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Los cánceres de hígado, páncreas y endometrio son los tumores que están más relacionados con la obesidad y diabetes tipo 2

El cáncer de hígado, el de páncreas y el de endometrio son los tumores que muestran una relación más íntima con la obesidad y la diabetes tipo II, según han comentado diversos expertos durante la VIII Reunión Internacional sobre Investigación Traslacional y Medicina Personalizada, organizada por la Fundación Jiménez Díaz en colaboración con el Instituto Roche y Lilly.

Y es que, la diabetes y el cáncer comparten gran parte de los principales factores de riesgo modificables implicados en su desarrollo y en sus complicaciones, como la obesidad, el sedentarismo y el hábito tabáquico, y tienen también idénticas rutas biológicas, como la resistencia a la insulina y la inflamación crónica.

“La presencia de obesidad/diabetes tipo II puede causar o favorecer el desarrollo de un tumor”, según ha declarado la doctora de la Unidad de Epidemiología del Cáncer del Centro Nacional de Epidemiología (ISCIII), Marina Pollán, quien ha señalado que “ser obeso y/o diabético es un factor de mal pronóstico del cáncer”.

De hecho, trabajos clásicos ya apuntaban que el exceso de ingesta de comida, muy superior a las necesidades fisiológicas, se erige en un factor de riesgo de primer orden para sufrir ciertos tipos de tumores. Ahora, estos hallazgos clínicos han podido ser corroborados, de forma que se insiste en que la obesidad (estrechamente ligada a la diabetes tipo 2) es la “principal causa evitable” de cáncer en no fumadores.

Y es que, según han evidenciado los expertos, estas enfermedades “no sólo” comparten factores de riesgo comunes, sino que también se han identificado asociaciones biológicas entre ellas. Además, dado que la obesidad es el principal factor de riesgo de la diabetes mellitus tipo 2, muchas de las asociaciones encontradas entre el sobrepeso y el cáncer se reproducen en el caso de la diabetes.

Además, a los pacientes con cáncer les va peor si tenían previamente ya el diagnóstico de diabetes. “Ser diabético es un factor de mal pronóstico para el cáncer”, ha recalcado Pollán.

Tratamientos antidiabéticos

Por otra parte, los expertos han asegurado que los tratamientos antidiabéticos tienen una cierta incidencia en el riesgo de cáncer. En este sentido, han comentado que ciertos análogos de la insulina pueden elevar la incidencia de tumores, y han subrayado que antidiabéticos orales clásicos, como la metformina, pueden ejercer un moderado efecto protector frente al cáncer.

“La solución a esta nefasta vinculación entre diabetes/obesidad y cáncer pasa, sobre todo, por adoptar medidas preventivas comunes, es decir, por comer menos y hacer más ejercicio. Pero también se requieren nuevos tratamientos para hacer frente a la epidemia de diabetes y obesidad”, ha indicado Pollán.

Por su parte, el jefe del Servicio de Nefrología e Hipertensión del Instituto de Investigación Sanitaria-Fundación Jiménez Diaz, Jesús Egido, ha asegurado que actualmente los pacientes diabéticos están “mejor tratados que nunca”, los médicos generales están “muy bien” formados para controlar la glucemia, la hipertensión o la dislipemia y, además, la innovación en fármacos para el control general de la diabetes es cada día “mayor”.

Sin embargo, a pesar de estos avances, este especialista ha reconocido que el número de diabéticos incrementa de manera sustancial, sobre todo debido al tremendo aumento del sobrepeso y de la obesidad. Así, ante este reto, y además de insistir en la implementación de las conocidas medidas de hábitos de vida saludable, la principal esperanza pasa por el uso de nuevas y prometedoras estrategias terapéuticas.

“La diabetes tipo 2 asociada a sobrepeso y obesidad es una enfermedad muy prevalente, pero heterogénea y que exige enfoques específicos en los que la diana terapéutica no sea únicamente el control metabólico sino la disminución de la grasa proinflamatoria (fundamentalmente la visceral)”, ha comentado la doctora del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Ramón y Cajal (Madrid), Clotilde Vázquez.

Un nuevo enfoque en diabetes/obesidad: las incretinas

En esta nueva concepción encajan los conocidos análogos de las incretinas, un grupo de fármacos capaces de producir el efecto de las incretinas naturales (GLP-1 y GIP, hormonas del tracto gastrointestinal), es decir, estimulan la producción de insulina y la supresión del glucagón ante la llegada de comida al aparato digestivo, induciendo también otros efectos positivos sistémicos a medio y largo plazo y sobre el Sistema Nervioso Central (fundamentalmente en relación a la saciedad).

Todo ello, según ha comentado Vázquez, consigue un “mejor control” de la glucemia postprandial, restaura el pico precoz de insulina postprandial y corrige la hiperglucagonemia tan frecuente en la diabetes tipo 2. De hecho, su mecanismo de acción es completamente nuevo y (salvo el caso de la metformina) mucho más fisiológico que otros fármacos.

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Aditivos, contaminantes y alergias alimentarias

El 25% de la población europea tiene algún tipo de alergia y la que está aumentando más es precisamente la alergia alimentaria. Hace unos años apenas era del 3% y actualmente es del 8%.

Hay una serie de factores por los que cada vez hay más enfermedades alérgicas en el mundo occidental. Hay predisponentes genéticos, también hay factores que favorece que aparezca con más intensidad como la vida tan estresante que llevamos en la actualidad.

Según la teoría de la higiene el hecho de mejorar las condiciones de vida (vacunas, más higiene, antibióticos) hace que evitemos que nuestro sistema inmunológica tenga enemigos contra los que luchar y lo hace contra una sustancia inocua como pueden ser la proteínas de la leche o del huevo. Una alergia es una respuesta exagerada inapropiada frente a una sustancia inocua.

El factor principal es la contaminación. En las ciudades es donde más enfermedades alérgicas vemos, sobre todo respiratorias. Los contaminantes también están cambiando la vida de las plantas, que también se estresan y producen una serie de proteínas de defensa que hacen que sean más sensibilizantes.

Reacciones adversas a alimentos

Hay reacciones tóxicas y no toxicas. Dentro de las no toxicas tenemos las que están mediadas por un mecanismo inmunológico y hablaríamos de alergia propiamente dicha, y tenemos la que está medida por la inmunoglobulina E o por otras proteínas, y las que no están mediadas por mecanismos inmunológicos, hablaríamos de intolerancia. Hay una serie de mecanismos implicados: enzimáticos, farmacológicos o indeterminados.

Las reacciones tóxicas son secundarias a sustancias naturales o contaminantes de los alimentos y pueden ser intoxicaciones naturales por toxinas vegetales, animales o de origen microbiológico, o contaminantes químicos. Y entre las toxiinfecciones hay las enterotoxinas y las invasivas.

Reacciones no tóxicas inmunológicas

Dentro de éstas estarían las mediadas por Ig E, las alergias a alimentos, y dentro de las mediadas por otro tipo de anticuerpos estarían la enfermedad celiaca, la dermatitis herpetiforme o el síndrome enterocolítico.

Reacciones no tóxicas no inmunológicas

-Mecanismo enzimático: como la intolerancia a la lactasa.

-Mecanismo farmacológico: por aminas vasoactivas como la cafeína o por sulfitos.

-Mecanismo indeterminado: idiosincrasia o psicógenos.

Prevalencia

En Europa la prevalencia en adultos es de alrededor del 3% y en niños de 8%. En las consultas de alergias en un estudio de hace 6 años eran el 8% de los que acudían a nuestra consulta, y es la quinta patología alérgica después de rinitis alérgica, asma alérgico, urticaria y dermatitis atópica.

En un estudio previo del año 92 llamado Alergológica las enfermedades que más han aumentado porcentualmente son las alergias alimentarias que han pasado de un tres a un 8 % en nuestras consultas y es curioso que antes las veíamos más en niños y ahora también las estamos viendo en adultos.

Diagnóstico

La mejor herramienta es la historia clínica, ser cuidadoso con la anamnesis y preguntar los síntomas cutáneos como urticaria angioedema.

Una situación que estamos viendo cada vez más es el síndrome de alergia oral, el paciente come melocotón, kiwi o piña y comienza a sentir picor en la mucosa oral. Es preciso saber que los alimentos no producen picor, de manera que eso debe ser estudiado porque puede ser una reacción alérgica. Esto suele ser la primera manifestación.

La dermatitis atópica es la enfermedad cutánea que cada vez estamos viendo más y va dentro de lo que llamamos la marcha alérgica, el niño empieza con dermatitis atópica, eccema en pliegues, alergia alimentaria, después la rinitis alérgica, y después el asma.

También puede haber síntomas digestivos (vómitos, diarreas), síntomas respiratorios (rinitis, asma), conjuntivitis, y la reacción más grave es la anafilaxia (engloba manifestaciones cutáneas, digestivas, respiratorias, cardiacas con hipotensión, taquicardia e incluso puede producir la muerte del paciente).

Hay que recoger datos en cuanto a la aparición de los síntomas, el tiempo de aparición, la gravedad, cuándo aparecen, y el tiempo trascurrido.

Hay que preguntar por el alimento, cómo estaba preparado, la cantidad que se había comido, si antes se había tolerado y puede haber fenómenos de reactividad cruzada: los pacientes con alergia al polen pueden tener alergia a frutas y los que tiene alergia a los ácaros del polvo tienen más alergia a crustáceos.

Hay que insistir en la situación del paciente, la edad y las circunstancias acompañantes como ejercicio físico. Cada vez estamos viendo más pacientes que cuando toman determinado alimento y hacen ejercicio físico presentan reacciones anafilácticas graves, es un cuadro llamado anafilaxia inducida por ejercicio físico dependiente de alimentos como frutas, cereales o la harina de una pizza.

Las pruebas más sencillas rápidas y fiables son las cutáneas, la que habitualmente hacemos es la prueba de Prick o intradérmica, en la que usamos una serie de alérgenos estandarizados. Se hace en la cara anterior del antebrazo y en sólo 15 minutos tenemos un diagnóstico cualitativo, porque no se mide el nivel de Ig E, para ello recurrimos a las técnicas in vitro: determinación de Ig E total y específica mediante diferentes técnicas aunque podemos medir otros mediadores como por ejemplo la triptasa (que nos indica la activación del mastocito) o la proteína catiónica del eosinófilo (que nos indica la activación del eosinófilo).

Las pruebas de intolerancia a alimentos miden anticuerpos tipo Ig G, que indican exposición no sensibilización, por lo que a todos nos saldrían positivas. Por ello desde hace años los alergólogos no utilizamos estas pruebas y sin embargo hay una campaña de uso y abuso de esta prueba actualmente, pero consideramos que no tiene ninguna rentabilidad.

Sí que la tiene la determinación de Ig E, que sí media la reacción de hipersensibilidad de Gell y Coombs. En la actualidad podemos hacer mediante unos chips (hasta 100 alérgenos inhalatorios, alimentarios para las proteínas de frutas, crustáceos, pescados, leche o huevos) un mapa molecular del grado de sensibilización del paciente y eso nos orienta de forma definitiva.

Hay otras pruebas diagnosticas como la dieta de eliminación, quitar el alimento sospechoso. Esto se hace sobre todo en los niños y para tener la certeza la prueba gold estándar sería la prueba de provocación controlada con alimentos que debe realizarse en medio hospitalario y debe hacerse si pensamos que puede tolerar el alimento o si dudamos de las pruebas previas. Pero no se debe hacer en pacientes que puedan tener una reacción grave y no se pueda usar la adrenalina (un paciente que usa betabloqueantes que van a hacer que no respondan a la adrenalina) o si hay embarazo.

Estas pruebas deben hacerse cuando el paciente está asintomático. Se debe suspender la medicación que puede enmascarar la reacción y hay diferentes formas de administrarla (abierta, simple ciego, doble ciego controlada por placebos). Se pueden utilizar técnicas de enmascaramiento sobre todo en el caso de los niños.

Un mismo alérgeno puede producir síntomas en función de cómo se exponga el sujeto al alimento, por ejemplo un paciente alérgico al pescado o a crustáceos solamente la inhalación de los vapores cuando se están cocinando puede provocar una crisis de asma. Al ingerir pescado puede tener un cuadro de urticaria, o de anafilaxia, o el paciente alérgico al melocotón, al comer melocotón puede presentar un cuadro de angioedema simplemente por contacto con la piel del melocotón.

Alergias en niños

Los principales alimentos que producen alergias en los niños son las proteínas de leche (lactoalbumina, caseína, beta lactoglobulina); las proteínas de huevo (ovoalbúmina, ovomucoide), es más alergénica la clara que la yema; los pescados (es más frecuente en los pescados blancos ); y las frutas (melocotón y manzana).

Alergias en adultos

En los adultos en el área mediterránea predomina la alergia al melocotón y la familia de las rosáceas; los frutos secos, el cacahuete (en realidad es una leguminosa) es el que produce más reacciones, después la nuez y la castaña; y los crustáceos.

Hay que resaltar que es muy raro que un paciente tenga sólo alergia alimentaria y lo habitual es que tenga otras alergias cutáneas o respiratorias.

Tratamiento

El tratamiento es la evitación del alimento. Y como tratamiento sintomático los antihistamínicos y corticoides.

En la actualidad si el paciente no evoluciona favorablemente, en caso de los niños, podemos inducir una tolerancia oral a leche y huevo, y también tenemos disponible en el mercado inmunoterapia, por ejemplo, para los alérgicos al melocotón.

Asimismo es fundamental la educación de los pacientes. Disponemos de un nuevo tratamiento, los autoinyectores de adrenalina, y los pacientes con reacciones anafilácticas deben estar entrenados en el uso de estos autoinyectores.

Aditivos

Hay multitud de sustancias que pueden producir reacciones adversas. A la cabeza están los sulfitos presentes en las bebidas alcohólicas o el glutamato monosódico que produce el síndrome del restaurante chino.

La definición de la Unión Europea de aditivo alimentario la podemos resumir en que se trata de un ingrediente adicionado intencionadamente a los alimentos con el objetivo de modificar alguna de sus características, sin el propósito de nutrir, y que se encuentra en el producto acabado. Deben de constar en el etiquetado.

Contaminantes

Los contaminantes serían sustancias exógenas del alimento que de forma no voluntaria se encuentran en ellos y que pueden producir efectos indeseables o tóxicos en el consumidor.

Anisakis

Se trata de un parásito del pescado. En el año 95 se relacionó con cuadros de anafilaxia. La mayoría de nosotros hemos comido anisakis muertos, el problema es cuando los ingerimos vivos, porque es entonces cuando pueden producirse los diferente cuadros alérgicos.

L a alergia al anisakis se puede prevenir muy fácilmente, sencillamente cocinando bien el pescado.

Reactividad cruzada

Los ejemplos son:

-Las profilinas en pólenes y alimentos vegetales.

-Tropomiosoina en ácaros y crustáceos.

-Lipocalina en epitelios de animales.

Hay un síndrome de alergia al látex- frutas que cada vez vemos menos porque en muchos medios hospitalarios se ha reducido la utilización del látex.

Diagnóstico molecular

LTPs proteínas (proteínas trasportadoras de lípidos) son las responsables de las reacciones más graves en la alergia alimentaria, sobre todo en el caso de las frutas (en concreto del melocotón).

Conclusiones

-Las reacciones adversas por alimentos constituyen una patología de prevalencia en aumento.

-El principal reto de la Alergología en el siglo XXI es comprender la complejidad de las diferentes enfermedades alérgicas, identificar los mecanismos responsables para mejorar la prevención el diagnostico y el tratamiento.

-Hemos de evolucionar hacia la medicina predictiva, preventiva, personalizada y participativa. Los pacientes tienen que jugar un papel activo.

-El diagnóstico molecular es una nueva herramienta que permite el diagnóstico personalizado y aproximado a cada paciente.

-La inducción de tolerancia oral y la inmunoterapia específica con alimentos son nuevas herramientas terapéuticas en casos muy seleccionados.

Por último hacer alusión a la Asociación Española de padres y niños con alergia a alimentos (www.aepanaa.es) ya que contiene mucha información.

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Dieta Mediterránea: Un modelo de felicidad y salud

 

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Como en otras facetas de la vida, en Nutrición hay dos mundos opuestos. Para un número creciente de personas la felicidad viene reflejada por la disminución de consumo de varios componentes de nuestra dieta, porque el gran problema de la Nutrición en España es el sobrepeso y la obesidad. La felicidad cuando hemos alcanzado la mayor disponibilidad de alimentos en la historia viene dada por disminuir la ingesta de algunos nutrientes que nos llevan a este problema.

Por el contrario, lo que todavía es mayoritario, es que la felicitad y la salud va a venir dada por alcanzar unos mínimos que permitan tener un estado de nutrición y salud, y de calidad de vida y felicidad.

¿Cuántas comidas haremos a lo largo de nuestras vidas? Las mujeres más de 90.000, considerando tres comidas al día, y los hombres unas 82.000 (porque ellos viven una media de 7 años menos). Y la pregunta es ¿cuántas comidas son de felicidad? Cuantas más veces hayan sido compartidas más felices seremos y nutricionalmente más saludables.

La Dieta Mediterránea (DM) está de moda. Si buscamos en google DM en inglés (septiembre 2012) hay seis millones de entradas y en el término en español hay un millón y medio de entradas.

Modelo de DM

El modelo de DM es una confluencia de culturas, hábitos alimentarios y estilos de vida, que tradicionalmente ha abarcado los países ribereños de la cuenca mediterránea.

Es una dieta simple y éste es uno de los principales problemas, ya que cuando la población de un país mejora en calidad de vida y condiciones económicas se toman más alimentos ricos en proteínas de origen animal que van acompañados de grasa saturada, azúcares, etc.

Se trata de una dieta sencilla y variada. Desde el punto de vista de evidencia científica de los beneficios de la DM el recorrido es largo, estamos hablando de los años 50 cuando los anglosajones nos describieron los beneficios (el grupo del profesor Keys y colaboradores a partir del “Estudio de los siete países”). Ya en 1959 el profesor Keys daba estas recomendaciones:

-Mantener el peso adecuado.

-Reducir el consumo de grasa saturada.

-Usar preferentemente aceites vegetales y mantener el aporte calórico de las grasas por debajo del 30%.

-Consumir verduras, frutas, y lácteos.

-No abusar de la sal ni del azúcar refinado.

-Realizar regularmente ejercicio físico.

-Evitar el tabaco, alcohol y excitantes.

-Visitar al médico con regularidad y evitar preocuparse en exceso.

El mensaje hoy sigue siendo el mismo. La única diferencia es que lo que se escribía en los años 60 estaba muy cercano a la calle, es decir, podían ser seguidas por la mayor parte de la población. Sin embargo, ahora nos encontramos un distanciamiento entre las recomendaciones y la realidad.

Hábitos alimentarios característicos de la DM

Son los siguientes:

-Aceite de oliva como principal grasa culinaria.

-Abundancia de alimentos vegetales.

-Consumo frecuente de pescado.

– Ingesta regular y moderada de vino en las comidas.

– Consumo moderado de carnes rojas y productos elaborados que los contienen.

– Uso frecuente de especias y condimentos.

-Y, un estilo de vida: socialización durante las comidas, la siesta y la práctica regular de actividad física.

No sólo es importante lo que se come, sino cómo se come, cómo se comparte. Éste es el gran principio de la DM en cuanto a estilo de vida. Actualmente no socializamos, no compartimos, los datos son alarmantes. En una ciudad como Madrid se realizan menos de 1,5 comidas compartidas en familia a la semana por la gente joven. Pero además hemos cambiado la mesa del comedor o la cocina por el sofá o la habitación, y no es infrecuente comer en la oficina, el parque o la calle.

Dieta antidieta

A la DM yo la denominaría la dieta antidieta, soluciona lo que muchas veces buscamos en otro tipo de dietas, soluciona los sacrificios porque permite comer de todo (no excluye nada) con mayor o menor frecuencia. También evita la monotonía porque el gran binomio de la DM ha sido salud y placer. Comemos por salud y por placer (o felicidad).

Otra clave de la DM es la frugalidad, hay que ser restrictivo, y algo fundamental hay que conocer los alimentos y saber cómo deben cocinarse, es decir, tener habilidades culinarias. Los jóvenes cada vez cocinan menos, paradójicamente nunca antes se ha hablado tanto de cocina.

La DM, nuestro gran mensaje nutricional

El último modelo de pirámide mediterránea (una vez que se declaró patrimonio de la humanidad por la Unesco) incluye en la base la socialización, comer juntos alrededor de la mesa.

También se puede ser feliz con otros patrones de alimentación pero no son tan saludables. En cambio con la DM se puede ser feliz y seguro que se adquiere salud.

No es importante sólo lo que se come, sino cómo se come. Y también supone un modelo de libertad, la DM supone el poder elegir, como “el tapeo”.

Por último también en sostenibilidad la DM gana. Si comparamos el coste en cuanto a consumo de energía o de agua de la DM respecto a otros patrones de dieta más occidentalizados, en éstos el consumo de energía y agua es mayor. Por tanto, la DM al ser más sostenible va a producir más felicidad en las generaciones futuras.

La distinta suerte de los alimentos

Los alimentos que han tenido más suerte son el aceite de oliva, las nueces, el vino… que incluso les declaramos el carácter de alimentos funcionales. En cambio otros, que son igual de importantes, como legumbres, pan o cereales son los grandes olvidados.

DM y depresión

Hay estudios muy bien diseñados que están probando las propiedades de la DM. Desde el punto de vista que nos ocupa, cuando hablamos de depresión, se ha demostrado recientemente en un estudio en Navarra con más de 10.000 voluntarios que en los individuos que tenían una adherencia mayor al modelo de DM el riesgo de padecer depresión era un 40% menor que aquellos que están más alejados de este modelo.

Lamentablemente nos alejamos del patrón de dieta mediterránea, contrariamente a los países nórdicos que copian nuestros hábitos.

Distribución del consumo de los distintos grupos de alimentos

Los datos elaborados con el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (y que han sido presentados recientemente), citan que el consumo de pescado es un valor en alza; también consumimos una buena proporción de verduras, hortalizas y frutas; en cambio el consumo de legumbres es demasiado bajo; el de azúcares y dulces es moderado comparado con otros países (todo esto es en población adulta); el consumo de carnes y productos cárnicos debería moderarse; y va disminuyendo el consumo de bebidas alcohólicas (que ha cambiado, más cerveza y menos vino).

Respecto a uno de los índices de calidad de la dieta, como es el perfil calórico (de dónde obtenemos las calorías), en los años 60 las recomendaciones eran cumplidas por nuestro padres o abuelos, pero ahora nos hemos ido alejando, de forma que los lípidos y los hidratos de carbono prácticamente están en el mismo nivel cuando deberían ser mucho mayores los porcentajes de hidratos de carbono y menos de lípidos.

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Concepto de interacción dieta y xenobiótico: las interacciones alimento/medicamento como ejemplo

Hipócrates en sus tratados médicos ya hablaba de los efectos del queso, al que consideraba un alimentos “fuerte” y que en algunas personas podía producir efectos indeseables.

Un momento clave en la historia de las interacciones alimento medicamento (IAM) fue en los años 80 con la descripción del llamado “síndrome del queso”, debido a unos xenobióticos especiales.

Definición

Etimológicamente xenobiótico significa sustancia extraña a los sistemas biológicos. Según los textos de Toxicología es una sustancia que no se encuentra en los alimentos y que es un contaminante y por lo tanto una sustancia extraña de efectos indeseables y que ha ido a parar a un alimento por un efecto accidental.

Otras fuentes consideran xenobiótico cualquier sustancia que es extraña a un organismo determinado, pero que es de origen natural, no un contaminante. Otros autores estiman que incluso se puede clasificar de xenobiótico una sustancia propia del organismo pero que se encuentra en una proporción anómala.

Antecedentes

En el año 1971 Talbot y Meade en una carta al editor de The Lancet hablan del efecto de la silicona en la absorción de los fármacos anticoagulantes. En este trabajo describen pacientes que en un momento determinado tienen alteraciones en las pruebas de coagulación hasta el punto de que aparentemente no ingieren el medicamento.

En un primer momento se pensó que realmente no tomaban el medicamento, después que tomaban otro fármaco que podía interaccionar y al final se pensó en la dieta. Y se encontró que el factor común es que tomaban patatas fritas tipo chips, sin embargo la composición de las patatas no justificaba esta interacción. Las patatas estaban preparadas industrialmente usando como aditivo una silicona que no reviste peligro (autorizada) y que tiene efecto antiespumando, permite que la temperatura del aceite de fritura alcance niveles altos y que la patata una vez frita no tenga aspecto aceitoso (esté seca). Pero lo silicona, que es una macromolécula, por su estructura tiene gran capacidad de retener moléculas pequeñas como los fármacos. En este caso el fármaco quedaba retenido por la silicona y no se absorbía. Al suprimir la ingesta de estas patatas los parámetros de coagulación se restablecieron.

Fármacos implicados y poblaciones con más riesgo

Los fármacos más implicados en las IAM son los que tienen un índice terapéutico estrecho, anticoagulantes, hipoglucemiantes orales, digitálicos, antihipertensivos, fármacos de acción sobre SNC y los antibióticos.

Las poblaciones más afectadas son los ancianos por la polimedicación, menor eficacia en absorción, capacidad metabólica reducida y estado nutricional no óptimo. Y los niños porque sus sistemas de destoxificación no están completamente desarrollados.

Interacciones según el componente del alimento implicado

La mera presencia de los alimentos por el efecto barrera ya interacciona y por otro lado están los componentes nutritivos y no nutritivos, componentes con actividad farmacológica, aditivos alimentarios, y los contaminantes como las dioxinas.

Mecanismos de las interacciones

Muchas interacciones tienen lugar in vitro, antes de pasar la barrera intestinal, después tenemos el nivel cinético, muchos pesticidas o contaminantes son poderosos inductores enzimáticos que modifican la velocidad de metabolización de los fármacos. Un ejemplo de este tipo que afecta a la cinética de muchos fármacos con efectos incluso mortales es el zumo de pomelo. Incluso en EEUU se llegó a plantear hace unos años prohibir la venta de pomelos y zumos de pomelo.

Amina biógenas

Las aminas biógenas (histamina, tiramina, serotonina, putrescina, cadaverina) son sustancias que se encuentran en el organismo con diferentes funciones fisiológicas y se localizan en muchos alimentos (sería un xenobiótico en cierto modo natural). La mayoría de gérmenes que provocan las fermentaciones lácticas (quesos o embutidos crudos curados) tienen capacidad descarboxilasa y trasforman los aminoácidos en su correspondiente amino.

Durante los años 70 se utilizaban fármacos antidepresivos del tipo tranilcipromina que inhibía la monoamino oxidasa, es decir, bloqueaba el proceso de normal metabolización de la tiramina por ejemplo. De manera que los pacientes que estaban tomando estos fármacos si tomaban un queso tenían unos niveles de tiramina muy altos que provocaban crisis hipertensivas incluso mortales. Uno de los primeros trabajos en describirlo fue el de Blackwell y Mabbitt en 1965.

La tiramina era una sustancia conocida que Liebig aisló (1946) y la llamó así porque “tiro” significa queso en griego, era la amina del queso. Sin embargo, la primera vez que se describió este tipo de interacción fue porque a los pacientes se les administraba tranilcipromina y además metilanfetamina para sumar efectos. Pero después se empezaron a observar crisis idénticas en las que no había metilanfetamina pero por aquel momento no se les prestaba atención a las aminas biógenas en los alimentos.

En el año 1998 en el hospital clínico de Salamanca hicieron una observación que publicaron en los archivos de Bronconeumología de interacción de isoniacida con alimentos. Un joven de 33 años que trabajaba en el hospital en contacto con enfermos tuberculosos se contagió y al ser tratado con isoniacida empezó a tener síntomas que parecían alergias y una ex alumna mía de la facultad de farmacia se acordó de las aminas biógenas y le preguntó si tomaba queso y al dejar de comerlo desapareció la alergia.

También se puede encontrar mucha histamina en pescado deteriorado contaminado donde los gérmenes del deterioro también tienen capacidad descarboxilasa y a partir de la histidina, de la que es muy rica la musculatura del atún, formar histamina y se puede interpretar como una alergia al atún cuando en realidad es una intoxicación.

Ejemplos diversos

Con los alimentos funcionales estamos introduciendo otro tipo de xenobióticos que pueden ejercer muchos efectos a la hora de interaccionar con muchos nutrientes o con otros xenobióticos a su vez.

En un trabajo de un máster de IMA Gual estudió como las fluorquinolonas (por ejemplo el ciprofloxacino) administradas con zumo de naranja enriquecido en calcio sufren una disminución en su absorción.

Las estatinas, que es un fármaco muy consumido, interacciona con zumo de pomelo. Y las dietas ricas en ácidos grasos omega-3 potencian el efecto de la simvastatina.

La regaliz tiene efecto hipertensivos claros. Y los ajos y las cebollas potencian los efectos de los anticoagulantes.

Los nitratos y nitritos que se añaden a productos cárnicos crudos curados (porque son un eficaz antibotulínico) reaccionan con las aminas que se generan en los procesos decarboxilantes de la fermentación de los embutidos y se forman nitrosaminas que tienen efectos cancerígenos. Pero también los nitratos y nitritos son vasodilatadores y en un trabajo del American Journal Nutrition del 2009 se habla de ellos como nutrientes porque afirman que estos xenobióticos por su efecto antihipertensivo “no irían mal” y mejorarían la tensión arterial de la colectividad. Y en otro artículo de Correo Farmacéutico (febrero 2011) se habla de los beneficios de las espinacas por los nitratos. En estos casos deberíamos valorar los riesgos/beneficios.

También pueden llegar xenobióticos a través de la lactancia materna a los niños.

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Influencia de la dieta y el estado nutricional en la utilización y acción de los fármacos

Una interacción entre alimentos y xenobióticos ocurre cuando se modifican los efectos de los medicamentos por la administración anterior, simultánea o poco después de alimentos; y también los medicamentos pueden influir sobre los alimentos y los nutrientes.

En toda interacciona hay un fármaco o un nutriente cuya acción se modifica y otros que actúan como desencadenantes de dicha interacción. En algunos casos la interacción es bidireccional como ocurre con los folatos y la fenitoína. En general las interacciones se asocian con un resultado negativo sobre la clínica del paciente, pero no siempre es así.

Hasta principios de la década de los 90 las interacciones entre medicamentos y alimentos se consideraban en general anecdóticas y con frecuencia de escaso interés clínico. Actualmente se reconoce su importancia tanto para los profesionales como en los pacientes.

Hay descritas interacciones para algo más de 300 fármacos, no obstante la prevalencia de las interacciones es inferior a la que ocurre entre los fármacos. También es cierto que es menor su gravedad, a pesar de haberse reconocido algunos casos con resultado de muerte , en general llegan a ser graves en un 10-50% de casos documentados, de gravedad moderada sobre el 50 % y de escasa o nula significación clínica algo más del 40%.

El número de publicaciones sobre interacciones va creciendo. Respecto a las base de datos, MicroMedex es la que representa un mayor número de interacciones (casi 200), seguida del Boletín Oficial Terapéutico del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos, del American Hospital Formulary Services ( AHFS) y, por último, de Clinical Pharmacology .

El objetivo de la farmacoterapia es alcanzar la máxima eficacia con el mínimo riesgo de toxicidad o de efectos indeseables. Los procesos farmacocinéticos que sufre un medicamento van desde la forma farmacéutica de administración, absorción, distribución, metabolismo, hasta la excreción. En todos los procesos vamos a encontrar algún tipo de interacción.

Variabilidad de la respuesta

Desde que se prescribe una dosis hasta que aparece el efecto farmacológico hay una serie de procesos (farmacocinéticos, farmacodinámicos u otros) que pueden influir en la variabilidad de la respuesta: desde la dosis prescrita, que se la tome el paciente, que lo haga correctamente. Existe variabilidad farmacocinética, farmacodinámica y, finalmente, las interacciones pueden influir tanto sobre procesos farmacocinéticos como farmacodinámicos y en su conjunto hace que exista esa gran variabilidad entre la dosis y el efecto farmacológico.

Hay una serie de factores como ingesta calórica, ayuno, horarios y consumo de la comida, método de preparación de los alimentos, presencia de metilxantinas (cafeína), vitaminas, etanol, minerales, fibra dietética, aditivos, contaminantes, componentes macromoleculares de la dieta o la obesidad, que van a tener influencia sobre la constitución genética y por lo tanto también sobre la repuesta terapéutica.

Parámetros medibles

¿Cómo medimos los cambios que pueden ocurrir sobre los procesos farmacocinéticos que son los más conocidos en este tipo de interacciones? Parámetros como la concentración máxima, el área bajo la curva o la semivida o constate de eliminación nos van a marcar la exposición del organismo a un determinado fármaco y por lo tanto la intensidad de la respuesta. Y los alimentos van a tener influencia sobre los proceso farmacocinéticos y farmacodinámicos.

Sobre la absorción. Administración vía oral

Cuando los medicamentaos se administran por vía oral se pueden producir una serie de procesos que, influidos por los alimentos, alteran la magnitud o la velocidad de la biodisponibilidad de los fármacos, es decir, la cantidad con la que el fármaco se incorpora a sangre y también la velocidad a la que lo hace.

Para que el fármaco se absorba puede ser necesario según la forma farmacéutica, que previamente se libere, se disuelva en el medio acuosos del tracto gastrointestinal, que acceda a la zona donde se absorberá pasando a sangre donde a través del sistema porta pasará finalmente a la vena cava, al hígado y de aquí al resto del organismo.

Los alimentos pueden producir los siguientes cambios: se pueden formar quelatos o complejos insolubles, se puede adsorber el fármaco con algún componente de la dieta (por ejemplo fibra), puede haber cambios en la solubilidad del fármaco, aumento de la viscosidad del medio que impida que el fármaco entre en contacto con la mucosa donde se absorbe, interferencias en el mecanismo de trasporte, cambios en el metabolismo presistémico, alteraciones en el pH gastrointestinal, ecuaciones redox, cambios en el tiempo de vaciado gástrico, variaciones en la motilidad intestinal, etc.

Ejemplos diversos

Como ejemplos de formación de complejos tenemos los productos lácteos con fenitoína y el ciprofloxacino con calcio (que baja hasta un 30% su absorción).

Por su parte la fibra disminuye la absorción de lovastatina, y se ha podido comprobar que cuando se administran conjuntamente aumentan las LDL, sin embargo la comida en general parece que aumenta la biodisponibilidad de lovastatina.

Los cambios en la solubilidad pueden ser pH dependientes, así vemos que indinavir (tratamiento para sida) se toma en ayunas ya que a pH mayor de 3 (se produce cuando se toman alimentos) disminuye su solubilidad y consecuentemente su biodisponibilidad. Con el saquinavir pasa lo contrario.

La elevada viscosidad también puede actuar como barrera especialmente en fármacos con una escasa solubilidad. También podemos encontrar cambios en el tiempo de vaciado gástrico, en la motilidad intestinal, etc.

En el tubo digestivo el fármaco tiene que atravesar la pared intestinal y en este punto se pueden encontrar fenómenos competitivos con trasportadores específicos. Por ejemplo en dietas ricas en proteínas algunos fármacos pueden absorberse menos porque el trasportador compite con el fármaco. Podemos encontrar en la pared intestinal que haya pérdida por metabolismo previo, eso es típico de algunos citocromos como el P450, que es el que inhibe el zumo de pomelo. Vía porta llegamos al hígado donde también podemos encontrar fenómenos de competencia en el metabolismo hepático y pérdidas en el biodisponibilidad por efecto de primer paso y, finalmente, llegamos a sangre. Algunos componentes de los alimentos también pueden modificar por inducción o inhibición el metabolismo de primer paso.

En situación de ayuno o con una comida ligera el tiempo de vaciado es más pequeño que cuando se administra una comida copiosa. En un estudio se vio la enorme variabilidad del tiempo de vaciado gástrico, sobre todo con una comida pesada, que va desde 3 horas a más de 10 horas. La influencia es menor en el tiempo de tránsito intestinal.

Longitud anatomía de reserva es la diferencia entre la longitud útil de absorción y la longitud que necesita el fármacos para absorberse completamente, si esta última fuera de 100 cm y el fármaco se puede absolver en todo el intestino delgado (300 cm) tendríamos unos 200 cm de reserva, así las influencias van a ser menores que cuando la longitud el tramo intestinal es menor.

La longitud depende también de la constante de absorción y de la velocidad de tránsito intestinal, que es de 1-2 cm por minuto. El tiempo de tránsito por el intestino delgado es de 3-3,5 horas y se necesitarían aproximadamente 5 semividas de absorción para absorber el 95% de las dosis. Una longitud útil de absorción limitada aumenta el riesgo de que los alimentos condicionen la absorción de los fármacos, especialmente a través de proteínas trasportadoras, pero también cuando existe difusión pasiva.

Cuando existen esta ventana de absorción en el perfil de concentraciones versus tiempo en la gráfica se observa una caída brusca tras la concentración máxima a diferencia de lo que se observa cuando no existe esta ventana, en que el proceso es más suave.

El pH favorece la absorción: en función del pk del fármaco se pueden encontrar zonas totalmente ionizadas como los fármacos que tiene un pk entre 7-8, que se encuentran totalmente ionizados en el estómago. Existen formas farmacéuticas que se adaptan.

Sobre la velocidad de absorción, en general los alimentos parece que disminuyen la velocidad y cuando se necesita un efecto rápido suele ser aconsejable administrar el medicamento con el estómago vacío y con líquido. Pero no siempre es perjudicial la reducción en la velocidad de absorción como por ejemplo en el carbonato de litio donde los efectos adversos están ligados a su concentración máxima y al disminuir la velocidad de absorción hace que la concentración máxima sea más baja y que los efectos adversos (temblores, poliuria, debilidad, náuseas, vómitos) sean menores.

Otras posibles influencias de los alimentos sobre los medicamentaos administrados por vía oral podrían ser la protección de la mucosa de la acción irritante de los ácidos. Las dietas que enlentecen el vaciado gástrico pueden favorecer la absorción como cefuroxima axetilo o bien disminuirla como la levodopa. Los alimentos pueden favorecer la agitación mecánica y en este caso se facilitaría la solubilidad de fármacos poco solubles como el diazepam. Los alimentos también pueden aumentar el pH del estómago y esto influye sobre la absorción. Puede haber reacción redox, en algunos casos favorables como administrar vitamina C, que hace que el hierro pase de su estado de oxidación 3 a 2, que es como realmente se absorbe. Por otro lado hay algunos alimentos como el zumo de pomelo que actúan sobre la glicoproteína P de la pared intestinal y tienen el efecto contrario a la inhibición del citocromo p450.

El omeprazol (que se utiliza muy frecuentemente) es una base débil, tiene un pk de 4, se absorbe en el intestino delgado y a través de la sangre llega a la célula parietal que es donde actúa. A pH fisiológico la molécula no está cargada, atraviesa bien las membranas biológicas, y puede pasar a sangre, pero a pH ácido del canalículo secretor de la célula parietal se protoniza y queda atrapado. El omeprazol es un pro fármaco que se tiene que trasformar en un derivado tetracíclico sulfonamido para unirse a residuos de cisteína de la bomba de protones y así la inhibe. Esto implica una acción larga del omeprazol. Pero si se administra con alimentos al estar estimulada la secreción ácida sube su eficacia ya que hay mayor número de células parietales activadas.

Sobre la distribución

Una dieta rica en proteínas disminuye la eficacia de la levodopa. Esta pérdida de eficacia se puede dar tanto con nutrición normal como en parenteral.

Con el melfalan, que se utiliza en el neuroblastoma, ocurre lo mismo, compite con trasportadores de aminoácidos neutros de cadena larga por lo que es recomendable no adminístralo junto con una dieta rica en proteínas.

Los fármacos circulan unidos a proteínas plasmáticas, de manera que el estado nutritivo o el aporte proteico de la dieta pueden alterar las uniones a proteínas plasmáticas.

Por otro lado, los ácidos grasos pueden producir desplazamientos en la unión. Esto es importante cuando los fármacos van fuertemente unidos (más del 90%) como ocurre con la fenitoína, y cuando su intervalo terapéutico es estrecho. Esto tiene importancia clínica en algunos medicamentos como el midazolam, la warfarina o el acenocumarol.

Sobre el metabolismo

Los alimentos pueden modificar el metabolismo de los fármacos lo que se puede traducir en variaciones en la biodisponibilidad por efecto del primer paso hepático, y en la eliminación del fármaco.

En fármacos con acusado efecto de primer paso los alimentos pueden aumentar la biodisponibilidad, es lo que ocurre con el propanolol, metoprolol, aspirina, amitriptilina, morfina, codeína… pero no se modifica si el fármaco no presenta efecto de primer paso como ocurre con el labetalol.

Las dietas hipocalóricas hipoproteicas disminuyen la velocidad metabólica con algunos fármacos como la fenitoína, fenilbutazona, teofilina, hipoglucemiantes orales, y cloranfenicol. Y las dietas hipolipídicas disminuyen la actividad del sistema microsomal como se ha observado con la teofilina.

Respecto a los aditivos y contaminantes hay que considerar las vitaminas que pueden actuar como cofactores de enzimas e inducen el metabolismo. Este efecto se ha observado en casos de ciertos hábitos dietéticos, como suplementación de ácido fólico y piridoxina, que ha disminuido la acción farmacológica de la fenitoína. Los aditivos como el butilhidroxianisol o el butilhidroxitolueno son inductores enzimáticos, algunos contaminantes son inductores como los organohalogenados y otros son inhibidores como los organofosforados y metales pesados.

Algunos componentes de alimentos como los flavonoides, la quercetina (presente en frutas y vegetales), son inhibidores enzimáticos e interaccionan con midazolam, saquinavir, ciclosporina y el mismo efecto se observa con el pomelo.

El pomelo y la carambola actúan como inhibidores del citocromo P3A4 y la hierba de San Juan actúa como estimulante. Los inductores del citocromo 1A2 son la carne a la brasa, coles de Bruselas, brócoli, crucíferas, e inhibidor es el ciprofloxacino.

Sobre la excreción

La excreción es el resultado de la filtración glomerular, secreción tubular y reabsorción tubular. El principal factor que puede influir sobre la excreción renal del fármaco es el pH de la orina que varía como consecuencia de la alimentación. Por ejemplo la carne, los quesos y los pasteles son capaces de acidificar la orina. Por el contrario la leche, las verduras, y las legumbres (excepto las lentejas) son alcalinizantes.

La fracción responsable de alterar el pH son las cenizas y no el alimento entero, como podemos ver con el zumo de naranja que aunque es ácido el resultado en la orina es alcalinizante.

En la reabsorción tubular una interacción interesante es la competición que se establece entre el litio y el sodio, por lo que una concentración de sodio elevada procedente de la dieta reduciría una excreción aumentada de litio. Esta interacción es relevante ya que el litio tiene un intervalo terapéutico estrecho.

La dieta rica en proteínas o los aminoácidos vía parenteral incrementan la velocidad de filtración glomerular. Y parece ser que el glucagón pancreático podría ser el responsable de este aumento de excreción.

Interacciones farmacodinámicas

Se producen algunos efectos sinérgicos cuando se toma arroz que tiene efecto astringente o ciruelas con efecto laxante al tomarlos con medicamentos astringente o laxantes.

Otros ejemplos: La piridoxina evita la fotosensibilización producida por la amiodarona que inhibe la síntesis de melanina; los nitritos y nitratos pueden ejerce un efecto agonista con fármacos colinérgicos e hipotensores, y antagonista con epinefrina y norepinefrina.

Estados nutritivos sobre la acción de los fármacos

La desnutrición calórico-proteica es el tipo de desnutrición más importante con diversos déficits concurrentes, muchos de éstos interaccionan de forma importante con la respuesta a los medicamentos.

Existe una alta prevalencia de desnutrición en los pacientes hospitalizados, casi hasta el 50%, incluso en los pacientes geriátricos podría llegar hasta el 60%. La desnutrición calórico-proteica puede afectar a diversos órganos y sistemas: tracto gastrointestinal, hígado, riñones, sistema cardiovascular, aparte de la cantidad de albúmina disponible para trasportar fármacos, etc.

Por otro lado, en la obesidad los procesos farmacocinéticos también se encuentran alterados. La absorción no parece que se afecte, al menos la vía oral. En la distribución existe un cambio en el volumen de distribución que precisa ajustes en función de si el medicamento es lipo o hidrosoluble. La albúmina no presenta cambios pero si la alfa glicoproteína ácida que también trasporta fármacos fundamentalmente básicos y por lo tanto disminuye la fracción libre de esos fármacos.

En cuanto al metabolismo, la obesidad produce un aumento del flujo sanguíneo hepático, la reacción de sulfatación y de glucuronidación se ven afectadas, y los ejemplos son el oxazepam y lorazepam.

Y, finalmente, la obesidad hace que en la excreción se aumente el aclaramiento renal y en fármacos como la digoxina, cimetidina, los antibióticos aminoglucósidos como la vancomicina habría que modificar la dosis.

Conclusiones

El interés por las interacciones va en aumento. Tanto los alimentos como la obesidad y la desnutrición pueden producir cambios en la respuesta a los medicamentos, por lo que es necesario estar atentos. En general la gravedad de las posibles interacciones no es acusada, pero en algunos medicamentos de estrecho intervalo terapéutico y con algunos alimentos como el queso y los lácteos estas interacciones pueden ser importantes.

Por lo tanto el profesional que prescribe y los que realizan el seguimiento farmacoterapéutico deben de tomar medidas para prevenir las interacciones graves.

La dieta mediterránea no protege del envejecimiento de la válvula aórtica

Un estudio conjunto del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Vall d´Hebron y de médicos de 9 equipos de atención primaria del ICS Barcelona sugiere que la prevalencia de la esclerosis y la estenosis valvular aórtica (dos de las consecuencias más habituales de cirugías complejas en la población de más de 65 años), es la misma en nuestro entorno mediterráneo que en otras regiones europeas o de los Estados Unidos de América.

Los datos que ofrece este estudio, que se han publicado en la edición digital de la European Journal of Preventive Cardiology, demuestran que la tasa de personas de Barcelona afectadas por estenosis aórtica es muy similar a la de otros países con climas y dietas diferentes, cosa que lleva a los autores a la conclusión de que la dieta mediterránea -que sí ayuda a prevenir otras enfermedades del corazón-, no protege del envejecimiento de la válvula aórtica. Por lo tanto, quedaría claro que la estenosis aórtica es una patología mucho más ligada al proceso de envejecimiento de la persona que al proceso de arteriosclerosis.

La hipótesis de partida del estudio planteaba que, del mismo modo que se acepta con gran consenso científico que la dieta mediterránea disminuye la gravedad y mortalidad en las enfermedades coronarias, se podía pensar que pasaría lo mismo con la estenosis aórtica, una patología que comparte los mismos factores de riesgo (consumo de tabaco, hipertensión y diabetes) y que genera tratamientos y cirugías específicas, complejas y caras.

En cambio, el estudio lleva a los autores a sugerir que lo que realmente hay que hacer para minimizar este problema sanitario de primer orden es insistir en la necesaria prevención y control de sus factores de riesgo; como decíamos: el tabaco, la hipertensión o la diabetes.

La esclerosis y la estenosis aórtica consisten en un ensanchamiento o un estrechamiento de la válvula por la que circula de salida la sangre del corazón, hecho que no suele dar demasiados síntomas previos a su aparición y que, cuando se manifiesta, se debe operar inmediatamente o causa la muerte.

El trabajo de investigación ha sido dirigido por la Dra. Pilar Tornos, coordinadora del Programa de Valvulopatías del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Vall d´Hebron; ha sido diseñado y analizado por el Dr. Ignacio Ferreira-González, coordinador de la Unidad de Epidemiología, y ha sido coordinado con la atención primaria de Barcelona por el Dr. Josep Pinar.

En el estudio se analizaron los casos clínicos de más de 900 individuos elegidos aleatoriamente de entre las personas de más de 65 años de edad que formaban parte de los listados de usuarios de los 9 equipos de atención primaria del ICS de Barcelona que participaron*. A estas personas se les practicaron pruebas médicas extraordinarias añadidas a las preventivas que ya habitualmente se ordenan para este segmento de población.

Además de estudiar su historial médico y todas las analíticas hechas en los últimos años, se les pasó una detallada encuesta de hábitos, se les hizo un electrocardiograma específico y una ecocardiografía. Se trataba de detectar cualquier señal de riesgo, como un ensanchamiento y/o calcificación de la válvula aórtica y de la arteria aorta.

Cierto grado de ensanchamiento y/o de calcificación estaba presente en el 45,4% de la muestra (el 73,5% entre los mayores de 85 años). En cuanto a la estenosis, la prevalencia fue del 3% del total de la muestra (del 7,4% en mayores de 85 años).

Además, la relación entre la gravedad de la esclerosis y/o estenosis de la válvula aórtica y los factores de riesgo se evaluó mediante un modelo estadístico de regresión multinomial. Se encontró que factores como la edad, el tabaquismo, la hipertensión arterial, la circunferencia de cintura y un índice tobillo-brazo < 0,9 se asociaban a diversos grados de ensanchamiento y de calcificación de la válvula aórtica. Cuando el ensanchamiento y calcificación eran severos, también aparecían diabetes e insuficiencia renal como factores de riesgo añadidos. Este estudio también pone de manifiesto los beneficios de la colaboración entre el ámbito de la atención primaria y el de la especializada de un hospital terciario como Vall d´Hebron. Según la Dra. Pilar Tornos “se ha demostrado que la investigación científica no sólo está reservada a los grandes centros hospitalarios, sino que también se puede realizar con calidad y experiencia desde el ámbito de la salud pública más cercana a la ciudadanía”. Y no sólo eso, “en este caso, también se produjo una clara confluencia de beneficios: los pacientes tuvieron un diagnóstico preventivo cuidadoso, el médico de atención primaria pudo actuar a tiempo sobre el riesgo potencial del paciente, mucho antes de que la enfermedad se manifestara y ya fuera demasiado grave, y el hospital pudo eludir la siempre arriesgada intervención quirúrgica de una parte de estos pacientes de mayor edad”. De entre las patologías cardiovasculares, la estenosis aórtica es la más prevalente después de la insuficiencia cardiaca y de la hipertensión. Supone el 43% de las causas de recambios valvulares (unas 40.000 intervenciones/año en Europa y unas 95.000/año en los Estados Unidos de América). Del total de intervenciones quirúrgicas sobre válvulas cardíacas que se hacen en un año en Vall d´Hebron, en un 60% de ellas está implicada la válvula aórtica por enfermedad degenerativa. * Centros de atención primaria participantes en el estudio: Carmel, Gòtic, Horta 7D, Horta 7F, La Mina, Raval, Rio, Sardenya y Sant Andreu.

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Alimentación, nutrición y sociedad en el siglo XXI: ¿Quo vadis?

Recogemos la ponencia del Dr. Gregorio Varela pronunciada en el marco del VI Aniversario del Instituto Tomás Pascual Sanz para la Nutrición y la Salud.

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Alcohol y Tabaco

En general, aunque no se sepan las razones, todo el mundo ha asimilado que el alcohol no se puede tomar con medicamentos, en cambio respecto al tabaco el tema es mucho más desconocido.

En el alcohol se pueden dar todas las interacciones posibles, el alcohol sobre el medicamento y del medicamento sobre la metabolización y la potenciación de los efectos tóxicos del alcohol. Y puede dar lugar a interacciones farmacocinéticas (absorción, distribución, metabolización y excreción) y farmacodinámicas potenciando efectos terapéuticos y adversos.

En el caso del tabaco el panorama no es tan amplio pero también puede haber interacciones farmacocinéticas (se modifica sobre todo la metabolización de algunos medicamento) y farmacodinámicas (en el sentido que la nicotina puede potenciar el efecto de algunos fármacos).

Las interacciones más importantes tanto para tabaco como para alcohol son a nivel de metabolización. Éstos, como todos los xenobióticos, son metabolizados por un sistema enzimático inespecífico localizado en microsomas hepáticos (citocromo P-450 o isoenzimas del citocromo), por tanto los medicamentos que son sustancia xenobióticas y estos componentes extraños como alcohol y tabaco compiten por el mismo sistema enzimático.

Desde el punto de vista de las interacciones son, sobre todo, importantes los enzimas implicados en la fase 1 de metabolización, es decir las oxidaciones por el sistema citocromo P-450 e isoenzimas.

Mecanismos de interacciones

Hay un primer mecanismo que es el que los alimentos aportan materiales para la metabolización de los fármacos. Una persona que bebe mucho suele sufrir malnutrición por lo que ya por esta vía podría haber cierta interacción porque ya tendrá menos niveles de albumina, menos capacidad de enzimática para metabolizar.

Pero las más importantes son las que derivan de una inducción o inhibición del sistema microsómico hepático (SMH), como el alcohol (que es un ejemplo de inductor) y algunos componentes del humo del tabaco.

Hay sustancias que podemos encontrar en el entorno alimentario que pueden actuar induciendo o inhibiendo el SMH y por tanto acelerando o inhibiendo la metabolización de fármacos. En función de la dieta, del estilo de vida, hábitos o del entorno geográfico podemos estar más expuestos a inductores o a inhibidores. Y esto podría explicar, por ejemplo, que el cajón de sastre en el que se meten las diferencias individuales que existen en la respuesta de un fármaco, en realidad sean diferencias de respuesta de los medicamentos en función del entorno que modifica la metabolización, la absorción, etc. Hay muchos condicionantes del entorno que explican algunas de las respuestas diferentes que se dan a los fármacos.

Para las interacciones a nivel de metabolización se utilizan sobre todo marcadores, que suelen ser antipirina y teofilina, marcadores del SMH. Si un determinado producto modifica a estos dos fármacos en principio lo que le ocurra sería extensivo a otros medicamentos que también se metabolicen por el SMH. La lista de medicamentos es muy amplia pero sólo comentaremos algunos.

Interacciones entre fármacos y alcohol

El alcohol a dosis moderadas se metaboliza a través de la vía de alcohol deshidrogenasa y aldehído deshidrogenasa, pero cuando hay una ingesta elevada de alcohol entran en funcionamiento vías alternativas como el SMH y, por tanto citocromo P-450, y es aquí donde entramos en competencia con los fármacos.

Efectos del alcohol

La acción depresora del SNC va a provocar que se puedan dar efectos agonistas con otros depresores y antagonistas con estimulantes.

La vasodilatación periférica por el consumo de alcohol va a potenciar efectos vasodilatadores o antagonizar efectos vasoconstrictores.

A nivel de absorción puede haber un efecto diferente en función de las dosis y esto se traduce en las interacciones del metabolismo. A dosis baja puede favorecer la absorción de algunos fármacos porque simplemente ayuda a la disolución (que es el primer paso para que un fármaco se pueda absorber). Pero a dosis altas se lesiona la mucosa y se dificulta la absorción (esto justifica la malnutrición inducida por alcohol).

Interacciones farmacodinámicas

Hay que recordar que aunque en un principio el alcohol parezca estimulante en realidad es un depresor del SNC, por lo tanto potenciará todos los efectos depresores y antagonizará los efectos estimulantes. Algunas interacciones clásicas son las de los AINEs, que se potencia el efecto ulcerógeno, potencia el efecto hipotensor de bloqueantes adrenérgico , potencia el efecto hipoglucemiante de insulina y de hipoglucemiantes orales y potencia efectos hepatotóxicos derivados de la quinonimina, que es el metabolito toxico del paracetamol.

Interacciones farmacocinéticas

La ingesta moderada de alcohol puede favorecer la absorción de algunos fármacos debido a que mejora su disolución. Y la ingesta excesiva claramente disminuye la absorción.

El alcohol no se distribuye ligado a proteínas plasmáticas y por tanto no va a haber una competencia con las proteínas. Pero si puede haber una interferencia si una persona consume alcohol de forma habitual, y suele tener niveles plasmáticos bajos de albúminas, de proteínas plasmáticas, y por tanto hay menos proteínas plasmáticas capaces de trasportar fármacos y frente a una misma dosis de fármacos habría mayor cantidad de fármaco libre que es el que puede dar lugar a efectos y podría haber síntomas de una posible sobredosificación. En algunos fármacos de margen terapéutico estrecho puede implicar riesgos de toxicidad.

Las interacciones más importantes son a nivel de metabolización. Y aquí hay que diferenciar cuando el fármaco se toma con una ingesta ocasional alta o cuando es tomado por un bebedor habitual. En este caso la interacción o la influencia a nivel de metabolización es distinta. En caso de ingesta ocasional se inhibe la metabolización de fármacos por un mecanismo competitivo del alcohol sobre el citocromo P-450 y por tanto el efecto del fármaco es más sostenido y tarda más en eliminarse y si el margen terapéutico es estrecho puede haber riesgo de efectos tóxicos. En cambio si el fármaco es tomado por una persona que consume alcohol de forma habitual aumenta la metabolización de fármacos debido a la inducción que provoca el alcohol en el SMH.

Alcohol y benzodiacepinas

Un ejemplo clásico son las benzodiacepinas, en las que pueden darse todas las interacciones. Hay una interacción farmacodinámica porque hay una potenciación de los efectos depresores sobre el SNC. Y también hay interacción farmacocinética porque la benzodiacepina que es difícil de disolver en presencia de alcohol y en el estómago se disuelve mejor y se favorece la absorción. Además hay interacción a nivel de metabolización, que puede ser distinta si es un consumo elevado pero puntual o si es crónico.

Alcohol y sulfonilureas

Los resultados de la ingesta conjunta es que el efecto es impredecible.

Alcohol y paracetamol

La ingestión habitual de alcohol conlleva una inducción enzimática que da lugar a una mayor formación de metabolitos hepatotóxicos y una mayor sensibilidad del hígado frente a estos metabolitos.

Cuando hay una intoxicación etílica aguda se inhibe el metabolismo hepático del paracetamol aumentando su vida media. Además en animales está claro que la embriaguez contribuyó a la evolución favorable de un intento de suicidio con más de 60 gramos de paracetamol porque había una competencia por los enzimas y se produce más lentamente el metabolito tóxico responsable de la intoxicación.

Interacciones fármaco vs alcohol. Efecto antabús

Una de las más interacciones más conocidas es la llamada efecto antabús o disulfiram. El etanol primero se convierte en acetaldehído y después en ácido acético, y determinados fármacos lo que hacen es bloquear la enzima aldehído deshidrogenasa provocando la acumulación del acetaldehído. Éste es más tóxico que el etanol y su acumulación daría lugar a una serie de síntomas: rubor en cara y cuello, sudoración, náuseas y vómitos, taquicardia y palpitaciones, que no son graves y se buscan cuando hay una terapia antialcohólica. Esto puede producirse también con el consumo de otros fármacos como antibióticos, hipoglucemiantes, citostáticos, o vasodilatadores, etc.

Tabaco

El humo del tabaco está constituido por una fase gaseosa en un 95% que en su mayoría es monóxido de carbono CO. Éste, en principio en humanos, no sería responsable de interacciones. Y en la fase particular que representa un 5% del humo del tabaco podemos encontrar hidrocarburos policíclicos aromáticos (HAP), nitrosaminas, compuestos clorados tipo dioxina, plaguicidas, componentes volátiles, metales pesados, nitrosaminas, y dentro de la fracción hidrosoluble estaría la nicotina que sería “el principio activo”. De todos existen interacciones pero sobre todo la que explica la diferencia de respuesta de algunos fármacos en fumadores y no fumadores son las de los hidrocarburos aromáticos policíclicos.

Los HAP son compuestos formados por la combustión incompleta de material orgánico a partir de la combustión de la celulosa, el papel, la hoja seca del tabaco, o por la combustión de los árboles del medio ambiente, de la combustión de gasolinas, gasoil, madera. y también se forman en alimentos cuando se calientan a temperaturas por encima de 250 -300 grados.

Ejemplos de interacciones

La clozapina (estrecho margen terapéutico) y la olanzapina si se analizan en fumadores y no fumadores se ve que en los fumadores los niveles plasmáticos son claramente distintos.

Para la teofilina también los niveles plasmáticos son claramente distintos en fumadores y no fumadores, porque en los fumadores hay una inducción de algunos isoenzimas del SMH que aceleran la metabolización de fármacos.

En el caso de la cafeína algunos aprovechan para explicar que los fumadores toman más café no porque les guste más sino porque metabolizan más deprisa la cafeína.

Hay datos de que los niños asmáticos expuestos en hogares fumadores metabolizan más rápidamente y por tanto hay que ajustar la dosis de teofilina en estos casos.

También en pacientes que toman acenocumarol (Sintrom) al dejar de fumar hay que ajustarles las dosis.

Hay que tener presente que cuando una persona fumadora entra en el hospital (y por tanto deja de fumar), los niveles plasmáticos de los fármacos que está tomando cambian y es necesario ajustar las dosis, sobre todo en los que tienen estrecho margen terapéutico en los que el riesgo de toxicidad es mayor.

También los niveles del desmetildiazepam en fumadores son mucho más altos.

Muchos trabajos se plantean que los fumadores (además de abandonar el tabaco como primera recomendación) necesitan dosis diferentes de fármacos para tener el mismo efecto.

Reflexión final

Aunque hay muchos trabajos sobre interacciones a veces resulta difícil trasladarlos a la práctica diaria, pero en todos ellos se acaba recomendando que hay que tener presente la idea de que una interacción puede modificar la respuesta del fármaco.

Stethoscope on a laptop keyboard - Cross Processed

Interacciones dieta-xenobióticos en las etapas de la vida y situaciones fisiológicas

Un xenobiótico es una sustancia, en principio, externa de muy diversos tipos que pueden modificar la estructura y la función de nuestras capacidades funcionales de los tejidos o de las células, ya sea beneficioso o perjudicial.

Tipos de xenobióticos

Se pueden clasificar según su origen: pueden ser fruto de los desechos (urbanos, industriales, mineros, agrícolas), de origen diverso (tabaco, conservantes, plaguicidas, estabilizantes, plastificantes, aditivos, toxinas, etc.) o de agentes industriales. Según las aplicaciones pueden ser derivados de medicamentos, uso doméstico, uso industrial, uso agrícola o locomoción.

Pueden tener una acción intrínseca (fármacos, tóxicos de acción local, tóxicos de acción sistémica) o una acción biológica (mutagénicos, teratógenos, carcinógenos, inhibidores o estimuladores de enzimas) y pueden tener una reactividad metabólica (biodegradables, persistentes acumulativos, activables).

Y según su naturaleza pueden ser físicos (tintes, calor, radiaciones, ruido, sustancias volátiles), biológicos (seres vivos o procedentes de ellos) y químicos (orgánicos, inorgánicos, industriales).

Biodistribución

La distribución de los xenobióticos en nuestro organismo sigue tres fases:

-etapa de exposición que puede ser consecuencia de varios factores: riesgo, frecuencia, dosis.

– etapa de toxicocinética: absorción, distribución, metabolismo (acumulación), excreción.

– etapa de toxicodinámica: cuando interacciona ese xenobiótico con el receptor correspondiente y se producen sus efectos tóxicos y los signos clínicos.

Los efectos dependen según si la exposición es aguda o crónica. Si es aguda, por ejemplo, el benceno nos provoca depresión del SNC. En cambio cuando es crónica puede producir leucemia.

Las xenobióticos más frecuentes en la exposición humana son: los productos de limpieza, analgésicos, cosméticos, extractos vegetales, jarabes, hidrocarburos, plaguicidas, alimentos contaminados, sedantes, hipnóticos, antimicrobianos, productos químicos de diversa índole, alcoholes, vitaminas… Cada uno de ellos tiene un nivel diferente de penetración en función de nuestra frecuencia de contacto.

Las cuatro vías de incorporación de los xenobióticos son la ingesta oral, vía respiratoria, vía tópica y vía parenteral.

Toxicidad

La toxicidad de los xenobióticos depende de:

-las características de la exposición (aguda, crónica, vía de entrada, vía de eliminación);

-dosis (DL50, dosis única, dosis fraccionada);

-estructura molecular y propiedades físico-químicas de la sustancia (capacidad de atravesar membranas; hidrosolubilidad; liposolubilidad);

-tipo de efecto tóxico producido;

-características genéticas del organismo expuesto;

-edad del individuo.

Los niveles de toxicidad están en función de la concentración que se reciba por kilo de peso corporal: si la DL50 es superior a 15 g/kg se dice que prácticamente no es tóxico pero, en el otro extremo, si la toxicidad es inferior a 5 mg/kg se habla de supertóxico.

Xenobióticos en los alimentos

Los podemos clasificar en endógenos y exógenos. Los endógenos son propios del alimento, presentes de forma natural. Y los exógenos dependen de las manipulaciones, son ajenos al alimento.

Entre los endógenos distinguimos tres tipos: sustancias antinutritivas, tóxicos de origen vegetal y tóxicos de origen animal.

Entre los exógenos hay cuatro subtipos: tóxicos generados en el procesado, preparación o almacenaje de alimentos, tóxicos de origen fúngico, tóxicos ambientales y residuos de medicamentos en alimentos.

Xenobióticos endógenos. Sustancias antinutritivas

Dentro de las sustancias antinutritivas tenemos los inhibidores de las proteasas, y entre ellos los factores antitripsina y las anticarbohidratasas.

Los factores antitripsina son los que interfieren la proteólisis digestiva, dificultando su absorción, retrasando el crecimiento y con pérdida fecal de nitrógeno. Son termolábiles. Se pueden encontrar en soja, judías, guisantes, lentejas, cacahuetes, patata, batata, clara de huevo (ovomucoides), leche o calostro.

Dentro de las anticarbohidratasas tenemos las antiamilasas y antiinvertasas. Son termoestables. Se encuentran en legumbres, trigo, plátanos verdes, mango (antiamilasas), patata, maíz (antiinvertasas).

Dentro del grupo de las sustancias antinutritivas también encontramos los inhibidores de las vitaminas. Por ejemplo las antitiaminas (anti-B1) que hidrolizan la tiamina. Hay dos tipos: la tiaminasa-I (proteína termolábil) y los factores anti-tiamina (de bajo PM y termoestables). Se encuentran en peces, crustáceos, moluscos, celentéreos (ricos en tiaminasa-I) y el ácido cafeico sería un factor anti-tiamina.

También tenemos la avidina que es una glucoproteína termolábil (en la clara de huevo), que atrapa dos moléculas de biotina (B7) e impide su absorción.

Y finalmente tenemos la ascórbico-oxidasa que es la enzima que cataliza la oxidación del ácido ascórbico. Su temperatura óptima de actuación es de 15-30ºC, es decir, si ese alimento no lo tenemos en refrigeración a las pocas horas nos va inactivando el ácido ascórbico. Se localiza en la calabaza, pepino, melón, sandía, col, zanahoria, tomate, etc.

Dentro de las sustancias antinutritivas también tenemos los alteradores del metabolismo mineral como el ácido oxálico, ácido fítico y los antitiroideos.

El ácido oxálico atrapa calcio, con lo cual puede modificar la incorporación del calcio y por lo tanto la lactancia y el crecimiento. Y es un factor de génesis de una posible litiasis. Se encuentra en prácticamente todos los vegetales (ruibarbo, espinacas, patatas, té).

El ácido fítico también atrapa calcio. Es responsable de pérdidas fecales de calcio, descalcificaciones, y puede competir con la absorción de otros iones. Y podría modificar el crecimiento y la maduración sexual. Se encuentra en cereales, legumbres y oleaginosas.

Los antitiroideos son los tioglucósidos (los llamados bociógenos naturales) que pueden interferir con la incorporación de iodo en la bomba de ioduro en las células tiroideas pudiendo provocar una tirotoxicosis. Se localizan en nabo, col, mostaza, coliflor, coles de Bruselas, escarola, lombarda, brócoli, zanahoria, almendras amargas, etc.

Para acabar este apartado tenemos la fibra insoluble que puede disminuir la biodisponibilidad de algunos iones (Ca, Fe, Zn, Cu). Protegen del cáncer de colon. Se localiza en vegetales. Y los taninos forman complejos con proteínas (pérdida fecal de nitrógeno) y se asocian a iones (Fe, Pb, metales pesados). Son antioxidantes y anticancerígenos. Se localizan en cacao, bananas, habas, sorgo, café y té negro.

Tóxicos de origen vegetal

Los glucósidos (favismo) provocan anemia hemolítica, ictericia, fatiga, cansancio o palidez por ROS generados desde quinonas derivadas de oxidación de glucósidos en sujetos con déficit congénito de G6PDH. Se localizan en habas.

Los aminoácidos (latirismo) provocan alteración neurológica que afecta a las extremidades inferiores (parálisis y mialgia) y se deriva de la presencia de aminoácidos neurotóxicos (DABut, DAProp, OxalilaminoAla, beta cianoAla). Se debe a la alimentación a base de almortas típica en las épocas de pobreza.

Las fitohemaglutininas son proteínas vegetales termolábiles capaces de aglutinar hematíes, lesionar microvellosidades y glicocálix. Se encuentra en judías negras, cacahuetes, soja o ricino.

Otros tóxicos de origen vegetal son los seudoalcaloides como la solanina (en la patata) inhiben la AcCo-esterasa (alteraciones digestivas, respiratorias, musculares; >200 mg; agua de cocción); las xantinas (cafeína, teofilina, teobromina); y las aminas biógenas.

La glicirrizina tiene actividad corticosterona, con lo cual modifica la retención de sodio y agua (HTA, polidipsia, hipopotasemia).

Los fitoestrógenos como las isoflavonas de la soja; la zearalenona en la micotoxina de cereales; y las cumarinas en la alfalfa. Los efectos perniciosos se han descrito en animales como infertilidad.

Los carcinógenos como hidrazinas (setas), metilazoximetanol (nuez de Cycas), furocumarinas (umbelíferas), safrol y estragol (aceites esenciales, aromatizantes).

Y finalmente tenemos los derivados de los macromicetos: tóxicos contenidos en setas (trastornos digestivos, nefropatías, alucinógenos, muscarínicos).

Tóxicos de origen animal

Pueden ser de diversos tipos, pero fundamentalmente se ciñen a los productos del mar:

-Saxitoxina: Polipéptido de dinoflagelados (mareas rojas). Se acumula en hepatopáncreas de bivalvos. Son termoestables. Su intoxicación provoca parálisis por bloqueo canales de sodio.

-Tetrodotoxina: Polipéptido de peces (pez globo en Japón y China). Puede provocar insensibilidad, parálisis, inconsciencia y muerte.

-Ciguatoxina: Poliéter soluble de dinoflagelados tropicales. Se acumula en la carne de barracudas, tiburones, meros, anguilas… Provoca una alteración neuromuscular similar al curare o una intoxicación ciguatera (alteraciones digestivas, parálisis, coma).

-Escombrotoxina: Histamina, saurina, cadaverina, putrescina y tiramina generadas por descomposición de pescados (atún, sardinas, arenques, anchoas). Provoca Intoxicación escombroide (alteraciones digestivas, urticaria).

Xenobióticos exógenos. Tóxicos por preparación, procesado o almacén de alimentos

Los tóxicos piroorgánicos:

-Hidrocarburos aromáticos policíclicos (benzopireno): ahumado, tratamientos térmicos. Mutagénicos y cancerígenos.

-Aminas heterocíclicas (imidazoquinolinas): pirólisis de aminoácidos. Mutagénicos y cancerígenos.

-Acroleína: combustión incompleta del glicerol (humo). Irritante mucosas y piel.

Los tóxicos por oxidación de grasas y aceites:

-Productos aromáticos (cetonas y éteres): mal olor, oxidación de vitaminas y AG esenciales.

-Epóxidos: unión covalente a ADN, ARN y proteínas. Citotóxicos.

-Aldehído malónico: autooxidación de AGP. Altera ADN, mutagénico.

-Monómeros cíclicos: oxidación de ésteres de AG. Muy tóxicos. Mutagénicos.

-Peróxidos: Acción oxidativa (ROS).

Los tóxicos derivados de reacciones con carbohidratos:

-Reacción de Maillard: pardeamiento no enzimático (condensación de grupos carbonilo de azúcares reductores con grupos amino-proteicos). Cambios organolépticos y en biodisponibilidad, aparición de mutágenos. Acrilamida (neurotóxica y mutágena).

-Caramelización: Degradación de los azúcares. Cambios organolépticos. Algunos son mutagénicos.

Los tóxicos derivados de la conservación de alimentos:

-Tratamientos térmicos (reacción de Maillard); irradiación (no efecto conocido); productos químicos (muy tóxicos).

Los tóxicos derivados de materiales en contacto con alimentos:

-Madera (incorpora taninos); vidrio (según contenido en plomo); cerámica (metales pesados); metales; plástico (evitar calentamiento).

Tóxicos de origen fúngico

Las micotoxinas presentes en cereales, legumbres y frutos secos, por humedad, temperatura (20-30ºC), oxígeno, insectos. Resisten tratamientos. Se pueden citar las aflatoxinas, fumonisinas, ocratoxinas, patulina, alcaloides ergóticos y citrinina. En la página de AESAN hay mucha información sobre este tema.

Tóxicos ambientales

Los insecticidas, fungicidas, herbicidas se pueden acumular y producen efectos agudos (interfieren en el transporte sináptico y dan trastornos digestivos, musculares, neurológicos) o crónicos dependiendo de su acumulación (carcinógenos, neurotóxicos, reproductivos o alterar el desarrollo).

Según la mayor o menor admisibilidad de los tóxicos ambientales que nuestro organismo puede resistir se diferencian: Dosis Diaria Admisible (DDA), Ingesta Diaria Admisible (IDA), Dosis Agudas de Referencia (ARfD) y Límite Residual Máximo (LRM).

En esta página de la Unión Europea se puede encontrar más información: http://ec.europa.eu/food/plant/pesticides/pesticides_database/index_en.htm

Metales

Los metales como plomo, mercurio, arsénico, cadmio, estaño o cobre, que derivan de la receptiblidad de los alimentos por los recipientes o utensilios, de los plaguicidas o por aspectos industriales.

Su papel fisiológico depende de la dosis y de la forma química (metálica o iónica). Se acumulan en el organismo (afinidad por -SH) y su toxicidad aumenta con el grado de oxidación.

Tóxicos ambientales: de origen industrial

Lo que llamamos contaminantes orgánicos persistentes como la dioxinas.

Se puede encontrar mucha información en:

http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs225/es/index.html y en la página de AESAN

Efecto de la edad

En niños el vaciamiento gástrico es más lento. La mucosa intestinal es más permeable e inmadura (absorción menos selectiva), la función renal es inmadura, hay mayor consumo por kg por el crecimiento (mayor acumulación) y son más sensibles a plaguicidas y a los metales pesados.

En los mayores hay hipoalbuminemia (y por lo tanto hay mayor proporción de tóxico libre), tienen más tejido adiposo (compuestos liposolubles se acumulan más), la función renal y hepática están disminuidas, menor actividad citocromo P-450 (metabolismo de xenobióticos) y disminuye la función del SNC (más susceptibles a la acción de los xenobióticos).

Además muchos de estos xenobióticos pasan la vía materno-placentaria por tanto, según lo que respiren y coman las madres a los bebés también les llegará. No sucede lo mismo con la lactancia materna.

Xenobióticos y lactancia materna

La leche materna es un gran indicador de la contaminación ambiental. Hay poca evidencia de que realmente pasen xenobióticos por leche materna. Y además la lactancia materna nos previene de la acción de muchos contaminantes. En la página de la AEP hay mucha información entre la que se encuentran unas recomendaciones para disminuir el nivel de contaminantes.

Asimismo, los xenobióticos están afectos a la cronobiología. No sólo los ritmos circadianos afectan al reloj global del organismo (al núcleo supraquiasmático), sino que además también dependerán de los relojes particulares de riñón, hígado, etc.

Y para acabar…

Unas citas de Gregorio Varela Moreira:

“..hoy debemos pensar más en términos de interacción dieta-xenobiótico…

…los compuestos no nutritivos, con posible capacidad de interaccionar con los nutrientes en la mayoría de las ocasiones.

Además, tenemos los aditivos alimentarios y los contaminantes de los alimentos…

…estamos ante un problema potencial al que no se presta la atención que requiere, y que ayudaría a resolver muchas incógnitas de malnutrición”.

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La microbiota intestinal modula el desarrollo cerebral y el comportamiento

El efecto de la microbiota o micromedioambiente intestinal, integrado por comunidades microbianas que colonizan el intestino humano, sobre el desarrollo cerebral y el comportamiento es una de las líneas de investigación más recientes en este campo y abre una nueva vía en la posible utilización de probióticos con efectos beneficiosos para la salud, a través de su acción sobre los circuitos neuronales.

Así se desprende de los datos presentados en el IV Workshop sobre Probióticos, Prebióticos y Salud por la investigadora Viorica Braniste, del Departamento de Microbiología, Cáncer y Biología Celular Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia). Según esta experta, miembro del grupo de Sven Pettersson, las investigaciones básicas que han llevado a cabo revelan que la colonización por parte de la microbiota intestinal afecta al desarrollo cerebral de los mamíferos y su comportamiento durante la etapa adulta.

A través de mediciones de la actividad motora y del comportamiento relacionado con la ansiedad, este grupo sueco ha demostrado en ratones que el proceso de colonización microbiana desencadena unos mecanismos de señalización que afectan a los circuitos neuronales implicados en el control motor y de la ansiedad.

El trabajo presentado en Madrid refuerza la hipótesis de que la microbiota intestinal normal puede afectar al desarrollo cerebral normal y las funciones conductuales. Además, respalda la teoría de que en las primeras etapas de la vida existe un período en el que la microbiota intestinal puede afectar al cerebro y al comportamiento en la vida adulta.

Entre los mecanismos que podrían mediar en la comunicación entre intestino y cerebro, Braniste, ha destacado los circuitos neuronales establecidos. En este sentido, ha dicho que la microbiota intestinal puede provocar señales a través del nervio vago hacia el cerebro y viceversa. La modulación de transmisores, como la serotonina, melatonina, ácido gamma-aminobutírico, histaminas y acetilcolina, en el intestino es otro posible mecanismo de acción que podría mediar los efectos de la microbiota intestinal.

Asimismo, la investigadora ha avanzado que es posible que la microbiota intestinal sea capaz de modificar la expresión de algunos genes de riesgo o que forme parte de mecanismos que alteran las funciones cognitivas observadas en pacientes con enfermedades gastrointestinales. Los cambios conductuales observados e impuestos por la presencia de la flora intestinal observados en esta investigación pueden tener mayores implicaciones si tienen en consideración las alteraciones psiquiátricas en seres humanos, ha destacado Braniste.

Grupo de trabajo en prebióticos

Durante la cuarta edición del Workshop de SEPyP se creó un grupo de trabajo multidisciplinar formado por expertos con el objetivo de trabajar en un documento consenso acerca de los prebióticos. En la primera reunión de trabajo del grupo, el profesor Glenn Gibson (University of Reading), uno de los pioneros europeos en la investigación en probióticos, prebióticos y microbiota, destacó la multitudinaria asistencia de especialistas al Workshop, alabando el poder de convocatoria de SEPyP. Una vez establecidas las pautas de trabajo entre los asistentes, la Profesora Nieves Corzo (CSIC-UAM) liderará el grupo.

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Desaconsejan el uso de suplementos alimenticios en pacientes con cáncer

El Estudio EPIC (European Prospective Investigation into Cancer) puesto en marcha a principios de los años 90 en Europa, trata de poner de manifiesto la relación existente entre dieta, estado nutricional, estilos de vida, factores ambientales y la incidencia de diferentes tipos de cáncer. “De este modo, se pretende mejorar el conocimiento científico sobre los factores nutricionales implicados en el cáncer y aportar las bases científicas para intervenciones de Salud Pública, dirigidas a promover una dieta y estilos de vida saludables”, explica la doctora Pilar Gómez Enterría, coordinadora del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).

En este sentido, asegura la doctora Irene Bretón, miembro de la Junta Directiva de la SEEN, el uso de los suplementos alimenticios como medida para prevenir la desnutrición que el tratamiento ocasiona en ocasiones en los pacientes oncológicos “no sólo no ha demostrado tener las mismas propiedades que una alimentación basada en alimentos de origen vegetal, en muchas ocasiones, puede tener un efecto contrario, aumentando el riesgo de determinados cánceres. De hecho, en personas sanas los suplementos de vitamina A con betacarotenos y hierro incrementan el riesgo de cáncer de pulmón tanto en fumadores como en exfumadores”.

Desnutrición en los pacientes con cáncer

En los pacientes con cáncer es frecuente la afectación, en mayor o menor medida, del estado de nutrición. Depende del tipo de tumor, su localización o el estadio evolutivo en que se encuentre la enfermedad. Entre otras, las causas de esta desnutrición se asocian, por un lado, con el propio tumor, y, por otro, con el tratamiento que se aplica: cirugía, quimioterapia, radioterapia, etc.

Es fundamental que un paciente oncológico esté bien nutrido. “La desnutrición afecta negativamente la tolerancia a los tratamientos oncológicos. Un enfermo desnutrido tolera peor la quimioterapia, lo que en muchas ocasiones obliga a disminuir la dosis o a espaciar los ciclos de tratamiento. Otro tanto ocurre con la radioterapia”, puntualiza la experta.

“Es frecuente que los pacientes experimenten pérdida de apetito, aumento de la sensación de saciedad, e incluso alteración del gusto de los alimentos”, indica la doctora Bretón. “Este hecho condiciona, en muchas ocasiones, aversiones a ciertos alimentos, como la carne, también son frecuentes los síntomas digestivos, como náuseas, vómitos o diarrea, por lo que la dieta del paciente deberá adaptarse a estas circunstancias”, concluye esta experta.

Las necesidades nutricionales de estos pacientes son, en general, superiores a las de una persona sana, debido en parte a los trastornos metabólicos que produce el propio cáncer y al tratamiento que se aplica. “No hay ningún alimento ni ningún tipo de dieta milagrosa que curen el cáncer”, asegura la doctora Enterría. “Como en cualquier situación, fisiológica o patológica, lo adecuado es realizar una dieta equilibrada, variada y ajustada a las necesidades nutricionales de cada enfermo, procurando incluir todos los grupos de alimentos y rotando la elección de los alimentos incluidos en cada grupo”.

Dieta personalizada

Teniendo en cuenta estas recomendaciones, cabe destacar, según la doctora Gómez Enterría, que es necesario adaptar e individualizar la dieta en cada persona, de manera que sea suficiente en macro y micronutrientes y sus características deben ajustarse en función de los síntomas que presentan. En este punto es clave la labor de un especialista, y en este sentido, el endocrinólogo es uno de los facultativos que mejor pueden ayudar al paciente a diseñar la dieta, los hábitos de vida y la pauta de ejercicios más óptima para luchar contra la enfermedad valorando según los casos, la necesidad de asociar suplementos nutricionales orales o, incluso, nutrición artificial para conseguir el aporte de los requerimientos nutricionales.

“Hoy en día- asegura la doctora Bretón- existe la posibilidad de nutrir a estos pacientes cuando, por su enfermedad o como consecuencia de los tratamientos que precisa para controlarla, no pueden hacerlo con alimentos naturales. La nutrición enteral permite administrar nutrientes directamente al tracto digestivo. Es posible, incluso, administrar nutrientes directamente a la sangre, por medio de la nutrición parenteral”.

Consejos nutricionales para pacientes con cáncer

– Realizar entre 5-6 comidas pequeñas al día.

– Adaptar el horario de comidas, sabiendo que por la mañana, se toleran mejor los aportes calóricos más altos.

– Aprovechar para realizar comidas fuertes en los momentos de mayor ánimo y menor fatiga.

– Variar al máximo las comidas, cuidando especialmente su presentación, buscando un ambiente agradable.

– Se debe de mantener una higiene bucal adecuada después de la ingesta.

– Masticar lentamente y con la boca cerrada, para evitar tragar aire.

– Ingerir líquidos preferiblemente después de las comidas, evitando las bebidas gaseosas.

– Evitar las comidas con sabores y olores fuertes. Evitar también alimentos picantes o que produzcan gases.

– Evitar las temperaturas extremas de los alimentos.

– Adaptar la textura y consistencia de los alimentos a la situación de cada paciente. Suelen tolerarse mejor los alimentos al horno o hervidos. Los fritos y rebozados producen saciedad.

El Estudio EPIC

El Estudio EPIC se está llevando a cabo con 520.000 sujetos sanos, entre 35 y 65 años, de los cuales el 70% son mujeres, con hábitos alimenticios heterogéneos. 23 centros de 10 países europeos (Alemania, Dinamarca, España, Francia, Grecia, Holanda, Italia, Noruega, Reino Unido y Suecia) participan en este estudio coordinado por la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer (IARC) y el Imperial College de Londres. Asturias, Granada, Guipúzcoa, Murcia y Navarra son las cinco provincias españolas participantes que -coordinadas por el Instituto Catalán de Oncología de Barcelona- aportan un total de 40.000 participantes.

En opinión de la doctora Gómez Enterría, “el seguimiento a lo largo de estos años de la cohorte del Estudio EPIC está permitiendo establecer relaciones causales ente dieta/estilo de vida y la incidencia del cáncer, determinando qué factores dietéticos pueden favorecer el riesgo de padecer ciertos tipos de cánceres y cuáles en cambio pueden tener un efecto protector”. “Se ha confirmado -apunta la doctora- que aquellas poblaciones que tienen una alta adherencia a la dieta mediterránea presentan menos casos de cáncer en general, y sobre todo, de los cánceres relacionados con el tabaco, que aquellas que tienen una adherencia escasa a dicha dieta”.

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El consumo moderado de café puede reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y de mortalidad por enfermedad cardiovascular

A pesar de que el café es la segunda bebida más consumida en todo el mundo, tan sólo por detrás del agua, son muchos los falsos mitos que aún prevalecen en relación a sus efectos sobre la salud. De hecho, según diversas investigaciones, el consumo habitual y moderado de café puede reportar beneficios para la salud y formar parte de una dieta equilibrada.

Para derribar esos mitos y hablar sobre las realidades de los efectos del consumo moderado de café en la salud, expertos de prestigio nacional participaron en una mesa redonda dentro del evento Madrid Fusión.

La Dra. Pilar Riobó, doctora en Medicina y Cirugía y especialista en Endocrinología y Nutrición destacó que las investigaciones demuestran que el consumo moderado de café, entendido como máximo tres o cuatro tazas al día, puede ser beneficioso para la salud. En concreto, en el transcurso de la mesa redonda se hizo eco de los resultados de un estudio en los que se concluye que “el consumo de café puede reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en un 25%”. Según la Dra. Riobó, el efecto protector podría deberse también a otros componentes del café distintos de la cafeína ya que se encontró un efecto protector del café descafeinado, aunque menos intenso, en los estudios que lo evaluaron. “El café contiene sustancias como vitaminas, minerales y antioxidantes por lo que, puede aportar otros beneficios para la salud”.

Así, ha recordado que el café puede tener “efectos beneficiosos en el aparato digestivo, especialmente en la incidencia de alguna de las enfermedades más frecuentes del hígado y la vesícula biliar” y que “la mayoría de los estudios epidemiológicos realizados hasta el momento han encontrado una menor incidencia de enfermedades neurodegenerativas, como el Parkinson o el Alzheimer, entre consumidores habituales de café”.

El café reduce el riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular

Mientras, el Dr. Leandro Plaza, presidente de la Fundación Española del Corazón, ha recordado que “según recientes investigaciones epidemiológicas publicadas por prestigiosas revistas internacionales, el consumo diario de hasta cuatro tazas de café se asocia directamente a una mayor longevidad y a una mayor supervivencia de la población general, ya que se ha comprobado que disminuye el riesgo de padecer la mayor parte de enfermedades”. De hecho, según los estudios, “el consumo moderado de café reduce un 14% el riesgo de muerte”. Como ejemplo, el Dr. Plaza se refirió a un reciente estudio de 2012 realizado a 400.000 personas de entre 50 y 71 años en el que precisamente se pone de manifiesto que el consumo de café está asociado a una menor mortalidad total y en concreto de mortalidad debida a la enfermedad cardiovascular. “No existe motivo para que un hipertenso bien controlado no pueda tomar café.

Elemento socializador y parte de una dieta equilibrada

“Incluir en nuestra alimentación de manera razonable e inteligente productos que aporten placer puede ayudar a conseguir una dieta equilibrada, ya que contribuirá a realizar un consumo más variado de alimentos”, afirma Gregorio Varela Moreiras, presidente de la Fundación Española de la Nutrición y Catedrático de Nutrición y Bromatología de la Facultad de Farmacia de la Universidad CEU San Pablo de Madrid. Así, como el consumo de café está muy ligado al placer, “puede convertirse en un elemento muy relacionado con el mantenimiento de una dieta equilibrada”.

Además del aspecto placentero del café, el profesor Varela Moreiras se refirió a su componente socializador. “Por primera vez se ha incluido la socialización en la base de la pirámide alimentaria de la dieta mediterránea”, y a su papel en la hidratación ya que “más del 98% del café es agua, lo que le convierte en una fuente importante de hidratación, siempre que el consumo sea moderado”.

Según el último informe estadístico sobre los Hábitos de Consumo de Café en España, publicado por la Federación Española del Café (FEC), el 63% de la población adulta mayor de 15 años suele tomar café de forma diaria y los consumidores beben 3,6 cafés diarios entre semana y 2,6 tazas al día durante los fines de semana.