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Reducir el azúcar tiene un efecto pequeño pero significativo en el peso

Reducir la ingesta de azúcar tiene un efecto pequeño (una reducción media de 0,8 kilogramos) pero significativo sobre el peso corporal en los adultos, según una investigación publicada en British Medical Journal. No obstante, los autores creen que los resultados de su estudio proporcionan cierto apoyo a las directrices internacionales de rebajar el consumo de azúcar a menos del 10 por ciento del total de energía para luchar contra la obesidad.

El exceso de azúcar en la dieta se ha relacionado con la obesidad y un mayor riesgo de enfermedades crónicas, sobre todo por un alto consumo de bebidas endulzadas con azúcar, pero no todos los estudios han reportado una relación estadísticamente significativa. La Organización Mundial de la Salud ha sugerido que el consumo de “azúcares libres” debe ser inferior al 10 por ciento de la ingesta total de energía, pero no hay límite superior seguro acordado.

Así, un equipo de investigadores de la Universidad de Otago y el Instituto Riddet en Nueva Zelanda analizaron los resultados de 71 estudios (30 ensayos controlados aleatorios y 41 estudios de cohortes) de la ingesta de azúcar y grasa corporal para resumir la evidencia sobre la asociación entre la ingesta de azúcares de la dieta y el peso corporal tanto en adultos como en niños.

Los azúcares libres se definieron como los azúcares que se agregan a los alimentos por el fabricante, el cocinero o el consumidor, además de los presentes de forma natural en la miel, los jarabes y los zumos de frutas. Las diferencias en el diseño del estudio y la calidad se han tenido en cuenta para minimizar el sesgo.

Los científicos encontraron que la recomendación de reducir azúcares libres se asoció con una reducción media de 0,8 kilogramos de peso (en los estudios de hasta ocho meses), mientras que los consejos acerca de aumentar la ingesta de este producto se asociaron con un aumento correspondiente de 0,75 kilogramos. Este efecto parece deberse a una ingesta de energía alterada, ya que la sustitución de azúcares por otros carbohidratos no dio lugar a ningún cambio en el peso corporal, sugieren los autores.

La evidencia también fue menos consistente en niños, principalmente debido a un mal cumplimiento del asesoramiento dietético. Sin embargo, las bebidas azucaradas, el riesgo de tener sobrepeso u obesidad entre los niños aumentó con el consumo más alto en comparación con aquellos cuya ingesta fue más baja.

Los autores señalan que, dadas las múltiples causas de la obesidad, no es sorprendente que el efecto de reducción de la ingesta sea relativamente pequeño y que algunos otros factores no medidos pueden explicar una parte o todo este efecto.

Pero, en general, su conclusión es que “al considerar el rápido aumento de peso que se produce después de un aumento de la ingesta de azúcares, parece razonable concluir que el asesoramiento en relación con la ingesta de azúcares es un componente importante de una estrategia para reducir el riesgo de sobrepeso y obesidad en la mayoría de los países”.

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La obesidad infantil también causa problemas de salud a corto plazo

Un estudio de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), en Estados Unidos, ha revelado que, más allá de los efectos a largo plazo, la obesidad infantil también puede tener consecuencias inmediatas para la salud de los niños, tales como el doble de riesgo de sufrir más problemas médicos, mentales y de desarrollo.

Además, y según publicará próximamente la revista Academic Pediatrics, los niños con sobrepeso tienen un riesgo 1,3 veces mayor de padecer estos problemas, tras haber comparado un grupo de niños con sobrepeso y obesidad con otro que no tenían ningún problema de peso.

“Los resultados deberían servir como una llamada de atención para los médicos, los padres y los profesores, que deben estar mejor informados sobre el riesgo de otros problemas de salud asociados con la obesidad infantil”, ha defendido Neal Halfon, director del Center for Healthier Children, Families and Communities de UCLA y autor del estudio.

El progresivo incremento de la obesidad infantil en las dos últimas décadas ya ha propiciado un aumento paralelo de otras patologías, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), el asma y los problemas de aprendizaje.

La nueva investigación de UCLA, basada en la población infantil de Estados Unidos, ofrece el primer perfil nacional completo de las asociaciones entre el peso y una amplia gama de afecciones de salud asociadas o comorbilidades que los niños sufren durante la infancia.

En general, el equipo halló que los niños obesos eran más propensos que los que padecen sobrepeso a tener peor salud, más discapacidad, una mayor tendencia a sufrir problemas emocionales y de conducta, mayores tasas de fracaso escolar, TDAH, trastorno de conducta, depresión, problemas de aprendizaje, retraso en el desarrollo, problemas óseos, articulares y musculares, asma, alergias, dolores de cabeza, e infecciones del oído.

Para constatarlo utilizaron la Encuesta Nacional de Salud Infantil de 2007, analizando los datos de casi 43.300 niños de entre 10 y 17 años. Se evaluó la asociación entre el peso y 21 indicadores de la salud general, el funcionamiento psicosocial y los trastornos específicos de salud. De los niños que participaron en el estudio, el 15 por ciento tenía sobrepeso (índice de masa corporal, IMC, entre los percentiles 85 y 95), y el 16 por ciento eran obesos (con un IMC en el percentil 95 o superior).

Los investigadores de UCLA apuntan que el continuo cambio de las condiciones de la infancia puede acabar modificando algunas condiciones crónicas de la infancia, probablemente relacionado con décadas de cambios apreciados en el entorno social y físico en el que los niños viven, aprenden y juegan. Por ello, proponen que los esfuerzos de prevención de la obesidad vayan dirigidos a estas influencias sociales y ambientales, y que los niños sean evaluados y gestionados por las condiciones comórbidas.

“La obesidad podría ser la causa de la comorbilidad, o tal vez la co-morbilidad está causando la obesidad, o ambos podrían ser causados por algún otro tercer factor no medido”, afirmó Halfon.

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Los genes de la grasa del vientre y de los muslos son diferentes

Los genes de la grasa del vientre y de los muslos son diferentes, según estudio publicado en Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism, que también recoge que existen diferencias entre hombres y mujeres.

Los hombres tienden a almacenar grasa en la zona abdominal pero, por lo general, no tienen mucha en las caderas o los muslos. Las mujeres, por otro lado, tienden a almacenar más grasa en las caderas y los muslos que en el vientre.

Steven Smith, director del Florida Hospital – Sanford-Burnham Translational Research Institute for Metabolism and Diabetes, situado en Estados Unidos, ha reconocido que aun no está claro el por qué de estas diferencias entre hombres y mujeres, y ha advertido que la grasa abdominal se asocia con un mayor riesgo de enfermedades de corazón y diabetes. Por otro lado, la grasa de la cadera y del muslo no parecen jugar un papel especial en estas condiciones.

En un estudio reciente, publicado en Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism, Smith y su equipo tomaron muestras de grasa de los hombres y las mujeres. Después, compararon los genes más activos en la grasa del vientre y de los muslos.

Así, los genes que operan en la grasa de los muslos de una persona son enormemente diferentes con respecto a los que se encuentran en la grasa del vientre. En el caso concreto de los hombres, 125 genes se expresan de forma diferente en el vientre que en los muslos. Mientras que, en el de las mujeres, la cifra es de 218.

Los genes más notables que diferían se conocen como “genes homeobox”, conocidos por su papel en ayudar a dar forma a un embrión en desarrollo. Muchos de los “genes homeobox” están influenciados por las hormonas, como el estrógeno.

“Creemos que estos genes realmente programan las células de grasa para responder de manera diferente según el tipo de hormona”, ha señalado Smith. Para la investigación, él y su equipo aislaron las células madre derivadas de la grasa del vientre y los muslos para hacerlas crecer en el laboratorio.

Sin embargo, los investigadores observaron diferencias en la actividad genética de la grasa que desarrollaron a partir de estas células madre, y hallaron que la grasa del vientre y los muslos está predestinada genéticamente y, por tanto, no es una diferencia que se ha adquirido con el tiempo como resultado de la dieta y la exposición ambiental.

“Aunque muchas mujeres odian tener caderas grandes y muslos, en realidad esto reduce el riesgo de enfermedades del corazón y diabetes. De hecho, las mujeres que tienen ataques al corazón tienden a tener más grasa abdominal que grasa en los muslos”, ha precisado Smith.

En sus palabras, esta investigación marca un antes y un después. “La mayoría de la gente quiere dejar de tener grasa en el vientre. Pero el problema no es solo la grasa, sino la ubicación. La grasa del vientre es solo un marcador del problema. El verdadero problema está en la imposibilidad de almacenar la grasa en las caderas y los muslos”, ha dicho.

Smith espera que futuros estudios puedan conducir a tratamientos específicos dirigidos a las regiones que más contribuyen a las complicaciones de la obesidad.

Los adolescentes más sedentarios consumen más refrescos y menos fruta

Frente a estos datos, aquellos que invierten más tiempo al estudio, tanto entre semana como durante el fin de semana, disminuyen el consumo de refrescos entre el 50 y el 60 por ciento.

Estos son algunos de los datos obtenidos en el estudio realizado por el grupo de investigación GENUD de la Universidad de Zaragoza, coordinado por el profesor Luis Moreno, sobre 2.200 adolescentes europeos.

La revista Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine publica los resultados de este trabajo, en el que se muestra la asociación entre diversas conductas sedentarias y el consumo de diversos grupos de alimentos en adolescentes europeos.

Para la realización del estudio, la investigadora Alba Santaliestra-Pasías, así como el resto de colaboradores del grupo GENUD, han utilizado datos del estudio transversal HELENA (Healthy Lifestyle in Europe by Nutrition in Adolescence).

Los resultados publicados se basan en más de 2.200 adolescentes con edades comprendidas entre 12,5 y 17,5 años procedentes de ocho ciudades europeas (Atenas, Dortmund, Gante, Lille, Roma, Estocolmo, Viena y Zaragoza).

La investigación ha tenido en cuenta el tiempo que los adolescentes europeos dedican a actividades sedentarias, como la utilización de medios electrónicos.

Así, el estudio ha detectado que los adolescentes europeos superan con creces la recomendación a nivel mundial de no dedicar más de 2 horas al día a actividades sedentarias, como es el caso de la televisión, ordenadores y videoconsolas.

De hecho, esta investigación ha observado que el tiempo que estos adolescentes europeos pasan ante las “pantallas” supera las cuatro horas diarias; dos horas a ver la televisión, una hora a jugar a los ordenadores y otra a utilizar internet en su tiempo libre.

Estos datos se unen a los obtenidos en otro estudio internacional, que sugiere que determinadas conductas sedentarias como el consumo de televisión u ordenadores influyen en el consumo de diversos tipos de alimentos.

En este sentido, el consumo de bebidas refrescantes se ha relacionado en algunos estudios con una mayor prevalencia de obesidad, debido al aporte suplementario de calorías que se consumen en elevada cantidad. Además, el consumo de frutas y verduras está relacionado con la prevención de algunos tipos de cáncer y de enfermedades cardiovasculares.

Los investigadores de la Universidad de Zaragoza han valorado también la relación entre el tiempo de estudio que dedican los adolescentes y el consumo de diversos alimentos, debido a que existe poca evidencia en relación a este comportamiento.

Para la investigadora Alba Santaliestra-Pasías el desarrollo de conductas saludables relacionadas con la alimentación y los comportamientos sedentarios está íntimamente ligado al ambiente familiar. En su opinión, es esencial hacer hincapié en los factores culturales y en las actitudes de los padres, limitando el consumo de medios electrónicos, y fomentando una alimentación saludable.

Los resultados de este estudio, según la joven investigadora aragonesa, deben animar a disminuir las actividades sedentarias en los adolescentes, así como a potenciar el consumo de una alimentación saludable rica en frutas y vegetales, y a disminuir el consumo de bebidas refrescantes y otros alimentos con elevado aporte energético, para así disminuir la incidencia de enfermedades crónicas como la obesidad.

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Interacciones dieta – xenobióticos. Monitorización a nivel hospitalario

Interacción alimento medicamento

Los alimentos, la dieta o el estado nutricional pueden condicionar la respuesta terapéutica a un tratamiento farmacológico, en un sentido, y en el otro son los medicamentos los que pueden alterar la utilización metabólica de un nutriente y modificar el estado nutricional. En la práctica clínica pueden suponer un problema o no ser trascendentes.

Estas interacciones pueden ser sutiles en su manifestación y difíciles de detectar e identificar. En ocasiones, puede que la monitorización de la terapia farmacológica no contemple el relieve de estas interacciones.

Consecuencias clínicas

Pueden depender del medicamento, básicamente los que tienen un margen terapéutico estrecho, en tratamientos crónicos y en determinados grupo de población: ancianos, embarazo, lactancia y malnutrición.

Antecedentes

En el año 1963 Blackwell identificó las crisis hipertensivas con IMAOs y alimentos ricos en aminas biógenas. Hay muchas publicaciones y referencias, y todas las publicaciones indicaban que casi todo interaccionaba con zumo de pomelo.

Áreas de interacción

Los alimentos sobre los medicamentos, los medicamentos sobre los alimentos y el estado nutricional. La influencia del estado nutricional es básica sobre la disposición de los medicamentos.

La interacción A-M altera el proceso de absorción y por ejemplo, los que afectan a la biodisponibilidad en velocidad pueden ser menos trascendentes que los que afectan en magnitud. La lovastatina con el zumo de pomelo aumenta la concentración de la estatina, la azitromicina también puede interaccionar con varios alimentos y el ciprofloxacino con derivados lácteos.

Y al revés, puede que haya medicamentos que afecten a los nutrientes y produzcan una disminución de la ingesta, modifiquen el gusto y el olfato, o pueden retrasar el vaciado gástrico aumentando la sensación de saciedad. Hay muchos ejemplos: diuréticos del asa que además de sodio eliminan potasio y magnesio.

Estado nutricional

Un 25-60% de pacientes al ingreso en los hospitales está desnutrido. Hay alteraciones en todo el proceso LADME, desde la absorción, distribución, metabolismo y excreción de los medicamentos.

Uso racional del medicamento

Se están investigando medicamentos más eficaces, pero también debemos hacer una correcta utilización de los ya disponibles. Tenemos que usar el medicamento en la indicación adecuada, prescripción a la dosis y pauta correcta, y administrarlo adecuadamente… Y al menor coste.

Hay que conocer las interacciones potenciales y relevantes en el contexto de los alimentos y el estado nutricional y establecer programas adecuados para evitarlos, permitir optimizar el uso del fármaco facilitando la adherencia al tratamiento y aumentar la seguridad y la efectividad del mismo.

Comisiones hospitalarias

Los hospitales tienen comisiones, asesoras a la dirección médica, por ejemplo la Comisión de Farmacia, que es una comisión multidisciplinar con farmacéuticos, endocrinos, intensivistas, pediatras, etc.

Una de las funciones de la comisión es elaborar la guía farmacoterapéutica, que consiste en seleccionar de todos los medicamentos disponibles en el mercado los que se van a utilizar en el hospital.

Es fundamental disponer de un sistema de información, de una aplicación informática, de una herramienta que optimice el uso de estos medicamentos.

En enero entra en vigor el RD de Receta Médica. Hay datos obligatorios que el médico debe cumplimentar adecuadamente: los datos del médico, del paciente, de los medicamento, y es obligatorio un campo con recomendaciones e instrucciones para el paciente.

Existen bases de datos que contemplan las interacciones y se pueden emitir alertas.

Guía farmacoterapéutica

Todas las guías farmacoterapéuticas en papel o en la intranet del hospital tienen anexos, que incluyen interacciones M-M y M-A. También hay anexos de administración de medicamentos vía oral para que el medicamento sea administrado en las condiciones reales en las que va a ser óptimo su uso. Y también hay anexos de administración de medicamentos por sonda nasográstica. El libro más conocido de interacciones es el Stockley.

En esta base de datos consta la interacción de acenocumarol con ajo, que tiene un efecto antiagregante que se suma al anticoagulante. Al final no tiene relevancia clínica porque habría que tomar mucha cantidad de ajo.

Otro ejemplo (que citamos anteriormente) es la lovastatina con zumo de pomelo, que daría una alerta que indica que las concentraciones séricas de lovastatina se ven incrementadas de forma importante por el zumo de pomelo.

Prescripción hospitalaria

En los hospitales hay varios sistemas de prescripción: el tradicional, que se realiza a mano y actualmente casi todos los hospitales tienen un sistema de prescripción electrónica, que debería ser asistida a través de una base de datos en la que se han parametrizado todos los medicamentos incluidos en la guía para agilizar la prescripción. Por ejemplo si prescribo omeprazol que por defecto salga la dosis 20 mg, en cápsulas, la hora recomendada, etc.

Así se evitan duplicidades, podemos parametrizar las dosis máximas, y detectar interacciones. Podemos seleccionar las interacciones clínicamente relevantes, los inductores e inhibidores enzimáticos, etc. y el sistema debe permitir que ante cualquier duda se pueda consultar desde la aplicación.

Interacciones farmacocinéticas A-M

-Los medicamentos antirretrovirales con alimentos ricos en grasas reducen la absorción hasta el 50%.

-Las quinolonas con leche también reducen la absorción.

-El acenocumarol, ACO, con crucíferas disminuye su eficacia al inducir el metabolismo hepático.

-El zumo de pomelo y la ciclosporina.

Interacciones farmacodinámicas A-M

-Antiestrógenos como tamoxifeno y soja: los fitoestrógenos de la soja antagonizan la acción antiestrogénica del tamoxifeno.

Parametrizar las dietas

Las dietas que se usan en el hospital están codificadas y se pueden parametrizar. Tendría que haber un grupo de trabajo que seleccione los medicamentos con los alimentos que pueden tener interacciones y meterlos en el programa para que generen alertas. Es decir, optimizarlo, parametrizar todos los datos de los medicamentos, incluidos excipientes.

Hay que identificar los alimentos contenidos en las dietas que pueden generar un tipo de interacción, los relacionamos con los medicamentos susceptibles de producir interacciones relevantes, hacer un mantenimiento de la base de datos y generar automáticamente alertas.

De manera que podemos, al igual que los medicamentos, relacionarlos por pares, nos pueden generar alertas y anticiparnos para evitar una posible interacción A-M.

Desde la Comisión de Farmacia se podría formar un grupo de trabajo y parametrizar las dietas. Y relacionarlas con los medicamentos y detectar niveles de alertas. Lo adecuado es disponer de historia clínica electrónica con una gestión integral. De manera que antes de empezar a prescribir el programa debería tener un campo de alergias e intolerancias, así cuando el paciente es alérgico a algún alimento sale la alerta en el programa, sin embargo lo normal es que sea prescripción electrónica asistida, primero se rellena el campo de alergias, indicar cuidados de enfermería e incluir la dieta. El Grupo de Evaluación de Nuevas Tecnologías de la SEFH recomienda que la gestión sea integral.

Recomendaciones en nutrición enteral

En la guías farmacoterapéuticas hay anexos que indican también las interacciones de medicamentos con nutrición enteral, por ejemplo la fenitoína con nutrición enteral baja los niveles entre un 20-70 %, en ese caso hay que suspender la nutrición enteral una hora antes, se administra la fenitoína y dos horas después se continua.

En nutrición enteral hay varios tipos de incompatibilidad fisicoquímica, farmacéutica, fisiológica. Y las interacciones son farmacocinéticas y farmacodinámicas. Hay anexos en las guías que recomiendan como hay que administrar los medicamentos según el tipo de sondas para evitar las interacciones o incompatibilidades.

Las recomendaciones serían:

-No añadir medicamentos a los preparados de nutrición enteral (al frasco) y evitar la administración conjunta de ambos.

-Si se administra de modo continuo, se puede hacer coincidir la administración con el cambio de frasco, o bien interrumpir el aporte de nutrientes (30 minutos) y lavar la vía antes y después de administrar.

-Si se administra en bolus, administrar el medicamento 1 hora antes o 2 horas después de cada toma.

-La fenitoína es uno de los ejemplos fundamentales.

Recomendaciones en nutrición parenteral

-No añadir medicamentos, excepto insulina, heparina, etc.

-Nutrición parenteral intradiálisis (NPID). Los pacientes que están en hemodiálisis y se van desnutriendo en las sesiones se puede poner una parenteral de 1000 calorías si la cantidad de aportes que hacen en su casa no es suficiente.

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Atención farmacéutica en alimentación en la farmacia

En España hay una red de más de 21.000 farmacias imbricadas en el Sistema Nacional de Salud que están distribuidas capilarmente por todo el territorio nacional. Podemos decir que el 99% de la población dispone de una farmacia en el lugar donde reside. Esto hace que el farmacéutico sea el profesional universitario más cercano y accesible a la población, y su objetivo es la atención integral al paciente.

Papel de farmacéutico en la alimentación

La alimentación es algo intrínseco a la profesión farmacéutica. En los planes de estudio de Farmacia se incluyen asignaturas como Bromatología y en los actuales planes hay asignaturas troncales relacionadas con la Nutrición. Entre el 10-15% de la carga lectiva está relacionada con la Alimentación y Nutrición. Además la formación postgrado también es muy importante a través de la oferta formativa y desde el año 2002 hay varias facultades que incluyen la doble titulación de Farmacia y Nutrición Humana y Dietética.

En las competencias que los estudiantes deben adquirir figura la de prestar consejo terapéutico en Farmacoterapia y Dietoterapia, conocer la relación existente entre alimentación y salud, y la importancia de la dieta.

La ley del 5 de julio del año 2011 de Seguridad Alimentaria y Nutrición incluye las oficinas de farmacia junto al personal de Atención Primaria para ofrecer a los pacientes información sencilla sobre hábitos alimentarios y de actividad física. Así como también detección precoz del sobrepeso, la obesidad y los trastornos de la conducta alimentaria.

Algunos datos

Más del 14,3% de los farmacéuticos tienen como modalidad de ejercicio profesional la alimentación nutrición.

Los productos de alimentación nutrición suponen el 25,5% de las ventas de parafarmacia y suponen el 28% de productos que se les ha concedido el código nacional de parafarmacia (CNP) en 2011.

Hay 367.000 controles de peso/talla semanales que suponen casi 20 millones anuales.

Y conseguimos un ahorro al SNS de 1740 millones de euros con 50 millones de consejos nutricionales contribuyendo a la sostenibilidad del sistema.

El 90% de farmacias están especializadas en productos de alimentación infantil y hasta un tercio de las compras de productos de alimentación infantil van acompañadas de una consulta. Y más del 50% de los farmacéuticos facilitan información de forma proactiva como un aspecto más de la atención farmacéutica.

Cada vez hay más cantidad y variedad de preparados alimenticios para personas sanas o para situaciones especiales: niños, lactantes, situaciones de esfuerzo, embarazo y lactancia, deportistas, personas mayores, regímenes nutricionales específicos, control de peso, complementos alimenticios, fitoterapia, alimentos para sonda…

Se nos plantean problemas para saber diferenciar qué es un medicamento y qué es un alimento, ya Hipócrates decía “que el alimento sea tu medicamento y que el medicamento sea tu alimento”.

La gran revolución hasta hace poco eran los alimentos funcionales y la crononutrición (cada alimento a su tiempo) y ahora estamos en la época de la nutrigenómica y los test genéticos.

PLENUFAR

También hay que destacar su labor como educador nutricional. Así la campaña de 1992 PLENUFAR I (Plan de Educación Nutricional por el Farmacéutico) tuvo un alcance de 240.000 familias; en el PLENUFAR II enseñamos alimentación a 120.000 escolares; en el PLENUFAR III a 50.000 personas mayores; y el PLENUFAR IV a 40.000 mujeres en periodo pre-concepcional, embarazadas y lactantes. Y actualmente estamos finalizando los prolegómenos para PLENUFAR V que va a estar destinado a mujeres en época menopáusica.

Beneficios de la Atención Farmacéutica en A/N

Los beneficios para el paciente son:

– Mayor nivel de cuidado relacionado con sus necesidades individuales.

– La accesibilidad a la red de farmacias permite ofrecer estos servicios en el momento en el que el paciente los precisa.

Los beneficios para la sociedad son:

– Mejora en la calidad de vida.

– Racionalizar el gasto sanitario.

– Contribución a la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud.

Los beneficios para el farmacéutico son:

– Implicación más activa en los procesos de salud de cada paciente.

-Asumir nuevas e importantes responsabilidades que permiten la evolución profesional y un mayor reconocimiento profesional.

Y los beneficios para el colectivo farmacéutico son:

– Mejora la percepción social del farmacéutico.

Conclusiones

-La alimentación constituye uno de los elementos fundamentales en la prevención de la enfermedad.

-La alimentación es una actividad históricamente ligada a los farmacéuticos.

-La alimentación es una disciplina que no es propiedad de ninguna profesión en exclusividad.

-El farmacéutico quiere seguir prestando este importante servicio.

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Influencia de los fármacos en la utilización de la dieta y el estado nutricional

Los fármacos pueden afectar al estado nutricional del individuo a través de la alteración de los procesos de ingesta, absorción, metabolismo y excreción de los nutrientes de la misma manera que los alimentos o nutrientes pueden afectar a los fármacos. Y esto puede dar lugar a una deficiencia nutricional general (malnutrición) o una deficiencia nutricional específica cuando afecta a un nutriente específico.

Ácido fólico

Los nutrientes que presentan el mayor número de interacciones con los fármacos son las vitaminas, y concretamente el ácido fólico.

Los folatos los ingerimos a través de los alimentos, normalmente en formas oxidadas con varios residuos glutámicos, y en la digestión eliminamos esos residuos glutámicos para poderlos absorber mejor, y una vez los folatos están en el interior de la célula se tienen que reducir dos veces para adquirir su funcionalidad vitamínica. Después los folatos participan fundamentalmente en el metabolismo de unidades de carbono y así participan en la síntesis de purinas, timidilato, ADN o en el ciclo de la metionina.

Si por algún motivo la reducción de los folatos se encuentra impedida no se puede sintetizar ADN y la célula muere. Y ese es precisamente el mecanismo de acción de algunos fármacos con los inhibidores de la dihidrofolato reductasa o los antimetabolitos del ácido fólico entre los que se encuentran el metotrexato (citostático), trimetoprim (antibiótico), pirimetamina (antimalárico) o aminopterina (inmunosupresor). Y hay otro grupo de fármacos que inhiben la síntesis del timidilato que alteran el ciclo de los folatos que también tienen aplicación como citostáticos como el 5-fluorouracilo y 5-fluorodeoxiuridina.

El metotrexato sigue siendo uno de los tratamientos de elección en la artritis reumatoide y también se usa en la psoriasis reactiva.

Estos fármacos, como el metotrexato, tienen una mayor afinidad por la célula bacteriana o cancerosa en la que provocan el efecto antifolato pero también pueden afectar a las células normales y esto es lo que se manifiesta como efectos adversos. En animales altera completamente todo el ciclo de los folatos a nivel hepático alterando su distribución y, sin embargo, órganos como el cerebro parecían más resistentes al efecto antifolato del metotrexato.

En un experimento reciente se administró metotrexato a animales y ese efecto antifolato lo que provoca son los efectos adversos de tipo hematológico, se interrumpe la eritropoyesis. De hecho se observaron unas reducciones importantes en las concentraciones de hemoglobina, hematocrito o eritrocitos.

Como se genera una deficiencia nutricional la única manera de evitarla es administrar el nutriente afectado y cuando a los animales les dimos el metotrexato junto con una dieta enriquecida con ácido fólico observamos que los efectos hematológicos eran mucho menores y no se desarrollaban los efectos adversos. Con lo cual la manera de evitar los efectos adversos de esta interacción es administrando ácido fólico. Ahora bien, el efecto antifolato es el mecanismo de acción del fármaco y lo que tenemos que preguntarnos es si por evitar los efectos adversos estamos reduciendo la eficacia terapéutica del fármaco. Y de hecho, es lo que puede estar ocurriendo.

En un estudio en humanos se vio que el uso de ácido fólico puede reducir la eficacia del metotrexato en la artritis reumatoide. Es decir, nos encontramos ante un efecto de interacción muy clara fármaco nutriente muy difícil de abordar puesto que reside en el propio mecanismo de acción.

Además se trata de uno de los nutrientes que en la actualidad presenta más interés en la promoción de la salud o salud pública. Desde que en los años 90 se demostró que el ácido fólico es capaz de prevenir en un 70% de los casos las malformaciones congénitas del tipo defectos del tubo neural el uso de suplementos de ácido fólico se ha incrementado muchísimo. Se ha potenciado la investigación en esta vitamina y se le atribuyen muchos efectos potenciales en la promoción de la salud.

Este potencial del ácido fólico ha provocado una intervención nutricional a gran escala como es la fortificación de alimentos de forma obligatoria en determinados países. Y estas políticas nutricionales tan amplias generan controversia, por ejemplo ¿qué puede ocurrir cuando se incrementan las ingestas a nivel poblacional en pacientes que llevan tratamientos farmacológicos? Y, efectivamente, en un estudio preliminar realizado en EEUU se estudia a largo del tiempo (desde años 80 hasta principios del 2000) cuál es la dosis media del metotrexato que es eficaz para el tratamiento de artritis reumatoide y se ve una inflexión en el grafico cuando se introduce la fortificación obligatoria de los alimentos de base cereal.

En definitiva, la interacción con metotrexato es difícil de abordar y normalmente a nivel de atención al paciente se intenta solucionar recomendando una dieta rica en ácido fólico y folatos (dieta rica en verduras de hoja verde) y la suplementación con ácido fólico, pero separada en el tiempo de la administración de fármaco.

Anticonvulsivantes y folatos

Los folatos también presentan una interacción con los anticonvulsivantes como la Fenitoína, Fenobarbital, Primidona, Carbamazepina y Valproato.

Los pacientes tratados crónicamente suelen presentar deficiencia de la vitamina en sangre, e incluso pueden llegar a desarrollar una anemia megaloblástica. El mecanismo que subyace está en duda, algunos autores sostienen que se debe a la propia acción anticonvulsivante (similar al metotrexato), otros hablan de interacción a nivel de la absorción porque no se digieren bien los glutámicos, o de interacciones a nivel metabólico bien que la vitamina se desgasta en el metabolismo del fármaco o el metabolismo del fármaco desgasta los coenzimas reductores que también son necesarios para la reducción de la vitamina.

La solución para evitar los efectos adversos del fármaco sería la suplementación con ácido fólico que debe hacerse con precaución por el miedo a reducir la eficacia del fármaco.

En un estudio con Valproato de nuestro grupo de investigación se administró a animales gestantes y se vio que el fármaco modifica el metabolismo de los folatos dando lugar a una reducción en las concentraciones de metionina. Además se traducía en una hipometilación del ADN del hígado de las madres y también en los fetos. Y al administrar el fármaco con ácido fólico no conseguíamos ningún efecto positivo en las madres aunque sí se consigue revertir la alteración epigenética del ADN en el hígado fetal.

Vitamina B12

La vitamina B12 tiene una estructura químicamente muy completa y eso dificulta su absorción. Para facilitar la absorción producimos una glicoproteína, el factor intrínseco, en las células parietales que se une a la vitamina B 12. La producción de ese factor es muy sensible a la secreción ácida y a los cambios del pH. Todos los fármacos que puedan inhibir la secreción ácida del estómago o tener un efecto alcalinizante van a inhibir la absorción de vitamina B12. Y eso ocurre con la cimetidina, ranitidina, antiácidos tipo bicarbonato sódico e incluso con los hipolipemiantes (las resinas captadoras de sales biliares).

En un adulto joven seguramente aunque se reduzca la absorción de vitamina B12 recibe suficiente porque tomamos mucha en la dieta pero en un mayor, donde la secreción ácida está reducida fisiológicamente y la absorción por la edad es menor, si lo combinamos con un tratamiento farmacológico de este tipo el riesgo de que desarrollen un déficit es mucho mayor.

Respecto a los fármacos que interaccionan con minerales sólo recordar que, en el caso del calcio, no sólo no se absorbe el fármaco sino que tampoco se absorbe el calcio.

Fármacos que provocan náuseas y vómitos

Muchos fármacos provocan náuseas o vómitos, en la mayoría de los casos transitorios con lo cual no tienen incidencia en el estado nutricional. Pero en algunos casos pueden ser permanentes, como en el caso de los quimioterápicos usados en el tratamiento del cáncer.

En un estudio se observó cómo están nutricionalmente los pacientes con cáncer y se mide el estado nutricional en función del IMC y de parámetros bioquímicos. Muchos presentan desnutrición moderada o grave. La pregunta es si esa malnutrición viene inducida por el proceso patológico primario o si viene potenciada por el tratamiento farmacológico.

Medicamentos que engordan

Hay fármacos que entre los efectos adversos muestran un aumento de peso como los fármacos usados en Psiquiatría: benzodiacepinas, fenotiazinas, antidepresivos tricíclicos, IMAOs, y también los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina.

El aumento de peso también está descrito para antihistamínicos H1, antiserotoninérgicos, hipoglucemiantes orales, anticonceptivos orales y estrógenos.

Cuando hablamos de algo que puede producir incremento de peso en un ambiente obesogénico nos debemos preguntar si esto tiene alguna incidencia en la epidemia de obesidad. Y hay una asociación clara entre los trastornos de la ansiedad y el estado de ánimo y el mayor riesgo de obesidad. Y lo que se está investigando es en qué medida los fármacos utilizados en esos trastornos pueden mediar en esa relación.

En un estudio, realizado en Canadá, se midió si los fármacos que se utilizan son capaces de predecir el mayor riesgo o no de obesidad. Y en él se demuestra que el uso de antipsicóticos y antidepresivos explica el mayor riesgo de obesidad asociado a trastornos del ánimo y la ansiedad. Y sin embargo, los ansiolíticos, hipnóticos o el litio no tienen tanta incidencia. Y esto es un dato a tener en cuenta ya que el uso de antidepresivos se ha duplicado desde 1969 a 2005 y en los últimos años quizás más.

Microbiota digestiva y obesidad

Hay otros factores emergentes en la obesidad de los que ahora se habla como es la microbiota digestiva. Parece ser que hay diferencias entre los individuos delgados y obesos en la microbiota digestiva. En el fenotipo delgado predominan: Lactobacillus gasseri, Lactobacillus plantarum, Bacteroidetes, Methanobrevibacter y Bifidobacterium y en los obesos predominan: Lactobacillus reuteri, Staphylococcus, Faecalibacterium que pueden presentar un mayor potencial para obtener energía.

La microbiota se puede modificar con los probióticos, que pueden favorecer la microbiota asociada al fenotipo delgado o al obeso. Y además también tenemos a los antibióticos que pueden modificar la microbiota. De hecho, los antibióticos se vienen usando desde hace tiempo para el engorde en los animales de abasto, y en humanos también se han usado para favorecer el aumento de peso en casos de malnutrición, en recién nacidos prematuros o en la patología crónica.

Hay algunas evidencias de que la claritromicina cuando se usa en la erradicación del Helicobacter pylori y en el tratamiento de las úlceras hay una asociación de obesidad adquirida por efecto del tratamiento.

Visión general y conclusión

-Cada vez hay más información, pero no es fácilmente asequible.

-Se debe valorar la relevancia clínica de las interacciones dieta – xenobiótico.

-Se debe valorar la relación riesgo – beneficio.

-Deberían formar parte inherente de la Atención Farmacéutica.

La influencia del fármaco sobre el estado nutricional puede hacerse evidente desde un punto de vista clínico cuando el fármaco se utilizar de forma crónica, se utiliza mal o se abusa de él.

También adquieren relevancia cuando el paciente presenta una limitación en los mecanismos de compensación, ingesta habitual insuficiente o marginal, aumento en los requerimientos nutricionales debido a un estado catabólico, absorción, metabolismo y excreción precarias.

Y para acabar una cita de Daphne A. Roe: ” La importancia del problema de las interacciones fármaco – nutriente ha de relativizarse cuando la acción del fármaco tenga lugar específicamente sobre nutrientes en los que no exista problema dietético”.

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Encuentran carne de caballo en dos marcas de hamburguesas españolas

La OCU ha realizado un análisis de 20 hamburguesas frescas envasadas, de venta en supermercados, con el objetivo de averiguar cuál es la calidad de la carne (cantidad de aditivos, higiene, aspectos nutricionales, etc.). Además, después de la alerta que se produjo en Irlanda, la OCU decidió realizar pruebas de ADN para ver si en España las hamburguesas contenían carne de caballo, lo cual ha ocurrido en dos de las veinte muestras analizadas. Dichas pruebas certifican la presencia de carne de caballo sin advertirlo en el etiquetado.

La OCU quiere aclarar que no se trata de un problema de seguridad alimentaria pero sí de un engaño al consumidor. Éste cree que compra carne de vacuno y sólo de vacuno, sin presencia alguna de carne de caballo.

Respecto al análisis de calidad general, la OCU aclara que la carne picada, componente de las hamburguesas, es un producto muy perecedero que, aun estando refrigerado, debe consumirse en un día. Por eso la gran mayoría de las hamburguesas frescas envasadas llevan conservantes para alargar su vida. Además, la norma permite que los preparados de carne, otra versión de hamburguesa, lleven otros aditivos como antioxidantes, colorantes o potenciadores del sabor. Estos últimos, pese a ser inocuos, pueden enmascarar la falta de calidad del ingrediente carne.

La OCU ha detectado que 16 de las 20 hamburguesas analizadas también llevan sulfitos, otro aditivo cuya utilidad es inhibir el crecimiento de bacterias y mantener el color original de la carne. Para añadir los sulfitos, los fabricantes utilizan un truco legal: denominar a su hamburguesa como burguer meat. Esto no tendría importancia si no fuera porque los sulfitos no son inocuos en cantidades altas. Pueden ocasionar vómitos, dolores abdominales y, en personas con alergia, dolores de cabeza y náuseas. Alguna de las hamburguesas analizada lleva el 90% de la Ingesta Diaria Admisible (IDA) de sulfitos para un niño. Lo que significa que no debería de tomar más sulfitos en ese día (ni siquiera añadir kétchup o mostaza a esa hamburguesa).

Otros parámetros analizados son la grasa, aporte calórico y sal. La mayoría de hamburguesas supera con creces el contenido de grasa de una pieza de carne vacuno. Algunos productos llegan a un 23% y un 25%, porcentajes claramente excesivos, puesto que a mayor contenido graso, menor contenido proteínico.

La media de aporte calórico encontrado es de 200 Kcal por cada 100 gramos de preparado de carne. Obviamente, a mayor contenido de grasa y mayor tamaño de la hamburguesa, mayor aporte calórico. Respecto a la sal, la gran mayoría supera con creces el 1%. La OCU entiende que superar este porcentaje es excesivo y nada recomendable.

A la hora de calificar la calidad de la carne de las hamburguesas, se podría decir que son de poca calidad a un precio elevado. A juicio de la OCU sólo aprueban cinco de las analizadas: dos con excelente calidad y otras tres con una calidad aceptable. El problema es la elevada presencia de tendones y cartílagos, usados en sustitución de carne de calidad.

Un último elemento que preocupa a la OCU es la falta de transparencia en el etiquetado. La normativa de etiquetado exige que se indique el porcentaje de carne. Sin embargo, 6 hamburguesas analizadas incumplen este requisito legal, lo cual induce a error al consumidor que puede adquirir un producto creyendo que es 100% carne, ignorando que su porcentaje es mucho menor.

Para finalizar y a modo de anécdota: el panel de cocineros examinó las hamburguesas y sus comentarios no han sido muy positivos: hamburguesas con trozos duros de tendones, con trozos de huesos, secas, se curvan y por tanto se queman por un lado y quedan crudas por otro.

Con estos datos de calidad, y en especial con los resultados que han arrojado las pruebas de ADN, la OCU se ha dirigido a la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), al Ministerio de Agricultura y a las Comunidades Autónomas exigiendo una explicación y una investigación urgente que aclare cómo ha llegado la carne de caballo a unas hamburguesas que no mencionan nada de ello en su etiquetado.

La OCU pide además que se depuren responsabilidades y, en su caso, se impongan las sanciones correspondientes a los infractores. La OCU denuncia que los controles son inexistentes o, en muchos casos, insuficientes y que el consumidor necesita estar informado por otros canales para estar seguro de que lo que está comprando es realmente lo que desea comprar.

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Sanidad prepara una encuesta nacional para conocer qué comen los niños y adolescentes en España

Así se desprende del Plan de Actividades para 2013 de dicha agencia, al que ha tenido acceso Europa Press, ante la necesidad de recopilar “datos actuales” sobre el consumo de alimentos en este grupo de población, cuyos índices de sobrepeso y obesidad se están incrementando notablemente en los últimos años.

Según datos de la AESAN, el sobrepeso afecta ya al 26,1 por ciento de los niños españoles de entre 6 y 9 años de edad, mientras que el 19,1 por ciento presenta obesidad, por lo que más de un 45 por ciento de los menores en esa franja de edad tiene algún problema de exceso de peso.

La encuesta, que comenzó a gestarse a finales de 2012, no finalizará hasta octubre de 2014, y su realización ha sido posible gracias a una ayuda de la Agencia Europea para la Seguridad de los Alimentos (EFSA, en sus siglas en inglés) de 60.000 euros.

No obstante, ésta no es la única iniciativa enfocada a la población infanto-juvenil, ya que a lo largo de este año también está prevista la elaboración del Plan quinquenal 2013-2017 de la Estrategia de la Nutrición, Actividad física y prevención de la Obesidad (NAOS).

La Estrategia abarcará todas las etapas de la vida pero priorizará las medidas dirigidas a la infancia, adolescencia y a las mujeres gestantes, y prestará especial atención a las necesidades de los grupos socio-económicos más vulnerables, “con el fin de reducir y evitar las desigualdades en alimentación, actividad física, obesidad y salud”.

Asimismo, se firmará y publicará un nuevo código PAOS de autorregulación sobre publicidad de alimentos y bebidas que amplíe el código existente, de forma que también contemple la autorregulación en los mensajes publicitarios de alimentos y bebidas dirigidos a usuarios de Internet en menores de 15 años.

La AESAN también tiene previsto en 2013 el diseño y desarrollo como parte de una campaña de prevención de la obesidad distintas estrategias que incluyen la utilización de las nuevas tecnologías y redes sociales, transmitiendo hábitos de vida saludables en el ámbito de la alimentación y promoción de la actividad física.

En este ámbito también destaca la reciente aprobación del Observatorio para la nutrición y estudio de la obesidad, y a lo largo del año se conformará el Comité Ejecutivo y el Comité Técnico Asesor, se pondrá en marcha la página web, y se diseñarán algunos estudios y trabajos técnicos.

Análisis de la composición de los alimentos

Por otro lado, entre las actividades de este organismo de Sanidad para 2013 también está prevista la actualización de la Base de Datos de Composición de Alimentos (Bedca), con más de 500 entradas de alimentos después de que se detectaran “carencias de datos” respecto a la composición de alimentos relevantes en la dieta española.

Este hecho, según explica este organismo, hacía que hubiera que acudir a bases de datos de otros países o a datos de composición, “cuya calidad no ha sido contrastada con los estándares europeos”.

Asimismo, también se pondrá en marcha una base de datos de expertos en seguridad alimentaria y nutrición, que permitirá conocer mejor su disponibilidad a colaborar en sus áreas de experiencia.

La AESAN tiene previsto potenciar igualmente la lucha contra el desperdicio de alimentos, apoyando las actividades que ya se han comenzado por parte de las asociaciones de operadores económicos del sector alimentario y de otras Administraciones competentes asesorando en materia de higiene, como interlocutores de las actuaciones en esta materia en el espacio europeo e internacional y en campañas de información y educación que tienen al consumidor como protagonista.

Para perder peso, mejor comer pronto al mediodía

A partir de ahora las dietas para perder peso también deberán tener en cuenta, además de los alimentos que la componen, en qué momento del día se realiza cada comida, después de que un estudio haya demostrado que quienes comen antes de las tres tienen más probabilidades de adelgazar que quienes lo hacen más tarde.

Así se desprende de los resultados de un estudio de la Universidad de Murcia, en colaboración con las de Harvard y Tufts (Estados Unidos), publicado en el último número de la revista International Journal of Obesity.

“Aquellos individuos que comen tarde -después de las 3 de la tarde- muestran una pérdida de peso significativamente menor que los que comen temprano”, ha explicado al Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC) Marta Garaulet, catedrática de Fisiología de la Universidad de Murcia y autora principal de este estudio.

Frank Scheer, neurocientífico la Harvard Medical School y autor senior del estudio, destaca que futuras estrategias terapéuticas de adelgazamiento deberán tener en cuenta el momento de la comida y no sólo el consumo de calorías y de macronutrientes, como se ha venido haciendo hasta ahora.

Para llevar a cabo la investigación, los investigadores contaron con 420 participantes con sobrepeso que siguieron durante 20 semanas un tratamiento de pérdida de peso basado en la dieta mediterránea.

Al inicio del estudio se les dividió en dos grupos, los que comían temprano al mediodía y los comedores tardíos, teniendo en cuenta que en esta comida es en la que se ingieren el 40 por ciento de todas las calorías diarias.

Posteriormente analizaron el horario del desayuno y de la cena –comidas más pequeñas y menos energéticas– y comprobaron que en ambos casos no influye en la pérdida de peso.

Sin embargo, sí que observaron que los comedores tardíos, quienes perdieron menos peso, también consumieron menos calorías durante el desayuno y era más probable que incluso se lo saltasen.

Además se han examinado también otros factores que desempeñan un papel en la pérdida de peso, tales como la ingesta de energía y el gasto, o las hormonas del apetito y la duración del sueño. Sorprendentemente, se ha encontrado que todos estos factores fueron similares entre ambos grupos.

Sin embargo, los comedores tardíos resultaron ser más nocturnos y presentaron con más frecuencia una variante génica en el gen Clock, que codifica una proteína implicada en el reloj circadiano que marca los horarios de nuestro organismo.

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El Gobierno estudia ampliar la caducidad de algunos alimentos

Lo que estamos haciendo “en el caso del yogur, al igual que en muchos más productos, es ver si prolongamos la vida útil. Lo que nos pide la industria es prolongarlo casi una semana frente a los 28 días actuales”, indicó el titular de Agricultura en una entrevista en Antena 3 recogida por Europa Press.

En este sentido, explicó que será la Agencia de Seguridad Alimentaria la que decida si la fecha debe ser de caducidad o de consumo preferente. Así, la revisión de la fecha de caducidad de los alimentos se hará “salvaguardando siempre la salud del consumidor”, ha matizado el director general de la Industria Alimentaria, Fernando Burgaz.

“No puede ser que en la Unión Europea haya cerca de 89 millones de toneladas que se tiran al año en buen estado y en España, 7,7 millones de toneladas, el 42% en los hogares”, señaló Arias Cañete.

El ministro comentó que su Departamento ha iniciado ya la revisión de todas las normas de calidad de los productos para un nuevo etiquetado, teniendo en cuenta que la fecha de caducidad y la de consumo preferente son dos cosas diferentes. “Son procesos lentos”, dijo Arias Cañete, quien ha apuntado que este año podrían estar finalizados.

En este punto Burgaz ha explicado que, con carácter general, existen dos tipos de fechas en las etiquetas. Por un lado, aquellas que tienen establecida una fecha de caducidad para productos que, transcurrido un tiempo, su consumo podría resultar perjudicial para la salud; y, por otro, las fechas de consumo preferente para los productos ya elaborados o transformados, que pone libremente el productor, y que indica la fecha en que el producto puede perder alguna de sus cualidades organolépticas, pero que es apto para el consumo.

“Llevamos mucho tiempo trabajando en una estrategia para la reducción y valorización de los alimentos desechados. Estamos haciendo una estrategia para ver cómo evitar pérdidas en la producción, transformación y comercialización en los hogares”, ha señalado.

“Despilfarro insostenible”

Por otra parte, Arias Cañete denunció el “despilfarro intolerable insostenible” de comida cuando “hay mucha gente con necesidades alimenticias que tiene que satisfacer cada día; las necesidades son inmensas”.

En este sentido, alertó que cada año se desperdician en España 7,7 millones de toneladas de alimentos, el 42 por ciento en los hogares, y que esta cifra asciende en la Unión Europea a los 42 millones de toneladas.

Asimismo, recordó que España se encuentra “en una situación, por la crisis económica, en la que hay muchas personas que tienen necesidades alimenticias que están cubriendo las ONG, Cáritas, los bancos de alimentos, la Iglesia y los comedores de la Iglesia”. Así, subrayó la necesidad de “facilitar los canales para abastecer a estas organizaciones de una materia prima que es perfectamente saludable pero que a lo mejor no tiene la apariencia suficiente para venderla en una gran superficie”.

Por ello, Arias Cañete aseguró que el ministerio que preside está revisando las normas de calidad de los productos para “hacerlas lo más flexibles posible y buscar vías por las que se puedan aprovechar los alimentos”.

Además, destacó la existencia de campañas “muy interesantes” para transformar los alimentos perecederos en mermelada, zumo y otros productos que puedan ser distribuidos a través de los bancos de alimentos. El ministro indicó que tratará de coordinar todas estas campañas “para evitar que se desperdicien alimentos en perfecto estado para ser consumidos, en una situación económica en que hay mucha gente que tiene que satisfacer sus necesidades alimenticias todos los días.

Por otra parte, alabó también la iniciativa No lo tiro de algunos restaurantes en Madrid y Barcelona, que promueven que los clientes se lleven la sobra de sus raciones a casa para calentarlas y consumirlas posteriormente. También ha recordado que los restaurantes españoles tiran al año un total de 63.000 toneladas de alimentos.

Por último, indicó que la Unión Europea ha exigido que España reduzca sus desperdicios de comida a la mitad para 2023 y ha señalado que, para ello, el ministerio está “realizando una reflexión” para averiguar en qué partes del proceso se tiran los alimentos y optimizarlas para que los alimentos lleguen a aquellos que los necesitan”, a lo que ha añadido que “las necesidades son inmensas”.

La caducidad de los yogures sería más amplia si se mantienen en frío

La profesora de Nutrición y Bromatología de la Universidad CEU San Pablo, Esther Carrera, ha asegurado que “el yogur es uno de esos alimentos en los que, si se conserva en óptimas condiciones de refrigeración, podría aumentar su periodo de caducidad”.

En concreto, la condición que lo permitiría es la de su “estabilidad microbiológica”. “En los alimentos que ostentan esta cualidad en alto grado se puede pensar en una ampliación de los días aptos para el consumo sin que se vea comprometido su nivel de seguridad alimentaria”, ha explicado Carrera.

En todo caso, según ha matizado, “cualquier prolongación de la fecha de caducidad debería ir precedida de la seguridad de que dicha ampliación no afecte negativamente a la inocuidad o a la calidad del alimento”.

En este sentido, ha recordado que la legislación comunitaria establece, en el caso de alimentos microbiológicamente muy perecederos, como el pescado o la carne crudos, una equiparación entre la fecha de duración mínima y la fecha de caducidad, considerándose alimentos no seguros aquellos que vean superada su fecha de caducidad.

Actualmente, con la excepción de ciertos alimentos como los huevos, la responsabilidad de fijar las fechas de caducidad y de consumo preferente recae en los productores. Son éstos, según ha explicado, “los encargados de hacer los estudios experimentales de vida útil teniendo en cuenta criterios de seguridad y calidad alimentaria”.

“El objetivo es ofrecer al consumidor alimentos que mantengan sus propiedades de inocuidad y calidad siempre y cuando se consuman dentro de la fecha de duración establecida y se hayan conservado en las condiciones que recomienda el fabricante”, ha concluido.

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Las dietas milagro no están científicamente probadas y sólo sirven a corto plazo

Asimismo, han alertado de que estas dietas habitualmente son recomendadas por personas que no son expertas en nutrición y se publicitan a través de medios de comunicación no especializados, con un interés “meramente” económico por parte de los promotores o vendedores.

“Son dietas que se ponen de moda, aparecen cada cierto tiempo y su popularidad aumenta a gran velocidad, alejándose de las recomendaciones nutricionales médicas específicas para la población a la que van dirigidas. Asimismo, se caracterizan porque la persona tiene que hacer un esfuerzo mínimo para lograr los resultados, lo que resulta muy tentador para la mayoría de las personas que quieren perder peso”, ha explicado Lourdes Carrillo, coordinadora del Grupo de Nutrición y Alimentación de Semfyc.

“Para perder peso hay que acudir a un profesional de la salud, ya que las soluciones mágicas no existen. Y es necesario que la población se conciencie de que para controlar el peso es más eficaz mantener unos buenos hábitos alimenticios que hacer una dieta de forma transitoria”, ha comentado Carrillo.

En este sentido, la experta ha recomendado a las personas que quieren perder peso que realicen “pequeños” cambios en su alimentación diaria para que puedan mantenerse a largo plazo, primando un equilibrio de los nutrientes ingeridos adaptado al estado físico.

Los hidratos de carbono son necesarios para el organismo y el cerebro

Las dietas milagro pueden agruparse en: dietas hipocalóricas no equilibradas; dietas disociadas, como la Dieta Montignac; y dietas excluyentes, como la Atkins o la Dukan, en la que se restringen los hidratos de carbono a favor de las proteínas y grasas, con el resultado de una rápida pérdida de peso, difícil de mantener a largo plazo.

En este sentido, la doctora Carrillo ha recordado que los hidratos de carbono son una de las principales fuentes de energía del organismo y la única utilizable por el cerebro. “La restricción de hidratos de carbono, como cereales, legumbres, verduras o frutas lleva a una rápida pérdida de peso, fundamentalmente a expensas de líquido extracelular, además de pérdidas de calcio, potasio y otras vitaminas y minerales”, ha recalcado.

De esta forma, ha proseguido, “mantener este hábito a largo plazo puede acarrear otras importantes consecuencias para la salud como, por ejemplo, daño cerebral, hepático o renal, trastornos del metabolismo de los lípidos, osteoporosis o estreñimiento”.

Asimismo, en estas dietas hipocalóricas además de líquido, la pérdida de peso se produce a costa del tejido muscular y no tanto del tejido adiposo -grasa-, cuyo acumulo excesivo es el verdadero problema del sobrepeso y la obesidad.

Tanto es así que, según ha argumentado Carrillo, una vez que se consigue el objetivo inicial de pérdida de peso, el regreso progresivo a la alimentación habitual conlleva una ganancia de peso a expensas de agua y grasa, ya que la masa muscular perdida no se vuelve a recuperar.

“Esta pérdida definitiva de músculo lleva a una readaptación del metabolismo energético del organismo, cuyas necesidades de calorías disminuyen, lo que justifica expresiones frecuentes como, por ejemplo, que cada vez como menos y engordo más”, ha concluido la experta.