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Los cambios en la dieta afectan a los biomarcadores asociados al Alzheimer

Anteriores investigaciones ya habían sugerido la existencia de vínculos entre la dieta y la capacidad cognitiva, según reseñan los autores de este último trabajo. Las situaciones sanitarias en las que la resistencia a la insulina (la incapacidad del organismo para utilizar la insulina de forma efectiva) es un factor -como la obesidad, la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares o los niveles altos de colesterol- han sido asociadas con un “envejecimiento cerebral patológico”.

Sin embargo, estudios realizados sobre alimentos específicos no habían encontrado evidencias concluyentes de la existencia de una influencia sobre el riesgo de Alzheimer. “Así -escriben los autores-, una aproximación más prometedora al estudio sobre los factores dietéticos en Alzheimer podría implicar el uso de intervenciones dietéticas completas con mayor validez ecológica y preservar el entorno nutricional en el que se produce el consumo de grasas y carbohidratos”.

El equipo de Jennifer L. Bayer-Carter, del Veterans Affairs Puget Sound Health Care System en Seattle, se propuso comparar una dieta rica en grasas saturadas e hidratos de carbono simples -un patrón de macronutrientes asociado con la diabetes tipo 2 y la resistencia a la insulina- con una dieta baja en grasas saturadas e hidratos de carbono simples. Las intervenciones se denominaron HIGH y LOW respectivamente.

Los autores de este trabajo evaluaron los efectos de estas dos dietas en 20 adultos mayores sanos y 29 adultos mayores que sufrían un deterioro cognitivo amnésico leve (aMCI), lo que significa que experimentaban algunos problemas de memoria. El aMCI avanzado se considera a menudo un precursor del Alzheimer.

En un ensayo controlado y randomizado que duró cuatro semanas un total de 24 participantes siguieron la dieta HIGH y otros 25 la dieta LOW. Los investigadores estudiaron el comportamiento de estos participantes con test de memoria así como sus niveles de insulina, colesterol, glucosa en sangre, lípidos en sangre y los biomarcadores -las sustancias biológicas indicativas del Alzheimer- en los componentes del fluido cerebroespinal (CSF).

Los resultados del estudio fueron diferentes para el grupo que tenía aMCI y para el grupo de participantes sanos. En este último grupo la dieta LOW redujo algunos de los biomarcadores CSF de Alzheimer así como sus niveles totales de colesterol. Sin embargo, entre los individuos como aMCI la dieta LOW incrementó los niveles de estos biomarcadores.

Algunos cambios en los biomarcadores como los niveles de insulina CSF fueron observados en ambos grupos. Adicionalmente la dieta LOW mejoró el comportamiento en los test de memoria visual retardada, tanto en los participantes sanos como en los que presentaban una memoria deteriorada, pero no afectó a las puntaciones en otros indicadores cognitivos.

Estos resultados indican que para los adultos sanos, la dieta HIGH movió los biomarcadores CSF en una dirección que puede caracterizar un estado pre-sintomático de Alzheimer. Los autores creen que los diferentes resultados obtenidos en los participantes con aMCI podrían demostrar que las intervenciones dietéticas no son tan efectivas en etapas tardías del deterioro cognitivo.

“Los efectos terapéuticos de una intervención dietética a largo plazo podrían ser una prometedora vía de exploración”, apuntan estos autores quienes añaden que, además, “identificar los cambios patofisiológicos que subyacen bajo los efectos de la dieta pueden revelar importantes dianas terapéuticas que pueden ser moduladas a través de intervenciones dietéticas o farmacológicas dirigidas”.

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Casi la mitad de los niños españoles tienen exceso de peso

El estudio recoge datos actualizados de la prevalencia de la obesidad infantil en España y ha sido realizado en casi 8.000 niños y niñas de toda España. El objetivo de este análisis era disponer de datos precisos, mediante una metodología avalada por la OMS y comparable entre países, sobre la magnitud del problema que supone el exceso de peso (sobrepeso u obesidad) en la población infantil.

Hasta la fecha los únicos datos que se tenían eran los de estudio enKid, realizado hace más de diez años con una metodología distinta y con una participación menor (423 niños y niñas). También existía información de la Encuesta Nacional de Salud del año 2006, pero los datos obtenidos eran poco precisos al ser autoreferidos (sin medición ni pesaje comprobatorio por terceros).

Aunque los resultados de ALADINO arrojan que el exceso de peso infantil es superior al 45%, si se utiliza la metodología aplicada en enKid el resultado sería de una prevalencia de exceso de peso del 31,4%, lo que supone tan sólo un punto por encima de la obtenida hace diez años con ese estudio (30,4%). Por lo tanto, se constata que el exceso de peso en la población infantil española está estabilizado en los últimos diez años, si bien ahora se dispone de una información mucho más ajustada a la realidad.

Más en los niños que en las niñas

El 45,2% del exceso de peso detectado se reparte de la siguiente manera: el 26,1% corresponde a sobrepeso y el 19,1% a obesidad. Por género, los niños tienen más exceso de peso que las niñas (26,3% de sobrepeso frente a 25,9 y 22% de obesidad frente a 16,2).

El estudio también revela que tanto el sobrepeso como la obesidad afectan más a los niños y niñas que se desarrollan en entornos más desfavorecidos desde el punto de vista educativo y económico. De este modo, los niveles de sobrepeso y obesidad infantil en las familias con menos recursos están alrededor del 48%, lo que supone casi ocho puntos más que el exceso de peso detectado en las familias con más recursos.

Ocio audiovisual y lugar de comidas

Otro aspecto analizado por el estudio es el impacto del ocio audiovisual (presencia de ordenador, dvd, consola en la habitación de los menores) con el exceso de peso. Los datos recogidos indican que el porcentaje de niños y niñas con un peso normal es mayor cuando no disponen de este tipo de ocio en su habitación.

De esta forma, el 56,2% de los menores que no dispone de este tipo de ocio estaría en un peso saludable frente al 43,2% que tendría sobrepeso u obesidad. En cambio, el porcentaje de niños y niñas con exceso de peso es del 50,2% cuando sí disponen de ordenador, consola, etc. en su habitación y sólo el 48,9% estarían en su peso normal.

El estudio también ha analizado la relación entre el exceso de peso y el lugar donde se realiza la comida, bien en casa bien en el colegio. En este sentido, el porcentaje de niños y niñas que tienen un peso saludable es mayor entre los que habitualmente comen en los comedores escolares.

Entre los que comen en casa, el 51,7% tiene un peso normal y el 47,6% tiene exceso de peso. Entre los que comen en el colegio, el 56,3% tiene un peso normal y el 43% tiene sobrepeso u obesidad.

Conclusiones preliminares

Ante estos resultados, las conclusiones preliminares del estudio indican que aunque el exceso de peso en la población infantil española se ha estabilizado es necesario realizar intervenciones educativas dirigidas principalmente a las clases sociales con menores niveles de renta y de estudios para reducir las desigualdades en salud.

Además, deberán potenciarse las medidas encaminadas a modificar el entorno alimentario de los niños y niñas para hacerlo más saludable y, asimismo, facilitar la práctica de actividad física.

En este sentido, el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad confía en que la nueva Ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición, recientemente aprobada, sea un instrumento de gran valor para favorecer hábitos de alimentación saludables, a tal efecto la Ley establece que la Estrategia NAOS (Estrategia de la nutrición, actividad física y prevención de la obesidad) será revisada con periodicidad quinquenal.

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Educación en Nutrición y Salud Pública en Europa

La nutrición en la salud pública se puede definir como la promoción y el mantenimiento de la nutrición para mantener un estado positivo de bienestar en la población en su conjunto a través de esfuerzos organizados e informados.

Nutrición en salud pública y nutrición clínica

Es importante pensar en los individuos como parte de la sociedad y también en las estructuras de la sociedad que tienen influencia en las decisiones y soluciones que nosotros como expertos vamos a dar. Estamos hablando de prevención primaria y de mantener un bienestar. Esto es diferente de la nutrición clínica. En este caso el enfoque está centrado en el individuo, un modelo centrado en intervenciones para el tratamiento.

Si pensamos en obesidad idealmente lo que tendríamos que hacer desde el punto de vista de la salud pública es no esperar a que un niño esté obeso sino prevenirlo. Pero la realidad es que tenemos que buscar una unión entre las actividades de la comunidad para lograr el bienestar y buscar un tratamiento cuando las cosas se complican, y entra lo que llamamos cuidado secundario y terciario. Debería de haber un equilibrio entre la nutrición pública y la clínica.

En Reino Unido tenemos un gasto de un uno por ciento de nuestro presupuesto nacional en nutrición pública, es decir, hay un desequilibrio en el esfuerzo: estamos gastando mucho en tratamientos y no tanto en prevención.

Hablamos de sanidad pública, de los principios subyacentes sobre modelos que hacen que logremos cierto bienestar como individuos, de cómo mantenemos estructuras tradicionales, cómo analizamos el entorno político y social, cómo estructuramos la sociedad para lograr este bienestar. Hay muchos modelos. Pero la realidad es que no hay mucho acuerdo sobre las prácticas comunes que se deben de realizar. Como profesionales debemos entender la complejidad y tenemos que sintetizar esta complejidad. Debemos fomentar los debates y los foros para que después cuando hablemos con los políticos o con el público en general seamos capaces de ser muy claros.

Si hablamos de un enfoque profesional tenemos que tener un entendimiento de los factores sociales (fuerzas externas) pero también nos fijamos en lo que hacen los individuos y las familias. Tenemos que entender cómo éstos toman decisiones que tienen que ver con sus comportamientos. Por ello debemos crear un ambiente que sea apropiado, por ejemplo en el tema de la actividad física: ¿cómo puedo hacer que se desarrolle en una zona con los recursos limitados? Pues analizando estas situaciones y sabiendo las elecciones de cada individuo.

En Southampton hemos hecho mucho trabajo en este sentido y se ha analizado cada estadio de la vida para poder estudiar el sector de mujeres embarazadas y se ha aislado del sector de los adolescentes. En India, por ejemplo, se ha intentado aumentar la salud de las mujeres jóvenes antes de que se quedaran embarazadas.

Objetivos en formación

¿Qué estamos intentando conseguir? ¿Cuál es el propósito de estos programas de formación? Algunos nos dirán que tienen que ver con investigación, con puntos de vista académicos, con personas que están estudiando y quizás lo podemos definir como personal que se dedica a intentar entender ciertos problemas. Necesitamos por supuesto la labor del investigador, pero también tenemos que contar con la participación de los médicos para que ayuden a implementar los programas. Y también tenemos que involucrar a las personas de la administración, a los funcionarios para que evalúen y prioricen las soluciones.

Necesitamos personas competentes en muchas áreas para muchas actividades. Tenemos que pensar en una formación especializada para los diferentes niveles del sistema. Tiene que haber personas que gestionen los servicios a nivel local, pero para la mayoría de las cosas las intervenciones nutricionales no se hacen por nutricionistas sino por otros especialistas. Así que tenemos que ver cuál es el papel de todos los especialistas y esto es parte de nuestra formación para desarrollar una fuerza de trabajo, un personal, que es el que se va a ocupar de todos los temas. También los que están en atención al público.

La formación tiene una parte académica, pero la formación de los formadores también se debe desarrollar. Y nos podemos preguntar en cada universidad cómo podemos desarrollar estos programas de formación. Podemos pensar en instituciones que tiene máster en Nutrición. ¿Y los trabajos de los estudiantes están relacionados con la formación? Y esa formación, ¿permite que consigan un determinado trabajo? ¿Qué esperamos de nuestros estudiantes? Tenemos que asegurarnos que tienen una profesión que tiene sentido. Hay un desarrollo continuo para desarrollar ciertas competencias. Y así creamos una fuerza de trabajo, un personal nuevo, especialistas en nutrición pública que sean competentes. Hay una parte fundamental que es el hecho de trabajar con un personal general, es decir, diferentes niveles de profesionales que desarrollen diferentes trabajos.

Si hablamos de la construcción de capacidades, crear competencias es permitir una estructura por medio de organizaciones, de asociaciones y de gestores de proyectos que construyan poco a poco y en los diferentes temas y creen recursos para desarrollar un sistema de salud pública sostenible.

Necesitamos que esta fuerza tenga la perspectiva adecuada y que hagan frente a los temas clave. No se trata sólo de educación y conocimiento sino de enfrentarse a los temas sociales y económicos principales. Tenemos que hacernos las preguntas correctas para identificar las limitaciones principales en el entorno en el que trabajamos. Si preguntamos a personas que no están sanas que tendrían qué hacer, saben lo que tendrían que hacer y la pregunta es ¿por qué no lo hacen? Puede haber temas psicológicos relacionados con el individuo, pero también puede haber asuntos culturales o económicos de más amplio espectro que les afecte. Hay grandes dificultades entre ricos y pobres. ¿Nuestra estructura sanitaria está haciendo lo mejor? A veces no y la brecha entre ambos aumenta cada vez más.

Proyecto para promover el personal en Nutrición y Salud Pública

Hay un proyecto que se expande por toda la Unión Europa sobre la promoción del personal dedicado a la Nutrición y Salud Pública en Europa. Lo primero que se ha hecho es tratar de desarrollar un marco, revisar cuáles son las necesidades actuales y futuras, estar de acuerdo en las funciones centrales, identificar los fallos que había, reforzar las capacidades en la gestión de la intervención y desarrollar un esquema para la titulación profesional.

En Europa se está desarrollando un cierto consenso y hay tres áreas en las que hay que fijarse: la investigación y análisis, la construcción de capacidad y la gestión de la intervención.

También concluimos que habría que articular esta descripción del puesto de trabajo para que el empleador sepa lo que puede esperar del trabajador. Uno de los problemas ha sido que los empleadores no estaban seguros de qué es lo que sería un nutricionista para el sistema de Salud Pública. Hay que tener la persona adecuada con las capacidades adecuadas y que pueda responder a las necesidades de la comunidad en nutrición y salud.

Desarrollamos lo que llamamos “mostrar cómo” para asegurarnos que se hacía una demostración de cómo las capacidades hay que llevarlas a cabo y esto es diferente de simplemente tener el conocimiento con respecto algo, se debe ser capaz de aplicar ese conocimiento.

Hay una serie de conocimientos que debería haber en los cursos de nutrición y sin embargo está claro que sólo la mitad aproximadamente de los temas que salen (ver diapositiva) se cubren por la formación que hay actualmente. Hay temas muy centrales que no se cubren prácticamente nunca en los cursos, por ejemplo ser capaz de trabajar con comunidades y hacer que esas comunidades sean capaces de tomar decisiones.

Así pues recomendamos en un informe que debería darse más énfasis a las competencias que hacen falta para el desarrollo de un personal competente con respecto a nutrición y salud. Hay que desarrollar capacidades profesionales no sólo relacionadas con nutrición sino también gestión, liderazgo y construcción de equipo. Hay que continuar reforzando la capacidad de las instituciones académicas para proporcionar esta formación.

Para las universidades las recomendaciones es que haya una mayor coordinación y que se comparta en red el conocimiento para difundir la innovación. Hace falta establecer unos estándares de competencia para el personal de nutrición y salud. Y hay que apoyar a las instituciones europeas para que cubran todos los temas que hay que tratar y que hay que enseñar de la manera adecuada.

Conclusiones

-La nutrición en el sistema de salud pública tiene un papel muy claro.

-Tenemos que comprender cuáles son las causas de los problemas que encontramos.

-Las universidades necesitan poder proporcionar la formación adecuada para preparar a los futuros empleados.

-Las demandas, el contexto y el papel de las diferentes personas que componen la fuerza laboral deben tenerse en consideración para alcanzar una mayor eficacia. El conocimiento adecuado tiene que llegar a las personas adecuadas para que los nutricionistas puedan proporcionar los consejos adecuados que realmente sean de ayuda.

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España se sitúa a la cabeza de Europa en obesidad infantil

Las razones principales de este incremento, según el doctor Jaime Dalmau, coordinador del Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría (AEP), se encuentran en el “cada vez más elevado nivel de sedentarismo, la alta ingesta de calorías procedentes de grasas y proteínas y el bajo consumo de frutas y verduras”. Pero más allá de los factores ambientales, se está investigando si la predisposición genética puede influir en el desarrollo de la obesidad, “puesto que los países del norte de Europa presentan una rutina de ejercicio y dieta semejante a la española, así como unos programas preventivos similares, pero sus porcentajes de niños obesos son ligeramente inferiores”, apunta en el marco del 60 Congreso Nacional de la Asociación Española de Pediatría que se celebra en Valladolid.

A juicio del doctor Dalmau, la obesidad constituye una enfermedad crónica, que una vez instaurada, resulta difícil de controlar sin la adopción de medidas concretas. Por ello, desde el Comité de Nutrición de la AEP se insiste en la detección precoz y en la importancia del seguimiento del niño-adolescente. No obstante, esta tarea no siempre es factible. Según el Dr. Dalmau, el principal escollo está “en el limitado tiempo de consulta por paciente. El control adecuado del niño con sobrepeso u obesidad requiere aumentar el número de visitas, algo que ni es viable actualmente ni está contemplado en los programas de salud más allá de los dos años. La mayoría de las comunidades autónomas disminuye el número de visitas a partir de los tres años para el control del niño sano, por lo que es más difícil detectar precozmente el sobrepeso”.

Por este motivo, el entorno escolar y familiar debe asumir un papel prioritario aunque, según los pediatras, son precisamente estos dos núcleos los que más han influido en las actuales conductas alimentarias de los menores. “La mayor parte de los problemas de sobrepeso en los niños procede de unos malos hábitos alimentarios que inculcan los padres”, asegura el doctor Antonio Jurado, presidente del Comité Organizador del Congreso. Y es que a veces el estrés y las prisas llevan a los padres a recurrir a la comida rápida y a la bollería industrial como parte de la dieta diaria de sus hijos, lo que poco a poco tiende a convertirse en una rutina alimenticia de la que es complicado salir. Para el doctor Jurado, “los padres deben ser los primeros en instaurar unos hábitos saludables, cambiando el tradicional bocadillo, en ocasiones hiperproteico e hipercalórico, por una pieza de fruta o un producto lácteo”.

En ocasiones, tan sólo con un pequeño cambio se pueden lograr resultados óptimos. “Eliminar el picoteo no nutricional (bollería, chucherías, frutos secos, etcétera) y aumentar el ejercicio físico son los primeros pasos para prevenir la obesidad”, subraya el doctor Dalmau.

La moda de las dietas

En el otro extremo de las conductas nutricionales actuales se encuentra la adherencia a dietas no controladas, una moda muy extendida sobre todo entre las niñas. “Los estudios indican que cada vez hay un mayor porcentaje de adolescentes que no están de acuerdo con su peso y que recurren a dietas que encuentran en las revistas o que les recomienda alguna amiga. Dietas sin rigor científico que provocan un desequilibrio dietético: se saltan comidas para después saciar el hambre abusando de alimentos calóricos como la comida rápida y la bollería industrial”, destaca el coordinador del Comité de Nutrición.

Por ello, los pediatras advierten de los riesgos de las dieta a niños que aún deben seguir creciendo. “La principal diferencia entre el tratamiento de la obesidad en un adulto y un niño es que este último se encuentra en pleno crecimiento y no debe limitar la ingesta de alimentos, sino aumentar el gasto calórico”, señala el Dr. Dalmau.

Las bondades del ejercicio

Una buena dieta debe ir acompañada por el ejercicio físico, fundamental en todas las etapas de la vida pero clave en la etapa del crecimiento del niño. El profesor Julio Ardura, presidente del Congreso, considera que existen muchos mitos relativos al ejercicio físico: “No hace falta ir al gimnasio, sino que con pequeños gestos como ir andando al colegio o subir las escaleras se está ejercitando el cuerpo”. El Congreso ha reservado un espacio para un evento deportivo que tendrá lugar el sábado por la mañana (10:00 a 12:00). Dirigido a niños, se organizarán competiciones de balonmano y baloncesto.

Los siete pecados de la nutrición

1. Abusar del picoteo no nutricional como frutos secos, chucherías, etc.

2. Déficit de ingesta diaria de verduras y hortalizas.

3. Consumo insuficiente de fruta.

4. Abuso del consumo de alimentos de alta densidad calórica por grasas.

5. Ingesta de hidratos de carbono de absorción rápida como la bollería industrial.

6. Elevado consumo de alimentos hiperproteicos.

7. Falta de ejercicio físico diario.

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Lo que hemos comido hoy nos enferma

Todo lo que nosotros somos es consecuencia de millones de años de evolución. Hoy día hay una nueva forma de entender la medicina, la darwiniana, que dice que gran parte de los problemas de salud que padecemos surgen de una incompatibilidad entre el diseño evolutivo de nuestro organismo y el uso que le damos en la sociedad opulenta y civilizada en que vivimos.

Nos desgajamos del tronco de los primates hace unos 10 millones de años. Durante millones de años fuimos primates viviendo en selvas húmedas, alimentándonos fundamentalmente de vegetales como los primates hoy día, con un gran colon fermentativo.

Fruto de ese periodo en el Mioceno se produjeron tres cosas de interés: surgió la incapacidad de sintetizar el ácido ascórbico, todos los animales lo hacen porque tienen la enzima L -gluconato oxidasa; también perdimos el enzima uricasa que degrada el ácido úrico a alantoina (los primates no lo hacemos sino que mantenemos en condiciones normales niveles dobles de acido úrico que cualquier otro animal); y además adquirimos una enorme facilidad para transformar en el hígado la fructosa en grasa, que se trasporta y almacena en el tejido adiposo. Cada vez que metabolizamos una molécula de fructosa en nuestro hígado se consumen al menos tres ATPs y gran parte de ese ATP se degrada a acido úrico.

Hace unos 4 millones de años en el área donde se piensa que ocurrió toda la evolución de nuestra especie, en África, ocurrieron sequías, no había frutas frescas y había que bajar a tierra a rebuscar raíces y buscar bayas. Entonces tres adaptaciones permitieron la supervivencia de nuestros ancestros en este medio hostil: la bipedestación, liberar las manos, que ocurrió hace unos cuatro millones de años; la pérdida de los colmillos que impiden la molienda para triturar alimentos más duros; y la tercera es la enorme capacidad de acumular grasa.

A lo largo de millones de años de hambre se fueron generando una serie de mutaciones de un solo nucleótido, lo que el genetista Neel definió en el 1962 como el genotipo ahorrador, que hace que los seres humanos seamos los animales casi más grasos que existen (sobre todo la hembra de la especie).

Carnívoros a la fuerza

Hace dos millones y medio de años la cosa se puso aun más dura en esa zona de África y el paisaje pasó a ser como el actual y comer vegetales era problemático. Nuestros antecesores tuvieron que comer alimentos de origen animal porque no había vegetales.

También comían mucho pescado. Existe la teoría del “mono acuático” y está documentado que esta gente vivía en los grandes lagos donde había crustáceos, moluscos y peces.

El carnivorismo exigió unas adaptaciones. El intestino de un carnívoro se caracteriza por un gran intestino delgado, que es donde se digieren las grasas y las proteínas. Y el intestino de un herbívoro es enorme con un estómago transformado o un gran intestino grueso. El intestino no fosiliza, pero los huesos nos dan detalles. En todos los carnívoros -como el intestino que albergan es pequeño- la parilla costal tiene una cintura. En cambio una vaca tiene una parrilla costal enorme y acampanada, no tiene cintura porque tiene que albergar un intestino gigantesco.

También hay una serie de adaptaciones metabólicas respecto a la taurina, la vitamina A, la actividad de las desaturasas, la vitamina B12 o la sensibilidad a la insulina.

Aparecen los Homo sapiens sapiens

Hace unos 250.000 años aparecieron los Homo sapiens sapiens, es decir, nosotros. También ocurrió en África, en alguna zona de Etiopía había un grupo de unas 300 personas. Éstos eran muy primitivos. La utilización del fuego era muy precaria y aunque supieran mantener el fuego, no tenían recipientes, no fabricaban cerámica, por lo tanto cocer los alimentos era complicado. Así pues, vegetales como cereales y legumbres no los podían consumir. La patata no existía. Por lo tanto, seguía la dependencia enorme de los alimentos de origen animal.

El isótopo nitrógeno 15 es un fiel indicador, cuando se mide en los huesos fósiles, de si comían carne o no. Y eso se ha aplicado en Neandertales, donde está elevado, y en los Homo sapiens sapiens hay también un elevado contenido de nitrógeno 15.

Hace 15.000 años terminó la última glaciación y comenzó el buen tiempo. Y se empezaron a asentar comunidades en Oriente Medio. Pasaron de la recolección y la caza a la agricultura y la ganadería, y empezaron a fabricar vasijas en las que ya podían cocer alimentos. Y todo cambió, los genes de la Edad de Piedra que estaban acostumbrados a una alimentación se vieron enfrentados a alimentos desconocidos.

Se sabe que hace 10.000 años empezamos a tener ganadería, a domesticar animales. Comemos animales domésticos sólo hace 333 generaciones. Los animales domésticos son distintos de los salvajes, éstos no tienen casi grasa -la justa para sobrevivir-. Pero en cuanto empezamos a domesticar promovimos variedades que tenían mucha grasa. Por esta época empezó la domesticación de los cereales. También cercano es el etanol, que surgió como una forma de beber líquido sin padecer diarrea a partir del grano fermentado. También el consumo de sal. Y muy cercano a nosotros está el consumo de dulces -que casi no existen en la naturaleza, sólo la miel y algún fruto muy maduro- .

Y hace un par de siglos o tres llegó la revolución industrial y el desarrollo de la artesanía; la planificación científica de agricultura y ganadería que permitió tener alimentos abundantes; los nuevos alimentos energéticos y apetitosos; el sedentarismo; la generación de tóxicos y moléculas “raras” no naturales; empezaron los cereales refinados, los lácteos, los aceites, la sal, los dulces, el alcohol, las carnes grasas y algunos alimentos desconocidos anteriormente como la patata.

La confrontación del siglo XXI

Y así llegamos al siglo XXI donde hay una confrontación entre nuestros genes y nuestra forma de alimentarnos paleolítica con nuestra forma de alimentarnos en la Era Espacial. Nuestros genes paleolíticos, el diseño con que la naturaleza nos ha otorgado a lo largo de millones de años de evolución, se enfrentan a seis problemas graves, los que nos enferman:

-El sedentarismo: el ejercicio físico no se puede separar de la nutrición, no existe ningún animal que no tenga que pagar un precio de gasto energético muscular para conseguir la energía de los alimentos. Somos los únicos que nos atiborramos de calorías sin mover un músculo.

-Tóxicos y contaminantes: autorizados y no autorizados. Existe una gran desconfianza frente a muchos alimentos porque tienen muchos “E”.

-Las grasas saturadas: los animales tienen una gran cantidad de grasa, que antes -en condiciones salvajes- no tenían.

-Exceso de calorías: nuestros antepasados comían lo justo para sobrevivir y esto está demostrado en tribus que viven en condiciones paleolíticas.

-Exceso de dulces: de manera abusiva.

-Embudo alimentario: es el principal defecto de la nutrición en las sociedades opulentas. El embudo alimentario es que cada vez nos alimentamos de menos cosas (sólo unos 10 tipos de verduras, 3 tipos de carnes…). Aquellas tribus que se alimentan de muchos tipos de productos diferentes garantizan el equilibrio alimentario con poco consumo de alimentos. En cambio nosotros necesitamos comer grandes cantidades de pocos alimentos para poder tener todas las vitaminas y minerales que necesitamos.

Conclusión

Debemos procurar que exista un diálogo fluido y compatible entre nuestros genes de la Edad de Piedra y la gastronomía de la Era Espacial.

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Una dieta personalizada y equilibrada puede reducir la ingesta de medicamentos en las residencias

Uno de cada cinco vascos es mayor de 65 años. Un dato que ha supuesto un importante cambio en las políticas sociales territoriales otorgando una mayor preocupación entre las instituciones y organismos sanitarios para una mejora de la calidad de vida de estas personas. El objetivo es lograr un envejecimiento activo que afecte no sólo al 80 por ciento de los vascos mayores que viven de forma autónoma, sino también a los ancianos que se encuentran en una residencia. Un grupo, este último en el que cobra vital importancia la alimentación, al verse en muchos casos limitados para la práctica habitual de actividad física.

La comida es parte de la terapia. “Debemos ser conscientes de que la dieta que se establece a los residentes no sólo debe cumplir un aspecto nutricional, sino que además debe convertirse en un apoyo del tratamiento que estas personas están siguiendo”, explica Isabel Gallardo, enfermera de la Residencia Barrika Barri del Grupo Euskoges-Olimpia.

No hay que subestimar la importancia de la alimentación. “Una dieta equilibrada y adaptada puede evitar que se incrementen las dosis de determinados medicamentos en enfermos de diabetes o hipertensión por ejemplo, consiguiendo incluso reducirlos en determinados casos”.

Más que una dieta personalizada

Según datos del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO), el 92 por ciento de las persona mayores de 65 años sufre problemas en los huesos o articulaciones, el 34 por ciento hipertensión, un 33 por ciento problemas de corazón y un 24 por ciento diabetes. “En una residencia las personas con problemas de salud obtienen una dieta ajustada a sus necesidades. Es fundamental personalizarlas para cada residente, un control que en muchas ocasiones no se puede realizar cuando viven solos -un 80 por ciento de los ancianos en España-“.

Una persona de este rango de edad debe ingerir alrededor de 2.300 kilocalorías al día. En el caso de los diabéticos, no sólo hay que vigilar el tipo de alimento, sino también su valor energético. “En estos casos la ingesta de calorías se reduce hasta 1.500 y se realiza una “recena” a media noche, es decir un aporte energético extra para que no pase demasiadas horas sin ingerir alimentos, ya que esto podría provocar una caída en los niveles de glucosa en sangre”, afirma la enfermera.

Una dieta personalizada, equilibrada, pero flexible. “Es necesario que a los mayores se les involucre de cierta forma en la toma de decisiones que están relacionadas con su salud y por ende a su alimentación”. Para ello, en las residencias del Grupo Euskoges-Olimpia se determinó la elaboración de un menú en el que siempre hubiese dos opciones tanto para el plato principal, como para el segundo y el postre, siempre teniendo en cuenta la estación del año y la disponibilidad de productos en el mercado, así como con el apoyo de especialistas en nutrición. “Les impulsamos a que sigan una dieta acorde con sus gustos, pero también con sus necesidades. Por ello, si un día uno de nuestros residentes quiere pasta, pero el día anterior comió arroz, le convencemos para que no opte por más hidratos de carbono”. Ello contribuirá a una mayor satisfacción, y por lo tanto, mejor estado nutricional y calidad de vida.

Una lección que se debe trasladar también a los familiares, que en las visitas a los residentes en ocasiones les llevan alimentos no recomendables. “No será la primera vez que encontramos un salero en la habitación de un hipertenso o dulces en la de un diabético”. Para evitar este tipo de situaciones es aconsejable hablar con los responsables del centro para saber qué tipo de alimentos pueden llevarles.

Problemas con solución

Los sentidos del gusto y el olfato interactúan estrechamente para ayudar a la degustación de los alimentos, percepción que se pierde con el paso de los años. “Por ello es muy importante que a las personas mayores se les ofrezcan menús con comida casera, muy olorosa y con muy buen aspecto con el fin de incentivarles el apetito, porque además en algunos casos sufren anorexia debido a una depresión, una EPOC o como efecto de la medicación”.

Lo mismo sucede con la ingesta de agua, tan necesaria en las personas mayores de 65 años. “En la residencia tenemos establecidos horarios para introducir aportes líquidos a la dieta de nuestros residentes para evitar deshidrataciones, sobre todo en verano. Debido a las reticencias que suelen mostrar para ingerir agua, es aconsejable sustituirlas por zumos, café o té para motivarles”.

Una dieta en la que también son importantes los suplementos proteicos, siempre que estén recetados por el médico, sobre todo para aquellas personas que utilizan sondas para alimentarse o sufren una disfagia que les impide comer con facilidad alimentos como la carne. Además, una dieta hiperproteica es primordial para ayudar a regenerar úlceras por presión que pueden surgir en personas que requieren estar encamadas.

Beneficios, los de una dieta hipercalórica, que se dan también en situaciones en que los residentes tienen un gasto energético aumentado, como en el caso de sufrir una infección o en enfermos crónicos de cáncer. Este tipo de alimentos se completan con una dieta rica en fibra que puede ayudar a disminuir o incluso evitar la ingesta de laxantes de los que tantas veces se abusa.

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La hidratación y la glucosa influyen en el rendimiento mental de los estudiantes

Estos días miles de estudiantes se someten a las pruebas de la selectividad. Es un momento de gran esfuerzo intelectual que exige estar en un estado óptimo, tanto físico como mental. Sin embargo el estrés, la ansiedad y las pocas horas de sueño hacen que la mayoría de los estudiantes descuiden su alimentación y, principalmente, su hidratación.

Lo que la mayoría de los alumnos desconoce es que la hidratación influye en el rendimiento mental. Esto supone que si no beben lo necesario disminuye su capacidad de memoria a corto plazo, las habilidades aritméticas, la concentración, la capacidad visual, etc.

Además, la deshidratación provoca cansancio, dolor de cabeza, dificultad de concentración y malestar general, síntomas que también perjudican las funciones mentales. “En los estudios de investigación que se han realizado se ve que si la hidratación es insuficiente, al igual que ocurre en cualquier otra célula del organismo, también afecta al funcionamiento del cerebro y empeora el rendimiento intelectual en funciones de atención, repetición, matemáticas, etc.” explica la doctora Carmen Gómez Candela, Jefa de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética del Hospital La Paz, de Madrid.

Los expertos recomiendan a los estudiantes ingerir entre 2 y 2,5 litros diarios a través de las diferentes bebidas. En época de gran esfuerzo intelectual, como es el caso de los exámenes, además de mantener una buena hidratación que permita desarrollar las habilidades mentales es necesario mantener un nivel óptimo de glucosa, la energía del cerebro.

Las bebidas que contienen azúcares cumplen un importante papel a la hora de aportar glucosa a la mente, ya que mantienen los niveles de atención y mejoran diversos aspectos como la capacidad de reacción, la memoria o el rendimiento intelectual. “No es conveniente que al cerebro le falte glucosa porque es imprescindible para el normal funcionamiento neuronal”, indica la doctora Carmen Gómez Candela.

También los alimentos contribuyen a aportar carbohidratos al organismo, como el pan, los cereales, azúcar o la fruta, por lo que es importante incluirlos en la dieta, especialmente en temporadas de gran esfuerzo mental.

Para maximizar el rendimiento los expertos aconsejan seguir ciertas pautas saludables a la hora de estudiar. Es importante descansar cada cierto tiempo para despejarse y tomar un café o un refresco. “Hay que hacer descansos cada dos horas porque está demostrado que después de ese tiempo el rendimiento intelectual disminuye. Es recomendable también aprovechar esos paréntesis para levantarse, estirar las piernas y beber algo que hidrate y dé energía”, aconseja la Jefa de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética del Hospital La Paz. También es importante dormir un mínimo de ocho horas diarias y mantener una alimentación equilibrada que aporte todos los nutrientes que el organismo y el cerebro necesitan para funcionar perfectamente.

Consejos para los estudiantes:

1. Ingerir entre 2 y 2,5 litros diarios entre las diferentes bebidas: agua, zumos, refrescos, infusiones, etc.

2. Mantener una dieta equilibrada, variada y moderada que aporte todos los nutrientes que el cuerpo necesita.

3. Durante las jornadas de estudio, hacer descansos cada dos horas para despejarse.

4. Aprovechar las pausas para estirar las piernas y tomar una bebida con azúcares como un café o un refresco que hidratan y aportan glucosa al cerebro.

5. Los alimentos como el pan, los cereales y la fruta también aportan carbohidratos y, por lo tanto, energía.

6. Dormir cada día un mínimo de ocho horas.

7. Llevar a las pruebas una botella de alguna bebida con azúcar que permita mantener un óptimo nivel de hidratación y glucosa durante la realización de los ejercicios.

8. En los momentos de estudio, buscar un lugar con buena luz y ventilación que no obliguen a forzar la vista.

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¿Es recomendable fortificar la alimentación con vitamina B 12 como se hace con el ácido fólico?

Actualmente, la fortificación de un gran número de productos alimenticios es moneda de uso corriente. Es una práctica que ha recibido la aceptación de los consumidores y ha tenido en el ácido fólico a uno de sus principales protagonistas. Pero, ¿cabría hacer estos enriquecimientos con otro tipo de sustancias?, ¿sería recomendable la fortificación, por ejemplo, con vitamina B12?

Jacob Selhum, es científico, profesor y director del Vitamin Metabolism and Antiaging Laboratory del Jean Mayer USDA HNRC and Tufts University (Boston).

Más información

Universidad CEU San Pablo

La Universidad CEU San Pablo, es una de las tres universidades de iniciativa social y gestión privada de la Fundación Universitaria San Pablo CEU, promovida por la Asociación Católica de Propagandistas. El pasado curso académico estudiaron en ellas más de 8.600 alumnos e impartieron docencia más de 970 profesores. La tasa conjunta de inserción laboral de la Universidad CEU San Pablo es del 98,4 por ciento.

www.uspceu.com

Instituto Tomás Pascual Sanz para la Nutrición y la Salud

Dependiente de la Fundación Tomás Pascual y Pilar Gómez-Cuétara, el Instituto Tomás Pascual Sanz es una entidad sin ánimo de lucro que tiene el mandato de generar y difundir actividades de divulgación, estudio y análisis en los campos de la alimentación, la nutrición, la salud y los hábitos correctos de vida.

El Instituto transmite a la sociedad los valores de una vida saludable, difunde los adelantos tecnológicos relacionados con las ciencias de la salud y promueve el intercambio de información, generando nuevas posibilidades entre los colectivos relevantes y comprometiéndose al máximo con la sociedad científica moderna. El Instituto Tomás Pascual Sanz edita el contenido de estudios y ponencias en una numerosa biblioteca que responde a la creciente demanda sobre temas tan importantes como la nutrición, la seguridad alimentaria o la actividad física.

www.institutotomaspascual.es

Acceda a la Biblioteca del Instituto

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Genética, sedentarismo e irregularidad en las comidas son los principales motivos del alto índice de obesidad infantil en España

Un 23 por ciento de los menores en España tiene problemas de sobrepeso y tres factores contribuyen decisivamente a ello: la predisposición genética, el alto nivel de sedentarismo de los niños y el incumplimiento con los horarios de las comidas.

Estas son algunas de las conclusiones más importantes extraídas del Estudio OBICE (Obesidad Infantil en Redes Centinela), realizado con datos obtenidos de 106 consultas de pediatría de las Comunidades Autónomas de Valencia, Castilla-León, Asturias, Extremadura y La Rioja, y con niños situados entre los dos y los 14 años de edad.

“Los principales resultados del Estudio OBICE mostraron la importancia del entorno familiar en numerosas partes de España como un factor de riesgo para la obesidad”, explicaron los autores. Con “entorno familiar” se referían tanto a los antecedentes genéticos de los niños como a las malas costumbres adquiridas en casa.

Sedentarismo y malas costumbres

Asimismo, los autores del trabajo quisieron reflejar el “alto nivel de sedentarismo” que tienen los niños españoles. En este sentido, y según un reciente estudio de la Asociación Española de Pediatría, los adolescentes españoles están a la cabeza europea en sedentarismo, ya que uno de cada cuatro chicos no realiza ninguna actividad física, y apenas el 10 por ciento cumple las recomendaciones de practicar al menos una hora de ejercicio al día.

“A esto, hay que añadirle la costumbre que tienen muchos de ellos de ver la televisión consumiendo “snacks” y otros alimentos poco recomendables para una dieta sana. Este picoteo, según el Dr. Quiles, Jefe de la Unidad de Educación para la Salud del Servicio de Promoción de Salud de la Dirección General de Salud Pública de la Conselleria de Sanitat Valenciana, puede llegar a suponer entre un 20-25 por ciento de la energía diaria”.

“Contrariamente a lo que muchas personas creen, parece existir una asociación entre el número de horas de sueño a los 7 años y la obesidad, aquellos que duermen más de 10 horas son menos obesos en comparación a los que suelen dormir menos horas”, añadió este experto.

Hábitos alimenticios

Igualmente, el Estudio OBICE refleja los malos hábitos de los adolescentes referentes a los horarios de las comidas. Así, los autores reflejan la importancia que tiene el desayuno y la realización de cinco comidas al día, algo infrecuente entre los niños españoles. “Para luchar contra la obesidad infantil es preciso promover el desayuno como una de las principales comidas del día”, refleja.

Los hábitos alimenticios, que influyen en las preferencias de alimentos, el consumo de energía y la ingesta de nutrientes, se desarrollan normalmente durante la infancia, y en particular durante la adolescencia. Según el Dr. Quiles, “el entorno familiar y escolar tiene una gran importancia a la hora de determinar la actitud del niño hacia determinados alimentos y el consumo de los mismos”.

En este sentido, un estudio de este año, publicado en el International Journal of Obesity, expuso que el consumo de grasas saturadas “trans” (presente en bollería, principalmente) está relacionado con el aumento de peso “a corto plazo”.

“La dieta debe contener un gran variedad de alimentos para conseguir satisfacer los requerimientos nutricionales. Es importante distribuir la cantidad total de energía necesaria entre cuatro o cinco comidas. El desayuno es una comida importante que debe reforzarse en nuestra cultura hasta que sea capaz de aportar el 25 por ciento de la energía total necesaria, debiendo contener lácteos, cereales y fruta. Los adolescentes suelen saltarse comidas y desarrollar hábitos alimenticios irregulares. Una de las comidas que se saltan más frecuentemente es el desayuno. El desayuno tiene una importancia vital para proporcionar la energía y los nutrientes necesarios después del ayuno nocturno, y que contribuye a una mayor concentración y rendimiento en el colegio”, explica el Dr. Joan Quiles.

“Además -añade- si deseamos enriquecer en la merienda la dieta de los niños, las frutas nos aportarán una buena cantidad de vitaminas y agua sin incrementar excesivamente la carga energética”.

El jamón ibérico de bellota, uno de los mejores aliados cardiosaludables de la dieta mediterránea

El jamón forma parte de la tradición gastronómica peninsular y constituye un alimento fundamental dentro de la dieta mediterránea. La grasa del cerdo aparece en las tablas de composición de alimentos con una elevada cantidad de ácidos grasos saturados, lo que la hace en un principio desaconsejada. Sin embargo, en algunas regiones del suroeste de España -fundamentalmente en Extremadura- se desarrolla un tipo de cerdo, el ibérico de bellota, con unas características genéticas y de explotación que lo hacen diferente a otros ejemplares de su mismo género.

En la actualidad, diversos estudios han concluido que su consumo es beneficioso para disminuir los niveles de colesterol gracias a la gran cantidad de ácidos grasos monoinsaturados que contiene. Entre ellos se encuentra el ácido oleico -componente habitual en aceites vegetales como el de oliva o el del aguacate- y que ejerce una acción beneficiosa en los vasos sanguíneos reduciendo el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. De ahí que el catedrático español Grande Covián utilizara un símil que ha pasado a la posteridad: “el cerdo ibérico es como un olivo con patas”.

Entre otras propiedades, el jamón ibérico de bellota contiene también gran cantidad de hierro, calcio y vitamina D, fundamental para el crecimiento y el fortalecimiento de los huesos. Además, los cerdos que están criados en libertad en las dehesas extremeñas proporcionan una gran cantidad de antioxidantes naturales gracias a su alimentación en bellotas, hierba y pastos naturales.

El doctor Avelino Ortiz, Jefe de Servicio de Medicina Interna del Hospital Perpetuo Socorro (Hospital Universitario de Badajoz) -y uno de los autores del Estudio Influencia del consumo de jamón de cerdo ibérico criado en montanera sobre el perfil lipídico aterogénico– asegura que entre los alimentos más cardiosaludables “se encuentran aquellos ricos en estos ácidos grasos insaturados y con altos niveles de antioxidantes, entre los que podemos incluir el aceite de oliva, pescados azules, nueces, aceite de semillas, vino tinto en pequeñas cantidades por su nivel de antioxidantes, frutas, verduras, hortalizas y, sin duda, el jamón ibérico de bellota”.

La dieta mediterránea se atribuye a regiones donde se ha observado que las expectativas de vida para los adultos están entre las más altas del mundo y por el contrario, las incidencias de enfermedad cardiovascular, ciertos cánceres y otras enfermedades crónicas, están entre las más bajas. Y es que la dieta diaria está directamente relacionada con enfermedades coronarias como la hipercolesterolemia y la ateroesclerosis.

Por lo tanto, se puede alterar la dieta para que sea lo más saludable posible: disminuyendo la ingesta de grasas saturadas a favor de las monoinsaturadas y manteniendo un porcentaje adecuado de las poliinsaturadas.

Los ácidos grasos y las enfermedades coronarias

La ateroesclerosis es la enfermedad de las arterias más frecuente en la población, siendo la causa de muerte más importante en los países industrializados. Hasta hace relativamente poco, se atribuía exclusivamente a un proceso natural provocado por el envejecimiento. Sin embargo, entre los factores que contribuyen a esta dolencia se encuentra la hipercolesterolemia.

Según se explica en el estudio sobre la influencia del consumo de jamón de cerdo ibérico criado en montanera, se ha detectado que las personas que viven en países mediterráneos tienen menor incidencia de algunas enfermedades crónicas y mayores expectativas de vida, por lo que se comenzó a investigar cómo influye la dieta en las enfermedades coronarias.

Según los datos de este estudio, la mortalidad por coronariopatía se relaciona directamente con el colesterol sérico, demostrando una fuerte correlación entre el consumo de grasa saturada en la dieta y los niveles séricos de colesterol. Los ácidos grasos saturados aumentan la colesterolemia y por tanto la incidencia de enfermedad cardiovascular.

Los primeros intentos de modificar la dieta para reducir las enfermedades cardiovasculares se realizaron aumentando la ingestión de ácidos grasos poliinsaturados (AGPI) que reducían los niveles de colesterol. Estos ácidos grasos procedían principalmente de los vegetales (maíz, girasol) y de los pescados azules.

Sin embargo, en los últimos años, los estudios han incidido más en los ácidos grasos monoinsaturados (AGMI), demostrándose que una dieta rica en ellos es tan eficaz como otras ricas en poliinsaturados. El principal representante es el ácido oleico cuyo gran portador en el aceite de oliva (65-80 por ciento), principal fuente de grasa en los países mediterráneos, en contraposición con las grasas animales típicas de los países del norte de Europa.

El aceite de oliva contiene una proporción relativamente baja de ácidos grasos saturados y es fuente de antioxidantes (vitamina E). Diferentes trabajos han mostrado que el consumo de aceite de oliva provoca un descenso de colesterol total, similar al que origina una dieta rica en poliinsaturados.

Un aliado contra el colesterol

Según este mismo estudio, otro alimento con alto contenido en ácido oleico (40-45 por ciento) es la carne de cerdo ibérico ya que tanto genéticamente como por su forma de explotación, es diferente a las demás razas. El cerdo ibérico de bellota se alimenta fundamentalmente de bellotas -con tasas de ácido oleico superiores al 65 por ciento- así como de hierbas y raíces de la dehesa, lo que puede incorporar, además, sustancias antioxidantes. Estas condiciones contribuyen a que su grasa sea rica en este ácido, sobre todo su jamón que llega a porcentajes del 59 por ciento.

Este tipo de cerdo ibérico vive libremente en el campo, por lo que realiza mucho más ejercicio que los recluidos en cebaderos, lo que incide en que el contenido de colesterol de su carne no sea excesivo. El jamón ibérico de bellota se consume junto a otros alimentos de la dieta mediterránea en determinadas regiones, fundamentalmente al suroeste de España, como la zona de la Dehesa de Extremadura.

Según afirma Avelino Ortiz, “el jamón más cardiosaludable es el de bellota, seguido del ibérico de cebo en extensividad (ibérico de cebo de campo) y por último el cebo en intensividad (ibérico de cebo)”, ya que estos últimos “se crían en ausencia de actividad física y de consumo de hierba”. La frecuencia de consumo del jamón ibérico de bellota, según Ortiz, “puede estimarse en dos o tres raciones de 100 gramos semanales y es ideal como sustituto de otras carnes rojas con mayor contenido en grasa saturada”.

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Mente y Alimentación

Ha cambiado el concepto de la alimentación y en los últimos años han aparecido incluso enfermedades nuevas como la anorexia-bulimia que nace como enfermedad hace unos 30 años y consiste en la obsesión por no engordar que lleva a pesarse varias veces al día, vomitar, hablar todo el día de dietas, y una serie de cosas que convierten ese sujeto en una persona enferma. Antes la tasa de anoréxicos era del 10 por ciento ahora es de 15, y el 85 por ciento son mujeres.

Hay que comer con moderación y saber que los hidratos de carbono tienen unas características especificas y hay que tomarlos de forma discreta; las grasas vegetales son muy buenas como el aceite de oliva y girasol; las proteínas tienen una enorme importancia para que la dieta sea completa; y hay que tomar vino con moderación.

Los cuatro componentes de la vida: amor, trabajo, cultura y amistad

La felicidad consiste en estar contento con uno mismo al comprobar que hay una buena relación entre estos cuatro ingredientes.

El elemento más importante en la vida es el amor. El segundo componente es el trabajo, los triunfadores son los que disfrutan trabajando. En tercer lugar está la cultura, que es la estética de la inteligencia. Es libertad. Hay que apagar la tele y bucear en los libros. Y en cuarto lugar la amistad, que es un sentimiento positivo que tiene a su vez tres características fundamentales: donación, confidencia y afinidad. Se hace de confidencias y se deshace con indiscreciones.

La salud mental

Los psiquiatras somos los médicos del comportamiento. Es la especialidad junto con medicina estética que más ha crecido en el mundo civilizado.

Cada uno tiene su personalidad. En los últimos años se han descrito los trastornos de la personalidad: sujetos que tienen un comportamiento extraño.

La personalidad es el conjunto de pautas de conducta actuales y potenciales que tiene tres patas: temperamento que viene en el mapa genético, se hereda; otra parte adquirida que es el carácter -según los estudios, la familia, el entorno, la cultura-; y el tercer elemento es la biografía, la historia personal. La vida enseña más que muchos libros, es la gran maestra. Y el director de la personalidad es la persona que consigue ensamblar esos elementos diversos.

Toda persona tiene tres características. Primero el autoconcepto, lo que yo pienso que soy ; en segundo lugar lo que los demás piensan de mí, es la imagen; y en tercer lugar lo que realmente soy, la verdad sobre mí mismo.

¿En qué consiste ser una persona equilibrada? Primero desde un punto de vista de la historia, una persona sana sería aquella que vive instalada en el presente, tiene asumido el pasado con todo lo que eso significa y vive sobre todo empapada de porvenir: tener buena salud y mala memoria. En segundo lugar hay que tener un proyecto de vida coherente y realista. Y tiene que tener los cuatro elementos: no hay felicidad sin amor ni trabajo. En tercer lugar otra característica importante de la personalidad es tener una voluntad fuerte y sólida. La voluntad se trabaja, nadie nace con voluntad. Y es la capacidad para ponerse metas por cumplir. La capacidad para aplazar la recompensa. Y, finalmente, el cuarto punto es el sentido del humor, que es patrimonio de los inteligentes. Es la capacidad para relativizar las cosas que nos pasan. Madurez es saber darle a las cosas que nos pasan la importancia que realmente tienen. Justeza de juicio.

Quiero terminar hablando de la felicidad porque realmente uno de los placeres más importantes de la vida es la mesa. Séneca decía “que la felicidad consistía en la virtud, que era el arte de obrar bien”. Epicuro decía que “la felicidad consistía en el placer”, que tenía muchos elementos, no sólo los placeres sensoriales.

La felicidad es un estado de ánimo positivo, al comprobar que hay una buena relación entre lo que yo he deseado y lo que yo he conseguido. Es la administración inteligente del deseo. Atrévete a soñar que si pones voluntad lo consigues, pero no te equivoques en la meta. La felicidad es una forma de mirar la realidad, polinomio de muchos factores.

Vidas excepcionales: Tomas Moro y Neguyen Van Thuan

Tomas Moro fue amigo personal del rey Enrique VIII -que era un manual de psiquiatría ambulante-y no le firmó un documento para anular su matrimonio -el rey tuvo muchos amoríos- y Tomas Moro pasó el último año de su vida en la cárcel de Londres. Sus escritos finales son excepcionales, llenos de serenidad, sosiego y paz. Y dice “la felicidad no depende de la realidad sino de la interpretación de la realidad que uno hace”. Antes de su ejecución a manos de un verdugo con gran sentido del humor le dijo “haz bien tu oficio que para eso te pagan”.

El vietnamita Neguyen Van Thuan estuvo 13 años en la cárcel, nueve en una celda aislado -estar solo vuelve loco a cualquiera- y cuatro en una celda con presos comunes. Y ha publicado un libro antes de morir que se llama Testigos de esperanza que ha sido un bestseller, donde interpreta que esos años fueron decisivos para él. Antes tenía una vida monótona, era sacerdote católico y fue obispo de Saigón y, si embargo, después cuenta que fue excepcionalmente feliz.

Grandes libros que hablan de felicidad

Hay tres grandes libros que nos hablan de la felicidad: El Talmud, el Evangelio y el Corán.

El Evangelio explica la vida de Jesucristo escrita por San Mateo, San Lucas, San marcos y San Juan.

En el Corán -otro gran libro- se cuenta que le preguntaron a Mahoma: ¿a cuál de tus tres hijos quieres más?…Y él respondió: “al pequeño hasta que crezca, al enfermo hasta que cure, y al viajero hasta que vuelva”.

Y el Talmud dice “el hombre fuerte es el que gobierna sus pasiones, el hombre honrado es el que trata a todos con dignidad, y el hombre sabio es el que aprende de todos con amor”.

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Dietas saludables para un medio ambiente saludable

La Región Europea de la OMS incluye 53 países (no sólo los 27 de la Unión Europea) desde Asia central, como Tayikistán y Uzbekistán, hasta Turquía o Israel. Se puede decir que esta región va desde Azores, en el Atlántico, hasta la muralla china. Esto hace que sea muy diversificada, de manera que tenemos un conjunto de problemas de salud que son muy diferentes y que cada vez se van aproximando. Pero hay todavía muchas realidades en Europa respecto a lo que tiene que ver con la alimentación, la nutrición y la actividad física.

No hay duda que hay una relación cada vez más fuerte entre salud y alimentación. También hay una relación con el double burden (doble carga), que quiere decir que al mismo tiempo en Europa tenemos un problema que es la obesidad pero en los niños obesos podemos tener carencia de vitamina D, vitamina A, hierro, etc. Encontramos grupos sociales donde la obesidad es importante pero también tenemos un fuerte impacto por malnutrición.

Lo que nos preocupa más son las enfermedades no transmisibles, las enfermedades crónicas como el cáncer, diabetes, enfermedades cardiovasculares y respiratorias. Los hábitos están cambiando a gran velocidad y esto tiene un gran impacto. Los comportamientos de actividad física y nutrición son de los más importantes en términos de impacto sobre el ambiente. Si estudiamos la pérdida de años de vida con calidad se puede observar que al menos siete factores tienen que ver con la nutrición.

Datos de prevalencia de obesidad

Disponemos de datos recientes de prevalencia de obesidad en Europa que están basados en un proyecto de la OMS en colaboración con la Unión europea donde se recoge información de los 27 estados miembros más los 26 que no son de la Unión Europea que van estar disponibles próximamente en el site de internet. Hay muchas diferencias en la metodología según países, se recoge la información de una forma muy sistemática pero hay datos auto declarados.

Se puede ver que hay países con más del 50% de sobrepeso y, en general, los países del Sur tienen prevalencia muy altas. Malta es uno de los que tiene la prevalencia más elevada. Además la situación en Europa está empeorando y más en los niños.

Hay una Carta Europea de Lucha contra la Obesidad que fue aprobada en la OMS hace cinco años en Estambul (Turquía) para intentar reducir las cifras de la obesidad. Se han puesto objetivos muy claros, después del 2006 la idea sería intentar que la obesidad no aumentase. Y se puede ver en los países que tienen estudios repetidos después del 2006, que son muy pocos los que se han estabilizado, y al contrario, hay muchos países donde ha existido un incremento de la prevalencia en los adultos.

En lo que respecta a los niños, se ha iniciado con 17 países, entre ellos España, la recogida de datos de unos 70.000 niños. En Italia la prevalencia de obesidad y sobrepeso casi llega a 50% (48%), después está Portugal y Eslovenia. La situación es muy preocupante.

Sedentarismo

También es un problema la inactividad física. Hay un millón de muertes al año relacionada con la inactividad: más de 4 de cada 10 europeos son muy poco activos. Lo peor es que cuando intentamos mirar a los jóvenes no hay buenas herramientas, pero los datos indican que hay un 22% de las niñas y 30% de niños que no hacen actividad física. No caminamos para ir a la escuela, ni usamos la bici. Y cada año la situación empeora. Se ha visto que donde hay más gente que usa bici hay menos prevalencia de obesidad.

El entorno y el soporte social son muy importantes. Si la calle no es segura no caminamos. El ambiente no tiene que ver sólo con lo que comemos, sino también cómo nos movemos.

La OMS ha desarrollado una herramienta muy interesante que se llama Health economic assessment tool for cycling , con la que si yo quiero cambiar lo que pasa en mi pueblo puedo decirle al alcalde que si desarrolla cierta inversión para que la gente camine o vaya en bici obtendremos muchos beneficios que no tienen que ver sólo con la salud. Y se puede calcular el impacto, que es elevado. Esto se puede consultar en el site de la OMS. Además se puede aplicar en cualquier pueblo, independientemente de su tamaño.

Respecto a la actividad física están identificadas las acciones que son absolutamente necesarias y se usan las recomendaciones de actividad física globales que la OMS que sus estados miembros ha aprobado recientemente. También se pueden consultar en internet. Pero el mensaje más importante tiene que ver con lo que podemos hacer nosotros en términos de política para desarrollar y promover la actividad física en adultos y en niños (que es totalmente diferente de los adultos).

Lactancia materna

Hay también otras cosas que son de vergüenza. Por ejemplo, en el tema de la lactancia hasta los seis meses, Europa es la peor región del mundo. Las madres deben amamantar. En este sentido hemos hecho un buen camino en Europa en términos de protección social, de promoción, pero no ha tenido tan buen resultado como en otras regiones del mundo más pobres. Y hay que hacer algo, porque esto está también relacionado con el riesgo de obesidad.

Políticas Nacionales contra la obesidad

Con nuestro proyecto estamos intentando monitorizar las acciones en nutrición, actividad física y obesidad en Europa y vemos que no estamos tan bien como sería deseable pero hay algunas señales que son muy positivas. Hay muchos más países interesados en desarrollar sus políticas, que son mucho más integradas y comprensivas con el momento, y que son más interesantes desde el punto de vista de su evaluación. En el 2005 sólo había una docena de países que tenían un Plan Nacional de Nutrición y Alimentación, y en este momento hay 47. Hay que ser optimista, pero hay que continuar evaluando los planes nacionales, regionales y locales. Y el cambio tiene que venir desde abajo, desde la intervención local.

Hay un conjunto de políticas desarrolladas. Hay 24 de los 27 países de la Unión Europea que tienen un programa de distribución de fruta en las escuelas. Pero hay muchas otras medidas como la utilización de impuestos como una forma de promoción de salud.

Desigualdades y pobreza

Otro tema es el que tiene que ver con las desigualdades y la pobreza y su relación con la nutrición y la obesidad. Sabemos que el riesgo de obesidad es mayor en los más pobres. En los planes nacionales de nutrición es extraño encontrar algunos países que tienen esto en consideración, es decir que incluyen en sus planes las desigualdades. En los programas de pobreza y de apoyo social no hay nada que tenga que ver con nutrición y esto debería cambiar. En los programas para embarazadas de clase social desfavorecida de EEUU hay criterios nutricionales para que sean contempladas con apoyo social.

Cuando hablamos de los determinantes sociales de la salud, que son cada día más importantes, hay que tener en cuenta que la mujer casi siempre está desfavorecida respecto a la obesidad, la nutrición y la actividad física.

Proyecto Obesidad Zero (POZ)

Hay buenos ejemplos en toda Europa de buenas prácticas. Para nosotros las acciones locales son muy interesantes. En Portugal un estudio con muchos municipios y una intervención multisectorial de un año provocó una reducción del índice de masa corporal de los niños. La intervención fue un acompañamiento desde la atención primaria de los niños y sus familias, una selección de las más desfavorecidas fueron involucradas en talleres de cocina saludable. Y fue un éxito, tanto más cuanto más dirigido a los más pobres.

Hay una relación entre la biodiversidad, la nutrición, las alteraciones climáticas y la salud. Para la OMS las alteración climáticas están en el core, son cada vez más importantes por su impacto a lo largo de los años en la salud.

En un estudio en Finlandia con diferentes alimentos se ve que hay una gran diferencia en términos de impacto sobre el clima. Y esto nos debe hacer reflexionar sobre las cosas que hacemos cada día, como desarrollamos las políticas de agricultura, u otras que tienen un impacto fuerte en el clima. Hay un gran cambio en el mismo alimento dependiendo del sitio donde se ha producido, que a su vez depende de la luz, del sol, del agua, etc. Pj en la variedad de arroz que podemos encontrar según las regiones. Ahora hay menos variedad. En el pasado en Bangladesh había 5000 y hoy sólo 23. Hay una reducción brutal en la biodiversidad. Y esto tiene que ver con la riqueza nutricional de los alimentos, pj hay grandes variaciones en la composición de minerales.

No hay duda que hay un efecto tremendo que está ligando la nutrición con el clima y con las enfermedades. Y hay que llamar la atención de que son los niños y los más desfavorecidos los que más lo sufren.

Papel de la OMS

La OMS está involucrada en la Carta de Obesidad y el Plan Europeo de Nutrición y Actividad Física. También hay algunas acciones específicas que tienen que ver con la cadena alimentaria, la biodiversidad y las alteraciones climáticas. Y al mismo tiempo estamos desarrollando en algunos países proyectos que intentan recoger información sobre cómo reacciona la gente con las alteraciones en la agricultura y en su alimentación desde el punto de vista del impacto sobre las enfermedades crónicas no transmisibles pero también sobre la malnutrición y la desnutrición.