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Saltarse el desayuno puede aumentar el riesgo de enfermedad coronaria

La idea de que desayuno puede ser la comida más importante del día cobra más fuerza con los resultados de un nuevo estudio, que concluye que dejar de ingerir esta comida puede aumentar el riesgo de enfermedad coronaria.

Los hombres de la investigación que informaron de saltarse regularmente el desayuno tenía un mayor riesgo de un ataque al corazón o enfermedad coronaria mortal, según las conclusiones, publicadas en Circulation: Journal of the American Heart Association.

Los investigadores analizaron los datos de los cuestionarios de frecuencia alimentaria y los resultados sanitarios realizados durante 16 años (1992-2008) de 26.902 hombres profesionales de la salud de las edades 45 a 82 años. Los hombres que informaron que omitían el desayuno tenían un 27 por ciento más de riesgo de ataque al corazón o muerte por enfermedad coronaria que los que informaron no lo hicieron.

Aquellos que no tomaban el desayuno eran más jóvenes que los que sí que lo comían, además de que eran más propensos a fumar, tenían trabajo a tiempo completo, eran solteros, realizaban menos actividad física y bebían más alcohol, según el perfil dibujado gracias al estudio.

Los hombres que comían tarde por la noche (comer después de ir a la cama) tenían un 55 por ciento más de riesgo de enfermedad cardiaca coronaria que quienes no lo hacían. No obstante, los autores no se mostraron muy convencidos de que esto fuera un importante problema de salud pública debido a que pocos hombres en la investigación informaron de este comportamiento.

Durante el estudio, 1.572 los hombres sufrieron eventos cardiacos por primera vez. “Saltarse el desayuno puede conducir a uno o más factores de riesgo, como obesidad, presión arterial alta, colesterol alto y diabetes, que a su vez puede conducir a un ataque al corazón”, afirmó Leah E. Cahill, director del estudio e investigador postdoctoral en el Departamento de Nutrición de la Escuela Pública de Salud de la Universidad de Harvard en Boston, Massachusetts (Estados Unidos).

“Nuestro grupo de estudio ha pasado décadas estudiando los efectos de la calidad y la composición de la dieta, y ahora esta nueva información también sugiere en general los hábitos alimentarios pueden ser importantes para reducir el riesgo de enfermedad coronaria”, dijo Eric Rimm, Sc.D., autor principal y profesor asociado de Epidemiología y Nutrición de la Escuela de Salud Pública y profesor asociado de Medicina en la Harvard Medical School.

Aunque el grupo de estudio estaba compuesto por hombres, el 97 por ciento de ellos de raza blanca, descendientes de europeos, los resultados deberían aplicarse también a las mujeres y otros grupos étnicos, pero esto debe ser probado en estudios adicionales, según los investigadores.

“No se salte el desayuno -aconsejó Cahill-. Tomar el desayuno está asociado con un menor riesgo de ataques cardiacos. Incorporar muchos tipos de alimentos saludables al desayuno es una manera fácil de asegurarse que su comida le proporciona la energía adecuada y un equilibrio saludable de nutrientes, como proteínas, carbohidratos, vitaminas y minerales. Por ejemplo, la adición de frutos secos y fruta picada en un tazón de cereal integral o avena es una gran manera de empezar el día”.

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Hallan una mutación genética relacionada con la obesidad

Investigadores del Hospital de Niños de Boston, en Estados Unidos, han identificado una causa genética de la obesidad severa que, aunque poco frecuente, plantea nuevas preguntas sobre la ganancia de peso y el consumo de energía en la población obesa general. La investigación, publicada en la revista Science, se realizó con estudios genéticos de varios grupos de personas obesas y experimentos en ratones.

Los ratones con la mutación genética ganaron peso, incluso comiendo la misma cantidad de alimentos que sus homólogos normales. El gen afectado, Mrap2, tiene una contraparte humana (MRAP2) y parece estar implicado en la regulación del metabolismo y el consumo de alimentos. “Estos ratones no queman grasa -subraya el investigador principal del estudio, Joseph Machdub, jefe de Endocrinología de Niños de Boston-. Los ratones con la mutación genética ganaron más peso y encontramos mutaciones similares en una cohorte de personas obesas”.

La proteína creada por el gen Mrap2 parece facilitar la señalización a un receptor en el cerebro llamado Mc4r, lo que ayuda a aumentar el metabolismo y disminuir el apetito como parte de una mayor cadena de señalización implicada en la regulación de la energía.

Las células grasas producen la hormona leptina, que provoca a los receptores en el cerebro para instigar a la producción de una segunda hormona, aMSH. Mc4r detecta esta hormona con la ayuda de Mrap2, lo que lleva a una disminución del apetito y el peso. Las mutaciones en esta cadena de señalización, incluidas las mutaciones en Mc4r, son conocidas por aumentar la probabilidad de la obesidad.

Machdub, autor principal junto a Masato Asai, ahora en la Universidad de Nagoya, en Japón, y sus colegas estudiaron ratones con el gen Mrap2 eliminado tanto en general como sólo en el cerebro. En ambos casos, los roedores crecieron hasta aproximadamente dos veces su tamaño normal, un aumento de peso que fue mayor cuando ambas copias de Mrap2 fueron eliminadas, pero los ratones todavía mostraban un incremento de peso y del apetito con una copia funcional del gen.

El aumento de peso fue más pronunciado en los machos que en las hembras, además de que los ratones sin Mrap2 ganaban peso más exageradamente a pesar de llevar la misma dieta alta en grasa que los ratones normales. Sorprendentemente, mientras que los ratones sin Mrap2 no comían más al principio, todavía aumentaron de peso más rápido que los controles.

Más tarde, su apetito aumentó y continuaron subiendo más de peso que los controles, incluso con la misma dieta y cantidad de alimentos. Al final, los ratones mutantes tenían que ser alimentados con entre un 10 y un 15 por ciento de la dieta para ganar el mismo peso que sus pares normales, ya que en cuanto no se les restringió la dieta, engordaron.

Para investigar el gen en los seres humanos, Machdub colaboró con Sadaf Farooqi, de la Universidad de Cambridge, entre otros expertos, y analizando grupos de pacientes obesos de todo el mundo. El equipo encontró cuatro mutaciones en el equivalente humano de Mrap2 entre 500 personas, todas en pacientes con obesidad severa, de aparición temprana.

Mientras que el hallazgo sugiere que estas raras mutaciones causan directamente la obesidad en menos del 1 por ciento de la población obesa, los científicos sospechan que podrían producirse otras mutaciones en el gen más comunes y pueden interactuar con otras mutaciones y factores ambientales para causar formas más habituales de obesidad.

“Hemos encontrado otras mutaciones que no eran tan claramente perjudiciales al gen -señala Machdub-. Es posible que algunas de estas mutaciones más comunes en realidad sean patógenas, especialmente en combinación con otros genes en la misma vía”.

Una teoría interesante, llamada la hipótesis del gen ahorrador, sostiene que existen mutaciones raras en genes como Mrap2 que dieron a los humanos una ventaja evolutiva en tiempos de hambruna. En el presente estudio, los expertos en el laboratorio no observaron nada que explicara por qué los ratones mutantes almacenan más energía de los alimentos, como la diferencia en el nivel de actividad o producción de calor.

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El uso de estatinas para reducir el colesterol previene los problemas cardiovasculares

Las estatinas generalmente se prescriben para los pacientes con enfermedad cardiaca u otros factores de riesgo del ataque al corazón; y actúan principalmente mediante la reducción de las lipoproteínas de baja densidad, o colesterol “malo”.

Dado que las enfermedades cardiovasculares se encuentran entre las principales causas de muerte y de discapacidad, los investigadores estudian desde hace tiempo la posibilidad de incluir estatinas como tratamiento preventivo en franjas más amplias de la población. Para probar esta teoría los investigadores, estudiaron su uso sanitario y los gastos que podía suponer su empleo.

Así, Ian Ford, autor principal del informe y experto en bioestadística de la Universidad de Glasgow y sus colegas analizaron datos de un estudio que incluyó a más de 6.000 escoceses de mediana edad con colesterol alto, pero que nunca habían tenido un ataque al corazón. Los participantes, que estaban entre los 45 y 54 años de edad al inicio del estudio, fueron divididos al azar en un grupo que recibió 40 mg de pravastatina diaria – fármaco familia de las estatinas- durante cinco años y otro grupo que recibió un placebo durante el mismo periodo.

Los investigadores controlaron a los sujetos estudiados a través de sus registros de salud durante diez años. En el grupo de las estatinas, 265 hombres tuvieron ataques cardiacos durante el período de estudio de 15 años, en comparación con 369 en el grupo placebo.

Por cada 1.000 hombres que tomaron las estatinas, hubo 163 ingresos hospitalarios menos por problemas de corazón y un ahorro total de 1.836 días en el hospital en comparación con los hombres en el grupo de placebo, según los nuevos resultados publicados en el European Heart Journal.

El grupo de las estatinas tenían menos ingresos por infarto de miocardio, accidente cerebrovascular e insuficiencia cardiaca, y los investigadores estiman que el grupo de estatinas gastó 4,3 millones de dólares (3,2 millones de euros) en gasto por enfermedad cardiaca, mientras que el grupo placebo se estima que gastó uno 5,4 millones (4 millones de euros).

Los investigadores recuerdan que las estatinas son baratas ya que están disponibles por 12 dólares al mes (9 euros); sin embargo su consumo también conlleva riesgos que deberian tenerse en cuenta antes de utilizarlo en prevención.

“Los riesgos de pérdida de memoria, diabetes, debilidad y problemas musculares son mayores que los posibles beneficios para la mayoría de las personas en la prevención primaria”, según ha señalado la cardióloga Rita Redberg, de la Universidad de California, San Francisco (EEUU).

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Lo que los genes no dicen acerca de usted

Los genes no son una realidad física, son información; al igual que una partitura no es música sino información. En la partitura están las notas y un músico puede traducir esta información en una realidad física, que es la música.

Al conjunto de los genes de un individuo es a lo que llamamos genotipo y a la realidad física la llamamos fenotipo. Y a un mismo genotipo le pueden corresponder distintos fenotipos. Y una mutación en un gen sería no dar la información bien, siguiendo con la analogía de la partitura, como eliminar una nota, cambiar una nota por otra, eliminar un conjunto de notas o cortar una pieza en un determinado momento. El efecto que tiene una mutación sobre la transmisión de la información en un fenotipo varía y sería comparable a como varía una pieza musical en la que hay dos o tres notas que nos hacen reconocer una obra musical y si quitamos esas notas ya no la reconoceríamos. Algo similar pasa con los genes, hay elementos más importantes que otros.

Fenilcetonuria

La enfermedad llamada fenilcetonuria consiste en un error del metabolismo poco frecuente- uno entre 10.000 nacidos-. Para diagnosticarla se hace la prueba del talón en los recién nacidos. Se trata de un error del metabolismo por la falta de una enzima, la fenilalanina hidroxilasa, que no deja que la fenilalanina se convierta en tirosina. La fenilalanina es un aminoácido esencial, que no lo podemos sintetizar y se ha de incorporar con la dieta.

En condiciones normales la fenilalanina con esa enzima se transforma en tirosina en el hígado. Y por lo tanto la cantidad de fenilalanina en sangre es pequeña, así como la que llega al cerebro. Sin embargo, si la enzima está mutada la fenilalanina no se convierte en tirosina en el hígado y la fenilalanina pasa a la sangre y llega al cerebro donde se acumula y produce la discapacidad en los individuos con esa mutación.

SAMe

La metionina se convierte en una molécula que llamamos SAMe y después se metaboliza. El catalizador, en este caso es la glicina metiltransferasa, cuando funciona normalmente la cantidad de SAMe en hígado es normal pero en los que tienen una mutación y no son capaces de metabolizarla se acumula en el hígado produciendo inflamación, fibrosis o cáncer. Por lo tanto un pequeño defecto en la información se traduce en un defecto en el fenotipo.

Influencia del medio ambiente

De todos los individuos que tienen una mutación, sólo un porcentaje desarrolla la enfermedad. ¿Por qué? La explicación en algunos casos es fácil.

En el caso primer caso a un individuo con la mutación si se le da una dieta reducida en fenilalanina la cantidad que se acumula será pequeña y el desarrollo puede ser normal. Y lo mismo en el segundo ejemplo, si la cantidad de metionina es normal el que tiene un defecto en el gen desarrolla un hígado anómalo, pero si le damos una dieta restringida en metionina el hígado será normal. Esto indica que un genotipo según la dieta desarrolla o no la enfermedad, es decir el medio ambiente puede ser fundamental. Cuando un gen se asocia a una enfermedad no todo el mundo la desarrolla porque el medio ambiente y el azar hacen que se desarrolle o no.

Transmisión de la información no lineal

Si miramos el plano del metro de Londres para ir de una estación a otra disponemos de varias posibilidades. En el caso del genoma la manera de irse transcribiendo la información depende de una serie de factores, como el azar y el medio ambiente. Por ello con el mismo genotipo se pueden tener muchos fenotipos, así los gemelos genéticamente idénticos, a veces, no son físicamente idénticos y con el tiempo pueden desarrollar distintas enfermedades y ser más susceptibles a unos determinados cambios.

La realidad biológica es muy compleja. Hay cientos de metabolitos que van de un lugar a otro por múltiples caminos. No hay una programación lineal. Por ejemplo los triglicéridos en el hígado se sintetizan a partir de la glucosa, de los ácidos grasos de la dieta o del tejido adiposo, o bien de un aminoácido, la metionina. La cantidad de triglicéridos es una mezcla de todos estos procesos y dependiendo del momento se hace de una manera u otra.

Ciertas variedades o mutaciones en alguno de los genes tienen un efecto distinto dependiendo del hábito alimenticio o de la exposición al medio ambiente. Si esto fuese lineal aguantaría muy mal los contratiempos.

Y la pregunta es: ¿puede la medicina ser predictiva? Si a una persona le dicen que tienen un 30% de posibilidades de tener un cáncer de colon significa que, de 100 personas con unas determinadas características, 30 tendrán cáncer de colon. La medicina predictiva nos diría en qué porcentaje estamos: si en el 30 o en otro 70, nos indicaría si se va a padecer o no una enfermedad.

Medicina personalizada

La medicina personalizada, también llamada medicina precisa o de precisión, se utiliza desde hace mucho tiempo, por ejemplo en una trasfusión o un trasplante. Lo que sucede es que cada vez es más factible porque los conocimientos facilitan esa precisión o personalización.

El cáncer de mama se puede clasificar en 4 fenotipos: si las células tienen receptores para estrógeno son ER+; si tienen receptores para progesterona son PR +; para un factor de crecimiento llamado HR2 sería HR2+; y si no tienen ninguno se clasifica como triple -. Una vez hecho este screening si la paciente pertenece a uno de estos tres primeros grupos las terapias tienen una efectividad del 93% de supervivencia a los 5 años. Es decir se personaliza el tratamiento, se le da el que mejor se ajuste. En cambio si es triple negativo la supervivencia se reduce al 77 %.

En la infección por el virus del sida las características físicas son muy parecidas pero al aislar el virus y al estudiar el genoma hay varios tipos, unos responden mejor a un tratamiento y otros peor, lo sirve para ajustar el tratamiento y ha hecho que pase de ser una enfermedad mortal a una enfermedad crónica. A mayor precisión, los resultados son mucho mejores.

Medicina preventiva

La medicina preventiva es la responsable en gran medida de que la esperanza de vida en un país desarrollado haya superado los 80 años, porque está basada en la higiene, vacunaciones, alimentación, etc. Campañas antitabaco, deporte, dieta saludable son cosas que todos podemos hacer, pero no hacerlo bien es el mayor causante de problemas de salud.

Las vacunas han sido claves para la protección de la salud, también el control alimentario -que los alimentos sean sanos-, y el control ambiental del aire que respiramos.

La quimioprofilaxis también es fundamental en medicina preventiva. En las mujeres en edad fértil si los niveles de acido fólico están reducidos el riesgo de tener un embarazo con un feto con espina bífida es más elevado. Y simplemente en la mayor parte de los casos administrando el ácido fólico correcto no se produce espina bífida. Asimismo, la adición de flúor al agua, que redujo las caries, o tener niveles de iodo adecuados han supuesto grandes éxitos en este sentido.

También es importante la detección precoz de la enfermedad. El cáncer de mama es peligroso, pero no cuando está en la mama, sino cuando metastatiza en otros tejidos como cerebro u otros órganos. Y lo mismo sucede con el cáncer de colon. La detección precoz reduce el riesgo individual de que haya una metástasis, por ejemplo en el caso del cáncer de colon determinar hemoglobina en heces.

Medicina predictiva

Hay que distinguir entre políticas públicas de salud y salud individual. Si decimos que tal mutación se asocia a padecer un tipo de cáncer, si es una mutación frecuente habrá muchas personas que desarrollarán el cáncer y, por lo tanto, si el número es importante la salud pública debe actuar en este sentido. En políticas públicas se pueden hacer predicciones si se manejan grandes números, pero en la salud individual no.

Genes y sobrepeso

La obesidad es un gran problema. El 18% de la población mundial padece sobrepeso, en EEUU un 38%, en España supera el 15% y los países más delgados son India, indonesia y Japón.

¿Cuál es el peso de la genética en el problema del sobrepeso? ¿Hay genes que favorecen la obesidad o la delgadez?

En EEUU entre 1969 y 1979 el 74% de los ciudadanos no tenía sobrepeso, 10 años más tarde había bajado la cifra a 63%, y 10 más había bajado a sólo el 39%. Y en los últimos datos sigue reduciéndose la cifra. Pero en estos años el pool de genes no ha cambiado, y aunque se hayan identificado una serie de genes asociados a la obesidad, el culpable no son sólo los genes, sino que depende de los cambios en la alimentación y el medioambiente. En España el número de personas con sobrepeso también está creciendo.

En salud pública hay que tener en cuenta que la obesidad es un factor de riesgo para cáncer, hipertensión, diabetes, enfermedades hepáticas, etc., es decir, para las principales causas de muerte o de complicaciones.

A partir de las secuenciación del genoma hemos obtenido mucha información que nos ha permite avanzar. Sólo por 800 euros es posible secuenciar el genoma de una persona y en unos años tal vez por menos. Pero, ¿qué beneficios para la salud individual tiene tener la secuenciación del genoma de una persona? El valor predictivo asociado a una prueba diagnóstica varía cuando se aplica a poblaciones con índices de prevalencias muy diferentes de la estudiada.

En una persona al secuenciar el genoma se puede encontrar que tiene una mutación en un gen que está relacionada con que metaboliza mal el hierro y lo acumula (esto puede dar lugar a insuficiencia hepática, cirrosis, etc.). Pero si los niveles de hierro en sangre son normales no tiene la enfermedad llamada hemocromatosis, sino que tiene un genotipo asociado a un gen con ese defecto pero el organismo ha conseguido evadirse de la enfermedad por los motivos que sean (por la dieta, etc.). La recomendación en este caso es que siga haciendo la vida normal y que se mida el hierro periódicamente. Sin embargo, si una persona tiene el hierro elevado tiene hemocromatosis y se puede mirar, además, si tiene el gen mutado porque entonces tiene hemocromatosis hereditaria, y se puede ajustar mejor el tratamiento.

En la hipercolesterolemia familiar si hay una mutación en un gen relacionado, si el colesterol es normal no hay que preocuparse, pero si es elevado y la dieta es normal y se trata de un joven posiblemente si merece la pena saber si es o no familiar para personalizar el tratamiento.

Es decir, que no se puede separar el test diagnóstico de la pregunta médica: si tiene el colesterol alto vamos a estudiar porqué, pero sino no. La medicina es individual y tiene que adaptarse a la persona y trabajar en casos concretos.

Los tres factores que influyen más sobre la salud individual son los genéticos, los ambientales y el azar.

Hígado graso

El 30% de los individuos adultos en Europa, EEUU y otras regiones tienen hígado graso. En la mayor parte de los casos el hígado tiene poca grasa, pero en ocasiones acumula mucha grasa. En la mayoría de los casos no pasa nada, no va a tener grandes complicaciones. Pero en un 10-20% de los casos (es decir el 3-4% de los adultos en Europa) tiene una forma de hígado graso llamada NASH (nonalcoholic steatohepatitis, por sus siglas en inglés), la inflamación está produciendo fibrosis. Y el 4% es ya una cifra considerable.

Además es una enfermedad progresiva a cirrosis o a cáncer de hígado. ¿Qué factores influyen? Es frecuente en personas obesas.

A nuestro grupo han llegado 271 personas porque su médico ha sospechado que tenían hígado graso. Para saber si hay grasa se puede hacer una ecografía, pero no se distingue si hay inflamación y la única manera es hacer una biopsia. Pero ésta es una prueba cara y que puede tener complicaciones severas por lo que no es factible hacerla a tantas personas.

Ésta es la enfermedad del hígado más frecuente en la actualidad y va creciendo. Las dos formas más frecuentes de enfermar el hígado son la enfermedad del hígado graso no alcohólica o la producida por el alcohol.

En nuestro laboratorio si un médico sospecha que un paciente tiene hígado graso le hacemos un test en sangre para clasificarlo. Y los que tienen hígado normal son la gente delgada o pre-obesa. Y por el contrario, cuanto más obesos más probable que tenga inflamación -pero también hay algunos obesos que no la tienen o muy delgados que sí la tienen-. Hay una serie de genes que pueden estar aumentando el riesgo. Por lo tanto hay muchas enfermedades como obesidad, hipertensión, tumores… que aunque tengamos genes que lo relacionan, la información que recibimos de los genes es limitada y es importante que el clínico lo tenga en cuenta.

Todos podemos hacer algo por nuestra salud y es tratar de comer poco y pasear, etc… Tenemos las herramientas para prepararnos y llegar a cierta edad menos deteriorados. En definitiva que tenemos la responsabilidad de tratar de hacer lo posible para evitar ciertas enfermedades.

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Sobrepeso, Obesidad y Salud: barreras para adelgazar

Desde hace millones de años lo que ha predominado son las situaciones de carencia, había que recorrer grandes distancias para obtener escasa alimentación y esto ha condicionado un genotipo preparado para combatir situaciones de hambre. En el momento actual el concepto es distinto hay abundancia de alimentos, hay menos nivel de actividad física en el trabajo y en hogar. De manera que llevamos miles de años diseñando un genotipo que ahora resulta que se vuelve contra nosotros.

El desarrollo industrial favorece una mayor calidad y cantidad de alimentos para poder ser distribuidos y a su vez también un desarrollo de medios tecnológicos que nos permite realizar menos gasto. Y éste es un binomio para el que no estábamos preparados.

La OMS reconoce hoy día que a nivel mundial el sobrepeso y la obesidad causa más muertes que el hambre. Y, en realidad, es un problema que se puede prevenir. Es la segunda causa de mortalidad en sociedades desarrolladas detrás del tabaco.

Consecuencias de la obesidad

La obesidad tiene consecuencias mentales, mecánicas y metabólicas que a su vez se van a transformar en barreras para la recuperación de un peso adecuado. Por ejemplo un estado depresivo, una ansiedad importante o alteraciones de la autoestima no son las mejores condiciones para hacer una dieta.

Aspectos genéticos

Las comorbilidades a consecuencia del sedentarismo y la sobrealimentación van a producir un estado inflamatorio mediado por aspectos genéticos. Aspectos que a finales de los años 90 creíamos que teníamos solucionados. Se localizó el gen OB que produce una hormona, la leptina, y se decía que aquellos sujetos que no tienen leptina desarrollan una obesidad severa, que cuando se trata revierte y el sujeto pierde peso. Pero al poco tiempo se encontró que los obesos tienen niveles de leptina mayores incluso que los delgados.

Hoy día en día en muchos estudios más de 600 loci se han asociado a fenotipos de los obesos y casi 200 genes aparecen directamente relacionados con la obesidad. Pero hay que entenderlo como una estructura genética muy bien orquestada. La obesidad monogénica es excepcional, suele ser poligénica y de ahí la complejidad para tratarla.

En la enfermedad monogénica pura los aspectos genéticos nos explican claramente porque una persona se hace obesa. Los factores genéticos explican muy bien pero sólo en muy poco rango de población.

Aspectos medioambientales

Sobre esta predisposición genética actúan una serie de factores medioambientales, el primero de los cuales es el fenotipo ahorrador.

Estos factores se estudiaron por primera vez en torno a los años 50 en población holandesa y del Benelux que sufrió situaciones de hambruna. Se vio que las madres que habían estado embarazadas durante periodos de hambre sus fetos desarrollaban estrategias en órganos y vías metabólicas para que pudieran sobrevivir en condiciones de escasez. Pero cuando ese organismo, programado para afrontar la escasez, se encontraba que podía comer de todo se desarrollaban con más facilidad enfermedades como la obesidad, la diabetes o la hipertensión. Es decir que los factores medioambientales, antes de nacer, pueden condicionar una cierta facilidad para desarrollar obesidad.

Perder peso es difícil

Según Garrow: “la mayoría de obesos que comienzan un tratamiento dietético lo abandonan; los que continúan, la mayoría no pierden mucho peso; y los que logran perder el peso la mayoría lo vuelen a recuperar”.

En definitiva, la obesidad es una enfermedad que presenta una gran dificultad para ser tratada y a 5 años no presenta logros de curación más allá de 3-5% (se cura menos que el cáncer).

Barreras para adelgazar

Hay una serie de barreras socioeconómicas, emocionales, las comorbilidades, medicaciones, etc…

En encuestas realizadas a mujeres obesas que quieren perder peso el 66% manifiestan que los médicos no las entienden y que no se creen que coman poco. El 48%, cuando acuden a la consulta, no recibían ningún consejo para controlar el peso, solamente al otro 50% las ponían dieta y medicación. En el 72% el médico nunca hablaba de la necesidad de controlar el peso sólo en el resto disponía de tiempo para comentar con la paciente el problema del peso. Y las tres cuartas partes de las mujeres no esperaban nada, o casi nada, que su médico les ayudase a controlar el peso.

Expectativas a la hora de perder peso

Un trabajo de Grave estudiaba las expectativas de los obesos para perder peso. Sobre 2.000 pacientes que partían de un IMC de 38 reconocían que, en un tratamiento de un año, aceptarían bajar a un IMC de 29, aunque lo que querían es bajar a 26. Y creían que un 23% de pérdida de peso o de IMC se podía considerar aceptable durante el periodo de tratamiento al que iban a ser sometidos.

Los resultaron mostraron que más del 50% abandonó el estudio; después de la primera visita el 13% abandonó el estudio; y de los que completaron el año de estudio bajaron de un IMC de 38 a 35, lejos del que soñaban.

¿Y por qué? Normalmente cuando abandonan tantos pacientes se asocia a cuanto más jóvenes son, haber comenzado a realizar dietas a edades tempranas, cuanto mayores expectativas tenían, y cuanto menor era el IMC deseado.

Predecir la pérdida de peso de un paciente que va a ser tratado es muy difícil. La pérdida es muy variable porque se conjugan los factores que pueden predisponer, como los factores genéticos, no sólo al grado de obesidad sino también a la distribución de la obesidad. La interacción de esa predisposición genética con los factores ambientales puede producir respuestas difíciles de predecir.

Factores predictores

Hay factores predictores psicológicos que influyen en la pérdida de peso y pueden suponer una barrera. Si alguien no está motivado probablemente no debería ser tratado de obesidad. Hay tan pocos recursos y el problema es tan grande que tenemos que centrarnos en tratar a los que realmente quieren ser tratados.

Los que tienen una relación con la comida compulsiva también tienen una peor respuesta y los que tienen una alteración de la imagen corporal también van a ser más difíciles de tratar. Cuanto mayor es el nivel de ansiedad y estrés, peor es el resultado. Cuanto peor se afronta un tratamiento o cuando decimos que depende más de la suerte que de nuestro esfuerzo peor es el resultado.

Hay otros predictores no psicológicos que influyen en el éxito de la pérdida de peso como son el tener expectativas reales: si alguien cree que va a perder y llega a perder le sirve de estímulo, cuanto mayor es el peso a perder mayor respuesta.

Otros factores predictores serían cuando menos dietas ha hecho (el paciente que no se ha tratado nunca la respuesta va a ser mejor) y cuanta mejor predisposición tenga para el desarrollo de ejercicio físico.

Lamentablemente, como publicaba Lancet, ningún sistema de salud ha encontrado una manera de afrontar el desafío de la obesidad. En EEUU parece que ahora se está frenando el incremento. Al fin y al cabo, para tratarse de la obesidad, o se adquiere un compromiso o no llegamos a buen puerto.

Balance energético alterado

Respecto a la ingesta vemos que no ha aumentado la energía o la cantidad de grasa y sin embargo sí se ha disparado la obesidad porque hay mayor sedentarismo. Hay ingesta inadecuada y mayor cantidad de las porciones. El consumo de la alimentación no deseable se asocia a mayor sedentarismo, cuanto más tiempo se ve la televisión más snacks se comen.

Por ello las sociedades y administraciones recomiendan la prevención porque que al tratamiento casi no llegamos. Hay que procurar tomar frutas y verduras y no tomar alcohol. No hay ningún patrón de alimentación saludable que no haga referencia a la vida activa y, sobre todo, a la vigilancia del peso.

Autocontrol del peso

¿Cómo se previene la obesidad? Con el autocontrol del peso. Es un punto fundamental. Las dietas al cabo de un tiempo fracasan, y así no es raro caer en los productos milagro. Las dietas milagro no resisten ninguna búsqueda de evidencia científica.

Cuando se recomienda una dieta tiene que ser discretamente hipocalórica, con ejercicio físico, que eduque sobre cuestiones saludables y que intente evitar el consumo de snacks y las prácticas sedentarias.

Desconfiar de las dietas

Hay que desconfiar de las dietas que prometen pérdidas rápidas y sin esfuerzo, ingestas excesivamente bajas en calorías, las que prohíben alimentos básicos, las que no especifican las cantidades, las que no indican número de comidas o las que no están realizadas por profesionales cualificados.

Todas estas dietas suelen tener efecto yo-yo donde la pérdida brusca de peso va a ser de agua y por tanto después se recupera más del peso que se tenía.

Actividad física

Los niños en guardería tienen sólo un 25% de actividad sedentaria y un 15% de vigorosa pero a la llegada al instituto el sedentarismo ha subido al 46% y la actividad vigorosa ha bajado al 8%. Y en los adultos peor.

Hay recomendaciones de actividad física que son saludables pero que no consiguen pérdida de peso: menos de 90 minutos diarios de actividad combinada aeróbica/anaeróbica no tiene efectos sobre la pérdida de peso. Tiene efectos cardiosaludables, pero para perder peso se necesita ir más allá.

Para terminar…

Dentro de unos años seguramente serán eficaces aquellas recomendaciones dietéticas en relación a los genotipos de cada individuo. Cada día se trabaja más en esa línea.

Los disruptores endocrinos naturales o químicos pueden tener repercusión sobre una serie de mediadores metabólicos, ayudan a aumentar el peso al favorecer la adipogénesis, como por ejemplo el bisfenol A.

La dificultad para perder peso no solamente depende el qué y cuánto, sino también del cuándo. Los estudios de Garaulet muestran que dormir menos y a deshoras se asocia con mayor sedentarismo, mayor peso y mayor depósito de grasa.

En las recomendaciones para evitar la obesidad además de la alimentación y ejercicio hoy no se pueden obviar las recomendaciones para dormir al menos 8 horas diarias.

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Trabajar de noche podría favorecer la aparición de diabetes

Los trabajadores en turno de noche podrían tener “más facilidad” para desarrollar diabetes, según ha asegurado la doctora Isabel Villalibre, neuróloga especialista de la Unidad del Sueño de la Clínica La Luz.

A su juicio, desempeñar una actividad profesional durante la noche y, por lo tanto, dormir en horario matinal podría provocar en el trabajador “peor control del metabolismo del azúcar” y hacer que pueda “desarrollar diabetes con más facilidad”. Para ella, esta situación “al final se traduce en una privación crónica de sueño”.

Además, la experta, que sostiene que, estas “personas pueden tener más tendencia al sobrepeso”; señala que también podrían sufrir “molestias gastrointestinales, somnolencia diurna, cansancio, irritabilidad o falta de concentración”. Por ello, manifiesta que son consecuencias de salud “a tener en cuenta”.

Todas estas circunstancias se producen porque los trabajadores nocturnos “tienen más dificultades para iniciar el sueño en la mañana y duermen menos cantidad de horas”, lo que provoca que no haya “una recuperación”, explica Villalibre. A ello se une el hecho de que ese descanso “se ve interrumpido por pequeños despertares”, añade.

Según aporta la experta de Clínica La Luz, estos efectos son aún más acusados “a partir de los 50 años ya que los jóvenes se adaptan mejor”. De cualquier forma, indica que se pueden realizar ciertas acciones para mitigar las consecuencias.

Así, señala que, en el ambiente laboral, “lo ideal es intentar tener la máxima luminosidad posible para que la melatonina, que es la principal hormona que induce el sueño, esté muy inhibida”. Tras ello, apuesta por salir de las instalaciones laborales con gafas de sol, las cuales permitan estar en un ambiente un poco más oscuro “para que la melatonina vaya subiendo”.

No obstante, afirma que antes de esta última medida es preciso desayunar en el mismo lugar de trabajo y de manera no copiosa “para que dé tiempo a la digestión hasta que se llegue a casa y la persona se acueste”. Además, esto es preciso para mantener los horarios de comida “y llevarlos acompasados con el sueño”, declara.

El almuerzo es su comida más importante del día

La Dra. Villalibre considera necesario que el trabajador coma cuando se levante, ya que el almuerzo es para estas personas “la comida más importante del día”, a diferencia del resto de la población donde es el desayuno el que cobra mayor protagonismo.

De cualquier forma, el profesional del turno de noche no suele dormir más de siete horas, por lo que lo hace “dos horas menos de lo normal y necesario”, asegura. La explicación a ello la encuentra en que “ni los ciclos de temperatura, ni de cortisol favorecen que el sueño se prolongue”.

Unido a ello se encuentran los factores externos al sueño y de ruido, los cuales “no lo permiten, ya que la ciudad está viviendo cuando quieren dormir”, explica al tiempo que subraya que también se duerme menos “para compensar con la vida social”.

En relación a los problemas para conciliar el sueño, la Dra. Villalibre sostiene que “sí que puede estar indicada la toma de hipnóticos”, aunque lo mejor es solucionarlo con métodos más naturales, como la valeriana. Por contra, indica que la ingesta de estimulantes para mantenerse despiertos en la actividad laboral “ha sido hasta ahora más controvertida”, a pesar de que existen algunos trabajos que ya empiezan a aconsejar su consumo.

Otro aspecto que se ve perjudicado por estos hábitos distintos a los tradicionales es la eficiencia, y es que la privación crónica de sueño “va arrastrando una disminución en la concentración, sobre todo, en la capacidad de reacción rápida”. Por ello, se muestra partidaria de “tener descanso entre los días de trabajo”.

Por último, asegura que existen personas, como las que tienen patologías cardiovasculares, que no pueden desarrollar su profesión durante la noche, ya que necesitan “mantener un horario de sueño más o menos regularizado”.

A éstas se adhieren las que ven empeorada su calidad de vida ostensiblemente a pesar de no padecer ninguna patología. De hecho, concluye que, a veces, la capacidad para poder descansar, una vez que termina el periodo de vida laboral, también se ve influido, ya que “a la mayoría les cuesta volver a adaptarse”.

male ophthalmologist conducting an eye examination

Un mal control de la diabetes favorece la aparición de problemas oculares

El servicio de Oftalmología del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria (HUNSC), adscrito a la Consejería de Sanidad de Canarias, ha realizado un estudio en 1.281 pacientes diabéticos que pone de manifiesto que aquellas personas que no han seguido un control metabólico adecuado de su enfermedad presentan mayores complicaciones oculares.

La cohorte analizada se corresponde con un grupo seleccionado de pacientes pertenecientes al Programa Retisalud, una iniciativa del Servicio Canario de la Salud cuyo objetivo es la detección precoz y el tratamiento de la retinopatía diabética en las 112.000 personas con diabetes diagnosticadas en Canarias en la actualidad.

Mediante el uso de la telemedicina, los médicos de Atención Primaria remiten a los oftalmólogos una imagen del fondo de ojo, denominada retinografía, cuando es considerada como patológica o dudosa para confirmar su sospecha.

Un equipo de oftalmólogos de La Candelaria, entre los que destacan la doctora Marta Alonso y el doctor Rodrigo Abreu, analizó los casos de más de 1.200 pacientes diabéticos que le correspondían por zona básica de salud durante un periodo de seis meses entre el 1 de junio y el 30 de noviembre de 2012.

Durante ese periodo, los especialistas recogieron datos de variables epidemiológicas, clínicas y diagnósticas, resultando una muestra con una media de edad de 65 años, 51,6% hombres y un 48,4% mujeres. El 30% de los pacientes fueron diagnosticados con retinopatía diabética, una complicación que junto con los problemas nefrológicos y vasculares, empeora la calidad de vida de las personas con diabetes.

Complicaciones oculares

Este estudio ha detectado, además, una relación estadísticamente significativa entre la presencia de retinopatía diabética, edema macular diabético y los niveles de hemoglobina glicosilada, un valor analítico que cuantifica el nivel del azúcar en sangre de los últimos tres meses.

En concreto, aquellas personas que no han seguido correctamente un control metabólico de la enfermedad siguiendo el tratamiento médico indicado, junto a una dieta y ejercicio físico, son personas más propensas a sufrir complicaciones oculares relacionadas con la retinopatía diabética, explica el Dr. Rodrigo Abreu.

Entre las conclusiones del estudio destaca no sólo la importancia de realizar un cribado de la retinopatía diabética entre la población a través del programa Retisalud, sino que además la teleoftalmología permite mantener un buen control de los pacientes con retinopatía diabética sin sobrecargar asistencialmente la atención hospitalaria.

calorías dieta alimentación, ingesta de hidratos

Los profesionales de la nutrición piden a Sanidad incluir la educación alimentaria en centros sanitarios

La Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA) ha iniciado una campaña de recogida de firmas para pedir al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad incluir la educación alimentaria y promover la dieta mediterránea en colegios, centros de Atención Primaria, residencias y hospitales, con el fin de reducir el riesgo de las enfermedades relacionadas con una mala alimentación, entre ellas la obesidad. También piden la presencia de profesionales de la dietética y la nutrición en centros de Atención Primaria para ofrecer soluciones y atención adecuadas a los pacientes en esta área.

La SEDCA advierte de que el abandono de la dieta mediterránea y la ausencia de una educación alimentaria están provocando una “epidemia” de trastornos cardiovasculares y de obesidad, que está alcanzando incluso a los niños. Más del 45% de los que tienen entre 6 y 9 años sufren obesidad o sobrepeso, según el estudio ALADINO, elaborado por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN). En concreto un 26,2 por ciento presenta sobrepeso, mientras que un 18,3 por ciento son obesos.

La campaña de recogida de firmas iniciada por la SEDCA, desarrollada en la plataforma online Change.org, pretende que con la proliferación de la educación alimentaria se pueda frenar la obesidad y la aparición de otras enfermedades. “Estamos viviendo en España un abandono paulatino de la dieta mediterránea y es por ello que a la par está creciendo la prevalencia de patologías asociadas a una inadecuada alimentación como la obesidad, la diabetes o la hipercolesterolemia”, señala el profesor Jesús Román, presidente del comité científico de la SEDCA. A su juicio, “es sobre todo preocupante en aquellos sectores de población más sensibles como los niños, las mujeres gestantes o en lactancia, mayores, hospitalizados y personas desfavorecidas”.

La Administración española, en sus diferentes niveles, “no considera adecuadamente o minusvalora el papel que los expertos en nutrición y dietética pueden prestar a la sociedad”, asegura la SEDCA. “Los conocimientos y la atención que ofrecen estos profesionales sanitarios pueden conseguir disminuir la prevalencia de patologías crónicas, reducir los costes de atención sanitaria y mejorar la calidad de vida de la población”, comenta el profesor Román. En nuestro país, según datos de esta sociedad, los costes sanitarios directos o indirectos ocasionados por problemas de obesidad o sobrepeso suponen alrededor del siete por ciento del total.

La SEDCA advierte sobre la importancia de inculcar, desde pequeños, unos hábitos de vida saludables que incluyen “una dieta sana, variada, equilibrada y suficiente”, indica el profesor Román. “Se trata sobre todo de comer de cada grupo de alimentos lo justo y adecuado para cada edad y condiciones físicas y limitar la ingesta de grasas saturadas, sal o azúcar y favorecer la ingesta de verduras y hortalizas y otros alimentos característicos de la dieta mediterránea”, añade. Además, debe acompañarse de hidratación adecuada y ejercicio físico, a ser posible, a diario.

En palabras de este experto, “con la prevención se puede frenar el desarrollo de muchas enfermedades y mejorar la calidad de vida”. El cuidado de la alimentación puede repercutir de forma positiva en la salud cardiovascular, la salud ósea, dental o digestiva.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala entre los 10 factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades crónicas, cinco que están relacionados con la dieta y el ejercicio físico. Estos son, la obesidad, el sedentarismo, la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia y el escaso consumo de frutas y verduras. Tanto la obesidad como el sobrepeso aumentan el riesgo de padecer patologías como la diabetes tipo 2, el infarto de miocardio y ciertos tipos de cáncer.

Frutas frescas variadas.

¿Qué alimentos nos aportan más agua?

El mantenimiento del equilibrio de agua y las sales minerales en el organismo está estrechamente regulado. Para ello, intervienen en el control de la ingesta y la eliminación del agua varios mecanismos, que implican fundamentalmente la sed, el hipotálamo y el riñón.

“La sed es una señal que nos avisa de la necesidad de beber líquidos para evitar la deshidratación”, explica la doctora Julia Álvarez, coordinadora del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). “Aunque la variabilidad extrema en las necesidades de agua, basadas en las diferencias del metabolismo y en condiciones ambientales y en la actividad, imposibilita dar un nivel único de consumo de agua que asegure una hidratación adecuada y una salud óptima para todas las personas aparentemente saludables en todas las condiciones ambientales, se recomienda en general un consumo de agua de 3 litros al día para varones y de 2,2 litros diarios para mujeres”.

El 80% se obtiene a partir del agua y/o otras bebidas y el 20% restante proviene del agua contenida en los alimentos que se ingieren. A este respecto, la doctora Álvarez añade que “las bebidas alcohólicas no son adecuadas para evitar la deshidratación e incluso pueden favorecerla, no así el consumo de frutas como la sandía o el melón con un 93% y 88% -respectivamente- de agua en 100 gramos de porción comestible, y que pueden aportar al cuerpo hasta un 25% del agua que necesitamos”.

En relación a la diferencia entre mujeres y hombres, esta experta explica que se debe a que el contenido corporal de agua es variable según la edad, el sexo y el contenido corporal de grasa: “Puesto que la grasa no es soluble en agua, a mayor cantidad de grasa corporal, menor porcentaje de agua, lo que explica las diferencias entre hombres y mujeres, de forma que mientras que en los primeros el agua corporal supone alrededor del 60% del peso, en mujeres es de alrededor del 50%”.

Verano, deporte e ingesta de agua

En verano, debido al calor, aumenta la sudoración, lo que repercute en una mayor necesidad de reemplazo de líquidos corporales. Las altas temperaturas, junto con el hecho de que se incrementa la actividad física al aire libre, hace necesaria una mayor atención y cuidado con la ingesta de agua.

“La deshidratación resultante del reemplazo inadecuado de los líquidos durante el ejercicio puede elevar la temperatura corporal central y aumentar la tensión en el sistema cardiovascular, causando un golpe de calor”, afirma la doctora Álvarez.

Para evitarlo, esta experta indica que es recomendable reemplazar las pérdidas de agua por sudoración durante el ejercicio a un ritmo similar a la tasa de sudoración, especialmente en caso de ejercicio intenso o en condiciones climáticas adversas.

Beneficios para la salud del aumento de la ingesta de agua:

– Menos frecuencia de aparición de infecciones urinarias y presencia de litiasis renouretral.

– Mejora la función digestiva y ayuda a evitar el estreñimiento especialmente en los individuos con mayor consumo de fibra.

– Entre personas que están a dieta se relacionaría con la pérdida de más kilos, según una revisión reciente de diferentes estudios.

– Ayuda a mantener lubricadas las articulaciones y evita en parte la fatiga muscular.

– Disminuye las probabilidades de infecciones virales o bacterianas de vías respiratorias altas al facilitar la hidratación de las mucosas que recubren la nariz, garganta, bronquios y tejido pulmonar y facilita la expectoración de secreciones.

– Mantiene la estructura de la piel, el cabello y las uñas hidratadas y saludables.

Composición corporal y contenido de agua

Las diferencias del contenido corporal de agua se dan también en ancianos, en los que se reduce el porcentaje de agua a 50% en varones y a 40% en mujeres debido a una menor masa muscular y una mayor masa grasa, así como en los niños, quienes almacenan menos tejido adiposo y tienen hasta un 75% de agua en sus dos primeros años de vida.

“En cuanto a la obesidad -añade- ésta produce aún menores porcentajes de agua corporal, que puede reducirse incluso a 30-40%, por lo que es un mito que la retención de líquidos sea una causa de obesidad”.

Para disminuir la retención fisiológica de líquidos, que se puede dar en situaciones como durante la segunda mitad del ciclo menstrual o el embarazo, no se recomienda el empleo incontrolado de diuréticos, ya que se puede empeorar la situación como consecuencia de la respuesta compensadora del organismo.

A sun made with suncream at the shoulder (shallow dof)

15 minutos de sol al día para tener unos niveles óptimos de vitamina D

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Con objeto de paliar este déficit y prevenir las enfermedades que se derivan, desde el Hospital Sant Rafael de Hermanas Hospitalarias se recomienda una exposición al sol de 15 minutos al día durante todo el año. “La gente acostumbra a tomar el sol sólo durante los meses de verano, lo que, además de un aumento del riesgo de melanoma, provoca que, el resto del año, el cuerpo tenga carencia de vitamina D”, explica la doctora Isabel Rotés, responsable del Servicio de Reumatología del Hospital Sant Rafael de Barcelona.

Exposición solar sin protección y en las horas de menos radiación

Según la Dra. Rotés, los “empachos de sol” durante el verano, contrariamente a lo que se acostumbra a pensar, no permiten disponer de una “reserva natural” de vitamina D. “A medida que nos ponemos morenos sintetizamos menos cantidad de esta vitamina, dado que la piel crea una capa de protección natural que impide la entrada de los rayos ultravioletas, responsables de la formación de vitamina D”, asegura.

Por esta razón, desde la Unidad de Reumatología del Hospital Sant Rafael se recomienda exponer diariamente el cuerpo al sol, sobre todo la cara, los brazos y el escote, y hacerlo sin el uso de cremas solares, ya que éstas no permiten la entrada de la radiación UV. Aun así, se alerta que esta exposición debe realizarse antes de las 12h del mediodía y después de las 17h de la tarde, evitando las horas de máxima radiación y reduciendo, así, el riesgo de sufrir un melanoma.

Las consecuencias de un déficit de vitamina D

La falta de vitamina D conlleva un déficit de absorción de calcio y, por lo tanto, una disminución de la mineralización de los huesos. “Esto puede dar lugar al desarrollo de enfermedades como el raquitismo, en el caso de los niños, o la osteoporosis, en los adultos”, señala la Dra. Rotés. Asimismo, desde el Hospital Sant Rafael advierten de que la carencia de esta vitamina también puede provocar debilitamiento muscular (miopatía proximal).

A pesar de que la falta de vitamina D se extiende al conjunto de la población española, las personas de más de 50 años tienen más dificultades para sintetizarla. En el caso de las mujeres, esto se añade al déficit de estrógenos durante la menopausia, que produce una pérdida de calcio que deriva en diferentes enfermedades óseas. Por eso, según indican desde el Servicio de Reumatología, la mitad de las mujeres mayores de 50 años sufren osteoporosis.

Alimentos enriquecidos con vitamina D

La evidencia que la falta de exposición solar provoca unos niveles deficitarios de vitamina D se encuentra en la gente mayor institucionalizada, por ejemplo, en residencias. Estas personas, que prácticamente no están expuestas al sol, son las que presentan un mayor déficit. En estos casos, los especialistas señalan que la aportación alimentaria de vitamina D es clave, aunque la ingesta dietética sólo proporcione entre el 10-20% del nutriente necesario.

Los alimentos naturales ricos en vitamina D son pocos: pescado azul, aceites de pescado y algunos vegetales o cereales. Por este motivo, se aconseja a la población con escasa exposición solar el consumo de alimentos enriquecidos con esta vitamina. “Hasta hace pocos años, en España no existía este tipo de productos”, explica la Dra. Rotés.

“Por el contrario, en los países nórdicos, gracias a la ingesta de estos alimentos, la población presenta un mayor mantenimiento de los niveles adecuados de vitamina D, a pesar de contar con menos horas de sol”, concluye.

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Dietas mágicas y productos de adelgazamiento ayer y hoy: ¿mito o fraude?

Según datos de la FESNAD (Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética) uno de cada cuatro españoles quiere perder peso y si consultamos el Eurobarómetro ante la pregunta si estamos de acuerdo con nuestro peso actual en los distintos países entorno al 40% cree que pesan demasiado, un 5 % que pesa poco y un 55% que su peso es correcto. La obsesión por adelgazar es una realidad en la sociedad actual. Es casi como una especie de obligación.

Si hacemos una búsqueda en un buscador del término “adelgazar” en español nos encontramos con 13.300.000 de resultados. Y con el término “dietas” la cifra es similar: 12.400.000 de resultados.

También podríamos preguntamos: ¿por qué queremos adelgazar? Si por estética, por salud o ambas. En este caso tendríamos diferentes opiniones.

En el Eurobarómetro al agrupar según distintas variables vemos que las mujeres en mayor porcentaje al de los hombres son las que piensan que tienen un peso superior, en torno al 44% y 32% de los hombres. Y si agrupamos por edades, son los mayores de 55 los que piensan que su peso es demasiado alto (más del 46%) y es inferior en los rangos de edad más bajos.

En busca del “cuerpo perfecto”

Actualmente la preocupación por adelgazar no sólo pertenece a las personas que están en sobrepeso u obesidad sino que también las personas delgadas buscan conseguir el cuerpo perfecto. Para ello una de las soluciones son las dietas.

Las dietas para perder peso aparecen año tras año en librerías, internet, entre amigos, prensa, televisión, revistas… Además aparecen constantemente artículos sobre dietas nuevas, revisadas o redescubiertas en muchos medios, pero sobre todo en la red.

Dietas mágicas

El profesor Bender en 1994 en una reunión en Vitoria (de la que se publicó el libro Reflexiones en nutrición humana) decía que, quizá, donde más se engaña a la gente es el campo del tratamiento a la obesidad. Hay millones de personas que siguen las dietas más absurdas.

El término dietas mágicas aparece en España por primera vez fruto de la imaginación de los profesores Gregorio Varela, Francisco Grande Covián, Olga Moreiras y la doctora Carmen Núñez en una publicación de 1997.

Años más tarde continuaba el interés por las dieta mágicas y se ampliaba a los productos mágicos en una revisión el INUTCAMP de Madrid (Instituto de Nutrición y Trastornos Alimentarios de la Comunidad de Madrid).

Hay otros grupos que usan el término dietas milagro, de hecho el Día Nacional de la Nutrición del 2008 se dedicó a las dietas milagro. Y también se refiere a ellas la Agencia Española de Seguridad Alimentaria en su página web. En inglés se usa el término fad diet o dietas de moda.

En las publicaciones se clasifican atendiendo al fundamento al cual atribuyen su eficacia en los siguientes grupos: disociativas o disociadas, excluyentes, hipocalóricas drásticas, monodietas, dietas mentales.

No hay una definición de consenso pero podríamos decir que son aquellas que prometen una rápida pérdida de peso sin apenas esfuerzo y que contienen promesas demasiado buenas como para que puedan ser verdad.

Un poco de historia

La historia de dietas mágicas nos remite al siglo XI, cuando Guillermo I el conquistador intenta una dieta líquida para perder peso metiéndose en cama y sólo consumiendo alcohol.

A principios del siglo XIX, en 1811, el poeta Lord Byron empapa su comida con vinagre para intentar rechazarla y así perder peso, reduciendo su corpulencia.

Después tenemos en EEUU la del reverendo Silvester Graham, que plantea una dieta muy espartana sólo con pan negro sin levadura, vegetales y agua, y sus famosas galletas “las grahams” que todavía están en el mercado.

Y en 1860 debuta la dieta baja en hidratos de carbono en Londres. El director de una funeraria, William Banting, perdió entorno a 25 Kg con una dieta alta en proteínas (tomaba carnes magras, huevos pasados por agua, tostadas y vegetales) y su libro se vendió como un best seller.

¿Por qué se hacen tan populares?

En primer lugar porque se está dispuesto a intentar algo que a uno le asegure unos resultados deseados. Por ejemplo existe la dieta de las novias, en la que se quiere conseguir una pérdida de peso con la K-E proteína con una sonda nasogástrica donde se administran unos preparados de proteína líquida.

Además prometen resultados muy impactantes y muy rápidos. Otra causa por la que se hacen muy populares es porque sí que hay una pérdida de peso importante durante las primeras semanas con algunas de ellas aunque después se recupera. Y proponen resultados a corto plazo, en vez de medio y largo plazo.

Características de las dietas milagro

Todas ellas tienen una serie de características comunes:

-Aporte energético bajo.

-Consiguen que se ingieran menos calorías y se intenta justificar de alguna otra forma con distintos fundamentos.

-Se olvidan de la ingesta de nutrientes y de sus consecuencias negativas.

-Y además no logran corregir hábitos alimentarios incorrectos.

Huir de las dietas mágicas

La Asociación de Dietistas Británicos en el año 2005 publicó unos apartados para intentar huir de las dietas mágicas o cómo descubrir un mal consejo dietético.

En general, tenemos que huir de aquellas que nos prometan un resultado rápido, que nos recomienden alimentos con efecto “quemagrasa”, que promuevan anular o limitar un grupo entero de alimentos, o comer un tipo de alimento concreto, las que sugieran una pérdida de peso fácil (es decir, más de un kilo a la semana) y aquellas que recomiendan tomar los alimentos sólo en combinaciones particulares.

Otras Academias, como la Americana además nos dicen que para reconocer una dieta mágica lo podemos hacer si la dieta requiere que compremos un determinado producto. También hacen las mismas recomendaciones para todo el mundo independientemente de la edad y sexo. Suelen clasificar los alimentos en buenos y malos, incluso los nutrientes, utilizan mucho las imágenes del antes y después, y llaman la atención porque usan los testimonios de sus seguidores e incluso de profesionales de la salud.

Se gastan mucho tiempo y mucho dinero en estas dietas que además no ayudan a mantener la pérdida de peso.

Nos encontramos en la red cosas curiosas, cómo hacerse rico creando una dieta mágica: se proponen una serie de ingredientes y al final cuando ya está hecha se publica en internet, ya que cuando algo queda publicado en la web es difícil intentar demostrarle a alguien que eso que ha leído no es verdad. Hay un estudio reciente de la universidad de Ohio titulado Los rumores falsos que circulan por internet que resisten todas las correcciones, en el que se ha comprobado que demostrarle a alguien que una afirmación es falsa no resulta muy útil cuando la persona está convencida de que lo que ha leído es cierto, se menosprecia la fuente de la corrección.

Hay una dieta de un libro que está siendo muy vendido titulado Seis semanas para ser un pibón, de Venice Fulton, que no es ni siquiera nutricionista, sino que se dedicaba al deporte y plantea baños de agua fría, levantarse y saltarse el desayuno e hinchar un globo todos los días antes de acostarse…

Son muchas las asociaciones de dietistas que se posicionan respecto a estas dietas. El profesor Ordovás dice: “las dietas milagro si de verdad fueran milagrosas no se reinventarían cada año”.

Además, de todos es conocido el efecto yo-yo, es decir cuando se dejan este tipo de dietas se recupera más peso del que se había perdido y con más facilidad.

Reclamos de estas dietas

Algunos de los reclamos son:

– Puedes perder peso fácilmente. Sin embargo la mayoría de las dieta mágicas tiene unas reglas complicadas que requieren calcular las necesidades de proteínas, contar los gramos de hidratos de carbono, combinar ciertos alimentos, mantener un tiempo entre comidas, comparar unos productos especiales, planificar los menús diarios, medir los tamaños de porción…

-Perder peso con una relación específica hidratos de carbono, proteínas y grasas. Sin embargo, la pérdida de peso, además de otros factores, depende de gastar más energía de la que se ingiere y no de la proporción de los macronutrientes.

-Otro reclamo es que dicen que las personas aumentan de peso con dietas bajas en grasas, cierto pero si abusan de los otros dos macronutrientes (hidratos de carbono y proteínas). Es decir, que las dietas bajas en grasas no son necesariamente dietas bajas en calorías. Se puede perder peso con las dietas bajas en grasas si se reducen las calorías.

-Miles de personas han tenido éxito con este plan. Sin embargo, los autores de las dietas de moda -hasta el momento- no han publicado sus resultados de investigación en revistas científicas. Las historias de éxito son anecdóticas y no se informa nunca de los fracasos.

Dieta correcta y equilibrada

Todos sabemos que la pérdida de peso tiene que ser gradual (no más de un kilo por semana), debe de proporcionar un número razonable de kilocalorías (no menos de 1.000 en mujeres y 1.200 en hombres), tienen que tener suficientes pero no demasiadas proteínas (entre la ingesta recomendada y el doble), tiene que tener suficientes grasas pero no demasiadas (entre el 20-35% de la ingesta de energía), suficientes hidratos de carbono para que las proteínas no tengan que dedicarse a otras funciones que no son las principales (y evitar así los problemas de cetosis).

También deben tener variedad para conseguir el equilibro en vitaminas y minerales, y una correcta ingesta hídrica.

Además la dieta se tiene que adaptar a las características de las personas, a su etnia, a sus gustos y preferencias, e incluso a sus medios económicos. Y los programas para adelgazar deben de enseñar cómo hacer esa buena elección de alimentos convencionales. Además de practicar actividad física.

Productos milagro

Los productos milagros son aquellos que sin ser medicamentos se anuncian como útiles para, entre otras cosas, adelgazar.

Estos productos milagro para control de peso se clasifican en cuatro grupos: diuréticos, laxantes, productos que disminuyen la absorción de grasas y los saciantes. Muchos de los productos milagro que circulan en el mercado, que se venden en herbolarios, mercadillos e incluso en farmacias, tienen alguno de éstos o varios para potenciar la acción.

Todas las organizaciones nacionales e internacionales nos dicen que debemos desconfiar de cualquier producto que prometa comer cuanto se quiera, perder peso sin dejar de comer o mientras se duerme, perder siete kilos en siete días, o que nos dicen que contienn una sustancia que devora las grasas, o que sean productos que nos desengrasen.

Con algunos de esos productos se pueden obtener resultados pero el mayor beneficio es el asociado al efecto placebo o al refuerzo psicológico que suponen al ayudar al individuo a recordar que está intentando perder peso y que ha modificado su alimentación y que ha mejorado su actividad física.

GREP-AED-N

Hay otras recomendaciones nutricionales basadas en la evidencia para la prevención en el tratamiento del sobrepeso y la obesidad en adultos, que es el consenso de FESNAD (Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética) y de la SEEDO (Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad). Y hay un grupo de revisión y posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas y Nutricionistas (GREP-AED-N) que expone cuáles son las condiciones que debería cumplir cualquier tratamiento dietético de la obesidad (están publicadas en la página web).

Conclusión

La dieta ideal para el mantenimiento y control del peso corporal es aquella con la que podamos vivir el resto de nuestra vida. Muchas de esas dieta mágicas que solucionan el problema momentáneamente no se pueden mantener. Por lo tanto la búsqueda de esa dieta y del estilo de vida que nos ayude a mantener y controlar el peso tiene que ser el objetivo.

A pesar de que todas las organizaciones hacen campaña de prevención contra las dieta mágicas no se puede con la potencia de las estrategias publicitarias. La fuerza de las normas choca con los resquicios legales por los que se cuelan quienes promueven estas dietas y, sobre todo, con la libertad de un ciudadano que decide en un momento dado recurrir a ella o no.

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En marcha de un programa para cambiar los hábitos en los adultos y combatir la obesidad y el sedentarismo

En España, según datos aportados por la última Encuesta Nacional de Salud, de 2012, aproximadamente el 54% de la población adulta española de 18 y más años, tiene exceso de peso y el 42% son sedentarios. Junto con el tabaquismo, estos son los principales factores de riesgo para sufrir enfermedades cardiovasculares, que son la principal causa de mortalidad.

Para invertir esta tendencia, la ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, ha presentado, junto con el presidente del Observatorio para la Nutrición y de Estudio de la Obesidad, el Dr. Valentín Fuster, el programa Fifty-Fifty.

Se trata de un programa de intervención en salud comunitaria cuyo objetivo fundamental es capacitar a la población adulta entre 25 y 50 años con algún factor de riesgo cardiovascular en la adquisición y seguimiento de hábitos de vida saludables y en el control de los principales factores de riesgo cardiovascular auto controlables: obesidad, tabaquismo, sedentarismo e hipertensión arterial, a través de una formación específica y una dinámica de grupos de “ayuda entre iguales”. Todo ello con la finalidad de mejorar la salud de manera integral y promover una visión positiva del concepto de salud, más centrada en los aspectos positivos que generan salud que en las limitaciones y aspectos que producen enfermedad.

En el acto se ha firmado un Convenio Marco entre la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), la Fundación SHE, que dirige el Dr. Valentín Fuster, y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) para poner en marcha este programa, que se iniciará el próximo mes de septiembre y tendrá una duración de 15 meses.

Para ello, también se ha firmado un convenio de colaboración específico como adenda al citado Convenio marco con cada uno de los siete municipios participantes en el desarrollo de esta experiencia piloto: Barcelona, Cambrils (Tarragona), Guadix (Granada), Manresa (Barcelona), Molina de Segura (Murcia), San Fernando de Henares (Madrid) y Villanueva de la Cañada (Madrid), todos ellos integrados en la Red Española de Ciudades Saludables.

La ministra ha destacado en su intervención que prevenir la obesidad e invertir su tendencia “es uno de los más importantes desafíos de salud pública que tenemos que afrontar”. Aunque ha reconocido que “es muy difícil cambiar los hábitos en los adultos”, ha resaltado que con pocos cambios en el estilo de vida, como por ejemplo haciendo una alimentación adecuada, variada, y con menos calorías y más ejercicio físico, se puede “conseguir tener vidas más sanas”.

El Programa Fifty-Fifty se inició por primera vez en el 2012, en la población de Cardona (Barcelona) dirigido por el Dr. Fuster y la Fundación SHE, con la hipótesis de que “si se capacita a los adultos en conocimientos, habilidades y actitudes sobre un estilo de vida saludable, entre iguales, mejoraran sus hábitos de salud integral y el autocontrol de los factores de riesgo”. Tras evaluar los resultados de aquella experiencia se pudo constatar que los participantes modificaron sus rutinas diarias y mejoraron sus hábitos de salud y algunos de sus factores de riesgo.

En base a ello, y como fruto de la iniciativa de la Fundación SHE y de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), y en el marco de la Estrategia NAOS y del Observatorio de la Nutrición y de Estudio de la Obesidad, se firmó un convenio el 8 de abril de 2013, entre ambas instituciones, para la realización de un Programa de intervención en adultos de salud comunitaria, a realizar en un número limitado de municipios, como proyecto de investigación piloto, con la finalidad de mejorar la salud de manera integral en personas adultas mediante la modificación de sus hábitos de salud, y de poder definir un modelo de “buenas prácticas” , que da el punto de partida para el comienzo de la nueva etapa del Programa Fifty-Fifty. Este proyecto cuenta, además, con el apoyo científico del Centro Nacional de Investigación Cardiovascular (CNIC).

El Convenio Marco firmado ahora es un paso más y tiene por objeto ampliar esa colaboración. El resultado perseguido es la definición de un modelo de buenas prácticas de intervención en población adulta para promover la mejora de hábitos de salud integral que pueda ser trasladable a las administraciones e instituciones públicas y privadas para su ejecución.