La obesidad infantil, un problema multifactorial. Estrategias de prevención y tratamiento de la obesidad
La obesidad infantil es un problema multifactorial. La epidemia de obesidad está avanzando y en los niños es especialmente relevante este problema. Hay 155 millones de niños en edad escolar que tienen sobrepeso u obesidad, de esos 45 millones son obesos, lo que representa un 2-3 % de los niños entre 5-17 años. Y en Europa uno de cada 10 niños será obeso para 2015 (en EEUU ya es uno de cada 3). Por tanto estas cifras son alarmantes.
Según el informe de la OMS, que recoge información de 144 países de 1990 a 2010, vemos una progresión con tendencia al alza en la estimación del porcentaje de la prevalencia de sobrepeso. En España los estudios Enkid y Aladino indican un 14% de sobrepeso y casi 18% de obesidad. En Navarra tenemos algunos informes que indican que un 8% de los niños menores de 15 años presentan obesidad.
Hay muchos factores desencadenantes, la predisposición genética pero también factores externos algunos conocidos y otros menos conocidos (por ejemplo hay actualmente una línea de investigación de los contaminantes ambientales cómo influyen en la obesidad), por supuesto la ausencia de actividad física, también la lactancia materna y los factores prenatales.
Como se trata de un problema global tenemos que implicar a todos los ambientes: el ambiente físico: ¿qué tipo de ciudades tenemos? ¿Es fácil hacer ejercicio? ¿Es fácil ir a la escuela caminando?
En el caso de la obesidad infantil es un problema de salud claramente pero también es un problema de medición, no disponemos de parámetros fijos para definirlo en niños, y se valora en función de unas tablas de referencia en función de la edad y del sexo.
Obesidad y televisión
Nuestro grupo lleva años trabajando en obesidad infantil y hemos visto en un trabajo de Ochoa que directamente se relaciona el número de horas de televisión con el riesgo de obesidad.
Se trataba de un estudio de casos y controles con niños navarros. Y la conclusión es que por cada hora de televisión que se ve aumenta la posibilidad de ganar peso. Y si ven más de 18 horas de televisión a la semana el riesgo aumenta en 5 veces. Y ver más de 11 horas duplica el riesgo en estos niños.
Factores de riesgo
¿Qué otros factores influyen en la obesidad infantil? Influye la obesidad familiar, definida como que uno de los dos padres sea obeso. En ese caso el niño tiene un riesgo de ser obeso 4 veces mayor.
También consumir bebidas azucaradas en exceso, por cada ración adicional al día casi se duplica el riego de obesidad. En cambio si hacemos actividad física estamos protegidos. En el caso de las bebidas azucaradas la evidencia cada vez es mayor. Además el refresco azucarado sustituye al consumo de agua y leche, concretamente de esta última el consumo baja mucho y no se llegan a alcanzar las recomendaciones de calcio. Por otro lado hay estudios que afirman que el calcio ayuda en el control del peso. Hay que intentar que los niños tomen leche no azucarada.
Equipos multidisciplinares
¿Cómo podemos atajar el problema? Necesitamos equipos multidisciplinares aparte de la implicación del entorno social: primero de los padres, de los educadores, de los abuelos y por supuesto del equipo profesional formado por psiquiatras, psicólogos, expertos en actividad física, dietistas nutricionistas y pediatras.
Errores más comunes
Los errores más comunes son:
-Omisión del desayuno: es muy elevada la tasa de niños que omiten el desayuno. Y hay mucha evidencia de que si no se desayuna no se van a cumplir los requerimientos de calcio, probablemente su rendimiento escolar va a verse afectado, etc.
-Picoteo: Tomamos un 30% más de energía adicional. Además de las visitas a la nevera y lo que influye la televisión y la publicidad en la elección de alimentos.
-Abuso de alimentos precocinados y grasos. Y lo correcto es lo contrario una alimentación variada y equilibrada.
-Abuso de las pantallas, no sólo de la televisión.
Tratamiento de la obesidad
Tenemos que conseguir mejorar el comportamiento y educar en buenos hábitos, estar al aire libre, hacer ejercicio físico, buenos hábitos de alimentación en la mesa, etc.
Las pautas a seguir serían limitar las calorías vacías; consumir preferentemente cereales de grano entero, frutas y verduras; y tratar de integrar el estilo de vida que tenemos, si comemos fuera darles herramientas y para los fines de semana, porque tal vez durante la semana hay un cierto orden pero no el fin de semana.
EVASYON
En el año 2009 con la colaboración de grupos de Granada, Madrid, Santander y Zaragoza iniciamos el estudio Evasyon en adolescentes obesos (evaluación nutricional de un programa de seguimiento en niños obesos).
Se reclutaron unos 200 niños obesos de esas ciudades (incluida Pamplona) y se propuso un tratamiento integral, es decir que el niño va a tener ayuda de dietistas, un profesional de ejercicio físico y ayuda psicológica para mejorar sus hábitos de vida y sobre todo en relación con la alimentación y ejercicio físico. Hay varios artículos publicados que se pueden consultar.
Se realizó en base a una dieta personalizada, entrevistas con los adolescentes y con sus familias todas las semanas para tratarles de inculcar hábitos saludables y de reducir la ingesta dietética.
Los resultados muestras que de una ingesta inicial cercana a las 3.000 kcal se baja a los 6 meses a unas 2.000 y al año la mantienen. También hay cambios en los macronutrientes: se ha disminuido sobre todo la grasa de 40% a 34% a los seis meses. Después de este primer periodo restrictivo en el que se disminuye la ingesta energética entre un 10-40% en función del grado de obesidad se conseguía mejorar el patrón dietético, bajar la grasa y aumentar la proteína y mantener los hidratos de carbono.
Se consiguieron cambios en la composición corporal: disminuía la masa grasa y la reducción más importante fue a los seis meses. También se producen cambios en el cociente cintura cadera, sobre todo en los seis primeros meses que se mantienen a los 12 meses y eso está ligado a un beneficio cardiovascular.
Y sobre todo hubo cambios en el estado nutricional: al principio todos los niños tenían sobrepeso u obesidad y a lo largo de tratamiento se reduce el número de obesos y aumenta el de niños con sobrepeso, se reduce la adiposidad corporal y, por tanto, la inflamación y el riesgo metabólico.
Estudios de nutrigenética
Hoy en día sabemos que existe una relación compleja entre nuestra predisposición genética y cómo el organismo responde a los nutrientes en función de las variantes genéticas de las que somos portadores. Podemos investigar qué tipo de comida es mejor para nuestros genes, para nuestras proteínas, epigenoma, transcriptoma… atendiendo siempre a factores de riesgo.
Podemos estudiar las variantes genéticas de un determinado gen en individuos obesos y ver si una determinada mutación se relaciona con alguno de los parámetros antropométricos: mayor peso corporal, mayor dificultad para perder peso o para ganarlo con los estudios de nutrigenética que ha realizado nuestro departamento.
En el seno de la intervención del estudio Predimed (estudio de prevención de la obesidad con dieta mediterránea) de la Universidad de Navarra en colaboración con el Departamento de Medicina preventiva en el que han participado 12.000 persona de toda España. En Pamplona concretamente 1.000 personas que seguían o bien una dieta control que es simplemente baja en grasa, una dieta mediterránea que se caracteriza por un alto consumo de aceite de oliva extravirgen, y otro grupo que también sigue una dieta mediterránea con un complemento de frutos secos.
Uno de los resultados muestra la ganancia de peso a los tres años para una variante del gen de la interleucina 6. Y se encuentra que hay una menor ganancia de peso para las personas que además de seguir la dieta mediterránea rica en aceite de oliva tenían el genotipo CC, éstos eran los que mejor respondían a esa dieta. Es decir que la respuesta a una dieta puede estar condicionada por el genotipo.