Consejos para prevenir el estreñimiento
CONSEJOS PARA PREVENIR
EL ESTREÑIMIENTO
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#Consejos 15: Unas Navidades Saludables
¿Quién ha dicho que las Fiestas Navideñas no pueden ser Saludables?. Si alguien te viene con ese cuento ya puedes rebatirle sin miedo. La Familia Fernández nos trae un vídeo repleto de consejos para que estas Fiestas no te pasen factura el resto del año. Alimentación equilibrada, un poco de cuidado con grasas y la sal y practicar actividad física siempre que sea posible…estos trucos y más!
¡¡FELICES FIESTAS!!
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Consejos para controlar el peso en Navidades
Entrar al supermercado repleto de polvorones y comprobar que se acercan las Navidades. Esa época cargada de ilusión para muchos, pero que para otros parece significar excesos desmedidos en la dieta, que llevan a una ganancia de peso imposible de evitar.
Ante ello, la mayoría se resigna a cambiar sus hábitos alimentarios ya sea por gusto, gula o presión social. Sin embargo, las Navidades no deberían suponer una época de excesos desmedidos, siempre y cuando tengamos claras una serie de recomendaciones.
Aquí van las claves para controlar esa temida ganancia de peso en las próximas Navidades:
- Practica deporte con normalidad.
El ejercicio físico ayuda a quemar parte del exceso de calorías, además de controlar el apetito y el estrés. En caso de no ser posible, trata de mantenerte activo, realizando paseos diarios de mínimo 30 minutos.
- Sigue con tu ritmo habitual de comidas y evita el picoteo.
Es fundamental no saltarse ninguna comida. Continúa realizando 5 tomas diarias para mantener activo el metabolismo. Evitar el desayuno en absoluto favorece la pérdida de peso, ya que aumentarán las ganas de picoteo entre horas.
- ¡Innova con cocina saludable!: Cuida el equilibrio en las comidas.
Procura combinar los alimentos más calóricos o grasos con acompañamientos o primeros platos más livianos, como verduras y frutas.
- Atención a las raciones de comida y las técnicas culinarias
Sírvete raciones más bien pequeñas, sobre todo en los segundos platos, optando preferiblemente por cocinados al horno y plancha, o salsas a base de verduras.
- Cuida el consumo de fibra.
Quinoa, espelta, copos de avena o productos integrales pueden ser ingredientes originales para tus platos. La fibra de centeno contribuye al funcionamiento normal del intestino, en el caso de la fibra de salvado de trigo, ayuda a acelerar el tránsito intestinal.
- La fruta, la mejor aliada para el postre.
Intenta comer al menos 2 o 3 piezas de fruta diaria, ya sea en el desayuno, media mañana/tarde, o en postres elaborados a partir de esta.
- Organiza la lista de la compra.
Reserva los productos más calóricos para los momentos más especiales como Nochebuena, Navidad o Reyes. Para ello, calcula de antemano cuantos polvorones y mazapanes comprar para no sobrepasarte. Así podrás disfrutar de las fiestas, sin excesos.
- Modera el consumo de alcohol.
Al igual que con los dulces navideños, reserva el alcohol para los momentos más especiales.
- ¡Hidrátate!
Bebe mucha agua. Es imprescindible mantener un correcto estado de hidratación. Además, su poder saciante ayuda a controlar el hambre y picoteo.
- ¡Disfruta de la comida! Come tranquilo y en compañía, y no sientas culpabilidad si te pasas de calorías en los días festivos.
En definitiva, permítete caprichos los días clave de las Navidades, de forma que el resto de días el patrón de comidas sea el habitual.
Nuestro organismo es capaz de adaptarse a cambios en el patrón alimentario, ya que el metabolismo está capacitado para contrarrestar esos pequeños excesos puntuales. El problema reside en hacer de esos excesos algo habitual. En la moderación radica el secreto para mantener tu peso estas Navidades[1].
[1] Ramage S, Farmer A, Eccles KA, McCargar L. Healthy strategies for successful weight loss and weight maintenance: a systematic review. Appl Physiol Nutr Metab. 2014 Jan;39(1):1-20.
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#Consejos 13: Consejos para mantener tu mente activa
Una alimentación variada y equilibrada contribuye a mejorar el funcionamiento cognitivo. Una dieta mediterránea es idónea para proporcionar al cuerpo con todos los nutrientes, macro y micro, necesarios para poder ayudar al organismo a funcionar correctamente.
El cerebro también necesita de una serie de hábitos saludables para mantenerse activo. Entre muchos otros, existen unos ejercicios que favorecen el mantenimiento de una actividad mental adecuada como:
- Conversar
- Socializar
- Leer
- Escuchar la radio
- Ver fotografías
- Realizar actividad física
- Seguir una alimentación variada y equilibrada
La familia Fernández nos da consejos para preservar y ayudar a mantener una mente activa.
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Nuestra personal trainer contesta: Beneficios y pautas de la actividad física
El sedentarismo se está convirtiendo en un problema que tenemos que eliminar de nuestros hábitos. Actualmente, al menos un 60 % de la población mundial no realiza la actividad física necesaria para obtener los beneficios para la salud. Son muchas las causas que explican este hecho, entre las que podemos destacar la insuficiente participación en actividad física durante el tiempo de ocio, empeoramiento de la calidad del aire o la falta de voluntad personal en la práctica deportiva.
Es fundamental conocerse a uno mismo para saber las limitaciones o la capacidad personal para iniciarse a la práctica de algún deporte o sencillamente estar más activo en el día a día. A continuación, Isabel del Barrio, entrenadora personal, responde a 5 preguntas sobre la actividad física y su relación con la alimentación y el bienestar en general:
- En el contexto del sedentarismo, muchos se excusan en la falta de tiempo o desconocimiento de los beneficios de la actividad física en la salud. ¿Qué consejo de iniciación al deporte darías a alguien que realiza poca actividad física? ¿Cómo podría incorporarla en su vida?
El movimiento es esencial al ser humano y proporciona innumerables beneficios para la salud del organismo, mental y la mejora en la calidad de vida. Por salud es un hecho más que evidenciado que es la mejor medicina contra muchos males de nuestro tiempo.
Siempre se puede comenzar por aumentar la actividad física diaria (caminar más al ir al trabajo, la compra, subir escaleras en lugar de tomar el ascensor, jugar con sus hijos etc). Por otro lado empezando por realizar ejercicio físico a intensidades moderadas como mínimo 4 días por semana. Siempre aconsejo realizar aquella actividad o deporte que motive y guste a la persona.
La ACSM (American College of Sports of Medicine) ha publicado recientemente una revisión sobre las líneas generales recomendadas en lo relativo al ejercicio físico en el ámbito de la salud. Se recomienda cómo entre 150- 300 minutos de ejercicio físico a intensidad moderada a la semana; lo cual es significativamente poco en nuestro día a día. No hay excusas.
- La práctica de actividad física requiere seguir una alimentación adecuada en función del esfuerzo y desgaste realizado. En este sentido, como entrenadora personal, ¿qué hábitos de alimentación recomiendas? ¿Cada cuánto y en qué cantidades aproximadamente? Una carencia de nutrientes básicos, ¿qué efectos puede tener en el rendimiento físico?
Mantener unos buenos niveles de hidratación, una dieta completa y rica en macronutrientes (grasas buenas, proteínas, hidratos de carbono) y educar en hacer una compra con cabeza sin dejarse llevar por tentaciones o productos con alto contenidos en grasas saturadas, altamente procesados y con azúcares añadidos.
- En cuanto a los beneficios de la actividad física ¿qué nos puedes decir sobre los efectos positivos que su práctica produce en la salud? ¿Y a nivel emocional?
Sin lugar a dudas la mejora a nivel fisiológico de todos nuestros sistemas: cardio respiratorio, linfático, musculo-esquelético, neuromuscular, hormonal…son innumerables los beneficios a corto plazo y a nivel crónico-largo plazo. La calidad de vida, dependencia, y salud mejoran notablemente.
A nivel emocional genera una mejora de la autoestima y autoconfianza, aumenta la sensación de control sobre uno mismo y nuestras emociones. La sensación de bien estar es maravillosa. Creo que es por ello por lo que quien comienza a llevar un estilo de vida más activo ya no abandona.
- Los estiramientos previos y posteriores al ejercicio físico ayudan a evitar lesiones. ¿Hay que estirar siempre? ¿Durante cuánto tiempo? ¿Saltarse los estiramientos puede conllevar a padecer agujetas o alguna lesión a largo plazo?
Todo programa de entrenamiento y/o ejercicio ha de contar con unas sesiones y tiempo específico para la mejora de la flexibilidad y mejora del rango de amplitud y movilidad articular. Los estiramientos nos ayudan a ello.
Lo que yo realizo con mis clientes es introducir estiramientos dinámicos en el calentamiento previo a la sesión, evitando los estiramientos balísticos o con rebotes. Al final de la sesión, ya realizan estiramientos estáticos, en los que muchas veces yo los asisto.
Dedicar una parte de la sesión y/o sesiones específicas al trabajo de relajación y flexibilidad nos ayudará a mejorar la movilidad de articulaciones, recuperar y oxigenar la musculatura y tendones, evitar acortamientos musculares y sobrecargas.
- El running está en boca de todos. Cada vez son más las personas que se unen a ello. Para todo aquel que quiera iniciarse al running, ¿es un deporte adecuado para todos? ¿Cuántas veces a la semana recomendarías la práctica de esta disciplina deportiva y durante cuánto tiempo cada sesión? ¿Aconsejas combinarlo con otros ejercicios?
Correr es inherente a nuestra condición de ser humanos, sin embargo, es algo que, con la edad y el estilo de vida, la mayoría han perdido. Todo el mundo puede correr si le enseñamos cómo, siguiendo una planificación de entrenamiento de técnica de carrera y cardio vascular…sobre todo en casos con ciertas patologías… con supervisión y control y un buen trabajo de acondicionamiento físico previo, se puede.
Para alguien que quiere comenzar a correr, mi recomendación es que comience con un par o tres sesiones por semana, alternando intervalos caminando con otros de trote suave. Pero lo más importante, complementando ese trabajo cardiovascular con el trabajo de fuerza en el gimnasio para ganar masa muscular, evitar descompensaciones y recuperando funcionalidad de sus estructuras. Siempre con cabeza y asesoramiento profesional.
Como título mi libro “Correr es algo más. Estar en forma para correr y no al revés”, en el que doy muchas herramientas y ejercicios para preparar a nuestro cuerpo a correr de manera saludable, ejercicios preventivos de lesiones y sobre todo para disfrutar de este deporte por muchos años.
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Recupera un ritmo saludable en tu día a día
Siempre nos vamos a encontrar con un lunes después de un maravilloso fin de semana y un septiembre tras unas vacaciones reconfortantes.
Encuentra el equilibrio para tu bienestar
La falta de un horario de sueño, los cambios en los hábitos alimentarios y la falta de actividad física puede tener repercusiones en los ritmos de nuestro organismo. Por ello, con la vuelta a la rutina, es fundamental tener una actitud optimista y seguir unos hábitos saludables.
- Vuelve a los horarios de las comidas. Se aconseja hacer 5 comidas al día y no esperar a tener mucho hambre ya que eso va a incrementar la ingesta de alimentos en la siguiente comida.
- Alimentación variada y equilibrada. Tras las vacaciones, muchos suelen caer en el error de acudir a dietas depurativas para paliar los excesos de las vacaciones. No hay secreto ni fórmula milagrosa, la clave está en seguir una alimentación variada y equilibrada que incluya todos los grupos de alimentos en las cantidades recomendadas para cada uno de ellos.
- Incluye frutas y verduras en tu alimentación. Se recomienda consumir alimentos frescos, de temporada y cocinados de forma sencilla, incluir los vegetales en todas las comidas como guarnición o plato principal, incorporar la fruta fresca en los tentempiés entre horas, el desayuno y el postre e incrementar la cantidad de fibra de la alimentación eligiendo alimentos integrales. Asimismo, se recomienda moderar el consumo de alimentos con mucha grasa, sal o azúcar.
- Hidrata tu organismo. Se debe procurar beber entre 2 y 2,5 l de agua diarios, cantidad que se verá modificada en función de la actividad de la persona a lo largo del día y los requerimientos de hidratación.
- ¡Muévete y levántate del sofá! Se recomienda seguir y mantener una vida activa: pasear, bailar, nadar, salir a correr, ir al gimnasio o lo que más te guste. Sustituye situaciones tan cotidianas como, por ejemplo, usar el ascensor por las escaleras o cambiar el coche por la bicicleta como medio de transporte.
- Aún es verano. Aprovecha los fin de semanas. Entre los diferentes planes de fin de semana que puedes escoger está salir de la ciudad y hacer senderismo o actividades de campo. En este contexto, el psicólogo Miguel Ángel Rizaldos afirma que las personas que pasan más tiempo en contacto con la naturaleza tienden a experimentar emociones más positivas, albergando más vitalidad y felicidad. Además, sentir que aún podemos aprovechar los días de sol y calor ayudará a que el resto de la semana sea más llevadera.
- Haz cosas que te agradan. La vuelta a la rutina no tiene por qué ir ligada a dejar de dedicar tiempo a aquellas cosas que nos agradan. Es más, conviene buscar formas de incorporarlas a nuestro día a día, como, por ejemplo, leer el periódico tranquilamente durante el desayuno. Llevar en la cartera o de fondo de pantalla en nuestros dispositivos electrónicos imágenes de amigos y familiares o lugares que hayamos visitado, son elementos de motivación que evocan pensamientos positivos.
- Organiza los días para aumentar la sensación de ocupación. La organización de tareas del día ayuda a gestionar mejor el tiempo y no caer en el desánimo o frustración.
En definitiva, es importante adoptar una actitud proactiva, enérgica y saludable ante la búsqueda de nuevas formas de enriquecer nuestro día a día. Desde Instituto Tomás Pascual Sanz, animamos a valorar más lo presente que lo que se echa de menos y siempre seguir una alimentación variada y equilibrada, hacer actividad física de forma continuada y trabajar en nuestro bienestar emocional.
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# Consejos 10 – ¡Nos vamos a la piscina!
A la familia Fernández, como muchas otras familias, le gusta disfrutar de planes en familia o con amigos en la piscina. Cabe recordar, la importancia de llevar a cabo unas serie de medidas de precaución para que estas experiencias sean lo más saludables posibles.
En este sentido, hay que tener en cuenta:
- Correcta alimentación, variada y equilibrada.
- Las comidas ligeras permiten llevar una mejor digestión.
- Evitar la exposición directa del sol durante las horas centrales del día.
- Recordar consumir frutas y verduras – estas tienen un valor nutricional de calidad y, además, nos hidratan ya que tienen contenido en agua, incluso algunas, como el melón y la sandía, mucha cantidad de agua.
- Crema solar con factor de protección solar para protegernos de los rayos ultravioletas en la piel.
- Hidratación después de la exposición solar, preferiblemente con aloe vera, para proporcionar a la piel la hidratación necesaria para aliviarla y calmarla.
- Por supuesto, tener botellas de agua fresquitas a mano. Es fundamental no esperar a tener sed, ya que esto es un síntoma de alarma del cuerpo de falta de hidratación.
Aparte de estas, la familia Fernández nos cuenta otros trucos y consejos para que los planes en la piscina salgan redondos, saludables y divertidos.
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Actividad física y ejercicio: Práctica segura en verano
La llegada de la época estival puede suponer un punto de inflexión en la práctica de la actividad física. Muchos lo abandonan, perdiendo así las adaptaciones fisiológicas que han ido trabajando a lo largo del año.
Esta época resulta perfecta no sólo para dar continuidad al ejercicio físico y planes de entrenamiento, sino también, para iniciarse en ello, así como aumentar la actividad física diaria de todos nosotros. Todo ello, contribuye a mejorar la salud y calidad de vida.
En los meses de verano se produce una bajada de ritmo en general. Hay un aumento de horas de luz que invitan a salir al aire libre y se dispone de más tiempo para uno mismo. Debe aprovecharse esta situación favorable no sólo para mantener el nivel de actividad física, sino incluso aumentarlo o comenzar a introducir hábitos que impliquen una mayor actividad física a lo largo del día.
De acuerdo con las recomendaciones del Colegio Americano de Medicina del Deporte (ACSM, American College Sports of Medicine), se recomienda, en adultos sanos, la práctica regular de actividad física. En sus recomendaciones, afirman y sientan las bases de una práctica mínima y regular de ejercicio físico de intensidad moderada de 150 minutos a la semana (30 minutos 5 días por semana).
A su vez, establecen recomendaciones para el tipo de ejercicio, ya sea cardiovascular, de fuerza, flexibilidad y neuromotor. Todo ello con una progresión gradual que permita a cada uno ir adaptándose, así como evitar las temidas lesiones. Sin embargo, en la práctica deportiva en verano debe tenerse en cuenta ciertos factores para asegurarnos que la misma sea saludable y libre de riesgos.
PRECAUCIONES A TENER EN CUENTA PARA LA PRÁCTICA DEPORTIVA EN VERANO
Temperatura y factores ambientales – hidratación
El mayor problema lo plantean las condiciones ambientales y los aumentos de temperatura. El calor y la humedad son factores que afectan directa y significativamente en la frecuencia cardíaca y en la sudoración.
La actividad física provoca de por sí un aumento de la frecuencia cardíaca, y las altas temperaturas también, por lo que es más que necesario evitar la práctica de ejercicio en las horas en las que el calor y la temperatura son más altos. El objetivo es evitar un aumento excesivo del ritmo cardíaco, sobre todo en personas que tengan hipertensión.
En caso de realizar actividad física en estas condiciones, hay que tratar de mantener una intensidad más baja contrarrestando los efectos provocados por el calor.
Por otro lado, la humedad y el sistema que tiene nuestro organismo de autorregulación térmica, también afectan de forma significativa al rendimiento durante la práctica deportiva. El organismo siempre tratará de mantener su temperatura óptima expulsando calor a través del sudor.
Por ello, es muy importante controlar y mantener bien los niveles de hidratación en el organismo. No se trata de esperar a tener la sensación de sed para beber agua, sino evitar en todo momento que esta situación se produzca; en cuyo caso es un síntoma de deshidratación.
En la práctica de actividad física hay que hidratarse antes, durante y después del ejercicio para reponer no sólo el agua perdida sino todas las sales y minerales que son los responsables del correcto funcionamiento de las funciones vitales, así como de las contracciones musculares (sodio, potasio, magnesio). Por ello, es recomendable no solo la ingesta continuada y equilibrada de agua, sino también de alguna bebida isotónica para reponer tales minerales y sales perdidos a través del sudor.
Exposición solar
- Evitar estar demasiado tiempo expuesto al sol y procurar estar en zonas de sombra. Una larga exposición al sol puede provocar también una bajada de la presión arterial, mareos e insolación.
- Además, largas exposiciones al sol (ya sea caminando, sentado o jugando en la playa o bañándose), producen daños en la piel, por lo que es más que recomendable mantenerse protegido con una crema con alto grado de protección solar para evitar quemaduras, abrasiones y daños mayores a largo plazo.
Equipamiento adecuado
- Dadas los condicionantes anteriores, es muy importante elegir prendas que además de protegerte del sol (por ejemplo, camisetas para la práctica de deportes acuáticos), permitan una buena transpirabilidad del sudor y resulten cómodas.
Elegir materiales naturales, prendas ligeramente amplias y que no opriman ninguna parte del cuerpo, son vitales para poder practicar el deporte de forma segura.
Son aspectos a tener en cuenta y que pueden ahorrar más de un disgusto a quien las pase por alto.
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Beneficios de la Actividad Física para la Salud
“Mens sana in corpore sano”, este concepto proveniente de la Grecia Clásica, cobra una importancia vital en nuestra sociedad actual. Una sociedad que está viviendo cambios en su estilo de vida a un ritmo frenético, y en el que la toma de conciencia de la importancia del ejercicio y la actividad física debe primar en la sociedad como una parte vital de la salud.
El actual ritmo de vida de la sociedad en la que vivimos, lleva en la mayoría de las ocasiones a realizar todo con celeridad, sin detenimiento, a dejar de lado la alimentación tradicional, nos lleva a pasar demasiado tiempo sentados en la oficina, las horas de juego de los niños en la calle se han visto reducidas por largas horas sentados frente a los videojuegos, televisión o smartphones, entre otras muchas cosas. El estilo de vida ha cambiado y el ejercicio y la actividad física, han pasado a un segundo plano. La población se mueve menos, y las patologías asociadas a un estilo de vida inactivo y una mala nutrición, han crecido.
España es uno de los países que cuenta con un mayor índice de casos de obesidad, lo cual resulta realmente alarmante, teniendo en cuenta que vivimos en un país cuyas condiciones para el ejercicio y la vida al aire libre, así como la tradicional dieta mediterránea hacen óptimo un desarrollo saludable de la sociedad.
¿Cómo podemos combatir la inactividad en aras de mejorar nuestro estado de salud físico y mental?
Lo primero que ha de tenerse en cuenta es que, todo aquello que produzca un bienestar en nuestro organismo, a nivel psíquico y físico, repercutirá directamente en el modo en el que nos enfrentamos a nuestras tareas y obligaciones diarias, esto es, en nuestro rendimiento. Ya sea físico como intelectual.
Hay ciertos factores que sabotean el llevar una vida sana, como son el sedentarismo, la nutrición inadecuada, la falta de descanso, entre otros. Por ello, el introducir unos hábitos de vida que favorezcan una nutrición equilibrada, un buen descanso, así como la actividad y el ejercicio físico, provocarán una mejora en nuestra calidad de vida, en nuestra salud.
El ejercicio físico, se entiende como aquella actividad que implica un esfuerzo de nuestro sistema musculo- esquelético, ejercicios estructurados con el fin de mejorar alguna o todas las capacidades físicas (fuerza, resistencia, flexibilidad, velocidad); por el contrario, actividad física es aquella actividad que implica cualquier movimiento y con ello un gasto energético; actividades tales como: caminar hacia el trabajo, subir escaleras, limpiar la casa, sacar al perro a pasear.
Es cierto que en los últimos años se ha producido un aumento de la media de ejercicio físico semanal en una gran parte de la población, si bien si contabilizamos el tiempo de ACTIVIDAD REAL, a la que nos sometemos, ésta no alcanza ni un 2 % semanal, por lo que el efecto realmente, en términos absolutos no es tan bueno como se espera.
Imagina un individuo que trabaja en la oficina una media de 10 horas al día, otras 7 las pasa durmiendo, 1 hora sentado comiendo, y el resto en el coche para desplazarse al trabajo, otra hora en el sofá leyendo. Dicho individuo realiza ejercicio físico 3 horas a la semana, sin embargo, su índice de actividad o si pudiésemos medir cuánto tiempo está activo, éste no llegaría al 3 % ¿Cómo es posible?
Hay que mejorar nuestra actividad fuera y dentro de casa, esto es, introducir más actividad física que provoque que el cuerpo se mueva frente a la inactividad. Es decir, mejorar nuestros hábitos diarios a través de la actividad física.
Esto resulta mucho más sencillo de lo que parece: subir las escaleras de casa, si se usa transporte público para ir al trabajo, bajarse una estación antes para poder caminar más, dar un corto paseo de 5 minutos nada más comer, usar menos el coche para recados que podemos realizar caminando, levantarse cada hora u hora y media para movernos por la oficina etc… Todo es cuestión de dejar que el cuerpo se desarrolle y se mueva y recupere su funcionalidad.
El ejercicio y actividad física provocan innumerables beneficios en nuestro sistema fisiológico, en la regulación de la secreción hormonal y es la medicina frente a muchas patologías asociadas con un estilo de vida sedentario (obesidad, diabetes, osteopenia o pérdida de masa muscular).
El ejercicio físico, en concreto los programas de entrenamiento de fuerza, ayudan a mejorar el tono muscular de nuestro sistema musculo esquelético, lo que provoca un aumento del riego sanguíneo en ciertas zonas y el consecuente aumento de la masa ósea. Por otro lado, un programa de ejercicios funcionales y movilidad, ayudarán a tu cuerpo a moverse y controlarse mejor, de manera que puedes evitar dolores, molestias y sobrecargas debido al uso o mal uso de ciertas estructuras, así como evitar la atrofia muscular por pasar mucho tiempo inactivos.
El ejercicio aeróbico, provocará en el largo plazo una mejora del cardio-respiratorio, bajada de la presión arterial y una mejora del funcionamiento del corazón.
Pero este tipo de cambios, que deben introducirse de forma progresiva, no sólo provocarán que el organismo funcione correctamente, además provocan innumerables beneficios psicológicos.
Al realizar ejercicio físico, se segregan endorfinas, neurotransmisores, conocidas como la fórmula de la felicidad, y esa sensación de bien estar, conlleva a que el estado anímico sea positivo, tengamos más energía y podamos enfrentarnos a las responsabilidades y problemas diarios con una actitud más abierta. Por otro lado, se produce una mejora del rendimiento cognitivo.
Ahora que comienza el buen tiempo, es buen momento para salir a la calle a moverse y sentir los beneficios del ejercicio y actividad física.