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HIGIENE DENTAL DE LOS NIÑOS

El verano y las vacaciones deterioran la higiene dental de los niños

HIGIENE DENTAL DE LOS NIÑOS

ya que disfrutan de más tiempo libre, que generalmente invierten en actividades fuera de casa, como los campamentos o las excursiones, según han informado expertos de Sanitas Dental.

Esto hace que, tal y como han detallado, el cepillado diario pase a ser menos frecuente y se tienda además a consumir más alimentos azucarados, como los helados o las bebidas que favorecen la aparición de caries. Del mismo modo, la actividad física de los niños favorece la deshidratación, que reduce el flujo salivar e influye en el ataque de bacterias y ácidos, que atacarán a los dientes.

Otro factor que influye en la salud bucodental es el incremento de traumatismos dentales, un problema común en los niños. En el caso de que un niño se dé un golpe y se le caiga un diente, los especialistas de Sanitas Dental han recomendado ponerlo en un vaso de leche y, antes de que pasen dos horas, acudir a un experto.

“El verano es un periodo complicado para la salud dental de los niños ya que hay muchos desplazamientos y los helados, y las bebidas azucaradas son habituales, por lo que es fundamental que cuiden su higiene bucodental”, ha recalcado la directora médica de Sanitas Dental, Alma Fernández Arias.

Finalmente, ha abundado en la importancia de no interrumpir las revisiones al dentista durante el verano, mantener el cepillado diario después de cada comida y no abusar de los alimentos azucarados.

alimentación de la madre lactante

¿Cómo ha de ser la alimentación de la madre lactante?

alimentación de la madre lactante

Alimentación de la mujer durante la lactancia

Comer bien es el mejor te quiero. Este es el lema del Día Nacional de la Nutrición, dedicado este año a la alimentación saludable en el embarazo y la lactancia. Desde la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética, promotores del Día Nacional de la Nutrición, recuerdan la importancia de seguir una alimentación saludable para la mujer embarazada y en período de lactancia. El Instituto Tomás Pascual Sanz quiere colaborar con este decálogo de consejos para una alimentación sana de la mujer lactante, realizada con ayuda de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).

  1. Debe establecerse una dieta de seis comidas bien repartidas a lo largo del día.
  2. La leche o los derivados de ella deben estar presentes en cada una de las seis comidas.
  3. Los azúcares debe tomarse en, al menos, cuatro de las seis comidas establecidas. Deben ser azúcares complejos y evitar los azucares refinados.
  4. Las grasas deben ser de origen vegetal. Deben aportarse en la misma proporción (saturadas, monoinsturadas, poliinsaturadas), que en la dieta de un adulto sano. Se debe evitar la grasa de origen animal.
  5. Las frutas y verduras deben debe estar presentes en, al menos, cinco de las seis comidas propuestas, para asegurar un aporte adecuado de vitaminas, minerales y fibra.
  6. Se recomienda evitar dietas restrictivas y mucho más si son para perder peso. Esta idea se debe dejar para otro momento menos comprometido.
  7. Hay que tener mucho cuidado con las dietas restrictivas, disociadas o modificadas, tanto en nutrientes como en energía.
  8. Se debe asegurar un aporte de líquidos de unos 2,5-3 litros diarios.
  9. Se debe cuidar la higiene de las mamas para evitar complicaciones de tipo infeccioso que dificulten o impidan la lactancia.
  10. Se debe tener especial cuidado con la toma de antibióticos, anticonceptivos orales, drogas, alcohol, tabaco, etc. que puedan pasar a la leche, causando efectos nocivos sobre el recién nacido.
Los efectos negativos de las dietas milagro en la salud

Los efectos negativos de las dietas milagro en la salud

Los efectos negativos de las dietas milagro en la salud

Los efectos negativos de las dietas milagro en la salud

La llegada del verano provoca que muchos hombres y mujeres recurren a las denominadas dietas milagro, como dietas muy altas en proteínas, dietas de ayuno,  la dieta OMG, de la piña, de la alcachofa, etc.

“Sí es cierto que realizando muchas de estas dietas milagro uno puede perder kilos de forma rápida pero, ¿qué pasa después? ¿Tendremos efecto YO-YO? ¿Puede haber algún perjuicio para la salud?”, se pregunta Marta Fernández de Angulo Martínez, de la Unidad de Nutrición y Dietética del Hospital Viamed Santa Ángela de la Cruz, de Sevilla.

La gran mayoría de estas dietas milagro nos auguran un efecto yo-yo una vez finalizadas. Pero no es ese el único problema, ya que, según los expertos, las dietas milagro pueden tener efectos negativos para la salud.

Algunos de estos perjuicios para nuestra salud son:

  • Mareos y debilidad generalizada.
  • Disminución de la capacidad de concentración y atención.
  • Estreñimiento.
  • Anemia ferropenia o déficit de otros nutrientes de importancia.

Si mantenemos una dieta muy hiperprotéica durante un largo periodo de tiempo nos podemos encontrar con los siguientes perjuicios de más gravedad:

  • Cetosis, que si no está controlada puede tener muy graves problemas de salud.
  • Enfermedades de origen hepático y renal como consecuencia de la carga proteica administrada al organismo.
  • Elevación del ácido úrico y gota.
  • Aumento del riesgo de padecer osteopenias y osteoporosis.

En conclusión, según Marta Fernández de Angulo, “para disminuir de peso, mejor hacerlo de una forma algo más pausada teniendo una alimentación baja en calorías pero equilibrada, realizando actividad física y adquiriendo en el proceso unos hábitos alimentarios adecuados para que nos aseguren un mantenimiento del peso ideal en el tiempo”. Y, para ello, es necesario ponerse en manos de especialistas en dietética y nutrición, asegurando el estado de salud.

celíacos, gluten. dieta sin gluten

Diez falsos mitos sobre alimentación

1. EL PAN ENGORDA. El pan ha tenido mala prensa y alrededor del mismo circulan varios mitos que no siempre son ciertos. Uno de ellos dice que el pan engorda, pero lo cierto es que lo que aumenta las calorías del pan suele ser lo que le acompaña: mermeladas, mantequillas, salsas, embutidos… Además, la composición del pan es la misma por dentro que por fuera, lo que desmonta la creencia de que la miga engorda más que la corteza.

2. SI COMES LA FRUTA DE POSTRE, ENGORDAS. Una fruta tiene las mismas calorías antes que después de las comidas, por lo que engorda lo mismo. La única ventaja que tendría consumir la fruta antes es que, gracias a su alto contenido en fibra y agua, produce un efecto saciante.

3. LOS CONSERVANTES DE LAS LATAS Y BOTES SON CANCERÍGENOS. Los conservantes hacen la cadena alimenticia más segura. Cuando un conservante va precedido de la letra E, al contrario de los que dicen algunos falsos mitos, no es que sea dañino, sino que su uso ha sido autorizado al no tener riesgos para la salud.

4. BEBER AGUA DURANTE LAS COMIDAS ENGORDA. El agua es acalórico, es decir, no engorda. Se tome cuando se tome. Sí es cierto que beber agua antes de las comidas puede producir un efecto saciante, por lo que se recomienda en algunas dietas de adelgazamiento. Además, es importante consumir una cantidad adecuada de agua, entre 1,5 y 2 litros diarios.

5. MEZCLAR HIDRATOS Y PROTEÍNAS ENGORDA. Las dietas disociadas, basadas en no mezclar en la misma comida alimentos ricos enhidratos de carbono con alimentos proteicos, no tienen fundamento científico. Los alimentos en sí mismos son una mezcla de nutrientes, por lo que no se puede separa la ingesta de hidratos y proteínas.

6. LAS VITAMINAS ENGORDAN. Las vitaminas son nutrientes que no aportan energía y por tanto es imposible que engorden. Las cantidades necesarias de vitaminas varían según la persona, ya que dependen de factores como el sexo, la edad, si existe alguna enfermedad…

7. SALTARSE UNA COMIDA ADELGAZA. Falso. Saltarse una comida es un mal hábito. Se recomienda realizar cinco tomas diarias, lo que ayuda a no llegar con mucha hambre a la siguiente comida. Así, controlamos mejor la ingesta de grandes cantidades de comida y evitamos el aumento de peso.

8. LAS MONODIETAS SIRVEN PARA ADELGAZAR. A la larga es falso. Las monodietas se caracterizan por comer un único tipo de alimento. Tienen muy bajo contenido calórico y puede originar, en principio, una pérdida de peso. Pero en realidad, al finalizar la dieta, se estimula la ingesta excesiva de alimentos, lo que lleva nuevamente a la ganancia de peso, el conocido como efecto yo-yo.

9. LOS DIABÉTICOS NO PUEDE COMER HÍDRATOS. Se dice que los alimentos ricos en hidratos de carbono están prohibidos para los diabéticos. No es cierto. Es necesario un equilibrio en la ingesta de carbohidratos, insulina y actividad física para lograr un control adecuado de los niveles glucemia.

10. LOS ALIMENTOS CON GRASAS VEGETALES SON MÁS SANOS. Muchos alimentos indican en sus etiquetas que contienen “grasas y aceites vegetales”, lo que lleva a pensar que contiene aceite de oliva o girasol, y por lo tanto, son más sanos. Pero lo cierto es que en la mayoría de los casos son grasas saturadas, procedentes del aceite de coco y de palma, perjudiciales para la salud cardiovascular.

Estos falsos mitos sobre alimentación nos los ha proporcionado el nutricionista Ramón de Cangas, autor del libro 111 Mitos y Leyendas Alimentarias.

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tomar helados con moderación

Helados, en su justa medida; una forma divertida de completar una alimentación equilibrada

tomar helados con moderación
Los helados son uno de los postres preferidos para combatir las altas temperaturas durante los meses de verano y, según la nutricionista de Unilever España Diana Roig, también tienen cabida dentro de una dieta equilibrada y pueden servir para completar una buena alimentación “de una forma divertida”.

Aunque de entrada pueden llegar a parecer alimentos calóricos, esta experta reconoce que los helados se pueden incorporar ocasionalmente a la alimentación como postre o merienda.

Entre los que se elaboran a partir de una base láctea, la mayoría están formados por leche desnatada, azúcares y grasas, mientras que los que se hacen a base de agua –conocidos popularmente como polos o sorbetes– están formados principalmente por agua, azúcares y zumos de frutas.

Entre estos últimos, ha destacado que en los helados especialmente diseñados para niños como los ‘Calippo’ y ‘Twister’ se han reducido los azúcares y más del 10% de su contenido es zumo de frutas.

Además, ha apuntado Roig, los hay que contienen leche fresca y son ricos en calcio, tanto que aportan el 30% de la cantidad diaria recomendada de este mineral y es “una buena opción para completar la ingesta de calcio de aquellas personas que, por gustos o hábitos, no consumen lácteos, o bien para aquellas personas que requieran un aporte adicional del mismo”.

Junto a estas propiedades, los helados también tienen otras ventajas ya que su textura los convierte en alimentos de fácil masticación, mientras que su sabor dulce y refrescante influye en el estado de ánimo generando una sensación de placer única y propia de estos alimentos, ha defendido.

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depresión, dieta mediterránea

El papel de la dieta mediterránea en la prevención de la depresión

depresión, dieta mediterránea

La dieta mediterránea podría tener un papel preponderante en la prevención de la depresión, según asegura el miembro de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), el doctor Miguel Ángel Martínez-González. El experto, que acaba de publicar un artículo en la revista especializada BMC Medicine bajo el título Dieta, ¿una nueva forma de prevenir la depresión?, sostiene que esta teoría “abre una vía importante al conocimiento”.

Para él, el objetivo es “anticiparse a este grave problema de salud pública”, el cual se ha convertido “en una auténtica epidemia en la sociedad actual”. Además, “la obesidad y la depresión son una peligrosa relación, ya que está demostrado que el exceso de peso se asocia con un mayor riesgo de sufrir cuadros depresivos y viceversa”, explica.

Ahondando en la publicación de Martínez-González, se observa que la dieta mediterránea no sólo protege de las enfermedades cardiovasculares y de algunos tipos de cáncer, sino que, además, “puede reducir el riesgo de depresión entre un 40 por ciento y un 50 por ciento”.

En su opinión, los alimentos clave para la prevención son “las frutas, los cereales, las legumbres, los frutos secos, el pescado y las verduras”. Además, el consumo de ácidos grasos omega 3 y el de aceite de oliva influyen en la estructura de las membranas de las células nerviosas “y mejoran el funcionamiento de la serotonina, un neurotransmisor implicado en la depresión”, asegura.

Así lo ha constatado tras realizar este trabajo sobre 10.000 voluntarios y hallar que, en los que se alimentaron de una manera similar a la que se hace en el sur de Europa, la incidencia de depresión tras cuatro años de seguimiento “resultó considerablemente menor que en el resto”.

La obesidad es más habitual en las clases bajas

Martínez-González recuerda que la depresión “puede conducir a hábitos dietéticos más pobres”, lo que también está demostrado que “acaba derivando en un exceso de peso”. De hecho, estudios anteriores han evidenciado que incidencia de la obesidad “es mayor en las clases más desfavorecidas”.

Por esta razón, el especialista de la SEEDO considera “clave” mejorar la educación en los hábitos alimentarios, ya que prevenir a tiempo “es el mejor tratamiento”. A tenor de ello, destaca la psicoterapia cognitivoconductual, la cual está indicada “para las personas obesas que sufren depresión”.

Por último, esta sociedad avala también diferentes investigaciones sobre la existencia de un componente genético común a los trastornos del estado de ánimo y a la obesidad. Una de las más recientes, que fue realizada por la Universidad de Granada, sostiene que el gen responsable del exceso de peso, el FTO, “también es el responsable de la depresión”.

alimentación y felicidad

Cómo influye la alimentación en la felicidad

 

alimentación y felicidad

Tenemos una capacidad no explotada completamente de regular nuestras emociones. Podemos elegir -hasta cierto punto- qué emociones tener, gestionarlas para que se parezcan a lo que queremos estar experimentando, y así lograr la felicidad.

Los componentes de la felicidad

La felicidad entendida como un todo es difícil de conseguir, pero si la separamos en distintos componentes más pequeños nos va a costar menos conseguirla. Y los competentes podrían ser: energía, las ganas de hacer cosas, que tiene que ve con el optimismo y es una experiencia muy física, nos sentimos con fuerzas; en segundo lugar el estado de ánimo (quizás esto es lo que más tenemos identificado con la felicidad), es la vivencia emocional de encontrarnos bien; y en tercer lugar la satisfacción, que sería la valoración que hacemos en un periodo largo de nuestra vida en la que nos paramos a pensar si nos gusta lo que hemos vivido hasta ahora.

La relación entre estos tres aspectos va a amplificar mucho o va a permitir entender cómo actuar sobre nuestra felicidad. Sobre la satisfacción el efecto de la alimentación lo ejercemos a través de nuestra capacidad para conseguir cosas. Sentirnos satisfechos es valorar que hemos sido capaces de hacer lo que nos propusimos, de que hemos alcanzado metas o retos con nuestro esfuerzo, y para eso tenemos que tener nuestra cabeza ágil y con la capacidad de resolver problemas de una manera rápida y eficaz.

¿Cuáles serían las claves de esta forma de alimentarnos para potenciar cada uno de estos componentes?

Energía

¿Qué es lo que nos suele subir la energía? El azúcar, las cosas dulces. Su efecto es inmediato pero probablemente al cabo de 30-45 minutos desciende. Por lo tanto para sentirnos bien en un momento puntual es una buena idea ingerir hidratos de carbono. Pero si queremos estabilidad y que la emoción no varíe necesitamos otro tipo de alimentos: los cereales, como pasta y arroces integrales. La relación que hay entre el estado de ánimo y el consumo de hidratos de carbono está mediada por la serotonina.

Asimismo, la mejor fuente para aportar energía de manera duradera son las proteínas, de hecho cuando nos pasamos de proteínas pasamos de estar enérgicos a estar tensos, e incluso hostiles. En los estudios realizados se ha visto que con una proporción elevada de proteínas en el desayuno la sensación de energía es mayor, más duradera y más controlada.

Satisfacción

La satisfacción también tiene que ver con la ingesta de proteínas. A nivel intelectual uno de los resultados más llamativos es que la ratio de proteínas cuando está un poco más alta permite que los efectos de aprendizaje duren más. Estar cargados de azúcar nos hace estar más alerta y podemos procesar la información más rápido pero el aprendizaje es más eficaz cuando balanceamos bien el consumo de proteínas.

Estado de ánimo

Y por último la gran clave de la alimentación y las emociones, y el rendimiento son los ácidos grasos. Por un lado mejoran el estado de ánimo, hacen que haya más serotonina disponible y que hagamos mejor uso de ella. Y por otra parte también afecta al rendimiento sobre dos procesos críticos, que tienen que ver con la capacidad de nuestro sistema nervioso para ser plástico, para adaptarse y aprender más; y para oxidarse menos, para envejecer intelectualmente un poco más despacio.

Eso es sin duda la clave de la alimentación. Y no siempre lo respetamos. Muchas veces nos saltamos el desayuno. No es sano hacer pocas comidas de grandes ingestas, no es sano a nivel emocional ni a nivel de rendimiento intelectual. Después de un periodo largo sin comer darnos una dosis alta de comida nos induce rápidamente en un periodo de bajón, de hecho en la literatura científica se llama “bajón post-almuerzo” y va de media hora hasta 3 horas donde podemos estar en una especie de aletargamiento intelectual que puede tener un coste alto en el mundo laboral, por ejemplo.

Por lo tanto hay que distribuir más y mejor la cantidad de comida que ingerimos en diferentes tomas, dejando que no pasen más de tres horas o tres y media entre una comida y otra.

El desayuno es clave

El desayuno es clave y debería de contener el 20% o más de las calorías que necesitamos para el resto del día. Y esto deberíamos hacerlo con todas las comidas, trocearlas en unidades entorno al 20%, de forma que estaremos mucho más activos y mejor a nivel emocional durante todo el día.

También es importante enseñarle esto a los niños. La capacidad de contagiar las emociones es muy alta y la capacidad de servir de modelos a gente que nos observa también.

 

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dieta mediterránea

Dieta Mediterránea: Un modelo de felicidad y salud

 

dieta mediterránea

Como en otras facetas de la vida, en Nutrición hay dos mundos opuestos. Para un número creciente de personas la felicidad viene reflejada por la disminución de consumo de varios componentes de nuestra dieta, porque el gran problema de la Nutrición en España es el sobrepeso y la obesidad. La felicidad cuando hemos alcanzado la mayor disponibilidad de alimentos en la historia viene dada por disminuir la ingesta de algunos nutrientes que nos llevan a este problema.

Por el contrario, lo que todavía es mayoritario, es que la felicitad y la salud va a venir dada por alcanzar unos mínimos que permitan tener un estado de nutrición y salud, y de calidad de vida y felicidad.

¿Cuántas comidas haremos a lo largo de nuestras vidas? Las mujeres más de 90.000, considerando tres comidas al día, y los hombres unas 82.000 (porque ellos viven una media de 7 años menos). Y la pregunta es ¿cuántas comidas son de felicidad? Cuantas más veces hayan sido compartidas más felices seremos y nutricionalmente más saludables.

La Dieta Mediterránea (DM) está de moda. Si buscamos en google DM en inglés (septiembre 2012) hay seis millones de entradas y en el término en español hay un millón y medio de entradas.

Modelo de DM

El modelo de DM es una confluencia de culturas, hábitos alimentarios y estilos de vida, que tradicionalmente ha abarcado los países ribereños de la cuenca mediterránea.

Es una dieta simple y éste es uno de los principales problemas, ya que cuando la población de un país mejora en calidad de vida y condiciones económicas se toman más alimentos ricos en proteínas de origen animal que van acompañados de grasa saturada, azúcares, etc.

Se trata de una dieta sencilla y variada. Desde el punto de vista de evidencia científica de los beneficios de la DM el recorrido es largo, estamos hablando de los años 50 cuando los anglosajones nos describieron los beneficios (el grupo del profesor Keys y colaboradores a partir del “Estudio de los siete países”). Ya en 1959 el profesor Keys daba estas recomendaciones:

-Mantener el peso adecuado.

-Reducir el consumo de grasa saturada.

-Usar preferentemente aceites vegetales y mantener el aporte calórico de las grasas por debajo del 30%.

-Consumir verduras, frutas, y lácteos.

-No abusar de la sal ni del azúcar refinado.

-Realizar regularmente ejercicio físico.

-Evitar el tabaco, alcohol y excitantes.

-Visitar al médico con regularidad y evitar preocuparse en exceso.

El mensaje hoy sigue siendo el mismo. La única diferencia es que lo que se escribía en los años 60 estaba muy cercano a la calle, es decir, podían ser seguidas por la mayor parte de la población. Sin embargo, ahora nos encontramos un distanciamiento entre las recomendaciones y la realidad.

Hábitos alimentarios característicos de la DM

Son los siguientes:

-Aceite de oliva como principal grasa culinaria.

-Abundancia de alimentos vegetales.

-Consumo frecuente de pescado.

– Ingesta regular y moderada de vino en las comidas.

– Consumo moderado de carnes rojas y productos elaborados que los contienen.

– Uso frecuente de especias y condimentos.

-Y, un estilo de vida: socialización durante las comidas, la siesta y la práctica regular de actividad física.

No sólo es importante lo que se come, sino cómo se come, cómo se comparte. Éste es el gran principio de la DM en cuanto a estilo de vida. Actualmente no socializamos, no compartimos, los datos son alarmantes. En una ciudad como Madrid se realizan menos de 1,5 comidas compartidas en familia a la semana por la gente joven. Pero además hemos cambiado la mesa del comedor o la cocina por el sofá o la habitación, y no es infrecuente comer en la oficina, el parque o la calle.

Dieta antidieta

A la DM yo la denominaría la dieta antidieta, soluciona lo que muchas veces buscamos en otro tipo de dietas, soluciona los sacrificios porque permite comer de todo (no excluye nada) con mayor o menor frecuencia. También evita la monotonía porque el gran binomio de la DM ha sido salud y placer. Comemos por salud y por placer (o felicidad).

Otra clave de la DM es la frugalidad, hay que ser restrictivo, y algo fundamental hay que conocer los alimentos y saber cómo deben cocinarse, es decir, tener habilidades culinarias. Los jóvenes cada vez cocinan menos, paradójicamente nunca antes se ha hablado tanto de cocina.

La DM, nuestro gran mensaje nutricional

El último modelo de pirámide mediterránea (una vez que se declaró patrimonio de la humanidad por la Unesco) incluye en la base la socialización, comer juntos alrededor de la mesa.

También se puede ser feliz con otros patrones de alimentación pero no son tan saludables. En cambio con la DM se puede ser feliz y seguro que se adquiere salud.

No es importante sólo lo que se come, sino cómo se come. Y también supone un modelo de libertad, la DM supone el poder elegir, como “el tapeo”.

Por último también en sostenibilidad la DM gana. Si comparamos el coste en cuanto a consumo de energía o de agua de la DM respecto a otros patrones de dieta más occidentalizados, en éstos el consumo de energía y agua es mayor. Por tanto, la DM al ser más sostenible va a producir más felicidad en las generaciones futuras.

La distinta suerte de los alimentos

Los alimentos que han tenido más suerte son el aceite de oliva, las nueces, el vino… que incluso les declaramos el carácter de alimentos funcionales. En cambio otros, que son igual de importantes, como legumbres, pan o cereales son los grandes olvidados.

DM y depresión

Hay estudios muy bien diseñados que están probando las propiedades de la DM. Desde el punto de vista que nos ocupa, cuando hablamos de depresión, se ha demostrado recientemente en un estudio en Navarra con más de 10.000 voluntarios que en los individuos que tenían una adherencia mayor al modelo de DM el riesgo de padecer depresión era un 40% menor que aquellos que están más alejados de este modelo.

Lamentablemente nos alejamos del patrón de dieta mediterránea, contrariamente a los países nórdicos que copian nuestros hábitos.

Distribución del consumo de los distintos grupos de alimentos

Los datos elaborados con el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (y que han sido presentados recientemente), citan que el consumo de pescado es un valor en alza; también consumimos una buena proporción de verduras, hortalizas y frutas; en cambio el consumo de legumbres es demasiado bajo; el de azúcares y dulces es moderado comparado con otros países (todo esto es en población adulta); el consumo de carnes y productos cárnicos debería moderarse; y va disminuyendo el consumo de bebidas alcohólicas (que ha cambiado, más cerveza y menos vino).

Respecto a uno de los índices de calidad de la dieta, como es el perfil calórico (de dónde obtenemos las calorías), en los años 60 las recomendaciones eran cumplidas por nuestro padres o abuelos, pero ahora nos hemos ido alejando, de forma que los lípidos y los hidratos de carbono prácticamente están en el mismo nivel cuando deberían ser mucho mayores los porcentajes de hidratos de carbono y menos de lípidos.

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desayuno, galletas, cereales

Leche, galletas y cerales, el desayuno más popular

desayuno, galletas, cerealesEl estudio ha puesto de manifiesto que el 96 por ciento de los escolares desayuna y, por tanto, que aun hay un cuatro por ciento que no lo hace. Por otro lado a media mañana, durante el descanso escolar el 80,7 por ciento de los escolares consumen algún alimento.

Considerando conjuntamente ambas ingestas, la del desayuno y la de media mañana, el 77,8 por ciento de los escolares realiza ambas; mientras que otro 18,2 por ciento sólo desayuna y no toma nada durante el recreo. El restante cuatro por ciento se divide entre un preocupante 1,1 por ciento que no come nada durante toda la mañana hasta la hora de la comida y un 2,9 por ciento que no toma nada hasta la hora del recreo (y por tanto, que asiste a las primeras horas de clase en ayunas).

Los alimentos consumidos

Durante el desayuno, la leche o los lácteos están presentes de manera prácticamente universal: globalmente el alimento más consumido es la leche, bien sola (44,6 por ciento), bien chocolateada (47,1 por ciento) seguida por las galletas y por los cereales de desayuno. Así pues, los desayunos más habituales combinan la leche o los lácteos con otra categoría de producto, sean galletas, cereales, pan o una pieza de bollería. La fruta tiene una presencia muy limitada y se toma generalmente en forma de zumo.

Los alimentos consumidos a media mañana constituyen un complemento a la ingesta del desayuno propiamente dicho. Lo más habitual es que se tomen bocadillos (39,7 por ciento), zumos (37,1 por ciento) así como algún lácteo (21,6 por ciento) y fruta (14,4 por ciento).

Respecto a la ingesta global de la mañana (desayuno + a media mañana), la leche o los lácteos están presentes en más de 9 de cada 10 ingestas de la mañana (93,5 por ciento) seguida por los bocadillos (37,4 por ciento), los zumos (37 por ciento), las galletas (35 por ciento) y los cereales (29 por ciento). Sólo consumen fruta propiamente dicha un 15,7 por ciento de los encuestados.

Las ingestas típicas combinan los alimentos más habituales: leche o lácteos con galletas o con cereales; o bien leche con galletas y un bocadillo; o leche con galletas y un zumo. La otra opción más habitual durante las mañanas es leche sola y un bocadillo.

Desde un punto de vista global vemos que el 91,5 por ciento de todos los escolares toman algún lácteo, el 82,8 por ciento toma algún cereal (si incluimos la bollería el porcentaje aumenta al 91,7 por ciento) mientras que apenas hay presencia de fruta en la mitad de las ingestas previas a la comida.

Opiniones sobre el desayuno

Los escolares admiten de manera prácticamente universal (98,1 por ciento) que es importante desayunar todos los días y a casi 9 de cada 10 les gusta tomarlo. Por lo que respecta a las valoraciones del desayuno, en un primer nivel se justifica que guste o no desayunar simplemente por el hecho de tener hambre (al haber pasado muchas horas sin comer) o de no tenerla (aún).

Centrándose en el detalle, del desayuno se valoran sus efectos beneficiosos a primera hora y su contribución a sentirse física e intelectualmente mejor ya desde el mismo momento de desayunar. A la mayoría también le gustan los alimentos que suele tomar.

En la vertiente negativa, desagrada del desayuno que debe tomarse con prisas, poco después de levantarse de modo que se asocia a un estado somnoliento. Asimismo, la ración del desayuno se describe con frecuencia como poco sabrosa (comparada con otras comidas) y con poca variación.

Recomendaciones

Un desayuno agradable que aporte en torno al 20 por ciento de las necesidades energéticas diarias y que contemple la existencia de una pequeña colación a media mañana puede inducir un mejor perfil nutricional en la ingesta total diaria de la población infantil y juvenil.

Aunque en los últimos 20 años hemos aumentado considerablemente el porcentaje de población consumidora de la ración del desayuno, continúa siendo necesario mantener el esfuerzo por reducir los porcentajes de población que aun prescinden del mismo. Conjuntamente con este esfuerzo, también seria deseable tratar de incidir en una mayor adecuación de su composición, incorporando en mayor medida alimentos del grupo de las frutas y (en menor medida) de los cereales, así como incidir en las cantidades dietéticamente adecuadas, según los expertos.

Hacer de esta primera ración una experiencia satisfactoria exige crear las condiciones adecuadas para el mismo: dedicarle un tiempo suficiente, llevarlo a término en compañía (lo que estimula un consumo más adecuado) y atender a la preparación y a la variedad de alimentos en un marco agradable y familiar.

Aunque a menudo las prisas y las ocupaciones favorecen que estos aspectos se descuiden, especialmente en la primera comida del día, el tema es importante si el niño tiene que sentarse solo en la mesa, sin compañía, y considerando, además, que dedicar el tiempo suficiente para el desayuno demanda levantarse con suficiente antelación lo que conlleva haberse acostado a la hora adecuada.

En esta tarea de promoción es preciso que los poderes públicos competentes y las entidades preocupadas por la alimentación de niños y jóvenes mantengan el énfasis en la mejora de los hábitos alimentarios en el desayuno como elemento clave en la mejora de las potencialidades de nuestros hijos.