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¿CÓMO CONTROLAR LOS ATAQUES DE HAMBRE IMPULSIVOS A LO LARGO DEL DÍA?
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Beneficios de realizar actividad física
BENEFICIOS DE REALIZAR
ACTIVIDAD FÍSICA
Los diferentes tipos de actividad física
tienen muchos beneficios para
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Los beneficios emocionales de cuidar el medioambiente
El ser humano, aunque a menudo se nos olvide, es y forma parte de la naturaleza. Estar en contacto y en sintonía con el medioambiente nos genera toda una serie de beneficios, tanto físicos como emocionales. Por ello de algún modo al cuidar el entorno natural también lo estamos haciendo a nosotros mismos. Prestar atención al paisaje hace que tengamos un mayor contacto con la naturaleza, y la falta de este pacto con nuestra esencia vital puede facilitar que desarrollemos carencias a nivel emocional. Aunque suene raro, podríamos estar hablando del llamado “trastorno por déficit de Naturaleza”.
Se ha venido demostrando que los niños que se crían en zonas rurales, con una mayor presencia de lo natural y, por tanto, más conscientes del cuidado de lo que les rodea, presentan una mayor concentración y autodisciplina, son más imaginativos, tienen más facilidad para divertirse y colaborar en grupo, son más observadores, muestran más capacidad de razonamiento y son más serenos, independientes y desarrollan menos miedos e inseguridades.
Las personas que pasan más tiempo en contacto con la naturaleza tienden a experimentar emociones más positivas, albergan más vitalidad, felicidad y manifiestan una armónica satisfacción con la vida (Capaldi, Dopko y Zelenski, 2014).
Los investigadores José Antonio Corraliza y Silvia Collado, de la Universidad Autónoma de Madrid, concluyeron que “aquellos niños que disfrutan de un mayor contacto con el medio natural son capaces de afrontar mejor algunas situaciones adversas a las que son expuestos habitualmente, y además sufren menos estrés del que cabría esperar si no contasen con este factor protector que es la naturaleza”.
Obviamente, no todo es así de fácil. El mero contacto con la naturaleza no evita que suframos ansiedad, pero si nos sumergimos conscientemente en un paraje natural y atendemos sin prisas a lo que nos rodea, esa percepción nos brindará la capacidad para regular mejor el estrés y no nos veremos desbordados por ello.
Detrás de estas conclusiones puede haber lógicamente razones biológicas, pues aunque el ser humano se haya adaptado al modo de vida urbano, el cerebro sabe que no es su medio natural, y todavía añora estímulos primitivos más conectados con la madre Tierra. No olvidemos que durante milenios la especie humana desarrolló en la misma naturaleza las estrategias de adaptación más exitosas para su supervivencia, y allí es donde debería regresar para restaurar los valores perdidos o simplemente desubicados por los tiempos actuales.
La naturaleza ofrece una cantidad tan elevada de incentivos, que la relación con ella provoca un estímulo directo en las neuronas, en las emociones y supone una experiencia que genera un inmediato bienestar. El sencillo pero maravilloso hecho de oler intensamente una flor, contemplar la amplitud del campo, un atardecer en el mar o escuchar el canto de un pájaro provoca en el ser humano sentimientos positivos, y estos se almacenan fácilmente en la memoria, a la cual podremos recurrir cuando necesitemos sentirnos bien. Y no se equivoquen: desde la ciencia sabemos que es más rentable invertir en experiencias que en objetos materiales. El valor de lo vivido perdura en nuestro recuerdo, en el tiempo; por el contrario, las adquisiciones físicas y palpables pierden valor desde el momento que las recibimos.
También, el contacto con la naturaleza mejora la tolerancia a la frustración, algo que los psicólogos consideramos esencial para nuestro bienestar emocional. Los campesinos saben bien que no se puede luchar contra los elementos: si llueve, te mojas; si hay que subir por un sendero pedregoso, no puedes evitarlo; es mejor no coger atajos, porque quizá te pierdas… El hecho de aceptar las incomodidades del clima y del terreno son situaciones extrapolables a los retos de la vida diaria, en toda clase de situaciones. Uno tropieza, se moja, se cae, se mantiene erguido frente al viento. No podemos controlar ciertas circunstancias, pero sí manejar nuestra actitud frente a ellas.
Otro beneficio de la naturaleza es que desarrolla la empatía, esa maravillosa capacidad de ponernos en el lugar del otro, ver la realidad desde otro punto de vista, fuera de nosotros. Según una investigación de Sevillano Triguero (2007), las personas menos empáticas se muestran poco interesadas por los problemas ambientales, como si no les afectaran.
Hoy sabemos, desde la psicología, que el mindfulness es significativamente beneficioso para la salud emocional. Y si además lo combinamos con un paisaje natural, mucho mejor. Por tanto, presenciar un entorno natural genera mayor serenidad, al potenciar la capacidad de observación y atención plena.
Sentirnos más agradecidos es otro de los beneficios que encontramos al entrar en contacto con el medioambiente, y los estudios demuestran que el corazón de las personas agradecidas late mejor, pues ese estado libera endorfinas que regulan la presión sanguínea. Está más que comprobado que valorar y reconocer lo positivo hace que tu cerebro se oriente hacia las cosas buenas y los detalles agradables, convirtiéndote así en un detector y potenciador de momentos de bienestar.
Pero no todo es psicología. La ciencia constata que en los espacios naturales se generan iones negativos que mejoran el estado de ánimo; por ello dar un paseo por el campo ayuda a descargar el malestar y llenarnos de energía saludable y equilibrada. Numerosos estudios han relacionado la exposición a la naturaleza con el incremento de la vitalidad y una mayor sensación de felicidad. Por ejemplo, las personas que participan en excursiones al campo declaran sentirse más vivas, y que el solo recuerdo de esas experiencias al aire libre las hace sentirse más alegres. Así que, de paso, regulamos las emociones negativas. Nada como un paseo entre árboles para calmar la agresividad o reducir el enfado.
Y si nos resulta inaccesible salir de la ciudad, investigadores de la Universidad de Texas han constatado que las personas que cuidan de sus plantas, con o sin jardín, manifiestan significativamente una mayor satisfacción con sus vidas. Todo esto no debería resultarnos sorprendente. El ser humano ha evolucionado durante milenios estando en pleno contacto con la naturaleza. De modo que nuestras funciones fisiológicas y psicológicas están adaptadas a ello, y eso es lo que el cuerpo reconoce como sano y equilibrado. Por ello no debemos desterrar nuestra propia esencia, que es estar en contacto directo con lo natural.
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Cerebro e intestino: Aspectos psicológicos en los trastornos funcionales digestivos (Parte IV)
María Pérez Esteban/ Mayo 2016
El siguiente artículo habla de los aspectos psicológicos en los trastornos funcionales digestivos. La manera de enfocar nuestra vida, la conducta, los pensamientos y emociones repercute en nuestra salud, especialmente en lo considerado para muchos nuestro “segundo cerebro”. Hay una estrecha relación entre nuestro aparato digestivo y nuestra mente, que va desde la parte fisiológica con el nervio vago como hilo conductor entre nuestro cerebro y nuestro intestino hasta el asombroso parecido estructural entre un proceso y otro. Es necesaria una colaboración entre los profesionales de la medicina y de la psicología con el objetivo de ayudar a los pacientes en la mejoría y/o curación de estas patologías. Lo que no podemos ignorar por más tiempo es que no solo somos un conjunto de órganos con una fisiología particular; somos seres racionales y sobre todo somos seres emocionales, todo se relaciona y se influye. Es necesario por tanto atender otros aspectos de la vida del paciente para llevar a cabo los tratamientos más adecuados para que tengan una vida más sana y plena.
Palabras clave: Cerebro, Intestino, nervio vago, digestión, expulsión, hambre emocional, emociones básicas, niveles de intervención, áreas vitales, dietas, intolerancias alimentarias, colaboración profesional.
EL CÍRCULO VICIOSO. CONEXIÓN ENTRE LOS PROBLEMAS DIGESTIVOS Y PSICOLÓGICOS (PARTE 4)
He observado en pacientes que tras pasar determinadas experiencias traumáticas o épocas en la vida en los que la persona ha sufrido enormemente y ha seguido hacía delante sin detenerse “echándose todo encima”, cuando parece que está más tranquilo aparece un problema de salud, alergia o actualmente las famosas intolerancias alimentarias. Nuestro estilo de vida actual, la alimentación, la contaminación, el estrés, el sedentarismo, cómo gestionamos nuestros conflictos y emociones…etc. con todo esto al final acabamos “machacando” nuestro sistema inmune y lo que en principio no representaba ningún peligro se convierte en un enemigo a evitar. En países subdesarrollados como África o determinados países de Iberoamérica, aunque tienen otras problemáticas bastante graves, no están desarrollando las patologías intestinales que están floreciendo cada vez más fuerte en los países del llamado primer mundo. Hace 50 años era impensable encontrar en un supermercado o en la carta de un restaurante alimentos sin lactosa, sin gluten, sin trazos de frutos secos, sin azúcar, aproteicos, etc.…, no hay que olvidar que los alimentos prohibidos ya empezaron en la antigüedad por cuestiones religiosas: cerdo, vaca…,etc. Ahora sumamos cuestiones morales: los que no comen pescado, carne, nada procedente de un animal a cuestiones caprichosas: esto no me gusta, esto si , y el mundo de las dietas; desde el gran universo infinito de las dietas para adelgazar, a las nuevas incorporaciones para depurar, tonificar, anti-edad, anti-oxidantes, anti-flacidez, anti…, y me paro porque no quiero que este artículo se convierta en un libro del tamaño de “Guerra y paz”.
Comer ha pasado de ser una necesidad básica de supervivencia a convertirse en un hobby: “vamos a probar un sitio nuevo” y además en un quebradero de cabeza: “yo no puedo/quiero comer….”
No soy una persona que suela hacer comidas en mi casa porque me gusta más degustar que cocinar, pero recuerdo una de las veces que (sacando mi lado obsesivo) mandé un email para que los invitados me dijeran lo que no podían comer por ser alérgicos o sentarles mal, o simplemente lo que no les gustaba y la combinación final para adaptarme a todas las necesidades me resultó algo complicada.
Es paradójico que en nuestra sobrealimentada sociedad donde tiramos comida todos los días, tengamos cada vez más restricciones dietéticas por cuestiones médicas, intolerancia o hipersensibilidad a ciertos nutrientes, abandonando tristemente cada vez más el poder de ser omnívoros a convertirnos en “alérgicomnívoros”.
Esto sumado a las crecientes modas, neurosis u obsesiones alimentarias; ahora solo alimentos de color rojo (no es un viva el comunismo) ahora solo alimentos verdes (esto tampoco es un manifiesto de Greenpeace) ahora solo proteínas para el músculo o para adelgazar, ahora el trigo “ huele azufre ” convirtiéndose en el nuevo diablo, ahora solo alimentos para el Ying ahora solo para el Yang, ahora solo aquello que se cultiva en el Himalaya, que digo yo que viviendo en España ¿no hay algo más complicado o lejos de recolectar? Todo esto nos está convirtiendo en una especie de “neuroticomnívoros”, por ejemplo nos encontramos con personas cultas, inteligentes, con sentido común, que durante una semana han estado tomando solamente un líquido viscoso llamado “jarabe de arce” para… ¿Para qué realmente lo han hecho? ¿Para qué hacemos algunas de estas cosas, incluida yo misma?
Alguien puede argumentar muchas cosas, pero ¿no está la parte emocional en todo esto? Lo que está claro es que todo el tema relacionado con ingesta de alimentos es un negocio que funciona, y funciona muy bien porque nos engancha de múltiples maneras.
Con las herramientas anteriores podemos ampliar la visión para comprender determinados problemas digestivos donde no hay una causa orgánica y que tras diversos tratamientos no hay una mejoría, quizás sea necesario hacer un escáner de la vida de la persona y empezar a tratar otro tipo de áreas, conductas, pensamientos, emociones que tal vez estén bloqueando su mejoría o en el mejor de los casos sea una llamada de atención sobre algo que no está funcionado bien. Yo no entro en el origen ni en la causa. Evidentemente la gastritis es un problema físico (se tiene o no se tiene). Pero la manera de sufrirla y los síntomas que provoca sí tienen un claro componente psicológico, son ejemplos de patología psicosomática. La ansiedad, el estrés, la depresión, en definitiva la manera del paciente de llevarla aumentan la secreción ácida gástrica, exacerbando los síntomas digestivos, los cuales contribuyen a aumentar la ansiedad y el estrés del sujeto, conduciendo a su depresión y cerrando el círculo vicioso.
En terapia cuando hago psicoeducación o trabajo determinados problemas del paciente, escojo ejemplos de la vida cotidiana o eventos que en principio no tienen relación con el tema, pero que sirven de anclaje para recordarnos un mensaje. Con esto quiero desvelar que los anteriores comentarios (entre otros) sobre Leonardo Di Caprio en Titanic, no obedecen exclusivamente a una espontaneidad impulsiva y sin falta de control que puede resultar graciosa para algunos o falta de seriedad para otros, aporta además un anclaje para recordar la información del esquema de los cinco niveles. Uso mucho las metáforas para explicarle a un paciente porqué le suceden determinadas cosas, a mi siempre me han servido para comprender y recordar mejor los conceptos. En la que presento a continuación no estoy segura de llamarla metáfora porque el proceso es tan similar que no se si es casual porque nuestra naturaleza así se hizo o poniéndome mas mística quizás ésta nos ha querido lanzar un mensaje para entender mejor la relación de uno con la ayuda del otro.
Para explicar como funciona nuestra psique voy a utilizar como metáfora el proceso digestivo. Cuando ingerimos un alimento primero lo masticamos y tragamos, una vez hecho esto la primera fase es la llegada al estómago donde los jugos y el ácido del propio estómago lo transforman en papilla para así poder pasar al duodeno y entrar en el intestino delgado. Es necesario tratar esa papilla con la bilis y el jugo pancreático que se vierten en el interior del intestino para que la disuelvan en grasa, hidratos, proteínas y azúcar necesarios para vivir. Gracias a esto los alimentos se convierten en absorbibles, filtrándose a través de la pared del intestino y llegando a la sangre. En la alimentación casi todo es absorbible, útil y necesario para
nuestra nutrición. Sin embargo el esqueleto de los alimentos (celulosa y compuestos derivados) no se puede absorber, alimentos por ejemplo que contienen fibra no absorbible.
Por un lado tenemos esta parte no absorbible que llamamos desechos, aunque el nombre no suene muy agradable son muy importantes para el proceso, por otro lado tenemos los movimientos del intestino, señales que recibe y que le hacen, o bien trabajar y contraerse o bien descansar y relajarse, lo que vimos anteriormente con el sistema simpático y parasimpático; por supuesto que en el equilibrio entre las dos señales estaría la actividad normal. Estos desechos junto con los movimientos intestinales, permiten llegar hasta el final del proceso para llevar a cabo la tarea de expulsión.
Todos hemos sufrido en algún momento las graves consecuencias de no expulsar los desechos, sin obviar que para muchas personas puede ser un riesgo de salud. En lo que expulsamos no solo están estos desechos de los alimentos, hay también bacterias que habitan en el colón y el recto, y células muertas de las paredes del tubo digestivo que se descaman y renuevan continuamente. Es por tanto un proceso de regeneración interior.
Con este proceso en nuestra mente cruzamos una vez más el puente dejando la parte fisiológica y llegado a la parte psicológica. Cuando nos pasa algo o tenemos una vivencia con alguien, la información consciente (todo aquello que recordamos o que estamos viviendo), sería todos los alimentos que absorbemos, siempre teniendo en cuenta nuestros propios filtros: cada uno tiene su propia bilis y su jugo pancreático diferente al de los demás. Sin embargo en cada vivencia o relación con alguien, existe una parte no absorbible por nuestra bilis y jugo pancreático, es la parte insconsciente; esta parte es necesaria en todo el proceso, pero en algún momento hay que sacarla a la luz y expulsarla de nuestro interior. Si acumulamos mucho desecho acabará bloqueándonos e impidiendo también que entren cosas nuevas. Si un día expulsamos todo de repente sin filtro, nos debilita y perdemos también minerales y nutrientes importantes.
Hemos aprendido cuando no hacer o decir determinadas cosas en público, hemos aprendido afortunadamente a controlar nuestras “expulsiones” para los momentos y lugares adecuados. Sin embargo esto es relativo, hay personas que tienen una mayor retención que otras.
Hay veces que se nos escapan comentarios o hacemos cosas de las que luego nos arrepentimos porque no queríamos sacarlas a la luz; por ejemplo los “lapsus linguales” aquellos comentarios o palabras que nos ponen en grandes aprietos y que nos hacen desear ser un avestruz y esconder la cabeza. Volviendo al segundo cerebro a veces en nuestro interior hay una batalla entre nuestras propias bacterias, alimentos con parte no absorbible que no digerimos bien, acumulación de desechos de varios días y aparecen muchos gases con sus consabidas
molestias, y aunque no queramos se nos escapan o nos cuesta mucho controlarlos; en el plano psicológico serían los lapsus linguales, los sueños, los comentarios inapropiados. Hay gente que tiene más gases que otros, pero ¿qué ocurre en todos los casos?, que huelen mal, que nadie quiere estar presente cuando alguien ha cometido esa imprudencia y que el protagonista exceptuando que lo haya querido hacer a propósito solo para contaminar a su entorno, se siente avergonzado.
Razones de este desequilibrio hay muchas y muchos factores, principalmente no alimentarse bien o no llevar a cabo una expulsión regular de ese proceso de regeneración interior donde sacamos lo que ya no necesitamos y nos quedamos con aquello que es esencial para vivir.
Cuando nos alimentamos muy mal y se han acumulado una serie de bacterias es necesario un cambio en la dieta, otras veces tragamos demasiado y se produce un sobrepeso donde nos resulta muy complicado movernos, relacionarnos y esto además nos engancha a seguir tragando. Otras veces por el contrario no nos alimentamos suficiente, vivimos sin apenas energía para nosotros, anestesiando nuestro primer grito de supervivencia al nacer: el hambre, la llamada al alimento.
Como en todo el equilibrio, “el trabajo diario” es lo que hace que funcionemos adecuadamente.
En todas las patologías o problemas cuando solos no podemos hacer frente a un cambio en la dieta , porque hay alimentos que no podemos dejar de consumir, no tenemos fuerza de voluntad para evitar ciertas cosas, por mucho que lo intentamos no conseguimos expulsar de nuestra vida los desechos, no tenemos ya ni ganas de comer, lo mejor es buscar ayuda, siempre habrá un profesional que nos ayude a cambiar esa dieta, impedir atracones o recuperar otra vez el deseo de disfrutar de una buena “comida” y olvidar para siempre aquella que nos sentó tan mal.
No creo en la exclusividad sobre la causalidad de las enfermedades, ni que las patologías en el ser humano se deban a una única respuesta, aún así quiero manifestar que por encima de todo siempre que haya cualquier trastorno digestivo la primera línea de intervención es médica, hay que descartar cualquier patología, realizar las pruebas pertinentes y llevar a cabo el tratamiento que el médico considere más adecuado, la medicina ha salvado muchas vidas y afortunadamente lo seguirá haciendo. Además, paralelamente creo en la colaboración y cuanto más estrecha, amigable y cercana mayor será el beneficio para el paciente. Los egos solitarios llevan a una dieta muy pobre para el paciente.
Al final se trata de un objetivo común: ayudar a las personas para que puedan disfrutar de su vida de una manera sana y adecuada; la visión holística y la colaboración entre profesionales en
cualquier campo de la salud solo puede traer beneficios al paciente que sufre de una patología. La frase La unión hace la fuerza siempre tuvo razón y en patologías digestivas donde esa unión es desde física gracias al nervio vago hasta estructural, el asombroso parecido en los procesos del funcionamiento de nuestra psique con el “segundo cerebro” el proceso de la digestión, hace que sea muy complicado que un tratamiento sea efectivo sin tener en cuenta el otro lado del puente.
Como dije anteriormente lo que no podemos ignorar por más tiempo es que no sólo somos un conjunto de órganos con una fisiología particular, somos seres racionales y somos sobre todo seres emocionales, todo se relaciona, se mezcla, se influye y es necesario abrir la mente para tener la foto completa de la vida de una persona. Por último quiero añadir a la íntima relación que existe entre nuestro aparato digestivo y nuestro cerebro que, aunque “el experto” en cuestión siempre tendrá mi admiración y cariño por su carrera deportiva (aquí me verán el plumero en cuestiones futbolísticas), siento contradecir a Iker Casillas, en mi larga trayectoria tras haber probado muchas, confirmo que las mejores rosquillas del mundo las sigue haciendo mi abuela .
CONCLUSIONES FINALES
Existe una estrecha relación entre la parte psicológica: conducta, pensamientos, sentimientos y emociones con nuestro aparato digestivo. Existe una interacción. Cuando no gestionamos bien una parte la otra se ve afectada y viceversa.
Nuestro aparato digestivo tiene una comunicación constante con nuestra mente a través del nervio vago, contiene más de 100 millones de neuronas. En él se produce serotonina, dopamina y hay una alta implicación del sistema de secreción de opiáceos durante la ingesta, se le renombra “nuestro segundo cerebro”.
Es frecuente la presencia de trastornos psicológicos en determinados problemas digestivos. Gran parte de nuestras emociones están influenciadas por el sistema nervioso digestivo.
No sólo somos seres racionales, somos también seres emocionales porque nuestro cerebro está programado para reaccionar siempre con una respuesta emocional y es imprescindible tenerlo en cuenta en los trastornos funcionales digestivos.
El modo en que un paciente gestiona psicológicamente su trastorno digestivo puede convertirse en un círculo vicioso que se retroalimenta. La ansiedad, depresión, su estilo de vida, aumentan los síntomas de la enfermedad digestiva.
Contar con herramientas como el esquema de los cinco niveles de intervención o las cinco áreas vitales, ayuda a tener una visión mas completa de la problemática de un paciente. Considerar el factor psicológico es importante cuando los tratamientos convencionales y sintomáticos no aportan una mejoría significativa y es necesaria la intervención en otros niveles psicológicos.
La colaboración entre los distintos profesionales en estas patologías conllevará un mayor beneficio para el paciente.
Bibliografía:
www.rae.es http://www.medicaldaily.com/human-brain-hardwired-acts-kindness-vagus-nerve- activated-during-empathy-313020 http://www.psicol.unam.mx/profesionales/psiclinica/iem/pdf/la_teoria_polivagal.pdf Oliveros Calvo E https://www.youtube.com/watch?v=8O7a0enj7dE . El cerebro intestinal: psicogastroenterología.. Psiquiatra Madrid http://www.scientificamerican.com/article/gut-second-brain/ http://www.medicalnewstoday.com/articles/291259.php http://www.lavidalucida.com/que-hace-la-serotonina-en-nuestro-cuerpo.html Simon V, “La Compasión: El Corazón Del Mindfulness” 2015. Sello Editorial. L.Hay L, “Sana tu cuerpo” 1992. Editorial Urano. Schnake S. A, “Presencia y actualidad del enfoque gestáltico holístico de la enfermedad”. Conferencia en AGBA. Agosto 2005. Rolf E, “La Medicina Del Alma: El Código Secreto Del Cuerpo. El Corazón De La Sanación”. 2015 Planeta. Álvarez Sánchez A,“Pacientes con dispepsia funcional: ¿Cómo podríamos manejarlos mejor?” Septiembre 2012. www.vademecum.es Devesa JM, “Doctor, estoy estreñida… Unas historias que contar, Mitos y Realidades” 2014. Editorial ACCI (Asociación Cultural y Científica Iberoamericana) Instituto Galene. Módulo 8: Los 5 niveles de Intervención. Relación Terapéutica y Técnicas Básicas. Apuntes del Master en Psicoterapia Humanista Integrativa/ Counselling 2011/2013. Schnake S. A, “Diferencia entre Enfoque Holístico y lo Psicosomático.” Centro Anchimalen Manao, Chiloe Schnake S. A, “Enfoque Holístico de la Salud y la Enfermedad.” Centro Anchimalen 2007 Manao, Chiloe
Schnake S. A, “La vos del Síntoma: del discurso médico al discurso organísmico”. 2004. Cuatro Vientos.
Las vacaciones: desconectar del trabajo
Con el paso del tiempo, la sociedad ha ido adquiriendo hábitos de vida saludables, en los que comer de forma equilibrada y hacer deporte rutinariamente, se convierten en una base fundamental para alcanzar un nivel óptimo de salud. Sin embargo, en esta ecuación falta un factor aún ignorado o desconocido por la mayoría: la desconexión durante el tiempo libre.
¿Por qué es importante desconectar en verano?
Para poder rendir correctamente en el trabajo, necesitamos una recarga de energía positiva tras el desgaste físico y mental que acumulamos. Saber cuándo es momento de trabajar y cuándo lo es para disfrutar y relajarse, es vital para lograr un equilibro entre cuerpo y mente que, en definitiva, nos permitirá sentirnos mucho mejor con nosotros mismos. Tenemos que mimarnos, cuidarnos y no castigarnos al privarnos de disfrutar en los ratos libres que nos corresponden.
Estudios recientes afirman que aún tenemos que aprender lo importante que es relajarnos e interrumpir la rutina del trabajo. Casi 1 de cada 3 trabajadores españoles no desconectan del trabajo durante las vacaciones, lo cual reafirma que los españoles no nos cuidamos lo suficiente en este sentido.
Consejos útiles para desconectar en las vacaciones de verano
En cuestión de salud, salir de la rutina laboral tiene unos beneficios que notaremos si realmente llegamos a desconectar al 100%:
- Estimula el cerebro
- Baja nuestra presión arterial
- Reduce el estrés
- Dedicamos más tiempo a nosotros y a nuestras comidas
- Dormimos mejor y más horas
- Pasamos más tiempo con familiares y amigos
Cada persona tiene su propia forma de evadirse de la monotonía de cada día y todas son válidas. No obstante, hay unas bases clave para ayudar a llegar a esa desconexión deseada por todos:
- Dejar todo atado en el trabajo antes de las vacaciones. La mente tiene que estar liberada de carga para poder disfrutar de los ratos libres. El hecho de dejarnos cosas a medias antes de las vacaciones puede ser motivo de ansiedad y estrés.
- Adiós a las prisas. No existen planes cerrados en vacaciones. Suficiente tenemos a lo largo del año como para preocuparnos ahora del reloj.
- Dar una oportunidad a lo analógico. Acostumbrados a tanto móvil, ordenador y redes sociales, lo ideal en vacaciones es brindar una oportunidad a nuestras mentes de desconectar de lo digital.
- Caminar es una actividad física que permite hacer volar nuestra imaginación y desconectar. Además de aislar del trabajo, caminar es una forma de evitar el sedentarismo.
- Comer de forma equilibrada. Los compromisos laborales, saltarse comidas o picar cualquier cosa, son hábitos poco recomendables en la alimentación. Ahora, en vacaciones, es aconsejable tomarse el tiempo necesario para comer tranquilamente, de forma equilibrada, y disfrutar de ello.
- Arrastramos muchas horas de sueño que a veces nos resultan imposibles de recuperar, salvo en vacaciones, que disponemos de todo el tiempo del mundo. Duerme entre 7 y 9 horas al día y mantén unos horarios regulares también en vacaciones.
- Disfrutar de la familia y amigos. Es en este momento de ocio cuando podemos compartir momentos con los que más queremos.
Las vacaciones son una pieza fundamental del puzle de vida saludable. Al igual que otros factores que mejoran nuestro nivel de vida, el tiempo libre que disponemos debe ser utilizado única y exclusivamente para evadirnos de la rutina y volver con las pilas cargadas al trabajo.
Lleva una vida saludable para combatir el estrés
Los retos personales y profesionales le dan interés a la vida, sin embargo, han de ser retos accesibles que no generen un exceso de ansiedad. Hay que llevar un estilo de vida saludable sabiendo gestionar el estrés de forma positiva.
Cada vez son más los españoles que afirman sufrir estrés o ansiedad, ya sea laboral, educativa, del hogar, familiar o por otros motivos.
El estrés es un mecanismo del cuerpo para activarnos frente a algún peligro. En el mundo en el que vivimos, este estado está visto como una respuesta negativa y contraproducente. Sin embargo, se ha encontrado que puede ser un beneficio potencial ya que, según los especialistas, los trabajadores estresados pueden presentar un mayor rendimiento y una mayor eficacia.
El estrés o la ansiedad es diferente para cada una de las personas. Lo que resulta estresante para algunos, puede no serlo para otros. Puede ser beneficioso o perjudicial, la cuestión en realidad es cómo gestionarlo. Manejar el estrés puede hacernos productivos y felices, y al mismo tiempo, si esta descontrolado, puede dañarnos.
Por ello, no existen técnicas eficaces universales para reducir la ansiedad diaria acumulada, pero poner en práctica algunas herramientas saludables para aliviar el estrés puede devolver la paz al día a día.
Muévete ¡Haz ejercicio!
Lleva un estilo de vida saludable y practica ejercicio físico. Cualquier forma de actividad física puede servir para aliviar el estrés y aumentar la sensación de bienestar.
No se trata de ser un atleta o estar en forma, según un estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard , hay que hacer al menos 30-40 minutos de ejercicio moderado y 15-20 minutos de ejercicio vigoroso al día para llevar una vida saludable y hacer frente al estrés.
Prueba con yoga o pilates
Practicar pilates o yoga puede ayudar a combatir el estrés y la ansiedad. A través de técnicas posturales y ejercicios de respiración, aumentan la concentración y aportan disciplina física y mental para conseguir paz en mente y cuerpo. De esta forma, contribuye a afrontar los conflictos de una forma relajada y reflexionada, ayudando a liberarse del estrés.
Sal de vacaciones
Las vacaciones son necesarias para combatir el estrés, decir adiós a la rutina por unos días y disfrutar de un tiempo de descanso, desconexión y relax.
Ríete más
Un buen sentido del humor no cura enfermedades, pero ayuda a que nos sentamos mucho mejor. Cuando nos reímos producimos cambios físicos positivos en el organismo. Así que lee chistes, cuenta algunos, disfruta con tus amigos más divertidos y fuerza una risa falsa cuando se está de mal humor.
Escucha música, distráete en tu tiempo libre con tus aficiones
Busca tiempo para tus aficiones y aquello que más te guste hacer. Escuchar o tocar música proporciona una distracción mental y ayuda así a liberar la ansiedad. Si la música no está entre tus aficiones preferidas, puedes elegir cualquier otra como el punto, dibujar, etc.
Descansa lo suficiente
Dormir bien es importante para gestionar el estrés. Crea hábitos de sueño saludables limitando la cafeína por la tarde y reduciendo actividades estimulantes.
Por todo ello, con este ritmo de vida tan rápido y a veces estresante, asegúrate de que reservas tiempo para hacer las cosas que te producen placer. No veas el estrés como algo negativo, hay que saber gestionarlo de forma positiva con ayuda de sencillas técnicas. Si continúas sobrepasado por la ansiedad, quizás hablar con un especialista ayudaría a manejar la situación y a adoptar hábitos saludables.
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Beneficios de la risa para la salud
La risa es una emoción sana ligada a momentos de bienestar que nos proporciona una sensación de alegría y disfrute. Por ello, no es raro que hoy en día los médicos receten la risa como el mejor complemento para prevenir o tratar enfermedades.
“Ríe siempre que puedas. Es una medicina barata”.
Lord Byron
En los últimos años, numerosos estudios científicos han confirmado el poder curativo de la risa. Sin embargo, debemos tener en cuenta que no se trata de un método reciente, sino que ha sido utilizado desde la antigüedad.
Destacan dos hitos:
- Norman Cousins, autor del libro “Anatomía de una enfermedad”, donde relataba su experiencia como paciente y los beneficios que le aportaba la risa, especialmente como forma para paliar el dolor. Supuso un punto de inflexión en la comunidad científica al publicar su caso en la prestigiosa revista The New England Journal of Medicine.
- El Hunter Doherty, considerado el padre de la risoterapia terapéutica y principal valedor de su incorporación en la medicina moderna.
El poder de la risa, desde una simple sonrisa a una carcajada, puede ser más poderoso que cualquier medicamento y no hay riesgo de efectos secundarios. Por ello, muchos hospitales ya utilizan la risa como una terapia saludable, segura y eficaz para todo tipo de patologías, además de apta para todas las edades.
Algunos de los beneficios de la risa son:
A nivel físico:
- Aumenta la frecuencia cardiaca: el corazón bombea más rápido, mejorando la circulación sanguínea.
- Al reírnos movilizamos alrededor de 400 músculos entre cara, abdomen, pecho, estómago e incluso extremidades, lo que supone un gasto energético importante. A través de la risa quemamos las calorías equivalentes a la realización de una pequeña sesión de ejercicios aeróbicos como un paseo en bicicleta.
- Disminuye los niveles de colesterol y glucosa sanguínea.
- Favorece el retraso del envejecimiento
- Estimula el sistema inmune aumentando nuestras defensas.
- Reduce la sensación de dolor, por lo que es utilizado como tratamiento natural.
A nivel psicosocial:
- Mejora nuestro estado anímico: nos ayuda a afrontar cuadros de depresión y ansiedad.
- Fomenta la relajación, renovando las energías.
- Incrementa la autoestima y es un aliado clave para el establecimiento de relaciones sociales.
- Aumenta los niveles de endorfina (la llamada hormona de la felicidad) y de serotonina segregadas por el encéfalo.
- Reduce las hormonas que nos provocan estrés o incluso angustia frente a determinadas situaciones.
- Ayuda a elimina los bloqueos físicos, mentales y emocionales.
En definitiva, fortalece nuestro cuerpo y mente y promueve el equilibrio.
La medicina de la risa en los hospitales:
- Facilita el establecimiento de una relación de empatía con los pacientes: es una muestra de apoyo emocional.
- Favorece la relación de ayuda entre los profesionales de la salud y los pacientes y sus familiares.
- Es un síntoma de comunicación efectiva: escucha activa.
- Hacen que se “olviden” del dolor y de su situación.
- Es útil tanto para los profesionales sanitarios como para el propio paciente.
La risa juega un papel fundamental en nuestra calidad de vida y bienestar, tanto físico como mental, por lo que es necesario que esté presente en nuestra vida cotidiana y en la práctica clínica.
Diez consejos cardiosaludables
El 14 de marzo se celebra el Día Europeo para la Prevención del Riesgo Cardiovascular. Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte y discapacidad en los países desarrollados. Saber qué hacer para prevenir estas enfermedades es clave. Por eso, con ayuda de la Fundación Española del Corazón, hemos elaborado este decálogo de consejos cardiosaludables.
1. Cuida tu peso. Es importante mantener un peso adecuado, evitando el sobrepeso y, por supuesto, la obesidad. Mide tu Índice de Masa Corporal para saber si estás por encima de los niveles recomendados. Para hacerlo, divide tu peso en kilos entre tu altura en metros elevada al cuadrado. Si el resultado es mayor de 25 kg/m² se considera sobrepeso. Por encima de 30 kg/m² es obesidad.
2. Una alimentación cardiosaludable. Una dieta buena para el corazón ha de ser equilibrada y variada. Tiene que incluir frutas, verduras, hortalizas, pescado, aceite de oliva, carnes magras, cereales y lácteos desnatados. Y en el lado contrario: la sal, los azúcares y el alcohol: Tómalos sólo en pocas cantidades.
3. Prohibido fumar: El tabaco multiplica el riesgo de sufrir ataques cardiacos o cerebrales.
4. Media hora de ejercicio. 30 minutos de ejercicio diario son básicos para una buena salud cardiovascular. Es importante adaptarlos a las distintas condiciones físicas, y elegir así el tipo de ejercicio que más se adapta a cada uno: caminar, correr, practicar algún deporte de equipo, bailar… todo cuenta.
5. Fuera barriguitas. Es importante vigilar la grasa acumulada en el abdomen, ya que es peligrosa para el corazón. Mídete alrededor del ombligo: En la mujer, el perímetro abdominal debe estar por debajo de 88 centímetroa y en los hombres por debajo de 102 centímetros.
6. Colesterol y glucosa. Para llevar una buena salud cardiovascular hay que controlar los niveles de colesterol y glucosa. Con ejercicio y una dieta sana, seguro que las cifras son las correctas. Si no lo son, (por encima de 190 mg/dl de colesterol total y 110 mg/dl de glucosa), es recomendable visitar a un especialista.
7. Controla tu tensión. Las personas sanas han de tener la tensión por debajo de 140/90 mmHg. Los hipertensos también deben mantenerse por debajo de estas cifras. Para aquellas personas que ya han tenido problemas cardiovasculares, cerebrovasculares, renales o son diabéticos, la tensión ha de estar por debajo de 130/80 mmHg.
8. Al médico. Para evitar las enfermedades cardiovasculares es importante conocer cuál es tu estado de salud y adecuar a él tu estilo de vida. Acude al médico con un examen físico y tus antecedentes personales y familiares y pregúntale todas tus dudas. Actuar a tiempo es la clave para reducir los peligros.
9. No al estrés y la ansiedad. El aumento de tensión emocional es peligroso para el corazón. El estrés en casa y en el trabajo hace más difícil seguir un estilo de vida cardiosaludable.
10. Habla. Comparte tus dudas y problemas. Intercambiar experiencias te permite aprender y dar ejemplo para que otras personas se interesen por cuidar su corazón.
¿Cómo decir adiós al estrés? Consejos para desconectar en vacaciones
La llegada del verano es sinónimo de vacaciones y descanso para muchos ciudadanos pero no todos llevan bien este momento ya que, como ha reconocido el vicepresidente de la Asociación Española de Psiquiatría Privada (ASEPP), José Antonio López Rodríguez, a las personas de naturaleza activa o con trabajos estresantes les suele costar mucho “desconectar” de su actividad laboral.
Este experto defiende que las vacaciones han de adaptarse a la personalidad del individuo y, en estos casos, deben “mantener” su nivel de actividad pero “con algo que nada tenga que ver con su actividad laboral”.
“Bajo ningún concepto han de seguir aquellos consejos bienintencionados de sus familiares y amigos que les instan a no hacer absolutamente nada durante para desconectar en vacaciones, pues lo más seguro es que dicha inactividad acabe generándoles un cuadro de ansiedad”, ha explicado.
De hecho, reconoce que si tras probar con diversas actividades la persona no es capaz de relajarse, es probable que estemos hablando ya de algún tipo de problema relacionado con el estrés y “sería conveniente que aprendiera a vivir de otra manera con ayuda psiquiátrica”.
Frente a estos casos, existe otro perfil de individuos “mucho más relajados y tranquilos a los que las vacaciones de hamaca y la vida contemplativa durante el periodo vacacional les vienen perfectas para desconectar y cargar pilas de cara a la vuelta al trabajo”.
“El objetivo de las vacaciones es darle un descanso a nuestro cuerpo y a nuestra mente, sobre todo a nuestra mente, de modo que lo recomendable es cambiar de ritmo y de actividad y permitirnos tiempo y espacio para hacer aquellas cosas que siempre queremos hacer y que no hacemos”, asegura el doctor.
Además, el vicepresidente de ASEPP distingue dos partes importantes en las que han de dividirse las vacaciones. “La primera de ellas hace referencia a los primeros días, en los que es necesario un descanso físico, un sueño reparador que nos predisponga a estar descansados y disfrutar de la segunda parte de nuestras vacaciones”, explica el doctor.
Esta segunda parte tiene un componente más lúdico. “Olvidemos el reloj, los horarios impuestos por la sociedad y los teléfonos, dejemos de lado las prisas y dediquémonos a hacer lo que nos gusta, lo que siempre queremos hacer y en el día a día no nos da tiempo y lo más importante, dediquémonos tiempo a nosotros”.
Sin necesidad de hacer largos viajes para disfrutar
En este sentido, López Rodríguez reconoce no es necesario realizar un largo viaje o utilizar los lugares “ideados por el imaginario popular”, a veces impuestos por ese imperativo social de “copar todas nuestras horas libres con multitud de actividades” en lugar de “servir al cuerpo y la mente de un espacio donde abunde todo lo contrario: calma, serenidad y tranquilidad”.
“La sociedad en que vivimos parece tener cierto miedo a practicar el sano ejercicio de no hacer nada”, ha reconocido este experto. Además, el vicepresidente de ASEPP cree que en ocasiones es necesario crear hábitos individuales para la estabilidad mental del individuo.
Es ahí donde entra el concepto de tener “nuestra propia habitación, nuestro tiempo, nuestro espacio, exclusivamente para nosotros, no es para nuestros hijos, ni para nuestra mujer, marido, ni para el jefe”, ha explicado.
“Es vital en nuestra vida tener nuestra propia habitación, el lugar en el que uno entra solo y tiene todas sus cosas íntimas. Las vacaciones son el momento ideal para desarrollar este espacio personal. Todo individuo, necesita un momento, un espacio, un lugar, que sea solo para él”, insiste.
Un espacio propio y una calma que genera un ambiente distendido, sin presiones de ningún tipo que, para este experto, “es el momento perfecto para reflexionar sobre nuestra vida, en lo que hacemos a diario, ¿Es lo que nos gusta? ¿Nos hace felices? ¿Queremos cambiar algo? ¿Podemos cambiar algo? Traer de las vacaciones un propósito y llevarlo a cabo nos hará sentir que realmente han sido unas vacaciones descansadas, aprovechadas y meditadas”, ha concluido.
Una parte fundamental de las vacaciones, según el doctor López Rodríguez, ha de estar dedicada a la reflexión. “En un ambiente distendido, sin presiones de ningún tipo, es el momento perfecto para reflexionar sobre nuestra vida, en lo que hacemos a diario, ¿Es lo que nos gusta? ¿Nos hace felices? ¿Queremos cambiar algo? ¿Podemos cambiar algo? Traer de las vacaciones un propósito y llevarlo a cabo nos hará sentir que realmente han sido unas vacaciones descansadas, aprovechadas y meditadas”.