depresión

Más del 50% de las personas obesas padece ansiedad o depresión

España es el país de Europa con mayor tasa de obesidad, ya que afecta a uno de cada cuatro adultos y a uno de cada tres niños. La obesidad es una enfermedad compleja, habiendo pasado de ser considerada únicamente un problema de peso a tener asociada la existencia de trastornos de la conducta alimentaria y trastornos mentales comórbidos. “Entre un 50 y un 70% de las personas con obesidad pueden presentar algún tipo de trastorno psíquico asociado. Los pacientes obesos tienen una probabilidad más alta de padecer trastornos psíquicos, al igual que los pacientes con enfermedades mentales tienen una probabilidad elevada de padecer obesidad”, asegura el doctor Josep Ramon Domenech, coordinador del VII Congreso Nacional de Ansiedad y trastornos Comórbidos junto al doctor Salvador Ros, presidente de la Asociación Española de Psiquiatría Privada (ASEPP) y el doctor Antonio Arumí, secretario de la Asociación.

Según el Dr. Salvador Ros, “más de un 20% de la población mundial sufre ansiedad sin saberlo. En España afecta a afecta a más de seis millones de españoles, causa un absentismo laboral de un 10%, un 7% más que la media de los países europeos estimada en un 3%”. “Interfiere en todos los aspectos de la vida de una persona incitándola, en un porcentaje altísimo de los casos, al consumo de drogas, de alcohol, de todo tipo de sustancias adictivas o incluso al suicidio”, asegura este experto.

Estudios recientes aseguran que debe darse un abordaje multidisciplinar a la hora de tratar un paciente con un trastorno de salud mental asociado a la obesidad. “Dichos estudios sugieren que el fallo de muchos pacientes a la hora de seguir una dieta para perder peso puede deberse a la existencia de un trastorno mental, fundamentalmente de ansiedad, no tenido en cuenta o no tratado”, explica el doctor Domenech. “Si se logra controlar el trastorno de ansiedad asociado, las posibilidades de que una dieta para perder peso sea exitosa se incrementan notablemente”, concluye.

Sin embargo, asegura el doctor Ros, “el 50% de los pacientes no responde a los tratamientos para la ansiedad”. Datos que reflejan “la dificultad que en algunos casos surge a la hora de poner freno a esta patología, asociada también a cuadros complejos de trastornos de la personalidad, o factores ambientales adversos”. “Estamos haciendo un gran esfuerzo en este campo para reducir esta importante cifra de pacientes con resistencia a las terapias y, en este sentido, se han conseguido avances gracias a la asociación de distintos tratamientos y la potenciación de algunos de ellos”, indica el doctor Ros.

Ansiedad, prevención y tratamiento

La persona que sufre problemas de ansiedad, síntomas físicos no asociados a ninguna enfermedad médica, insomnio, angustia, cansancio injustificado, incremento de consumo de tóxicos o alteraciones de la alimentación, “debe acudir al especialista para solicitar ayuda”, sugiere el Dr. Ros. “Los tratamientos farmacológicos, antidepresivos y/o ansiolíticos de forma controlada, los cambios en hábitos de vida, deporte, alimentación, no consumo de tóxicos, vida familiar y social, hobbys y las terapias psicológicas pueden ayudar a reconducir el problema y evitar su cronificación o la aparición de otros trastornos añadidos”, añade.

En este sentido, “la situación actual de incertidumbre y estrés afecta de forma evidente e importante”, comenta el doctor Antonio Arumí, secretario de la ASEPP. Según indica este experto, los últimos estudios reflejan que “la franja de la población con más ansiedad es la de 50 a 65 años seguida de la de 40 a 50 años”. Parados, amas de casa y autónomos son los sectores más afectados por esta patología, es decir “la franja de edad de las personas con más carga y responsabilidad económica-familiar”, matiza el Dr. Arumí. También se ha observado un aumento del consumo de tóxicos como tabaco y alcohol y un mayor desorden en la alimentación, “todo ello- concluye este experto- parece consecuencia de la situación actual”.

Depresión, cambios en el perfil del paciente

Al igual que en los casos de ansiedad, “los pacientes con trastornos del estado de ánimo tienen una probabilidad más elevada de padecer algún otro tipo de trastorno mental, como trastorno de ansiedad, trastorno por consumo de tóxicos, trastornos de la conducta alimentaria, patologías orgánicas asociadas, como enfermedades neurológicas, endocrinas, metabólicas, digestivas y reumatológicas”, asegura el doctor Domenech. Se estima que un 20% de la población padecerá algún trastorno del estado de ánimo a lo largo de su vida. Sin embargo, asegura este experto, “más de la mitad de las personas que sufren una depresión no solicitan ayuda, ignoran que padecen una depresión o son incapaces de solicitar ayuda especializada y eficaz. Otra gran parte no son diagnosticados de trastorno depresivo al enmascararse como algún tipo de patología orgánica o psicosomática y también ha de tenerse en cuenta que muchos abandonan el tratamiento prematuramente, incrementándose las tasas de recaída y fracaso terapéutico”.

Según afirma el doctor Domenech, “en un tercio de pacientes se trata de un trastorno crónico que conlleva una discapacidad y una carga socioeconómica asociada muy importante”. En los últimos años, se está observando un importante cambio en el perfil del paciente con depresión: “Históricamente, los casos de depresión se han dado en el doble de mujeres con respecto a los hombres. Sin embargo, se ha constatado una tendencia a equilibrarse este porcentaje de pacientes depresivos por sexos”. Este incremento, explica este experto, “puede venir motivado por una mayor capacidad de poder asumir que un hombre pueda padecer un episodio depresivo y probablemente también como resultado de la precariedad laboral actual”.

La depresión, como cualquier otro trastorno mental, debe seguir un tratamiento multidisciplinar. En primer lugar, es importante establecer un correcto diagnóstico que ha de ser explicado de forma clarificadora al paciente y a su familia. “Las depresiones requieren tratamiento tanto para quien las padece como para su entorno familiar”, asegura el doctor Domenech. “Se ha de seguir un tratamiento farmacológico y psicológico durante un período de tiempo suficiente y se ha de dar al paciente y su entorno estrategias adecuadas de modificación cognitiva y conductual. No sirve tan sólo aplicar el tratamiento farmacológico, si no que hay que enseñar estrategias para superar con mayor rapidez y eficacia la enfermedad”, concluye el Dr. Domenech.

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Un estudio pionero analiza la obesidad en 200 personas con discapacidad intelectual

Un estudio pionero impulsado por la Federación de Discapacidad Intelectual de Catalunya (Dincat) analiza la obesidad en 200 personas con discapacidad intelectual para ver cómo esta minusvalía afecta al estado nutricional.

Según ha informado en un comunicado la Fundació Mercè Pla, que también ha participado en la investigación, la discapacidad intelectual ha sido tratada a nivel clínico y social pero “las investigaciones sobre su repercusión en el estado nutricional son escasas”, especialmente en adultos.

El estudio, en el que también ha trabajado un equipo de dietistas-nutricionistas de la Universitat de Barcelona (UB), persigue establecer un programa de intervención nutricional para mejorar el estado de salud y la calidad de vida de estas personas y sus familias.

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Los niños y adolescentes que duermen poco tienen más riesgo de sufrir obesidad

Los niños y adolescentes que duermen poco, menos de 10 horas en edad escolar, pueden activar los genes responsables de la obesidad, según ha concluido el estudio elaborado por un grupo de pediatras del Hospital Josep Trueta de Girona y que forma parte del Instituto de Investigación Biomédica de Girona (IDIBGI).

El artículo científico, liderado por el doctor Abel López Bermejo y publicado en la revista International Journal of Obesity, constata que la falta de sueño se asocia a la obesidad de los niños antes de que empiecen la pubertad, sobre todo si presentan un riesgo genético.

Así, el estudio ha considerado que los niños tendrían que dormir un mínimo de 10 horas y los adolescentes 8 horas, puesto que descansar menos tiempo de lo que se valora como óptimo es uno de los mecanismos que explica un crecimiento del riesgo de ser obeso.

Los responsables del artículo han recordado que la obesidad continúa aumentando en países desarrollados como EE.UU. –donde el 60% de la población tiene sobrepeso u obesidad– porque, aparte de dormir poco, se relaciona con un estilo de vida menos saludable, tanto en dieta como en actividad física.

La investigación del IDIBGI es el resultado de un estudio clínico realizado entre 2009 y 2011 –a 300 niños de entre 5 y 10 años– y ahora se tendrá que confirmar a través de un estudio experimental, puesto que todavía se desconoce por qué la causa de dormir poco incrementa el riesgo de ser obeso.

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Una reducción moderada de peso puede prevenir la progresión de la apnea obstructiva del sueño

Una reducción moderada de peso puede prevenir la progresión de la apnea obstructiva del sueño, según ha mostrado una investigación realizada por expertos del Hospital Universitario de Kuopio (Finlandia), en colaboración con la Universidad del Este del mismo país.

Publicada en la revista Sleep Medicine, la investigación ha mostrado que una reducción de un 5 por ciento del peso es suficiente para evitar que esta enfermedad empeore o, incluso, para curarla en un plazo largo de seguimiento.

Y es que, la obesidad es el principal factor de riesgo de la apnea obstructiva del sueño y, según han mostrado diferentes estudios, a mayor peso mayor riesgo hay de que la enfermedad se agrave, especialmente en aquellos pacientes que ya tienen una obstrucción parcial de las vías respiratorias superiores.

Por este motivo, los participantes en el estudio han sido adultos moderadamente obesos y con la enfermedad en estado leve. A todos ellos se les ha dividido en dos grupos, sometiéndoles al primer grupo a un programa de estilo de vida supervisado durante 12 meses y a otros a una atención estándar consistente en aportarles información verbal y escrita sobre la dieta y la actividad física.

De esta forma, los expertos han comprobado que una reducción moderada del peso puede mejorar el desarrollo de la enfermedad. Un cambio que, además, se sostiene incluso cuatro años después del cese de la intervención activa.

Fibra y fruta, riesgo cardiovascular

El formato de cómic manga puede ayudar a promover el consumo de fruta entre los jóvenes

Un estudio piloto de la City University of New York y el Hunter College, ambos en Estados Unidos, han visto que la promoción de una alimentación y unos hábitos de vida saludables a través de cómics manga puede ayudar a que los jóvenes coman más fruta, según los datos publicados en el Journal of Nutrition Education and Behavior.

Actualmente la obesidad infantil es un problema creciente en muchos países industrializados y está relacionado tanto con un mayor sedentarismo como con un deterioro de la alimentación, caracterizado en otras cuestiones por un consumo insuficiente de frutas y verduras.

De hecho, datos de Estados Unidos muestran como entre el 30 y el 45 por ciento de los niños de 6 a 18 años no cumplen con los niveles de consumo de fruta recomendadas.

Sin embargo, explica la autora del estudio, May May Leung, gracias a esta iniciativa piloto han visto que los cómics manga ofrecen un “formato prometedor”, principalmente gracias a sus gráficos y la presencia de menos texto, para promover conductas alimenticias más saludables.

El estudio se ha basado en dos programas afiliados a la asociación comunitaria sin ánimo de lucro Brooklyn Community Services que se pusieron en marcha en verano y otoño de 2011.

En ellos participaron 57 jóvenes de aproximadamente 11 años de edad, de los que casi el 90 por ciento eran de raza negra o hispanos, y el 54 por ciento mujeres.

Los investigadores utilizaron el formato de estos cómics japoneses para crear una obra que, bajo el título ‘Lucha por tu derecho a la fruta’, promovía hábitos alimenticios más saludable.

Los jóvenes fueron divididos en dos grupos, de los cuales unos leyeron estos cómics y otros un boletín de noticias relacionadas con la salud, y después se les dio la posibilidad de elegir entre una merienda saludable (naranjas, uvas, manzanas, fresas, etc.) o un aperitivo con más densidad energética (galletas, patatas fritas, nachos, etc.).

De este modo, mientras que en el grupo de los cómics el 61 por ciento eligió una merienda saludable, por esta opción sólo optaron el 35 por ciento de los niños del otro grupo.

Por lo tanto, concluyen los autores, los resultados de este estudio podrían ser útiles para promover la toma de decisiones saludables entre los jóvenes y su relación con el consumo de alimentos. No obstante, y dado que fue un estudio piloto, consideran necesario utilizar una mayor muestra para ver si realmente el manga es más efectivo que los medios de comunicación más tradicionales.

Slimming

El 81% de los españoles fracasan al hacer una dieta y el 76% no están contentos con su peso

El 81 por ciento de los españoles fracasa al hacer una dieta, a pesar de que el 76 por ciento reconoce no estar contento con su peso actual, según se desprende de la ‘Encuesta XLS Medical sobre los factores de éxito y fracaso en el intento de adelgazar’, realizada a 2.944 personas por la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), en colaboración con XLS Medical.

Se trata de unos porcentajes que, a juicio del vicepresidente de la SEEDO, Albert Goday, son “preocupantes” y demuestran que “algo está fallando” en el sistema debido a que la población quiere perder peso pero no lo consigue. De hecho, este problema se acentúa aún más si se tiene en cuenta que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado de que las previsiones mundiales de obesidad para el 2030 se van a cumplir en el año 2015.

Por este motivo, los responsables del estudio han querido conocer qué aspectos son los que hacen que las personas no sean capaces de perder peso o, al mismo tiempo, de mantener una dieta sana y equilibrada en el tiempo. Así, la encuesta ha mostrado que los españoles quieren perder una media de 10 kilos en cinco meses, siendo la principal motivación para hacerlo el hecho de sentirse sanos (82,8%), vestirse mejor (85,6%), equilibrar su estado emocional (78,8%), buscar trabajo (65,4%) y mejorar su vida sexual (58%).

“El fracaso en la dieta suele crear una insatisfacción personal que, en ocasiones, puede producir el llamado efecto rebote o el abandono del tratamiento”, ha comentado Goday, quien ha informado de que la constancia (85%), la motivación (58%) y el deporte (51%) son los principales factores destacados por los encuestados a la hora de finalizar con éxito una dieta.

Ahora bien, el experto ha recordado que la obesidad es una enfermedad “crónica” y que para combatirla se necesita motivación para adoptar unos hábitos de vida saludables y, además, ayuda por parte de especialistas. En este punto, la encuesta ha mostrado que sólo el 35,1 por ciento de las personas que han querido bajar de peso han consultado a un profesional médico y que, por el contrario, el 49 por ciento se han autoprescrito los alimentos y los hábitos que consideraba más sanos.

No obstante, el 41,6 por ciento sí que busca consejo profesional para informarse sobre productos específicos para adelgazar, mientras que el 23,9 por ciento se informa de estos complementos alimenticios a través de Internet; el 9,2 por ciento recurre a amigos y familiares; y el 7,5 por ciento a la prensa escrita.

El 65% cree que come de forma saludable

Al margen de todos estos datos, la nutricionista de XLS Medical, Carmen Pardos, ha informado de que el 65 por ciento de los encuestados considera que come de forma saludable y, de ellos, el 60 por ciento afirma haberlos adquiridos por sí mismos.

En este sentido, Goday ha avisado de que hay “muchas” personas que comen mal y consideran que lo hacen bien y, ha señalado la necesidad de que se informe y se enseñe a la población sobre la importancia que tiene controlar las raciones, no comer entre horas y alternar la ingesta de determinados alimentos grasos y bebidas gaseosas.

Asimismo, a la hora de comer, un 68 por ciento asegura que lo hace en casa y acompañados, aunque el 84 por ciento de los que hacen dieta no incluyen a su pareja en la misma. Respecto a la hidratación, el 51,3 por ciento de los encuestados asegura que bebe entre uno y dos litros de agua al día; el 31,8 por ciento menos de un litro; y el 14,5 por ciento dos o más litros.

Ante todo esto, los especialistas han abogado por concienciar a la población sobre la importancia que tiene llevar a cabo la dieta mediterránea y han recomendado “huir” de todas aquellas que restringen alimentos. “Los libros son buenos para la literatura pero no para perder peso”, ha recalcado Goday.

Dicho esto, el vicepresidente de la SEEDO ha lamentado que con la actual legislación comer sano salga “caro” y ha recordado que ya hay diferentes países de la Unión Europea que están reduciendo el IVA a los productos saludables y aumentándolo a aquellos con alto contenido en grasas.

“Si la obesidad provoca un mayor gasto sanitario sería fundamental que los alimentos saludables fueran más baratos ya que así se favorecería su consumo”, ha recalcado Goday para zanjar recordando que esta enfermedad es más frecuente entre la población con un nivel social, económico y educativo bajo.

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Siete alternativas para el tratamiento de la obesidad que no requieren cirugía

A pesar de la cada vez mayor seguridad de las técnicas quirúrgicas, hasta el 90% de las personas con obesidad no se opera por temor a la intervención: esta es una realidad que las nuevas técnicas endoscópicas para tratar este problema podría llegar a cambiar, dado que ya existen al menos siete alternativas para el tratamiento de la obesidad que no requieren una intervención quirúrgica, y a las que los pacientes ya pueden tener acceso.

Tal como explica el doctor Gontrand López-Nava, director de la Unidad de Tratamiento Endoscópico de la Obesidad del Hospital HM Universitario Sanchinarro de Madrid, “gracias a estas nuevas técnicas podemos hablar de un paso de gigante, desde la cirugía hasta la endoscopia sin cicatrices: es la era de la endoscopia bariátrica, que puede hacer que muchos pacientes pierdan el miedo a someterse a un tratamiento para su obesidad”.

Entre las técnicas existentes, destacan por ejemplo, diferentes técnicas de reducción de estómago que se realizan por vía oral y que no dejan ningún tipo de cicatriz externa; asimismo existen los denominados balones ingeribles, que se tragan en forma de cápsula y se hinchan una vez en el estómago logrando así una saciedad más rápida y haciendo que se reduzca por tanto la ingesta de alimentos. La colocación de una barrera en el intestino que limite la absorción de los alimentos (método Endobarrier) es otra fórmula, específicamente recomendada cuando existe diabetes tipo 2, para lograr reducir la obesidad y modificar hábitos en el paciente para evitar recaídas.

“La existencia de tantas alternativas -asegura el doctor López-Nava- permite que podamos personalizar el tratamiento de cada persona en función de sus necesidades y de su perfil y hacer por tanto una medicina individualizada. La obesidad es un problema que puede tener varios orígenes y, por ello, es necesario realizar un estudio particular en cada caso”.
Así, por ejemplo, el Índice de Masa Corporal (IMC) del paciente es uno de los indicadores que conducen hacia una u otra técnica, como también lo es el número de kilos que sea necesario perder o la presencia de otra enfermedad; “es el caso de la diabetes tipo 2, por ejemplo; el denominado método Endobarrier está especialmente indicado en personas obesas con esta enfermedad”, asegura el doctor López-Nava.

Para que un tratamiento de la obesidad sea efectivo ha de lograr modificar los hábitos de vida del paciente y eso se consigue teniendo en cuenta, en cada caso, sus costumbres alimenticias, estilo de vida, las circunstancias personales y laborales e incluso los cambios físicos que pueden afectar al tratamiento. La obesidad es una enfermedad multifactorial que requiere un abordaje terapéutico multidisciplinar para lograr buenos resultados: es un problema al que contribuyen factores genéticos y ambientales, enfermedades endocrino-metabólicas o aspectos de la esfera emocional. Por ello, “es necesario realizar un seguimiento personalizado por partes. Por ejemplo, el endocrinólogo se encargará de tratar los problemas metabólicos, el nutricionista podrá guiar al paciente sobre el mejor método a seguir y el asesor deportivo le podrá enseñar el tipo de ejercicio más adecuado para cada persona” añade el doctor López-Nava.

Consecuencias de un tratamiento inadecuado de la obesidad

Un tratamiento inadecuado de la obesidad no ayuda a adquirir hábitos de alimentación y de vida saludables y, por lo tanto, al abandonarse existe una mayor probabilidad de ganar peso. Para el director de la Unidad de Tratamiento Endoscópico de la Obesidad del hospital HM Universitario Sanchinarro de Madrid “es necesario huir de las dietas milagro o los productos adelgazantes que hacen perder peso en un corto plazo, ya que pueden suponer un efecto rebote o yo-yo, acarrear problemas metabólicos, alteraciones a nivel renal, hepático o lipídico o aumentar el riesgo cardiovascular”.

Asimismo, el aumento de peso por encima del que se tenía al comenzar el tratamiento puede provocar sensación de fracaso, desmotivación, sensación de impotencia, apatía y rabia “debido a que se ha depositado una confianza y unas expectativas que no se cumplen a pesar del tiempo, esfuerzo y sacrificio invertidos”, añade.

Junto a las consecuencias anteriores, en el caso de la actividad física, podemos encontrar que el paciente no se siente conforme con su cuerpo tras el tratamiento, ya que el cuerpo al perder peso tiende a ponerse flácido. De ahí, “la necesidad de seguir un tratamiento personalizado en función de las expectativas de cada uno de los pacientes”.

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El consumo moderado de lácteos reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, cáncer colorrectal, obesidad y diabetes

La leche y sus derivados, “consumidos de forma regular y moderada (2-3 raciones diarias) suponen un aporte muy importante de calcio absorbible y de proteína de alta calidad en aminoácidos. Asimismo, el consumo regular y moderado de leche y sus derivados reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, cáncer colorrectal, obesidad y diabetes”, afirmó el Dr. Sergio Calsamiglia, catedrático de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona durante su conferencia Mitos y falsedades acerca del consumo de leche, que pronunció en la Jornada de Homenaje Póstumo al Dr. Jesús Llona Larrauri, celebrada en el Colegio de Médicos de Bizkaia en Bilbao.

Los elementos presentes en la leche que juegan un papel fundamental en la prevención de estas enfermedades “son el calcio (que está presente en concentraciones elevadas y en una forma muy absorbible) y la presencia de grasas y péptidos bioactivos (que regulan la presión arterial, previenen el desarrollo de algunos cánceres y desarrollan la sensación de saciedad)”.

El catedrático ha recordado que “entre las propiedades más destacadas de la leche están su equilibrio nutricional (que la hacen suficiente para el desarrollo temprano del recién nacido), su contenido en caseína (una proteína que aporta el 15% de nuestras necesidades diarias y que tiene una excelente calidad en aminoácidos), y su contenido en calcio (que es altamente absorbible y aporta alrededor del 60% de nuestras necesidades diarias)”.

Según ha manifestado, “contrariamente a la percepción general, la leche y sus derivados sólo aportan el 10% de nuestras necesidades energéticas y, consumida con moderación, contribuye poco a la ingestión de calorías”.

Asimismo, ha sacado a colación que, debido a sus cualidades nutritivas, “las entidades gubernamentales (Ministerio de Sanidad y Consumo) y organizaciones supranacionales (como la Unión Europea, la Organización Mundial para la Agricultura y la Alimentación o la Organización Mundial de la Salud, entre otras) recomiendan el consumo diario de 2-3 raciones de leche o derivados. Una ración equivale a: un vaso de leche (250 ml), 2 yogures (de 125 ml), o una porción de queso (30 g).

Consumo de leche y enfermedades cardiovasculares

El experto ha señalado en la conferencia que el consumo de las cantidades recomendadas de leche y sus derivados “ha demostrado no afectar negativamente al colesterol sanguíneo a medio y largo plazo. La evidencia indica que cuando la leche y sus derivados se consumen de forma moderada se reduce un 18% el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. La razón principal que justifica estos efectos es el consumo de calcio de la leche, que es muy absorbible, y la presencia de péptidos bioactivos (principalmente el factor inhibidor de la angiotensina). Hay que tener en cuenta, que la leche es el alimento que mayor cantidad de calcio absorbible o útil aporta. Además, la leche contiene vitamina D, que favorece su absorción”.

El calcio tiene un efecto “muy potente como reductor de la presión arterial y de la digestión de la grasa, como se ha comprobado en diversos estudios, siendo el efecto mayor y más consistente cuando el calcio se consume es en forma de leche comparado con la suplementación de calcio no-alimentario”. De igual modo, la leche también contiene péptidos bioactivos que se forman durante la digestión de las proteínas lácteas. “El más importante es el inhibidor de la enzima conversora de la angiotensina I, que tiene la capacidad de reducir la presión sanguínea de forma muy eficiente”.

Consumo de leche e incidencia de cáncer

El profesor Calsamiglia ha señalado que los resultados de 13 estudios epidemiológicos prospectivos “indican que el riesgo de incidencia de cáncer colorrectal de los individuos que consumen leche y productos derivados es casi un 40% inferior a los individuos que no consumen o consumen poca leche”.

El factor de la leche que parece tener un efecto más importante en la protección frente al cáncer es el calcio, particularmente en la prevención del cáncer colorrectal. “Hoy tenemos evidencias claras que el calcio tiene una actividad chemoprotectora y ha demostrado su capacidad de reducir la proliferación celular epitelial del colon y la recurrencia de adenomas colorrectales. Los efectos son beneficiosos con un consumo diario de 750 a 1.250 mg de calcio al día (equivalente a 3-4 raciones diarias).

Consumo de leche, obesidad y diabetes

Los estudios epidemiológicos indican que el consumo de leche reduce el riesgo de padecer la incidencia del síndrome metabólico (obesidad y diabetes).

El profesor ha incidido en que el efecto del consumo de leche sobre el cambio de peso “ha sido frecuentemente mal interpretado”. Según dijo, “en primer lugar, la percepción general de que el consumo moderado de leche incrementa el peso (o su no consumo adelgaza) es erróneo. Merece la pena recordar que el consumo de las cantidades recomendadas de lácteos sólo contribuye al 10% de la ingestión de calorías diarias. Además, los estudios epidemiológicos prospectivos confirman que el consumo de leche en dietas isocalóricas reduce el peso corporal en individuos obesos, y no afecta al peso en individuos con peso normal. Por otra parte, la leche es uno de los alimentos con un índice glicémico más bajo, por lo que no contribuye a incrementar el riesgo de diabetes”.

Los elementos presentes en la leche qué más contribuyen a explicar los efectos de la leche frente al riesgo de obesidad o de padecer diabetes son, “fundamentalmente, el calcio y la presencia de péptidos bioactivos con actividad saciante. El calcio reduce la digestibilidad de las grasas ingeridas, reduciendo el valor calórico de los alimentos grasos. Por otra parte, una serie de péptidos bioactivos presentes en las proteínas del suero de la leche, afectan al centro neuronal de la saciedad, de tal manera que el consumo de leche y productos lácteos reducen el apetito y contribuyen a reducir la ingestión de calorías”.

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El estrés provoca que los pacientes con trastornos psicóticos incipientes coman más

El estrés se asocia con una mayor ingesta de alimentos calóricos y un consumo de azúcar excesivo en pacientes que tienen trastornos psicóticos incipientes, según se desprende de un estudio en el que han participado investigadores de la Universitat Rovira i Virgili (URV) y del Hospital Psiquiátrico Pere Mata (Tarragona).

En el estudio, financiado con fondos de La Marató de TV3, han participado 106 usuarios –principalmente jóvenes con primeros episodios psicóticos–, de cuyo seguimiento se ha podido concluir un aumento de peso y síndromes metabólicos como obesidad, hipertensión y aumento de triglicéridos, ha informado la URV en un comunicado.

Este fenómeno provoca que las personas con trastornos psicóticos vivan 20 años menos de media, teniendo en cuenta el aumento de la mortalidad por enfermedades cardiovasculares.

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Diez pasos para prevenir el cáncer

En la actualidad, cada año se diagnostican unos 222.000 nuevos casos de cáncer en nuestro país. Según los especialistas, la prevención a través de hábitos saludables y la detección precoz mediante pruebas específicas reduce notablemente la probabilidad de desarrollar un cáncer.

Con motivo del Día Mundial del Cáncer, que se celebra este martes, 4 de febrero, MD Anderson Cancer Center Madrid ofrece diez consejos para ayudar a prevenir o detectar precozmente la aparición de tumores:

1. No fumes y si lo haces, déjalo cuanto antes. El hábito tabáquico es responsable del 30% de las muertes por cáncer. Sin embargo, se estima que entre cinco y diez años tras abandonar el tabaco, el riesgo de cáncer se reduce hasta los mismos niveles de los no fumadores.

2. Evita la obesidad. La obesidad se asocia al aumento del riesgo de cáncer de mama (tras la menopausia), de colon y recto, de esófago, páncreas, endometrio o riñón, entre otros.

3. Realiza con frecuencia actividad física moderada. Los expertos destacan que el deporte previene entre un 30 y un 50% la aparición de tumores cancerosos.

4. Controla la dieta. Estudios epidemiológicos han demostrado una relación causa-efecto entre una alimentación inadecuada y el desarrollo de enfermedades como el cáncer.

5. Ojo con el alcohol. El riesgo de cáncer aumenta proporcionalmente al consumo de alcohol. La ingesta regular amplía la probabilidad de cáncer oral, de hígado, mama, colon…

6. No a la exposición prolongada al sol. Evita tomar el sol entre las 12 y las 16 horas. Emplea una protección más alta en las primeras horas, y sigue protegiéndote incluso cuando la piel esté bronceada.

7. Minimiza la exposición a sustancias cancerígenas. Aplica estrictamente la legislación, cumple todos los consejos de seguridad y sigue las normas de protección radiológica.

8. Pruebas de detección en mujeres a partir de los 25 para el diagnóstico precoz de cáncer de cérvix. Las citologías vaginales y detecciones de HPV regulares detectan incluso las alteraciones que, en 10 a 15 años, pueden progresar a cáncer.

9. Mamografías obligatorias en mujeres a partir de 50 años. Estas pruebas detectan el cáncer incluso cuando aún no se han manifestado los primeros síntomas, multiplicando así la posibilidad de curación. En antecedentes familiares, los controles deben comenzar antes.

10. Pruebas de cribado a partir de los 50 (o incluso antes si existen factores de riesgo o antecedentes familiares). Las pruebas preventivas como la colonoscopia o el screening de próstata son capaces de detectar el cáncer en fases precoces, cuando hay muchas más posibilidades de tratamiento.

La mortalidad por cáncer baja en España, pero menos que en otros países

La mortalidad por cáncer ha descendido en España un 13 por ciento en las últimas dos décadas, según ha destacado la presidenta de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), Pilar Garrido, quien lamenta que este descenso sea similar a la media de los países de la OCDE pero inferior al de muchos países de nuestro entorno como Francia, Italia o Alemania.

Así lo ha asegurado durante la presentación del informe Las Cifras del Cáncer en España 2014, realizado por esta entidad a partir de los últimos estudios publicados hasta el momento a nivel mundial, dado que en España aún no existe un registro nacional de tumores pese al reclamo de los oncólogos.

De este modo, gracias a un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) han obtenido datos sobre los cambios en las tasas de mortalidad por cáncer entre 1990 y 2011, donde se observa como en este periodo la mortalidad en los países que forman parte de esta institución descendió de media un 15 por ciento.

España, ha reconocido Garrido, “está en el entorno de la media, pero por debajo de algunos países como Alemania, Francia o Estados Unidos, donde el descenso de la mortalidad estuvo más cerca del 20 por ciento”.

En concreto, el país donde más ha bajado la mortalidad por cáncer en estos últimos 20 años ha sido Suiza (-28%), seguido de Luxemburgo (-27%), República Checa (-25%), Estados Unidos (-23%), Alemania (-21%), Italia y Reino Unido (-20%) o Francia (-17%), entre otros.

España muestra un descenso de la mortalidad similar al de Suecia o Japón (-12%), o Noruega (-10%), y algo mejor que otros países como Portugal (-6%) o Grecia (-3%).

No obstante, Garrido también ha alertado de que si se siguen produciendo las inequidades entre comunidades y el retraso en el acceso a nuevos fármacos que vienen denunciando desde hace tiempo “la mortalidad dejará de descender en la línea en que lo está haciendo”.

El cáncer de pulmón sigue siendo el más mortal

En números totales, los datos del último informe de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, en sus siglas en inglés) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), relativos a 2012, muestran como en España hubo un total de 102.762 fallecimientos por esta causa. El tumor con más muertes sigue siendo el de pulmón (20% de todas las muertes), seguido del colorrectal (14,3%) y el de mama (5,9%).

Sin embargo, la reducción de la mortalidad experimentada en los últimos años, gracias sobre todo “la implantación adecuada de programas de cribado, acceso a avances terapéuticos y a la prevención”, según la presidenta de SEOM, hace que actualmente vivan en España un total de 581.688 personas con cáncer. Esto gracias a que un tercio de todos los tumores tienen una supervivencia superior al 80 por ciento después de 5 años.

Además, en 2012 se detectaron un total de 215.534 nuevos casos, dos tercios en personas de más de 65 años y 128.550 en hombres (86.984 en mujeres). Por tipo de tumor, el más frecuente es el cáncer colorrectal (15% de todos los nuevos casos), seguido del de próstata (12,9%), el de pulmón (12,4%) y el de mama (11,7%).

Por sexos, en cambio, la incidencia varía ya que en hombres los más frecuentes son el de próstata, pulmón, colorrectal y vejiga por este orden, y en mujeres el de mama, colorrectal, cuello de útero y pulmón.

La presidenta de SEOM ha reconocido que esta mayor incidencia del cáncer de pulmón en mujeres es una de las mayores variables con respecto a anteriores informes. “Ya hay algunos países como Estados Unidos o Inglaterra donde mueren más mujeres por cáncer de pulmón que por cáncer de mama y colon juntos, y ese es el panorama que tendremos en nuestro país si no ponemos remedio”.

Además, pese a las mejoras diagnósticas y terapéuticas en los próximos años está previsto que la incidencia siga aumentando en España, ya que en 2015 se prevé que se registren 227.076 nuevos casos. Una incidencia de la que, según el anterior presidente de SEOM Juan Jesús Cruz, “no podemos presumir”, sobre todo cuando en otros países desarrollados el número de nuevos casos va en descenso.

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Medir la circunferencia de la cintura mejoraría la detección de niños y adolescentes con riesgo cardiometabólico

Un trabajo liderado por investigadores del IMIM (Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas) y publicado en la revista PLOS ONE, concluye que incorporar la medida de la circunferencia de la cintura en la práctica clínica, junto con las medidas tradicionales de peso y altura, permitiría detectar más fácilmente los niños y adolescentes con riesgo cardiometabólico, es decir aquellos que tendrían más predisposición a padecer arteriosclerosis o diabetes tipo 2.

El estudio es el primero que se realiza a nivel de toda España sobre obesidad abdominal en niños y adolescentes, uno de los factores de riesgo más importantes relacionado con este trastorno y que ha aumentado en los últimos años.

Los investigadores han analizado los datos de 1521 niños y adolescentes españoles de entre 6 y 17 años que habían participado en el estudio ENKID sobre nutrición y hábitos alimentarios y han medido la proporción de obesidad abdominal tanto en aquellos que tenían un peso normal como los que tenían sobrepeso. Por ello han utilizado la medida de la circunferencia de la cintura y la altura, lo que se denomina ratio cintura/altura, un indicador totalmente independiente de la edad y el sexo, y que estima que existe obesidad abdominal cuando el resultado es igual o superior a 0,5.

Según Helmut Schröder, investigador del grupo de investigación en riesgo cardiovascular y nutrición del IMIM y del CIBER de Epidemiología y Salud Pública “En España un 21,3 % de niños de 6 a 11 años y un 14,3 % de adolescentes de 12 a 17 años tienen obesidad abdominal. Del total de niños españoles con peso considerado normal o con sobrepeso, un 7,5 % de los de peso normal presentan obesidad abdominal y del grupo de niños con sobrepeso la presentan un 49,2 %. Todos ellos no habrían sido identificados con los métodos tradicionales de cribado. Lo mismo ocurre con los adolescentes, un 1,8 % tienen peso normal y un 44,1% tienen sobrepeso y tampoco habrían sido detectados”.

A diferencia de lo que podemos pensar, explica Lluís Serra-Majem, investigador del Departamento de Ciencias Clínicas de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y del CIBER de Fisiopatología de la Obesidad y la nutrición, “hay personas, tanto adultas como jóvenes, que a pesar de tener un peso completamente normal tienen obesidad abdominal y a la inversa, personas con sobrepeso, que tienen la grasa repartida por todo el cuerpo y por lo tanto un menor riesgo cardiometabólico”.

La grasa abdominal es importante a la hora de padecer enfermedades cardiovasculares o metabólicas en edades muy tempranas y se ha visto que con las medidas tradicionales hay un porcentaje de niños y adolescentes que no son detectados y que tienen este riesgo cardiometabólico.

La epidemia de la obesidad infantil es uno de los desafíos más grandes para las políticas de salud. Según los resultados de este estudio, los investigadores creen que es necesario incorporar la circunferencia de la cintura como una medida más dentro de la práctica clínica rutinaria, una medida fácilmente aplicable, sin coste adicional y que tomaría sólo unos minutos a los facultativos. Esto permitiría tener un mayor control de esta población de riesgo que actualmente pasa desapercibida y poder prevenir futuros eventos cardiometabólicos en edades tempranas o más adultas.

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Programmed placental nutrient transport and Obesity

Recogemos la intervención de D. Miguel Constância en el marco del Curso de Verano Frontiers in obesity and nutritional genomics, organizado por la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) en colaboración con Ciberobn, Universidad de Navarra, IUNS y el Instituto Tomás Pascual Sanz – Cátedra Universidad de Navarra.