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Alimentación y consejo nutricional al alta hospitalaria

Hasta prácticamente la mitad del siglo XX la terapéutica médica estaba basada en el ajuste de la dieta y por ello el consejo dietético era una parte integral fundamental de la terapia nutricional. Pero esto ha cambiado hasta el punto que la Sociedad Americana de Dietistas, sacó el concepto de Medical Nutrition Therapy (MNT) o terapéutica médica nutricional que hay que llevar a cabo.

Objetivos principales del consejo nutricional

El consejo nutricional puede referirse a dos aspectos: la terapia nutricional médica o bien la prevención y tratamiento de la desnutrición. La terapia nutricional médica son las modificaciones de la dieta que permiten corregir los defectos metabólicos asociados a cada enfermedad. Por su parte el otro concepto de prevención y tratamiento de la desnutrición está de moda. En España la SENPE en colaboración con otras 20 sociedades está empeñada en combatir la malnutrición hospitalaria.

La desnutrición es el desequilibrio entre los requerimientos de los distintos nutrientes y el aporte que recibe el enfermo y se produce bien porque el enfermo no come, porque tiene pérdidas aumentadas o requerimientos aumentados.

Lo que pretendemos con el consejo nutricional es adaptar los nutrientes a las características de cada patología para obtener un beneficio terapéutico. Por ejemplo en la insuficiencia renal crónica está alterado el metabolismo del nitrógeno y de los electrolitos, aumenta la concentración de potasio, fósforo, etc., y con un buen consejo nutricional podemos contribuir a la corrección de esos defectos metabólicos.

Es importante que en el consejo nutricional evitemos que la dieta terapéutica conduzca o bien a una disminución de la ingesta o a un aumento de pérdidas. Por ejemplo un paciente con una insuficiencia pancreática o una pancreatitis crónica alcohólica o autoinmune, que no tiene bien ajustada la mediación, según la dieta que le demos puede tener un aumento de pérdidas de grasa por vía fecal.

El consejo nutricional a lo largo de la historia ha sido parte fundamental de la prescripción terapéutica pero hemos tenido alguna debilidad, como la diversidad de tradiciones u opiniones subjetivas. Hay que buscar el fundamento científico y por lo tanto las recomendaciones tienen que basarse en los conocimientos científicos.

Proyecto de recomendaciones nutricionales al alta hospitalaria

El proyecto pretende abordar de manera sistemática las distintas patologías y proporcionar herramientas para facilitar la práctica clínica habitual, de tal manera que los pacientes pudieran hacer bien la dieta terapéutica que se ha prescrito al alta, y adecuar las recomendaciones a un lenguaje asequible a pacientes y cuidadores.

En el año 2001 se publicó un libro de recomendaciones nutricionales y como la primera edición se agotó se hizo una segunda edición hace un año. Este proyecto se ha dividido en dos partes: una de ellas es para el profesional donde se explican los objetivos e indicaciones de la recomendación nutricional con los aspectos fisiopatológicos y la modificación de la dieta, y por otra están las recomendaciones para cuidadores y pacientes.

En muchas profesiones el lenguaje críptico es un signo de distinción, pero esto hace que a veces sea difícil la comunicación entre el profesional y el usuario. Por ello en la literatura jurídica empezó el movimiento Plain English, del lenguaje llano, para simplificar la manera de expresarse de estas profesiones que tienden a la complejidad. Hay que perder el miedo al lenguaje sencillo y llano. Hay que dar mensajes nítidos y sencillos.

Las características básicas del consejo nutricional deben ser: claridad y accesibilidad de las recomendaciones, para disminuir el riesgo de ilegibilidad, y coherencia en la terminología, unidades y conceptos dietéticos utilizados en cada especialidad.

Plan de tratamiento

Hay que tener en cuenta cinco apartados: establecer objetivos, tratamiento de las patologías presentes, mejorar la ingesta nutricional, control y revisión, y re-analizar cada paciente con riesgo nutricional cuando cambie de nivel sanitario.

Con la intervención nutricional queremos que coman bien, ofrecer comidas atractivas y nutritivas y, al final, si no comen hay que pensar en los suplementos nutricionales. Queremos que la gente tenga buenos hábitos alimentarios, con fortificación y consejo nutricional. El objetivo de la fortificación de alimentos es aumentar la densidad energética y proteica de la dieta.

Pocos estudios disponibles

Tenemos que pensar qué objetivos queremos alcanzar: ¿mejorar la ingesta de un rango de nutrientes o mejorar la recuperación? En general faltan ensayos clínicos que demuestren la eficacia del consejo nutricional (éste no tiene ningún interés comercial detrás y es difícil conseguir financiación para los estudios). Por lo que pocos ensayos han demostrado la eficacia de la modificación dietética con el consejo nutricional y en la mayoría de los casos no se menciona quién realizó el consejo dietética o en qué forma se hizo.

Respecto a los suplementos nutricionales orales también hay poca información. En un trabajo hecho en Holanda (publicado en el 2011) en un hospital a un grupo de pacientes (grupo de intervención) se les daba una dieta enriquecida en energía y proteínas, y al alta dos suplementos líquidos comerciales de vitaminas y seis consultas por teléfono de una dietista para enseñarle a hacer bien el tratamiento nutricional que se les había prescrito y comprobar que se estaban tomando los suplementos. Por otra parte el grupo control hacia el tratamiento habitual (al alta el médico le decía al paciente que coma sin sal).

Los resultados mostraron que el peso aumentaba en el grupo de intervención más que en el control, disminuyendo un poco las limitaciones funcionales, pero no había diferencias significativas en cuanto a la capacidad de hacer actividades físicas, calidad de vida, masa libre de grasa o fuerza de prensión. Además tampoco había diferencias respecto a los costes sanitarios.

En el año 2003 se publicó el libro Disease Related Malnutrition para estudiar la evidencia que había sobre los suplementos nutricionales orales (estaba financiado por una empresa de nutrición enteral) y los resultados eran favorables a la suplementación oral en cuanto que se aumentaba la ingesta de energía, proteínas y micronutrientes con beneficios clínicos significativos.

En nuestro hospital se hizo una revisión de los suplementos nutricionales y en general nos llamó la atención que en estos tipos de estudios la población incluida era muy heterogénea, así como las variables estudiadas y el tipo de suplementos analizado. Además la duración del estudio suele ser muy corta.

De manera que se puede decir que el nivel de evidencia es I o II para recomendar el uso de suplementos después de cirugía, en pacientes con EPOC, hepatopatía crónica, fibrosis quística, sida, y en ancianos.

En una revisión de la evidencia Cochrane se vio que la intervención nutricional con suplementos no era significativamente favorable al empleo de dichos suplementos y se concluía que no hay suficientes pruebas de alta calidad para determinar si la administración de asesoramiento dietético y los suplementos nutricionales mejoran los resultados de las personas con desnutrición secundaria a una enfermedad. Parece que a corto plazo hay aumentos de peso, de fuerza de prensión y mejora en medidas antropométricas comparado con el asesoramiento dietético único. Pero no está claro si estas mejoras se mantienen a largo plazo.

AND y ESPEN

En la página web de la Academy of Nutrition and Dietetics (AND) se alojan guías de práctica clínica (http://www.adaevidencelibrary.com/default.cfm?auth=1).

Además se están haciendo estudios para observar la eficacia comparativa de los servicios de terapia médica nutricional, así como el coste-eficacia, coste-beneficio o el ahorro económico para pacientes ingresados, ambulatorios, o para la prevención de la diabetes.

También esta asociación americana tiene revisiones de la evidencia para hipertensión, diabetes, diabetes gestacional, trastornos del metabolismo lipídico, insuficiencia cardiaca y oncología.

Por otra parte, la European Society for Clinical Nutrition and Metabolism (Espen) también tiene una serie de guías de práctica clínica orientadas por procedimiento específico, aunque actualmente la tendencia es cambiar y se ha publicado en el número de octubre de Clinical Nutrition (Volume 30, Issue 5 , Pages 549-552, October 2011) el nuevo esquema de funcionamiento para hacer guías que soporten la práctica clínica del consejo nutricional por enfermedad -no por procedimiento-.

Se identifica una lista de enfermedades donde es deseable tener unas recomendaciones específicas para el manejo nutricional. Para ello se usa el sistema de fuerza y evidencia GRADE (Grading of Recommendations Assessment, Development and Evaluation) y en dos años se quiere establecer el comité que va a escribir las guías y finalmente se escribirá un informe que será publicado. Las dos primeras guías que se van a hacer son para fibrosis quística y para el cáncer.

En conclusión

Para concluir decir que el consejo nutricional ha formado parte de la terapéutica desde los albores de la medicina, que nos tiene que caracterizar la calidad de la recomendación basada en la mejor información disponible y que tenemos que saber traducir en alimentos de la calle para que podamos ayudar a los pacientes a alargar sus vidas.

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Alimentación y nutrición hospitalaria: Servicios Médicos

El objetivo primordial de los servicios de alimentación es evitar la desnutrición. Un libro editado en el año 90 Introducción a la Nutrición Clínica y Dietética recoge una ponencia llamada Planificación general de las Unidades de Nutrición Clínica y Dietética, su ubicación en el organigrama, dotación de personal y distribución de funciones, del doctor García Almansa. Se trata de un documento clarificador y clarividente.

Planificación de las Unidades de Nutrición

El doctor García Almansa justificaba que se necesitan para atender a los pacientes desde el punto de vista de la alimentación y nutrición por la prevalencia -de malnutrición- que cada vez tiene mayor importancia en grupo marginales porque la población va envejeciendo, por las enfermedades crónicas, por la polimedicación, etc. Además como ya se publicó en los años 70 la mitad de los pacientes que estaban ingresados en una unidad de cirugía presentaban desnutrición.

En esa ponencia del doctor García Almansa la alimentación hospitalaria es la resultante de una serie de vectores en los cuales intervienen muchos factores. La dirección podría corresponder a la unidad de nutrición clínica y dietética, pero interactúan los servicios médicos, bromatólogo, personal de enfermería, medicina preventiva, servicio de farmacia y, no hay que olvidar, los servicios administrativos. En la unidad de nutrición clínica y dietética trabajan médicos, dietistas, enfermeras, bromatólogo e interactúa con el personal que trabaja en planta y cocina.

La alimentación oral supone más del 90 % de todo el esfuerzo y atención que se presta a los pacientes y que tiene que ser el eje medular de cualquier unidad.

Al médico se le sigue reconociendo la indicación del tratamiento nutricional del paciente. Y la unidad de dietética presta a su personal para supervisar y aconsejar la dieta y las progresiones de la dieta. Las valoraciones del estado nutricional lo ideal es que el personal de planta las asumiera como propias ya que el personal de las unidades de dietética no es suficiente para hacer unas valoraciones nutricionales y, a veces, el personal de planta se desvincula un poco de la vigilancia que hay que tener sobre el estado nutricional de los pacientes. Por otra parte no hay duda que en cocina la dietista tiene que ser vista como una cómplice del cocinero. Y éste es un puesto clave y de la mayor importancia.

Respecto a las competencias en nutrición artificial y en concreto en la nutrición enteral el doctor García Almansa proponía que los servicios médicos podían hacer la indicación y el personal de dietética supervisar en parte las vías de administración, formas, etc. En nuestro hospital siguiendo algunas recomendaciones posteriores toda la nutrición artificial la tenemos totalmente centralizada, tanto la enteral como la parenteral, en la unidad de nutrición. Ahora bien si un médico quiere prescribir un determinado tratamiento, nosotros lo supervisamos.

Implantación de las Unidades de Nutrición

Antonio Villarino en el 2001 hizo un estudio en más de 200 centros y concluyó que solamente 88 – menos del 40% – tienen unidad de nutrición. Andalucía sí contaba con bastantes unidades, igual que Cataluña y Madrid. Respecto a la contratación de personal Andalucía contrata a dietistas o técnicos en hospitales y tienen pocos en las contratas, Cataluña tiene casi mitad y mitad, y Madrid no tiene en los hospitales y sí en las contratas. Cada comunidad funciona por su cuenta.

Un documento de una resolución del año 2003 -con gran difusión- reconocía en el preámbulo como un derecho universal una alimentación sana y saludable, y que era indigno hablar de pacientes desnutridos. Además se decía que generaba una serie de gastos. Y respecto al tema de los profesionales hablaba de la falta de formación en el ámbito de nutrición. La formación es un punto clave. Habría que incorporar tanto en pre como en postgrado conocimientos de nutrición en todos los estamentos y a todos los niveles.

Hay que destacar que dentro de los servicios médicos se ha incluido en los derechos de los pacientes que las visitas médicas y los procedimientos diagnósticos no interfieran en los horarios de comida. Es importante respetar la hora de la comida.

Cartera de servicios

Desde el año 2003 las unidades de nutrición y dietética están contempladas en el Real Decreto que ordena a los centros y se reconocen como una de las unidades que existen por precepto legal y bajo la responsabilidad de un facultativo. En el año 2007 se crea la cartera de servicios -que se está revisando en la actualidad-. Hay que prestar el soporte de consultas nutricionales a todo el resto de servicios médicos y hay una parte de gestión que asumen las unidades de nutrición. También en la cartera de servicios se establecen unas ratios de médicos, enfermeros, dietitas, bromatólogos y administrativos.

En el hospital Ramón y Cajal se dice que la unidad de nutrición clínica y dietética es una unidad asistencial hospitalaria destinada al diagnóstico terapia nutricional que tiene características de servicio central dentro del hospital, y que se relaciona con todas las aéreas del hospital. Sus competencias son garantizar la alimentación, valorar y evitar la desnutrición, proporcionar los tratamientos nutricionales y todas las consultas, e incluso programas preventivos en algunos colectivos -por ejemplo en trastornos de conducta alimentaria, enfermos oncológicos, renales, etc.- También en ese hospital se recoge la importancia de centralizar el soporte nutricional.

La grasa que perjudica el corazón, puede tener el mismo efecto en el cerebro

Un nuevo estudio del Hospital Brigham and Women, en los Estados Unidos, ha descubierto que ciertos tipos de grasa se asocian a una peor memoria, y función cognitiva global. Se ha sabido durante años que comer demasiados alimentos que contengan grasas nocivas, como las grasas saturadas, no es saludable para el corazón. Además, según la nueva investigación, el consumo de este tipo de grasas también se asocia con una peor función cognitiva general, y de la memoria, en las mujeres, a largo plazo.

Por el contrario, las grasas monoinsaturadas se asocian con una mejor función cognitiva general, y de la memoria. Este estudio ha sido publicado en Annals of Neurology, la revista de la Asociación Americana de Neurología y la Sociedad de Neurología Infantil.

El equipo de investigación analizó los datos del Women”s Health Study -con una cohorte de casi 40.000 mujeres, mayores de 45 años. Los investigadores se centraron en los datos de un subgrupo de 6.000 mujeres, todas mayores de 65 años. Estas mujeres participaron en tres pruebas de función cognitiva, las cuales fueron espaciadas cada dos años.

“Al observar los cambios en la función cognitiva, encontramos que la cantidad total de la ingesta de grasa no importa, sino que lo relevante es el tipo de grasa consumida”, explica Olivia Okereke, del Departamento de Psiquiatría.

Las mujeres que consumían las mayores cantidades de grasas saturadas, que pueden provenir de grasas de origen animal, como la carne roja y la mantequilla, en comparación con aquellas que consumieron las cantidades más bajas, mostraron una peor función cognitiva general, y una peor memoria. En cambio, las mujeres que consumían más grasas monoinsaturadas, que se pueden encontrar, por ejemplo, en el aceite de oliva, mostraron mejores patrones de puntuaciones cognitivas.

“Nuestros hallazgos tienen importantes implicaciones para salud pública”, afirma Okereke, quien añade que “consumir grasa buena, en lugar de grasa mala, es una modificación de la dieta bastante simple, que podría ayudar a prevenir la disminución de la capacidad de memoria”.

Okereke concluye que las estrategias para prevenir el deterioro cognitivo en las personas mayores son particularmente importantes, ya que incluso las disminuciones sutiles en el funcionamiento cognitivo pueden conducir a un mayor riesgo de desarrollar problemas más serios, como la demencia y la enfermedad de Alzheimer.

El ejercicio físico y los buenos hábitos alimenticios pueden reducir un 40 por ciento de los tumores

La Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR) asegura que la realización de ejercicio físico y los buenos hábitos alimenticios pueden reducir la incidencia global de tumores en un 40 por ciento de los casos, especialmente de mama, colon y esófago, lo que equivaldría a cuatro millones de casos al año en todo el mundo.

Un tercio de todas las defunciones por tumores malignos están justificados por una mala situación nutricional, y es que la malnutrición del paciente oncológico se debe a factores relacionados directamente con el tumor, por la liberación de sustancias anorexígenas -que disminuyen el apetito- o por el aumento de los requerimientos energéticos.

Además, también influyen distintos tratamientos administrados como la cirugía, la radioterapia o la quimioterapia, que provocan una disminución de la ingesta habitual o una dificultad para el paso normal de los alimentos por el tracto digestivo -disfagia-.

Y es que, está demostrado que la malnutrición disminuye la calidad de vida en estos pacientes, especialmente por la pérdida de masa muscular, astenia y por su influencia negativa sobre el aspecto psíquico. Un hecho que implica una mayor necesidad de asistencia sanitaria en general, ya que en muchos casos el estado nutricional del paciente es más importante para la calidad de vida y supervivencia que el propio estado del tumor o tratamiento que se administra.

Asimismo, uno de los signos más frecuentes y complejos a la hora de abordar en los pacientes con cáncer es la pérdida involuntaria de peso, anorexia-caquexia. Según explica el vocal de SEOR, Jorge Contreras, “los trastornos nutricionales se manifiestan con más frecuencia en los estadios avanzados aunque”, apostilla, “no siempre es así ya que se pueden presentar entre el 15 y el 35 por ciento de los casos en etapas muy iniciales de la enfermedad, y entre el 60 y el 80 por ciento en las fases más avanzadas de la enfermedad”.

El 35 por ciento de los tumores se debe a la alimentación

Según el National Cancer Institute, aproximadamente un 35 por ciento de los tumores tienen su origen o se relacionan con determinados hábitos alimentarios, una magnitud similar a la que se le relaciona con el tabaco.

No obstante, en la actualidad, existen numerosos estudios publicados que permiten generalizar una serie de recomendaciones en relación a la alimentación como son, por ejemplo, evitar o reducir el consumo de los alimentos relacionados con ciertos tipos de neoplasias, fomentar el consumo de alimentos que se consideran protectores o que previenen la aparición de determinados tipos de cáncer y mejorar la forma de conservación y/o preparación de los alimentos.

Asimismo, estos estudios muestran una estrecha relación entre la dietas hipercalóricas y con alto contenido en grasa con una mayor incidencia y mortalidad de tumores de origen mamario, colon, recto y próstata, y, en menor medida, con los ginecológicos -ovario, endometrio- y páncreas. De hecho, los hombres con un sobrepeso mayor del 40 por ciento tienen mayor riesgo de morir por cáncer colorrectal y las mujeres de un tumor de mama, endometrio u ovario.

“Por ello, se debería reducir el consumo de carne roja y grasa animal y cambiarla por carne magra, pescado, pollo (sin piel), leche y derivados lácteos desnatados, utilizar aceite de oliva, que por otro lado conlleva una disminución del colesterol”, explica el experto.

Pero también otros alimentos, como por ejemplo el aumento de consumo de fibra vegetal en la dieta, tienen un claro efecto protector “con mayor intensidad en los tumores de colon y mama, aunque también se manifiesta en los tumores aero digestivos superiores como cavidad oral, faringe, esófago o estómago”. En este sentido, el especialista recomienda aumentar su consumo diario mediante una mayor ingesta de frutas, vegetales, cereales y legumbres.

El ejercicio físico y los buenos hábitos alimenticios pueden reducir un 40 por ciento de los tumores

La Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR) asegura que la realización de ejercicio físico y los buenos hábitos alimenticios pueden reducir la incidencia global de tumores en un 40 por ciento de los casos, especialmente de mama, colon y esófago, lo que equivaldría a cuatro millones de casos al año en todo el mundo.

Un tercio de todas las defunciones por tumores malignos están justificados por una mala situación nutricional, y es que la malnutrición del paciente oncológico se debe a factores relacionados directamente con el tumor, por la liberación de sustancias anorexígenas -que disminuyen el apetito- o por el aumento de los requerimientos energéticos.

Además, también influyen distintos tratamientos administrados como la cirugía, la radioterapia o la quimioterapia, que provocan una disminución de la ingesta habitual o una dificultad para el paso normal de los alimentos por el tracto digestivo -disfagia-.

Y es que, está demostrado que la malnutrición disminuye la calidad de vida en estos pacientes, especialmente por la pérdida de masa muscular, astenia y por su influencia negativa sobre el aspecto psíquico. Un hecho que implica una mayor necesidad de asistencia sanitaria en general, ya que en muchos casos el estado nutricional del paciente es más importante para la calidad de vida y supervivencia que el propio estado del tumor o tratamiento que se administra.

Asimismo, uno de los signos más frecuentes y complejos a la hora de abordar en los pacientes con cáncer es la pérdida involuntaria de peso, anorexia-caquexia. Según explica el vocal de SEOR, Jorge Contreras, “los trastornos nutricionales se manifiestan con más frecuencia en los estadios avanzados aunque”, apostilla, “no siempre es así ya que se pueden presentar entre el 15 y el 35 por ciento de los casos en etapas muy iniciales de la enfermedad, y entre el 60 y el 80 por ciento en las fases más avanzadas de la enfermedad”.

El 35 por ciento de los tumores se debe a la alimentación

Según el National Cancer Institute, aproximadamente un 35 por ciento de los tumores tienen su origen o se relacionan con determinados hábitos alimentarios, una magnitud similar a la que se le relaciona con el tabaco.

No obstante, en la actualidad, existen numerosos estudios publicados que permiten generalizar una serie de recomendaciones en relación a la alimentación como son, por ejemplo, evitar o reducir el consumo de los alimentos relacionados con ciertos tipos de neoplasias, fomentar el consumo de alimentos que se consideran protectores o que previenen la aparición de determinados tipos de cáncer y mejorar la forma de conservación y/o preparación de los alimentos.

Asimismo, estos estudios muestran una estrecha relación entre la dietas hipercalóricas y con alto contenido en grasa con una mayor incidencia y mortalidad de tumores de origen mamario, colon, recto y próstata, y, en menor medida, con los ginecológicos -ovario, endometrio- y páncreas. De hecho, los hombres con un sobrepeso mayor del 40 por ciento tienen mayor riesgo de morir por cáncer colorrectal y las mujeres de un tumor de mama, endometrio u ovario.

“Por ello, se debería reducir el consumo de carne roja y grasa animal y cambiarla por carne magra, pescado, pollo (sin piel), leche y derivados lácteos desnatados, utilizar aceite de oliva, que por otro lado conlleva una disminución del colesterol”, explica el experto.

Pero también otros alimentos, como por ejemplo el aumento de consumo de fibra vegetal en la dieta, tienen un claro efecto protector “con mayor intensidad en los tumores de colon y mama, aunque también se manifiesta en los tumores aero digestivos superiores como cavidad oral, faringe, esófago o estómago”. En este sentido, el especialista recomienda aumentar su consumo diario mediante una mayor ingesta de frutas, vegetales, cereales y legumbres.

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Aumentan las alergias por anisakis del pescado

Las reacciones a larvas de anisakis han registrado un repunte en lo que va de año en España, según el doctor Alvaro Daschner, del Servicio de Alergología del Hospital Universitario de La Princesa de Madrid.

“Mientras que el porcentaje de sensibilizaciones a anisakis en pacientes atendidos con patología cutánea o sospecha de alergia a alimentos en los años 2009 a 2011 se encontraba entre el 21 y 29 por ciento, sólo en los 3 primeros meses de este año ha llegado a 39 por ciento”, ha precisado.

Este fenómeno puede responder a que la medida de larvas de anisakis en bacaladilla procedente del Atlántico se ha cuadriplicado esta temporada, según ha informado la Sociedad Española de Parasitología (SOCEPA).

Por su parte, la profesora de la Universidad Complutense de Madrid, Carmen Cuéllar del Hoyo, ha demostrado que la prevalencia de la anisakiosis en la Comunidad de Madrid es muy elevada en comparación con otros estudios realizados en Galicia. La relación entre la ingesta de pescado fresco y pescado no cocinado y la presencia de anticuerpos está directamente relacionada, al igual que en aquellas personas que cocinan el pescado en microondas.

Estos resultados, según los investigadores, apoyan el hecho de que la larva tiene que estar viva para ser desencadenante de la patología y que no todos los procesos culinarios de preparación de pescado son capaces de destruir las larvas de anisakis.

“La diferente prevalencia observada en Galicia y Madrid parece ciertamente debida a las diferencias en los hábitos de consumo de pescado combinada con las diferencias en la prevalencia de infección entre los pescados consumidos, ya que el consumo de platos crudos o poco cocinados es la principal vía de infección anisakis simplex en el hombre”, ha señalado Cuéllar.

Por otro lado, el investigador Florencio Martínez Ubeira, miembro del Laboratorio de Parasitología de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Santiago junto con la investigadora Teresa Gárate del Laboratorio de Parasitología del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III de Majadahonda (Madrid), ha apuntado al alérgeno Ani s 7, identificado en las larvas de anisakis simplex y con el que reaccionan la mayoría de los pacientes infectados por estos parásitos.

Actualmente ese alérgeno fue empleado para desarrollar un kit de diagnóstico que permite detectar anticuerpos en las personas enfermas de una manera “mucho más sensible” y “específica” de lo que se logra con otros métodos. Su intención es la de ser comercializado y empleado en hospitales de todo el mundo como método de referencia para el inmunodiagnóstico de la anisakiosis.

Aceites, claves para su prevención

Por otro lado, un grupo de trabajo de la Universidad de Granada, dirigido por la profesora Adela Valero, ha establecido una línea de investigación que tiene como objetivo el estudio de la actividad larvicida de productos naturales de origen vegetal frente a las larvas L3 de anisakis simplex.

Así, entre los componentes terpénicos de los aceites esenciales ensayados, el porcentaje de lesiones en la pared del tracto digestivo de los animales de experimentación, fue prácticamente nulo con el timol, geraniol, citronelol, citral o periallaldehído.

Dichos componentes se encuentran presentes en plantas de amplio uso culinario como el tomillo, orégano, limón o perilla. Además, entre estos terpenos se encontró que el porcentaje de larvas muertas recuperadas del animal al término de la experiencia fue superior al 85 por ciento, observándose alteraciones, principalmente en el tracto digestivo del parásito y, en menor medida, en la cutícula del mismo.

En contraposición, en el lote de animales control, las larvas de Anisakis desarrollaron su actividad patógena y el porcentaje de lesiones superó el 93 por ciento.

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Los abuelos, el pilar de la dieta mediterránea

Según se desprende del primer Estudio sobre la Influencia de los Abuelos en la Alimentación de los Niños realizado a 404 personas de más de 60 años, que han presentado la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD) y la Agencia de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) con motivo del Día Nacional de la Nutrición, el 64 por ciento de los abuelos preparan a sus nietos su comida habitual.

De esta forma, se favorece que los niños conozcan los alimentos de la dieta mediterránea porque, según el informe, más de la mitad de los abuelos consume tres piezas de fruta al día, y tres y cuatro veces a la semana preparan verduras y pescado. Asimismo, las personas de más de 80 años son los que aseguran tener una mejor alimentación y el 52 por ciento de ellos considera que su dieta es, y ha sido, más sana que la que tienen actualmente los niños.

Sin embargo, y a pesar de estos datos, el 67 por ciento de los abuelos cree que los nietos no comen de todo porque abusan de la carne y de los postres lácteos y evitan ingerir verdura, fruta y pescado. Unos alimentos que son esenciales para conseguir mantener una dieta sana y equilibrada y para evitar que siga aumentando el número de niños obesos y con sobrepeso en España. Por ello, en relación al postre, el 71 por ciento de los encuestados asegura que sirven habitualmente fruta a los niños.

“Los abuelos enseñan a los nietos a conocer nuevos sabores porque suelen realizar unas comidas más elaboradas”, ha asegurado el secretario general de FESNAD y presidente de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas, Giuseppe Russolillo, quién además ha advertido de que cada vez se está perdiendo la costumbre de trasmitir “los platos de cuchara”. Un hecho que, a su juicio, repercute negativamente en la alimentación y educación alimentaria de los más pequeños.

Los niños tienen que participar en la elaboración de los menús

Más allá del importante papel que juegan los abuelos en los hábitos alimentarios de los niños, los expertos han recordado la necesidad de que los padres y familiares les involucren a la hora de preparar los menús, de ir a la compra, de hacer la comida y de poner y quitar la mesa. Asimismo, han insistido en la necesidad de que se fomenten las actividades al aire libre y el deporte entre los más jóvenes.

“Los hábitos alimenticios de la infancia son los que persisten en la vida adulta y luego ya es difícil cambiarlos. Por ello, es necesario que desde la familia se les eduque en conductas saludables, hablando con ellos y haciéndoles partícipes en la elaboración de las comidas”, ha comentado el presidente de FESNAD, Jordi Salas-Salvadó.

Estas palabras han sido corroboradas por Russolillo quien, además, ha asegurado que “se ha demostrado que estas costumbres contribuyen a que se prevengan enfermedades ya que el niño está más sano y conoce lo que debe de comer. Además, aquellos padres que llevan a sus hijos a hacer la compra adquieren productos más saludables”.

Por su parte, la vocal asesora de la Estrategia NAOS de AESAN, Teresa Robledo, ha destacado la necesidad de que las familias intenten disponer de “más tiempo” a la hora de elaborar los platos porque contribuye a tener una mejor salud alimenticia. “La familia tiene, por tanto, que tener conciencia de crear unos hábitos de vida saludable tanto en la comida como en los hábitos de vida saludable, y es que los niños aprenden a relacionarse con la comida a través de lo que ven en el hogar”, ha recalcado.

Enseñar a comer es enseñar a crecer

Asimismo, con motivo de la XI edición del Día Nacional de la Nutrición, la FESNAD y la AESAN, coorganizadores del evento, han acordado desarrollar más de 350 actividades en más de 100 ciudades españolas con el objetivo de fomentar estos hábitos saludables e informar con rigor científico sobre los temas relacionados con la nutrición y dietética. Además, con esta iniciativa se pretende alertar a las familias sobre la importancia de implicarse activamente a la hora de enseñar a comer y transmitir la cultura alimentaria, saludable y tradicional.

Para ello, han elaborado un tríptico que repartirán en hospitales, centros sanitarios, colegios, universidades así como en diferentes puntos informativos en diferentes lugares públicos, donde aparece un decálogo de cómo enseñar a comer a los más pequeños y se recuerda la importancia que tiene que se les implique en el diseño de las comidas, se les descubran nuevos sabores y texturas, se les introduzca en la cocina, se les enseñe a poner la mesa, se recupere la comida en familia y se procure que sea un tiempo de paz y no de riña.

Estas costumbres -ha comentado Robledo- son muy importantes para bajar la tasa de obesidad en España. Según el estudio ALADINO, realizado por AESAN, casi el 46 por ciento de los niños de entre 6 y 9 años tienen exceso de peso. Además, un 80 por ciento de ellos tienen el riesgo de sufrir esta enfermedad en la edad adulta.

Contrarios a gravar la comida basura

Por otra parte, respecto a la propuesta que ha realizado un grupo de expertos de la Universidad de Oxford de gravar un 20 por ciento los alimentos menos sanos -los que comúnmente se llaman “comida basura”- tal y como han hecho otros países como Francia, Dinamarca y Hungría, la vocal asesora de la Estrategia NAOS de AESAN ha advertido que para que esta medida sea efectiva es necesario que, en primer lugar, la sociedad tenga una visión “integral” del problema.

En este sentido, el presidente de FESNAD ha asegurado que sólo con esta medida “no se consigue nada” y ha recordado la necesidad de que se establezcan estrategias “múltiples que involucren a todos”. “Si no existe el múltiple abordaje del problema no lo solucionaremos. Probablemente haya más medidas impositoras y es probable que las veamos con más frecuencia pero esto de forma aislada no sirve”, ha subrayado.

Por último, el secretario general de FESNAD y presidente de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas ha avisado de que, antes de que se desarrollen estas propuestas, es necesario que España incorpore a los profesionales de la nutrición en el sistema sanitario ya que, ha matizado, es el único país de la Unión Europea que no los tiene.

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Nuevas tecnologías en Restauración Colectiva

En restauración hospitalaria el mercado nos solicita actualmente menores costes, los usuarios piden más calidad y adaptarnos a los cambios. Hay unas circunstancias económicas y científicas que hacen que sobre la manera de alimentarnos haya muchas influencias, desde modas hasta aspectos nutricionales (psicología del plato, forma, color), aspectos sociales (diferentes religiones) y todo lo que influye en higiene, seguridad, etc.

En el hospital hay una serie de operaciones que tenemos que tener en cuenta, desde la elaboración hasta el servicio y el lavado de la vajilla. Y probablemente sea la distribución de comidas lo más complicado, especialmente si el hospital tiene cierto tamaño. Es decir, elaborar comida para miles de personas no es tan complicado como llevarla hasta cada habitación en las condiciones adecuadas de presentación, temperatura, higiene, etc.

Además las personas ingresadas en el hospital entran dentro de lo que muchas veces se han llamado “poblaciones de riesgo” (personas que toman medicamentos, mujeres embarazadas, niños, ancianos, pacientes inmunodeprimidos).

La tecnología aporta un mayor grado de conocimiento de nuestros pacientes. Y también tenemos un grado de exigencia mayor, pero podemos diseñar mejor las cosas y darles más de lo que esperan (podemos hacer lentejas para mil personas y hacerlo bien). Para ello primero hay que creer en lo que uno hace.

Avances para mejorar

Podemos usar recetas, comprar adecuadamente, conocer el mercado alimentario, evitar producir más de lo que hace falta (no podemos permitirnos el lujo de tirar comida) e incluso podemos en un momento dado servir “a la carta”, saber lo que al paciente le gusta y usar nuevas tecnologías.

La tecnología es aplicable desde la producción hasta el servicio. La pregunta clave en producción es ¿voy a trabajar con presencia o ausencia de oxígeno? Se habla de comida pasteurizada, realmente un tratamiento térmico va a llevar cualquier plato que se use porque vamos a tratar temperatura y tiempo, y eso es una pasteurización. En ocasiones puede haber varios tratamientos térmicos y en estos casos la incidencia sobre las características organolépticas de la comida va a ser muy diferente. Tenemos que conjugar por una parte la seguridad y la higiene, con el resultado final, que el paciente va a evaluar.

Tecnologías emergentes

Hay muchas posibilidades desde la introducción de maquinaria de gran producción a los sistemas de cadena línea fría, en contraposición a la cadena línea caliente (el sistema tradicional de elaboración). A su vez la cadena fría también tiene variedades: refrigerada, congelada, sistema NACKA y AGS. También se puede hablar de cocción al vacío o simplemente de envasado al vacío, uso de alimentos mucho más elaborados (de conveniencia) previamente envasados (de 4ª-5ª gama), la centralización de la cocina y las plataformas logísticas.

Las razones para la introducción de estas tecnologías son fundamentalmente cuatro: para mejorar la calidad de los platos (que no nos gusta como los elaboramos), para ser más productivos, reducir costes y para poder llevar comida a un paciente que no está al lado de donde se elabora.

Maquinaria de gran producción

Esta maquinaria evita tiempos de mantenimiento en caliente, que suelen ser perjudiciales para la calidad organoléptica del alimento, reduce el espacio necesario en cocina y también facilita la limpieza.

Cook and chill

En el sistema de línea fría se cocina y se enfría rápidamente, se conserva en frío y se regenera justo antes del consumo. Lo importante es que desde que la comida está lista para ser consumida hasta que se consume el tiempo sea el más corto posible. Los carros de regeneración (que son carísimos) pueden estar en la propia unidad de hospitalización.

Cook and freeze

En esta variedad la comida no se refrigera solamente, sino que se congela, y que puede llevar o no una etapa de descongelación antes de servir en función de la tecnología.

Sistema NACKA

Se usa en hospitales de Suecia. En este sistema el alimento sufre varios tratamientos térmicos. Esto, que es ventajoso desde el punto de vista higiénico-sanitario, puede ser negativo para los caracteres sensoriales del alimento. En todo caso habría que ver qué tipo de platos admiten esta técnica, que seguro no será aplicable al 100% de platos del hospital.

Sistema AGS

En EEUU buscan sobre todo higiene y utilizan un paso previo a lo que sería la cocina al vacío en el tratamiento del envase, que se somete a un baño de agua caliente, lo enfrían, lo vuelven a calentar y, generalmente, en las habitaciones suelen disponer de nevera y microondas. La comida se la pueden llevar a cualquier hora del día y el paciente se la calienta cuando le apetece o cuando puede.

Cocción al vacío (sous-vide)

La principal característica es el envasado al vacío antes de su cocinado, y se cocina el alimento dentro del envase. Por lo que hay menor pérdida de nutrientes, necesita menos temperatura, -aunque sí más tiempo de elaboración -y menos cantidad de grasa. Sin embargo solamente es válido para un 60 % del rango de platos que se suelen servir en un hospital, es decir, se puede usar como una tecnología complementaria a otras.

Centralización de la cocina

Uno de los pasos que se han ido dando en algunos centros es la centralización de la cocina porque es más fácil controlar sólo una, porque se necesita menos espacio, es más fácil para tener el equipamiento necesario, se estandariza la calidad de lo que se elabora y, además, se puede trabajar de una manera regular.

En la cocina tradicional (línea caliente) los cocineros corrían para que a las 12 de la mañana estuviera todo hecho y lo mismo por la tarde. En este caso no es necesario correr, se puede trabajar a un ritmo estándar igual durante todo el día y también se pueden diferir la elaboración del servicio. Pasamos de la cocina tradicional a una fábrica de comidas (4-6 mil comidas).

Alimentos de conveniencia, 4ª-5ª gama

Son alimentos que nos pueden ayudar a mejorar nuestro trabajo, como ensaladas y salsas preparadas, alimentos triturados listos para usar y, por supuesto, con control nutricional, microbiológico y económico.

Plataformas logísticas

La plataforma logística, que está fuera del hospital, es una cocina de producción donde se compra, se almacena, se elaborar y se distribuye -incluso en algún caso emplatado- desde esa cocina.

Puede ir unido a otros servicios como lavandería, central de esterilización, almacén y farmacia. Esto es mucho más económico y eficaz que tener en cada uno de los hospitales cada uno de esos departamentos. La inversión es importante y requiere un tiempo de amortización y que muchos centros se adhieran para adquirir economía de escala.

Se puede distribuir en multiporción, en porción individual o emplatar in situ utilizando contenedores de acero, vajilla de porcelana, etc. Y para poner en temperatura de nuevo esos platos fríos se pueden usar diferentes sistemas de aire caliente (convección), donde se calientan en la bandeja los platos que se necesitan a la vez que se mantiene fríos los platos fríos -separado físicamente por una barrera que impide que el aire caliente pase al lado frio y viceversa-. También se puede usar un sistema de termocontacto, de inducción o microondas para varias raciones. Cada uno tiene sus ventajas e inconvenientes. Esto se puede hacer en la propia habitación del paciente, en un office, en el carro, en la cocina satélite o en un comedor. Los compresores de frío se van sustituyendo por otros sistemas, utilización de CO2 , etc.

Uno de los inconvenientes es que no se pueden elaborar todos los platos, especialmente problemáticos son los fritos.

Beneficios de las nuevas tecnologías

Los beneficios son cubrir más demanda, dispensar un gran número de platos, utilizar técnicas estándar de producción y distribución, utilizar bien el equipamiento, menores desperdicios, aumento de la vida útil.

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Requerimientos y necesidades nutricionales en la edad escolar

Lo que diferencia a un niño de un adulto es el crecimiento y dicho crecimiento ocurre en dos etapas diferenciadas: en la primera hay un aumento de masa corporal (aumento de células, tamaño de las células y aumento de las fibras en los espacios intersticiales) y en la segunda hay maduración de los tejidos y órganos (las células aprenden a funcionar eficazmente para desarrollar su función). Dependiendo de la etapa de la vida en la que estemos predominará una u otra.

Periodos de crecimiento

En la etapa inicial (0-2 años), de crecimiento rápido, predomina el crecimiento de masa y en la etapa escolar predominan las funciones de maduración bioquímica. No quiere decir que dejemos de crecer sino que lo hacemos más lentamente. Después llega la adolescencia en la que vuelve a predominar el aumento de ganancia de masa.

En la edad escolar crecemos lentamente y nuestros tejidos van madurando poco a poco. El aparato digestivo, excretor, hígado, etc. funcionan prácticamente igual que los de un adulto y, por lo tanto, el niño escolar es capaz de tolerar una dieta idéntica a la de los adultos en su composición de alimentos, lo que hay que modificar son las cantidades.

Ingestas recomendadas

Las primeras recomendaciones aparecieron en 1916 en el Farmers Bulletin del Departamento de Agricultura de los EEUU donde la doctora Hunt decía que “la oferta alimentaria en los niños debe no sólo cumplir las necesidades fisiológicas sino que, además, debe de estar presentada con cuidado y de manera atractiva”.

Los estudios realizados en España sobre prevalencia de obesidad dan unos resultados dispares: estudio Aladino 26,1% de sobrepeso y 19,1% de obesidad; estudio THAO 21,1% de sobrepeso y 8,2% de obesidad; y estudio Perseo 19,8% de obesidad en niños y 15% en niñas. Sin embargo las cifras son extremadamente altas y alarmantes. España está a la cabeza de Europa en prevalencia de obesidad infantil (el sobrepeso y la obesidad derivan de un desequilibrio entre gasto e ingesta).

Las recomendaciones para población española, desde 1985, son: 4-5 años 1700 Kcal; 6-9 años 2000 Kcal; 10-12 años 2450 Kcal en niños y 2300 Kcal en niñas; y 13-15 años 2750 Kcal en niños y 2500 Kcal en niñas.

En 2001 la OMS hizo una revisión de las recomendaciones de energía para todas las poblaciones basándose en los cambios culturales (menor actividad física de la población) y en los adelantos de las técnicas que medían el gasto energético. La revisión afectó a 1600 niños y niñas de entre 1-18 años de diferentes razas y niveles culturales.

Las recomendaciones son similares a las dadas en 1985 y están de acuerdo a un índice de actividad física, el PAL (número de veces que nosotros tendríamos que aumentar nuestro gasto metabólico basal para realizar una determinada actividad física), y que va de 1,44 PAL kcal/d para los más pequeños a 1,75 en los mayores. También están de acuerdo a un gasto por crecimiento que iría desde las 11 kcal/d para los más pequeños a las 29 kcal/día para los mayores. Con este gasto energético se cubriría lo que gastamos en hacer tejidos nuevos y la energía que se queda almacenada en dichos tejidos.

Si comparamos las recomendaciones con lo que realmente se está haciendo (datos de European Nutricional Health Report 2009) se puede ver que los niños en Europa comen bastantes más calorías de lo recomendado.

Si comparamos las recomendaciones con datos de estudios nacionales (estudio Enkid y estudio de Nutrición Infantil de la Comunidad de Madrid) también se observa que los niños consumen más energía de la recomendada.

La actividad física recomendada para niños es de 60 minutos/día y sólo un 24% cumplen las recomendaciones en niños de 11 años, 14% en el grupo de 13 años y sobre el 20% en el grupo de los 15 años. El resultado es que “se come mucho y nos movemos poco” por lo que no es raro encontrar las cifras de prevalencia de obesidad actuales.

¿Por qué comen tanto los niños?

Los estudios dicen que hasta los 2-3 años los niños son capaces de ajustar su ingesta a lo que necesitan, pero a medida que los niños entran en el proceso social de la comida se pierde la respuesta a los estímulos internos de hambre y la saciedad y se empieza a comer más de lo que se necesita.

El consumo de la energía debe distribuirse a lo largo del día: 25% entre desayuno y media mañana, 35% en la comida, 10% en la merienda y 30% en la cena. La tendencia actual es a eliminar el desayuno de su ingesta diaria y esto está relacionado con una mayor prevalencia de obesidad, problemas de rendimiento escolar y otras alteraciones, por lo que deberíamos revertir esa tendencia y recuperar el desayuno de mesa y mantel.

Requerimientos proteicos

Los requerimientos de proteína en España son de 30 g/d para niños entre 4-5 años, 36 g/d para 6-7 años, 41 y 43 para 10-12 años y entre 45-54 para 13-15 años.

En 2007 la OMS también revisó las recomendaciones para proteínas y dicha revisión derivó en unas cifras inferiores (15 g/d para los más pequeños y 30g/d para los mayores de 10-11 años), valores que se ponen en duda si se tienen en cuenta artículos científicos surgidos en los últimos años. Las recomendaciones de la OMS están basadas en estimaciones de balance de nitrógeno a partir de estudios realizados en adulto.

A los balances de nitrógeno se les ha achacado que se sobreestima la ingesta porque no tiene en cuenta la eficacia de absorción ni la metabolización de las proteínas, se infraestiman las pérdidas ya que no se tienen en cuenta las pérdidas por pelo, piel y esto lleva a una sobreestimación del balance lo que a su vez lleva a una infraestimación de las recomendaciones.

Algunos autores mediante la técnica de oxidación de aminoácidos han recalculado los requerimientos de proteína y aconsejan una ingesta de 43 g/d, recomendaciones un 70% superior a las que recomienda la OMS desde 2007 pero que se asemejan a las 1985 y son las recomendaciones españolas. Estas cifras proteicas suponen un 8-9% de la ingesta energética recomendada. En España la ingesta de proteínas es mucho más alta, en torno a un 15%.

Requerimientos lipídicos

Es muy importante tener en cuenta que muchos estudios estiman que aproximadamente un 22% de los niños españoles tiene niveles de colesterol sanguíneo elevados (>200 mg/dl); de estos niños un 50% necesitará tratamiento farmacológico cuando sea adulto; y en niños de 6-10 años se han detectado placas de ateroma aunque la enfermedad se manifestará de adulto.

No existen recomendaciones específicas sobre ingesta de lípidos para niños y serían las mismas que para los adultos: 35% de la energía total,

En Europa el porcentaje de lípidos se ajusta a las recomendaciones, 30-35%, y los estudios españoles dan cifras del 40% y, aproximadamente el 14% de la energía total los niños la ingieren en forma de ácidos grasos saturados.

Requerimientos de hidratos de carbono

Tampoco existen recomendaciones específicas para niños en hidratos de carbono. Entre el 50-55% de la energía total y con un máximo de 10% de azúcares simples de absorción rápida.

La mayoría de países europeos cumple estas recomendaciones y son los países mediterráneos lo que no llegan al porcentaje de hidratos de carbono. En España alcanzamos aproximadamente el 40%.

El porcentaje de sacarosa alcanza el 15,5%, mucho mayor al recomendado, y está muy relacionado con la aparición de caries dental una de las patologías más frecuentes en los niños. Hasta 25 gr de sacarosa/día se considera aceptable, pero a partir de 40 gr/d la prevalencia de caries se dispara. En España el consumo se aproxima a los 50 gr/d.

Requerimientos de fibra

En España no existen recomendaciones específicas para niños, estando las cifras en 25 gr/d. La literatura dice que los niños, a partir de los 5 años, deben consumir una cantidad de fibra que equivalga a su edad más 5 gr.

En Europa la ingesta de fibra es un poco baja y especialmente baja en el norte. En los países mediterráneos y debido al consumo de fruta se alcanzan cifras adecuadas en el consumo de fibra. Los estudios realizados en España indican que nos movemos en un consumo adecuado.

Requerimientos minerales

Son preocupantes los minerales que constituyen los huesos porque es en la edad escolar y adolescente cuando se está ganando masa ósea. También es importante el aporte de hierro ya que se gasta en crecer, formar tejidos, irrigar, vascular y formar sangre.

No existen grandes problemas en el aporte de minerales en la población ni en Europa ni en España, el gran problema es la ingesta de sodio y ya se han puesto medidas a nivel institucional para limitar su ingesta. Sólo la ingesta de hierro en niñas mayores puede llegar a ser deficitaria.

Requerimientos de vitaminas

El aporte de vitaminas es esencial ya que los niños están en una etapa de maduración y principalmente las vitaminas del grupo B que intervienen en el metabolismo energético. También la vitamina D, relacionada con una correcta absorción del calcio, tiene especial importancia.

En relación al consumo de vitaminas sólo se observan deficiencias, en toda Europa, en el consumo de vitamina D (que no se cumple en ningún país ni grupo poblacional), y la ingesta de ácido fólico. Las recomendaciones se cumplen más en niños que en niñas.

Educación nutricional

Lo más importante para cumplir con los requerimientos nutricionales es adquirir una buena educación nutricional. Los hábitos que se adquieren en cada una de las etapas de la vida influyen en la siguiente etapa de la vida. Educar nutricionalmente no es fácil ya que los hábitos saludables hay que adaptarlos a las circunstancias actuales de vida y de cada uno.

Una de las barreras que se encuentran los padres es la neofobia (miedo, desconfianza). Para intentar superar la neofobia se deben ir probando las cosas nuevas poco a poco, presentarlas de forma atractiva, dar los nuevos alimentos cuando el niño tiene más hambre e insistir día tras día. Y no hay que olvidar que el niño come por imitación.

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Unos 340.000 españoles son intolerantes al gluten y no están diagnosticados

La intolerancia al gluten o celiaquía es una enfermedad que afecta “aproximadamente al 1% de la población, pero más del 70% está sin diagnosticar en España”, afirma el doctor Alejandro Domingo, especialista en Endocrinología y Nutrición del Hospital USP San Camilo de Madrid, con motivo de la celebración del Día Nacional del Celíaco el 27 de mayo.

La enfermedad se presenta en cualquier edad de la vida, afecta a personas de ambos sexos a nivel mundial, el doble en mujeres, pero la incidencia varía según estas circunstancias en su aparición. En España, se diagnostica un caso por cada 118 en niños, mientras que en la población adulta la relación es de uno por cada 384, “un número de diagnósticos menor que en otros países occidentales, donde se acerca más al 1% de los afectados”, informa el especialista.

Pero “la celiaquía es como un iceberg, con la mayoría de los casos no visibles”, detalla el experto, quien aboga por la realización de pruebas complementarias para su diagnóstico. “El incremento de su incidencia en los últimos años puede deberse a un mejor conocimiento del cuadro, a un avance en los medios diagnósticos y a los beneficios del diagnóstico precoz y prevención efectiva, así como a una mayor concienciación de la sociedad sobre el problema grave que puede suponer esta enfermedad”, añade.

¿Qué nos alerta de la intolerancia al gluten?

La celiaquía es una afectación del intestino delgado producida en individuos predispuestos genéticamente cuando ingieren productos que contienen gluten. En los pacientes que padecen celiaquía cuando el gluten entra en contacto con la mucosa intestinal se producen cambios anatómicos en la misma que ocasionan un impedimento en la correcta absorción de principios inmediatos, sales minerales y vitaminas, dando lugar a estados carenciales y alteraciones digestivas.

“Los síntomas de la celiaquía, cuando se presentan, pueden ser similares a los de cualquier otro problema digestivo o estado carencial por lo que, en ocasiones, sólo las pruebas diagnósticas, como son las pruebas serológicas, genéticas y biopsias pueden confirmar que estamos ante esta enfermedad”, explica el endocrinólogo.

Diagnóstico

Diagnóstico clínico. “El diagnóstico sólo por los síntomas es difícil de hacer pues estas manifestaciones de la celiaquía pueden ser las mismas que se pueden presentar en muchos cuadros patológicos del aparato digestivo que no tienen que ver con esta enfermedad”. “Pero esta sospecha diagnóstica se acentúa cuando la celiaquía se ha presentado en miembros de esa familia; cuando en el paciente existen síntomas o signos de otros trastornos de la inmunidad, como lupus, artropatías, etc.; o cuando después de realizar exploraciones complementarias no encontramos causa para un problema digestivo que nos preocupa por su cronicidad o resistencia al tratamiento”, comenta el especialista.

Cuando esto ocurra, debemos acudir a diagnosticar la enfermedad a través de estos medios auxiliares:

Diagnóstico serológico. “La búsqueda de pruebas más sencillas, fiables y menos costosas nos ha llevado a poder detectar en el suero la presencia de anticuerpos antitransglutaminasa tisular humana (AAtTG) cuando existe celiaquía”, explica el Dr. Domingo.

Diagnóstico genético. En un 90% de los pacientes con celiaquía encontramos la presencia en genes de HLA-DQ2, lo que muestra la importancia de esta prueba; que con la detección de HLA-DQ8 completan las posibilidades de diagnosticar la enfermedad, incluso en las fases no sintomáticas.

Diagnóstico por biopsia duodenoyeyunal. El estudio histológico del material obtenido mediante una biopsia duodenoyeyunal nos va a permitir elaborar un diagnóstico tanto de la presencia de la enfermedad como del grado o tipo de la misma, datos fundamentales para hacer un pronóstico de la evolución del caso.

La celiaquía se puede padecer en distintos grados, según la alteración de la mucosa intestinal, con diferentes maneras de detectarse según el grado. El tipo más frecuente es la celiaquía pauci o monosintomática, que manifiesta algunos síntomas de la enfermedad tanto a nivel intestinal como extra-intestinal, aunque carentes de gravedad. Sería el grado superior a la celiaquía silente, sin síntomas de enfermedad todavía pero pudiendo detectarse con pruebas diagnósticas.

Tratamiento

El tratamiento de la enfermedad, “es en principio muy simple: eliminar de la dieta todo alimento que contenga gluten”, algo que puede no resultar fácil dado que “en muchos productos manufacturados existe la proteína gliadina del gluten en su composición sin que aparezca en el etiquetado alguna referencia a la misma”.

Existen una serie de alimentos que contienen siempre o casi siempre gluten, como es el pan hecho con harina de trigo, bollos, pasteles, tartas, galletas, pastas italianas y bebidas malteadas o fermentadas partiendo de cereales. También puede entrar gluten en la composición de embutidos, yogures con sabor a frutas, quesos fundidos o en helados y sucedáneos del chocolate. “Eliminando tales productos se evita la progresión de la enfermedad a estadíos más graves mientras que poco a poco las vellosidades intestinales recobran su estructura normal”, relata el Dr. Domingo.

Sin embargo, esto no cubre todos los alimentos que contienen gluten y, por ello, asegura el especialista, las recomendaciones para prevenir y curar los síntomas de la celiaquía “no se limitan a lo que tiene que hacer o dejar de hacer el paciente. Se extiende a muchos otros sectores de la sociedad en cuyas manos está el evitar que estas personas vean su salud afectada”, afirma, y enumera una serie de recomendaciones:

– Recomendación a los gobiernos. Deben extremar las medidas referentes a la seguridad alimenticia, aplicando con el máximo rigor las leyes y las normas que aseguren la salubridad de los alimentos que tomamos, con inspecciones frecuentes y completas de los productos alimenticios manufacturados e imponiendo fuertes sanciones a los que no cumplen con lo ordenado.

“La Ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición del 2011 es una buena base legal para que tanto la Agencia Española de Seguridad Alimenticia como la Red Española de Laboratorios de Control Oficial de Seguridad Alimentaria -instrumentos señalados en la ley para el desarrollo, cumplimiento y evaluación de lo legislado- puedan cumplir su cometido, pero siempre que sean dotados de los suficientes medios para cumplirlos con eficacia y eficiencia. El hecho de que con frecuencia se planteen en los tribunales demandas por incumplimiento de las normas alimenticias es una prueba de que todavía quedan cosas por hacer en este campo”, afirma el especialista.

“Si nos referimos más concretamente a la celiaquía habría que proteger más al enfermo de lo que lo hace la ley antes citada, en aspectos como la educación acerca de esta enfermedad en la enseñanza primaria, o en materia de Hacienda, modificando la tributación sobre el IVA en panes y harinas especiales. Una Ley Celiaca Española, como la que se propuso y fue rechazada por el Parlamento, o algo similar que comprometa a ministerios tan distintos como Sanidad, Industria, Educación o Hacienda, legislaría en los aspectos no sólo sanitarios, sino sociales el problema de los celíacos “, asegura el Dr. Domingo.

– Recomendación a los productores. Que cumplan fielmente con toda la normativa referente al etiquetado, indicando claramente lo que contiene cada producto, y que en la producción se tomen todas las medidas necesarias para asegurar la no presencia de contaminantes químicos o biológicos que puedan causar enfermedades.

La legislación comunitaria en la materia es recogida en España en normas incluidas en un Real Decreto de 1999 sobre etiquetado, presentación y publicidad de los productos alimenticios donde se indica claramente todo lo que debe figurar en el etiquetado. “En el caso de alimentos para celíacos un buen ejemplo es el Pacto del Celíaco en Cataluña en que se dan las normas sobre un nuevo distintivo en el etiquetado con un logotipo, la espiga, que identifica fácilmente al producto”, comenta el doctor.

– Recomendación a los consumidores. No deben consumir productos en cuyas etiquetas no se exprese de una manera sencilla la composición del mismo, sin excluir aditivos, colorantes y otras sustancias que se añaden a los mismos. Que denuncien ante las autoridades o asociaciones de consumidores cualquier fraude respecto a la seguridad alimenticia pues de ello depende su salud.

– Recomendación a los sanitarios. El diagnóstico precoz de la enfermedad evita daños graves. Las autoridades sanitarias pueden ayudar a concienciar sobre la misma, por ejemplo, con la realización de campañas de prevención.

– Recomendación al paciente con celiaquía. La curación de las alteraciones producidas por la enfermedad está al alcance de su mano y sólo con cumplir fielmente las instrucciones que le dan en la consulta o en el hospital para evitar la progresión de la enfermedad.

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Presentación del libro TDAH: origen y desarrollo

Recoge el seminario organizado por el propio Instituto el año pasado en Madrid, donde prestigiosos especialistas en el Trastorno del Déficit de Atención e Hiperactividad de diferentes hospitales, centros psicológicos y universidades hicieron un recorrido por los aspectos más importantes relacionados con la hiperactividad, desde su definición, prevalencia, causas, diagnóstico, itinerario médico, tratamientos, manejo en la escuela, la familia y la sociedad, hasta un ejemplo práctico de tratamiento multidisciplinar del TDAH en niños y adultos.

El trastorno del déficit de atención e hiperactividad afecta hasta al 7% de los niños en edad escolar y al 4% de todos los adultos. Cifras que son estimadas, dado que estamos ante una dolencia a menudo mal diagnosticada, que tiende a confundirse con otras patologías del comportamiento y sobre la que existe gran desconocimiento e incluso información equivocada entre padres y otros familiares, pacientes, profesores y hasta gran parte de los médicos de atención primaria.

Gracias a la participación en el citado seminario del Instituto Tomás Pascual Sanz de los mejores especialistas en Trastorno del Déficit de Atención e Hiperactividad, el libro “TDAH: origen y desarrollo” cuenta con diez capítulos que ofrecen información rigurosa, veraz y actualizada, mostrando las herramientas para detectarlo, a la vez que conciencia a la sociedad y a la administración de la necesidad de elaborar planes para su correcta detección y tratamiento. Es precisamente en la prevención y en el diagnóstico precoz, donde se encuentran los grandes retos del TDAH.

Invitación al evento

Instituto Tomás Pascual Sanz para la Nutrición y la Salud

Dependiente de la Fundación Tomás Pascual y Pilar Gómez-Cuétara, el Instituto Tomás Pascual Sanz es una entidad sin ánimo de lucro que tiene el mandato de generar y difundir actividades de divulgación, estudio y análisis en los campos de la alimentación, la nutrición, la salud y los hábitos correctos de vida.

El Instituto transmite a la sociedad los valores de una vida saludable, difunde los adelantos tecnológicos relacionados con las ciencias de la salud y promueve el intercambio de información, generando nuevas posibilidades entre los colectivos relevantes y comprometiéndose al máximo con la sociedad científica moderna. El Instituto Tomás Pascual Sanz edita el contenido de estudios y ponencias en una numerosa biblioteca que responde a la creciente demanda sobre temas tan importantes como la nutrición, la seguridad alimentaria o la actividad física.

www.institutotomaspascual.es

Acceda a la Biblioteca del Instituto

Decálogo de una Alimentación Saludable

La obesidad y el sobrepeso han alcanzado proporciones de epidemia a nivel mundial, según la Organización Mundial de la Salud. Más de mil millones de personas adultas tienen sobrepeso y, de ellas, al menos 300 millones son obesas.

Por ello, la doctora Avelina Acebal, nutricionista y Médico de Familia del Hospital USP San Camilo de Madrid, propone un Decálogo de la Alimentación Saludable:

1. Cuanta mayor variedad de alimentos exista en la dieta, mayor garantía de que la alimentación es equilibrada y de que contiene todos los nutrientes necesarios.

2. Los cereales (pan, arroz, pasta, etc.), las patatas y legumbres deben constituir la base de la alimentación de manera que los hidratos de carbono representen entre el 50 y el 60% de las calorías de la dieta. Son más saludables los integrales por su mayor aporte en fibra, vitaminas y minerales.

3. Se recomienda que las grasas no superen el 30% de la ingesta diaria, debiendo reducirse el consumo de grasas saturadas para que representen menos de un 10% sobre el total de calorías.

4. Las proteínas deben aportar entre el 10 y el 15% de las calorías totales y han de combinar proteínas de origen animal y vegetal.

5. Se tiene que incrementar la ingesta diaria de frutas, verduras y hortalizas hasta alcanzar, al menos, 400 g/día. Esto es consumir, como mínimo, 5 raciones al día de estos alimentos.

6. Limitar el consumo de productos ricos en azúcares simples, como golosinas, dulces, refrescos.

7. Reducir el consumo de sal, de toda procedencia, a menos de 3 a 5 g/día, y promover el uso de sal yodada.

8. Beber entre 1 y 2 litros de agua al día.

9. Nunca prescindir de un desayuno completo compuesto por lácteos, cereales y frutas, al que debería dedicarse entre 15 y 20 minutos de tiempo. De esta manera se evita o reduce la necesidad de consumir alimentos menos nutritivos a media mañana y se mejora el rendimiento físico e intelectual.

10. Es imprescindible la realización de ejercicio físico habitual: 3-4 veces por semana, con duración de 40-45 minutos por sesión, adaptado a la condición física de cada individuo.