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Una buena hidratación en verano para evitar calambres, golpes de calor o una hospitalización

El European Hydration Institute (EHI), fundación que promueve la hidratación humana y sus efectos para la salud, el bienestar y el rendimiento físico y cognitivo, advierte, en esta época estival, de la necesidad de estar correctamente hidratado en verano para evitar calambres, golpes de calor e incluso la hospitalización por una deshidratación.

Un adulto que vive en un clima de temperaturas moderadas pierde unos 2-2,5 litros de agua al día a través de la respiración, el sudor, la orina y otras secreciones del cuerpo. En verano, esta cantidad se puede llegar a duplicar, suponiendo un problema importante si no se remedia a tiempo.

El Prof. Lluís Serra-Majem, miembro del Comité Científico Asesor del EHI y Catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria comenta que “es importante estar correctamente hidratado a lo largo del día e ingerir los suficientes líquidos y alimentos. No debemos olvidar que un 70-80% del agua que consumimos viene de las bebidas, mientras que el resto proviene de los alimentos”.

En verano, mayor riesgo de deshidratación

A medida que aumenta la temperatura del medio ambiente, aumenta el riesgo de deshidratación. Los síntomas deben ser vigilados cuidadosamente, especialmente en personas más vulnerables, como niños, personas mayores, mujeres embarazadas, mujeres en periodo de lactancia, enfermos crónicos o aquéllos que toman ciertos medicamentos que aumentan el riesgo de deshidratación. “En época de calor, el mejor remedio es evitar exposiciones al sol innecesarias, sobre todo a mediodía, y el ejercicio intenso en horas de máximo calor”, comenta el Profesor Serra-Majem.

El European Hydration Institute ha elaborado un decálogo de consejos para asegurarse una correcta hidratación en épocas de calor.

1. En verano, evitar salir con temperaturas altas durante las horas más calurosas del día (que en Europa se dan entre las 11 y las 16 horas).

2. Proteger la cabeza del sol con sombreros o gorras y llevar ropa ligera.

3. Reducir la intensidad y duración del ejercicio.

4. Evitar los lugares mal ventilados, cerrar las persianas durante el día y no abrir las ventanas hasta que la temperatura exterior se haya reducido (por la noche).

5. Pedir consejo acerca de cualquier medicamento que esté tomando, especialmente si aumentan el riesgo de deshidratación.

6. Controlar el peso. En un corto plazo (1-2 días), cualquier peso que se gane o se pierda es probablemente agua.

7. Aprender a reconocer los signos de deshidratación y golpes de calor, como dolores de cabeza, fatiga, sed.

8. Asegurar una adecuada ingesta de líquidos durante todo el día, especialmente en las personas más vulnerables.

9. Beber regularmente, aun cuando no se tenga sed.

10. Comer alimentos que sean ricos en agua y evitar el exceso de alcohol.

El agua también se encuentra en los alimentos

Consumir una gran variedad de líquidos ayuda a mantener una correcta hidratación. El Prof. Serra-Majem recuerda que “aún así, no debemos olvidar que entre el 20 y el 30% del agua que necesitamos diariamente podemos obtenerla de los alimentos como, por ejemplo, la mayoría de las frutas y las ensaladas, que tienen hasta un 80-90% de contenido en agua”.

Por ejemplo, en una comida podríamos llegar a obtener el 50% del agua que necesitamos al día:

Dos vasos de agua: 500 ml

Una ensalada de lechuga, tomate y cebolla (200gr): 180 ml

Dos filetes de pollo a la plancha: 156 ml

Una pieza de fruta: 180 ml

Un café con leche: 150 ml

Total: 1 litro, 166 ml

“Lo adecuado es conseguir una dieta equilibrada que combine alimentos ricos en agua, como las frutas y verduras, con los líquidos necesarios provenientes tanto del agua como de otras bebidas, como refrescos o bebidas que aporten sales minerales”, explica el Prof. Lluís Serra-Majem.

¿Cómo sabemos si estamos deshidratados?

La deshidratación ocurre cuando el cuerpo pierde más agua de la que ingiere. El signo más evidente de la deshidratación es la sed, pero otros síntomas comunes son el cansancio, palpitaciones debido al aumento del ritmo cardiaco, aumento de la temperatura corporal como consecuencia de la disminución del flujo sanguíneo a la piel y el sudor.

Se podrían calificar los síntomas en leves, moderados y graves:

- Leves (alrededor del 1% del peso corporal): sed, dolor de cabeza, debilidad, mareos, sensación de cansancio, etc.

Moderados (en torno al 4% del peso corporal): boca seca, poca o nada de orina, lentitud en los movimientos, ritmo cardíaco acelerado, falta de la elasticidad de la piel.

Graves (10% o más de peso corporal): Sed extrema, nada de orina, respiración rápida, alteración del estado mental, piel fría y húmeda. La deshidratación severa es una enfermedad potencialmente mortal que supone una emergencia médica.

El color de la orina es una de las mejores maneras de conocer nuestro estado de hidratación. Por tanto, es importante fijarse en su color. Una orina de color claro indica una buena ingesta de líquidos; cuanto más oscura sea, más líquido se debe ingerir.

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Llegan las vacaciones y adiós operación bikini

Con la llegada del buen tiempo, pensando en las vacaciones, la población se prepara durante la primavera para perder aquellos kilos que les sobran y poder lucirse en playas y piscinas. Sin embargo, lo nutricionistas advierten de que, tras unos días de vacaciones, la población se olvida de la “operación bikini” llegando a engordar entre 2 y 3 kilos de media.

“La gente pierde un poco la conciencia de que tiene que seguir haciendo una vida sana”, explica la doctora María Ballesteros, miembro del área de nutrición la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), quien señala que en verano “se pierden los buenos hábitos que se llevan el resto del año”.

El peso que se suele aumentar oscila entre 2 y 3 kilos de media, lo que significa que hay gente que no engordará durante las vacaciones y quien si lo hará pudiendo llegar hasta los 5 kilos. El problema, explica, es que “existe últimamente mucha conciencia de cuidarse justo antes de las vacaciones de verano, pero una vez que ha empezado parece que todo vale, lo que conlleva unos kilos de más”.

Este peso no se pierde con la misma facilidad que se recupera, además Ballesteros advierte de que, “al igual que las pérdidas, las ganancias de peso rápidas son muy perjudiciales para el organismo desde el punto de vista metabólico”.

“Cuando uno engorda muy deprisa lo que gana es sólo grasa, con lo cual lo que estamos haciendo es empeorar nuestra composición corporal. Es decir, si cogemos 3 kilos en verano y luego los perdemos muy deprisa, metabólicamente reducimos masa corporal con lo que el porcentaje de grasa es mayor, lo que a largo plazo favorece que uno gane peso con mayor facilidad”, explica.

El hecho de que aumenten las comidas fuera de casa y el tiempo que se pasa con la familia y los amigos, para esta experta deberían ser un problema “relativo”. Si bien admite que comer fuera de casa puede ser negativo, puesto que “en bares y restaurantes la comida suele ser cocinada con más grasa”, recuerda que “siempre hay alternativas”.

“Si uno quiere se puede mantener, más o menos, el hábito de comer bien, el problema es que cuando uno sale de casa ya no tiene conciencia de que debe comer bien”. Por este motivo el mayor incremento del peso se produce cuando uno se desplaza unos días de su vivienda habitual.

la Dra. Ballesteros recomienda evitar los postres excesivamente elaborados, los cocinados que puedan tener mucha grasa, como son los fritos, los rebozados y las salsas, y recomienda eliminar el consumo de alcohol en exceso; todas recomendaciones que se incluyen en cualquier dieta sana y equilibrada.

Por otra parte, admite que los buffet son una “tentación para gran parte de la población pero no son un problema, ya que en la mayor parte hay comida sana y equilibrada”.

“El problema es la selección de alimentos que hacemos, la gente que no tiene ningún problema tiene derecho a comer lo que quiera”, explica. No obstante, la población con problemas de salud debe de tener en cuenta ésta cuestión en su destino vacacional.

“Si uno sigue diariamente unos hábitos de alimentación más correctos porque tiene un problema de salud como es un problema cardiovascular, el colesterol o la diabetes, tiene que saber que las vacaciones no lo son para la enfermedad”, añade.

En cualquier caso, señala, se trata de mantener una dieta equilibrada lo que no supone “privarse” de aquello que se considera alimento menos saludable. “Una dieta adecuada no supone una dieta restrictiva”. Pero sí aconseja el consumo de frutas y verduras; una hidratación adecuada; y, como no, “aprovechar que se tiene más tiempo en vacaciones para practicar algo de deporte”.

deporte, placer y salud

Salud y placer, principales motivaciones para hacer deporte

deporte, placer y saludPara los jóvenes, estas razones también son importantes (un 28 por ciento y 10 por ciento respectivamente), aunque también incluyen el físico (un 20 por ciento frente al 9 por ciento en los mayores). Un 42 por ciento de los jóvenes participantes en las encuestas considera que hacer deporte es bueno “por todo en general y que no es necesario tener una razón específica”, por lo que ha respondido en la encuesta que es bueno hacer deporte por las razones anteriormente cuestionadas.

El estudio está basado en una encuesta dividida en dos tramos de edad -de entre 6 y 25 años el primer tramo y de 26 en adelante el segundo- realizada a un total de 1.003 mujeres y hombres residentes en la Comunidad de Madrid, y con preguntas diferentes en función del tramo de edad entrevistado.

A raíz de los resultados obtenidos en el cuestionario realizado por la organización de consumidores, CECU Madrid ha considerado que “muchos casos” de los hábitos alimentarios de los madrileños “son claramente perjudiciales para la salud y el bienestar de los ciudadanos”, mientras que en lo referido a la práctica deportiva sí que detecta “conclusiones positivas”.

El 97% de los mayores practica deporte

Según ha detectado el estudio, la práctica deportiva entre los mayores es generalizada, ya que entre las personas que hacen ejercicio de manera habitual y esporádica alcanzan el 97 por ciento del total de encuestados. Además, la proporción es mayor entre los que practican deporte de forma habitual (un 55 por ciento frente al 42 por ciento de los que hacen ejercicio esporádicamente).

Los jóvenes reparten de forma igualitaria en sus respuestas la práctica deportiva entre el centro escolar y fuera del centro (ambos un 44 por ciento), mientras que un 12 por ciento contestó otro sitio sin especificar.

Fuera del centro, los polideportivos municipales concentran el 58 por ciento, mientras que el 25 por ciento correspondió al 25 por ciento de respuestas. Los gimnasios particulares suman el 17 por ciento de las respuestas. Por el contrario, la calle es el lugar elegido por la mayoría (un 36 por ciento), seguidos por los gimnasios privados (28 por ciento) y las instalaciones públicas (25 por ciento).

Deporte familiar, “un elemento a potenciar”

Respecto al día de la semana en la que los jóvenes practican deporte, un 70 por ciento afirma hacerlo entre semana, mientras que el fin de semana concentra la actividad física del 25 por ciento de los encuestados. El 5 por ciento restante declara combinar ambos períodos de tiempo para hacer deporte.

Por último, la organización de consumidores también se ha interesado por la relación entre la práctica deportiva y la familia entre los jóvenes, con el resultado de que únicamente un 2 por ciento de los encuestados practica ejercicio físico con sus padres.

Un 27 por ciento señala que de forma esporádica, mientras que un 71 por ciento contestó que nunca, por lo que CECU Madrid ha apuntado que “el deporte familiar es un elemento a potenciar”.

El sedentarismo es más mortífero que el tabaco

De este modo, los investigadores calculan que el sedentarismo está causando unas 5,3 millones de muertes cada año, y entienden que, pese a ser un factor de riesgo, las diferentes organizaciones y Administraciones públicas lo han olvidado en las campañas y medidas de prevención, sobre todo en los países de bajos y medianos ingresos.

El análisis, que ha contado con un estudio realizado por 33 investigadores de varios centros concluyó que el sedentarismo causa un gran número de enfermedades cardiovasculares, además de diabetes, cáncer de colon y recto.

“En América Latina la inactividad física es causante del 7,1 por ciento de los casos de enfermedad del corazón; 8,7 por ciento de los casos de diabetes tipo 2; 12,5 por ciento de los casos de cáncer de mama y 12,6 por ciento de los casos de cáncer de colon y recto”, afirman los investigadores en declaraciones a la BBC.

Para la doctora I-Min Lee del Hospital Brigham y de Mujeres de la Escuela Médica de la Universidad de Harvard (Reino Unido), quien dirigió el estudio, “todos estos casos podrían potencialmente prevenirse si la población de cada país y cada región llevara a cabo más actividad física”.

Según los científicos, es necesario “tomar con más seriedad” la inactividad física y convertirla en un asunto prioritario de salud pública. Además, añaden, es necesario cambiar la mentalidad del público y hacerlo consciente de los peligros de la inactividad física y no sólo recordarle los beneficios de hacer ejercicio.

Los investigadores estiman que un 33 por ciento de adultos y el 80 por ciento adolescentes en el mundo tienen un alto riesgo de estas enfermedades debido a que no llevan a cabo la cantidad recomendada de actividad física. Y, en este sentido, recuerdan que en muchos países se recomienda que los adultos lleven a cabo al menos 150 minutos de ejercicio moderado a la semana.

Los investigadores encontraron que los países con poblaciones menos activas son los de mayores ingresos. Concretamente, en América Latina y el Caribe, el estudio muestra que el estilo de vida sedentario es responsable del 11,4 por ciento de todas las muertes.

El sedentarismo es más mortífero que el tabaco

De este modo, los investigadores calculan que el sedentarismo está causando unas 5,3 millones de muertes cada año, y entienden que, pese a ser un factor de riesgo, las diferentes organizaciones y Administraciones públicas lo han olvidado en las campañas y medidas de prevención, sobre todo en los países de bajos y medianos ingresos.

El análisis, que ha contado con un estudio realizado por 33 investigadores de varios centros concluyó que el sedentarismo causa un gran número de enfermedades cardiovasculares, además de diabetes, cáncer de colon y recto.

“En América Latina la inactividad física es causante del 7,1 por ciento de los casos de enfermedad del corazón; 8,7 por ciento de los casos de diabetes tipo 2; 12,5 por ciento de los casos de cáncer de mama y 12,6 por ciento de los casos de cáncer de colon y recto”, afirman los investigadores en declaraciones a la BBC.

Para la doctora I-Min Lee del Hospital Brigham y de Mujeres de la Escuela Médica de la Universidad de Harvard (Reino Unido), quien dirigió el estudio, “todos estos casos podrían potencialmente prevenirse si la población de cada país y cada región llevara a cabo más actividad física”.

Según los científicos, es necesario “tomar con más seriedad” la inactividad física y convertirla en un asunto prioritario de salud pública. Además, añaden, es necesario cambiar la mentalidad del público y hacerlo consciente de los peligros de la inactividad física y no sólo recordarle los beneficios de hacer ejercicio.

Los investigadores estiman que un 33 por ciento de adultos y el 80 por ciento adolescentes en el mundo tienen un alto riesgo de estas enfermedades debido a que no llevan a cabo la cantidad recomendada de actividad física. Y, en este sentido, recuerdan que en muchos países se recomienda que los adultos lleven a cabo al menos 150 minutos de ejercicio moderado a la semana.

Los investigadores encontraron que los países con poblaciones menos activas son los de mayores ingresos. Concretamente, en América Latina y el Caribe, el estudio muestra que el estilo de vida sedentario es responsable del 11,4 por ciento de todas las muertes.

El sedentarismo es más mortífero que el tabaco

De este modo, los investigadores calculan que el sedentarismo está causando unas 5,3 millones de muertes cada año, y entienden que, pese a ser un factor de riesgo, las diferentes organizaciones y Administraciones públicas lo han olvidado en las campañas y medidas de prevención, sobre todo en los países de bajos y medianos ingresos.

El análisis, que ha contado con un estudio realizado por 33 investigadores de varios centros concluyó que el sedentarismo causa un gran número de enfermedades cardiovasculares, además de diabetes, cáncer de colon y recto.

“En América Latina la inactividad física es causante del 7,1 por ciento de los casos de enfermedad del corazón; 8,7 por ciento de los casos de diabetes tipo 2; 12,5 por ciento de los casos de cáncer de mama y 12,6 por ciento de los casos de cáncer de colon y recto”, afirman los investigadores en declaraciones a la BBC.

Para la doctora I-Min Lee del Hospital Brigham y de Mujeres de la Escuela Médica de la Universidad de Harvard (Reino Unido), quien dirigió el estudio, “todos estos casos podrían potencialmente prevenirse si la población de cada país y cada región llevara a cabo más actividad física”.

Según los científicos, es necesario “tomar con más seriedad” la inactividad física y convertirla en un asunto prioritario de salud pública. Además, añaden, es necesario cambiar la mentalidad del público y hacerlo consciente de los peligros de la inactividad física y no sólo recordarle los beneficios de hacer ejercicio.

Los investigadores estiman que un 33 por ciento de adultos y el 80 por ciento adolescentes en el mundo tienen un alto riesgo de estas enfermedades debido a que no llevan a cabo la cantidad recomendada de actividad física. Y, en este sentido, recuerdan que en muchos países se recomienda que los adultos lleven a cabo al menos 150 minutos de ejercicio moderado a la semana.

Los investigadores encontraron que los países con poblaciones menos activas son los de mayores ingresos. Concretamente, en América Latina y el Caribe, el estudio muestra que el estilo de vida sedentario es responsable del 11,4 por ciento de todas las muertes.

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Las emociones dirigen nuestra atención

Tipos de atención

Hay dos tipos principales:

-Atención endógena: también se llama arriba-abajo, guiada por metas o controlada.

-Atención exógena: también se llama abajo-arriba, guiada por estímulo, refleja, automática o pasiva.

Cuando leemos un libro nuestros recursos de procesamiento son limitados. Nuestro cerebro no puede procesar todo lo que ocurre en el entorno, en realidad sólo puede procesar una cosa, y salvo que eso no sea muy demandante no somos capaces de atender a más de un estímulo. Así, al libro le estamos dirigiendo la atención de forma controlada, consciente, es la atención endógena.

Detector de relevancia y umbral crítico

A nuestro cerebro llegan más estímulos con información burda, esto es la pre-atención y ésta es valorada por un detector de relevancia donde empieza el mecanismo de atención exógena. Este detector va a evaluar esta información pre-atencional y cuenta con un umbral crítico. Si no se supera este umbral por el detector de relevancia se considera que todo está ok, los estímulos desaparecen literalmente y dejamos de percibirlos, es una ceguera inatencional (llegamos a no ver lo que no se atiende).

Sin embargo, si aparece un estímulo biológicamente relevante (por ejemplo una araña) llega información pre-atencional pero el detector de relevancia supera el umbral y se produce una reorientación de los recursos atencionales. Esto es la respuesta orientación o la atención exógena, es decir, es una atención que de forma inconsciente redirigimos a eventos importantes, novedosos o significativos desde el punto de vista biológico (que son emocionales siempre).

Circuito de atención exógena

En los estudios que existen hasta el momento sobre atención exógena los distractores son neutros (anodinos), y aunque nos han proporcionado mucha información les falta la validez ecológica, es decir situaciones reales.

En un estudio muy conocido se pide a un sujeto que atienda a un círculo y que nos diga que orientación tiene la línea que está dentro del círculo -horizontal o vertical-. Se presentan como distractores rombos con líneas y se manipulan algunos parámetros para favorecer una captura de atención. Hay ciertas zonas del cerebro que se activan, algunas de ellas se ocupan de reorientar la mirada (por ejemplo hacia los distractores). Cuando un estímulo captura nuestra atención exógena redirigimos los recursos hacia él y el campo ocular frontal, que se encarga de los movimientos oculares. Otras zonas se ocupan de hacer una especie de mapa de relevancia del entorno (tenemos situados distintos elementos del entorno). La unión temporo-parietal nos desengancha del foco actual de atención: para pasar a atender a la araña tenemos que desengancharnos del libro. Y la corteza cingular anterior siempre que hay conflictos se activa. Todo el circuito se activa cuando el detector de relevancia detecta que el distractor es relevante, pero si no se supera ese umbral hay ceguera a los distractores.

Umbral de relevancia, ¿de qué factores depende?

El umbral depende de varios factores: las características del propio estímulo distractor, las características del individuo y de cuánto estemos de implicados en la tarea actual (por ejemplo la lectura del libro).

Características del estímulo distractor

En el propio distractor se pueden destacar varios factores, entre ellos: la saliencia emocional o biológica y el movimiento, las dos pueden modificar el umbral. Lo emocional hace que disminuya el umbral de forma que el estímulo captura más fácilmente la atención y lo que se mueve también.

La saliencia biológica

En varios experimentos de nuestro laboratorio hacíamos que distintos estímulos capturaran la atención. En el primero usábamos una tarea muy conocida en neurociencia y psicología experimental, que es el paradigma de rareza. Es una tarea en la que se presenta un mismo estímulo en la mayor parte de los ensayos y de forma esporádica aparece un estímulo que se llama desviado o raro, que tiende a capturar la atención por la novedad. Les pedíamos a los sujetos que contaran cuántas veces cambiaba el color del marco. La atención endógena estaba dirigida al marco y los estímulos desviados podían ser emocionalmente negativos, positivos o neutros y capturan la atención de forma exógena porque la tarea principal era complicada.

Se obtuvieron una serie de potenciales de respuestas cerebrales que reflejaban atención exógena y se vio que muy pronto, a los 100 milisegundos, ya hay una huella cerebral de atención exógena, por tanto es un proceso rapidísimo. Y los estímulos emocionales (sobre todo el negativo) producen una amplitud máxima sobre todo al principio, es decir a los 100 milisegundos ya el cerebro es capaz de dirigir la atención al distractor. Es una latencia corta, es lo que tarda en llegar la información a la corteza visual, es decir no habría procesamiento cognitivo, en teoría, según los datos clásicos. Pero lo que estamos viendo es que sí, que hay un procesamiento cognitivo atencional que discrimina distractores negativos de los demás.

Este efecto se observa incluso cuando los distractores son inconscientes. En otro experimento se pide al sujeto que dijera si número central era mayor o menor de 5 y presentábamos -sin que se diera cuenta- un marco formado por estímulos negativos (arañas) o no negativos. Estos estímulos aparecían 50 milisegundos y la atención va al centro. Toda la muestra de sujetos nos dijo que no habían visto estos elementos, a alguno le había parecido ver un marco pero no estaba seguro. Y a pesar de ello, también hubo una huella muy temprana cerebral, a los 150 milisegundos, que indicaba una diferencia entre los ensayos que tenían arañas y lo que no las tenían. Por tanto, los estímulos emocionales capturan más fácilmente la atención, bajan el umbral de relevancia y se llega antes a la condición de reorientación.

En otros estudios se ha visto que los distractores que se mueven capturan la atención más fácilmente que los que no. En un estudio combinamos la ventaja de lo que se mueve con lo emocional y presentamos 4 condiciones, había 4 distractores: negativos y no negativos, y cada uno de ellos podía moverse o no. Volvimos a encontrar una respuesta, a los 100 milisegundos, máxima a lo negativo que además se movía. Y los tiempos de reacción a la tarea de los números se incrementaron con la condición negativa en movimiento, es decir el sujeto se distraía más porque las arañas se movían.

¿Dónde se producían estos efectos? Si extraemos factores comunes de todos los estudios, las zonas más recurrentes eran la corteza visual y la corteza orbitofrontal. La primera se activaba más cada vez que un distractor capturaba la atención, y más los negativos. Y los que se movían más que los estáticos. La otra zona que se activó fue la corteza prefrontal ventral o corteza orbitofrontal. Ésta se activaba más cada vez que un distractor capturaba eficazmente la atención que cuando no lo hacía. Por lo tanto, emoción y movimiento son características que favorecen la atención exógena.

Características que dependen del individuo

Algunas características individuales favorecen cierto sesgo de procesamiento. Hay un estudio pionero en este aspecto en el que presentaban una matriz de estímulos negativos (arañas y serpientes) mezclados con estímulos no negativos (flores y setas) y les pedían a sujetos fóbicos y no fóbicos que localizaran cuanto antes esos estímulos.

Se comparan las respuestas de localización de los estímulos no negativos y de los negativos. Y en todos los sujetos cuando se les pide localizar los estímulos negativos los sujetos son más rápidos. Además, dentro de esa localización de los negativos, los pacientes fóbicos eran más rápidos, luego el umbral de detección de relevancia en un sujeto fóbico está más bajo para ciertos estímulos que en un sujeto no fóbico. En general esto pasa con la ansiedad, que puede ser un estado o un rasgo de nuestra personalidad. Se sabe que hay un sesgo exagerado a toda la información negativa.

Esto provocaría una mayor susceptibilidad a que lo negativo capturara la atención durante la ansiedad. Esto lo quisieron comprobar unos investigadores en una tarea en la que en uno de los bloques experimentales se le pide al sujeto que diga si las casas son iguales o no y unas caras actúan como distractores, o bien en otro bloque se les pide que nos digan si las caras son iguales o no (aquí la atención es endógena hacia las caras). Es una tarea para comparar la atención exógena y endógena. En la amígdala los sujetos ansiosos muestran una mayor activación ante las caras negativas frente a las neutras. Se comprueba que es más fácil que un estímulo negativo capture la atención en un ansioso que un no ansioso.

La amígdala, además de la corteza prefrontal, es importante en la atención exógena y esto se ve cuando los distractores son emocionales. El hecho de que los ansiosos tengan el umbral más bajo de relevancia se ve muy bien en el stroop emocional.

Stroop emocional

En el stroop clásico hay una tarea en la que se le presentan al sujeto palabras escritas con tintas de distintos colores y la propia palabra expresa un color, entonces el sujeto tiene que decirnos de qué color es la tinta con que está escrita la palabra. Cuando coinciden el sujeto es rápido pero cuando no, hay una interferencia entre color y significado de la palabra que retrasa la respuesta.

El stroop emocional pide lo mismo al sujeto -que nos diga con que tinta está escrita la palabra- pero en este caso quien distrae es el significado emocional, retraso que sólo se produce en los ansiosos y en otros trastornos como el estrés postraumático pero no en población normal.

En el trastorno por déficit de atención se produce una circunstancia parecida y lo mismo en la fibromialgia. Hay una atención permanente más a lo negativo que a otros estímulos.

Grado de implicación en la tarea en curso

Y el último factor es cuánto estamos de concentrados en la tarea principal. Si todos nuestros recursos están implicados en una tarea es más difícil detectar cambios. Es lo que se llama ceguera al cambio. El grado de implicación en la tarea en curso se suele manipular incrementando la dificultad de la tarea.

En este sentido hay un debate importante en neurociencia afectiva entre dos grupos. Uno de ellos vio que la amígdala se activaba siempre más ante las caras negativas que ante las neutras, y encontró que la amígdala se activa más ante las caras negativas incluso cuando no se atienden. Es decir la amígdala mantiene la respuesta constante con independencia de si se atienden conscientemente o no las caras. En cambio, otro científico, Pessoa hizo una tarea parecida pero un poco más difícil y pedía en un bloque atender a las caras y en otro a unas líneas. Y encontró que la amígdala sí que discriminaba la respuesta a las caras cuando se atendía a las caras conscientemente (la de ira o miedo era la que más activaba a la amígdala, después la positiva, la alegría, y la que menos la neutra) pero cuando el sujeto no atendía a las caras no se activaba en absoluto y no discriminaba entre las emociones. Esto fue una contradicción radical.

En otro estudio había un distractor de fondo, con caras neutras o negativas, pero la tarea se dirigía a las letras del primer plano. Había una condición fácil en la que sólo aparecían 6 X o 6 N y una condición difícil en la que aparecían o una X o una N mezcladas con otras letras. El sujeto tenía que pulsar una tecla si había una X u otra si había una N. Lo que vieron los investigadores es que la amígdala se activaba más ante las caras negativas sólo cuando la tarea era muy fácil. Cuando la tarea demandaba más, la amígdala ya no se activaba ante las caras negativas. Siempre que se manipula la dificultad de la tarea se observa algo parecido. Esto lo que nos dice es que: primero, la amígdala está implicada en la atención exógena aunque los circuitos tradicionales no la contemplaban; y segundo, que efectivamente el grado de implicación en la tarea en curso es fundamental para detectar un distractor.

Conclusiones

Hay un detector de relevancia y cuando aparece un distractor importante biológicamente da una especie de alarma y hay también mecanismos que reorientan los recursos de procesamiento.

En el circuito clásico hay un responsable sobre todo de reorientar la mirada hacia los distractores, hay responsables de ubicarlos en el espacio y nos falta el responsable de detectar qué es importante y qué no lo es. Y aquí es donde intervienen, en nuestra opinión, la amígdala y el polo frontal o corteza prefrontal ventral. Estas dos estructuras son los detectores de relevancia, son estructuras que reciben información preatencional.

La atención exógena está especialmente sesgada hacia la estimulación emocional. Hay factores que pueden ampliar este efecto: el movimiento, que el sujeto tenga ansiedad y que esté poco implicado en la tarea principal.

La amígdala y el polo frontal son elementos no contemplados tradicionalmente pero que parecen importantes en la atención exógena.

Una cuestión sorprendente es la velocidad con la que el circuito de atención exógena puede responder, ya a los 100 milisegundos el cerebro discrimina y responde a ciertos estímulos distractores. ¿Cómo lo hace? Tiene que ver con la frecuencia espacial de la estimulación.

En una fotografía en blanco y negro -que tiene todas las frecuencias-los distractores muy probablemente van a aparecer por la periferia de nuestro campo visual y en la periferia del campo visual sobre todo tenemos bastones (no tienen una buena definición) y esta información borrosa va a una zona de tálamo que se llama las capas magnocelulares. Podemos hablar de un procesamiento magnocelular que es pobre en detalles y en colores pero que tienen una ventaja, es muy económico. A la amígdala y a la corteza prefrontal no llega información detallada, pero si de lo que se trata es de detectar una amenaza importa más la rapidez que la precisión. Esto es lo que recibe la corteza orbitofrontal y la amígdala.

Y por último decir que hicimos un estudio para comprobar si el circuito clásico de atención exógena respondía más a las frecuencias bajas y presentamos estímulos en tres formatos: sólo frecuencias altas, sólo bajas y todas, y vimos que muchas de las aéreas de los circuitos clásicos respondían más a las frecuencias bajas y el polo frontal también responde más a las baja frecuencias que a las altas. Por lo tanto añadiríamos la siguiente conclusión: en la atención exógena las frecuencias espaciales bajas son fundamentales, son la clave para detectar y reorientar los recursos hacia esos estímulos.

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Llega el calor, ¿bebes lo suficiente?

Durante el verano el porcentaje de población susceptible de sufrir una deshidratación aumenta hasta situarse en el 70%. No beber lo suficiente, practicar actividad física o tomar el sol son algunas de sus principales causas, según los datos del estudio sobre Hábitos de Hidratación y Salud de la Población Española que presenta el Observatorio de Hidratación y Salud (OHS) en colaboración con la Organización Médico Colegial (OMC), con el objetivo de concienciar sobre la importancia de mantener unos niveles óptimos de hidratación como parte esencial de la salud.

Según este estudio, en el que han participado 2.000 personas mayores de 18 años de toda España, el 94% de los encuestados afirma no haber sufrido nunca una deshidratación. Sin embargo, sí que han padecido alguno de sus síntomas. Así, el 21% afirma haber tenido dolor cabeza en situaciones de calor o al practicar alguna actividad física, el 25% haber notado sudoración excesiva, el 31% cansancio, somnolencia y el 18% aceleración del ritmo cardiaco.

Además, casi la mitad de los españoles, concretamente el 45%, afirma esperar a beber hasta sentir sed. Ante esto, la Dra. Ana Requejo, portavoz del OHS, comenta que “hay que cambiar este hábito porque cuando aparece la sensación de sed ya se han perdido líquidos y existe una cierta deshidratación. Si no reponemos todo lo que se va perdiendo a lo largo del día, nuestro cuerpo tiene que recurrir al líquido alojado en el interior de nuestras células, pudiendo provocar dolor de cabeza, cansancio, debilidad”.

En general, los encuestados beben menos de lo adecuado. Así, el 86% no alcanza los 2,5 litros al día. Esto es importante para cualquier persona, y especialmente para los mayores, las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, niños y personas enfermas. Además, los trabajadores al aire libre, estudiantes o personas que practican actividad física, también necesitan vigilar su hidratación. En total, según datos del estudio, la población de riesgo supone un tercio del total (el 33,8%).

La hidratación es fundamental durante todo el año y en verano aún más, ya que con el calor aumenta las pérdidas hídricas que hay que reponer. Sin embargo, el 18% no bebe más en esta época. Así, durante una jornada de playa el 60% no bebe con la frecuencia necesaria para estar bien hidratado y un 10% puede pasar media jornada o una jornada en la playa sin beber nada.

De hecho, casi la mitad de los encuestados (el 48%) dice que le resulta difícil beber entre 2 y 2,5 litros al día. Ante esto la Dra. Requejo comenta que “ingerir variedad de bebidas como agua, refrescos, zumos o infusiones ayuda a alcanzar los niveles óptimos de hidratación”. La mayoría de los españoles (88%) afirma que ingerir distintas bebidas facilita beber lo necesario. Más de la mitad (el 61,6%) afirma beber por placer y la variedad de sabores es valorada positivamente por el 64,4%.

Además, el 42,8% afirman practicar con frecuencia actividades físicas ligeras, como caminar o realizar tareas domésticas. De quienes practican alguna actividad física durante el verano, el 70% no se hidrata correctamente, de hecho, el 36% bebe únicamente cuando tiene sed y el 23% no lo hace mientras practica deporte porque considera que es malo, un falso mito.

Ante esto el Dr. Jerónimo Fernández Torrente, Vicesecretario General del OMC, comenta que “mantener unos niveles óptimos de hidratación es fundamental para la salud, ya que con el calor aumentan las pérdidas hídricas. Hay que reponer el agua corporal que se pierde a lo largo del día a través de diferentes procesos orgánicos como la transpiración de la piel, la orina o la respiración, ingiriendo variedad de bebidas y alimentos ricos en agua. De hecho, se calcula que entre el 20% y el 25% del aporte hídrico se obtiene de los alimentos y entre un 75% y un 80% de las bebidas”.

Decálogo de recomendaciones de la OMC y el OHS

Para evitar la deshidratación y mantener uno hábitos saludables, especialmente en los meses de verano, el Observatorio de Hidratación y Salud (OHS) y la Organización Médico Colegial (OMC) recomiendan:

1. Beber de 2 a 3 litros de líquido al día de manera continua y en pequeñas cantidades.

2. Si se realizan actividades y esfuerzos físicos notables, conviene aumentar estas cantidades y vigilar las pérdidas excesivas de líquido a través del sudor.

3. Llevar siempre a mano una botella de bebida que nos recuerde la necesidad de beber.

4. No confiar únicamente en la sensación de sed ya que suele aparecer cuando existe cierta deshidratación.

5. Beber variedad de bebidas: agua, infusiones, refrescos, zumos, lácteos, etc. El sabor de las bebidas ayuda a beber lo necesario.

6. Ingerir alimentos ricos en agua (frutas, verduras y hortalizas).

7. Evitar el consumo de bebidas alcohólicas, tienen efecto diurético y deshidratan.

8. En épocas de calor intenso, además de aumentar el consumo de líquidos, mantenerse en un ambiente fresco y ventilado.

9. Vigilar la adecuada ingesta de líquido de los más vulnerables a la deshidratación (niños, ancianos, deportistas, trabajadores al aire libre, etc.).

10. En caso de duda sobre cómo hidratarse adecuadamente consultar a los especialistas de la salud (médicos, enfermeros o farmacéuticos).

Los adolescentes que hacen más de cuatro comidas están más delgados

Que la clave para prevenir la obesidad es mantener unos hábitos alimenticios saludables no parece nada nuevo. Sin embargo, un nuevo estudio liderado por el Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN) del CSIC va un paso más allá.

El trabajo demuestra que ciertos hábitos saludables como comer más de cuatro veces al día en comidas estructuradas o mantener una velocidad adecuada durante ellas se relacionan con una menor cantidad de grasa corporal, independientemente de la actividad física que se realice durante el tiempo libre.

Los datos de la grasa se obtuvieron a través de la suma de seis pliegues cutáneos y de la circunferencia de la cintura de 1.978 adolescentes (1.017 chicas) entre 13 y 18 años procedentes de cinco ciudades españolas (Granada, Madrid, Murcia, Santander y Zaragoza). También se evaluó el papel de la actividad física en el tiempo libre sobre la grasa.

“Para dilucidar cuál es el efecto sobre la obesidad de los hábitos dietéticos es necesario estudiarlos en conjunto con otros hábitos de vida como la actividad física”, explica Sonia Gómez Martínez, primera autora del trabajo e investigadora en el departamento de Metabolismo y Nutrición del ICTAN.

Los chicos medían y pesaban más, además de poseer un mayor perímetro de la cintura y de comer más rápido durante las comidas. Sin embargo, según el estudio publicado en el Journal of Adolescent Health, la grasa acumulada era menor en ellos.

Asimismo los autores observaron como la influencia benéfica que el consumo del desayuno diario tiene sobre la obesidad puede ser especialmente relevante en los adolescentes varones que no practican ninguna actividad física, ya que los que se saltaban esta comida mostraban los valores de grasa corporal más altos.

“Con los resultados obtenidos se ha demostrado que una de cada cuatro chicas y uno de cada tres chicos españoles tienen sobrepeso o son obesos”, afirma Gómez Martínez. Sin embargo, solo el 18,5% de los chicos no practicaba ningún tipo de deporte, frente al 48,5% de las chicas.

Necesidades especiales

La maduración sexual y el aumento de talla y peso son las características que marcan las necesidades nutricionales de los adolescentes, que durante esta etapa aumentan aproximadamente el 20% de la altura que tendrán como adulto y el 50% de su masa muscular y ósea.

Estos procesos requieren una elevada cantidad de energía y nutrientes, de ahí que la alimentación deba estar diseñada para cubrir el gasto que se origina. Durante la adolescencia, son tres los minerales que tienen especial importancia: el calcio, el hierro y el zinc.

Mientras que el calcio es fundamental en el crecimiento de la masa ósea; el hierro interviene en el desarrollo de tejidos hemáticos (los glóbulos rojos) y del tejido muscular; y el zinc en el desarrollo de la masa ósea y muscular. También está relacionado con crecimiento del cabello y uñas.

Entre las recomendaciones diarias para la alimentación de los adolescentes está el tomar tres o cuatro tazas de leche o yogur para aportar calcio, vitamina D y riboflavina; cinco o más raciones de frutas o verduras; dos porciones de alimentos proteínicos magros; de seis a once porciones de cereales, pasta, arroz y patata; y pequeñas cantidades de alimentos ricos en grasa y en azúcar.

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¿Somos realmente libres?

Recogemos la ponencia del Prof. Francisco J. Rubia en el marco del Ciclo de Conferencias sobre Neurociencia Cognitiva 2012 organizado por Instituto Tomás Pascual Sanz y la Sección de Neurociencia Cognitiva del Centro Mixto UCM-ISCIII para la Evolución y el Comportamiento Humano.

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Ganar calidad de vida es el principal motivo para perder peso

La motivación principal para perder peso es “ganar calidad de vida”, según una consulta realizada entre los pacientes de uno de los equipos médicos pioneros en el tratamiento del sobrepeso en España.

El equipo médico de Terapias de la Obesidad fue el primer equipo de profesionales médicos en introducir el tratamiento con balón intragástrico en España hace más de 17 años. Desde entonces vienen realizado esta técnica con más de 1.600 pacientes que han pasado por su consulta.

Según el Dr. Jesús Turró Homedes, Jefe del Servicio de Endoscopia Digestiva del Centro Médico Teknon de Barcelona, “antes de someterse a un tratamiento para la pérdida de peso, es fundamental que el paciente tenga una motivación principal que le ayude durante el proceso”. “Cuando un paciente acude a nuestra consulta siempre hay algún motivo por el cual ha decidido informarse y que suele ir mucho más allá del concepto “estético” de adelgazar o verse mejor físicamente. En la mayoría de casos se trata de conseguir una mejora en la calidad de vida. Muchos pacientes son conscientes de cómo les afecta el sobrepeso en su día a día, se sienten con menos energía para hacer cosas, más cansados, por no hablar de problemas asociados al sobrepeso que la mayoría de pacientes intuyen o conocen como la diabetes tipo 2, problemas de infertilidad, problemas de articulaciones, etc”.

“Por otro lado- añade el Dr. Turró- muchos de los pacientes que acuden a nuestra consulta deciden perder peso por indicación médica y por problemas relacionados con la salud pero con el tiempo esa motivación principal desaparece y son necesarias otras motivaciones más relacionadas con el día a día y el estilo de vida que no con la salud, para que el paciente lleve a cabo un cambio de sus hábitos alimenticios y prosiga con los esfuerzos necesarios para cambiar su estilo de vida. Esta motivación se da sobre todo a partir del momento en que los pacientes empiezan a perder peso. Es en esa primera fase cuando notan que empiezan a sentirse mejor, menos cansados, más atractivos, etc. En ese momento es importante ver y enumerar esa lista de motivaciones mucho más concretas- como hacer actividades que antes no hacían, poder vestir ropa que antes no usaban, poder controlar la ansiedad a la hora de comer…- que les ayudarán a continuar en el proceso para conseguir la pérdida de peso y, lo más importante, su mantenimiento a largo plazo”.

Mejoría notable del estado físico y anímico

Además de perder peso, los pacientes que han realizado el tratamiento de balón intragástrico o bien se han sometido a una reducción de estómago mediante cirugía endoluminal, combinado en ambos casos con apoyo psicológico y nutricional, han mejorado notablemente su estado de salud en general tanto desde el punto de vista físico y enfermedades asociadas como desde el punto de vista anímico y psicológico.

El equipo médico de Terapias de la Obesidad fue el primer equipo de profesionales médicos en introducir el balón intragástrico en España y desde hace más de 17 años vienen realizado esta técnica con numerosos pacientes que han alcanzado un promedio de pérdida de peso de alrededor de 20 a 22 kg.

El mismo equipo también es pionero en España en el tratamiento de la obesidad mediante cirugía endoluminal habiendo realizado desde mediados de 2011 40 intervenciones en las que, en el cuarto mes después de la intervención, los pacientes han perdido una media de 49,77% el exceso de peso que tenían.

El objetivo de esta unidad es la lucha contra una enfermedad crónica que se ha convertido en uno de los mayores problemas de la actualidad y que en la mayoría de los casos es desencadenante de otras enfermedades.

El ejercicio físico y los buenos hábitos alimenticios pueden reducir un 40 por ciento de los tumores

La Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR) asegura que la realización de ejercicio físico y los buenos hábitos alimenticios pueden reducir la incidencia global de tumores en un 40 por ciento de los casos, especialmente de mama, colon y esófago, lo que equivaldría a cuatro millones de casos al año en todo el mundo.

Un tercio de todas las defunciones por tumores malignos están justificados por una mala situación nutricional, y es que la malnutrición del paciente oncológico se debe a factores relacionados directamente con el tumor, por la liberación de sustancias anorexígenas -que disminuyen el apetito- o por el aumento de los requerimientos energéticos.

Además, también influyen distintos tratamientos administrados como la cirugía, la radioterapia o la quimioterapia, que provocan una disminución de la ingesta habitual o una dificultad para el paso normal de los alimentos por el tracto digestivo -disfagia-.

Y es que, está demostrado que la malnutrición disminuye la calidad de vida en estos pacientes, especialmente por la pérdida de masa muscular, astenia y por su influencia negativa sobre el aspecto psíquico. Un hecho que implica una mayor necesidad de asistencia sanitaria en general, ya que en muchos casos el estado nutricional del paciente es más importante para la calidad de vida y supervivencia que el propio estado del tumor o tratamiento que se administra.

Asimismo, uno de los signos más frecuentes y complejos a la hora de abordar en los pacientes con cáncer es la pérdida involuntaria de peso, anorexia-caquexia. Según explica el vocal de SEOR, Jorge Contreras, “los trastornos nutricionales se manifiestan con más frecuencia en los estadios avanzados aunque”, apostilla, “no siempre es así ya que se pueden presentar entre el 15 y el 35 por ciento de los casos en etapas muy iniciales de la enfermedad, y entre el 60 y el 80 por ciento en las fases más avanzadas de la enfermedad”.

El 35 por ciento de los tumores se debe a la alimentación

Según el National Cancer Institute, aproximadamente un 35 por ciento de los tumores tienen su origen o se relacionan con determinados hábitos alimentarios, una magnitud similar a la que se le relaciona con el tabaco.

No obstante, en la actualidad, existen numerosos estudios publicados que permiten generalizar una serie de recomendaciones en relación a la alimentación como son, por ejemplo, evitar o reducir el consumo de los alimentos relacionados con ciertos tipos de neoplasias, fomentar el consumo de alimentos que se consideran protectores o que previenen la aparición de determinados tipos de cáncer y mejorar la forma de conservación y/o preparación de los alimentos.

Asimismo, estos estudios muestran una estrecha relación entre la dietas hipercalóricas y con alto contenido en grasa con una mayor incidencia y mortalidad de tumores de origen mamario, colon, recto y próstata, y, en menor medida, con los ginecológicos -ovario, endometrio- y páncreas. De hecho, los hombres con un sobrepeso mayor del 40 por ciento tienen mayor riesgo de morir por cáncer colorrectal y las mujeres de un tumor de mama, endometrio u ovario.

“Por ello, se debería reducir el consumo de carne roja y grasa animal y cambiarla por carne magra, pescado, pollo (sin piel), leche y derivados lácteos desnatados, utilizar aceite de oliva, que por otro lado conlleva una disminución del colesterol”, explica el experto.

Pero también otros alimentos, como por ejemplo el aumento de consumo de fibra vegetal en la dieta, tienen un claro efecto protector “con mayor intensidad en los tumores de colon y mama, aunque también se manifiesta en los tumores aero digestivos superiores como cavidad oral, faringe, esófago o estómago”. En este sentido, el especialista recomienda aumentar su consumo diario mediante una mayor ingesta de frutas, vegetales, cereales y legumbres.