¿CÓMO CONTROLAR LOS ATAQUES DE HAMBRE IMPULSIVOS A LO LARGO DEL DÍA?
¿CÓMO CONTROLAR LOS ATAQUES DE HAMBRE
IMPULSIVOS A LO LARGO DEL DÍA?
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Mantener una buena pauta de sueño es importante para poder rendir adecuadamente al día siguiente. En esta infografía te dejamos unas pautas de higiene del sueño para que sigas los consejos y mejores la calidad y cantidad de tus horas de dormir. Además se acompaña de un calendario para que puedas marcar durante la semana las horas de sueño y saques tus propias conclusiones.
¡Descárgate aquí las pautas y el calendario para tenerlos siempre a mano!
Las rutinas son muy importantes en todas las personas, pero mucho más en los niños. “La regularidad en los horarios y que se repitan determinados hábitos les da seguridad y tranquilidad”, afirma Yolanda de la Llave, psicológica conductual del Instituto del Sueño. Se muestra de acuerdo José Manuel Suárez Santodomingo, presidente de la Asociación de Pedagogos de Galicia (Apega) y comenta que “a los niños, especialmente los más pequeños, hay que establecerles unos ritmos de verano. No se puede dejarles total libertad porque entonces es un caos para todos, ellos y los padres”.
El experto sugiere establecer la nueva rutina de verano de forma progresiva. “Los primeros días de vacaciones se les puede dar vía libre para que hagan lo que más le convenga. Hay un ciclo que hay que romper y se les puede dar 10 o 15 días para que se desahoguen. A partir de ahí hay que regularizarlo”, insiste.
Esta regularización no ha de ser tan rígida como durante el curso. De la Llave reconoce que “cuando llegan las vacaciones no se ven obligados a madrugar. Podemos ser más flexibles y dormir y despertar más tarde”.
“Ya no necesitan levantarse tan temprano, pueden hacerlo a las 9 o 9:30. No mucho más tarde porque entonces se motiva una falta de coordinación”, indica Suárez.
La psicóloga advierte de que “si continuamente alteramos los horarios de acostarnos y despertarnos, nuestros relojes internos, que se sincronizan con la luz y las rutinas, se van a volver locos. Así, vamos a tener dificultades para dormir y despertarnos a la hora que tenemos que hacerlo”.
“Es muy importante que los padres sean firmes en este sentido, porque cuando los niños tienen problemas para irse a dormir pronto, se convierte en una batalla”, afirma la profesional.
También hay que tener unos ritmos determinados a la hora de distribuir las tareas. Suárez indica que “las mañanas son para estar en casa y hacer cosas relacionadas con el intelecto. En las tardes puede haber más libertad para quedar con los amigos o ir donde necesiten”.
De la misma manera, la hora de comer debe estar determinada. “No se deben cambiar mucho los hábitos de comida. Si ha aprendido a comer verduras en el invierno, ahora no vamos a darle todos los días hamburguesas”, destaca Suárez.
Todo ello facilitará la vuelta a la rutina del curso en septiembre. Además, para adaptarse progresivamente, hay que instaurar estos nuevos ritmos 15 días antes del comienzo del colegio.
“Establecer los horarios nada más empezar el curso es malo. A las 8 de la mañana, cuando se tenga que levantar el niño, no va a querer. Es mejor aprenderlo con tiempo y no esperar al último día”.
La Sociedad Española de Neurología (SEN) estima que entre un 20 y un 48 % de la población adulta sufre en algún momento dificultad para iniciar o mantener el sueño. En al menos un 10 % de los casos, se debe a un trastorno de sueño crónico y grave, una cifra que podría ser mayor debido al alto número de pacientes no diagnosticados.
Hoy, 18 de marzo, se celebra el Día Mundial del Sueño y Día Europeo de la Narcolepsia, una fecha que servirá para recordar a la población la importancia de dormir bien. La duración, la continuidad y la profundidad son los tres factores que, según Hernando Pérez Díaz, coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la SEN, influyen en una buena calidad del sueño. La escasez de uno de éstos empeoraría la calidad de vida, aumentaría el riesgo de hipertensión y otras enfermedades ya padecidas. Pero además, las funciones cognitivas también se verían afectadas, bajaría la concentración y
la capacidad de atención, el tiempo de reacción aumenta, entre otros.
Diagnóstico de los trastornos del sueño
Muchos de los trastornos del sueño son tratables o prevenibles, pero menos de un tercio de los pacientes busca ayuda profesional. En concreto, la SEN estima que el 90 % de los pacientes con apnea del sueño o con síndrome de las piernas inquietas no están diagnosticados.
En cuanto a la narcolepsia, según datos de la SEN, entre el 60 y el 80 % de los pacientes estarían sin diagnosticar, y en algunos casos, no se detectaría hasta los 10 años de haber comenzado a tener los primeros síntomas, por lo que su incidencia podría ser mayor.
Buenas condiciones para un buen descanso
Las condiciones ambientales a la hora de dormir, como pueden ser la temperatura de la estancia, el ruido o la luz, pueden desempeñar un papel significativo a la hora de tener una buena calidad de sueño. También inciden en el sueño la comodidad de la cama, la ingesta de ciertos alimentos o bebidas o el uso de dispositivos electrónicos antes de acostarnos.
Ante los primeros síntomas en los que el descanso no sea el adecuado, Pérez Díaz ha recordado la importancia de acudir a un especialista, ya que la identificación temprana ayudaría a la mejor gestión y seguimiento de los pacientes.
Pasamos casi un tercio de nuestra vida durmiendo, y ese tiempo que le dedicamos es fundamental para nuestro organismo. El sueño nos repone física y mentalmente después del día, restituye nuestra energía y previene de distintas patologías.
Las horas que debemos dedicar a este descanso varían en función de la edad. Según las recomendaciones de la Fundación Nacional del Sueño de EEUU, los adultos deberían dedicar a dormir entre siete y nueve horas diarias.
Además de elegir un colchón, una almohada y un pijama que resulte cómodo para el descanso, para poder descansar se recomienda seguir un horario de sueño y, siempre que sea posible, mantenerlo también los fines de semana. Rutinas como realizar ejercicio físico diario, no abusar de bebidas estimulantes, cenar pronto y tener un dormitorio con condiciones adecuadas de luz, ruido y temperatura serán beneficiosas para conciliar el sueño.
Sin embargo, hay otras rutinas que no favorecen el descanso, como es el usar el ordenador, el móvil o la Tablet antes de dormir, algo que para cada vez más personas es un hábito. La luz que emiten estos dispositivos altera el ciclo del sueño al interactuar con la producción de la melatonina, una hormona que ayuda al descanso. Para evitarlo, los expertos recomiendan apagar estos aparatos dos horas antes de dormir.
Si se reducen las horas de sueño, además de encontrarnos cansados y que nos aparezcan ojeras, se favorece la predisposición hacia ciertas patologías.
Y no sólo importan las horas que se duerma, sino también cuándo lo hagamos. Las personas que realizan trabajos nocturnos son más propensas a sentirse fatigadas, ya que el sueño durante el día no tiene las mismas capacidades reparadoras que por la noche. Son también más tendentes a padecer trastornos digestivos al alterar su ritmo biológico (ritmo circadiano).
Dormir es fundamental para la mente. La privación de sueño dificulta el aprendizaje y la realización de tareas. Y es que, entre los beneficios de un correcto descanso, destaca un mejor funcionamiento de la memoria. Entre otras cosas, dormir hace que asimilemos bien la información recogida a lo largo del día.
Nuestro cuerpo también notará las bondades de un buen descanso. Durante las horas de sueño, en nuestro organismo se suceden procesos en los que se favorece el adecuado funcionamiento de diversos sistemas como, por ejemplo, el sistema inmune.
Un adecuado descanso, además, favorece el control del peso y protege al corazón, ya que en situaciones de insomnio aumentan en sangre hormonas relacionadas con el estrés (adrenalina y cortisol) que aumentan la tensión arterial y la frecuencia cardíaca.
Cuando dormimos, nuestro cuerpo se relaja y produce hormonas que contrarrestan los efectos de esas otras y colaboran, entre otras cosas, a que nos encontremos más felices.
Al relajarse nuestro cuerpo y disminuir la actividad del organismo, el sistema circulatorio trabaja menos porque la presión arterial ha disminuido y se necesita menos esfuerzo para bombear la sangre.
Sabiendo la importancia de un adecuado descanso debemos intentar siempre dedicar las horas necesarias al sueño siguiendo las recomendaciones de los expertos para maximizar los beneficios que aporta.