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Metabolismo es vida, la vida es metabolismo

Recogemos la ponencia de D. José Mª Mato pronunciada en el marco del V Aniversario del Instituto Tomás Pascual Sanz para la nutrición y la salud.

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V Aniversario de Instituto Tomás Pascual Sanz

Recogemos las palabras de bienvenida pronunciadas por D. Ricardo Martí Fluxá, Presidente del Instituto Tomás Pascual Sanz para la nutrición y la salud con motivo de la celebración del V Aniversario del Instituto.

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Implantan en Sevilla los primeros marcapasos gástricos para corregir la obesidad mórbida sin apenas cirugía

El Dr. Salvador Morales Conde, coordinador de la Unidad de Innovación en Cirugía Mínimamente Invasiva del Hospital Virgen del Rocío ha explicado que este marcapasos gástrico se implanta de forma “muy parecida” a como se instala un marcapasos común, si bien con la ventaja añadida es que se emplea el uso de la laparoscopia, por lo que la cirugía es menos agresiva.

En concreto, ha detallado que el marcapasos gástrico dispone de dos electrodos que se fijan a la pared del estómago mediante punciones de laparoscopia. Éstos, a su vez, están interconectados con un traductor externo, “que se lo colocamos (al paciente) en la piel, y con el podemos analizar los resultados que está teniendo el paciente”.

Así, son tres las incisiones que se hacen en la pared abdominal para colocar un electrodo de estimulación y un sensor de distensión gástrica, ambos en el estómago, junto al marcapasos en región subcutánea. El sensor de distensión gástrica es el que detecta la entrada de alimentos, que manda la información al marcapasos, el cual la analiza y si no es el momento correcto de ingesta de alimentos manda un estímulo para que el paciente no coma.

“Básicamente, este marcapasos gástrico funciona mandando señales al paciente para que se sienta saciado”, ha aclarado este especialista. Y según sea la evolución que vaya teniendo el paciente, “el marcapasos va modulando los hábitos alimenticios de la persona”.

Así, y a modo de ejemplo, ha explicado que este marcapasos deja de emitir señales cuando el paciente se dispone a comer a las horas reglamentarias establecidas, si bien se activa de forma automática en los períodos intermedios -en los que el paciente no debe de comer para corregir su peso- si la persona toma alimentos.

“Si come en ese intervalo de tiempo, el marcapasos manda señales o estímulos eléctricos al paciente que le llegan a producir sensación de saciedad e, incluso, hasta cierto malestar, dando a entender así que come cuando no debe”, ha proseguido Morales Conde, quien ha precisado que este dispositivo es “fundamentalmente un modulador del comportamiento alimenticio del paciente”. “Esos estímulos eléctricos, -ha continuado-, van conectados a las fibras nerviosas del paciente”.

Perfil del paciente

En cuanto a los posibles candidatos a esta técnica, “lo último a nivel mundial en cirugía bariátrica”, ha señalado que los pacientes han de pasar primero una encuesta de comportamiento alimenticio, “porque no todos los comportamientos alimenticios sirven”.

Del mismo modo, ha admitido que, previo a la posible intervención, “se comprueba a través de endoscopia que el estómago del enfermo no tenga una paresia intestinal como consecuencia, por ejemplo, de una diabetes. Antes de entrar en esta investigación a los pacientes tenemos que hacerles una endoscopia y, vía endoscópica, les colocamos los electrodos para ver si el estómago responde”.

Sea como fuere, ha estimado que “al menos la mitad de pacientes” que se operan a día de hoy con técnicas más agresivas podrían ser candidatos a esta técnica”.

Morales Conde ha adelantado que ya son seis los pacientes a los que se les ha implantado, en el Hospital Virgen del Rocío, este marcapasos gástrico, “con dos meses de seguimiento y mostrándose muy contentos” con la intervención, y con un porcentaje de pérdida de peso “similar a los empleados en otras cirugía bariátricas, aunque con una cirugía menos agresiva y un grado de morbimortalidad mucho menor”.

“Pese a que lleva una anestesia general, la técnica básicamente consiste en colocarle los electrodos en el estómago al paciente y, al día siguiente, éste se marcha a su casa”, ha aclarado.

Posible extensión de la técnica

En cuanto a la posible generalización de esta técnica, ha puntualizado que, de momento, forma parte de un ensayo clínico, “lo que significa que a día de hoy los pacientes con este tipo de problemas no pueden llegar al centro pidiendo este tipo de técnica”. “Estamos dentro de un estudio clínico internacional”, ha insistido.

Precisamente esta técnica se va a analizar en profundidad en un Curso de Cirugía Laparoscópica de Aparato Digestivo que reunirá en Sevilla a 400 especialistas internacionales en la materia los próximos días. De hecho, será el profesor alemán T. Horbach quien dará más detalles de la técnica y sus resultados en el tiempo, “ya que cuenta con la experiencia de 80 casos ya operados, con bastante tiempo de evolución”.

Bypass gástrico por puerto único

Morales Conde ha anunciado también que en este Curso Internacional van a realizar otra cirugía en directo, consistente en un bypass gástrico, “que es la cirugía más compleja que se hace en la cirugía de la obesidad, pero que como novedad se hará por puerto único vía transumbilical, lo que supone que el paciente sale prácticamente sin cicatriz”.

“Llevamos ya 19 casos operados por esta técnica a lo largo de año y medio y podemos decir que somos pioneros a nivel mundial”, ha resaltado. Otra novedad será la realización de una cirugía intragástrica por puerto único asistida por endoscopia. “Sacamos lesiones gástricas por la boca. De eso, no hay nada publicado aún a nivel mundial”, ha concluido.

La dieta mediterránea enriquecida con Q10 prolonga la vida

La molécula Q10 actúa como “una de las principales fábricas de energía del organismo humano, sobre todo a la hora de retardar el estrés oxidativo celular y, con ello, el envejecimiento”, explican los especialistas del CIBERobn. Además, ejerce como un “potente protector cardiovascular, por fortalecer el sistema inmune y por contribuir a reducir el peso de manera natural”, mantienen.

Para extraer estas conclusiones, los investigadores de CIBERobn han realizado un estudio sobre 10 hombres y 10 mujeres mayores de 65 años que ha estado dirigido desde el Hospital Reina Sofía de Córdoba por el doctor Francisco Pérez Jiménez.

Durante el proceso, los voluntarios fueron sometidos a tres dietas isocalóricas durante periodos de cuatro semanas para cada una. La primera de ellas fue la mediterránea, suplementada con cápsulas de coenzima Q10; tras ésta, la misma pero con cápsulas de placebo; y para finalizar, la dieta occidental rica en grasa saturada.

Tras terminar el estudio, se ha observado que la coenzima Q10 amplifica los efectos beneficiosos de la dieta mediterránea, ya que “reduce mucho más la expresión postprandial de los genes que codifican las proteínas relacionadas con el estrés oxidativo”, manifiestan desde CIBERobn.

A juicio del doctor Pérez Jiménez, “los resultados de la administración de Q10 son más evidentes cuanto mayor sea el déficit de este nutriente”. A causa de esto, el estudio “es especialmente interesante en personas mayores”, sostiene.

Por todo ello, los especialistas se atreven a asegurar que la combinación de la dieta mediterránea y la coenzima Q10 “previene el riesgo de padecer fatiga física, enfermedades coronarias u obesidad”. Algunos de los alimentos en los que se puede encontrar esta molécula son las carnes rojas, los pescados azules, el aceite de soja, los cacahuetes o las espinacas.

La salud de los niños puede predecir si sus padres padecerán enfermedades futuras

La investigación, liderada por Charles Glueck del Hospital Cincinnati (Estados Unidos), observó a 852 escolares que tenían de media 12 años y que padecían colesterol, triglicéridos, sobrepeso y presión sanguínea alta. Después, 26 años más tarde, evaluaron a sus padres, que tenían de media 66 años.

Así, hallaron que en el 47 por ciento de las familias estudiadas, uno de los padres había sufrido un ataque cardiaco o derrame cerebral. Mientras que en el 37 por ciento de los casos, uno de ellos había desarrollado diabetes.

De esta manera, los autores del estudio explicaron que si un niño de 12 años tiene “colesterol malo” puede predecir que su padre tenga problemas cardiovasculares, 30 años después.

De la misma manera, si el menor padece de sobrepeso, su padre puede desarrollar diabetes en el futuro. Además, si el hijo tiene la presión alta, sus padres tienen el doble de posibilidades de sufrir una enfermedad cardiaca o derrame cerebral.

En este sentido, los investigadores consideran que revisar la salud de los niños es importante, puesto que puede dar pistas del estado de sus padres, ya que éstos no siempre se realizan los chequeos necesarios.

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La diabetes gestacional afecta a una de cada diez embarazadas

Según datos de la SEMI la prevalencia de diabetes gestacional, “está aumentando significativamente en los últimos años” debido a la mala alimentación y al retraso en la edad de la maternidad.

Sin embargo, los principales motivos por los que surge en esta etapa de la vida de la mujer son los cambios hormonales que se dan en este periodo y que provocan resistencia a la insulina. Esto favorece la aparición de la diabetes en aquellas mujeres que no pueden compensar esa resistencia.

Evitar que estas mujeres “debuten” con la diabetes es necesario, ya que “tienen más riesgo de complicaciones durante el embarazo”, mantienen desde SEMI. Algunos de estos problemas son la hipertensión arterial o diversas infecciones urinarias. No obstante también se pueden producir complicaciones en el feto.

“Es importante diagnosticar y tratar adecuadamente la diabetes gestacional para evitar en el feto las complicaciones asociadas”, redunda el coordinador del Grupo de Diabetes y Obesidad de la SEMI, el doctor Ricardo Gómez Huelgas. A su juicio, “la principal complicación es la macrosomía fetal, asociada a un marcado incremento de complicaciones en el parto”.

Casi la mitad de los casos de diabetes no están diagnosticados

Casi el 60 por ciento de la población adulta española presenta problemas de sobrepeso y la prevalencia de la diabetes se sitúa alrededor del 14 por ciento. Sin embargo, “casi la mitad de los casos no están diagnosticados”, aseguran desde la sociedad.

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Prescribir ejercicio moderado previene la mortalidad prematura por cualquier causa y unos 15 problemas de salud

Así lo ha demostrado un trabajo del Hospital Transfronterizo de Puigcerdà y de la Facultad de Medicina de la Universidad de Girona, publicado en Medicina Clínica. Para obtener estos beneficios -que se dan en ambos sexos y aumentan con el volumen e intensidad del ejercicio- aconsejan ejercicio moderado al menos media hora, 5 días a la semana; o ejercicio intenso al menos 20 minutos, 3 días por semana.

Según esta investigación, la actividad moderada durante al menos media hora la mayor parte de los días de la semana reduce un 31 por ciento el riesgo de mortalidad. Así lo puso de manifiesto una revisión sistemática de cerca de 1,5 millón de individuos seguidos durante unos 11 años.

Asimismo, la incidencia de enfermedad cardiovascular baja un 33 por ciento entre quienes practican una actividad moderada con la misma frecuencia (la mayor parte de los días de la semana), según una revisión con cerca de 726.000 participantes y un seguimiento de 14 años.

“Algunos estudios muestran que incluso una actividad ligera puede reducir el riesgo cardiovascular. Caminar una hora semanal redujo un 50 por ciento el riesgo de enfermedad coronaria y una sola sesión semanal de ejercicio intenso redujo la mortalidad cardiovascular un 39 por ciento en hombres y un 51 por ciento en mujeres”, apuntan.

Además, el riesgo de accidente cerebrovascular baja un 31 por ciento con el ejercicio moderado, según una revisión con casi 480.000 participantes seguidos durante 13 años. También se acorta un 32 por ciento el riesgo de accidente cerebrovascular, como lo muestra una revisión con 112.000 pacientes a ocho años.

En relación al cáncer, en una revisión con 1,4 millones de pacientes seguidos a 10 años, se vio una reducción del 30 por ciento en la incidencia del cáncer de colon dentro del grupo más activo. Otra revisión, esta vez sobre 1,8 millones de pacientes seguidas a 10 años, se observó una reducción de la incidencia del cáncer de mama del 20 al 40 por ciento en el grupo más activo.

Por otra parte, el ejercicio logró una reducción del 42 por ciento en la incidencia de diabetes tipo 2 en una revisión sistemática de 624.000 pacientes seguidos durante unos nueve años. También es útil para prevenir el síndrome metabólico y el ejercicio moderado ayuda a mantener el peso, no tanto a perderlo.

De la misma forma, la actividad física moderada reduce la prevalencia de osteoporosis y en un 17 por ciento la incidencia de fracturas. Según una revisión con 4.100 pacientes, este nivel de ejercicio redujo el dolor y la discapacidad derivadas de la artrosis, sobre todo en el caso de la artrosis de rodilla.

También es eficaz a la hora de reducir el riego de limitación funcional y discapacidad física, bajándolo en entre un 30 y un 50 por ciento. Asimismo, un programa de ejercicios de fuerza y equilibrio mejora la función física y reduce el riesgo de caída entre un 11 y un 40 por ciento.

Además, baja el riesgo de demencia y deterioro cognitivo en mayores de 65 años. Asimismo, cualquier forma de actividad física diaria reduce un 41 por ciento el riesgo de padecer trastornos psicológicos, según una revisión de 19.800 pacientes.

Sin embargo, los efectos adversos del ejercicio físico pueden ser el riesgo de lesiones del aparato locomotor y el riesgo cardiovascular. En concreto, siguiendo las recomendaciones mínimas de ejercicio, se produce una lesión por persona cada cuatro años. Otro riesgo es el cardiovascular, cuyas complicaciones más relevantes son la muerte súbita y el infarto agudo de miocardio. No obstante, según la conclusión de los expertos, “el beneficio del ejercicio supera a sus riesgos”.

Un mayor seguimiento de la dieta mediterránea reduce el riesgo de cáncer

Así lo ha asegurado la doctora Pilar Gómez Enterría, coordinadora del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), en referencia a las primeras conclusiones del estudio EPIC, iniciado a principios de los años 90 en Europa para poner de manifiesto la relación existente entre dieta, estado nutricional, estilos de vida, factores ambientales y la incidencia de diferentes tipos de cáncer.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que entre el 30 y 40 por ciento de los cánceres podrían prevenirse con medidas relacionadas con la dieta, el control del peso y la actividad física.

Para precisar estos datos y aportar base científica sobre los factores nutricionales implicados con el cáncer, la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer (IARC) y el Imperial College de Londres (Reino Unido) iniciaron un estudio con 520.000 sujetos sanos, de entre 35 y 65 años, de los cuales el 70 por ciento son mujeres, que presentaban hábitos alimenticios heterogéneos.

En total participan 23 centros de 10 países europeos (Alemania, Dinamarca, España, Francia, Grecia, Holanda, Italia, Noruega, Reino Unido y Suecia). En el caso de España, Asturias, Granada, Guipúzcoa, Murcia y Navarra son las cinco provincias participantes, coordinadas por el Instituto Catalán de Oncología de Barcelona, y aportan un total de 40.000 participantes.

Como reconoce la doctora Gómez Enterría, “el seguimiento a lo largo de estos años de la cohorte del Estudio EPIC está permitiendo establecer relaciones causales ente dieta/estilo de vida y la incidencia del cáncer, determinando qué factores dietéticos pueden favorecer el riesgo de padecer ciertos tipos de cánceres y cuáles en cambio pueden tener un efecto protector”.

Así, por ejemplo, han observado que la fibra, sea cual sea el alimento de la que proceda (cereales, verduras, frutas), tiene un efecto protector sobre el cáncer de colon y recto, mientras que una ingesta abundante de este nutriente parece también proteger del cáncer de estómago.

De igual modo, una ingesta abundante de fruta y verdura se asocia, en fumadores, a una menor incidencia de cáncer de pulmón, al tiempo que también tienen un efecto protector sobre los cánceres del tracto digestivo superior.

Un elevado consumo de verduras de hoja -detalla esta experta- se asocia a menor incidencia de cáncer de mama, mientras que también se ha observado una relación inversa entre el consumo de pescado y el cáncer colorrectal: a mayor consumo, menor incidencia.

Diferentes niveles de nutrición según el tumor

Por otro lado, esta experta de la SEEN reconoce que en los pacientes con cáncer es frecuente la afectación, en mayor o menor medida, del estado de nutrición. Depende del tipo de tumor, su localización o el estadio evolutivo en que se encuentre la enfermedad.

Entre otras, las causas de esta desnutrición se asocian, por un lado, con el propio tumor, y, por otro, con el tratamiento que se aplica, ya sea cirugía, quimioterapia o radioterapia.

“La alimentación en el enfermo con cáncer tiene como fin intentar conservar el mejor estado de nutrición posible, ya que éste va asociado a una mejor tolerancia al tratamiento oncológico y una mejor calidad de vida”, explica la doctora Gómez Enterría.

Las necesidades nutricionales de estos pacientes son, en general, superiores a las de una persona sana debido ,en parte, a los trastornos metabólicos que produce el propio cáncer y al tratamiento que se aplica. “No hay ningún alimento ni ningún tipo de dieta milagrosa que curen el cáncer”, asegura la doctora.

Por ello, advierte de que es fundamental que un paciente oncológico esté bien nutrido. “La desnutrición afecta negativamente la tolerancia a los tratamientos oncológicos. Un enfermo desnutrido tolera peor la quimioterapia, lo que en muchas ocasiones obliga a disminuir la dosis o a espaciar los ciclos de tratamiento. Otro tanto ocurre con la radioterapia”, puntualiza la experta.

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Comer en la salud y en la enfermedad

Recogemos la ponencia de Dña. Carmen Gómez Candela pronunciada en el marco de la tercera jornada del Ciclo Alimentación Institucional dedicada a Alimentación y nutrición en el medio hospitalario organizada por la Cátedra Tomás Pascual Sanz – Universidad CEU San Pablo.

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Los orígenes de la alimentación hospitalaria en el siglo XX

Recogemos la ponencia de D. Fernando Salmón Muñiz pronunciada en el marco de la tercera jornada del Ciclo Alimentación Institucional dedicada a Alimentación y nutrición en el medio hospitalario organizada por la Cátedra Tomás Pascual Sanz – Universidad CEU San Pablo.

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Alimentación y consejo nutricional al alta hospitalaria

Recogemos la ponencia de D. Miguel León Sanz pronunciada en el marco de la tercera jornada del Ciclo Alimentación Institucional dedicada a Alimentación y nutrición en el medio hospitalario organizada por la Cátedra Tomás Pascual Sanz – Universidad CEU San Pablo.

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Nuevas tecnologías en Restauración Colectiva

Recogemos la ponencia de D. Miguel Ángel Herrera Úbeda pronunciada en el marco de la tercera jornada del Ciclo Alimentación Institucional dedicada a Alimentación y nutrición en el medio hospitalario organizada por la Cátedra Tomás Pascual Sanz – Universidad CEU San Pablo.

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