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Obtienen un batido de leche y caqui con gran potencial antioxidante

Un equipo de investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia ha obtenido un nuevo batido a base de leche y caqui con un gran potencial antioxidante, logrando así prolongar la vida útil del caqui y producir un nuevo alimento con alto valor nutritivo.

El caqui es una importante fuente de compuestos antioxidantes gracias a su contenido en carotenoides y taninos, por lo que uno de estos batidos contiene la misma cantidad de corotenoides que un caqui entero, según las pruebas que se han desarrollado en el laboratorio.

La clave para conseguir esta bebida y la prolongación de la vida del caqui, está en la técnica que se ha utilizado para el procesamiento del fruto, la alta presión hidrostática (HHO, en sus siglas en inglés). Además, esta técnica permite obtener un producto estable, mucho mejor que aquellos que se obtienen con técnicas como la pasteurización.

“La HHP es una tecnología no térmica que permite mantener los atributos de calidad del caqui y que favorece la extractabilidad a nivel celular de compuestos bioactivos como los carotenoides y los taninos, aumentando su capacidad antioxidante”, ha explicado la investigadora del Grupo de Microestructura y Química de Alimentos de la Universidad Politécnica de Valencia, Amparo Quiles.

La incorporación de los caretoides en una dieta es muy positiva ya que puede ayudar a reducir el riesgo de la aparición de ciertas enfermedades como algunos tipos de cáncer, enfermedades cardiovasculares, y patologías de la visión (sobretodo las relacionadas con el envejecimiento).

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La hidratación, la clave contra los golpes de calor

Coincidiendo con las primeras semanas de verano, el Instituto de Investigación de Agua y Salud ha dado una serie de recomendaciones de cara a evitar un golpe de calor y ha puesto el énfasis en la necesidad de mantenerse hidratado las 24 horas del día evitando así llegar a tener sed.

“El golpe de calor se previene defendiéndose del mismo; ropa adecuada, procurar estar en sitios protegidos, pero sobre todo la gran defensa es la hidratación; no esperar a tener sed. Cuando notamos sed es como la lámpara de emergencia del coche y por lo tanto debemos evitarlo, hay que procurar beber a lo largo del día cantidades pequeñas”, ha explicado Jesús Román, miembro del instituto.

El Instituto de Investigación de Agua y Salud ha presentado la Campaña contra los golpes de calor con el objetivo de sensibilizar a los trabajadores de los sectores con más riesgo sobre la importancia de hidratarse y adoptar hábitos saludables. Al respecto ha recomendado llevar siempre consigo una botella de agua.

Los golpes de calor se detectan con una indisposición súbita que se debe a un fracaso de adaptación del organismo al calor porque el cuerpo no puede librarse del mismo. Además, se produce sequedad en el ambiente y si falla el refrigerante, que es el agua, la persona comienza a deshidratarse y es más susceptible de sufrir los efectos del calor ambiental, tal y como ha detallado el experto.

Así las cosas, recomienda que se beba agua mineral dado que es un producto puro que no sufre ningún tipo de tratamiento hasta que llega al consumidor. “Igual que sale del manantial el usuario lo tiene a su disposición”, ha resaltado. Además de una buena hidratación, desde el instituto recomiendan llevar una dieta equilibrada incluyendo mayor ingesta de frutas y verduras.

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Un estudio pone en duda los supuestos beneficios cardiovasculares del consumo moderado de alcohol

Investigadores de la Perelman School of Medicine de la Universidad de Pennsylvania (Estados Unidos) han concluido una investigación que cuestiona que el consumo moderado de algunas bebidas alcohólicas pueda tener beneficios cardiovasculares como habían sugerido estudios previos.

En concreto, los resultados de su trabajo que publica la revista ‘British Medical Journal’, demostraron que reducir el consumo de alcohol, aunque sea leve, se asocia a un menor riesgo de enfermedad coronaria, un menor índice de masa corporal (IMC) y niveles más bajos de presión arterial.

Para ello analizaron los datos de más de 50 trabajos que relacionaban los hábitos de consumo y la salud cardiovascular, e incluían datos de más de 260.000 personas. Así, vieron que quienes presentaban una variante del gen ‘1B alcohol deshidrogenasa’, que hace que el alcohol se descomponga más rápido, solían beber hasta un 17 por ciento menos a la semana.

Un menor consumo que hacía que tuvieran un riesgo de enfermedad coronaria un 10 por ciento menor, así como una presión arterial y un índice de masa corporal más bajos.

“Estos nuevos resultados son muy importantes para saber cómo el alcohol afecta a las enfermedades del corazón”, ha reconocido Michael Holmes, principal autor de la investigación, ya que “ahora parece que cualquier exposición a su consumo tiene un impacto negativo sobre la salud del corazón”.

De hecho, esta creencia había llevado a algunas personas a beber en cantidades moderadas ante la creencia de que así “podía reducir su riesgo cardiovascular”.

“Lo que estamos viendo con este nuevo estudio, que utiliza un enfoque de investigación similar a un ensayo clínico aleatorio, es que la reducción del consumo de alcohol, incluso para los bebedores moderados, puede provocar una mejora de la salud cardiovascular”, ha concluido.

Dieta mediterránea y ejercicio

Dieta mediterránea y ejercicio: los mejores medicamentos contra ciertas enfermedades

 

Dieta mediterránea y ejercicio

Gran parte de las enfermedades actuales se debe a un hábito de vida inadecuado y al alejamiento de la dieta mediterránea, según explica la doctora miembro del Grupo de Investigación en Nutrición, Ejercicio y Estilo de Vida Saludable (Imfine) de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), Jara Valtueña.

La investigadora asegura que unos hábitos de vida inapropiados nos llevan a un “incremento desmesurado del sobrepeso, la obesidad y sus patologías asociadas”. A su juicio, la gente debe dar el “salto al cambio de mentalidad: del tratamiento de enfermedades a la prevención”.

Para ella, la base está en unos buenos modelos de prevención, tanto en la aparición de enfermedades como en la prevención de recidivas en caso de tenerlas, y para ello, “los esfuerzos deben centrarse en fomentar hábitos de vida saludables donde la actividad física y la nutrición cumplen un papel fundamental”.

De esta manera, es necesario “transmitir y hacer consciente a la población de la importancia de cuidarse uno mismo diariamente con una alimentación variada, equilibrada y moderada realizando actividad física diaria”, explica Valtueña. “Como el organismo va cambiando y las demandas no son las mismas, cada grupo de edad necesita cuidarse atendiendo a factores distintos”, advierte la experta.

Para los niños, una hora de ejercicio al día

De esta manera, en el niño es importante aumentar la ingesta de determinados nutrientes como las proteínas, el hierro o el calcio, “tan importantes para su crecimiento y desarrollo”. Asimismo, les viene bien hacer ejercicio durante 60 minutos diarios, ya que favorece muchos sistemas fisiológicos, como el aumento de la masa muscular y con ello un mayor consumo energético. Por su parte, las niñas, con la menstruación, sufren pérdidas de hierro y el riesgo de osteoporosis se incrementa, por lo que “es necesaria una adecuada ingesta de hierro, calcio y vitamina D”, señala la doctora.

En los adultos, en cambio, el metabolismo disminuye y se recomienda que se realice diariamente actividad física al menos 30 minutos. Respecto a las personas mayores, “es fundamental vigilar que come”, ya que están en riesgo de carencias nutricionales por una baja ingesta, pérdida de apetito, etc. “También hay que educarles para que adquieran el hábito de hidratación constante sin sed”, añade la investigadora.

Además, y esto recomendado a todas las franjas de edad, “unos adecuados niveles de vitamina D son necesarios para la formación del hueso, contracción muscular, regular el sistema inmunológico, también participa a nivel neurológico regulando el estrés, la depresión, y se ha relacionado con la prevención del cáncer, diabetes y enfermedades cardiovasculares”.

En varios estudios llevados a cabo en Imfine a nivel europeo se ha encontrado una “deficiencia de vitamina D en torno a un 80 por ciento entre los adolescentes”, incluyéndose los españoles, por lo que “aumentar la ingesta por ejemplo de pescado azul a dos veces por semana y tomar el sol diariamente al menos 15 minutos sin protección solar es recomendable para optimizar su estado”, apunta Valtueña.

En España, uno de cada tres niños padece obesidad

En España, “aproximadamente uno de cada tres niños presenta sobrepeso u obesidad”, afirma la doctora añadiendo que “un 33 por ciento es una cifra alta y sigue en aumento”. Las tasas de obesidad y sobrepeso en Europa son menores que las españolas, siendo uno de cada cinco adolescentes. España se sitúa junto con Grecia e Italia “a la cabeza de la obesidad infantil”. Paralelamente, según los estudios, los países del sur de Europa presentan tasas de sedentarismo mayores que los del norte de Europa. En el territorio nacional, tan sólo un 20 por ciento de los jóvenes cumplen las recomendaciones de actividad física diaria de al menos una hora de duración.

En cuanto a las causas de esta enfermedad, son principalmente “el sedentarismo extendido en la sociedad y la excesiva alimentación”. Durante la infancia es donde se adquieren los hábitos y el problema es, según Valtueña, que un niño obeso tiene muchas probabilidades de ser un adulto obeso con las “terribles consecuencias que ello conlleva para la salud”, no solo físicas sino también psicológicas.

A corto plazo, con motivo de la obesidad, ya se ven cambios a nivel celular que afectan a diversos órganos y sistemas. Se han encontrado placas de ateroma en las arterias incluso en niños menores de seis años. Además, “la imagen corporal cambia”, provocando trastornos psicológicos, de autoestima y confianza.

Asimismo, se ha demostrado que el aumento de grasas y colesterol produce una alteración en las células con una mayor oxidación y se desregula su metabolismo. Una de las consecuencias es la resistencia a la insulina de estas células y el desarrollo de la diabetes o el aumento del riesgo de cáncer. “Otras alteraciones que se producen como consecuencia de la patología son hormonales, cardiovasculares, del sueño, y, por consiguiente, del rendimiento físico y mental”, sentencia la especialista.

 

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El consumo de sal influye en el desarrollo de esclerosis múltiple y artritis reumatoide

El consumo de sal tiene un papel importante en el desarrollo de Esclerosis Múltiple (EM) y de Artritis Reumatoide (AR), tal y como ha puesto de manifiesto la investigadora científica del departamento de Neurología de la facultad de Medicina de Yale, Margarita Domínguez-Villar, de acuerdo a los resultados de un estudio probado en animales.

Por un lado, los resultados del ensayo, presentados en la conferencia ‘La sal de la vida’ durante el 40 Congreso Nacional de la Sociedad Española de Reumatología (SER), demuestran que, in vitro, una concentración elevada de sal favorece la generación de células Th17 (células con fenotipo patogénico que están implicadas, junto con células Th1, en la patología de muchas enfermedades autoinmunes, entre ellas la EM)”. Asimismo, según la experta, en el modelo in vivo “se sometió a los ratones a una dieta rica en sal y al inducir la enfermedad (EAE) se observó que animales que habían consumido una dieta rica en sal enfermaban antes y los síntomas de la patología eran más graves”.

Como el ensayo solo se ha probado en animales, Domínguez-Villar ha advertido que “es necesario” realizar ensayos clínicos con pacientes con EM en el que se les controle la ingesta de sal y se compruebe si la enfermedad mejora.

Por otro lado, un estudio llevado a cabo por la directora científica del Instituto de Salud Musculoesquelética en Madrid, Loreto Carmona, ha encontrado una asociación “muy consistente” entre la AR y los grandes consumidores de sal. Esto indica que indica que la sal que se consume “está relacionada de alguna manera con el desarrollo de la AR”.

El componente de la sal regula la vía que produce la inflamación

En este ensayo se han recabado datos experimentales en células en cultivo y en modelos animales que revelan que una de las vías que produce la inflamación está regulada por un canal de sodio, el componente de la sal común (cloruro sódico).

Para saber si la sal en la dieta estaba relacionada con el desarrollo de AR, se han utilizado los datos de la cohorte Seguimiento de la Universidad de Navarra (SUN), en la que más de 10.000 personas han respondido a un cuestionario dietético y de salud. A partir de ahí se ha estudiado “si existe asociación entre el consumo de sodio calculado en la dieta y el tener AR”, ha explicado la especialista.

Tras el análisis de resultados, “por el momento se ha conseguido dilucidar que sal y AR están asociados, ya que hay más AR entre los que consumen más de ocho gramos de sal al día que entre los que consumen menos de tres gramos”, ha asegurado.

Finalmente, otro estudio realizado en Estados Unidos ha demostrado que las comidas precocinadas, carnes, embutidos y quesos salados pueden tener hasta 100 veces más sal que la misma comida cocinada en casa”.

Desayuno, no engordar

Para no engordar: desayunar todos los días, comer cada cuatro horas y ser optimista

No saltarse el desayuno, comer cada 3 o 4 horas, beber té verde, hacer ejercicio y pensar de forma optimista ayuda a no engordar durante las vacaciones de verano, según muestra un decálogo diseñado por la coordinadora del Centro Integral de Obesidad y Sobrepeso (CIOS) de la Clínica La Luz, Susana Cantón.

“Si ya es duro volver al trabajo tras las vacaciones, todavía puede serlo más si venimos con unos kilos adicionales, algo que se puede evitar siguiendo unas sencillas pautas. Además, esas pautas pueden mantenerse a la vuelta, una vez interiorizadas por la persona. Desde el estudio de la conducta humana sabemos que se necesitan al menos 21 días para adquirir nuevos hábitos de comportamiento, por eso es muy conveniente empezar en esta época del año en la que podemos dedicar más tiempo al cuidado de nosotros mismos”, ha señalado.

Por ello, ha destacado la importancia de que tras el descanso nocturno, se tome un desayuno con un aporte equilibrado de pan o cereales, así como proteínas bajas en grasa como queso fresco, jamón de york, pavo o jamón serrano y una pieza de fruta. Asimismo, recomienda hacer a lo largo del día pequeñas comidas equilibradas en carbohidratos, proteínas y grasas saludables acordes al nivel de gasto de cada uno.

En este sentido, aconseja incluir una proteína baja en grasa en cada comida; beber té verde porque ayuda a acelerar el metabolismo, estimulando al organismo para quemar calorías y favoreciendo el control de los niveles de colesterol; combinar las bebidas como la cerveza o el vino con alimentos ricos en proteínas; tomar dos vasos de agua al levantarse, dos o tres media mañana y a media tarde y otro vaso después de la cena.

Caminar unos 30 minutos al día de manera vigorosa; seguir técnicas de relajación; mantener la ingesta de comida en el mismo horario que en invierno y procurando que los desayunos no sean nunca más tarde de las diez de la mañana y las cenas de las diez de la noche; y pensar en lo bueno de la actividad laboral antes de que finalicen las vacaciones, son otras de las claves para no ganar peso.

“El resultado de todos estos consejos será un mejor estado psicofísico, un mayor optimismo y una gran sensación de control que ayudará a mantener los hábitos al regreso y, a su vez, disminuirá el impacto generalmente negativo de la vuelta a la rutina laboral”, ha zanjado Cantón.

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Llevar una dieta cerebro-saludable reduce los riesgos de ictus

Es importante adquirir una conciencia social para prevenir enfermedades cerebrales como el ictus, algo para lo que es fundamental huir del estrés, llevar a cabo un buen hábito alimenticio y evitar la contaminación tecnológica, según la directora del Centro de Rehabilitación de Daño Cerebral CRECER, Rosario Domínguez.

La experta ha explicado que “al alargarse la esperanza de vida, están creciendo vertiginosamente las enfermedades neurodegenerativas, hasta el punto de que pueden llegar a ser el gran problema de salud de los próximos años”. Por ello, CRECER ha elaborado un protocolo cerebro-saludable para sus pacientes afectados por ictus, accidentes y enfermedades neurodegenerativas que se basa en dieta y estrategias que favorecen la recuperación.

Asimismo, Domínguez ha hecho hincapié en la importancia de “evitar contaminantes directos” como fungicidas, pesticidas y elementos agresivos con la cadena alimenticia y el aire que respiramos. “También tenemos que alejarnos de los desengrasantes, que se usan mucho en la limpieza. Todos estos elementos son liposolubles y atacan a las membranas celulares de nuestro organismo, pudiendo estar en el origen y la expresión genética de enfermedades neurológicas y del deterioro de procesos cognitivos”, ha añadido.

En lo que se refiere al cerebro, la doctora advierte que “es una esponjita muy sensible que se ve afectado fácilmente por ataques y dolencias procedentes del resto del organismo, así como por sustancias agresivas como el alcohol y las drogas”.

Evitar el sedentarismo y llevar una dieta sin grasas animales

El cerebro, por tanto, necesita que todo el organismo esté sano para trabajar en las mejores condiciones posibles, y que mejor forma de conseguirlo que a través del rechazo al sedentarismo y de una alimentación saludable, basada en el consumo de verduras, fruta, pescado, y carnes magras, evitando las grasas animales. Además, los frutos secos son unos “grandes aliados del cerebro”, y “no podemos olvidarnos del agua”, que ha de estar en las mejores condiciones de salubridad.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades cerebro vasculares (ECV) son la principal causa de muerte en todo el mundo, hasta el punto de que en 2011 fallecieron en el mundo más de 17 millones de personas a causa de alguna de estas patologías. Existen factores que han perjudicado aún más estas cifras, como la crisis económica, el incremento de factores de riesgo, consumo de tabaco, dietas malsanas, inactividad física, hipertensión arterial, diabetes o aumento de los lípidos.

Dieta mediterránea y ejercicio

Experta aboga por entender los hábitos alimentarios y la práctica de ejercicio como dos conceptos “inseparables”

Según el análisis científico ‘Sedentarismo, vida activa y deporte: impacto sobre la salud y prevención de la obesidad’, elaborado por Marcela González-Gross, los hábitos alimentarios y la práctica de ejercicio como dos conceptos “inseparables”. De hecho, algunas investigaciones han ahondado anteriormente en el papel del equilibrio energético en la lucha y prevención de la obesidad.

En concreto, el estudio ‘Energy balance and obesity’, publicado en la revista científica ‘Circulation’, destacó cómo la restricción alimentaria por sí sola no resulta eficaz a la hora de reducir el sobrepeso y la obesidad, debido a que la fisiología humana está preparada para un elevado nivel de ingesta y de gasto energético al mismo tiempo.

Esta restricción unilateral produce la adaptación natural del organismo para mantener su peso, alterando la forma en que el cuerpo quema calorías. En este sentido, la experta ha asegurado que la restricción constante de alimentos es “difícil” de mantener a largo plazo, y que igualar la ingesta calórica con un alto gasto energético sería “más factible” para la mayoría de las personas que restringir la ingesta alimentaria para compensar un nivel bajo de consumo de energía.

Así, los factores que influyen en el desarrollo del sobrepeso y la obesidad no pueden ser analizados de forma aislada sino en su conjunto, y a través de un planteamiento amplio que centre los esfuerzos en la promoción de la actividad física y la reducción del consumo excesivo de calorías.

Con respecto a la actividad física y según el análisis científico, los beneficios de su práctica habitual se conocen desde la antigua Grecia, si bien fue en el siglo XX cuando se produjo el mayor avance del conocimiento científico sobre la materia.

Toda esta evidencia ha llevado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecer unas recomendaciones que pasan por la práctica generalizada de al menos 150 minutos a la semana de actividad física de moderada a vigorosa para personas adultas, y de 60 minutos al día en niños y adolescentes.

“Actualmente la totalidad de la comunidad científica considera el ejercicio físico como una de las herramientas de salud pública con mayor potencial para prevenir el sobrepeso y la obesidad, ya que contribuye”, ha zanjado González-Gross.

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Contra el riesgo cardiovascular: Más fruta y verdura

Las personas que basan su alimentación en el consumo de frutas, verduras y legumbres tienen niveles de presión arterial más bajos y podrían beneficiarse de un reducción de entre el 20% y el 30% del riesgo cardiovascular. Así lo recuerdan desde la Fundación Española del Corazón (FEC), que defienden importancia del consumo de productos vegetales.

Esta entidad, perteneciente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), hace referencia a un reciente estudio publicado en el ‘Journal of the American Medical Association’ (JAMA) que reveló como la dieta vegetariana se asocia a una disminución de los niveles de presión arterial.

En concreto, vieron que las personas que seguían una dieta vegetariana tenían una presión arterial sistólica 7 mmHg inferior a los consumidores habituales de carne, y un presión diastólica unos 5 mmHg más baja. Por otra parte, los datos extraídos de los ensayos clínicos sugerían que la reducción era de 5 y 2 mmHg respectivamente.

Además, como ha reconocido el director del comité científico del Programa de Alimentación y Salud de la Fundación Española del Corazón (PASFEC), Pedro Betancor, ” también ayuda a reducir el colesterol (ya que se consume un menor número de calorías), la aparición de diabetes, la obesidad y, por consiguiente, el riesgo cardiovascular total”.

Pese a ello, este experto reconoce que “no hay que llegar a la creencia de que para reducir el riesgo cardiovascular hay que ser vegetariano”. “La dieta mediterránea, que incluye el consumo de carne y pescado, ha demostrado que reduce sustancialmente el riesgo cardiovascular total y, en cambio, es una dieta que se caracteriza por su variedad. Lo ideal es mantener una dieta equilibrada en la que, obviamente, se puede incluir el consumo de carne, pero eso sí, en cantidades moderadas”, ha explicado.

De hecho, la FEC considera que en España se consume gran cantidad de carne roja, en parte porque “la carne es más barata, se aprovecha más, está más disponible y suele ser más sabrosa que el pescado a causa de su alto contenido graso”.

Esta creencia viene respaldada por los datos de consumo alimentario de 2013 que demuestran que la carne representa el 22,1 por ciento del gasto total de la cesta de la compra, mientras que la pesca supone el 13,1 por ciento, las frutas frescas el 9,3 por ciento y las hortalizas el 9,3 por ciento.

“En el momento de escoger, es más recomendable consumir carne blanca, que incluye el conejo, el pollo y el pavo, ya que tiene muy poca cantidad de grasa pero los mismos componentes nutricionales que la carne roja. Por otra parte, el consumo de pescado dos veces por semana también disminuye el riesgo cardiovascular”, ha explicado Betancor.

Los riesgos de la dieta vegana 

Pero tampoco es necesario llegar al vegetarianismo estricto, que únicamente permiten el consumo de vegetales eliminando cualquier alimento de origen animal (no incluyen el consumo de leche, derivados lácteos, huevos o miel).

Según la FEC, las personas que siguen esta última dieta, conocida como dieta vegana, deben tener en cuenta algunas recomendaciones para mantener un buen estado de salud. “Es muy importante que las personas que únicamente consumen vegetales mezclen los alimentos de manera adecuada ya que, en caso contrario, pueden tener déficit proteico”, ha alertado.

De los 21 aminoácidos esenciales, hay 9 que el organismo no puede producir por sí solo y hay que suministrarlos con la dieta. La clara de huevo, la leche, las carnes o los pescados tienen todos los aminoácidos esenciales pero los vegetales no. Entre ellos, las legumbres son los que contienen más proteínas (un 20% de su contenido) y aportan gran parte de los aminoácidos que nos faltan, aún así no los aportan todos.

Es por ello que es imprescindible que la dieta vegana incluya la combinación de legumbre con cereales ya que conjuntamente aportan al organismo los aminoácidos que faltan. Además, cabe destacar que las personas que siguen estas dietas deben tomar suplementos de vitamina B12 ya que “ésta no existe habitualmente en los vegetales”.

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Diez consejos para que los mayores eviten los efectos del calor

mayor

Las personas mayores de 65 años es uno de los colectivos más vulnerables ante la llegada del calor. Las altas temperaturas, la humedad y la falta de viento les afectan especialmente. Por ello, ante la inminente llegada del verano, que ya se ha dejado sentir en los últimos días, es importante conocer qué medidas se deben tomar para prevenir y evitar los efectos del calor.

– Refrescarse cada vez que se sienta calor e hidratarse sin esperar a tener sed, evitando líquidos excesivamente fríos o azucarados.

–  Evitar hacer esfuerzos en las horas de calor.

–  Mantener las medicinas en un lugar fresco.

–  Utilizar ropa clara, ligera, fina, no apretada y que cubra la mayor parte del cuerpo posible.

–  Evitar salir a las horas centrales del día y siempre protegidos del sol.

–  Permanecer el mayor tiempo posible a la sombra, en lugares frescos y/o climatizados.

–  Si no tiene aire acondicionado, intente conseguir un ventilador y en casa mantenga las ventanas cerradas y las persianas echadas durante el día y abrirlas sólo por la noche y a primera hora de la mañana.

–  Comer pequeñas cantidades de comida con frecuencia, y preferiblemente frutas y verduras, evitando las ricas en proteínas.

–  Evitar que las personas mayores viajen en automóvil o vehículos sin aire acondicionado o permanezcan en el interior.

-Si aparecen síntomas asociados a un golpe de calor, como naúseas, mareos o problemas intestinales, es recomendable acudir al médico.

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Más de la mitad de las mujeres no está a gusto con su peso

Más de la mitad de las mujeres no está a gusto con su peso y cerca del 50% se ha sometido a dieta en el último año, según una encuesta del Centro de Investigación sobre Fitoterapia (INFITO) a 2.400 personas. Por ello, y junto a la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA), han desarrollado la aplicación gratuita Controla tu peso, que permite medir el IMC, gestionar las calorías de los menús y complementar la pérdida de peso con plantas medicinales. También incluye un sistema de geolocalización que permite hallar las farmacias más cercanas.

La encuesta revela cómo a partir de los 40 años de edad el número de personas que se siente a disgusto con su peso es superior que el de quienes están satisfechos con él. Sin embargo, son los jóvenes los que más dietas hacen. “El primer paso para perder peso de manera saludable es saber cuánto nos sobra y lo que hemos visto es que gran parte de la población cree estar más delgada de lo que está, lo que dificulta el tratamiento”, asegura Jesús Román, presidente del comité científico de SEDCA. Por ese motivo, añade, “hemos desarrollado una aplicación que ayuda a identificar nuestro Índice de Masa Corporal y nos orienta para iniciar un programa de control del sobrepeso con un profesional sanitario”.

INFITO y la SEDCA han puesto en marcha una iniciativa para asesorar sobre la pérdida de peso integral en las farmacias españolas en el que participan 125 dietistas, que visitarán 2.000 farmacias y atenderán más de 200.000 pacientes. Cuenta con un portal (www.adelgazar.edu.es) en el que dietistas, farmacéuticos y médicos responderán a las preguntas de la población sobre la pérdida de peso saludable y se desmontan los mitos sobre las plantas medicinales en el sobrepeso.

“Con la cercanía del verano, crece el número de personas que quieren perder peso de forma rápida, pero las pérdidas deben ser moderadas y constantes para que sean sanas y se mantengan, por lo que un profesional sanitario debe diseñar un programa individualizado que incluya dieta equilibrada, ejercicio físico moderado y, en caso necesario, preparados de plantas medicinales de dispensación farmacéutica, ya que cada uno de ellos por separado no es suficiente”, comenta la doctora Pilar Riobó, especialista en Endocrinología y Nutrición.  El farmacéutico, a su juicio, “puede aconsejar qué preparados de plantas medicinales son las más adecuadas a cada persona según sus antecedentes y necesidades”.

Nuevas plantas para el sobrepeso

Existen distintos tipos de plantas medicinales que pueden ayudar a la pérdida de peso de forma sana y gradual y entre ellas se encuentran las saciantes o disminuidoras de la absorción y del apetito, entre las que se encuentran el glucomanano, el fucus y el plantago, explica Concha Navarro, catedrática de Farmacología de la Universidad de Granada y presidenta de INFITO. Por otro lado, “están las inhibidoras de la lipogénesis, (acumulación de grasas), como la garcinia”, indica, y “las termogénicas o lipolíticas, que ayudan a eliminar grasas, entre las que destacan el té verde o camilina, el guaraná y el granado. A este grupo se han incorporado este año dos nuevos preparados, “la cetona de frambuesa, que permite una menor absorción de los lípidos o grasas presentes en la dieta, y el café verde, capaz de inhibir las enzimas encargadas de metabolizar los hidratos de carbono en el intestino con lo que se absorben en menor cantidad, así como de disminuir los depósitos grasos presentes en el tejido adiposo”. También puede ayudar la alcachofa, una planta depurativa y normalizadora de la digestión de las grasas presentes en los alimentos.

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¿Qué efectos puede tener el déficit de vitamina D?

 

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El déficit de vitamina D puede tener consecuencias en nuestra salud, tanto en la infancia y en la adolescencia como en la edad adulta, según asegura el catedrático de Nutrición de la Universidad Rovira y Virgili de Tarragona, Jordi Salas-Salvadó. La mayor parte de esta vitamina se obtiene a partir de los rayos solares. En este sentido, y a pesar del importante número de horas de sol al año que hay en España, los últimos estudios realizados han mostrado que hasta el 87 por ciento de los españoles mayores de 65 años tiene insuficiencia de vitamina D debido a la falta de exposición al sol, la poca ingesta de alimentos ricos en esta vitamina, la inadecuada absorción de ésta por parte del intestino, o la presencia de obesidad o sobrepeso.

Para que el organismo aproveche la vitamina D es necesaria la energía solar, ya que mediante la acción de los rayos del sol el organismo será capaz de sintetizar esta vitamina. En este sentido, para prevenir su déficit es recomendable una prudente exposición solar diaria”, ha recalcado Salas-Salvadó.

En la infancia y adolescencia puede provocar raquitismo

Asimismo, el especialista ha advertido de que la ingesta inadecuada de vitamina D y calcio durante la infancia y adolescencia puede provocar raquitismo, lo que dará lugar a la deformación y ablandamiento de los huesos, mientras que en la edad adulta su déficit puede provocar osteomalacia (debilidad muscular) y osteoporosis.

Además de la moderada exposición al sol, prosigue, para prevenir su déficit no deben faltar ciertos alimentos en la dieta como, por ejemplo, el pescado azul, el aceite de hígado de pescado, la margarina, el huevo, la leche, derivados lácteos y alimentos fortificados.

Y es que, esta vitamina participa en la homeostasis mineral, en la regulación de la expresión genética y en la diferenciación celular; estimula la absorción de calcio y fósforo de los alimentos en el intestino delgado, especialmente en el yeyuno; e incrementa en el riñón la reabsorción de calcio y fósforo, siendo esencial para mantener la concentración de estos minerales en la sangre y para la mineralización ósea.

La cantidad diaria recomendada de vitamina D es de 10 microgramos al día, para asegurar la prevención del raquitismo y garantiza el adecuado desarrollo óseo en niños y adolescentes. “La mayoría de niños y adolescentes recibe suficiente radiación solar, lo que suele asegurar niveles adecuados de esta vitamina. No obstante, hay necesidades especiales en momentos puntuales, como es el caso del embarazo, la lactancia o menopausia, donde la ingesta de calcio puede incrementarse hasta los 600 microgramos al día”, ha recalcado el experto.

Finalmente, Salas-Salvadó ha destacado el papel que juega el médico de Atención Primaria en esta materia, por lo que ha subrayado la importancia de que en la consulta ofrezca consejos dietéticos al paciente, apostando siempre por una dieta saludable rica en fruta, verduras, legumbres y vitamina D, a la vez que baja en grasas.