Cerebro e intestino: Aspectos psicológicos en los trastornos funcionales digestivos (Parte IV)
María Pérez Esteban/ Mayo 2016
El siguiente artículo habla de los aspectos psicológicos en los trastornos funcionales digestivos. La manera de enfocar nuestra vida, la conducta, los pensamientos y emociones repercute en nuestra salud, especialmente en lo considerado para muchos nuestro “segundo cerebro”. Hay una estrecha relación entre nuestro aparato digestivo y nuestra mente, que va desde la parte fisiológica con el nervio vago como hilo conductor entre nuestro cerebro y nuestro intestino hasta el asombroso parecido estructural entre un proceso y otro. Es necesaria una colaboración entre los profesionales de la medicina y de la psicología con el objetivo de ayudar a los pacientes en la mejoría y/o curación de estas patologías. Lo que no podemos ignorar por más tiempo es que no solo somos un conjunto de órganos con una fisiología particular; somos seres racionales y sobre todo somos seres emocionales, todo se relaciona y se influye. Es necesario por tanto atender otros aspectos de la vida del paciente para llevar a cabo los tratamientos más adecuados para que tengan una vida más sana y plena.
Palabras clave: Cerebro, Intestino, nervio vago, digestión, expulsión, hambre emocional, emociones básicas, niveles de intervención, áreas vitales, dietas, intolerancias alimentarias, colaboración profesional.
EL CÍRCULO VICIOSO. CONEXIÓN ENTRE LOS PROBLEMAS DIGESTIVOS Y PSICOLÓGICOS (PARTE 4)
He observado en pacientes que tras pasar determinadas experiencias traumáticas o épocas en la vida en los que la persona ha sufrido enormemente y ha seguido hacía delante sin detenerse “echándose todo encima”, cuando parece que está más tranquilo aparece un problema de salud, alergia o actualmente las famosas intolerancias alimentarias. Nuestro estilo de vida actual, la alimentación, la contaminación, el estrés, el sedentarismo, cómo gestionamos nuestros conflictos y emociones…etc. con todo esto al final acabamos “machacando” nuestro sistema inmune y lo que en principio no representaba ningún peligro se convierte en un enemigo a evitar. En países subdesarrollados como África o determinados países de Iberoamérica, aunque tienen otras problemáticas bastante graves, no están desarrollando las patologías intestinales que están floreciendo cada vez más fuerte en los países del llamado primer mundo. Hace 50 años era impensable encontrar en un supermercado o en la carta de un restaurante alimentos sin lactosa, sin gluten, sin trazos de frutos secos, sin azúcar, aproteicos, etc.…, no hay que olvidar que los alimentos prohibidos ya empezaron en la antigüedad por cuestiones religiosas: cerdo, vaca…,etc. Ahora sumamos cuestiones morales: los que no comen pescado, carne, nada procedente de un animal a cuestiones caprichosas: esto no me gusta, esto si , y el mundo de las dietas; desde el gran universo infinito de las dietas para adelgazar, a las nuevas incorporaciones para depurar, tonificar, anti-edad, anti-oxidantes, anti-flacidez, anti…, y me paro porque no quiero que este artículo se convierta en un libro del tamaño de “Guerra y paz”.
Comer ha pasado de ser una necesidad básica de supervivencia a convertirse en un hobby: “vamos a probar un sitio nuevo” y además en un quebradero de cabeza: “yo no puedo/quiero comer….”
No soy una persona que suela hacer comidas en mi casa porque me gusta más degustar que cocinar, pero recuerdo una de las veces que (sacando mi lado obsesivo) mandé un email para que los invitados me dijeran lo que no podían comer por ser alérgicos o sentarles mal, o simplemente lo que no les gustaba y la combinación final para adaptarme a todas las necesidades me resultó algo complicada.
Es paradójico que en nuestra sobrealimentada sociedad donde tiramos comida todos los días, tengamos cada vez más restricciones dietéticas por cuestiones médicas, intolerancia o hipersensibilidad a ciertos nutrientes, abandonando tristemente cada vez más el poder de ser omnívoros a convertirnos en “alérgicomnívoros”.
Esto sumado a las crecientes modas, neurosis u obsesiones alimentarias; ahora solo alimentos de color rojo (no es un viva el comunismo) ahora solo alimentos verdes (esto tampoco es un manifiesto de Greenpeace) ahora solo proteínas para el músculo o para adelgazar, ahora el trigo “ huele azufre ” convirtiéndose en el nuevo diablo, ahora solo alimentos para el Ying ahora solo para el Yang, ahora solo aquello que se cultiva en el Himalaya, que digo yo que viviendo en España ¿no hay algo más complicado o lejos de recolectar? Todo esto nos está convirtiendo en una especie de “neuroticomnívoros”, por ejemplo nos encontramos con personas cultas, inteligentes, con sentido común, que durante una semana han estado tomando solamente un líquido viscoso llamado “jarabe de arce” para… ¿Para qué realmente lo han hecho? ¿Para qué hacemos algunas de estas cosas, incluida yo misma?
Alguien puede argumentar muchas cosas, pero ¿no está la parte emocional en todo esto? Lo que está claro es que todo el tema relacionado con ingesta de alimentos es un negocio que funciona, y funciona muy bien porque nos engancha de múltiples maneras.
Con las herramientas anteriores podemos ampliar la visión para comprender determinados problemas digestivos donde no hay una causa orgánica y que tras diversos tratamientos no hay una mejoría, quizás sea necesario hacer un escáner de la vida de la persona y empezar a tratar otro tipo de áreas, conductas, pensamientos, emociones que tal vez estén bloqueando su mejoría o en el mejor de los casos sea una llamada de atención sobre algo que no está funcionado bien. Yo no entro en el origen ni en la causa. Evidentemente la gastritis es un problema físico (se tiene o no se tiene). Pero la manera de sufrirla y los síntomas que provoca sí tienen un claro componente psicológico, son ejemplos de patología psicosomática. La ansiedad, el estrés, la depresión, en definitiva la manera del paciente de llevarla aumentan la secreción ácida gástrica, exacerbando los síntomas digestivos, los cuales contribuyen a aumentar la ansiedad y el estrés del sujeto, conduciendo a su depresión y cerrando el círculo vicioso.
En terapia cuando hago psicoeducación o trabajo determinados problemas del paciente, escojo ejemplos de la vida cotidiana o eventos que en principio no tienen relación con el tema, pero que sirven de anclaje para recordarnos un mensaje. Con esto quiero desvelar que los anteriores comentarios (entre otros) sobre Leonardo Di Caprio en Titanic, no obedecen exclusivamente a una espontaneidad impulsiva y sin falta de control que puede resultar graciosa para algunos o falta de seriedad para otros, aporta además un anclaje para recordar la información del esquema de los cinco niveles. Uso mucho las metáforas para explicarle a un paciente porqué le suceden determinadas cosas, a mi siempre me han servido para comprender y recordar mejor los conceptos. En la que presento a continuación no estoy segura de llamarla metáfora porque el proceso es tan similar que no se si es casual porque nuestra naturaleza así se hizo o poniéndome mas mística quizás ésta nos ha querido lanzar un mensaje para entender mejor la relación de uno con la ayuda del otro.
Para explicar como funciona nuestra psique voy a utilizar como metáfora el proceso digestivo. Cuando ingerimos un alimento primero lo masticamos y tragamos, una vez hecho esto la primera fase es la llegada al estómago donde los jugos y el ácido del propio estómago lo transforman en papilla para así poder pasar al duodeno y entrar en el intestino delgado. Es necesario tratar esa papilla con la bilis y el jugo pancreático que se vierten en el interior del intestino para que la disuelvan en grasa, hidratos, proteínas y azúcar necesarios para vivir. Gracias a esto los alimentos se convierten en absorbibles, filtrándose a través de la pared del intestino y llegando a la sangre. En la alimentación casi todo es absorbible, útil y necesario para
nuestra nutrición. Sin embargo el esqueleto de los alimentos (celulosa y compuestos derivados) no se puede absorber, alimentos por ejemplo que contienen fibra no absorbible.
Por un lado tenemos esta parte no absorbible que llamamos desechos, aunque el nombre no suene muy agradable son muy importantes para el proceso, por otro lado tenemos los movimientos del intestino, señales que recibe y que le hacen, o bien trabajar y contraerse o bien descansar y relajarse, lo que vimos anteriormente con el sistema simpático y parasimpático; por supuesto que en el equilibrio entre las dos señales estaría la actividad normal. Estos desechos junto con los movimientos intestinales, permiten llegar hasta el final del proceso para llevar a cabo la tarea de expulsión.
Todos hemos sufrido en algún momento las graves consecuencias de no expulsar los desechos, sin obviar que para muchas personas puede ser un riesgo de salud. En lo que expulsamos no solo están estos desechos de los alimentos, hay también bacterias que habitan en el colón y el recto, y células muertas de las paredes del tubo digestivo que se descaman y renuevan continuamente. Es por tanto un proceso de regeneración interior.
Con este proceso en nuestra mente cruzamos una vez más el puente dejando la parte fisiológica y llegado a la parte psicológica. Cuando nos pasa algo o tenemos una vivencia con alguien, la información consciente (todo aquello que recordamos o que estamos viviendo), sería todos los alimentos que absorbemos, siempre teniendo en cuenta nuestros propios filtros: cada uno tiene su propia bilis y su jugo pancreático diferente al de los demás. Sin embargo en cada vivencia o relación con alguien, existe una parte no absorbible por nuestra bilis y jugo pancreático, es la parte insconsciente; esta parte es necesaria en todo el proceso, pero en algún momento hay que sacarla a la luz y expulsarla de nuestro interior. Si acumulamos mucho desecho acabará bloqueándonos e impidiendo también que entren cosas nuevas. Si un día expulsamos todo de repente sin filtro, nos debilita y perdemos también minerales y nutrientes importantes.
Hemos aprendido cuando no hacer o decir determinadas cosas en público, hemos aprendido afortunadamente a controlar nuestras “expulsiones” para los momentos y lugares adecuados. Sin embargo esto es relativo, hay personas que tienen una mayor retención que otras.
Hay veces que se nos escapan comentarios o hacemos cosas de las que luego nos arrepentimos porque no queríamos sacarlas a la luz; por ejemplo los “lapsus linguales” aquellos comentarios o palabras que nos ponen en grandes aprietos y que nos hacen desear ser un avestruz y esconder la cabeza. Volviendo al segundo cerebro a veces en nuestro interior hay una batalla entre nuestras propias bacterias, alimentos con parte no absorbible que no digerimos bien, acumulación de desechos de varios días y aparecen muchos gases con sus consabidas
molestias, y aunque no queramos se nos escapan o nos cuesta mucho controlarlos; en el plano psicológico serían los lapsus linguales, los sueños, los comentarios inapropiados. Hay gente que tiene más gases que otros, pero ¿qué ocurre en todos los casos?, que huelen mal, que nadie quiere estar presente cuando alguien ha cometido esa imprudencia y que el protagonista exceptuando que lo haya querido hacer a propósito solo para contaminar a su entorno, se siente avergonzado.
Razones de este desequilibrio hay muchas y muchos factores, principalmente no alimentarse bien o no llevar a cabo una expulsión regular de ese proceso de regeneración interior donde sacamos lo que ya no necesitamos y nos quedamos con aquello que es esencial para vivir.
Cuando nos alimentamos muy mal y se han acumulado una serie de bacterias es necesario un cambio en la dieta, otras veces tragamos demasiado y se produce un sobrepeso donde nos resulta muy complicado movernos, relacionarnos y esto además nos engancha a seguir tragando. Otras veces por el contrario no nos alimentamos suficiente, vivimos sin apenas energía para nosotros, anestesiando nuestro primer grito de supervivencia al nacer: el hambre, la llamada al alimento.
Como en todo el equilibrio, “el trabajo diario” es lo que hace que funcionemos adecuadamente.
En todas las patologías o problemas cuando solos no podemos hacer frente a un cambio en la dieta , porque hay alimentos que no podemos dejar de consumir, no tenemos fuerza de voluntad para evitar ciertas cosas, por mucho que lo intentamos no conseguimos expulsar de nuestra vida los desechos, no tenemos ya ni ganas de comer, lo mejor es buscar ayuda, siempre habrá un profesional que nos ayude a cambiar esa dieta, impedir atracones o recuperar otra vez el deseo de disfrutar de una buena “comida” y olvidar para siempre aquella que nos sentó tan mal.
No creo en la exclusividad sobre la causalidad de las enfermedades, ni que las patologías en el ser humano se deban a una única respuesta, aún así quiero manifestar que por encima de todo siempre que haya cualquier trastorno digestivo la primera línea de intervención es médica, hay que descartar cualquier patología, realizar las pruebas pertinentes y llevar a cabo el tratamiento que el médico considere más adecuado, la medicina ha salvado muchas vidas y afortunadamente lo seguirá haciendo. Además, paralelamente creo en la colaboración y cuanto más estrecha, amigable y cercana mayor será el beneficio para el paciente. Los egos solitarios llevan a una dieta muy pobre para el paciente.
Al final se trata de un objetivo común: ayudar a las personas para que puedan disfrutar de su vida de una manera sana y adecuada; la visión holística y la colaboración entre profesionales en
cualquier campo de la salud solo puede traer beneficios al paciente que sufre de una patología. La frase La unión hace la fuerza siempre tuvo razón y en patologías digestivas donde esa unión es desde física gracias al nervio vago hasta estructural, el asombroso parecido en los procesos del funcionamiento de nuestra psique con el “segundo cerebro” el proceso de la digestión, hace que sea muy complicado que un tratamiento sea efectivo sin tener en cuenta el otro lado del puente.
Como dije anteriormente lo que no podemos ignorar por más tiempo es que no sólo somos un conjunto de órganos con una fisiología particular, somos seres racionales y somos sobre todo seres emocionales, todo se relaciona, se mezcla, se influye y es necesario abrir la mente para tener la foto completa de la vida de una persona. Por último quiero añadir a la íntima relación que existe entre nuestro aparato digestivo y nuestro cerebro que, aunque “el experto” en cuestión siempre tendrá mi admiración y cariño por su carrera deportiva (aquí me verán el plumero en cuestiones futbolísticas), siento contradecir a Iker Casillas, en mi larga trayectoria tras haber probado muchas, confirmo que las mejores rosquillas del mundo las sigue haciendo mi abuela .
CONCLUSIONES FINALES
Existe una estrecha relación entre la parte psicológica: conducta, pensamientos, sentimientos y emociones con nuestro aparato digestivo. Existe una interacción. Cuando no gestionamos bien una parte la otra se ve afectada y viceversa.
Nuestro aparato digestivo tiene una comunicación constante con nuestra mente a través del nervio vago, contiene más de 100 millones de neuronas. En él se produce serotonina, dopamina y hay una alta implicación del sistema de secreción de opiáceos durante la ingesta, se le renombra “nuestro segundo cerebro”.
Es frecuente la presencia de trastornos psicológicos en determinados problemas digestivos. Gran parte de nuestras emociones están influenciadas por el sistema nervioso digestivo.
No sólo somos seres racionales, somos también seres emocionales porque nuestro cerebro está programado para reaccionar siempre con una respuesta emocional y es imprescindible tenerlo en cuenta en los trastornos funcionales digestivos.
El modo en que un paciente gestiona psicológicamente su trastorno digestivo puede convertirse en un círculo vicioso que se retroalimenta. La ansiedad, depresión, su estilo de vida, aumentan los síntomas de la enfermedad digestiva.
Contar con herramientas como el esquema de los cinco niveles de intervención o las cinco áreas vitales, ayuda a tener una visión mas completa de la problemática de un paciente. Considerar el factor psicológico es importante cuando los tratamientos convencionales y sintomáticos no aportan una mejoría significativa y es necesaria la intervención en otros niveles psicológicos.
La colaboración entre los distintos profesionales en estas patologías conllevará un mayor beneficio para el paciente.
Bibliografía:
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Schnake S. A, “La vos del Síntoma: del discurso médico al discurso organísmico”. 2004. Cuatro Vientos.
Tú puedes prevenir la diabetes tipo 2
La mitad de la población española podría estar en riesgo de padecer diabetes tipo 2 en 20 años, una patología que a día de hoy causa 25.000 muertes al año solo en España. Por este motivo, la Federación Española de Diabetes (FEDE) y Patia han puesto en marcha la campaña de prevención “Tu puedes prevenir la diabetes tipo 2”.
Un programa que se compone de un test que evalúa el riesgo genético de padecer diabetes junto a herramientas digitales que proporcionan de forma personalizada pautas de dieta, ejercicio y hábitos de vida, todo ello, con el objetivo de evitar que la patología se manifieste.
Una iniciativa que intenta poner freno a las cifras que actualmente existen y que aseguran que en España el 50% de las personas con diabetes ni siquiera lo saben, es decir, 2,3 millones de personas tienen esta dolencia y no están diagnosticadas. Sus consecuencias, si no se controlada adecuadamente, son graves. Actualmente en el mundo una persona muere cada 7 segundos a causa de una diabetes sin controlar. Pero la diabetes tipo 2 puede llegar a evitarse o retrasarse, si se actúa sobre ella.
Fuente: http://fedesp.es/portal/1/main_noticias.aspx?idnoticia=%202875&idportal=1
Golpes de calor en niños ¿Cómo prevenirlos?
Todos los años se producen muertes de niños por golpes de calor, sobre todo los más pequeños que son los más frágiles
El golpe de calor consiste en una elevación de la temperatura del cuerpo debido a las altas temperaturas o por un exceso de ejercicio físico. Es una urgencia extrema, pues en pocos minutos puede ocasionar la muerte.
El golpe de calor se manifiesta con mareos, vómitos, dolor de cabeza y taquicardia, es más frecuente que ocurra en los niños que en los adultos y es una situación que se repite cuando llegan los meses de calor.
Los niños más pequeños, menores de 4 años y sobre todo los menores de 1 año, son los más frágiles, ya que, al tener menor reserva de agua, su temperatura corporal sube más rápido que en los adultos.
El golpe de calor se puede producir si se deja a un niño solo dentro de un coche expuesto al sol, incluso en días que parece que no hace calor o nublados.
Hay que tener en cuenta que dejar a un niño solo en un vehiculo durante 10 minutos seguidos a una temperatura exterior cercana a los 25 grados tiene muchas posibilidades de producir un golpe de calor. Con una temperatura exterior de 39 ºC existen zonas del interior donde la temperatura puede alcanzar los 70ºC.
Todos los años se producen muertes de niños por esta causa. Por ello desde la Fundación MAPFRE y la Asociación Española de Pediatría se insiste la importancia de prevenir esta situación.
Los principales consejos de seguridad frente a los golpes de calor son:
- Reducir el número de muertes por golpe de calor, recordando el acronimo “AAA”
- Anticiparse: evitar los daños, no dejando nunca a un niño solo en un automóvil ni siquiera un minuto
- Acostumbrarse: crear los propios hábitos y costumbres que sirvan como recordatorio, por ejemplo, colocando algún elemento u objeto en la parte de atrás del coche, junto al niño. Algo que se necesite en el destino final
- Actuar: si se observa que un niño está solo en un coche, llamar inmediatamente al 112. Una llamada puede salvar una vida.
Más información en:
Fuente: http://enfamilia.aeped.es/prevencion/golpe-calor-0?utm_source=twitterfeed&utm_medium=twitter
¿Cómo ayudar a los niños con sus deberes en verano?
El papel de los padres es clave para que los niños adquieran hábitos de estudio y se organicen con sus deberes
Actualmente, los padres se implican más que nunca en los deberes escolares. Pero no siempre lo hacen de forma adecuada. Un mal apoyo puede generar dependencia y transmitirle la idea de que no es capaz de hacerlos por sí mismo.
Desde la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) manifiestan que es fundamental estar cerca y disponible para apoyar y guiar al niño cuando le haga falta. Los padres deben asegurarse de que el niño sepa que cuenta con ellos si surge algún problema, pero también es importante que aprendan a trabajar de forma independiente.
Estos son algunos trucos para que la tarea resulte más fácil, según la AEPap:
— Establecer una rutina de trabajo y un horario regular. Tienen que aprender a distribuir el tiempo y a dividir los deberes en pequeñas tareas más asequibles.
— Organizar estratégicamente las sesiones de deberes. Algunos niños pueden preferir hacer primero los trabajos más difíciles. En cambio, otros prefieren empezar por las tareas más fáciles. El descanso es fundamental.
— Esmerarse en que adquieran habilidades organizativas y técnicas de estudio. Al principio, un niño no es organizado de manera natural, no sabe cómo estudiar, cómo estructurar los contenidos y gestionar su tiempo.
— Enseñarle a aplicar los conocimientos del colegio al mundo real. Resulta útil aprovechar cualquier momento para reforzar lo aprendido. Le resultará más atractivo.
— Animarle a pedir ayuda cuando le haga falta. Siempre es efectivo elogiar y valorar su esfuerzo, más allá de los resultados obtenidos.
Si el niño se queja constantemente de los deberes o le cuesta mucho hacerlos, esto puede indicar que existe algún problema. En algunos casos, los niños sólo necesitan aprender y practicar unos buenos hábitos. Si el crío lo pasa realmente mal al intentar entender o realizar las tareas encomendadas, puede haber problemas de aprendizaje, trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) o dificultades visuales o auditivas que interfieran en su progreso.
Nada, baila y escribe a mano, tu cerebro te lo agradecerá
Si este verano te dedicas a escribir cartas y postales a tus amigos mientras viajas en lugar de mandarles correos electrónicos, tu cerebro te lo agradecerá. Estudios recientes demuestran que escribir a mano nos hace más inteligentes. Otras actividades estivales como nadar o salir a bailar, así como las lecturas veraniegas, benefician también a tu materia gris
Cuando tengas que escoger entre escribir en un teclado o hacerlo en una hoja de papel, opta por lo segundo. Pam Mueller y sus colegas de la Universidad de Princenton (EE. UU.) demostraron el año pasado que la escritura a mano beneficia a nuestro cerebro. Sobre todo a la hora de estudiar. En concreto, tomando notas con un bolígrafo y un papel retenemos más información que si tecleamos el mismo contenido en un ordenador. Y es que con el lápiz en la mano se activan áreas de la sesera que nos ayudan a aprender más rápido y mejor. A esto se le suma que un estudio francés identificó hace poco que existen zonas de la corteza frontal izquierda y de la corteza parietal que se activan emborronando de palabras un papel pero no al pulsar las teclas de un dispositivo electrónico.
Bucear o dar unas brazadas al estilo croll o mariposa resulta también beneficioso para el cerebro. Sobre todo si aprendes a hacerlo siendo aún un bebé. Tanto es así que los niños que aprenden a nadar a edades tempranas alcanzan ciertas habilidades mucho antes que el resto de la población, según se desprende de un proyecto australiano basado en datos de 7.000 niños de 5 años y 40 escuelas de natación. Entre otras cosas, además de adquirir ciertas destrezas físicas más rápido, a estos críos se les dan significativamente mejor las tareas visuales-motoras como cortar un papel, colorear o dibujar líneas y formas. Y también muestran más maña en todo lo relacionado con letras y números. Lo más sorprendente es que, por término medio, los datos revelan que estos chavales van 11 meses por delante de la media de la población en expresión oral, además de adelantar a sus compañeros unos 6 meses en razonamiento matemático y 17 meses en la capacidad de recordar historias. Por si fuera poco, aprenden de manera muy precoz a entender pautas e instrucciones (20 meses antes que otros niños).
La cosa no acaba ahí. Sea cual sea nuestra edad, incluso los chapuzones en la piscina o en la playa tienen beneficios para el cerebro. Un estudio dado a conocer el año pasado en el ‘American Journal of Physiology’ revelaba que sumergirnos en agua aumenta la llegada de sangre al cerebro, mejorando la irrigación de las neuronas.
Si en las vacaciones estivales te dedicas a leer libros, tu cerebro también lo nota. Especialmente si optas por leer a Franz Kafka, un escritor cuyos textos tienen la capacidad de hacernos más inteligentes, según demostraron científicos de la Universidad British Columbia. La clave está en el surrealismo de sus obras y la sensación de desconcierto que crea, que de acuerdo con los autores nos empuja a crear nuevos patrones cerebrales y desarrollar una mayor capacidad de aprendizaje.
Tampoco está de más salir a bailar en las noches de verano. entre otras razones porque, hace unos años, investigadores neoyorquinos de la Escuela Albert Einstein de Medicina demostraron que marcarse unos pasos de baile es el mejor antídoto contra el envejecimiento cerebral, tanto si se compara con actividades intelectuales como resolver crucigramas y tocar un instrumento musical, como si se cotejan sus beneficios con los que aportan actividades físicas como jugar al tenis, practicar golf o caminar.
En concreto, el gerontólogo Joe Verghese y sus colegas calcularon que, mientras los crucigramas disminuyen ‘solo’ en un 47% el riesgo de demencia y deterioro cognitivo en la tercera edad, bailar asiduamente consigue reducirlo hasta un 76%. Y es que, según Verghese, aprender y enlazar nuevos pasos aumenta la complejidad de las sinapsis neuronales y obliga al cableado neuronal a reestructurarse una y otra vez. Incluso se han encontrado evidencias de que bailar, al igual que montar en bicicleta, aumenta el volumen cerebral y reduce el riesgo de sufrir alzhéimer a la mitad. Y si lo haces rodeado de una panda de camaradas, los efectos mejoran, ya que la corteza prefrontal del cerebro, un área involucrada en el pensamiento y la toma de decisiones que nos diferencia de otros primates, es más grande cuantos más amigos somos capaces de manejar.
Las grasas insaturadas, que no así las saturadas o las trans, reducen el riesgo de muerte
Las dietas con un alto contenido en grasas insaturadas, caso de los ácidos grasos omega-3 y omega-6, son beneficiosas para la salud. De hecho, y comparadas frente al consumo de carbohidratos con la misma cantidad de calorías, las grasas insaturadas se asocian con una reducción de entre un 11% y un 19% de la mortalidad por cualquier causa. Así lo muestra un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard en Boston (EE.UU.) y publicado en la revista «JAMA Internal Medicine», en el que se incide en la necesidad de evitar las grasas saturadas y, sobre todo, las grasas trans en la dieta y sustituirlas por grasas insaturadas –tanto poliinsaturadas como monoinsaturadas.
Como explica Dong Wang, director de la investigación, «en el último par de años se ha generado una gran confusión entre el público general y en la comunidad biomédica en torno a los efectos sobre la salud de los tipos de grasas en la dieta. Y en este sentido, nuestro trabajo constata los importantes beneficios asociados al consumo de las grasas insaturadas, sobre todo cuando se emplean en sustitución de las grasas saturadas y de las grasas trans».
¿Grasas trans? No, gracias
Para llevar a cabo la investigación, los autores evaluaron la relación entre los distintos tipos de grasas en la alimentación y la mortalidad –tanto general como específicamente asociada a las enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas, respiratorias y oncológicas–. Y para ello, analizaron los datos de 126.233 adultos incluidos en dos macroestudios –el Estudio de Salud de las Enfermeras (NHS I) y el Estudio de Seguimiento de la Salud de los Profesionales– en los que, con una periodicidad de dos o cuatro años y a lo largo de un total de 32 años, se registraron todos los aspectos relativos a la dieta, los estilos de vida y el estado de salud de los participantes. Concretamente, durante los 32 años de seguimiento se produjeron 33.304 decesos.
Los resultados mostraron que las grasas trans son las más perjudiciales para la salud. No en vano, y comparadas frente al consumo de carbohidratos con una cantidad similar de calorías, cada incremento de un 2% en el consumo de grasas trans se asoció con un aumento del 16% del riesgo de mortalidad prematura a lo largo de los 32 años de seguimiento. Sin embargo, las grasas saturadas, típicas de alimentos como la mantequilla o las carnes rojas, tampoco salieron mucho mejor paradas: partiendo del mismo número de calorías en los carbohidratos, cada aumento de un 5% en el consumo de este tipo de grasas conllevó un aumento del 8% en la probabilidad de fallecer por cualquier causa.
Por el contrario, los resultados mostraron que el consumo elevado de grasas insaturadas –tanto poliinsaturadas como monoinsaturadas– se asoció, frente a la ingesta de la misma cantidad de calorías en los carbohidratos, con una disminución de un 11-19% de la mortalidad general.
Hay que eliminar las grasas trans y reemplazar las grasas saturadas por grasas insaturadas, incluidos los ácidos omega-3 y omega-6Frank Hu
Es más; el consumo de dos tipos de grasas poliinsaturadas específicas –los ácidos grasos omega-6, presentes en los aceites vegetales, y los ácidos grasos omega-6, muy comunes en el pescado–, se asoció con un menor riesgo de muerte prematura.
Como indican los investigadores, «los efectos sobre la salud de los tipos específicos de grasas dependen de cómo son reemplazadas. Por ejemplo, y comparadas frente a aquellas personas que mantuvieron altos niveles de consumo de grasas saturadas, los participantes que cambiaron estas grasas saturadas por grasas insaturadas, sobre todo por grasas poliinsaturadas, presentaron un riesgo significativamente menor de morir por cualquier causa durante el período de seguimiento del estudio, así como una probabilidad inferior de fallecer por una enfermedad cardiovascular, por cáncer o por una enfermedad respiratoria o neurodegenerativa. Unos hallazgos que, en el caso de la enfermedad cardiovascular, son consistentes con los observados en numerosos estudios previos, en los que se muestra que la sustitución de las grasas saturadas o trans por grasas insaturadas se asocia con una reducción de las cifras de colesterol total y de LDL o ‘colesterol malo’».
Más sanos y longevos
Pero aún hay más. El estudio también demuestra que, con objeto de mantener la misma cantidad de ingesta calórica, la sustitución en la dieta de las grasas saturadas por carbohidratos también conlleva una reducción, aun modesta, del riesgo de mortalidad.
Entonces, ¿debe sugerirse la sustitución en la alimentación de las grasas, incluidas las insaturadas, por carbohidratos? No, pues como ya se ha referido, las grasas insaturadas ejercen un efecto beneficioso para la salud. De hecho, los resultados mostraron que las personas que reemplazaron su ingesta total de grasas por carbohidratos tuvieron una mayor mortalidad. Un resultado que, como apuntan los autores, «no nos sorprendió, pues los carbohidratos en Estados Unidos suelen contener básicamente almidón y azúcares refinados, cuya influencia sobre la mortalidad es similar a la de las grasas saturadas».
En definitiva, concluye Frank Hu, co-autor del estudio, «nuestro trabajo muestra la importancia de eliminar las grasas trans y de reemplazar las grasas saturadas por grasas insaturadas, incluidos los ácidos omega-3 y omega-6. Un cambio en la dieta que a nivel práctico se puede lograr sustituyendo las grasas de origen animal por una amplia variedad de aceites vegetales para cocinar».
Intoxicaciones en verano ¿cómo prevenirlas?
Las intoxicaciones son una de las clásicas dolencias del verano. Lavar frutas y verduras, no beber agua de pozos no potabilizados o conservar los alimentos en frío son algunos de los consejos de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN)
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Las vacaciones: desconectar del trabajo
Con el paso del tiempo, la sociedad ha ido adquiriendo hábitos de vida saludables, en los que comer de forma equilibrada y hacer deporte rutinariamente, se convierten en una base fundamental para alcanzar un nivel óptimo de salud. Sin embargo, en esta ecuación falta un factor aún ignorado o desconocido por la mayoría: la desconexión durante el tiempo libre.
¿Por qué es importante desconectar en verano?
Para poder rendir correctamente en el trabajo, necesitamos una recarga de energía positiva tras el desgaste físico y mental que acumulamos. Saber cuándo es momento de trabajar y cuándo lo es para disfrutar y relajarse, es vital para lograr un equilibro entre cuerpo y mente que, en definitiva, nos permitirá sentirnos mucho mejor con nosotros mismos. Tenemos que mimarnos, cuidarnos y no castigarnos al privarnos de disfrutar en los ratos libres que nos corresponden.
Estudios recientes afirman que aún tenemos que aprender lo importante que es relajarnos e interrumpir la rutina del trabajo. Casi 1 de cada 3 trabajadores españoles no desconectan del trabajo durante las vacaciones, lo cual reafirma que los españoles no nos cuidamos lo suficiente en este sentido.
Consejos útiles para desconectar en las vacaciones de verano
En cuestión de salud, salir de la rutina laboral tiene unos beneficios que notaremos si realmente llegamos a desconectar al 100%:
- Estimula el cerebro
- Baja nuestra presión arterial
- Reduce el estrés
- Dedicamos más tiempo a nosotros y a nuestras comidas
- Dormimos mejor y más horas
- Pasamos más tiempo con familiares y amigos
Cada persona tiene su propia forma de evadirse de la monotonía de cada día y todas son válidas. No obstante, hay unas bases clave para ayudar a llegar a esa desconexión deseada por todos:
- Dejar todo atado en el trabajo antes de las vacaciones. La mente tiene que estar liberada de carga para poder disfrutar de los ratos libres. El hecho de dejarnos cosas a medias antes de las vacaciones puede ser motivo de ansiedad y estrés.
- Adiós a las prisas. No existen planes cerrados en vacaciones. Suficiente tenemos a lo largo del año como para preocuparnos ahora del reloj.
- Dar una oportunidad a lo analógico. Acostumbrados a tanto móvil, ordenador y redes sociales, lo ideal en vacaciones es brindar una oportunidad a nuestras mentes de desconectar de lo digital.
- Caminar es una actividad física que permite hacer volar nuestra imaginación y desconectar. Además de aislar del trabajo, caminar es una forma de evitar el sedentarismo.
- Comer de forma equilibrada. Los compromisos laborales, saltarse comidas o picar cualquier cosa, son hábitos poco recomendables en la alimentación. Ahora, en vacaciones, es aconsejable tomarse el tiempo necesario para comer tranquilamente, de forma equilibrada, y disfrutar de ello.
- Arrastramos muchas horas de sueño que a veces nos resultan imposibles de recuperar, salvo en vacaciones, que disponemos de todo el tiempo del mundo. Duerme entre 7 y 9 horas al día y mantén unos horarios regulares también en vacaciones.
- Disfrutar de la familia y amigos. Es en este momento de ocio cuando podemos compartir momentos con los que más queremos.
Las vacaciones son una pieza fundamental del puzle de vida saludable. Al igual que otros factores que mejoran nuestro nivel de vida, el tiempo libre que disponemos debe ser utilizado única y exclusivamente para evadirnos de la rutina y volver con las pilas cargadas al trabajo.
CEREBRO E INTESTINO. Aspectos psicológicos en los trastornos funcionales digestivos (Parte III)
María Pérez Esteban/ Mayo 2016
El siguiente artículo habla de los aspectos psicológicos en los trastornos funcionales digestivos. La manera de enfocar nuestra vida, la conducta, los pensamientos y emociones repercute en nuestra salud, especialmente en lo considerado para muchos nuestro “segundo cerebro”. Hay una estrecha relación entre nuestro aparato digestivo y nuestra mente, que va desde la parte fisiológica con el nervio vago como hilo conductor entre nuestro cerebro y nuestro intestino hasta el asombroso parecido estructural entre un proceso y otro. Es necesaria una colaboración entre los profesionales de la medicina y de la psicología con el objetivo de ayudar a los pacientes en la mejoría y/o curación de estas patologías. Lo que no podemos ignorar por más tiempo es que no solo somos un conjunto de órganos con una fisiología particular; somos seres racionales y sobre todo somos seres emocionales, todo se relaciona y se influye. Es necesario por tanto atender otros aspectos de la vida del paciente para llevar a cabo los tratamientos más adecuados para que tengan una vida más sana y plena.
Palabras clave: Cerebro, Intestino, nervio vago, digestión, expulsión, hambre emocional, emociones básicas, niveles de intervención, áreas vitales, dietas, intolerancias alimentarias, colaboración profesional.
UNA VISIÓN COMPLETA: CINCO ÁREAS VITALES Y NIVELES DE
INTERVENCIÓN
PARTE 3
En mi trabajo a parte de acompañar terapéuticamente a la persona que viene a consulta, trato de observar cualquier detalle que parece insignificante, porque a veces esos detalles insignificantes construyen granito a granito el verdadero significado de la problemática de una persona.
A continuación menciono brevemente dos herramientas nucleares que guían mi trabajo terapéutico para que doctores, profesionales y cualquier persona, tengan presentes a la hora de diagnosticar, tratar o simplemente comprender mejor un problema digestivo de origen dudoso o desconocido.
El ESQUEMA DE LAS CINCO ÁREAS VITALES
Todas son importantes y todas hay que tenerlas en cuenta, tanto por su ausencia como por su presencia en la vida diaria de una persona. Cómo se relaciona en cada una de ellas, cómo se siente y el tiempo que dedica en su vida dice mucho de la persona, porque al final lo único que tenemos es nuestro tiempo, somos seres temporales, aunque en nuestra sociedad nos anestesiemos del mil maneras para olvidar lo inolvidable, que desde que venimos al mundo la única certeza es que nos iremos algún día.
Las cinco áreas vitales son:
Área Familia De Origen: entra la información referente a esta área. Si viven los padres, si están separados, son dependientes de la persona, sus hermanos, la relación con ellos, con sus familias políticas, algún pariente significativo que haya marcado su vida.
Área Familia Formada: si tiene hijos, si vive con alguna mascota o solo/a.
Área De Pareja: información de todo lo relacionado con la pareja, estado civil, el lugar que ocupa en la relación, cómo deja que le trate su pareja, como han sido sus relaciones anteriores y si hay algún patrón que se repite.
Área Profesional: todo lo que tiene que ver con el trabajo, cuál es y cómo se desarrolla la ocupación profesional. ¿Es su vocación? ¿Es lo que estudió? Cómo le tratan en el trabajo, cuanto tiempo dedica. Una persona que tenga una úlcera de estómago y no pueda desconectar de su portátil ni en casa o en vacaciones, es muy complicado que el tratamiento para esa úlcera pueda ser efectivo.
Área Ocio/Tiempo Libre: aquí incluimos la relación con los amigos, los hobbies que tiene, si se pone en peligro, si hay actividades de riesgo, si usa su ocio para trabajar o cuidar a alguien. Área Personal: habría una parte sobre la que en principio no tenemos poder para interferir en la que nos encontramos con todas las funciones fisiológicas de nuestro cuerpo: digestión, respiración…etc. Y otra parte que se refiere más a nuestra intimidad: todo lo que hacemos por y para nosotros. Cómo te ves, cómo te sientes actualmente, hacia dónde te diriges, hacia dónde te quieres dirigir. Una parte del área personal está incluida en las otras, cómo me trato en mi trabajo, cómo me protejo ante los riesgos, si practico deporte para cuidar mi salud, cómo me cuido en mis relaciones familiares, de pareja o de amigos.
Algunas personas acuden a terapia por ejemplo por un tema de estrés laboral y no hemos acabado la primera sesión cuando aflora un conflicto profundo con la familia.
Tuve un paciente que vino derivado de la medicina, porque en la diarrea aguda simple que sufría no se encontraba ninguna causa vírica o de cambio en la dieta y además tenía mucho estrés laboral. En seguida afloró un tema de ansiedad y mucho miedo a la hora de gestionar los problemas que tenía para tener nuevas relaciones de pareja a raíz de haber sufrido una experiencia traumática con una relación pasada; aunque esto fue lo nuclear, esa ansiedad y miedo afectaban también a las otras áreas de su vida.
No se puede atender un área sin “mirar a la cara a las otras”, todas están relacionadas y confluyen por el mismo río que somos nosotros.
Aunque a veces desviemos la mirada de los problemas realmente importantes, aunque a veces nos ignoremos a nosotros mismos, es importante darse cuenta que nuestra enorme capacidad de aguantar y sobrevivir es un arma de doble filo, gracias a ella somos lo que somos, pero por ella nos convertimos en lo que somos. No podemos permitirnos nunca llegar al límite. Al final el esfuerzo de nada sirve si cuando llego a la meta no puedo disfrutar del premio.
La otra herramienta para planificar la intervención es:
ESQUEMA DE LOS CINCO NIVELES:
Si nos imaginamos a las personas como un iceberg, metáfora muy popular últimamente en psicología, cuya película sobre un barco es responsable de que ante la palabra: Iceberg me venga a la cabeza Leonardo Di Caprio pasando mucho frío, mucho amor y unos violines de fondo. La punta del iceberg lo único que vemos, sería el primer nivel: la conducta, sucesivamente iré mencionando el nivel que le sigue por debajo.
Tiene que haber coherencia entre los niveles y congruencia entre todos, la falta de coherencia no se sostiene durante mucho tiempo y al final se acaban adaptando unos niveles a otros para conseguir el equilibrio en la estructura.
En todos los niveles menos el último interviene de manera directa la psicoterapia.
La conducta: qué hace o no hace la persona, cómo habla, con quién. Aquí interviene también la medicina al poner tratamientos, realizar pruebas, operaciones, recomendar patrones de conducta o hábitos.
Por ejemplo: Quedarse a trabajar más, no descansar para comer, no actuar frente a una situación injusta, no salir de casa para no relacionarse, darse un atracón por la noche de comida, no comer, hacer dietas, son algunos ejemplos reales de conductas relacionadas con los trastornos.
Pensamiento Social: es lo que tenemos a nivel consciente sobre la propia vida, las relaciones, el mundo. Algunos ejemplos de pensamientos sociales: “es que si no lo hago me siento culpable”, “no me gustan los conflictos”, “me da miedo la reacción de…”, “si estoy así de gordo/a no encontraré pareja”, “no soy interesante”, “ya pararé el ritmo de trabajo pero de momento no puedo dejar este asunto”, “que me quiten lo que tengo (pero yo no tengo que hacer nada, no?)”, “no tengo fuerza de voluntad para…y total ¿para qué?”, “Me paso un poco pero luego me tomo la pastilla”.
Pensamiento Profundo: es lo que tenemos a nivel no consciente, donde se encuentran los prejuicios, los ideales, las fantasías, el guión de vida enunciado por Eric Berne, o los mandatos; aquellos mensajes limitadores que vamos introyectando desde que somos pequeños como si fueran nuestros pero que en realidad vienen del entorno, de nuestra familia, de nuestra cultura y que en los momentos en que aparecieron no teníamos la capacidad de cuestionarlos ni de defendernos frente a ellos.
En el pensamiento profundo empiezan a aparecer elementos importantes que conforman la psicopatología de los pacientes. Son mensajes inconscientes recibidos del entorno del tipo: No
lo logres, No hagas, No decidas, No estés bien, Esfuérzate, Se perfecto, Se fuerte, Date prisa, Complace…etc. Todos hemos recibido una variedad de ellos o a veces lo hemos imaginado, y por cada uno de ellos tomamos decisiones de forma no consciente. Son estas decisiones tempranas, lo que determina el tipo de autolimitación que adoptamos. Si a una persona de pequeña se le dieron mensajes del tipo “Se Perfecto” tendrá por un lado un nivel de autoexigencia muy grande y por otro dará gran importancia a la imagen que proyecta sobre los demás, las notas, los rankings, sus relaciones con los demás, ya que la perfección o imperfección se mide comparándonos con otros. El problema es que ese tipo de personas tienen un filtro de la realidad particular donde “nunca es suficiente” o “sigo siendo imperfecto,” suelen ser los caballos de carreras que tiran de él/ella hacía una meta inalcanzable. Otra persona que haya recibido de su entorno mandatos del tipo “complace”, tendrá muchas dificultades para imponerse, mucho miedo a los conflictos y se sentirá muy culpable de ir en contra de los deseos de su círculo íntimo.
Nuestra identidad es el resultado de la forma en que hemos estructurado nuestra personalidad.
Emociones Básicas: están a un nivel consciente, son las que sentimos en el día a día. Aunque hay personas que sufren de Alexitimia, es decir, la incapacidad para identificar y describir verbalmente las emociones y sentimientos de uno mismo y de los demás, en circunstancias normales todos sabemos, o deberíamos saber por nuestro bien, cuando estamos tristes, con rabia, alegres…etc. Algunos ejemplos de cómo las emociones están conectadas a nuestro aparato digestivo lo encontramos cuando la persona tiene determinadas conductas o pensamientos del tipo: no tengo ganas de nada, he perdido el apetito, cuando alguien decide no salir de su casa para no relacionarse y comer compulsivamente, encontramos entre otras emociones la tristeza de fondo. La rabia aparece mucho en problemas de úlcera o ardor de estómago, en situaciones conflictivas que no se resuelven a corto plazo nuestro sistema simpático esta continuamente activo a través de la adrenalina, ella hace su función correcta preparándonos para el ataque, el problema es que si no hay combate y la situación está igual que al inicio nuestro sistema seguirá activo hasta que nosotros demos la orden de que la batalla se acabó; el problema se agudiza cuando la batalla es diaria y ahora además nuestra bomba ácida ya esta descontrolada para “echar mas leña al fuego”.
Tuve una paciente que había sufrido la muerte inesperada de su marido y apenas había exteriorizado ninguna conducta de dolor, presentaba Alexitimia. Entre otros problemas de salud tenía un estreñimiento que había pasado de puntual a frecuente, para volverse crónico, esto repercutía en su vida diaria hasta límites de generarla una gran angustia y preocupación. Hay muchos factores que están relacionados en el estreñimiento, no solo dietéticos o emocionales, este problema de salud no nos lo tomamos demasiado en serio en la sanidad y las consecuencias psicológicas son muy graves, las personas además que lo sufren se sienten bastante desprotegidas y lo tienen que asumir prácticamente en soledad porque no reciben la atención e importancia que merecen de su entorno. Esta paciente había tenido otros eventos dramáticos posteriores, sin embargo en todos actuaba de la misma manera, seguía hacía adelante como si no hubiera pasado nada, apenas pedía ayuda y no exteriorizaba sus miedos o preocupaciones. El bloqueo era cada vez mayor y no sólo me refiero al de sus desechos sino al emocional, tenía muchas dificultades para sacar a la luz todo aquello que la hacía sufrir o preocupaba, había un miedo de que si lo hacía se iba a sentir peor o que no podría parar, este miedo es muy común pero en realidad es una fantasía; no es cierto que cuando paremos nos volveremos locos y nos pondremos a llorar para siempre. Cuando paramos descargamos la cantidad suficiente en ese momento y quizás quede mucho dentro, pero como decía uno de mis maestros Pepe Zurita lo que sale ya no vuelve a entrar. Sin embargo esta paciente no expulsaba nada, solo retenía y acumulaba. Abandonó al poco tiempo la terapia. Todos los ejemplos que pongo son frases reales sacadas de mi experiencia profesional, a continuación pongo la frase y la emoción experimentada por la persona “Tengo mariposas en el estómago”: Alegría; “Me lo estoy comiendo con patatas”: Rabia; “Esto no hay quien se lo trague”: Asco y Rabia; “No puedo decírselo me montaría un número…”: Miedo; “No me apetece hacer nada”: Tristeza.
Emociones Profundas: son aquellas que no estarían en el plano de nuestra consciencia. A nivel no consciente existen dos miedos existenciales que son el origen de muchas psicopatologías: Miedo a la invasión: desde que somos bebes nos han vestido, tocado, pinchado, alimentado, bañado, sometido a reglas etc. sin que nosotros pudiéramos hacer o impedir nada, obviamente esto ha permitido nuestro desarrollo aunque hay otra parte de nosotros que ha sido tan invadida, que en ocasiones hemos experimentado miedo ante esa invasión a la que no podíamos poner límites Este miedo no superado se refleja en personas que no se pueden comprometer, que les cuesta tener amistades profundas o duraderas, otras que a pesar de tener una relación de pareja viven su vida como si fueran solteros.
El otro es el Miedo al abandono: el origen es el mismo que el miedo a la invasión; nuestra gran inmadurez al nacer, esto hace que seamos totalmente dependientes del otro y tras explicar anteriormente nuestro sistema de apego, el miedo a la exclusión social, a quedarnos solos, a que familia, amigos, compañeros de trabajo, etc. dejen de relacionarse con nosotros es el mayor miedo existencial que puede experimentar el ser humano.
Sin embargo me entristecería reflejar que solo nos movemos por miedo, como un Parchís donde nuestros movimientos solo se dirigen en función del miedo que tengamos hacia un color u otro. Existe algo que es más fuerte que el miedo y que es el arma original y final para combatirlo, es además el motor de nuestro crecimiento personal y de nuestras batallas frente a este poderoso contrincante y es: el amor. Gracias a este impulso innato de buscar al otro, podemos combatir con todas las dificultades que encontremos en el camino.
Llegando al fondo de nuestro iceberg tendríamos la Espiritualidad que incluye los contenidos más profundos del ser humano referente al mundo espiritual y aquí no interviene directamente ni la psicología ni la medicina.
Consultas típicas de la piel en la farmacia en verano
El buen tiempo propicia que se hagan más planes fuera de casa, que aumenten las escapadas de fines de semana y que, por fin, lleguen las esperadas vacaciones. Durante el periodo estival la farmacia se convierte, más que nunca, en el lugar de referencia para resolver las necesidades de salud y buscar asesoramiento.
Entre las consultas más frecuentes se encuentran aquellas referidas a la piel. Entre las más comunes destacan afecciones como la hiperpigmentación como melasma, el léntigo solar o léntigo malignomelanoma, las picaduras de insectos, los hongos, el acné, las queratosis actínicas o incluso los posibles carcinomas, entre otros.
Gema Herrerías, farmacéutica y vocal de dermocosmética del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Sevilla, explica en qué consisten algunas de ellas y cómo pueden tratarse:
Melasma
La experta indica que la hiperpigmentación de mayor consulta en la farmacia comunitaria es el melasma, que suele afectar a la región malar, el labio superior, el mentón y la frente. “Es muy frecuente en mujeres jóvenes que toman o han tomado anticonceptivos orales y durante el embarazo”, aclara Herrerías.
Respecto al tratamiento, insiste en utilizar protector solar cada mañana combinado con un producto despigmentante por la noche y/o por la mañana, según la tolerancia cutánea. El producto despigmentante se puede encontrar en diferentes texturas, según la tipología de cada piel.
Acné
El acné es una alteración de la producción de la grasa cutánea con proliferación de Propionibacterium acnes. Esto provoca que aparezcan comedones abiertos y/o cerrados, así como posibles lesiones inflamatorias como: pápulas pústulas, nódulos, quistes o cicatrices.
“El tratamiento del acné varía en función del predominio de comedones o de lesiones inflamatorias”, señala Herrerías. “El ácido azelaico o el peróxido de benzoilo son muy útiles en su abordaje en casos más leves, a menos que se requiera tratamiento farmacológico por prescripción médica en casos moderados a graves”.
Prurito
Las lesiones con prurito más consultadas son las picaduras de insectos o la urticaria. En la urticaria aparecen lesiones llamadas habones con edema sobreelevadas que pican. “En el caso de las picaduras, la reacción es localizada con picor en forma de pápula excoriada que puede llegar a formar hasta una ampolla”, matiza Herrerías.
En estos casos los farmacéuticos suelen recomendar productos que contengan amoniaco o calamina para aliviar los síntomas.
Quemaduras
Las quemaduras son alteraciones o pérdidas de sustancia de la superficie corporal producidas por el contacto con diferentes agentes. Pueden ser debidas a agentes térmicos, eléctricos o químicos. Según su profundidad se clasifican en primer grado o epidérmicas, segundo grado o dérmicas, tercer grado o subdérmicas. “Consideraremos quemaduras críticas a aquellas que afectan al rostro, los pliegues, las manos, los pies, los genitales externos y las quemaduras circulares en los miembros”, afirma la experta.
Las quemaduras deben limpiarse con suero fisiológico y tal y como especifica Herrerías, en caso de que sean de primer grado se tratarán con una crema hidratante reparadora con centella asiática que se aplicará de dos a tres veces al día. Las de segundo grado superficiales y pequeñas, deben ser tratadas con una cura húmeda eliminando la piel de las ampollas.