reportaje_generica

La salud de nuestros escolares: fortalezas y debilidades

La OMS en el año 1946 definía la salud como “el estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente ausencia de enfermedad”. Esta definición puede ser criticada y plantear controversias ya que el bienestar es subjetivo (un toxicómano siente bienestar cuando consume), tal concepto de salud es una utopía, la definición es estática y tiene un componente subjetivo.

Otra definición de salud: “es el logro del máximo nivel de bienestar físico, mental y social y de la capacidad de funcionamiento que permiten los factores sociales en los que viven inmersos el individuo y la colectividad”.

Determinantes de la salud

La salud está condicionada por la biología (y ésta por la propia genética) y sometida al envejecimiento fisiológico, el medio ambiente (contaminantes físicoquímicos, psicosociales, políticos, culturales, clima), el estilo de vida (conductas de salud) y el sistema de asistencia sanitaria.

Principales problemas de pediatría clínica y preventiva

– Patología prenatal y prematuridad: la mortalidad infantil ha disminuido en los últimos decenios pero todavía la mortalidad prenatal y perinatal sigue siendo un caballo de batalla.

– Malformaciones congénitas: una de las principales causas de la mortalidad infantil son las malformaciones del tubo neural, cardiopatías congénitas, etc. Hay que transmitir la importancia de que una mujer antes de quedar embarazada empiece a tomar ácido fólico ya que va a disminuir de manera muy significante las malformaciones.

– Patología crónica, trastornos neuropsiquiátricos y deficiencia mental: aproximadamente el 3% de la población, en mayor o menor grado, va a presentar una deficiencia mental.

– Problemas del adolescente: accidentes, trastornos psicológicos, TCA, violencia, depresión, suicidio (en España se suicidan cada día aproximadamente 10 personas y muchos son adolescentes), consumo de alcohol, tabaco, drogas, problemas sexuales y enfermedades de transmisión sexual.

– Maltrato infantil.

– Sobrepeso y obesidad.

– Trasplantes de órganos.

– Mantenimiento de altas coberturas vacunales y la incorporación de nuevas vacunas de manera universal.

– Asistencia pediátrica universal desde el nacimiento a la adolescencia para población autóctona e inmigrante.

– Hábitos saludables: dieta mediterránea y actividad física.

– Evitar los tóxicos.

– La promoción de las virtudes humanas.

Cuando analizamos la mortalidad infantil en España las malformaciones y la prematuridad constituyen una de las causas más importantes de mortalidad y esto ocurre en casi todos los países desarrollados en iguales proporciones.

Cada vez nacen más niños prematuros, actualmente alrededor de un 10% de los niños nacen antes de las 36 semanas de gestación, presentando muchas veces un peso bajo y en ocasiones muy bajo (menos de 1 kg), y con todas las patologías derivadas de la prematuridad y de la inmadurez que estos niños presentan (displasia bronco-pulmonar, retinopatías asociadas con la administración de oxígeno, alteraciones gastrointestinales, infecciones, colitis necrotizante, muerte súbita en lactante, trastornos metabólicos, apneas, lesiones intracraneales) y que condicionan la morbimortalidad de estos niños.

Anorexia y bulimia son situaciones extraordinariamente frecuentes en la adolescencia actual y que se da con más frecuencia en niñas que en niños y cada vez más jóvenes.

El inicio en el consumo de tabaco, alcohol y drogas es cada vez a edades más precoces. Los estudios indican que el consumo de alcohol, tabaco y drogas se inicia a los 13-14 años.

Hábitos de vida saludables

Los hábitos saludables hay que incorporarlos desde la más tierna infancia y deben estar relacionados con una alimentación equilibrada (cualitativa y cuantitativamente), dieta mediterránea, evitar consumo de tóxicos (tabaco, drogas y alcohol) y practicar actividad física acorde con la edad. Tal y como decía el profesor Grande Covián ” es más fácil cambiar de religión que cambiar de hábitos”.

En contrapunto a estos hábitos saludables nos encontramos: exceso de grasas en general y de grasas saturadas, de proteínas y de sal; comida basura “Fast food”; cultura del botellón (inicio en el consumo de alcohol y drogas en la preadolescencia); cultura de ausencia de valores; Internet, ordenador, juguetes electrónicos, etc (dificultad de socialización, maltrato y acoso sexual “on line”).

Lo mismo que debemos ocuparnos de la dieta de nuestros hijos, de vacunarlos, de prevenir accidentes, etc., también tenemos que ocuparnos de forma constante, incluso diaria, de su “dieta informativa” para que no tengan acceso a información que no esté relacionada con el momento de su madurez psicológica.

Obesidad infantil

La prevalencia de obesidad en la población infantil española es muy elevada según manifiesta el estudio Enkid (aunque pone de manifiesto algunas diferencias entre las comunidades autónomas) debido a una falta de hábitos y estilos de vida saludables (mala alimentación y falta de actividad física).

Algunos factores de predicción de obesidad de la población infanto- juvenil española son, según Aranceta, la falta de práctica de deporte, actividades sedentarias (ver tv más de 3 horas al día), el bajo consumo de frutas y verduras, consumo elevado de bollería, embutidos y refrescos, consumo de más de 38% de grasas, ausencia de lactancia materna, etc.

Existe “el tren obesogénico” de Swinburn que dice que existen una serie de factores que facilitan la aparición del sobrepeso y obesidad creándose un circulo vicioso del cuál es difícil salir.

La obesidad es “la madre de todas las enfermedades” ya que las complicaciones derivadas son numerosas y complejas teniendo una grave repercusión sobre los distintos órganos y sistemas. Y si no somos capaces de luchar contra el sobrepeso y la obesidad la esperanza de vida cada vez más amplia se verá en regresión.

En el estudio de los 7 países se puso de manifiesto como la dieta mediterránea tenía una serie de componentes que podían ser extraordinariamente beneficiosos para la salud de las personas. Hay estudios que muestran como países con una baja renta per capita tienen la mayor esperanza de vida, es el caso de Albania.

Dieta Mediterránea

J. Mataix decía que es “una dieta saludable en la que los alimentos que la componen están presentes en el mundo mediterráneo, con un cierto carácter ancestral”.

En el primer congreso sobre DM celebrado en Barcelona en 1996 se definió como “fusión o síntesis de todo lo que ha ofrecido la naturaleza y modificado la cultura del área mediterránea a lo largo de milenios”.

La DM además de dieta es un estilo de vida, una forma de vida, una manera de comportarse junto al consumo de determinados alimentos. Existen una serie de mecanismos fisiopatológicos asociados a la arterioesclerosis y regulados por la DM. De alguna manera nuestra edad no es la edad del carnet de identidad, sino la de nuestras arterias.

Características de la DM

– Consumo elevado de aceite de oliva y, por lo tanto, de ácidos grasos monoinsaturados, en lugar de ácidos grasos saturados.

– Consumo elevado de cereales.

– Consumo elevado de legumbres.

– Consumo elevado de hortalizas.

– Consumo elevado de frutas.

– Consumo elevado de pescado.

– Consumo bajo de carne y derivados cárnicos.

– Consumo moderado de productos lácteos, mayoritariamente fermentados y no lácteos fluidos.

– Consumo moderado de vino y otras bebidas alcohólicas.

Pero hablar de DM es hablar también de actividad física algo que no es nuevo y de lo que ya se hablaba en el año 1553 en Jaén (España).

Educación para la salud

Prevenir la obesidad pasa por conseguir un estilo de vida saludable desde niños que incluya una alimentación razonable y equilibrada y un aumento de actividad física.

La educación para la salud se podría definir como un “proceso planificado y sistemático de comunicación y de enseñanza-aprendizaje, orientado a facilitar la adquisición, elección y mantenimiento de prácticas saludables y hacer difíciles las prácticas de riesgo”.

Estas estrategias habrá que desarrollarlas a distintos niveles y habrá que investigar los problemas más frecuentes en la comunidad, indagar si existen factores condicionantes de su aparición, analizar qué conductas influyen positivamente, determinar cuáles son susceptibles de ser aprendidas y modificadas, formar educadores y técnicos y evaluar, en el corto plazo el aprendizaje de conductas, y en el largo plazo el estado de salud de la sociedad.

En el papel de educar para la salud la escuela tiene una importancia trascendental y actúa como complemento de la familia ya que garantiza el acceso y la continuidad de las acciones en un plazo adecuado, y asegura le receptividad ante las actividades educativas.

 La comunidad escolar en su conjunto constituye un escenario ideal para facilitar el apoyo social a las prácticas de salud a través de la aceptación de un grupo de iguales y permite la adquisición de hábitos saludables en edades tempranas de la vida.

Recomendaciones dietéticas en la infancia para la prevención de enfermedades

-Reducir la ingesta total de grasa al 30-35% del total de las calorías.

-Reducir la ingesta de ácidos grasos saturados a menos de 7% y la de colesterol menos de 200-300 mg/día.

-Consumir pescado, pollo (sin piel), carne magra y legumbres, hortalizas, frutas, verduras y aceite de oliva (DM).

-El consumo de HC complejos debe ser del 55% del total de calorías y la de azúcares simples no debe superar el 10-15% del total.

-Moderar el consumo de proteínas, siendo éstas preferentemente de origen vegetal.

-Consumir una dieta variada con la proporción de principios inmediatos adecuada (50-55% HC, 30-35% grasas y 10-15 % proteína).

-Evitar tóxicos: drogas, tabaco, alcohol (sólo en pequeñas dosis).

-Limitar la ingesta de sal (menos de 3gr/día).

-Mantener la ingesta de calcio, vitamina D , flúor y minerales.

-Promover la actividad física a través del deporte y la socialización.

Según las previsiones de los sociólogos, los hijos de nuestros hijos podrían tener una esperanza de vida de 120 años por lo que es absolutamente necesario mantener una excelente calidad de vida durante muchísimo tiempo.

reportaje_generica

Alimentación y nutrición hospitalaria: Servicios de Dietética

La restauración hospitalaria es la encargada de elaborar y distribuir las comidas para los pacientes ingresados. Su objetivo es cubrir las necesidades fisiológicas (apetito, energía y hedónicas), pero también las nutricionales (soporte nutricional) y por tanto debe estar individualizado dependiendo de las características fisiopatológicas de cada paciente.

El servicio de Dietética está encargado de diseñar un sistema de dietas con múltiples combinaciones que cubran todas las necesidades nutricionales y las particularidades de todos los pacientes velando por su adecuado funcionamiento.

En este servicio están los profesionales que tienen los conocimientos en esta ciencia que se encarga de recuperar y preservar la salud de las personas. Cuando hablamos de enfermedad usamos el concepto de dietoterapia cuando se adecua para mejorar el estado nutricional. Por tanto, es un tratamiento más dentro del soporte médico.

Vamos a desvincular el concepto de dieta del plan alimentario de adelgazamiento. La dieta sería cualquier plan alimentario con las cantidades adecuadas de nutrientes para cubrir las necesidades y mantener la salud de una persona o de una colectividad.

Objetivos del servicio de Dietética

El objetivo es velar por la correcta y óptima alimentación de todos los usuarios del hospital aplicando los conocimientos científicos de dietoterapia, además de respetar aspectos sociológicos, gastronómicos y económicos para conseguir lograr el máximo nivel de satisfacción del usuario dentro de los recursos que tenemos.

Tenemos que unificar el nivel científico, la calidad nutricional y la calidad gastronómica porque no existe una dieta ideal y bien diseñada, si no que es aquella dieta que se va a tomar el paciente.

Funciones del servicio de Dietética

Técnicas y de gestión:

-Elaboración del código de dietas hospitalario.

-Planificación y evaluación periódica de los menús de las diversas dietas a costos razonables de materias primas y de recursos humanos (en colaboración con hostelería y gestión).

-Diseño de recomendaciones al alta hospitalaria.

-Control de calidad del servicio a través de las encuestas de satisfacción.

Asistenciales:

-Control en la administración la dieta prescrita al paciente.

-Seguimiento de los pacientes con dietoterapia.

-Diseño de dietas especiales o individualizadas.

-Autorización de petición de cambios en dietas.

-Explicación de dietas prescrita al paciente/familiares durante su estancia hospitalaria y al alta.

Docentes:

-Formación al resto de profesionales implicados en la prescripción (médicos), realización y emplatado (cocina) y administración (enfermería) de las dietas, mediante una información adecuada del código de dietas (dietas, indicaciones, nomenclatura) y del sistema informático de petición de dietas. Y también debemos tener en cuenta la importancia que tienen los procesos culinarios.

Organización del servicio

¿Dónde suele estar ubicado administrativamente? Lo habitual es que esté incorporado en la unidad de Nutrición clínica y Dietética, pero muchas veces es un servicio independiente (externalización) porque no todos los hospitales tienen unidades de nutrición.

¿Dónde suele estar ubicado físicamente? Lo más lógico es que esté cercano a la cocina.

¿Cuál sería el equipo profesional ideal? Apoyado por el equipo de nutrición: médico y enfermería, que son los que realmente conocen la evolución de los pacientes ingresados que requieren en su soporte nutricional, pero la base deben ser dietistas-nutricionistas. Y también los técnicos en nutrición y dietética con el control de cinta de emplatado.

Planificación de las dietas: código de dietas

Un código de dieta es un documento oficial que recoge todas aquellas dietas de uso más habitual para cada centro, con la finalidad de que la petición y su puesta en práctica sean entendidas fácilmente por todos, es decir, un lenguaje común.

Hay que tener en cuenta qué tipo de actividad clínica se hace (centro de residencia, rehabilitación, etc.), el número de residentes, la estancia media (1/2 día, día entero) y la zona de ubicación geográfica (según la cultura gastronómica).

Otros aspectos a tener en cuenta: la situación de la unidad de petición, si existe servicio de Dietética, qué profesionales están detrás de esos códigos de dieta y a nivel tecnológico si está todo informatizado, las instalaciones, el tipo de cocina, y de los presupuestos.

En el código de dietas lo que hacemos es codificar las dietas más habituales para simplificar y hacer más fácil el trabajo. Se recomienda codificar de acuerdo al valor nutricional modificado o a la patología para la que va a ser válida. Por ejemplo c1, c2, c3 da idea de que son dietas modificadas en consistencia y que van a ir avanzando en fases.

Todo código o manual de dietas debe tener una parte introductoria con un esquema de todas las dietas que tenemos a nuestra disposición que tiene primero el código, el nombre extenso de la dieta, las características y las patologías para las que está indicada. Posteriormente cada dieta va ir amplificada con los menús que van a ponerse cada día, vamos a elegir un ciclo (pej de 14 días) y también debe adjuntase la valoración nutricional.

¿Cómo elaboramos un código de dietas para un nuevo centro?

Hay que realizarla dentro de la comisión de alimentación, en la que están representados todos los responsables de la alimentación de nuestros pacientes, de la gestión, y de la puesta en práctica en cocina de los menús.

Primero se debe decidir qué tipo de dietas vamos a incluir, dependiendo de las necesidades de nuestro centro, la codificación o nomenclatura de las dietas y la valoración del ciclo (7 días, 14 días, etc.).

Posteriormente, el servicio de Dietética elaboraría una plantilla básica del menú basal por grupo de alimentos. Después se crean los menús, esto es importante que se haga a dúo con cocina, por ello dietitas y cocineros deben ser un equipo.

La dieta basal idealmente se debe hacer con una elección de menú (dos primeros y dos segundos) y que cambie según estación.

Posteriormente se realiza la adaptación de los platos del menú basal a las características del resto de las dietas terapéuticas. Después hay que difundir el documento mediante formación a todo el personal implicado a través de una publicación en papel o en formato digital para que esté disponible.

Asimismo este código de dieta debe ser dinámico mediante revisiones periódicas (sistemas de control de calidad).

En conclusión podemos decir que no existe un código de dietas universal sino múltiples y adaptadas a las necesidades de cada centro.

Características de las principales dietas: Dieta basal

Casi un 90% de los pacientes están con soporte nutricional oral mediante dieta y un 20 % están con dieta basal.

Está indicada para individuos sin necesidades dietéticas terapéuticas con actividad o gasto ligero. Se usa en pocas ocasiones cuando el paciente va a hacerse alguna prueba o en maternidad.

El objetivo es cubrir las necesidades nutricionales medias para su situación fisiológica. Suele ser de unas 2000 kcal/d y con una distribución de macronutrientes equilibrada.

Es importante que esta dieta basal cumpla el patrón de una persona en su domicilio, por ejemplo con el mantenimiento de cinco comidas al día y adaptada a las costumbres culinarias de la dieta autóctona (mediterránea). Y si es posible se intentará respetar la estacionalidad del menú y que tenga elección, lo cual mejorará la aceptación del menú y servirá de base para las diversas combinaciones del código.

La elección de menú se lleva a cabo a través de una hoja que se pasa al paciente y que llegará después al servicio de Dietética y cocina para planificar las comidas del día siguiente.

Dieta absoluta

La dieta absoluta consiste en no comer nada, cuando no entra nada por la boca, ni siquiera agua. Es el ayuno. Se realiza una reposición hidrosalina. Es el máximo exponente de una dieta incompleta, aquella que no cubre las necesidades energéticas.

Dieta de urgencias

Es una dieta muy útil, de seguridad. Es de consistencia blanda, baja en grasas y azúcares. Está indicadas en adultos que por situaciones específicas acuden a urgencias del hospital donde transcurren algunas horas mientras se hacen pruebas complementarias.

Dietas codificadas

Son las dietas terapéuticas de uso más habitual. Según las modificaciones que hagamos en consistencia, progresión postoperatoria, fibra, proteínas y control metabólico.

La dieta blanda es la opción del menú basal que más blanda sea para pacientes con alteraciones de la masticación que no requieran otras dietas terapéuticas. No es una dieta de inicio postoperatorio.

La dieta blanda del anciano es la misma pero con alimentos de preferencia para la población anciana.

La dieta O.R.L es de fácil masticación y deglución pero con textura homogénea para evitar disgregaciones. Se usa en alteraciones en la deglución, mecánicas y neurológicas leves.

La dieta Turmix es como la dieta basal pero triturada. En este caso hacemos una dilución por lo tanto un paciente que tenga poco apetito va a comer menos densidad energética, por ello en muchos hospitales se ha pasado a utilizar los triturados comerciales que tienen una composición nutricional estándar.

Dietas especiales

Las dietas especiales no estarían codificadas pero también serían de fácil petición. Hay que tener en cuenta grupos poblacionales como la dieta norteafricana para pacientes musulmanes que está exenta de carne de cerdo.

También se puede ofrecer la dieta ovo-lactovegetariana para los pacientes vegetarianos.

Dietas individuales

Las dietas individuales son aquellas no codificadas que se reservan para prescripciones muy complejas, situaciones de grave aversión o rechazo a los alimentos, pacientes portadores de patología múltiple que no se ajustan a ninguna dieta, credos o prácticas dietéticas incompatibles con la programación habitual y, sobre todo, para casos de anorexia intensa de cualquier origen.

Recetario y fichas de platos

El servicio de Dietética junto a la cocina debe establecer un recetario oficial y fichas de platos para mantener una calidad constante en los platos y un control sobre pedidos.

El viaje de una dieta

Cuando llega un paciente ingresado va a ser el médico el prescriptor de la dieta dentro del tratamiento médico. Después el equipo sanitario va a pasarlo a un sistema informático (en el caso de un diseño individual pasará a los dietistas) para que llegue al servicio de Dietética. Y se repasan los cambios de menú más importantes y finalmente en la cinta de emplatado se realiza un control en las bandejas de los alimentos adecuados para la dieta y que llegue al paciente.

Control de calidad y encuestas de satisfacción

Las encuestas de satisfacción deberían realizarlas desde el servicio de Dietética una o dos veces al año para ver si los menús cubren aspectos hedónicos y de aceptación individual y colectiva.

Hay dos maneras de hacerlo, a través del control de residuos para evaluar si los comensales se comen la comida. El sesgo habitual es que los pacientes pueden recibir alimentos del exterior o bien que el acompañante se tome la comida. O bien a través de encuestas de satisfacción. Cuando los resultados no son positivos tenemos que pensar que el sesgo habitual es que la población geriátrica rechaza los cambios de dietas o porque el personal sanitario no ha explicado bien la importancia de esta dieta.

Las palomitas tienen más polifenoles que la fruta y la verdura

Investigadores de la Universidad de Scranton, en Pensilvania (Estados Unidos), han descubierto que las palomitas de maíz contienen un determinado tipo de antioxidantes, los polifenoles, en cantidades superiores a las que presentan muchas frutas y verduras, según los datos presentados en una reunión de la Sociedad Americana de Química que se celebra en San Diego.

En concreto, el científico Joe Vinson, autor de este estudio que ya fue pionero en analizar los componentes saludables del chocolate o las nueces, ha descubierto ahora que estos antioxidantes están en concentraciones más elevadas en las palomitas, que sólo tienen un cuatro por ciento de agua, en comparación con los de las frutas y las verduras, que se diluyen en el 90 por ciento de agua que compone estos alimentos.

Esto hace que la cantidad de polifenoles que se encuentra en las palomitas de maíz sea de hasta 300 miligramos por porción, en comparación con los 114 miligramos que tiene una porción de maíz dulce, y los 160 miligramos que tiene una porción de fruta. De hecho, este alimento representa el 13 por ciento de la dieta media de polifenoles por persona y día en Estados Unidos.

Asimismo, han observado que la cáscara de las palomitas que todo el mundo odia porque suele quedarse entre los dientes es en realidad la que tiene la mayor concentración de polifenoles y fibra. “La cáscara se merece más respeto”, ha advertido Vinson, que ha catalogado este alimento como verdaderas “pepitas de oro nutricionales” y “el aperitivo perfecto”.

La clave, según ha explicado este experto, es que se come todo el grano sin procesar, evitando así mezclarlo con otros ingredientes como pasa con otros cereales. De hecho, esto hace que una porción de palomitas de maíz ofrezca más del 70 por ciento de la ingesta diaria de un grano entero.

No obstante, Vinson apunta que existen diferentes formas de prepararlas ya que, cuando se cocina en una olla con aceite o mantequilla, o bien con azúcar, pasa a convertirse en una “pesadilla nutricional cargada de grasa y calorías”.

Asimismo, advierte de que las palomitas de microondas tiene el doble de calorías, ya que alrededor del 43 por ciento es grasa, en comparación con el 28 por ciento cuando uno mismo se encarga de cocinar el maíz.

Pese a estos resultados, Vinson ha reconocido que las palomitas de maíz no puede sustituir a las frutas y verduras frescas en una dieta saludable, ya que éstas contienen también vitaminas y otros nutrientes que son “esenciales para una buena salud y no están en las palomitas”.

reportaje_generica

El sobrepeso no aumenta la mortalidad en personas mayores

.”El sobrepeso, pese a lo que suele pensarse, no aumenta la mortalidad de las personas mayores”, aseguró el profesor Mario Foz, de la Universidad Autónoma de Barcelona, durante su conferencia ¿El sobrepeso es siempre nocivo para la salud?, celebrada en la Real Academia Nacional de Medicina (RANM).

“A partir del año 1997 y en base a diferentes estudios en población mayor se empezaron a plantear serias dudas respecto a que reducir el peso en este grupo -personas mayores- fuera realmente positivo”, ha aclarado este experto.

En general, se considera sobrepeso cuando una persona tiene un Índice de Masa Corporal (IMC) entre 25 y 30. Las investigaciones realizadas en Estados Unidos, en personas mayores de 70 años, y con un seguimiento de varios años, demostraron que no se cumplía esta relación entre IMC y mortalidad.

De hecho, se observó que la menor tasa de mortalidad se daba en las personas con un IMC de alrededor de 30, límite entre el sobrepeso y la obesidad. “A partir de aquí, se comenzó a investigar en esta línea, ya que se ha visto que el sobrepeso en las personas mayores no es nocivo para la salud y que, incluso, puede tener un efecto protector. Por lo que, salvo situaciones especiales, no es un problema que requiera intervención terapéutica”, ha argumentado Foz.

Además, a estas edades “si la disminución del IMC se produce por una reducción de la cantidad de masa magra puede ser muy perjudicial, ya que produce fragilidad”, ha asegurado.

No obstante, y a diferencia de las personas mayores, en adolescentes y niños el sobrepeso siempre es nocivo para la salud. “El exceso de peso en la edad infanto-juvenil constituye un importante factor de riesgo para la salud en la edad adulta, por lo que están plenamente justificados los esfuerzos dedicados a su prevención y tratamiento”, ha explicado este experto.

Por otra parte, en el grupo de población de entre 25 y 45 años, los riesgos de este incremento de peso siempre deben ser valorados individualmente. “Cada caso es distinto, ya que un IMC de 26 ó 27 que se considera sobrepeso, en personas con una acumulación de grasa en la parte inferior y sin ninguna morbilidad importante, no requiere un tratamiento médico. Por el contrario, si la grasa está situada en la parte superior y tiene alguna otra morbilidad, es importante intervenir inmediatamente”, ha concretado el profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona.

video_generica_listado

IX Congreso Internacional de Barcelona sobre la Dieta Mediterránea

En el marco del IX Congreso Internacional de Barcelona sobre la Dieta Mediterránea, el Dr. Lluis Serra Majem nos explica los principales motivos del aumento de la obesidad en nuestro país, principalmente la obesidad infantil al tiempo que nos apunta las claves para lograr revertir esta tendencia. Seguir la pirámide alimentaria, hacer ejercicio y ajustar la ingesta alimentaria al gasto energético son algunas de las claves.

reportaje_generica

Entregados los premios del certamen Nutrivídeo sobre hábitos alimenticios

Con el apoyo de las nuevas tecnologías, el concurso Nutrivídeo fomenta y premia entre jóvenes de 13 a 18 años iniciativas audiovisuales sobre la buena alimentación, estimulando en ellos la importancia de saber cuidarse desde el comienzo de sus vidas. En línea con la gran acogida anterior, son 1.200 los alumnos que han participado en esta cuarta edición en Nutrivídeo, con más de trescientas obras presentadas que han conseguido 150.000 reproducciones. Los estudiantes proceden de 130 colegios de toda España y de cuatro países extranjeros. Todo ello, con la valiosa ayuda de la plataforma mundial Youtube, que sirve de soporte y escaparate a Nutrivídeo desde su creación.

Premios Nutrivídeo 2012

El premio Nutrivídeo al Vídeo más visto, recaído en el titulado +tusalud, del colegio Nuestra Señora del Recuerdo de Madrid, con casi 8.000 visitas en YouTube , se vale de dibujos para contrastar las vidas de dos niños que, con hábitos alimentarios muy diferentes, consiguen mantener el equilibro para obtener una dieta saludable.

Puede verlo en este link

El premio Nutrivídeo al Mejor video lo ha ganado Just Remember, del colegio Les Alzines de Girona, que muestra a niños de diferentes edades consumiendo los principales alimentos de la pirámide nutricional y practicando ejercicio, siempre con una enorme sonrisa.

Puede verlo en este link

El concurso Nutrivídeo 2012 ha contado con el apoyo del Ministerio de Sanidad y Política Social, del Gobierno de Navarra, del Grupo Antena 3, a través de la campaña “El Estirón”, y del Instituto Tomás Pascual Sanz para la Nutrición y la Salud, con quien la facultad de Farmacia mantiene la Cátedra Tomás Pascual Sanz-Universidad de Navarra.

Los videos ganadores se pueden ver en:

www.youtube.com/NUTRIVIDEO

Universidad de Navarra

En la Universidad de Navarra más de 1.000 profesores se dedican de manera prioritaria a la investigación. En el área de nutrición y salud, su labor se desarrolla preferentemente en las Facultades de Farmacia, Medicina y Ciencias, el Instituto de Ciencias de la Alimentación (ICAUN), la Clínica Universidad de Navarra y el Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA). Creada en 1952, la Universidad de Navarra está vinculada al Opus Dei, institución de la Iglesia Católica fundada por San Josemaría Escrivá de Balaguer.

www.unav.es

Instituto Tomás Pascual Sanz para la Nutrición y la Salud

Dependiente de la Fundación Tomás Pascual y Pilar Gómez-Cuétara, el Instituto Tomás Pascual Sanz es una entidad sin ánimo de lucro que tiene el mandato de generar y difundir actividades de divulgación, estudio y análisis en los campos de la alimentación, la nutrición, la salud y los hábitos correctos de vida.

El Instituto transmite a la sociedad los valores de una vida saludable, difunde los adelantos tecnológicos relacionados con las ciencias de la salud y promueve el intercambio de información, generando nuevas posibilidades entre los colectivos relevantes y comprometiéndose al máximo con la sociedad científica moderna. El Instituto Tomás Pascual Sanz edita el contenido de estudios y ponencias en una numerosa biblioteca que responde a la creciente demanda sobre temas tan importantes como la nutrición, la seguridad alimentaria o la actividad física.

www.institutotomaspascual.es

Acceda a la Biblioteca del Instituto

noticia_generica

La UE aprueba la norma que impide azúcares añadidos en los zumos de fruta

Una vez que la norma entre en vigor, los países tendrán un año y medio para trasladarla a sus legislaciones nacionales. España es el principal productor y principal consumidor de zumos en el mercado comunitario, aunque la Unión Europea importa hasta el 80 por ciento de los zumos que consume.

Los cambios han tenido en cuenta un informe del eurodiputado socialista Andrés Perelló que abogaba por un etiquetado más claro y detallado, con el objetivo de diferenciar sin ambigüedad las distintas calidades de zumo, esto es, exprimidos, concentrados y néctares.

Los néctares serán los únicos que podrán llevar endulzantes añadidos y se vetará la mención “sin azúcares añadidos”. De manera transitoria se permitirá poner en la etiqueta que “ningún zumo podrá llevar azúcares añadidos”, de cara a asegurar una mayor claridad y transparencia para el consumidor.

En concreto, los zumos de fruta no contendrán azúcar ni edulcorantes, mientras que los néctares, producidos con purés de frutas y agua, sí pueden contener azúcar añadido o edulcorantes. Para evitar confusión, la etiqueta “sin azúcar añadido” no se permitirá en los néctares que contengan edulcorantes artificiales, como la sacarina.

Además, las mezclas de dos zumos tendrán que llevar en el futuro el nombre del producto que refleje el contenido, para evitar casos que sí pueden darse en la actualidad como, por ejemplo, que un zumo con el 90 por ciento de manzana y un 10 por ciento de fresa se comercialice como zumo de fresa únicamente. La novedad es que en estas situaciones se empleará un nombre genérico como “mezcla de zumos” si hay tres o más frutas.

También incorpora a la lista de frutas para zumos al tomate para que los zumos de este alimento estén sujetos a las mismas reglas específicas que pesan sobre el resto.

Otra de las principales novedades es someter los zumos que llegan de fuera de la Unión Europea a las mismas normas que cumplen los productores comunitarios, en especial en cuanto a los zumos de naranja.

Con ello se quiere poner en pie de igualdad a los europeos con otros países que, como Estados Unidos y Brasil, producen zumo de naranja con hasta un 10 por ciento de mandarina -que mejora el color y sabor del producto- sin especificarlo en el etiquetado.

Las normas de la UE no permiten hacer lo mismo a sus productores, por lo que con la nueva directiva los zumos importados deberán identificarse como “zumos de naranja y mandarina” si llevan esta segunda fruta en su composición.

El CIBERobn estudiará las razones por las que niños y jóvenes optan por una determinada alimentación

Un equipo del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) participa en un proyecto europeo que ha comenzado este mes y cuyo objetivo es identificar, en cinco años de trabajo, las razones por las que los niños y jóvenes europeos comen de la manera en la que lo hacen y cómo esto puede tener una influencia directa de por vida sobre su salud.

Se trata del proyecto europeo I.Family (IDEFICS FAMILY), que está coordinado por la Universidad de Bremen (Alemania), en el que intervienen un total de 15 grupos de investigación y está financiado por la Comisión Europea con 9 millones de euros.

Dentro de esta investigación, el grupo del CIBERobn, dirigido desde la Universidad de las Islas Baleares por el profesor Andreu Palou, tratará de identificar los factores biológicos y biomarcadores que influyen en las preferencias alimentarias y la elección en niños y adolescentes, así como de los efectos que estas preferencias pueden tener sobre su salud a largo plazo.

En concreto, estudiarán la expresión génica en células de sangre periférica (PBC, en inglés) que reflejarían, a modo de marcadores biológicos, los patrones del comportamiento establecidos o tendentes a establecerse, en cuanto a la elección de alimentos.

Existe una creciente evidencia científica que sugiere que los factores determinantes de la elección de alimentos están estrechamente vinculados a algunos procesos metabólicos regulados por la expresión de genes en el hipotálamo y, probablemente, también en otros tejidos centrales y periféricos.

Comprender los cambios de comportamiento

Según expone Andreu Palou, “las PBC podrían ser una interesante fuente de biomarcadores debido a que son células fácilmente obtenibles en humanos mediante procedimientos poco invasivos (obtención de sangre) y porque los investigadores suponen -a partir de evidencias en animales- que los cambios en la expresión génica de estas células pueden reflejar los procesos clave que ocurren en los tejidos u órganos metabólicamente claves del cuerpo, incluido el cerebro, y así los cambios determinantes del comportamiento”.

Las muestras obtenidas en los niños y adolescentes a lo largo de 5 años de desarrollo del proyecto serán utilizadas para evaluar las diferencias en la expresión de genes asociados con la edad y, en particular, con la transición a la adolescencia, así como su relación con la instauración de determinados hábitos alimenticios.

Además, la validación de los biomarcadores identificados se llevará a cabo mediante la comparación de los jóvenes de grupos opuestos seleccionados de acuerdo a sus hábitos de alimentación: saludables o no saludables. Estos biomarcadores se estudiarán también en los padres para evaluar las potenciales diferencias relacionadas con la edad y en la respuesta a un determinado entorno familiar.

Construido a partir de la información obtenida de 10.000 niños participantes en el estudio IDEFICS, el proyecto I.Family arrojará luz sobre las contribuciones más importantes que reciben los niños europeos, su forma de vida y sus hábitos alimentarios.

I.Family tiene una proyección a largo plazo, porque valorará de nuevo a las familias a medida que sus hijos entren en la adolescencia, identificando aquellas familias que hayan adoptado buenos hábitos alimentarios y las que no.

“El trabajo ayudará a entender los factores biológicos, de comportamiento, sociales y ambientales que dirigen el comportamiento alimentario durante la transición de la niñez a la edad adulta”, explica el profesor Palou.

Las enfermedades relacionadas con la nutrición son causa de la pérdida de más de 56 millones de años de vida sana de ciudadanos europeos, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

“Urge pues que gobernantes y profesionales médicos sepamos cómo apoyar a las familias para alcanzar formas de vida más sanas. Las familias y los individuos también se beneficiarán de las conclusiones de I.Family, que les ayudarán a establecer reglas básicas para disfrutar de una vida más larga y más sana”, sostiene el jefe de grupo del CIBERobn.

reportaje_generica

Una de cada cuatro mujeres con menopausia tiene problemas de obesidad

Varios estudios realizados con mujeres postmenopáusicas han demostrado un incremento en la grasa abdominal asociado a la edad, lo que pone de manifiesto que el binomio edad y menopausia trae consigo una tendencia al aumento de peso, derivando en una forma de obesidad denominada tipo “manzana” con acúmulo de grasa a nivel abdominal, explica el Dr. Plácido Llaneza, miembro de la junta directiva de esta entidad, con motivo de la VII Reunión Hispano-Lusa de la Menopausia, celebrada recientemente en Faro (Portugal).

“A medida que envejecemos el riesgo de obesidad aumenta”, reconoce este experto que considera “erróneo” pensar que en algún punto de la menopausia el organismo se estabiliza y permite un mejor control de peso.

El aumento de peso suele obedecer a un problema multifactorial que varía según las personas, pero donde fundamentalmente destacan la ingesta de calorías, un estilo de vida sedentario, susceptibilidad genética, así como cambios psicológicos y hormonales.

De hecho, según el Dr. Llaneza, “los cambios hormonales pueden ser causa del aumento de peso dada la influencia de los estrógenos sobre la regulación del apetito, el gasto de energía y el metabolismo en los tejidos”.

Sin embargo, y aunque reconoce que no existen soluciones mágicas para combatir la obesidad, la AEEM y otras sociedades científicas recomiendan realizar 30 minutos diarios de una actividad física de intensidad moderada, preferentemente todos los días de la semana, “con la finalidad de mejorar la salud y prevenir las enfermedades cardiovasculares”, argumenta este experto, que insiste en que se debe individualizar cada caso y adaptar la intensidad de dichas recomendaciones.

En cuanto a los hábitos alimenticios, los expertos aconsejan reducir las grasas saturadas, los azúcares, comidas procesadas y su sustitución por alimentos como las frutas, hortalizas y cereales integrales, lo que proporcionará una buena base de alimentos de baja densidad energética con alto contenido en fibra e índice glicémico bajo, que facilitará la aparición de una saciedad temprana y contribuirá a disminuir la ingesta energética.

La dieta hay que iniciarla y mantenerla

El Dr. Llaneza reconoce que “en general, uno de los mayores problemas asociados a las dietas es la escasa adherencia a largo plazo”. La dieta mediterránea presenta en este aspecto una ventaja para su seguimiento, ya que puede conseguir una pérdida de peso similar a otras dietas cuando se restringen las calorías y con un mejor control glucémico.

No obstante, independientemente del régimen escogido, los expertos insisten en que “estas dietas deben asegurar la cobertura de las necesidades diarias de calcio y vitamina D”.

Asimismo, aunque no se ha demostrado claramente que la menopausia precoz esté asociada con más o menos riesgo de obesidad, hay estudios que inciden en que existe una clara relación entre el fallo ovárico prematuro y el exceso de peso, y demuestran que las mujeres obesas pueden presentar problemas de fertilidad y una peor reserva ovárica.

video_generica_listado

Dietas personalizadas

Recogemos la intervención de la Dra. Marta Cuervo en el marco de las 6as Jornadas de Actualización: Nutrición Comunitaria vs Nutrición Personalizada patrocinadas por la Cátedra Tomás Pascual Sanz – Universidad de Navarra.

Acceda a la transcripción de la ponencia

reportaje_generica

Estado nutricional de nuestros mayores

La población anciana es heterogénea y es necesario detallar las características de cada paciente en función del grupo en el que está incluido.

En un estudio publicado en 2010 en Medicina Clínica sobre la evolución de las enfermedades en nuestros pacientes se observa que hay pacientes ancianos que simplemente tienen una patología, otros a causa de la patología empiezan a tener disfunciones, otros pueden llegar a tener limitaciones funcionales, otros llegan a tener discapacidad (y las actividades básicas de la vida diaria las dejan de hacer) y en el último estadio de la evolución de la discapacidad, y debido a la patología, llegan a tener un grado de dependencia para poder realizar las actividades básicas de la vida diaria. Esto indica que hablar de personas mayores es hablar de personas sanas, personas con enfermedades crónicas, personas con riesgo de deterioro funcional y personas dependientes. A medida que la dependencia se incrementa aparece la característica de institucionalización de nuestros pacientes y en función del tipo de paciente se define una situación nutricional.

Ingesta alimentaria. Anorexia of aging

La anorexia del envejecimiento es algo fisiológico. Entre los 20-80 años hay una disminución de la ingesta calórica diaria más intensa en los varones. Esto se mantiene estable siempre que el ejercicio físico disminuya. Estudios indican que cuando la ingesta es igual al gasto el peso corporal se mantiene pero hay momentos en los que hay factores, como las enfermedades, que inestabilizan. Cuando el paciente está dejando de comer y hace poco ejercicio físico y además se añade otro factor estresante como una enfermedad ese equilibrio se rompe y tenemos, finalmente, pérdida de peso.

En el año 97 Morley hablaba ya de que el anciano come más lento, tienen una saciedad precoz, las porciones son más pequeñas, toman menos aperitivos y la dieta es menos variada. En el aspecto corporal cuando el paciente deja de comer, a largo plazo, hay pérdida de masa muscular y esta pérdida de peso (a expensas de masa muscular) es lo que produce el mayor deterioro funcional.

La pérdida de apetito va acompañada de pérdida de peso. Para poder abordar esto hay que tener en cuenta que la anorexia es un tema fundamental, que hay temas fisiológicos difíciles de detallar, incluso con componente hormonal importante -como es el papel de la leptina, el efecto saciante de la colecistoquinina-, la alteración de la motilidad gástrica, etc. La dieta es menos variada, hay menor palatabilidad, caries, alteración de las papilas gustativas y las comidas no saben igual. Se da menor sensación de hambre y mayor sensación de saciedad.

La nutrición en el anciano hay que verla desde un marco más global. Hay que tener también en cuenta una serie de cambios sociales como la posibilidad de aislamiento social, pobreza, discapacidades, depresión o demencia, y a estos factores hay que sumar la presencia de enfermedad. Si además sumamos la presencia de anorexia esto empeora más las cosas (modelo biopsicosocial que acompaña en la valoración geriátrica o valoración nutricional).

Desnutrición y riesgo de desnutrición

En un artículo publicado en JAGS (Am Geriatr Soc) en 2010 se detalla la situación nutricional en los pacientes (grupo de 1600 pacientes). El estudio separa a los pacientes por grupos (pacientes en el hospital, residencias y en comunidad) y diferencia entre situación de desnutrición y situación de riesgo.

Según este estudio el porcentaje de pacientes desnutridos que viven en la comunidad es del 5,8%, sin embargo el riesgo se incrementa hasta el 31%. En los pacientes institucionalizados la prevalencia de desnutrición se dispara, llegando a límites máximos en el hospital donde la situación de riesgo también se incrementa.

Conocer el riesgo de desnutrición es importante porque hay un círculo vicioso del que entra en desnutrición ya que se acompaña de mayor mortalidad, mayor número de tratamientos, estancias hospitalarias más prolongadas, deterioro de la calidad de vida, costes, etc. y esto es importante conocerlo para poder tratarlo.

Estudios en comunidad

El estudio longitudinal Ámsterdam -sobre personas mayores que viven en comunidad- trata de definir los factores que pudieran estar relacionados con la desnutrición. Después de 9 años de seguimiento sobre 1120 pacientes de población inicial se determinó que el 13,9 % de la muestra presentaba desnutrición basada en factores como: IMC menor de 20 o una pérdida ponderal cuantificada mayor del 5% en 6 meses. Y detectaron que las personas con escaso apetito (anorexia) y los pacientes con dificultad para subir escaleras eran los factores relacionados de forma más importante con el desarrollo de desnutrición a largo plazo.

En otro estudio sobre supervivencia (iniciado en 2010 y a 14 años) en el que se buscan factores determinantes de la desnutrición se observa que los pacientes con un perímetro de brazo menor de 25, pérdida de peso involuntario, pobre apetito y los que tienen dificultad para subir escaleras serán los pacientes que a largo plazo presentarán situación de desnutrición.

Un estudio sobre estado nutricional en ancianos de la zona de Cantabria, que emplea el parámetro MNA (Mini Nutritional Assessment), define tres poblaciones: la consulta, el domicilio y la residencia. En él se observa que los pacientes de consulta son los que tienen mejores parámetros y no presentan desnutrición -que es lo lógico-. En cambio los pacientes institucionalizados, los que están en residencia, son los que presentan mayor prevalencia en situación de riesgo de desnutrición y de desnutrición. Los datos de este estudio muestran que un 4% de pacientes en residencia están desnutridos y si se añade la situación de riesgo llegamos a un 22%.

En este mismo estudio vemos que entre los sujetos que están en riesgo de desnutrición o desnutridos predominan los que tienen anorexia, pérdida de peso, los que no salen del domicilio, los que han tenido enfermedad aguda reciente y aquellos que tienen problemas neuropsicológicos.

El estudio Plenufar III (2006) con la ayuda de las oficinas de Farmacia -que es el lugar que visitan asiduamente los mayores- se plantearon una serie de objetivos: intentar realizar una educación nutricional, hacer una encuesta de MNA para poder detallar la prevalencia de desnutrición y recoger estos datos. La muestra total seleccionada fue de 1770 pacientes con una edad media de 70-76 años, con un IMC de 27. Las encuestas se realizaron el 81% en la oficina de farmacia y el resto en los centros asistenciales.

Los resultados de las encuestas fueron: un 2,8% presentaban pérdida severa del apetito, el 80% no tenían pérdida de peso, la mayoría salía del domicilio, no hubo situación de estrés agudo en los últimos tres meses, no había problemas neuropsicológicos en un 80%, la mayoría estaba en un IMC de 23, vivían independientes en su domicilio un 85%, tomaba más de 3 fármacos menos del 50% y presentaban úlceras o lesiones cutáneas el 91% -que se asocian a la inmovilidad-.

Respecto a datos dietéticos: Un 83% tomaban las tres comidas diarias y un 39% tomaban más de 5 vasos de agua al día. Un 93% se alimentaba solo y sin dificultad y 1% empieza a necesitar ayuda. El 89% considera que no tiene problemas de desnutrición. Según el MNA un 3% presenta desnutrición en la comunidad y un 19% de situación de riesgo.

Las conclusiones del estudio Plenufar son: el 21% de los pacientes que iban a la oficina de farmacia habían disminuido la ingesta alimentaria en los últimos 3 meses, el 5% pierde más de 3 kilos en los últimos 3 meses y el 15% entre 1-3 kilos (una pérdida de peso que no es voluntaria y que puede ser inicio de una desnutrición), un 2% toma menos de una comida completa al día y un 17% no llega a las dos comidas completas.

Estudios en el ámbito hospitalario

En un estudio publicado en 2011 con una muestra de 1.700.000 personas se ve que el código de desnutrición en el informe de alta hospitalaria se presenta en 21.000 pacientes. Son pacientes mayores, que proceden de residencias, tiene comorbilidades, presentan demencia y han tenido estancia hospitalaria prolongada. Cuando los profesionales detallan por GRD cuantos informes de alta hospitalaria llevan el diagnóstico de desnutrición se llevan la sorpresa de que, por ejemplo en Madrid, sólo el 2% de los ingresos hospitalarios lo llevan.

Según el estudio PREDyCES de 2011 (Prevalencia de la Desnutrición hospitalaria y los Costes asociados en España) de SENPE (Sociedad Española de Nutrición Parenteral y Enteral) el 40% de las personas hospitalizadas y el 60% de las que viven en residencias presentan desnutrición.

Según datos publicados del NRS (Nutritional Risk Screening) en 2002 la prevalencia de desnutrición es del 23% y si esos los estratificamos por edad se observa que en los mayores de 70 años la prevalencia es del 37%. Estos datos son interesantes puesto que los pacientes que no presentan desnutrición ni al ingreso ni al alta tienen una estancia media de 8 días frente a los 15 de aquellos pacientes que sí la presentan (lo que supone un coste adicional importante).

Estudios en pacientes institucionalizados

Un estudio realizado en el grupo de residencias de la Fundación Edad y Vida con una muestra de 1400 pacientes (el 43% con más de 85 años y de éstos el 80% mujeres) dio como resultado que el 96% de los pacientes, que rellenaron el cuestionario, tenían dificultad en la masticación, el 96% dificultad en la deglución (disfagia) y el 62 % anorexia e inapetencia. Otro dato es que a medida que envejecen la funcionalidad (escala de Barthel) disminuye, y un 25% de los mayores de 85% tienen una dependencia severa. Un 31% tienen deterioro cognitivo leve, 16% deterioro moderado y 28% deterioro cognitivo severo.

Respecto a datos nutricionales se observa que un 11% presentaban IMC entre 19-21 (situación de desnutrición en los mayores) y el 65% de los casos tienen una situación mejor. Si esto lo cruzamos con aspectos más clínicos vemos que los sujetos que presentan disfagia o alteración de la deglución van a estar en el grupo que tiene menor IMC. Y este grupo de menor IMC es también el que incluye más pacientes con demencia. Y según la puntuación en el MNA se observa un 15,8% de desnutrición en las residencias y una situación de riesgo del 45%, dándose mayoritariamente en los mayores de 85 años. Es decir, hay una serie de factores de riesgo que se concentran en determinados grupos de población.

Otro dato es que los mayores en situación de desnutrición o riesgo de padecerla necesitan dietas modificadas como es la dieta triturada. Así como también la dieta diabética y la dieta de hipertensión.

En resumen

La población de los mayores es una población heterogénea y para su estudio hay que tener en cuenta, no sólo la situación de desnutrición sino también la situación de riesgo, que es la que nos va a permitir desarrollar estrategias para valorar la situación nutricional.

reportaje_generica

Evaluación geriátrico-nutricional y patologías más frecuentes

La evaluación geriátrica nutricional es una parte de la evaluación geriátrica, que a su vez es multidisciplinar e interdisciplinar. La evaluación nutricional ha de realizarse en función de la patología del anciano y de la ubicación -si está en su domicilio, en el hospital o en el medio residencial-.

Nos encontramos con ancianos sanos, con enfermedades, de riesgo, dependientes y ancianos “final de vida”. Hay que destacar a los oldest old de más de 85-90 años, ancianos en los que la funcionalidad decae totalmente y es un parámetro a tener en cuenta en la valoración. Actualmente en España existen 8039 personas centenarias.

Las características a tener en cuenta de la población oldest old son la mayor comorbilidad, mayor polifarmacia, mayor deterioro cognitivo, etc. Respecto al deterioro cognitivo los últimos estudios específicos en ancianos de 90 años, o más, indican como los pacientes con demencia se disparan.

En referencia a la discapacidad, autonomía y dependencia, la última encuesta indica que se ha mejorado pero al vivir más años el resultado no es tan favorable. Artrosis, obesidad, riesgo vascular son las enfermedades que contribuyen a la dependencia, y donde la nutrición es básica.

La calidad de vida en el anciano está relacionada con dos factores: la calidad funcional y la calidad nutricional. Ambos están relacionados ya que a mejor nutrición mejor funcionalidad tiene el anciano. En geriatría la principal variable no es la edad sino la dependencia-funcionalidad ya que es el principal factor de comorbilidad, de consumo de recursos, de coste de recursos, de baja calidad de vida, etc. Y de forma indirecta la nutrición tiene mucho que ver, por lo que en la valoración geriátrica la nutrición es un elemento indispensable.

Componentes de la valoración geriátrica

La valoración es multidimensional desde distintas áreas: clínica, mental, social y funcional; y siempre multidisciplinar. Además siempre va unida a un plan de tratamiento y a un plan de intervención.

-Área clínica: para valorar la salud física se detalla la comorbilidad, fármacos-yatrogenia-, enfermedades médicas, síndromes geriátrico fundamentales, caídas, nutrición (salud bucal), incontinencia, estreñimiento, etc.

– Área funcional: para determinar la funcionalidad se valoran las actividades de la vida diaria, marcha o movilidad. Los test más utilizados por consenso son el de Lawton (para actividades instrumentales) y el de Barthel (para actividades básicas). Estos test sirven para establecer si tiene o no dependencia, pero son más útiles los test de ejecución para determinar patologías relevantes como sarcopenia o fragilidad.

– Área mental: para determinar la salud mental se valora la función cognitiva, depresión, ansiedad, sueño o yatrogenia por polifarmacia. El test de Pfeiffer es un test estructurado que se utiliza para determinar una demencia.

Esta valoración geriátrica multidimensional es fundamental y básica para establecer un listado de capacidades y, así, preparar un plan de atención y seguimiento en todos los niveles asistenciales y con sus diferencias nutricionales. Además, esta valoración es la mejor aproximación para conocer a una persona mayor y da evidencia más que suficiente para decir que disminuye la pérdida funcional, disminuye la mortalidad y mejora la precisión diagnóstica con un menor coste.

Valoración geriátrica nutricional

El objetivo fundamental de la valoración nutricional es detectar el riesgo de desnutrición, evaluar y tratar, y después reevaluar. Para ello existe un documento de consenso multidisciplinar sobre valoración nutricional en el anciano (SENPE/SEGG).

Detección-cribado

En atención primaria este consenso nos dice que el cribado ha de realizarse en el ámbito de atención primaria en la apertura de la historia clínica y a los 6 meses, o antes en caso de sospecha clínica de desnutrición, pérdida de peso involuntaria, falta de apetito persistente, problemas de ingesta, deglución, problemas de pérdida de nutrientes (vómitos y diarreas) o presencia de enfermedad que pueda afectar al estado nutricional.

Esta parte de cribado tiene una sensibilidad del 98%, una especificidad 97% y un valor predictivo positivo del 99% y está validado en la comunidad, las residencias y los hospitales.

En el ámbito de centros geriátricos es básicamente igual que en atención primaria. Se realiza en la apertura de la historia clínica, a los 6 meses y ante sospecha de enfermedad aguda o haber comido poco o nada durante 5 días.

Evaluación-diagnóstico

La evaluación la debe realizar personal con formación y experiencia, y la metodología estará en función del paciente. Se hace la valoración nutricional, valoración de la ingesta dietética, valoración antropométrica, composición corporal y parámetros bioquímicos.

La práctica clínica habitual en atención primaria, instituciones u hospitales si no hay dietista es hacer una valoración dietética recordatorio de 24 horas. Para la valoración antropométrica se mide el IMC. Algo muy importante en la valoración es la pérdida de masa corporal y pérdida de peso con respecto al tiempo. También es muy importante controlar los marcadores albúmina o colesterol que disminuyen a partir de los 90 años.

Tanto en atención primaria como en los centros residenciales tenemos que hacer un cribado al ingreso y a los 6 meses ante sospecha clínica de riesgo de desnutrición, y una valoración nutricional que incluirá el IMC valorado en el tiempo, proteínas viscerales, colesterol y micronutrientes (vitamina B12, ácido fólico y vitamina D) y, si fuera posible una ingesta dietética.

En el hospital estamos obligados en 24-48 horas a realizar un cribado, que incluye IMC y cambios de peso en el tiempo, y esto favorece la intervención y los resultados de mortalidad, dependencia, coste y estancia. Una vez realizado el cribado hay que reevaluarlo al menos una vez a la semana.

Prevención de la dependencia

En los estudios de prevención de la dependencia, la nutrición era un elemento marcado, y donde especialmente marcaba sus diferencias era en los dependientes, sobre todo dependientes avanzados y en el final de la vida.

Se establece que en los pacientes con dependencia alta la valoración geriátrica nutricional incluiría los indicadores de pesado en todas las visitas con documentación de la pérdida de peso, monitorización de la ingesta dietética diaria durante la hospitalización por el alto riesgo de estos pacientes de desnutrición, evaluar la comorbilidad y las causas de la baja ingesta (principalmente la disfagia y las restricciones dietéticas).

Obesidad

La obesidad, al igual que la desnutrición, es uno de los principales factores de riesgo de pérdida funcional. La valoración debe ser la misma pero si se quiere implementar un tratamiento el paciente debe estar dispuesto a perder el peso y se necesitará la participación de un equipo de profesionales.

En el envejecimiento activo la nutrición es un eje para prevenir la dependencia tan importante como el entrenamiento cognitivo, el entrenamiento físico y el compromiso con la vida.

El anciano frágil. Detección y tratamiento

En la fragilidad se rompe la homeostasis para mantenerse independiente y se entra en dependencia. La fragilidad lleva consigo la disminución de la reserva fisiológica y ante cualquier “tropezón” (una infección, una caída, un fármaco, etc.) se cae en la dependencia.

El paciente frágil no es un paciente dependiente, es un paciente que se mueve, que sale solo a la calle, e incluso puede coger autobuses, pero que quizás tiene dependencia para subir y bajar escaleras, etc. Es un paciente en riesgo de romperse. Si logramos disminuir la fragilidad podremos disminuir la dependencia.

Se describe un círculo de la fragilidad: la sarcopenia lleva a la disminución de la tasa metabólica, pérdida de fuerza, disminución de la velocidad de la marcha, menos gasto total, anorexia, riesgo de desnutrición y sarcopenia de nuevo, que cierra el círculo.

Para romper este círculo vicioso primero hay que detectarlo -la valoración nutricional va a ser importante, sobre todo la ingesta dietética- y después hay que actuar sobre la actividad física.

La sarcopenia se puede medir con la pérdida de fuerza, con la velocidad de la marcha y como hay una alteración de la masa muscular se puede hacer una impedanciometría.

Esto es importante porque si mejoramos la ingesta proteica en este grupo disminuye la sarcopenia y por lo tanto la discapacidad, principalmente con un manejo dietético para mejorar su calidad de vida.

Con respecto a la demencia, las alteraciones del apetito constituyen un grave trastorno de conducta con una gran carga para la familia. Y hay que educarlos: ofrecer comidas simples, intentar evitar la distracción, etc.

Y al final de vida, si se decide poner nutrición enteral deberíamos abandonar la sonda nasográstica y en su lugar usar PEG (gastrostomía percutánea endoscópica). En un estudio que realizamos en nuestro servicio al preguntar al paciente si había mejorado su calidad de vida hasta el 71 % dice que sí, y un 73% según los cuidadores. Asimismo un 71 % contesta que si tuviera que volver a realizar la PEG la volvería a hacer y en el mismo porcentaje la recomendaría (la opinión de mejoría o no está en relación con la supervivencia).

En conclusión

La valoración nutricional geriátrica se debe de hacer al ingreso y ante sospecha de desnutrición tanto en atención primaria, como en residencia y en hospital.