dieta mediterránea

Comienza una nueva edición de los campamentos “mediterraneamos en el Vivero” para fomentar la Dieta Mediterránea entre la población infantil

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Cerca de 400 niños de entre 6 y 12 años de colegios públicos de Madrid, disfrutarán de un programa que combina actividades didácticas y de ocio con la Dieta Mediterránea como protagonista

La iniciativa se llevará a cabo desde el 22 de junio hasta el mes de septiembre en el Vivero Escuela Río Guadarrama en Navalcarnero (Madrid)

El campamento se enmarca dentro de las acciones de promoción de la campaña “mediterraneamos 2016”, realizada por el Departamento

El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente pone en marcha una nueva edición de los campamentos “mediterraneamos en el Vivero”, cuyo objetivo es fomentar la Dieta Mediterránea entre la población infantil.

Con esta iniciativa, cerca de 400 niños de entre 6 y 12 años de colegios públicos de Madrid, disfrutarán de un programa que combina actividades didácticas y de ocio con la Dieta Mediterránea como protagonista.

Los campamentos, que se desarrollarán desde el 22 de junio y hasta el 9 de septiembre en el Vivero Escuela Río Guadarrama en Navalcarnero (Madrid), en turnos semanales de lunes a viernes, permitirán a los escolares disfrutar de distintas actividades lúdicas relacionadas con la cocina, la ciencia y el inglés.

En la presente edición, se ha contado también con la colaboración de la campaña Pan Cada Día y con la Asociación de Fabricantes de Zumos (Asozumos), tanto para la elaboración de material informativo como para el suministro de producto.

El campamento quiere dar a conocer los pilares básicos de la alimentación mediterránea, fomentar la práctica de ejercicio físico y el aprendizaje de inglés, mediante un programa de actividades variadas que combina ocio y educación.

Se realizarán actividades con contenidos amplios para dar una visión completa de en qué consiste la Dieta Mediterránea, que se llevarán a cabo mediante una metodología dinámica y basada en el ocio para facilitar el aprendizaje de los niños. Para ello la programación de las actividades está diseñada por expertos en ocio y divulgación, y serán conducidas por un cocinero con experiencia en educación y monitores de tiempo libre bilingües.

En las actividades de cocina, los niños conocerán los productos que componen la Dieta Mediterránea con los que posteriormente elaborarán sus recetas. Por otro lado, realizarán deporte, experimentos científicos y actividades en inglés.

CAMPAÑA MEDITERRANEAMOS

Este campamento de verano es otra de las actividades de la campaña “mediterraneamos 2016” del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente que, por quinto año consecutivo, busca potenciar en las nuevas generaciones el conocimiento del valioso patrimonio cultural que es la Dieta Mediterránea.

La campaña “mediterraneamos 2016” es una iniciativa impulsada por el Ministerio desde septiembre de 2012, en la que se ha invertido en estos cinco años un total de 2.455.821,00 euros.

Tiene como objetivo el fomento de la Dieta Mediterránea entre los niños y adolescentes, así como un estilo de vida saludable. Para ello, en los 5 últimos años se han organizado actividades educativas y de divulgación para informar, familiarizar e involucrar a las comunidades de escolares en estos buenos hábitos.

Más información:

www.mediterraneamos.es

www.alimentacion.es/es/campanas/mediterraneamos

Fuente: http://www.magrama.gob.es/es/prensa/noticias/comienza-una-nueva-edici%C3%B3n-de-los-campamentos-mediterraneamos-en-el-vivero-para-fomentar-la-dieta-mediterr%C3%A1nea-entre-la-poblaci%C3%B3n-infantil-/tcm7-424844-16

promoción para fomentar el consumo de leche y los productos lácteos

El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente e INLAC inician la segunda fase de la campaña de promoción para fomentar el consumo de leche y los productos lácteos

promoción para fomentar el consumo de leche y los productos lácteos

Tiene como objetivo dar a conocer la variedad y la importancia de los productos lácteos dentro de una dieta equilibrada

La campaña, cuya primera fase tuvo lugar entre enero y febrero de 2016, es fruto de un convenio de colaboración entre el Departamento e INLAC suscrito en noviembre de 2015

El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y la Interprofesional láctea INLAC, inician la segunda fase de la campaña de promoción “Lácteos de aquí cada día” que tiene como objetivo fomentar el consumo diario de leche y lácteos entre la población. Una iniciativa con la que se da a conocer la variedad de productos y su importancia dentro de una dieta equilibrada, con la que se quiere, además, apoyar la estabilización de los mercados y colaborar con el sector.

La campaña, cuya primera fase tuvo lugar entre enero y febrero de 2016, es fruto de un convenio de colaboración entre el Departamento e INLAC suscrito en noviembre de 2015, por el que el Ministerio aporta los materiales de la campaña y la Interprofesional se encarga de una parte de su difusión.

La inversión total en la campaña es de 1,7 millones de euros, de los que 1 millón corresponde a la aportación del Ministerio y 700.000 euros constituyen la aportación de INLAC.

Esta iniciativa forma parte del plan de medidas emprendidas por el Ministerio para la estabilidad y sostenibilidad del sector del vacuno de leche, según el Acuerdo firmado el 23 de septiembre de 2015 entre el Departamento y la distribución, la industria y la producción lácteas. Con esta iniciativa se profundiza además  en las acciones conjuntas entre la Interprofesional Láctea (INLAC) y el Ministerio en materia de promoción, lo que permite abordar acciones de mayor entidad y repercusión.

Esta segunda fase de la campaña, ejecutada por INLAC, se desarrollará en televisiones de ámbito nacional, radio, tanto en emisoras líderes generalistas como en cadenas musicales, y en medios online hasta finales del mes de septiembre.

Más información en: http://www.alimentacion.es/es/campanas/lacteos/lacteos-de-aqui-cada-dia/default.aspx

Fuente: http://www.magrama.gob.es/es/prensa/noticias/el-ministerio-de-agricultura-alimentaci%C3%B3n-y-medio-ambiente-e-inlac-inician-la-segunda-fase-de-la-campa%C3%B1a-de-promoci%C3%B3n-para-fomentar-el-consumo-d/tcm7-425620-16

¿Qué hacer con los niños verano?

¿Cómo han de ser los horarios del niño en verano?

¿Qué hacer con los niños verano?

Las rutinas son muy importantes en todas las personas, pero mucho más en los niños. “La regularidad en los horarios y que se repitan determinados hábitos les da seguridad y tranquilidad”, afirma Yolanda de la Llave, psicológica conductual del Instituto del Sueño. Se muestra de acuerdo José Manuel Suárez Santodomingo, presidente de la Asociación de Pedagogos de Galicia (Apega) y comenta que “a los niños, especialmente los más pequeños, hay que establecerles unos ritmos de verano. No se puede dejarles total libertad porque entonces es un caos para todos, ellos y los padres”.

El experto sugiere establecer la nueva rutina de verano de forma progresiva. “Los primeros días de vacaciones se les puede dar vía libre para que hagan lo que más le convenga. Hay un ciclo que hay que romper y se les puede dar 10 o 15 días para que se desahoguen. A partir de ahí hay que regularizarlo”, insiste.

¿A qué hora levantarse y acostarse?

Esta regularización no ha de ser tan rígida como durante el curso. De la Llave reconoce que “cuando llegan las vacaciones no se ven obligados a madrugar. Podemos ser más flexibles y dormir y despertar más tarde”.

Ya no necesitan levantarse tan temprano, pueden hacerlo a las 9 o 9:30. No mucho más tarde porque entonces se motiva una falta de coordinación”, indica Suárez.

La psicóloga advierte de que “si continuamente alteramos los horarios de acostarnos y despertarnos, nuestros relojes internos, que se sincronizan con la luz y las rutinas, se van a volver locos. Así, vamos a tener dificultades para dormir y despertarnos a la hora que tenemos que hacerlo”.

“Es muy importante que los padres sean firmes en este sentido, porque cuando los niños tienen problemas para irse a dormir pronto, se convierte en una batalla”, afirma la profesional.

¿Qué actividades hacer por la mañana y por la tarde?

También hay que tener unos ritmos determinados a la hora de distribuir las tareas. Suárez  indica que “las mañanas son para estar en casa y hacer cosas relacionadas con el intelecto. En las tardes puede haber más libertad para quedar con los amigos o ir donde necesiten”.

¿A qué hora comer?

De la misma manera, la hora de comer debe estar determinada. “No se deben cambiar mucho los hábitos de comida. Si ha aprendido a comer verduras en el invierno, ahora no vamos a darle todos los días hamburguesas”, destaca Suárez.

Volver a la rutina en septiembre

Todo ello facilitará la vuelta a la rutina del curso en septiembre.  Además, para adaptarse progresivamente, hay que instaurar estos nuevos ritmos 15 días antes del comienzo del colegio.

“Establecer los horarios nada más empezar el curso es malo. A las 8 de la mañana, cuando se tenga que levantar el niño, no va a querer. Es mejor aprenderlo con tiempo y no esperar al último día”.

Fuente: http://www.dmedicina.com/familia-y-embarazo/mi-nino/2016/06/12/como-han-horarios-nino-verano-113081.html?cid=MOTB001

vacaciones de niños en verano

Vacaciones escolares: ¿qué hacer con los hijos?

vacaciones de niños en verano

La llegada del verano y el comienzo de las vacaciones de verano propician un cambio en las rutinas diarias que afectan a los más pequeños de forma directa y, por ende, a sus padres. Por ello, y con el objetivo de conseguir que la adaptación a este periodo sea lo más llevadera posible, y que no pase factura al próximo invierno, expertos han destacado la importancia de continuar con las rutinas, estructurar el tiempo libre con periodos de descanso y actividad, así como compartir tiempo como compartir el tiempo con la familia. 

Sin embargo, muchas veces resulta complicado conseguir un equilibrio entre la relajación en las reglas durante el verano con el mantenimiento de algunos hábitos mínimos que son fundamentales para la estabilidad de los hijos. “Por norma general, los niños tienen más vacaciones que los padres, por lo que los campamentos y los abuelos se convierten con frecuencia en sustitutos del aula. Además, cada cambio para el niño supone  iniciar un proceso adaptativo, lo que hace que con frecuencia se encuentren más nerviosos y alterados”, ha explicado la psicóloga infantil del Hospital Quirón salud San José, Paloma Méndez de Miguel.
Ante esto, el jefe de sección asistencial de Pediatría y Oncohematología del Complejo Hospitalario de Navarra y miembro de ‘Top Doctors’, Javier Molina Garicano, ha subrayado la necesidad de que los horarios de verano se parezcan lo “más posible” al del invierno, porque un cambio de las actividades aprendidas puede derivar en “desasosiego y desconcierto”.
Asimismo, es importante también que la rutina del sueño sea parecida si bien, la doctora Méndez de Miguel ha reconocido que es “acertado” retrasar la hora de acostarse y de levantarse con el fin de adaptar el horario del menor al del adulto. También es necesario que tengan un cierto orden con las comidas y no se salten ninguna por estar de vacaciones.
PERIODO PARA TRANSMITIR OTRAS ENSEÑANZAS
Estructurar el tiempo libre con periodos de descanso y actividad, y ofrecer alternativas para que puedan disfrutar de su tiempo libre son otras de las principales medidas aportadas por los expertos para atender y educar a los niños en verano.
“El concepto de ocio, entendido como tiempo dedicado a hacer lo que nos gusta y que habitualmente no podemos hacer durante el resto del año, no comporta que debamos dejar de lado el aprendizaje. El verano  puede ser el momento de transmitir otro tipo de enseñanzas y valores también importantes como la colaboración en las tareas domésticas o ir al cine u a otro tipo de espectáculo“, ha apostillado la doctora del Hospital Universitario Quirón Dexeus y miembro de ‘Top Doctos’, Nuria Curiel Águila.

Estas declaraciones han sido corroboradas por el también miembro de ‘Top Doctors’ y director del Instituto Valenciano de Pediatría, Ignacio Manrique Martínez, quien ha subrayado la importancia de que los padres dediquen tiempo a sus hijos ya que los menores suelen tener una “falta de afecto” porque lo poco que les ven durante el resto del año.
“Puede ocurrir que los niños entiendan la situación al revés y comprendan que sólo cuentan en su vida con sus conocidos o amigos del colegio por ser a los que ven más frecuentemente y que sus padres están ahí solo puntualmente”, ha recalcado el Manrique Martínez, quien ha recomendado fomentar el tiempo que los menores dedican a sus abuelos y a visitar sus pueblos.
Ahora bien, el experto en Neurología Infantil y miembro de ‘Top Doctors’, Andrés Cánovas, ha aseverado que los campamentos de verano son una “muy buena solución” para compatibilizar la vida familiar y laboral y, al mismo tiempo, ayudan a los menores a desarrollar competencias sociales y comunicativas.
En definitiva, según han señalado los especialistas, el “mejor modo” de conseguir unas vacaciones satisfactorias para la familia es equilibrar la disminución de responsabilidades con la libertad que otorga tener un largo periodo de ocio.

Fuente: http://www.infosalus.com/asistencia/noticia-vacaciones-escolares-hacer-hijos-20160625083248.html

cerebro, intestino, emociones

CEREBRO E INTESTINO: Aspectos psicológicos en los trastornos funcionales digestivos (Parte II)

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María Pérez Esteban/ Mayo 2016

El siguiente artículo habla de los aspectos psicológicos en los trastornos funcionales digestivos. La manera de enfocar nuestra vida, la conducta, los pensamientos y emociones repercute en nuestra salud, especialmente en lo considerado para muchos nuestro “segundo cerebro”. Hay una estrecha relación entre nuestro aparato digestivo y nuestra mente, que va desde la parte fisiológica con el nervio vago como hilo conductor entre nuestro cerebro y nuestro intestino hasta el asombroso parecido estructural entre un proceso y otro. Es necesaria una colaboración entre los profesionales de la medicina y de la psicología con el objetivo de ayudar a los pacientes en la mejoría y/o curación de estas patologías. Lo que no podemos ignorar por más tiempo es que no solo somos  un conjunto de órganos con una fisiología particular; somos seres racionales y sobre todo somos seres emocionales, todo se relaciona y se influye. Es necesario por tanto atender otros aspectos de la vida del paciente para llevar a cabo los tratamientos más adecuados para que tengan una vida más sana y plena.

Palabras clave: Cerebro, Intestino, nervio vago, digestión, expulsión, hambre emocional, emociones básicas, niveles de intervención, áreas vitales, dietas, intolerancias alimentarias, colaboración profesional.

SEGUNDO CEREBRO Y LAS EMOCIONES

PARTE 2

Hace un par de años en un popular programa televisivo sobre encuentros familiares o de personas que habían estado separadas durante años por diversas circunstancias, al conocido portero Iker Casillas se le vendaron los ojos y se le sometió a la prueba de comer tres tipos de rosquillas, el reto era averiguar cuales eran de su abuela y cuales no. Esta prueba venía porque Iker afirmaba que las rosquillas de su abuela eran las mejores que había comido. Superó la prueba, es decir, averiguó cuales eran de su abuela y cuales no. ¿Es posible que un alimento compuesto de: harina, huevo, levadura, aceite, azúcar y esencia de limón, la abuela de Iker los mezcle de tal manera, para dejar una huella imborrable en su cerebro o hay más factores que la mera composición de nutrientes?

Nos encontramos en el intestino con alrededor de 100 millones de neuronas, más que las que contiene la médula espinal. Esta multitud de neuronas en el sistema nervioso entérico nos permite sentir el mundo interior de nuestro intestino y su contenido. Gran parte de este arsenal neuronal se pone de manifiesto en la elaborada rutina diaria de la digestión; descomponer los alimentos, absorber nutrientes y expulsar los desechos requiere de procesos químicos, mecánicos y rítmicas contracciones musculares que mueven todo hasta el final. Por lo tanto, equipado con sus propios reflejos y sentidos, el segundo cerebro puede controlar el comportamiento de los intestinos independientemente del cerebro, explica Michael Gershon jefe del departamento de Anatomía y Biología celular en el Centro Médico de la universidad de Columbia en Nueva York, experto en el naciente campo de la neurogastroenterología y autor del libro The Second Brain ( HarperCollins, 1998). Gershon dice “The brain in the head doesn’t need to get its hands dirty with the messy business of digestion, which is delegated to the brain in the gut,” (nuestro cerebro no necesita ensuciarse las manos con el embrollado asunto de la digestión, el cual es delegado al cerebro del intestino.)

Desde el intestino además se produce al 95% de la actividad de la serotonina, sustancia que trabaja como neurotransmisor en la inhibición de: la ira, la agresión, la temperatura corporal, el humor, el sueño, el vómito y el apetito, y es responsable de mantener en equilibrio nuestro estado de ánimo (sus distintos niveles en nuestro organismo están relacionados con la depresión).

Aquí se produce también más del 50% de la actividad de la dopamina: neurotransmisor que entre sus funciones regula los niveles de placer en nuestro cerebro. Su secreción se da durante situaciones agradables y nos estimula a buscar aquella actividad u ocupación agradable. Esto significa que la comida, el sexo, y varias drogas, son también estimulantes de la secreción de la dopamina en el cerebro en determinadas áreas tales como el núcleo accumbens y la corteza prefrontal.

Con esta implicación del sistema opiáceo durante la ingesta los alimentos que componen un atracón, lo que llamamos el “Hambre emocional”, pueden tener un efecto psicoactivo de la serotonina y de la dopamina, de manera que comer puede generar una adicción o conducta patológica: el acto de comer en sí mismo es un ansiolítico natural. En este contexto hablamos especialmente de los Carbohidratos simples refinados (bollería industrial, patatas fritas…etc ), nadie cura la ansiedad metiéndose un atracón de acelgas hervidas; esto es meterme más en el campo de los Trastornos de la Conducta Alimentaria pero que también desencadenan trastornos digestivos y están relacionados con la parte emocional en el acto de comer. Se dan una serie de factores que pueden predisponer a una relación con la comida adictiva o patológica como baja autoestima, necesidad de gratificación inmediata y de relaciones nuevas, baja tolerancia a la frustración, descontrol de impulsos, agresividad, dificultades para afrontar conflictos, tendencia a la evitación de situaciones críticas, incapacidad para pedir ayuda o dificultades de adaptación a la vida cotidiana (responsabilidades familiares, laborales) y/o rellenar vacíos existenciales comiendo.

No es por ello sorprendente que hay muchos trastornos como la ansiedad, la depresión o el autismo que tienen manifestaciones intestinales específicas, y a la inversa, nos encontramos con determinados trastornos intestinales como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa en las cuales se presenta con mayor frecuencia en la población trastornos psicológicos como la alexitimia, perfeccionismo, elevado neuroticismo, ansiedad y depresión.

Emeran Mayer. Profesor de Psiquiatría, Fisiología y Ciencias del comportamiento en la David Geffen School of Medicine at the University of California, Los Angeles (U.C.L.A.) dice que: Gran parte de nuestras emociones están probablemente influenciadas por los nervios de nuestros intestinos. El sistema es demasiado complicado para haberse desarrollado simplemente para asegurarse de que “las cosas” se muevan al colon.

Esta afirmación me lleva inevitablemente a hablar de las emociones. Les recuerdo a los lectores que aunque tengo formaciones en diferentes campos y escuelas psicológicas, y las que tendré puesto que me considero la “estudiante eterna”, mi escuela de base a la hora de trabajar en terapia es la psicoterapia humanista integrativa, donde uno de los principales objetivos es el trabajo profundo de las emociones.

Todas son importantes y todas juegan un papel crucial a lo largo de nuestras vidas, sin olvidar que tienen un componente puramente biológico y adaptativo. El origen de los mecanismos emocionales es, filogenéticamente, muy antiguo. Los seres vivos necesitamos continuamente tomar decisiones para reaccionar de manera adecuada a un entorno que cambia constantemente. En el caso del hombre, al tener una corteza prefrontal muy desarrollada, la situación se vuelve mas compleja, porque nuestra gran capacidad cognitiva con respecto al resto de las especies crea una situación donde las emociones no son las únicas protagonistas en la toma de decisiones, pero siempre están y aparecen. Esto es lo que nos interesa aquí; las consecuencias negativas de no gestionarlas adecuadamente, cómo repercuten en nuestra salud cuando no las tenemos en cuenta o si la emoción que mostramos no corresponde a la que en realidad tenemos, lo que en psicología llamamos los rackets ; por ejemplo culturalmente a los hombres se les ha educado para sacar rabia y bloquear la tristeza, a veces aunque estén experimentando tristeza dan un puñetazo sobre la mesa porque socialmente para ellos es lo más aceptado. En las mujeres al revés, hemos sido educadas para sacar tristeza y bloquear la rabia, en ocasiones las mujeres lloramos aunque en realidad estamos con mucha rabia y lo que necesitamos es dar una patada, “pareces un marimacho” o “los hombres no lloran” son ejemplos de los mensajes que desde niños van formando el “padre crítico” dentro de nosotros a nivel inconsciente y configuran en adultos determinados comportamientos no sanos, pero que nos sirven para adaptarnos mejor a nuestro entorno.

Esa “energía producida por la emoción” tiene que salir de una manera adecuada porque sino la acumularemos en alguna parte enquistándola, o sacándola en otra situación totalmente inadecuada, o por último a través del cuerpo; las conocidas enfermedades de origen psicosomático, pero desaparecer no va a desparecer.

Lo que no podemos ignorar por más tiempo, es que somos seres emocionales, no solo cognitivos. Las emociones surgen y van a surgir toda la vida porque nuestros cerebros se encuentran preparados para reaccionar siempre con una respuesta emocional ante la presencia de los estímulos ambientales y/o de nuestros propios pensamientos.

Recordaremos brevemente cual es la misión biológica de nuestras emociones básicas:

MIEDO: nos alerta de una situación de peligro, ante el miedo hay tres formas de actuar: enfrentamiento, huida, y pasividad o frozen (congelamiento), las tres son importantes, la clave es elegir la adecuada según las circunstancias. Lo inadecuado por ejemplo sería actuar siempre con la misma respuesta, esto lo menciono porque de aquí surgen patologías cuando la persona ante el miedo siempre actúa de la misma manera: huyendo, enfrentándose o quedándose parada.

RABIA: aparece en una situación ambiental que percibimos como amenazante y en la cual hemos descartado la huida o la pasividad y nos preparamos por lo tanto para el enfrentamiento físico del ataque. Hay que tener mucho cuidado si ante una situación conflictiva no encontramos una solución a corto plazo, ya que esta emoción puede hacerse crónica y agravarse transformándose en rencor, cuyas consecuencias son muy negativas para nuestra salud física y mental. La rabia es legítima y necesaria, lo que hay que aprender es a sacarla de una manera sana de modo que no nos hagamos daño a nosotros ni a los demás.

ASCO: nos sirve para evitar riesgos al entrar en contacto con sustancias potencialmente dañinas para la salud. Esta emoción es especialmente importante con los alimentos que ingerimos, nos alerta de aquellos que pueden estar en mal estado, también nos alerta al contacto corporal con todo tipo de materiales que nos resultan repugnantes y pueden entrañar un riesgo de contagio o de suciedad.  La tendencia innata es mantenernos limpios y alejados de los materiales sospechosos.

ALEGRÍA: nos impulsa a explorar el entorno para encontrar fuentes de estimulación. Forma parte de nuestro sistema de búsqueda y logro, tiene que ver con la regulación de endorfinas, serotonina, oxitocina; activa nuestro sistema de apego para: la búsqueda de parejas sexuales, crear lazos afectivos, búsqueda de satisfacción en el ambiente.

TRISTEZA: comparándonos en la naturaleza al resto de los seres al nacer somos extraordinariamente inmaduros y si nadie se ocupa de alimentarnos y de protegernos, perecemos sin remedio. Esto me lleva a mencionar la teoría del apego de John Bowlby (1969), uno de los descubrimientos más importantes de la psicología, todos nacemos con un sistema de apego que indica que estamos programados para buscar el cariño y la relación con el otro durante toda nuestra vida. El recién nacido necesita desarrollar una relación con al menos un cuidador principal para que su desarrollo social y emocional se produzca con normalidad. Desde que nacemos necesitamos al otro para sobrevivir. Esta emoción regula y advierte de los estados de esta carencia o cuando nuestro sistema de apego esta activado por algo.

Ahora que tenemos el sentido biológico, aquí y ahora ¿cómo gestionamos nuestras emociones? Hemos pasado de recolectar, cultivar, cazar, estar en contacto con la naturaleza a pasar en muchos contextos laborales 16 horas sentados, y nuestro cuerpo no fue diseñado genéticamente para esta vida. Nuestro cuerpo tiene una potencia muy grande y se mueven muchas cosas en nuestro interior no solo comida.

Alimentación saludable en verano

Consejos para una alimentación saludable en verano

Alimentación saludable en verano

El verano es para desconectar, descansar y decirle adiós a la rutina, pero no debemos romper nuestros hábitos de alimentación saludable. En verano hay que adquirir una rutina que favorezca una dieta sana, ordenada y completa.

El verano es una época de desconexión y descanso en nuestras vidas, si bien no podemos romper con la rutina de alimentación saludable. En verano es más frecuente saltarse comidas, llevar un horario desordenado o comer en exceso como parte de las reuniones propias del ocio veraniego, por eso debemos prestar especial atención a esos momentos.

La dieta de verano debe nutrir y refrescar. En esta época del año es aconsejable que nuestra alimentación sea completa en nutrientes y aporte un extra de sustancias antioxidantes para ayudar a proteger la piel de los efectos de la radiación solar. Además, debe tener un aporte suficiente de líquidos para hidratarnos.

Dieta saludable

Durante el verano nuestro cuerpo agradecerá que tomemos comidas ligeras y refrescantes, dejando las comidas copiosas para el invierno.

Elige alimentos con alto contenido en agua, vitaminas, minerales y fibra que nos ayuden a combatir las altas temperaturas y a sentirnos bien.

Debemos tomar todos los grupos de la pirámide de los alimentos, primando las frutas, verduras, y las recetas frías. Elegimos aceite de oliva virgen extra para cocinar y aliñar y reduciremos las comidas grasientas y fritos que pueden hacer más pesada la digestión y aportan un mayor contenido en calorías. El aporte proteico lo conseguiremos a través de lácteos, carnes, pescados, huevos, legumbres, cereales y frutos secos.

Se recomienda recurrir a los productos de temporada y garantizar una adecuada hidratación, sobre todo en las horas de más calor bebiendo regularmente.

Hidrátate

Los días de calor intenso obligan a nuestro organismo a realizar un esfuerzo de adaptación para mantener la temperatura corporal. Bebe al menos dos litros de agua diarios en verano y toma ocasionalmente otras bebidas y alcoholes de baja graduación. Si haces ejercicio toma líquidos cada 2 horas como mínimo: agua, bebidas con sales, y vegetales ricos en agua.

Cuida la higiene en la cocina

Durante el verano se consumen más productos crudos, además el calor favorece la contaminación en los alimentos. Por ello, es preciso mantener unas adecuadas medidas preventivas. Lávate frecuentemente las manos con agua y jabón y no olvides lavar bien las frutas y verduras antes de consumirlas. Cocina los alimentos a una temperatura suficiente y consúmelos inmediatamente después de ser cocinados o bien consérvalos en frio bien envueltos.

Aparte de disfrutar nuestras vacaciones, no debemos olvidar los básicos saludables del verano: el ejercicio, la alimentación y la hidratación.

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cerebro e intestino

Cerebro e intestino: Aspectos psicológicos en los trastornos funcionales digestivos (Parte I)

cerebro e intestino

María Pérez Esteban/ Mayo 2016
El siguiente artículo habla de los aspectos psicológicos en los trastornos funcionales digestivos. La manera de enfocar nuestra vida, la conducta, los pensamientos y emociones repercute en nuestra salud, especialmente en lo considerado para muchos nuestro “segundo cerebro”. Hay una estrecha relación entre nuestro aparato digestivo y nuestra mente, que va desde la parte fisiológica con el nervio vago como hilo conductor entre nuestro cerebro y nuestro intestino hasta el asombroso parecido estructural entre un proceso y otro. Es un escenaria una colaboración entre los profesionales de la medicina y de la psicología con el objetivo de ayudar a los pacientes en la mejoría y/o curación de estas patologías. Lo que no podemos ignorar por más tiempo es que no solo somos un conjunto de órganos con una fisiología particular; somos seres racionales y sobre todo somos seres emocionales, todo se relaciona y se influye. Es necesario por tanto atender otros aspectos de la vida del paciente para llevar a cabo los tratamientos más adecuados para que tengan una vida más sana y plena.
Palabras clave: Cerebro, Intestino, nervio vago, digestión, expulsión, hambre emocional, emociones básicas, niveles de intervención, áreas vitales, dietas, intolerancias alimentarias, colaboración profesional.
UN PUENTE ENTRE LA MEDICINA Y LA PSICOLOGÍA (PARTE 1)
Según la R.A.E ¿Qué entendemos por Medicina, Fisiología y Psicología? Medicina: Conjunto de conocimientos y técnicas aplicados a la predicción, prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades humanas y, en su caso, a la rehabilitación de las secuelas que puedan producir. Fisiología: Ciencia que tiene por objeto el estudio de las funciones de los seres orgánicos. Psicología: 1. f. Parte de la filosofía que trata del alma, sus facultades y operaciones. 2. f. Ciencia o estudio de la mente y de la conducta en personas o animales.
3. f. Manera de sentir de un individuo o de una colectividad. 4. f. Capacidad para conocer y comprender la psicología de una persona. 5. f. Síntesis de los caracteres espirituales y morales de un pueblo o de una nación.
Para introducir los aspectos psicológicos en los trastornos funcionales digestivos voy a construir un puente simbólico, partiendo de la medicina, concretamente de la parte fisiológica (todo aquello que se puede ver y tocar); para unirla a mi parte, la psicología (conducta, pensamientos, sentimientos, emociones) que excepto la conducta que es lo único que vemos y representa la punta del “iceberg humano”, el resto no lo podemos ver ni tocar. Sin embargo existe una relación entre todo esto con nuestro aparato digestivo. Cuando no gestionamos bien nuestras emociones, sentimientos, pensamientos o conducta nuestro aparato digestivo se ve afectado y viceversa.
Vamos a recordar brevemente como funciona nuestra parte fisiológica. En una situación que percibimos de calma o en estado de tranquilidad, se activa nuestro sistema parasimpático a través del neurotransmisor la acetilcolina y se ponen en marcha diversas funciones: se reduce el latido cardíaco, se estimula la actividad digestiva, se relaja el recto, se contrae la vejiga, entre otras funciones. Cuando por el contrario percibimos una situación como amenazante o de alerta, a través del neurotransmisor la adrenalina se ponen en marcha otras funciones como: el aceleramiento del pulso cardíaco, la inhibición de la actividad digestiva o la contracción del recto.
Visualizando el organigrama de nuestro cuerpo tenemos al departamento de mayor poder, el sistema nervioso central, enviando órdenes a otros subdepartamentos como nuestro sistema parasimpático, sistema simpático y nuestro sistema nervioso entérico.
Esta comunicación es posible (entre otros mensajeros) a través del nervio vago, éste sería como la línea de metro más importante, aquella que conecta y pasa por los lugares más emblemáticos: Corazón, Bronquios, Estómago, Esófago, Intestino, Páncreas e Hígado.
Centrándonos en nuestro departamento en cuestión ¿Quienes trabajan en nuestro sistema nervioso entérico? Un conjunto de estructuras nerviosas que se encuentran en el aparato gastro-intestinal y en los órganos anexos como el hígado y el páncreas. Parece ser que en las últimas revisiones de empresa, este departamento anteriormente sin mucho reconocimiento o prestigio, se está convirtiendo en uno de los más importantes, empezando con el renombre de nuestro “ segundo cerebro ” ¿Por qué este cambio de prestigio? Anteriormente se pensaba que nuestro principal comunicador, el nervio vago, llevaba información desde el principal departamento aquel situado en el ático, hasta nuestro departamento en cuestión: el sistema nervioso entérico situado en un corriente tercer piso. Ahora bien, contrariamente a lo que se
creía, el 90% de las fibras que contiene el nervio vago llevan información desde el intestino hasta el cerebro, es decir, sigue un camino inverso. El nervio vago no baja solamente los escalones a llevar órdenes al “segundo cerebro” (sistema nervioso entérico), sino que los sube para enviar información muy relevante al principal departamento del ático: el sistema nervioso central.
Entre las principales tareas informativas del nervio vago nos encontramos con que: regula el latido del corazón, hace que podamos relajarnos después de un estado de alteración, controla los movimiento de los músculos, regula la respiración de la persona, mantiene el tracto digestivo en funcionamiento enviando información hacia el cerebro sobre el estado de la digestión para la realización óptima de la misma, y aumenta las funciones inmunitarias y antiinflamatorias; en el intestino tenemos el mayor número de células del sistema inmunitario, por eso la activación de este nervio es tan importante para aumentarlas.
Tenemos una comunicación constante entre nuestro aparato digestivo y nuestro cerebro, y no solo es unidireccional sino que se da en ambas direcciones.
Al otro lado del puente, en la parte de la psicología encontramos numerosos estudios que hablan del nervio vago como el nervio de la compasión.
Según Dacher Keltner, psicólogo de la Universidad de Berkely en California, el cerebro humano está programado para que seamos amables, ¿por qué algunos son amables y otros desagradables? La compasión ya la mencionaba Charles Darwin en El descenso del hombre donde relata que está profundamente arraigada en nuestra psique, concretamente en nuestro sistema nervioso. “Las comunidades que tienen los miembros mas compasivos prosperarán y criarán el mayor número de crías “, dice Keltner.
En un estudio de 2010 publicado en la revista Psychological Bulletin, Keltner y sus colegas encontraron que eligiendo al azar imágenes de un sufrimiento prototípico masivo se desencadenaban poderosas reacciones de compasión en los sujetos del experimento, encendiendo la parte gris periaqueductal del cerebro y activando el nervio vago, el mayor conjunto de nervios en el sistema nervioso humano. Esto es muy común en los mamíferos, cuando cuidan y sienten compasión.
No podemos olvidar la aportación de Stephen W. Porges, autor de la Teoría Polyvagal que enfatiza la importancia de las aferencias del nervio vago en la regulación entre cerebro, corazón y estado visceral.
Por último mencionar a Nancy Eisenberg psicóloga de la Universidad de Arizona que ha encontrado que los niños con una línea base de alta actividad en el nervio vago, son más cooperativos y propensos a dar que los otros niños con menor actividad de este nervio.
Parece ser que si nos quedamos mirando solo un lado del puente nos encontramos con actividades distintas a priori y de distintos campos, pero si nos elevamos y aumentamos la visión teniendo en cuenta ambos lados, encontramos que son llevadas a cabo por los mismos protagonistas, en los mismos lugares, y con esta visión desde el cielo más completa resulta más irrespetuoso separarlos.