reportaje_generica

Las claves en la prevención de la longevidad

Durante su conferencia Factores antioxidantes y anti-infecciosos en la prevención de enfermedades crónicas, ha destacado que una buena nutrición y un estilo de vida adecuado ayudan a reforzar el sistema inmune y prevenir enfermedades crónicas.

Montagnier ha recordado que los dos principales problemas de salud del siglo XXI son las nuevas enfermedades infecciosas epidémicas y las enfermedades crónicas asociadas con la edad y el medioambiente. Del mismo modo añadió que todas tienen en común el estrés oxidativo y los agentes infecciosos.

En este sentido, ha destacado que se acumulan varios factores medioambientales para el desarrollo de estas enfermedades, como la radiación, la polución del aire, la comida, el ejercicio físico intenso, el humo del tabaco, el alcohol, la isquemia que, sumados, llevan a la enfermedad.

Los efectos patológicos del estrés oxidativo son la hiperoxidación de los lípidos en las membranas celulares y el plasma, la oxidación de las proteínas o la oxidación del ADN que provoca mutaciones y la rotura de cromosomas. El estrés oxidativo debilita el sistema inmune y activa los genes que se ocupan de la división celular, lo que provoca la apoptosis, la muerte celular que provoca una disfunción inmune.

Todo esto se podría evitar con una buena nutrición, ya que nuestra predisposición genética sólo cuenta en un 25 por ciento y nuestros hábitos de vida juegan un porcentaje del 75 por ciento.

Por este motivo, para Montagnier es la población la que tiene la llave de la prevención, “por tanto, se debe hacer todo lo que esté en nuestra mano para evitar ese estrés oxidativo”. La prevención con una nutrición adecuada es lo que hace que nuestro cuerpo, que funciona como una máquina perfecta sufra lo menos posible.

Exceso de peso, tabaco y sedentarismo amenazan nuestra salud

Según sus datos, los “muy frecuentes” problemas de peso de los españoles, que afectan sobre todo a hombres mayores, tienen que ver con su alto sedentarismo. El 86 por ciento de los adultos de este país lleva una vida sedentaria. De hecho, pasan unas 14 horas semanales viendo la televisión y unas siete horas frente al ordenador.

“A uno de cada dos ciudadanos se les aconseja realizar actividad física en su tiempo libre (al menos 150 minutos semanales de actividad de intensidad moderada ó 60 minutos semanales de actividad vigorosa), pero sólo el 30 por ciento sigue el consejo”, señala el Dr. José Ramón Banegas, de la Universidad Autónoma de Madrid y uno de los responsables del estudio.

Otro de los factores que influye en el aumento de peso es la dieta. Los españoles sólo consiguen un 3,7 en la escala de adecuación a la Dieta Mediterránea tradicional, que se ha sustituido por una “dieta mediterránea evolucionada”, más rica en consumo de grasa animal.

Una dieta mediterránea con demasiada carne

Así, las grasas saturadas suponen el 12 por ciento de la ingesta total de energía de los adultos españoles, a pesar de que el consumo recomendado está entre el siete y el ocho por ciento. También se toman demasiadas proteínas. En concreto, los hombres ingieren 400 miligramos al día de colesterol, aunque la ingesta recomendada es menos de 300.

Sin embargo, se ha reducido la toma de hidratos de carbono (42 por ciento), cuando la ingesta recomendada está entre el 50 y el 55 por ciento y la de fibra, que se sitúa en 23 gramos por día cuando lo recomendado es que se superen los 25 gramos diarios. También es insuficiente el consumo de frutas, verduras, hortalizas y leche.

“El 80 por ciento de los españoles con problemas de obesidad recibe consejo sanitario sobre perder peso, pero sólo el 40 por ciento lo sigue”, añade este investigador.

Según este estudio, promovido por la farmacéutica Sanofi, el tabaquismo “sigue siendo muy elevado” en España. De hecho, el 28 por ciento de los adultos españoles fuma -el 15 por ciento a diario- y el 25 por ciento, es decir, uno de cada cuatro españoles, es fumador pasivo.

Además, el 33 por ciento de la población española sufre hipertensión. Casi dos tercios de estos pacientes saben que tienen este problema y de ellos, el 79 por ciento recibe tratamiento. Sin embargo, el 54 por ciento de los que están en tratamiento no tienen un buen control. “Por tanto, poco más del 20 por ciento de los hipertensos españoles está bien controlado”, destaca el Dr. Banegas.

Uno de cada dos adultos con colesterol

Asimismo, uno de cada dos adultos tiene alto el colesterol y la mitad de ellos no lo sabe. De quienes lo saben, sólo el 42 por ciento están tratados. Sin embargo, de los pacientes que reciben tratamiento, casi la mitad (47 por ciento) están sin controlar.

Casi el siete por ciento de los adultos españoles son diabéticos y el 20 por ciento no sabe que lo es. De quienes sí lo saben, el 86 por ciento está tratado, pero el 31 por ciento está sin controlar. “Es decir, menos de la mitad de los diabéticos están controlados”, asevera.

Para el Dr. Fernando Rodríguez-Artalejo, también responsable del estudio, estos datos, que no difieren demasiado de los de la última Encuesta Nacional de Salud realizada por el Ministerio, muestran que los factores de riesgo cardiovascular de los españoles son ahora “algo más altos” de lo que eran en el pasado.

Sin embargo, estos resultados se sitúan “en la línea de lo que está ocurriendo en otros países mediterráneos”, por culpa del sedentarismo, el tabaco y de que “se come demasiado” en España, donde la dieta mediterránea tradicional ha incorporado un excesivo consumo de carne.

Según José Martínez Olmos, secretario general de Sanidad, para el Gobierno “el factor de riesgo más preocupante es el tabaquismo”. Considera que la situación cardiovascular de los españoles “puede mejorarse”, tanto con información al ciudadano para mejorar su autocuidado como trabajando con los profesionales para optimizar el seguimiento de los pacientes.

Este trabajo, desarrollado por los doctores José Ramón Banegas y Fernando Rodríguez-Artalejo, de la Universidad Autónoma de Madrid, ha sido presentado por el secretario general de Sanidad, José Martínez Olmos, y el presidente de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, Roberto Sabrido, y el consejero catalán de Salud, Boi Ruiz, cuyo departamento ha colaborado en este proyecto.

reportaje_generica

Actividad física: ¿Qué se puede y se debe hacer?

En los años 90 nuestros colegas canadienses organizaron dos reuniones en Canadá en las que se establecieron los beneficios de la actividad física. Posteriormente se lanzaron unos documentos con la participación de nuestros colegas americanos y se establecieron unas recomendaciones. Después hemos visto muchas iniciativas por parte de la OMS y de la Unión Europea.

Hace dos años recibimos la actualización de las recomendaciones de la actividad física por parte de nuestros colegas americanos: las Recomendaciones CDC/ACSM (Centers for Disease Control and Prevention / American College of Sports Medicine).

Durante los últimos 10 años la actividad física ha sido parte del orden del día de la agenda de muchos organismos multigubernamentales. Hay planes de acción como la Estrategia Global para la Prevención y el Control de las Enfermedades no Transmisibles de la OMS desde 2008 hasta 2013 y tenemos un apartado de actividad física.

En el año 2009 hubo un documento fundamental sobre los riesgos globales de la salud, esto se relaciona con los datos que nos hablan de la importancia de la inactividad física, que es el cuarto factor de riesgo de mortalidad. Por lo que debemos promover la actividad física.

En el año 2010 se han publicado varios documentos, por ejemplo la Carta de Toronto para la Actividad Física, Una llamada global para la acción y también las recomendaciones de la actividad física de la OMS (www.who.int/dietphysicalactivity).

Hay un documento de la OMS del 2006 que se llama Actividad física y salud en Europa: evidencias para la acción. Un año después se desarrolló otro documento de la OMS que se tituló Marco Europeo para Promover la Actividad Física para la Salud. La Comisión Europea ha desarrollado el Libro Blanco del Deporte en el 2007 que tiene más que ver con temas educativos y culturales; y en el 2008 los Principios generales de la actividad física.

HEPA Europa (Red Europea para la Promoción de la Actividad Física)

HEPA es una organización que se dedica a la promoción de la actividad física, es todavía joven y ha realizado progresos, como por ejemplo el análisis de la actividad física con documentos que tienen que ver con políticas nacionales. Esta red ha identificado 49 documentos que tienen que ver con políticas nacionales de 24 países europeos (29 vienen del sector de la promoción de la salud, 7 del deporte, 12 del transporte y uno de entorno), de manera que vemos un desarrollo multisectorial.

HEPA Europa continúa informando sobre lo que se hace en Europa, hay un proyecto continuo para la promoción de la actividad física (http://data.euro.who.int/PhysicalActivity/).

Principios generales de la actividad física

En 1995 se desarrolló un documento muy importante con los principios generales de la actividad física en los EEUU por parte del ACSM (American College of Sports Medicine). La recomendación es que cada adulto debe acumular 30 minutos o más de actividad física moderada o intensa, preferiblemente todos los días de la semana o la mayor parte. Esta recomendación se ha hecho en base a una revisión exhaustiva de datos. La actividad física moderada a intensa puede ser incluso caminar pero lo importante es la acumulación de 30 minutos y esto se puede incluir en la vida diaria yendo al trabajo, cuando se compra, etc, sin la necesidad de ir a centros deportivos.

En 2007 se actualizaron las recomendaciones con nuevos datos por parte de dos organizaciones americanas: AHA (American Heart Association) y ACSM (American College of Sports Medicine), que querían promover este concepto de actividad física de moderada a intensa de 30 minutos pero también querían hablar de las actividades aeróbicas vigorosas. En este caso se tiene que hace en periodos más cortos de tiempo o una mezcla de actividad vigorosa y moderada.

En 2008 se desarrollaron nuevas recomendaciones en un documento del gobierno de EEUU, se trata de un documento amplio que habla de principios básicos y recomendaciones basadas en evidencias. Es parecido al documento de 2006 pero incluye recomendaciones para niños y adolescentes. Y se habla de manera más relevante de la presencia de la actividad vigorosa para adolescentes y niños: dos horas y media si la intensidad es moderada todos los días o una hora o más de actividad física diaria si la actividad es vigorosa, al menos tres días a la semana. En contraste con algunas recomendaciones en las que se habla de actividades semanales, como las recomendaciones de la OMS. Personalmente prefiero 30 minutos 5 veces a la semana pero tenemos que llegar a un consenso. También hay recomendaciones para adultos (más de 65 años) según las limitaciones funcionales de cada uno. Algunos de los beneficios para la salud se pueden ver más si la actividad es vigorosa. Y es importante involucrar a la comunidad deportiva.

Los principios generales se establecen en unos documentos que prescriben cantidades, intensidades y tipos de actividad física basados en la evidencia científica. El objetivo es cambiar la conducta de los individuos en la población objeto del estudio. Sin embargo, cuando nos fijamos en los datos de EEUU vemos que no ha habido un cambio significativo desde 1995, de hecho la gráfica se mantiene en el mismo nivel. Quizás las recomendaciones hayan evitado que la curva vaya para abajo, pero esto es una especulación.

Estos principios generales quizás son necesarios pero no suficientes para hacer que la población cambie su comportamiento respecto a la actividad física. Tal vez necesitamos más intervenciones para que este cambio ocurra. Además de las recomendaciones por sí mismas nuestra experiencia es que un país requiere un Plan Nacional que ofrezca unos principios generales para aumentar los niveles de actividad física. En estos planes debemos centrarnos en el aumento de las oportunidades para practicar actividades físicas, también involucrar a la sociedad y la participación gubernamental y de organizaciones, profesionales, ONGs y diferentes sectores públicos.

Y la lección que podemos extraer de la experiencia de EEUU es que estos principios fundamentales pueden establecer la legitimidad de la actividad física, entre otras intervenciones que tienen que ver con la salud pública, y también definen los beneficios claros que se deben esperar en los diferentes grupos de población. Se ofrece un sistema para hacer un seguimiento de lo que está pasando en términos de la actividad física. Y una vez tenemos las recomendaciones se puede medir la actividad de la población que las cumple como un porcentaje. Estos principios generales también se apoyan en argumentos económicos y también la justificación moral de la promoción de la actividad física.

¿Qué sucede en Europa?

Hay informes y encuestas en la Unión Europea que han preguntado a la población la frecuencia con la que practican actividad física y deporte. Más de la mitad de la población en algunos países no hace ninguna actividad y en otros la impresión es bastante descorazonadora. No hay una tendencia positiva en Europa en casi ningún país en lo que se refiere a la actividad física.

En algunos países como Finlandia los niveles de actividad física han aumentado desde los años 70 hasta ahora. Y podemos hablar de un 65 por ciento (un poco más de mujeres que de hombres) que participan en actividades físicas de intensidad moderada a vigorosa. Pero al mismo tiempo la actividad física que tiene que ver con los desplazamientos para ir al trabajo ha disminuido. Pocos países tienen datos de encuestas sistemáticos sobre los cambios de la actividad física en el tiempo.

Hay pocos países que están adquiriendo las recomendaciones. En Finlandia tenemos las Physical Activity Pie que se representa como un pastel y el mensaje que transmite es que puedes coger un trozo de ese pastel y tendrás los correspondientes beneficios para la salud.

Austria también ha publicado unos principios generales. También Inglaterra los va a publicar y Suecia. Pero, en general, pocos países están considerando este tema como una medida para promover la actividad física.

Como hemos visto por parte de EEUU estos principios son necesarios pero no suficientes para cambiar la perspectiva de la sociedad. Necesitamos planes de acción, el de los EEUU está muy bien preparado, disponible en internet, y enfatiza el enfoque multisectorial para involucrar a la mayor parte de los sectores: negocios, educadores, sanidad, medios de comunicación, deportes, transporte y también los sectores no gubernamentales como las ONGs.

En una publicación en Lancet se relacionaba la falta de actividad física y la obesidad con los costes en varios países; también hablaba de los tipos de intervenciones en términos de cómo aumentaba los años de vida ajustados por discapacidad; y de ciertos factores como por ejemplo intervenciones en colegios, etiquetados de productos, medidas fiscales y la regulación de la publicidad de los alimentos. Esto nos indica la importancia de las diferentes medidas y muchas veces se dice que una medida en sí misma no es suficiente sino que necesitamos un enfoque multisectorial.

Necesitamos también herramientas prácticas para la evaluación económica de actividades como andar y ciclismo; es importante saber lo que cuesta y lo que obtenemos a cambio de practicar estas actividades. Este tipo de herramientas analizan el impacto económico de estas actividades debido a la reducción de la mortalidad en la población y se puede dar un valor monetario.

Conclusiones

-La inactividad física es el cuarto factor de riesgo para la mortalidad. Es un factor de riesgo para la salud pública.

-Hay muchas recomendaciones políticas en Europa.

-Aunque los principios generales son necesarios no son suficientes para lograr cambios de conducta en las poblaciones.

-Necesitamos Planes de Acción Nacionales para obtener resultados a largo plazo. El objetivo es crear un entorno socioeconómico para promover la actividad física.

reportaje_generica

Casi la mitad de los niños españoles tienen exceso de peso

El estudio recoge datos actualizados de la prevalencia de la obesidad infantil en España y ha sido realizado en casi 8.000 niños y niñas de toda España. El objetivo de este análisis era disponer de datos precisos, mediante una metodología avalada por la OMS y comparable entre países, sobre la magnitud del problema que supone el exceso de peso (sobrepeso u obesidad) en la población infantil.

Hasta la fecha los únicos datos que se tenían eran los de estudio enKid, realizado hace más de diez años con una metodología distinta y con una participación menor (423 niños y niñas). También existía información de la Encuesta Nacional de Salud del año 2006, pero los datos obtenidos eran poco precisos al ser autoreferidos (sin medición ni pesaje comprobatorio por terceros).

Aunque los resultados de ALADINO arrojan que el exceso de peso infantil es superior al 45%, si se utiliza la metodología aplicada en enKid el resultado sería de una prevalencia de exceso de peso del 31,4%, lo que supone tan sólo un punto por encima de la obtenida hace diez años con ese estudio (30,4%). Por lo tanto, se constata que el exceso de peso en la población infantil española está estabilizado en los últimos diez años, si bien ahora se dispone de una información mucho más ajustada a la realidad.

Más en los niños que en las niñas

El 45,2% del exceso de peso detectado se reparte de la siguiente manera: el 26,1% corresponde a sobrepeso y el 19,1% a obesidad. Por género, los niños tienen más exceso de peso que las niñas (26,3% de sobrepeso frente a 25,9 y 22% de obesidad frente a 16,2).

El estudio también revela que tanto el sobrepeso como la obesidad afectan más a los niños y niñas que se desarrollan en entornos más desfavorecidos desde el punto de vista educativo y económico. De este modo, los niveles de sobrepeso y obesidad infantil en las familias con menos recursos están alrededor del 48%, lo que supone casi ocho puntos más que el exceso de peso detectado en las familias con más recursos.

Ocio audiovisual y lugar de comidas

Otro aspecto analizado por el estudio es el impacto del ocio audiovisual (presencia de ordenador, dvd, consola en la habitación de los menores) con el exceso de peso. Los datos recogidos indican que el porcentaje de niños y niñas con un peso normal es mayor cuando no disponen de este tipo de ocio en su habitación.

De esta forma, el 56,2% de los menores que no dispone de este tipo de ocio estaría en un peso saludable frente al 43,2% que tendría sobrepeso u obesidad. En cambio, el porcentaje de niños y niñas con exceso de peso es del 50,2% cuando sí disponen de ordenador, consola, etc. en su habitación y sólo el 48,9% estarían en su peso normal.

El estudio también ha analizado la relación entre el exceso de peso y el lugar donde se realiza la comida, bien en casa bien en el colegio. En este sentido, el porcentaje de niños y niñas que tienen un peso saludable es mayor entre los que habitualmente comen en los comedores escolares.

Entre los que comen en casa, el 51,7% tiene un peso normal y el 47,6% tiene exceso de peso. Entre los que comen en el colegio, el 56,3% tiene un peso normal y el 43% tiene sobrepeso u obesidad.

Conclusiones preliminares

Ante estos resultados, las conclusiones preliminares del estudio indican que aunque el exceso de peso en la población infantil española se ha estabilizado es necesario realizar intervenciones educativas dirigidas principalmente a las clases sociales con menores niveles de renta y de estudios para reducir las desigualdades en salud.

Además, deberán potenciarse las medidas encaminadas a modificar el entorno alimentario de los niños y niñas para hacerlo más saludable y, asimismo, facilitar la práctica de actividad física.

En este sentido, el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad confía en que la nueva Ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición, recientemente aprobada, sea un instrumento de gran valor para favorecer hábitos de alimentación saludables, a tal efecto la Ley establece que la Estrategia NAOS (Estrategia de la nutrición, actividad física y prevención de la obesidad) será revisada con periodicidad quinquenal.

reportaje_generica

Genética, sedentarismo e irregularidad en las comidas son los principales motivos del alto índice de obesidad infantil en España

Un 23 por ciento de los menores en España tiene problemas de sobrepeso y tres factores contribuyen decisivamente a ello: la predisposición genética, el alto nivel de sedentarismo de los niños y el incumplimiento con los horarios de las comidas.

Estas son algunas de las conclusiones más importantes extraídas del Estudio OBICE (Obesidad Infantil en Redes Centinela), realizado con datos obtenidos de 106 consultas de pediatría de las Comunidades Autónomas de Valencia, Castilla-León, Asturias, Extremadura y La Rioja, y con niños situados entre los dos y los 14 años de edad.

“Los principales resultados del Estudio OBICE mostraron la importancia del entorno familiar en numerosas partes de España como un factor de riesgo para la obesidad”, explicaron los autores. Con “entorno familiar” se referían tanto a los antecedentes genéticos de los niños como a las malas costumbres adquiridas en casa.

Sedentarismo y malas costumbres

Asimismo, los autores del trabajo quisieron reflejar el “alto nivel de sedentarismo” que tienen los niños españoles. En este sentido, y según un reciente estudio de la Asociación Española de Pediatría, los adolescentes españoles están a la cabeza europea en sedentarismo, ya que uno de cada cuatro chicos no realiza ninguna actividad física, y apenas el 10 por ciento cumple las recomendaciones de practicar al menos una hora de ejercicio al día.

“A esto, hay que añadirle la costumbre que tienen muchos de ellos de ver la televisión consumiendo “snacks” y otros alimentos poco recomendables para una dieta sana. Este picoteo, según el Dr. Quiles, Jefe de la Unidad de Educación para la Salud del Servicio de Promoción de Salud de la Dirección General de Salud Pública de la Conselleria de Sanitat Valenciana, puede llegar a suponer entre un 20-25 por ciento de la energía diaria”.

“Contrariamente a lo que muchas personas creen, parece existir una asociación entre el número de horas de sueño a los 7 años y la obesidad, aquellos que duermen más de 10 horas son menos obesos en comparación a los que suelen dormir menos horas”, añadió este experto.

Hábitos alimenticios

Igualmente, el Estudio OBICE refleja los malos hábitos de los adolescentes referentes a los horarios de las comidas. Así, los autores reflejan la importancia que tiene el desayuno y la realización de cinco comidas al día, algo infrecuente entre los niños españoles. “Para luchar contra la obesidad infantil es preciso promover el desayuno como una de las principales comidas del día”, refleja.

Los hábitos alimenticios, que influyen en las preferencias de alimentos, el consumo de energía y la ingesta de nutrientes, se desarrollan normalmente durante la infancia, y en particular durante la adolescencia. Según el Dr. Quiles, “el entorno familiar y escolar tiene una gran importancia a la hora de determinar la actitud del niño hacia determinados alimentos y el consumo de los mismos”.

En este sentido, un estudio de este año, publicado en el International Journal of Obesity, expuso que el consumo de grasas saturadas “trans” (presente en bollería, principalmente) está relacionado con el aumento de peso “a corto plazo”.

“La dieta debe contener un gran variedad de alimentos para conseguir satisfacer los requerimientos nutricionales. Es importante distribuir la cantidad total de energía necesaria entre cuatro o cinco comidas. El desayuno es una comida importante que debe reforzarse en nuestra cultura hasta que sea capaz de aportar el 25 por ciento de la energía total necesaria, debiendo contener lácteos, cereales y fruta. Los adolescentes suelen saltarse comidas y desarrollar hábitos alimenticios irregulares. Una de las comidas que se saltan más frecuentemente es el desayuno. El desayuno tiene una importancia vital para proporcionar la energía y los nutrientes necesarios después del ayuno nocturno, y que contribuye a una mayor concentración y rendimiento en el colegio”, explica el Dr. Joan Quiles.

“Además -añade- si deseamos enriquecer en la merienda la dieta de los niños, las frutas nos aportarán una buena cantidad de vitaminas y agua sin incrementar excesivamente la carga energética”.

reportaje_generica

La hidratación en jóvenes deportistas

Encontrar un hábito correcto de hidratación para niños y adolescentes sólo se consigue con una adecuada educación desde pequeños. Si así sucede, su rendimiento deportivo y la respuesta al esfuerzo mejoran considerablemente. Así lo afirma el estudio Una intervención educacional en la ingesta de agua mejora el estado de hidratación y mejora el rendimiento en el ejercicio en jóvenes deportistas, publicado recientemente por la revista científica Scandinavian Journal of Medicine and Science in Sports.

El estudio se realizó en un campamento de verano durante el mes de agosto participando en el mismo 92 niños deportistas, de ambos sexos, y de entre 13 y 14 años de edad. Se diseñó un estudio a partir de dos grupos: un grupo fue asesorado sobre las ventajas de una correcta hidratación mientras que en el otro no existió intervención educativa. Todos los niños, de ambos grupos, participaron en pruebas como carrera continua de 600 metros, carrera corta de 30 metros, salto vertical y la práctica de deportes como baloncesto o voleibol.

Dichas prácticas se realizaron al aire libre, con temperaturas que oscilaron entre los 20-29ºC. Se distribuyó agua embotellada en todas las instalaciones del campamento y ambos grupos tuvieron acceso libre a la cafetería donde se les proporcionó bebidas deportivas y refrescos.

La evaluación del estado de hidratación se realizó mediante el análisis de muestras de orina. Además, los niños cumplimentaron después del ejercicio un cuestionario validado sobre los síntomas que pudieran aparecer. La intervención educacional se centró en una conferencia de una hora de duración, apoyada con materiales educativos en la que se explicaron los beneficios de la hidratación y se dieron instrucciones para conseguir un estado óptimo de hidratación.

“El principal hallazgo del estudio fue mostrar como una intervención educativa sencilla pero comprensible permite mejorar el estado de hidratación en jóvenes deportistas. Además, la mejora en el estado hidratación permite mejorar el rendimiento”, explicaron los autores del trabajo.

Las mejoras de los resultados se hicieron muchísimo más patentes en las pruebas de resistencia. Es decir, las de carrera continua o las de prácticas de baloncesto o voleibol.

Concienciación desde tempranas edades

Los mismos responsables del estudio añadieron que “concienciar a los niños de los efectos beneficiosos de una adecuada hidratación debería ser una prioridad en los programas deportivos, partidos y entrenamientos”.

En este mismo estudio se hace referencia a una literatura anterior y explica la importancia de adquirir buenos hábitos en hidratación desde pequeños antes de practicar deporte. Por ejemplo, se recomienda beber medio litro de agua entre la cena y la hora de acostarse y otro medio litro al levantarse por la mañana, como primera medida de actuación previa a la práctica de ejercicio.

Por sus particulares características fisiológicas, los niños necesitan un aporte mayor de líquidos que los adultos y además presentan un mayor riesgo de deshidratación. También presentan una menor tolerancia al calor que los adultos, especialmente si realizan una actividad física en ambientes cálidos, como los que se proponen en verano. El ejercicio físico ocupa en el niño una parte importante del ocio, de ahí la necesidad de una correcta educación en hidratación desde que son más pequeños.

La menor tolerancia al calor de los niños viene dada porque poseen una tasa metabólica más alta durante la actividad física, una mayor relación área de superficie-masa corporal, una menor capacidad de sudoración, un gasto cardíaco inferior a un nivel metabólico dado y porque tardan más en aclimatarse.

reportaje_generica

La hidratación en jóvenes deportistas

Encontrar un hábito correcto de hidratación para niños y adolescentes sólo se consigue con una adecuada educación desde pequeños. Si así sucede, su rendimiento deportivo y la respuesta al esfuerzo mejoran considerablemente. Así lo afirma el estudio Una intervención educacional en la ingesta de agua mejora el estado de hidratación y mejora el rendimiento en el ejercicio en jóvenes deportistas, publicado recientemente por la revista científica Scandinavian Journal of Medicine and Science in Sports.

El estudio se realizó en un campamento de verano durante el mes de agosto participando en el mismo 92 niños deportistas, de ambos sexos, y de entre 13 y 14 años de edad. Se diseñó un estudio a partir de dos grupos: un grupo fue asesorado sobre las ventajas de una correcta hidratación mientras que en el otro no existió intervención educativa. Todos los niños, de ambos grupos, participaron en pruebas como carrera continua de 600 metros, carrera corta de 30 metros, salto vertical y la práctica de deportes como baloncesto o voleibol.

Dichas prácticas se realizaron al aire libre, con temperaturas que oscilaron entre los 20-29ºC. Se distribuyó agua embotellada en todas las instalaciones del campamento y ambos grupos tuvieron acceso libre a la cafetería donde se les proporcionó bebidas deportivas y refrescos.

La evaluación del estado de hidratación se realizó mediante el análisis de muestras de orina. Además, los niños cumplimentaron después del ejercicio un cuestionario validado sobre los síntomas que pudieran aparecer. La intervención educacional se centró en una conferencia de una hora de duración, apoyada con materiales educativos en la que se explicaron los beneficios de la hidratación y se dieron instrucciones para conseguir un estado óptimo de hidratación.

“El principal hallazgo del estudio fue mostrar como una intervención educativa sencilla pero comprensible permite mejorar el estado de hidratación en jóvenes deportistas. Además, la mejora en el estado hidratación permite mejorar el rendimiento”, explicaron los autores del trabajo.

Las mejoras de los resultados se hicieron muchísimo más patentes en las pruebas de resistencia. Es decir, las de carrera continua o las de prácticas de baloncesto o voleibol.

Concienciación desde tempranas edades

Los mismos responsables del estudio añadieron que “concienciar a los niños de los efectos beneficiosos de una adecuada hidratación debería ser una prioridad en los programas deportivos, partidos y entrenamientos”.

En este mismo estudio se hace referencia a una literatura anterior y explica la importancia de adquirir buenos hábitos en hidratación desde pequeños antes de practicar deporte. Por ejemplo, se recomienda beber medio litro de agua entre la cena y la hora de acostarse y otro medio litro al levantarse por la mañana, como primera medida de actuación previa a la práctica de ejercicio.

Por sus particulares características fisiológicas, los niños necesitan un aporte mayor de líquidos que los adultos y además presentan un mayor riesgo de deshidratación. También presentan una menor tolerancia al calor que los adultos, especialmente si realizan una actividad física en ambientes cálidos, como los que se proponen en verano. El ejercicio físico ocupa en el niño una parte importante del ocio, de ahí la necesidad de una correcta educación en hidratación desde que son más pequeños.

La menor tolerancia al calor de los niños viene dada porque poseen una tasa metabólica más alta durante la actividad física, una mayor relación área de superficie-masa corporal, una menor capacidad de sudoración, un gasto cardíaco inferior a un nivel metabólico dado y porque tardan más en aclimatarse.

reportaje_generica

Dieta mediterránea en la prevención del cáncer

El cáncer es una enfermedad con orígenes múltiples y en un 85-90 por ciento está asociado a factores de riesgo relacionados con el estilo de vida y factores ambientales, y sólo un 5-10 por ciento a enfermedades genéticas o de carácter hereditario. Es decir, si bien el cáncer es una enfermedad genética porque la célula tumoral pierde el control del crecimiento normal -hay un mecanismo genético en ese proceso-, el proceso es desencadenado por la exposición de factores ambientales.

Entre estos factores la dieta explica un 30-35 por ciento, el tabaco un 30, los factores infecciosos un 15-20, la obesidad representa un 10-20 por ciento, el alcohol un 5 por ciento y un 10 por ciento está asociado a otros factores. Esto es muy importante porque podemos ver que la dieta tiene un peso enorme en la producción del cáncer y hay un grupo muy grande asociado a la dieta, no sólo los tumores relacionado con el aparato digestivo -cáncer gástrico, colorrectal o pancreático-, sino que también hay tumores de origen hormonal relacionados como el cáncer de mama, endometrio o los asociados al tabaco.

La importancia que esto tiene es que si el cáncer es una enfermedad asociada principalmente a factores ambientales, en la medida que estos factores se pueden modificar, el cáncer es una enfermedad fundamentalmente prevenible.

Hay evidencias que muestran hasta 50 veces más riesgo de cáncer en una región geográfica que otra, y esto sólo se puede explicar por la exposición a factores ambientales, entre los cuales está el estilo de vida y la dieta.

Otra evidencia muy importante es cuando una población emigra de zonas de bajo riesgo a alto riesgo. Por ejemplo se observa en los datos de cáncer de mama en población iraní que ha emigrado a Canadá. La tasa de cáncer en dos provincias de Irán está alrededor de 7,6-16,9 casos por 100.000 mujeres, pero la incidencia en esta población cuando emigra a Canadá (donde hay una tasa de incidencia de cáncer de 81,4), en las personas que han emigrado y en sus hijos llega a 68,5. Esto indica claramente que este cambio no puede ser debido a procesos genéticos que sabemos que los factores genéticos no cambian de una generación a otra. Lo que indica la importancia de los factores ambientales y del estilo de vida, uno de los cuales es la dieta.

Efectos sobre la salud de la dieta mediterránea. Bases biológicas

La dieta mediterránea tiene efectos cardioprotectores, hay evidencia de que aumenta la expectativa de vida, decrece las enfermedades crónicas como la diabetes tipo II y el síndrome metabólico, y sobre las enfermedades neurológicas. Y además está la relación entre el cáncer y la obesidad. La evidencia científica en este sentido es menos abundante que la que existe sobre las enfermedades cardiovasculares y por ello se necesitan nuevos estudios para completar y corroborar la evidencia actual.

Lo primero que se plantea cuando se quiere investigar si una determinada dieta tiene un efecto sobre cáncer es analizar los posibles mecanismos biológicos de acción de la dieta en relación al cáncer, es decir si hay plausibilidad biológica, si hay una base científica que permita sustentar esta hipótesis.

La dieta mediterránea está fundamentalmente compuesta de alimentos de origen vegetal. Por un lado hay un conjunto muy amplio de vitamina C, vitamina E, carotenoides y polifenoles, que son antioxidantes. Por otro lado hay compuestos polifenoles, vitaminas A y E que tienen un efecto en la diferenciación y proliferación celular. Pero hay también otros compuestos como el ácido fólico que intervienen en la inducción de la síntesis y reparación del ADN -que en el proceso cancerígeno es muy importante-.

La vitamina C actúa en la reducción de aductos que se forman en el ADN, que son los procesos que inician la mutación de una célula que lleva al desarrollo de un cáncer. Hay compuestos que inhiben la formación de compuestos cancerígenos. Y también hay otros compuestos como la vitamina C o el resveratrol que actúan en la respuesta inflamatoria inmunológica -el proceso inflamatorio relacionado con la oxidación de LDL en el cáncer también tienen una importancia considerable-. Muchos tumores tienen un proceso de inflamación crónica en su origen. Los factores de alimentos de origen vegetal, como los glucosinolatos, tienen enzimas que actúan en la inducción o inhibición del proceso de metabolismo de fase I y II. Y los fitoestrógenos que tienen importancia porque son factores que tienen un efecto hormonal.

Una de las características de la dieta mediterránea es el bajo consumo de carne. En la carne roja, sobre todo los procesados -los embutidos-, la evidencia indica que estos alimentos es uno de los más importantes en el aporte de nitritos y nitrosaminas, y en la formación endógena de nitrosaminas, que son cancerígenas para 21 especies animales. Y se ha demostrado que la carne roja tiene un pigmento, el pigmento rojo, que a partir de la mioglobina y hemoglobina es el factor más importante de la formación endógena de nitrosaminas. Y hay evidencia con estudios que demuestran que las carnes rojas están asociadas a cáncer colorrectal y al gástrico.

Incidencia de cáncer en el área mediterránea

Lo primero que se puede plantear es analizar los resultados de los estudios transversales, comparando cuál es la incidencia de cáncer en países mediterráneos europeos respecto a países no mediterráneos. Según datos de la Agencia Internacional de Investigación en Cáncer del año 2008 podemos ver que la incidencia más baja está en Grecia, España está en nivel medio, Italia medio alto y Portugal medio bajo.

En el cáncer colorrectal Grecia tiene la incidencia más baja, Italia la más alta, España está en situación intermedia y Portugal media alta. En el cáncer de mama Grecia sigue teniendo la incidencia más baja, Francia es la más alta, Italia media alta, y España y Portugal media baja. En el cáncer de próstata Grecia tiene incidencia baja, España e Italia media baja y Francia una de las más altas. En cáncer de estomago Italia y Portugal son de las más altas, España media baja y Grecia baja. En conclusión lo que vemos es que realmente el único país que sistemáticamente tiene una incidencia baja es Grecia. Pero ésta no es una evidencia de causalidad porque el hecho de tener una incidencia baja o alta en cáncer no está relacionado con un único factor, esto sólo puede servirnos para orientarnos.

Cómo se evalúa la DM en relación al cáncer

Se debe evaluar el patrón de dieta mediterránea en conjunto porque se ha visto que el efecto de un alimento está condicionado por el consumo simultáneo de otros alimentos, porque en el organismo los alimentos que se ingieren se potencian e interactúan entre sí.

Se han desarrollado dos modelos clásicos para estudiar el efecto del patrón de la dieta. Uno es el modelo “a posteriori” en el que se agrupa en una determinada población cómo se distribuye el consumo de alimentos en relación al cáncer y se hace a partir de clusters, de componentes principales o de análisis de factores. Se llama a posteriori porque está determinado por el análisis estadístico de los datos.

En el otro modelo “a priori” se define de entrada un determinado modelo y se analiza ese patrón en función del riesgo, el cual se ajusta y se controla por el efecto de otros factores. Esto lleva a lo que se ha denominado la construcción del índice de dieta mediterránea. Inicialmente fue desarrollado por el grupo de Antonia Trichopoulou en el que utilizan los nuevos componentes de la dieta mediterránea. Se definen seis que tienen efecto beneficioso, dos que tienen un efecto perjudicial y el alcohol como un componente particular. Y se desarrolla un escore para el consumo de frutas, vegetales, legumbres, cereales, etc. Utilizan en lugar del aceite de oliva el ratio del ácido monoinsaturado en relación a los aceites saturados. Se estudia la distribución del consumo en la población, se estima la mediana para cada uno de estos componentes y si el individuo está por encima de la mediana recibe un punto, si está por debajo recibe cero puntos. Y lo inverso para los componentes perjudiciales. En relación al alcohol se hace el escore a partir del consumo moderado en la dieta mediterránea (en el sexo masculino entre 10-50 gr diarios y en mujeres entre 5-25 gr) y se le da un punto y si no se le da cero puntos.

Hay una amplia variedad de modelos de dieta mediterránea, de índices, de escores, etc. Nuestro grupo trabaja en un modelo que en lugar de utilizar dos valores -por debajo o por encima de la media- utiliza tertiles, es decir tres distribuciones. Y en lugar de utilizar el ratio MUFA ácidos saturados, usa aceite de oliva (Trichopoulou utilizó aquel ratio porque en población de Estados Unidos aceite de oliva no se consume). De manera que para cada componente se hace un escore según si el individuo está en el tertil primero, segundo o tercero para los componentes beneficiosos. Para el aceite de oliva se usa la media por encima o por debajo. Y para el alcohol se utiliza el mismo que usa Trichopoulou en su escore, y también para la carne y productos lácteos.

Limitaciones del índice DM

-Combina diferentes componentes que pueden tener un efecto biológico muy distinto, pero tienen la misma puntuación. Por ejemplo, en relación al cáncer la evidencia que existe sobre las frutas y vegetales es mucho mayor que el efecto beneficioso que pueden tener las legumbres, sin embargo estamos usando una puntuación similar, independientemente del efecto biológico que tienen en relación al cáncer.

-En los lácteos se incluyen productos altos y bajos en grasas, pero no es lo mismo la leche entera que la desnatada. Y lo mismo en los cereales, donde se incluyen cereales integrales y refinados.

-Los tertiles para determinar el límite son arbitrarios desde el punto de vista del efecto biológico. Y otro aspecto es que los escores no son completamente comparables porque en cada población si utilizamos la distribución del consumo de la población para definir los tertiles los puntos de corte serán distintos.

Ventajas del índice DM

-Puede superar la co-linealidad entre los alimentos.

-Captura todas las interacciones biológicas que existen en el consumo simultáneo de alimentos.

-Combina el efecto de los componentes que pueden pasar inadvertido individualmente. Por ejemplo si se estudia un componente asilado y no hay efecto pero en cambio cuando se analiza el conjunto del patrón de dieta mediterránea se ve que sí hay efecto.

-Los tertiles reflejan una distribución del consumo mejor que las medianas.

-El aceite de oliva refleja mejor la dieta mediterránea porque es el elemento clave.

Evidencias epidemiológicas. Estudios observacionales y de cohorte

No hay estudios de intervención. El único que tiene resultados hasta ahora es el estudio Lyon pero fue dirigido a estudiar el efecto de una dieta sobre las enfermedades cardiovasculares y en la que no había el aceite de oliva. Se encontró una reducción de la mortalidad por cáncer pero basado sólo en 64 casos. Los estudios que hay son observacionales y de cohorte, que proporcionan una evidencia mucho más sólida que los estudios caso-control.

En el año 2008 se publicó una revisión sobre el tema en BMJ sobre la adherencia a la dieta mediterránea y el nivel de salud en estudios prospectivos. Y en la mortalidad por cáncer se encontró que globalmente había a una reducción significativa del seis por ciento.

En un estudio americano publicado en el 2008 en Am J Epidemiol, una cohorte de población retirada con casi 500.000 individuos, se estudian 3.100 casos de cáncer colorrectal y se observa que la adhesión alta respecto a la baja hay una reducción del riego del 25 por ciento. Se analiza la adición al escore de dieta mediterránea en relación a lo que se llama el índice saludable de salud y el escore de alimentos recomendados. Estos scores están basados no en un patrón de dieta mediterránea sino en el patrón de las recomendaciones alimentarias de los organismos científicos americanos. Y se compara el cumplimiento de ese escore en relación al cáncer colorrectal. Y se puede ver prácticamente que el efecto de la dieta mediterránea es muy similar a los otros escores que están basados en evidencias científicas proporcionadas por las asociaciones dietéticas, de manera que es importante destacar que el efecto es prácticamente el mismo.

Hay una publicación del estudio de las enfermeras americanas, una cohorte de 70.000 mujeres, con 3580 casos de cáncer de mama donde se compara el escore de dieta mediterránea con el índice de salud y con el score de alimentos recomendados. Y no encuentra un efecto global pero si un efecto en los cánceres de mama que son receptores de estrógeno negativos. La dieta en relación a cáncer de mama podría tener un efecto sobre todo en tumores de receptores estrogénicos negativos.

En otro estudio que hemos llamado “el escore a posteriori” basado en un análisis factorial se compara un patrón occidental (con alto consumo de carne, pescado frito, pasta, arroz, patatas, huevos, pizza, alcohol, etc.) con lo que llaman “mediterráneo saludable” (con alto consumo de vegetales, frutas, productos del mar, aceite de oliva) y encuentran que hay un efecto protector en este patrón.

Hay otro estudio que usa el escore de dieta mediterránea desarrollado por Trichopoulou, la cohorte EPIC griega con 14.000 mujeres con casi 10 años de seguimiento y 240 casos de cáncer de mama, que analiza el riesgo en función de la adhesión a los nuevos componentes del escore dieta mediterránea. Y se observa que para el conjunto de la cohorte por un aumento de la adhesión en dos puntos (si el escore tiene 9 componentes y le damos un valor de 0-1 a la adhesión, la máxima escore que se puede observar es de 9 y la mínima 0), se observa un efecto beneficioso de la dieta mediterránea del 12 por ciento pero en las mujeres postmenopáusicas. Esto es esperable porque es conocido que los factores alimentarios podrían tener importancia en los tumores postmenopáusicos.

En un estudio italiano de intervención de 5 meses sobre 104 mujeres post menopáusicas con una dieta similar a la mediterránea se observa que hay un aumento de las Sex hormone-binding globulin (SHBG) y disminuye la testosterona, el estradiol sérico, el peso corporal, el colesterol y la glucosa. Es decir que se ve claramente como la dieta tiene un efecto sobre los niveles hormonales que tiene un efecto en el riesgo de cáncer de mama.

Otro estudio sobre dieta mediterránea y muerte por cáncer, en la cohorte norteamericana con medio millón de personas, lo que observa es que al comparar alta versus baja adhesión a la dieta mediterránea hay una reducción en los hombres de un 17 por ciento y en las mujeres del 12 por ciento. Estos estudios tienen ciertas limitaciones porque están hechos sobre población mayor y hay que tener en cuenta que el proceso de cáncer es más largo que el de enfermedades cardiovasculares. En el cáncer no hay posibilidad de observar un efecto inmediato, de manera que si cogemos una población ya próxima a la vejez estamos llegando demasiado tarde, hay que ver exposición en edades más jóvenes.

En cáncer gástrico con datos publicado en AJCN 2009 hemos visto que las personas que tienen una alta adhesión a la dieta mediterránea tienen un 33 por ciento menos riesgo de cáncer, y por cada unidad de incremento de la adhesión se observa una reducción del riesgo del cinco por ciento. Como se ha visto todas las evidencias anteriores, excepto la griega y el de cáncer gástrico, están basadas en población americana. Y estos dos son los primeros que se hacen a nivel mundial basados en población europea, donde realmente la dieta mediterránea tiene un consumo elevado.

Hay distintos componentes que pueden explicar el efecto en cáncer gástrico: los antioxidantes, la fibra procedente de cereales que captan nitratos y nitritos, importantes en el proceso de cancerogénesis gástrica y por otro lado la carne, un consumo bajo de carne puede tener un efecto beneficioso frente a este cáncer.

Obesidad y cáncer

Según la evaluación de la Agencia Internacional del Cáncer IARC 2002 se considera que hay evidencias suficientes de que la obesidad aumenta el riesgo de cáncer de colon, mama, endometrio, riñón y esófago. Por el contrario, el ejercicio físico reduce el cáncer colorrectal y probablemente el de mama y endometrio.

En una revisión se ve que 13 de 21 estudios muestran que el aumento de la adhesión a la dieta mediterránea reduce el riesgo de obesidad. Una mayor adherencia en el estudio EPIC fue significativamente asociada con un menor incremento del peso prospectivamente y los que se movieron de un más bajo a un más alto escore de adhesión a la dieta mediterránea redujeron la obesidad un 10 por ciento en cinco años. Por tanto, si está aumentado la obesidad en Grecia o en España es consecuencia del abandono de la DM.

Tendencias históricas en el patrón de DM en España

En un estudio se analizamos las hojas de balance alimentario desde el año 1960 al 2000 comparando países mediterráneos del norte y del sur y poniendo a Suecia como patrón de dieta occidental.

El consumo de vegetales en Grecia aumentó y en España está en un proceso de estabilización. Marruecos, Argelia y Túnez tienen una dieta a base de cereales y en España se observa una clara reducción. El consumo de frutas, por el contrario, en España ha aumentado. Respecto a la carne estábamos en el punto más bajo al inicio de los años 60 y hemos pasado a ser el de mayor consumo en el año 2000. En el aceite de oliva hay una tendencia de estabilización pero seguimos siendo con Grecia e Italia de los países con más consumo y los países del norte de África no consumen prácticamente nada aunque lo producen. Respecto a pescado y frutos de mar España es el que tiene el mayor consumo, y el de leche y mantequilla ha ido aumentado. En España el consumo de vino ha disminuido pero llama la atención que el consumo de bebidas alcohólicas -excluyendo vino- ha aumentado de manera muy importante.

Asimismo la proporción de calorías de productos de origen animal ha aumentado desde un 10-15 por ciento a casi un 30 por ciento y esto es un factor de riesgo muy importante para las enfermedades cardiovasculares y para el cáncer.

Evolución de la incidencia de cáncer en España desde el 1993-7 al 1998-2000

El cáncer de estómago se ha reducido en varones y mujeres; el cáncer colorrectal ha aumentado de forma importante en varones y algo menos en mujeres; el de próstata ha aumentado mucho -probablemente por el uso del PSA-; y el cáncer de mama ha aumentado un 8 por ciento. Y globalmente el aumento del cáncer es del 4-5 por ciento. Podemos pensar que una parte de este aumento de cáncer colorrectal, próstata y mama puede ser debido a cambios en la alimentación y a una reducción a la adhesión a la dieta mediterránea, y si no se hace nada para contrarrestarlo este efecto en el futuro será mucho mayor.

Conclusiones

-Hay una base biológica que explica un efecto preventivo de la dieta mediterránea.

-El escore de adhesión es el instrumento más apropiado para estudiar un patrón, a pesar de sus limitaciones.

-Hay una importante evidencia sobre el beneficio de la dieta mediterránea en relación al cáncer, aún así es limitada y se requieren más investigaciones.

-Hay datos que muestran un abandono de la dieta mediterránea.

-Se requieren más y mejores medidas para contrarrestar este efecto y promover la dieta mediterránea en la población española.

video_generica_listado

Actividad física: ¿Qué se puede y se debe hacer? / Physical activity: What to do?

En el marco del Encuentro Internacional Hot Topics in Nutrition and Public Health, patrocinado por la Cátedra Tomás Pascual Sanz-Universidad San Pablo CEU, el Dr. Pekka Oja pronunció la ponencia Actividad física: ¿Qué se puede y se debe hacer? / Physical activity: What to do? que recogemos a continuación. (Parte 1 en Castellano y Parte 2 en Inglés)

Acceda a la transcripción de la ponencia

video_generica_listado

Campaña y actividades para la promoción del consumo de lácteos en España. Resultados obtenidos y lecciones aprendidas

En el marco del Seminario Leche, un alimento para todos: calidad, nutrición y salud, organizado por el Instituto Tomás Pascual Sanz para la Nutrición y la Salud en colaboración con la Universidad Autónoma de Barcelona, D. Luis Calabozo pronunció la ponencia Campaña y actividades para la promoción del consumo de lácteos en España. Resultados obtenidos y lecciones aprendidas que recogemos a continuación.

Acceda a la transcripción de la ponencia

video_generica_listado

Taller: La condición física como indicador de salud

En el marco de las 4as Jornadas de Actualización en Nutrición Alimentos Funcionales y Actividad Física en la Promoción de la Salud, patrocinadas por la Cátedra Universidad de Navarra – Instituto Tomás Pascual Sanz, tuvo lugar el Taller La condición física como indicador de salud, a cargo del Dr. Enrique García Artero y que recogemos a continuación.

video_generica_listado

Consideraciones a tener en cuenta en la pauta nutricional deportiva

En el marco de las 4as Jornadas de Actualización en Nutrición Alimentos Funcionales y Actividad Física en la Promoción de la Salud, patrocinadas por la Cátedra Universidad de Navarra – Instituto Tomás Pascual Sanz, el Dr. Alfredo Martínez Hernández pronunció la ponencia Consideraciones a tener en cuenta en la pauta nutricional deportiva que recogemos a continuación.

Acceda a la transcripción de la ponencia