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Gastronomía 2.0

Según la RAE gastronomía es el arte de preparar una buena comida y la afición a comer regaladamente, y según Wikipedia el término Web 2.0 se refiere a internet a la que le sumamos las redes sociales.

Primero me gustaría hacer una distinción entre lo que entendemos por gastronomía popular y gastronomía profesional, es decir la gente que disfruta con la gastronomía y la que se gana la vida con ello.

Internet ha ido ganando usuarios pero durante la primera década (1995-2005) no había redes sociales sólo había foros, la gran explosión fue a partir del 2005. Antes ¿cómo utilizaban los productores la red? Pues en la gran mayoría fueron experiencias frustrantes y con una utilidad bastante reducida. Después los productores y los restauradores gracias al desarrollo de software han empezado a encontrarle utilidad, por ejemplo para la gestión de la empresa, gracias a intranet, extranet y al análisis de datos, que les han permitido tomar decisiones con mucho conocimiento.

En la gastronomía popular hasta la explosión de las redes sociales sólo se podían compartir recetas o experiencias en foros de la gente a la que le interesaba la cocina.

Redes sociales

¿Qué entendemos por redes sociales? Vamos a pensar en las redes sociales como herramientas en las que la gente comparte experiencias y no interviene la plataforma, es decir, facebook o youtube no añaden contenido, son los usuarios los que añaden contenido y además tienen una economía de red – especialmente youtube, facebook y twitter-, que significa que cuando se incorpora un usuario se benefician todos.

Primero llegaron los blogs, que la gran mayoría de cocineros todavía los ven como una amenaza, cuando en realidad es una gran oportunidad para los profesionales. Después llegaron las redes sociales propiamente dichas en las que el contenido lo genera el usuario y además existe un tipo de vinculación entre los usuarios. Y después está facebook, que es la red social por excelencia. El hecho de tener una red que da información de consumo afecta mucho a cualquier negocio, y especialmente al de la gastronomía. Twitter es menos popular, ellos mismos no se describen como una red social.

Lo que es interesante es que la gente interactúa con marcas y todavía no ha puesto barreras. La cantidad de información que comparten los usuarios entre ellos en relación a marcas si lo asociamos a nutrición es interesante para monitorizar lo que se está diciendo, y especialmente entre adolescentes -porque de otra manera no contestarían si le preguntas directamente-.

¿Qué tienen que hacer las empresas y las organizaciones? Las personas que tienen interés por el 2.0 tienen que escuchar, conversar con la gente, asumirlas, participar enérgicamente, ser interesante -sobre todo- y crear contenido no ser un constante anuncio.

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La Gastronomía Española en el siglo XXI

En mi opinión la gastronomía es el fenómeno más importante del siglo XXI junto con la energía. En cambio el siglo XX fue el de las telecomunicaciones.

La obligación más importante que tiene la humanidad es que todos los seres humanos coman. Es lamentable que todavía exista una parte muy importante de la población mundial que no tiene acceso a ese derecho fundamental.

¿Por qué la gastronomía es tan importante?

Porque al no elegirla bien estamos generando una serie de enfermedades que no solamente perjudican la calidad del vida del ser humano sino que además generan un coste económico que no hay estado que pueda soportarlo. Por lo tanto, si continuamos dejando que crezcan la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares no vamos a tener dinero para curarlas. Por lo que debemos evitar que se produzcan.

La alimentación es un hecho unitario que tiene una serie de consecuencias de las cuales la más importante es la saludable, comemos sobre todo por razones de salud, primero por subsistencia y después por tener una salud y una calidad de vida razonables.

Antes se entendía por gastronomía disfrutar y nutrición era comer adecuadamente desde el punto de vista saludable, y durante miles de años han ido por separado: unos se ocupaban de nutrición y otros se ocupaban de disfrutar comiendo.

La gastronomía surge como tal en Francia como consecuencia de que Napoleón III organiza el restaurante a la carta y a partir de ahí aparecen los cocineros profesionales que convierten la cocina en un arte disfrutar cuando uno come.

Hemos conseguido que los nutriólogos estén convencidos de que hay una parte fundamental en la motivación a la hora de comer y de elegir la comida si queremos que la gente coma saludablemente. Grande Covián decía: “la gente comerá lo que debe si le gusta”. Por lo tanto, no se debe sufrir a la hora de comer. Es un problema de enseñanza. La satisfacción es lo último en el proceso de alimentación como hecho unitario, lo primero es la salud, lo segundo estar en el marco de los hábitos culturales y lo tercero es favorecer las relaciones sociales.

Además, por su parte los cocineros se han convertido en creadores. Han pasado de ser artesanos a ser artistas. Lo que más valoran los turistas que acudieron a España el año pasado es la gastronomía, porque hemos incorporado a la gastronomía dos cosas fundamentales: lo primero es un modelo de libertad a la hora de comer -a diferencia de la rigidez francesa-, la libertad del cocinero a la hora de cocinar y la del comensal para comer como quiera en una mesa, en una barra, de pie, en media hora o en cuatro, tomar dos platos y postres o 45 platos. Y en esa elección tiene que elegir unos alimentos, unas medidas y unas recetas que, al mismo tiempo que le den una satisfacción, coma saludablemente. Y eso significa saber qué nutrientes y qué calorías tienen los diferentes alimentos de una receta.

La alimentación: hecho unitario

Hemos conseguido que se entienda la alimentación como un hecho unitario, con una parte saludable, placentera, cultural, artística, psicológica… Hay que saber comer y a la hora de comer conseguir salud, amistad, cultura, conocimientos artísticos y disfrutar. Ésta es la razón por la cual cuando el Rey Juan Carlos decide darle el Premio Real a una academia se lo da a la Real Academia de Gastronomía.

Corporación de Derecho Público

El 20 de agosto del año 2010 el Consejo de Ministros decide por Real Decreto darle a la Real Academia Española de Gastronomía la consideración de Corporación de Derecho Público. ¿Por qué le conceden esta distinción? Porque es fundamental la alimentación desde el punto de vista saludable, es importantísimo desde el punto de vista económico para evitar el coste que tienen las enfermedades derivadas de la mala alimentación, es fundamental para promocionar el turismo la oferta gastronómica y también es importante para las relaciones sociales, familiares y de convivencia. Asimismo tenemos que procurar por todos los medios que en nuestro sistema educativo se incorporen los conocimientos de alimentación.

Tenemos que saber comer, aprender a alimentarnos en términos de nutrición, de cultura, de sociabilidad, de gastronomía… Todo eso en España dentro de la Real Academia de Gastronomía está incluido bajo la palabra gastronomía -que quede bien claro que desde la Real Academia no se pretende sólo disfrutar comiendo-.

España es líder a nivel internacional en este sentido y eso es muy difícil. La marca España se une a deporte, gastronomía y turismo. Además estas reuniones son fundamentales para que lleguemos a la conclusión de que no tenemos que renunciar a nada a la hora de comer. Hemos de comer lo que debemos, lo que nos conviene, pero tenemos que disfrutar comiendo.

¿Por qué cuesta resistirse a los alimentos ricos en grasas?

Investigadores de la Universidad de California en Irving Estados Unidos han descubierto qué hace que los alimentos ricos en grasas sean más “irresistibles” y cueste más dejar de comerlos pese a que favorecen el aumento de peso.

Según los resultados de un estudio que publica en su último número la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), cada vez que se consumen estos alimentos el intestino produce endocanabinoides, una sustancia similar a los compuestos que contiene la marihuana.

Los endocanabinoides son un grupo de moléculas grasas producidas por el propio organismo que están involucradas en varios procesos fisiológicos, incluido el apetito, la sensación de dolor, la memoria y el estado de ánimo.

Como estos compuestos actúan tanto en el cerebro como en el resto del organismo desde hace tiempo estaban siendo investigadas por su potencial para tratar varias enfermedades y adicciones.

En esta ocasión, un estudio llevado a cabo en ratones mostró que cuando los animales comen un producto graso, un grupo de células en su aparato digestivo comienza a producir endocanabinoides, algo que no sucede cuando se consumen azúcares o proteínas.

El proceso -explican los científicos- comienza en la lengua donde las grasas generan una señal que viaja, primero al cerebro y después hacia el nervio vago, un conjunto de nervios que va desde la faringe hasta el intestino.

Allí, la señal estimula la producción de endocanabinoides lo que conlleva un aumento en las señales celulares que provocan el ansia por seguir consumiendo alimentos grasos.

Los científicos creen que este mecanismo involucra la liberación de compuestos digestivos vinculados al hambre y la saciedad y por ello se siente “ansia por comer más”.

“Ésta es la primera demostración de que las señales de los endocanabinoides en el estómago juegan un rol importante en la regulación del consumo de grasas”, afirma el doctor Daniele Piomelli, profesor de farmacología y director del estudio.

Posible respuesta evolutiva

Los científicos no saben porqué este mecanismo se desata únicamente con las grasas y no con otro tipo de alimentos, pero -según este experto- puede deberse a “que quizás este proceso ha sido una respuesta evolutiva de los mamíferos”.

“Los animales tienen una necesidad imperiosa de consumir grasas que, aunque son escasas en la naturaleza son cruciales para el adecuado funcionamiento de las células”, explica.

Sin embargo, aunque este mecanismo natural ayudó alguna vez a los mamíferos a sobrevivir ahora está provocando el efecto inverso ya que “las grasas están ampliamente disponibles y la necesidad innata de comer alimentos grasos ha conducido a la obesidad, la diabetes y el cáncer”.

No obstante, tras este hallazgo los investigadores creen que se podrían conseguir nuevos tratamientos para suprimir la ansiedad por comer alimentos grasos, por ejemplo, mediante un fármaco que obstruya la actividad de los endocanabinoides.

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Sabores de España: evolución y revolución

Cada país tiene una alimentación y unos sabores típicos que son consecuencia del clima, geografía, suelo, religión, cultura e influencias externas.

Dentro de los alimentos españoles tenemos las especies autóctonas: trigo, olivo, vid, cerdo ibérico, ovejas merinas, perdiz roja, etc.; las especies incorporadas: cítricos, arroz, tomate, patata, pimiento, maíz, etc.; y productos adoptados: Kiwi, aguacate, avestruz, conservas vegetales, panadería industrial.

Los factores fundamentales de nuestra alimentación son:

-Clima y suelo idóneos.

-Aportaciones culturales de árabes y romanos que hemos ido incorporando y que han repercutido en nuestra alimentación.

-Descubrimiento de América, que fue un factor fundamental del cambio alimentario en el mundo.

-Tenemos tres mares distintos con tres producciones distintas de productos del mar que ha condicionado nuestra alimentación.

Época de hambre

Sin embargo en los años 50 había hambre en nuestro país, también tuvimos comedores sociales después de la guerra y la cartilla de racionamiento que duró hasta el año 1953. En esa época nuestra alimentación fue muy precaria.

Los platos de guerra y postguerra eran la tortilla de patatas sin patatas ni huevo, los calamares fritos sin calamares (eran rodajas de cebolla rebozadas), zarzuela de crestas de gallo, puchero de trigo, formigos, gurullos…

Tenemos una literatura gastronómica del hambre con la novela picaresca (Guzmán de Alfarache, Rinconete y Cortadillo) en la que contaban las penurias de los lazarillos e, incluso, los nobles para poder sobrevivir. Es recomendable la lectura de Tobogán de hambrientos y Viaje a la Alcarria de Cela, El Jarama de Sánchez Ferlosio o La Nana de la cebolla de Miguel Hernández.

Hay una cinematografía del hambre: Plácido, El cochecito, Bienvenido Mister Marshall, Pim, pam pum, ¡fuego!, Ay Carmela… películas muy interesantes en las que se transcribe la necesidad nutricional de aquellos momentos.

También tenemos canciones populares como Cocidito madrileño, En tierra extraña, ¡Camarero!, La vaca lechera, La gallina papanatas o la publicidad que empezaba con La canción del Cola Cao o El chocolate Matías López. Y también en la literatura infantil como Carpanta.

Cambios en la alimentación

En España hay cocinas muy variadas: rural, monástica, burguesa, nobleza, colonizadora, urbana, industrial y colonizada.

Grande Covián decía “es más fácil que la gente cambie de religión que de alimentación”. Ha habido muchos cambios en la alimentación. Hace 50 años en una tienda de ultramarinos bien surtida había 500 referencias, en este momento hay 55.000 o más. La cocina estaba encendida durante todo el día y ahora ni siquiera una hora gracias a los métodos rápidos como microondas. El tiempo dedicado a comer era largo y en estos momentos comemos muy deprisa.

Asimismo, las formas de comer en cuanto a posibilidades, gustos y manías son extensas. Antes sólo teníamos lo que nos hacía nuestra madre. Había uniformidad de la comida familiar. Pero en estos momentos la comida en casa la hemos sustituido por la comida en el jardín de infancia, el colegio, la universidad, la empresa y, finalmente, en la residencia de tercera edad. Hace 10 años el gasto de comida fuera de casa era de un 19 por ciento, en estos momentos pasamos del 31 por ciento.

Seguridad alimentaria

También ha cambiado la seguridad alimentaria de forma impresionante. Durante mucho tiempo estuvo basada en los inspectores que iban por los mercados e inspeccionaban los alimentos y hacían retirar los productos que no estaban en buenas condiciones. Era sólo responsabilidad de la Administración. En poco tiempo las cosas han cambiado de forma importante, también empieza a ser responsabilidad del tenedor de la mercancía (aparecen los códigos de buenas prácticas, los puntos críticos y la trazabilidad) y pasamos de una inspección de foto fija a película con seguimiento absoluto.

De hecho, en España tuvimos algunos problemas verdaderamente importantes como el síndrome tóxico. Había un código alimentario pero que casi no se había puesto en marcha y fue necesario dar un paso importante. Los problemas posteriores que ha habido: vacas locas, dioxinas… no tienen comparación con el del síndrome tóxico en el que hubo más de 400 muertos. Esto también hizo que cambiase totalmente nuestra legislación alimentaria.

Se desarrolló el código alimentario, aparecieron los primeros reglamentos y las primeras normas de calidad y en ese momento entramos en el Mercado Común, y entonces la legislación se tuvo que adaptar a las disposiciones comunitarias, tanto los reglamentos -que son de obligado cumplimiento cuando se publican- como a las directivas. Pero como hay una libertad de comercio algunos países dicen que no sólo basta con tener una legislación alimentaria común sino que hay que tener una inspección común, de manera que tenemos que adaptarnos a unos controles que se hacen desde Bruselas y debemos rendir cuentas.

Un poco más adelante se crean las Agencias de Seguridad Alimentaria y nos encontramos con otra transformación en nuestra alimentación. En esos momentos nuestra alimentación ya no es sólo de proximidad en el tiempo y en el espacio, sino que nos alimentamos con productos que proceden de fuera.

La revolución gastronómica

Gregorio Marañón decía que “a la naturaleza hay que, primero conocerla, después amarla, respetarla y obedecerla para después dominarla”, y para poder llegar a las producciones que ahora tenemos. Ha habido una evolución enorme en la producción de vinos, aceites, productos lácteos y en las tiendas de ultramarinos.

Y al final hemos llegado a una revolución en la que han intervenido los cocineros como Ferran Adria del Bulli, Arzac, Can Roca, Mugaritz, El Atrio, Akelarre, Can Fabes, Berasategui, etc. Restaurantes que se han puesto a la cabeza de la gastronomía mundial.

Además tenemos unos maravillosos productos como el jamón ibérico considerado como uno de las cuatro estrellas de la gastronomía mundial junto con el caviar, la trufa y el foie.

También tenemos una inmensa variedad de frutas y hortalizas frescas. Somos el mayor productor de aceite de oliva y el que más variedades tiene. Somos líderes en el mundo del pescado. Y tenemos producciones de vino interesantes y cada vez de mayor calidad. Es decir, nuestras posibilidades y nuestra revolución de los sabores de España ha sido intensa y muy provechosa. Con la ayuda de todos hemos puesto a España a la cabeza de la gastronomía mundial.

El jamón ibérico de bellota, uno de los mejores aliados cardiosaludables de la dieta mediterránea

El jamón forma parte de la tradición gastronómica peninsular y constituye un alimento fundamental dentro de la dieta mediterránea. La grasa del cerdo aparece en las tablas de composición de alimentos con una elevada cantidad de ácidos grasos saturados, lo que la hace en un principio desaconsejada. Sin embargo, en algunas regiones del suroeste de España -fundamentalmente en Extremadura- se desarrolla un tipo de cerdo, el ibérico de bellota, con unas características genéticas y de explotación que lo hacen diferente a otros ejemplares de su mismo género.

En la actualidad, diversos estudios han concluido que su consumo es beneficioso para disminuir los niveles de colesterol gracias a la gran cantidad de ácidos grasos monoinsaturados que contiene. Entre ellos se encuentra el ácido oleico -componente habitual en aceites vegetales como el de oliva o el del aguacate- y que ejerce una acción beneficiosa en los vasos sanguíneos reduciendo el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. De ahí que el catedrático español Grande Covián utilizara un símil que ha pasado a la posteridad: “el cerdo ibérico es como un olivo con patas”.

Entre otras propiedades, el jamón ibérico de bellota contiene también gran cantidad de hierro, calcio y vitamina D, fundamental para el crecimiento y el fortalecimiento de los huesos. Además, los cerdos que están criados en libertad en las dehesas extremeñas proporcionan una gran cantidad de antioxidantes naturales gracias a su alimentación en bellotas, hierba y pastos naturales.

El doctor Avelino Ortiz, Jefe de Servicio de Medicina Interna del Hospital Perpetuo Socorro (Hospital Universitario de Badajoz) -y uno de los autores del Estudio Influencia del consumo de jamón de cerdo ibérico criado en montanera sobre el perfil lipídico aterogénico– asegura que entre los alimentos más cardiosaludables “se encuentran aquellos ricos en estos ácidos grasos insaturados y con altos niveles de antioxidantes, entre los que podemos incluir el aceite de oliva, pescados azules, nueces, aceite de semillas, vino tinto en pequeñas cantidades por su nivel de antioxidantes, frutas, verduras, hortalizas y, sin duda, el jamón ibérico de bellota”.

La dieta mediterránea se atribuye a regiones donde se ha observado que las expectativas de vida para los adultos están entre las más altas del mundo y por el contrario, las incidencias de enfermedad cardiovascular, ciertos cánceres y otras enfermedades crónicas, están entre las más bajas. Y es que la dieta diaria está directamente relacionada con enfermedades coronarias como la hipercolesterolemia y la ateroesclerosis.

Por lo tanto, se puede alterar la dieta para que sea lo más saludable posible: disminuyendo la ingesta de grasas saturadas a favor de las monoinsaturadas y manteniendo un porcentaje adecuado de las poliinsaturadas.

Los ácidos grasos y las enfermedades coronarias

La ateroesclerosis es la enfermedad de las arterias más frecuente en la población, siendo la causa de muerte más importante en los países industrializados. Hasta hace relativamente poco, se atribuía exclusivamente a un proceso natural provocado por el envejecimiento. Sin embargo, entre los factores que contribuyen a esta dolencia se encuentra la hipercolesterolemia.

Según se explica en el estudio sobre la influencia del consumo de jamón de cerdo ibérico criado en montanera, se ha detectado que las personas que viven en países mediterráneos tienen menor incidencia de algunas enfermedades crónicas y mayores expectativas de vida, por lo que se comenzó a investigar cómo influye la dieta en las enfermedades coronarias.

Según los datos de este estudio, la mortalidad por coronariopatía se relaciona directamente con el colesterol sérico, demostrando una fuerte correlación entre el consumo de grasa saturada en la dieta y los niveles séricos de colesterol. Los ácidos grasos saturados aumentan la colesterolemia y por tanto la incidencia de enfermedad cardiovascular.

Los primeros intentos de modificar la dieta para reducir las enfermedades cardiovasculares se realizaron aumentando la ingestión de ácidos grasos poliinsaturados (AGPI) que reducían los niveles de colesterol. Estos ácidos grasos procedían principalmente de los vegetales (maíz, girasol) y de los pescados azules.

Sin embargo, en los últimos años, los estudios han incidido más en los ácidos grasos monoinsaturados (AGMI), demostrándose que una dieta rica en ellos es tan eficaz como otras ricas en poliinsaturados. El principal representante es el ácido oleico cuyo gran portador en el aceite de oliva (65-80 por ciento), principal fuente de grasa en los países mediterráneos, en contraposición con las grasas animales típicas de los países del norte de Europa.

El aceite de oliva contiene una proporción relativamente baja de ácidos grasos saturados y es fuente de antioxidantes (vitamina E). Diferentes trabajos han mostrado que el consumo de aceite de oliva provoca un descenso de colesterol total, similar al que origina una dieta rica en poliinsaturados.

Un aliado contra el colesterol

Según este mismo estudio, otro alimento con alto contenido en ácido oleico (40-45 por ciento) es la carne de cerdo ibérico ya que tanto genéticamente como por su forma de explotación, es diferente a las demás razas. El cerdo ibérico de bellota se alimenta fundamentalmente de bellotas -con tasas de ácido oleico superiores al 65 por ciento- así como de hierbas y raíces de la dehesa, lo que puede incorporar, además, sustancias antioxidantes. Estas condiciones contribuyen a que su grasa sea rica en este ácido, sobre todo su jamón que llega a porcentajes del 59 por ciento.

Este tipo de cerdo ibérico vive libremente en el campo, por lo que realiza mucho más ejercicio que los recluidos en cebaderos, lo que incide en que el contenido de colesterol de su carne no sea excesivo. El jamón ibérico de bellota se consume junto a otros alimentos de la dieta mediterránea en determinadas regiones, fundamentalmente al suroeste de España, como la zona de la Dehesa de Extremadura.

Según afirma Avelino Ortiz, “el jamón más cardiosaludable es el de bellota, seguido del ibérico de cebo en extensividad (ibérico de cebo de campo) y por último el cebo en intensividad (ibérico de cebo)”, ya que estos últimos “se crían en ausencia de actividad física y de consumo de hierba”. La frecuencia de consumo del jamón ibérico de bellota, según Ortiz, “puede estimarse en dos o tres raciones de 100 gramos semanales y es ideal como sustituto de otras carnes rojas con mayor contenido en grasa saturada”.

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¿Existe la Gastronomía saludable?

En el mundo actual ¿nos podemos permitir una gastronomía saludable? La respuesta depende de donde hayamos tenido la suerte de nacer y vivir. Porque efectivamente en el mundo de la obesidad, en el que vivimos la mayor parte de nosotros, quizás nos podamos permitir hablar de gastronomía saludable, pero en el mundo de la pobreza éticamente no deberíamos hablar de gastronomía saludable. En un caso se trata de disminuir los excesos y en el otro tratar de alcanzar unos mínimos.

Tendencias del consumo

La evolución de las tendencias del consumidor en alimentación ha sido la siguiente: supervivencia, hambre/sed, placer/variedad, alimentos sin (le quitamos algo para evitar un efecto no deseable) y alimentos con (le ponemos algo que produzca un efecto deseable).

Vivimos en un terreno de enorme confusión, hay muchos mensajes controvertidos y no sé si es posible definir lo qué es la gastronomía saludable.

Hace unos años en los libros que se publicaban de cocina y gastronomía fundamentalmente se hablaba de cocina y placer y no aparecía el término salud. Sin embargo, en la actualidad los libros de cocina si hablan de salud. Además aparece el mundo de la tecnología en las cocinas.

Dieta mediterránea

La dieta mediterránea tradicional es aquella que se caracteriza por la abundancia de elementos vegetales como pan, pasta, verduras, ensaladas, legumbres, frutas y frutos secos; aceite de oliva como principal fuente de grasa; consumo de pescado, aves de corral, productos lácteos y huevos; pequeñas cantidades de carnes rojas y moderadas cantidades de vino, consumido en las comidas. A ello hay que añadir unos hábitos saludables: paseos, bailes, tertulias y siesta.

Pero una reflexión: es nutricionalmente muy sana…¿pero es divertida? ¿No está el sabor en el colesterol?

Por otro lado estamos continuamente cambiando los mensajes, lo que antes era bueno ahora es malo desde el punto de vista de la salud. Y al revés. En definitiva estamos cambiando las respuestas a las preguntas que se están continuamente reformulando.

El ejemplo del vegetarianismo

Numerosas publicaciones empezaron a hablar de dieta vegetal en los años 60 y fundamentalmente se comentaba que las personas que seguían una dieta vegetariana tenían un mayor riesgo de padecer una deficiencia nutricional que las personas que siguen una dieta con presencia de carne. Las dietas de base vegetal eran ejemplo de los países en desarrollo donde la población no podía consumir dietas basadas en carne. La preocupación se basaba sólo en los riesgos para la salud y no en los beneficios potenciales.

En ese entorno las deficiencias nutricionales eran mucho más prevalentes en los países industrializados que en la actualidad. Era más fácil conocer los casos de vegetarianos con problemas médicos que los posibles beneficios a medio/largo plazo. Además, en los 70 los que seguían el vegetarianismo se consideraban parte de la cultura underground.

Pasan los años y empieza a haber una explosión de publicaciones en las que dentro de los alimentos de nuestras dietas, el grupo vegetal es el que demuestra un mayor papel (protector) en las enfermedades que nos enferman y nos matan en la actualidad: diabetes, obesidad, enfermedad coronaria, cáncer y enfermedades neurodegenerativas. En definitiva, lo que antes era considerado riesgo no saludable ahora es lo que se considera saludable.

Algunos alimentos de la dieta mediterránea tradicional han tenido la suerte de considerarse incluso alimentos funcionales: nueces, aceite de oliva, vino. Y otros -que tienen el mismo derecho a que se consideren unos buenos elementos de la dieta- como pan, legumbres, cereales… son los grandes olvidados.

Sin embargo esos beneficios no llevan a que sigamos las recomendaciones, por ejemplo respecto al consumo de aceite de oliva si comparamos los datos de los años 60 con los actuales vemos que ha habido un descenso muy significativo, aun considerando que la gente sí conoce los beneficios de su consumo. El grupo de frutas y verduras, a pesar de la evidencia científica, si comparamos el consumo de los años 60 frente a la actualidad también se ha reducido.

Es verdad que en muchas ocasiones se nos acusa de cambiar el mensaje nutricional, por ejemplo en el caso del aceite de oliva, del vino o del pescado azul.

Cambio de concepto

Ha habido un cambio de concepto a la hora de evaluar los alimentos, de evaluar solamente el riesgo a evaluar el balance beneficio/ riesgo.

En el grupo de verduras, por un lado no hay duda de que la evidencia científica muestra que los vegetales son parte de una dieta saludable, pero en el lado de los riesgos tampoco hay duda de que los vegetales nos pueden aportar nitratos y nitritos que pueden -si hay abuso- producir un cáncer de estómago o un síndrome en el recién nacido. Cuando comparamos el contenido en nitratos en los alimentos vemos que la concentración dependerá de las combinaciones que hagamos en la receta para saber si aportamos muchos nitratos o no en nuestra dieta. Pero si comparamos beneficios frente a los riesgos sin duda, son muchos más los beneficios. Por lo tanto, debemos seguir incluyendo el grupo de frutas y verduras en la dieta saludable.

Factores nutricionales y mortalidad

Si estudiamos los factores nutricionales y de estilo de vida que declara la OMS relacionados con mortalidad cardiovascular vemos que si no consumimos frutas y verduras el riesgo de padecer estas enfermedades es elevado.

Respecto al componente estrella de los pescados grasos, los omega 3, sabemos que si somos capaces de aportar 250-500 mg/d de EPA+DHA disminuye el riesgo de mortalidad en un 25 por ciento. Pero desde el punto de vista de los riesgos se puede hablar de los contaminantes del pescado. Sin embargo no hay duda en los metanálisis realizados de que cuando se estudia beneficio-riesgo debemos incluir el pescado dentro de la gastronomía saludable. Incluso podemos decir que tomar o no pescado se convierte en una de las decisiones más importantes de nuestra vida en relación con la salud.

Dentro del concepto de gastronomía saludable si hay variedad, equilibrio y moderación la carne debe estar presente. Hoy día se habla casi exclusivamente de los riesgos de la carne y se nos han olvidado los beneficios de consumir carne (tiene proteínas, hierro, determinadas vitaminas, zinc…). En definitiva hay que enseñar dónde está la grasa en la carne.

Las controversias del alcohol

El alcoholismo es una patología grave que afecta a más del siete por ciento de la población en Europa. Pero empieza a aparecer en las pirámides alimentarias la copa de vino y este cambio se ha basado en los estudios que demuestran que una cantidad de consumo moderado de alcohol (a ser posible vino, 2-3 copas al día) lleva al nivel más bajo de morbimortalidad por enfermedad cardiovascular. Si hablamos de cáncer el papel de las bebidas alcohólicas no está tan claro.

¿Cómo elegimos nuestros alimentos?

¿Es más cara una dieta saludable, la dieta mediterránea? La percepción general sobre frutas, verduras, pescado y alimentos de calidad nutricional añadida es que es más cara. Sí es verdad que el coste energético de los productos frescos es mucho más elevado que el de azúcares añadidos y/o grasas. ¿Y los cereales? ¿Y las legumbres? Los consideramos alimentos de pobres. Lo que nos da más por menos dinero son los alimentos ricos en azúcares y grasas (JADA 2005).

Nunca hubo tanto donde elegir, ni menos tiempo y capacidad para hacerlo. Los factores principales a la hora de elegir son:

– Mantener la salud

– Placer

– Relación tamaño/precio

– Facilidad de preparación

– Duración

Hace 20 años nos sobraban los tres últimos factores, nos bastaba con mantener la salud y el placer. Pero actualmente la relación tamaño/precio está en los primeros puestos, después facilidad de preparación, duración, placer y en último lugar la salud. Esto nos lleva a la situación actual donde la pirámide alimentaria, que es la base para diseñar una gastronomía saludable, ha perdido su forma piramidal y ya no se parece a una pirámide.

Por otro lado cada día hay más productos y bebidas funcionales en el mercado y esto puede ser saludable pero ¿es gastronomía? Tendemos a un sistema de alimentación a base de líquidos y que no necesita cubiertos. Sin embargo, la propiedad fundamental de los alimentos sólidos y que les confiere existencia física es su textura, única condición que los diferencia de las bebidas y razón por la que el hombre come, y no sólo bebe para alimentarse.

Por otro lado, el mundo de los precocinados es cada vez más sofisticado. ¿Qué piensa la gastronomía? ¿Qué piensa la nutrición? En mi opinión la nutrición ha dicho poco en este sentido.

Por último no debemos olvidar que los alimentos no son medicamentos: ¿comer por función o comer por placer? En los medicamentos prima la función sobre el gusto o placer. El consumo de alimentos responde a un objetivo básicamente funcional pero hemos encontrado también una fuente de placer. Un cocinero jamás servirá un plato de mal sabor si es consciente de ello y un médico nunca dejará de recetar una medicina por su sabor. Son los alimentos los que nos convocan. Y expresan. No lo hacen los nutrientes ni las sustancias bioactivas.

Algún día seremos capaces de determinar nuestros condicionantes genéticos para una buena alimentación y entonces ¿cuál será el papel de la gastronomía? Probablemente tengamos una nutrición personalizada y no sé si tendremos una gastronomía personalizada. Y por último hay que dejar que la gente coma, beba, sea saludable y feliz.

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Conocer el vino: Tradición e innovación

El vino es una bebida hidro-alcohólica obtenida a partir de la uva por la fermentación alcohólica realizada por unos microorganismos denominados levaduras, que transforman los azúcares en alcohol etílico. Hace pocos años que se conoce que hay otras fermentaciones secundarias.

Un poco de historia

El vino hunde sus raíces en la prehistoria del hombre. En civilizaciones como la egipcia, griega o romana. El cristianismo lo incorporó como una bebida santificada y fue retomado después por las órdenes religiosas en siglos posteriores, que mantienen el cultivo de la vid y la elaboración del vino.

Van apareciendo las distintas formas de obtenerlo, almacenarlo y transportarlo. Primero se trasporta en vasija y a partir del Medievo se empiezan a usan las barricas de madera, lo que va determinando las calidades cualitativas y gustativas de los vinos, que no tiene nada que ver con los vinos actuales.

En los siglos I y II aparece el cultivo de la vid y también el primer personaje datado ligado al mundo de la viña y el vino en España, y se ha visto en las excavaciones arqueológicas que en las celebraciones tomaban vino, cordero lechal y algo de caza.

En la época medieval en España tuvimos desde el año 711 la invasión musulmana y eso llevó a una cierta interrupción en el cultivo y desarrollo de la uva y del vino, aunque no se perdió totalmente. En las etapas de reconquista es cuando aparece otra vez el cultivo de la vid, y no solamente alrededor de los monasterios. El vino era, en esta época, un auténtico alimento para la dieta de los habitantes de la zona.

El vino moderno según los historiadores aparece (en 1863) con Louis Pasteur que determina los mecanismos para conocer la fermentación del vino cuando estudia el papel del oxígeno en su elaboración y de las levaduras. A partir de aquí cambia la forma de hacer los vinos y aparece una tecnología en la que se buscan los gustos más sofisticados. También aparece una legislación.

El en siglo XX aparecen las denominaciones de origen y la normativa de la Unión Europea, que es el mayor productor y exportador de vino al resto del mundo, incluso a países sin tradición.

Y aparecen las modernas bodegas. A finales del siglo XIX hubo una revolución en la elaboración del vino que llegó a zonas como Cataluña, Rioja y un poco menos a las zonas del sur -excepto Jerez- y ribera del Duero -excepto Vegasicilia-.

Y sobre todo en el último cuarto de siglo hay una eclosión y una revolución auspiciada por muchos factores. En primer lugar por una valoración mucho más sustantiva de la calidad de los vinos. En segundo lugar por una búsqueda de la satisfacción de los consumidores que quieren productos de más alta calidad. Y todo esto sustentado en una tecnología, en unos materiales que revolucionan el modo de hacer el vino. Aparecen materiales asépticos, suelos y paredes lavables (primero epoxi y después materiales inoxidables), sistemas perfectos de control de temperatura y modernos equipos de climatización y control de humedad que aseguran un producto tan vivo como siempre y en continua evolución.

En la actualidad la maquinaria en Enología cambia con una facilidad extraordinaria, no sólo en el sistema de vendimia, que han llegado a la mecanización, sino también a los equipos de filtración y de separación automática del grano de la uva de la parte leñosa del racimo, los sistemas de control de oxigeno y la utilización de la temperatura de forma automática o la medición de parámetros cruzados para determinar cuál es el momento exacto de cada etapa.

El futuro

Nos va a tocar, entre otras cosas que ni siquiera podemos imaginar, manejar muchísimo la biotecnología, la maquinaria y los nuevos retos del control del alcohol.

Nuestra bodega (Matarromera) es la que más invierte en investigación, lo que nos lleva a trabajar muchísimo sobre nuestros propios vinos. Tras de 5-6 años de trabajo e investigación conseguimos sacar un producto “el vino sin alcohol” (jurídicamente no se puede llamar vino), que es un producto nuevo totalmente distinto de los vinos tradicionales.

Si comparamos este producto con un vino tradicional y uno 0,0 (O grados de alcohol y 0 calorías) vemos que los niveles de oligoelementos, vitaminas y minerales son similares y lo que se ha minimizado hasta la nimiedad es el contenido de alcohol con una técnica respetuosa. Y sin embargo mantienen la mayor parte de los factores que la ciencia médica apunta como positivos. Se usa una técnica de deconstrucción molecular donde se manejan los componentes elementales de un producto.

Elaboración del “vino sin alcohol” Emina

Hay cuatro fases de trabajo: primero la elaboración del vino tradicional modificando aspectos como madurez, levaduras, aromas, etc. Después hay una fase de deconstrucción molecular, de separación de las moléculas; luego una reconstrucción; y, por último, el control de seguridad alimentaria para su conservación, mantenimiento, embotellado y expedición.

¿Para quién es este tipo de productos 0,0? Para gran parte de la población e incluso se puede prescribir como un elemento saludable que además pueden tomar los niños porque no tiene nada de alcohol pero si vitaminas, polifenoles y antioxidantes. También para personas de más edad que por alguna restricción no pueden tomar el vino tradicional. O en comedores de empresa que no permiten el alcohol.

El nombre procede de “hemina” que era la cantidad de vino que tenían asignada los monjes cistercienses del monasterio de Sta. Mª de Valbuena. Las monjas de otros monasterios tenían asignada media hemina.

Además esta bebida tiene una serie de ventajas funcionales: contenido polifenólico, bajo contenido calórico y ausencia de grasa y proteínas.

Otros proyectos de investigación

Estamos participando en un proyecto llamado SENIFOOD (Investigación de alimentos y dietas específicas para personas mayores) con una subvención CDTI en consorcio con empresas productoras de ingredientes y empresas alimentarias de alto nivel.

Nuestra bodega, Matarromera, es el único y primer grupo bodeguero que participa y el objetivo es investigar en la aplicación del eminol en el enriquecimiento de vinos y bebidas derivadas para esta población. El eminol es un complejo polifenólico natural extraído de la uva con patente. También tiene usos cosméticos con los que tenemos una línea de productos de alta gama.

Otro proyecto tiene que ver con las histaminas, con la reducción de estos compuestos en el vino para crear vinos sin hipersensibilidades alimentarias. Las aminas biógenas producen en algunas personas reacciones alérgicas o dolores de cabeza.

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¿Existe la Gastronomía saludable?

En el marco de la Jornada Diálogos sobre Gastronomía y Nutrición organizada por la Cátedra Tomás Pascual Sanz-Universidad San Pablo CEU, el Dr. Gregorio Varela Moreiras pronunció la ponencia ¿Existe la Gastronomía saludable? que recogemos a continuación.

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La Gastronomía Española en el siglo XXI

En el marco de la Jornada Diálogos sobre Gastronomía y Nutrición organizada por la Cátedra Tomás Pascual Sanz-Universidad San Pablo CEU, el Dr. Rafael Ansón Oliart pronunció la ponencia La Gastronomía Española en el siglo XXI que recogemos a continuación.

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¿Conocemos nuestros alimentos?

En el marco de la Jornada Diálogos sobre Gastronomía y Nutrición organizada por la Cátedra Tomás Pascual Sanz-Universidad San Pablo CEU, el Dr. Emilio Martínez de Victoria pronunció la ponencia ¿Conocemos nuestros alimentos? que recogemos a continuación.

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Sabores de España: evolución y revolución

En el marco de la Jornada Diálogos sobre Gastronomía y Nutrición organizada por la Cátedra Tomás Pascual Sanz-Universidad San Pablo CEU, el Dr. Ismael Díaz Yubero pronunció la ponencia Sabores de España: evolución y revolución que recogemos a continuación.

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Lo que hemos comido hoy nos enferma

En el marco de la Jornada Diálogos sobre Gastronomía y Nutrición organizada por la Cátedra Tomás Pascual Sanz-Universidad San Pablo CEU, el Dr. José Enrique Campillo pronunció la ponencia Lo que hemos comido hoy nos enferma que recogemos a continuación.

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