ejercicio físico en la infancia

LA NECESIDAD DE PRACTICAR EJERCICIO FÍSICO EN LA INFANCIA

ejercicio en la infancia

Hoy los niños hacen menos ejercicio físico que antes, porque pasan muchas horas sentados delante de la tele o jugando con las consolas, y este exceso de tiempo frente a las pantallas junto con la menor realización de actividad física hace que estén aumentando alarmantemente los casos de obesidad infantil. Por ello, una de las mejores maneras de limitar el exceso de sedentarismo en los menores, según la Asociación Americana de Pediatría, es apagar las pantallas limitando así el tiempo dedicado a las actividades sedentarias.

Sin embargo, no sólo limitando el uso de las pantallas es suficiente para mejorar la forma física y mental de nuestros pequeños. Tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la Asociación Española de Pediatría (AEP) recomiendan la realización de al menos una hora de ejercicio físico moderado al día, para niños de entre 5 y 17 años.

¿Qué debemos entender por ejercicio físico moderado en niños?

Cuando hablamos de ejercicio en adultos pensamos en el gimnasio, en correr en una cinta o por la calle, en levantar pesas… Pero, para los niños, hacer ejercicio significa estar activos físicamente. Los niños hacen ejercicio jugando al rescate en el recreo, en las clases de gimnasia del cole, en las clases de baile o en los entrenamientos de fútbol, cuando montan en bicicleta, juegan en verano en la piscina o corren por el campo. Y es este tipo de actividades lúdicas y divertidas las que debemos fomentar para que nuestros hijos se muevan más y estén más sanos. No en vano la AEP a través de la web EnFamilia, ha elaborado un especial bajo el título ¡El ejercicio es salud!,  cuyo objetivo es poner de manifiesto la necesidad de realizar actividad física como pilar fundamental en la prevención y el tratamiento de enfermedades. Por tanto queda claro que la salud del niño pasa por la realización de ejercicio físico moderado diario.

¿Qué ejercicios o deportes son los más adecuados para los niños?

  • Para los niños pequeños, los ejercicios aeróbicos son los más adecuados, ya que les ayuda a mejorar la coordinación, elasticidad, equilibrio y sentido del ritmo. Montar en bici, pasear, jugar en el parque, nadar, patinar… son actividades muy recomendables para ellos y que además disfrutan mucho.
  • Cuando son un poquito más mayores, de los 7-10 años es buen momento para introducir los deportes de equipo porque fomentan el esfuerzo, la disciplina y la competitividad, y el compromiso. Además se instaura el hábito de realizar ejercicio físico, que puede mantener en la etapa adulta.

Beneficios del ejercicio físico en niñosejercicio en niños

Los beneficios de realizar actividad física en los niños son iguales que en los adultos, pero además, los niños que llevan una vida activa tienen por lo general unos huesos y músculos más fuertes, menos probabilidades de tener sobrepeso y desarrollar diabetes de tipo 2, duermen y descansan mejor y están mejor capacitados para afrontar los desafíos físicos y emocionales del día a día.

Pero además de los beneficios físicos y cognitivos, estos niños son generalmente más felices y les ayuda a socializar mejor, a aprender y seguir las reglas y a crear hábitos saludables.

¿Cómo podemos hacer para que nuestros hijos  sean niños activos?

Hay pequeñas acciones o hábitos que podemos incorporar en nuestra vida diaria para ayudar a nuestros hijos a ser niños activos:

  • Incorpora la actividad en sus rutinas cotidianas, como subir por las escaleras en vez de utilizar el ascensor, ir y venir andando o en bici del colegio o parar un rato diario a jugar en el parque.
  • Los padres debemos convertirnos en un ejemplo positivo para el resto de la familia ya que los hijos repiten comportamientos que ven en casa. Adopta también hábitos de vida saludable y mantente activo.
  • Cuando haya que hacer un regalo para el niño intenta elegir pelotas, combas, canastas, patines… y cualquier juguete que comporte la realización de actividad física para su uso.
  • No le impongas a tu hijo el deporte te gusta a ti, deja que sea él quien decida la actividad física que le gusta más, de esta forma se sentirá más comprometido a seguir practicándolo.
  • Deja que pruebe varios deportes, no siempre el primero elegido es el que más le va a gustar, que experimente distintas modalidades hará que finalmente se quede con aquel que realmente le guste y le enganche.

Foto de personas creado por pressfoto – www.freepik.es

 ¡Pincha AQUÍ para inscribirte a nuestra Newsletter gratuita!

 

 

merienda infantil saludable

LA MERIENDA INFANTIL, SU IMPORTANCIA Y OPCIONES SALUDABLES

La merienda in fantil saludable

La importancia del almuerzo y la merienda en los niños

Una alimentación variada y equilibrada durante la infancia y la adolescencia no solo implica la inclusión de todos los grupos de alimentos y en las raciones recomendadas, sino que también está ligada a unos hábitos de vida saludable. Entre estos últimos, cabe destacar un correcto reparto energético dividido en 5 comidas a lo largo del día.

En este sentido, la distribución de la ingesta diaria de alimentos a lo largo de cinco momentos del día (desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena) permite que los niños tengan un reparto uniforme de energía y nutrientes, acortando los periodos de tiempo que pasan sin ingerir alimentos, llegando a la próxima comida con menos apetito, garantizando el mantenimiento de los niveles de glucosa en sangre y evitando así el consumo de las reservas propias del organismo, y mejorando su rendimiento académico. Sin embargo, no solo es importante que los niños merienden, también lo es elegir correctamente los alimentos a incluir en estas comidas.

Tanto el almuerzo de media mañana como la merienda de media tarde, deben representar, cada una de ellas, el 15 % del aporte energético diario total, pero lo ideal es que esas calorías provengan de alimentos con un elevado contenido en vitaminas, minerales y proteínas, las cuales contribuyen al crecimiento y mantenimiento de la masa muscular. La fruta, los lácteos y los cereales no deben faltar en la merienda, además es una buena opción para completar las raciones diarias recomendadas de estos alimentos.

“Tanto el almuerzo de media mañana como la merienda de media tarde, deben representar, cada una de ellas, el 15 % del aporte energético diario total”

Opciones saludables para la merienda

Así, los lácteos como la leche, el queso fresco o el yogur, especialmente si es natural y sin azúcar, aportan una gran variedad de nutrientes, imprescindibles en etapas de crecimiento, como el calcio, que contribuye al correcto desarrollo de los huesos en niños. Para hacer más apetecible la merienda el queso se puede acompañar de un poco de miel o añadir al yogur cereales integrales o un poco de fruta. Esta última, también puede consumirse como pieza única y además se puede elegir entre una gran variedad de frutas de temporada como el plátano, la mandarina o la manzana, cortada será más fácil de llevar y comer.

Durante la etapa infantil tiene lugar un importante gasto energético, con unos requerimientos nutricionales aumentados. Los niños están en pleno desarrollo y son muchas las horas que pasan en el colegio o realizando actividades extraescolares y, en definitiva, en movimiento. Por todo ello, también es importante asegurar un aporte adecuado de hidratos de carbono, ya que constituyen la principal fuente de energía para nuestro organismo y contribuyen al mantenimiento de la función cerebral normal. Así, alimentos como el pan o los cereales, preferiblemente integrales, resultan idóneos para incluir en la merienda o media mañana de los más pequeños.

De esta manera, otra opción muy adecuada para la merienda de los niños son los bocadillos, de jamón cocido, curado, lomo, queso, las opciones son ilimitadas. Además, los bocadillos permiten incluir otro tipo de alimentos como los frutos secos, ya sea a través del propio pan o en su interior, por ejemplo, combinando queso crema con unas nueces trituradas.

Los niños están en pleno desarrollo y son muchas las horas que pasan en el colegio o realizando actividades extraescolares y, en definitiva, en movimiento.

Como hemos comentado, tanto el almuerzo como la merienda son comidas para reponer energía y controlar el hambre hasta la comida o cena, por ello no deben ser muy abundantes, con una ración reducida es suficiente para saciar el apetito y aportar los macro y micronutrientes requeridos. Además, debemos variar los alimentos que incluimos en la merienda de los niños, para evitar que se aburran y los rechacen. Hacer que participen en la preparación de sus comidas y meriendas también hará que coman con más ganas.

Foto de fondo creado por pressfoto – www.freepik.es

¡Pincha AQUÍ para inscribirte a nuestra Newsletter gratuita!

consejos hábitos saludables

CONSEJOS PARA RETOMAR LOS HÁBITOS SALUDABLES TRAS LAS NAVIDADES

alimentos saludables

Después de unas Navidades en la que los excesos en la mesa suelen estar presentes, es el momento de ponerse las pilas de nuevo y de retomar hábitos.

Tras estas fechas tan especiales – en las que uno normalmente come y bebe más de lo normal, y en las que el ejercicio físico se deja un poco de lado – uno puede sentirse algo hinchado, cansado y pesado, pero esto es solo temporal.

Volver a la rutina es sólo cuestión de tiempo y disciplina. La idea es establecer una serie de pautas y objetivos alcanzables, y de intentar hacer algo que sea sostenible en el tiempo, así que lo primero, es olvidarse de las dietas “Detox” o dietas “exprés”.

Lamentablemente, los beneficios de estas dietas détox y exprés no tienen el respaldo de los profesionales de la salud y los resultados que prometen sobre la “detoxificación” y el peso corporal son equivalentes única y exclusivamente a una pérdida de agua corporal, y no de grasa, ni toxinas (que para eso ya tenemos un hígado y unos riñones que se encargan de esa tarea).

En su lugar, lo mejor es plantearse un enfoque razonable y con objetivos realistas que se puedan ir cumpliendo a corto, medio y largo plazo.

Aquí os damos algunas pautas para comenzar a recuperarse y ganar en salud.

¿Cómo comenzar?

Un cambio de hábitos y una buena alimentación sólo pueden dar comienzo con una actitud positiva. A partir de ahí todo es más fácil porque los cambios los afrontaremos con más ganas y costarán menos.

Para las primeras semanas lo ideal es empezar por unos cambios muy simples que nos ayuden a ir cogiendo ritmo, y con los que veamos que esas sensaciones de hinchazón y pesadez van desapareciendo poco a poco. Eso nos animará a continuar con el plan que nos hayamos fijado.

 

Objetivos sencillos como beber más agua (de 8 a 10 vasos/diarios) – también en forma de infusiones y caldos vegetales; comer al menos 2 porciones de verduras al día (una en crudo como en una ensalada), y al menos otras dos de fruta; y evitar beber alcohol durante estas primeras semanas de recuperación, son pautas básicas que pueden funcionar bien a la hora de dar el pistoletazo de salida.

Otras sugerencias prácticas incluyen el coger el hábito de hacer una lista de la compra semanal, o la planificación de los menús con cierta antelación. Regalar los turrones y dulces navideños que hayan sobrado, o guardarlos de tal manera que no sean fáciles ni de ver, ni de coger, es otra buena opción para evitar tentaciones.

Una vez cogido ritmo

Restablecer hábitos es cuestión de constancia, y de ir haciéndolo poco a poco; así que una vez hayas empezado con los pequeños cambios que proponemos, todo irá rodado.

Aun así, algunos principios básicos que se pueden utilizar para ayudarnos a retomar las buenas costumbres son los siguientes:

  • Comenzar el día con un buen desayuno en el que se incluya algún alimento rico en proteínas. Huevo, yogur, queso fresco, jamón, o incluso salmón ahumado, son algunas alternativas para acompañar la primera comida del día. No tienes que desayunar ser nada más levantarse, puedes dejar que pase un tiempo y mientras ir haciendo otras tareas matutinas (la cama, ducha, etc.).
  • No saltarse comidas. Hacerlo solo provoca que se llegue con más ansiedad y hambre a la siguiente.
  • Hacer las tres comidas principales de forma balanceada (con una buena porción de vegetales y una ración de algún alimento rico en proteínas como la carne, el pescado, los huevos o las legumbres) e intercalar alguna pequeña merienda a media mañana y/o media tarde si se tiene sensación de hambre. Combinaciones para estos pequeños snacks pueden ser: yogur natural + puñadito de frutos secos, 1 pieza de fruta + un pedacito de queso magro, una infusión o café con leche, etc.
  • Combinaciones para estas pequeñas colaciones pueden ser: yogur natural + puñadito de frutos secos, 1 pieza de fruta + un pedacito de queso magro, una infusión o café con leche, etc.
  • Disminuir (nunca eliminar) el consumo de alimentos ricos en hidratos de carbono, principalmente aquellos con mayor contenido en azúcares (tartas, pasteles y dulces variados, bebidas refrescantes, etc.) o refinados (cereales y derivados “blancos”).
  • Preferir las versiones integrales de los cereales y los tubérculos (patata, boniato o yuca) y consumirlos estratégicamente, como antes o después de realizar ejercicio físico, por las mañanas en el desayuno, o los días en los que tengamos mayor actividad.
  • Aligerar los platos moderando el consumo de grasas. Optar por medir con cuchara la cantidad de aceite que se utiliza (3 – 4 cucharadas/día) ayuda a controlar lo que se añade en cada plato y a ser más conscientes de lo que se va a tomar. Además, escoger como fuentes principales el aceite de oliva virgen, el aguacate, los pescados azueles y los frutos secos o semillas “sin sal y sin freír”, mejora también la calidad de la dieta, otro aspecto importante.
  • Elegir entre utilizar como fuente de energía los hidratos de carbono o las grasas en cada una de las comidas. Es decir, que en una misma comida no se incluyan simultáneamente alimentos ricos en carbohidratos y alimentos ricos en grasas. La idea es que si en un plato añadimos aguacate o frutos secos (que contienen principalmente grasas), no se añadan también arroz o pasta (ricos en hidratos de carbono), sino que es preferible que se dejen para la siguiente comida. Así será más fácil controlar el contenido energético de los platos.
  • Incorporar más hierbas aromáticas y especias para disminuir así la cantidad de sal añadida a las comidas.

Vuelta al movimiento

Al mismo tiempo que retomamos una dieta balanceada, también deberíamos comenzar de nuevo a realizar ejercicio.

Caminar e incrementar el tiempo en el que estamos activos es la mejor opción al principio. Varios paseos al día de media hora o 15 minutos, caminatas más largas los fines de semana, subir las escaleras, levantarse más a menudo de la si

La idea es que al cabo de unas semanas ya fijemos como mínimo la realización de 2-3 días a la semana de ejercicio físico (mínimo 60 minutos realizando alguna actividad), y que al cabo de un par de meses ya se adquiera una rutina de unos 4 o 5 días.

Con todo esto y adaptando las pautas a cada estilo de vida, volver a la rutina será más fácil y llevadero. ¿Quieres comprobarlo?

¡Pincha AQUÍ para inscribirte a nuestra Newsletter gratuita!

 

 

 

tabla de ejercicios en casa

TABLA DE EJERCICIOS PARA MANTENERSE EN FORMA

Combina los ejercicios de los distintos grupos de cardio y fuerza. Te recomendamos que además practiques a diario los ejercicios de estiramiento. Verás mejorar día a día tu forma física.

Tabla de ejercicios

Tabla de ejercicios - Cardio

Tabla de ejercicios - Fuerza

Tabla de ejercicios - Estiramiento

descargar pdf

Descargar Tabla de ejercicios

¡Pincha AQUÍ para inscribirte a nuestra Newsletter!

cambios físicos y emocionales en la mujer

CAMBIOS FÍSICOS Y EMOCIONALES EN LAS DISTINTAS ETAPAS DE LA MUJER

CAMBIOS FÍSICOS Y EMOCIONALES
EN LAS DISTINTAS ETAPAS DE LA MUJER

sla_bo_itps_infografia_menopausia_16102018_001-03

sla_bo_itps_infografia_menopausia_16102018_001-04sla_bo_itps_infografia_menopausia_16102018_001-05sla_bo_itps_infografia_menopausia_16102018_001-06sla_bo_itps_infografia_menopausia_16102018_001-07
Descargar PDF

Descargar pdf

¡Pincha AQUÍ para inscribirte a nuestra Newsletter!

 

 

 

Alimentación durante la menopausia

La alimentación durante la menopausia

La menopausia es un periodo en la vida de la mujer en el que tiene lugar la pérdida de la menstruación. Se trata de un proceso dinámico que tiene lugar durante varios años e implica la transición desde el período reproductivo hasta la posmenopausia.

En consecuencia, se producen una serie de cambios a nivel hormonal y fisiológico tanto a nivel externo: genitales, piel; como interno: metabolismo de los huesos, circulación y sistema cardiovascular, así como a nivel psicológico.

Debido a que, en general, todos los sistemas se ven involucrados, la alimentación juega un papel fundamental a la hora de conseguir adaptarse a las nuevas necesidades.

Comenzando por los requerimientos energéticos, estos siguen determinándose de acuerdo con la actividad física diaria y el gasto del propio organismo en reposo. A partir de los 40 años se estima una reducción en las necesidades energéticas de aproximadamente un 5% por década[1].

Así, las ingestas diarias recomendadas pasan a ser de unas 2200 kcal diarias durante la década de los cuarenta, a encontrarse en torno a las 1800 -1900 kcal/día a partir de los 60.

Puesto que en muchos casos esto se desconoce, en ocasiones las mujeres en esta etapa toman más calorías de las necesarias, por lo que pueden aparecer sobrepeso y otras enfermedades relacionadas a medida que aumenta la edad.

Para evitarlo es imprescindible controlar el aporte energético de la dieta, y apostar por alimentos con alta densidad nutricional. Esto significa optar por aquellos alimentos que aporten un buen número de nutrientes y tengan un contenido energético moderado. Hablamos de – como no – las frutas y verduras y los alimentos ricos en proteínas, como las carnes magras, los pescados, huevos y lácteos, pero también las legumbres, los cereales integrales y los frutos secos.

Las grasas y aceites deben consumirse con moderación, pero es importante que sigan presentes en la dieta, pues también aportan una serie de nutrientes esenciales como la vitamina E y los ácidos grasos esenciales como el omega 3, por ello, se debe optar por aceite de oliva virgen extra, aguacates, nueces, pescados azules, etc.

En relación con la dieta, otra de las cuestiones a tener en cuenta es la descalcificación de los huesos que se produce durante esta etapa. Así, debido principalmente a la reducción de estrógenos, existe un mayor riesgo de aparición de osteoporosis1.

Dicho esto, el aporte de calcio debe sin duda ser un pilar fundamental para la dieta en esta etapa, así como la vitamina D, que facilita su absorción y metabolización.

En ese sentido, los lácteos son una muy buena fuente de calcio y vitamina D, y son una buena elección para alcanzar la dosis diaria de ambos. Igualmente, pescados de pequeño tamaño que se consumen generalmente con espinas, como la sardina o el boquerón, también contienen una cantidad apreciable de ambos nutrientes. También alimentos de origen vegetal como frutos secos y semillas, o vegetales de hoja verde contribuyen al aporte de calcio diario.

Para alcanzar la cantidad de vitamina D, podemos recurrir además al pescado azul o la yema de huevo. Además, la exposición al sol promueve la producción de esta vitamina por el propio cuerpo, por lo que también es recomendable pasar un tiempo al aire libre que podemos aprovechar para hacer ejercicio o caminar.

Se pueden también tener en cuenta otras recomendaciones generales como mantener un correcto estado de hidratación, reducir el consumo de alcohol, alimentos ultraprocesados y bollería, y realizar al menos 30 minutos de ejercicio físico al día[2].

[1] Varela Moreiras G. Guía de alimentación y Menopausia. [Internet]. Madrid: Italfarmaco; 2008 [fecha de consulta: septiembre de 2018]; Disponible en: http://www.flaviamenopausia.com/documents/13060/14475/Gu%C3%ADa+de+la+Alimentaci%C3%B3n+y+la+Menopausia+-+M%C3%B3dulo+1.pdf/95fbbfe8-82a2-4653-9f13-84ba4c7ddf26

[2] Vilaplana I Batalla M. Menopausia: claves para afrontarla. Farmacia profesional [Internet] 2016 [fecha de consulta: septiembre de 2018]; 30 (4):14-17. Disponible en: http://www.elsevier.es/es-revista-farmacia-profesional-3-articulo-menopausia-claves-afrontarla-X0213932416571321

Etiquetado de los alimentos

Aprende a leer las etiquetas de los envases de alimentos

¿QUÉ DEBE APARECER EN LA ETIQUETA?

itps_infografia_2018_septiembre_1itps_infografia_2018_septiembre_2itps_infografia_2018_septiembre_3
Descargar PDF

Descargar pdf

¡Pincha AQUÍ para inscribirte a nuestra Newsletter!

 

 

Remedios naturales para la reparación de la piel

Remedios naturales para la reparación de la piel y el cabello tras el verano

REMEDIOS NATURALES PARA LA
REPARACIÓN DE LA PIEL Y EL
CABELLO TRAS EL VERANO

Factores que dañan la piel y el pelo
sla_jh_itps_infografia_remediosnaturales_13072018_002-1sla_jh_itps_infografia_remediosnaturales_13072018_002-2sla_jh_itps_infografia_remediosnaturales_13072018_002-3sla_jh_itps_infografia_remediosnaturales_13072018_002-4

Descargar PDF

Descargar pdf

¡Pincha AQUÍ para inscribirte a nuestra Newsletter!

 

 

Alimentación Emocional

La Alimentación Emocional

La alimentación emocional se conceptualiza como “comer en respuesta de algún evento o estado de ánimo”, que habitualmente, suele ser de carácter negativo[1].

Así, las situaciones de estrés, las preocupaciones, y la tensión o ansiedad se relacionan con el hecho de comer para tranquilizarnos[2]. Igualmente, emociones como la tristeza, la frustración o el dolor, suelen incitar comportamientos alimentarios en los que se pierde el control de lo que se come, o no se tiene en cuenta la sensación de hambre fisiológica.

Aun siendo reconocido este comportamiento como negativo, las medidas para manejar este tipo de alimentación no son conocidas o aplicadas por la mayoría de las personas que se encuentran en este tipo de situaciones.

Aquí te hablamos de dos de ellas.

Mindfulness eating o alimentación consciente

Por mindfulness se entiende un “estado de conciencia plena de cuerpo y mente, que involucra estar presente y sin juzgar en las experiencias vividas en cada momento”[3].

Su aplicación en relación con el comportamiento alimentario significa comer más conscientemente, de manera que se coma lo suficiente para estar satisfecho, ni más, ni menos[4]. Parece simple, pero aplicarlo a la vida cotidiana no es tan sencillo. Requiere de un aprendizaje y una ruptura con los hábitos que se tenían hasta el momento.

La idea es que cuerpo y mente trabajen juntos en el envío y recepción de las señales esenciales sobre lo que se necesita o se quiere comer. Se puede aprender a diferenciar sensaciones como las de estar satisfecho, hambriento, o simplemente querer comer algo rico y delicioso4, y esto nos permite pararnos a pensar y buscar una solución distinta a la comida en aquellas situaciones en las que un evento o emoción negativa nos ha generado un impulso de comer descontroladamente.

Alimentación intuitiva

La alimentación intuitiva representa otra manera de manejar las sensaciones y/o emociones vinculadas a la alimentación.

Concretamente, este enfoque enfatiza la confianza en las sensaciones percibidas de hambre y saciedad, evitando o reduciendo las situaciones en las que se come emocionalmente[5].

Se trata por tanto de una manera de basar nuestra alimentación estableciendo una fuerte conexión con las señales internas del cuerpo y aprender a distinguirlas y guiarse por ellas[6].

Sus principios básicos son sencillos y se resumen a continuación. Lo más importante para aplicarlos es estar dispuesto a integrarlos en los hábitos diarios:

  • Darnos permiso incondicional para comer cuando tenemos hambre, percibiendo cada comida como emocionalmente neutral y sin hacer distinciones entre alimentos buenos o malos[7].
  • Querer y apreciar nuestro cuerpo7.
  • Comer para satisfacer el hambre física y no emocionalmente7.
  • Confiar plenamente en que las señales percibidas nos guiarán correctamente hacia lo que necesitamos fisiológicamente, seleccionando así aquellos alimentos que mejor nos sienten y cuyo sabor también cubra las demandas de nuestro paladar5.

Aplicar uno u otro método es elección personal, pero el resultado final consiste en evitar las interferencias emocionales en nuestro comportamiento alimentario gracias a la práctica constante de la integración de cuerpo y mente.

[1] Thayer R. Calm Energy: How people regulate mood with food and exercise. Oxford: Oxford University Press; 2001.

[2] Nguyen-Rodriguez ST, Unger JB, Spruijt-Metz D. Psychological Determinants of Emotional Eating in Adolescence. Eating disorders. 2009;17(3):211-224.

[3] Brown K.W, Ryan R.M. The benefits of being present: Mindfulness and its role in psychological well-being. Journal of Personality and Social Psychology. 2003;84(4):822–848.

[4] Albers S. What Is Mindful Eating? En: Solis M. editors. Eating mindfully: how to end mindless eating and enjoy a balanced relationship with food. 2nd ed. Oakland: New Harbinger Publications; 2012. p. 6-9

[5] Tribole E, Resch E. Intuitive Eating. A Revolutionary Program That Works; 2012:1-344.

[6] Anderson L.M, Reilly E.E, Schaumberg K. et al. Eat Weight Disord. 2016; 21: 83

[7] Cadena-Schlam L, López-Guimerà G. Intuitive eating: An emerging approach to eating behavior. Nutr Hosp. 2015;31(3):995-1002

 

 

¡Pincha AQUÍ para inscribirte a nuestra Newsletter!

 

 

Beneficios emocionales de los niños que conviven con mascotas

Beneficios emocionales de los niños que conviven con mascotas

Beneficios emocionales de niños que conviven con mascotas

El estar al cuidado de una mascota mejora la calidad de vida de todo ser humano, aumenta el tiempo de supervivencia, ayuda a la mejora de la salud mental, facilita el disfrute, regula la ansiedad y disminuye los síntomas de la depresión.

Los beneficios emocionales que puede aportar el cuidado de una mascota a los pequeños de la casa son muy significativos. Además, en los menores resulta ser más importante si cabe, ya que también contribuye a un sano desarrollo emocional, educativo y social.

A los niños el tener a su cuidado una mascota les genera responsabilidades que deben de asumir, por ello puede incrementar su autoestima. Así científicos de las Universidades de Miami y Saint Louis en un estudio concluyeron que los dueños de mascotas tienen más probabilidad de tener una mayor autoestima. De este modo se ha comprobado que los menores con alguna dificultad lectora que leen en voz alta delante de su mascota hacen que refuerce su seguridad y confianza en sí mismos, ya que sus mascotas no se van a reír de cómo lo hacen o si se equivocan.

Según Nienke Endenburg y Ben Baarda  especialistas en desarrollo infantil en su libro “The Waltham Book of Human-Animal Interaction“, dicen que “Las mascotas pueden hacer que las personas se sientan aceptados incondicionalmente, mientras que otros seres humanos nos pueden juzgar y/o criticar”. Los animales acompañan incondicionalmente sin juzgar, por ejemplo, si a un niño le va mal en un examen o se enfada con sus amigos, su mascota seguirá prestando apoyo incondicional.

En caso en que nos decidamos a que nuestros hijos tengan una mascota es importante dejarles bien claro que es un animal al que cuidar, y respetar, no es un juguete. Podrán jugar y disfrutar con el animal. Pero tener una mascota supone una importante responsabilidad, ya que las mascotas necesitan una serie de cuidados y tenerlos suponen toda una serie de obligaciones.

Cuando nuestros hijos tienen una mascota podemos aprovecharlo para inculcar valores tan importantes como la responsabilidad y el respeto a los demás.  Enseñaremos a nuestro hijo a no molestar a la mascota si está comiendo o duerme, a limpiar el sitio del animal o el tazón de la comida y a tratarlo con delicadeza. Esto ayuda a que tu hijo desarrolle el sentido de la responsabilidad y a comprender las necesidades de los demás. Dichos valores van a producir en su vida un mayor equilibrio emocional.

La interrelación con otro ser vivo ayudará a nuestros hijos a interpretar y usar la comunicación no verbal, que resulta tan importante a la hora de reconocer la emociones de los demás. Este reconocimiento sabemos que resulta un elemento básico para desarrollar inteligencia emocional.

Se ha demostrado que cuando una persona en su infancia ha cuidado de una mascota, en la adultez presenta menos dificultades para mantener relaciones de convivencia sanas con otras personas. Podemos decir que el vínculo que se establece con las mascotas ejerce de experiencia que contribuye a fomentar la empatía y el respeto por los demás seres vivos sean estos humanos o no. En la convivencia con los animales experimentamos muchas cosas de manera natural sin forzar el aprendizaje.

Según un estudio de la Fundación Affinity de 2014 para casi uno de cada dos niños (46%) la mascota es percibida como la principal fuente de apoyo emocional después de los padres. Según los autores de dicho estudio “Los lazos afectivos con el animal de compañía ayudan a superar la sensación de miedo o tristeza, pues el niño recurre de forma habitual a su perro o gato para abrazarle y encontrar alivio en estas situaciones. Este comportamiento se repite cuando al niño se le presenta un problema, ya que busca a su mascota como fuente de consuelo en la misma medida que a sus padres”.

La psiquiatra Sandra Baker y su equipo de la Universidad Commonwealth de Virginia (EEUU) midió las ondas cerebrales de distintos dueños de perros antes y después de pasar un rato con ellos. Dichos estudios demostraron que acariciar una mascota frecuentemente, ayuda a reducir el estrés, la ansiedad y la depresión. Por ello que se aconseja acariciar, jugar, pasear e incluso hablar con las mascotas para despejar la mente y sentir bienestar emocional.

La mascota puede mejorar tu estado ánimo. El acariciar tu perro durante 20 minutos es suficiente para aumentar en un 10% tus niveles de serotonina, conocida como la hormona de la felicidad (Beetz et al. 2012).

Contaminación cruzada de los alimentos

Contaminación cruzada de los alimentos, qué es y cómo evitarla.

CONTAMINACIÓN CRUZADA
DE LOS ALIMENTOS

itps_infografia_2018_julio-1itps_infografia_2018_julio-2itps_infografia_2018_julio-3itps_infografia_2018_julio-4itps_infografia_2018_julio-5

Descargar PDF

Descargar pdf

¡Pincha AQUÍ para inscribirte a nuestra Newsletter!

 

 

Nutricosmética

Nutricosmética, ¿qué es?

Nuestra piel es el órgano más grande y extenso de nuestro cuerpo. Es la fina línea que separa el interior de nuestro organismo del exterior, y es la barrera que nos protege de aquellas fuerzas tanto mecánicas como químicas a las que estamos expuestos en el día a día.

Además, su apariencia es reflejo del bienestar interno, y es como “nuestra carta de presentación”.

Debido a la permanente exposición a distintas agresiones como el sol o la contaminación, así como al continuo proceso de envejecimiento, la piel pierde humedad, tensión y elasticidad, resultando en la aparición de signos como arrugas, manchas, y en la pérdida de luminosidad.

Aunque existen numerosos cosméticos que prometen cuidar de nuestra piel, una de las mejores formas de mejorar la “salud” de nuestra piel es hacerlo de dentro hacia afuera; es decir, a través de la buena alimentación y el aporte de aquellos nutrientes clave. ¿Quieres saber cuáles son?

Vitaminas

Vitamina A

Su participación en la diferenciación y especialización celular relacionan a esta vitamina con el mantenimiento normal de la piel y las mucosas, ya que supone que la vitamina A también participe en dichos procesos en el caso de las células epiteliales.

En su forma activa, la vitamina A (o retinol) podemos encontrarla en alimentos de origen animal (salmón o yema de huevo). Por el contrario, como betacarotenos, las principales fuentes son los productos a base de plantas, sobre todo frutas y verduras coloridas (zanahoria, tomate, espinacas).

Vitamina C

Este micronutriente es muy apreciado por su implicación en la síntesis y mantenimiento del colágeno, el cual ayuda a dar soporte a nuestros tejidos. También ayuda a proteger las células contra el estrés oxidativo, y por tanto a reducir el daño que producen los radicales libres sobre ellas.

Su obtención a partir de la dieta se consigue principalmente a partir de algunos vegetales (como el pimiento o el brócoli) y de algunas frutas (como los frutos rojos y los cítricos).

Vitamina E

Al igual que las anteriores vitaminas, la E tiene una función antioxidante. Su papel está ligado a la protección de las células frente al estrés oxidativo.

Las reservas corporales de vitamina E se mantienen principalmente a través del consumo de aceites, frutos secos y semillas, pero el germen de muchos cereales (consumidos integrales) también es una buena fuente para obtener una dosis de esta vitamina liposoluble.

Vitaminas del grupo B

El grupo B se compone de distintas vitaminas que a menudo coexisten conjuntamente en los mismos alimentos y, aunque juegan un papel por ayudar a mantener una buena salud, son tres las que destacan por su contribución en el cuidado de la piel.

Riboflavina (o B2), Niacina (o B3), y Biotina (o B7), están implicadas en distintos procesos relacionados con el metabolismo celular, principalmente con aquellos relacionados con la protección y el mantenimiento del correcto estado de las membranas celulares y mucosas, lo cual influye indirectamente en la salud de las células de nuestra piel.

Minerales

Zinc

Dos de sus funciones principales son ayudar a proteger a las células frente al estrés oxidativo, y participar como cofactor en la división celular. Así, una buena reserva de este mineral nos ayudará al mantenimiento de la piel en condiciones adecuadas, asimismo, juega un papel en el mantenimiento de las uñas y el cabello.

Podemos encontrar este mineral en alimentos como las ostras y otros moluscos, los cereales en su forma integral, las carnes y lácteos, o las pipas de calabaza y las legumbres.

Cobre

Al igual que el zinc, el cobre también actúa como antioxidante, protegiendo la piel del daño causado por un aumento de los radicales libres.

Además, este mineral contribuye a la correcta pigmentación de la piel y el cabello, y participa en el mantenimiento de los tejidos conectivos.

Es fácil encontrarlo en alimentos como el hígado de cerdo, ternera o pato, las setas shiitake, las semillas de sésamo o el chocolate negro, sobre todo en el cacao.

Más allá de los minerales y vitaminas mencionados, para que tu piel luzca con aspecto saludable, suave y brillante te recomendamos llevar una dieta equilibrada y con variedad, así como hidratarte bebiendo suficiente cantidad de agua. Además, mantén una rutina de higiene e hidratación adaptada a tu tipo de piel y recuerda protegerte del sol con ropa y protección solar adecuada.

¡Pincha AQUÍ para inscribirte a nuestra Newsletter!