Enfermedad celíaca, celiacos. Gluten. Alergia a algún alimento. Seguridad alimentaria, inmunoterapia oral con alimentos alergicos a alimentos, alergia alimentaria, etiquetas de los alimentos, información nutricional, obesidad

Nueve cosas que tienes que saber sobre la enfermedad celíaca

La enfermedad celíaca se  presenta en individuos genéticamente predispuestos y se caracteriza por una reacción inflamatoria, de base inmune, en la mucosa del intestino delgado que dificulta la absorción de macro y micronutrientes.

Existen diferentes tipos de enfermedad celíaca, la Sintomática, en cuyo caso los síntomas son muy diversos pero todos los pacientes mostrarán una serología, histología y test genéticos compatibles con la enfermedad celíaca. La Subclínica, en este caso no existirán síntomas ni signos, aunque sí serán positivas el resto de las pruebas diagnósticas. Y, por último, la Latente, en este caso hablamos de pacientes que, en un momento determinado, consumiendo gluten, no tienen síntomas y su mucosa intestinal es normal. Aquí existen dos variantes:

• Tipo A: Fueron diagnosticados de enfermedad celíaca en la infancia y se recuperaron por completo tras el inicio de la dieta sin gluten, permaneciendo en estado subclínico con dieta normal.

• Tipo B: En este caso, con motivo de un estudio previo, se comprobó que la mucosa intestinal era normal, pero posteriormente desarrollarán la enfermedad. Queda claro que la enfermedad celíaca se basa en la intolerancia permanente al gluten y que hay varios tipos con distinta sintomatología pero qué más particularidades caracterizan a esta enfermedad.

Para conocer más esta intolerancia, recopilamos nueve datos que te ayudaran a conocerla mejor.

1. Hay el doble de mujeres celíacas que hombres La prevalencia estimada en los europeos y sus descendientes es del 1%, siendo más frecuente en las mujeres con una proporción 2:1. Se estima que la prevalencia de la enfermedad celíaca en nuestro país es igual a la del resto de Europa, esto es, un celíaco por cada 100 habitantes.

2. La enfermedad celíaca puede presentarse a cualquier edad La prevalencia de la enfermedad celíaca en la infancia es cinco veces superior a la de la población adulta; sin embargo, en los últimos años y gracias a las nuevas técnicas diagnósticas disponibles, “están siendo diagnosticados nuevos casos, en especial en pacientes adultos, por lo que podemos afirmar que la enfermedad celiaca, ha dejado de ser considerada como un trastorno típicamente infantil”, asegura la doctora Julia Álvarez, coordinadora del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). “En el momento actual, entre el 20% y el 50% de los nuevos diagnósticos suceden en sujetos mayores de 50 años.”

3. La diarrea es el síntoma más frecuente en un celíaco La diarrea es el síntoma más frecuente de la enfermedad celíaca y suele ser el primer motivo de consulta al médico; sin embargo, esta enfermedad se caracteriza por su múltiple sintomatología y la diarrea no siempre está presente a la hora del diagnóstico Otro síntomas muy frecuentes son: pérdida de peso, pérdida de apetito, fatiga, náuseas, vómitos, distensión abdominal, pérdida de masa muscular, retraso del crecimiento, alteraciones del carácter (irritabilidad, apatía, introversión, tristeza), dolores abdominales, meteorismo, anemia por déficit de hierro… Sin embargo, hay que tener en cuenta que, tanto en el niño como en el adulto, los síntomas pueden ser atípicos o estar ausentes, dificultando el diagnóstico.

4. La tristeza también puede ser un síntoma en los niños celíacos Algunos estudios de calidad de vida en niños celiacos muestran que hasta en un 23% de casos la tristeza es un síntoma presente cuando hacen dieta sin gluten. La preocupación referida por la mayoría de los celiacos es la necesidad de seguir una dieta toda la vida. Los recursos formativos disminuyen el nivel de ansiedad de los pacientes y sus familias. Con la enfermedad celíaca el carácter del niño cambia hacia la irritabilidad, apatía, introversión e incluso la depresión. A partir de la adolescencia y en los adultos, la clínica de la enfermedad celiaca es más latente y los síntomas digestivos están ausentes o bien ocupan un segundo plano.

5. La biopsia intestinal es la clave para el diagnóstico de la enfermedad celíaca Mediante un examen clínico cuidadoso y una analítica de sangre, que incluya los marcadores serológicos de enfermedad celíaca (anticuerpos antigliadina, antiendomisio y antitransglutaminasa tisular) se establece el diagnóstico de sospecha de la enfermedad. Sin embargo, para un diagnóstico definitivo de la enfermedad celíaca es imprescindible realizar una biopsia intestinal. Dicha biopsia consiste en la extracción de una muestra de tejido del intestino delgado superior para ver si está o no dañado. Para realizar esta prueba es necesario que no se haya retirado el gluten de la dieta. La biopsia intestinal es una técnica muy sencilla en ocasiones algo molesta pero no dolorosa. Cuando es realizada por un equipo cualificado, es una prueba segura y tolerada con mínimas molestias sin requerir anestesia alguna, incluso en niños de cualquier edad.

6. El tratamiento de la enfermedad celíaca: una dieta sin gluten para siempre Su tratamiento consiste en el seguimiento de una dieta estricta sin gluten durante toda la vida. El celíaco debe basar su dieta en alimentos naturales: legumbres, carnes, pescados, huevos, frutas, verduras, hortalizas y cereales sin gluten: arroz y maíz. El gluten se encuentra en el trigo, la cebada, el centeno la espelta, el triticale y, posiblemente en la avena, así como en los productos derivados de dichos cereales. Así mismo, muchas comidas elaboradas y/o envasadas contienen gluten, por lo que es necesaria una buena información dietética para que el celíaco mantenga un buen estado nutricional a la vez que no ingiera gluten. La ingestión de pequeñas cantidades de gluten, de una manera continuada, puede causar trastornos importantes y no deseables.

7.Un celíaco puede comer de forma equilibrada y sana sin tomar gluten El gluten no es una proteína indispensable y puede ser sustituida por otras proteínas animales o vegetales. La persona celíaca que sigue una dieta sin gluten, pero variada, a base de carne, pescados, frutas, verduras, legumbres, huevos, etc. y cereales sin gluten, normalmente come mejor y de forma más equilibrada y sana que la población general.

8. Se puede nacer con mayor riesgo a ser celíaco La enfermedad celíaca tiene una base genética, de forma que se nace con un riesgo a padecerla; pero no siempre se expresa clínicamente en la práctica. El papel de factores genéticos en la patogénesis de la enfermedad celíaca ha resultado evidente tras comprobar la elevada concordancia en gemelos monocigotos, su mayor prevalencia en los familiares asintomáticos de primer grado de los pacientes celíacos y su importante asociación con determinados antígenos del sistema HLA. Sin embargo, la forma de herencia genética en la EC sigue sin conocerse con exactitud. Para expresar la enfermedad celíaca se precisa de la coincidencia de factores genéticos (antígenos HLA) y ambientales (gluten y otros no bien conocidos).

9. Existen algunas enfermedades asociadas a la enfermedad celíaca Suelen preceder a la enfermedad celíaca, aunque también pueden manifestarse simultáneamente e incluso después de ella. Los pacientes que las padecen son considerados grupos de riesgo ya que su asociación se produce con una frecuencia superior a la esperada: Dermatitis herpetiforme, Diabetes mellitus tipo I,Déficit selectivo de IgA, síndrome de Down, enfermedad hepática, enfermedades de tiroides, o la intolerancia a la lactosa.

intolerancia a la lactosa, lácteos, yogurt,

¿Intolerancia a la lactosa? Toma yogur

Yogur

La ingesta de yogur mejora la digestión de la lactosa en individuos con intolerancia a la misma, aunque se hace necesario proporcionar pautas específicas y asesorar a este colectivo respecto al consumo de este producto, valorando cada caso de forma individualizada. Así lo señala la profesora titular de Nutrición y Directora del Departamento de Nutrición y Bromatología de la Facultad de Farmacia de Universidad Complutense de Madrid, Ana M. López Sobalerm, durante el XVI Foro Nacional de la Asociación de Enfermeras de Nutrición y Dietética (ADENYD).

La experta explica que la falta de consumo de lácteos “compromete la calidad de la dieta y aumenta el riesgo de no cubrir las cantidades diarias recomendadas de ciertos nutrientes“. En el caso del yogur y las leches fermentadas, debido al proceso de elaboración y a la propia fermentación bacteriana, disminuye el contenido en lactosa, y se acidifica el medio, lo que “mejora la biodisponibilidad” de minerales como el calcio, el fósforo, o el magnesio, e incluso se incrementa el contenido de vitaminas como los folatos.

Los lácteos son alimentos valiosos desde el punto de vista nutricional, tanto por la cantidad de nutrientes que proporcionan como por su calidad. Más allá de ser conocidos por su importancia como fuente de proteínas de alto valor biológico y de ser fuente del calcio más biodisponible, contienen también vitaminas como A, D y Vitaminas del grupo B, y minerales como el fósforo o el magnesio, entre otros nutrientes.

En palabras de López Sobaler, el consumo aconsejado de lácteos es de dos o tres raciones diarias en la población general, y de una más (tres o cuatro raciones/día) en mujeres embarazadas y en periodo de lactancia, adolescentes, deportistas y ancianos, “porque tienen unas necesidades mayores de calcio y otros nutrientes”.

Los estudios realizados en España indican que un porcentaje elevado de la población no alcanza este consumo aconsejado. En mujeres de 17 a 60 años españolas se observa que un 56 por ciento no alcanza el consumo mínimo aconsejado de lácteos, y más aún, en el subgrupo de mujeres de 45 a 60 años, en las que se aconsejan al menos tres raciones al día, el 75 por ciento presenta un consumo insuficiente.

En escolares de 7 a 16 años se observa un consumo medio de 2,4 y 2 raciones por día, y un 59 por ciento no consume al menos dos raciones diarias. Se ha demostrado que el yogur puede ser una “estrategia adecuada para cubrir las necesidades de calcio en niños”, más aún en aquellos que presentan mal digestión a la lactosa, debido a la alta aceptación hacia este alimento, que puede consumirse en diferentes momentos del día.

Además, “se ha comprobado su utilidad en la alimentación de niños pequeños con diarrea aguda y malabsorción de hidratos de carbono”, ha comentado el pediatra de la Unidad de Nutrición Clínica del Hospital 12 de Octubre de Madrid, José Manuel Moreno Villares.

La prevalencia de intolerancia a la lactosa es un problema común, que afecta a entre el 7 y el 20 por ciento de la población caucásica europea. En España, se estima una prevalencia de entre el 35 y el 40 por ciento de la población adulta y sus síntomas incluyen diarrea, dolor abdominal y flatulencia tras su ingesta. Las personas con algún grado de intolerancia a la lactosa, suelen rechazar el consumo de leche y sus derivados.

Asimismo, en un estudio en niños españoles de 8 a 13 años, se comprobó que aquellos que habían recibido un diagnóstico de intolerancia a la lactosa consumían menos lácteos, y tenían menor ingesta de calcio que los niños sin intolerancia. En el subgrupo de niñas, la estatura era significativamente menor, lo que podría estar condicionado por la menor ingesta de calcio.

¡Pincha AQUÍ para inscribirte a nuestra Newsletter!

agua, hidratación, hidratación en las personas mayores

La hidratación en las personas mayores, clave para su salud

¿Cuánta agua han de beber nuestros mayores? Existe la falsa creencia que, al envejecer y ralentizarse nuestro ritmo de vida, la cantidad de líquido que necesita el cuerpo disminuye. Esto no es así. El cuerpo sigue necesitando cantidades similares de líquido para mantener una hidratación adecuada. Los estudios indican que, en condiciones y nivel de actividad normales, los varones deben consumir 2,5 litros de agua al día y las mujeres 2,0 litros.

El European Hydration Institute (EHI) ha elaborado una guía para ayudar a las personas mayores a mantener un grado de hidratación satisfactorio. En dicho documento, señala una serie de  factores que hay que tener especialmente en cuenta con respecto a la hidratación en las personas mayores.

Por ejemplo, los expertos señalan que con la edad, el cuerpo pierde la capacidad de sentir sed en respuesta a la falta de líquido, lo que aumenta el riesgo de sufrir deshidratación. Por lo tanto, para logar un grado de hidratación satisfactorio, las personas mayores deben prever la demanda corporal de agua, en vez de esperar siempre a tener sed para beber algo.

Además, y de forma general, la función renal se deteriora con la edad, lo que significa que se pierde más líquido y aumenta la demanda de agua.

Normalmente, en las personas mayores y en las de edad muy avanzada la deshidratación es más grave que en las personas más jóvenes y puede llegar a ser mortal. También puede aumentar el riesgo de caídas, infecciones urinarias, alteración de la función cerebral y otras afecciones.

Algunos medicamentos pueden inhibir el mecanismo de la sed y modificar el grado de hidratación de otras maneras.

En algunas personas mayores, las limitaciones de movilidad pueden restringir el acceso a las bebidas habituales, mientras que en las personas con problemas de memoria es posible que les resulte difícil recordar cuándo bebieron por última vez.

Por todas estas causas, desde el EHI, hacen hincapié en ayudar a cubrir las necesidades de hidratación de los amigos y familiares de edad avanzada, y recomiendan a cuidadores y familiares que aconsejen a las personas mayores sobre cómo hidratarse correctamente, por ejemplo animándoles a beber distintos tipos de líquidos y ofreciéndoles bebidas en las comidas y entre horas.

Los cuidadores deben conocer los cambios en los hábitos alimenticios y en los medicamentos que se toman, ya que ello puede modificar el grado de hidratación.

La deshidratación en las personas mayores se asocia a la presencia de distintos síntomas físicos, que incluyen: disminución del grado de consciencia, sequedad en las axilas, sequedad de la boca, ojos hundidos, disminución de la tersura de la piel y prolongación del tiempo de llenado capilar (es decir, el tiempo que tarda un tejido en recuperar el color después de haber aplicado una presión). Si observa estos síntomas en una persona mayor, asegúrese de que la persona beba de inmediato, y si todavía sigue preocupándole su estado póngase en contacto con el médico.

consumo de bebidas azucaradas, bebidas azucaradas, refrescos, obesidad

¿Está relacionado el consumo de bebidas azucaradas con la obesidad?

El consumo de bebidas azucaradas y el riesgo de obesidad es inconsistente cuando se realiza el ajuste correspondiente al balance energético entre las calorías ingeridas y las gastadas por el organismo, según ha mostrado el estudio ‘Systematic review of the evidence for an association between sugar-sweetened beverage consumption and risk of obesity’, publicado en ‘Nutrition Reviews’.

Por tanto, los investigadores han avisado de que no se pueden extraer conclusiones científicas sobre los estudios anteriores que relacionaban las bebidas azucaradas y la obesidad porque, tal y como han recordado, no tenían en cuenta el gasto energético de cada grupo de edad.

“La obesidad tiene una casuística compleja y multifactorial, por lo que reducir la ingesta de azúcares, por sí solo no reducirá la incidencia de obesidad, si no se acompaña de programas adecuados para ajustar el consumo y, particularmente, el gasto de energía. Al fin y al cabo, la obesidad es el resultado de un balance energético positivo continuado, en el que la ingesta total de energía supera el gasto energético total”, ha comentado el presidente de la Academia Española de Nutrición, Lluìs Serra-Majem.

De hecho, estudios anteriores ya habían cuestionado la relación entre bebidas azucaradas y obesidad. Por ejemplo, la revista ‘Obesity Reviews’ señaló que la reducción del consumo de bebidas azucaradas no estaba asociado de forma directa a una disminución de la obesidad ni a los niveles del índice de masa corporal.

Igualmente, en el estudio científico La paradoja australiana: descenso notable de la ingesta de azúcares en el mismo periodo en que aumentan el sobrepeso y la obesidad, sus autores concluyeron que los esfuerzos para reducir la ingesta de azúcar pueden disminuir su consumo, pero no necesariamente la prevalencia de obesidad.

Por último, según los resultados de un estudio transversal, realizado por investigadores de Portugal y Reino Unido, no hay evidencias entre la ingesta de bebidas azucaradas y el sobrepeso en niños del área mediterránea.

niños fruta

¿Comen los niños suficiente fruta y verdura?

niños fruta

¿Comen los niños suficiente fruta y verdura?  Según los últimos estudios, no. En concreto, investigadores suecos de la Universidad de Orebro y del instituto Karolinska han llevado a cabo una investigación en 10 países europeos (Bulgaria, Finlandia, Alemania, Grecia, Islandia, Países Bajos, Noruega, Portugal, Eslovenia y Suecia)  y han recabado información de 8.158 niños de 11 años pertenecientes a 236 escuelas diferentes.

Los resultados son alarmantes ya que menos de la mitad de los niños evaluados come fruta a diario y sólo el 55% consume verdura al menos una vez al día. Además de esto, sólo el 23.5% de los participantes, a nivel global, alcanzaron las recomendaciones de la OMS de consumir 400gr diarios de fruta y verdura conjuntamente.

En cuanto a las verduras el consumo por países varía entre 141-73 gr/día, siendo los suecos los que obtuvieron valores más elevados. Los autores del trabajo, asocian los mejores resultados de Suecia a sus políticas de regulación de la alimentación en los comedores escolares ya que en estos países se oferta gran variedad de verduras en los almuerzos. Aun así, los promedios suecos (141 gr/día) siguen sin alcanzar las recomendaciones de la OMS de 200 gr/día de verdura, lo cual es muy preocupante.

Un resultado general a nivel europeo es que los niños comen más fruta que verdura, posiblemente por su sabor más dulce y porque se pueden tomar en cualquier momento e incluso fuera de casa en las meriendas ya que no requieren cocinado (hay que tener en cuenta que los investigadores excluyeron los zumos de fruta del cómputo de consumo de frutas).  Los valores promedios de consumo de fruta oscilan entre 240-114 gr/día, estando en lo alto de la lista los países de Noruega, Bulgaria y Grecia.

Respecto a la diferencia entre sexos, llama la atención que desde esta edad de 11 años, las niñas son las que mejores promedios obtienen para el consumo de frutas y verduras. Esto se ha comprobado en otros muchos estudios en población adulta, pero parece que es un patrón que ya se asienta desde la infancia.

Este trabajo ha sido publicado hace dos días en la revista británica Public Health Nutrition, y es sólo la primera parte observacional de un estudio de intervención en los hábitos alimenticios infantiles en el que se pretende dar material informativo a los escolares y realizar distintas actividades con ellos en las aulas con el fin de hacerles más conscientes de la importancia de la fruta y la verdura en la salud, así como enseñarles las cantidades recomendadas de cada alimento. En un futuro, este equipo publicará los resultados de dicha intervención que esperan sea positivos.

La situación en España

España, al igual que el resto de Europa, no se escapa de esta tendencia a la baja en el consumo de vegetales entre los escolares. En respuesta a esta problemática, en España se puso en marcha el “Plan de Consumo de Frutas en las escuelas” en las que se realizaron una serie de actividades educativas dedicadas a escolares, padres y docentes y, además, durante 2-30 semanas, se les proporcionó a los escolares fruta fresca de 1-3 veces por semana fuera del horario de comedor con el fin de aumentar su consumo. Toda la información respecto de este proyecto se puede encontrar en la web de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.

Aún no se tienen resultados de la intervención pero, previo a ésta, se realizó un sondeo en términos cualitativos mediante entrevista a los educadores (un total de 1.245 entrevistas realizadas en centros públicos de toda España que tuvieran comedor escolar) y algunos de los resultados obtenidos fueron los siguientes:

–          El 31% de los alumnos se dejan parte de las verduras en el plato.

–          El rechazo por las hortalizas aumenta considerablemente con la edad siendo mucho mayor entre los alumnos de secundaria.

–          El 95% de los niños se comen toda la fruta que les dan. Principalmente comen fruta en la comida, no consumiéndola en el recreo o meriendas.

–          El 93% de los entrevistados no cree que el consumo de frutas y verduras vaya a variar entre los alumnos para mejor ni para peor en los próximos años.

prevenir la obesidad infantil

Camisetas inteligentes contra la obesidad infantil

Científicos del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición están probando la efectividad de camisetas ‘inteligentes’ como herramienta de control del peso para luchar contra la obesidad infantil, que vendría a asemejarle a los clásicos calorímetros, utilizados en la instauración y el seguimiento terapéutico, ya que ayudan a adaptar el ejercicio a las características del niño.

Estas nuevas prendas, “cómodas y ligeras”, incorporan sensores en su tejido que recogen continuamente parámetros cardíacos y respiratorios tanto en situación basal como durante la práctica de ejercicio físico. Estos parámetros son registrados por telemonitorización sin cables.

“La sencillez de su funcionamiento convierte esta herramienta en candidata idónea para un gran número de aplicaciones fisiopatológicas y clínicas, no sólo en el campo de la obesidad sino en otros muchos ámbitos donde el ejercicio físico es un elemento esencial”, destacan del centro investigador.

Por el momento, el programa de Ejercicio Físico del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición ha obtenido nuevos y satisfactorios resultados gracias a estas camisetas biomédicas que permiten medir la actividad cardiaca y pulmonar en tiempo real.

La clave de este programa está en su diseño individualizado para dar respuesta a las necesidades y características de cada paciente, evitando que una pauta genérica sea ineficaz e incluso llegue a ser contraproducente para la salud de los niños.

“No se trata sólo de desarrollar actividad física sino de hacerlo de acuerdo con lo que nuestro cuerpo, por constitución, capacidad y resistencia física, puede soportar y necesita para mantener un equilibrio”, sostiene la doctora Empar Lurbe, del Hospital General Universitario de Valencia, coordinadora del estudio.

Esta pauta se elabora teniendo en cuenta parámetros antropométricos y bioquímicos y, de manera especial, la medición de la función cardio-respiratoria de los más pequeños. Este control se hace con los calorímetros que los pacientes deben portar durante un tiempo determinado y cuyo incómodo manejo y falta de disciplina en su uso deriva, en muchos casos, en la ineficacia informativa en primer término, y terapéutica, en última instancia.

“Los niños se lo quitan porque les molesta”, opina Empar Lurbe, “no facilita los datos necesarios y perdemos información esencial para poder prescribir la actividad física que contribuya realmente a una mayor adherencia al tratamiento y en definitiva a evitar la ganancia ponderal excesiva”.

cerveza y menopausia

¿Es buena la cerveza para la diabetes y la hipertensión?

Cerveza, dieta mediterránea y enfermedad cardiovascular. Así se llama el estudio dirigido por el médico de Medicina Interna del Hospital Clinic de Barcelona que ha concluido que las personas que consumen cerveza habitualmente de forma moderada presentaban un patrón alimentario más próximo a la dieta mediterránea, tienen un menor riesgo de padecer enfermedades como la diabetes y la hipertensión (factores de riesgo en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares), así como unas cifras mayores de HDL o colesterol bueno y menores de LDL o colesterol malo.

Así lo ha informado el Centro de Información Cerveza y Salud (CICS), que añade que se trata de un subestudio realizado con 1.249 personas que se incluye en el estudio Predimed, un ensayo clínico de intervención dietética en el que han participado más de 7.000 sujetos de distintos puntos de la geografía española.

El trabajo señala que el patrón alimentario próximo a la dieta mediterránea tradicional permite reducir hasta en un 30 por ciento el riesgo de sufrir complicaciones cardiovasculares mayores (infarto de miocardio, ictus o muerte cardiovascular) en pacientes de alto riesgo cardiovascular.

Además, un estudio elaborado por la profesora Lina Badimón, directora del Centro de Investigación Cardiovascular (CSIC-ICCC), Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, que ha sido publicado en la revista Basic Research in Cardiology, ha demostrado que el consumo moderado de cerveza, tanto tradicional como sin alcohol, puede proteger frente a lesiones miocárdicas agudas asociadas al infarto.

Esto se debe a los nutrientes que contiene esta bebida que derivan de sus ingredientes naturales (agua, cebada malteada y lúpulo), entre los que destacan las vitaminas del grupo B (especialmente el ácido fólico), la fibra, los minerales (silicio, potasio, magnesio y poco sodio), así como uno de los polifenoles (antioxidantes naturales) más destacados de la cerveza es el xanthohumol, presente en el lúpulo, que se relaciona con efectos protectores en la salud cardiovascular.

Los mencionados trabajos han sido protagonistas en una conferencia sobre dieta mediterránea, salud cardiovascular y cerveza que ha tenido lugar en Gijón en el marco de la Semana del Corazón.

La iniciativa, organizada conjuntamente por el Centro de Información Cerveza y Salud y la Fundación Española del Corazón, ha sido presentada por la nutricionista y directora de la ONG Nutrición Sin Fronteras, Mercè Vidal, quien ha recordado que la cerveza puede estar incluida dentro de una dieta equilibrada por su alto contenido en antioxidantes y vitaminas que le confieren su especial interés nutricional, concretamente a nivel cardiovascular.

De esta forma, se pone en marcha por segundo año consecutivo una campaña informativa que pretende fomentar hábitos de alimentación saludables entre la población española, incidiendo en los múltiples beneficios que derivan de ella.

Así, Mercè Vidal ha dado a conocer durante la conferencia que la Dieta Mediterránea es un modelo de alimentación común a los países de la cuenca del Mediterráneo que se caracteriza por la abundancia de alimentos vegetales (frutas, verduras, legumbres y frutos secos) pan y otros cereales, el consumo de pequeñas cantidades de carnes rojas, el aceite de oliva como grasa principal y una ingesta moderada de bebidas fermentadas (cerveza, vino y sidra), consumidas normalmente durante las comidas.

Así lo pone de manifiesto la Pirámide de Alimentación Saludable elaborada por la Sociedad Española de Nutrición, referencia nutricional en España, que incluye el consumo opcional y moderado (1 ó 2 cañas al día para las mujeres, 2 ó 3 cañas al día para los hombres) de bebidas fermentadas como parte de una alimentación equilibrada.

lácteos enteros, diabetes, lácteos, leche, mitos sobre la leche

Lácteos enteros para protegerse de la diabetes

Los lácteos altos en grasas parecer tener la clave para protegerse contra la diabetes tipo 2. Así lo ha demostrado una nueva investigación presentada en la reunión anual de este año de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD, por sus siglas en inglés), en Viena (Austria) que explica que las personas con mayor consumo de productos lácteos altos en grasa (8 o más porciones por día) tienen un 23% menos de riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 que aquellas con el consumo más bajo (1 o menos al día).

Las grasas dietéticas podrían afectar al metabolismo de la glucosa y la sensibilidad a la insulina y, por lo tanto, tener un papel crucial en el desarrollo de la diabetes tipo 2 (DM2). Los estudios han indicado que la sustitución de las grasas saturadas por grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas podría ser favorable en la prevención de la diabetes tipo 2, por lo que, también se ha planteado que las fuentes vegetales de grasas pueden ser una mejor opción en comparación con las fuentes animales.

De hecho, se ha demostrado que el consumo elevado de carne y productos cárnicos de color rojo aumentan el riesgo de diabetes tipo 2, pero varios estudios epidemiológicos han indicado que un alto consumo de productos lácteos enteros puede ser protector, por lo que hace falta aclarar la importancia del contenido de grasa en la dieta y los alimentos de grasa.

En este nuevo estudio, Ulrika Ericsson, del Centro de Diabetes de la Universidad de Lund, en Malmö, Suecia, y colegas se dispusieron a examinar las principales fuentes de grasa en la dieta, clasificadas de acuerdo con el contenido de grasa, y su asociación con el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

El estudio incluyó a 26.930 individuos (60 por ciento mujeres), con edades de entre 45 y 74 años. Durante 14 años de seguimiento, se identificaron 2.860 casos de incidentes de DT2 y se ajustaron los datos por cuestiones como edad, sexo, época, ingesta total de energía, índice de masa corporal, actividad física en el tiempo de ocio, tabaquismo, consumo de alcohol y educación.

Los investigadores encontraron que el elevado consumo diario de productos lácteos enteros, altos en grasa, se asoció con una incidencia de un 23 por ciento menor de diabetes tipo 2 para la ingesta más elevada del 20 por ciento de los participantes o quintiles (media de ocho porciones al día) en comparación con el consumo de más bajo del 20 por ciento (media de una porción diaria).

En cuanto a la ingesta de determinados alimentos lácteos ricos en grasa, aumentar el consumo de crema o nata (30 ml o más al día en el más alto consumo del 20 por ciento frente a 0,3 ml o menos al día en la menor ingesta del 20 por ciento) se relacionó con una reducción del 15 por ciento en el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

La ingesta de leche fermentada con alto contenido en grasa también disminuyó el riesgo de desarrollar diabetes en un 20 por ciento, al comparar los mayores consumidores (180 ml/día, en lo más alto del 10 por ciento de los consumidores), con los no consumidores (60 por ciento de los participantes). En contraste con estos resultados, no se halló asociación entre la ingesta de productos lácteos bajos en grasa y el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

El consumo elevado de carne y productos cárnicos se vinculó a un mayor riesgo, pero el incremento del riesgo fue mayor para las carnes menos grasas: con un aumento del riesgo de diabetes tipo 2 para las carnes altas en grasa del 9 por ciento y del 24 por ciento en las de bajo contenido en grasa. El grupo de consumo más alto de carne alta en grasa comía 90 gramos o más por día y el de bajo contenido de grasa, unos 80 g de carne diarios.

“Nuestras observaciones pueden contribuir a clarificar hallazgos previos sobre las grasas dietéticas y sus fuentes de alimentos en relación con la DT2. La disminución del riesgo en la ingesta elevada de productos lácteos de alto contenido en grasa, pero no de productos lácteos bajos en grasa, indica que las grasas diarias, al menos en parte, explican la asociación prospectiva observada entre la ingesta diaria y la DT2. La ingesta de carne se asoció con un mayor riesgo de desarrollar diabetes, independientemente del contenido de grasa”, resume Ericson.

“Nuestros resultados sugieren que, a diferencia de las grasas animales en general, las grasas específicas de los productos lácteos pueden tener un papel en la prevención de la diabetes tipo 2”, añade.

la merienda

La merienda, clave para el rendimiento de los más pequeños

A la merienda no se le ha otorgado la relevancia que tiene dentro de la dieta equilibrada, sin embargo es una comida tan importante como lo puede ser el desayuno, según un estudio realizado por pediatras del Hospital Rey Juan Carlos de Madrid, que demuestra que suprimir su ingesta puede producir una pérdida en el rendimiento académico del niño a la hora de hacer las tareas escolares y en el rendimiento deportivo.

El estudio ‘Hábitos de merienda en escolares de nuestro medio’ (Estudio HABIMER), elaborado en junio de 2014, destaca además que saltarse la merienda también puede implicar un riesgo adicional de obesidad, por lo que recomienda que suponga el 15 por ciento de la distribución dietética del día.

“La merienda supone una buena oportunidad para consumir cereales, y ayudar a alcanzar en la dieta total las seis raciones que se aconseja consumir como mínimo de este grupo de alimentos al día”, afirma la doctora Beatriz Navia, profesora titular de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid y portavoz de la campaña ‘Pan Cada Día’.

Sin embargo, a pesar de ser un momento importante de la jornada, la merienda conoce dificultades para implantarse en los patios de los colegios. Según la encuesta HABIMER, el 76 por ciento de los niños entre 6 y 12 años meriendan todos los días y hasta un 91 por ciento lo hace cinco días a la semana.

En cambio, el desglose por edades muestra diferencias significativas, con una bajada importante entre los más mayores, con solo un 28% de los niños de 10 años y un 20% de los niños de 12 años que meriendan todos los días.

“La importancia de crear unos buenos hábitos alimentarios en la infancia, ya que, posteriormente, serán difíciles de cambiar, por lo que merece la pena hacer el máximo esfuerzo educativo a estas edades con el fin de inculcar unos hábitos alimentarios y de vida saludables”, ha añadido.

Hábitos saludables

Según el estudio HABIMER el pan cobra una gran importancia a la hora de la merienda: el 69% de la muestra de niños entre 6 y 12 años tomaron sándwich y tostadas y el 60% consumieron bocadillos en los últimos tres días. Además, se aconseja acompañar el pan con embutido bajo en grasa o jamón serrano que es una combinación ideal para una merienda llena de energía.

Asimismo, hay que acostumbrar a los niños a consumir hidratos de carbono integrales, ya que permiten una disminución del riesgo de desarrollo de diabetes mellitus, y mejoran los perfiles de colesterol y triglicéridos.

Por otra parte, el estudio destaca que los hábitos adquiridos en la edad escolar son el ejemplo que se reproducirá en la edad adulta, por lo que es importante enseñar a los más pequeños a merendar de forma saludable, de manera que aporte la energía necesaria para pasar la tarde de forma activa hasta la hora de la cena.

alimentación, motivación y ejercicio físico para perder peso

Alimentación, motivación y ejercicio: la fórmula para perder peso

Especialistas en Endocrinología, Nutrición, Psicología y Ejercicio Físico han creado la Asociación Método por Intercambios, con la que se pretende investigar y difundir un sistema de pérdida de peso saludable basado en el intercambio de alimentos, unido a la motivación psicológica y el ejercicio físico.

Entre los principios que defiende la asociación, destaca que las dietas se basen en la cocina autóctona (como la mediterránea), permitir adelgazar sin pasar hambre, mantener una alimentación equilibrada de por vida (con alimentos al alcance de todos los bolsillos) y no necesitar acudir al nutricionista de manera continuada una vez aprendidos los conceptos.

A través de la página web de la organización (www.metodoporintercambios.com), los especialistas ofrecen consejos sobre cómo adquirir buenos hábitos alimentarios y practicar ejercicio de manera saludable, y se incluyen tablas de alimentos y su equivalencia, aunque la dieta “debe ser prescrita por un profesional de la salud de acuerdo con las necesidades de cada persona”.

Este sistema determina que alimentos de un mismo grupo, en cantidades proporcionales, tienen el mismo valor nutricional y a estas equivalencias se les denomina “intercambios”.

“El nutricionista asigna al paciente un número de intercambios de cada grupo, en función de sus necesidades, lo que permite perder peso sin menús cerrados, sin excluir grupos de alimentos y sin poner en riesgo la salud, es decir con mucho menos sacrificio”, señala Vázquez. “Esta dieta es flexible porque permite elegir qué comer en cada momento, algo muy importante ya que las restricciones propias de otros planes de adelgazamiento a menudo provocan su abandono”, añade.

Todos los alimentos de la pirámide nutricional

El método por intercambios incluye todos los grupos de alimentos de la pirámide nutricional, entre los que distingue los hidratos de carbono, proteínas, grasas, lácteos, verduras y frutas. “No se prohíbe ningún alimento, sino que se establecen las pautas para que cada persona sea capaz de tomar sus propias decisiones y, en base a ellas, mantener una dieta equilibrada de por vida, sin sacrificios”, explica.

La psicóloga Miriam Magallón hace especial hincapié en la motivación personal, ya que “es esencial porque las personas tienden a oponer resistencia ante lo nuevo”. La libre elección de los alimentos y el deporte que propone este método “elimina las connotaciones negativas que implican otras dietas basadas en imposiciones y prohibiciones”, destaca añadiendo que “el apoyo emocional debe incluirse en los programas de pérdida de peso porque la desmotivación es una de las causas del abandono de la dieta”.

En cuanto a la actividad física, también se mide por intercambios, entendido cada uno como “el ejercicio aeróbico realizado durante una hora con un gasto energético correspondiente a 1 MET, una medida metabólica”, comenta el doctor Vicente Martínez Vizcaíno.

Existen unas tablas de ejercicios que determinan el gasto energético de cada uno de ellos en función del tiempo y la resistencia. “Al igual que ocurre con la dieta, el paciente puede practicar el ejercicio que prefiera dentro de sus posibilidades”, advierte.

Según este especialista, tener un peso saludable con una adecuada alimentación y ejercicio de forma regular ayuda a prevenir enfermedades. “La obesidad y el sobrepeso aumentan el riesgo de sufrir problemas cardiovasculares y agrava patologías como la diabetes”, recuerda.

aprender a controlar la diabetes, diabetes, niños, diabetes en menores, diabetes tipo i, DiaBalance, Fundación para la diabetes

Asociación de Diabéticos advierte de casos de alumnos enfermos a los que no se permite ir al comedor escolar

La Asociación de Diabéticos de Navarra (ANADI) ha advertido de que registra varios casos de alumnos que no pueden comer en el comedor escolar por el hecho de tener diabetes, lo que constituye a juicio de la entidad “un trato discriminatorio a estos niños al no permitirles disfrutar de un servicio que se ofrece a todas las personas sin distinción”.

Por ello, ANADI ha reclamado al departamento de Educación del Gobierno de Navarra que “tome cartas en el asunto” para que “ningún niño se quede fuera de un comedor escolar por tener diabetes”

La entidad ha explicado en un comunicado que gran parte de los niños con diabetes escolarizados en Navarra necesitan inyecciones diarias para controlar sus niveles, si bien hay otros que utilizan una bomba de insulina, método que reduce significativa el número de pinchazos pudiendo realizarlos en sus domicilios.

ANADI ha añadido que tanto unos como otros “son dependientes en edades tempranas y necesitan un pequeño control por parte de un adulto a la hora de controlar el tratamiento”. “Y aquí es donde surge el problema, porque ahora mismo esos niños dependen de la buena voluntad del personal docente o no docente del centro para que una persona esté al tanto de los alumnos con diabetes en el momento de su tratamiento”, ha explicado.

Sin embargo, pese a que lo hacen “con la mejor buena voluntad, no pueden depender de la buena voluntad de un personal que tiene otra labor, más aún cuando hemos registrado varios casos de niños que se quedan fuera del comedor para no tomar esa responsabilidad”.

Por ello, la asociación ha reclamado a Educación “tomar las decisiones o poner los recursos necesarios para garantizar el derecho de un niño de disfrutar de este servicio”.

un buen desayuno, niños, cereales alergias alilmentarias

La importancia de un buen desayuno para los más pequeños

¿Desayunan nuestros hijos de forma adecuada? ¿Qué consecuencias tiene para ellos acudir al colegio sin haber tomado un buen desayuno? Estas, y otras preguntas, las resuelve el Estudio Kellogg’s sobre desayuno y aprendizaje en niños de 6 a 12 años. Las conclusiones son claras: aunque el 90% de los profesores encuestados constatan la importancia de un buen desayuno para comenzar bien el día, el 96% asegura ver cada semana al menos un niño que no ha desayunado nada, y casi la mitad (40%) se encuentran a diario con niños que no desayunan lo suficiente para rendir a un nivel óptimo en clase.

El estudio Kellogg’s, realizado en julio de 2014, recoge las opiniones de 2.500 profesores europeos de primaria y secundaria de Irlanda, Bélgica, Alemania, Italia y España  (500 profesores en todo el territorio español). Para más de un tercio (38%) de los profesores encuestados, el número de niños que acude a las aulas con hambre en nuestro país se ha incrementado con respecto al año anterior, siendo para el 80% de los encuestados, la situación financiera de las familias, la principal causa. La otra razón fundamental por la que los niños no desayunan es la falta de hábito.

Según Ana Fraile, profesora y directora del colegio Pío XII de Madrid, “en los últimos años hemos notado un aumento de los niños que vienen sin desayunar al colegio. Esto no sólo les provoca problemas físicos, sino también falta de concentración, apatía y, como consecuencia, disminuye considerablemente su rendimiento escolar”.

¿Cuáles son las consecuencias de un desayuno incompleto?

Un desayuno incompleto tiene consecuencias directas en las aulas y, según los datos recogidos, los profesores reconocen que los niños que acuden al colegio sin desayunar pierden una media de 1h y 8 minutos al día de su tiempo de aprendizaje, lo que equivaldría a 8 semanas lectivas.

Y es que para el 68% de los profesores encuestados estos alumnos tienen, sobre todo, dificultad para concentrarse, el 48% acusa una menor participación en clase, el 47% una menor predisposición a aprender y el 38% atribuye peores resultados en los exámenes y alumnos más apáticos. Además, un 52% de los profesores españoles afirma que un niño con hambre molesta a otros niños de la clase.

A nivel psicológico, los efectos de un desayuno  inadecuado o nulo se manifiestan en dos ámbitos, según Francisco Rodríguez Santos, profesor  universitario de Psicología: la cognición y el comportamiento. “En cuanto  a la cognición, los niños que no desayunan tienen  más dificultades de memoria, cometen más errores y en general resuelven los problemas de forma más lenta. En lo que se refiere al comportamiento, se muestran más inquietos y tienen más problemas para afrontar situaciones de estrés, lo que puede dar lugar a conflictos en el contexto escolar”.

Los bancos de alimentos

El 57% de los profesores encuestados reconoce haber dado referencias de bancos de alimentos y comedores sociales a familias necesitadas, dato que se eleva al 73% en los maestros andaluces. Además, un 28% afirma que lleva comida al colegio para dársela a niños que no desayunan habitualmente.

Un 38% de los maestros afirma que cada vez son más las familias que acuden a estos centros, de hecho, la mitad declara que varias familias de sus alumnos pasarían hambre si estas ayudas no existieran.

Un desayuno completo

Según el Dr. José Manuel Moreno Villares, Pediatra-Nutricionista, “un desayuno completo para un niño debe incluir lácteos, cereales y fruta. Se trata de una de las comidas de mayor valor nutricional, ya que con una cantidad relativamente pequeña de alimentos proporciona un aporte importante de nutrientes, como por ejemplo calcio, fósforo, proteínas y algunas vitaminas y minerales”. “Un buen desayuno  ayuda a empezar bien el día, para ello, es bueno contar con la colaboración de los padres y crear el hábito de  sentarse a la mesa con tiempo suficiente, al menos 15 minutos”.

Puedes descargar el estudio completo aquí.