Family Eating Cheeseburgers Together

Las mujeres españolas consumen más proteínas y menos hidratos de carbono de lo recomendado

La población femenina española, de todos los rangos de edad, consume un 15 por ciento más de proteínas de la cantidad recomendada y respecto a la ingesta de hidratos de carbono se encuentra en el límite inferior de la recomendación o incluso por debajo.

Además, la principal fuente energética para las mujeres españolas procede de alimentos precocinados en el caso de las niñas y adolescentes; los productos cárnicos en mujeres adultas y el pan en mujeres mayores de 50 años.

Éstas son algunas de las conclusiones de un trabajo realizado por científicos de la Universidad de Granada, pertenecientes al grupo de investigación AGR-255 ‘Nutrición, Dieta y Evaluación de Riesgos’, que dirige la profesora Fátima Olea Serrano.

Los investigadores han llevado a cabo un estudio de hábitos de vida y nutricionales de la población femenina del sur de España, en una muestra formada por 3.400 mujeres de entre 3 y 86 años, clasificados por rangos de edad (niñas menores de 9 años, adolescentes entre 10 y 18 años, mujeres adultas de 19 a 49 años y mujeres mayores de 50 años).

Para llevar a cabo este trabajo, los investigadores realizaron una encuesta acerca de composición corporal, hábitos de alimentación, práctica de actividad física y otros hábitos de vida de la población analizada. Además, la encuesta incluía un cuestionario validado de frecuencia de consumo de alimentos y tres recuerdos de 24 horas, diseñados específicamente para el estudio.

Los datos se recopilaron desde el ámbito escolar y hospitalario, así como de los Centros Andaluces de Medicina del Deporte (CAMD) y centros de tercera edad.

El trabajo reveló que las principales fuentes de calcio son la leche y postres lácteos en niñas y adolescentes, mientras que la leche es reemplazada por el queso y el yogur conforme aumenta la edad. Los investigadores de la UGR indican que la población estudiada “cumple aproximadamente con el 50 por ciento de las características de la dieta mediterránea, con un seguimiento significativamente mayor conforme aumenta la edad”.

El desayuno

Además, según un índice propuesto para estimar la calidad del desayuno, las niñas y adolescentes realizan un desayuno de calidad media, con un valor medio de 5,68 sobre 10.

En general, las niñas y adolescentes que realizan el almuerzo en casa presentan un mayor seguimiento de la dieta mediterránea, mientras que el hábito de hacer dieta entre mujeres mayores de 18 años influye negativamente en el seguimiento de este patrón dietético. Las mujeres embarazadas menores de 32 años y primíparas presentan una mayor adherencia a la dieta mediterránea que las demás.

Parte de los resultados de esta investigación han sido publicados en revistas científicas como Food and Chemical Toxicology, British Journal Nutrition, Public Health Nutrition y Apettite; y otras revistas nacionales como Nutrición Hospitalaria y Revista Española de Nutrición Comunitaria.

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Un snack ayuda a reducir el riesgo cardiovascular en niños obesos

Investigadores de la Universitat Politècnica de València, el Hospital Universitario Doctor Peset, la Universitat de València y el Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos del CSIC han diseñado y comprobado la eficacia de un nuevo aperitivo de manzana impregnado con zumo de mandarina que reduce riesgos cardiovasculares en niños con obesidad y mejora su bienestar fisiológico.

Según los responsables del proyecto, 40 gramos de este producto proporcionan los componentes bioactivos de un vaso de zumo de mandarina fresco y dos manzanas.

El snack, desarrollado en laboratorio en las instalaciones del Instituto de Ingeniería de los Alimentos para el Desarrollo de la UPV, destaca por su alto potencial antioxidante y antiinflamatorio, indican estas fuentes.

Además, conserva todas sus propiedades hasta dos meses después de su elaboración. Los resultados de este trabajo han sido publicados recientemente en las revistas International Journal of Food Sciences and Nutrition, Nutrición hospitalaria e Innovative Food Science and Emerging Technologies.

Para analizar las propiedades y valor funcional del aperitivo, se llevó a cabo un estudio en el que participaron 48 niños obesos de entre nueve y 15 años que estaban siendo tratados en el Servicio de Pediatría del Hospital Universitario Doctor Peset.

En concreto, se evaluó el efecto de la incorporación de los aperitivos a una dieta baja en energía, que los niños siguieron durante cuatro semanas.

Alimento funcional

A partir de este estudio, los investigadores comprobaron cómo la incorporación a la dieta del alimento funcional mejoró la presión sanguínea sistólica y el perfil lipídico (tipos de grasas presentes en la sangre) de los niños; asimismo, aumentaron las defensas antioxidantes y disminuyeron los marcadores relacionados con el daño oxidativo al ADN y con la inflamación, todos ellos factores de riesgo cardiovascular.

“No se trata de un producto que induzca una pérdida de peso en los niños, pero sí que contribuiría a mejorar su calidad de vida. La modificación del estrés oxidativo en el tejido adiposo puede ayudar en la prevención del riesgo cardiovascular asociado a la obesidad infantil y, a largo plazo, a evitar patologías como la arteriosclerosis, destaca la Pilar Codoñer, jefa del servicio de Pediatría del Hospital Universitario Doctor Peset.

Actualmente, el índice de obesidad infantil en la Comunitat Valenciana oscila entre el 12 y 13%, una cifra que sube hasta el 20% si se incluye a los menores con sobrepeso.

Proceso

Para obtener el snack, los investigadores enriquecieron rodajas de manzana con zumo de mandarina utilizando para ello una tecnología de impregnación al vacío desarrollada y patentada por el equipo de la UPV que permite incorporar ingredientes adicionales a la estructura de alimentos porosos, como es el caso de frutas y hortalizas.

“Después de varios años de trabajo, el producto está listo ya para poder ser comercializado por aquellas empresas que pudieran estar interesadas. Nuestro snack posee todas las propiedades de dos productos tan saludables como la manzana y la mandarina y no tiene ningún ingrediente añadido. Es una alternativa a productos que existen en el mercado que contienen aceites y grasas saturadas y que son muy calóricos”, destaca Noelia Betoret, investigadora principal del proyecto y profesora de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica de la UPV.

Este trabajo se enmarca dentro de la tesis de Ester Betoret, investigadora también del Instituto de Ingeniería de los Alimentos de la UPV y fue financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación.

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20º Congreso IUNS: Un crecimiento lineal y equilibrado del bebé hasta los dos años, la mejor garantía para su salud futura

La altura materna está asociada con el peso al nacer y el crecimiento de sus hijos a lo largo de su vida. Esta es sólo una de las conclusiones de los importantes efectos intergeneracionales de la nutrición a las que ha llegado la colaboración COHORTS, que ha explicado el Prof. Reynaldo Martorell de la Emory University de Atlanta (Estados Unidos), en el 20º Congreso Internacional de Nutrición de la IUNS.

COHORTS (que responde a las siglas en inglés de Consortiumon Health Orientated Research in Transitional Societies) es un proyecto que se puso en marcha en 2008 para hacer análisis conjuntos y publicar conclusiones sobre lo observado en cinco grandes cohortes de largo seguimiento de Brasil, Guatemala, India, Filipinas y Sudáfrica. El grupo surgió con el objetivo de escribir artículos para la serie sobre Malnutrición materno-infantil que publicó la revista The Lancet en 2008 y, dado el interés, han seguido colaborando desde entonces gracias a la financiación de Wellcome Trust y la Fundación Bill y Melinda Gates.

“Es una suerte contar con datos de tres generaciones, lo que nos ha permitido relacionar la altura adulta de la primera generación (abuelas) con el peso al nacer y el crecimiento a lo largo de la vida de sus hijos. La altura de las abuelas, que en muchos casos era muy baja debido a la mala nutrición que sufrieron en su infancia, era un fuerte predictor de retraso en el desarrollo de sus hijos a los dos años de edad”, ha explicado el Prof. Martorell.

Igualmente, “en la tercera generación (los nietos) de miembros de este COHORTS se ha observado que el peso y el crecimiento en altura desde el nacimiento a los dos años de los padres era un predictor del peso al nacer de los hijos. Asimismo, un retraso en el desarrollo a los dos años de los padres, era un fuerte predictor del peso al nacer de sus hijos, especialmente si la que había sufrido un retraso era la madre”.

Los resultados de COHORTS apoyan la teoría de “los 1.000 días”, que promueve la importancia de una nutrición adecuada desde el principio del embarazo hasta el segundo cumpleaños del niño.
Un resumen de todo el trabajo realizado se publicó el pasado mes de agosto en la revista The Lancet en un artículo que encabezaba la investigadora Linda Adair. “El crecimiento rápido y lineal en los primeros dos años es positivo para la altura que alcanzará el niño, y contribuye más a la formación de músculo que de grasa, sin perjudicar a los niveles de glucosa. El único “pero” es un pequeño incremento en la tensión sanguínea. Por su parte el incremento rápido de peso no tiene relación con la altura y después de los dos años contribuye más a crear grasa que masa muscular y se asocia a altos niveles de glucosa y de tensión sanguínea”.

Proyecto Nutrición Temprana

Para medir hasta qué punto lo que se come en los primeros años de vida influencia la salud adulta, un consorcio de 36 instituciones académicas de 12 países europeos, Australia y Estados Unidos ha puesto en marcha el Proyecto Nutrición Temprana, que coordina el profesor Berthold Koletzko desde la Universidad Ludwigs-Maximilians en Munich, Alemania.

Durante el 20º Congreso Internacional de Nutrición de la IUNS, el profesor Koletzkoa ha explicado las peculiaridades de este proyecto que se puso en marcha el 1 de febrero de 2012 y que se extenderá a lo largo de 60 meses, esto es hasta el 31 de enero de 2017.El proyecto tiene un coste de 11,12 millones de euros, y está financiado en gran parte por la Comisión Europea.

Hasta el inicio de este macro proyecto, muchos estudios habían determinado que la nutrición en los primeros años de vida y el estilo de vida que rodeaba al bebé predisponían al niño a la obesidad décadas más tarde. Sin embargo, estos estudios observacionales no tenían la capacidad de explicar qué procesos metabólicos eran los que determinaban la salud futura del niño. Para intentar explicarlo, surge el Proyecto Nutrición Temprana que trata de “determinar las causas y dar soluciones a la obesidad, así como dar una idea de cuál es la mejor intervención en los primeros años de vida para revertir los efectos adversos de la programación metabólica”, ha señalado el profesor Koletzko.

Programación metabólica

El concepto de programación metabólica se refiere a que la nutrición desde el útero y en los primeros años de vida y el estilo de vida tienen efectos en la salud futura. La programación se produce por unas señales metabólicas que apenas se conocen y que están mediadas por el estado nutricional en los diferentes estados del desarrollo.

Desde los años 80 el número de personas obesas en Europa se ha triplicado. El aumento exponencial puede explicarse en parte por un cambio en la dieta hacia un mayor consumo de grasa y calorías y un descenso en la actividad física. “La programación metabólica ofrece oportunidades importantes para la prevención de la obesidad y para atenuar la dimensión epidémica que está adquiriendo”, ha señalado el profesor Koletzko.

Las tres hipótesis que investiga el proyecto Nutrición Temprana son: la hipótesis del exceso de aporte energético en el útero -que se pregunta si una exposición intrauterina excesiva a la glucosa y demás puede afectar al desarrollo fetal e incrementar el riesgo de obesidad-; otra hipótesis es la ganancia acelerada de peso postnatal; y la tercera es la hipótesis del desajuste -que investiga si un ambiente subóptimo y obesogénico en la época perinatal predispone a la obesidad años más tarde-.

“La prevención de la obesidad debería incluir a bebés y niños, teniendo en cuenta que los hábitos alimenticios se establecen en los primeros años de vida y que son difíciles de cambiar una vez que el niño crece. Además, la intervención temprana tiene una probabilidad mucho mayor de éxito y es una solución coste-efectiva para la obesidad”, ha señalado.

Doctor touches the belly's pregnant

La alimentación durante el embarazo y la primera infancia puede determinar su comportamiento

Estas son las conclusiones del proyecto NUTRIMENTHE, dirigido por la investigadora Cristina Campoy, de la Universidad de Granada, que se lleva realizando desde 2008, y que ha incorporado una amplia gama de disciplinas científicas y reúne organizaciones internacionales, con el objetivo de investigar el efecto de la dieta sobre el rendimiento mental de los niños.

Desde entonces, más de 17.000 madres y 18.000 niños de diferentes regiones europeas están participando en diferentes estudios epidemiológicos, de intervención y nutricionales, llevados a cabo por distintos centros de investigación europeos.

Los investigadores han analizado el efecto que ejercen a largo plazo la ingesta de proteínas, ácidos grasos omega-3, vitaminas como las B o el ácido fólico, micronutrientes como el hierro o el yodo y la leche materna sobre desarrollo cognitivo, emocional y conductual de los niños desde antes del nacimiento y hasta los 9 años.

También se pretende establecer recomendaciones dietéticas para la población europea en relación a determinados nutrientes, especialmente ácidos grasos omega-3, ácido fólico y yodo.

Por otro lado, el proyecto tiene como objetivo mejorar la información que llega al público y consumidores, especialmente a padres, maestros y a la industria, favoreciendo el desarrollo de recomendaciones saludables acerca de cómo la dieta influye en el desarrollo cognitivo y en el comportamiento en los niños.

Por el momento, los estudios han demostrado que la ingesta de ácido fólico, recomendada en Europa durante los tres primeros meses de embarazo, puede reducir la probabilidad de desarrollar problemas de comportamiento durante la niñez.

Igualmente, se ha comprobado que comer pescado también es beneficioso, no sólo por los ácidos grasos omega-3 que sirven de cimiento para las células cerebrales, sino también por su contenido en yodo, que ha demostrado tener un efecto positivo sobre la habilidad para la lectura en los niños evaluados a los nueve años de edad.

No obstante, como explica la profesora de la UGR Cristina Campoy, quien ha dirigido el proyecto, “estudios a corto plazo parecen incapaces de detectar la influencia real de la nutrición en los primeros años de vida”, por lo que es necesario más estudios a largo plazo.

“NUTRIMENTHE basa su éxito en el seguimiento de los niños involucrados en los diferentes estudios durante muchos años, ya que el cerebro necesita mucho tiempo para madurar, y las deficiencias tempranas puede tener efectos de largo alcance. La nutrición temprana se destaca como la más importante”, añade.

Existen otros factores que pueden afectar al desarrollo mental de los niños, como la edad de los padres o su nivel educativo y socio-económico, y también, como se ha demostrado en el Proyecto NUTRIMENTHE, la base genética de la madre e hijo.

Así, polimorfismos genéticos y cambios epigenéticos producidos durante la gestación en relación con la ingesta de alimentos y el estado nutricional de la embarazada, puede influir en cómo se metabolizan ciertos nutrientes y son transferidos durante el embarazo hacia el feto y a través de la lactancia hacia el bebé, y así afectar positiva o negativamente el desarrollo cognitivo y de la conducta de los niños.

Asesorar a los padres, explica Cristina Campoy, es fundamental para promover la importancia de tener una buena nutrición durante el embarazo y en los primeros años de vida del niño, incluyendo la lactancia materna, si es posible, ya que puede tener un efecto positivo en la salud mental y el rendimiento académico durante la infancia.

Sin embargo, en el caso de la genética, los estudios futuros deben incluir una investigación más profunda sobre la variación genética en las madres y los niños, a fin de que se pueda hacer un asesoramiento óptimo e individualizado. Esta área apasionante de investigación emergente plantea todo un reto para la comunidad científica.

El conocimiento obtenido a través del Proyecto Europeo NUTRIMENTHE contribuirá a crear una base científica sólida para establecer las recomendaciones para mujeres embarazadas y niños con el objetivo de mejorar su rendimiento mental y prevenir los trastornos del comportamiento.

female skeleton with transparent muscles

Decálogo para conseguir unos huesos fuertes y sanos

La vuelta al cole es el momento perfecto para retomar y revisar las pautas saludables que debemos aplicar a nuestros hijos después de su largo periodo vacacional. Ahora tendrán que enfrentarse de nuevo a estarse quietos y sentados la mayor parte del día. Para evitar molestias, dolores o simplemente prevenir futuras dolencias, el Dr. Pablo de Lucas, especialista en Traumatología y Cirugía Ortopédica del Hospital Quirón San Camilo de Madrid, nos propone unas medidas fundamentales para llevar a cabo durante todo el curso y nos recuerda que, como padres, “aplicar el sentido común es la mejor prevención”.

1. Mantenerse físicamente activo y evitar estar todo el día sentado. De lo contrario, la musculatura perderá fuerza y aumentará el riesgo de sufrir dolores de espalda. Hay que limitar las horas de televisión y videojuegos al llegar a casa. Recuerda que tu hijo lleva un mínimo de seis horas sentado. “Dar un paseo de media hora y caminar marcando el paso es una forma perfecta de mantenerse en forma”, afirma el Dr. de Lucas.

2. Hacer deporte habitualmente: nadar, correr o montar en bicicleta son actividades deportivas adecuadas para mantener a nuestros hijos en buena forma física. En cuanto a la práctica y elección del deporte, el Dr. de Lucas lo deja bien claro: “Cualquier ejercicio es mejor que ninguno; que elijan el que más les guste”. Y sobre la frecuencia de la práctica recomienda “unas dos o tres horas semanales”. El ejercicio físico previene las dolencias de espalda; de hecho, es la principal medida que ha demostrado ser eficaz con ese fin ya que una musculatura potente, resistente y coordinada protege la columna vertebral.

3. Elección del calzado adecuado tanto para hacer deporte como para ir a clase. Es fundamental que el calzado tenga “doble refuerzo”: El zapato no debe doblarse desde la punta al talón, sino que debe tener consistencia o arco de enfranque que ofrezca resistencia desde la parte posterior hasta la anterior. Debe tener un contrafuerte bueno, es decir que proporcione una buena sujeción al talón.

4. Evitar el sobrepeso de las mochilas. El exceso de peso en las mochilas es un grave problema porque genera consecuencias irreversibles y a largo plazo para los niños. Puede provocar desde una escoliosis infantil, hasta una cifosis o una artrosis precoz. En algunos casos, puede impedir el correcto crecimiento de los huesos de los niños. “Hay que intentar transportar el menor peso posible y dejar en casa o en el colegio todo aquello que no vayan a necesitar”, afirma el especialista que recomienda utilizar una mochila con ruedas cuyo tirador tenga una altura regulable, de manera que nuestro hijo no vaya agachado o “retorcido”. Si se opta por una mochila tradicional, tiene que llevar refuerzos acolchados, y tirantes anchos. Hay que colocar la mochila tan pegada al cuerpo como se pueda y relativamente baja (en la zona lumbar o entre las caderas, justo por encima de las nalgas) y siempre sobre los dos hombros. No conviene llevarla durante más de 15 minutos.

5. Mantener buena postura: hay que sentarse lo más atrás posible en la silla y mantener el respaldo y la espalda rectos con los brazos o codos apoyados. Cuando se use el ordenador, hay colocar la pantalla frente a los ojos y a la altura de la cabeza. Se debe acercar la silla al teclado lo máximo posible, de forma que no haya necesidad de inclinarse hacia delante. Una postura ergonómicamente correcta evitará muchos dolores musculares y de cabeza. Además, los buenos hábitos que se adquieran en este sentido, durarán toda la vida y nos ahorrarán muchos problemas en el futuro.

6. Alimentar los huesos El calcio y La vitamina D son dos elementos fundamentales para el buen desarrollo de los niños. Es necesario consumir tres raciones diarias de alimentos ricos en calcio: leche, yogures y queso. El calcio que se absorbe hasta la adolescencia es el que determinará nuestro nivel de osteoporosis en la vejez. La vitamina D es indispensable para que los huesos puedan absorber el calcio necesario para su formación y desarrollo. Su deficiencia extrema conllevaría que los huesos se debilitaran sufriendo distintas malformaciones de carácter irreversible, entre otros problemas. La vitamina D que se puede recibir como efecto de los rayos solares, resulta insuficiente y por ello es obligatorio, que en la dieta de nuestros hijos se contemple habitualmente alguno de los alimentos ricos en vitamina D: pescados grasos como el salmón, el atún o las sardinas o verduras como las acelgas.

7. Evitar el sobrepeso y la obesidad. Para la OMS, la obesidad es un problema médico de primer orden a nivel mundial y cuando se trata de niños con sobrepeso, es una de las principales causas en la aparición de dolencias articulares, óseas y musculares. Una buena alimentación y el ejercicio habitual son fundamentales para evitarlo.

8. Escuchar las señales. Si un niño se queja de dolores musculares o articulares, los padres deben saberlo y tienen que valorar las circunstancias para, en su caso, consultar con el especialista. Durante la infancia son habituales los dolores de crecimiento, pero no todos los síntomas se pueden achacar a un desarrollo normal, en ocasiones serán indicio de otro tipo de problemas. Es importante acudir al médico cuando se tengan dudas sobre la importancia de los síntomas ya que cuanto antes se tomen las medidas necesarias, mejor.

9. A la hora de dormir, es recomendable evitar que los niños duerman boca abajo o que pasen mucho tiempo en esta postura. Lo mejor es dormir boca arriba, pero si, por las razones que sean no es posible, es preferible que lo hagan de costado. Por otro lado, las molestias en la espalda durante el sueño pueden ser indicativas de una elección errónea de la base de descanso. Un buen colchón elimina en gran medida muchas de las molestias y dolores de espalda.

10. Usar el sentido común. Hay que usar el sentido común. Para el Dr. de Lucas, “aplicar el sentido común es la mejor prevención”. Son los padres quienes, con su ejemplo y la aplicación de unas pautas de vida saludable, más pueden contribuir al correcto desarrollo físico de sus hijos y a evitar riesgos innecesarios.

intestino, virus en el intestino

Microbiota intestinal y diabetes

El estudio, publicado en la revista BMC Medicine, ha sido dirigido desde el Hospital Virgen de la Victoria de Málaga por el doctor Francisco J Tinahones quien ha descubierto también que algunas bacterias intestinales tienen relación con el grado de control glucémico de los pacientes.

“Aunque estudios anteriores ya habían relacionado la microbiota con la génesis de algunas enfermedades autoinmunes, de hecho la flora intestinal contribuye a nuestra inmunotolerancia, es la primera vez que se vincula con la diabetes tipo 1 y con el control glucémico, lo que abre la puerta a poner en marcha estrategias para controlar el desarrollo de la enfermedad mediante la modificación de la flora intestinal”, explica e Tinahones.

La investigación se llevó a cabo con 16 niños con diabetes tipo 1 y otros 16 sanos de idéntica edad y dieta similar, analizando en ambos grupos muestras de sangre y heces para comparar su flora intestinal, que resultó ser diferente. Además, la cantidad de bacterias esenciales para mantener la integridad intestinal fue significativamente menor en los niños con diabetes que en los sanos.

Esta investigación en humanos se llevó a cabo después de que otra realizada con roedores sugiriese que el desarrollo de la diabetes tipo 1 se podría prevenir mediante la modulación de la microbiota.

La microbiota intestinal constituye un complejo ecosistema de organismos que desempeña una importante función en el estado de salud del ser humano. Tiene una función digestiva contribuyendo a la síntesis de micronutrientes, a la absorción de electrolitos y minerales y a la digestión y absorción de determinadas sustancias indigeribles. Por otro lado, la microbiota también contribuye a la destrucción de toxinas y carcinógenos, evita la colonización por bacterias patógenas, contribuye al desarrollo del sistema inmune y modula el estado inflamatorio.

Sin una microbiota equilibrada se altera todo el metabolismo, elevando el riesgo de sufrir enfermedades, debilitando el cuerpo y haciendo que las recuperaciones sean más largas. “En los últimos años hemos podido comprobar que la flora intestinal influye en la aparición de enfermedades metabólicas como la obesidad, la diabetes tipo 2, patologías inflamatorias y cardiovasculares y hasta en el riesgo de cáncer”, apunta el doctor Tinahones.

“Conocíamos, por tanto, la estrecha relación entre diabetes tipo 2, obesidad y cambios en la microbiota, pero este estudio relaciona por primera vez en humanos cambios en la microbiota con la diabetes tipo 1, una enfermedad autoinmune. Pero lo más importante para las investigaciones futuras es que la microbiota puede manipularse médicamente y, por tanto, se podrían abrir nuevas posibilidades terapéuticas en la prevención de la diabetes tipo 1”, concluye.

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Las urgencias más frecuentes en verano

Así lo asegura el jefe de este servicio en el Hospital Sanitas La Moraleja (Madrid), el doctor Manuel Jesús Ruíz Polaina. A su juicio, la mayoría de los casos que se tratan en verano “están directamente relacionados con las altas temperaturas o con actividades propias de esta temporada”. Entre éstas, destaca a “los deportes al aire libre o a la utilización de piscinas”.

Además han atendido pacientes con “molestias urológicas, conjuntivitis, quemaduras solares o procesos respiratorios derivados de un uso incorrecto del aire acondicionado”, explica el doctor. De ellas, algunas podrían evitarse “en gran medida” con una adecuada prevención, sostiene.

Éste es el caso de la otitis o la cistitis, y es que “secándose bien los oídos después de cada baño y no permaneciendo mucho tiempo con un bañador húmedo” pueden no padecerse, según explica el jefe del servicio de Urgencias del Hospital Sanitas La Zarzuela (Madrid), el doctor Vicente Arribas de Paz.

En las zonas costeras se han registrado también una alta incidencia de picaduras de animales como medusas o erizos de mar, ante lo cual, el director de Urgencias y UCI del Hospital Sanitas CIMA de Barcelona, el doctor Eduardo Moreno, señala que muchas de ellas pueden ser tratadas “sin necesidad de ingresar al paciente”.

Sin embargo, y a pesar de que puede hacerse “de forma rápida y sencilla”, el especialista manifiesta que es necesario que acudan a Urgencias para recibir el tratamiento adecuado y así “evitar complicaciones”.

Niños y ancianos, los colectivos más sensibles

Por último, desde Sanitas Hospitales informan de que los cambios de hábitos durante las vacaciones “también han favorecido otros problemas de salud”, como es el caso de las deshidrataciones. Los más afectados por esta causa y por las gastroenteritis han sido los menores y ancianos, ya que “son los colectivos más sensibles en esta época”, aseguran.

Concretamente, en el caso de los niños, y dado que realizan más actividades al aire libre, “también se ha registrado un aumento de traumatismos y caídas”. Por su parte, los mayores han presentado una exacerbación de sus patologías ya existentes, como los problemas respiratorios.

Por todo ello, los expertos recomiendan acudir a Urgencias en caso de que se detecten síntomas como “fiebre, supuración de los oídos o dolor abdominal”. El objetivo de esta acción es “tratar rápidamente algunas de las patologías más comunes de esta época y evitar complicaciones derivadas de las mismas”, concluyen.

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Los hábitos del verano incrementan el riesgo de que niños y adolescentes aumenten de peso

 

hábitos verano

 

La época estival tiende a ser un momento del año, junto con la Navidad, en la que los buenos hábitos nutricionales tienden a relajarse. “En los meses previos al verano se observa mayor sensibilidad para adoptar medidas preventivas o terapéuticas encaminadas a tratar el exceso de peso”, explica el doctor Javier Salvador, presidente de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). Sin embargo, una vez inmersos en las vacaciones, esta actitud queda aparcada, cuando según el experto, “sería óptimo aprovechar los meses de verano para iniciar un cambio en los hábitos nutricionales y de estilo de vida que permita retomar un camino de salud para el resto del año”.

Así, en las vacaciones se tiende a comer mayor cantidad de alimentos de alta densidad energética como la “comida basura”, dulces o bebidas gaseosas calóricas. “Esta actitud provoca que se adquiera un esquema de alimentación desordenado basado en la ingesta de múltiples tomas y a horas muy distintas, incluyendo horas nocturnas que pueden llegar a alterar los patrones del sueño, lo que no siempre va acompañado de un incremento en la actividad física”, alerta este experto. Sin embargo, hay excepciones y muchos niños y adolescentes consiguen mejorar su composición y su peso corporal en el periodo vacacional ya que “se les permite realizar más actividad física y realizar una alimentación más ligera, rica en verduras y frutas y no tanto en alimentos con alto contenido en grasas”.

No hay alimentos prohibidos o inadecuados

“En cómo se alimenten sus hijos tienen un papel fundamental los padres”, afirma el doctor Salvador. “En el período estival la convivencia familiar puede hacerse más frecuente y, por tanto, el impacto de la educación nutricional en ese ámbito sigue siendo extremadamente importante- y añade- muchos niños imitan lo que han visto y vivido en su familia, por lo que su salud nutricional se ve influida de forma prioritaria por el ambiente doméstico”.

“No hay alimentos prohibidos o inadecuados, sino la ingesta incorrecta en frecuencia y cantidad de algunos de ellos lo que genera el problema del sobrepeso”, asegura el doctor Salvador. “No hay problema si uno se excede en la ingesta de verduras, pero sí si lo hace de forma continuada en la de alimentos con alta densidad energética, como dulces, helados, bebidas hipercalóricas, embutidos o alimentos ricos en grasas animales”, asegura. “Los alimentos ricos en fibra, las hortalizas, verduras, frutas, pescados o carnes blancas son más aconsejables, especialmente si se cocinan de manera que no se añada más contenido calórico: a la plancha o al vapor, por poner algunos ejemplos”.

Los alimentos ricos en carbohidratos de absorción rápida y aquellos ricos en grasas, especialmente de origen animal, son los que más promueven el aumento de peso y grasa corporal, por lo que es necesario prescindir de este tipo de alimentos en su justa medida, lo que no quiere decir eliminarnos por completo de la dieta. “Plantearse llevar a cabo una dieta drástica es poco inteligente porque atenta contra la salud y no necesariamente mejora la situación de sobrepeso y obesidad. Hay que huir de la realización de dietas excesivamente hipocalóricas y carentes en uno o varios grupos de alimentos que puede hacer que uno pierda peso precisamente del compartimento que ha de mantenerse como la masa muscular, ósea o del agua del organismo”, asegura el doctor.

Especialmente sensibles a este tipo de dietas son aquellas personas con patologías asociadas como diabetes, hipertensión, trastornos hepáticos o renales, ya que una alimentación inadecuada “puede tener repercusiones muy serias”. Es por este motivo, explica el doctor Salvador, por el cual “si existen dudas sobre el tipo de alimentación que uno debe hacer, y especialmente si existe algún tipo de enfermedad asociada, es conveniente consultar a los profesionales sanitarios especialistas en este terreno para obtener una información rigurosa y un consejo eficaz y seguro para su salud”.

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Menos calorías y más agua para prevenir los golpes de calor en mayores

Con el aumento de las temperaturas, las personas mayores tienen más riesgo de sufrir una hipertermia o golpe de calor. La hipertermia se desencadena cuando los mecanismos de regulación térmica del organismo no pueden responder a las altas temperaturas, lo que tiene graves repercusiones que pueden llevar a un fracaso orgánico irreversible.

“Los síntomas de la hipertermia son diversos y algunos inespecíficos, tales como dolor de cabeza, sensación de boca seca y pastosa, náuseas, vómitos, mareos, escalofríos, desorientación, piel seca y enrojecida y disminución de la respuesta, hasta llegar a una posible pérdida de conciencia”, explica el Dr. Francesc Formiga, director del Programa de Geriatría del Hospital Universitario de Bellvitge (HUB).

Para prevenir estas situaciones, una de las recomendaciones esenciales es ingerir muchos líquidos. En este sentido, las personas mayores en verano deben seguir una dieta diferente de la que normalmente siguen durante el período otoño-invierno. “No se trata de comer menos en verano, sino de seguir una dieta que signifique la ingesta de menos calorías y una mayor hidratación”, asegura el Dr. Formiga.

Para conseguir el equilibrio entre la cantidad de líquido que entra y el que sale del organismo hay que beber entre 2 y 2,5 litros de líquido gradualmente a lo largo del día, con más frecuencia por la mañana y la tarde que no por la noche, para evitar la incontinencia nocturna. En caso de despertarse por la noche en verano, se recomienda tomar líquidos.

Asimismo, es aconsejable hacer comidas ligeras y evitar la exposición al sol, sobre todo en las horas de mayor intensidad (de 12.00 a 16.00 horas) y cuando la humedad relativa es superior al 60 por ciento.

Cabe recordar que la falta de sed es engañosa, por lo que se debe consumir agua, infusiones o zumos de frutas aunque no se tenga la sensación de sed, y evitar el consumo de bebidas alcohólicas aunque se tenga la creencia incorrecta que hacen disminuir la sed.

“Cuando la temperatura exterior es muy alta y las pérdidas de líquidos no se reemplazan de forma adecuada, se produce una situación de deshidratación, la tensión arterial baja, aparece sensación de debilidad e incluso calambres musculares”, indica el Dr. Jordi Monedero, director de la Atención Primaria del Delta del Llobregat. “Si esta situación no se corrige a tiempo se pierde la capacidad de sudoración y la piel presenta un aspecto seco y enrojecido, la temperatura corporal sube progresivamente hasta cifras que superan los 40 grados, se entra en hipertermia y si este proceso continúa, se puede llegar a una situación de choque en la que se produce un fallo de los distintos órganos, convulsiones y coma”, añade.

Durante las olas de calor, la mortalidad por golpe de calor puede llegar a superar el 70% de todos los casos.

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Las chicas anoréxicas suelen tener rasgos autistas

Las chicas que padecen anorexia suelen tener ciertos rasgos autistas, según ha mostrado un equipo de investigadores del Centro de Investigación del Autismo de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), liderados por Simon Baron-Cohen.

Para llevar a cabo esta investigación, publicada en la revista BioMed Central Molecular Autism, los investigadores estudiaron a 66 chicas de entre 12 y 18 años con anorexia, a las que compararon con más de 1.600 adolescentes sanos analizando el cociente del espectro autista (AQ, por sus siglas en inglés), el cociente de sistematización (SQ) y el cociente de empatía (EQ).

Así, los expertos comprobaron que las niñas que padecían anorexia tenían un mayor cociente de sistematización y un menor cociente de empatía, rasgos que, según los investigadores, son característicos de la enfermedad del autismo.

“Tradicionalmente, la anorexia ha sido vista simplemente como un trastorno de la alimentación. Esto es bastante razonable, pero esta investigación ha desvelado que la mente de una persona con anorexia puede compartir mucho con la mente de una persona con autismo”, ha asegurado Baron-Cohen.

Y es que, las personas con autismo tienen niveles de deterioro variable que van desde la interacción social, la empatía, los intereses repetitivos hasta el lenguaje y la comunicación.

En este sentido, el investigador ha insistido en que la anorexia y el autismo comparten ciertas características como, por ejemplo, las actitudes y comportamientos rígidos o la tendencia a centrarse en uno mismo.

personas mayores ejercicio físico

El ejercicio físico permite a las personas mayores mantener una mente activa

personas mayores ejercicio físico

La práctica regular de ejercicio físico permite a las personas mayores mantener una mente activa, además de sentirse ágiles, útiles e independientes. Sin embargo, según alertan los expertos, son muchas las personas mayores que se olvidan de ejercitarla diariamente y evitar, así, que el paso de los años le afecte.

Los hábitos de vida saludables protegen a la mente del deterioro cognitivo o la falta de memoria. En este sentido, la directora médica del servicio de Promoción de la Salud de Sanitas, Clara Esteban, ha recordado que la mente sana se basa en tres pilares fundamentales: la realización de actividades intelectuales, la práctica de ejercicio físico y una alimentación saludable.

De hecho, las actividades intelectuales o de ocio como “sudokus”, sopas de letras o crucigramas consiguen lograr un cierto nivel de agudeza mental, ya que permiten entrenar la agilidad mental sin que suponga un gran esfuerzo para la persona.

“Realizando este tipo de actividades, las personas mayores pueden prevenir la aparición de demencias, así como la evolución de éstas si ya se hubiesen manifestado. Es más importante la calidad del tiempo destinado a realizar esta actividad que la cantidad de pasatiempos que se realicen, ya que cuanto más se practiquen estas actividades, combinando los diferentes tipos, la agilidad mental mejorará y, por tanto, también lo hará la coordinación, la memoria y, por supuesto, la comprensión”, ha comentado la experta.

Por ello, las personas mayores deben completar la actividad intelectual con la práctica de ejercicio físico que permite estimular los músculos y articulaciones, así como mejorar su coordinación y equilibrio. Actividades más veraniegas como fisioterapia en el agua o paseos a primera hora del día, evitando las de mayor calor, harán que las personas mayores estén motivadas a realizarlas, gracias también a las relaciones sociales que se establecen, y, por tanto, que éstas terminen repitiéndose.

La importancia de una dieta equilibrada y saludable

Por otra parte, la alimentación también influye a la hora de que las personas mayores mantengan una mente activa, e incluso para prevenir su deterioro. Entre los alimentos que favorece la agilidad mental destaca el pescado azul, que contiene Omega-3; las nueces, que aportan vitamina E; el salvado de trigo, por su aporte de minerales; o el aguacate, rico en vitaminas, minerales y ácidos grasos.

Asimismo, la leche y los cereales integrales también son productos de consumo recomendado para las personas mayores al fomentar el buen funcionamiento de la mente. Además, en los meses veraniegos, la experta ha recomendado a las personas mayores que en su dieta no se olviden de incluir frutas y verduras, así como moderar el consumo de grasas.

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La comida sana puede ayudar al autocontrol cuando se hace dieta

Muchas personas que hacen dieta tienen dificultades para adherirse a los planes cuando se enfrentan a la tentación de comer alimentos muy calóricos. Sin embargo, los alimentos saludables que están asociados con las dietas, como ensaladas y frutas, pueden recordar a personas que quieren bajar de peso sobre sus metas a largo plazo y mejorar el autocontrol, según concluyó una investigación que se presentó en la Reunión Anual de la Sociedad para el Estudio de la Conducta Digestiva (SSIB, en sus siglas en inglés) en Nueva Orleans, Estados Unidos.

Investigadores de la Universidad de Leeds (Reino Unido) pidieron a las mujeres que olieran naranjas frescas o chocolate y escribieran sobre los recuerdos provocados por el olor de los alimentos. Los investigadores encontraron que las mujeres que estaban a dieta para bajar de peso comieron un 60 por ciento menos de chocolate después de oler las naranjas frescas en comparación con el aroma del chocolate, mientras las que no hacían dieta ingirieron cantidades similares independientemente de los alimentos a los que estuvieron expuestos antes de picar.

En un segundo estudio, las imágenes de los alimentos o productos no alimentarios (por ejemplo, material de oficina) aparecieron brevemente en la pantalla mientras las participantes completaron una tarea distractora. Cuando se les proporcionó la oportunidad de comer una variedad de alimentos dulces y salados, a quienes se les mostraron imágenes de alimentos saludables comieron menos que las que fueron expuestas a artículos no alimentarios.

Comer alimentos saludables puede ayudar a personas que hacen dieta a reducir el número de calorías que consumen y la comida sana sirve para recordar la meta de la dieta y promueve la sensación de saciedad durante más tiempo.

En un tercer estudio, los científicos dieron a los participantes una ensalada, pan de ajo o agua y luego ofrecieron pizza como plato principal. Encontraron que a pesar de la ensalada y el pan de ajo tenían la misma cantidad de calorías, las mujeres a dieta comieron menos si consumieron el aperitivo de ensalada en comparación con el pan de ajo o el agua, mientras que las que no estaban a dieta comían cantidades similares con la ensalada como aperitivo que con el pan de ajo o el agua.