Evidencias fósiles de comportamiento social en los homínidos
Desde el punto de vista de la Arqueología y de la Paleontología podemos aportar un factor importante: la tercera dimensión, el tiempo, con lo cual se pueden estudiar los modos y los tempos en cualquiera de la áreas del conocimiento.
Los arqueólogos trabajan sobre los objetos que produce la mente – la industria, la tecnología- y el objeto en sí mismo da información sobre una técnica, y de alguna manera eso nos permite abordar un comportamiento.
Por su parte, los paleontólogos pueden aportar los rasgos psicológicos y las relaciones entre los individuos, que son muy difíciles de abordar incluso con organismos vivos, y más al trasladarlo al pasado. Por ejemplo la distribución espacial de los objetos en los yacimientos nos habla de comportamientos, si el registro se excava adecuadamente y si es bueno, es decir si hay una continuidad de ocupación en un yacimiento.
El paleontólogo, que es un biólogo de formación, estudia cómo son los seres vivos desde el punto de vista biológico. Y hay una relación bastante directa que son las evidencias de enfermedades que dejan sus rasgos o signos en los restos óseos y que podamos estar seguros de que esos rasgos fueron incapacitantes. Esto es relevante porque si una enfermedad produce una incapacidad implica que la supervivencia de ese individuo no puede ser por sí misma sino que tiene que contar con los demás. Y éste es el punto en el que podemos trabajar en la línea de comportamiento o rasgo psicológico de poblaciones humanas del pasado.
¿Qué nos hace humanos?
Ésta es la preocupación desde todas las disciplinas. A los paleontólogos nos interesa cuáles son aquellos rasgos que nos permiten distinguir una especie humana de la que no lo es. Y ese es nuestro trabajo principal. Y de ahí hacer inferencias sobre su paleobiología. Por ejemplo, a partir de un resto óseo podemos decir si una especie es bípeda o no, y previamente hemos constatado que ese rasgo es una condición sine qua non para aquellos organismos que forman parte de nuestra línea evolutiva, y no de la de los grandes monos.
¿Cómo podemos inferir un comportamiento humano? Desde el punto de vista de la arqueología una de las preocupaciones se ha basado en los enterramientos. Somos la única especie del planeta que sabe que va a morir y eso condiciona toda nuestra existencia, como individuos y como sociedades. Y eso se refleja en el tratamiento que hacemos de la vida y de la muerte, e s decir, somos capaces de trascender a la muerte a través de un sentimiento que todos conocemos como muy humano, que es el amor a las personas desaparecidas.
Y eso tiene una traducción, por ejemplo, en la mente simbólica de nuestra especie. ¿Cuándo empieza el simbolismo? Esa es otra de las grandes preguntas. ¿Qué es lo que tenemos que reconocer en una evidencia para que sea interpretada como símbolo? Pues, por ejemplo, los enterramientos son una buena evidencia.
Si analizamos desde el punto de vista historicista cómo hemos ido abordando el conocimiento desde la paleontología humana, primero nos hemos conocido a nosotros mismos, a nuestra especie. Hemos conocido fósiles de los primeros Homo Sapiens y después hemos conocido fósiles de otra especie que no existe hoy, pero que es muy próxima evolutivamente, que son los Neandertales. Se ha cuestionado durante mucho tiempo si éstos enterraban o no y a día de hoy parece que hay un consenso y se está de acuerdo en que muchas de las evidencias de restos son claramente enterramientos. Lo que nos hace humanos, al final, es tener capacidad volitiva: voluntad.
Cooperación. Altruismo. Compasión
Cooperación implica la relación de al menos dos organismos. Esto no es exclusivo de los seres humanos y la diferencia es cómo y cuándo se manifiesta esa cooperación.
Un segundo paso de cooperación es el altruismo, que es uno de los puntos de investigación desde el punto de vista epistemológico de cómo se ha dado la evolución, a qué nivel actúa la selección natural, a qué nivel de la organización de la vida.
Voy a comentaros que evidencias tenemos de posibles signos de enfermedades en restos de homínidos que se puedan interpretar como incapacitantes y que indiquen una supervivencia gracias a una cooperación especial, el altruismo. Y ahondando un poco más, a la compasión. De hecho hay una nueva línea que se titula “Prehistoria de la compasión”, cuando surge ese sentimiento que todos creemos que es tan propio de nuestra especie.
Yacimiento de Dmanisi
La primera vez que se mencionó que podía haber un homínido con una enfermedad incapacitante se describió para un fósil encontrado en un yacimiento de Dmanisi, en Georgia, donde se encontró un registro de cráneos sorprendente. Lo más increíble en el momento del descubrimiento de estos fósiles fue que la morfología no correspondía, y al ser difícil establecer relaciones filogenéticas se creó una nueva especie llamada Homo georgicus. Al datar el yacimiento correspondía a casi dos millones de años en el Cáucaso, es decir, fuera de África. Tienen rasgos de otras especies: Homo ergaster, habilis o australopithecus. Se trata de un punto caliente en evolución humana que nos va a permitir conocer cuándo y cómo empezaron las migraciones de África.
La morfología de la mandíbula indica claramente que hay una reabsorción, pérdida del hueso, y eso sólo se produce cuando las piezas dentarias se pierden en vida. Para que la reabsorción sea total al menos deben pasar entre seis meses y un año, aunque en un mes ya se observa un principio de remodelación. En este caso concreto la reabsorción es muy importante y sólo conservaba dos alvéolos de dos piezas. Y esto llevo a proponer que este individuo no podía manejarse por sí solo sin la ayuda del grupo. Esta evidencia, sin embargo, no es suficiente para asegurar que hacía falta la intervención de otra persona o de un grupo, porque haciendo un estudio comparado con registros de primates actuales se ha visto que hay bastante individuos que tienen pérdidas de piezas dentarias importante y que son capaces de manejarse. Por lo que este fósil como evidencia de este tipo quedó en cuarentena.
Se habla también de un esqueleto en África de Homo ergaster que tiene un engrosamiento de las corticales generalizada que podría corresponder a una hipervitaminosis A (que se produce en carnívoros por la ingestión de hígados ricos en vitamina A), que puede producir la muerte. Y en este caso la supervivencia fue importante.
El registro mejor conocido es el nuestro propio y el de los Neandertales. Hay muchos casos dentro de los Neandertales de patologías severas que implicarían el cuidado del grupo. Por ejemplo uno de los casos más famosos es el esqueleto del Viejo de Shanidar que tiene una amputación del brazo derecho por encima del codo, además de signos de raquitismo, pérdida de piezas dentarias y traumatismos más o menos graves. La alteración que se ha producido en los huesos del brazo es tan importante que se sabe que tuvo que producirse durante la adolescencia del individuo y la edad calculada de su muerte es de más de 40 años.
Atapuerca. Sima de los Huesos
Atapuerca y los fósiles recuperados en la Sima de los Huesos de la especie Homo heidelbergensis (que consideramos antepasada de los neandertales) constituyen el yacimiento en el que más restos fósiles se han recuperado hasta la fecha. Hay restos de al menos 28 individuos de todas las edades. En esta muestra de fósiles se pueden estudiar, casi por primera y única vez, una población en el registro fósil.
Desde el punto de vista geológico nos resulta imposible distinguir si todos los restos de homínidos se acumularon en el mismo día, semana, siglo o milenio. Y la pregunta es: ¿qué hacen 28 individuos en el fondo de una sima a más de 54 metros de profundidad? Pensamos que otros homínidos le situaron allí porque está en un lugar muy apartado, no conocen el fuego, etc.
Hay restos de ambos sexos y cada año durante un mes de excavación recuperamos una parte de este registro y el resto del año lo que hacemos es recomponer puzles.
En esta muestra hay una frecuencia muy elevada de huesos supernumerarios en el lambda (huesos lambdáticos, wormianos o del inca). Y éste es uno de los rasgos epigenéticos con alta heredabilidad. Esto es importante porque creemos que estos huesos, de alguna manera, están emparentados. Es una población biológica homogénea.
Aquellas enfermedades que matan suelen ser fulminantes con lo cual no dejan registro en los restos óseos, son aquellas que se mantienen durante bastante tiempo las que producen una respuesta inmunitaria y una cierta cronicidad. Es decir, para que una enfermedad deje marca en un hueso tiene que estar activa en el organismo durante un largo tiempo, y no son las que matan. De modo que aunque es una de nuestras ilusiones poder determinar la causa de muerte no siempre lo conseguimos.
En uno de los individuos más jóvenes (debió morir entre los 9-12 años) en la ceja izquierda tiene una depresión muy marcada con signos de remodelación ósea. Es la imagen típica de un golpe en el hueso en fase de curación en el momento de la muerte del individuo, pero probamente no murió por ese golpe.
También encontramos artritis temporo-mandibular, es una patología muy frecuente y es una de las líneas de investigación ¿Cómo es posible en individuos muy jóvenes?
Miguelón
Miguelón es el cráneo número 5 recuperado en la Sima de los Huesos. Es el cráneo más completo y mejor conservado del registro de la evolución humana del mundo.
En el año 1992, el último día de campaña, se encontraron los primeros restos, incluidos los huesos de la nariz. Hay muy pocos fósiles de una antigüedad similar (de 300.000 a 500.000 años) en el planeta con registro facial completo. El año siguiente se encontró la mandíbula y en el año 99 encontramos dos piezas más. Los incisivos centrales tienen el desgaste total de la corona, es decir, es un individuo que murió más allá de los 40-45 años.
En el año 2001 encontramos su ceja izquierda y una parte del maxilar del lado derecho. Para saber qué procesos patológicos tenía asociada la deformidad tan marcada del maxilar lo sometimos a un chequeo completo (escáner, radiografías.) y encontramos evidencias en aparato oral de cálculos dentales, placas bacterianas marcadas, gingivitis, accesos de infecciones en el ápice de los dientes, un desgaste dental muy acusado, un diente roto y osteítis maxilar.
El cálculo es una placa calcárea adherida a la superficie del diente que es fácil que se pierda en el proceso de enterramiento y post enterramiento. Aquí se ve que estaba por debajo del cuello del diente y se metía en las raíces, y también hay un proceso de reabsorción de la mandíbula importante. Además está acompañado de un signo indirecto, en la parte distal del primer molar hay un semicilindro que va desde la parte bucal a la lingual, anomalía que tienen muchos de los dientes de la Sima de los Huesos, y se describió como producida por un objeto de forma artificial (es decir, es la evidencia más antigua del uso de un palillo de dientes). Al encontrar la corona del M2 vimos que tenía el signo simétrico.
En la mandíbula tiene dos abscesos y para liberar la pus se evacúa a través de una fístula. En el diente de al lado también hay una superficie redondeada típica de otra fistulación, es decir, que tenía un proceso infecciono inflamatorio en al menos dos piezas dentarias de su mandíbula.
En los incisivos la exposición de la cavidad pulpar es tan grande que se ven los depósitos de dentina secundaria. Y en el resto de la dentición, prácticamente todas las coronas han desgastado su esmalte y dejan dentina al aire, signo de una abrasión salvaje. También tiene un diente roto, que se rompió en vida, porque los bordes de la fractura están redondeados.
En cuanto a la inflamación, que ocupa toda una parte del maxilar, ha deformado el borde de la nariz y para descartar un posible tumor se estudian las cavidades de los senos maxilares que están intactas, tanto la órbita como los senos.
Todo ello nos llevo a pensar que la importancia de la lesión afectaba más al tejido blando que al tejido duro. Creemos que se partieron los cartílagos nasales, los músculos estarían completamente alterados y hay poros de drenaje. Y concluimos que Miguelón debió recibir un golpe importante que rompió el diente y que produjo los signos asociados, es decir, un proceso infeccioso en el tejido blando que llegó a afectar al tejido duro y que estaba activo en el momento de la muerte del individuo. Además todo ello se produce en el triángulo de la muerte, zona está muy irrigada y es fácil que se produzca una diseminación al encéfalo y una muerte por septicemia. La pregunta es ¿Miguelón murió por esa enfermedad? No podemos contestar, pero podría ser.
Benjamina
En este caso se trata de un cráneo de un individuo joven que estaba deformado (podría ser una deformidad post-morten por la presión de los sedimentos) y nos llamó la atención que tiene una frente muy vertical. Debió morir entre los 8-12 años.
Esa deformidad correspondía a la fusión temprana de dos suturas del cráneo, craneosinostosis, es una patología que se engloba actualmente dentro de las enfermedades raras, en concreto es la fusión entre el parietal y el occipital (lamboidea), que es la más rara. Y en la sutura simétrica se han generado pequeños osículos supernumerarios, que protegen el encéfalo.
La forma trapezoidal del cráneo se puede producir por la posición del bebe recién nacido en la cuna en la misma postura. Las craneosinostosis se operan a partir del tercer mes para evitar las lesiones en el encéfalo, aunque en las llamadas deformaciones posicionales no es necesario.
En este caso hay tres posibilidades que pueden explicarla: que sea genético, que sea metabólico por falta de vitaminas o anemias, y por último el origen traumático intraútero durante la gestación o por un embarazo gemelar o múltiple.
La deformidad del cráneo se produce por compensación. Como se fija una sutura, el cráneo crece por donde puede, de manera que tenemos fosilizado el tamaño que tenía el parietal en el momento que eso ocurrió y hemos extrapolado qué tamaño tenía el parietal calculando la distancia desde el punto de crecimiento del parietal a la sutura. Y dedujimos que corresponde al tamaño de un feto de la semana 28 que nació con esta deformación (aunque no necesariamente los niños que padecen esta deformidad tienen déficit del desarrollo psicomotriz).
A partir de la impronta endocraneal en los huesos sacamos el molde encefálico y éste mostró que había unas granulaciones, que son lugares donde se acumula líquido cefalorraquídeo por pérdida de la flexibilidad de las membranas. Esto no es grave en adultos, pero en un niña, creemos de 10 años, es un signo de presión intracraneal elevada y por lo tanto podemos inferir que podía tener algún tipo de deficiencia psicomotriz. Esto quiere decir que es uno de esos casos rarísimos en el registro fósil de evidencia de cuidado mas allá del parental, es decir Benjamina sobrevivió porque alguien voluntariamente cuidó de ella, no sólo su madre sino todo el grupo. Y querer por voluntad es un rasgo muy humano. Por ello se llama Benjamina que en hebreo significa la más querida.