. Vivir de forma sostenible significa hacer más con menos. Se trata de saber que las tasas actuales de uso de recursos naturales y los impactos medio ambientales de estos no han de ser parte indispensable del desarrollo económico.
Cada acción cuenta
El DMMA es la oportunidad de que todos nos demos cuenta de la responsabilidad para cuidar de la Tierra y convertirnos en agentes de cambio.
“A pesar de que las decisiones individuales pueden parecer insignificantes a la luz de las amenazas y tendencias mundiales, cuando miles de millones de personas se unen con un propósito común, pueden marcar una gran diferencia”.
Secretario General de las Naciones Unidas Ban Ki-Moon
A lo largo de décadas de celebraciones del DMMA, centenares de miles de personas de todo el mundo y de todos los sectores de la sociedad han protagonizado acciones por el medio ambiente. El DMMA 2014 registró un total de 6.437 “compromisos” y se registraron más de 3.000 actividades en línea, sumando un total de 9.700, una cifra que triplicó lo de los últimos dos años.
Fuente: http://www.unep.org/spanish/wed/about.asp#sthash.Bueh26tL.dpuf
La innovación se encuentra íntimamente relacionada con la sostenibilidad y la responsabilidad social
El estudio Innovación responsable de Forética y el Observatorio Zeltia destaca las ventajas competitivas de la innovación con criterios sociales y ambientales para las organizaciones. Aporta siete recomendaciones para que las empresas y administraciones públicas integren la responsabilidad social en sus acciones innovadoras.
El estudio analiza el papel que juega la responsabilidad social a la hora de desarrollar nuevos productos y servicios, y qué aporta la integración de criterios de sostenibilidad a la generación de nuevos modelos de negocio. En el informe se define la innovación responsable como “aquella innovación que realiza una aportación positiva al trinomio de factores económico, social y ambiental”.
En palabras del Director de Desarrollo Corporativo de Forética y director del estudio, Jaime Silos, “la innovación responsable es una de las principales herramientas de crecimiento futuro para cualquier sector de actividad como respuesta a los retos actuales que tienen que enfrentar empresas de todos los tamaños, como son la transformación a un planeta cada vez más urbano, el cambio demográfico, la escasez de recursos y el cambio climático, entre otros”.
Según destaca el estudio, la concentración de innovación en un entorno geográfico determinado responde a tres factores: la existencia de un alto nivel de especialización, el establecimiento de incentivos a la innovación y la buena gobernanza a nivel socio-político.
En concreto en España, el desarrollo de la innovación responsable es enormemente heterogéneo, destacando especialmente las comunidades de Aragón, Cataluña, Madrid, Navarra y País Vasco. En general, España tiene una buena base y potencial innovador, gracias al elevado porcentaje de población de entre 30 y 34 años con estudios superiores o a la importante participación en artículos científicos internacionales, entre otros puntos fuertes a destacar. No obstante, hay grandes retos pendientes vinculados fundamentalmente a la comercialización de las innovaciones y a la productividad de la I+D en términos de generación de nuevas patentes.
El Director de Comunicación de Grupo Zeltia, Fernando Mugarza, ha destacado que “la innovación se encuentra íntimamente relacionada con la sostenibilidad y la responsabilidad social. La innovación responsable en un país es reflejo de su ímpetu innovador, supone innovar en cualquier ámbito de una organización de forma ética, ajustada a los principios básicos de la RSE, es por lo tanto un concepto que impregna a la cultura de la Organización (Liderazgo innovador), es una palanca de generación de valor añadido, de mejora de la productividad y la competitividad y está vinculada al capital humano de las organizaciones y empresas, involucra directamente a grupos de interés tanto externos como internos a la Organización”.
El estudio señala tres esferas de interacción entre la innovación y la responsabilidad social: los productos y servicios, los procesos y la innovación social. De las tres, la más avanzada es la primera, en la que compañías transforman los retos de la sostenibilidad en una fuente de negocio, o en una identificación de riesgos que es necesario mitigar. En la esfera de los procesos, aunque de manera menos directa, las organizaciones encuentran nuevas formas de hacer las cosas que les hace más eficientes, lo que acaba impactando en la cuenta de resultados. Sin embargo, es en la tercera esfera –la innovación social- donde las organizaciones pueden encontrar ventajas competitivas menos replicables y más duraderas.
El documento termina con una serie de recomendaciones encaminadas a ayudar a las empresas y administraciones públicas a integrar la responsabilidad social en sus acciones innovadoras.