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Los hábitos del verano incrementan el riesgo de que niños y adolescentes aumenten de peso

 

hábitos verano

 

La época estival tiende a ser un momento del año, junto con la Navidad, en la que los buenos hábitos nutricionales tienden a relajarse. “En los meses previos al verano se observa mayor sensibilidad para adoptar medidas preventivas o terapéuticas encaminadas a tratar el exceso de peso”, explica el doctor Javier Salvador, presidente de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). Sin embargo, una vez inmersos en las vacaciones, esta actitud queda aparcada, cuando según el experto, “sería óptimo aprovechar los meses de verano para iniciar un cambio en los hábitos nutricionales y de estilo de vida que permita retomar un camino de salud para el resto del año”.

Así, en las vacaciones se tiende a comer mayor cantidad de alimentos de alta densidad energética como la “comida basura”, dulces o bebidas gaseosas calóricas. “Esta actitud provoca que se adquiera un esquema de alimentación desordenado basado en la ingesta de múltiples tomas y a horas muy distintas, incluyendo horas nocturnas que pueden llegar a alterar los patrones del sueño, lo que no siempre va acompañado de un incremento en la actividad física”, alerta este experto. Sin embargo, hay excepciones y muchos niños y adolescentes consiguen mejorar su composición y su peso corporal en el periodo vacacional ya que “se les permite realizar más actividad física y realizar una alimentación más ligera, rica en verduras y frutas y no tanto en alimentos con alto contenido en grasas”.

No hay alimentos prohibidos o inadecuados

“En cómo se alimenten sus hijos tienen un papel fundamental los padres”, afirma el doctor Salvador. “En el período estival la convivencia familiar puede hacerse más frecuente y, por tanto, el impacto de la educación nutricional en ese ámbito sigue siendo extremadamente importante- y añade- muchos niños imitan lo que han visto y vivido en su familia, por lo que su salud nutricional se ve influida de forma prioritaria por el ambiente doméstico”.

“No hay alimentos prohibidos o inadecuados, sino la ingesta incorrecta en frecuencia y cantidad de algunos de ellos lo que genera el problema del sobrepeso”, asegura el doctor Salvador. “No hay problema si uno se excede en la ingesta de verduras, pero sí si lo hace de forma continuada en la de alimentos con alta densidad energética, como dulces, helados, bebidas hipercalóricas, embutidos o alimentos ricos en grasas animales”, asegura. “Los alimentos ricos en fibra, las hortalizas, verduras, frutas, pescados o carnes blancas son más aconsejables, especialmente si se cocinan de manera que no se añada más contenido calórico: a la plancha o al vapor, por poner algunos ejemplos”.

Los alimentos ricos en carbohidratos de absorción rápida y aquellos ricos en grasas, especialmente de origen animal, son los que más promueven el aumento de peso y grasa corporal, por lo que es necesario prescindir de este tipo de alimentos en su justa medida, lo que no quiere decir eliminarnos por completo de la dieta. “Plantearse llevar a cabo una dieta drástica es poco inteligente porque atenta contra la salud y no necesariamente mejora la situación de sobrepeso y obesidad. Hay que huir de la realización de dietas excesivamente hipocalóricas y carentes en uno o varios grupos de alimentos que puede hacer que uno pierda peso precisamente del compartimento que ha de mantenerse como la masa muscular, ósea o del agua del organismo”, asegura el doctor.

Especialmente sensibles a este tipo de dietas son aquellas personas con patologías asociadas como diabetes, hipertensión, trastornos hepáticos o renales, ya que una alimentación inadecuada “puede tener repercusiones muy serias”. Es por este motivo, explica el doctor Salvador, por el cual “si existen dudas sobre el tipo de alimentación que uno debe hacer, y especialmente si existe algún tipo de enfermedad asociada, es conveniente consultar a los profesionales sanitarios especialistas en este terreno para obtener una información rigurosa y un consejo eficaz y seguro para su salud”.

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XX Congreso Internacional de Nutrición

El evento, de máxima referencia y de mayor prestigio en el sector de la nutrición a nivel internacional, está promovido por la Unión Internacional de Ciencias Nutricionales (IUNS en sus siglas en inglés) y organizado por la Sociedad Española de Nutrición (SEN).

Según el Prof. Ángel Gil, Presidente del Congreso IUNS-ICN, “este evento representa el Congreso de nutrición más importante del mundo. Se celebra cada cuatro años: es el equivalente a las Olimpiadas de la nutrición y alimentación. El logo del Congreso está representado por una granada, semillas que se extienden dentro de un mapa del mundo como si se tratara de países, siendo España el centro. También representa “Granada”, la ciudad en la que el congreso se llevará a cabo”.

“El Congreso ha sido diseñado para considerar y evaluar los avances en la investigación y la nutrición. El objetivo último es la investigación en nutrición y su aplicación a la salud humana”, señala el Prof. Alfredo Martínez, Presidente del Comité Científico de IUNS-ICN.

<b>Las Olimpiadas de la nutrición y la alimentación</b>

El Congreso, que abordará ochos grandes temas relacionados con la alimentación y la nutrición, estará conformado por 6 lecciones plenarias, 32 lecciones especiales, 4 sesiones de debate, 100 simposios paralelos y 38 simposios patrocinados por entidades públicas y empresas en los que se tratarán asuntos como: la nutrición personalizada a través de la nutrigenómica y la nutrigenética; la alimentación en los distintos ciclos de la vida; la nutrición y la actividad física; la nutrición específica para cada enfermedad y la desnutrición hospitalaria. También se abordará qué sabemos hoy sobre los alimentos funcionales, los hábitos nutricionales en los diferentes lugares del mundo, el valor de la dieta mediterránea en la prevención de enfermedades crónicas y políticas alimentarias, educacionales y de seguridad de los alimentos.

“Durante el Congreso se abordarán los últimos conocimientos en materia de alimentación y nutrición que se han producido en los diversos ámbitos. Profundizaremos en cómo nuestros genes interaccionan con los nutrientes y cómo los compuestos que están presentes en los alimentos interaccionan a su vez con nuestros genes. Asimismo, discutiremos sobre la importancia de la nutrición durante el ciclo de la vida, destacando la actividad física como parte fundamental del ciclo vital”, explica el Prof. Martínez.

La epidemiología de la nutrición será otro de los grandes temas que se tratará, “se presentarán estudios de grandes cohortes que han evaluado qué tipo de alimentos son más saludables y cuáles son los que, cuando se consumen de forma inadecuada, pueden condicionar la presencia de ciertas enfermedades crónicas no transmisibles”, señala el Prof. Luis Moreno, vice-presidente del Comité Científico IUNS-ICN.

En cuanto al tema de la nutrición en el manejo de enfermedades y cómo puede ayudar a prevenir e incluso curar enfermedades, el Prof. Gil afirma que, “la nutrición clínica y hospitalaria son básicas para disminuir los tiempos de estancia hospitalaria de los pacientes. Los alimentos, utilizados adecuadamente, pueden ser unos potentes elementos para mitigar la enfermedad”.

Asimismo, para poder establecer tratamientos específicos o políticas de intervención a nivel nacional o supranacional, el Prof. Moreno subraya que, “es importante saber cuál es el estado nutricional de las poblaciones y saber la aplicación de determinados nutrientes que ayudan a mejorar la salud de la población”.

En este sentido, el Prof. Gil hace referencia a la situación nutricional española, “es similar a la de otros países desarrollados del área mediterránea. Destaca la elevada frecuencia de la obesidad en todos los grupos de la población, especialmente en los niños y los adolescentes. A esto se suma que la población en España y los países del sur de Europa es cada vez más sedentaria.”

Otro tema de gran interés para la población es el papel de los alimentos funcionales y el uso de microorganismos -denominados probióticos-, cómo pueden usarse para modular sobre todo nuestra microbiota intestinal, con fines beneficiosos para la persona. “Hay una serie de sustancias bioactivas presentes en los alimentos (como por ejemplo, los polifenoles de los aceites, de los vinos, de las frutas y verduras) que tienen efectos fisiológicos muy importantes”, añade el Prof. Gil.

Otros retos que se abordarán son promover el avance de las Ciencias de la Nutrición y de la investigación mediante la cooperación global, promover la colaboración entre científicos dedicadas a la nutrición y difundir la información de las Ciencias de la Nutrición a través de las tecnologías de la comunicación, particularmente en los países iberoamericanos y de la cuenca mediterránea.

“Realmente este encuentro no es sólo para la difusión y construcción de la Ciencia si no para buscar aplicaciones prácticas de políticas sanitarias”, concluye el Presidente del Comité Científico IUNS-ICN.

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Menos calorías y más agua para prevenir los golpes de calor en mayores

Con el aumento de las temperaturas, las personas mayores tienen más riesgo de sufrir una hipertermia o golpe de calor. La hipertermia se desencadena cuando los mecanismos de regulación térmica del organismo no pueden responder a las altas temperaturas, lo que tiene graves repercusiones que pueden llevar a un fracaso orgánico irreversible.

“Los síntomas de la hipertermia son diversos y algunos inespecíficos, tales como dolor de cabeza, sensación de boca seca y pastosa, náuseas, vómitos, mareos, escalofríos, desorientación, piel seca y enrojecida y disminución de la respuesta, hasta llegar a una posible pérdida de conciencia”, explica el Dr. Francesc Formiga, director del Programa de Geriatría del Hospital Universitario de Bellvitge (HUB).

Para prevenir estas situaciones, una de las recomendaciones esenciales es ingerir muchos líquidos. En este sentido, las personas mayores en verano deben seguir una dieta diferente de la que normalmente siguen durante el período otoño-invierno. “No se trata de comer menos en verano, sino de seguir una dieta que signifique la ingesta de menos calorías y una mayor hidratación”, asegura el Dr. Formiga.

Para conseguir el equilibrio entre la cantidad de líquido que entra y el que sale del organismo hay que beber entre 2 y 2,5 litros de líquido gradualmente a lo largo del día, con más frecuencia por la mañana y la tarde que no por la noche, para evitar la incontinencia nocturna. En caso de despertarse por la noche en verano, se recomienda tomar líquidos.

Asimismo, es aconsejable hacer comidas ligeras y evitar la exposición al sol, sobre todo en las horas de mayor intensidad (de 12.00 a 16.00 horas) y cuando la humedad relativa es superior al 60 por ciento.

Cabe recordar que la falta de sed es engañosa, por lo que se debe consumir agua, infusiones o zumos de frutas aunque no se tenga la sensación de sed, y evitar el consumo de bebidas alcohólicas aunque se tenga la creencia incorrecta que hacen disminuir la sed.

“Cuando la temperatura exterior es muy alta y las pérdidas de líquidos no se reemplazan de forma adecuada, se produce una situación de deshidratación, la tensión arterial baja, aparece sensación de debilidad e incluso calambres musculares”, indica el Dr. Jordi Monedero, director de la Atención Primaria del Delta del Llobregat. “Si esta situación no se corrige a tiempo se pierde la capacidad de sudoración y la piel presenta un aspecto seco y enrojecido, la temperatura corporal sube progresivamente hasta cifras que superan los 40 grados, se entra en hipertermia y si este proceso continúa, se puede llegar a una situación de choque en la que se produce un fallo de los distintos órganos, convulsiones y coma”, añade.

Durante las olas de calor, la mortalidad por golpe de calor puede llegar a superar el 70% de todos los casos.

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Consejos para evitar intoxicaciones alimentarias

Especialistas del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria (HUNSC), adscrito a la consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, han recordado la importancia de extremar las medidas habituales de higiene para evitar “toxiinfecciones” alimentarias durante la época estival.

En una nota, estos expertos han explicado que durante el verano se modifican hábitos alimentarios, dado que se cambian la cantidad y el número de ingestas que se realizan a lo largo del día, la manera de preparar determinadas comidas o el lugar donde estas se elaboran o se consumen.

A ello han agregado que, si dichas modificaciones no se realizan extremando las medidas higiénico-sanitarias, pueden derivar en intoxicaciones alimentarias, entre las que las más frecuentes son las gastroenteritis o la inflamación del estómago y los intestinos.

Esa última circunstancia se da cuando algunos microorganismos -virus, parásitos o bacterias- se multiplican en el tubo digestivo, como consecuencia de la ingesta de alimentos contaminados con estos agentes o sus toxinas.

En este sentido, los especialistas del HUNSC han señalado que, si bien las “toxiinfecciones” alimentarias se producen a lo largo de todo el año, su incidencia aumenta durante los meses de verano debido a las altas temperaturas, que favorecen la reproducción de los citados microorganismos, y también porque existe una tendencia a comer fuera de casa.

Las principales recomendaciones que realizan desde el Servicio de Aparato Digestivo es llevar a cabo consejos básicos, tales como lavarse manos antes, durante y después de preparar las comidas o evitar la contaminación cruzada separando productos crudos de cocinados y lavando los utensilios de cocina tras cada uso.

También se deben lavar y pelar frutas y verduras; no consumir leche cruda o no pasteurizada, ni huevos crudos, carne cruda o poco cocinada; prescindir de la elaboración de salsas caseras; preparar el menú o los alimentos con la menor antelación posible antes de su consumo, y no descongelar los alimentos a temperatura ambiente sino en el frigorífico.

Además, es importante mantener los alimentos en la temperatura adecuada, no recongelarlos y no tomar productos de establecimientos que no cuenten con sistemas de protección como vitrinas o frigoríficos.

Las consecuencias

Las consecuencias de la gastroenteritis dependerán de la edad, el estado de salud del paciente y la causa que haya provocado esta intoxicación, han apuntado los especialistas.

En las gastroenteritis, la presencia de vómitos y diarreas ocasionan pérdidas de líquido y electrolitos, causando deshidratación, sed, dolor de cabeza, debilidad, mareos, somnolencia, irritabilidad, cansancio, dificultad para concentrarse o bajada de tensión arterial.

La mayoría de casos de gastroenteritis son autolimitados y no requerirán asistencia médica, sino que, con reposo, dieta y una adecuada hidratación, será suficiente. Para ello, se tomará como mínimo dos litros de líquido al día, en pequeñas cantidades, pudiendo utilizar soluciones caseras de suero, caldos elaborados con hidratos de carbono, refrescos de cola, té sin cafeína o bebidas isotónicas.

No obstante es aconsejable utilizar soluciones de rehidratación oral, que pueden adquirirse en farmacias sin receta médica, ya que presentan la composición recomendada para la reposición de electrolitos.

Es posible que algunos pacientes precisen de tratamiento farmacológico que debe ser pautado por el médico de Atención Primaria. Sin embargo, no se deben tomar fármacos antidiarreicos sin consultar previamente al médico, dado que en determinados casos podrían ser perjudiciales y empeorar los síntomas.

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Las chicas anoréxicas suelen tener rasgos autistas

Las chicas que padecen anorexia suelen tener ciertos rasgos autistas, según ha mostrado un equipo de investigadores del Centro de Investigación del Autismo de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), liderados por Simon Baron-Cohen.

Para llevar a cabo esta investigación, publicada en la revista BioMed Central Molecular Autism, los investigadores estudiaron a 66 chicas de entre 12 y 18 años con anorexia, a las que compararon con más de 1.600 adolescentes sanos analizando el cociente del espectro autista (AQ, por sus siglas en inglés), el cociente de sistematización (SQ) y el cociente de empatía (EQ).

Así, los expertos comprobaron que las niñas que padecían anorexia tenían un mayor cociente de sistematización y un menor cociente de empatía, rasgos que, según los investigadores, son característicos de la enfermedad del autismo.

“Tradicionalmente, la anorexia ha sido vista simplemente como un trastorno de la alimentación. Esto es bastante razonable, pero esta investigación ha desvelado que la mente de una persona con anorexia puede compartir mucho con la mente de una persona con autismo”, ha asegurado Baron-Cohen.

Y es que, las personas con autismo tienen niveles de deterioro variable que van desde la interacción social, la empatía, los intereses repetitivos hasta el lenguaje y la comunicación.

En este sentido, el investigador ha insistido en que la anorexia y el autismo comparten ciertas características como, por ejemplo, las actitudes y comportamientos rígidos o la tendencia a centrarse en uno mismo.

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Consejos para viajar seguro con Enfermedad Inflamatoria Intestinal

Durante las próximas semanas, miles de personas se irán de viaje para huir del calor y disfrutar de sus vacaciones de verano. Para más de 200.000 españoles con Enfermedad Inflamatoria Intestinal, las vacaciones necesitan más planificación para minimizar el impacto que el viaje pueda ocasionar en el curso de su enfermedad.

La Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) engloba tanto la Enfermedad de Crohn como la Colitis Ulcerosa y la colitis indeterminada. Son patologías crónicas, inmunológicas y discapacitantes que producen, entre otros síntomas, diarrea o sangrado rectal y alternan periodos de brote con etapas de remisión. La EII puede ser diagnosticada en personas de cualquier edad, sin embargo, está mayoritariamente diagnosticada en personas jóvenes, principalmente entre los 20 y los 30 años de edad. En concreto, debido a los fuertes dolores intestinales y diarreas de urgencia, las personas que padecen esta enfermedad se hacen muchas veces dependientes de un cuarto de baño.

Viaje, alimentación y dieta

Muchos españoles eligen como destino vacacional en verano las costas españolas. En algunas ocasiones, la Enfermedad Inflamatoria Intestinal puede dificultar el propio viaje, así como la estancia en la playa. Según Ildefonso Pérez, presidente de la Confederación de Asociaciones de Enfermos de Crohn y Colitis Ulcerosa de España, ACCU España, “cuando las personas que padecen esta enfermedad viajan en coche, normalmente calculan las distancias y toman el camino que más estaciones de servicio y paradas tengan para que, en el caso de iniciarse un brote de ésta, puedan tener cerca un baño. Además de ello, pasar el día en la playa para una persona con EII no es tan fácil como lo concibe el resto de la población, ya que en la mayoría de las playas no existen los cuartos de baño. Por eso, los pacientes, antes de viajar, escogen un destino vacacional con playas transitadas que, por regla general, suelen ser las que tienen un baño cercano”.

Asimismo, deben cuidar su alimentación para evitar crisis, ya que la enfermedad puede asociarse a problemas de intolerancia a diferentes alimentos, principalmente los más irritantes para el aparato digestivo, tales como alimentos picantes o ácidos.

Leyre Marín Noguera, paciente con Enfermedad de Crohn de la asociación ACCU Canarias, explica que, “la enfermedad nunca ha representado un problema a la hora de viajar, incluso aunque haya tenido algún ingreso durante los viajes realizados con mi familia. Cuido mi alimentación, ya que es fundamental para no tener ningún tipo de problema. Por ejemplo, cuando acudo a países tropicales y asiáticos nunca como alimentos no cocinados como ensaladas, ni tampoco picantes y, además, el agua siempre la compro embotellada. Siempre descanso lo que necesito y para las actividades en general intento aplicar el sentido común”. Además, su madre, Cristina Noguera, afirma que, “desde que mi hija empezó a padecer la Enfermedad de Crohn, ésta se ha convertido en una enfermedad de toda la familia, ya que debemos planear nuestros viajes y demás en función de ésta”.

José Ramón Marinas, paciente con Enfermedad de Crohn de la asociación ACCU Asturias, comenta que, “siempre utiliza el sentido común para evitar los excesos, tener un buen descanso, una alimentación saludable, etc., por eso nunca he tenido ningún problema”.

Viajar con medicación

Los tratamientos en la Enfermedad Inflamatoria Intestinal permiten mantener la enfermedad bajo control, limitando la aparición de brotes.

José Ramón Marinas asegura que, “dado que la medicación debe conservarse bajo unas condiciones ambientales determinadas, intento viajar en función de los días en que tengo que tomar esta medicación para que no coincida con su administración. Si tengo que viajar con la medicación, informo a la aerolínea e intento que durante el viaje ésta esté lo más refrigerada posible. Nunca he tenido problemas por ello y siempre me la han guardado junto con las bebidas en los aviones. Toda mi medicación viaja siempre en mi maleta de mano. Además, procuro llevar medicación extra para que, en caso de extravío de uno de los bultos del equipaje, siempre tenga todo lo que tomo habitualmente. Además de ello, para algunos países que son bastante rigurosos con la entrada de medicinas en su territorio, llevo un certificado médico con la medicación que suelo tomar”.

Con respecto al transporte de los medicamentos, Leyre Marín Noguera concluye que, “viajo con la medicación en una maleta aparte y asegurándome de que las condiciones ambientales son las más adecuadas. Por lo que me pueda pasar, siempre me informo de los hospitales más cercanos que hay en el país al que viajo y acerca de cómo funcionan”.

10 consejos para viajar con Enfermedad Inflamatoria Intestinal, avalados por ACCU España:

1. Habla con tu médico y comparte con él los detalles de tu viaje.

2. Lleva el teléfono y el correo electrónico de contacto del centro donde realizan el seguimiento de tu enfermedad.

3. Infórmate de los hospitales en tu destino vacacional.

4. Infórmate de las vacunas que debes administrarte y pregunta a tu médico o enfermera de referencia sobre si son compatibles con la medicación que tomas en ese momento. Antes de viajar al extranjero, comprueba que estés cubierto por tu seguro de asistencia médica.

5. Si tomas alguna medicación, solicita a tu médico un certificado al respecto, para que no haya problemas en el aeropuerto con los controles de seguridad (en español e inglés, si es posible). Además, debes llevar contigo un informe médico donde se describa tu estado de salud actual y la pauta de medicación prescrita.

6. Lleva la cantidad suficiente de medicación para toda la estancia y no olvides tomarla.

7. Pregunta a tu médico si tomar el sol es compatible con el tratamiento que estás tomando. En caso afirmativo, recuerda evitar las horas más críticas de sol y renueva tu protección solar periódicamente.

8. Si vas a viajar en coche, identifica las áreas de servicio que dispongan de un cuarto de baño.

9. En función de tu destino, puede ser conveniente no beber agua del grifo o bebidas con hielo, así como lavar ensaladas y frutas con agua embotellada, evita consumir alimentos crudos y salsas que contengan huevo crudo en su preparación.

10. Prepara un botiquín básico que contenga: suero oral, paracetamol, antiséptico y apósitos para las heridas, etc.

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La comida sana puede ayudar al autocontrol cuando se hace dieta

Muchas personas que hacen dieta tienen dificultades para adherirse a los planes cuando se enfrentan a la tentación de comer alimentos muy calóricos. Sin embargo, los alimentos saludables que están asociados con las dietas, como ensaladas y frutas, pueden recordar a personas que quieren bajar de peso sobre sus metas a largo plazo y mejorar el autocontrol, según concluyó una investigación que se presentó en la Reunión Anual de la Sociedad para el Estudio de la Conducta Digestiva (SSIB, en sus siglas en inglés) en Nueva Orleans, Estados Unidos.

Investigadores de la Universidad de Leeds (Reino Unido) pidieron a las mujeres que olieran naranjas frescas o chocolate y escribieran sobre los recuerdos provocados por el olor de los alimentos. Los investigadores encontraron que las mujeres que estaban a dieta para bajar de peso comieron un 60 por ciento menos de chocolate después de oler las naranjas frescas en comparación con el aroma del chocolate, mientras las que no hacían dieta ingirieron cantidades similares independientemente de los alimentos a los que estuvieron expuestos antes de picar.

En un segundo estudio, las imágenes de los alimentos o productos no alimentarios (por ejemplo, material de oficina) aparecieron brevemente en la pantalla mientras las participantes completaron una tarea distractora. Cuando se les proporcionó la oportunidad de comer una variedad de alimentos dulces y salados, a quienes se les mostraron imágenes de alimentos saludables comieron menos que las que fueron expuestas a artículos no alimentarios.

Comer alimentos saludables puede ayudar a personas que hacen dieta a reducir el número de calorías que consumen y la comida sana sirve para recordar la meta de la dieta y promueve la sensación de saciedad durante más tiempo.

En un tercer estudio, los científicos dieron a los participantes una ensalada, pan de ajo o agua y luego ofrecieron pizza como plato principal. Encontraron que a pesar de la ensalada y el pan de ajo tenían la misma cantidad de calorías, las mujeres a dieta comieron menos si consumieron el aperitivo de ensalada en comparación con el pan de ajo o el agua, mientras que las que no estaban a dieta comían cantidades similares con la ensalada como aperitivo que con el pan de ajo o el agua.

Pregnant woman getting ultrasound from doctor

La comida basura durante el embarazo altera el desarrollo de la vía de señalización de opioides en los hijos

El consumo de una dieta con comida basura durante el embarazo provoca cambios en el desarrollo de la vía de señalización de opioides en el cerebro del bebé y altera permanentemente la forma en que este sistema funciona después del nacimiento, según concluye una investigación que se presentará en la Reunión Anual de la Sociedad para el Estudio de la Conducta Digestiva (SSIB, en sus siglas en inglés), que se celebra en Nueva Orleans (Estados Unidos).

Los opioides son sustancias químicas que se liberan cuando comemos alimentos que son altos en grasa y azúcar y que son responsables de causar la liberación de la dopamina. Los investigadores encontraron que el gen que codifica uno de los opioides endógenos clave, encefalina, se expresó en un nivel superior en los hijos de madres que habían consumido una dieta de comida basura que en los de progenitoras que comieron alimentación estándar.

Este conocimiento sobre el aumento de la encefalina, junto al trabajo previo realizado por este grupo de investigación, que mostró que un bloqueador del receptor opioide fue menos eficaz en la reducción de la ingesta de grasa y azúcar en las crías de ratas alimentadas con comida basura, proporciona evidencia de que la vía de señalización opiode en la descendencia es menos sensible a la exposición a la comida basura.

Al ser menos sensibles a los opioides, significa que los individuos cuyas madres comieron cantidades excesivas de comida basura durante el embarazo y la lactancia, tendrían que comer más comida de este tipo para tener una respuesta (“sensación buena”), lo que los haría más propensos a consumir más de estos alimentos altos en grasa y ricos en azúcar.

Jessica Gugusheff, del Centro de Investigación FoodPlus en la Universidad de Adelaide, directora de esta investigación, afirma que “los resultados de este estudio con el tiempo permitirán informar mejor a las mujeres embarazadas sobre el efecto perdurable que tiene su dieta sobre el desarrollo de las preferencias alimentarias de su hijo durante toda la vida y el riesgo de los efectos metabólicos negativos”.

Stress humano

Descifradas las interconexiones entre estrés, obesidad, enfermedades metabólicas y dieta

Debido a los cambios de estilo de vida como el sedentarismo y el uso frecuente de comidas grasas, las enfermedades relacionadas con la obesidad están consideradas en estos momentos como una auténtica pandemia a nivel mundial, independientemente de la edad de los individuos, su sexo o grado de desarrollo del país en que viven.

El síndrome metabólico engloba una serie de problemas médicos que aparecen simultáneamente como la diabetes de tipo II, la hiperglucemia, hiperinsulinemia, hipertrigliceridemia e hígado graso. Aunque generalmente se inducen junto con la obesidad, hay casos menos frecuentes en que pueden detectarse en pacientes no obesos.

Junto con la dieta, existen otros factores que parecen influir en el desarrollo de estas enfermedades como es, por ejemplo, el estrés. Sin embargo, hasta este momento, había una gran disparidad de datos clínicos sobre el tema lo que impedía tener una idea clara del problema. Esto se debía a que, al tenerse que estudiar esta influencia en enfermos que ya habían desarrollado la enfermedad, no era posible estudiar cómo se había producido la evolución de dichas enfermedades a lo largo del tiempo y, por tanto, saber si venía antes el “huevo o la gallina”. Además, dado que en el desarrollo de estas enfermedades influye una gran diversidad de factores ambientales (tipo de dieta, hábitos de vida) y genéticos (raza de los individuos, tendencia diferencial de las personas a desarrollar estas enfermedades, sexo, edad, otras enfermedades), los estudios clínicos daban lugar a resultados muy variables y contradictorios entre sí, lo que impedía llegar a conclusiones definitivas.

Por otro lado, al tratarse de personas, otro problema que impedía obtener una solución a esta pregunta era que los estudios debían hacerse de manera no invasiva y durante un tiempo limitado en los pacientes, lo que determinaba que sólo se pudiese estudiar la evolución de un grupo muy reducido de parámetros clínicos y periodos de tiempo muy cortos. Debido a ello, hasta ahora existían datos muy dispares sobre el efecto del estrés, el síndrome metabólico, la obesidad y el tipo de dieta. Así, mientras que unos estudios indicaban una acción protectora del estrés y del sistema nervioso sobre estas enfermedades, otros estudios establecían que su acción en cambio era perjudicial. Tampoco estaba claro si el estrés venía antes del síndrome metabólico o, en cambio, era éste el que inducía la activación del sistema nervioso que inducía respuestas de estrés. Finalmente, había datos contradictorios sobre si la hipertensión inducida por la obesidad podía ayudar o no al desarrollo de algunos de los problemas asociados al síndrome metabólico como era la diabetes de tipo 2.

Resultados de la investigación

Los resultados del estudio, realizados con animales modificados genéticamente y publicados en la revista Cell Metabolism, dan por primera vez una visión clara sobre este problema, indicando que el sistema nervioso y el estrés tienen funciones diferentes en el desarrollo de estas enfermedades en función de la dieta habitual de los individuos. Así, en individuos con dieta sana, el estrés y la hiperestimulación nerviosa favorecen el desarrollo de hígado graso, la diabetes tipo 2 y otros problemas relacionados como la hiperglucemia, hiperinsulinemia y la hiperlipidemia. En cambio, en individuos con dieta grasa, su papel es en cambio protector, evitando que surjan estas enfermedades e, incluso, la obesidad. Los resultados también permitieron descartar de manera inequívoca que la presión arterial alta contribuya de manera directa al desarrollo de la diabetes de tipo 2 como se postulaba en algún estudio previo.

El estudio también predice que terapias dirigidas contra la rama del sistema nervioso que determina la reacción del organismo al estrés podrían ser de interés para tratar pacientes con síndrome metabólico que no sean obesos. En cambio, esas terapias pasarían a tener efectos perniciosos en caso de ser administradas a pacientes obesos.

“Cuando vimos la disparidad de datos clínicos existentes sobre las interconexiones entre estrés, síndrome metabólico, obesidad y dieta, nos dimos cuenta de que teníamos el animal modelo ideal para resolver las polémicas existentes en este campo” explica el Dr. Xosé Bustelo, profesor de investigación del CSIC que trabaja en el Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca, un centro mixto del CSIC y la Universidad de Salamanca.

Durante estudios previos, este equipo había desarrollado un ratón modificado genéticamente para estudiar el posible papel terapéutico de la oncoproteína Vav3 en cáncer y otras patologías. Cuando estos ratones fueron analizados, el grupo pudo comprobar que tenían una alteración desde su nacimiento que hacía que tuviesen continuamente activado el sistema nervioso relacionado con el estrés. “Esto nos dio la idea de utilizarlos para solventar todas las preguntas relacionadas con la acción del estrés sobre enfermedades metabólicas”, comenta el Dr. Mauricio Menacho-Márquez, investigador del Centro de Investigación del Cáncer y primer firmante del artículo de investigación.

En efecto, “estos ratones nos dan un modelo único para estudiar cómo el estrés contribuía a largo plazo al desarrollo o prevención de dichas enfermedades metabólicas, algo que nunca se pudo abordar con pacientes humanos”, añaden los Dres. Bustelo y Menacho-Márquez. De hecho, “el seguimiento periódico de estos ratones desde su nacimiento hasta una edad equivalente a la que tendrían personas con 80 años nos daba una oportunidad única de ver los efectos a largo plazo del estrés y, además, ver cómo éstos variaban en función de la dieta, la edad o la administración de diversos tipos de fármacos”, añade el Dr. Bustelo. Además, “dado que los animales tenían un componente genético homogéneo y condiciones ambientales idénticas, nos permitía establecer correlaciones directas entre las condiciones experimentales y la evolución de la enfermedad y, por tanto, establecer inequívocamente causas y efectos. Esto era imposible de hacer en humanos”, añade el Dr. Menacho-Márquez.

En la investigación también han participado los laboratorios de los Dres. Rubén Nogueiras y Carlos Diéguez, dos investigadores gallegos que trabajan en el Centro de Investigación en Medicina Molecular y Enfermedades Crónicas (CIMUS) de la Universidad de Santiago de Compostela.

Wasted Young Man

La dieta durante el embarazo puede hacer a los hijos más sensibles al consumo de alcohol y las drogas

La mayoría de las mujeres a la edad de procrear en Estados Unidos tienen sobrepeso “probablemente debido a que comen en exceso alimentos ricos en grasa y/o con alto contenido de azúcar. El aumento de la obesidad prenatal e infantil y el aumento del número de jóvenes que abusan del alcohol y las drogas son problemas que pueden ir en aumento”, comentó Nicole Avena, neurocientífica de investigación en el Instituto del Cerebro McKnight de la Universidad de Florida (Estados Unidos).

En comparación con las crías de las ratas que comían la alimentación habitual de los roedores, las crías de ratas que se alimentaron con dietas ricas en grasa o alto contenido de azúcar durante el embarazo pesaron más de adultos y bebieron más alcohol; y las crías de las ratas que habían seguido dietas altas en azúcar también fueron más sensibles al abuso de drogas como la anfetamina, destacó Avena, cuyo trabajo examinó tres estudios, con una duración cada uno de tres meses y la participación de entre tres y cuatro ratas hembras adultas y entre 10 y 12 crías en cada modelo dietético.

Los investigadores compararon el peso y el comportamiento sobre el consumo de drogas entre las crías de ratas alimentadas con dietas ricas en grasas, sacarosa, o jarabe de maíz con alta cantidad de fructosa, con la descendencia de ratas que tuvieron una alimentación normal de roedores durante la gestación o la lactancia.

Para determinar los efectos de las dietas de las madres durante la gestación, las crías de ratas alimentadas con dietas ricas en grasas, altas en sacarosa o fructosa de jarabe de maíz fueron amamantadas por ratas madres que tomaban comida normal. Para hallar los efectos de las dietas de las madres de las crías durante la lactancia, las crías de madres que habían tomado comida normal fueron amamantadas por madres ratas que comían alimentos altos en alta sacarosa, en grasa o jarabe de maíz de alta fructosa.

La dieta alta en grasa contenía un 50 por ciento de grasa, 25 por ciento de hidratos de carbono y 25 por ciento de proteína, mientras que la dieta de control refleja una dieta recomendada en humanos, con 25 por ciento de grasa, 50 por ciento de hidratos de carbono y 25 por ciento de proteína, según Avena.

La descendencia de las ratas que tenían dietas altas en grasa durante el embarazo bebió significativamente más alcohol en la edad adulta que las crías de ratas con la dieta normal, mientras que no hubo diferencias en la cantidad media diaria de agua que bebieron o la comida que tomaron.

Las crías de las ratas en la dieta alta en grasas durante el embarazo también tenían niveles significativamente más altos de triglicéridos. Las crías de ratas alimentadas con dietas con alto contenido en jarabe de maíz de alta fructosa o sacarosa no mostraron diferencias en los triglicéridos en comparación con el grupo de comida regular.

Para comprobar los efectos de las dietas ricas en sacarosa y el jarabe de maíz alto en fructosa, los expertos dieron a un grupo de las ratas embarazadas una dieta diaria de comida regular más una solución de sacarosa al 10 por ciento o una solución de jarabe de maíz de alta fructosa del 16 por ciento. Los recién nacidos amamantados por las ratas, ya sea de dietas con alta sacarosa o jarabe de maíz de alta fructosa durante el embarazo, bebían más alcohol en comparación con las crías del grupo que no tomó ningún azúcar.

Además, las crías expuestas a cualquiera de las dietas ricas en azúcar antes del nacimiento o durante la lactancia se convirtieron en hiperactivos cuando se administraron dosis bajas de anfetamina, lo que sugiere la sensibilidad a la droga. Estos animales también pesaron significativamente más al final del estudio que los nacidos de las ratas que ingirieron comida regular.

Investigaciones previas con animales de laboratorio y personas han demostrado que comer en exceso alimentos de buen sabor altera sistemas cerebrales de recompensa, y las dietas con exceso de grasa y azúcar pueden causar un aumento del apetito, así como algunos comportamientos como la adicción, según el investigador principal.

“Nuestros hallazgos sugieren que incluso cuando las ratas están todavía en el útero, la exposición a dietas altas en grasas y ricas en azúcar puede, además de aumentar el peso corporal, conducir a una predisposición a beber alcohol y una sensibilidad a las drogas”, concluyó.

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Bloquear la ingesta de azúcar reduce el riesgo o la progresión del cáncer en obesos y diabéticos

Bloquear el azúcar de la dieta y su actividad en las células tumorales puede reducir el riesgo y la progresión del cáncer, según un estudio de investigadores de la Facultad de Medicina de Icahn del Hospital Monte Sinaí, en Nueva York, Estados Unidos. El trabajo, realizado en moscas de la fruta y publicado en la revista Cell, proporciona una visión de por qué las enfermedades relacionados con el metabolismo, como la diabetes o la obesidad, están asociadas con ciertos tipos de cáncer, incluyendo de páncreas, mama, hígado y colon.

Ross Cagan, profesor de Biología del Desarrollo y Regenerativa en el Hospital Monte Sinaí, desarrolló un modelo de cáncer en la mosca de la fruta Drosophila que permite a los científicos evaluar las enfermedades en todo el contexto animal y fijar múltiples objetivos genéticos, en vez de sólo mirar a la conexión de un gen de una enfermedad. Este experto usó moscas de la fruta para entender los efectos de la dieta y la resistencia a la insulina en la progresión del cáncer.

Las células utilizan la glucosa para obtener energía y crecer y cuando una célula se vuelve resistente a la insulina, la glucosa se acumula en la sangre en lugar de ser absorbida por la célula, por lo que la célula está hambrienta y conduce a enfermedades metabólicas como la diabetes. Debido a este crecimiento disfuncional, los científicos han estado desconcertados sobre cómo los tumores pueden prosperar en un entorno resistente a la insulina.

“Investigaciones anteriores han establecido una fuerte correlación entre las enfermedades metabólicas y el cáncer de páncreas, mama, hígado y colon, pero no han sabido cómo los tumores crecen tan agresivamente en este entorno si no tienen la energía proporcionada por la glucosa”, señaló Cagan, quien también es Decano Asociado de la Escuela de Graduados de Ciencias Biomédicas en el Monte Sinaí. “Utilizando nuestro modelo de mosca de la fruta, descubrimos cómo los tumores superan la resistencia a la insulina en el cuerpo y utilizan la disfunción metabólica en su beneficio”, añade.

El doctor Cagan y su equipo diseñaron moscas de fruta con expresiones de Ras y Src, dos oncogenes importantes, lo que provoca que desarrollen tumores de cabeza pequeños. A continuación, alimentaron a las moscas con una dieta alta en azúcar que promovió la resistencia a la insulina y encontraron que los niveles altos de azúcar dietético actúan junto con Ras y Src para elevar la sensibilidad a la insulina específicamente en las células tumorales.

El aumento gradual de la señalización de una vía importante que se llama Wingless/Wnt provocó una elevación de los receptores de insulina en las células tumorales que promovió aún más la sensibilidad a la insulina. Esta actividad en cascada llevó a estos tumores pequeños y débiles a comenzar a crecer agresivamente.

Armado con tres nuevos objetivos de drogas, para la glucosa, los oncogenes Ras/Src y Wingless/Wnt, Cagan y su equipo identificaron compuestos que pueden bloquear el proceso. Trataron a las moscas con acarbosa, un tratamiento para la diabetes; un compuesto llamado AD81; y un medicamento llamado pyrvinium. Acarbosa bloquea la conversión de azúcar en glucosa; AD81 detiene Ras/Src y la muerte celular que causan; y pyrvinium inhibe la señalización Wingless/Wnt, por lo que, en conjunto, este cóctel de fármacos reduce sustancialmente el tamaño del tumor y la progresión.

“Nuestro estudio muestra que el azúcar activa los oncogenes en el tumor, que luego promueven la sensibilidad a la insulina, lo que significa que exorbitantes niveles de glucosa en la sangre se vierten en el tumor, sin tener otro lugar adonde ir en el cuerpo resistente a la insulina”, subrayó Cagan. “Hemos identificado una combinación de tres fármacos que detiene esta actividad de señalización y crecimiento del tumor, sin afectar la función normal de las células”, agrega.

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La primera hamburguesa de laboratorio

Así lo ha avanzado durante la retransmisión en directo desde Londres donde dos voluntarios, la experta alimentaria Hanni Rutzler, y un escritor de Estados Unidos, Josh Schonwald, han sido los “pinches” que han probado por primera vez este alimento de laboratorio, aparte del chef Richard McGeown, encargado de cocinarlas.

Este “manjar”, cuyo sabor es similar al de la carne de vaca, según han asegurado, está hecha de carne fabricada en laboratorio, por científicos de la Universidad de Maastricht (Holanda), a partir de células madre de vaca.

La investigación ha sido financiada por el Gobierno Holandés y 300.000 euros de un empresario anónimo que, según ha publicado el Daily Mail, podría ser el primero en probar la hamburguesa, que costará más de 289.500 euros. (250.000 libras). Los expertos han explicado que, en crudo, es una carne gris con una textura resbaladiza similar a la del calamar o a la de la vieira.

Cinco años de investigación

El autor principal del trabajo, el profesor de la Universidad de Maastricht, Mark Post, ha indicado que, actualmente, se está utilizando un 70 por ciento de toda la capacidad agrícola para cultivar carne a través de la ganadería. “Si esto sigue así es necesario crear alternativas, porque sino la carne se convertirá en un alimento de lujo y acabará siendo muy caro”, añade.

Post ha explicado que ha trabajado en conseguir esta hamburguesa durante cinco años, al mismo tiempo que ha asegurado que la creación de la hamburguesa que hoy han consumido se ha “fabricado” en cerca de tres meses en el laboratorio. “Más rápido que una vaca”, ha bromeado.

“Tiene una consistencia perfecta aunque le falta sal y pimienta y su sabor es más suave que la hamburguesa normal”, ha señalado la experta alimentaria, al mismo tiempo que el escritor norteamericano, ha subrayado que le falta grasa a la hamburguesa. “El siguiente paso en la investigación”, según ha adelantado Post.

El proceso de creación

En su página web, “www.culturedbeef.net”, se reseña que uno de los principales objetivos de la misma es ayudar a erradicar el hambre en el mundo y la consiguiente demanda de carne, que creen que va a aumentar hasta en dos tercios, según datos de la propia FAO. “Esta hamburguesa representa el primer paso crucial para buscar una alternativa sostebible a la producción de carne”, subraya.

El proceso de creación de esta carne comienza con la obtención de células madre a partir de los músculos de la vaca. A continuación, se incuban en un caldo nutriente hasta que se multiplican muchas veces. De ahí nace un tejido pegajoso con la consistencia de un huevo cocido.

En este caso, se han fabricado 3.000 tiras de carne de laboratorio que, junto a unas 200 piezas de grasa animal –también realizada en el laboratorio– forman la hamburguesa.

El proceso de creación es todavía muy largo y caro pero, según Post, este proceso podría realizarse en seis semanas, contando desde la obtención de las células madre, hasta que la carne esté en el estante del supermercado. Para el científico, la prueba más difícil es la de una sociedad que le gusta pensar que los alimentos que ingieren “son naturales y no provienen de un tubo de ensayo”.

El primer intento de una hamburguesa de este tipo involucró a ratones y luego se trató de cultivar carne de cerdo antes de colocar la carne de vacuno.

Port ha explicado al diario The Independent que ahora se dedicarán a mejorar esta fórmula. A su juicio, es posible añadir más tejido graso a las fibras para hacerlas más agradables, así como otros nutrientes para hacer la carne sintética más nutritiva e, incluso, más saludable por la reducción de grasas saturadas. Del mismo modo, ha señalado que la carne picada o de relleno para salchichas deberían ser más fáciles de fabricar que un filete.

Según recoge la BBC inglesa, los investigadores dicen que la tecnología podría ser una forma sostenible de cumplir lo que dicen es una creciente demanda de carne, al mismo tiempo que advierte de que los críticos dicen que comer menos carne sería una manera más fácil para hacer frente a la escasez de alimentos previstos.

Eso sí, por el momento, los científicos sólo pueden hacer pequeños trozos de carne, los más grandes requerirían sistemas circulatorios artificiales para distribuir los nutrientes y el oxígeno.

Además, en un comunicado, la organización en defensa de los animales PETA ha celebrado que la puesta en marcha de esta carne cultivada en un laboratorio supondrá el fin de los camiones repletos de vacas y pollos, de los mataderos y de la ganadería intensiva, aparte de que se reducirán las emisiones de carbono, y se producirá, a su juicio, un suministro de productos “más seguro”.

Sobre la seguridad, el investigador señala que es tan seguro su consumo como el de una hamburguesa normal, o incluso su ingesta podría ser “más segura” que la de una hamburguesa corriente.